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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD RAFAEL BELLOSO CHACÍN


FACULTAD DE HUMANIDADES
ESCUELA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
CÁTEDRA: EDICIÓN DE LA INFORMACIÓN
SECCIÓN: S-711

LA CENSURA Y LA AUTOCENSURA EN VENEZUELA

PRESENTADO POR:

Br. CORONA, Andrea

Maracaibo, marzo de 2021


INTRODUCCIÓN

Hace más de dos décadas, los comunicadores sociales del país


venezolano se han visto en una situación muy compleja a la hora de realizar
su labor. Sin embargo, en la actualidad se enfrentan a incontables
limitaciones de libertad de expresión y derecho a la información.

La censura en el país es una de las más agresivas de Latinoamérica,


y si antes de la cuarentena por COVID-19 las circunstancias en las que los
periodistas ejercían su oficio eran precarias, a día de hoy la situación es
mucho peor.

Desde agresiones físicas, hostigamiento hasta ataques y extorsión


contra periodistas conforman el panorama actual de aquellos que deciden
informar con la verdad al pueblo venezolano a pesar de todas las
limitaciones. Paradójicamente, en ningún medio nacional se habla de esto.

A continuación, un recorrido breve sobre la censura y autocensura en


el país.
DESARROLLO

La censura es una supresión de material de comunicación que puede


ser considerado ofensivo, inconveniente o innecesario para el gobierno o los
medios de comunicación oficiales. Hay distintos tipos de censura, como lo
son la moral, militar, política, religiosa, corporativa, y aquella que protagoniza
el informe, la autocensura.

La autocensura es el procedimiento en el que un medio de


comunicación deja de publicar cierto contenido para evitar las consecuencias
negativas que esto pueda tener. Por ejemplo, puede censurar noticias sobre
la corrupción de algún político, si éste se encuentra en el gobierno.

En el caso de Venezuela, en la actualidad se ha ido perdiendo la


fiabilidad del colectivo general al conocido rumor (o quizás no tan rumor), que
conoce todo el pueblo venezolano:

Las verdaderas noticias permanecen ocultas y los periodistas que


intentan publicarlas son borrados del panorama, o como mínimo,
amenazados con ello.

Esto ha llevado a que muchas personas en el país opten por buscar


otra fuente de información, en su mayoría medios digitales no oficiales que,
por esa condición pueden escapar de la mordaza de los censores del
gobierno, arrojando esto una nueva problemática:

Cualquiera puede crear una plataforma digital y publicar contenido


noticioso de dudosa procedencia, sin el filtro de prestigio y oficialidad que
hacía fiable el periodismo profesional.

Sin embargo, al pueblo venezolano termina resultándole preferible


correr el riesgo y lanzarse a la búsqueda de periodistas competentes que
hagan labor de forma más libre, antes que conformarse con noticias que
parecen proyectar una realidad totalmente ajena a la que se enfrentan día a
día.

Sin embargo, nada de esto se ha dado simplemente porque los


medios un día decidieran dejar de transmitir información, sino que les tocó
adaptarse para sobrevivir, debido a las amenazas, sanciones, cierre de
fuentes informativos y demás limitantes a la libertad de expresión y el
derecho a la información.

Muchos comunicadores sociales han declarado (resguardando su


identidad) que los programas, tanto radiales como de televisión, en los que
trabajan han tenido que recurrir a la autocensura para mantenerse al aire,
especialmente si se trata de información perjudicial para el gobierno
publicada es suficiente motivo de cierre de medios.

Un locutor en anonimato confesó a El Nacional “Es difícil no caer en


autocensura porque sabes que tus acciones pueden dejar sin trabajo a toda
una emisora y hay que verle la cara a eso”.

Y no sólo él, una experiencia propia hace que esta realidad me conste.
El Jefe de Producción de un canal de televisión al que una vez tuve la
oportunidad de entrevistar declaró que la tarea más difícil con la que le había
tocado lidiar en sus años en el cargo era enfrentarse a la gran presión del
gobierno y el CONATEL sin perder el camino entregándose a la censura.

Cosas tan sencillas como mencionar nombres de funcionarios del


gobierno pueden traerle graves consecuencias a cualquier periodista y al
medio para el que trabaje. Prueba de esto son numerosos casos como, por
ejemplo, el de la televisiva Globovisión.

Esta planta televisiva acumuló 13 investigaciones y sanciones por


parte del Estado venezolano entre 2002 y 2013, y era constantemente
criticada por el gobierno. Se recuerda con especial atención la noche del 5
de marzo de 2013, tras el anuncio de la muerte del presidente Hugo Chávez.

En aquella ocasión, la planta denunció que la televisora recibió


órdenes de censura en torno a la información a punto de ser publicada en su
noticiero, denunciando no sólo insistencia si no también, tono intimidante por
parte del Estado.

Antes del fallecimiento de Hugo Chávez, la línea editorial había sido


públicamente crítica hacia la gestión del gobernante, por lo que no fue
sorpresa ni puesto en duda el hecho de que el ministro de Comunicación e
Información del momento, Ernesto Villegas, les responsabilizara de cualquier
acto de “desobediencia civil en el país”, en un tono amenazante.

Posterior a estas denuncias, y a través de la incertidumbre y cambio


que caracterizó al país en ese año, la censura se fue haciendo con casi
todos los medios de comunicación importantes en el momento, forzosamente
despidiendo a personajes como Omar Lugo, director del diario El Mundo y
Rayma Suprani, caricaturista de El Universal.

Así como estos casos, incontables profesionales más sufrieron las


consecuencias de cumplir con su labor a cabalidad: informar al pueblo
venezolano de la realidad, resultando en la triste actualidad que se
mencionaba anteriormente. No existen medios de comunicación social
oficiales que tengan la credibilidad del pueblo venezolano.
CONCLUSIÓN

Es evidente que la situación con la autocensura en Venezuela es


crítica, y se trata de un asunto que debería ser atendido cuanto antes, ya que
demuestra el excesivo control que el gobierno ejerce sobre cuerpos cuya
función principal es beneficiar a la sociedad.

Que un gobierno considere a los medios de comunicación una fuerza


enemiga da mucho que pensar y que decir sobre él.

El periodismo no debería ser si no el puente entre el Estado y el


pueblo, comunicando transparentemente lo que ocurre, para así dar la
oportunidad al Estado de actuar sobre los acontecimientos, y al pueblo de
opinar y decidir quién quiere que represente a su nación.
FUENTES CONSULTADAS:

Transparencia Venezuela (2020). Periodismo en Venezuela: La censura, la


persecución y las agresiones arrecian en tiempos de pandemia Lugar de
publicación: Transparencia Venezuela. Dirección de donde se extrajo el
documento: https://transparencia.org.ve/periodismo-en-venezuela-la-
censura-la-persecucion-y-las-agresiones-arrecian-en-tiempos-de-pandemia/

El Nacional WEB (2018). Autocensura: método de sobrevivencia de los


medios en Venezuela. Lugar de publicación: El Nacional. Dirección de donde
se extrajo el documento: https://www.elnacional.com/sociedad/autocensura-
metodo-sobrevivencia-los-medios-venezuela_241579/

Propietarios de la censura en Venezuela (YPIS Venezuela, PODEROPEDIA,


ARMANDOINFO). El ministro llama al menos tres veces. Lugar de
publicación: YPSI Venezuela WEB. Dirección de donde se extrajo el
documento: https://ipysvenezuela.org/propietariosdelacensura/censura-y-
autocensura.html

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