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REDACCIÓN I

Secretariado S1

CONTROL DE LECTURA N°05

Resumen correspondiente a la semana: 02-07-2021 al 07-07-2021


A: LIC. ROSA ÁNGELA MAMANI SONCCO
DE: Srta. ANABEL PRICILA ROJAS SANZ
Páginas leídas: Página 157 a 212
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1.- Resumen (Deberá de sintetizar las principales ideas del texto leído)

Es grato dirigirme a usted, con la finalidad de informarle respecto a mi


avance de la lectura “Retrato de Dorian Gray”, durante la tercera semana.
Yo leí las páginas 157 hasta la 212 del libro, se observará que se divide en CAPITULO XI, XII,
XIII Y XIV los cuales sintetizaré las siguientes ideas:

En el capítulo XI: la influencia de Lord Henry ha florecido por completo y en la que Dorian ya es
él mismo, con sus propios intereses y convicciones, y con un lugar notorio en la aristocracia de
Londres. Después de este capítulo, el protagonista ya no es un joven corruptible, sino más bien
un corruptor por derecho propio. Se nos muestra que la personalidad de Dorian, encantadora
como puede ser, se define por el capricho y la pasión por nuevos placeres.
La obsesión de Dorian con el libro de Lord Henry puede interpretarse de diferentes maneras. La
trama le recuerda a su propia vida y el héroe le recuerda a sí mismo. El narrador menciona "la
última parte del libro, con un análisis realmente trágico; sobre la pena y la desesperación de
alguien que perdió lo que, en otros, y en el mundo, había valorado tanto". Esta es una descripción
también adecuada para el final de El retrato de Dorian Gray. Sin embargo, queda la pregunta de
si el libro describe al personaje de Dorian o si Dorian va mutando para imitar al protagonista del
libro. Una vez más, Wilde borra la distinción entre la vida y el arte.
De hecho, aprendemos en este capítulo que, para Dorian, la vida y el arte son intercambiables. Al
igual que Lord Henry, considera que el placer y el valor estético son más importantes que
cualquier otra cosa. Para él, vale la pena tener cualquier experiencia nueva y placentera, incluso
si esta es perjudicial para los demás. El capítulo cierra con la afirmación de que "Había momentos
en los que miraba al mal simplemente como un medio a través del cual podía realizar su
concepción de la belleza". Este es el momento en el que más degradado parece estar Dorian, y en
el que su alma sufre la mayor desfiguración.
Dorian llega a un punto en el que solo puede ser feliz cuando se olvida del retrato en su ático. Se
las arregla para evitarlo durante semanas, pero, como cualquier adicto, no puede mantenerse
alejado de él por mucho tiempo. La corrupción de su alma lo atormenta, y escapa de ese tormento
cayendo en vicios que agravan su corrupción y lo atormentan aún más. Este círculo vicioso imita
conscientemente los patrones de abstinencia y mayor dependencia que comúnmente enfrentan
los drogadictos, una analogía que se vuelve mucho más explícita en capítulos posteriores, cuando
nos enteramos de la adicción de Dorian al opio.
La lucha por negar la culpa persistente que siente cada vez que se enfrenta al retrato subyace
todas las acciones de Dorian, lo que pone en cuestión la naturaleza de su ferviente y pasajera
pasión por diferentes caprichos. ¿Es de verdad una persona tan apasionada, o su pasión surge de
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la desesperada necesidad de ocupar su mente con algo más que la innegable y monstruosa
corrupción de su alma?

En el capítulo XII Y XIII : Basil habla extensamente sobre los supuestos pecados de Dorian pero,
de hecho, nunca dice cuáles son. Solo afirma que el nombre de Dorian "estaba implicado en la
confesión más horrible que he leído nunca". Esta propensión a reconocer solo indirectamente la
ruptura de tabúes sociales era una interesante tendencia en la sociedad victoriana, compartida
también por el narrador de El retrato de Dorian Gray. Hemos leído que hay rumores sobre las
fechorías de Dorian, pero salvo que seamos testigos de ellas, como lo somos del asesinato, nunca
nos enteramos de qué se tratan en realidad. Al igual que Basil, solo podemos asumir lo peor, en
función de la apariencia del retrato.
Es interesante que Wilde elija presentar las transgresiones de Dorian de esta manera. El narrador
es claramente omnisciente: debería ser capaz de informarnos qué, exactamente, ha hecho Dorian
para provocar tantos chismes y tanto desdén, pero al insinuar solamente la naturaleza de estas
transgresiones, Wilde establece un sentido palpable de su ilicitud, llevando al lector a buscar
pistas y reforzando, al mismo tiempo, la sensación de degradación de Dorian.
La condena de Basil de los pecados de Dorian, así como su ferviente deseo que este se arrepienta
de ellos, da cuenta de una religiosidad ausente en nuestro último encuentro con él. Basil ha
adquirido una sensibilidad ética muy refinada. Esto puede explicar la disminución de su
producción artística, ya que, Wilde afirma en el prefacio, "An ethical sympathy in an artist is an
unpardonable mannerism of style" ["Una empatía ética en un artista es un amaneramiento de
estilo imperdonable"]. Este "amaneramiento imperdonable" es parcialmente responsable de la
ira asesina de Dorian, ya que ofende su sensibilidad artística, que es el único tipo de pureza al que
siente que debe aferrarse. Sin embargo, se nos dice que el asesinato es provocado más
directamente por el retrato mismo: "de repente se apoderó de él un sentimiento de odio hacia
Basil Hallward, como si se lo hubiera propuesto la imagen del lienzo". El retrato confronta a
Dorian con su vergonzosa vida, y Dorian culpa a Basil, el pintor, por el dolor que siente.
Cuando el artista confronta a Dorian, este no lo soporta, y es conducido al asesinato por "la ira
enloquecida de un animal cazado". Desde que conoció a Lord Henry, Dorian se ha rendido a sus
pasiones. Ahora, ni siquiera puede resistirse al impulso hacia una violencia asesina. Y por más
que lo intente en capítulos posteriores, nunca podrá recordar este crimen sino como otra mera
experiencia "artística", nueva y emocionante, tal como pudo hacer con la muerte de Sibyl.
A lo largo de la novela encontramos varias imágenes violentas que involucran cuchillos: además
del asesinato de Basil, el cuchillo aparece cuando Basil amenaza con destruir el retrato, en el
capítulo II, y cuando Dorian considera, en el capítulo VIII, que ha matado a Sibyl como si le hubiera
cortado el cuello con un cuchillo.

En el capítulo XIV: Hasta ahora, hemos escuchado los nombres de Alan Campbell y Adrian
Singleton entre aquellos a quienes Dorian ha corrompido, pero en este capítulo se da la primera
interacción cara a cara con uno de ellos. Aparte de Sibyl, estas dos son las únicas personas que
aparecen, de hecho, en la novela, cuyas vidas Dorian ha arruinado. Una vez más, el narrador se
niega a exponer las razones del rechazo que siente Alan por Dorian, o el contenido de la carta con
la que este chantajea a su víctima. Estas omisiones, no obstante, solo aumentan la sensación de lo
terribles que deben haber sido las transgresiones aludidas. Sabemos que Alan ya no desea
mostrar su rostro en público, y hemos aprendido en capítulos anteriores que Adrian también está
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condenado al ostracismo. Sin embargo, la causa más probable de esta vergüenza, los encuentros
homosexuales, están presentes solo tácitamente.
Cuando el propio Wilde fue juzgado por acusaciones de sodomía en los años posteriores a la
publicación de este libro, escribió sobre la nota fatal que atraviesa Dorian Gray. Wilde se refería
a casos como estos. El autor revisó ediciones posteriores del libro en un esfuerzo por reducir la
prominencia de los matices homosexuales, pero estos eran un aspecto demasiado integral de las
interacciones entre los personajes principales como para eliminarlos por completo.
La cordialidad de Dorian hacia Alan cuando este llega a su casa es una fachada. Su aparente
renuencia a chantajear al hombre no es sincera; parece más bien una indicación de que Dorian
realmente disfruta del poder manipulador que tiene sobre Alan. Este no se deja engañar por la
pretensión de amabilidad de Dorian, pero no tiene más remedio que cumplir sus deseos. En esta
interacción somos testigos de cuán refinada se ha vuelto la capacidad de persuasión de Dorian
durante los dieciocho años que pasaron desde el Capítulo XI. Ha sido un buen estudiante de Lord
Henry, y hoy iguala, o incluso supera, los poderes de manipulación de su mentor.
El poema que Dorian lee mientras espera a Alan es significativo por varias razones. Primero, es
de un libro que le dio Adrian Singleton. Dorian confía en el don de un hombre que ha traicionado.
Las líneas que repite una y otra vez: "Devant une facade rose/ Sur le marbre d'un escalier" pueden
traducirse como "Frente a una fachada rosa / Sobre el mármol de una escalera". Estas líneas le
recuerdan a Dorian la ciudad de Venecia, que visitó con Basil. Sin embargo, recordar al pintor solo
lo lleva a comentar: "¡Pobre Basil! ¡Qué forma más horrible de morir!". Dorian no está dispuesto
a admitir abiertamente que es responsable de la muerte de Basil. De hecho, culpa a este por el
sufrimiento que la pintura le ha causado. Este es, por supuesto, un comportamiento altamente
delirante. Tendría más sentido culpar a Lord Henry, su corruptor, pero incluso esto sería inexacto.
Dorian es el único responsable, por desear que el encanto del retrato existiera. Sin embargo, la
aceptación genuina de la responsabilidad por sus fechorías estaría muy por encima de las
capacidades éticas de Dorian en este momento.

2.- Vocabulario (mínimo 3 palabras)

- Tugurio: Habitación, vivienda o establecimiento miserable y pequeño.


- Dandismo: Término empleado para definir a aquella persona refinada en el vestir, con
grandes conocimientos de moda, proveniente de la burguesía, con una fuerte personalidad y
poseedora de nuevos valores como la sobriedad o el uso de los avances llevados por la
Revolución Industrial, que acabaría convirtiéndose en un referente para su época.
- Anacoreta: Religioso que vive solo en lugar apartado, dedicado por entero a la
contemplación, la oración y la penitencia.
- Antinomia: Conflicto o contradicción entre dos leyes, principios racionales, ideas o
actitudes.
- Alfónciga: Árbol de la familia de las anacardiáceas, de unos tres metros de altura, hojas
compuestas y de color verde oscuro, flores en maceta y fruto drupáceo con una almendra
pequeña de color verdoso, oleaginosa, dulce y comestible, llamada pistacho. Del tronco y de
las ramas se extrae la almáciga.
- Preludio: Aquello que precede y sirve de entrada, preparación o principio a algo.
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- Bermellón: Polvo muy fino de cinabrio, de color rojo vivo con un tono anaranjado, que se
emplea en la elaboración de pinturas.

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