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-“PAX AMERICANA”DEL IMPERIO DEL CAOS versus DEMOCRACIA

Miguel Ángel del Pozo Rosquete

El presente texto se sustentará en el capítulo: “Tres notas sobre la evolución


del Ius ad bellum en la posguerra fría” (José Luis Gordillo. Capítulo 7 en “La
Democracia en bancarrota”. José A. Estévez A. y Giovanni Ciaramelli. Madrid, 2015, pp.
127-136). Hemos preferido calificar a los Estados Unidos de Norteamérica
sustentándonos en el concepto “imperio del caos” sobre el de “imperio
hegemónico” cuando en las presentes temporalidades históricas por las que está
atravesando la referida nación del norte del continente americano, le observamos
importantes circunstancias que nos obligan a pensar en debilidades estructurales
expresadas tanto a lo interno-nacional como en su rol internacional como
“imperio mundial post-1945” cuales podríamos calificarlas como de “su
tránsito histórico” hacia nuevas y objetivas realidades efectivas manifestadas en
la necesidad de “compartir” el “poder mundial” tanto con la Federación Rusa
como con la República Popular China más cuando los dos últimos gobiernos y
huéspedes en la Casa Blanca se han expresado, en el caso del señor Donald
Trump, como en el actual Presidente de la tercera edad, Joe Biden, en decisiones
más alejadas de un imperio estructuralmente sólido entrado en un proceso de
“decadencia romana” (James O´Donnell. “La ruina del Imperio Romano”. Ediciones B.
Barcelona, 2008, pp. 527). En ese orden y a modo de precisión política nos
consideramos que la gobernabilidad norteamericana se expresa en dos etapas
históricas fundamentales según el concepto “imperio”; la primera etapa la lideraría
el señor Ronald Reagan mientras que la segunda la estableceríamos con el
gobierno del señor George W. Bush hijo. La primera se correspondería con el
inicio del proceso neoliberal mientras la segunda con el desarrollo de la “guerra
justa expansiva”.

La realidad expresada en las líneas anteriores se encuentra en consonancia con el


título propuesto para este escrito en ambos conceptos relacionados con dicho país
norteño-americano. El primero es el concepto de “pax americana” que se
agrandó con los paradigmas instituidos tanto en la destrozada Europa de la post-
guerra (Plan Marshall) como en la impuesta “nueva constitución” al derrotado
imperio japonés país transformado en “semi-colonia asiática” (Ruth Benedict. “El
crisantemo y la espada” .Alianza Editorial. Madrid, 1974, pp. 287 ) emulando a aquel
proceso histórico de aquel primer norteamericano quien tuviera sus primeros
contactos con dicho imperio nipón en algún año de la segunda mitad del siglo XIX
cuando EEUU de Norteamérica aspiraba a convertirse en “par imperial” de los
imperios europeos aplicando las tesis de Alfred Thayer Mahan. En ese orden, el
concepto “imperio del caos” es un calificativo en concepto que lo podríamos
circunscribir en su tiempo histórico a partir de la invasión a Iraq ( 20 de marzo, 2003)
cuando, públicamente, los “tanques pensantes” exponían y proponían como
Política de Estado norteamericano, sobre el escenario post-invasión, en la
necesidad de la división territorial de dicho país según sus realidades etno-
religiosa-geográficas y geográfico-económicas.

Por último, la dialéctica que se conforma con la “pax americana” plus “imperio del
caos” frente al concepto absoluto, profundo y significado de “Democracia”, con
mayúscula, nos lleva al texto arriba en referencia en el capítulo N°7 bajo el título:
“Tres notas sobre la evolución del Ius ad bellum en la posguerra fría”, en su
desarrollo sobre el derecho internacional hegemónico en los escogidos apartados:
 “…desprecio por los tratados internacionales…”;
 “…tendencia a convertir determinadas normas del derecho interno de la
potencia hegemónica (en este caso: los EEUU de Norteamérica) en
normas del derecho internacional…” (Idem, pág. 128).

En ese orden, solo a título de referencia, se nos presenta la “Orden Ejecutiva de


considerar a Venezuela una amenaza…”; así como, en un segundo ejemplo, las
presencias e invasiones de tropas norteamericanas, fundamentalmente, en
pueblos árabes dejando al Estado de Israel la represión del pueblo palestino
violando, sistemáticamente, la normativa de las Naciones Unidas y del Consejo de
Seguridad con lo cual se reafirman los contenidos del “gobierno global” con sede
presencial en la Casa Blanca ubicada en la ciudad de Washington.

Es decir, en última instancia, es la praxis de la “pax americana” con sus


consecuencias absolutas contenidas en el concepto de “imperio del caos” lo que
nos lleva, inevitablemente, a poner en duda el concepto de “Democracia” en una
curiosa confusión, por demás, muy peligrosa, cuando conjugamos dicho concepto
de “Democracia” con la propagada estadounidense de “democracia liberal”,
concepto adscrito al sistema capitalista. En última instancia, el título arriba en
referencia “Democracia…en bancarrota” es, por demás, apropiado y correcto
tanto en términos políticos como académicos.

Inmediatamente cae la obligante pregunta: ¿las actuales sociedades globales a


consecuencia de la crisis del sistema capitalista se encuentran en un cul de sac
con respecto al desarrollo, no evolución aguas abajo, de “Democracia” cuando
aspiramos a disfrutar del contenido real y objetivo del concepto natural de
“Democracia”?

La Historia nos enseña, inevitablemente, como es que también es de


responsabilidad de las y los historiadores el tener que reflexionar como la
necesidad de expresar sus necesarias y obligantes opiniones sobre la discusión
que está radicada sobre la mesa cual es referida al concepto “Democracia” en su
actual realidad en el escenario global de la Política mundial cuando están
presentes fuertes contradicciones sociales expresadas en manifestaciones,
huelgas, represiones de las fuerzas del orden nacionales, asesinatos selectivos,
“democracias dictatoriales”, alienaciones culturales, imposiciones jurídicas y, en
última instancia, Poderes Legislativos convertidos en Gobiernos y Estados
nacionales. Absurdo!!!

¿Comprendemos lo arriba expuesto sobre la base política en la que se sustenta el


Poder del “imperio en decadencia”?

El ex-Presidente Barack Husseim Obama en su discurso oficial al aceptar el


premio Nobel de la Paz (2009), en Estocolmo, hizo referencia al concepto de la
“guerra justa” (Ibidem, pág. 130) lo que nos obliga a algunas referencias
dramáticas para el “ser creado” como “ser social” en su concepto teológico.

Es decir, el señor Obama en su profunda inmersión sico-cultural en el status quo


proveniente de la propia fundación de la nación estadounidense ( léase: alienación
como afro-americano), adscribe en toda su significación la necesidad de la
permanente expansión del concepto “Estados Unidos de Norteamérica” en la
globalidad significada como “imperio norteamericano”. Es decir, tiene la necesidad
de sustentar ese argumento en una referencia histórica como sería la justificación
ideológica de las denominadas Cruzadas militar-religiosas bajo dos paradigmas: el
rescate de los lugares santos y el resguardo de la seguridad de los peregrinos
hacia la Tierra Santa (Alain Demurger. Auge y caída de los Templarios”. Mr
Dimensiones. Madrid, 2004, pp. 380 y Maurice Keen. “Historia de la guerra en la Edad
Media”. Oceano. Madrid, 2005, pp. 439). Recuérdese que el Paraíso en la Tierra
ahora se encuentra, en las actuales realidades históricas, en lo fundamental
fundacional de la nación norteamericana como en su expansión político-expansiva
según la “Doctrina Monroe renovada”.

En ese orden de ideas, como justificación teológica, nos preguntamos sí se


ajustaría a la realidad imperial norteamericana declarar a Venezuela como una
amenaza según las argumentaciones de San Agustín y Santo Tomás de Aquino
en el marco significado de la “guerra justa”. Aplicando la Historia al escenario
actual de las realidades tanto geopolíticas como geoestratégicas se justificaría la
aplicación de las tesis de San Agustín y Santo Tomás a los casos Colombia-
Venezuela e Israel-Irán.

UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.


delpozo14@gmail.com

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