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El asesino de todos

Capítulo 1: El primer asesino


Un día cualquiera, tranquilo y de un sol muy brillante para todos en el pueblo, ningún ruido que
desate la locura o rompa la serenidad de sus habitantes; 8.00 am en una vivienda ubicada al sur
donde supuestamente aún era más tranquilo, se produjo un ruido ensordecedor de una señora
aparentemente de unos 30 a 40 años.

Poco después las sirenas sonaron rompiendo la quietud y haciendo eco en el pueblo, era la casa de
los Salas, la señora Salas había entrado en un estado de shock al ver a sus dos hijos sangrando sobre
la sala cerca a la puerta principal, pero aún aparentaban estar con vida, mas no correría con esa
misma suerte el papá de ambas criaturas que yacía en la puerta de su habitación bajo un inmenso
charco de sangre con el cuerpo boca abajo y con la cabeza destrozada al punto de notarse la masa
encefálica, era increíble, nadie en el pueblo sería capaz de cometer semejante atrocidad y menos
tener un motivo para hacerlo ya que era gente muy buena, humilde y con muy pocos problemas,
nadie creía en lo que había sucedido.

Llegó la policía local y fue recibida por un grupo de vecinos que de cierta manera consolaban a la
señora que rompía en llanto, fue abordada por el detective a cargo a quien se le informó que la
señora había ido de compras y que al regresar en no más de 30 minutos encontró esta escena.

- Quintero: Buenos días, señora, soy el detective Quintero, lamento su pérdida.


- Sra. Salas: Buenos días oficial.
- Quintero: Señora sabemos que el momento no es bueno, pero debe colaborar con nosotros
para saber qué es lo que le ha sucedido a su familia y sobre todo quien es el culpable.
- Sra. Salas: No lo sé, mi esposo es obrero en una empresa constructora ya hace más de 10
años y nunca supimos de algún pleito o querella que pudiera tener con alguno de sus
amigos.
- Quintero: Y usted, ¿tenía o tiene alguna persona que quisiera hacerle daño?
- Sra. Salas: No, nadie.

El oficial no preguntó más y agradeció por la información dada por la Sra. Salas, aunque no fuera de
mucha ayuda, entró a la escena del crimen junto con el perito para revisar al Sr. Salas puesto que
los niños habían sido llevados por una ambulancia hacia el hospital más cercano, alterando un poco
las evidencias que pudiesen encontrar. Llegaron a la habitación, vieron el cuerpo y empezaron a
sacar sus conclusiones.

El detective Quintero se sorprendió, el Sr. Salas con ropa de casa estaba en el suelo, tenía la cabeza
destroza con 5 golpes contundentes con un arma de metal no punzocortante en la zona occipital
del cráneo, lo cual indicaba que no habría podido ver el golpe o no se lo esperaba por lo no tuvo
ningún tipo de defensa; en la casa registraron todo y no había signos de forcejeo de cerradura ni
vidrio roto, era una escena muy limpia y muy meticulosa por parte del asesino, esto le hizo caer las
sospechas sobre la Sra. Salas. Por otro lado, sabía que los niños estaban aún en cirugía y su
diagnóstico era reservado, por lo que no se podría tener una declaración fiable por lo cual estaba
en un callejón sin salida con poca o nada de evidencia y sin ningún testigo, así que decidió investigar
a la viuda.
Citó a la viuda en las instalaciones policiales a declarar, más sus palabras eran muy convincentes y
se podían confirmar con testigos fiables; no había manera de inculparla y tampoco tenían los
motivos ni el dinero suficiente como para una conspiración, así que, nuevamente no tenía con que
trabajar. Citó a familiares cercanos del occiso, pero ninguno estaba cerca siquiera de la ciudad donde
ocurrieron los sucesos y recién se estaban esperando la noticia, parecía como si algo de la nada
hubiese asesinado al Sr. Salas y dejó a medio morir a sus hijos, era evidente que no era un robo
puesto que todo estaba en su lugar y no faltaban objetos de valor, solo faltaba una manzana de la
mesa de centro de la sala donde estaban los niños y de la cual no pudieron recolectar evidencia
alguna, se estuvo investigando más por parte de Quintero, pero no había nada con que trabajar y la
impotencia era cada vez mayor, tenían un asesino suelto y una población muy asustada.

Seis meses después de aquel fatídico suceso que estaba en boca de todos y por mucho tiempo
portada de noticieros y revistas locales y nacionales, ocurrió lo menos esperado, a solo un kilómetro
o menos del horrible asesinato cerca a las 2 pm se reportó la llamada de una niña no mayor a 10
años que hablaba del teléfono de su papá que según ella yacía en la cama de su alcoba
aparentemente sin vida; el caso fue asignado al detective Méndez que acudió a la escena lo más
rápido posible, encontrando solo a la niña sin ningún rasguño puesto que estaba llegando de la
escuela a donde su madre no fue a recogerla, así que, fue llevada por un profesor amigo de la familia
a pedido de la misma madre con aprobación del padre.

Minutos después, mientras revisaba la escena del crimen llegó la madre de la niña, era Sara Fuentes,
se acercó a un policía y preguntó desesperada por su hija lo cual atrajo la atención de Méndez que
se dirigió a la señora:

- Méndez: Buenas tardes, lamento su pérdida…


- Sra. Prado: Amelia, soy la señora Amelia Prado oficial
- Méndez: Soy el oficial Méndez y estoy aquí para averiguar qué es lo que pasó aquí.
- Sra. Prado: Solo quiero saber una cosa, ¿dónde está mi hija?
- Méndez: Su hija está bien, ahora está en la patrulla con un oficial resguardando no se
preocupe señora.

Méndez tuvo una ligera sospecha en la Sra. Prado, puesto que no mostraba ningún interés por la
muerte del padre de su hija, estarían separados, pero solo le preocupaba su hija así que decidió
profundizar y averiguar las acciones de Amelia durante los hechos fatídicos

- Méndez: ¿Sra. Prado de donde viene usted?


- Sra. Prado: ¿Disculpe?
- Méndez: Sra. Sabemos que usted no fue a recoger a la niña al colegio, sino que pidió que
sea llevada por un profesor amigo suyo, ¿Estoy en lo cierto?
- Sra. Prado: No, no se equivoca, todos tenemos un percance alguna vez en la vida y no la voy
a contar a medio mundo.

El oficial toma un respiro para calmarse y se dirige a la Sra. Amelia

- Méndez: Usualmente no Sra. Pero por si no lo ha visto esta es una escena del crimen y quien
está ahí dentro inerte está el padre de su hija y su hija fue la primera en encontrarla, porque
usted tuvo un percance así que sería de mucha ayuda si nos dice y corrobora su percance,
si fuera tan amable.
- Sra. Prado: Ese desgraciado fue el padre de mi hija y aunque Milagritos lo amaba bastante,
nunca se llegó a enterar la clase de hombre que era.
- Méndez: Entiendo, estaban separados tal vez por una decepción, un desengaño o cualquier
suceso que no tenga remedio, pero eso no fue lo que pregunté, si fuera tan amable de
contestar mi pregunta se lo agradecería.

La señora estira sus brazos hacia el oficial con enojo.

- Sra. Prado: Arrésteme o consiga una orden para interrogarme, debo cuidar a mi hija oficial,
es quien importa en estos momentos.
- Méndez: Correcto, si usted lo desea de esa manera así será, pero ya no seré tan amable
- Sra. Prado: Buenas tarde oficial

Se retira y pide al oficial a la niña el cual lo niega por órdenes de Méndez, se altera a tal punto de
ser retenida por otro policía, Méndez se acerca e indica que no fue necesario una orden, puesto que
quedaba arrestada por escándalo y agresión a la autoridad, fue llevada a la comisaría mientras
Méndez seguía en la revisión.

El Señor Prado se hallaba en la entrada del baño con ropa cómoda y holgada, estaba con la cabeza
destrozada, dejando expuesto el cráneo, pero completamente desfigurado sin llegar a ser
reconocido a primera vista, dedujo que el arma pudo ser un objeto contundente tal vez metálico sin
filo y que lo usó sin que su víctima se percatara del primer golpe, así también no faltaba ningún
objeto de valor ni nada que pudiese valer la pena tomar del lugar de los hechos. Méndez estaba
perplejo, no comprendía que una persona se pueda ensañar tanto con otra a tal punto de destrozar
su cabeza sabiendo que ya estaba muerto, sabía que podía ser un ajuste de cuentas o un maniático,
no encontró huellas que no sean raras, excepto unas que venían de la cocina, al revisar se dieron
cuenta que si faltaba algo pero que no le halló sentido; al observar un cesto de frutas notó que
estaba recién lavadas y con agua por debajo lo cual indicaba que no debería tener mucho tiempo
de muerte, fue más meticuloso en el cadáver y aparentemente el forense dijo que no tenía
alimentos ingeridos recientemente así que después de fotografiar la escena del crimen mandó
recolectar la fruta, en todo parecía estar normal, pero parecía que faltaba una o dos manzanas, lo
dedujo ya que todo aparentaba un kilo a excepción de las manzanas y pensó que podría ahí tener
evidencia ya que todo lo demás parecía estar en orden.

En el interrogatorio con la Sra. Prado, nunca esperó respuestas que le perturbaran tanto, tenía
mucha experiencia nunca se topó con este tipo de interrogada, hasta ahora.

- Méndez: Sra. Prado voy a ser muy breve y conciso en esta situación, ¿usted lo mató?
- Sra. Prado: Hubiese querido, pero no, creo que alguien me ganó.
- Méndez: Entonces supongo que esa es una negación y no lo mató.
- Sra. Prado: Vaya, es muy hábil oficial

Decía la Sra. Prado con voz sarcástica y un poco de risa maquiavélica

- Méndez: Bueno señora, esa respuesta la escuche muchas veces aquí, en esta misma silla y
no siempre fueron verdad, usted no está afectada y mi pregunta es ¿Por qué?
- Sra. Prado: Pensé que era un buen detective, pero me daré la molestia de explicarle lo que
está pasando. Si no se da cuenta soy separada de mi ex marido, bueno ahora soy viuda pero
ya no teníamos nada en común ni siquiera sexo, nos detestábamos uno al otro y para
ahorrar su pregunta de ¿Por qué? Era sencillo, nos conocimos en la universidad y tuvimos
una de esas noches locas donde no recuerdas nada de nada a excepción de lo que tus
amigos cuentan, me acosté con Jonatan sin protección y en todo mi estado de procreación
y bueno, ingenuos decidimos estar juntos y casarnos, sin amor claro está, solo por nuestra
hija que es lo único bueno que me dejó
- Méndez: Déjeme comprender el matrimonio fingido que tenían, truncó su carrera, se
convirtió en ama de casa y aunque decidieron alejarse por mutuo acuerdo, recibía una
pensión generosa por la niña y por los años de casados según la conciliación extrajudicial.
- Sra. Prado: Si piensa que es un móvil para matarlo lo felicito, está en lo cierto, pero no lo
hice, estuve en un motel con otro hombre y pues creo que hallé la felicidad, no me golpea,
no me culpa por nuestra hija, ni mucho menos me ha menospreciado. Mi único error fue no
darme cuenta de la hora, pero su padre aceptó, él aceptó
- Méndez: ¿Y cómo sé que esa historia es cierta? Cualquiera puede inventar una coartada
- Sra. Prado: Exacto, mire este celular, ahora son buenos, graban imágenes

Le muestra un celular con fotos y videos en donde se le ve con otro hombre, para ser aún más
específica, le mostró un video en donde sale el televisor a un costado con un programa de noticias
en vivo indicando la hora. Méndez ordena liberarla y pide hablar con la niña, ella solo indica que
hace 4 días no veía a papá y que nunca noto nada raro y solo lo encontró ahí. Ambas historias
concordaban, y ella tenía una coartada sólida, llamó al motel y sí, estuvo ahí desde que dejó a
Milagritos al colegio hasta minutos antes del homicidio donde salió repentinamente por la noticia
de que pueda peligrar la vida de su hija.

Méndez con decepción y sin nada que ayude, no tuvo más reparo que dejarlas ir y ver si podía tener
suerte en el laboratorio, con una corazonada de las que tienen los más destacados detectives, podía
ser de gran ayuda para este caso ya que descartó su principal sospechosa, o por lo menos eso era lo
que él pensaba

Ya en el laboratorio se concluyó que en efecto cada tipo de fruto pesaba 1kg aproximadamente a
excepción de las manzanas y por el tamaño de las que estaban se concluyó que solo era una
manzana faltante, se intentó recolectar todo tipo de evidencias como huellas digitales, tal vez ADN,
fluidos o cualquier otra evidencia que pudiese ayudar, pero nada, fue en vano. Teniendo en cuenta
esto optó por centrarse en la huella de pisada que aparentemente no era de una persona adulta,
sino más bien de un niño o adolescente, tal vez por el tamaño lo cual dejó aún más desconcertado
a Méndez, puesto que podía comprender que un adulto con mente retorcida pudiera hacer esto,
pero no un menor, ¿O sí?

La zapatilla a la que correspondía la huella era de una tienda y marca en especial, no muy costosas,
pero no muy comunes así que decidió junto con su equipo a investigar de dónde provenía; llegaron
a dos tiendas donde las vendían, más era mala suerte, porque hubo liquidación hace un par de
meses y se vendieron docenas de estos modelos y la mayoría puede que ya no esté aquí, lo
compraban turistas en su mayoría, e incluso gente del pueblo tenía esa calzada, por lo cual también
fueron investigados pero todos tenían una cuartada así que todo fue en vano, era dar vueltas en el
mismo círculo sin poder hacer nada, lleno de frustración y con ganas de descargar su ira hizo algo
que no hacía en mucho tiempo, salió a comer a un restaurante, cómodo y modesto ya que siempre
traía comida hecha por su esposa y en último de los casos, pedía comida por delivery puesto que,
siempre le agradó tener un ambiente en donde esté tranquilo y no en las calles puesto que se
distraería.

Se sentó en una mesa cerca de la ventana, era un lugar poco concurrido, en su mayoría era gente
de clase media, pero notó algo raro

- Méndez: Hola, que tal Quintero, el caso que te asignaron, ¿Va todo bien?
- Quintero: Méndez, Méndez, ¿tu aquí? Eso sí que es una sorpresa muy grata, viniendo con
la gente del pueblo.
- Méndez: Necesitaba estar lejos de todo esto, y si también soy parte del pueblo, no crecí
aquí, pero mis hijos lo están haciendo, pero responde mi pregunta.
- Quintero: Se archivó, buscamos por todo lado si hubo evidencias o cosas así por el estilo,
tengo dos niñas recuperándose en terapia con poco o nada de habla, sin recordar
absolutamente nada, no tengo nada, tú sabes más de esto, eres más viejo que yo en esto,
pero no tuvimos ni la más remota suerte, sin huellas, sin forzar la cerradura, sin arma, sin
motivo, sin sospechoso.

Quintero agacha la cabeza en son de decepción y espera una respuesta de Méndez ya que Méndez
le doblaba en edad criminalista a Quintero.

- Méndez: Estoy aquí por una razón, tengo 12 años en esto y nunca tuve tantos motivos para
pensar que uno de mis casos fuese imposible de resolver hasta ahora.
- Quintero: ¿Tú? Con más de 17 casos resueltos y ninguno archivado, vaya eso sí que es
sorpresa, eras una leyenda cuando yo ingresé, tenías ya 5 casos resueltos.
- Méndez: En realidad fueron 6 pero el primero nunca me lo contaron, se lo atribuyeron a
Corrales, ¿Recuerdas?
- Quintero: ¡Oh sí! Nuestro antiguo jefe, el supremo que siempre se creía el mejor y como
terminó, con una bala en el cráneo.
- Méndez: Si, así es.
- Quintero: Bueno, ahora eres un detective con un caso sin resolver, tuviste vacaciones por
un año y luego regresaste con nosotros y al parecer te afectó un poco.
- Méndez: Las vacaciones para nosotros no son buenas, para nada lo son.
- Quintero: Bueno somos dos detectives en dos casos de homicidios sin resolver y yo solo con
bendita manzana sin sentido, ojalá ese asesino hubiese tenido por lo menos un error.

Méndez esboza una sonrisa que hizo asustar a Quintero, siempre fue serio.

- Méndez: ¿Puedes repetir lo que dijiste?


- Quintero: Ojalá hubiese cometido un error que nos derive en una pista para…

Quintero es interrumpido por Méndez y le pregunta sobre la manzana, Méndez con más
experiencia, creía haber hallado un plus a estos dos casos.

- Méndez: A ver Quintero, ¿dijiste que faltaba una manzana en la escena del crimen?
- Quintero: Si.
- Méndez: Pues en mi caso también falto lo mismo, ¿por qué nunca nos enteramos de esta
pieza?
- Quintero: bueno lo sabía mi equipo de trabajo y el jefe dijo no divulgar nada en su momento,
pero ya que el caso está cerrado lo mencioné; ahora cuéntame del tuyo

Méndez explicó lo de la manzana, detalle a detalle y mientras más compartían información uno con
otro, más se daban cuenta que ambos casos estaban muy ligados y que, por las vacaciones de
Méndez no se percataron de esto así que decidieron trabajar juntos en esto, Quintero solicitó la
reapertura del caso que se le fue negada por su Jefe Zea pero lo solicitó tanto y dijo que tenía
evidencia que pudiera servir de mucha ayuda por parte de Méndez a Zea le pareció buena idea
tenerlos juntos, después de todo La experiencia de Méndez en el caso sería de gran ayuda y solicitó
al jefe de Méndez que se trabajase así lo cual fue aceptado, no eran la misma división de homicidios
pero se empezaron a dar cuenta que no sabían mucho uno de los otros en relación a sus casos. Era
un buen momento para corregir eso.

Trabajaron por los siguiente dos meses prestándose información clasificada y empezó a dar fruto,
coincidieron que la misma arma sería la que le quitó la vida al Sr. Salas y al Sr. Prado, voleada, pero
de metal, contundente probablemente un tubo de cañería, la descarga de ira en ambos crímenes,
no había indicios de que se haya ingresado a la fuerza y todo fue por atrás, mismo sexo, padres de
familia de entre 30 y 35 años con la única diferencia que en el primero atacó a niñas, pero no las
mató, tal vez estuvieron en el momento equivocado; no era ajuste de cuentas, ellos casi seguros de
que estaban ante un asesino en serie y no podían dejar que diera otro golpe. Pero fue muy tarde, lo
volvió a hacer.

A diferencia de los otros dos homicidios en donde las víctimas sufrían las consecuencias en horas
matutinas, aquí ocurrió lo contrario, eran cerca de las 6pm, ya se cumpliría 9 meses desde el primer
ataque al día siguiente, las sirenas volvieron a atacar la calma del pueblo, mientras tanto Méndez y
Quintero trabajaban hilando cabos que pudieran dar más pistas sobre el asesino recibieron esta
llamada, en un principio este caso iba a ser dado a un tercer detective de la división de homicidios,
pero bajo las influencias de Zea porque escuchó algo sobre un asesinato a sangre fría sin motivo
alguno, solicitó que sean puestos el cargo en este par de detectives.

Al enterarse de esta disposición temieron que sea su némesis, llegaron a la escena del crimen un
poco más lejos, casi a las afueras, fue mucho más horrible de lo ya acontecido, un hombre llamado
Guido Mora fue asesinado de múltiples golpes en el cráneo dejando los sesos y fibra ósea esparcidos
por el suelo, parecía un balón desinflado, tal ensañamiento era repulsivo y surgía más impotencia y
preocupación, sabían que era él, era su asesino. Los vecinos indicaron que no vivía solo, pero que
su esposa sufría de ataques de migraña y tenían un niño recién nacido, cuando fueron a revisar
hallaron al bebé intacto y durmiendo placenteramente como todo bebé, la señora estaba recostada
en sobre su cama en pleno delirio, tenía su móvil a la mano con el cual llamó a emergencias; se trató
de interrogar a la Sra. Mora, pero era inútil solo repetía una y otra vez que no lo podía creer y que
esto iba a pasar tarde o temprano.

Al revisar al Sr. Mora más a detalle, el forense halló tal vez el primer error de su asesino en serie, un
arete cerca de la escena del crimen, no parecía ser de la señora de la casa, por el contario parecía
de un adolescente, pandillero o drogadicto, de los que no había cerca de esa zona, fue muy raro,
hallaron un cesto de frutas, y sí, había todo menos manzanas, ese arete era tal vez la esperanza de
encontrar a dicho asesino y pensaban que la señora de la casa habría estado cara a cara con el
asesino y pudiera dar un descripción de cómo sería, el problema era que por todo lo ocurrido estaba
poco cuerda y, tal vez su declaración no sería la correcta.

Tras ser sometido a un análisis más completo, los detectives fueron completamente sorprendidos,
no se halló ningún tipo de tejido epitelial, ni huella digital, parecía recién comprado, era muy barato
a juzgar por su calidad y muy común en otros sitios, pero tenía una inscripción que decía “Creían
que era evidencia” una vez más la rabia invadió a dichos detectives que ahora ya sabían que el
asesino los conocía y estaría tras sus pasos sin embargo no tenían mucho con que trabajar. Justo en
ese momento apareció otro detective, de menor experiencia y casi nuevo, era el detective que iba
a recibir este caso y pidió ser aceptado para poder trabajar extrajudicialmente en el caso, Méndez
y Quintero aceptaron puesto que era casi un callejón sin salida nuevamente y creían que una mano,
aunque sea poco experta ayudaría. No lo pusieron muy al tanto de la situación y lo hicieron ver
dicho arete con la micro inscripción a lo cual él respondió que tenía una hermana con un arete
similar

- Quintero: Ya lo sabemos, hay muchos iguales en esta zona y hay cientos de ellos en zonas
aledañas con varias inscripciones que las puedes hacer con una llave o aguja.
- Chirinos: Bueno, eso sí lo sé.
- Méndez: Sabemos que fue un adolescente tal vez de unos 12 a 16 años tal vez con zapatillas,
con sangre fría y que le gustan los aretes.
- Chirinos: Es que mi prima también tiene una grabación, sin embargo, el de mi hermana tiene
un grabado más estilizado, no es fácil según mi hermana poder hacer estos grabados en
este material, y aunque es posible que cualquiera lo haga, quien lo hizo tiene una marca un
poco particular.
- Méndez: ¿Cuál es esa marca?

Chirinos se dirigió a los detectives y les hizo un hincapié en la finalización de dicho grabado, fue
entonces cuando Quintero tomó la lupa y con la guía de Chirinos notaron algo de mucha ayuda.

- Chirinos: Observe en la parte derecha inferior, justo detrás de la última letra de la inscripción
y vera como dos pequeños puntos como los de una máquina de coser, ¿Lo observó?
- Quintero: Si, lo veo, ¿Y eso qué?
- Méndez: ¿Qué hay con esto?
- Chirinos: Pues, toda máquina para estos grabados siempre tiene un tipo de finalización sea
cual sea el grabado, una imagen o texto y lo interesante aquí es que todas dejan un solo
punto, una averiada, dejaría dos
- Méndez: Eso quiere decir que no es con una llave o una aguja, sino más bien, que nuestro
asesino se dio la molestia de hacer su grabado con una máquina especial.
- Quintero: Ok Chirinos, es un avance, pero debe haber varias de estas máquinas, tardará
mucho tiempo en revisar todas.
- Chirinos: Pero esta está averiada y se equivoca, aquí solo hay 4 lugares que hacen esto,
hallemos la errada.
- Méndez: Perfecto, vamos a por nuestro asesino.

Méndez cogió su saco y salió de la oficina, mientras caminaban hacia su camioneta le dio la llave a
Chirinos y le dijo que los llevara a los cuatro lugares. Llegaron a un bar, a Méndez le sorprendió un
poco, puesto que siempre pasaba por ese lugar y nunca se imaginó que harían grabados, a Quintero
también le extraño, pero ya había estado en ese lugar y sabía sobre el tema y nunca imaginó que lo
conectaría a este caso.

Entraron a dicho establecimiento y el que atendía los recibió de manera cordial y les ofreció algo de
beber, los tres se identificaron y preguntaron por su máquina de grabado, el barman dijo que estaba
mal y ya no la usaba hace mucho tiempo atrás, insistieron en verla, se puso nervioso y dijo que
consiguieran un orden primero y fue cuando sobre la barra Chirinos puso un papel que decía “orden
de cateo” vieron la cara de sorpresa del barman e incluso un poco de Quintero y Méndez puesto
que no recordaban haber pedido una. Se accedió a ir por ella, llamó a un tipo que estaba atendiendo
y le ordenó que por favor los llevara a la parte de atrás donde tenía su máquina de grabados,
mientras iban caminando Méndez preguntó por esa orden a lo que Chirinos respondió que era una
buena idea tener una en el bolsillo en estos casos, Quintero sonrió y siguieron su camino.

Entraron a una habitación muy desordenada, típica de un soltero sin ningún tipo de orden ni deseo
de superarse, digno de un vago bueno para nada, el mozo se inclinó y metió las manos por debajo
de la cama y sacó una máquina algo rara, muy rara, desempolvó la caja de un soplido y la sacó, era
notorio que la máquina no estaba siendo usada ni nada de eso, tendría meses o tal vez años ahí
guardada, era una decepción más para este grupo de investigación que, no tuvo más que decirle
que por favor la guardara, más cuando este tipo se agacho se notó algo claro, algo tal vez importante
y muy decisivo para este caso.

- Méndez: Aguarda, ¿Cuál es tu edad?


- Lilo: Tengo 18 años oficial
- Quintero: Bien, ahora dinos, tu verdadera edad.
- Lilo: tengo 18 años señor, lo aseguro.
- Quintero: Entonces si tienes 18, muéstrame tu documento por favor.
- Lilo: Espere señor, soy despistado y no sé dónde lo he dejado, eso no es un delito ¿verdad
oficial?
- Chirinos: De hecho, si lo es, andar indocumentado lo es, y podemos retenerte.
- Lilo: Pues no, eso sería un delito o falta si yo estuviera en la calle o fuera de mi casa, pero
no, esta es mi casa oficial.
- Chirinos: Vaya, sabes mucho como para tener 18 años, y no sabrás de una manzana y unos
asesinatos de por ahí.
- Lilo: Perdón oficial, no sé nada.

Chirinos lo empujó y lo puso de espaldas en la pared, le dijo que con la orden que tenían podían
retenerlo si no tenía documentos o algún tipo de identificación; Lilo, el mozo, sonrió y dijo que por
favor le dejasen leer esa orden, fue cuando se miraron entre los tres con un poco de preocupación,
Lilo volvió a sonreír y dijo que era falsa y lo sabía, pero no dijo nada ya que no tenía nada que ocultar.
Salieron de ese lugar sin nada, era otra derrota para estos guardianes de la ley que aún les quedaba
el consuelo de visitar a las otras 3 máquinas. Llegaron a la segunda casa, era un conocido de Chirinos
y estaba en perfectas condiciones por donde se le viera y para que no quede duda alguna hicieron
escribir al dueño un grabado y les mostró unos cuantos que había hecho hace unos días, por ende,
tuvieron que ir a la tercera casa, que en realidad no era casa sino era un lugar donde tatuaban,
oscuro, lúgubre, tenebroso, macabro y hasta de un aspecto embrujado y maquiavélico el cual daba
miedo de solo entrar, pero no tenían más remedio, Quintero le dijo a Chirinos si tenía la orden,
Chirinos asentó con la cabeza lo afirmó y dijo que entraran raudamente al lugar antes que se pueda
arrepentir de hacerlo.

Entraron y solo se escuchaba un zumbido, el mismo que suena cuando hacen tatuajes, era aturdidor
para ellos puesto que no era el estilo; preguntaron por quién atendía en el lugar y se oyó una voz
juvenil diciendo que en unos momentos los atenderían. Salió un muchacho de estatura baja con un
marbete en el pecho con su nombre y de edad tierna, aunque no lo parecía por la cantidad de
tatuajes que aparentaba llevar en brazos y cuello

- Matt: Buenas tardes jefes.


- Chirinos: Buenas tardes muchacho, ¿hacen grabados aun?
- Matt: Pero claro señor, ¿para usted? Tengo modelos de todo tipo y puede ponerle cualquier
tipo de grabado, somos unos profesionales, imagino que están viniendo por uno de alta
calidad, demorará un poco puesto que no es nuestra costumbre tener este material por la
mayoría de nuestros clientes.
- Chirinos: Queremos este material (Le mostró el arete)
- Matt: Es una broma, ese nunca sería nuestro trabajo, ni siquiera tenemos ese material aquí,
nadie lo quiere y no sale a cuenta tenerlo.
- Chirinos: ¿Es en serio? Quieres decirme que no haces este tipo de trabajos (mostrando la
placa de detective)
- Matt: No señor lo siento, adiós.
- Chirinos: Aguarda un momento muchacho, dime tu edad.
- Matt: Lo siento señor, ya cerramos.

Matt entró de forma apresurada a la parte de los tatuajes, pero un grito de Chirinos lo detuvo, le
pidió que se detuviera identificándose como policía, fue entonces cuando la máquina de tatuajes se
detuvo de improviso, un silencio invadió todo el lugar y nada sucedía hasta que salió un tipo alto,
serio, de contextura gruesa y con más tatuajes que Matt, era una presencia imponente de más de
1.90 m y con más de 100 kg, pidió una orden la cual fue puesta por Chirinos sobre la mesa

- Tatuador: De acuerdo oficial, dígame.


- Méndez: Pues le diré, necesitamos ver su máquina de grabados.
- Tatuador: Grabados de dijes y aretes, ¿Esa máquina? Es más vieja que mi abuelo.
- Méndez: Pues sí, y necesitamos verla.

El tatuador se dirigió a Matt y le preguntó si tenía que ver algo con algún delito, Matt lo negó
rotundamente sin titubear, volvió a preguntar si estaba seguro, siguió diciendo que estaba seguro y
que nada tenía que ver en este asunto.

- Tatuador: Pues pueden verla.


- Méndez: Se lo agradezco señor.
- Chirinos: ¿Por dónde es?
- Tatuador: Síganme, no pensé que volvería a conversar con policías, me porte bien desde
que salí de prisión hace mucho tiempo y no he desacatado a la autoridad, aunque parezca
increíble.

Los dirigió hacia un cuarto bien cuidado no muy lejano, limpio y ordenado; les dijo que la máquina
no se había usado en algunos días y que ya estaba fallando, Méndez activó su sentido de alerta al
igual que Chirinos y Quintero, fue cuando preguntó el último día de su uso, Matt respondió que era
muy sencillo y que esta máquina era más moderna y que tenía un registro de todos los grabados y
vieron que el últimos era hace casi un mes, antes de que sucediera el último asesinato y pidió que
se grabase un arete, lo hizo el tatuador aunque era trabajo de Matt y coincidió, al comparar con el
hallado en la escena del crimen tenía los mismos rasgos y el acabado que esperaban aunque no era
su letra entonces pidieron que lo hiciera Matt, pero se negó a hacerlo, después dijo que lo haría por
la fulminante insistencia de Chirinos, pero intencionalmente no lo escribió bien por lo que los
detectives, lo arrestaron y brotaba de él un gran nerviosismo, el tatuador le dijo que si tenía un
delito tendría problemas no solo con la autoridad puesto que no le gustaba que haya traído policías
por delincuente, pero que si era un malentendido no pasaría nada.

Al llegar a la estación sentaron a Matt y le preguntaron por su edad, al igual que Lilo, mintió sobre
ella, entonces bajo la presión de Quintero aceptó decir la verdad

- Matt: Esta bien señor, tengo 16 años, pero necesito trabajar y no le darían el trabajo a un
menor de edad, espero que lo entienda.
- Quintero: Bueno, ese no es un delito grave muchacho, más grave es esto.

Se le mostró la foto de los tres asesinatos esperando que los reconociera y si fuese culpable lo
confesara, pero en vez de eso vomitó, fueron imágenes muy fuertes para un muchacho, quitaba un
poco de esperanzas de encontrar al asesino en serie, pero Quintero estaba seguro de que era él,
sentía que lo tenían.

Mientras traía Chirinos agua para Matt salieron por un momento Méndez y Quintero

- Méndez: ¿Estás seguro de que es nuestro asesino serial?


- Quintero: Si, es nuestro asesino.
- Méndez: No tenemos muchas pruebas en contra suya, ¿qué te hace pensar que es él?
- Quintero: Esta muy nervioso, el grabado lo dice todo.
- Méndez: Pero sabemos que no es suficiente, ningún jurado lo encontraría culpable con
pruebas poco sólidas.
- Quintero: Exacto, tienes toda la razón por eso nos tenemos que enfocar en dos cosas.
- Méndez: Encontrar más pruebas que lo conecten a los homicidios.
- Quintero: O una confesión

Volvieron a entrar donde Matt estaba, ya un poco más tranquilo, siguió el interrogatorio
presionando y presionando sobre los lugares donde él estaba mientras ocurrían los asesinatos pero
no tenía la seguridad de lo ocurrido puesto que el tiempo era su enemigo, intentaron seguir
presionando pero nada, Matt solo tenía un hermano mayor de 24 años pero este estaba en prisión
hace ya unos 5 años por violación a una menor de edad pero nadie sabía que la tutela de Matt
quedaba en el aire y consiguió trabajo con un tatuador que le dio la oportunidad de ganarse la vida.
Estuvieron más de media hora en el interrogatorio.

- Méndez: Bueno Matt, tenemos lo posible para culparte por los homicidios.
- Quintero: Así es Matt, eres menor de edad, pero sí puedes ser condenado y si ayudas en el
caso confesando tus crímenes podrás obtener una sentencia menor.
- Matt: Sentenciar a un menor de edad por algo que no hizo ¿Qué locura?
- Quintero: Muchacho explica entonces el porqué de tu evasiva cuando fuimos a tu tienda.
- Méndez: Una persona inocente no huiría de la policía.
- Matt: Oigan señores, se identificaron como policías y pensé que venían por un tema de mi
hermano o algo parecido y descubrirían que no tengo una tutela, no pueden culparme por
eso señores.
- Méndez: Matt las cosas son más complicadas de lo que parece, por lo pronto tú no tienes
tutela y ya verán que hacen contigo mientras esclarecemos dudas sobre tu participación en
los homicidios.

Chirinos toca la puerta, sale Méndez a preguntar por la interrupción y es cuando Chirinos le informa
que el tatuador estaba en las instalaciones con un abogado y que debían liberar a Matt, además iba
a pedir la tutela y quería hablar con ellos, Méndez no lo podía creer, nuevamente se desvanecían
las oportunidades, pero muy dentro de él tenía la fe de que Matt tenía que ver mucho en los
asesinatos y lo iba a seguir investigando.

Morgan, el tatuador, se llevó a Matt, fueron caminando hasta la tienda, regañando porque mintió
sobre su edad y si quería ayuda debía de decirlo que debería confiar más en él, Matt sintió por un
momento el cariño de familia que le había sido negado por 5 años ya que fue abandonado por su
padre, y su madre lo dejó por un hombre más joven, por lo que fueron dejados a su suerte, Morgan
le tenía un cariño único, era un hombre rudo, pero sin familia, así que Matt era lo único que tenía.
Capítulo 2: Adiós al asesino
A tan solo un día y unas horas de la liberación de Matt, Quintero y Méndez sentados en la oficina
de Méndez, revisando las pruebas que tenían en contra de Matt y las otras en contra de Lilo, se
sentían encerrados de nuevo por este asesino, tratando de atar cabos y revisando fotos de los
homicidios para revisar si se les podría haber escapado algún detalle que los guíe a nuevas pistas,
recibieron la visita de Chirinos el cual trabaja en un caso de intento de homicidio que se le había
asignado por Zea hace unas pocas horas.

- Chirinos: ¿Algo nuevo señor? (refiriéndose a Méndez)


- Méndez: Aun nada, pero ¿dónde estabas? Te necesitamos en este caso.
- Chirinos: Zea me asigno un intento de homicidio de un joven de 28 años en su casa.
- Méndez: ¿Zea sabe que estás trabajando con nosotros?
- Chirinos: Si lo sabe, de hecho, me preguntó si tenían algún avance.
- Méndez: Bueno, entonces supongo que estarás más ocupado, y es bueno que te estén
asignando este caso ya que eres bueno, nos diste una pista clave que nos llevó a algo más
claro y cercano del caso.
- Quintero: Sí, es una lástima en realidad, eres bueno, aunque joven.
- Chirinos: Creo que están muy encerrados en este caso, ¿No oyeron lo que dije? Bueno, seré
más específico. Tengo un intento de homicidio de un hombre de 28 años en su domicilio,
según del expediente es un fumador que aparenta más edad de lo que tiene, fue atacado
en su casa según por la víctima, aparentemente con un tubo de cañería, pero fracasó puesto
que en pleno ataque ingresaron sus dos hermanos por lo que tuvo que huir por una ventana
y ¿adivinen qué?

Chirinos le muestra un folio de hojas indicando que era el expediente con la denuncia de la víctima,
eran pocas hojas, pero Chirinos había remarcado una parte de la declaración, le brillaron los ojos a
Méndez cuando lo leyó.

- Méndez: “Y vieron que se llevó una manzana”


- Chirinos: Exacto, es nuestro asesino y debo de ir a la casa a revisar la escena de los hechos
y pensé que me podrían ayudar en algunos detalles y yo les sigo ayudando.
- Quintero: ¡Vamos!
- Méndez: Muy bien muchacho, eres nuestra cábala Chirinos.

Méndez tomó su saco raudamente para salir a la escena de los hechos, Quintero hizo lo mismo, pero
terminó su café de un sorbo antes.

Ya en la camioneta de Chirinos, le preguntaron en qué lugar habían sucedido los hechos, les dio una
dirección en pleno corazón de la cuidad, por lo que Méndez lo marcó en su mapa y observó que
estaba formando dos líneas casi paralelas que formaban un cuadrilátero, cada vez estaban más
convencidos que ahí hallarían la pista o pistas claves para llegar al asesino. Una vez llegada a la casa
se vieron que estaba con protección policial, entraron y pidieron hablar con la persona atacada que
tenía la cabeza vendada por el golpe, pero se notaba lúcido y en buena condición, aunque si
aparentaba tener si quiera unos 10 años más puesto que era un fumador empedernido, dijo que ya
había puesto su denuncia y que era suficiente, Quintero le entregó unas fotos al joven.
- Quintero: Observe esto señor, son fotos de tres víctimas de entre 30 y 40 años, todos
hombres con familia, pero atacados cuando estaban muy vulnerables y aparentemente
solos, salvo en el primer caso, si usted no hubiera tenido tanta suerte estaría en estas fotos
y nosotros con otro caso de homicidio en el cual trabajar.
- Sr. Soler: Esto es increíble, yo acabo de llegar de viaje a visitar a mis hermanos, Molly y
Tomás, llegué ayer en la noche así que mis hermanos decidieron ir a hacer las compras al
supermercado puesto que tienen un puesto para hacer desayunos, pero Molly la mayor se
le olvidó la lista de compras que necesitaban, así que dieron media vuelta en el carro y
cuando entraron sintieron que había problemas.
- Méndez: ¿Podemos tomar asiento?
- Sr. Soler: Claro (Se sentaron todos)
- Chirinos: Puede decirnos que fue lo que pasó y si pudo reconocer a su atacante.
- Sr. Soler: No, lastimosamente no, estaba en la casa y acababa de despedir a mis hermanos,
yo no salí porque quería darme un baño y descansar así que fui a mi habitación y me cambié
de manera rápida con un polo y la toalla en la cintura, cuando giré la perilla de la puerta del
baño para entrar sentí un golpe muy fuerte en la cabeza, lo cual me tumbó al suelo pero no
quedé noqueado así que como pude me di vuelta y puse la mano para defenderme, pero
me golpeó un par de veces más y lo empujé como pude pero no cayó, siguió con la agresión,
pero justo se oyó la puerta, giró a ver quién era y se fue por la cocina pero logré ver que
tenía un tubo de cañería de unos 30 a 40 cm de largo pero muy pesado.
- Chirinos: Disculpe, dijo que no vio al atacante, pero imagino que podrá darnos más detalles
de él.
- Sr. Soler: Bueno, cuando se dio la vuelta mis manos cubrían mi rostro logré ver que era una
persona de una estatura pequeña, tenía un pantalón negro un poco suelto y un polo negro,
pero no pude notar el material, al principio me pareció que era una mujer puesto que no
había mucha fuerza en sus ataques y su porte no era como para un hombre mas no habló
para nada.
- Chirinos: ¿No dijo nada, si ni siquiera un gesto o un pequeño sonido que lo pudiera delatar
o algo así?
- Méndez: ¡Espere! Usted dice que pensó que era una mujer.
- Sr. Soler: Exacto, pero cuando huyó salió por la cocina y buscó entre las frutas que
compraron, en especial las manzanas, dijo “Para el camino, ya regreso” Era una voz
angelical, pero estoy seguro de que no era de una mujer, era un muchacho.
- Chirinos: ¿Y cómo sabe que se llevó una manzana?
- Sr. Soler: Cuando entraron mis hermanos, Molly me ayudó a que me pueda parar y Tomás
trató de seguirlo, pero no podía salir por aquella ventana, solo podía entrar una persona
ligera.
- Chirinos: Un joven, de aparente edad tierna.
- Sr. Soler: Si.
- Méndez: Una pregunta Sr. Soler ¿Qué es lo que usted vino a hacer aquí?
- Sr. Soler: ¿Disculpe? Se supone que vinieron a ver una escena del crimen.
- Quintero: Disculpe Sr. Soler en primer lugar tenemos que atar todos los cabos sueltos y en
segundo lugar es parte del procedimiento.
- Méndez: Además si no se dio cuenta este atacante coincide con nuestro asesino serial y
cualquier pista nos puede dar un indicio de su paradero.

Justo en ese momento Méndez recibe una llamada de Zea, le responde que acompañó a Chirinos a
ver la escena del crimen puesto que, estaba relacionado con el homicida y que esto va a ayudar a
resolverlo, Zea le decía que tenía otro homicidio cerca de la zona donde estaban interrogando al Sr.
Soler, Méndez no lo podía creer pensaba que el homicida había fallado en su primer intento y quiso
repararlo cometiendo otro cerca de la zona, le comunicó a Quintero y a Chirinos, Chirinos se quedó
para ver si obtenía más pruebas físicas en la casa que lo relacionen, mientras Quintero se fue con
Méndez lo más rápido posible, en vista de que se quedaría Chirinos, Méndez tomó su camioneta y
menos de 5 minutos llegó a la escena del crimen, pero no era lo que esperaban ver nuestros audaces
detectives.

El lugar acordonado, las sirenas de las patrullas y un par de policías los esperaban para dejarlos a
cargo, a tan solo unos metros de la casa yacía un cuerpo, era distinto a los demás casos ya que este
sujeto no había sido golpeado con un objeto contundente, sino que fue apuñalado de frente un par
de veces, una herida en el hígado y la otra a la altura de la garganta lo exhibían, derramó gran
cantidad de sangre, murió a los pocos segundos de ser atacado, más la sorpresa no fue esa para los
agentes del orden, no lo podían creer, inexplicable tal vez, pero al mismo tiempo una pequeña
sensación de alivio, un cruce de emociones entre estos dos agentes; era él, un muchacho de unos
17 a 18 años de edad aproximadamente con baja estatura y muy liviano; era sin duda su hombre, el
perfil de su asesino estaba inerte postrado en el suelo bocabajo con una polera ancha, un buzo
deportivo y zapatillas de jugar soccer.

- Méndez: ¿Qué te parece Quintero?


- Quintero: ¿Este era nuestro hombre o una simple coincidencia?
- Méndez: No lo sabremos, tenemos que esperar al forense y que nos diga exactamente lo
que pasó, según el alguacil lleva cuanto mucho 1 hora aquí.
- Quintero: Si debe ser, la sangre aún está fresca.
- Méndez: Alguacil, ¿Alguien vio algo de lo que aquí pasó?
- Alguacil: No nadie, se preguntó a los presentes e incluso a quienes dieron parte a las
autoridades, pero no tenemos testigos oculares.
- Quintero: Esto es muy raro, ¿Quién lo querría muerto? ¿Cómo sabían del perfil de este
sujeto?

Méndez frunció las cejas con gesto de no saber nada y de preguntarse lo mismo, minutos después
llegó Chirinos en un taxi y observó lo mismo, estaba tan sorprendido como Méndez y Quintero
cuando llegaron, tenía toda la descripción de su perfil y también del atacante del Sr. Soler, tras él
llegó la forense rindió sus conocimientos en base a lo que veía, voltearon el cuerpo y que gran
sorpresa que se llevaron, era Lilo, el mozo del bar y era raro porque hace unas horas estaba
trabajando en un bar local, fue entonces cuando Chirinos notó algo, el joven llevaba algo en el
bolsillo delantero de las polera.

- Chirinos: Oiga, espere un momento, ¿ese no es un papel?


- Forense: Pues si.
La forense sacó con cuidado el papel del bolsillo de Lilo y se lo entregó a Chirinos, quien se puso
guantes quirúrgicos por si lograban obtener evidencia, estaba a punto de leerlo, pero este papel fue
pedido por Méndez, quien también se puso rápidamente los guantes, Chirinos se lo entrega y es
desdoblado para dar lectura, era un papel grande, cuadriculado y doblado con mucho cuidado; en
él había una frase que Méndez lo leyó en voz alta.

“Este es su asesino, revisen la casa en el cuarto al costado del baño encontrarán un armario, por
favor revísenlo. Posdata: No sean tan imbéciles algo les faltó”

Los tres detectives se preguntaban en que habían fallado o que es lo que estaban dejando de lado,
Chirinos alegaba que no lo pusieron al tanto del caso al inicio, pero Méndez no aguantó más, los
llevó a registrar a la casa y dejó a la forense con su equipo y le pidió que lo llevase para que pueda
sacar conclusiones más precisas.

Ingresaron a la casa y en efecto había un cuarto al costado del baño, entraron sin mucho esfuerzo
puesto que no tenía seguro y se notaba que había estado ahí hace poco, de pronto se activó una
trampa usada normalmente para cazar animales salvajes, al pisar una prenda del suelo a la entrada
de la habitación una soga sujetó la pierna de Méndez que iba delante del grupo tirando su pierna
hacia arriba quedando colgado con una pequeña lesión en el tobillo, fue ahí cuando logró ver una
inscripción en el techo que decía “Por imbécil”.

Los otros detectives ayudaron a Méndez a bajar de la trampa, aunque no era muy sofisticada la
trampa no les fue sencillo, con más cautela ingresaron y registraron el aposento comenzado con el
armario y vaya la sorpresa que se dieron, había un tubo de cañería de unos 30 cm de largo, muy
pesado, aparentemente antiguo y sin valor alguno, este mismo fue llevado a laboratorio; registraron
todo rincón de esa habitación y también de la casa pero nada fuera de los común excepto una caja
en la gaveta superior de la cocina, habían manzanas o bueno lo que quedó de unas cuatro manzanas
a medio morder, cada vez más seguros, el asesino había sido asesinado.

Al día siguiente en el departamento de investigaciones, Méndez en su oficina junto con Quintero


revisaban el reporte del forense sobre el homicidio y también la hoja de vida de Antonio Lilo Esteves
Porras, aunque más conocido por sus amigos como Lilo, mientras que Chirinos iba en busca del Sr.
Soler para que ver si reconocía a Lilo como su atacante, además había otras órdenes para interrogar
a amigos y conocidos de Lilo, sobre todo al barman de la cantina donde Lilo fue visto con vida por
última vez.

- Quintero: Según este reporte forense nuestro amigo fue apuñalado en el hígado,
perforándoselo y en la garganta traspasando su tráquea, causa de la muerte
desangramiento, no hubo peleas ni forcejeos ni señales de defensa que se pudiera obtener
para relacionarlo con un posible atacante, su asesino lo conocía y tenía su confianza. Por
cierto, las huellas del tubo de cañería estaban casi borradas, pero tenía una huella y le
pertenece a Lilo según el reporte.
- Méndez: Un muchacho con un promedio paupérrimo en el colegio, pero lo suficiente para
pasar de año, creció al norte con sus padres adoptivos que no le prestaban mucha atención
y fallecieron en el extranjero en un vuelo de avión, trabajaba en el bar desde la muerte de
sus padres, ningún arresto ni siquiera uno menor, intachable.
- Quintero: Un momento, él dijo que vivía en el bar, ¿a quién pertenece la casa de dónde
salió? Se nota que estuvo viviendo ahí por un tiempo, se encontró ropa suya.
- Méndez: Según lo recaudado le pertenece a su padre adoptivo, se la dejaron de herencia
puesto que no tenían más familia, ambos padres hijos únicos y sin familia cercana.
- Quintero: Entonces vivía en ambos lados, ¿Qué me podrías decir de las manzanas?
- Méndez: Bueno, se llevaron a laboratorio y vamos a ver el ADN si le pertenece a Lilo,
recuerda Quintero, nuestro homicida era muy astuto e incluso jugó con nosotros, quién
quita que esto fue para encubrir su búsqueda.
- Quintero: Entiendo, muerto el asesino, ya no habría motivo para seguir buscándolo.

Sonó después la puerta y era un agente que le informaba que tenían al Sr. Soler listo para el
reconocimiento, fue saludado por ambos agentes y llevado al laboratorio forense, la forense lo
destapó y no dudó

- Sr. Soler: Sí, es él, es el desgraciado que me atacó.


- Méndez: Vaya, que seguridad, no titubeó ningún momento, lo vio muy poco y estuvo
bastante aturdido por los golpes, pero sin embargo viendo su rostro asegura que fue él.
- Sr. Soler: Sé lo que digo, era él, su apariencia y su tamaño.
- Méndez: Lástima que no pueda hablar, sino hubiese sido más fácil de reconocer.
- Sr. Soler: ¿Es todo? Debo irme a descansar.
- Méndez: En efecto Sr. Soler, es todo no hay más cuerpos que reconocer.
- Sr. Soler: ¿Quiere un poco de ayuda detective?
- Méndez: ¿Así? Veamos ¿Cómo piensa ayudarme?

El Sr. Soler le indicó que primero debían hacer algo por él, Méndez no soportaba los chantajes ni
mucho menos ese tipo de acciones pero este caso era muy difícil y quería cerrarlo pronto, por lo
que preguntó por el pequeño favor que quería que hicieran por él, aludió tener unos problemas con
sus antecedentes y quería que se los borrasen para poder conseguir un trabajo decente y alegó
además que ya andaba por el camino del bien y no le fallaba al sistema hace mucho, Méndez estaba
en una encrucijada, respiró profundo y le pidió que esperara un momento en el pasadizo, llamó a
un amigo y pidió los antecedentes del Sr. Soler y tenía cargos por delitos menores los cuales podía
ayudarle y no lo comprometería así que hizo un trato para colaborar con el caso.

- Méndez: Estarás limpio si empiezas a ayudarnos, pero solo de tus cargas pasados porque si
cometes alguno después, yo mismo te pondré ante la autoridad.
- Sr. Soler: Esta bien, necesito sentarme y un lugar más cómodo.
- Méndez: Vamos a mi oficina y más le vale que tenga información muy valiosa como para
pedir tantas comodidades.

Méndez lo conduce hacía su oficina y a su vez llama a Quintero al móvil para que participe, lo cual
lo hace de manera rápida, al llegar toma asiento y le ofrecen un vaso de agua.

- Sr. Soler: ¿Agua?, pensé siquiera que me darían mínimo un cafecito, así no hay ganas de
hablar.
- Méndez: Quintero llévatelo por favor.
Quintero toma al Sr. Soler para levantarlo de la silla; él les dice que no es necesario, que hablaría de
todos modos, Méndez le hace entender que no tiene tiempo para estas tonterías y si quería su
ayuda que empiece a hablar.

- Quintero: No nos haga perder el tiempo, diga lo que tenga que decir y evaluaremos su
respuesta para ver si es digna de ser ayudada.
- Sr. Soler: Bueno, bueno, seré directo y preciso; conozco a más de uno de los que me mostró
en la foto.
- Quintero: Eso es normal, estamos con víctimas que vivieron y crecieron en el barrio que
usted también lo hizo.
- Sr. Soler: Y también sabía que las víctimas se relacionan entre sí.
- Méndez: No es posible, tanto el detective Quintero y yo estábamos muy al tanto de estos
casos revisándolos muy minuciosamente y no encontramos conexiones entre ellos antes del
homicidio.
- Sr. Soler: Era obvio, entre los tres cometimos una serie de delitos en nuestra adolescencia y
juventud, déjeme adivinar, Rodolfo Salas y Jonatan Prado, ¿Verdad?
- Méndez: Siga hablando, y Quintero, trae un café al Sr. Soler y averigua dónde está Chirinos
ya que no contesta el móvil.

Quintero fue por el café, pero no encontró a Chirinos y le dijeron que después de haber traído al Sr.
Soler salió aludiendo que tenía que hacer una diligencia muy importante; el Sr. Soler no habló nada
hasta que le trajeron su café y unas galletas, Fue entonces que narró que antiguamente los tres eran
muy amigos, aunque él era el polluelo del grupo se llevaban y entendían muy bien como para
cometer unas fechorías que según él no matarían a nadie, estos tres chicos solo se juntaban cuando
el sol abandonaba la zona y que nada más hicieron, a excepción de algo que los marcó y lo separó
del grupo.

- Méndez: ¿Qué fue lo que hizo?


- Sr. Soler: Salas violó a una muchacha del pueblo, nosotros de cierta manera fuimos
culpables pues si bien la chica no lo reconoció porque la durmió con formol,
sorprendiéndola por detrás, nosotros no dijimos nada después de que nos lo contó.
- Méndez: ¿Sabe algo de Guido Mora?
- Sr. Soler: No, yo no, lo conozco de vista, pero me alejé del grupo poco tiempo después y me
fui de la ciudad hasta hace unos días.
- Méndez: Está bien, es muy valiosa su información, gracias, para dos días a partir de hoy
usted estará limpio y por favor no comparta esta información con nadie.

Se fue el Sr. Soler y poco después sonó el móvil de Quintero, era Chirinos y tenía algo que le gustaría
saber a la pareja de detectives, dijo que lo esperarían. Casi una hora después llegó Chirinos muy
entusiasmado y dijo que tenía conexión entre las víctimas, Quintero lo ratificó por la declaración
recibida hace unos pocos minutos y hasta en un tono de burla, Chirinos preguntó si era entre Salas
y Mora, en ese momento Méndez y Quintero voltearon de un solo golpe la cabeza mirando a
Chirinos pues era el hombre que faltaba en esta situación.

- Méndez: ¿Cómo lo averiguaste y cuál es tu fuente?


- Chirinos: Pues hice lo que ninguno de nosotros hizo y era ver a las niñas.
- Quintero: Hablas de las hijas de Salas, están en estado de coma, aunque la mayor ya está
recuperando hasta donde sabemos.
- Chirinos: Cierto, pero aun así tienen información, la mayor de ellas no es hija de la Sra. Salas,
por lo menos no de sangre.
- Quintero: ¿Cómo dedujiste qué no era su hija?
- Chirinos: A decir verdad, fue intuición, en el mensaje que dejaron en la última víctima decía
que no habíamos visto o que nos faltó, recordé que no me pusieron al tanto de este caso y
mientras busqué al Sr. Soler pasé por aquel hospital, regresé y viendo los expedientes,
necesitaban hacer una donación de médula ósea a la mayor y aún está vigente puesto que
no tienen a un familiar cercano, no es su mamá.
- Méndez: Eres un genio muchacho, veo que aprendes.
- Quintero: Aguarda, ¿y qué con Mora?
- Chirinos: La hermana de Mora no deja de visitar el hospital y tiene varios días yendo según
el registro, ahí hay algo.

La sorpresa embargó a los detectives que inmediatamente fueron a la oficina de Quintero donde
estaba la mayor información de Salas, sacaron los registros de Guido Mora y en efecto figuraba su
hermana, hicieron una búsqueda más exhaustiva en las redes y bases de datos en los que decía ser
una mujer soltera, la segunda de dos hermanos, pero que no tenía una buena relación con Guido,
Clara Mora no tenía hijos y fue criada toda su vida en el mismo pueblo con sus padres que fallecieron
hace unos años , no se tenía nada raro o algo con lo que se pudiera relacionar a las hijas del Sr. Salas,
la duda los carcomía y una idea se dibujó en la cabeza de Méndez, era una locura, pero si era cierto
ataría varios cabos sueltos en el asunto y podrían darle la pista de este nuevo homicidio y de cómo
se podía relacionar con el nuevo asesinato para verificar si en realidad esta última víctima fue
asesino de las otras tres.

Méndez, solo en su camioneta se dirigió al hospital mientras que Quintero entrevistaba al dueño y
a la vez barman de la cantina donde trabajaba Lilo y Chirinos entrevistaba a otro mozo. Llegó al sitio
en donde podía encontrar respuestas y se dirigió donde las niñas y las estuvo observando a ambas
por mucho tiempo mientras que en una mano tenía la hoja de vida de Clara Mora, entró a la oficina
puesto que tenía una cierta preferencia por su trabajo, no era horario de visitas, sin embargo estuvo
ahí un par de horas pensando y dando lectura silenciosa de la condición de ambas niñas y entre más
leía se daba cuenta que su idea tal vez descabellada empezaba a tomar forma. De pronto escuchó
un ruido detrás de un biombo de tela blanca, desenfundó su arma y se oyó una voz suave que pedía
que no dispare y casi por quebrarse, le indicó Méndez que salga y no lo podía creer, era la Clara
Mora quien se había escondido para quedarse mucho más tiempo con las niñas, mientras le
apuntaba le dijo que se sentara y guardó el arma, se sentó a su lado y preguntó:

- Méndez: ¿Qué hace usted aquí Clara?


- Clara Mora: (Llorando) discúlpeme por favor, discúlpeme.
- Méndez: ¿De qué habla Clara? Sea más específica por favor, ¿Por qué esta aquí?
- Clara Mora: (Dirigiéndose a la niña mayor) No es un angelito.
- Méndez: Es su hija, ¿Cuánto tiempo pretendía esconderlo?
- Clara Mora: Mi hija, ¿Por qué la dejaron así?
- Méndez: Cálmese, ya que usted está un poco alterada yo hablaré y me dirá si me equivoco
por favor.
- Clara Mora: Si (Clara Mora asentó con la cabeza)
- Méndez: Irma Salas es su hija, y se la arrebataron cuando era niña, no fue hija de su esposo,
sino es de Rodolfo Salas, él la violó cuando usted era una menor de edad y quedó
embarazada fue entonces que bajo presión de sus padres tuvo a la niña, pero no pudo criarla
así que la dejó con su padre (Clara asentaba la cabeza) y es por eso que usted está aquí y
sabe que es la única persona indicada para un trasplante de médula; pero tengo algunas
respuestas pero este no es el lugar indicado, es un poco aturdidor para usted así que
acompáñeme al departamento de investigaciones.
- Clara Mora: Está bien.

Llevó a Clara a su camioneta para poder llevarla a declarar, durante todo el camino no se pronunció
una sola palabra, un vacío total y pacífico había en la camioneta, solo se tranquilizaba Clara, pero
Méndez, aunque conmovido por el estado de su pasajera lo embargaba la duda, aunque tenía ya
una teoría muy sólida que poco a poco iba encajando surgían más preguntas que Clara podía
responder, era el punto clave de esta situación y su llave a su tormento. Una vez llegado al
departamento de investigaciones fue escoltada por un par de policías hacía un cuarto mientras él
iba por noticias de las otras declaraciones de sus colegas y también darles la buena noticia para sus
dolores de cabeza.

Según Chirinos el mozo que trabajaba con Lilo indicó que era muy seguro de sí mismo y hasta un
poco adelantado a su edad, aunque era bravucón nunca tuvo problemas dentro del bar puesto que
él jefe lo botaría sabiendo el expediente de su hermano, pero que era muy coqueto con las señoras
que venían al bar, e incluso recuerda que una vez cuando ya iban a cerrar estaba una señora en la
barra que no venía muy seguido y que fue atendida por Lilo, el jefe dijo que cerremos pero insistió
en quedarse y le dio 100 dólares extras a Lilo para que la siga atendiendo así que el jefe lo aceptó
ya que dormían ambos en el local y de ahí no me contó más. Chirinos pidió la descripción de la
Señora, Cabello negro oscuro de contextura un poco gruesa, muy bonita con un color canela, de una
talla regular bien vestida y muy triste.

Conversó muy poco con Chirinos y le dijo que vaya a la sala dos de interrogatorio, pero en la parte
de afuera donde se solo se mira y escucha, pero no participa; Luego llegó donde Quintero y el jefe
del Lilo e indicó prácticamente lo mismo y dio los mismos detalles y descripciones que el otro mozo,
pero que además sabía de su hermano, que por eso lo había ayudado y que además estaba tomando
un tipo de terapia, de igual manera lo llevó a la sala dos para que escucharan el interrogatorio.

En la habitación Clara esperaba pacientemente hasta que entró Méndez, muy serio y con una serie
de expedientes según él sin resolver junto cada foto de sus víctimas encima y según decía que con
su ayuda lo podría resolver y hacer justicia para las víctimas.

- Clara: ¿Víctimas? ¿Quién es la víctima, el que asesina al cuerpo o al espíritu?


- Méndez: No la entiendo.
- Clara: Estos hombres que usted ve aquí me destruyeron la vida, y desde ahí nunca he podido
ser feliz, ni un solo segundo.
- Méndez: Espere un segundo ¿Usted sufrió una violación por parte de Rodolfo Salas?
Entonces ¿Por qué dice que todos le destruyeron la vida? Dígame ¿También la violaron?
- Clara: Era un domingo y yo salía a correr pues me gustaba el deporte y un día corrí más de
lo normal y me exigí mucho hasta que al llegar a los límites de la ciudad, sentí un trapo en
mi boca y nariz, no duré más de dos segundos y me desmayé, pero no me habían puesto
bien el trapo o no tenía mucho formol que desperté minutos después y recuerdo que estaba
desnuda de la cintura de abajo y un hombre encima mío tomándome como mujer tan
salvaje y brutalmente que no podía contener la rabia, pero la contuve y fingí no haber
despertado, duró un tiempo más y se paró, se subió los pantalones y dándose media vuelta
se fue de aquel lugar caminando y silbando como si nada hubiera pasado.
- Méndez: ¿Cómo supo que era Rodolfo Salas?
- Clara: No lo sabía, pero guardé cada detalle de él, su forma de caminar, silbar, su ropa y su
cabello hasta que esa misma tarde cuando regresé a casa, después de ser castigada por mis
padres por mi demora subí a mi techo, era mi lugar secreto por así decirlo y lo vi.
- Méndez: ¿Era él?
- Clara: Sí, era aquel tipo que se acercaba a mi casa, tocó el timbre y salió mi hermano Guido,
le dijo que su deuda ya estaba saldada y que si necesitaba dinero que se lo podía prestar ya
que de sus fechorías las conseguía.
- Méndez: Entiendo, su hermano la vendió, ¿Encaró a su hermano?
- Clara: No, no lo hice, pero cuando mi vientre comenzó a crecer se lo dije y le advertí que
denunciaría a Rodolfo si no me ayudaba.
- Méndez: Así que le pidió que cuando naciera su hija él debía de hacerse cargo.
- Clara: Mis padres pensaron que ella estaría más segura con alguien que la pueda mantener
y que la regalase a una familia adinerada, pero no pude, era mi hija y no quería verla lejos
así que se la di a su padre, aunque la rabia me carcomía por dentro por lo que me hizo, pero
sé que la tendría relativamente y de vez en cuando la vería crecer.
- Méndez: Entonces creció viendo a su hija todo este tiempo, se registró como hija de Rodolfo
con otra madre.
- Clara: Así es, se parece muy poco a mí, pero es el vivo retrato de su padre.
- Méndez: En efecto, eso explica porque veía su foto y la de la niña, y no le hallaba gran
parecido.
- Clara: Es mi hija, cualquier prueba de paternidad lo podría demostrar.
- Méndez: Le creo señora, solo conteste unas preguntas más y por favor cálmese.
- Clara: De acuerdo, solo hágame un favor, deje que le pueda donar la médula a Irma, lo
necesita y la supuesta madre se niega a hacerlo.
- Méndez: (Sabía que tendría que usar sus influencias por conseguir información) Está bien,
pero necesita hacerse una prueba para corroborar que usted es la madre biológica y unos
análisis, usted entenderá, trámites necesarios y todo eso.
- Claro: Claro, entiendo, contestaré entonces.
- Méndez: Usted no denunció la violación al inicio, ¿Por qué después amenazó con hacerlo si
no aceptaba criarla?
- Clara: ¿Usted tiene hijos?
- Méndez: Si, dos hermosos hijos a los cuales amo con todo mi corazón.
- Clara: Entonces sabrá que en cuanto tuvo a sus hijos en brazos daría todo por ellos e incluso
enfrentaría sus miedos; Rodolfo tenía un grupo de amigos que en todo lo apoyaban,
menores que él.
- Méndez: ¿Sus padres llegaron a saber quién era el padre?
- Clara: No, nunca se los dije y murieron sin saberlo.
- Méndez: ¿Sabía quiénes eran ese grupo de amigos?
- Clara: Casi nadie los conocía, pero siguiendo a mi hermano me enteré de que eran dos
muchachos.
- Méndez: ¿En qué colaboraron estos muchachos a destruirle la vida cómo lo hizo Rodolfo?
- Clara: Cuando amenacé primero a mi hermano él fue a comunicarle a Rodolfo y cuando
estaba unos días con mi bebé uno de ellos intentó hacernos daño, cuando caminaba con mi
bebé por la calle no tan lejos de mi casa, uno de ellos lanzó una piedra de unos 2 kg
aproximadamente, directo a mi bebé, pero la protegí y me cayó en las piernas lo cual me
tumbó entonces apareció era uno de su grupo con otra piedra en la mano y tenía toda la
intención de reventarme la cabeza, pero apareció mi hermano y me defendió, de igual
manera intentó lanzarme la piedra pero le cayó a Guido, lo llamó por su nombre y le dijo
que era un idiota y se fue corriendo; al día siguiente vino el otro amigo de Rodolfo por así
decirlo dijo que él aceptaba la propuesta, pero me insultó de la peor manera que se puede
insultar a una mujer, burlándose de lo que Rodolfo me había hecho y confesó que si hubiese
podido lo hubiera hecho él, pero el perdió al lanzar una moneda y le tocaba vigilarme y
hacer la función de centinela.
- Méndez: Un momento, ¿Quién la agredió? ¿el mayor o el menor?
- Clara: Fue Nolberto, Nolberto Soler, el menor del grupo y créame no tuvo ningún asco en
hacerlo, poco después de eso desapareció, poco me importó y en cuanto a Jonatan, se alejó
de Rodolfo hasta donde supe y siempre negaron algún parentesco o amistad.
- Méndez: ¿Conoce a Lilo?
- Clara: Si, la única persona ajena a la situación que conocía mi historia.
- Méndez: Pues fue hallado muerto.
- Clara: ¿Encontraron el tubo?
- Méndez: Usted, fue su cómplice, ¿Cómo sabía del tubo de cañería?
- Clara: Lilo tenía una casa, según decía él era de un amigo y que a veces se quedaba ahí y
bueno pues me invitó a acompañarlo y accedí, dormimos juntos y a la mañana siguiente
cuando se vestía dijo que con un tubo como esos le haría justicia.
- Méndez: Pues lo hizo.
- Clara: Pensé que lo decía de broma o solo para consolarme, pero cuando vi a mi hermano
muerto de esa manera supe que había sido Lilo, y claro mentí cuando me preguntaron si
podía saber algo sobre el tema y por cierto Lilo ama las manzanas.
- Méndez: ¿Sabe usted de alguna trampa que hubiera podido encontrar en la habitación de
Lilo o si en algún momento le mencionó sobre una?
- Clara: No, ninguna, él nunca mencionó nada como eso.
- Méndez: Sabe algo de un dije o un arete grabado.
- Clara: Tenía un amigo creo que se llamaba Matt, él le prestaba su máquina para hacerlos,
Matt sabía cómo borrar la fecha para que su jefe no sospechara (Esta pequeña parte no fue
incluida en el informe a pedido de Méndez ya que no veían a Matt como un asesino)
- Méndez: Gracias por su colaboración, pero va a quedar detenida por obstrucción a la ley,
por mentir sobre la muerte de su hermano y posible complicidad de los homicidios, pero no
se preocupe, haré los trámites para la operación de su hija.
- Clara: (Sonriendo y tomando con sus dos manos la mano de Méndez) Gracias, es lo único
que me importa.
Los detectives en ese momento sabían que los habían engañado, el Sr. Soler indicó que no sabía
quién fue la víctima de violación y mucho menos que conocía a Guido Mora, así que tenían que
volver a traer al departamento al Sr. Soler, pero cuán grande fue su sorpresa que cuando emitieron
la orden para declarar, este sujeto había desaparecido, así que hablaron con sus hermanos, pero
negaron saber cualquier participación de los hechos y mucho menos saber dónde estaba su
hermano, dijeron que cuando llegó en la tarde estaba tranquilo y que cuando regresaron más tarde,
se había llevado sus cosas e incluso faltaba dinero de su negocio, pero no lo denunciaron pues era
su hermano, parecían seguros pero Méndez los estaría vigilando muy de cerca.

Méndez trato de comunicarse con su amigo que limpiaría los antecedentes del Sr. Soler, pero no
recibía respuesta así que dejó mensajes para que no lo hiciera, no podía limpiar los antecedentes
de una persona que tuvo un intento de homicidio, aunque fue muy valiosa su información no lo
merecía. Méndez cumplió y tramitó todo para el trasplante que fue un éxito y una gran satisfacción
para Clara.

Cuando Zea reunió a los tres detectives días después, presentaron el informe con todas las pruebas
y declaraciones que tenían y admitieron no encontrar a Nolberto Soler, a Zea no le importó mucho
puesto que ya todo estaba armado, sabían que los cuatro desgraciaron la vida a Clara Mora, uno la
violó, otro intentó deshacerse del bebé, otro fue el centinela de la violación y su hermano la vendió
por unas cuantas monedas, Clara le había contado a Lilo su situación en una noche de copas y
aprovechó el estado de tristeza y angustia para acostarse con ella.

Se le esperaba un juicio a Clara para determinar su inocencia en los homicidios, sin embargo, Zea
que se había convertido en la autoridad mayor tras la renuncia del jefe de Méndez les dijo a los
agentes que liberen a Clara y que además le dieran la tutela de Irma e incluso que se encargaran de
que Irma Salas sea Irma Mora.

- Zea: Bueno muchachos los tres homicidios fueron cometidos por Lilo y a Lilo alguien lo mató
y no sabemos quién pudo ser, pero estamos seguros de que no fue Clara ni Soler puesto que
estaba con ustedes a la hora del homicidio de Lilo y no tenemos ningún sospechoso o
sospechosa ¿Verdad? (Lo dijo mirando a los tres detectives)
- Quintero: No, ninguno señor.
- Méndez: En efecto, ninguno.
- Chirinos: Lo que usted leyó en los expedientes es la información recaudada y nada más.
- Zea: Pues bueno, tenemos un asesino muerto y se acabó todo, los asesinos a veces no
merecen justicia, aunque lo hayan hecho por justicia, todo estaría bien si no hubiese
atacado a las niñas, la menor murió hace unas horas y su hermana se recupera poco a poco,
no quiero que interroguen a la viuda de Salas, no quiero más sobre este tema y punto.
- Méndez: ¿Y con Soler?
- Zea: ¡Ah! Si, tiene un historial completamente limpio e intachable, ningún problema con la
autoridad, ni siquiera una infracción de tránsito (lo decía de forma burlona) así que no lo
investigaremos y como dije hace un momento “se acabó y punto” ¿Entendiste Méndez?
- Méndez: Si señor.
- Quintero: ¿Y el asesino de Lilo quedará libre?
- Zea: (Refiriéndose a Méndez y a Quintero) ¿Así es cómo agradecen ayuda de alguien que
les ayudo a cerrar un caso que les hubiese tomado toda su carrera o su vida? Se acabó, ¿o
hablo en chino?
- Quintero: No señor.
- Zea: Pueden retirarse, por cierto, no hay homicidios, secuestros, ni violaciones pendientes,
así que tómense un descanso, yo los llamaré cuando la situación lo amerite, excepto tu
Chirinos.
- Chirinos: Si señor.

Los tres se levantan y salen de la oficina de Zea, Méndez golpea el hombro de Chirinos diciéndole
que hizo un buen trabajo y que fue de mucha ayuda para este caso pero que Zea tenía razón, sin la
colaboración de nuestros sospechosos hubiese sido imposible resolver este caso y sobre todo el
asesino de Lilo se los entregó en bandeja de plata, y les evitó el juicio y la condena; sentían en su
interior que tal vez podría ser lo mejor pero que aún faltaba un cabo pendiente pero no estaban de
descanso excepto uno.

Cuando Méndez y Quintero fueron a tomar sus respectivas vacaciones indeterminadas, Chirinos
condujo en su camioneta hacía un establecimiento ya conocido, era la tienda de Morgan, cuando
entró se oía aun ese sonido perturbador para él, así que solo tocó con una llave el vidrio de una
repisa para que salieran a atenderlo, salió Matt.

- Matt: Buenas tardes detective, si es por mi tutela, Morgan está tramitando mi adopción.
- Chirinos: (Se acerca un poco a Matt) Muy bien, te felicito.
- Matt: Gracias.
- Chirinos: Pero esa no es la razón por la cual estoy aquí, sé que tu hiciste el grabado de Lilo.
- Matt: No lo diga muy fuerte, que Morgan no se entere por favor.
- Chirinos: Descuida, el caso está cerrado y supongo que solo lo hiciste porque él te lo pidió.
- Matt: No señor, yo le presté la máquina para que él lo haga, vaya ya cerraron el caso.
- Chirinos: Si amigo, bien cerrado; y nadie sabrá lo que sucedió no te preocupes sabemos que
lo que hiciste no influyó en sus asesinatos.
- Matt: No, no influyó en sus homicidios, solo en el mío.
Capítulo 3: Mas que un asesino
- Matt: No señor, yo le presté la máquina para que él lo haga, vaya ya cerraron el caso
- Chirinos: Si amigo, bien cerrado; y nadie sabrá lo que sucedió no te preocupes sabemos que
lo que hiciste no influyó en sus asesinatos
- Matt: No, no influyó en sus homicidios, solo en el mío.
- Chirinos: Sí, si lo sabía.
- Matt: ¿Y el otro detective, Méndez?
- Chirinos: Cuando le hablé de ti y de tu inocencia dudó un poco, y es que no debiste temblar
al escribir con esa máquina, por cierto ¿Morgan?
- Matt: Esta tatuando, creo que es un águila con una serpiente como el de la bandera de
México y tomará tiempo, es su segunda sesión y tendrá para rato.
- Chirinos: Tuve que escapar de Méndez y del baño llamar a Morgan y hacerle entrar en razón,
que de cierta manera él era responsable y bueno, si llamó al abogado de oficio.
- Matt: Si, ya no aguantaba estar ahí, casi cedo.
- Chirinos: Méndez es muy bueno, si hubiese averiguado algo, darle un empujón para poder
ayudarlo (Hablando en son de broma)
- Matt: Eres un genio, un maldito genio.
- Chirinos: Si ya lo sé.

Mientras esta conversación surgía a un lado del pueblo, en la ciudad Méndez invitaba a Quintero un
rico y suculento aperitivo, un lonche, en el mismo lugar donde se enteraron de que hablaban del
mismo homicidio, donde nació la idea de trabajar juntos.

- Quintero: Vaya, terminamos en teoría el caso que tenía más brazos que un pulpo.
- Méndez: ¿En verdad crees que esto acabó?
- Quintero: Tengo mis dudas al respecto, no estoy seguro.
- Méndez: Tu inseguridad es mi seguridad, Zea nos dejó a un lado por algo, tanto por resolver
y dejarlo estancado.
- Quintero: ¿Confías en Chirinos?
- Méndez: Para nada, es nuevo y sabe mucho, ni yo era tan eficiente cuando inicié y vaya que
resolví varios casos.
- Quintero: Nos hizo quedar mal en más de una oportunidad y se adelantó a muchas
situaciones y nunca lo pusimos al tanto de la situación, lo absorbió muy bien y nunca tuvo
acceso ni a tus expedientes ni a los míos.
- Méndez: Exacto, no confío en él, nadie es tan bueno, no a su edad o quizá es un genio de
verdad.
- Quintero: Bueno él sigue y nosotros descansamos.
- Méndez: No Quintero, nosotros estamos fuera momentáneamente, mientras Zea trabajará
con Chirinos, pero sabía que esto podía pasar así que te tengo un regalo (Le entrega un folio
de papeles)
- Quintero: ¿Y esto que es?
- Méndez: El expediente de Chirinos.

Quintero toma el folio, saca unos papeles y empieza a leerlos detenidamente, pero para su
sorpresa no encuentra nada de raro en ellos, todo estaba en su sitio y no había detalles que diesen
lugar a la duda de Chirinos, era un hombre nacido en el pueblo vecino con familia en esta ciudad,
con estudios completos, excelencia en el colegio, segundo puesto en examen de admisión en la
policía, graduado con honores y la más alta calificación. Todo parecía estar en orden, Quintero
seguía observando dichos documentos y todo en su sitio, sin duda tendrían que buscar e indagar
más profundo para averiguar si su colaborador oportuno escondía o tramaba algo, debía ser más
minucioso y a la vez audaz para laborar a espaldas de su trabajo.

Pasaron días y ambos detectives en sus casas teniendo comunicaciones vagas indagando si uno tenía
algún tipo de información para comentárselo al otro, un mes, dos meses, tres meses, pero nada; sin
embargo era raro que Zea no solicite la ayuda de Méndez o Quintero, pero también sabían que nada
muy extraordinario estaría pasando como en sus últimos casos, así que ambos imaginaban que lo
malo que fuese a estar ocurriendo en esa jurisdicción era muy controlable y eso en realidad no era
tan común, ocurría pero no era tan común.

Ya habían pasado tres meses y un par de semanas cuando el móvil de Méndez sonó, al inicio no
contestó puesto que estaba con su familia en un día de campo lo cual hizo que también sonase el
teléfono de Quintero a lo cual atendió inmediatamente, era Zea, sabía inmediatamente que
regresaría al trabajo y respondió que estaría lo más rápido posible. Acudió a la oficina de Zea, y ahí
estaba también su antiguo colaborador, Chirinos tenía un caso y no era cualquiera, era tal vez uno
con el que no quisiera toparse ningún policía; hace ya un par de semanas hubo un reporte de una
niña perdida hace unos días, pero fue halla un día y medio después lo cual no alarmó a los detectives,
pero si lo hizo cuando la misma niña fue reportada nuevamente como desaparecida y habían pasado
más de diez días y no había rastro de ella, no hubo ningún tipo de rastro de donde pudiese estar.

- Zea: Detective Quintero, lo tengo aquí porque aquí nuestro hombre (refiriéndose a Chirinos)
no ha podido establecer una coartada de nuestra niña desparecida hace 10 días y no me
está gustando esto.
- Quintero: ¿Cree que sea un secuestro?
- Chirinos: No, ya hubiesen pedido un rescate y de alguna manera u otra se hubieran
contactado con los padres pidiendo un rescate o algo que los beneficie para intercambiar a
los secuestradores.
- Zea: No sabemos lo que es, de repente es una niña que no le gusta estar en casa y huye
porque sus padres la golpean, es rebelde o simplemente está cometiendo una de sus
travesuras y se le pasó la mano.
- Chirinos: Creemos que la niña era maltratada en casa e incluso obligada a tener sexo con
alguien de la familia, el padre o el hermano mayor.
- Quintero: ¿Por qué lo cree así detective Chirinos? Es otra de sus intuiciones (…en son de
mofa)
- Chirinos: En realidad no, la gente habla, si lo hacen es por algo y todos se conocen aquí, por
lo menos en la zona donde vivía era sabido que la niña era de cierto modo infeliz en esa
casa, la maestra y otras madres de familia de la escuela a la que acudía lo verifican en más
de un 90%
- Zea: Ese 10% hace la diferencia en este caso, si esa teoría fuese cierta, debemos de
comprobarla o la sociedad no estará tranquila con nosotros y nuestro trabajo, así que hagan
un esfuerzo supremo y por favor comuníquense con Méndez que es él quien debería estar
a la cabeza en este asunto.
- Quintero: Buscaré a Méndez señor, y también a la niña.
- Zea: Correcto, es una niña, y si hubiese huido no podría llegar tan lejos sin ayuda a menos
que esa teoría esté errada, y tuviésemos que buscar en otro lado alguna teoría que encaje
más en la situación que se está viviendo.
- Quintero: La encontraremos señor, se indagará más a profundidad este caso, avisaré a
Méndez de inmediato y si es posible lo buscaré en su casa y los tres resolveremos el caso a
la brevedad posible.

En ese momento, Quintero llamaba repetidas veces al móvil de Méndez, pero nada, estaba con su
esposa e hijos disfrutando del campo; así que decidió ir hasta su casa, no era muy lejos, pero debía
de hacerlo, era fundamental su ayuda para este caso y entre más pronto lo fuese a encontrar, sería
mejor para la resolución del caso.

Por otro lado, una niña de 9 años estaba desaparecida más de 10 días, era la segunda vez que
ocurría, pero sin embargo los padres no tuvieron el mismo cuidado en su protección, pensaron que
no volvería a suceder y mucho menos a tan pocos días de haber sido encontrada cerca de un basural
a pocas cuadras de casa, intacta pero con un miedo profundo por lo que no podía recordar mucho
para ayudar ya sea porque estuvo con los ojos vendados y una mordaza en la boca que solo se la
retiraban parcialmente para comer. Eso decía el expediente que leía Quintero mientras esperaba
afuera del domicilio de Méndez, hasta que no se hizo esperar más y bueno, bajó un hombre de
familia de una camioneta muy imponente, cuando Méndez vio a Quintero se sorprendió tanto que
lo primero que hizo fue prender su teléfono para revisar sus llamadas y mensajes en su ausencia,
los encontró y le dijo a Quintero que ese día lo había predestinado con su mujer para un día de
campo y que además le había prometido que nadie les interrumpiría así que dejó el celular apagado,
no fue el momento indicado.

Quintero puso al tanto a Méndez, condujo al departamento de investigación mientras que manejaba
en su camioneta hasta que Quintero llegó, bajaron a la oficina de Quintero y sacaron los archivos
relacionados a secuestro, no podían dejar que pase el tiempo, era una niña que a cada segundo que
transcurría podía estar sufriendo, muriendo o tal vez adquiriendo traumas de por vida. Méndez no
pudo encontrar en ninguno de sus archivos relación con lo ocurrido puesto que solo ocurrieron 3
secuestros en esa zona y el último lo registró un detective apellidado Corrales, que fue asesinado
hace varios años de un tiro en la cabeza, pero se logró rescatar a la víctima, así que en base a ese
caso tomarían sus medidas.

Pasaron algunos días y no había respuesta, la niña de tan solo 9 años seguía sin rastro alguno hasta
que apareció una pista que pudo dar hincapié al secuestro. Una llamada anónima a la casa de la
familia preguntando por la señora Aragón y no por el Sr. Aragón para hablar de su hija, en cuanto
se enteraron de esta llamada con voz sintetizada acudieron inmediatamente a ver a la familia de la
menor secuestrada, pero el secuestrador solo quería dialogar con la señora de la casa, aunque era
algo extraño puesto que el hombre de la casa quería que la discusión por la niña sea con él; más, su
petición le fue negado por el supuesto secuestrador.

Al llegar a la casa fueron recibidos atentamente y con una preocupación total, estaban dos de los
tres investigadores que resolvieron el caso del homicida de la manzana, Quintero y Méndez se
preguntaban por Chirinos porque algo estaría tramando o adelantándose a los hechos como ya lo
había hecho antes; el Sr. Aragón contó que la llamada fue como a las 8.00 a.m. cuando ambos padres
aún estaban en la casa cuando llamaron al móvil de la Sra. Aragón pero no fue contestado por estar
bañándose, pero luego sonó el teléfono de la casa y se escuchó una voz disfrazada por otra gruesa
indicando que deseaban hablar con la Sra. Aragón, más él no lo permitió porque sabía que tratarían
el tema de su hija, preguntaron que hizo inmediatamente después de negar a su esposa fue
entonces que colgó diciendo “Solo la Sra. Aragón”.

A los investigadores les pareció muy extraño el solo pedir hablar de un posible rescate con la mamá
y no con el papá que en teoría manejaba el dinero y las acciones de la casa, no era una familia
adinerada, pero tampoco echada al olvido. Estuvieron recolectando algunos detalles importantes
de la familia que posiblemente no tendrían que ver con el rapto, era una familia promedio donde el
padre era hijo único y la madre tenía una hermana menor viviendo muy lejos de la zona, se decidió
separar de la familia por su esposo, aunque la familia no permitía esa relación por pensar que no
era de una familia acorde a la que su hija merecía; en un principio se sospechó de los abuelos
maternos, pero hubiese sido muy raro que pudieran lograr ese objetivo desde tan lejos y sobre todo
dejar a la niña en un basural, de ser ellos la hubieran tenido con ellos y además, Chirinos había
corroborado la coartada de los abuelos y fue ya antes que devolvieran por primera vez a la niña, la
pregunta que surgía y buscaba una explicación era la de ¿Por qué la dejaron abandonada y por qué
la volvieron a secuestrar? Las posibles respuestas que surgían era que tal vez la niña había escapado
y se escondería en un basural, otra era que quien o quienes estaban tramando estas acciones estén
jugando con la familia o con la policía e incluso que fuese un amante de la Sra. Aragón por pedir
hablar con ella o un amor rechazo antiguamente y por ahí otras ideas que rondaban la cabeza de los
investigadores.

Aunque Chirinos ya lo había hecho, Méndez decidió por segunda vez interrogar en su domicilio a la
Sra. Aragón sobre el momento del secuestro para compararlo con el segundo, ella colaboró sin
dudar.

- Méndez: Bueno, empecemos como si fuera la primera vez que nos contará sobre el primer
secuestro, sea lo más exacta y detalle lo más posible los hechos, no importa el tiempo que
se tome.
- Sra. Aragón: Bueno, el detective Chirinos ya lo sabe, pero si usted insiste lo haré, ya hace
dos semanas mi hija y yo paseábamos por el centro de la ciudad, íbamos de compras,
compras para la semana, hacemos esto cada dos o tres semanas dependiendo lo que
necesitemos en la casa, mi marido que es trabajador social en una empresa de clase media
nos da para el mes y yo lo administro. Paseábamos por la avenida principal y en la quinta
cuadra, me detuve unos minutos para atender una llamada sin descuidar a mi hija, cuando
en un abrir y cerrar de ojos un joven se llevó a mi hija en dirección al norte y cuando quise
correr otro sujeto me empujo en dirección contraria, caí de manera pesada por el suelo con
mis compras y cuando pude pararme ya no estaba así que grité fuertemente por la calle
para pedir ayuda, me auxiliaron, pero nadie los vio según dicen.
- Méndez: ¿Qué hora era?
- Sra. Aragón: Eran como las 10 de la mañana, tomamos ese sábado para ir de compras.
- Méndez: ¿Logró reconocer a alguien?
- Sra. Aragón: No me percaté, fue tan brutal el choque que no pude reaccionar y tomé
conciencia segundos después, ¡desgraciados!
- Méndez: Sra. Aragón, según el expediente usted estuvo a punto de casarse en dos ocasiones
un año y dos años antes de casarse con su actual esposo, ¿Sospecha de alguno de esos dos
tipos? Y disculpe por la pregunta, pero ¿Le es fiel a su esposo?
- Sra. Aragón: (Enojada) ¿Qué pretende al decir eso? Soy fiel a mi marido, llevo casada con el
mas de 18 años y nunca saqué los pies del plato, ni siquiera lo pensé, lo amo y mis dos hijos
lo saben y pueden dar fe de ello.
- Méndez: Lamento la pregunta, pero es parte del protocolo, pero debemos hacer todas las
preguntas posibles para ir eliminando teorías innecesarias, no es mi intención hacerla sentir
así.
- Sra. Aragón: (Ya más calmada) Está bien, con respecto a mis dos casi esposos, ni siquiera los
escogí yo, mi madre seleccionó al primero, un tal Jeremías que por cierto ya murió hace
unos años, era contador en una prestigiosa empresa y el otro era Waldo, arquitecto y ahora
está felizmente casado y lo último que supe es que está en un proyecto en China, salió en
las noticias, si desea lo verifica.
- Méndez: Waldo Arteaga, el ganador del proyecto organizado por los asiáticos, sí, oí de él,
vaya, rechazó hombres importantes.
- Sra. Aragón: Usted también lo haría si estuviera enamorado de otra persona, o por lo menos
eso creo.
- Méndez: ¿Qué me podría decir de este segundo atentado en contra de su hija?
- Sra. Aragón: Ángela, se llama Ángela.
- Méndez: ¿Qué sucedió en esta ocasión?
- Sra. Aragón: De acuerdo, no fue igual, pero les puedo decir que fue a la misma hora
solamente que fue a unas cuadras de mi casa, para ser exacta a dos cuadras, es donde se
ubica nuestro paradero del bus hacía el centro.
- Méndez: Sra. Aragón, si su hija fue secuestrada hace unos días, ¿No creía que era mejor
tenerla en casa y dejarla descansar? Este fue un trauma grande ¿Por qué salió con la niña?
- Sr. Aragón: (Con mucha ira y levantándose de golpe de su sitio) Es lo que le repito a diario,
no había necesidad de salir, yo podía ir después de mi trabajo, quería proteger a la niña,
pero mi mujer pensaba que distrayéndose podría estar mejor la niña, ¡Qué locura!
- Sra. Aragón (Llorando) ¡Lo siento! No quise que esto pasara ¡Lo siento!

Mientras esto ocurría, la mente de Quintero maquinaba y se le vino a la cabeza la idea de que la Sra.
Aragón podía tener que ver más de lo que cuenta aquí, ya que no reconoció a los secuestradores y
además sacó a la niña poco tiempo después de haber sido víctima de un secuestro y no haber sido
recuperada en buenas condiciones.

- Quintero: Cálmese Sra. Aragón, calma, ¿Cómo ocurrió el segundo atentado? Por favor
necesitamos tener la información lo más pronto posible para actuar muy rápido.
- Méndez: El detective Quintero tiene toda la razón así que deben de calmarse, cuéntenos
por favor, señora.
- Sra. Aragón: Casi al llegar a la esquina del paradero quería ver si nuestro bus venía, y me
pareció ver uno que es similar así que esperé un par de segundos y cuando se acercó un
poco más vi que no era, cuando me di vuelta para ver a mi hija sentí en todo mi rostro un
trapo y quedé por unos instantes sin sentido, cuando me recuperé no vi a la niña (Rompe
de nuevo en llanto)
A Quintero no se le quitaba la idea de que la mamá tuviera algo o mucho que ver en este caso, las
lágrimas no lo convencían, no tenía muchos años en el departamento de investigaciones, pero ya
había visto ese llanto antes y terminó en varias ocasiones siendo falso.

Por otro lado, Méndez determinó que el secuestrador de alguna manera conocía la casa de su
víctima, lo que no estaba seguro era qué si lo sabía desde antes del secuestro o después de la
liberación de Ángela, pero si sabía que la niña había sido secuestrada por la misma gente y pensó
que la gente que estaba en ese bus que la señora vio pasar pudo ver algo raro, como la interrogación
terminó ahí por el quebranto de la señora, no pudo obtener más información así que emitió un
boletín pidiendo algún tipo de información, a ver si alguien que estaba en un bus similar ese día a
esas horas aproximadas vio algo o alguien que encaje con la descripción obtenida en dicho lugar,
pero nada, nada de nada, nadie llamó ni se acercó al departamento para dar algún tipo de
información valiosa para el caso, las horas pasaban y pensaban en Ángela y en el verdadero motivo
por el cual solo querían dialogar con la mamá.

En su oficina, Chirinos, más que preocupado, se sentía impotente al no conseguir posibles pistas
sobre este aparatoso suceso tan extraño, todo llevaba a un callejón sin salida y eso no le gustaba a
ningún detective. Horas después de haber ingresado a su oficina y de haber desayunado algo
tranquilo, sonó un celular, era Méndez, tenía una pista, parece que una persona se había animado
a llamar para brindar algún tipo de información y necesitaba a Chirinos para compartirla.

Chirinos abandonó el departamento y se dirigió a una cafetería muy cerca de la zona, en la llamada
de Méndez, afirmaban que darían la información únicamente si se acercaban a su centro de trabajo
ya que el testigo no quería ni siquiera estar cerca del departamento ni nada que ver con las
autoridades, pero que deseaba colaborar por insistencia de su familia.

- Chirinos: ¿Y dónde está Méndez?


- Méndez: Buenos días joven Chirinos, me sorprende que teniendo más de 10 años aquí en el
departamento no surja algo de respeto.
- Chirinos: Lo siento, disculpe mi osadía, no volverá a pasar
- Méndez: Eso espero, porque aun siendo el consentido de Zea, él también tiene superiores
y un informe complicaría tu estancia así que, hay que llevarnos bien para poder trabajar en
equipo Chirinos.
- Chirinos: Así será, fue por la emoción.
- Méndez: Ahí está (Señala a una señorita)
- Chirinos: Es la mesera, ¿ella tiene información?
- Méndez: Exacto detective, y no declarará en el departamento, ni en una comisaría ni en
ningún lugar que tenga que ver con la ley.
- Chirinos: Entiendo, ¿Eso no la hace sospechosa?
- Méndez: Ya lo veremos.

Méndez le hace una seña para que se acerque a la mesa y pueda tomar la orden, acude de inmediato
donde ellos y pide que por favor pidan su orden, ellos lo hacen y luego exigen saber sobre lo que
pasó, ella indica que estaba en su bus y que efectivamente estaba la señora con la niña pero que en
ningún momento miró al autobús, sino que parecía atender una llamada y la niña jugaba más atrás
con un juguete que nunca diferenció, le llamó mucho la atención ya que la señora parecía estar
enojada, histérica y algo ofuscada mientras hablaba a unos metros de la niña. La señora se alejó y
trajo la orden, casi no la probaron y se pusieron a sacar cuentas, una señora ofuscada por una
llamada, de repente debía algo a alguien y no podía pagarlo, la mafia no perdona nada, tal vez era
una venganza o un ajuste de cuentas por cualquier acción negativa o positiva que tal vez haya
perjudicado a una o varias personas, pero ya habían descartado a la mayoría de los posibles
sospechosos, así que decidieron llamar a Quintero y contarle a grandes rasgos la declaración de la
camarera, que parecía ser muy confiable puesto que su línea de carro pasa por esa zona y detalló
ciertas cosas que solo figuraban en el expediente, le dijo a Quintero que investigara los negocios o
deudas con el banco de la Sra. Aragón y también del Sr. Aragón además de revisar la línea personal
de la Sra. Aragón, Quintero aceptó y emprendió su búsqueda virtual.

Para este momento, Chirinos y Méndez se dirigían nuevamente a casa de los Aragón para confrontar
las declaraciones y decir con quien estaba hablando en ese momento ya que nunca indicó que
estaba hablando por celular, por segunda vez fueron recibidos de manera amable y hasta
esperanzadora, indicó que eran por motivos de trabajo que estaba molesta y ofuscada y lo podrían
cerciorar con su centro laboral, tenía muchos pendientes por el motivo de su hija y aunque trabajaba
como secretaria medio tiempo no atendió varios pedidos y bueno eso causó molestia en su
empleador. Posteriormente esta información fue validada por su centro de trabajo así que una pista
más se había esfumado o por lo menos eso era lo que ellos creían.

Justo minutos después de verificar la llamada ofuscada de la mamá con la empresa, Quintero llamó
al celular de Chirinos, tenía un detalle que no era menor, la familia debía una suma algo importante
a su hermana menor que según ella no tenía contacto desde hace mucho tiempo, la hermana de la
Sra. Aragón había firmado un aval para un préstamo de su hermana e incluso había dejado como
garante la casa de sus padres, era increíble, al parecer la versión de esta señora escondía mucho
más de lo que había contado a los detectives, decidieron ir nuevamente con la Sra. Aragón y llevarla
en calidad de detenida ya que había dado versiones inciertas del secuestro y ocultaba detalles
importantes al caso. Fue arrestada por obstrucción, esto sorprendió a ambos señores que no
tuvieron más reparo que ir, pero unos momentos antes de que se los lleven sonó nuevamente el
teléfono, el identificador de llamadas decía “desconocido”, les permitieron atender la llamada y era
esa voz nuevamente preguntando por la señora Aragón.

Una voz algo tenebrosa, con aire a siniestro, preguntó por la Sra. Aragón, ella respondió al llamado
y escuchó con mucha claridad todo lo que decía el secuestrador, movía la cabeza de un lado a otro
murmurando un “no” con algo de llanto; Méndez observó e intentó escuchar la conversación así
que hizo señas para que pusiera en alta voz o suba el volumen de la llamada, la Sra. Aragón hizo
caso omiso al pedido del detective así que ordenó detenerla y justo antes de que le quiten el
teléfono, en el último instante oprimió el botón para colgar la llamada y perder el contacto, era
todo, Méndez tenía lo suficiente para encerrar a esta mujer por varios años con esa evidencia, lloró
a borbotones con mucha desesperación lo cual aumentaba la perspicacia de los detectives y
acrecentaba su duda exponencialmente, tuvieron que levantarla y llevarla casi a empujones, el
llanto no cesó hasta llegar al departamento, a la sala de interrogatorios, estaba más calmada y más
serena, pero el bendito llanto seguía.

- Aguilar: Bueno Sra. Aragón, dígame, ¿Cuál es su verdadera participación en este caso?
- Sra. Aragón: No diré nada.
- Aguilar: Bueno Sra. Aragón yo creía que usted quería encontrar y recuperar a su hija, veo
que no es así.
- Sra. Aragón: Quiero un abogado.
- Aguilar: Ok, tendrá un abogado, también un juicio y desde luego una condena larga por
obstrucción a la autoridad y conspiración por secuestro de una menor.
- Sra. Aragón: No hablaré más, ¿y usted quién es? No parece policía o algo por el estilo
¿Dónde está el detective Chirinos o Méndez? Ellos son quienes deberían estar
interrogándome, no usted.
- Aguilar: Vaya, ahora es usted quien decide quién la va a interrogar, increíble. (Dejó pasar
unos segundos en silencio) Bueno soy la detective Aguilar, asistente del detective Méndez,
¿algo más que quiera saber de mí?
- Sra. Aragón: ¿Tiene hijos?
- Aguilar: No.
- Sra. Aragón: Entonces no entenderá en lo más mínimo lo que uno hace por los hijos, lo que
hacemos y dejamos todo por ellos.
- Aguilar: Ok, y no colaborar es ayudar a su hija (En tono de mofa) si claro, está todo muy
claro y entendido. Su abogado vendrá en unos momentos, hasta entonces disfrute la
estancia.

Aguilar, quien hace poco había sido nombrada asistente de Méndez, se retira y deja a la Sra. Aragón
en la sala de interrogatorio y se dirige a la oficina con el fallido intento de confesión a lo que le pide
que busque la manera de presionar al padre, que estaba también detenido, pero más que todo por
su voluntad y una supuesta complicidad en el secuestro. Justo en esos momentos aparece Zea, al
cual le reportan la última información, él los escucha y pide que aceleren el proceso y que presiones
lo más posible, después de concluir con el tema de Ángela, les informa que hubo otro posible
reporte de secuestro pero que era reciente y que podría ser una falsa alarma, pero que estén alertas.

Aguilar fue a realizar la interrogación al Sr. Aragón, pero aseguraba no saber nada sobre el préstamo
ni de su trabajo pues por este motivo estaban peleados, no podían culparlo sin evidencias a la mano
no tenían con que retenerlo así que decidieron liberarlo por el momento, pero le recomendaron
que no saliera de viaje ni mucho menos fuera del país. Casi al finalizar el horario de trabajo, Zea
decidió reunir a los tres detectives y a la asistente de Méndez, tenía mucho que informales desde la
tarde de ese mismo día.

- Zea: Bueno señores, como primer número déjenme presentar a la detective Aguilar, lleva
solo un par de años y fue transferida hace unos días y pensé que necesitaban una ayuda
extra, conózcanla.
- Aguilar: (Se levanta de su asiento) Primero le doy gracias a mi superior Zea por darme la
oportunidad y no lo defraudaré ni mucho menos al detective Méndez (Se sienta).
- Zea: Bueno, después habrá tiempo para que se conozcan bien, por ahora debemos
concentrarnos en el caso de Ángela Aragón, sabemos que fue secuestrada dos veces y la
primera vez fue encontrada en un basural cerca de su casa y en la segunda ocasión no fue
devuelta y además parece que la madre de la niña olvidó algunos detalles del secuestro y
hay algo que no nos quiere decir lo cual podría ser una complicidad, extorsión, ajuste de
cuentas o algo por el estilo y nosotros debemos averiguarlo, ¿Hay alguna novedad aparte
de eso?
- Chirinos: Bueno, solo hubo una testigo y al parecer tampoco es confiable y creo que puede
saber también más de lo que nos contó, el detalle es que se niega a venir al departamento
a declarar.
- Zea: Verificaste si tenía algún tipo de antecedentes o algo así la testigo.
- Chirinos: Pues sí, es una señorita que salió hace unos meses de prisión, arrestada y
encarcelada por difamación en una acusación cuando todas las pruebas estaban totalmente
en su contra y había otros 9 testigos que decían lo contrario, no tiene confiabilidad o por lo
menos esconderá algo.
- Zea: Averigua que oculta, verifica sus amistades y revisa su correo personal con una orden,
¿tenemos algo más?
- Quintero: Bueno la hermana de la Sra. Aragón está en calidad de desaparecida, no tiene
contactos en las redes desde que hubo dicho retraso y los padres niegan toda participación
y afirman no saber de ella, busco información sobre ella en donde pueda.
- Zea: Busca hasta debajo de las piedras y no descansen, si hay que trabajar horas extras,
háganlo.
- Méndez: De acuerdo jefe.
- Zea: Méndez, tu asistente y tú, presionen lo más posible a los señores Aragón, en algún
momento uno de ellos algo confesarán que no nos haya dicho hasta ahora.
- Méndez y Aguilar: Si señor
- Zea: Ahora retírense y descansen, mañana trabajaremos de largo si no aparece la niña.

Antes de que se retiren, Méndez se acerca a Zea y le habla muy separado de los demás, pregunta
por el posible caso de secuestro y Zea indica que no hubo reporte de la aparición de dicho suceso
pero que los mantendrá informado, además alega que en su opinión podría tener algo que ver con
el caso actual.

A la mañana siguiente, en el móvil de Méndez y de los otros tres detectives aparece un mensaje que
los haría perder el sueño por mucho tiempo.

“Buenos días, señores, tenemos un nuevo caso de secuestro, vengan inmediatamente, está
relacionado con el caso Ángela”.

En menos de 40 minutos estaban reunidos todos los detectives en la oficina de Zea esperando al
jefe y pensando en el nuevo caso, no podían creerlo hasta ese momento, todo se les estaba
complicando. Zea entra.

- Zea: Buenos días, señores, como se imaginarán la prensa presiona mucho y disculparán la
demora por favor, pero ya estoy aquí. Como recibieron el mensaje en la mañana, tenemos
un nuevo caso de secuestro, la familia Navarro reportó a su hija de 7 años desaparecida,
siempre salía al parque con sus padres y algunas veces se escapa e iba sola o con su amiga,
pero no regresó anoche así que hay una preocupación mayor.
- Méndez: Pero ¿cómo sabe que es secuestro?
- Quintero: Méndez tiene razón, puede ser que la niña solo esté perdida.
- Zea: Bueno, por eso no habíamos reportado este caso, la madre recibió una nota en la
madrugada, exactamente a las 4.00 am, no podía dormir así que fue a la cocina por agua y
encontró una nota pegada por fuera del vidrio de la cocina que iba dirigida para la Sra.
Navarro (Saca un papel en una bolsa plastificada para evidencias).
- Méndez: ¿Y eso imagino será la evidencia?
- Zea: Imagina bien, esta es una nota de rescate o bueno, lo que podría decir en esta nota
puede ayudarnos en mucho y no solo en este caso, si no también en el caso de Ángela.
- Chirinos: ¿La abrirá aquí mismo?
- Zea: Por supuesto, Aguilar apague las luces y prenda el proyector.

Justo en ese momento cuando pretendían ver la evidencia con una cámara en su proyector, sonó el
celular de Zea, era el alcalde y no eran buenas noticias, un nuevo homicidio, el cual encargó a
Quintero y que Chirinos lo apoyara, cuando explicó que era lo que sucedió en dicho caso, fue de
manera rauda al lugar de los hechos; ordenó a Méndez y a Aguilar ver a la Sra. Aragón y ponerle una
cierta protección, preguntarle por lo ocurrido porque era mucha coincidencia y ella debía saber algo.

Condujo Quintero por unos minutos hasta llegar a aquel lugar, estaba anonadado, sobre la casa
yacía sin vida el Sr. Aragón, al parecer había sufrido un disparo a quemarropa, a una distancia muy
corta en medio de la cabeza, no parecía haber opuesto resistencia ni mucho menos tratado de huir,
¿Por qué habría ocurrido esto? Para Quintero esto enredaba aún más la situación que de por sí ya
era complicada. Quintero recaudó la mayoría de evidencia que podría tener, Chirinos recaudó otro
tipo de evidencia, habló con los vecinos que estaban cerca de la zona alrededor de la cinta que
acordonaron, en la mayoría de los interrogatorios improvisados hablaban de que sólo escucharon
un disparo que aturdió a la población y bueno llamaron inmediatamente a la policía cuando los
vecinos vieron el cuerpo solo a unos metros dentro de la puerta principal de la casa la cual estaba
abierta.

Por otro lado, en el departamento con la información ya confirmada por Zea, Méndez y Aguilar
interrogaban a la Sra. Aragón, puesto que había alguien que quería hacerles daño y ya lo lograron,
¿escondía algo más que sería muy notorio para todos y no lo notaron? Era cuestión de ir más
profundo.

- Méndez: Sra. Aragón, ¿Con quién tiene problemas?


- Sra. Aragón: ¿Ahora qué ha sucedido?
- Aguilar: Pues verá Sra. Aragón…
- Méndez: Yo lo haré detective.
- Sra. Aragón: ¿Decirme qué? Diga de una vez lo que ha pasado, ¿hallaron a mi hija?
- Méndez: Sra. Aragón, aun no encontramos a su hija, pero…

Justo en ese momento suena el celular de Méndez, este lo apaga puesto que estaba dispuesto a
decirle que su esposo había fallecido, pero segundos después el celular de Aguilar también sonó,
era Zea y parecía urgente como para que la llame directamente a ella. Salió del interrogatorio para
poder conversar y eran buenas noticias, muy buenas noticias, habían encontrado a Ángela a un par
de kilómetros de la casa de los Aragón, Méndez debía de ir a ver el estado de la niña, estaba siendo
llevada al hospital de emergencia.

Aguilar iba a entrar al interrogatorio a comunicarle a Méndez, pero él ya le había comunicado sobre
el homicidio a la Sra. Aragón, la señora lloraba muy profundo y a borbotones, fue cuando Aguilar
llama para que se acerque a la puerta a Méndez y le comunica que había sido hallada Ángela y todo
lo demás que Zea quería que se le comunique, inmediatamente después Méndez entra y le
comunica sobre su hija a la Sra. Aragón mientras le sujeta las manos, la señora sonríe de felicidad y
se empiezan a borrar sus lágrimas.

- Sra. Aragón: Llévenme al hospital para ver a mi hija.


- Aguilar: Eso no será posible por el momento.
- Sra. Aragón: No es justo, es mi hija y quiero verla.
- Aguilar: Vas a tener que responder muchas preguntas antes de que quedes libre, tenemos
un asunto que resolver.
- Sra. Aragón: Contestaré todo lo que desee, pero llévenme a ver a mi hija.
- Aguilar: Igual dijo en los anteriores interrogatorios y hasta ahora nos ha dicho muy poco y
ocultaste bastante.
- Sra. Aragón: Por mi culpa mataron a mi esposo.
- Méndez: Explíquenos bien eso Sra. Aragón.
- Sra. Aragón: Prometa que me llevará con mi hija.
- Méndez: Tendrá aquí a su hija, yo mismo me encargaré, pero por favor debe darnos los
detalles de todo lo que pasó.

Méndez ordena a Aguilar tomar el interrogatorio y que le brinde toda la información que requiera
o sino no vería a su hija; mientras tanto él iría por Ángela, condujo hacia el hospital para traer a la
niña, pues si bien era una buena noticia su aparición, mejor sería que ella nos dé detalles ya que
estuvo en contacto con los secuestradores, después de un buen tiempo parecían aclararse las cosas
y aunque todo esto era para bien, no dejaba de preguntarse porque volvieron a dejar a la niña a la
vista de todos.

Un hospital, al que había ido muchas veces por los casos anteriores que había tenido y sobre todo
le traía el recuerdo de Corrales, un viejo colega que llegó aquí de emergencia, pero nunca salió, una
bala en el cráneo, no lo mató, medio muerto fue auxiliado, pero no lo logró y pues todo había sido
cumpliendo con su labor. Méndez se estaciona y baja del auto dirigiéndose al área de emergencias
de manera rauda y ahí la encuentra no del todo bien, está inconsciente, muy delgada y desnutrida,
ojos hundidos y moreteados, pero según la doctora que la atendió, no tenía ningún tipo de herida
en todo el cuerpo, solamente estaba desnutrida, y al parecer no había recibido golpes por parte de
su o sus captores.

Mientras tanto en el departamento, Aguilar interrogaba y anotaba todo lo dicho por la Sra. Aragón
tal cual había quedado con Méndez.

- Aguilar: ¿Sabe quién la secuestro?


- Sra. Aragón: No, para nada.
- Aguilar: Bueno parece que no verá a su hija.
- Sra. Aragón: No, dijeron que responda a todas sus preguntas y lo estoy haciendo, en verdad
no sé quién se lo llevó.
- Aguilar: Entonces ¿por qué quería hablar con usted el secuestrador? Porque habló con él y
colgó.
- Sra. Aragón: Porque él me lo dijo.
- Aguilar: ¿Qué más? Será mejor que cuente todo, hágalo rápido por favor.
- Sra. Aragón: El día del primer secuestro, no fue como lo dije exactamente, yo estaba
hablando por teléfono con una amiga y me distraje por un tiempo pequeño de la niña y
cuando me percaté ya no estaba así que me tiré al suelo de rodillas llorando y fue cuando
me ayudaron y de ahí conocen la historia.
- Aguilar: ¿Cuánto tiempo se distrajo de la niña?
- Sra. Aragón: De 5 a 8 minutos aproximadamente (agachaba la cabeza)
- Aguilar: Quiere decir que por conversar con su amiga dejó de lado a la niña por 8 minutos,
no puede ser.
- Sra. Aragón: Lo siento, sé que hice mal, pensaba en decir lo que en realidad me pasó, pero
si lo hacía mi esposo me pediría el divorcio y me quitarían a Ángela y mi otro hijo me odiaría,
además, ya había regresado.
- Aguilar: Y ahora dígame, ¿Qué pasó en el segundo secuestro y por qué la sacó tan pronto?
- Sra. Aragón: Mi hija es mi vida y donde vaya iré con ella, y quería salir a distraerme por eso
y la llamada si fue de una entidad bancaria y sí, también me distraje de 5 a 10 minutos, pero
esta vez usaron cloroformo y lo demás ya lo sabe.
- Aguilar: ¿Qué más le dijo el secuestrador en la llamada que usted contestó?
- Sra. Aragón: Dijo que escuche claramente “Acepta públicamente que dejaste a la niña dos
veces por estar hablando con el teléfono y tendrás a tu hija de vuelta, pero si no lo haces
canjearé a tu hija. Mala madre”.
- Aguilar: ¿Por qué no nos dijo eso desde el inicio? Nos hubiese ahorrado mucho trabajo y
podíamos recuperarla más rápido.
- Sra. Aragón: Dijo también que no diga a nadie, mucho menos a las autoridades o sino nunca
la volvería a ver, todo era con voz sintetizada.
- Aguilar: Algo más que recuerde o que no nos haya dicho Sra. Aragón.
- Sra. Aragón: Que cuando haya cumplido con su promesa (La de canjear) devolvería a la niña
y que no sería la única.

Inmediatamente trajo un papel para que escribiese lo que había declarado y llamó a un guardia para
que se asegurase de que lo hiciera brindándole también el audio de su declaración, salió corriendo
del departamento hacia donde estaba Méndez, tomó el taxi más cercano y mientras estaba en
camino timbraba a su teléfono, pero por alguna razón no contestaba el móvil así que llamó al
detective Quintero y le contó lo que había dicho la Sra. Aragón en su declaración y que tengan
cuidado con la familia Navarro por el antecedente de los Aragón, Quintero inmediatamente se
dirigió a la casa de los Navarro junto con Chirinos y la nueva información.

Llegó por fin al hospital y ubicó a Méndez, estaba a un costado de la niña, su teléfono estaba en su
saco el cual estaba al filo de la cama, cuando Aguilar le habló parecía que había salido de un trance
y era que estaba leyendo el parte médico, le contó sobre la declaración de la Sra. Aragón y también
que ya le había comunicado a Quintero y a Chirinos, y que ya estaban en camino a la casa de los
Navarro; como Ángela no tenía lesiones serias y ya se estaba recuperando, Méndez quedó que la
recogería al día siguiente temprano para que sea llevada un tiempo con su mamá, y también para
que nos diga todo lo que pueda recordar.
Capítulo 4: Escarmiento
Ya en casa de los Navarro, Chirinos y Quintero piden hablar con los padres de la niña secuestrada,
tendría solo 9 años, pero sufría de asma y estaban demasiado preocupados por ella, Quintero con
más experiencia en el área decide tomar el rumbo de la interrogación.

- Quintero: Sr. Navarro Usted fue quien hizo la denuncia de la desaparición, ¿Es la primera
vez que esto sucede?
- Sr. Navarro: Si señor, nunca nos había ocurrido esto.
- Quintero: Dígame, exactamente como ocurrió todo (A pesar de que habían leído el parte y
sabían en escrito sobre dicho atentado).
- Sr. Navarro: Recogimos a nuestra niña del colegio, era mi día libre y mi esposa llamó para
que pasase a recogerla y que la alcanzáramos para almorzar al medio día en la casa de su
madre, todo salió así, pero cuando llegamos a la casa tuve un mal presentimiento ya que mi
suegra no se encontraba y mi esposa dijo que no la había visto desde que llegó.
- Quintero: Así que no la vio cuando llegó, ¿Tampoco llamó Sra. Navarro?
- Sra. Navarro: No, mamá no avisa mucho de sus salidas, y es que muy pocas veces sale y yo
tengo la llave de la casa.
- Sr. Navarro: Así es, así que pedimos comida a domicilio y mientras nuestra niña jugaba en
el jardín de la entrada, decidimos preparar algo de tomar.
- Quintero: Déjenme adivinar, le quitaron la vista de encima a la niña.
- Sr. Navarro: Fue solo un instante, además no pasa muy a menudo.
- Quintero: ¿Qué más sucedió señores?
- Sra. Navarro: Cuando decidimos llamar a Micaela para que tome su jugo, no apareció y
pensábamos que estaba jugando como ya lo hizo una vez, pero en esta ocasión no daba
indicios de su paradero así que mi esposa llamó a emergencias y pues nunca apareció, yo
decidí hacer la denuncia al día siguiente porque nos dijeron que tendríamos que esperar 24
horas para que sean oficiales.
- Quintero: ¿Y su mamá Sr. Navarro?
- Sra. Navarro: Apareció horas después, dijo que fue con unas amigas a jugar bingo, le gustan
esas cosas, llegó y está igual de preocupada desde ese momento. Luego la nota apareció en
la madrugada del día siguiente y estamos muy mortificados (Rompió en llanto).

Chirinos sabía que al igual que los Aragón, fue en un descuido y tal vez no fue planeado y mucho
menos era un seguimiento.

- Chirinos: Tal vez suene fuerte decir estos, pero tuvimos un caso similar así que seré directo,
¿Hay algo que no nos quieran contar? Como por ejemplo ¿Qué dice la nota?
- Sr. Navarro: Dice que no lo debimos hacer, pero fue un descuido mínimo.
- Chirinos: ¿Está seguro?
- Sr. Navarro: (Se levanta de su asiento de manera inmediata a la pregunta de Chirinos) ¿Dice
usted que mentimos?
- Chirinos: No, nunca dije, pero si pregunté si olvidaron algo, eso no es ofensa.
- Sr. Navarro: Acabamos de contar lo que sucedió, ahora es tiempo de que lo tomen en sus
manos de manera rápida y se pongan a trabajar.

Quintero entendió el mensaje de Chirinos e intervino en el interrogatorio.


- Quintero: Entonces no nos mintió, ¿verdad?
- Sr. Navarro: (Mira con nerviosismo a la Sra. Navarro tragando un poco de saliva) No, es todo
y no hemos mentido.
- Chirinos: Entonces no nos mintió, si lo hizo puede recibir un tiro en la cabeza.
- Sr. Navarro: ¿Es una amenaza?
- Quintero: No señor, es una advertencia en el anterior secuestro el padre de la niña recibió
un disparo y sabe algo, no nos dijeron toda la verdad.
- Sra. Navarro: Esta bien, ya es todo, pueden irse.

Ambos detectives deciden irse, pero con muchas dudas en aquel interrogatorio, si bien todo lo que
indica el expediente es concordante con lo que declararon ambos señores, había un par de cosas
que tenían poco sentido, como prepararían jugo de frutas en tan poco tiempo si dijeron que solo
fue un instante que la dejaron sola y si bien muestran un delivery hecho por la familia, este fue
hecho por la abuela y dijeron que la abuela no estaba ahí. De pronto, mientras se alejaban de la casa
se escucharon dos sonidos fuertes al parecer provenientes de disparos de la casa de los Navarro,
fueron rápidamente con arma en mano, pero solo se escuchó a una persona salir por la ventana y
correr a toda velocidad, Chirinos fue tras sujeto, lo persiguió alrededor de cinco calles, pero le fue
imposible alcanzarlo y ya para la sexta lo había perdido del todo; por otra parte, Quintero ingresó a
la casa con todos los procesos por los cuales eran indispensables para ingresar, más cuando entró a
la habitación de los Navarro los vio tirados con un disparo certero en la cabeza a cada uno.

Tal vez para cualquier detective, esta podría ser una escena ya vista anteriormente y con gran
facilidad de asimilación, pero en este caso, solo habían hablado con ellos no más de dos minutos y
ya se encontraban muertos sobre su dormitorio, era un vaticinio de Chirinos que tarde o temprano
iba a suceder y sucedió aparentemente temprano, automáticamente llamó para que vinieran a ver
el cadáver a ver si encontraban alguna prueba del asesino, puesto que estaban seguros de que tenía
mucho que ver con el asesinato del Sr. Aragón.

Quiso sentarse en una de las sillas a esperar a Chirinos para rescatar cualquier indicio, pero sabía
que no debía contaminar la escena del crimen, fue entonces cuando Chirinos apareció, Quintero
volteó a decirle lo que había pasado y observó a una tierna criatura de tan solo unos 8 o 9 años de
edad, sucia, con lágrimas en los ojos y lo mejor de todo con una nota pegada a su espalda; preguntó
Quintero por su nombre a lo que ella contestó que se llamaba Micaela Navarro, de pronto las sirenas
inundaron las calles aledañas del vecindario e instantes después alrededor de la casa. Zea preguntó
por la niña y le dijeron lo que había ocurrido y que ella era la hija secuestrada de los Navarro, Zea
llamó a un oficial para que llevase a la niña dentro de la patrulla cuando entonces preguntó por los
Navarro y Quintero les dijo lo que encontró.

- Zea: Maldita sea, otra vez perdemos una vida por otra, y ahora son dos (lo dijo mientras
rompió un jarrón de la mesa de centro) El público se va a enterar de que cada vez que
secuestren a una niño o niña uno o los dos padres van a morir, enloquecerá la gente del
pueblo.
- Quintero: jefe, creemos saber qué es lo que está pasando.
- Chirinos: Así es, no tenemos el caso completamente armado, pero si las pruebas necesarias
para hacerlo.
- Zea: ¿Así? (Con voz irónica) ahora díganme que saben ipso facto.
- Quintero: Pues señor, tenemos muchas razones para creer que esta familia en el
interrogatorio que les hicimos no dijo la verdad, o por lo menos escondieron una parte en
su declaración que tal vez no deseaban contarnos por algún motivo, no fueron sinceros del
todo, el detalle es hallar que omitieron y por qué.
- Chirinos: El asesino huyó de la casa por la ventana y en estos momentos se tomarán todas
las huellas y evidencias posibles, recuerde que la Sra. Aragón no fue muy veraz en su
declaración y que sucedió luego, un disparo en la cabeza de su esposo.
- Quintero: Y ahora uno o ambos hizo lo mismo y ya sabemos lo que les pasó, ese es su modus
operandi.
- Zea: Ustedes estuvieron en la casa unos 20 minutos a más, ¿o me equivoco?
- Quintero: Si, aproximadamente
- Zea: (Renegando y con voz alta) Y no se dieron cuenta de que una persona los observaba,
los escuchaba; este es un proceso que nadie más debería saber y no se dieron cuenta,
¿Cómo es posible que esto ocurra? ¿Cómo?
- Chirinos: No imaginábamos que esto sucedería, es la primera vez que nos ocurre esta
situación.
- Quintero: Si jefe.
- Zea: Ahora mismo me recolectarán toda la información adicional de este atentado y quiero
en mi oficina el informe del caso máximo en dos días ¿Quedó claro?
- Quintero y Chirinos: (al unísono) Si señor.

Por otro lado, Aguilar solo observaba como Méndez charlaba con la pequeña Ángela y reunía
evidencia de los secuestradores y ahora también asesino o asesinos, parecían dos niños entre
bromas y juegos Méndez extrajo bastante información que había omitido anteriormente y además
una que otra prueba que podría ser de mucha importancia, cabe resaltar que todo estaba siendo
grabado y que solo el detective sabía de esta situación. Terminando el interrogatorio Méndez y
Aguilar fueron a ver al doctor de turno para que le diera el alta, pero este indicó que sería imposible
y que tendría que quedarse un día más, Méndez insistió, pero fue en vano, no consiguió la orden de
alta, aunque sí consiguió una declaración y datos importante para encajar en el caso, lo que no
sabían es que tendrían un caso muy fuerte y sólido, nada más faltaba unirlo.

Cuando Méndez llamó a Zea y comunicó lo ocurrido, citó a todos para esa tarde incluyendo a Aguilar
para juntar las pruebas necesarias del caso, solo quería a los cuatro en este caso y que los demás
policías se hagan cargo de los delitos menores, todos respondieron afirmativamente que estarían
ahí con las pruebas reunidas.

Ya en su oficina, Zea esperaba a todos sus detectives involucrados en el caso, trataba de hilar todos
los datos obtenidos, pero no se le hacía muy clara la situación y tan solo esperaba las respuestas
que articulen este caso. Ingresa Méndez con Aguilar, un minuto después Chirinos y seguido de él
hizo su aparición Quintero, quien por orden de Méndez cerró las puertas y las persianas para que
nadie más pudiera saber sobre el caso, ya que sospechaba que tal vez algún externo del caso hubiera
escuchado algo de lo que iban averiguando.

- Zea: Bueno muchachos, henos aquí con otro homicidio y ahora sí nos va a costar explicar a
la gente los homicidios relacionados con los dos secuestros; empecemos con Quintero y
Chirinos.
- Chirinos: Si jefe (Se para junto con Quintero y van donde Zea para explicar a todos) Bueno
colegas, tenemos pruebas contundentes de que los Navarro nos engañaban, sus
declaraciones eran muy contradictorias con los análisis y las horas puestas en una línea del
tiempo, además está el detalle de que no pudieran hacer jugo para cuatro personas tan solo
en un instante donde dejaron de verla que es lo que declararon, los Navarro se miraban
unos a otros entre sí como si de pedir permiso al otro y al mismo tiempo se lo negaran.
- Quintero: Relacionado con el caso de los Aragón, la madre fue quien escondió evidencia y
omitió varios detalles importantes en sus declaraciones y en teoría asesinaron a su marido,
de la misma manera que asesinaron a los Navarro por lo que nos hace suponer que el mismo
asesino estaba escuchando en el momento de la declaración y simplemente los mató por
mentir o no aceptarlo en público.
- Zea: Quintero y Aguilar, que nos tienen, desde su sitio por favor.
- Méndez: En efecto, la Sra. Aguilar mintió en varias de sus declaraciones y bueno, claro que
no será puesta en libertad por omisión a la justicia y falso testimonio, pero concuerda con
lo que dicen nuestros colegas, mintió y en teoría fue castigada, pero a la vez fue devuelta
su hija, así como los Navarro, quien les fue devuelta y de cierto modo a la abuela, el asesino
es el secuestrador de eso no hay duda. Por otro lado, Ángela Aragón, la niña secuestrada en
sus declaraciones afirmó que fue una señorita quien la tenía a su cargo en las dos ocasiones
y que, si bien no era tratada como una princesa, era alimentada y no golpeada, pero en
algunos casos descuidada, y corroboró la información de la madre tal y como lo explicó
después de la muerte del Sr. Aragón y que nunca sufría por acoso de nadie, era un rumor
de amigos que al parecer se expandió como la pólvora.
- Zea: Pues bueno señores, les tengo información que corroborará todo lo explicado.
Evidencia número uno, la nota puesta el secuestrador entregada por la Sra. Navarro, no era
la nota original, era una manipulada, ya que tiene recortes de revista y periódicos hallados
en la casa de los Navarro, además cerca de los cuerpos hallamos la nota real que decía que
confiesen lo que había pasado a la policía y no tendrán que sufrir las consecuencias.
Evidencia número dos, quien persiguió al supuesto asesino (Chirinos) no lo era, en el
informe incluye que persiguió a un muchacho por los aspectos externos y forma de correr,
pero se cree que el asesino es en realidad asesina por la declaración de un testigo que vio
entrar a la casa y que nunca salió. Obtuvimos su declaración por una cámara de seguridad
que atrapó a una fisgona cerca de la casa, por lo que las víctimas la conocían y que si damos
con ella también resolveremos el caso.
- Méndez: Disculpe jefe, que más se sabe de esa mujer, hay alguna evidencia más.
- Zea: Pues, se buscó evidencia como huellas dactilares, cabellos o restos piel, pero nada,
nada fuera de lo normal. Lo que sí se pudo distinguir era que la bala en los cráneos del Sr.
Aragón y de los Navarro, eran del mismo calibre y balística indica que fueron disparadas por
la misma arma, así que todas sus teorías son ciertas, es el mismo homicida.
- Chirinos: ¿Y la señora que los vio? Ella nos detallará como era esa persona.
- Zea: Está obligada a hacerlo, mas no es una fuente confiable.
- Méndez: ¿Cómo asegura que no es una fuente confiable?
- Zea: Es la camarera que entrevistaron hace poco, la que salió de prisión no hace mucho.

Después de estas conversaciones, Zea indica a su personal que sea entrevistada más a fondo y que
consigan las pruebas para detenerla y ser llevada a un interrogatorio, puesto que puede ser
cómplice al verlo todo además de estar en el momento exacto del interrogatorio y del asesinato,
por querer buscar información federal debía ser interrogada y así fue, se emitió una orden de arresto
a la camarera la cual fue hallada recién dos días después y quienes estarían a cargo de los
interrogatorios serían los detectives Chirinos y Quintero.

Por otro lado, Méndez cumplía su palabra, tarde, pero lo hacía y la Sra. Aragón se reencontraba con
su hija, aunque no por mucho tiempo puesto que le quedaba cumplir una condena aun no dictada
por la omisión y supuesto secuestro, Méndez y Aguilar le explicaban su mal accionar debido a que
gracias a eso su esposo estaba muerto, pero que encontrarían al asesino y secuestrador, fue una
promesa que dedicó Méndez a la Sra. Aragón.

- Chirinos: Buenas tardes, ahora soy yo quien le trae un cafecito, ahora dígame qué es lo que
se pudo observar.
- Regina Magallanes: Buenas tardes detectives, pues no creo que pague por el café.
- Chirinos: Es gratis no se preocupe.
- Regina Magallanes: ¡Oh, gracias! Ahora, ¿Qué desean saber?
- Quintero: Sabrá usted que hubo tres homicidios y dos de ellos ejecutados casi al mismo
tiempo y que por arte del destino usted está de cierto modo implicada en ambos.
- Regina Magallanes: Yo no los maté.
- Quintero: Jamás he dicho eso, verá señora Regina, participar también es ver el hecho, oír,
saber algo de lo ocurrido.
- Regina Magallanes: Ahora entiendo, y es necesario que yo esté aquí retenida a la fuerza, si
no me equivoco le indiqué a su amigo junto con otro tipo que no quería saber nada de entrar
a una comisaría, departamento de justicia ni nada que tenga que ver con la ley, ¿O no fui lo
suficientemente clara en ese aspecto?
- Chirinos: Sabemos que usted está en libertad bajo palabra y parece que esa palabra pende
de un hilo en estos momentos.
- Regina Magallanes: ¿No entiendo por qué? No hice nada malo y además declarar es mi
voluntad según tengo entendido.
- Chirinos: (Sonríe mientras mira hacia abajo y luego mira directamente a Regina) Se le tiene
en cámaras tratando de husmear detalles que son de asunto interno, eso es un delito en
este lugar ¿Lo sabía?
- Regina Magallanes: (Traga saliva) No es verdad.
- Quintero: Pues si lo es, en verdad es un delito grave inmiscuirse en temas policiales sin
consentimiento, así que, si quiere seguir en libertad por el momento, debe decirnos lo que
pasó, pero recuerde si no dice a verdad puede terminar mal.
- Regina Magallanes: Con quien empiezo primero, con los Aragón o los Navarro.
- Quintero: Por los Aragón primero por favor.
- Regina Magallanes: (Mira a la cámara que la está grabando) Primero quiero un acuerdo por
escrito que no violé mi libertad bajo palabra si declaro.
- Quintero: Algo así lo presentía, ya está en confección.
- Regina Magallanes: Pues termínenla y declaro, fui a la cárcel y mi libertad bajo palabra
terminará, ustedes quieren mi declaración y yo solo un papel con unas cuantas letras.

Se abre la puerta y entra Aguilar con un documento en la mano diciendo que era lo que le pidieron
sobre la libertad condicional y se lo entrega a Quintero, en entonces cuando mira a Regina y le dice
que lo efectuará, hacen rápidamente el trámite y Regina esboza una sonrisa de oreja a oreja y decide
contar lo ocurrido.

- Regina Magallanes: Bueno señores, yo conocía a la Sra. Aragón, era mi amiga y mi carro pasa
por su casa, era obvio que la vi mientras pasaba en el carro, discutía sí, pues tenía muchos
problemas sobre todo por su hermana, ella me debe dinero, mucho dinero y no sabía cómo
pagarme así que se hizo un préstamo a nombre de su hermana o que su hermana lo avaló
no lo sé, pero me debían mucho.
- Quintero: Aguarde un momento, ¿por qué le debía dinero?
- Regina Magallanes: Yo tenía mis ahorros de casi toda mi vida, y ella lo sabía y me propuso
poner una empresa, tenía la idea de crecer, pero yo no acepté y decidí prestarle solo el
dinero y cuando lo recupere que me lo dé y al parecer fracasó y nunca lo hizo, no me pagó
es por eso por lo que de vez en cuando la visito y la vigilo para que me pague. En cuanto a
la desaparición de la su hija, si lo vi y dije parte de todo pues cuando necesité el dinero
simplemente no le importó.
- Quintero: Interesante, ahora dígame que más vio.
- Regina Magallanes: Era una mujer, de unos 30 años aproximadamente, contextura gruesa,
no gorda y con ropa algo holgada, la tapó con un pañuelo y se llevó a la niña en cuanto la
madre se distrajo y vaya que se distrajo, en ambos secuestros fue igual, luego se tiró al suelo
y dijo que la golpearon o algo así, eso es lo que dicen.
- Chirinos: Aguarde, ¿fue testigo de los secuestros a la niña de los Aragón?
- Regina Magallanes: Si, y antes que pregunté el por qué no lo dije, les diré que solo vi un
boletín del segundo secuestro mas no del primero y por eso no me pueden culpar.
- Chirinos: Esta bien, ahora hable del segundo secuestro, que vio.
- Regina Magallanes: Una señora distraída por el teléfono, no se percató de la niña por un par
de minutos y era fácil para cualquier persona hacerlo, no la espiaba en esa ocasión ya que
me dirigía al trabajo, pero les puedo asegurar que esta vez era un hombre quien actuó y
nunca tuvo un pañuelo en la boca.
- Quintero: ¿Cuán segura está de todo lo que nos está contando?
- Regina Magallanes: (Mirándolos fijamente a los ojos sin pestañar) Completamente segura.
- Chirinos: Esta bien, asegura que la primera vez fue una mujer y en la segunda un varón.
Ahora cuéntenos de los Navarro, ¿vio algo antes de que entráramos?
- Regina Magallanes: Si, vi entrar a una mujer, era la misma por la contextura, pero tenía otra
ropa, la dejaron pasar.
- Chirinos: ¿Qué relación tiene con los Navarro?
- Regina Magallanes: Ninguna.
- Chirinos: ¿Entonces que hacía ahí? Y piense bien lo que va a decir, pues depende mucho
esto, si es cómplice, no hay documento que la salve.
- Regina Magallanes: Los seguí a ustedes, en realidad a usted detective Chirinos, es guapo,
¿O no lo sabe?
- Chirinos: ¿Y cree que me voy a tragar ese cuento? Diga la verdad, salve su pellejo.
- Regina Magallanes: ¿No te acuerdas de mí? (Mirando al cielo) ¡No lo puedo creer!
- Quintero: (Mirando a Chirinos) ¿La conoces de algún lado?
- Regina Magallanes: ¿Creo que no te acuerdas de mí?
- Quinteros: Aguarda Regina, ¡Oficial! (Llama a un oficial y le pide que la vigile y que no se
mueva de ahí).

Ya afuera Quintero increpa contra la pared a Chirinos diciéndole que si la conoce puede acarrearle
problemas, Chirinos lo niega rotundamente y alude que es una treta para poder zafar de algún modo
de todo esto y que encubre algo, Quintero insiste, pero se sigue negando Chirinos, Quintero no está
seguro, pero cree en él y deciden entrar nuevamente.

- Regina Magallanes: ¿Te acordaste?


- Quintero: ¡Cállate! Dinos ahora que hacías.
- Regina Magallanes: Bueno yo ya lo dije y no me creen.
- Chirinos: Lo siento por ti entonces.
- Quintero: Yo no lo sentiré.

Justo en ese momento Quintero recibe una llamada de Zea, parecía una plaga, otro secuestro y esta
vez fue más trágico, la persona que estaba con la niña era el hermano mayor y había sido golpeado
salvajemente dejándolo con un brazo roto; mientras en ese momento Quintero conversaba fuera
del cuarto del interrogatorio, dentro de la oficina Chirinos y Regina conversaban, lo notó vagamente
Quintero, no quiso que se manejara al estilo de Chirinos así que convenció a Zea de darle el caso a
Chirinos, para que de esa forma se fuera a la escena del crimen y quedase para terminar el
interrogatorio.

Llamó a Chirinos y le indicó todo, salió como un rayo hacia el lugar exacto, mientras Quintero iba a
descubrir la verdad de todo esto o por lo menos eso creía.

Ya en el lugar de los hechos, Chirinos llega y encuentra al muchacho siendo atendido dentro de la
ambulancia así que decide interrogarlo, pero inicia preguntando a los policías que acudieron
primero y solo le indican lo mismo que indicó Zea a Quintero, no le sirvió de mucho, así que decide
ir con el hermano mayor. Se dirige a la puerta e indica al paramédico que lo atienda si puede
conversar con el testigo identificándose como detective, le responde afirmativamente e indica que
no demore pues deben llevarlo al hospital.

- Chirinos: Hola Muchacho, soy el detective Chirinos y quisiera saber que ocurrió.
- Matt: No finjas, sé quién eres y nadie nos está escuchando.
- Chirinos: Ingresa a la ambulancia (Ingresan).
- Matt: Me la debes, esto es doloroso, mira cómo me dejaron.
- Chirinos: Tú me debes mucho más.
- Matt: Nunca te rompí un brazo.
- Chirinos: ¿Recordamos cuánto es lo que me debes?
- Matt: Vale, vale, déjalo ahí.
- Chirinos: Eso pensé, ¿lo viste?
- Matt: No lo vi, la vi.
- Chirinos: Así que era una mujer, vaya y una mujer te dejó así, haces dudar de lo que hiciste
hace mucho tiempo.
- Matt: Oye, oye; dijiste que caminara distraído mientras llevaba al niño y es buena déjame
decirte, la perseguí unos metros, pero se detuvo de improviso cuando ya la estaba por
alcanzar y me impactó con el codo ¡Mira! (Muestra su boca) me reventó el labio.
- Chirinos: Pero ¿por qué no solo se fue con la criatura?
- Matt: Porque le dije su nombre, me atacó e intentó matarme, me defendí con lo que pude,
pero cogió un palo del suelo y me golpeó, yo puse mi brazo y me lo partió.
- Chirinos: ¿Qué hizo que se detuviera?
- Matt: El niño gritó, se volteó y le di una patada en una pierna haciéndola perder el equilibrio
fue cuando me paré como sea y grité, se llevó al niño por un callejón y segundos después
llegó una persona a auxiliarme y lo demás ya te contaron imagino.
- Chirinos: Si, lo hicieron; una pregunta, ¿Si no hubiese sido yo, qué declaración hubieses
dado? Para ponerlo en el informe.

Matt le cuenta todo lo que tenía pensado decir con lujo de detalles si por algún motivo no era
Chirinos el detective a cargo, y es justamente cuando abre la puerta el paramédico indicando que
tiene que llevárselo para hacerle una revisión general y descartar posibles lesiones, Chirinos acepta
y se lo llevan al hospital mientras él llama a Méndez y le da la versión falsa de Matt, pero con detalles
verídicos y se queda analizando la escena del crimen.

Valdivia, Ana Valdivia era la chica y según Matt era la chica que secuestró al niño, pero Matt, ¿De
dónde sacó al niño? Era inimaginable que el pudiera sacar un niño para tal atroz acto, no se sabía
quién era la inocente criatura involucrada en todo esto, pero pronto se iba a averiguar.

Méndez el encargado de realizar el arresto, rastreó la casa de una tal Ana Valdivia, para suerte del
departamento, la única en esos lares; Méndez y Aguilar fueron a realizar la intervención y como era
de esperarse estaban completamente armados y listos para cualquier problema o resistencia por
parte de Ana Valdivia o tal vez de algún o algunos cómplices, pero no fue así, la única persona que
hallaron atada, y amordazada fue la criatura supuestamente secuestrada dentro de un cuarto
oscuro, lleno de humedad y lúgubre; el niño tenía los ojos vendados y aparentemente estaba
intacto, se liberó a la criatura y llamó a emergencias para que se le diese atención médica puesto
que no sabían que le podía haber ocurrido, al revisar la casa se notaba que era habitada por más de
una persona y que era reciente su huida ya que habían platos de comida a medio comer que aun
parecían en buen estado con lo cual Méndez ordenó un seguimiento inmediato en un radio de 10
km a la redonda, sabía que no podían estar lejos e incluso lo transmitieron inmediatamente por las
noticias con la foto de Ana Valdivia para que cualquiera reconociera a la señorita nos diera
información valiosa de su paradero.

Lastimosamente no se le pudo encontrar, se registró el lugar por si habían dejado alguna pista o
indicio, pero nada, no había nada solo hallaron revistas en la cuales obviamente había recortes,
Méndez encargó a la detective Aguilar a que los revisase y ver si encontraba cualquier detalle sobre
estos y así fue, Aguilar estuvo analizando por horas página por página de todas las revistas, eran de
productos cosméticos, noticias y ropa.

De repente, tras largas 4 horas de análisis dio fruto, se encontró otras huellas más, adicionales en
las revistas, aunque no podían fiarse de ellas pues pasa por varias manos debían de revisarla, lo que
no esperaba fue lo que en realidad iba a ser de mucha importancia para los detectives y el
departamento en general.

- Aguilar: jefe, terminé con el análisis de las revistas.


- Méndez: Ok, comunícame (Se dirigen al cuarto donde hizo el análisis).
- Aguilar: Pues vera, estas revistas tienen de 3 a 4 huellas cada una y parece que fueran
recicladas.
- Méndez: Eso no es de gran ayuda, debe haber algo más señorita.
- Aguilar: Pues lo hay señor.
- Méndez: ¿Qué más tienes?
- Aguilar: Indagué las revistas más a fondo y me percaté en los recortes que tenían algunas
revistas y los comparé con las notas halladas en ambos rescates más las originales de
internet y coinciden totalmente.
- Méndez: Aguilar eso no es de mucha ayuda, ya sabemos que ella fue quien mandó las notas
de aviso, ¿hay algo más que realmente nos sirva?
- Aguilar: Aun no acabo jefe, coincide con las dos notas, pero, comparando con lo que falta
de ellas hay una tercera nota de rescate.
- Méndez: ¿Quieres decir que hay un tercer secuestro?
- Aguilar: No lo sé señor, pero juntando los retazos con las revistas halladas en web dice lo
siguiente: “Dile a la policía lo que en verdad pasó o pagarás muy caro las consecuencias de
tus actos”.
- Méndez: Lo más probable es que haya secuestrado otra criatura o este por hacerlo, emite
un boletín y que tengan mucho cuidado en las casas y demás lugares donde pueda ocurrir
cualquier situación similar, y cualquier cosa rara que pase, inmediatamente den parte a la
policía o al departamento; yo comunicaré a Zea sobre lo ocurrido.
- Aguilar: Disculpe la intromisión, ¿El niño dijo algo más que pudiese ayudar?
- Méndez: Descuida, eres del equipo y mereces saberlo, no hay nada, solo asegura que la
mujer de la fotografía fue quien se la llevó y que de ahí no se acuerda en más, posiblemente
lo durmieron hasta que llegamos, refuerza el caso, pero no ayuda en la investigación. Ahora
encárgate de lo que te dije.

Aguilar sale de aquel lugar, imprime el boletín de aviso e incluso lo da a conocer a través de varios
canales por la televisión para que llegue más rápido a la gente, también se comunica que, si alguien
sufrió el rapto de un menor que lo comunique inmediatamente que se le brindará protección
policiaca en su totalidad, pero nada, ningún reporte ni avistamiento de posible rapto. Pasaron los
días y tuvieron que soltar a Regina Magallanes, para Quintero, a pesar de que mintió sobre Chirinos,
no tenían nada más contra ella y sería una pérdida de tiempo ya que estaban enfocados en
encontrar a Ana Valdivia, pero pasados cinco días ocurrió algo que daría un giro de 180 grados al
caso.

Suena el teléfono de Chirinos, era Méndez que lo llamaba para conversar con él, lo citó esa mañana
muy temprano para que explicara ciertos detalles, a Méndez no le cuadraban ciertas cosas y quería
encontrar respuestas que lo calmaran o que encajen en las declaraciones.

- Chirinos: Buenos días detective, dígame.


- Méndez: Buenos días, ¿Matt tenía hermanos?
- Chirinos: Pues según su declaración y los papeles respectivos, así era, tiene un hermano
mayor en prisión y bueno también el menor.
- Méndez: Cuando interrogaste a Matt, te dijo exactamente lo que pusiste en el informe a
Zea, ¿Verdad?
- Chirinos: Así es, de lo contrario sería una falta para mis superiores y un delito señor.
- Méndez: Por supuesto que sería un delito y uno muy grave, es solo que tenemos ciertas
coincidencias.
- Chirinos: ¿Cuáles, detective?
- Méndez: El niño secuestrado, era su hermano, pero asombrosamente, el niño
recientemente fue adoptado por Morgan hace unas semanas.
- Chirinos: Pues sí señor, si no me equivoco Morgan ayudaba a Matt porque no tenía hijo y
bueno al parecer ayudó a este niño también que según Matt era de la calle, las coincidencias
ocurren, a mí me pareció también muy raro, pero creo que nadie puede controlar eso, el
enfoque era más en atrapar a nuestra raptora y posible homicida.
- Méndez: En efecto, ese es nuestro mayor enfoque.
- Chirinos: ¿Hay algo nuevo en el caso?
- Méndez: Si, Matt está muerto.
Capítulo 5: Entre ceja y ceja
- Méndez: En efecto, ese es nuestro mayor enfoque.
- Chirinos: ¿Hay algo nuevo en el caso?
- Méndez: Si, Matt está muerto.

Matt, su ayudante en más una ocasión estaba muerto en ese momento fue como un baldazo de
agua fría para Chirinos, no lo podía creer, en ese instante parecía estar más conmocionado de lo
que Méndez creería, pero lo notó, Chirinos estaba ocultando algo o por lo menos sabía más de lo
que debería y no quería que los supiesen.

- Chirinos: ¿Muerto?
- Méndez: Si, ¿Está bien detective? Parece que te afectó la noticia.
- Chirinos: No, es solo que me afectó la noticia, conversé con él hace poco y se veía bien, ¿qué
lo mató?
- Méndez: No es qué lo mato, es quien lo mató.
- Chirinos: Se refiere a que fue asesinado, ¿Está completamente seguro?
- Méndez: Así es.
- Chirinos: Vaya, no lo puedo creer.
- Méndez: Escuche muchacho, estoy en este departamento ya mucho tiempo he resuelto
casos cuando aún eras estudiante y siempre he visto cosas raras, secuestros y aunque no
muchos asesinatos; pero también he visto muchas irregularidades y esta puede ser una de
ellas detective.
- Chirinos: ¿A qué se refiere?
- Méndez: ¿En serio te lo debo explicar? Bueno

Méndez explica que en la madrugada llamaron de emergencia para comunicarle que se había
producido otro homicidio de la misma magnitud que los anteriores, la persona que nos llamó era
Morgan, se lo comuniqué a Quintero para que fuera a ver lo ocurrido y nos reportó lo que había
sucedido y quien era la víctima; de hecho, tiene las mismas similitudes que los asesinatos anteriores,
fue entonces que sacó su teléfono móvil y buscó entre las fotos que había mandado Quintero la del
asesinato, lo mostró a Chirinos y confirmó que era Matt, pero lo que sorprendió a Chirinos era que
tenía una papel pegado en el pecho que decía con letras grandes y muy notorias dibujadas a mano:
“Debiste decir la verdad”.

Méndez replicó a Chirinos puesto que él fue quien tomó su declaración, y al parecer no era cierta
por lo que Méndez le insistió por su declaración original.

- Méndez: Verás, la Sra. Aragón mintió en su declaración con la policía y que sucedió, su
esposo está muerto con un tiro en la frente; luego tenemos a los Navarro, los cuales también
mintieron y desde luego recibieron sus respectivos balazos en el cráneo y por último nuestra
estrella del asesino de la manzana a quien no pudimos interrogar hace tiempo aparece en
una acción de secuestro y es testigo dando su declaración, ¿Qué pasa luego? Recibe un
disparo certero entre ceja y ceja.
- Chirinos: Como le dije, las coincidencias existen.
- Méndez: (Da un golpe a la mesa donde conversaban y se levanta) No nací ayer, no soy
estúpido; te mintió o tu nos mentiste, es lo único que quiero saber.
- Chirinos: Mi declaración la escribí tal cual, y se la di al jefe Zea, eso fue lo que me dijo Matt,
no oculto nada detective.
- Méndez: ¿Y por qué Matt tiene una bala en la frente? Y un letrero que dice mentiroso.
- Chirinos: De acuerdo, admito que me pudo engañar en ciertas cosas, ese fue mi error, pero
de ahí a engañarles está muy lejos, cúlpeme por ser engañado por un menor de edad, pero
no por ser un mentiroso.
- Méndez: (Se sienta y saca un folder) ¿Sabes qué es esto?
- Chirinos: Un expediente, o por lo menos eso parece.
- Méndez: Si, así lo es, es tu expediente; estuve revisándolo para comprender como es que
eres tan inteligente y astuto en ciertas cosas, ¡es increíble!
- Chirinos: Sabe que eso es una falta en el departamento, si se entera Zea podría haber serios
problemas.
- Méndez: Exacto, pero si Zea se entera de lo que encontré aquí, estará acabada tu carrera y
es también muy posible que también tu libertad.
- Chirinos: (Toma un trago de saliva) ¿No hay nada ahí?
- Méndez: (Busca una hoja) Este es tu expediente, ¿veamos que tenemos por aquí?
- Chirinos: Como le dije, nada hay ahí en mi contra.
- Méndez: Aquí está, Vicente Ramiro Chirinos Baca, (Murmullos) ¡Eureka! Dos hermanos y
ninguna hermana.

Fue en ese momento en el que ambos recordaron el primer caso juntos, el caso del asesino de la
manzana. “Chirinos: Es que mi prima también tiene una grabación, sin embargo, el de mi hermana
tiene un grabado más estilizado, no es fácil según mi hermana poder hacer estos grabados en este
material, y aunque es posible que cualquiera lo haga, quien lo hizo tiene una marca un poco
particular”.

- Méndez: Dijiste que tenías una hermana, pero creo que redactaron mal tu expediente al
parecer ya que afirmaste tener una.
- Chirinos: Bueno, a mi sobrina le digo hermana porque somos casi de la edad y no creo que
sea un delito hacerlo ¿verdad?
- Méndez: Está en el informe, tu dijiste que tenía relación con el de tu hermana, fuiste muy
claro y explícito, te escuchó Quintero y también yo, ahora si no es mucha molestia, solo
dime cual fue la declaración real de Matt por favor, así nadie tendrá que enterarse de este
minúsculo detallito.
- Chirinos: Comunique a Zea si lo ve bien, yo no hice nada malo, solo me equivoque en
nombrar a mi sobrina casi de mi edad, hágalo si desea detective, no tengo más que decir
(Se retira de la oficina de Méndez de manera airada).

Méndez sabía que Chirinos era demasiado listo como para decir que a su sobrina la llamaba
hermana, sabía que escondía algo y quiso que hablara, pero se negó a hacerlo, y arriesgó incluso su
trabajo, pero dentro de Chirinos había una intranquilidad enorme porque sabía que estaba siendo
vigilado por Méndez y posiblemente también por Quintero, y que cualquier otro error que pudiera
tener, tal vez sería el último. Por otra parte, la muerte de Matt lo conmocionó tanto que salió a
caminar por la calle, lo necesitaba, caminó durante más de una hora puesto que no quería participar
en las diligencias sobre el asesinato de Matt, llegó a su casa, abrió su puerta y solo pensó en
descansar.
Al regresar con el forense, Quintero da un informe detallado del cadáver encontrado, en efecto le
pertenecía a Matt, este fue hallado tan solo a unas calles de la tienda de Morgan, no tenía rastros
de forcejeo ni de lucha e incluso seguía con el brazo roto, acababa de salir del hospital y al igual que
los demás, tenía un tiro certero entre ceja y ceja, el mismo patrón, la misma bala, el mismo motivo,
posiblemente el mismo asesino, pero quizá no la misma persona; poco tiempo después llegó
Morgan, quien no podía creer lo que había pasado, fue atendido por Quintero quien con lágrimas
en los ojos pidió el cuerpo de Matt, tenía su tutela comprobada no hace más de unos meses, llenó
el papeleo correspondiente y le pudieron entregar el cuerpo, al fin y al cabo que no había mucho
que recuperar en el cuerpo. Matt sería enterrado en el cementerio donde asistió poca gente, más
amistades de Morgan que de Matt.

Cuando despertó luego de pensar por un día entero, sin atender llamadas, ni mensajes y mucho
menos recados, se levantó más tranquilo y sereno dirigiéndose a la puerta, pero no había notado
antes que debajo de ella había una nota, tal vez sería de su sobrina o de su hermano mayor
pidiéndole dinero o un favor ya que tenía el celular en modo avión; estaba totalmente equivocado.
Un sudor frio recorrió desde su frente hasta la ceja al ver la semejanza del papel con los hallados en
las escenas de los crímenes, levantó y abrió dicho papel, decía con recortes de periódico “Di la
verdad o lo lamentará detective” Cerró los ojos e intentó creer que todo era una broma; “primero
el Sr. Aragón, luego los Navarro, después Matt y ahora yo” se repetía una y otra vez, estaba en una
encrucijada, todos los que recibieron esa nota habían muerto con una bala entre las cejas y era su
turno si no confesaba lo que en verdad sucedió ese día, tampoco no podía dar parte a la policía y
mucho menos al departamento porque sería investigado por situaciones anteriores quedadas en el
olvido y que no quería que por ningún motivo salgan a la luz, pero si no lo hacía tendría una bala
incrustada en la frente.

Se puso a pensar en cómo había logrado ingresar a su casa, era un vecindario no muy concurrido
pero tenía un cierto grado de dificultad el acceso a su casa y aun más, en cómo sabía que estaba
mintiendo, a lo que dedujo que podía tener una persona en el departamento que también los esté
escuchando y observando, pero aun así era muy difícil saber ya que era una oficina cerrada sin
micrófonos y no se podía oír lo que adentro se decía por el tipo de construcción, quien esté haciendo
esto es un genio y que la única forma de salir impune y con vida de la situación era encontrar al
cerebro que operaba todo ese proyecto.

Salió al trabajo con la nota entre las manos, viéndola de rato en rato mientras no lo podía creer; lo
guardó en el bolsillo, se dio ánimos y decidió seguir su viaje al departamento teniendo en mente
que si no decía la verdad de lo ocurrido sufriría las consecuencias. Cada paso dado, cada metro
avanzado cada esquina volteada era de pánico para Chirinos, pero ¿Por qué ir caminando y no en
carro? Era muy simple, si iba a enfrentar al cerebro de todo esto, que sea ya a ver si le ganaba.

Por otro lado, Quintero quien pasó cerca de una hora en la interrogación después de la ausencia de
Chirinos, tenía en sus manos, la declaración de Regina Magallanes, pero sentía que algo no cuadraba
y que por más que tratase de entender, la información de la testigo tenía muy poca credibilidad más
aun después de haber cambiado su versión sobre el posible vínculo con Chirinos, así que solicitó la
ayuda de Méndez.

- Méndez: (Entra Méndez) Dime Quintero, ¿Qué ha ocurrido?


- Quintero: Pues verás, aquí está pasando algo raro con Chirinos (Quintero no tenía idea de
la reunión anterior que tuvo con Chirinos ni de las conclusiones de Méndez).
- Méndez: Veo que recién te das cuenta, ¿Qué tienes?
- Quintero: ¿Recuerdas a nuestra testigo?
- Méndez: Regina Magallanes.
- Quintero: Pues sí, el interrogatorio iba bien hasta que un comentario suyo me inquietó, pero
justo hubo una llamada del jefe para ver ese caso y por un par de minutos conversaron a
solas y ella cambió parte de su versión.
- Méndez: Especifícame.
- Quintero: Pues en un momento dado, cuando le preguntamos a Regina el por qué nos
estaba siguiendo con los Navarro, indicó que era porque conocía a Chirinos y era a él quien
lo seguía.
- Méndez: ¡Increíble!
- Quintero: Insistió con eso gran parte, después Zea me llamó por el caso Matt y cuando
conversaba, Chirinos tuvo instantes con Regina y pues cuando quedé solo con Regina decía
estar molestando y que estuvo ahí de casualidad, ya que se enteró del secuestro y quería
averiguar algo más.
- Méndez: Negó conocer a Chirinos.
- Quintero: Pues sí, dijo que lo molestaba por ser guapo, mas no habían tratado antes salvo
en el interrogatorio en la cafetería.
- Méndez: Mi caso es similar, pero tengo más pruebas contra él.

Méndez empieza a contar sobre lo ocurrido el día anterior con Chirinos, lo de su supuesta hermana
y de la coincidencia con Matt, sus sospechas anteriores eran ciertas, pero no podían concretarlas ni
mucho menos saber la verdadera intención del sujeto, ya que ayudo a revelar muchas cosas, mas
no era la forma de trabajar ni el protocolo requerido para hacerlo. No tenían ya a Regina Magallanes,
pues tenían un acuerdo firmado.

Esa misma tarde, no fue Zea quien comunicó de la tragedia a los agentes, lo hizo más bien Chirinos,
comunicó a Zea y desde ahí lo asignó a resolverlo, después Zea comunicó a los demás su accionar y
fue una alarma para los tres detectives, aunque Aguilar permanecía al margen de los detalles de
Chirinos por decisión de Méndez.

La llamada tuvo lugar a las 6 de la mañana aproximadamente, cuando empezaba a rayar el alba, dijo
que escucho un disparo cerca de donde dormía y que al estar despierto se aproximó raudamente al
lugar para tener más detalles de lo ocurrido; más la intención de Chirinos era encontrar y fulminar
al atacante con su arma de fuego, aunque no fue así, cuando Chirinos vio lo que había pasado se
asustó y casi entra en un trauma del que no podría salir; era Regina Magallanes, pero esta vez tenía
una particularidad distinta a los demás homicidios ya que no había un secuestro previo y tenía dos
notas escritas, por el momento era el único testigo, pero estaba seguro que en cualquier momento
habría más personas alrededor del cuerpo.

Quitó el otro papel del cuerpo y lo leyó, su sangre se heló y automáticamente quiso retirar el
segundo papel más notorio, pero justo apareció un par de personas que estaban corriendo y
encontraron también el cadáver y ya no pudo rescatar la nota que lo comprometería más ya que
estaban tomando las fotos respectivas del cuerpo y si Zea se enteraba de lo ocurrido, no le iría bien
por su accionar. La nota decía “Te dije que declares la verdad, estarías en cárcel y no en prisión”
llegaron los peritos y después se procedió al levantamiento del cuerpo mientras que Chirinos
buscaba cualquier tipo de prueba, sabía que quien hizo esto sabía que sería él quien vería por
primera vez el cuerpo, por ende, las dos notas en el cadáver ibas dirigidas hacia él; el esfuerzo fue
en vano, la gente pasaba por alrededores antes que pudiese evitarlo y contaminaron la escena del
crimen, pero ya en el laboratorio, preguntó a balística sobre la bala encontrada en el cuerpo extraída
de su frente y ellos confirmaron lo que él no quería escuchar, era una bala disparada de la misma
arma que usaron para matar a las otras 4 personas.

Él sabía que se habían realizado cinco disparos precisos y certeros entre ceja y ceja, pero ¿Por qué
sudó frio al leer la nota? Era que la nota aparte de ir dirigido hacía él, era amenazante, decía “Di la
verdad o la sexta será tuya, todo depende de ti” Estaba en una encrucijada muy seria, mientras Zea
esperaba un informe que explicase lo que sucedió, Chirinos demoraba en el mismo. Méndez y
Quintero sabían que algo tramaba o escondía así que decidieron espiarlo de manera clandestina e
incluso ofrecieron su ayuda, pero amablemente dijo que no lo necesitaría, que los pondría al tanto
en cuanto encaje todas las piezas. Pasaron dos días y Zea aun no daba información de lo ocurrido
así que lo visitó mientras trabajaba en su oficina.

- Zea: (Ingresa a la oficina) ¡Buenos días, Chirinos!


- Chirinos: Buenos días jefe, le tendré listo todo muy temprano mañana.
- Zea: Descuida, no quiero presionarte.
- Chirinos: Gracias jefe.
- Zea: (Zea sonríe, sus sesenta y tantos años de experiencia le dieron una idea) Tendrás ayuda
- Chirinos: (Se sorprende) ¿jefe?
- Zea: Pasa (Entra Aguilar) Méndez ya lo sabe e incluso fue su idea, te designé a la detective
Aguilar para que te apoye y puedas trabajar más rápidamente.
- Chirinos: No creo que sea necesario.
- Zea: No es lo que usted crea detective, es lo que yo ordeno y se hará así.
- Chirinos: Esta bien jefe.

Chirinos no sabe cómo contarle a Aguilar lo que estaba ocurriendo, no podía creerlo, Méndez lo
estaba acorralando indirectamente y estaría pronto a encontrar la verdad sobre él, antes que él
dijera algo ella le dijo que si bien fue idea de Méndez, Zea no lo aceptaba y que fue por insistencia
de ella que accedió; también le aclaró que contaba su ayuda para todo y que confiase en ella sea lo
que sea mientras le sujetaba la mano; Chirinos se sintió nervioso porque su nueva asistente debía
de saber lo que estaba pasando, pero se tranquilizó al sentir la suavidad de sus delicadas manos, las
sintió agradables y dentro suyo se decía que Aguilar era la persona indicada en quien podía confiar,
lo haría, y estaba decidido.

- Aguilar: Bueno detective Chirinos, me complace ser de mucha ayuda.


- Chirinos: A ver, detective Lidia Carla Aguilar Marrón, tú estás aquí para ayudarme a resolver
el caso, ¿cierto?
- Aguilar: Así es detective Chirinos.
- Chirinos: Entonces comunícame lo que puedes hacer para ayudarme, ¿cuál es tu
experiencia? E imagino que deber ser muy buena, ¿cuál es el plus que tienes para resolver
el caso que tal vez otros no tengan?
- Aguilar: Bueno, he sido transferida hace poco a este departamento y desde niña siempre
fue mi sueño atrapar criminales y dejarlos fuera de las calles.
- Chirinos: Eso creo que lo dijiste en tu entrevista policiaca, pero esta no es una de esas, esta
vez quiero que me diga, ¿cuáles son sus habilidades y en que me puedo ayudar?
- Aguilar: Bueno soy prácticamente un hacker, puedo descifrar códigos en poco tiempo, sé
matemáticas muy bien y por ende, tengo una gran capacidad para articular piezas faltantes,
resolver rompecabezas, armar perfiles psicológicos con pocos datos y además poseo una
muy buena memoria.
- Chirinos: Entonces sí, si eres de gran ayuda, vaya quien lo diría, como dice el dicho es usted
un estuche de monerías, una caja de Pandora.
- Aguilar: Es un halago muy agradable detective.

Chirinos pide entonces a Aguilar que se siente para poder explicarle todo a detalle, ella accede y
Chirinos empieza a narrar todo desde el caso del asesino de la manzana, lo tenía que ver Matt en
esa y esta situación, sobre Regina Magallanes y varios detalles más, que poco a poco dejaban
boquiabierta a la detective Aguilar, la cual no lo podía creer e insistió en que eran cosas imposibles
de suceder como para no poder notarlo, pero Chirinos dio detalles muy exactos que encajaban muy
bien con lo estaba contando.

El solo hecho de escuchar todos los detalles fue extenuante para Aguilar, ponerla al día demoró
prácticamente un par de horas incluyendo las preguntas de Aguilar quien era muy hábil, pero tenía
el defecto de la credibilidad, si le daban una historia bien armada, aunque le estén mintiendo
descaradamente.

- Aguilar: Detective, está en una encrucijada, no le queda otra opción.


- Chirinos: ¿Cuántos años tiene detective? Es una falta de respeto preguntarlo, pero responda
- Aguilar: Tengo 24 años.
- Chirinos: Yo tengo 28 años, pero 3 años como detective y he visto muchas cosas pasar como
amenazas y aun así he salido bien librado.
- Aguilar: ¿Anteriormente entraron a su domicilio y le dejaron una nota con amenaza de
muerte?
- Chirinos: (Queda unos segundos en silencio) Siempre hay una primera vez, pero lo
llevaremos de la mejor forma, ahora tu estas implicada y por ende nos debemos cuidar las
espaldas de lo que nos pueda pasar, no sé cómo lo hace, pero de seguro averigua todo, lo
más probable es que me esté vigilando o alguien lo esté haciendo por ella.
- Aguilar: Por lo que usted me cuenta es muy probable que eso esté pasando y por eso debe
confiar en Zea y ver la manera, lo digo como una amiga más que como una colega.
- Chirinos: Hará lo que yo le diga que haga, ¿Está de acuerdo? Si no lo está, esta conversación
nunca existió y solo le daré la información que vea por conveniente, al final tú me tiene que
apoyar.
- Aguilar: De acuerdo señor, es también una manera de encarcelar criminales y delincuentes.
- Chirinos: Como tú digas, ahora trabajaremos en lo que le diremos a Zea mañana y por favor,
apóyame.

Aguilar asienta con la cabeza, es entonces que se ponen a trabajar en el caso de Regina Magallanes,
aunque sabía que no era lo correcto, era una autoridad y como tal debía obedecer; empiezan a hilar
todos los cabos sueltos y resultó que era muy buena haciéndolo, logró armar en menos de seis horas
lo que Chirinos no había podido en tres días, era sorprendente, de cierta manera una parte de lo
que quería Chirinos estaba cumpliéndose, ahora solo faltaba la otra parte, sobrevivir o encontrar a
quien lo quería muerto por mentiroso y eliminarlo antes de que sea tarde. Llegada la noche, lograron
un gran informe en el cual coincidía todo a favor de Chirinos y así convencer a todos de que lo que
había dicho era cierto y de alguna manera lo dejen en paz, en especial a Méndez, pero sabía Aguilar
que al hacer esto su vida también correría peligro, según lo estudiado y los antecedentes el homicida
cada vez tenía menos paciencia, daba menos oportunidades y ejecutaba más rápido a sus víctimas
si es que estas le mentían a la autoridad.

A la mañana siguiente, luego de leer nuevamente la nota dejada en su puerta anteriormente


Chirinos junto con Aguilar se dirigieron a la oficina de Zea para entregar el informe y continuar con
la investigación del caso, él los recibe a ambos y justo antes de que quisieran entregar y exponer el
informe respectivo, los detuvo Zea y pidió que esperaran, fue así que llamó a Méndez y a Quintero
para que los escucharan; Chirinos se notó algo sorprendido por el hecho y Zea se percató de eso y
le preguntó si había algún problema a lo cual dijo que no y confió en el trabajo hecho con la ayuda
de Aguilar, o por menos eso era lo que esperaba.

Una vez con Quintero y Méndez esperando los detalles de Chirinos, se procedió a dar el informe
detallado de lo ocurrido, dieron cuenta de todo, nada se les pasó, ni cabo suelto, todo cuadraba a
la perfección e hilaba detalle con detalle, como si ellos mismo hubieran escrito el guion antes de
que sucediera; sorpresa para todos e incluso para Zea, quien creía que no le sería posible entregar
el informe, ya empezaban todos a dudar de él, pero al parecer esto los convencía, era indudable, la
detective Aguilar tenía talento, aunque casi todo lo explicó Chirinos, Aguilar solo dio unas pocas
palabras de cierre; no quiso abarcar gran parte del informe, que de por sí ya era corto, así que
concluyó con:

- Aguilar: Después de ver las pruebas según el informe como opera nuestra criminal, nos da
un patrón de conducta…

Nunca afirmó, solo citaba según el informe y nada más, aunque se percataron de eso, ninguno de
ellos ahora dudaba de la credibilidad de Chirinos pues había demostrado sinceridad, o por lo menos
eso era lo que pensaban.

- Zea: Muy bien detective, lo felicito por el trabajo realizado, tenemos el perfil criminal de
nuestra asesina y sabemos que no opera sola y además que su compañía en sus delitos es
masculina pudiendo ser su pareja o hermano.
- Chirinos: Así es señor, como lo dije, no está sola y además se siguen procesando más pistas
sobre el caso y se la tiene acorralada, se cerraron fronteras y es cuestión de tiempo que
caiga (En su mente Chirinos no estaba tan seguro).
- Zea: Genial detective (Palmeó sus hombros) Espero que esto nos limpie la cara frente a la
sociedad, que cada día exige más de nosotros y últimamente no se había sentido segura en
las calles, pero ahora estoy seguro de que lo estará.
- Chirinos: Gracias señor.
- Zea: Fue buena idea asignarte a la detective Aguilar, quien ahora pasará a ser tu nueva
asistente y veré que Méndez tenga uno en cualquier momento.
- Méndez: ¿Disculpe señor?
- Aguilar: (Muy sorprendida) ¿Señor?
- Zea: Lo siento Méndez, funcionó y además fue tu idea, no te preocupes tendrás uno nuevo
en cuanto me asignen a un nuevo detective, ya lo solicité y hay varios en lista y seleccionaré
el tuyo cuidadosamente muy pronto, espero lo comprendas y no haya ningún tipo de
problemas con mi decisión.
- Méndez: (Aun con su rostro en desacuerdo) Si señor, usted es la autoridad y así será.
- Zea: Ahora por favor, pasen a retirarse detectives y espero por la pronta captura de nuestra
asesina (Mirando a Chirinos).
- Chirinos: Será el primero en enterarse.
- Zea: (Mirando directo a los ojos de Chirinos) Eso espero.

Chirinos sale victorioso de la oficina, pero Quintero y Méndez completamente desconcertados, en


especial Méndez quien pensaba que ya lo tenía entre sus manos, y se le había escurrido como el
agua entre los dedos y aunque sabía que algo más escondía, debían esperar más tiempo para sacarlo
a la luz y además tener cuidado de sus acciones y repercusiones, puesto que Chirinos no se iba a
quedar tranquilo y además tendría más cuidado.

Chirinos salió, era su hora de almuerzo e invitó a la detective Aguilar para que la acompañase,
después de todo era la gran responsable de que su pellejo esté a salvo; cruzaron la puerta,
agradeciendo por su ayuda y que no hubiera podido hacerlo sin ella; en ese momento todo se nubló
y luego de tres segundos todo era oscuridad y minutos después no era nada, absolutamente nada,
solo un cuerpo inerte. Si, era el fin para Chirinos, Aguilar lo vio todo, a Chirinos una bala se le alojó
entre ceja y ceja dejándolo desplomarse al suelo mientras ella conmocionada sacó su arma y apuntó
al lugar donde aparentemente se ubicaba el tirador, pero fue en vano, no notó nada irregular,
segundos después dos policías las acompañaron en su accionar y casi un minuto después se oyeron
las voces de Méndez y Quintero preguntando por lo sucedido, el cadáver yaciente en el suelo con
una bala en el cráneo, Méndez no lo soportó más y tomó a Aguilar de los hombros preguntándole
en qué había mentido Chirinos sobre el caso, la sacudió con fuerza descontrolada, fue en ese
momento separado por Quintero quien pidió la calma del caso, entonces que Aguilar se dejó caer
de rodillas contra el suelo con una cara de miedo y culpa frente al cuerpo inerte de quien hace solo
algunos minutos fue su jefe a cargo.

Las sirenas sonaban fuertes y cada una vez más fuerte que la otra, el departamento había perdido
a uno de sus mejores detectives, uno joven, con futuro brillante y prometedor, pero que al parecer
no estaba siendo completamente verás; minutos después todo estaba acordonado y decenas de
policías buscaban en los alrededores del departamento a la asesina o asesino, aunque todo era en
vano, no había rastro de algún posible tirador, pero no importó y siguieron con la búsqueda. Ya con
la llegada del forense, Zea, Méndez y Quintero observaban su trabajo, aunque creyeron que no
había mucho que revisar pues habían estado con el occiso solo minutos antes de su deceso, se
equivocaron el forense había hallado una evidencia más que suficiente para estar más intranquilos
de lo que ya estaban, encontraron la nota doblada en uno de los bolsillos del detective, era la misma
nota que había llegado a su puerta solo días antes y que ahora estaba en la manos de Zea, “Di la
verdad o la sexta será tuya, todo depende de ti” fue lo que leyó, respiró profundo y dijo que le
encantaría saber en que los había engañado Chirinos, incluyéndose, pero sobre todo saber a quién
o a quienes se estaban enfrentando, y que por el amor de Dios todo esto termine, fue como una
oración que el hacedor mayor había sido escuchado.
Poco después de pronunciar esas palabras, otro sonido estremeció en los alrededores, por la radio
llamaron a Zea informando que los habían encontrado, se creía que era de la policía o de uno de los
agentes organizados en búsqueda, Méndez y Quintero fueron a prisa mientras que Zea y Aguilar se
quedaban aun en la escena del crimen. Al llegar al lugar, se encontraba un oficial de la policía que
patrullaba por ahí cerca junto a otros cinco policías más, Méndez y Quintero pensaron que él había
disparado a los cadáveres que tenía en frente; eran dos, un hombre y una mujer que coincidían
perfectamente con las características de la secuestradora asesina y con el hombre que Chirinos
había perseguido días antes que podía ser su cómplice, había mucha similitud, felicitaron al oficial
por su accionar.

- Méndez: Muy buen trabajo oficial, lo felicito, al fin todo terminó.


- Quintero: Mi compañero tiene razón, ya estábamos preocupados.
- Oficial: Yo no fui quien disparó y tampoco ninguno de mis hombres.

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