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DE LA EDAD MEDIA
Ma Luisa Arnal Purroy
Jose Ma Enguita Utrilla
Universidad de Zaragoza
INTRODUCCION
Historia de la lengua española, Madrid, Gredos, 9 ed., 1981, pp. 281-282 y 285.
2Ambos aspectos, referidos de modo específico al contexto aragonés, han sido comentados amplia-
mente por J. A. Frago, "Conflicto de normas lingiiísticas en el proceso castellanizador de Aragón", Actas
del I Curso de Geograffa_Lingnistica de Aragón, Zaragoza, IFC, 1991, pp. 105-126 [pp. 109-115]. Ha de
tenerse erreuthfa—además la abundancia de soluciones coincidentes entre el dominio aragonés y el caste-
Ilano; no hay que desestimar, por otra parte, la ayuda q u e,-en-la-penetración del castellano, pudo ejercer el
advenimiento a la Corona de Aragón (en 1412) de la dinastía castellana de los Trastámara con Fernando I.
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finales del siglo XV: M. Alvar ha visto, en este sentido, un temprano testi-
monio de castellanización (de 1132) en la voz honsata servicio militar a
caballo', ya que de Castilla se importó la reglamentación de este cuerpo
del ejército, y con las instituciones migraron las palabras 3 ; no son descono-
cidos en la antigua documentación aragonesa otros casos que revelan
dicha influencia, como muestran las versiones romanceadas del Fuero de
Teruel (de la segunda mitad del siglo XIII y de la centuria siguiente) 4 , el
Libro chantre conservado en el archivo catedralicio de Tarazona (de
1382) 5 , o la Colección diplomática del concejo de Zaragoza, y concreta-
mente los documentos fechados entre 1276 y 1286 6 . Pero sin duda, en los
arios finales del siglo XV el proceso se acelera, como han puesto de relieve
reconocidos especialistas: "La pénétration castillane, accidentalle avant le
XV e silcle, a commencé réellement vers 1460, et la castillanisation était á
peu prés achevée en 1500.
2. De acuerdo con lo comentado, los textos aragoneses de ese período
finisecular permiten observar la desaparición de peculiarismos que carac-
terizaron la expresión escrita de Aragón durante las centurias preceden-
tes. Y describir de forma sistemática, dentro de dicha etapa, el estado de
lengua que corresponde a los años 1490-1494 es el propósito que persi-
guen estas páginas para, a través de los datos obtenidos, ariadir algunas
precisiones cronológicas sobre el proceso de castellanización e insistir en
las circunstancias que rigieron su desarrollo.
Para llevar a cabo tal análisis nuestros materiales proceden de la mag-
na colección publicada por A. San Vicente con el título de Instrumentos
para una historia social y económica del trabajo en Zaragoza en los siglos
XV a XVIII, aunque también haremos algunas referencias a otros textos
coetáneos. La importancia de esta colección -de la que hemos selecciona-
do diez documentos, concretamente los n ŭmeros 45 al 54 8 - para el análisis
3"Colonización franca en Aragón", Estudios sobre el dialecto aragonés (1), Zaragoza, IFC, 1973, pp.
165-193 [p. 1781. Se opone así a la tesis de R. Menéndez Pidal, Origenes del español. Estado lingnistico de
la Peninsula Ibérica hasta el siglo XI [1926], Madrid, Espasa-Calpe, 9° ed., 1980, pp. 211-212, el cual consi-
deró, a partir de tres testimonios gráficos (honsata, Hortiz, Oge ), que el paso F- > h- se habría cumplido
en un estadio primitivo del aragonés.
4 Vid. M. Gorosch, El Fuero de Teruel, Stockholm, 1950, pp. 40-41.
5Para estos datos, vid. J. M. Enguita, "Un vocabulario agrícola turiasonense de 1382, Turiaso, VIII
(1989), pp. 139-178 [p. 1541.
6 Vid. J. M. Enguita y V. Lagnéns, "El dialecto aragonés a través de algunos documentos notariales
del siglo XIII: una posible interpretación de variantes", Homenaje al Profesor Etnérito Antonio Ubieto
Arteta, Zaragoza, Facultad de Filosofía y Letras, 1988, pp. 383-398 [pp. 391-3931.
7 Vid. B. Pottier, "L'évolution de la langue aragonaise á la fin du Moyen Age", BHi, LIV (1952), pp.
184-199 [p. 1981; vid. asimismo F. Lázaro Carreter, "Forrnas castellanas en documentos zaragozanos de los
siglos XV y XVI, Argensola, 5 (1951), pp. 48-50 [p. 50], y J. A. Frago, "Determinación sociolingiiística en
la castellanización del Valle del Ebro", Actas del 1 Curso sobre Lengua y Literatura en Aragón (Edad
Media), Zaragoza, IFC, 1991, pp. 115-130 [p. 1231.
sLos documentos 45, 46, 47 y 48 son del año 1490, el 49 es de 1492 y los restantes -50, 51, 52, 53 y 54-
corresponden al año 1494. Para su consulta, vid. el vol. I de la edición de la obra Ilevada a cabo en Zarago-
za por la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País en 1988, pp. 43-66.
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ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA
ASPECTOS GRAFICOS
9 Vid. J. A. Frago, "Matasanos médico y botón lestículo' en un documento aragonés de 1409. Entre
la variedad y la unidad del léxico español", AFA, XLVI-XLVII (1991), pp. 13-23 [pp. 13-141, y J. M.
Enguita, Reseña a A. San Vicente, Instrumentos para una historia social.... AFA, XLIV-XLV (1990), pp.
293-294.
loDe ello advierte asimismo A. San Vicente, op. cit., vol. I, p. XIII: "El nivel culto de la lengua docu-
mental, generalmente codificada y mantenida con firmeza por la práctica jurídica, presenta muchas veces
curiosas incidencias del habla más com ŭn, sorpresa del diplomatista y flor para el filólogo, que explora con
sistema los textos del pasado•.
iík propósito de esta cuestión, vid. M. Alvar, El dialecto aragonés, Madrid, Gredos, 1953, pp. 22-44, y
los abundantes datos que ofrece R. Menéndez Pidal, Origenes, pp. 44-70. Asimismo, contribuciones sobre
documentos particulares que incluyen un capítulo dedicado a las grafías son, entre otras, las siguientes: M.
Alvar, "Documentos de Jaca (1362-1502), Estudios sobre el dialecto aragonés (II), Zaragoza, IFC, 1978,
pp. 140-266 [pp. 143-1501; M. Gorosch, El Fuero de Teruel, pp. 46-50; G. Tilander, Los Fueros de Aragón,
Lund, 1937, pp. 45-47, y Vidal Mayor. Traducción aragonesa de la obra "1n excelsis Dei Thesauris", 3 vols.,
Lund, 1956, vol. I, pp. 28-30; J. A. Frago, "El marco filológico del Vidal Mayor ", en Vidal Mayor. Esttt-
dios, Huesca. Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1989, pp. 83-112 [pp. 87-881; J. M. Enguita y V.
Lagiiéns, "Aspectos filológicos", en Ceremonial de la consagración y coronación de los reyes de Aragón
(ms. R. 14.425 de la biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano), Zaragoza, Centro de Documentación
Bibliográfica Aragonesa, 1992, pp. 57-84 [pp. 69-70].
12Acerca de esta grafía M. Alvar ha comentado que es un "rasgo característico de los escribas arago-
neses de todos los tiempos y, especialmente, de los siglos XIV y XV" ("Rasgos dialectales en la Disputa
del alma y del cuerpo (siglo XIV)", Estudios (I), pp. 273-281 [p. 277]).
13Es decir, derivado del hecho de que ya en latín tuviera lugar la pérdida de u [w] en los diptongos
(vid. M. Alvar, Dialecto, 1953, p. 24).
/4La primera cifra corresponde al n ŭmero del documento y la siguiente indica el n ŭmero de la línea
de ese documento.
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I5 Vid. M. Alvar, "Grafías navarro-aragonesas", Estudios (I), pp. 13-46 [p. 24]. Sobre la cronología de
ny, F. Lázaro Carreter (Formas castellanas, p. 49) señala que, en los documentos del siglo XV correspon-
dientes a la Recopilación de los Estatutos de la ciudad de Zaragoza, dicha grafía coexiste exclusivamente
con ni, mientras que a partir de 1521 se impone totalmente el signo
16 Estos diplomas no aportan, sin embargo, ning ŭn registro de la grafía paralela ly
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ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA
RASGOS FONETICOS
V ocales
4. Los documentos seleccionados presentan a ŭn -con distintos grados
de vitalidad- las peculiaridades fonéticas que, en el tránsito del latín a las
variedades romances, diferencian al aragonés del castellano. En lo que
concierne a las vocales 18, cabe mencionar en primer lugar -aunque con
escasos representantes- la falta de inflexión que, frente al castellano, se
observa ante determinados tipos de yod en aragonés: guello 51.4 (< OC
17 Vid. J. A. Frago y J. A. García-Diego, Un autor aragonés para los «Veinti ŭn libros de los ingenios y
de las máquinas», Zaragoza, D.G.A., 1988, p. 39.
18 Vid. M. Alvar, Dialecto, pp. 146-156; G. W. Umphrey, "El dialecto aragonés" [1911], A FA, XXX1X
(1987), pp. 163-201 [pp. 168-1741; M. Gorosch, El Fuero de Teruel, pp. 36-40; G. Tilander, Los Fueros de
Aragón, pp. 39-41, y Vidal Mayor, vol. I, pp. 21-24 y 30-32; M. Alvar, Documentos de Jaca, pp. 151-158; J.
M. Enguita y V. Lagnéns, Aspectos filológicos, pp. 70-71; vid. además los numerosos datos que aporta R.
Menéndez Pidal, Origenes, pp. 70-198.
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ŬLU), ruello 47.7 rulo del molino de aceite (< RÓT(JLU), viella 54.233
(< V ETULA) / noche 52.25 (< N OCTE), ' ocho 48.61 (< ÓCTO), ojo
51.13, ordio 52.5 (< H ÓRDEU); además, se produce diptongación en
regient 49.46 (< REGENTE), ejemplo que puede interpretarse como con-
secuencia del entrecruzamiento de tendencias cultasy populares. También
se atestigua bimatización en la forma verbal yes (< EST)' 9 , aunque sólo se
han computado dos testimonios (yes publicada 49.4, yes a saber 49.24)
frente a los abundantísimos casos de es (50.3, 50.145, etc.), siendo además
el resultado castellano exclusivo en formas verbales frecuentemente dip-
tongadas en aragonés medieval (tenga 51.47, etc.).
Otras veces, si bien esporádicamente, no se cumple la diptongación
regular; así ocurre en arrendament 51.127, 51.166 (< -MENTU), conto
52.19 cuenta' (< CÓMPŬTU) y grosas 51.102, 51.103 (< GRÓSSAS), que
podrían explicarse por presión cultista o acaso por influjo catalán, presen-
te asimismo en otros rasgos de los diplomas examinados.
5. La apócope extrema se manifiesta todavía con una vigencia
notoria" a través de ejemplos de pérdida de /-e/ en sustantivos (cort 48.10,
49.19, 49.24 Icorte 43.39 < COHORTE, leyt 54.29, 54.30 Ileche 54.93,
54.148 < LACTE, part 48.40, 49.2, 53.15, 54.56 Iparte 51.43, 52.112, 53.47
< PARTE, peix 50.1 pex 50.3, 50.24, 50.94, 50.134 < PISCE, puent
50.22, 51.38, 52.12, 52.99 < PÓNTE), numerales (vint 50.43, 51.61, 54.156
Ivinte 54.184 veynte 50.95 < VIGINTI), distintas formas adverbiales
derivadas de INANTE (adelant 47.2, 49.3, 50.57 adellant 54.20 / adelan-
te 49.40, 53.30, avant 54.204, en delant 54.8, devant 54.74) y, sobre todo,
participios de presente basados en el morfema latino -NTE (acusant
54.127, bullent 47.19 que hierve', compendient 49.8 que compendia', con-
tradizient 48.41, discrepant 48.56, fazient 50.1, 51.1, 52.1 facient 54.1,
havient 54.150 que tiene', instant 45.2 que apremia', mordient 47.19,
47.20, patent 49.44, precedient 54.177, present 49.22, 50.79, 54.79 / presen-
te 47.2, 48.39, regient 49.46, siguient 48.7, 50.45, 52.58, 53.84, vinient
19Frente a la homonimia molesta entre las soluciones romances de las formas latinas ÉS y EST, el
castellano optó por la sustitución de la segunda persona, menos utilizada, por la correspondiente de futuro
(ERIS > eres ) que había quedado libre, pues el futuro romance responde -como es sabido- a una cons-
trucción perifrástica. El aragonés venció la aludida homonimia con la evolución regular de la segunda per-
sona (ES > yes ) y con la pérdida de -s en la tercera gST > yes > ye), formas vivas en las hablas aragone-
sas actuales; pero este proceso es tardío, pues yes con valor de tercera persona se registra en la documen-
tación aragonesa -también en los textos analizados- durante los siglos XIII al XVI; vid. M. Alvar, Dialecto,
pp. 227-228; R. Menéndez Pidal, Orígenes, pp. 358-359; M. Alvar y B. Pottier, Morfología histórica del
español, Madrid, Gredos, 1983, pp. 225-226.
20Se recordará que su uso declina en el dominio castellano en la segunda mitad del siglo XIII; para un
cmhaustivo análisis de este fenómeno, vid. R. Lapesa, "La apócope de la vocal en castellano antiguo.
Intento de explicación histórica" [19511, Estudios de historia lingidstica española, Madrid, Paraninfo, 1985,
pp. 167-197, y "De nuevo sobre la apócope vocálica en castellano medieval" [1975], ibíd., pp. 198-208.
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ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA
21 Posiblemente sea la variante genuina del navarroaragonés o, al menos, la más difundida durante
gran parte del periodo medieval; vid. J. A. Frago, "Precisiones documentales navarroaragonesas a la histo-
ria del esp. mitad", Estudios ofrecidos a Emilio Alarcos Llorach, Oviedo, Universidad de Oviedo, 1983,
vol. IV, pp. 33-39 [p. 39].
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Consonantes
7. En lo relativo a las consonantes , los textos que analizamos ofrecen
24
faxina 51.13, faxos 51.30, Ferrer 48.23, forno 53.23 fornos 51.107,
batifullas 46.1, 46.10 batihojas' (< FOLIA) y, además, la adaptación del
ár. háttá (fasta 53.26, 53.31, 53.40); en posición intervocálica se ha anota-
do iieffesa 53.26 defesa 54.5, 54.233 dehesa' (< DEFENSA). Cierto es
que if-/ subsiste también en los textos castellanos de la Edad Media, pero
los topónimos y las cacograffas que se observan en dicho dominio demues-
tran la transformación de este fonema, irradiada desde la Castilla norte-
ña , frente a los escasisimos ejemplos de pérdida que, hasta el ŭltimo ter-
27
cio del siglo XV, y no en todos los textos -como se deduce de la documen-
22También se lee frao en textos aragoneses de la Edad Media, seg ŭn indica J. Corominas (con la cola-
boración de J. A. Pascual), Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, 6 vols., Madrid, Gredos,
1980-1991(en adelante DCECH).
23De todos modos, tanto rancar como carrear y mojonar son formas que constan como anticuadas en
el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, Madrid, Espasa-Calpe, 21' ed., 1992
(en adelante DRAE).
zwid. M. Alvar, Dialecto, pp. 157-207; G. W. Umphrey, El dialecto aragonés, pp. 174-185; M.
Gorosch, El Fuero de Terttel, pp. 41-46; G. Tilander, Los Fueros de Aragón, pp. 41-44, y Vidal Mayor, vol.
I, pp. 24-27; R. Menéndez Pidal, Orígenes, pp. 198-326; M. Alvar, Documentos de Jaca, pp. 158-173; J. M.
Enguita y V. Lagiiéns, Aspectos filológicos, pp. 71-72.
25Forma también atestiguada en el castellano medieval desde las Glosas emilianenses al Rimado de
Palacio, que el DCECH justifica a través de una variante *FAGÉRE, analógica de AGERE, LEGERE,
etc. (> fay(e)re > faire > fer ). • •
26La f- inicial procede de una metátesis de la -F- interna de AFFLARE, seg ŭn explica J. Corominas,
DCECH, s.v. hallar.
27Vid. R. Menéndez Pidal, Orígenes, pp. 209-211 y 222-226.
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ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA
28Segŭn los recuentos de F. Lázaro Carreter (Formas castellanas, pp. 49-50), en 1468 aparece la pri-
mera muestra de h- registrada y la desaparición de f- comienza a ser regular desde 1518, existiendo una
etapa previa de variantes en lucha desde 1481. Otros casos de h- medievales son interpretados como influ-
jo castellano por M. Alvar (Dialecto, p. 164) o como errores gráficos por B. Pottier (L'évolution de la lan-
gue aragonaise, p. 190), autor que, por otra parte, considera que el influjo definitivo del castellano en lo
que concierne a este fenómeno se produce, en los Inventarios aragoneses de los siglos XIV y XV que ana-
liza, en 1490 (art. cit., p. 199).
29 "La f corrómpese en h, como nos otros la pronunciamos, dándole fuerga de letra" (vid. A. de
Nebrija, Gramática de la lengua castellana. Ed. preparada por A. Quilis, Madrid, Editora Nacional, 1980,
p. 124).
nobre la conservación de f- en Aragón, vid. J. M. Enguita, "Geografía ling ŭística de F- inicial en las
hablas altoaragonesas", Argensola, 93 (1982), pp. 91-112, y "Pervivencia de F- en las hablas aragonesas y -
otros fenómenos conexos", AFA, XXXIX (1989), pp. 9-53.
31 Las soluciones regionales que hoy descubrimos apuntan en dos direcciones: por un lado, I (chine-
bro enebro', que se atestigua, por ejemplo, en Alloza -en la provincia de Teruel-, Canfranc, Berd ŭn, Bro-
to, Campo de Jaca, ciudad de Huesca, Angŭ és, Almudévar y Alberuela de Tubo -en la provincia de Hues-
ca-, así como la variante chinipro, recogida en Sos del Rey Católico, Uncastillo y Salvatierra de Esca -en la
provincia de Zaragoza-) y, por otro, lx1 (ginebro ginebre, con 15 localizaciones en el territorio aragonés);
para estos datos, que pertenecen a las áreas castellanizadas de Aragón, vid. J. M. Enguita, "Modalidades
lingliísticas del interior de Aragón", Actas del I Congreso de Lingiiistas Aragoneses, Zaragoza, Departa-
mento de Cultura y Educación de la D.G.A., 1991, pp. 103-151 [pp. 111-1121
32 Formas castellanas, p. 50; B. Pottier (L'évolution de la langue aragonaise, p. 199) considera tardío
-hacia 1495- el influjo del castellano.
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ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA
(< DÍCTU), dreyto 50.31, 52.86 derecho (< lat. vg . DÉRÉCTU), feytas
51.160 hechas' (< FACTAS), (cabritos) de leyt 54.30, (corderos) de leyt
54.29 de leche' (< LACTE), muyto 51.46, 51.125 mucho' (< MULTU)36.
Frente a estos pocos registros, los testimonios de /1/ se manifiestan con
absoluto predominio: dicho 46.5, 47.50, 48.15, sobredicho 50.64, susodi-
chas 48.49, drecho 50.143, 51.20, 52.35, 53.26, echar 48.45, 53.52, echara
53•57 (< *JÉCTÁRE), fecho 48.5, 49.27, 50.149, 51.214, 52.59, 53.15, satis-
ffechos 52.65, leche 54.93, 54.148, mucho 46.3, mucha 48.72, muchos
53.64, noche 52.25 (< NÓCTE), ocho 48.61, 51.121, 52.16, 54.29
(< ÓCTO).
Debe mencionarse, además, la presencia del fonema /y/, que en unas
ocasiones responde a evolución etimológica (*PODIARE: puyar 47.6,
puyaršm 47.17, puyaren 47.11, puyaron 47.12, puyen 47.32 subir';
SEDENDU > * sediendo >seyendo 51.116) y, en otras frecuentes-,
ha de interpretarse como recurso analógico o antihiático (SEDERE: seyer
47.16, 49.21, 50.113, 51.27, 52.61, 53.72 / seer 51.11 ser 47.52, 48.60,
49.25; TRAHÉRE: trayere 51.179, trayentes 50.131 / traher 51.185, 52.34,
54.184, traheran 51.137; VÍDÉRE: veyer 50.9, 52.93, veyedores 46.4).
Otro rasgo típico del aragonés, cual es el tratamiento de -SC e,i -
(> /1/ > /x/) proporciona_varios ejemplos: faxos 51.30 y el sufijado faxina
51.12 (< FASCE, FASCINA) y, quizás también, la grafía x que se atesti-
gua en la evolución de PISCE (peix 50.1 pex 50.3, 50.24, 50.94, 50.134,
pexcar 43.5, 50.7, pexquen 50.7, pexca 50.9, pexcado 50.4 -junto a pesca-
do 50.24-, pexcaderia 50.3, 50.127, pexcador 45.2, 50.18, 50.118) y de
PASCÉRE (paxtos 54.5 y paxcencos 54.29, al lado de pascer 53.67 y, con
solución claramente castellana, pacer 54.76). Anádase todavía que los sig-
nificantes relacionados con COGNOSCERE presentan con más frecuen-
cia la grafía latinizante -sc- : conoscer 52.84 (convive con conocer 52.125),
conoscimiento 54.24937.
10. Todavía merece la pena señalar unas cuantas peculiaridades reco-
gidas con testimonios aislados: así, el mantenimiento de -D- en piedes
54.34 pies' / piet 47.5 medida para la aceituna' pie 49.6 parte final de
un escrito' (< PEDE) y en judicio 50.46 (< JUDÍCIU), si bien este ŭltimo
36En la Recopilación de estatutos, F Lázaro Carreter (Formas castellanas, p. 50) aprecia una más tem-
prana generalización de /1/ para los étimos que contienen - ŬLT-, de modo que aparece regularmente des-
de 1480; sin embargo, nuestras fuentes todavía permiten anotar -it- en este caso concreto, aunque alter-
nando con /ĉ/.
37E1 DCECH señala que la forma antigua pexe era regular segŭn la evolución fonética del aragonés,
del mozárabe y del leonés; por otro lado, la variante apajentar Ilega hasta nuestros días (vid. J. Pardo
Asso, Nuevo diccionario etimológico aragonés, Zaragoza, Imprenta del Hogar Pignatelli, 1938) y conoxer
aparece en textos antiguos (vid. M. Alvar, Dialecto, p. 193). Se habrá observado, de todos modos, que
algunos de los significantes enumerados han de interpretarse a través de procesos analógicos.
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CARACTERISTICAS MORFOSINTACTICAS
38 Sacramento puede deberse a cultismo; venta es explicado como probable antiguo galicismo (vid.
DCECH).
39J• Corominas apunta la primera documentación de tachar en unos inventarios aragoneses de 1492,
coetáneos, por tanto, a los documentos que examinamos (vid. DCECH, s.v• tasar).
40 Para esta explicación, vid. DCECH, s•v. mayor.
41 Vid., por ejemplo, J. A. Frago, El marco filológico, p. 88, y J. M. Enguita y V. Lagliéns, Aspectos
p. 72.
42 Vid. sobre estos rasgos M. Alvar, Dialecto, pp• 208-252; G. W. Umphrey, El dialecto aragonés, pp•
186-195; M. Gorosch, El Fuero de Teruel, pp• 50-93; G. Tilander, Los Fueros de Aragán, pp• 49•74, y Vidal
Mayor, vol• I, pp• 32-104; M. Alvar, Documentos de Jaca, pp• 174-189; J. M. Enguita y V. Lagiléns, Aspec-
tos filológicos, pp. 73-78. J. A. Frago comenta algunos fenómenos morfosintácticos en El marco
p. 109.
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ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA
430bsérvese que, aunque ha habido apócope de /-o/ en capitol y jurament, esta vocal no se restituye
en el plural, lo que es indicio de la antigŭedad y arraigo de ambas formas en el área aragonesa.
44Se trata de un uso frecuente en los textos aragoneses del Medievo (vid. M. Alvar, Dialecto, p. 289),
aunque no es desconocido en el castellano de ese período, seg ŭn señala el DCECH, s.v. cada 11, donde se
explica como extensión o desarrollo a partir de la secuencia cada uno.
45Todas las registradas son éstas: cada especie 51.7, cada olio 47.18, cada sabado 48.57, cada semana
48.58, cada vegada - cada veguada 47.20, 51.9, 53.61, 54.48.
46Aunque conocido en el castellano medieval (vid., al respecto, la detallada informarción que propor-
ciona Y. Malkiel, "Old Spanish nadi(e), otri(e)", Hispanic Review, XIII (1945), pp. 204-230), el indefinido
otri debió de arraigar en el territorio aragonés, donde pervive hasta hoy en diversos puntos de su geogra-
fía (sobre esta cuestión, vid. las referencias que aducen, entre otros, M. Alvar, Dialecto, p. 215, y M. Alvar
y B. Pottier, Motfología histórica, p. 146).
63
M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA
47p ara las particularidades que ofrecen los numerales atestiguados en la antigua documentación ara-
gonesa, remitimos a los datos y comentarios que aportan M. Alvar, Dialecto, pp. 209-211, y B. Pottier,
"Miscelánea de filología aragonesa", AFA, II (1947), pp. 145-149.
48Esta forma se encuentra también en el compuesto vinticinquo, que aparece en seis ocasiones en el
documento 54.
49Segŭn los datos de A. Par, quien ha estudiado los usos de qui y que en 164 documentos aragoneses
de la época medieval, el relativo qui referido a persona masculina persiste en la zona aragonesa hasta
1495, mientras que en las regiones castellanas es desusado ya a partir de 1240 (vid. A. Par, "Qui y que en
la Península Ibérica", RFE,XVIII (1931), pp. 225-234, especialmente pp. 227 y 233).
64
ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA
soProcesos analógicos similares se han atestiguado en otras fuentes medievales del dominio aragonés
(vid. M. Alvar, Dialecto, p. 224); cabe destacar que son muy frecuentes en catalán (vid. A. Badía, Gramáti-
ca histórica catalana, Barcelona, Ed. Noguer, 1951, pp. 301-304) y no resultan desconocidos en castellano
(vid. M. Alvar y B. Pottier, Morfología histárica, pp. 220-223).
65
M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA
51Este fenómeno, muy frecuente en catalán (vid. A. Badía, Gramática histórica, p. 306), se halla docu-
mentado también en otros textos aragoneses del período medieval (vid. los ejemplos que aducen al res-
pecto M. Alvar, Dialecto, p. 224 y J. M. Enguita y V. Lagnéns, Aspectos filológicos, p. 74).
52Cf. sapian sepan' que se testimonia en el Ceremonial de consagración y coronación de los reyes de
Aragón, del siglo XIV (vid. J. M. Enguita y V. Lagnéns, Aspectos filológicos, p. 74).
53 Vid. M. Alvar, Dialecto, p. 228, y B. Pottier, Miscelánea, pp. 152-153.
54A propósito de este giro sintáctico aragonés, vid. el estudio de R. Lapesa, "Sobre el uso de modos y
tiempos en suboraciones de acción futura o contingente. Futuro de indicativo por presente o futuro de
subjuntivo", Symbolae Lvdovico Mitxelena septvagenario oblatae, Vitoria, 1985, pp. 679-692, quien explica
esta construcción en Aragón ntravés de la herencia del futuro latino de indicativo, favorecida por el influ-
jo catalán y occitano que, desde el siglo XII, se extiende con la reconquista del Valle del Ebro y la inmi-
gración franca. Vid., asimismo, E. Ridruejo, "Tres catalanismos (y aragonesismos) sintácticos en Los doze
trabajos de Hércules del Marqués de Villena", AFA, XXXIV-XXXV (1984), pp. 273-290; M. Porcar, "Las
formas verbales de futuro en textos medievales aragoneses", AFA, XXXVIII (1986), pp. 9-47, "Formas de
indicativo en la prótasis condicional (documentos notariales de los siglos XIII-XV)", Actas del I Congreso
Internacional de Historia de la Lengua Española, 2 vols, Madrid, Arco/Libros, 1988, vol. I, pp. 573-582, y
"Los esquemas verbales hipotéticos en textos notariales (ss. XIII-XV). Diferencias y similitudes entre
navarro y aragonés", Principe de Viana, LII (1991), pp. 225-239.
66
ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA
carnes si seran buenas o malas sia de los dichos jurados 54.66, etc.); en ora-
ciones temporales, especialmente de posterioridad (por que el señor de la
averia apres qu'el maestro habra triado el cubo o poval pueda... 47.39, se
hayan a instar et demandar dentro tiempo de seys dias despues que seran
incorridas et no apres 50.116, sian tenidos enpues que pessadas seran levar
aquellas 51.134, et quando los havran molidos 52.77, hayan de mandar
derribar aquel dentro quatro dias apres que les sera notifficado 53.18,
mientres el dicho mantenimiento durara sian tenidos prendar todo el dicho
sevo 54.86, etc.); asimismo, encontramos futuro de indicativo en proposi-
ciones modales (por que segunt sera lo pueda retachar 50.48, se pueda ven-
der a guello segunt las partes se convendran o en hun plegado como se
avendran las partes 51.23-25, se aya de paguar segunt pesara a los precios
tachados 51.65, sian tenidos paguar cuero e menudos segunt vendidos los
ternan 54.144, etc.) y comparativas (tantas como menester seran 54.22).
Sólo de manera ocasional se observa -sobre todo en las oraciones de
relativo- el empleo del presente de subjuntivo en lugar del futuro de indi-
cativo que, como ya hemos señalado, es la norma general en estos docu-
mentos: todo pex de mar o de rio que venga a la ciudat 50.34, ni otra perso-
na alguna que trayga 50.119, sia tenida de dar casas, pesos et romanas en do
et con que las dichas lenyas et pallas se pessen 31.164, no sea ossada [..]
coxer exambre alguno que este fuera de algun abexar 53.76, etc.
Otro giro sintáctico notablemente frecuente en los textos que analiza-
mos es la utilización del participio de presente con su valor activo etimoló-
gico, rasgo que M. Alvar considera tfpico del aragonés"; baste con aducir,
de entre los numerosos ejemplos observados, los siguientes: los arrendan-
tes dicha carneceria 54.10, item considerantes que algunos pexcadores...
50.102, tirara con piedra a los arrendadores o pesadores e estantes dentro la
pexcaderia 50.98, arrendacion del peix fresco fazient por el honorable...
50.1, los sussoproxime nombrados havientes poder del dicho capitol 48.53,
executar la dicha pena instantes et requerientes los dichos ganaderos 54.130,
sus animos movientes 48.56, los sobredichos mantenedores o prendientes
cargo del dicho mantenimiento 54.101, los regient el oficio de la governa-
cion 49.46, si a los pexcadores trayentes aquel no plazera 50.14, sian teni-
dos levar los vendientes a casa de los comprantes 51.88-89, fiesta de Todos
Santos primero vinient del anyo present 54.234, officiales de qualquiere
actoridat e potestat usantes en los dichos sus regnos 49.34, etc.
Hay que mencionar, por otro lado, ciertos casos en los que el verbo
ser aparece usado con el valor de estar (assi pareceria seria bien que stu-
viesse ordenado 46.3, fue deliberado et concluydo que era bien se fiziesse
55 Dialecto, p. 291.
67
M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA
sobr'ello algunas buenas ordinaciones 46.6-7, que la balseta sea bien et que
se pueda bien barrar 47.38, los quales fueron contentos de tomar el dicho
cargo e travajo 48.48, en sus lugarestenencias generales que en el present
regno seran 49.23, el sillo menor que sia en poder del lugartenient 49.26, de
lenya que sea sequa 51.86), si bien en alguna ocasión se observa lo contra-
rio, es decir, estar en lugar de ser (hayan a estar jutges los jurados de la
dicha Ciudat hayan de ser jueces...' 50.52-53). De manera esporádica,
también se utiliza ser como auxiliar de verbos intransitivos (sian incorri-
dos en pena [...] de cinquenta sueldos 50.49, que los dichos arrendadores
sian caydos en pena de trenta sueldos 50.60).
En cuanto al verbo haver, todavía se emplea -muy frecuentemente en
estos documentos de fines del siglo XV- con el sentido de hayan de
haver [...] un sueldo por cabeca 50.10-11, et uno no haya tantas que hotro
non pudiesse haver 51.48, sin haver licencia 51.65, el comun aya su drecho
52.72, no puedan haver parte en la arrendacion 52.112, las millores que
poran haver segunt los tiempos 54.12, e hayan por el desfer [...] dotze suel-
dos 54.142, etc.; con todo, el uso de tener es asimismo corriente: tener
algun pex fresco scondido en su casa 50.74-75, encara que alguno las tenga
primero 51.47, tienen et tengan fuerpa d'estatuto 51.206, el dicho molinero
que farina en el dicho Peso no tendra 52.68, sian tenidos tener en la dicha
carniceria 54.18, etc. Cuando el verbo haver funciona como auxiliar en
los llamados tiempos compuestos, sólo en ocasiones aisladas se establece
la concordancia entre el participio y el objeto directo: que en la saca de
palla o de lenya que vendido havra e pessada 51.114, puedan conoscer los
saquos [...] por veyer si aquellos havran pesado et levados al dicho Peso
52.93, que todos los saquos que cargaran para levar a los molinos [...]
quando los havran molidos 52.78; exceptuando estos ejemplos -los ŭnicos
registrados 56 -, lo habitual en los documentos que analizamos es que el par-
ticipio pasado permanezca invariable: corral et corralipa et assestadero et
mallada que fecho havra 53.14-15, la lenya e fusta que cortado, rancado o
fecho havra 53.50, etc.
16. Entre los adverbios y expresiones de carácter adverbial encontra-
mos ciertas formas coincidentes o afines al catalán, que son de uso com ŭn
en el aragonés medieval: apres57 47.39, 48.34, 50.20, 51.148, 53.18, 54.87,
56 Nótese, además, la vacilación que muestran los primeros textos mencionados, pues de los dos parti-
cipios que aparecen uno presenta concordancia y el otro no, lo que indica el declive de este uso -de singu-
lar fortuna en el aragonés- en estos textos zaragozanos de finales de la Edad Media.
57Segŭn indica M. Alvar, Dialecto, p. 248, es forma atestiguada desde los siglos XIV al XVI tanto en
documentos notariales zaragozanos como en textos aljamiados; vid. asimismo la documentación aragonesa
que sobre apres aporta B. Pottier, Miscelanea, pp. 106 y 115.
68
ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA
etc. después (< AD PRESSÉ), que en estos documentos convive con las
variantes de tipo castellano empues 48.39 enpues 51.134 y despues
50.116, mucho menos frecuentes; avant 54.204 adelante' (< ABANTE);
devant 54.74 delante' (< DE ABANTE); encara 48.67, 48.68 aŭn, toda-
vía' (< HINC AD HORAM), forma que también se encuentra en la locu-
ción conjuntiva encara que 51.47, 52.121, 54.157 aunque 58 ; pro 46.4 bas-
tante, mucho' < PRODE (cf. cat. prou); res nada' -no puedan res vender
de la cabeza de vaca 54.41- (< RES), partícula negativa que suele apare-
cer en la expresión no res menos 49.21, 54.67, 54.175, la cual ha adquirido
el sentido afirmativo de asimismo, también'.
Otros acIverbios que revisten interés son: defuera 50.14, 50.25, 50.128
`fuera' (< FORAS), con aglutinación no significativa de la preposición de;
el galicismo ensemble 54.179, 54.215 juntamente' (< INS IMUL); las
expresiones temporales las horas 47.43 la hora 51.167 entonces' y toda
ora 52.20, 54.87 siempre'; y las diversas formas continuadoras del lat.
DEORSUM (ayuso 51.8, 51.19, etc. hacia abajo', de yusso 51.6 diuso59
57.7, 57.70 abajo (escrito)') y de su contrapuesto SURSUM (de suso6°
48.40, 49.45, etc. arriba (escrito)'). Ariádase la construcción formada por
dos adverbios de modo en la que el transpositor -mente va siempre con el
primero de ellos (directament ni indirecta 52.113, 52.116, 54.195, publica-
ment ni escondida 54.52).
A propósito de los denominados "adverbios pronominales" derivados
de -INDE e IBI, usuales -como es sabido- en aragonés antiguo y
moderno 61 , llama la atención su escasa presencia en estos textos zaragoza-
nos: así, la forma ne o su variante n (< INDE) ŭnicamente se registra en
cinco ocasiones, siempre como complemento de sentido partitivo: hayan
de sacar todas las spuertas sin dexar ne ninguna 47.21, si alguno o algunos
otros ne querran [cargas de lenya o palla] 51.43, no pueda haver mas de
huna [carga de lenya o palla] si otros ne querran 51.47, el uno no haya
tantas [cargas de lenya o palla] que hotro non pudiesse haver 51.48, ne
puedan matar e vender [carnes] de sus paxtos 54.46; igualmente, sólo dos
58Tanto encara como encara que alternan respectivamente con ahun 4833 y ahunque 53.77.
59De acuerdo con J. Corominas, la secuencia inicial di + vocal no es, en realidad, conservacián del
grupo DY latino, sino más bien contracción de la forma deyŭs o, en el caso que nos ocupa, de yusso (vid.
DCECH, s.v. yuso).
60Este derivado de SURSUM se encuentra también como prefijo: susocalendado 48.39, susoproxime
48.53, susodicho 51.19.
61 vid. M. Alvar, Dialecto, pp. 294-298; A. Badia, Los complementos pronominalo-adverbiales deriva-
dos de "ibi" e "inde" en la Península Ibérica, Madrid, Anejo XXXVIII de la RFE, 1947, y "Sobre ibi e
inde en las lenguas de la Peninsula Ibérica", RFE, XXXV (1951), pp. 62-74; D. Gazdaru, "Hic, ibi, inde
en las lenguas ibero-románicas", Filología, II (1950), pp. 29-44; G. Sachs, "Reflejos de inde en España",
RFE, XXI (1934), pp. 159-160. Vid. también M.P. Benítez Marco, "El verbo haber como forma no auxi-
liar en el ámbito aragonés", AFA, XLII-XLIII (1989), pp. 131-140.
69
M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA
veces aparece el adverbio y (< il3i), con valor locativo: que el arrendador
y tendra [en el dicho Peso] 52.108, todas aquellas taulas que menester y
seran [en la dicha carniceria] 54.20.
17. Por otra parte, las preposiciones ofrecen varias peculiaridades dia-
lectales dignas de consideración. Una de ellas consiste en la selección de la
variante ad de la preposición a cuando la palabra siguiente comienza por
/a-/; este dialectalismo, propio del aragonés antiguo 62 , es regular en los tex-
tos que examinamos 63 : ad alguna 50.50, 50.91, ad alguno 50.111, ad aquel
47.46, 51.34, 51.74, 51.76, ad aquella 52.136 (la ŭnica excepción la constitu-
ye a arbitrio 50.45, 54.84). Indudable carácter aragonés tienen también: el
latinismo ultram, ampliamente documentado en estos textos (50.61, 52.43,
53.14, 54.67, etc.) con el sentido de además de'; dius bajo' (en expresio-
nes, muy frecuentes, del tipo dius la dita pena 45.9, dius pena 50.76, etc.)
y sus variantes esporádicas dus 45.6 y jus 49.35, procedentes todas ellas
del lat. DEORSUM 65 ; sines 51.100 sin' (< SINE); entro a hasta'", que se
registra una sola vez en la locución conjuntiva entro a que hasta que' (en
manera que entro a que los dos piedes sian triados no calga revugar al
maestro 47.26).
Con respecto a sines y entro a hay que serialar que no son en estos
documentos las ŭnicas formas, ni las más frecuentes, para expresar los
valores de sin' y hasta' respectivamente. Junto a sines aparece la variante
sin 51.65, 51.89, 54.182, coincidente con el castellano, y la más abundante,
de tipo catalán, sinse 50.76, 51.27, 51.30, 51.142, 54.33 (cf. cat. sense). Asi-
mismo, para el valor de hasta' encontramos la forma fasta (< ár. háttá ),
que introduce siempre determinaciones locativas (fasta la guerta • 53.26,
fasta el mas de Lop d'Asso 53.29, fasta en drecho al camino 53.33, etc.) y
la catalana fins (a en) (< FíNE(S)), utilizada -además de en la locución
70
ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA
conjuntiva fins en tanto que (no los levaran a casa de sus señores fins en
tanto que sian pesados 52.79)- para introducir una determinación tempo-
ral (desd'el dia de San Miguel de mayo fins el dia de San Miguel de setiem-
bre 45.9) o, con mayor frecuencia, para indicar el término hasta donde Ile-
ga una cosa sin sobrepasarlo (sian tenidos dar el precio qu'el dicho pex
merescera fins a las tachas de la dicha Ciudat 50.41, ni consentiran que sia
sacada de la dicha ciudat moneda [..] fins en quantia de diez mil sueldos et
que fins la dicha quantia puedan sacar a otras ciudades 54.197, empero que
fuera del regno no puedan sacar moneda menuda sino fins en quantia de
cient sueldos 54.201)67.
Hay que destacar igualmente el uso preposicional de cabo 53.9,
53.67, 53.84, 53.87 cerca de, junto a '68 (< CAPUT) -que alterna, no obstan-
te, con cerqua (de) 53.54, 53.89 (< CiRCA)-, la habitual omisión de la pre-
posición de tras un adverbio de carácter locativo (dentro ocho dias 52.16,
dentro los terminos 53.91, cerqua abejar 53.54, encima el camino 53.35,
etc.), la sistemática aparición de en -y no de - en las expresiones en mane-
ra que 47.26, en alguna manera 51.3, en otra manera 51.24, 52.134, en tal
manera 54.106, en ninguna manera 51.135, y, en fin, la vacilación que se
observa, respecto al uso de preposiciones, en algunas construcciones ver-
bales perifrásticas: haver a haver de + infinitivo (hayan a parar et despa-
rar 47.17, ayan a conocer et judicar 50.114, se aya a vender 50.121, haya a
venir a gastarse 51.4, se hayan a pesar 51.36, hayan a tachar 54.134, lo
haya a pagar 54.185 hayan de sacar 47.21, hayan de vender 51.7, aya de
constar 51.120, hayan de jurar 52.51, hayan de mandar 53.17, se hayan de
escrevir 54.71, se haya de matar 54.184), ser tenido (de) + infinitivo (sian
tenidos servir 50.57, sian tenidos et obliguados paguar 50.143, ni sean tuvi-
dos paguar 51.28, sian tenidos venir 51.144, sian tenidos levar 52.10,
sia tuvido mojonar 53.71, sian tenidos tallar 54.139 sinse seyer tuvidos de
pessarla 51.27, sia tenido de denunciarla 51.33, sia tenido [...] de pesar
51.141, sian tenidos de servir 54.11, sian tenidos de tallar 54.137) y ser
ossado (de) + infinitivo (no sea ossado echar 53.59, no sea tan ossado
entrar a pascer 53.67, no sia ossado fazer 53.87 no sea ossada de echar
53.52, no sea ossada [...] de tomar 53.75).
Por ŭltimo, entre las conjunciones merece la pena señalar la presencia
aislada de car 53.93 (< QUÁRE).
67Estos mismos usos son los que posee fins en catalán (vid. P. Fabra, Gramática catalana, Barcelona,
Teide, 12 ed., 1986, pp. 175-177).
68 Segŭn se señala en el DCECH, s.v. cabe, el empleo de cabo como preposición se conoció también
en castellano antiguo y hoy pervive en Asturias.
71
M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA
Formación de palabras
18. La sufijación es el procedimiento más productivo en estos docu-
mentos para la creación de nuevas unidades léxicas. Destaca, en este senti-
do, el sufijo -dero (< -TORIU) que es -con diferencia- el de mayor fre-
cuencia en los textos que analizamos, donde se utiliza casi exclusivamente
para formar adjetivos deverbales que indican que se puede o se ha de rea-
lizar la acción expresada por la base verba1 69 : aplicadera, -os 49.36, 51.20,
53.12, etc., arbitraderas 51.221, 52.131, contaderos 54.9, 54.204, despacha-
deras 49.42, diputadera,-s 50.55, 50.59 que se puede o ha de elegir', dividi-
dero, -a, -os, -as 50.21 (y, al menos, 50 veces más), executaderos 54.177,
fazederas 54.95, havederos 51.10, levadera, -os 51.175, 54.54, 54.88,
paguaderos 52.47, selladeras 49.42; sólo en una ocasión se atestigua -dero
con el valor locativo que hoy es habitual en las hablas dialectales aragone-
sas": se trata del sustantivo deverbal assestadero 53.8, 53.14 lugar donde
sestea el ganado'. También se muestra productivo el morfema derivativo
-era (< -ARIA), utilizado para la formación de nombres de árboles fruta-
les, segŭn la norma aragonesa (olivera, -s 51.80, 51.83, 51.98, 51.99 olivo)
y para la creación de sustantivos deverbales, indicando el lugar por donde
se realiza la acción verbal (endrepera 53.30, 53.31 atajo') o el instrumento
con que se ejecuta (taponera 47.38 tapón'); la correspondiente forma del
masculino, -ero (< -ARIU), designa ocupación u oficio en los nombres
denominales azemblero 47.6 acemilero', calpeteros 48.3, 48.4, 48.10, 48.16
y paniceros 52.102, 52.105 panaderos', mientras que indica acción en el
deverbal loguero 54.231 arriendo, alquiler'. Cierta vitalidad manifiesta,
asimismo, el sufijo -dor (<-TORE) que forma nombres de agente: arren-
dadores 54.18, 54.24, 54.45, 54.53, habitador,-es 53.58, 53.66, 54.104,
54.132, 54.140 habitante, -s' (cf. comprantes, vendientes, antes examina-
dos), mantenedores 54.18, 54.68.
Otros sufijos que merece la pena mencionar, aunque sólo se atesti-
guan en casos aislados, son: -ada (< -ATA), que se prefiere a -azo en la
designación de golpe', a juzgar por el ejemplo garochadas 54.185 garro-
chazos' 7 '; -anpa (< -ANTIA), registrado en el vocablo firmancas 54.249
69Gon este mismo valor, conocido en el castellano actual (cf. Ilevadero, pagadero, etc.), es frecuente
también en gascón (vid. G. Rohlfs, "Los sufijos en los dialectos pirenaicos" [1933], AFA, XL (1988), pp.
115-170 [pp. 140-141]).
70 Vid. M. Alvar, Dialecto, p. 281.
7[En la lengua catalana se emplea exclusivamente -ada (y no -azo) para designar golpe' (vid. A.
Badía, Gramática catalana, 2 vols., Madrid, Gredos, 1962, vol. 11, p. 323). A propósito de las relaciones
entre ambos sufijos con el citado valor en el ámbito castellano, vid. F. Monge, "Sufijos españoles para la
designación de golpe, Homenaje a Francisco Ynduráin, Zaragoza, Librería General, 1972, pp. 229-247
[pp. 246-247].
72
ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA
77Para los valores y usos de -enco en el territorio aragonés, vid. M. Alvar, Dialecto, pp. 273-274, y para
lo que se refiere, más concretamente, a su empleo en las hablas pirenaicas de una y otra vertiente, vid. G.
Rohlfs, Los sufijos, p. 144.
73Segŭ n indica F. González 011é (Los sufijos diminutivos en castellano medieval, Madrid, Anejo
LXXV de la RFE, 1962, pp. 309 y 326), -ete fue el diminutivo de mayor uso en Aragón hasta finales del
siglo XV, época en que comienza el predominio de -ico. Por otro lado, en lo que concierne a la extensión
actual de ambos sufijos en la región aragonesa, vid. la información que, basada en los datos del Atlas Lin-
gilistico y Etnográfico de Aragán, Navarra y Rioja, aporta J. M. Enguita, "Notas sobre los diminutivos en
el espacio geográfico aragonés". AFA, XXX1V-XXXV (1984), pp. 229-250 [pp. 234-2381.
74Suele considerarse el prefijo es- del dialecto aragonés como el correspondiente vulgar del castella-
no des-, por pérdida de /d-/ inicial (vid. M. Alvar, Dialecto. p. 253).
75A juzgar por los ejemplos que ofrecen las fuentes analizadas, la confusión des-, es- está limitada a
los casos en que el prefijo forma verbos deverbales con un valor opositivo o contrariativo (tipo parar Ides-
parar ). En los verbos escorchar, esmenuzar, en cambio, no parece haber confusián des- > es- por vulgaris-
mo, sino que se trata más bien de una especialización -ocurrida en aragonés y no en castellano- del prefljo
es- para crear verbos parasintéticos con el valor de privación, separación o disgregación de algo en partes;
estos hechos confirmartan, al menos en parte, la tesis sostenida por J. Neira ("Los prefijos es-, des- en ara-
gonés", Archivum, XIX (1969), pp. 331-341, especialmente p. 341), quien defiende la no confluencia de
ambos morfemas derivativos en aragonés.
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Tipología léxica
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79Además de los estudios medievales sobre el dialecto aragonés ya citados, se han revisado, en rela-
ción con las formas léxicas que comentamos a continuación, las obras siguientes: DCECH y DRAE, ya
citados; IS/P Moliner, Diccionario de uso del español, 2 vols., Madrid, Gredos, 1971; J. A. Sesma y A. Liba-
no, Léxico del comercio medieval en Aragón (siglo XV), Zaragoza, IFC, 1982; M. Peralta, Ensayo de un
diccionario aragonés-castellano [1836], reimpreso en Palma de Mallorca por P. J. Gelabert, 1853; J. Borao,
Diccionario de voces aragonesas [18531, Zaragoza, 2" ed., Diputación Provincial, 1908; J. Pardo Asso, Nue-
vo diccionario, ya citado; R. Andolz, Diccionario aragonés, Zaragoza, Librería General, 2" ed., 1988; G.
Rohlfs, Diccionario dialectal del Pirineo aragonés, Zaragoza, IFC, 1985; A. M. Alcover y F. de B. Moll,
Diccionari cataló-valenciá-balear, 10 vols., Palma de Mallorca-Barcelona, 2 ed., 1968-1969; J. Corominas,
Diccionari etimológic i complementari de la Ilengua catalana, 9 vols., Barcelona, Curial Edicions, 1980-
1991; F. Mistral, Lou Trésor dóu Félibrige ou Dictionnaire proverwal-frangais, 2 vols., Genéve-Paris, Slat-
kine, 1979.
°Vocablo cjue en el DCECH se documenta ŭnicamente a partir del Diccionario de Autoridades.
8
81 En el DRAE el término figura como anticuado y no se registra tampoco en los vocabularios regio-
nales; el DCECH le concede, sin embargo, origen aragonés.
87 En el DRAE la palabra consta como anticuada y en el DCECH sin matizaciones regionales; hoy,
desde luego, su uso se encuentra muy arraigado en el castellano de Aragón.
83Se conoce también en el catalán occidental, seg ŭn se señala en el DCECH.
84Con este significado se encuentra también en castellano medieval y en catalán antiguo, seg ŭn el
DCECH; no aparece como regionalismo aragonés en el DRAE, aunque sí en los diccionarios de G. Rohlfs
y R. Andolz.
85Esta forma léxica se ha conservado también en Andalucía hasta la actualidad (vid. el DCECH).
86E1 DRAE, en su acepción 15, define escuetamente partida como parte' o lugar, sin las explicacio-
nes complementarias que aportan los lexicógrafos aragoneses (vid. J. Pardo Asso, R. Andolz y G. Rohlfs).
87Así explica la expresión J. Pardo Asso, y es significado que conviene a nuestros ejemplos.
88Se conoce también en el dominio leonés, seg ŭn el DCECH.
89Esta acepción inició su decadencia en castellano durante el siglo XV (vid. el DCECH); se ha conser-
vado hasta la actualidad, no obstante, en algunas hablas altoaragonesas: así en Echo, Embŭ n y Siresa,
segŭn indica R. Andolz.
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90Con esta acepción se conoce asimismo en Cataluña, Murcia y Navarra; con el valor de 'cortar, tron-
char' se registra en cast. antiguo, fr. antiguo trenchier, oc. y cat. trencar (vid. el DCECH).
91 Fue otorgado por Alfonso I a Zaragoza el 5 de febrero de 1129, y recibe esta denominación porque
se prevé que la ciudad elija o jure a los veinte mejores hombres para ejecutarlo; para éstos y otros datos de
interés, vid. Gran Enciclopedia Aragonesa, Zaragoza, UNALI, 1982, vol. X, s.v.
92En nuestros textos, "carga de qualquiere pex fresco", "tres cargas de pex"; J. Pardo Asso da la
equivalencia de tres quintales o, para líquidos, de 16 cántaros.
93Compárese esta acepción con la que el DRAE ofrece para aceite de pie : `el que se saca con sólo
pisar las aceitunas metidas en una talega'.
94 Vid., para algunas de las definiciones aducidas, P. Lara Izquierdo, Sistema aragonés de pesos y medi-
das. La metrología histórica aragonesa y sus relaciones con la castellana, Zaragonza, Ed. Guara, 1984, espe-
cialmente pp. 196-198.
95E1 DCECH considera, de todos modos, que desde el catalán florí pasó el italianismo a otras áreas
peninsulares; de hecho, se atestigua en catalán en 1346, mientras que el primer registro aragonés data de
1374; J. Pardo Asso señala que el florin equivalía a 20 sueldos a mediados del siglo XV.
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96 En realidad, el verbo fue general en los romances hispánicos: ya se presentaba de forma esporádica
en el castellano del siglo XIV, pero ha conservado su vitalidad hasta nuestros días en catalán y en algunas
hablas aragonesas (para estos datos, vid. el DCECH).
97Del catalán el vocablo pudo difundirse a Aragón y Castilla, área ésta ŭltima en la que se documenta
desde mediados del siglo XVI, seg ŭn indica el DCECH, donde se desecha la etimología quechua que pro-
ponen algunos autores para esta palabra.
98Sobre los factores que han hecho posible la persistencia, en dichas áreas, de rasgos léxicos comunes,
vid. T. Buesa, "Apuntes para un panorama ling ŭístico de los Pirineos", Homenaje a Luis Flórez, Bogotá,
ICC, 1984, pp. 93-116 [pp. 95-96].
99E1 postverbal masculino es muy escaso en cast., frente al cat. dttbte, oc. dopte, fr. doute (vid. el
DCECH); con estas variantes coincide el testimonio aragonés recogido en la colección documental edita-
da por A. San Vicente.
looDel significado latino bastón, garrote' pasó al de madera', predominante en cat. y oc. y propio
también del área aragonesa hasta el Siglo de Oro; en el DRAE consta la acepción, pero sin localización
regional. Para otros datos relativos a esta palabra en Aragón, vid. J. M. Enguita, "Léxico aragonés en
documentación zaragozana de los Siglos de Oro", Actas del 11 Curso sobre Lengua y Literatura en Aragán,
Zaragoza, IFC, 1993, pp. 227-254.
imSegŭn el DCECH, mientras que loguero parece forma procedente de modo directo del cat. lloguer
(< LOCARIU), los resultados de LOCARE se documentan no sólo en oc., cat. y arag., sino también en fr.
louer, it. allogare, siendo además el vocablo frecuente en castellano antiguo, sobre todo en textos orienta-
les y de carácter jurídico.
iceCf. oc. messatge, cat. misatge.
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103En el siglo XIV, segŭn el DCECH, este significado ya se encontraba en retroceso en castellano,
pero se conservó en cat., fr., it. y, como observamos a través de los testimonios aducidos, en el área arago-
nesa. Todavía hoy, en el Valle de Bielsa, prender significa tomar (algo de alimento)', seg ŭn R. Andolz.
104Ha sido siempre palabra rara en castellano, segŭn el DCECH.
m5 E1 DCECH señala que en hispano-portugués y francés su desaparición se produjo ya en fecha pre-
literaria, pero se mantuvo vivo en otros dominios románicos: cat. servar, oc. servar, it. serbare, lo que tam-
bién se constata en los textos aragoneses examinados.
106E1 verbo fue conocido -aunque con representantes escasos- en el centro y en el oeste de lengua cas-
tellana; su empleo fue más frecuente en la obra de Berceo y en textos de la zona oriental de la Península.
Hoy trovar se conserva en las hablas pirenaicas; vid. en este sentido los datos que proporciona G. Rohlfs
en su Diccionario dialectal del Pirineo aragonés.
107Si bien fue muy usual en castellano, la voz apenas se empleaba ya hacia 1535, seg ŭn el testimonio
de J. de Valdés recogido por el DCECH.
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CONCLUSIONES
108Con este significado se cita como aragonesismo en el DRAE, el DCECH y en los vocabularios
regionales.
109En el texto se alude a la venta de paja, y se establece la venta "junta" en treinta sacas
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lIO Vjd. "Coordinación de sinónimos en textos jurídicos". RILCE, 8 (1992), pp. 112-133 [p. 1321; véase
asimismo J. A. Frago, "La sinonimia textual y el proceso castellanizador de Aragón", La Corona de Ara-
gón y las lenguas románicas. Miscelánea de homenaje para Germ.án Colón, Tiibingen, Gunter Narr Verlag,
1989, pp. 215-225.
in Los ejemplos anotados ilustran, sobre todo, acerca de circunstancias de orden geográfico; pero en
los textos que comentamos también se reflejan algunos otros de los aspectos que hemos mencionado: los
almtterzos y jantares 47.47, loharon y aprovaron 48.77, no sian obedecidos ni obtemperados 49.12, no
ossen ni presuman 49.40.
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112 EI texto, que aparece al frente de la traducción de Las vidas de los sanctos padres religiosos (Zara-
goza, 1486-1491), es reproducido por J. A. Frago, Conflicto de normas lingidsticas, p. 110, el cual lo ha
tomado de una edición valenciana de 1529 que se conserva en la biblioteca universitaria de Zaragoza.
Sobre el tema, vid. además E. Asensio, "La lengua, compañera del imperio", RFE, XLIII (1960), pp. 399-
419 [p. 4111, y M. Alvar, "La lengua y la creación de las nacionalidades modernas", RFE, LXIV (1984),
pp. 205-238 [pp. 210-2111.
ii3vid. la edición Ilevada a cabo por J. M. Blecua, Zaragoza, IFC, 1987, p. 13; en sus versos figura, no
obstante, la tantas veces aducida diferenciación entre los usos lingiiísticos de Castilla y Aragón: "Este tal
en Aragón / ffenojo Ilaman, señores, / su primera letra es flores. / Y eso mesmo acá en Castilla / ynojo Ila-
man, nombralda / su letra fina esmeralda" (p. 90). Para algunas precisiones cronológicas sobre el Cancio-
nero, vid. M° C. Marín, "Composición y cronología del Cancionero de Pedro Marcuello", AFA, XLIV-
XLV (1990), pp. 161-176.
114 Vid. J. A. Frago, "Literatura navarro-aragonesa", en Historia de las literaturas hispánicas no caste-
llanas. Coordinada por J. M° Díez Borque, Madrid, Taurus, 1980, pp. 221-276 [p. 2721.
115 Vid. Conflicto de normas lingilisticas, especialmente p. 107.
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116Ha estudiado este tema J. A. Frago a través de varios diplomas de la colección editada por A. San
Vicente, situados cronológicamente desde 1409 a 1513: "No es ruptura lo que se descubre. sino transición
gradual, aunque en las piezas analizadas el proceso se vea sensiblemente acelerado en el ŭltimo tercio del
siglo considerado"; advierte asimismo sobre las posibles razones que explican las diferencias observadas
en los distintos diplomas respecto al mantenimiento de rasgos autóctonos (vid. Determinación sociolin-
gidstica, pp. 123 y 121).
7 Diálogo de la lengua [1535]. Edición de J. M. Lope Blanch, Madrid, Castalia, 1969, p. 62.
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