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DEVOCIONALES 13 AL 16 DE JULIO

¿Le importamos a alguien? # 91 (martes 16)


Salmo 90:1-2, 10-17
1 Señor, a lo largo de todas las generaciones,  ¡tú has sido nuestro hogar!
2 Antes de que nacieran las montañas, antes de que dieras vida a la tierra y al mundo,
    desde el principio y hasta el fin, tú eres Dios.
10 ¡Setenta son los años que se nos conceden! Algunos incluso llegan a ochenta.
Pero hasta los mejores años se llenan de dolor y de problemas; pronto desaparecen, y
volamos 11 ¿Quién puede comprender el poder de tu enojo? Tu ira es tan imponente
como el temor que mereces. 12Enséñanos a entender la brevedad de la vida, para que
crezcamos en sabiduría. 13 ¡Oh SEÑOR, vuelve a nosotros! ¿Hasta cuándo tardarás?
¡Compadécete de tus siervos! 14Sácianos cada mañana con tu amor inagotable, para que
cantemos de alegría hasta el final de nuestra vida. 15 ¡Danos alegría en proporción a
nuestro sufrimiento anterior! Compensa los años malos con bien. 16Permite que tus
siervos te veamos obrar otra vez, que nuestros hijos vean tu gloria. 17Y que el Señor
nuestro Dios nos dé su aprobación y haga que nuestros esfuerzos prosperen; sí, ¡haz que
nuestros esfuerzos prosperen!

Durante unos meses, me he estado comunicando con un joven que está pensando profundamente
en la fe. En una ocasión escribió: «No somos más que diminutos e infinitesimales incidencias
pasajeras en el cronograma de la historia. ¿Le importamos a alguien?».

Moisés, el profeta de Israel, estaría de acuerdo: «Los días de nuestra edad […] pronto pasan, y
volamos» (Salmo 90:10). La brevedad de la vida puede preocuparnos y hacernos dudar de si le
interesamos a alguien.

Sí, positivamente. Importamos porque el Dios que nos hizo nos ama profunda y eternamente. En
su poema, Moisés ruega: «Sácianos de tu amor» (v. 14 nvi). Importamos porque Dios se interesa
por nosotros.

También importamos porque podemos mostrar a otros el amor de Dios. Aunque nuestra vida es
breve, es significativa si dejamos un legado del amor divino. No estamos en la tierra para hacer
dinero y jubilarnos bien, sino para «mostrar a Dios» exhibiendo su amor.

Por último, aunque la vida en la tierra sea transitoria, somos criaturas eternas. Puesto que Jesús
resucitó de los muertos, viviremos para siempre. A esto se refería Moisés al asegurarnos que Dios
nos saciará «por la mañana», cuando resucitemos, y amemos y seamos amados para siempre. Si
esto no da sentido a la vida, no sé qué otra cosa puede hacerlo.

La naturaleza de Zax # 92 (miércoles 14)


Filipenses 4:1-7
1 Por lo tanto, mis amados hermanos, manténganse fieles al Señor. Los amo y anhelo
verlos, mis queridos amigos, porque ustedes son mi alegría y la corona que recibo por mi
trabajo.
Palabras de aliento

Ahora les ruego a Evodia y a Síntique, dado que pertenecen al Señor, que arreglen su
desacuerdo.  3  Y te pido a ti, mi fiel colaborador, [a] que ayudes a esas dos mujeres, porque
trabajaron mucho a mi lado para dar a conocer a otros la Buena Noticia. Trabajaron junto
con Clemente y mis demás colaboradores, cuyos nombres están escritos en el libro de la
vida.

Estén siempre llenos de alegría en el Señor. Lo repito, ¡alégrense!  5  Que todo el mundo
vea que son considerados en todo lo que hacen. Recuerden que el Señor vuelve pronto.[b]

No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y
denle gracias por todo lo que él ha hecho.  7  Así experimentarán la paz de Dios, que
supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente
mientras vivan en Cristo Jesús.

En una de sus historias fantasiosas, el Dr. Seuss cuenta sobre «Zax-al-norte y Zax-al-sur» que se
cruzan en la pradera de Prax. Al enfrentarse cara a cara, ningún Zax se corre a un lado. Enojado,
uno de ellos jura que no se moverá… ni siquiera si eso hace que «el mundo entero se quede
quieto». Sin inmutarse, el mundo sigue moviéndose y construye una carretera alrededor de ellos.

El cuento presenta un cuadro incómodamente preciso de la naturaleza humana. Tenemos una


«necesidad» refleja de estar en lo cierto, ¡y tendemos a aferrarnos a ese instinto de formas
bastante destructivas!

Felizmente, Dios escogió ablandar con amor los corazones humanos. El apóstol Pablo lo sabía; por
eso, cuando dos mujeres de la iglesia de Filipos reñían, las retó (Filipenses 4:2). Luego, tras haber
instruido a los creyentes a sentir del mismo modo que lo hizo Cristo (2:5-8), les pidió que ayudaran
a esas mujeres, valiosas colaboradoras de él en la difusión del evangelio (4:3). Parece un llamado
a comprometerse pacífica y sabiamente a trabajar en equipo.

Hay muchas cosas en la vida por las que no vale la pena pelear. Podemos reñir por intereses
triviales hasta destruirnos (Gálatas 5:15) o tragarnos nuestro orgullo, aceptar consejos sabios y
buscar la unidad entre los creyentes.

Una reacción crítica # 93 (jueves 5)


Proverbios 15:1-2, 31-33
La respuesta apacible desvía el enojo, pero las palabras ásperas encienden los ánimos.

La lengua de los sabios hace que el conocimiento sea atractivo pero la boca de un necio
escupe tonterías.
31 
Si escuchas la crítica constructiva, te sentirás en casa entre los sabios 32  Si rechazas la
disciplina, solo te harás daño a ti mismo,  pero si escuchas la corrección, crecerás en
entendimiento.33  El temor del SEÑOR enseña sabiduría;  la humildad precede a la honra.

Las palabras ásperas lastiman. Por eso, mi amigo —ganador de un premio como escritor
— luchaba sobre cómo reaccionar ante la crítica que recibió de un libro nuevo, al que
un respetado columnista de una revista había elogiado ambiguamente, diciendo que
estaba bien escrito pero haciendo una reseña sumamente dura. Dirigiéndose a sus
amigos, preguntó: «¿Cómo debo responder?».
Uno le dijo que lo pasara por alto, y yo le compartí consejos de revistas de escritura sobre
ignorar tales críticas o aprender de ellas sin dejar de trabajar y escribir.
Finalmente, decidí ver qué dice la Escritura —que tiene el mejor consejo— sobre cómo
reaccionar a las críticas duras. Santiago aconseja: «todo hombre sea pronto para oír,
tardo para hablar, tardo para airarse» (1:19). Y Pablo sugiere: «Vivan en armonía unos
con otros» (Romanos 12:16 nvi).
Asimismo, todo un capítulo de Proverbios brinda muchos consejos sabios respecto a
cómo reaccionar ante las disputas: «La blanda respuesta quita la ira» (15:1); «el que tarda
en airarse apacigua la rencilla» (v. 18); «el que escucha la corrección tiene
entendimiento» (v. 32). Que Dios nos ayude a controlar nuestra lengua, como hizo mi
amigo. Más aún, la sabiduría nos instruye temer al Señor, porque «a la honra precede la
humildad» (v. 33).

Los dragones de la vida # 94 8 (viernes 16)


Colosenses 2:9-15

Pues en Cristo habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano. [a]  10  De modo que
ustedes también están completos mediante la unión con Cristo, quien es la cabeza de
todo gobernante y toda autoridad.
11 
Cuando ustedes llegaron a Cristo, fueron «circuncidados», pero no mediante un
procedimiento corporal. Cristo llevó a cabo una circuncisión espiritual, es decir, les quitó la
naturaleza pecaminosa.[b]  12  Pues ustedes fueron sepultados con Cristo cuando se
bautizaron. Y con él también fueron resucitados para vivir una vida nueva, debido a que
confiaron en el gran poder de Dios, quien levantó a Cristo de los muertos.
13 
Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y porque aún no les habían quitado
la naturaleza pecaminosa. Entonces Dios les dio vida con Cristo al perdonar todos
nuestros pecados.  14  Él anuló el acta con los cargos que había contra nosotros y la
eliminó clavándola en la cruz.  15  De esa manera, desarmó[c] a los gobernantes y a las
autoridades espirituales. Los avergonzó públicamente con su victoria sobre ellos en la
cruz.

¿Alguna vez luchaste con un dragón? Si respondiste que no, el escritor Eugene Peterson
no concuerda contigo. En su libro Una larga obediencia en la misma dirección, escribió:
«Los dragones son proyecciones de nuestros miedos […]. Un campesino que se
confronta con un enorme dragón es totalmente superado». Su idea es que la vida está
llena de dragones: problemas graves de salud, pérdidas repentinas de trabajo,
matrimonios fracasados, hijos descarriados. Contra estos peligros y fragilidades enormes
de la vida no podemos luchar solos.
Pero en esas luchas, tenemos un Vencedor, el supremo Paladín que luchó a nuestro favor
y venció a los dragones que procuraban destruirnos. Sean estos fruto de nuestros propios
fracasos o ataques de nuestro enemigo espiritual, nuestro Vencedor, Jesucristo, es más
poderoso: «despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente,
triunfando sobre ellos en la cruz» (Colosenses 2:15). ¡Las fuerzas destructivas de este
mundo roto no pueden hacerle frente!
Cuando entendamos que los dragones de la vida son demasiado grandes para nosotros,
es el momento de comenzar a descansar en la ayuda de Cristo, y poder decir confiados:
«gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor
Jesucristo» (1 Corintios 15:57).

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