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BULLYING

El término bullying fue utilizado por primera vez por el profesor sueco Dan Olweus para
describir una dinámica de hostigamiento reiterado, de agresión sistemática de niño o grupo
de niños hacia otro que no logra defenderse. Es continuo, sistemático y necesita de
un público que lo sostenga desde el silencio y las risas como estímulo directo o encubierto.

NO es bullying: En los grupos de niños y adolescentes es esperable que surjan tensiones,


enemistades, afinidades; inclusive es habitual que en alguna oportunidad aparezcan
reacciones violentas o agresivas entre ellos. Estas situaciones no son bullying y acorde a las
etapas evolutivas, los chicos pueden, en mayor o menor medida, recurrir a la palabra para
resolver conflictos y reflexionar.

Bullying Hablamos de bullying o maltrato entre iguales cuando “un/a chico/a, o un grupo,
pega, intimida, acosa, insulta, humilla, excluye, incordia, ignora, pone en ridículo,
desprestigia, rechaza, abusa sexualmente, amenaza, se burla, aísla, chantajea, tiraniza, etc. a
otro/a chico/a, de forma repetida y durante un tiempo prolongado, y lo hace con intención
de hacer daño poniendo además a la víctima en una marcada situación de indefensión”.

Para hablar de bullying debe darse desequilibrio de poder, asimetría, dificultades para
reaccionar, y sentimientosde indefensión y desamparo. El desequilibrio puede ser real
(más fuerza, mayor tamaño, más edad, mayores habilidades sociales, popularidad, etc) o
percibido. Percibe al otro como “mejor”, “más que él o ella” y se menosprecia a sí mismo.
Chicos con el autoestima muy baja perciben a otros como superiores, más exitosos e
inaccesibles.

Características del Bullying

Debe existir una víctima (indefensa) atacada por un busón o grupo de matones.

Debe existir una desigualdad de poder “desequilibrio de fuerzas” entre el más fuerte y el
más débil. No hay equilibrio en cuanto a posibilidades de defensa, ni equilibrio
físico, social o psicológico. Es una situación desigual y de indefensión por parte de la
víctima.

La acción agresiva tiene que ser repetida. Tiene que suceder durante un período largo de
tiempo y de forma recurrente. La agresión supone un dolor no sólo en el momento
del ataque, sino de forma sostenida. El objetivo de la intimidación suele ser un solo
alumno, aunque también pueden ser varios, pero este caso se da con mucha menos
frecuencia. La intimidación se puede ejercer en solitario o en grupo, pero se intimida a
sujetos concretos.

Conducta agresiva intencional. El chico o chica que maltrata a sus compañeros busca hacer
daño deliberadamente y sabe que lo que hace no está bien, por este motivo lo oculta y/o lo
niega repetidamente cuando es descubierto. A la larga, disfruta con el sometimiento y con
el sufrimiento de la víctima y estos hechos le resultan placenteros. No se trata de bromas
puntuales (esconderle la mochila, mandarle un anónimo), ni de una agresión
esporádica que no tiene intención de dañar. El agresor/a actúa con deseo e intención
de dominar y de ejercer poder sobre otro/a.

Actores en el Bullying

Hostigado (acosado): Se suele señalar a las víctimas como débiles, inseguras, ansiosas,
cautas, sensibles, tranquilas y tímidas y con bajos niveles de autoestima (Farrington, 1993).

Se observan dos prototipos:

La activa o provocativa suele exhibir sus propios rasgos característicos,


combinando un modelo de ansiedad y de reacción agresiva, lo que es utilizado por el
agresor/a para excusar su propia conducta. La víctima provocativa suele actuar como
agresor/a mostrándose violenta y desafiante. Suelen ser alumnos/as que tienen
problemas de concentración y tienden a comportarse de forma tensionada e irritante a su
alrededor. A veces suelen ser tildados/as de hiperactivos/as, y lo más habitual es que
provoquen reacciones negativas en gran parte de sus compañeros/as.

La víctima pasiva es la más común. Son sujetos inseguros, que se muestran poco y que
sufren calladamente el ataque del agresor/a. Su comportamiento, para el agresor/a, es un
signo de su inseguridad y desprecio al no responder al ataque y al insulto.

En general las víctimas son sujetos rechazados, difícilmente tienen un verdadero


amigo en clase y les cuesta mucho trabajo hacerlos. Son los menos populares de la clase si
nos atenemos a los datos sociométricos.

Hostigador (acosador)

Olweus (1998) señala al agresor/a con temperamento agresivo e impulsivo y con


deficiencias en habilidades sociales para comunicar y negociar sus deseos. Le atribuye falta
de empatía hacia el sentir de la víctima y falta de sentimiento de culpabilidad.
También denota falta de control de la ira y nivel alto de los sesgos de hostilidad
que hace que interprete sus relaciones con los otros como fuente de conflicto y agresión
hacia su propia persona.

Se definen dos perfiles de agresor/a: el/la activo/a que agrede personalmente, estableciendo
relaciones directas con su víctima, y el/la social-indirecto/a que logra dirigir, a veces en la
sombra, el comportamiento de sus seguidores a los que induce a actos de violencia
y persecución de inocentes.
Además de estos prototipos se identifica a otro colectivo que participa, pero no
actúa en la agresión que son los agresores pasivos (seguidores o secuaces del agresor/a).

Grupo de pares (sostienen las acciones agresivas o humillantes al mirar o festejar).


Olweus (1993) menciona la falta de apoyo de los/as compañeros/as hacia las víctimas como
el resultado de la influencia que los/as agresores/a ejercen sobre los demás, hecho muy
frecuente en estos procesos.
Los/as adultos/as como los jóvenes se comportan de forma agresiva después de
observar un acto de agresión.
En el caso del maltrato entre iguales se produce un contagio social que inhibe la
ayuda e incluso fomenta la participación en los actos intimidatorios por parte del resto de
los compañeros que conocen el problema, aunque no hayan sido protagonistas inicialmente
del mismo.

Ambiente adulto (por indiferencia, ignorancia o falta de recursos no interviene).


Los adultos y las adultas no siempre se percatan, de los hechos relacionados con el bullying
por diferentes razones. De hecho es el último colectivo al que el alumnado victimizado
comunica lo que le sucede. Esto conlleva una dificultad añadida en términos de detección
e intervención puesto que, cuando los casos salen a la luz, la escalada de las agresiones,
suele estar en niveles de mayor riesgo e intensidad para la víctima.
Por tanto es necesario no solo alertar a los adultos sobre la importancia de estos hechos para
que mantengan una actitud vigilante y atenta, sino también concretar y definir con claridad
con los alumnos qué tipos de actitudes y de relaciones no son permisibles.

El silencio
Quien hostiga sabe perfectamente que los demás no hablarán. Quien humilla y lastima a
otro, sabe que cuenta con el silencio del grupo y de su “presa” ya que Si pensara en las
consecuencias y exposición de las agresiones por parte de los demás, tal vez inhibiría en
parte su conducta.
Con el silencio incentivan a que las acciones sean cada vez más fuertes y el hostigado cada
vez se sienta más solo, más desprotegido y vulnerable. Se empieza entonces a
estructurar la dinámica del bullying.

El miedo a hablar circula entonces entre todos: quien sufre los ataques y agresiones,
quienes miran y no intervienen, quien maneja al grupo. Todos tienen miedo. El hostigador
realiza sus acciones siempre lejos de la mirada adulta y amenazando a todos los que
participan, con que pueden ser los próximos en sufrirlo.

Consecuencias del Bullying


Para la víctima: Es para quien puede tener consecuencias más nefastas ya que puede
desembocar en fracaso y dificultades escolares, niveles altos y continuos de ansiedad
y más concretamente ansiedad anticipatoria, insatisfacción, fobia a ir al colegio, riesgos
físicos, y en definitiva conformación de una personalidad insegura e insana para el
desarrollo correcto e integral de la persona.
Olweus (1993) señala que las dificultades de la víctima para salir de la situación de
ataque por sus propios medios provocan en ellas efectos claramente negativos como el
descenso de la autoestima, estados de ansiedad e incluso cuadros depresivos con la
consiguiente imposibilidad de integración escolar y académica.
Por otra parte, ello puede suponer una dañina influencia sobre el desarrollo
de su personalidad social. En algunos casos también puede desencadenar reacciones
agresivas en intentos de suicidio.

Para el agresor/a: También el agresor/a está sujeto a consecuencias indeseadas. La


conducta del agresor/a consigue un refuerzo sobre el acto agresivo y violento como algo
bueno y deseable y por otra parte se constituye como método de tener un estatus en el
grupo, una forma de reconocimiento social por parte de los demás.
Si ellos/as aprenden que esa es la forma de establecer los vínculos sociales,
generalizarán esas actuaciones a otros grupos en los que se integren, donde serán
igualmente molestos/as.

Para los/as espectadores/as


Los/as espectadores/as no permanecen ilesos/as respecto de esto hechos y les
suponen un aprendizaje sobre cómo comportarse ante situaciones injustas y un
refuerzo para posturas individualistas y egoístas. Se señala como consecuencia para
ellos/as la desensibilización que se produce ante el sufrimiento de otros a medida que van
contemplando acciones repetidas de agresión en las que no son capaces de intervenir para
evitarlas.

Signos para prestar atención


En primer lugar hay que tener en cuenta que todo cambio abrupto en la conducta de un
chico indica que algo está ocurriendo. Cualquier cambio referido a la alimentación y el
sueño de los chicos, habla de que pueden estar angustiados, ansiosos o asustados.
En el caso del bullying, encontramos algunas variables que se repiten.
Es común que se retrotraiga, que se encierre en sí mismo. Como muchas veces están
amenazados, temen hablar “de lo que sea” en relación a la escuela, por temor a que se les
“escape” algo y riesgo aumente. Evitan responder, esquivan el encuentro con los padres,
bajan la mirada si se les hace alguna pregunta en relación al juego o al tiempo libre escolar.

Signos específicos de que un chico puede estar siendo hostigado ya sea tristeza,
aislamiento, nerviosismo e irritabilidad, llanto inmotivado, trastornos del sueño como por
ejemplo insomnio, pesadillas, por otro lado también trastornos de la alimentación, Quejas
reiteradas e insistentes respecto a situaciones que antes no le generaban
preocupación, pérdida de muchos útiles y dinero etc…

Signos de un chico puede estar hostigando a algún compañero: habla poco de sus
relaciones escolares, baja su rendimiento escolar y capacidad de atención tanto en la
escuela como en su hogar, se manifiesta ansioso, apurado, nervioso, se muestra rebelde y
no cumple con normas y pautas familiares y sociales. A su vez, se refiere a sus familiares
(en la escuela) y a sus docentes (en la casa) de manera burlona y/o agresiva, se maneja con
prepotencia, desafía permanentemente a los adultos que están a su cargo etc…

Abordaje ante un caso confirmado de Bullying


Siempre es preferible trabajar en la prevención que cuando la violencia ya se ha
manifestado dentro del ámbito escolar.
El método Kiva, es un método finlandés elaborado con el objetivo de prevenir y
combatir la violencia dentro y fuera de la escuela. El mismo consiste en trabajar
fuertemente en la prevención, tanto desde la educación emocional de los y las
estudiantes, apuntando a conceptos como la empatía, el respeto hacia los y las demás y el
reconocimiento de las propias emociones; como desde el control, siempre hay presencia
adulta en todos los lugares donde permanecen los y las estudiantes dentro de la escuela.

En lo que refiere a un caso de Bullying ya instalado, el sistema Kiva tiene también


un protocolo claro de acción desde la escuela. Establece el trabajo con el grupo de
espectadores, plantea la necesidad de trabajar sobre la escena de Bullying en
entrevistas particulares con los espectadores, con el objetivo de poder hacer que cambien
de una postura pasiva a una activa a favor de defender a la víctima. Dicho cambio debe ser
un cambio grupal, no individual, para de esa forma lograr romper con la asimetría de poder
que existe entre agresor y víctima. (El protocolo no recomienda las intervenciones cara
a cara entre el agresor y la víctima).
En cuanto a las intervenciones con las familias, el protocolo sugiere el trabajo por
separado con padres de la víctima y del o de los agresores.

CIBERBULLYING

En la actualidad, siendo una época de tecnología surge de forma directa una nueva
modalidad de acoso entre pares: el ciberbullying o ciberacoso.
El ciberbullying es una conducta agresiva, reiterada y dirigida a una persona
en especial. Entre los dos sujetos hay una relación asimétrica, con desequilibrio de
poder y fuerzas. Sin embargo hay que tener en cuenta que el poder del que se carece en las
relaciones cara a cara se puede adquirir a través de una pantalla, por lo tanto en el
ciberbullying los roles se pueden invertir.
Otra diferencia que ocurre en el espacio virtual es que muchas veces se
desconoce al autor de las agresiones. Ese anonimato que brinda el mundo tecnológico
fomenta y expande el acoso. Además brinda la posibilidad de llegar a muchos más
espectadores. Lo que antes quedaba reducido a la escuela y sus espacios, ahora alcanza a
miles de chicos, cercanos y lejanos en lo que a espacio se refiere.

Estas características diferenciales del ciberbullying contribuyen a aumentar el miedo


del hostigado, su vulnerabilidad y exposición. No sabe de qué, ni como, ni de quién
tiene que defenderse, porque desconoce el autor de los ataques. Llega a desconfiar de todos
y a sentirse desnudo y expuesto ante una comunidad enorme.

Formas de ciberbullying

Directas
Enviar mensajes ofensivos por chat o celular, colgar fotos o videos que ridiculizan y
humillan al otro en blogs o perfiles de Facebook, anónimos o no. Modificar imágenes
tomadas al azar o copiadas de perfiles auténticos, de tal manera que se deje expuesto a la
humillación al otro, cambiar información, modificarla, intervenir en los posteos y perfiles
del acosado.

Indirectas como provocar a un compañero para que reaccione y sea expulsado de un


chat con el fin de aislarlo y hackear cuentas de mails y enviar mensajes que generen
peleas.

Los métodos del ciberbullying


Insultos electrónicos, hostigamiento, denigración, desvelamiento y sonsacamiento: Consiste
en sacarle información privada al otro mediante mecanismos engañosos y luego
compartirlo con muchos otros. Por otro lado, exclusión (aislar a la víctima),
ciberpersecución, como así también la “Paliza feliz”, es decir, agredir a alguien con golpes,
filmar la escena y subirla a redes sociales.

EL BULLYING VISTO DESDE EL NARCISISMO

Mario Waserman propone una mirada del bullying desde el narcisismo. Habla del bullying
como una conducta combinada dado que se construye por lo menos entre dos al igual
que la conducta sado-masoquista.
En el circuito sadomasoquista del bullying hay alguien que goza generando dolor a
través de la exclusión y la burla y alguien que goza soportándolo. El amor del sádico es lo
que el masoquista del bullying desea, porque ha identificado a esa figura con el padre
poderoso que decide quién será la favorita de su harem. El objeto del prejuicio, así como
el del bullying no sólo desea que cese la burla o la exclusión espera lo imposible, espera
amor entre iguales.

No es posible entender el bullying sin tener en cuenta este modo de goce


sadomasoquista y sin entender la dinámica de las conductas narcisistas en el bullying. Es
fundamental que parte del amor a sí mismo se deposite en los otros y forme el amor objetal.
Esto es el investimento en los otros y en las actividades sociales, las cuales nos insertan en
el mundo. Sabemos que puede suceder que el amor aparente por un objeto esté hecho a
partir de una elección narcisista de objeto y por lo tanto solo amo en el otro lo que soy
o lo que desearía ser y entonces mi relación con el mundo es sólo aparente.
Si este amor, ya objetal por estar depositado en nosotros y en las actividades
sociales, colapsa, el mundo del sujeto se cae y él queda a solas con su libido
narcisista, lo cual da por resultado de los fenómenos hipocondríacos y
megalomaníacos.
En el bullying, el objeto de elección es la inversa del objeto narcisista, es lo
que yo no desearía ser, pero del cual necesito desesperadamente para afirmar mi valor
y mi hermosura.

Desde el vamos nos sostiene una pulsión que nos impulsa a vivir. Esta sería
la base del narcisismo primordial. Este primer narcisismo está en la base de querer ser el
número uno y guía todas las conductas competitivas. Perder es, para el primer Yo, igual a
morir y esto lo hace intolerable. Como se sabe, en el bullying es el otro el que debe estar
todo el tiempo muriendo, todo el tiempo perdiendo. Por lo tanto, si es él el que muere, yo
estoy a salvo, como en la guerra.
Este narcisismo primordial, va seguido por el proceso de narcisisación que
ponen en marcha los padres. Esta narcisisación del sujeto crea el Yo tal como lo
conocemos y es producido en primer lugar por la madre o sus dobles. Esa primera
conjunción ya no da solo el deseo de seguir vivo sino también el deseo de ser amado.
En la fase del espejo el Yo se reconoce en su imagen y se ama a sí mismo, lo cual
encuentra perfectamente natural, esa es la culminación del proceso y va seguido de un
sentimiento de euforia. Es un Yo maníaco, exultante. Este hecho es el que se busca volver
a experimentar cuando se excluye y se agrede al objeto del bullying. Este objeto le hace
función de espejo. En cuanto imagen degradada del otro le devuelve una imagen
intacta y completa de él.

De estos primeros procesos, narcisismo primordial, más proceso de


narcisisación, el niño tiene que salir con un bagaje fuerte que pueda resistir prontos
embates. El niño que va a ser objeto de bullying falla en la instalación o sufre un
embate en su historia narcisista. Desde su lugar parece necesitar mendigar el amor
que complete su narcisismo dañado.

Este proceso del instalación del narcisismo se encuentra, en la más tierna


infancia, con sucesivos tropiezos. La madre no puede prestarle atención permanentemente.
Se agotaría si pretendiera que su bebé no sufriera frustración alguna. Pronto debe
dejarlo sufrir, haciendolo sentir que su deseo era satisfecho al instante, así lo
decepciona, le quita la omnipotencia, porque no le satisface todos sus deseos.

Para completar el proceso de instalación narcisista, es necesaria esa función


llamada Nombre del Padre. Es una nueva instalación narcisista que tiene como base
la vivencia de respeto. El padre introduce la ley respetando a la persona. (El respeto a la
ley no deshace el respeto a la persona).

El primer Yo debe caer en cuanto ideal megalomaníaco. No se trata de ser Yo


el supremo, se trata de ser un Yo como otros Yos. No se trata de ser el único amado, el
más amado de todos por todos, no se trata de yo el líder. Se trata de ser amado y
respetado. El Nombre del Padre no introduce sólo la ley, junto a ella introduce el
respeto. Si no, se crea un sádico de la ley, como ya lo señaló Freud, el superyó se hace
sádico. Se crea un amo y un esclavo, un líder y un adorador.

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