Está en la página 1de 14

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE TRUJILLO

BENEDICTO XVI
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS
POLITICAS
CARRERA PROFESIONAL DE DERECHO

ACTIVIDAD 2: a) Evolución histórica.


concepto y principios básicos de la seguridad social: universalidad solidaridad
integralidad y suficiencia b) Sistema de previsión social c) Contingencias y
prestaciones d) Evolución histórica de la seguridad social en el Perú e)
Situación actual de la seguridad social.
CURSO: DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL
CICLO: X
AUTOR (ES)
RENATO RENSO QUISPE JAULIS
ERIC TAIPE GARCIA
ASESOR (A)
Dr. VICTOR SANCHEZ ALBARRAN

AYACUCHO, PERÚ
2021
INTRODUCCION

La Seguridad Social es un concepto de difícil tratamiento, ya que toca las áreas de la


Economía y la Ciencia Política de manera especial. Se asume como un concepto de esencia
plenamente económica, en tanto se refiere, a la gestión de unos recursos de naturaleza
escasa y que requieren ser administrados bajo los principios de eficiencia, eficacia y
celeridad. Al mismo tiempo, es un concepto que asume un rol eminentemente político, toda
vez, que se asume como una característica sustantiva del ejercicio político del Estado
Moderno. Aunque esta visión de asumir al Estado como un instrumento de redistribución
igualitaria de los recursos producto del trabajo, ha sido bandera tradicional de los países de
la extinta cortina de hierro, y aunque el comunismo internacional ha desaparecido hoy, su
espíritu redistributivo, también fue asumido como bandera fundamental de los partidos
social-demócratas y su difusión como un aspecto propio del Estado, llegó también a ser
aceptado por los partidos de centro derecha, en especial, en los casos de España, Francia,
Alemania e Italia, así como en numerosos países de la Unión Europea.

En la actualidad, la crisis económica mundial ha obligado revaluar la viabilidad fiscal de la


seguridad social como una política de Estado. Sin lugar a dudas, el concepto de seguridad
social tendrá que ser revisado con sumo cuidado, del mismo modo, se tendrá que reevaluar
como su provisión en cabeza del Estado, así como su modelo “mixto” o mercantilista, que
asume el principio de privatización de ganancias con socialización de pérdidas, tal vez sea
tiempo de repensar la provisión desde las perspectiva de un escenario libre de competencia
abierta. Curiosamente la vía del libre mercado y de la provisión espontánea de servicios
sociales es la única que no se ha llevado a una práctica efectiva, lo cual llama bastante la
atención, en especial, cuando la tradición occidental proveniente de la Carta Magna (1215)
y de la Revolución gloriosa (1688), siempre ha defendido desde el discurso el libre
mercado y la libertad de empresa, aunque en la práctica su ejercicio transite del socialismo
al mercantilismo y de regreso.
MARCO TEORICO:

a). EVOLUCION HISTORICA DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Durante siglos, el hombre ha visto en la organización social un espacio de protección frente


a las fuerzas de la naturaleza y una ventaja técnica derivada de la división del trabajo.
Dadas las inclemencias del clima y las fuerzas naturales, como la incertidumbre frente a la
recolección, la caza y la pesca, o frente a los resultados del ejercicio de la agricultura, así
como a fenómenos de tipo catastrófico. Los múltiples experimentos de desenvolvimiento
espontáneo, por medio del proceso de ensayo y error han conducido al hombre a buscar
mecanismos de previsión frente a aquello que se encuentra por fuera de su alcance y a darle
una gestión a las deficiencias materiales derivadas de aquellos eventos inesperados.

De este modo, la formación de núcleos familiares, trae consigo, la necesidad de asociarse


para mejorar las condiciones de vida propia y de quienes dependían de él, ya no piensa en
su propia protección y bienestar sino en la de un grupo que esperan que él se convierta en
su benefactor; aquí nacen las primeras formas de sociedad Las Tribus. Mallet lo describe
así:

“El ansia de seguridad ha sido el motor del progreso de la humanidad. La invención de la


agricultura fue una forma de asegurarse alimento en vez del aleatorio método de la caza y la
recolección de frutos silvestres. La agrupación en tribus, la formación de aldeas, de
ciudades, la constitución de Estados, traducen el deseo de seguridad frente a un enemigo
exterior”.

Estas formas de asociación se basaron en el principio de la solidaridad35 orgánica, propia


de las formaciones comunitarias (véase Weber, 1993), para subsistir como grupo en las
condiciones más agrestes. Siglos después las formas de asociación se perfeccionaron de
acuerdo a factores de tiempo, modo y lugar, es decir, las condiciones sociales, económicas
y culturales variaban según el momento histórico y el lugar donde se vivía.

Las cofradías que surgieron en el mundo en el siglo XIV, al amparo de la iglesia católica,
tuvieron como fines la ayuda mutua y religiosa; las hermandades, surgieron en la segunda
mitad del siglo XVI y se basaron en el socorro por enfermedad y muerte; entre otras.
Fueron asociaciones de mutua ayuda basadas en la solidaridad, las cuales tenían la
obligación de atender a los ancianos, minusválidos y socorrer a los enfermos, así mismo,
educar los hijos de quienes perecían en defensa de los Estados. Esta ayuda mutua, se debió
a la doctrina cristiana sobre el amor al prójimo y la caridad, sobre todo en la Edad Media
cuando el oscurantismo religioso torturaba y sacrificaba vidas en nombre de Dios; esta
cooperación es considerada como: “El hito fundamental en la histórica evolución de la
Seguridad Social”.

De este modo, se formaron las asociaciones y agremiaciones basadas en los principios de


solidaridad, seguridad y ayuda mutua que se extendían al de socorrer a los familiares de
los muertos con las exequias fúnebres por razones de humanidad y salubridad. En la
América prehispánica, también se hizo evidente el deseo de protección y bienestar de los
miembros de las tribus; ejemplo de esto, en el imperio Tahuantinsuyo los incas:

La solidaridad, como tercer pilar del Estado Social de Derecho, es un principio

fundamental del que se derivan múltiples principios como la equidad, derechos como el de
la seguridad social o deberes como a obrar con acciones humanitarias ante situaciones que
pongan en peligro la vida o la salud de las personas, todos ellos aplicables tanto al Estado
como a los particulares.

El Tahuantinsuyo o antiguo imperio inca, existió en la América Prehispánica. Su nombre


proviene

de la lengua quechua Tawantin Suyu, que significa “Las cuatro divisiones”. Fue uno de los
imperios más extensos de la humanidad, que abarcaba desde el sur de Colombia, todo el
territorio peruano, parte del ecuatoriano, hasta Chile. Se calcula que fueron cerca de 2
millones de Km2, lo que comprendió su territorio. Se constituyó en una de las
organizaciones políticas más destacadas de la antigüedad: a la cabeza se encontraba el
Inca por derecho divino, asistido por los Apo, que administraban los Suyos, es decir las
cuatro grandes regiones divididos, a su vez, en Ayllus, componentes básicos de comunidad
ligados por la sangre, la tierra y la divinidad totémica.

Garantizaron a la totalidad de los seres humanos bajo su jurisdicción, el derecho a la vida


mediante la satisfacción plena de las necesidades físicas primordiales como la
alimentación, vestido, vivienda y salud, que equivalía a la supresión del hambre y la
miseria causados por las desigualdades sociales y por los no previstos efectos destructores
de la naturaleza, incontrolables por el hombre”.

En efecto, los sobrantes de los cultivos del Inca eran depositados en piruas o graneros del
Estado para cubrir la escasez en épocas de sequía o de calamidad pública; atender a los
ancianos, huérfanos y viudas a cargo del Estado y no abandonarlos como ocurría en otras
culturas. De la misma forma el sentido comunitario inspirado en la solidaridad permitía que
los miembros de un Ayllu40, después de cumplir con sus labores comunales, colaboraran con
los otros Ayllu que requerían su ayuda.

En estos ejemplos se pone de presente una coincidencia: las organizaciones humanas, sean
de orientación comunitaria o societaria 41 (Tönnies,2009), de manera espontánea han
formulado diferentes mecanismos basados en la cooperación social para precaverse frente a
las inclemencias del tiempo y sus eventos inesperados, o frente a la simple precariedad
material asociada a la enfermedad y vejez, de este modo, el hombre en su afán de
protección, seguridad y subsistencia, ha desarrollado las diferentes formas de Seguridad
Social acordes al momento histórico y lugar donde vive, en procura de precaverse frente a
“los riesgos y contingencias sociales”. Empero, la formulación de estos sistemas no ha
implicado necesariamente la puesta en marcha de una estructura burocrática o inteligencia
directriz que esté tras todo el andamiaje de provisión y distribución en caso de necesidad,
sino que a menudo ha sido agenciado por particulares.

CONCEPTO:

Los tratadistas citados concuerdan en que la Seguridad Social corresponde a políticas


gubernamentales indispensables para la vida de las personas en procura de la realización
efectiva de la dignidad humana, que se compone de tres elementos esenciales que son:
salud, pensión y riesgos profesionales con lo que se pretende hacerla integral. Pero, sin
duda alguna, la definición más clara y completa sobre la Seguridad Social Integral con
todas sus implicaciones y principios nos la trae la Ley 100 decretada el 23 de Diciembre de
1993, en la cual se crea “el Sistema de Seguridad Social Integral en Colombia” y que la
define de la siguiente manera:
“La Seguridad Social Integral es el conjunto de instituciones, normas y procedimientos, de
que disponen la persona y la comunidad para mejorar la calidad de vida, mediante el
cumplimiento progresivo de los planes y programas que el Estado y la sociedad desarrollen
para proporcionar la cobertura integral de las contingencias, especialmente las que
menoscaban la salud y la capacidad económica de los habitantes del territorio nacional, con
el fin de lograr el bienestar individual y la integración de la comunidad”

PRICIPIOS BASICOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Los enunciados de carácter general, planteados como ideales a alcanzar por un modelo de
seguridad social, constituyen sus principios generales.

Tales principios son una guía para establecer los diferentes componentes de un sistema
de seguridad social, en función de un cometido último. Una vez creado el
sistema, los principios generales que lo informaron son útiles como criterios de
interpretación de las normas en que se plasma el sistema, como criterios de orientación
que deben evitar que el sistema descuide sus derroteros fundamentales.

Estos principios tienen especial importancia, también, en orden a realizar la


evaluación de un modelo de seguridad social y determinar los ajustes necesarios para
garantizar la supervivencia del sistema mismo. Además constituyen parámetros para
enjuiciar el grado de desarrollo de un modelo de seguridad social determinado.

 PRINCIPIO DE UNIVERSALIDAD

Todas las personas deben participar de los beneficios del sistema de seguridad social.

Con este enunciado se superan las limitaciones propias de los seguros sociales que
nacieron con un carácter clasista, como un sistema de protección exclusivo, en función
de los trabajadores asalariados. La función de la seguridad social es proteger al ser
humano como tal, dentro de una determinada colectividad social, sin importar a qué
dedique su existencia. El acceso a la protección deja de ser un derecho para unos y
una concesión graciosa para otros, y se constituye en un derecho subjetivo público.

El acceso a la seguridad social es un derecho humano, es un derecho inherente al


ser humano por el solo hecho de serlo. Además, en tanto está reconocido por le
derecho positivo, se califica, desde el punto de vista técnico jurídico, como un
derecho fundamental de rango constitucional.

 PRINCIPIO DE SOLIDARIDAD

Este principio viene a ser la otra cara del principio de universalidad. Si con el principio de
universalidad se pretende la protección a toda la población, es decir, se conceden
derechos derivados de la seguridad social a todos los pobladores, con el principio de
solidaridad se enuncia que toda la población, en la medida de sus posibilidades, debe
contribuir económicamente al financiamiento de aquella protección.

En la práctica, la solidaridad se manifiesta como el sacrificio de los jóvenes respecto de


los ancianos, de los sanos frente a los enfermos, de los ocupados ante quienes
carecen de empleo, de quienes continuamos viviendo ante los familiares de los
fallecidos, de quienes no tienen carga familiar frente a los que si la tienen, etc.

Si en el esfuerzo hacia la universalidad se han dado grandes avances, no puede decirse


lo mismo en relación con el principio de solidaridad, pues el sostenimiento del sistema se
ha mantenido prácticamente igual, a cargo del sector asalariado- hablando del caso
de Costa Rica-. Es necesario avanzar en el desarrollo de la solidaridad, estableciendo la
contribución forzosa de todos los que participan en el proceso de producción de la
riqueza. En este avance es de particular importancia la obligatoriedad de la
contribución a la seguridad social de los trabajadores independientes.

 PRINCIPIO DE INTEGRALIDAD

De acuerdo con este principio, las prestaciones de la seguridad social del sistema deben
ser acordes con las necesidades de los colectivos que se pretende proteger. Las
prestaciones de la seguridad social no deben quedarse en la protección de los
riesgos clásicos (invalidez, vejez, muerte, enfermedad y maternidad), sino que debe
tener un crecimiento constante tendiente a detectar las diferentes necesidades sociales
para acudir a su protección.

Para satisfacer las diferentes necesidades, de acuerdo con cada uno de los sectores
protegidos, deben establecerse beneficios adecuados a las diferentes circunstancias.
 PRINCIPIO DE SUFICIENCIA.

Teniendo en cuenta estos elementos, se puede concluir que el principio de suficiencia


implica como mínimo que el Estado tiene la obligación de garantizar, para las
contingencias que define (dentro del marco de los principios de integralidad y universalidad
objetiva, y que tienen que contener como mínimo las garantías básicas de Seguridad
Social), prestaciones que permitan garantizar recursos económicos suficientes para
mantener un nivel de vida digna, y que en la definición de este nivel se ha de tener
debidamente en cuenta las necesidades biológicas y socioculturales de los beneficiarios.

b). LOS SISTEMAS DE PREVISIÓN SOCIAL, tal como los definiremos seguidamente,
constituyen el segmento más significativo, del amplio espectro de lo que suele llamarse la
seguridad social. Entendemos por previsión social, en este artículo, las normativas e
instituciones que se establecen, a nivel nacional, para garantizar que los trabajadores
puedan disponer de una jubilación o pensión que les garantice su supervivencia con una
calidad de vida socialmente aceptable al término de su vida laboral, o si ésta se interrumpe
por razones de invalidez. Las pensiones de viudez, para el cónyuge o descendientes
menores del asegurado, integran también la previsión social en el sentido restringido al que
nos estamos refiriendo. La seguridad social, por otra parte, incluye además todo el amplio
subconjunto de la protección a la salud, los programas destinados a otorgar fondos de
desempleo, entrenamiento laboral, recreación, etc. La política social, un concepto todavía
más amplio, abarca programas destinados a paliar o combatir la pobreza, las inversiones
públicas en salud y educación, iniciativas respecto a la vivienda y, en general, una gama tan
amplia de campos de acción que muchas veces resulta imposible delimitarla con precisión.
El otorgamiento de jubilaciones y pensiones a la población trabajadora, a través de
diferentes medios, ha sido el eje alrededor del cual creció históricamente la seguridad
social. Tanto en el sistema alemán implementado ya en 1889, como en la posterior versión
inglesa, el seguro de vejez e invalidez ha actuado como una pieza maestra capaz de
organizar toda la seguridad social a su alrededor (Rösner, 1997). Ello se debe en parte a
razones financieras, pero también a motivos más complejos, directamente vinculados a la
percepción del futuro que tiene el trabajador
c). CONTINGENCIAS Y PRESTACIONES

Las contingencias comunes aluden a causas de incapacidad en el trabajo que no se originan


en el mismo. Para ello ya existe una concepto jurídico, el de contingencias profesionales,
que protege al trabajador por accidente laboral o enfermedad profesional.

Las contingencias comunes, pues, cubren situaciones como enfermedades comunes o


accidentes no laborales (conocidos bajo el rubro de incapacidad temporal).

Además, las contingencias comunes cubren las siguientes prestaciones:

• Asistencia sanitaria y pretaciones farmacéuticas.

• Prestación por maternidad y paternidad.

• Protección a la familia.

• Prestación por riesgo en el embarazo y la lactancia.

• Incapacidad permanente.

• Jubilación.

• Muerte, viudedad y orfandad.

• Desempleo.

d). EVOLUCION HISTORICA DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN EL PERU

La preocupación por la seguridad de una determinada colectividad también se hizo


presente en las antiguas culturas americanas. En el imperio del Tahuantinsuyo los incas
garantizaron a la totalidad de los seres humanos bajo su jurisdicción, el derecho a la vida
mediante la satisfacción plena de las necesidades físicas primordiales, como la
alimentación, vestido, vivienda y salud, que equivalía a la supresión del hambre y la
miseria, causados por las desigualdades sociales y por los no previstos efectos destructores
de la naturaleza, incontrolables por el hombre.

Efectivamente, los sobrantes del cultivo de las tierras del inca eran depositados en las
piruas (graneros del Estado), para cubrir la escasez en los casos de sequías o de
calamidades públicas, así como la de atender a los ancianos, viudas y huérfanos a cargo del
Estado, y no abandonados a su suerte, como ocurría en otras culturas antiguas.3 De otro
lado, un sentido comunitario inspirado en la solidaridad, permitía que los miembros del
ayllu, 4 después de cumplir con sus labores comunales, lo hicieran en los topos
correspondientes a otros miembros del ayllu, que requerían tal ayuda. Sin llegar a la
perfección de la organización incaica, se ha comprobado que el calpulli, versión mexicana
del ayllu, cumplía determinadas funciones de previsión. Frías Olvera escribe que ‘‘cuando
el jefe del calpulli o cualquiera de sus miembros se enfermaban, sufrían accidentes o
recibían lesiones en la guerra, tenían derecho a seguir percibiendo la parte de los productos
que sacaban’.

En la historia sobresalen dos corrientes de evolución sobre este tema, la primera surge en
Alemania denominada la "estrategia Bismarck", la cual se caracterizaba fundamentalmente
por su espíritu paternalista, generando ventajas laborales y de protección. Sin embargo,
llegó a ser un sistema muy débil debido a que sólo se limitaba a brindar beneficios a la
población asalariada de carácter profesional.

Por otro lado, la "estrategia Beveridge", la cual surge en Inglaterra, crea un sistema de
protección universal, es decir que el criterio de aplicación no era el carácter profesional
sino el de redistribución de la renta, con la finalidad de promover un espíritu solidarista
entre quienes más tenían y los que poseían menos. Esto produjo que el sistema sea más
fuerte. Las ideas de la "estrategia Beveridge" eran opuestas al régimen de seguros sociales,
probablemente porque ya podía vislumbrar con cierta claridad los inconvenientes y
defectos del sistema y los resultados de su aplicación.

e). SITUACION ACTUAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL

En la actualidad, existe un consenso internacional respecto a la consideración de la


Seguridad Social como un derecho humano inalienable, producto de casi un siglo del
trabajo mancomunado de organismos internacionales relevantes, como la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), la Organización de las Naciones Unidas (ONU), e
instituciones supranacionales, como la Asociación Internacional de Seguridad Social
(AISS), la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS) y la Conferencia
Interamericana de Seguridad Social (CISS).
La forma más común de identificar la Seguridad Social es mediante las prestaciones y la
asistencia médica, sin embargo, esas son solo algunas de las formas en las que se presenta
en la vida cotidiana. En los hechos, la Seguridad Social también se encuentra en los actos
solidarios e inclusivos de las personas hacia los demás, pues esos actos llevan en sí mismos
la búsqueda del bienestar social.

La Seguridad Social está claramente definida en los Convenios de la OIT y en los


instrumentos de la ONU como un derecho fundamental –aunque sólo una pequeña
proporción de la gente en nuestro planeta disfrute del mismo. Definida en términos
generales como un sistema basado en cotizaciones que garantiza la protección de la salud,
las pensiones y el desempleo así como las prestaciones sociales financiadas mediante
impuestos, la Seguridad Social se ha convertido en un reto universal en un mundo
globalizado.

Sólo el veinte por ciento de la población mundial tiene una cobertura adecuada en materia
de Seguridad Social mientras que más de la mitad no dispone de ninguna forma de
protección social. Aquellos que no están cubiertos tienden a formar parte de la economía
informal, por lo general, no están protegidos en su vejez por la Seguridad Social y no están
en condiciones de pagar sus gastos de salud.

Con la elaboración del Plan Bicentenario El Perú hacia el 2021, Plan estratégico de
Desarrollo Nacional, aprobado mediante Decreto Supremo Nº 054-2011-PCM, se establece
como una política de Estado dentro del eje temático Equidad y Justicia Social, el acceso
universal a servicios de salud y Seguridad Social. De igual modo se establece como
Lineamiento de Política en el apartado 2 “Descentralizar los servicios de salud y garantizar
el acceso universal a la atención de salud y la Seguridad Social y a los servicios de agua
potable y saneamiento básico, 4 priorizando a la población en situación de pobreza y
vulnerabilidad y adoptando un enfoque de interculturalidad referido a la Salud y
Aseguramiento”. De igual modo, en el numeral 6 el “promover la ampliación de la
cobertura de la Seguridad Social en materia previsional a nivel nacional”.

CONCLUSIONES:
 La seguridad social es muy importante para el bienestar de los trabajadores, de sus
familias y de toda la sociedad. Es un derecho humano fundamental y un instrumento
esencial para crear cohesión social, y de ese modo contribuye a garantizar la paz
social y la integración social. Forma parte indispensable de la política social de los
gobiernos y es una herramienta importante para evitar y aliviar la pobreza. A través
de la solidaridad nacional y la distribución justa de la carga, puede contribuir a la
dignidad humana, a la equidad y a la justicia social. También es importante para la
integración política, la participación de los ciudadanos y el desarrollo de la
democracia.
 La seguridad social, administrada correctamente, aumenta la productividad al
proporcionar asistencia médica, seguridad de ingresos y servicios sociales. En
conjunción con una economía creciente y unas políticas de mercado laboral activas,
es un instrumento para el desarrollo socioeconómico sostenible. Facilita los cambios
estructurales y tecnológicos que requieren una fuerza laboral adaptable y móvil.
Cabe señalar que la seguridad social, aunque representa un costo para las empresas,
es también una inversión en las personas o un apoyo a las mismas.
REFERENCIAS

Ahumada Pacheco, H., (1972). Manual de Seguridad Social. Ed. Andrés Bello.

Chile.

Bernedo Alvarado, J. (2000), Informe regional sobre la situación de la Seguridad Social


como un Derecho Humano en América Latina. Lima, Perú.

Buen Lozano, N., Morgado Valenzuela, E., (1997). Instituciones de derecho del trabajo y
de la seguridad social. Universidad Nacional Autónoma. México.

Cabanellas de Torres, G., (2001). Diccionario de Derecho Laboral. Ed. 1. Heliasta.

Buenos Aires.

Cadavid Gómez, I. y Arenas Gallego, E. (2007). Cartilla del Trabajo. Medellín:


Universidad de Medellín.

Constitución Política de Colombia (1991). Artículos 44, 46, 48 y 49.

Declaración Universal de los Derechos Humanos. (1948). Artículos 22, 23 y 25. De la


Cueva, M. (1959). Derecho Mexicano del Trabajo. Tomo I, p. 41. México:

Porrúa.

Ely Yamín, A. (2006). Los derechos económicos, sociales y culturales en América Latina:
Del invento a la herramienta. México: Plaza y Valdés Editores, p. 255.

Envío No. 24. (2006). Régimen de Seguridad Social en Colombia. Legis. Fajardo C,
Martín. (1985). Derecho de la Seguridad Social. Lima, p. 33.
Flórez, K (2011). La competencia Regulada en el sistema de salud colombiano.

Revista Lebret, 2, 48-73.

También podría gustarte