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Las tres etapas del alcoholismo

Cada alcohólico bebe a su manera, pero todos tienen algo en común: no pueden
controlar su forma de beber.

En un primer momento, desarrollan tolerancia al alcohol. O sea que, cuando


toman, "aguantan mucho", en comparación con las demás personas que beben. En
consecuencia, necesitan tomar cada vez más para obtener los mismos efectos que al
principio.

Pero esto es temporal, no dura para siempre.

Más tarde ocurre lo contrario: el bebedor necesita muy poco alcohol -a veces un
solo "trago"- para embriagarse. Pasa a ser entonces, de los que "no aguantan nada".

Aunque cada alcohólico recorre su propio camino hacia la enfermedad, se puede


decir en términos generales que toda persona alcohólica pasa por tres etapas.

1a. ETAPA.

Por lo general dura alrededor de diez años, aunque no hay que tomar este dato
como si fuera una regla.

Esta etapa recorre los siguientes pasos:

1.- Promesas repetidas de abandonar el alcohol, que llevan a incumplimiento, angustia y


culpa, y en consecuencia a más bebida.

2.- Ingestión cada vez más frecuente de alcohol.

3.- Incremento de la tolerancia. El bebedor cada vez "aguanta más".

4.- Aumento de la irritabilidad, cambios en la personalidad. Aparecen lagunas mentales


(se olvida lo que ocurrió durante la borrachera).
2a. ETAPA.

Se crea un círculo vicioso: la persona bebedora va de su deseo irrefrenable de


tomar a la angustia y la culpa por haberlo hecho, y de ahí al aislamiento y la frustración, lo
que la lleva de nueva cuenta a la bebida y a iniciar otra vez el ciclo.

1.- El enfermo niega que tiene problemas con la bebida, o bien oculta el hecho, aunque
para los demás su alcoholismo ya es evidente.

2.- Toma desde la mañana y a solas.

3.- Tiene signos visibles y permanentes de los efectos del alcohol, incluso en el trabajo.

4.- La bebida se convierte para él en una necesidad de todos los días.

3a. ETAPA.

Empieza la ruina total. La persona prácticamente vive alcoholizada y va sumando


dificultades con la familia, con los amigos y en el trabajo, lo que la lleva a sufrir dificultades
económicas.

1.- Va cayendo en la soledad. Evita a sus amigos y a sus familiares y éstos a su vez
procuran alejarse de ella.

2.- Vive para beber y casi no come. En ocasiones recibe ayuda médica parcial para
combatir su angustia o su debilidad.

3.- Cambia radicalmente su personalidad. Sus propios amigos y parientes lo desconocen.

4.- Sufre trastornos graves como desnutrición, debilidad y alucinaciones.

Cuando alguien llega a esta etapa, se encuentra en un punto donde sólo

hay dos senderos:

Si decide continuar por el camino del alcohol, le espera el derrumbe definitivo: la


invalidez, la agonía y la muerte.

El otro sendero es dejar de beber definitivamente e iniciar un lento retorno hacia la


salud.
No es posible combinar los dos caminos. No hay manera de seguir bebiendo y
curarse del alcoholismo. La única forma de controlar el alcoholismo es lograr la
abstinencia total.

Para ello se puede recurrir a la ayuda médica especializada o bien a algún grupo
de Alcohólicos Anónimos.

Y USTED ¿ CÓMO BEBE ?.

Para averiguarlo, conteste usted mismo esta docena de preguntas:

1.- ¿Piensa y habla con frecuencia acerca de la bebida?

2.- ¿Bebe más ahora que antes?

3.- ¿Toma más aprisa que los demás?

4.- ¿Con frecuencia toma alcohol para tranquilizarse?

5.- ¿En ocasiones toma varias copas a pesar de que se había propuesto no hacerlo?

6.- ¿Se ha llegado a sentir culpable o apenado por cosas que hizo o dijo cuando estaba
ebrio?

7.- ¿Ha sufrido daños accidentales después de tomar bebidas alcohólicas?

8.- ¿Se le llega a olvidar lo que ocurrió (o parte de ello) mientras estuvo

ebrio?

9.- ¿Se ha distanciado de algún amigo porque lo que criticó acerca de su forma de
beber?

10.- ¿Tiene frecuentes problemas con sus amigos debido a su manera de beber?

11.- ¿Bebe en la mañana para "curarse" la cruda?

12.- ¿Se siente a veces intranquilo o molesto cuando no hay bebida a la mano?.

Si contesta sí a más de tres preguntas - sobre todo si son de las cuatro últimas -
usted ya tiene serias dificultades para controlar su forma de beber. Y debe reconocerlo.

Si no lo acepta y no pone de inmediato el remedio, tiene muchas


probabilidades de llegar al alcoholismo.

Antes de que eso ocurra, piense en las graves consecuencias físicas, psicológicas,
sociales y económicas que esta enfermedad acarrea. Por citar sólo algunas: cirrosis
hepática, trastornos mentales, problemas laborales - que llegan a la pérdida del empleo -
y accidentes de tránsito.

Ahora que aún está a tiempo, reflexione. Y modere, de inmediato, su forma​ de


beber.

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