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SALA DE CASACIÓN CIVIL

Ponencia del Magistrado FRANKLIN ARRIECHE G.

En el juicio por simulación seguido por la ciudadana

HERCILIA LINÁREZ, representada judicialmente por el abogado

Gilberto León Álvarez, contra las ciudadanas RAMONA LINÁREZ,

MARÍA CAROLINA CÁSARES WONG y MARÍA CRISTINA

CÁSARES WONG, representadas judicialmente por los abogados

Francisco Raúl García y Wilmer Oviedo; el Juzgado Superior

Segundo en lo Civil, Mercantil y Menores de la Circunscripción

Judicial del Estado Lara, conociendo en alzada, dictó sentencia en

fecha 22 de febrero de 2000, mediante la cual declaró sin lugar la

demanda.

La demandante anunció recurso de casación contra la

mencionada sentencia de alzada, el cual, admitido por el juez de la

recurrida mediante auto de fecha 10 de marzo de 2000, fue

oportunamente formalizado. Hubo impugnación.

 
Concluida la sustanciación del recurso de casación, la

Sala procede a dictar sentencia bajo la ponencia del Magistrado

que con tal carácter la suscribe, en los términos siguientes:

I
 
RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD
 

Con fundamento en el ordinal 1º del artículo 313 del

Código de Procedimiento Civil, el recurrente denuncia el

quebrantamiento por la recurrida de los artículos 15, 206 y 233

eiusdem, con la siguiente argumentación:

 
 
“...el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil y de
Menores del Estado Lara al recibir este expediente del
Juzgado Distribuidor o en su defecto en la sentencia que
recurro, debió ordenar la reposición del juicio al estado de
que fuera remitido el expediente nuevamente al Juzgado
Distribuidor de causas en Segunda Instancia, en este caso
al Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil y de
Menores del Estado Lara a objeto de que notificara de la
redistribución de este expediente a las partes.
 
Ello lo alego y afirmo en razón de que el Juzgado Superior
Distribuidor había distribuido el presente expediente el día
19 de Octubre de 1.999, al Juzgado Superior en lo Civil y
Contencioso Administrativo de la Región Centro
Occidental, señalando en dicho auto lo siguiente:
 
“REMITASE EL PRESENTE EXPEDIENTE AL JUZGADO
SUPERIOR CIVIL Y CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
DE LA REGION CENTRO OCCIDENTAL POR
CORRESPONDERLE EL TURNO, SEGÚN EL ORDEN DE
DISTRIBUCION DE ACUERDO CON EL DECRETO
RESPECTIVO.
 
SEGUIDAMENTE Y EN LA MISMA FECHA, SE REMITE
LA PRESENTE CAUSA AL TRIBUNAL DISTRIBUIDO,
CONSTANTE DE SESENTA Y SIETE (67) FOLIOS
UTILES”
 
De dicho auto obtuve conocimiento en mi carácter de
Apoderado Judicial de la actora, por haberse publicado
dicho auto en el expediente y además encontrarse así
asentado en el Libro de Distribución de causas.
 
Posteriormente el día (1º) Primero de Noviembre de 1.999,
el Tribunal Superior Distribuidor, dicta otro auto ordenando
dejar sin efecto el anterior auto de distribución y en
consecuencia procede a redistribuir la presente causa
entre ese mismo Tribunal y el Juzgado Superior Segundo
Civil, Mercantil y de Menores del Estado Lara, Juzgado
éste contra cuya sentencia recurro. Dicho auto señala lo
siguiente:
 
“CON FUNDAMENTO A LO PREVISTO EN EL DECRETO
DICTADO POR ESTE TRIBUNAL EN FECHA 29-10-99,
SE DEJA SIN EFECTO EL ANTERIOR AUTO DE
DISTRIBUCION, EN CONSECUENCIA PROCÉDASE A
REDISTRIBUIR LA PRESENTE CAUSA ENTRE ESTE
TRIBUNAL Y EL JUZGADO SUPERIOR SEGUNDO CIVIL,
MERCANTIL Y DE MENORES DEL ESTADO LARA.
 
SEGUIDAMENTE Y EN LA MISMA FECHA, SE LE DIO
CUMPLIMIENTO A LO ORDENADO,
CORRESPONDIÉNDOLE EL TURNO A LA PRESENTE
CAUSA AL JUZGADO SUPERIOR SEGUNDO CIVIL,
MERCANTIL Y MENORES DEL ESTADO LARA, Y SE
REMITE CONSTANTE DE SESENTA Y OCHO (68)
FOLIOS UTILES.- “CAUSA” ENTRE LINEA VALE”.
 
Esa segunda distribución del expediente, sin que mediara
la debida notificación de las partes, determinó que el
juzgado cuya sentencia recurro en este Alto Tribunal,
sustanciara el expediente y decidiera la presente causa, a
pesar de evidenciarse de las propias actas procesales, la
ausencia de notificación a las partes de la redistribución y
que determinó, que fuera ese Tribunal y no el primigenio
distribuido el que conociera y sustanciara hasta la
sentencia dictada, el presente expediente.
 
A ello ciudadanos Magistrados, debe adminicularse el
hecho de que en cuenta mi persona de la primera
distribución, acudía constantemente al Juzgado Superior
Civil y Contencioso Administrativo de la Región Centro
Occidental el cual se encontraba para la fecha de la
primera distribución, cerrado y obviamente sin despacho,
en razón de la suspensión de que fue objeto en sus
funciones como juez, el Doctor HORACIO GONZALEZ
HERNANDEZ, por parte de la Comisión de Emergencia
Judicial designada por la fenecida Asamblea
Constituyente, por lo tanto no podía mi persona, si se me
permite la expresión, adivinar que el Juzgado Distribuidor
de Causas en Segunda Instancia, después de ordenar la
remisión del expediente al Juzgado a que fue distribuido,
iba doce (12) días después a ordenar una segunda
distribución del mismo expediente, sin que previamente
notificara a las partes, otorgándole así seguridad jurídica y
manteniéndolas en igualdad de condiciones.
 
Es por ello que el Juzgado contra cuya sentencia recurro,
en vez de dictar sentencia al fondo debió ordenar la
reposición de la causa al estado antes precisado dando
cumplimiento así a los Artículos 15, 206 y 233 del Código
de Procedimiento Civil, los cuales establecen lo
siguiente:...”
 
(Omissis)
 
Al omitirse en el proceso el cumplimiento de dichas
normas, no denunciadas en Segunda Instancia por haber
obtenido conocimiento de la sentencia después de dictada
ésta por las razones ya explicadas, se le vulneró a mí
representada el derecho a la defensa, al omitirse formas
sustanciales de impretermitible cumplimiento que
lesionaron el orden público.
 
Tal situación además de ello, no permitió que mi
representada pudiera tener acceso al debido derecho de
promover y evacuar pruebas determinantes en Segunda
Instancia, pruebas éstas señaladas en el artículo 520 del
Código de Procedimiento Civil, así como tampoco
posibilidad alguna de pedir constitución de Tribunal con
Asociados, ni posibilidad de presentar informes ni
observaciones a los informes.
 
Es por lo antes expuesto, por lo que solicito sea decretada
por esta honorable Sala Civil del Tribunal Supremo de
Justicia, la nulidad de la sentencia y en consecuencia la
reposición al estado de fijar para informes en Segunda
Instancia otorgándole así el derecho a mí representada de
participar en la sustanciación de la causa en Segunda
Instancia, derecho éste que le conculcó el Juzgado
Distribuidor de Causas en Segunda Instancia y por
derivación, le conculcó de igual manera el Juzgado contra
cuya sentencia se recurre por haber omitido pronunciarse
en su sentencia o antes de ella sobre la debida
notificación de la redistribución de este expediente.
 
De igual manera y en razón de encontrarse en el presente
expediente infracciones de orden público y
constitucionales, éstas últimas por habérsele vulnerado a
mi representada su constitucional derecho a la defensa
por los argumentos antes expuestos, solicito a esta
honorable Sala Civil, haga pronunciamiento expreso sobre
ello en base y conforme al ante-penúltimo párrafo del
Artículo 320 del Código de Procedimiento Civil...”.
 

Con motivo del escrito de formalización antes referido, los

abogados Francisco Raúl García y Wilmer A. Oviedo presentaron

en fecha 10 de mayo de 2000, escrito de impugnación ante esta

Sala, con los siguientes alegatos:

 
“...fue un hecho público y notorio, no sólo en el Estado
Lara, sino a nivel nacional, las decisiones tomadas por la
entonces llamada Comisión de Emergencia Judicial en
contra de un gran número de jueces que a su criterio
estaban incursos en irregularidades de diversa índole,
causando revuelo este hecho y suficiente publicitado por
los diferentes medios de comunicación, léase prensa,
radio y televisión; donde se publicó la lista de jueces
suspendidos, apareciendo el nombre del Dr. Horacio
González, titular del Juzgado Superior en lo Civil y
Contencioso Administrativo de la Región Centro-
Occidental, por lo que sabiamente el Juzgado Distribuidor
en uso de sus atribuciones conferidas en la Ley Orgánica
del Poder Judicial y en atención al principio de celeridad
procesal procede a dictar un acuerdo en el que se
redistribuyen las causas. No puede el estimado colega,
argumentar que estaba en desconocimiento de la
redistribución que se hizo de las causas asignadas al
juzgado que se encontraba acéfalo de juez, ya que fue
precisamente un pedimento de los abogados en ejercicio,
como antes dijimos, de que se le buscara una solución, en
aras de que no hubiera dilación en los procesos en curso.
No puede excusar por este hecho, la negligencia que tuvo
en el juicio...”
 

Para decidir esta Sala observa:

El formalizante denuncia la infracción de los artículos 15,

206 y 233 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto la

recurrida cometió el vicio de indefensión, por no haber ordenado la

reposición de la causa al estado de que fuera remitido el

expediente nuevamente al juzgado distribuidor, a fin de que éste

notificara a las partes sobre la redistribución del expediente, que

ordenó dicho juzgado mediante auto de fecha 1 de noviembre de

1999. Por esta razón el recurrente solicita la nulidad de la

sentencia recurrida y la reposición de la causa al estado de fijar los

informes, a fin de otorgarle a su representada la posibilidad de

participar en la sustanciación de la causa en segunda instancia,

permitiéndole promover y evacuar las pruebas señaladas en el


artículo 520 del Código de Procedimiento Civil, así como la

presentación de informes y las observaciones de los mismos.

De las actas del expediente se evidencia que en auto de

fecha 19 de octubre de 1999, el Juzgado Superior Primero Civil,

Mercantil y de Menores del Estado Lara, actuando como Juzgado

Superior distribuidor, remitió el expediente al Juzgado Superior en

lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región Centro

Occidental. Posteriormente, mediante auto de fecha 01 de

noviembre de 1999, el mencionado juzgado distribuidor dejó sin

efecto el auto, antes referido, y redistribuyó la causa al Juzgado

Superior Segundo Civil, Mercantil y de Menores del Estado Lara.

En Gaceta Oficial Nº36.805 de fecha 11 de octubre de

1999, la Asamblea Nacional Constituyente mediante la Comisión

de Emergencia Judicial, dictó un Decreto Cautelar de Protección al

Sistema Judicial, en el cual estableció lo siguiente:

“Artículo 1.- Suspensión del cargo. Se ordena la inmediata


suspensión de los Jueces contra quienes pesen siete
denuncias o más, y de los que tienen averiguaciones
penales abiertas.”
 
“Artículo 2.- Incorporación de Suplentes. Se ordena la
incorporación de los suplentes de los Jueces suspendidos,
en la forma prevista en el artículo 8 del Decreto, mediante
el cual se reorganiza el Poder Judicial.”
 
“Artículo 8.- Eficacia de las Medidas Individuales. El
Consejo de la Judicatura deberá impedir que los Jueces
suspendidos continúen en el ejercicio de sus cargos, una
vez dictados los actos que acuerden tales suspensiones.
Al efecto se ordenará lo conducente para la notificación
inmediata de los Jueces afectados. Declarada la
suspensión de los Jueces afectados. Declarada la
suspensión de los Jueces, son nulas las actuaciones que
dicten en los respectivos Tribunales y el Consejo de la
Judicatura, será responsable de las consecuencias que
deriven del desacato de la presente disposición.”
 

Asimismo, en Gaceta Oficial Nº 36.807, de fecha 14 de

octubre de 1999, la Presidenta del extinto Consejo de la

Judicatura, el Presidente de la Sala Disciplinaria de dicho órgano y

el Inspector General de Tribunales suscribieron, conjuntamente,

una resolución, mediante la cual expresaron lo siguiente:

“Considerando”
 
 
“Que en fecha 7 de octubre de 1999, en forma unánime, la
Sesión Plenaria Extraordinaria de la Asamblea Nacional
Constituyente, autorizó a la Directiva de la Asamblea
Nacional Constituyente y a la Comisión de Emergencia
Judicial, para adoptar las medidas necesarias de
reorganización del Poder Judicial y del Sistema
Penitenciario.”
 
“Considerando”
 
“Que en virtud de la autorización antes referida, la
Directiva de la Asamblea Nacional Constituyente y la
Comisión de Emergencia Judicial, dictaron Decreto
Cautelar para la protección del Sistema Judicial.”
 
(Omissis)
 
“Resuelve”
 
“PRIMERO: Como medida cautelar en los procedimientos
disciplinarios de los Jueces, se acuerda la suspensión de
aquellos contra quienes existan siete denuncias o más
ante los Órganos Administrativos Disciplinarios del
Consejo de la Judicatura y de quienes registren
averiguaciones penales.”
 
“SEGUNDO: En acatamiento al ordinal que antecede, y en
vista de que en los archivos que reposan por ante este
organismo, se constató quiénes son los jueces que
encuadran en la referida situación, se ordena la
suspensión de quienes se identifican a continuación:”
 
(Omissis)
 
“Nro. 45
Apellidos y Nombres: González Hernández Horacio de
Jesús
Cédula: 2141162
Cargo Actual: Juez Provisorio Superior en lo Civil y
Contencioso Administrativo de la C.J. del Estado Lara.
Nro. Denuncias: 10”
 

De acuerdo con los actos administrativos publicados en

las Gacetas oficiales antes transcritas, se evidencia que la

Comisión de Emergencia Judicial solamente ordenó la suspensión

de los jueces que tenían siete (7) o más denuncias, y su sustitución

por medio de suplentes. Por otra parte, esta Sala observa que las

resoluciones que pautan la distribución rotativa de expedientes

para los Juzgados Superiores de las distintas circunscripciones

judiciales, no regulan situaciones como las ocurridas respecto de la

suspensión de jueces con base en la reorganización del Poder


Judicial, es decir, dichas Resoluciones sólo prevén un nuevo

reparto de la causa cuando el juez que venía conociendo de la

misma remite el expediente al juzgado distribuidor, por haberse

producido su inhibición o recusación.

Sin embargo, esta Sala no puede desconocer la situación

que se creó en el Poder Judicial con la declaración de emergencia

judicial, la cual produjo la paralización de los juicios que eran

conocidos por los jueces que fueron suspendidos. En vista de esa

paralización, el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil y de

Menores del Estado Lara (Distribuidor), ordenó la redistribución de

las causas asignadas a los tribunales afectados, aun cuando no

existe ningún instrumento legal que le ordene redistribución de los

juicios ya destinados a un determinado tribunal; motivo por el cual,

al encontrarse suspendido el Juez del Juzgado Superior en lo Civil

y Contencioso Administrativo de la Región Centro Occidental, dicho

tribunal procedió a remitir el expediente mediante una nueva

distribución al Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil y de

Menores de la Circunscripción Judicial del Estado Lara.

Ahora bien, esta Sala considera que la medida adoptada

por dicho juzgado fue acertada, pues el mismo actuó en pro de la

celeridad procesal, evitando el retardo en la tramitación del


proceso, lo cual, de no haber sido así, habría perjudicado a las

partes involucradas, pues como bien expresa Couture “el tiempo en

el proceso, más que oro, es justicia”.

Al respecto, el impugnante señala que fue un hecho

público y notorio, no sólo en el Estado Lara, sino a nivel nacional,

las decisiones tomadas por la entonces denominada Comisión de

Emergencia Judicial contra un gran número de jueces que, a su

criterio, estaban incursos en irregularidades de diversa índole, por

lo que el recurrente no puede argumentar que estaba en

desconocimiento de la redistribución que se hizo de las causas

asignadas al juzgado que se encontraba acéfalo de juez, pues fue

precisamente un pedimento de los abogados en ejercicio, que se le

buscara una solución en aras de que no hubiere dilación en los

procesos en curso.

Los actos administrativos publicados en las Gacetas

Oficiales a los cuales se ha hecho referencia, son del conocimiento

público general y no puede alegarse el desconocimiento de los

mismos, debido a que fueron publicados en Gaceta Oficial,

convirtiéndolo en un hecho público. Así lo ha señalado la Sala

Constitucional de este Alto Tribunal mediante sentencia de fecha

15 de marzo de 2000, (caso de Oscar Silva Hernández), en la cual


expresó que el concepto del hecho notorio diverge del hecho

público, pues “...este último parte de criterios conceptuales. Unos

consideran que atiende a una ficción legal de conocimiento,

desligado de una difusión suficiente. Un ejemplo es el hecho que

goza de los efectos del registro público, o de la publicación en

periódicos oficiales ; otra vertiente para conceptualizarlo, lo señala

como el que tiene lugar en sitios públicos, criterio también ajeno a

su difusión; y una última es, que el hecho público es aquel que

surge de actos del poder público”. (Subrayado de la Sala). Por

tanto, la situación de emergencia judicial no puede ser considerada

un hecho notorio, pues la misma es un hecho público al ser

producto de actos administrativos publicados en Gaceta Oficial.

Sin embargo, es menester señalar que la medida que

tomó el Juzgado Superior Distribuidor, de reasignar las causas

afectadas, no tuvo la misma difusión que las medidas decretadas

por la Comisión de Emergencia Judicial, ni tuvo fundamento legal,

bien mediante resolución dictada por dicha Comisión, o por

haberse divulgado a través de publicación oficial. Esto,

evidentemente, hace de esa decisión un hecho singular, por lo cual

no es posible considerarla como un hecho notorio, pues para que

sea considerado como tal “su existencia debe ser conocida por la

generalidad de los ciudadanos de cultura media, en el tiempo y en


el lugar en que se produce la decisión”(Carnelutti, Estudios sobre

Procedimiento Civil, p.185).

En este mismo sentido, esta Sala de Casación Civil, en

sentencia de fecha 21 de julio de 1993, que hoy se reitera expresó

que “la sola publicación por algún medio de comunicación social,

sin la certeza de que el hecho fuere “conocido y sabido por el

común de la gente en una época determinada”, no convertía al

hecho en notorio, pues la noticia aislada no se incorpora a la

cultura”.

Por tanto, el impugnante no puede alegar que el

recurrente tenía conocimiento de la redistribución de expedientes,

pues dicha decisión no cumple con los requisitos necesarios para

considerar que el mismo está exento de pruebas, por considerarse

como un hecho notorio. En consecuencia, el alegato del

impugnante es improcedente, y así se decide.

La Sala considera que la incertidumbre que la

emergencia judicial creo en el ámbito judicial y entre las partes que

seguían el presente proceso ante el Juzgado Superior en lo Civil y

Contencioso Administrativo de la Región Centro Occidental, cuyo

juez fue suspendido, obligaba al Juzgado Superior Segundo en lo


Civil, Mercantil y de Menores de la Circunscripción Judicial del

Estado Lara, a practicar la notificación de las partes luego de haber

recibido dicho expediente, deber que éste debía cumplir en virtud

de la formalidad procesal establecida en el artículo 233 del Código

de Procedimiento Civil, la cual tiene por fin garantizar a las partes

sus derechos fundamentales como lo son el debido proceso y el

derecho a la defensa, consagrados en los artículos 49 de la

Constitución y 15 del Código de Procedimiento Civil.

En el caso de autos, no consta de las actas del

expediente que el Juez de alzada notificara a las partes sobre la

nueva redistribución de la presente causa, por lo que omitió una

forma sustancial como es la referida a la notificación para la

continuación del juicio. Esta omisión impidió al recurrente efectuar

los actos procesales previstos por la ley en esa instancia, pues al

desconocer que la causa estaba siendo conocida por un tribunal

distinto del juzgado a quien originalmente le correspondió el

conocimiento de ella, limitó y menoscabó su derecho de defensa.

La omisión de la notificación de las partes, dejó al

recurrente en total desventaja frente su contraparte, pues éste no

pudo participar en la segunda instancia, lo cual le impidió promover

y evacuar las pruebas contempladas en el artículo 520 del Código


de Procedimiento Civil, presentar su escrito de informes y las

observaciones al escrito presentado por la parte demandada, quien

si efectuó los señalados actos procesales.

De acuerdo con la doctrina de esta Sala, el vicio de

indefensión se configura cuando el juez niega alguno de los medios

legales con que pueden hacerse valer los derechos propios de los

litigantes, razón por la cual es indispensable que la parte no haya

podido ejercer algún medio o recurso procesal, como resultado de

una determinación o conducta del Juez que lo haya negado o lo

limitado indebidamente.

Conforme a la pacífica jurisprudencia de esta Sala, la

nulidad y consecuente reposición de la causa pueden ser

válidamente decretadas en el juicio, cuando concurran los

siguientes extremos: “a) Que efectivamente se haya producido el

quebrantamiento u omisión de formas sustanciales de los actos

que menoscaben el derecho de defensa ; b) Que la nulidad esté

prevista en la ley, o que se haya dejado de cumplir en el acto

alguna formalidad esencial a su validez; c) Que el acto no haya

logrado el fin al cual estaba destinado; y, d) Que la parte contra

quien obre la falta no haya dado causa a ella, o que sin haber dado

causa a ella, no la haya consentido expresa o tácitamente, a


menos que se trate de normas de orden público.” (Sent. 1/12/93,

Leonardo Dota Palese y otros c/ Ennio Montecalvo y otro).

De acuerdo con la jurisprudencia antes transcrita, esta

Sala considera que el Juzgado Superior Segundo en lo Civil,

Mercantil y de Menores de la Circunscripción Judicial del Estado

Lara, al verificar que efectivamente había omitido la forma

sustancial establecida en el artículo 233 del Código de

Procedimiento Civil, referida a la notificación a las partes en dicho

proceso, debió anular los actos procesales producidos en la

instancia y reponer la causa al estado de que se les notificara, en

virtud de lo establecido en el artículo 206 del Código de

Procedimiento Civil, mandato legal que tiene su fundamento en la

necesidad de garantizar la estabilidad de los procesos y en virtud

del principio de economía procesal, con lo cual menoscabó el

derecho de defensa del recurrente, porque limitó el uso de los

recursos procesales a los que tenía derecho por ley. Por tanto,

dado el quebrantamiento de los artículos 15, 206 y 233 del Código

de Procedimiento Civil, se declara procedente esta delación y con

lugar el recurso de casación. Así se decide.

DECISION
 

En mérito de las consideraciones expuestas, el Tribunal

Supremo de Justicia en Sala de Casación Civil, administrando

justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por

autoridad de la ley, declara CON LUGAR el recurso de casación

anunciado contra la sentencia definitiva de fecha 22 de febrero de

2000, dictada por el Juzgado Superior Segundo en lo Civil,

Mercantil y Menores de la Circunscripción Judicial del Estado Lara.

En consecuencia, se ANULAN las actuaciones procesales

posteriores a la recepción del expediente y SE REPONE la causa

al estado de que el Juez Superior que resulte competente notifique

a las partes para la continuación del juicio, de conformidad con lo

establecido en el artículo 233 del Código de Procedimiento Civil.

Publíquese y regístrese. Remítase el expediente al

Juzgado Superior de origen ya mencionado, de conformidad con el

artículo 322 del Código de Procedimiento Civil.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala

de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a

los diecinueve ( 19 ) días del mes de julio de dos mil. Años: 190º

de la Independencia y 141º de la Federación.

 
El Presidente de la Sala y Ponente,
 
 
____________________________________
FRANKLIN ARRIECHE G
 
El Vicepresidente,
 
 
______________________________
ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ

 
Magistrado,
 
 
_________________________
CARLOS OBERTO VÉLEZ
 
 
La Secretaria,
 
 
_________________________
DILCIA QUEVEDO
 

Exp Nº: 00-215.


 
 

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