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La pobreza en América Latina

La pobreza es un tema muy complejo y preocupante para toda la humanidad, pues no


solo se refiere a la reducción del bienestar individual y colectivo al privarse de algunos
bienes y servicios así también como las limitaciones a las necesidades más básicas
tales como vivienda, salud y educación.

Tanto la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como la Comisión Económica


para América Latina y el Caribe de la ONU, la Cepal, coinciden en que la pobreza
avanza, y los que más tienen las de perder son los pueblos autóctonos y minorías.

En la actualidad América Latina continúa siendo una de las regiones donde la


pobreza juega un papel principal. Mientras que en algunos países la mayoría o una
minoría de la población vive en algún nivel de pobreza, en otros esta se encuentra
prácticamente en unas cifras muy limitadas.

Según la ONU (1995) “La pobreza depende no sólo de ingresos monetarios sino
también del acceso a servicios” (pág. 57)

América Latina hace apenas cincuenta años gozaba de gran riqueza, casi comparada
con la de países desarrollados (europeos), evidenciando así que no siempre fue
pobre, ejemplo de ello son: Cuba, Argentina, Uruguay y Venezuela, situación que se
ha perdido por las malas decisiones políticas de los gobernantes, quienes se empeñan
en mantener a los pueblos sumidos en la pobreza. La pobreza años atrás, retrocedió
en América Latina sobre todo por la obra social e inclusiva de gobiernos progresistas,
la situación ahora va en reversa.

El principal problema reside en que varios gobiernos han creído que frenar y continúan
frenando la actividad libre de los hombres, restringiendo su libertad quitándoles la
propiedad para que no pueda ser tan libres y dársela a los pobres obtendrán la
igualdad tan anhelada. Sin embargo, esas acciones solo generan más pobres,
debilitando así los medios libres.

Países como Chile y Perú están haciendo grandes esfuerzos por mejorar sus
condiciones de vida para salir del atraso, por otro lado, Brasil y México se encuentran
en proceso de ser futuras potencias.

Sin embargo, centrándonos en el Perú al año 2021 donde se vive gran incertidumbre
por el eventual gobierno de Pedro Castillo, estas afirmaciones quedan suspendidas
dado que el proceso electoral ha puesto en evidencia la debilidad institucional del Perú
y podría poner en riesgo pilares de estabilidad económica que el país daba por
asegurados, desalentando la inversión privada.

“A pesar de la volatilidad política, el Perú pudo mantener ciertos pilares de sensatez


económica: responsabilidad macro, apertura comercial, libertad de empresa y
emprendimiento y un rol del Estado dentro de la actividad empresarial. Creo que en
caso el señor Castillo sea elegido algunos de estos pilares –quizá más de uno– sí
podrían ponerse en riesgo”,

Actualmente el 75% de ejecutivos indica que sus empresas están optando por aplazar
algunas decisiones de inversión de corto plazo. Un 4% ha decidido suspender sus
decisiones de inversión de manera indefinida. Incluso un 37% señala que es probable
que posterguen sus inversiones hasta después de la segunda vuelta.

En conclusión, afirmo que para que América Latina deje de ser una de las regiones
donde la pobreza juega un papel principal, debería implementarse tres factores
importantes para fomentar el desarrollo: libre competencia, esfuerzo individual y
disciplina en el trabajo.

Para lograr el crecimiento y desarrollo económico, debemos empezar por aceptar ser
desiguales en el contexto de que lo que se logre individualmente, sea producto de su
esfuerzo libre y de la propiedad que pudo acumular libremente, por lo que deberíamos
pensar muy bien en las decisiones que tomemos hacía futuro no solo pensando en el
corto plazo sino en el largo plazo.

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