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ec

Revista Sarance No 26

Consejo Editorial:

Hernán Jaramillo Cisneros


Susana Cordero de Espinosa
Marcelo Valdospinos Rubio
Elena Francés Herrero

Director: Fermín H. Sandoval

Publicación del Instituto Otavaleño


de Antropología y la Universidad de
Otavalo
Casilla: 10 - 02 - 06
Otavalo - Ecuador
info@uotavalo.edu.ec
Revista Sarance
Instituto Otavaleño de Antropología- Universidad de Otavalo

REVISTA SARANCE No 26

- El trueque, una forma de economía solidaria en Pimampiro.


Elisa Lanas Medina.

- Visión panorámica de la artesanía textil de Otavalo.


Hernán Jaramillo Cisneros.

- Las nuevas creencias religiosas y los nuevos creyentes en Otavalo:


Introducción para un estudio.
Fermín H. Sandoval.

- Naturaleza 1 Cultura, Hombre 1 Mujer como categorías dicotómicas


para probar la universalidad de la subordinación femenina.
Elena Francés Herrero.

- La universidad en la encrucijada.
Fernando Tinajero.

- Importancia de la comunicación pública de la ciencia y la tecnología


en Ecuador y el mundo.
María de los Ángeles Erazo.

- Presentación del Diccionario de Americanismos.


Susana Cordero de Espinosa.

Otavalo- 2010
ministerio de
educación
ECUADOR

Revista Sarance N° 26

© Copyright 2009. lOA - UO


Ediciones Caracteres Impresos
ISSN: 0252-8630
Editor: Fermín H. Sandoval
Diseño y diagramación: Julio Sandoval
Impreso en: Ediciones Caracteres Impresos
Printed in Ecuador - Impreso en Ecuador

© Ediciones Caracteres Impresos, (ECI).


Celular: 080 173 919 E-mail: edicionescaracteresimpresos@hotmail.com
Revista Sarance
Instituto Otavaleño de Antropología- Universidad de Otavalo

ÍNDICE GENERAL

11.- Editorial

13.- El trueque, una forma de economía solidaria en Pimampiro. Elisa Lanas Medina.

29.- Visión panorámica de la artesanía textil de Otavalo. Hernán Jaramillo Cisneros.

55.- Las nuevas creencias religiosas y los nuevos creyentes en Otavalo: Introducción
para un estudio. Fermín H. Sandoval.

68.- Naturaleza 1 Cultura, Hombre 1 Mujer como categorías dicotómicas para. probar la
universalidad de la subordinación femenina. Elena Francés Herrero.

74.- La universidad en la encrucijada. Fernando Tinajero.

97- Importancia de la comunicación pública de la ciencia y la tecnología en Ecuador y


el mundo. María de los Ángeles Erazo.

112.- Presentación del Diccionario de Americanismos. Susana Cordero de Espinosa.


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parte de sus necesidades materiales -


vestidos, útiles de caza, de trabajo, de
guerra, utensilios de uso doméstico,
etc.- mediante procesos de trabajo en los
cuales la intervención de las personas,
con o sin la ayuda de herramientas ma-
nuales, era determinante. Para la época
actual se considera característica funda-
mental de la actividad artesanal "la pre-
eminencia del trabajo humano -aunque
VISIÓN PANORÁMICA DE se hayan mecanizado algunas fases del
LA ARTESANÍA TEXTIL DE proceso productivo- y la huella personal
OTAVALO y diferencial del artesano en el producto
fin'a1•'; (Laorden et al., 1982:6-7).
Hernán Jaramillo Cisneros
Instituto Otavaleño de Antropología La Enciclopedia Encarta define la ar-
tesanía como el "conjunto de las artes
realizadas total o parcialmente a mano,
Hay, sin duda, una profunda crisis en la que requiere destreza manual y artísti-
artesanía textil de Otavalo, la más impor- ca para realizar objetos funcionales o
tante ocupación productiva y comercial decorativos". Su definición va más allá:
de los indígenas de la región. El oficio "Se trabaja en el hogar, con un equipo
tiene antecedentes prehispánicos, se man- mínimo, o en talleres con instrumen-
tuvo durante el período colonial con la tos y materiales más costosos". Conti-
instalación de obrajes; tanto en lo que hoy núa: "La artesanía es tan antigua como
constituye la zona urbana de la cabecera la humanidad. Si bien en un principio
cantonal, cuanto en sus alrededores, ha tenía fines utilitarios, hoy busca la pro-
sido actividad generadora de un sinnúme- ducción de objetos estéticamente agra-
ro de puestos de trabajo, se ha constituido
dables en un mundo dominado por la
en la base del progreso y bienestar entre
mecanización y la uniformidad. Entre
quienes, sobre todo en los últimos años,
se han dedicado, más que a la producción, las técnicas artesanales más antiguas
al comercio de artículos de gran demanda figuran la cestería, el tejido, el trabajo
dentro y fuera del Ecuador. en madera y la cerámica. Casi todas las
técnicas artesanales que hoy se practi-
Lo artesanal can tienen cientos o miles de años de
antigüedad. La artesanía constituyó la
Hasta la Revolución Industrial del si- base de la economía de Europa hasta la
glo XIX, la humanidad satisfacía gran revolución industrial, en el siglo XIX.
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Sin embargo, los artesanos desaparecie- la generalidad de las artesanías latinoa-


ron prácticamente con el nacimiento de mericanas, Victoria Novelo (1981:198)
la producción en serie ...". dice: "Fueron las sociedades europeas
feudales las que dieron lugar a la exis-
La Enciclopedia Salvat enfoca la ar- tencia del artesano clásico, es decir,
tesanía como un "modo de producción toda una capa social de especialistas en
basado en el trabajo transformador de
diferentes oficios que producían para el
materias primas, realizado por lo ge-
resto de la sociedad los objetos necesa-
neral por cuenta propia y en pequeñas
rios y de lujo". Añade: "La producción
unidades". Analiza la artesanía desde el
descansaba en el trabajo manual y el uso
punto de vista de la economía y lo hace
en los siguientes términos: "se carac- de instrumentos de trabajo auxiliares
teriza por el bajo grado de división del solo podían ser útiles en manos de quien
trabajo y por la habilidad profesional de los sabía utilizar".
los productores, conseguida gracias a
un largo aprendizaje y aplicada sin ayu- Una serie de interrogantes sobre lo
da de máquinas o con la ayuda de estas que es la artesanía expone Anath Ariel
solo en pequeña escala ..." de Vidas (2002:10): "¿Se trata de una
obra artística o simplemente de una
América Indígena, publicación del creación plástica en el contexto de una
Instituto Indigenista Interamericano, sociedad no industrial? ¿De un trabajo
en un número dedicado a las artesanías manual cualquiera o, en el contexto la-
(1981:190), agrega otros datos relaciona- tinoamericano, de una creación prehis-
dos con esta actividad: "La fabricación pánica que se repite hasta nuestros días?
manual de objetos, que es la esencia de La existencia de la artesanía contempo-
la artesanía, responde a condiciones his- ránea plantea varias preguntas: ¿cuáles
tóricas de sociedades pre-industriales son las razones por las cuales la arte-
que, por diversas razones, han logrado sanía se mantiene o hasta se desarrolla,
persistir hasta nuestros días. El artesano mientras que sus formas de produc-
elabora con instrumentos simples pero
ción parecen arcaicas y, aparentemen-
con complejas técnicas manuales que
te, deberían desaparecer en el proceso
requieren de gran habilidad y que son
de modernización que va penetrando
adquiridas por aprendizaje, el objeto
en los Andes?, ¿por qué no sustituyen
cuya funcionalidad es manifiesta por
conocer él los fines utilitarios, sociales sistemáticamente los productos indus-
y culturales que ese objeto ha de tener triales a los artesanales?" Para respon-
en manos del usuario". der a estos cuestionamientos, la autora
analiza el fenómeno desde varios pun-
En un análisis sobre las artesanías tos de vista: " ... el enfoque culturalista
mexicanas, que bien puede aplicarse a enfatiza el producto popular, utilitario,
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elaborado con técnicas artesanales, ma- portancia de esas actividades y de sus


nuales, ligado a un cierto simbolismo y contenidos de orden cultural, artístico
destinado a un mercado local y rural, en y tecnológico, definió la artesanía en
el caso de no producirse para el auto- los siguientes términos:
consumo. Los folkloristas, por su parte,
exaltan la artesanía como la emanación "Artesanía, en su sentido más am-
de un patrimonio cultural inmutable. En plio, es el trabajo hecho a mano, o con
cambio, el enfoque economicista ve una preeminencia del trabajo manual cuan-
producción nacida de la necesidad ma- do interviene la máquina. En el mo-
terial de un grupo social tradicional en mento en que la máquina prevalece, se
respuesta a una demanda proveniente de sale del marco artesanal y se entra en la
la sociedad global. Sin embargo, aparte esfera industrial".
de los aspectos culturales, folklóricos y
económicos, las artesanías igualmente Este es el marco conceptual del pre-
presentan aspectos históricos, sociales sente artículo, aunque no podemos
e ideológicos ..." Finaliza con esta re- desconocer el componente cultural que
flexión: ".. .la artesanía puede conside- implícitamente comportan estas mani-
rarse según diferentes puntos de vista: festaciones de la creatividad, al igual
para los productores, se trata de una que la experiencia que se acumula a tra-
ocupación económica que combina una vés del tiempo, la que se trasmite de una
tradición artesanal y los imperativos generación a otra.
del mercado; para los consumidores,
de una manifestación cultural indígena Los antecedentes
que responde a una búsqueda de exotis-
mo nacida de una necesidad de alteri- Las primeras referencias sobre el tra-
dad; finalmente, para los intermediarios bajo textil de los indígenas de Otavalo
que la hacen circular, no es más que un son proporcionadas por los cronistas
medio de sacar provecho de esa inte- y funcionarios coloniales. Así, el co-
racción. Estas diferentes perspectivas rregidor Sancho de Paz Ponce de León
se mezclan parcialmente para formar dice en su Relación de 1582: "Los tra-
el conjunto del proceso de producción, tos que hay entrellos es hacer mantas de
circulación y consumo de la artesanía algodón y venderlas por oro a españo-
contemporánea". les y a indios para pagar sus tributos".
Justamente, el pago de tributos a las
La Primera Reunión Técnica de Ar- autoridades peninsulares dio origen al
tesanías y Artes Populares, llevada a establecimiento de los obrajes. Según
cabo en México en 1973, luego de va- Fernando Silva Santisteban (1964:17):
rias consideraciones acerca de la im- "como un antecedente americano de
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los obrajes consideramos la costumbre torería ..." Este autor enumera la serie de
que tenían los encomenderos de exigir productos que se hacían en los obrajes,
el tributo a falta de moneda, en ropas e que "como verdaderas fábricas y centros
hilaturas. La tasa se hacía en hilo, algo- de concentración de crecido número de
dón, ropa de algodón, alpargatas, etc." mitayos, producían artículos cuya ma-
Para Javier Ortiz de la Tabla (1977:472) teria prima podía ser industrializada en
"el obraje como unidad de producción el interior de una habitación. Por tanto,
aparece desde los primeros momentos dichos centros manufactureros entrega-
de la colonización. Supone una adap- ban toda clase de tejidos de lana, algo-
tación del sistema productivo europeo, dón, cabuya; manufacturas de lana como
en manufactura textil, a las condiciones sombreros gruesos para los soldados y
socioeconómicas y demográficas ame- mechas e hilos de algodón para los arca-
ricanas. Y aparece condicionado por buces; alpargatas, sogas y costales de ca-
dos factores fundamentales: la tacitur- buya; pólvora con el salitre; cordobanes,
na política económica de la metrópoli y baquetas, pergaminos de cueros".
la imposición colonial como reacción a
aquella". Robson Brines Tyrer (1988:96), Manuel Miño Grijalva (1984:44) seña-
en cambio, señala que "los orígenes de la que "el obraje fue una unidad de pro-
los primeros obrajes son obscuros, pero ducción cuya característica esencial fue
parece que datan de la década de 1560, la elaboración de tejidos de lana realiza-
cuando la producción de oro había co- dos por una fuerza de trabajo concentra-
menzado a disminuir. Este fue un hecho da en el interior de una estructura fisica
construida o adaptada para el efecto. En
importante para el desarrollo de la in-
la Real Audiencia de Quito el obraje ...
dustria textil, ya que los colonizadores
fue rural e integrado a los pueblos de in-
se vieron forzados a buscar por otros
dios o a las haciendas ..." Miño indica,
lados sus ingresos en metálico".
además, las innovaciones introducidas
Aquiles Pérez (1947:172), en su estudio por los españoles en los obrajes: "espe-
sobre las mitas en la Audiencia de Quito, cialización y división del trabajo -carda-
considera que la instalación de los obra- do, hilado, tejido, batanado, etc.- y una
jes fue posible porque así se aprovecha- renovación de los medios técnicos de la
ban "las ya conocidas y muy ejercitadas producción -pailas para el teñido, batán,
ocupaciones indígenas relacionadas con cardas y los mismos telares- en relación
la tejeduría. En este oficio no eran nova- al modo de producir indígena".
tos; sabían hacer los suyos para sus ves-
tidos; manufacturaban los que ofrecían Para Tyrer (ibid:91) "los obrajes eran
para vestidos de caciques y mandones; fábricas especializadas en producción a
conocían los secretos de una firme tin- nivel comercial y su carácter era dife-
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rente de las actividades textiles domés- lo cual las ordenanzas se encargaron de


ticas o artesanales". proporcionar especificaciones precisas.
Para determinar la calidad, las ordenan-
Uno de los obrajes más importantes zas exigieron la manufactura de paños
del período colonial fue el Mayor de veintidocenos 'de 21.200 hilos de fino a
Otavalo, establecido por los encomen- fino', prohibiendo la realización con un
deros a finales del siglo XVI; otro obraje número mayor o menor". A pesar de ello
importante, localizado en Peguche, fue se fabricaron con un número superior,
fundado por la Corona -en 1613 según así lo confirma el siguiente testimonio:
Tyrer, o en 1622 según Ortiz de la Tabla-. "en ese tiempo (1680) son los paños tan
Los dos fueron muy rentables, operaron finos, que compiten con los de Segovia
en forma eficiente y rindieron grandes y las bayetas de Inglaterra", según Ro-
utilidades, razones suficientes para que cío Rueda Novoa (1988:92).
su administración estuviera reservada,
generalmente, a un español peninsular. En 1802, Francisco José de Caldas
(1933:42-46) realiza una minuciosa des-
Informaciones de Javier Ortiz de la cripción de lo que es un obraje, enumera
Tabla (ibid:483) permiten apreciar el las tareas que realizan quienes allí tra-
constante crecimiento del obraje anti- bajan, los productos que se manufactu-
guo de Otavalo, que contaba "con unos ran, las herramientas que se emplean,
cincuenta indios a fines del XVI; en las condiciones de trabajo, etc. La sala
1620 se habían incrementado hasta 260, de hilatura, dice, "es un gran salón,
llegando a 498 en 1680. Igual ocurría siempre oscuro, desaseado y feo. No le
con el de San José de Buenavista ..." dan luz sino por lo alto del techo, y ésta
escasa, para impedir que por ella roben
Robson Brines Tyrer (ibid:l03) deja la lana o hilados los indios. Estos infeli-
ver que "los obrajes de comunidad se ces están encerrados en gran número en
especializaron en la producción del estos salones horrorosos y sin ventila-
paño azul, el textil de mejor calidad que ción, donde se percibe un hálito hedion-
exportaba Quito... Solo Otavalo que do, semejante a las enfermerías de un
funcionaba de manera más eficiente pro- hospital". Caldas pudo apreciar que en
ducía un promedio de 20.000 varas por los obrajes del norte de Quito "ni se hila
año entre 1666 y 1672". El obraje de San ni se teje otra cosa que lana y que no
Joseph de Buenavista de Peguchi, al se conocen sino dos clases de tejidos, el
igual que el resto de obrajes de comuni- sencillo de dos lizos y el de cuatro lizos,
dad "se especializó en la fabricación de que llaman estameña. Con el primero
paños, con una amplia variedad de ellos, forman la bayeta, paño y bayetón, y con
en cuanto a color, calidad y costo, para el segundo la jerga y el sayal". Al tiem-
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po de la visita de Caldas, en la región Mientras la fábrica funcionaba en Pe-


funcionaban cuatro obrajes: Peguche, guche, fue visitada por Friedrich Has-
Pinsaquí, Laguna y Otavalo. saurek (1933:296-7), quien manifiesta
que allí "se manufacturan piezas de
Valiosa información sobre los pro- lana, tales como bayetas, ponchos, jer-
ductos elaborados por los indígenas de gas y chales (estos chales son pintados
Otavalo la da Christiana Borchart de de rojo, amarillo, azul o café, siendo
Moreno (2007:190), quien reproduce lo el primero el que tiene más demanda);
que al respecto opinan, en 1808, José de también se fabrica lana para abrigos,
Aibar y Albuja y Manuel de Peñaherrera: pantalones, chalecos, alfombras, etc."
"Los indios sueltos establecidos en la tie- Manuel Villavicencio (1984:306), en su
rra de repartimiento libres de gañanería Geografía, publicada en 1858, da algu-
son muy útiles al Estado porque son muy na información acerca del trabajo textil
laboriosos y hábiles en la manufactura. de la región de Otavalo: ""En este can-
Estos tejen lienzos, macanas, damascos, tón se conservan aún los antiguos obra-
ponchos, puntas finas, encajes, pegadi- jes de Peguchi y Pinzhaquí donde se fa-
llos, nevados, fajas, borlones, discurras, brican muchas bayetas ordinarias para
todo de algodón, y la mantelería tiene la exportación a la Nueva Granada; en
aprecio aun entre los hombres ricos y Peguchi se ha montado fábricas y má-
señores de la mayor distinción. Las mu- quinas para tejidos de lana, pero ahora
jeres hilan sin cesar; pues se nota que solo se hace uso de algunas prensas para
aún hallándose con otras ocupaciones al otros géneros. La industria principal de
campo, no dejan de tirar la hebra y los los habitantes consiste en ponchos de
maridos tejen las piezas que expresan ..." algodón, de seda y de lana finos; en
chales finos de bellos colores, en enca-
El obraje de Peguche se transformó en jes bordados, tocuyos finos, y muchos
una fábrica, puesto que su dueño, José tejidos ..." A comienzos del siglo XX,
Manuel Jijón y Carrión, adquirió ma- según datos del padre Amable Herrera
quinaria en Europa "para abrir la lana, (1909:298), "en el obraje de Peguche ...
cardarla e hilarla, como también para se trabajaron ciento veintiún cabos, en-
perchar, tundir, escobillar y prensar los tre jerga y bayeta, con un número de
tejidos que después de estas operaciones seis mil doscientas sesenta y ocho caras;
tienen el nombre de paños". La fábrica treinta y nueve piezas de piso de costal,
comenzó a trabajar en 1840 y fue tras- con dos mil trescientas ochenta y dos
ladada al valle de Los Chillas en 1851, varas; veinticuatro frazadas, y varios
donde tomó el nombre de Chillo Jijón, la pisos de lana y algodón". Es el mismo
cual cerró definitivamente en 1975 (Mu- padre Herrera quien dice que a la fecha
ratorio, 1986:531-43). de publicación de su Monografía, en
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1909, "se conservan todavía los obrajes tejidos aun antes de la conquista y, hasta
del coloniaje en las haciendas Pinsaquí que ellos fueran declarados fuera de la
y Perugachi". ley, los tejidos en los talleres llamados
obrajes (talleres en los cuales el trabajo
Borchart de Moreno (ibid:l90) señala era forzado) eran tan famosos como los
al asiento de Otavalo y al pueblo de Co- productos de la actual industria de teji-
tacachi como los lugares que se distin- dos. Es notable, justo y un poco irónico
guían por su trabajo textil. Sin embargo, que los otavaleños han podido agregar
indica que "a comienzos del siglo XIX a su propio beneficio sus habilidades
los obrajes del corregimiento ya no te- aprendidas en las escuelas arduas de los
nían la importancia que habían tenido obrajes. Y, precisamente, las comunida-
doscientos años antes, pero la produc- des donde florecieron los obrajes, hoy
ción artesanal de la población indígena en día, son las más conocidas por sus
de ambos asentamientos era una de las tejidos".
características más importantes de estos
dos poblados". La situación hasta finales de la déca-
da de 1950
Muestra de que el trabajo textil siem-
pre fue importante en Otavalo es que En las primeras décadas del siglo XX,
la fábrica de Peguche, transformada en el trabajo textil en los talleres indígenas
Chillo Jijón, como ya se indicó líneas congregaba a toda la familia: hombres,
arriba, y la fábrica San Pedro son pio- mujeres, ancianos y niños cumplían ta-
neras de la industria textil en el país: la reas determinadas por la costumbre. En
primera en el trabajo de tejidos de lana, ciertas zonas del cantón seguían vigen-
y la segunda, inaugurada en 1858, en la tes el hilado con el huso hecho con una
producción de hilos y telas de algodón. caña de sigse y el telar de cintura; en
Posteriormente, a comienzos del siglo otros lugares, en cambio, se empleaba el
XX, se instalaron las fábricas La Joya, torno de hilar y los telares de pedales
de tejidos de algodón, ya desaparecida, que introdujeron los españoles. La pro-
y la San Miguel, de tejidos de punto, que ducción se orientaba al autoconsumo y
funciona todavía. solo los pequeños excedentes se vendían
en el mercado de Otavalo.
Un criterio que resume el pasado y
el presente relacionado con el trabajo Un autor anónimo, en 1928, aporta los
textil es expresado por Joseph B. Ca- siguientes datos sobre el trabajo textil
sagrande (1976:100) en los siguientes en el cantón Otavalo: "Cada parcialidad
términos: "Hay evidencias que los in- muestra un aspecto de su labor especial.
dios de Otavalo eran especializados en Pinsaquí, Ilumán, Quinchuquí, Pegu-
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che, Pucará, Agato y Carabuela se dis- su hija Lucila Cajas y su primo Daniel
tinguen por los afamados tejidos de lana Ruiz- viajó a los Estados Unidos a fin de
que elaboran en sus telares (ponchos, promocionar nuestro país en el campo
cobertores, bufandas, chalinas, casimi- turístico. "Rosa Lema es sobre todo y
res, bayetas) ... Los indios de las parcia- ante todo una buena comerciante de ar-
lidades de San Juan y Asama tejen las tículos de manufactura indígena y Da-
macanas y los ponchos de algodón y las niel es un experto tejedor" dice Aníbal
fajas en las cuales hay que admirar ca- Buitrón (1951:271). Si bien así se promo-
prichosos dibujos decorativos". cionó el Ecuador, también Otavalo re-
sultó beneficiado en la línea textil, pues-
Como antecedente a la serie de cam- to que anteriormente Rosa Lema fue la
bios que se producen en la década de principal informante de Elsie Clews
1960, podemos citar el tejido de casimi- Parsons en la investigación que realizó
res en varias comunidades de tejedores, en Peguche, en la cual da a conocer el
especialmente en Peguche, producto trabajo textil de ese sector.
que se destinaba exclusivamente a clien-
tes de fuera de la comunidad. El viaje de esa misión abrió el cami-
no para que otros indígenas otavaleños
Este trabajo fue hecho, en sus Ini- fueran a diversos países de América,
cios, por los tejedores de Ilumán Pedro primero a Colombia y Venezuela, luego
Cáceres y José Cajas, por pedido del a Perú, Chile y Brasil, sea para comer-
administrador de una hacienda, quien cializar sus tejidos o para radicarse en
proporcionó, como muestrario, un pe- esos lugares, donde instalaron sus talle-
dazo de casimir inglés. Una vez cum- res artesanales, demostraron sus habili-
plida la encomienda, ellos siguieron dades y dieron a conocer las tradiciones
tejiendo casimires que tuvieron muy de Otavalo.
buena acogida en el mercado, por lo que
pronto se instalaron nuevos talleres en A pedido del presidente Galo Plaza,
Ilumán, Quinchuquí, Peguche y Agato. el Instituto de Asuntos Interamericanos
Comerciantes otavaleños ofrecieron su de la Embajada de los Estados Unidos, a
producto en todo el país, luego en Co- través del programa denominado Punto
lombia, "incluso un indígena otavaleño, IV, destinado a brindar asistencia téc-
buscando nuevos mercados, ofreció sus nica para el desarrollo, creó el Centro
telas en Caracas ..." (Buitrón, 1952:7). Textil de Otavalo en 1951. Su propósito
fundamental fue mejorar la calidad de
En 1949, auspiciada por el gobierno los casimires indígenas, para lo cual de-
del presidente Galo Plaza, una misión sarrolló las siguientes acciones: "mejo-
de indígenas otavaleños -Rosa Lema, rar el lavado de la lana, para eliminar la
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grasa y el mal olor de la fibra; aumentar Director del Museo de Artes e Industrias
el número de hilos en los tejidos, para Populares de México, Daniel F. Rubín
hacerlos más tupidos y de mejor cali- de la Borbolla (1955:70-71), quien opinó
dad; utilizar colorantes naturales para el sobre "los ensayos para fabricar cosas
teñido de los hilos de lana, con el fin de extrañas, como los casimires otavaleños,
obtener colores más firmes y de mati- resultan siempre en un fracaso técnico y
ces naturales; introducir nuevos telares, económico, porque no pueden competir
más anchos, para producir casimires en calidad y precio con los de fabrica-
con mayor demanda en el mercado". En ción mecánica, importados del extranje-
el Centro Textil se instaló una sección ro". Pero Rubín de la Borbolla coincidió
para el tejido de alfombras y un taller con Jan Schreuder y con Raúl Salinas en
de carpintería para la producción de los "una crítica justa y severa del Programa
nuevos modelos de telares. del Punto 4° del Centro Textil de Otava-
lo, que con técnicas y diseños importa-
En agosto de 1954, el Centro Textil de dos trata de enseñar a los indígenas a fa-
Otavalo participó en la Segunda Exposi- bricar chucherías sin valor alguno".
ción Nacional de Artes Manuales orga-
nizada por la Casa de la Cultura Ecuato- El Centro Textil, que funcionó entre
riana, allí obtuvo el Primer Premio con 1951 y 1957, no influyó de manera im-
Mención Especial por la presentación de portante en la artesanía textil de Otava-
una serie de artículos: casimires, chales, lo, básicamente porque entre quienes
telas para cortinas y manteles, telas para allí se capacitaron había muy pocos in-
vestidos de mujer, etc. dígenas, que al retornar al trabajo en sus
talleres no aplicaron los conocimientos
Raúl Salinas (1954:315) analizó de adquiridos, puesto que en Peguche ya
esta manera la situación de las arte- no se tejían casimires y los demás tipos
sanías ecuatorianas de aquellos tiem- de tejidos que aprendieron a elaborar no
pos: "estas labores se han manifestado tuvieron mayor demanda en el mercado.
hasta hace poco como una 'industria'
casera, sin organización, sin orientación El Centro Textil de Otavalo dejó dos
coordinada, ni artística, ni económica; publicaciones relacionadas con la acti-
y ello ha ocurrido aun en Otavalo, don- vidad: Texto de tejidos en telar, donde
de la producción es notable y sus telas el capítulo más importante es el que ex-
han llegado a ser reconocidas fuera del plica la "Manera de sacar los enlizados
Ecuador". Este comentario abrió un y movimientos de pedales del libro A
espacio de polémica, que se dio en las handwever's pattern book de Margueri-
páginas de América Indígena, puesto te Porter Davison", manual del cual se
que al artículo de Salinas respondió el tomaron los diseños de tejidos que allí
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se hacían; y, Compendio de las clases incentivarles para que produjeran artí-


dictadas en el Centro Textil de Otava- culos copiados de la producción fabril
lo, el cual tiene capítulos sobre diversos fue realmente un 'crimen' ".
asuntos: fibras textiles, conocimiento de
la lana, lavado, blanqueo, teñido con ve- En 1954, Jan Schreuder, considerado
getales, teñido con anilinas para lana y como "una de las figuras prominentes
paja toquilla. El tema en el que se pone en el movimiento de rehabilitación de
mayor atención es el relacionado con el las artes indígenas del Ecuador", por
teñido con colorantes naturales que, ex- iniciativa de la Sección de Artes e In-
cepto la corteza del nogal que se ha uti- dustrias del Instituto Ecuatoriano de
lizado de manera tradicional en Otava- Antropología y Geografía, y con el aus-
lo, nunca fueron usados. Los nuevos picio de la Organización Internacional
telares que trataron de introducir, tam- del Trabajo, impartió cursos de diseño
poco fueron aceptados por los tejedores y nuevas técnicas textiles en la Casa de
indígenas y lo mismo sucedió en el caso la Cultura, en Quito, con el propósito
de las alfombras. de "entrenar a los artesanos en ciertas
actividades para que, a su vez, los entre-
En un análisis posterior sobre la ar- nados vuelvan a las zonas rurales y se
tesanía textil de Otavalo, Peter Meier organicen allí pequeños centros bajo la
(1996:106), al referirse al Centro Tex- guía de la organización matriz, y que el
til de Otavalo, señala que los tejedores trabajo producido sea vendido por me-
otavaleños "nunca tuvieron la posibi- dio de cooperativas, eliminando así al
lidad, aunque hubiesen multiplicado intermediario que usualmente obtiene
por diez su productividad, de entrar a mayor provecho".
competir con las fábricas nacionales y
extranjeras que utilizaban maquinarias Rubín de la Borbolla también criticó
modernas. Dadas las condiciones del el trabajo de Schreuder, que fue respon-
mercado, el centro textil de Otavalo es- dido así: "Mi experiencia me demuestra
taba sentenciado desde el comienzo, no que, acaso a que ha sido por décadas un
importando cuán impresionados estu- artesano con sentido comercial, el indio
vieran los tejedores con sus nuevos te- otavaleño ha ido perdiendo algo de sus
lares y técnicas. Para 1950 era más que facultades creadoras, que otros indios
obvio que la sobrevivencia de los cam- conservan notablemente porque no se
pesino-artesanos dependía de la posibi- dedicaron, como él, al comercio obliga-
lidad de encontrar nuevos mercados que do de sus artículos".
no estuvieran abastecidos por la pro-
ducción fabril". Meier recoge el criterio En los cursos dictados por Schreuder
de Raúl Salinas acerca de "enseñarles e se capacitó a tejedores de alfombras de
Revista Sarance
Instituto Otavaleño de Antropología- Universidad de Otavalo
39

Guano, y en lo referente a los indígenas do por las firmas du Pont Co., de los Es-
de Otavalo y de Salasaca se puso énfasis tados Unidos, y du Pont Co. of Canada;
en "volver a una técnica para la cual los después aparecieron otras, con diferen-
diseños no son estampados sino tejidos tes nombres comerciales, producidas en
solamente en la trama (técnica que se varios países, especialmente en Japón.
había olvidado desde el tiempo de los Esta fibra es de tacto caliente y suave,
Incas)". Así aprendieron a tejer tapices tiene aplicación en vestuario, los tejidos
los indios de Salasaca y los de Otava- son duraderos, de fácil lavado, no enco-
lo a adornar, con esa técnica, las pren- gen, son resistentes al sol, a las polillas
das denominadas "ponchos motivos". y a las bacterias, características que
Igualmente, se capacitó a los artesanos constituyen importantes ventajas sobre
en diseño, tomando los motivos de las la lana; en cambio, se considera como
piezas arqueológicas y, en el caso de los desventaja su facilidad para acumular
salasacas, de "los hermosos bordados electricidad estática, posiblemente per-
de sus trajes de fiesta, realizados en se- judicial para la salud.
ries pequeñas de primitivas figuras de
aves y animales míticos ... " (Schreuder, El uso del orlón se generalizó en la
1955:159-164). región de Otavalo y determinó la ruptu-
ra de una tradición en la producción de
Estas son las experiencias más impor- tejidos: la división del trabajo, que esta-
tantes hasta finales de la década de 1950, blecía quiénes -en el seno de la familia-
las que no tuvieron mayor trascendencia debían realizar cada una de las fases,
en la artesanía textil de Otavalo, pues desde la obtención de la lana hasta el
los grandes cambios ocurrieron recién acabado de la tela.
en la década de 1960.
Con la facilidad de adquirir hilos in-
De 1960 en adelante dustriales, los niños, las mujeres y los
ancianos, que se encargaban de retirar
El empleo de una fibra de origen quí- las impurezas, lavar, cardar e hilar la
mico -el orlón- en la mayoría de tejidos lana, quedaron desocupados o pasaron
artesanales de Otavalo, en lugar de la lana a realizar otras tareas. El hombre, quien
que se utilizaba desde los primeros años siempre debía urdir y tejer, siguió dedi-
del período colonial, es el factor más im- cado a lo suyo.
portante de una serie de cambios que se
produjeron a partir de la década de 1960. Al finalizar la década de 1960, varias
fábricas de Quito renovaron su maqui-
Orlon es el nombre comercial de una naria obsoleta; esta circunstancia fue
fibra sintética acrílica lanzada al merca- aprovechada por algunos artesanos
40

otavaleños para adquirir telares mecá- cialidades: los tejedores de ponchos y


nicos, en los que siguieron produciendo fajas en telar de cintura y los tejedores
las telas tradicionales, aunque ahora lo de tapices en telar de pedales. Sin em-
hacían con fibras acrílicas y en telares bargo, hay que anotar que la producción
de alta productividad, si tomamos en de ponchos tejidos en telar de cintura
cuenta el bajo rendimiento de los proce- cada vez tiene menor demanda entre
sos artesanales. sus antiguos usuarios, por la adopción
de prendas de la moda occidental entre
La introducción de telares mecánicos los indígenas otavaleños, ya que el pon-
en la producción "artesanal" de textiles cho ha quedado para ser usado solo en
acabó con las formas de trabajo tradi- ocasiones especiales. Las fajas, de uso
cional y abrió paso a la instalación de tradicional entre las mujeres indígenas,
pequeñas y medianas industrias. Esta es ahora ya son tejidas en telares mecáni-
una de las razones para el aumento sig- cos, lo cual afecta a los artesanos más
nificativo de la oferta de textiles otava- pobres de la región de Otavalo, puesto
leños, no solo en el mercado local y na- que la inversión económica para tejer
cional, sino también en otros países, a fajas es mínima: el telar es hecho por el
donde viajan los indígenas a venderlos. propio tejedor, con unas cuantas varitas,
y los hilos utilizados son sobrantes de
Para Peter Meier (1985:143), el proceso procesos industriales que se adquieren
de transformar el taller artesanal en una en el mercado local a muy bajo costo.
empresa pequeña industrial no es fácil de Los tapi;;es, usados en la decoración o
realizar. Se necesita capital, conocimien- en la confección de bolsos, todavía tie-
tos técnicos y administrativos, así como nen demanda en el mercado turístico y
buenas relaciones comerciales y banca- se los seguirá haciendo de manera arte-
rias". Continúa con su análisis y anota sanal, pues la técnica utilizada, con pa-
que "una vez mecanizados, estos talleres sadas incompletas de trama, no permite
se destacan por la mayor productividad la mecanización del trabajo.
de la mano de obra y su mayor volumen
de producción. En consecuencia, tam- Desde el punto de vista cultural, los
bién es mayor el consumo de materia procesos industriales han afectado a va-
prima, sobre todo sintética ... " rios grupos de artesanos, entre ellos a
los tejedores de fajas. Una investigación
El cambio anotado solo pudo darse realizada años atrás sobre los motivos
entre quienes disponían de recursos decorativos tradicionales en los tejidos
económicos propios o podían acceder a de Imbabura, permitió el registro de
créditos bancarios; no se dio, en cam- centenares de diseños que ornamentan
bio, entre los artesanos de ciertas espe- las fajas, que hasta la aparición de los
Revista Sarance
Instituto Otavaleño de Antropología -Universidad de Otavalo
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tapices, en la década de 1960, eran los del Carchi, una cooperativa de mujeres
únicos tejidos adornados con una serie dedicadas al tejido de suéteres de lana;
de motivos que revelan, no solo una gran el abastecimiento de hilos lo hacían los
creatividad, sino también el dominio del indígenas de Carabuela, lugar cercano a
tejido con hilos complementarios. El es- Otavalo, quienes tenían gran experien-
tudio dejó ver la experiencia que los teje- cia en hilar en el tomo, como actividad
dores acumularon a lo largo de los años tradicional de su comunidad. Después
y que trasmitieron de una generación a de un tiempo de abastecer con hilos a
otra. Las fajas producidas de forma in- las artesanas de Mira, varios jóvenes de
dustrial, con hilos de mejor calidad, son Carabuela aprendieron a tejer y fueron
ahora preferidas por las usuarias de la ellos quienes pasaron a competir con
prenda, en perjuicio de las elaboradas quienes se iniciaron en el oficio. Muy
por los artesanos tradicionales quienes, pronto el tejido de suéteres con agujo-
por la poca demanda de sus tejidos, de- nes se volvió actividad tan importan-
ben abandonar el oficio y dedicarse a te como el hilado de lana, pero por su
otras actividades más rentables. baja productividad y para satisfacer la
creciente demanda del mercado local y
Una especialización que se mantiene en para la exportación, se utilizaron hilos
el área de Otavalo es la producción de bu- industriales, lo cual se mantiene en la
fandas de lana, tejidas en telar de cintura actualidad. Es de anotar que el tejido ya
en la comunidad indígena de Cotama; la no se hace con agujones sino utilizando
cantidad de estas prendas que se ofertan pequeñas máquinas rectilíneas, con lo
en el mercado es muy baja y no ha sido cual ha desaparecido otra forma de pro-
afectada por el cambio en las formas de ducción artesanal.
elaboración de los tejidos otavaleños.
Acerca de la comercialización
Un producto textil relativamente nuevo
y de gran aceptación en el mercado turís- Tan antiguo como la producción de
tico de Otavalo es el de las manillas, an- tejidos en el área de Otavalo ha sido su
gostas cintas hechas con hilos de colores, comercio. Frank Salomon (1980:164)
de más o menos un centímetro de ancho, menciona a un numeroso grupo de gen-
que originalmente se hacían cruzando y te dedicada al comercio, a quienes deno-
anudando los hilos de la urdimbre y que mina "grupo elite de especialistas, lla-
ahora se tejen en telar de pedales. En todo mados mindaláes". Chantal Caillavet
caso, la forma de producción es artesanal. (2000:260), señala que "los documentos
etnohistóricos atribuyen la prosperidad
En 1965, los voluntarios del Cuerpo económica de la etnia otavalo en el siglo
de Paz organizaron en Mira, provincia XVI a sus 'muchos indios mercaderes'
42

", pues según los datos que aporta a su productores en general y autoridades"
estudio "algunos yndios ay myndalaes (Soasti, 2004:47-49).
que vienen a esta cibdad (=Quito) y van
a la provincia de los pastos y a los tian- Para Tyrer (ibid:215-216), el mercado
gues a rescatar y estos myndalaes estan de exportación de textiles en el período
ricos porque llevan algodon e coca e colonial estaba orientado hacia dos re-
mantas de una parte a otra". giones separadas: 1) Lima y puntos ha-
cia el sur; y 2) el norte de Quito hasta las
El espacio colonial del virreinato regiones mineras y ganaderas de Nueva
peruano durante el período de 1540 a Granada; en el mercado peruano predo-
1660, aproximadamente, estuvo ligado minaban los paños, mientras en el mer-
al despegue y apogeo de la región mi- cado norteño los principales productos
nera de Potosí y llegó a constituir una eran las bayetas y jergas. "La producción
de las grandes zonas económicas en artesanal urbana constituía una fuente
las que estaba dividida la América es- importante de abastecimiento del comer-
pañola. En ese período, la producción
cio del norte, ya que la mayor parte de
textil permitió que la Audiencia de
los tejidos rústicos hechos para la expor-
Quito pudiera insertarse en el concierto
tación eran comprados por comerciantes
comercial interregional del Virreina-
de la ciudad de Quito. Esta situación
to de Lima. "Para fines del siglo XVI,
Quito se habría constituido en una ciu- cambió, de alguna manera, en el siglo
dad comercial importante dentro de la XVIII cuando los grandes obrajes cam-
red del comercio andino. Esta actividad biaron su producción de paños a bayetas
permitió la conformación de un sector para satisfacer el mercado colombiano".
mercantil vinculado a la comercializa-
ción de los 'paños de la tierra' y la dis- Específicamente para la región de
tribución de efectos de Castilla. En esta Otavalo, a fines del siglo XVII sus dos
actividad se desenvolvieron una serie de más importantes obrajes, el Mayor de
actores. En el nivel más alto se habrían Otavalo y el de Peguche, producían más
situado aquellos grandes mercaderes de 200.000 varas de tejidos por año. Para
cuyas carreras estaban asociadas a la 1754, según Juan Pío Montúfar (1894:176)
venta de textiles en Lima y a la compra se enviaban "muchos de aquellos teji-
de géneros de Castilla para venderlos en dos ... a las provincias de Popayán, Chocó
Quito. Una trayectoria exitosa les ha- y Barbacoas, y en todas pagan los corres-
bría convertido en una especie de mer- pondientes reales derechos".
caderes mayoristas, que consolidaron su
situación en base a importantes vincula- Una escritura de 1625 permite cono-
ciones establecidas con encomenderos, cer acerca de una venta de tejidos por
:<cv hl~\ .~ar~!!Ke
! ns!itulo Uta\ al dio d~ !\ntrc>pc>logia- U ni\ ersidad J.: Otavalu
43

parte de Diego Ramírez y Floriano, bas y media de pabilo y un mil cincuenta


arrendatario del obraje de comunidad y cuatro varas de xerga en que van afo-
de Otavalo. Con destino a la Ciudad de rrados los dichos paños y ciento veinte y
los Reyes -Lima-, don Diego Frances de cuatro Has con que van liados y un mil y
Fu entes llevó ''seis mil ciento veinte y quinientos patacones para gastos de via-
ocho varas de pafios, y más cuatro arro- je''. La mercadería era la siguiente:

43 paños azules que hacen 2.085 ~/2 varas


8 paños más que hacen 383 /~1

6 paños verdes que tienen 297 l:i


4 paños morados que tienen
8 paños lilas que tienen
5 paños frailescos que tienen 253 ~<~
4 paños de color rosado que tienen 199
6 paños arenados con 306
4 paños acanelados con 205
4 paños plateados con 203 11i
6 paños t1orentinos con 299
4 paños flor de ballaje con 203 112
5 paños aceitunados con 253
2 pafios color leonado con 99
8 paños color peñas con 402
4 paños aceitunados con 199
2 paños color almendra con lOO
1 paño negro con 43

6.128 varas

La escritura pública dice que Diego venta traerlos encaxonados a la ciudad


Fuentes se comprometió a vender estos de Quito o a este pueblo de Otavalo y
paños a los mejores precios que halla- si fuere necesario registrar todo el di-
re, no dando al fiado sino al contado, y nero que truxere vendidos los paños,
obligándose a ir ''a la dha ciudad y no pabilo, sogas y lías lo haga a lo que mas
a otra parte y lo procedido de toda la convenga conforme se acostumbre en
44

el tiempo que se hallare el dicho Diego La experiencia adquirida en las épo-


Fuentes en la Ciudad de los Reyes todo cas prehispánicas y coloniales hizo del
Jo cual y lo suso declara va por cuenta y indígena otavaleño un excelente comer-
riesgo de Diego Ramirez, en cuyo favor ciante, actividad que. sin duda, conti-
se otorgó esta escritura y me obligo yo nuó una vez que cerraron los obrajes y
el dho Diego Fuentes de dar quenta con siguió produciendo tejidos por su cuen-
pago a esta leal y verdadera por la cual ta. aunque los intermediarios blanco-
y mi simple juramento .. ."' mestizos tuvieron el rol más relevante
en el comercio de textiles en el interior
El obrqje Mayor de Otavalo ''que se ha- del país y, especialmente. en el sur de
llaba bien situado para el comercio con Colombia. Fredy Rivera Vélez (19&8:37-
Nueva Granada, produjo paños hasta su 3&) dice al respecto: "El interés puesto
clausura en la década de 1710'' (Tyrer. en la producción de los pequeños talle-
ibid:232). Muratorio (ibid:543) deja ver res (obrajuelos) y la originada a manos
la importancia del mercado colombiano de campesinos-artesanos indígenas es
para los productores de Otavalo, cuando relevante pues no [sic] son quienes sus-
informa que la fábrica de Peguche, tras- tentan en gran parte el flujo comercial
ladada al valle de los Chillos en 1851, hacia Colombia a pesar de la coyuntura
conservó en la planta original el tejido desfavorable en las primeras décadas
de bayetas, para satisfacer la demanda de del siglo XJX, motivada por el cierre de
la provincia de Irnbabura, al igual que el las transacciones mercantiles impues-
mercado de Pasto y Popayán. tas por el naciente Estado colombiano.
Esta situación contribuye a empeorar la
"La desaparición de los obrqjes debili- frágil condición en que se hallaban los
tó, pero no eliminó, la producción textil grandes obrqjes, muchos de ellos des-
en Otavalo. Algunos de Jos trabajadores aparecen al no poder mantener costos
textiles consiguieron telares de pedal elevados de producción y niveles com-
-cuyo uso había sido restringido a los petitivos con textiles elaborados a bajo
obrajes- y, en sus casas. empezaron a te- precio. Subsisten entonces, esos pe-
jer telas producidas anteriormente en los queños talleres que incorporan un alto
obrqjes. También aprovecharon las viejas contingente de mano de obra familiar,
rutas comerciales y, además. consiguie- orientan su producción a las variaciones
ron nuevos mercados tanto en Colombia estacionales del mercado y acarrean sus
como en el Ecuador. Poco a poco. se productos bajo modalidades que burla-
transformaron en empresarios indígenas ban muchas veces los controles adua-
que continuaron, a su manera. la tradi- neros." Continúa con esta reflexión:
ción textil de los tiempos de la colonia", "La población inscrita en este tipo de
dice Tanya Korovkin (2002:70). producción y los terratenientes locales
Revista Sarance
Instituto Otavaleño de Antropología - Universidad de Otavalo
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se verán beneficiados posteriormente Posteriormente, el mismo autor, Aní-


al reactivarse oficialmente los circuitos bal Buitrón (1974:44-45), da esta infor-
mercantiles con los departamentos su- mación: "El radio de acción de los in-
reños colombianos desde 1856, año en dios se ha ido extendiendo año tras año.
que se firma el Tratado de Amistad y Hasta hace poco se podía contar con
Comercio entre ambos gobiernos". los dedos de las manos los indios que
habían viajado fuera del cantón. En la
Un valioso referente de la vida de los actualidad son numerosos los que han
indígenas de Otavalo de mediados del viajado fuera del cantón. Fuera de la
siglo XX es el libro El valle del ama- provincia y fuera del país. A los indios
necer, publicado en 1946; su autor, el comerciantes de Otavalo se les encuen-
antropólogo Aníbal Buitrón, autor de tra frecuentemente en los aeropuertos
varios trabajos relacionados con las ac- y junto a los hoteles de Lima, Bogotá,
tividades de ese importante grupo hu- Caracas y Panamá. Unas pocas fami-
mano. En la primera edición en español, lias indígenas se han radicado con sus
en el capítulo Una economía que cambia pequeños talleres textiles en Colombia,
(1971:164), encontramos los siguientes Venezuela, Brasil y Uruguay".
datos: " ... indios que anteriormente solo
comerciaban con animales y lana, ahora Joscph B. Casagrande (ibid:IOO) am-
comercian también con telas indígenas. plía estos datos, con los siguientes: "Los
Estos comerciantes compran cantidades negociantes (comerciantes ambulantes)
de ponchos, chales, bufandas, cobijas y se aventuran a tierras tan lejanas como
casimires en el mercado de los sábados, Colombia, Venezuela, Puerto Rico y
para revenderlos en todo el país. Últi· aun los Estados Unidos para vender sus
mamente han cruzado las fronteras del tejidos y, además, es un grupo conocido,
Ecuador hacia Colombia. Llevan sus digno de verse en las grandes ciudades
mercancías a la lejana Bogotá. A miles y mercados semanales del Ecuador es-
de kilómetros de sus hogares, no es nada pecialmente donde hay turistas. Estos
raro ver a estos comerciantes en las ciu- comerciantes llevan a cabo un buen
dades del Norte. Se los encuentra en los negocio vendiendo ponchos, bufandas,
portales, en los edificios y oficinas y en chales y otras prendas similares a los
las plazas, ofreciendo sus cortes de ca- pasajeros y miembros de las tripulacio-
simir al público. Sus vestidos blancos de nes de los barcos que atracan en Guaya-
telas de algodón, están siempre limpios quil, la ciudad más grande y el puerto
bajo sus ponchos; sus cabellos siempre principal del Ecuador. Hay una consi-
cuidadosamente peinados. Los cortes derable colonia de residentes otavaleños
de casimir están prensados dando la en Bogotá, donde .tejen y venden sus
apariencia de finos casimires ingleses". mercancías ... ".
46

David Kyle (2001:99), al analizar el co- pocas horas en el bus desde Otavalo, las
mercio de textiles otavaleños, su expan- ciudades del sur de Colombia atrajeron
sión y problemas, anota: "El crecimiento a numerosos comerciantes de Peguche,
de la economía textil orientada hacia el algunos de los cuales incluso estable-
exterior ha sido conducida por fuerzas cieron talleres al otro lado de la fron-
combinadas de expansión interna con más tera. Otros empezaron a viajar con sus
y más otavaleños deseando tejer y comer- mercaderías a otros países en América
cializar, y la necesidad de industrializarse Latina, a los países de Europa y Amé-
y buscar nuevos mercados como formas rica del Norte, llegando incluso a Asia
de competencia socialmente aceptables y África ...". La expansión del mercado
entre un número de competidores cada de textiles otavaleños, por acción, casi
vez más grande". El mismo autor agrega siempre, de intermediarios indígenas,
este comentario: " ... su aparente compla- se ha acentuado a partir de las últimas
cencia contrasta con su deseo de innovar décadas del siglo XX. En la actualidad,
e incorporar nuevas tecnologías que pro- la imagen del indígena otavaleño, como
duzcan ganancias a través de un ahorro hábil y próspero comerciante ya es co-
en los costos de producción y servicio nocida en todo el mundo; su prosperi-
eficaz, mas no al tratar de vender más dad la debe a su constancia en el trabajo
barato que el vecino o acaparar el mer- y a su experiencia de siglos como ex-
cado". Y sobre los cambios en las formas traordinario comerciante.
de producción, el mismo autor (ibid: 100)
señala: "Esta sobre producción, debido Conclusiones
en gran parte a la innovación tecnológica,
juega un rol significativo al motivar a los El uso generalizado del orlón, lo cual
tejedores-comerciantes a buscar nuevos facilitó el empleo de telares mecánicos;
mercados afuera a través de la migración la construcción del mercado artesanal,
(temporal) transnacional. En contraste por el Instituto Otavaleño de Antropo-
con la aparente camaradería del merca- logía con fondos del gobierno de los
do turístico del sábado, los comerciantes Países Bajos, en 1971; y la construcción
otavaleños guardan celosamente la infor- de la actual carretera Panamericana que
mación respecto a sus clientes-contactos permitió un mayor flujo de turistas de
así como aquella referente a los mejores Quito a Otavalo, son elementos que in-
lugares para vender afuera". cidieron en el aumento de la producción
de tejidos y su mayor demanda. Desde
Tanya Korovkin (ibid:86) proporcio- ahí se advierte el predominio de la ac-
na el siguiente comentario acerca de la tividad industrial con el consiguiente
realidad de la expansión del comercio deterioro del trabajo artesanal, aunque
de textiles otavaleños: "Apenas a unas todos los tejidos que venden los indíge-
Revista Sarance
Instituto Otavaleño de Antropología - Universidad de Otavalo
47

nas otavaleños se promocionan como si leños tienen menor demanda tanto en el


fueran resultado de un proceso que se mercado nacional como en el exterior.
inscribe en lo que es la artesanía. De otra parte, en años anteriores, los
dólares ganados en el mercado externo
No son pocos los casos de textiles in- y su cambio a devaluados sucres en el
dustriales que reproducen los motivos Ecuador, dieron apreciable ventaja a los
decorativos tradicionales de la artesanía comerciantes de textiles, lo que permi-
local, tomados de las fajas indígenas, tió un cambio notable en las formas de
que se encuentran en el principal lugar vida de los indígenas que viajaban fuera
de ventas de las "auténticas" artesanías del país, la adquisición de bienes -casas
otavaleñas: la "plaza de los ponchos", y vehículos, especialmente-.y facilitó el
en Otavalo. Lynn Meisch (1987:154), al traslado de su residencia del campo a la
respecto, señala: "Otavalo es un mercado zona urbana de Otavalo.
para turistas auténtico e intencional en el
que la mayoría de textiles que se venden Lamentablemente, la facilidad de co-
no son versiones comercializadas de teji- piar e imitar los tejidos de otros países
dos indios tradicionales que se presentan ha hecho que se deje de lado lo propio,
como auténticos, sino que son textiles lo que tiene tradición, lo que identifica
no-tradicionales hechos con la inten- a un grupo humano con grandes dotes
ción expresa de venderlos a extranjeros". y conocimientos en el campo artesanal
Ariel de Vidas (ibid:l04-106), cuando de la textilería. Por esta razón, los teje-
compara la artesanía de Taquile y de la dores locales han perdido la creatividad
asociación Kamaq Maki, del Perú, con la y se han vuelto simples imitadores de
de Otavalo, considera a esta última como modelos extranjeros.
"más industrial"; asimismo, basada en
una clasificación elaborada por Nelson El predominio de la actividad comer-
Graburn, ubica a la de Otavalo como cial sobre la producción de tejidos ha
perteneciente a la "artesanía comercial hecho que, desde años atrás, se adquie-
'seudotradicional' y especialmente a la ran artesanías de otros lugares del con-
industria del souvenir". tinente americano y se las venda como
propias "a turistas ingenuos en Otavalo
La adopción del dólar como moneda o durante sus viajes a América del Nor-
ecuatoriana ha vuelto no competitivos te y Europa. En este sentido, los otava-
los precios de los tejidos otavaleños por- leños se están convirtiendo rápidamen-
que otros países, especialmente de Asia, te en los principales intermediarios de
tienen costos de producción más bajos, artesanías nativas de América Latina"
por tanto, los precios de venta de sus te- (Kyle, 2001:103); este es el caso con las
jidos son menores. Así, los tejidos otava- artesanías peruanas que, en gran canti-
48

dad, se exhiben y venden en el mercado Una experiencia importante se desa-


de Otavalo. Este autor llega a la conclu- rrolló en Guatemala, país con enorme
sión de que "las 'artesanías' otavaleñas tradición textil artesanal, cuyo gobier-
son auténticamente inauténticas". no central se ha preocupado por ofrecer
adecuada capacitación a los artesanos
En la actualidad, en la "plaza de los con expertos proporcionados por la
ponchos" se observa gran cantidad de Organización Internacional del Traba-
productos peruanos -tejidos, pieles, jo (OIT), con lo cual logró ampliar los
mates labrados, etc.- que los vendedo- mercados de tejidos en el exterior y,
res otavaleños aseguran ser trabajados como consecuencia, elevar los ingresos
en sus comunidades; en los alrededores económicos de los campesinos y mejo-
de la plaza se encuentran algunos alma- rar sus condiciones de vida.
cenes de mercadería peruana, atendidos
por comerciantes de esa nacionalidad, La entidad que oportunamente inves-
lo cual elimina la acción del interme- tigó y divulgó los resultados de sus es-
diario otavaleño. La situación ha causa- tudios en nuestro medio es el Instituto
do disgusto entre estos, que se han or- Otavaleño de Antropología (lOA), que
ganizado para "defender" su campo de recuperó el diseño de los únicos teji-
acción, para pedir la expulsión del país dos auténticamente indígenas que tie-
de los comerciantes sureños -sus anti- nen motivos decorativos: las fajas. El
guos abastecedores- aduciendo que esa resultado de esta investigación está en
mercadería no tributa al Estado ecuato- los tres tomos del Inventario de diseños
riano por ser traída de contrabando, que en tejidos indígenas de la provincia de
"perjudica" a la artesanía local, y que la Imbabura, publicados en 1981 y 1992.
plaza de los ponchos debe ser exclusi-
vamente para los indígenas otavaleños. Otra investigación, también publica-
da hace varios años, sobre Colorantes
A los problemas señalados se une la naturales en el Ecuador, es un trabajo
falta de capacitación de los productores que ha sido aprovechado en otros lados
de tejidos de Otavalo: parece no existir y no en Otavalo, donde despertó muy
interés por mejorar sus técnicas de tra- poco interés de parte de los artesanos
bajo, por recuperar la identidad de los textiles. Sus aplicaciones tienen deman-
textiles regionales, tan deteriorada y en da en un mundo cansado y afectado por
camino de perderse definitivamente, por los productos químicos que reemplaza-
rescatar técnicas tradicionales que tienen ron a los de origen natural.
gran aceptación en el mercado nacional
y extranjero o por mostrar en los tejidos, Asimismo, el lOA experimentó por
especialmente en los tapices, algo de la algunos años, en su taller de tapices Ni-
rica cultura de los indígenas otavaleños. napaccha, con motivos decorativos de ca-
Revista Sarance
Instituto Otavaleño de Antropología - Universidad de Otavalo
49

rácter local, especialmente inspirados en En el mismo Taller de Capacitación


costumbres y tradiciones indígenas. Es- Artesanal se crearon muchos diseños
tos tejidos tuvieron buena aceptación en para los denominados "tapices salasa-
países extranjeros y en otras ciudades del cas", motivos que fueron aprovechados
Ecuador. En Otavalo hay pocos ejempla- por los artesanos que los tejen, pero des-
res en exhibición, en locales públicos. Es echados una vez que saturaron el mer-
una experiencia que podría ser retomada, cado; no fue posible estimular la crea-
en beneficio de los artesanos locales. tividad de los tejedores locales, quienes
luego siguieron utilizando los que ya
En el año 2000, por algunos meses, tienen años en exhibición, generalmente
con auspicio del Plan Esperanza de la imitaciones de tejidos de otros lugares.
diócesis de !barra, el lOA creó un Cen- Los diseños del Taller estaban inspira-
tro de Capacitación Artesanal para la dos en importantes hechos culturales de
recuperación del ikat, técnica que has- los tejedores de Otavalo.
ta las primeras décadas del siglo XX
tuvo gran importancia en Otavalo. Se En definitiva, las investigaciones del
contó con la asistencia de un experto lOA en el campo artesanal no han sido
aprovechadas por los artesanos locales;
guatemalteco y con la participación de
los problemas que se presentan no son
alrededor de 40 personas, quienes fue-
nuevos, fueron advertidos años atrás y
ron instruidas en las diversas tareas que
comentados en varios artículos de la re-
conlleva el proceso. La innovación res-
vista Sarance; los criterios expuestos no
pecto del método de trabajo tradicional fueron tomados en cuenta por las autori-
fue la utilización del telar de pedales, dades locales que ahora se preocupan de
en lugar del telar de cintura empleado legislar para supuestamente "salvar" la
en años anteriores; así se pueden obte- actividad de los comerciantes interme-
ner telas de hasta 100 metros de largo diarios de la región de Otavalo; tampo-
y de ancho superior al que se logra con co merecieron la atención de estos últi-
el telar de cintura, lo cual amplía el tra- mos que ahora sí sienten la disminución
bajo de sastres y costureras en la con- de sus ingresos económicos.
fección de una variedad de prendas. La
experiencia que propiciaba la creación Hay que tomar en serio la capacita-
de talleres especializados en esta técni- ción. Es necesaria, especialmente, una
ca no tuvo aceptación por parte de los buena asesoría sobre las tendencias del
indígenas otavaleños, porque el proce- mercado, respecto de cómo combinar
so -totalmente artesanal- no permite el los colores y adaptar los tejidos -entién-
uso de telares mecánicos y, por tanto, la dase las prendas de vestir- a la deman-
producción, limitada por lo que se pue- da contemporánea, entre otras acciones
de tejer en telares de pedales, resulta que permitan recuperar el terreno per-
mínima si se compara con la de un telar dido hace ya mucho tiempo en la línea
accionado por energía eléctrica. textil artesanal de Otavalo.
50

BIBLIOGRAFÍA

AMÉRICA INDÍGENA

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