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LA FILIACIÓN.

UNA VISIÓN GENERAL


(1)
El CCyC regula la filiación en el Libro Segundo, Título V .

Este Título V comprende ocho (8) capítulos que despliegan: Capítulo 1 -


Disposiciones generales (arts. 558 y 559); Capítulo 2 - Reglas generales relativas
a la filiación por técnicas de reproducción humana asistida (arts. 560 a
564); Capítulo 3 - Determinación de la maternidad (art. 565); Capítulo 4 -
Determinación de la filiación matrimonial (arts. 566 a 569); Capítulo 5 -
Determinación de la filiación extramatrimonial (arts. 570 a 575); Capítulo 6 -
Acciones de filiación. Disposiciones generales (arts. 576 a 581); Capítulo 7 -
Acciones de reclamación de filiación (arts. 582 a 587); y Capítulo 8 - Acciones de
impugnación de filiación (arts. 588 a 593).

El nuevo Código introduce modificaciones relevantes en el derecho filiatorio


argentino ya que se adecua el régimen a los principios constitucionales ya los
Tratados Internacionales de Derechos Humanos, instalando en el escenario
jurídico diversas formas de familia, superando los conflictos de interpretación
actuales, y otorgando soluciones a nuevos problemas como los avances
biotecnológicos en punto a las técnicas de reproducción humana asistida —en
adelante, TRHA—.

Los principios constitucionales-convencionales y las bases fundamentales que


sustentan el derecho filiatorio se expresan en los fundamentos que acompañan el
texto del CCyC: 1) el principio del interés superior del niño (art. 3º de la
Convención sobre los Derechos del Niño y art. 3º de la ley 26.061 ); 2) el principio
de igualdad de todos los hijos, matrimoniales como extramatrimoniales; 3) el
derecho a la identidad y, en consecuencia, a la inscripción inmediata (arts. 7º y 8º
de la Convención sobre los Derechos del Niño y art. 11 de la ley 26.061); 4) la
mayor facilidad y celeridad en la determinación legal de la filiación; 5) el acceso e
importancia de la prueba genética como modo de alcanzar la verdad biológica; 6)
la regla según la cual correspondencia reparar el daño injusto al derecho a la
identidad del hijo; 7) el derecho a gozar de los beneficios del progreso científico y
su aplicación; y 8) el derecho a fundar una familia ya no ser discriminado en el
acceso a ella.

Se crea un mecanismo de coordinación del sistema filial con la incorporación del


matrimonio de personas de idéntico sexo (anterior ley 26.618 ) (2) , de modo tal que
los hijos nacidos de matrimonios del mismo sexo o de diverso sexo (3) , los hijos
nacidos de parejas no casadas de igual o de diverso sexo, y los hijos
matrimoniales y extramatrimoniales, ostentan los mismos derechos. Por ello la
compatibilización con la ley 26.618 que únicamente reguló el tema del matrimonio
de personas del mismo sexo, con el sistema filiatorio, exigió una profundización de
los efectos (4) .

El principio, fundamento u origen de la filiación (5) en el CCyC se expande a tres


categorías: la filiación por naturaleza, la filiación mediante TRHA (6) , y la filiación
por adopción (art. 558 CCyC).

De este modo a las dos fuentes de filiación reguladas en el derecho derogado —


por naturaleza y por adopción—, se incluye la tercera fuente filiatoria que deviene
de las TRHA.
Como sus precedentes los derogados arts. 240 y 241 CCiv. , los actuales 558 y
559, reiteran, pero mejoran tanto el principio de igualdad de las filiaciones —con la
connotación de la adopción simple (7) - como la necesidad de redactar de una
forma indicada el certificado de nacimiento.

El art. 558 del CCyC establece la igualdad de efectos de la filiación por adopción
plena, por naturaleza o por TRHA, matrimonial y extramatrimonial.

En la filiación por naturaleza, el origen es el acto sexual, con clara preeminencia


del aspecto biológico.

En la filiación por adopción, el origen es la sentencia que emplaza en ese estado


de familia, sin perjuicio del peso que tiene la voluntad.

En la filiación por TRHA, el origen es independiente del elemento biológico o del


aspecto genético: la técnica médica, fuente filiatoria, exige la voluntad de quienes
se alguna vez a ella, que se expresa antes de su realización.
(8)
Se deviene hijo, en el CCyC, por naturaleza, por TRHA o por adopción.

La ampliación a la tercera fuente filiatoria —TRHA— concierne al


reconocimiento del avance científico que garantiza el derecho a tener una familia,
tanto a las parejas estables heterosexuales como homosexuales, avalando y
posibilitando los derechos constitucionales involucrados.

En consecuencia, el CCyC conserva y desarrolla el principio de igualdad de las


filiaciones: la filiación por naturaleza, la filiación adoptiva, y la nueva fuente de la
filiación por TRHA (9) , las cuales tienen las mismas consecuencias jurídicas (10) .

La diferencia de fuente en la filiación no acarrea ningún efecto negativo ni


discriminación alguna entre las tres categorías: las tres clases de filiación producen
las mismas consecuencias jurídicas —salvada la adopción simple como en el
sistema actual vigente, por razones de protección—.

Tres fuentes de la filiación, los mismos efectos, y un certificado de nacimiento


impedido de indicar el origen filial de la persona, en orden a las tres fuentes
señaladas, mostrar una clara estructuración constitucional del fundamento de cada
categoría filiatoria.

Se conjugan al clasificarse las fuentes de la filiación, en el nuevo formato, el


principio del interés superior del niño, el principio de igualdad de todos los hijos, el
derecho a la identidad, la mayor facilidad y celeridad en la determinación legal de
la filiación , el derecho a gozar de los beneficios del progreso científico y su
aplicación, el derecho a fundar una familia, entre otros.

Las particulares normas que se prevén para cada una de las tres clases de
filiaciones, reconocen las características de cada una de ellas, y no revelan ni se
dirigen a establecer un trato diferente sin razón constitucional firme y válida.

Es por ello que el art. 559 del CCyC reproducir que el Registro deberá expedir
los certificados de nacimiento de modo tal que de ellos no resulte la fuente de la
filiación (11) .
Se recuerda que la distinción en filiación matrimonial y extramatrimonial, no
responde a criterios discriminatorios, sino a la necesidad de contar con reglas
específicas según las situaciones que originan o pueden originar el emplazamiento
filial. Tampoco puede desconocerse que la adopción simple genera efectos
jurídicos diferentes a la adopción plena, entre adoptado y adoptante, que en modo
alguno implica una discriminación.

Además, se consagra como novedad expresa en la ley, la regla de la filiación


binaria, es decir que la persona no puede tener más de dos padres, o dos madres,
o un padre y una madre. Esta innovación se explica por la incorporación como
fuente de filiación a las TRHA (art. 558, último párrafo, CCyC).

Este sistema binario instaura el principio de que toda persona puede tener hasta
un máximo de dos vínculos filiales, de lo que se desprende que para quien
persigue desplazar un vínculo filial en una persona que ya tiene asignados dos, el
camino necesario será la impugnación y el desplazamiento de uno para el
emplazamiento posterior del que se pretende.

En relación a las acciones filiatorias, el CCyC estructura la temática a través de


un capítulo de disposiciones generales sobre las acciones (arts. 576 a 581), donde
se despliegan las acciones de reclamación de filiación (arts. 582 a 587) y las
acciones de impugnación de filiación (arts. 588 a 593), lo que se abordará más
adelante de modo independiente.

Las acciones de filiación son acciones de estado de familia, y solicitar a declarar


la existencia de los presupuestos de un determinado emplazamiento en el estado
de familia, oa construir, modificar o extinguir un emplazamiento (12) .

Así en el sistema anterior, se expresaba desde la doctrina que en tanto la


filiación es el vínculo jurídico recíproco que une a los hijos con los padres, fundada
en la filiación biológica, en el hecho de la generación, la acción de filiación tenderá
a reclamar la filiación jurídica "progenitor-filial" oa impugnar la que se halla
establecida (13) .

2. ACCIONES DE RECLAMACIÓN DE FILIACIÓN MATRIMONIAL Y EXTRAMATRIMONIAL (ARTS.


582 A 587 CCYC)

2.1. Las acciones de reclamación de filiación matrimonial y extramatrimonial

El art. 582 CCyC establece las reglas generales de las acciones de reclamación
de filiación matrimonial y extramatrimonial.

En la filiación por naturaleza puede ocurrir que la filiación matrimonial del hijo no
resulte de la inscripción en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las
Personas, en cuyo caso el hijo puede reclamar esa filiación matrimonial en contra
de sus progenitores de modo conjunto.
Asimismo, puede acaecer que la maternidad no esté determinada, o que
hallándose ya atribuida la maternidad, la paternidad no se haya fijado. Por
consiguiente los hijos extramatrimoniales pueden reclamar su filiación contra
quienes consideren sus progenitores.

En caso de haber fallecido alguno de los progenitores, la acción puede dirigirse


contra sus herederos.

2.1.1. Legitimación activa

Resultan legitimados activos en la acción de reclamación de la filiación


matrimonial o extramatrimonial: los hijos, los herederos del hijo, los progenitores (a
pesar del silencio de la ley), y el Ministerio Público contemplado en el art. 583 del
CCyC.

2.1.2. Legitimación pasiva

Resultan legitimados pasivos en la acción de reclamación de la filiación


matrimonial o extramatrimonial: los progenitores o sus herederos.

En el caso de la filiación extramatrimonial el polo pasivo resultante divisible, y


por lo tanto la acción de reclamación puede dirigirse contra uno solo de los
progenitores. Es decir, que la acción de reclamación de la filiación
extramatrimonial, se dirigirá contra el presunto progenitor o progenitores, o en caso
de muerte de alguno de ellos, contra los herederos del progenitor o progenitores.

2.2. La acción de reclamación de filiación post mortem

Siguiendo la línea de la regulación legal de las acciones de reclamación de


filiación prevista por las artes. 582 a 587 CCyC, se ensambla la acción de
reclamación de filiación post mortem para el caso que el presunto padre se
encuentre fallecido antes o después del nacimiento del hijo no reconocido,
debiendo remarcar que se modifica el terreno de los legitimados pasivos de la
acción legal , pesando sobre los sucesores del causante.

El art. 579 CCyC atinente a la prueba genética en las acciones de filiación, se


completa con el art. 580 del mismo cuerpo legal que admite expresamente la
prueba genética post mortem , de un modo novedoso.

En caso de fallecimiento del presunto padre, se viabilizan en la perspectiva del


juez dos caminos probatorios, en orden a la prueba genética que es relevante en
toda acción de filiación por naturaleza:
una. Primera opción: la prueba puede realizar sobre material genético de los dos
progenitores naturales del presunto padre fallecido.

B. Segunda opción: ante la negativa o imposibilidad de uno de los dos


progenitores naturales del presunto padre fallecido, puede autorizarse la
exhumación del cadáver del padre demandado.

Es importante destacar que el juez puede optar entre estas dos posibilidades,
según las circunstancias del caso: ordenar la prueba genética sobre los dos
progenitores naturales del presunto padre fallecido o autorizar la exhumación del
cadáver del padre fallecido.

Contemplar la prueba genética post mortem es cualitativamente un avance en la


legislación argentina, ya que la solución del art. 580 del CCyC, responde al dilema
entre el derecho a la identidad y la alegada preservación de la intimidad, la
memoria y el honor y protección de los restos mortales.

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