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Doctora
GLADYS CELEIDE PRADA PARDO
Directora Técnica de Registro y Gestión de la información de la Unidad para la atención y
reparación integral a las víctimas.
Bogotá D.C
Respetado doctora:
La ley 1448 de 2011 señala que las victimas se reconocerán de conformidad a los
criterios de la ley 1448 y de conformidad a lo señalado en el siguiente artículo:
ARTÍCULO 3o. VÍCTIMAS. Se consideran víctimas, para los efectos de esta ley, aquellas
personas que individual o colectivamente hayan sufrido un daño por hechos ocurridos a
partir del 1o de enero de 1985, como consecuencia de infracciones al Derecho
Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las normas
internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado
interno.
De la misma forma, se consideran víctimas las personas que hayan sufrido un daño al
intervenir para asistir a la víctima en peligro o para prevenir la victimización.
La condición de víctima se adquiere con independencia de que se individualice,
aprehenda, procese o condene al autor de la conducta punible y de la relación familiar
que pueda existir entre el autor y la víctima.
Que el artículo 155 de la ley 1448 de 20011, establece en el evento de fuerza de mayor
que haya impedido a la victima presentar la solicitud de registro en el termino establecido
en este articulo, se empezara a contar el mismo desde el momento en que cesen las
circunstancias que motivaron tal impedimento, para lo cual deberá informar para ello al
ministerio publico quien remitirá tal información a la unidad para la atención a víctimas.
Que la fuerza mayor es definida por el código civil, como el imprevisto a que no es posible
resistir, como un naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de
autoridad ejercidos por un funcionario público etc.
Que en cuanto al hecho externo este se define como aquel que no depende del actuar de
ninguna de las partes vinculadas al hecho dañino, es decir no debe ser imputable ni a
quien lo causa ni a quien lo sufre.
Primero. Yo vivía en el centro poblado de San Lorenzo con mi esposa y mi hija, vivíamos
al pie de la estación de policía, un mes antes de la toma guerrillera del 2 de Diciembre de
2001 nos habían advertido que iban hacer fiesta en el pueblito, vivíamos con temor, cada
noche nos desplazábamos a dormir a la vereda de Honduras donde mis padres porque
manteníamos con miedo, ese domingo abrí mi local a las 9 de la mañana se sentía una
presión en el ambiente, había gente rara, con bolsos y maletas grandes, mi esposa
alcanzo a ver gente en el cerro, le pregunto a la policía que porque había gente en el
cerro y ellos le contestaron “no se preocupe, todo está bien”; aun así se sentía zozobra en
el pueblo, yo seguí trabajando en la discoteca como todos los días, ya en horas de la
tarde mi esposa se fue con mi papa y mi hija para honduras, yo me quede trabajando en
la discoteca, pues era domingo y allá es el día de mercado, a eso de las 7 de la noche se
comenzó a escuchar detonaciones y disparos, a las 8 de la noche comenzaron a tirar los
cilindros y luego se escuchó la bomba, mucha gente se metió a mi negocio a buscar
refugio, todos nos tiramos al suelo, porque había balas en el aire, yo cerré las puertas
pero con las detonaciones las puertas volaron, se escuchaban los gritos de las personas,
se oía correr gente, no sabía si íbamos a salir vivos de allá, en cualquier momento podían
entrar a fusilarnos. A eso de las 4 de la mañana ya se oía llegar los helicópteros y el
ejército, el avión fantasma seguía haciendo bombardeos para que se dispersara la gente,
aun estando en la discoteca se oían los disparos y las ráfagas de balas en las veredas,
nos quedamos ahí tirados en el suelo esperando, con angustia, temor, sollozos, rezando.
A eso de las 8 de la mañana ya nos dijeron que podíamos salir, yo salí corriendo para la
casa, pero no encontré casa, un cilindro había caído en nuestra habitación, la casa era en
bareque, estaba totalmente destruida, no pudimos recuperar ni una sola olla, todas
nuestras pertenencias que tanto nos costó conseguir estaban destruidas, en cenizas, la
tristeza me invadió, la desolación también, aún recuerdo la cara de mis vecinos, los que
quedaron vivos, todos llorábamos, el pueblo estaba destruido, ya cuando bajo mi familia,
mi papa nos dijo que nos fuéramos mientras tanto para la finca de él en la Vereda
Honduras, y pues nos fuimos, ya no teníamos un techo y de pertenencias solo me
quedaba la ropa que tenía puesta. Un mes después nos fuimos a vivir a Bogotá, mucha
gente se fue de San Lorenzo y vendieron sus casas muy baratas, casi regaladas, nuestra
casa estaba destruida no había que vender, simplemente nos fuimos con una cuanta ropa
que la gente nos regalaba en la vereda, nunca recibimos ayuda del Estado, vivíamos con
miedo de decir algo porque mucha gente que conocíamos estaban en esos grupos,
teníamos una niña, para mí lo mejor era irnos y tratar de comenzar de nuevo, fue muy
duro porque no teníamos plata, ni pertenencias, ya nos quedamos a vivir casi 18 años en
Bogotá, con miedo de regresar, es traumático aun hoy, pasar por el puente, por la
discoteca, por la estación y recordar toda esa época, es una herida que no sabemos
cómo curar. En 2008 mi esposa se presentó ante la Defensoría del Pueblo allá en Bogotá,
queríamos declarar, aunque sentíamos miedo de decir nombres, ya estábamos lejos,
pasando penumbras, Bogotá es una ciudad muy dura para gente como nosotros, así que
buscamos asesorías y por eso nos acercamos a la Defensoría del Pueblo, allá nos dijeron
que ya no podían recibirnos la declaración porque ya habían pasado muchos años, que
las ayudas solo habían sido por 3 meses y que no nos podían ayudar más, por eso no le
quisieron recibir la declaración a mi esposa, mi esposa les rogo que les recibieran la
declaración y le dijeron que solo la oportunidad era por esos días, hasta nos rayaron una
carta que nos habían dado en el resguardo donde decía que habíamos presenciado ese
hecho, las cosas se quedaron así, no le recibieron a mi esposa nada, le dijeron que no
había nada más para nosotros y por eso nos quedamos así, callados, desamparados,
saliendo adelante, no conocíamos de esta ley, ni que teníamos derechos, de igual manera
es difícil declarar, volver a narrar los hechos, hacer este recurso, uno siente miedo. Ya me
toco volver a San Lorenzo por motivos de salud, ya llevábamos 18 años lejos de la familia,
de la tierra. No recuerdo en qué fecha nos dieron una ayuda para reconstruir nuestra
casa en San Lorenzo, los planos de la reconstrucción eran unos pero solo nos entregaron
una pieza, sin agua, ni luz, ni nada, a medio terminar, nos dijeron que se había acabado la
plata para terminar de reconstruir y pues solo nos quedamos con esa pieza hasta el día
de hoy, el año pasado ya con mi esposa y mis hijos nos vinimos a vivir a San Lorenzo del
todo, allá vivimos en esa piecita, se escuchan rumores de que hay otra vez gente violenta
y no queremos volver a vivir lo mismo que vivimos en esa época, ya tenemos más hijos y
no queremos que sufran lo mismo, queremos que tengan una calidad de vida mejor. Ya
el año pasado me comentaron que estaban incluyendo a las víctimas, que les estaban
ayudando en todos los sentidos, con profesionales y con recursos, me acerque a la
consejería y allá medio me tomaron la declaración me dijeron que ya había mucha gente
que había declarado con hechos similares entonces que solo necesitaban mis datos y los
de mi familia.
Cabe resaltar, que mucho antes de esta toma ya había habido una en abril o mayo de
1998 o de 1999, en esa toma nos cayó una granada en el techo, se fue la luz y mataron
un policía, después de eso recibíamos amenaza, nos extorsionaban por tener la
discoteca, nos sacaban información sobre la estación de policía, fueron tiempos muy
difíciles; si bien es cierto, eso fue hace muchos años, pero el problema a un persiste, con
el agravante que se nos ha prohibido hablar del tema con las autoridades; sin embargo y
a pesar de éstas advertencias que han sido continuas en el tiempo, inclusive actualmente,
decididos realizar la declaración como víctimas del conflicto armado; ello primero por
recomendación de las autoridades Indígenas del Resguardo de San Lorenzo y segundo
porque sabemos que hay la Ley de Víctimas que supuestamente nos ampara, aclaro que
cuando ocurrieron los hechos no habia esa Ley, la cual fue posterior a los tomas
guerrilleras de las FARC Frente 47, ese ha sido uno de los motivos para no haber
declarado antes, otro motivo es el miedo constante en nuestra Comunidad; es más hay
mucha gente que ha vivido las secuelas del conflicto y se han desplazado pero no se han
atrevido a declarar.
Segundo: El no incluirme evidencia, una violación al DERECHO CONSTITUCIONAL a
la IGUALDAD, Articulo 13: “Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley,
recibirán la misma protección y trato de todas las autoridades y gozaran de los mismo
derechos…” pues muchas personas que vivieron iguales circunstancias o hechos a los
míos y de mi familia han quedado incluidos, como es el caso específico del señor LUIS
OCTAVIO SALAZAR PINEDA, quien DECLARO fuera de los términos de Ley, este
señor también es de San Lorenzo, es decir los hechos narrados ocurrieron el día
02/12/2001 y declaro el 27/04/2018 y fue INCLUIDO otros ejemplos MARIA LUZ DARY
MOTATO MURILLO C.C. 25.062.218 y JENNIFER ARICAPA DIAZ C.C. 1060591815
quienes también DECLARARON DE MANERA EXTEMPORÁNEA de San Lorenzo y
otros Resguardos de este Municipio, así que no se entiende el por qué esta VIOLACION
al DERECHO A LA IGUALDAD, de la Resolución de estas personas no se desprenden
hechos diferentes, solo fueron incluidos teniéndose en cuenta la Condición de indígenas,
nadie viene a narrar hechos tan difíciles como ver en peligro la vida y la libertad, como
tantos otros espero mi reconocimiento.
Mediante la decisión tomada por Ustedes veo nuevamente vulnerados mis derechos,
fue a nosotros los que nos tocó soportar la presión de los grupos Armados al margen
de la Ley fuimos objetivo militar de las FARC, fueron los que más nos amenazaron
FUE NUESTRA VIDA Y LA LIBERTAD la que estuvo en peligro y la de nuestros
familiares más cercanos, fue una situación que vivimos todos EN MI FAMILIA como lo
narre.
Lo anterior me parece sumamente insatisfactorio puesto que para poder ser reconocido
con mi núcleo familiar por la unidad de víctimas, requería haber puesto en peligro mi vida
y la de cualquier integrante de mi familia, cualquier persona pondría por encima de
cualquier cosa primero la seguridad de la familia y la protección de la vida, por esto solo
hasta que todos sentimos que la familia ya estaba más segura fue que me acerque a la
consejería del Resguardo Indígena de San Lorenzo en el Municipio de Riosucio Caldas a
realizar la declaración.
Es así como la razón por la que niegan mi inclusión en el RUV no es válida ya que
aunque se encuadra en el requisito tres para negar la inclusión ante la UARIV, el hecho
de fuerza mayor lo sustente anteriormente y por lo tanto les solicito reconsiderar mi
inclusión ente la unidad de víctimas y de esta manera mi declaración no se enmarque
dentro de estas causales Artículo 40. De la ley 1448 de 2011 que establece para
denegar la inscripción en el registro.
Así la cosas y una vez narrados de nuevo los hechos que dieron origen a nuestro
desplazamiento, no queda más que SOLICITAR sea REVOCADA en todas sus partes la
Resolución de la referencia.
PETICIÓN
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NOTIFICACIONES
Cordialmente,