Consumo de Hongos Silvestres

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Hospital Básico Comunitario

San Juan Chamula

GUION DE CHARLA PARA PROMOVER LA SALUD

TEMA: Consumo de Hongos Silvestres

Objetivo: Que la población tenga conocimientos acerca de los hongos venenosos en la


región de Chamula

Técnica didáctica: Exposición oral

Recurso didáctico: Presentación en diapositivas

Tiempo: 30 a 45 minutos

Dirigido a: Personal de salud.

Fecha: Junio 2021

Lugar: Hospital Básico Comunitario San Juan Chamula

Elaborado por:

 Lázaro Gabriel Molina Granados

Bibliografía

Felipe Ruan-Soto. (2018). Intoxicaciones por consumo de hongos silvestres entre los tsotsiles de
Chamula, Chiapas, México. 16/06/2021, de Sociedad y ambiente Sitio web:
http://www.scielo.org.mx/pdf/sya/n17/2007-6576-sya-17-7.pdf

Norma Castillo Godoy , César Augusto Durán López , Mireya Matamoros. (2019). Micetismo:
Reporte de dos casos fatales y revisión. 16/06/2021, de Revista de ciencias forenses de Honduras
Sitio web: http://www.bvs.hn/RCFH/pdf/2019/pdf/RCFH5-2-2019-5.pdf

María Estela Raffino. (27/12/2020). Concepto de Hongos . 16/06/2021, de Concepto.de Sitio web:
https://concepto.de/hongos/

San Cristóbal de las Casas Chiapas; junio 2021


¿Qué es un hongo?

Se llama comúnmente hongos a los seres vivos pertenecientes al Reino Fungi, uno de los
grupos en que se clasifica a la vida conocida. Existen más de 144.000 especies diferentes de
hongos entre los que están las levaduras, los mohos y las setas.

Este Reino se caracteriza por ciertos su inamovilidad por tener una alimentación


heterótrofa y por presentar células con pared celular de quitina.

Características de los hongos

Los hongos constituyen un reino entero, cuyas características generales pueden


resumirse en las siguientes:

 Son seres vivos eucariotas, más cercanos evolutivamente a los animales que a las
plantas.
 Carecen de movilidad y sentidos, como las plantas, pero a diferencia de ellas no
poseen una nutrición autótrofa (fotosíntesis o quimiosíntesis), sino que consumen
materia orgánica disponible (nutrición heterótrofa). Pero a diferencia de los
animales, no pueden ingerir el alimento, sino que deben absorberlo.
 Las células de los hongos poseen una pared celular (al igual que las células
vegetales), pero en lugar de estar compuesta de celulosa, está compuesta de quitina,
la misma sustancia que emplean muchos animales para sus cubiertas y caparazones.
 Pueden ser unicelulares y microscópicos, o pluricelulares y macroscópicos,
dependiendo de la especie, y habitar hábitats muy distintos, terrestres o submarinos,
o también parasitar los cuerpos de plantas y animales.
 Generalmente ocupan un nicho ecológico descomponedor, o sea, detritófago, ayudan
a descomponer la materia orgánica de desecho.
 Suelen formar asociaciones simbióticas con algas y plantas, dando origen así a los
líquenes.
 Sirven de alimento a numerosas especies de animales, incluidos los seres humanos.
Problemas ocasionados por el consumo de hongos silvestres

Para la biomedicina y los servicios de salud oficiales, el envenenamiento por hongos es un


problema de salud pública (Eren et al., 2010). Las intoxicaciones son conceptualizadas
como alteraciones a la salud provocadas por el consumo de hongos silvestres con
compuestos perjudiciales para el cuerpo humano. Estos micetismos se clasifican, por la
sintomatología que producen y el mecanismo de daño, en nueve síndromes4 (Lincoff y
Mitchel, 1977). Los síndromes pueden dividirse en dos grandes grupos de acuerdo con el
tiempo que tardan en aparecer los primeros signos y síntomas: de corta incubación (menos
de seis horas en aparecer) que por lo general son intoxicaciones no mortales, y los de larga
duración (más de seis horas), de mayor gravedad (Serrano et al., 1998). Algunos autores
indican que 15 % de las intoxicaciones por hongos es fatal, siendo el micetismo faloidiano
el más común,5 sobre todo por el consumo de Amanita phalloides (Ruiz-Sánchez et al.,
1999).

Los micetismos se explican como ocurrencias accidentales6 (Ruiz-Sánchez et al., 1999)


causadas siempre por la identificación incorrecta de especies (Lima et al., 2012) al
confundir especies comestibles con aquellas que contienen toxinas; lo cual es propiciado
por la gran variedad de hongos existentes (Serrano et al., 1998). Para muchos micólogos y
médicos ligados a instituciones de salud y académicas, los micetismos se deben a que la
población aprovecha indiscriminadamente los hongos a su alcance por ignorancia o
desconocimiento de las distintas especies, lleva a cabo malas prácticas de recolección, y usa
falsas normas o creencias empíricas para curarse cuando ha ocurrido una intoxicación
(Chanona-Gómez, 2014: 201). Las intoxicaciones ocurren en cuatro grupos de personas:
niños que los consumen inadvertidamente, recolectores de hongos, personas que se quieren
suicidar o a quienes quieren asesinar, o personas que quieren comer alucinógenos (Eren et
al., 2010). Por lo general, aquellos intoxicados por consumo de hongos silvestres presentan
dolor abdominal, náuseas, vómito y diarrea (Pérez et al., 2009).

Sin embargo, el diagnóstico puede ser complicado ya que el consumo muchas veces no es
referido espontáneamente o no le dan la debida importancia (Ruiz-Sánchez et al., 1999).
Por ello se requiere un interrogatorio minucioso donde se indague el tiempo transcurrido
entre la ingesta y aparición de primeros síntomas, la cantidad ingerida, la zona de
recolección y las personas implicadas, aunado a la correcta identificación de la muestra del
alimento (Serrano, 1998; Talamoni et al., 2006; Chanona-Gómez, 2014).

En el presente trabajo de campo se recopilaron narraciones acerca de ocho casos de


intoxicaciones que ocurrieron en los últimos diez años en el municipio de Chamula. De
éstos, tres ocurrieron en 2017, dos en 2016, dos en 2009 y uno en 2007; en los parajes de
Las Ollas, Lhomó, Nichen, Chikviltenal, Yut bax, Yaltsunun y la cabecera municipal; con
un recuento de 23 personas intoxicadas de las cuales 11 fallecieron. Del total de
intoxicados, 10 fueron mujeres, siete hombres y del resto se desconoce el dato. Asimismo
10 fueron menores de edad y 13 personas adultas. De las edades con las que se cuenta
información, la media es de 32 años con un rango de cuatro hasta 84 años. En estos casos,
se relata que las intoxicaciones fueron involuntarias a través del consumo de hongos
parecidos a especies comestibles como moni’ (Agaricus spp.) ikal yuy (Amanita vaginata),
sekum t’ ul (Boletus spp. y Suillus spp.) y yuy (Amanita hayalyuy y A. jacksonii).

Solo en un caso, la intoxicación fue voluntaria con intención de consumir una especie
alucinógena llamada yat ka’ (Psilocybe spp.). En todos los casos las especies involucradas
fueron recolectadas directamente por los implicados quienes acostumbraban recolectar
hongos de manera más o menos frecuente en las temporadas de lluvia. Asimismo, se
documentaron 11 casos más de intoxicaciones que, en palabras de los entrevistados,
ocurrieron hace mucho tiempo, por lo cual no se tiene precisión sobre las fechas de los
eventos o la edad de las personas intoxicadas.

Sin embargo, es posible afirmar que al menos ocurrieron 15 casos (siete hombres y ocho
mujeres) no letales en los que fueron involuntariamente consumidas especies parecidas al
sakitaj (Pleurotus djamor), sekum t’ul (Boletus spp. y Suillus spp.), yuy (Amanita hayalyuy
y A. jacksonii), yisim chij (Ramaria spp.), chechev (Armillaria mellea), y algunas no
identificadas. Se refiere que las especies involucradas fueron recolectadas, salvo en dos
casos en los que se compraron en algún mercado de San Cristóbal de Las Casas. Además de
los eventos comentados, se registró que los entrevistados recuerdan casos en al menos siete
parajes más, pero sin que se aportara mayor información.

Signos y síntomas
En el caso de las intoxicaciones no mortales, se relata que los síntomas fueron náuseas,
dolor abdominal, seguido por vómito y diarrea, en ocasiones con sangre; todos presentados
en menos de 90 minutos. Por el contrario, al narrar los eventos de intoxicaciones mortales,
además de estos síntomas y signos, los entrevistados comentaron que los intoxicados
adquirieron tonos amarillentos en piel y ojos.

La progresión clínica de la intoxicación por setas puede ser dividida en cuatro fases13:

1. Latencia (asintomática): Las toxinas como tal no tienen propiedades irritativas y por
tanto no hay síntomas.

2. Gastrointestinal: Dura en promedio de 1 a 24 horas, hay náuseas, dolor abdominal,


diarrea que puede llegar a ser sanguinolenta, deshidratación, oliguria y alteraciones
electrolíticas.

3. Remisión clínica (mejoría aparente o convaleciente): Ocurre entre 36 y 48 horas después


de la ingesta, las pruebas de laboratorio suelen estar alteradas y puede presentarse ictericia.

4. Falla hepática y/o falla renal: Empiezan a elevarse las aminotransferasas, hay aumento de
la LDH, aumento de la bilirrubina, alteración de la coagulación, hipoglucemia,
encefalopatía hepática e insuficiencia renal.

Al final de estas cuatro etapas puede presentarse falla multiorgánica con coagulación
intravascular diseminada, acidosis metabólica, infarto de miocardio, trombosis mesentérica,
convulsiones y finalmente la muerte entre una y tres semanas después de la ingesta o la
resolución favorable con rápida mejoría de la función hepática y renal.

Tratamiento

El tratamiento médico está orientado a tratar de eliminar las toxinas del tracto digestivo,
control de líquidos y electrolitos, la administración de penicilina o ceftriaxona, atención de
problemas específicos como convulsiones, falla hepática y el mantenimiento de la diuresis.
Así entre las medidas para el manejo y tratamiento de la intoxicación por setas se puede
enumerar:
1. Control de la vía aérea y ventilación mecánica en casos necesarios.
2. Monitorización continua del balance hídrico, presión venosa central y parámetros
analíticos como medición de electrolitos y pH.
3. Aporte nutricional.
4. Reposición de líquidos con solución salina y soluciones glucosadas.
5. Evitar uso de benzodiacepinas.
6. Colocar sonda nasogástrica o nasoduodenal con carbón activado seriado, a razón de
1g/kg de peso la primera dosis, seguido de una dosis de algún catártico osmótico y
después carbón activado a 0,5 g/kg de peso cada 4 horas por 72 horas.
7. En pacientes que hayan convulsionado o tengan riesgo de convulsionar, o estén en
coma y previamente intubados, se recomienda un procedimiento controvertido para
eliminar las amatoxinas que consiste en administrar carbón activado a través de
sonda gastroduodenal, cerrar la sonda por dos horas y después aspirar
continuamente el contenido digestivo por dos horas.
8. Penicilina G 300,000 UI/Kg/día (en infusión continua), con ajuste de dosis si hay
insuficiencia renal.
9. Mantener diuresis forzada de 4-5 ml/kg/h usando algún diurético como furosemida
o manitol para lograr la eliminación del 80% de la amanitina en las primeras 2 a 3
horas. Se añade furosemida con el objetivo de conseguir diuresis de 200 ml/hora en
las primeras 24 a 48 horas.
10. Si hay insuficiencia hepática administrar Nacetil-cisteína en bolo de 150 mg/kg
intravenoso, en 1 hora. Continuar con 50 mg/kg en 4 horas y 100 mg/kg en infusión
continua durante 16 horas.
11. Vitamina K 10 mg/día, intravenosa.
12. Técnicas de depuración extracorpórea: Se han comunicado algunos casos con
resultados favorables utilizando la hemodiálisis con cartuchos de carbón activado, la
plasmaféresis y la diálisis de albúmina.

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