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600 Respuestas Cristianas A Preguntas Bíblicas
600 Respuestas Cristianas A Preguntas Bíblicas
Debido a que Adán y Eva fueron los primeros (y únicos) seres humanos, sus hijos no
habrían tenido otra opción que casarse entre parientes. Dios no prohibió el
matrimonio entre familias sino muchísimo más tarde, cuando hubo suficiente gente, y
el matrimonio entre parientes ya no fue necesario (Levítico 18:6-18). La razón por la
que el incesto a menudo resulta en anormalidad genética en los hijos, es que si dos
personas de genética similar (i.e. hermano y hermana) tienen niños – es más probable
que resulten deficiencias genéticas, porque ambos padres tienen las mismas
deficiencias. Cuando gente de diferentes familias tienen niños – es muy poco probable
que ambos padres tengan las mismas deficiencias genéticas. El código genético
humano se ha vuelto cada vez más ―contaminado‖ a través de los siglos, las
deficiencias genéticas se han multiplicado, se han ampliado, y se han transmitido de
generación en generación. Adán y Eva no tuvieron ninguna deformación genética, eso
posibilitó a las primeras generaciones de sus descendientes, tener una más alta calidad
de salud, de la que la tenemos ahora. Los hijos de Adán y Eva tuvieron pocas
deficiencias genéticas, si las tuvieron. Como resultado, para ellos fue seguro casarse
entre parientes. Puede parecer extraño o aún indecente pensar que la esposa de Caín
fuera su hermana. En el principio, desde que Dios comenzó con un hombre y una
mujer, la segunda generación no tendría otra elección, sino casarse entre sí.
¿Cuál es la diferencia entre el Arrebatamiento y la
Segunda Venida?
Pregunta Cristiana: ―¿Cuál es la diferencia entre el
Arrebatamiento y la Segunda Venida?‖
Respuesta: El Arrebatamiento y la Segunda Venida de Cristo con frecuencia son
confundidos. A veces es difícil determinar si la Escritura se está refiriendo al
Arrebatamiento o a la Segunda Venida de Jesucristo. Sin embargo, al estudiar la
profecía bíblica sobre los últimos tiempos, es muy importante diferenciar entre estas
dos.
(5) La Segunda Venida de Cristo no ocurrirá hasta después de que otros ciertos
eventos del fin de los tiempos tengan lugar (2 Tesalonicenses 2:4; Mateo 24:15-30;
Apocalipsis capítulos 6-18). El Arrebatamiento es inminente y puede suceder en
cualquier momento (Tito 2:13; 1 Tesalonicenses 4:13-18; 1 Corintios 15:50-54).
¿Por qué es importante observar la diferencia entre el Arrebatamiento y la Segunda
Venida de Cristo?
Mientras que con frecuencia uno puede desarrollar sus talentos y más tarde dirigir su
profesión o pasatiempos alrededor de ellos, los dones espirituales fueron dados por el
Espíritu Santo para edificar a la iglesia de Cristo. En ello, todos los cristianos deben
formar una parte activa en la expansión del Evangelio de Cristo. Todos son llamados
y equipados para involucrarse en la ―obra del ministerio‖ (Efesios 4:12). Todos son
dotados para que puedan contribuir a la causa de Cristo, en gratitud por todo lo que
Él ha hecho por ellos. Al hacerlo, ellos también encuentran su realización en la vida, a
través de su labor por Cristo. Es el trabajo de los líderes de la iglesia, el ayudar a
edificar a los santos, para que puedan más tarde estar equipados para el ministerio al
que Dios les haya llamado. El resultado esperado de los dones espirituales, es que la
iglesia como un todo pueda crecer, siendo fortalecida por la provisión combinada de
todos y cada uno de los miembros del cuerpo de Cristo.
Resumiendo las diferencias entre los dones espirituales y los talentos: (1) Un talento es
el resultado de genética y/o de entrenamiento, mientras que un don espiritual es el
resultado del poder del Espíritu Santo. (2) Un talento puede ser poseído por
cualquiera, cristiano o no cristiano, mientras que los dones espirituales solo son
poseídos por cristianos. (3) Si bien, tanto los talentos como los dones espirituales
deben ser usados para la gloria de Dios y para ministrar a otros, los dones espirituales
están enfocados en estas tareas, mientras que los talentos pueden ser usados
enteramente para propósitos no espirituales.
Antiguo Testamento Vs. Nuevo Testamento ¿Cuáles son
las diferencias?
Pregunta Cristiana: ―Antiguo Testamento Vs. Nuevo
Testamento ¿Cuáles son las diferencias?‖
Respuesta: El Antiguo Testamento establece los cimientos para las enseñanzas y
eventos que se encuentran en el Nuevo Testamento. La Biblia es una revelación
progresiva. Si te saltas la primera mitad de cualquier buen libro y tratas de
terminarlo, tendrás dificultad para entender los personajes, la trama y el final. De la
misma manera, el Nuevo Testamento solo es plenamente comprendido cuando es visto
como un cumplimiento de los eventos, personajes, leyes, sistema sacrificial, pactos y
promesas del Antiguo Testamento.
El Antiguo Testamento describe el sistema sacrificial que Dios dio a los israelitas para
cubrir temporalmente sus pecados. El Nuevo Testamento clarifica que este sistema
era solo una alusión al sacrificio de Cristo, únicamente a través del cual se encuentra
la salvación (Hechos 4:12; Hebreos 10:4-10). El Antiguo Testamento vio el paraíso
perdido; el Nuevo Testamento muestra cómo el paraíso fue recobrado para la raza
humana, a través del segundo Adán (Cristo) y cómo un día será restaurado. El
Antiguo Testamento declara que el hombre fue separado de Dios a causa del pecado
(Génesis 3), y el Nuevo Testamento declara que ahora el hombre puede ser restaurado
a su relación con Dios (Romanos 3-6). El Antiguo Testamento predijo la vida del
Mesías. Los Evangelios registran principalmente la vida de Jesús, y la Epístolas
interpretan Su vida y cómo debemos responder a todo lo que Él ha hecho y hará.
Esto es claramente visto en pasajes tales como Juan 14:16-17: ―Y yo rogaré al Padre,
y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: El Espíritu de
verdad, el cual el mundo no puede recibir, porque no le ve , ni le conoce; pero vosotros
le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros.‖ (Ver también Juan 14:26
y 1 Juan 2:27). Mientras que el Catolicismo enseña que solo la Iglesia Católica
Romana tiene la autoridad y el poder para interpretar la Biblia, el Protestantismo
reconoce la doctrina bíblica del sacerdocio de todos los creyentes, y que los cristianos
individualmente pueden confiar en el Espíritu Santo para la guía en la lectura e
interpretación de la Biblia por ellos mismos.
Los católicos y protestantes también difieren en lo que significa ser justificado ante
Dios. Para el católico, la justificación involucra el ser hecho justo y santo. Ellos creen
que la fe en Cristo es solo el principio de la salvación, y que el individuo debe
construir sobre ello las buenas obras, porque ―el hombre tiene que merecer la gracia
de la justificación de Dios y la salvación eterna.‖ Desde luego, esta opinión de la
justificación contradice la clara enseñanza de la Escritura en pasajes tales como
Romanos 4:1-12; Tito 3:3-7, así como muchos otros. Por otra parte, los protestantes
distinguen entre el hecho único de la justificación (cuando somos declarados justos y
santos por Dios, basados en nuestra fe en la expiación de Cristo en la cruz), y la
santificación (el proceso evolutivo de ser hechos justos que continúa a través de
nuestras vidas en la tierra.) Mientras que los protestantes reconocen que las obras son
importantes, ellos creen que son el resultado o el fruto de la salvación, pero nunca la
razón de ella. Los católicos mezclan la justificación y la santificación juntas dentro del
proceso evolutivo, el cual conduce a la confusión acerca de cómo es uno salvado.
Una cuarta y mayor diferencia entre católicos y protestantes tiene que ver con lo que
sucede después de que el hombre muere. Mientras ambos creen que los incrédulos
pasarán una eternidad en el infierno, hay unas significativas e importantes diferencias
sobre lo que sucede a los creyentes. De sus tradiciones eclesiásticas y su dependencia
de libros no-canónigos, los católicos han desarrollado la doctrina del Purgatorio. El
Purgatorio, de acuerdo con la Enciclopedia Católica, es un ―lugar o condición de
castigo temporal para aquellos que, dejando esta vida en gracia de Dios, están, no
enteramente libres de faltas veniales, o no han pagado totalmente la satisfacción
debida a sus transgresiones.‖ Por otra parte, los protestantes creen que a causa de que
somos justificados por la fe en Cristo solamente, y que la justicia de Cristo es
imputada a nosotros – cuando morimos, iremos directamente al Cielo para estar en la
presencia del Señor (2 Corintios 5:6-10 y Filipenses 1:23).
Mientras que hay otras numerosas diferencias entre lo que los católicos y los
protestantes creen, estas cuatro son adecuadas para establecer que existen serias
diferencias entre los dos. En mucho, se parece a la manera de pensar de los
judaizantes (judíos quienes decían que los cristianos gentiles tenían que obedecer la
ley del Antiguo Testamento para ser salvos) acerca de quienes Pablo escribió en
Gálatas; los católicos, al hacer obras necesarias para que uno sea justificado por Dios,
terminaron con un evangelio completamente diferente. Las diferencias entre el
Catolicismo y el Protestantismo Evangélico son importantes y significativas.
Es nuestra oración que Dios abra los ojos de cualquiera que lea este artículo, quien
esté poniendo su fe o confianza en las enseñanzas de la Iglesia Católica. Es nuestra
esperanza que cada uno entienda y crea que sus ―obras de justicia‖ no pueden
justificarlos, o santificarlos (Isaías 64:6). Es nuestra oración que todos, en vez de eso,
pongan su fe solamente en el hecho de que somos ―.. justificados gratuitamente por Su
gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como
propiciación por medio de la fe en Su sangre…‖ (Romanos 3:24-25). Dios nos salva,
―no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por Su misericordia,
por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual
derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que
justificados por Su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la
vida eterna.‖
¿Fue el diluvio de Noé global o local?
Pregunta Cristiana: ―¿Fue el diluvio de Noé global o
local?‖
Respuesta: Cuando uno examina los pasajes bíblicos, está claro que el diluvio fue
global. Génesis 7:11 dice que ―…aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande
abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas.‖ Viendo lo que dice Génesis 1:6-7
y 2:6 parece ser que el medio ambiente antes del diluvio era muy diferente de lo que
experimentamos ahora. Basándonos en estas y otras descripciones bíblicas, así como
en el registro de fósiles y descubrimientos geológicos actuales, es razonable especular
que en un tiempo, la tierra estaba cubierta con una especie de bóveda de agua. Esta
bóveda pudo haber estado compuesta de vapor o pudo haber constado de anillos, algo
así como los anillos de hielo de Saturno. Esto, en combinación con un aumento en las
corrientes de agua subterránea, pudieron haber sido ambas vaciadas sobre la tierra
(Génesis 2:6) y eso habría resultado en una inundación global.
Los versos que más claramente enseñan los alcances del diluvio están en Génesis 7:19-
23 ―Y las aguas subieron mucho sobre la tierra, y todos los montes altos que había
debajo de todos los cielos, fueron cubiertos. Quince codos más alto subieron las aguas,
después que fueron cubiertos los montes. Y murió toda carne que se mueve sobre la
tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre
la tierra, y todo hombre. Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices,
todo lo que había en la tierra, murió. Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz
de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo, y fueron
raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca.‖
Dios ordenó a Noé que pusiera dos de cada animal terrestre (los animales acuáticos
fueron excluidos) dentro del arca (Génesis 6:19-22) con la excepción de los animales
ceremonialmente limpios y de todas las aves, de las cuales el tendría siete — de cada
clase en el arca (Génesis 7:2-3).
Casi cada civilización antigua tiene algún tipo de arte que representa criaturas
reptiles gigantes. Dibujos o tallados sobre la roca, artefactos y aún pequeñas
estatuillas de arcilla encontradas en Norte América, se parecen a las representaciones
modernas de los dinosaurios. Los tallados en la roca en Sur América representan a los
hombres montando criaturas como los diplodocos, y asombrosamente, llevan las
imágenes familiares de criaturas como los triceratops, pterodáctilos, y tiranosaurios.
Los mosaicos romanos, la cerámica Maya y las paredes de la ciudad de Babilonia,
todos ellos testifican a través de la cultura del hombre, geográficamente – una
fascinación sin límite con estas criaturas. Los informes serios como aquellos de Marco
Polo Il Millone se mezclan con fantásticas historias de bestias que acumulan tesoros.
Los reportes modernos de las observaciones persisten, aunque son usualmente
manejados con un escepticismo arrollador.
Por tanto, ¿hay dinosaurios en la Biblia? El asunto está lejos de resolverse. Depende
de cómo interpreta las evidencias disponibles y cómo ve al mundo alrededor suyo.
Aquí en GotQuestions.org creemos en una interpretación de que la tierra no es muy
antigua y aceptamos que los dinosaurios y el hombre coexistieron. Creemos que los
dinosaurios murieron en algún momento luego del diluvio, debido a una combinación
de cambios dramáticos medioambientales y el hecho de que fueron cazados
despiadadamente por el hombre para exhibición.
¿Dios ama a todos, o solo a los cristianos?
Pregunta Cristiana: ―¿Dios ama a todos, o solo a los
cristianos?‖
Respuesta: Hay un sentido en el que Dios ama a todos en el mundo entero (Juan 3:16;
1 Juan 2:2; Romanos 5:8) Este amor no es condicional – está basado solo en el hecho
de que Dios es un Dios de amor (1 Juan 4:8, 16). El amor de Dios por toda la
humanidad resulta en el hecho de que Dios muestra Su misericordia al no castigar a la
gente de inmediato por sus pecados (Romanos 3:23; 6:23). Si Dios no amara a todos,
estaríamos ahora mismo en el infierno. El amor de Dios por el mundo es manifestado
en el hecho de que ÉL da a la gente la oportunidad de arrepentirse (2 Pedro 3:9). Sin
embargo, el que Dios ame al mundo no significa que Él ignore el pecado. Dios es
también un Dios de justicia (2 Tesalonicenses 1:6). El pecado no puede quedar impune
para siempre (Romanos 3:25-26).
La mayor prueba de amor de la eternidad está descrita en Romanos 5:8, ―Mas Dios
muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros.‖ Cualquiera que ignore el amor de Dios, que rechace a Cristo como su
Salvador, que niegue al Salvador que lo rescató (2 Pedro 2:1); estará sujeto a la ira de
Dios por una eternidad (Romanos 1:18), no a Su amor (Romanos 6:23). El amor
incondicional de Dios se muestra en cuanto a Su misericordia hacia todos. Pero Dios
ama condicionalmente solo a aquellos que ponen su fe en Su Hijo para salvación.
(Juan 3:36). Solo aquellos que creen en Jesucristo como su Señor y Salvador
experimentarán el amor de Dios por la eternidad.
¿Dios ama a todos? Si. ¿Dios ama más a los cristianos que a quienes no lo son? No.
¿Dios ama de una manera diferente a los cristianos de lo que ama a los no creyentes?
Si. Dios ama a todos por igual en cuanto a Su misericordia para todos. Dios solo ama a
los cristianos en cuanto a que ellos tienen Su eterna gracia y misericordia – la promesa
de Su amor eterno en el Cielo. Es este amor de Dios por todos nosotros, lo que debería
llevarnos a recibir Su amor eterno.
Cuando vemos este texto, encontramos que no es que Dios esté celoso o envidioso
porque alguien tiene algo que Él quiere y no posee. Éxodo 20:4-5 dice, ―No te harás
imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni
en las aguas debajo de la tierra: No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo
soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso,…‖. Notemos que en este texto, Dios está ablando
acerca de ser celoso si alguien da a otro algo que solo le pertenece a Él.
En estos versos, Dios está hablando de la gente que hace ídolos y se inclina ante ellos y
los adora, en lugar de dar a Dios la gloria y alabanza que solo le pertenece a Él. Dios
es posesivo con la adoración y el servicio que le pertenece. Es un pecado (como Dios lo
señala en este mandamiento) adorar o servir a alguien más que no sea a Él. Así, que
en resumen, es un pecado cuando deseamos, o estamos envidiosos, o celosos de alguien
porque tiene algo que nosotros no poseemos. Es un uso diferente de la palabra celoso,
cuando Dios dice que Él lo es. De lo que está celoso es de lo que le pertenece; la
adoración y el servicio le pertenece a ÉL, y que son para brindarlos solo a Él.
Tal vez un ejemplo práctico nos ayude a comprender más la diferencia. Si un esposo
ve a otro hombre coqueteando con su esposa, él tiene razón en ponerse celoso, porque
solo él tiene el derecho de cortejar a su esposa. Este tipo de celos no es pecado. Es más,
es enteramente apropiado. Estar celoso de algo que te pertenece es bueno y apropiado.
Los celos son un pecado cuando es un deseo de algo que no te pertenece. La adoración,
la alabanza, el honor y la adoración pertenecen solo a Dios, porque sólo Él es digno de
ello. Por lo tanto, Dios es justamente celoso cuando esa adoración, alabanza, honor o
adoración es brindada a los ídolos. Esta es precisamente la clase de celos a los que se
refiere el apóstol Pablo en 2 de Corintios 11:2, ―Porque os celo con celo de Dios,…..‖
¿Por qué permite Dios los desastres naturales como lo
terremotos, huracanes y tsunamis?
Pregunta Cristiana: ―¿Por qué permite Dios los desastres
naturales como lo terremotos, huracanes y tsunamis?‖
Respuesta: ¿Por qué permite Dios los terremotos, tornados, huracanes, tsunamis,
tifones, avalanchas de lodo, y otros desastres naturales? La tragedia del tsunami en
Asia a finales del 2004, El huracán Katrina en 2005, en el sureste de los Estados
Unidos, y las avalanchas de lodo en el 2006 en Filipinas tienen a mucha gente
cuestionando la bondad de Dios. Es triste que con frecuencia los desastres naturales
sean nombrados como ―actos de Dios‖ mientras que no se le da ―crédito‖ a Dios por
años, décadas, o aún siglos de un clima benéfico. Dios creó todo el universo y las leyes
de la naturaleza (Génesis 1:1) La mayoría de los desastres naturales son el resultado
de estas leyes en acción. Los huracanes, tifones y tornados son el resultado de la
colisión de diferentes patrones climáticos. Los terremotos son el resultado de
desplazamientos de las placas en la estructura de la corteza terrestre. Un tsunami es
causado por un terremoto submarino.
De forma muy parecida a la que Dios permite que la gente mala cometa actos
malvados, Dios permite que la tierra demuestre las consecuencias que tiene el pecado
sobre la creación. Romanos 8:19-21 nos dice que, ―Porque el anhelo ardiente de la
creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue
sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en
esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de
corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.‖ La caída de la humanidad en el
pecado tuvo efectos en todo, incluyendo el universo que habitamos. Todas las cosas en
la creación fueron sujetadas a la ―vanidad‖ y a la ―corrupción‖. El pecado es la causa
final de los desastres naturales, así como lo es la causa de la muerte, la enfermedad y
el sufrimiento.
Así que, regresamos donde empezamos. Podemos entender por qué ocurren los
desastres naturales. Lo que no comprendemos es por qué Dios permite que ocurran.
¿Por qué permitiría Dios que el tsunami matara a más de 225,000 personas en Asia?
¿Por qué permitió Dios que el huracán Katrina destruyera las casas de cientos de
miles de gente? Lo que podemos saber es esto… ¡Dios es bueno! Hay muchos milagros
asombrosos, que ocurren durante el proceso de desastres naturales –evitando una
mayor pérdida de vidas. Los desastres naturales causan que millones de personas
reevalúen sus prioridades en la vida. Cientos de millones de dólares en ayuda son
enviados para auxiliar a la gente que está sufriendo. Los ministerios cristianos tienen
la oportunidad de ayudar, ministrar, aconsejar, orar – y guiar a la gente a la fe
salvadora en Cristo. Dios puede, y lo hace, traer grandes bienes de terribles tragedias
(Romanos 8:28).
Por ejemplo, a través del Antiguo Testamento, se declara que Dios es ―misericordioso
y piadoso, lento para la ira y grande en misericordia y verdad‖ (Éxodo 34:6; Números
14:18; Deuteronomio 4:31; Nehemías 9:17; Salmo 86:5, Salmo 86:15, Salmo 103:8-14,
Salmo 108:4; Salmo 145:8; Joel 2:13). Aún así, en el Nuevo Testamento, El amor y la
bondadosa misericordia de Dios están más fuertemente manifiestos a través del hecho
de que ―… de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en ÉL cree no se pierda, mas tenga vida eterna.‖ (Juan 3:16). A lo
largo del Antiguo Testamento, vemos también a Dios tratando con Israel de manera
muy parecida a la de un amoroso padre tratando con su hijo. Cuando ellos
deliberadamente pecaban contra ÉL y comenzaban a adorar a los ídolos, Dios los
castigaba, y aún así una y otra vez ÉL los liberaba una vez que se arrepentían de su
idolatría. Esto se parece mucho a la manera como vemos a Dios tratando con los
cristianos en el Nuevo Testamento. Por ejemplo, Hebreos 12:6 nos dice que ―..el Señor
al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.‖
Igualmente, como vemos a través de todo el Antiguo Testamento el juicio y la ira de
Dios derramarse sobre los pecadores no arrepentidos; de manera similar, en el Nuevo
Testamento, vemos el juicio de Dios en acción ―.. la ira de Dios se revela desde el cielo
contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la
verdad‖ (Romanos 1:18) Aún con solo una rápida leída del Antiguo Testamento,
notamos que Jesús habla más del infierno que del cielo. Así vemos claramente, que
Dios no es más diferente en el Nuevo Testamento de lo que es en el Nuevo Testamento.
Dios, por Su misma naturaleza es inmutable (sin cambio). Y aunque veamos un
aspecto de Su naturaleza revelada en ciertos pasajes de la Escritura más que otros, ÉL
en Sí mismo, no cambia jamás.
Cuando uno realmente comienza a leer y estudiar la Biblia, aprecia claramente que
Dios no tiene ninguna diferencia entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.
Aunque la Biblia realmente es el conjunto de sesenta y seis libros individuales, escritos
en dos (o posiblemente tres) continentes, en tres diferentes idiomas, a través de un
período de aproximadamente 1500 años, y escrita por más de 40 autores (procedentes
de diferentes estratos sociales y culturales), sigue siendo un libro con un contenido de
perfecta unidad y sin contradicciones de principio a fin. En él vemos como un Dios
amoroso, misericordioso y justo, trata con el hombre pecador en toda clase de
situaciones. Verdaderamente, la Biblia es una carta de amor a la humanidad. El amor
de Dios por Su creación y especialmente por el hombre, es evidente a través de toda la
Escritura. Por toda la Biblia vemos el amoroso y misericordioso llamado de Dios a la
gente, invitándola a una relación especial con ÉL, no porque ellos la merezcan, sino
porque ÉL es un Dios de misericordia, lento para la ira y grande en bondadoso amor
y verdad. También vemos a un Dios santo y justo, que es el Juez de todos los aquellos
que desobedecen Su palabra y se niegan a adorarlo, que en vez de eso se vuelven a
adorar a dioses de su propia creación, venerando a ídolos y otros dioses en lugar de
adorar al único y verdadero Dios (Romanos 1).
Por el carácter santo y justo de Dios, todo pecado pasado, presente y futuro debe ser
juzgado. Aún así, Dios en Su infinito amor, ha provisto el pago por el pecado y un
camino de reconciliación, para que el hombre pecador pueda escapar de Su ira.
Vemos esta maravillosa verdad en versos como 1 Juan 4:10 ―En esto consiste el amor;
no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que ÉL nos amó a nosotros, y envió
a Su Hijo en propiciación por nuestros pecados‖ En el Antiguo Testamento, Dios
proveyó un sistema sacrificial, donde podía hacerse expiación por el pecado, pero este
sistema sacrificial fue solo temporal y simplemente apuntaba a la futura venida de
Jesucristo, quien moriría en la cruz para hacer definitivamente una expiación
sustitutiva y total por el pecado. El Salvador que fue prometido en el Antiguo
Testamento, es más ampliamente revelado en el Nuevo Testamento y la última
expresión del amor de Dios al enviar a Su Hijo Jesucristo, es revelada aquí en toda su
gloria. Ambos, el Antiguo y el Nuevo Testamentos nos fueron dados para ―hacernos
sabios para la salvación‖ (2 Timoteo 3:15). Cuando los estudiamos con más
detenimiento, se hace evidente que Dios no es más diferente en el Nuevo Testamento
de lo que era en el Antiguo Testamento.
¿Por qué eligió Dios a Israel para ser su pueblo elegido?
Pregunta Cristiana: ―¿Por qué eligió Dios a Israel para
ser su pueblo elegido?‖
Respuesta: Hablando de la nación de Israel, Deuteronomio 7:7-9 nos dice, ―No por ser
vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues
vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os
amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová
con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de
Egipto. Conoce, pues, que Jehová tu Dios, es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la
misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos hasta mil generaciones.‖
Dios eligió a la nación de Israel para ser el pueblo a través del cual Jesucristo nacería
– el Salvador del pecado y la muerte (Juan 3:16). Dios primeramente prometió el
Mesías después de que Adán y Eva cayeron en pecado (Génesis capítulo 3). Más tarde
Dios confirmó que el Mesías vendría del linaje de Abraham, Isaac y Jacob (Génesis
12:1-3). Jesucristo es la razón fundamental por la que Dios eligió a Israel para ser Su
pueblo elegido. Dios no tenía por que tener un ―pueblo elegido‖, pero ÉL decidió
hacerlo de esa manera. Jesús habría de venir de alguna nación o pueblo, y Dios eligió
a Israel.
Sin embargo, la razón por la que Dios eligió a la nación de Israel no fue solamente por
el propósito de producir al Mesías. El deseo de Dios para Israel era que ellos irían y
enseñarían a otros acerca de ÉL. Israel fue destinada para ser nación de sacerdotes,
profetas y misioneros para el mundo. La intención de Dios fue que Israel fuera un
pueblo diferente, una nación de gente que señalara a otros el camino hacia Dios y Su
prometida provisión de un Redentor, Mesías y Salvador. En su mayor parte, Israel
falló en esta tarea. Sin embargo, el fin principal para Israel, que era el de traer
mediante su linaje al Mesías y Salvador, que fue plenamente cumplido – en la persona
de Jesucristo.
Segundo, antes de las primeras plagas, Faraón endureció su propio corazón para
impedir que los israelitas se fueran. ―Y el corazón de Faraón se endureció,…‖ (Éxodo
9:12; 10:20; 10:27). Faraón y Egipto habían atraído estos juicios sobre ellos mismos
con los 400 años de esclavitud y asesinatos en masa. Puesto que el pago del pecado es
muerte (Romanos 6:23), y Faraón y Egipto habían pecado terriblemente contra Dos;
habría sido justo si Dios hubiera aniquilado a todo Egipto. Por lo tanto, el que Dios
endureciera el corazón de Faraón no era injusto. El que Dios trajera plagas
adicionales contra Egipto, no era injusto. Las plagas, tan terribles como fueron, en
realidad demostraban la misericordia de Dios al no destruir completamente a todo
Egipto, lo cual hubiera sido un castigo perfectamente justo.
Romanos 9:17-18 declara, ―Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he
levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda
la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere
endurecer, endurece.‖ Desde la perspectiva humana, parece mal que Dios endurezca a
una persona y luego castigue a la misma persona que Él endureció. Sin embargo,
hablando bíblicamente, todos hemos pecado contra Dios (Romanos 3:23), y el castigo
justo por el pecado es la muerte (Romanos 6:23). Por lo tanto, el que Dios endurezca y
castigue a una persona no es injusto, de hecho es algo misericordioso, comparado con
lo que la persona merece.
Esta breve descripción del amor, revela una vida sin egoísmo, en contraste con la vida
egoísta del hombre natural. Asombrosamente, Dios ha otorgado a aquellos que
reciben a Su Hijo Jesucristo como su Salvador personal del pecado, la habilidad de
amar como Él lo hace, a través del poder del Espíritu Santo (ver Juan 1:12; 1 Juan
3:1, 23, 24). ¡Qué privilegio y desafío tenemos!
Dios habla a la gente en la actualidad. Primero, Dios nos habla a través de Su Palabra
(2 Timoteo 3:16-17). Isaías 55:11 nos dice, ―Así será mi palabra que sale de mi boca;
no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello
para que la envié.‖ La Biblia registra las palabras de Dios para nosotros en todo lo
que necesitamos saber para ser salvos y vivir la vida cristiana. 2 Pedro 1:3-4 declara,
―Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por
Su divino poder, mediante el conocimiento de Aquel que nos llamó a Su gloria y
excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas,
para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido
de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.‖
Finalmente, si, parece que algunas veces Dios habla audiblemente a la gente. Resulta
altamente improbable que esto ocurra con tanta frecuencia como algunas personas
declaran. De nuevo, aún en la Biblia, el que Dios hablara audiblemente era una
excepción y no algo ordinario. Si alguien clama que Dios le ha hablado a él/ella,
siempre compara lo que dicen con lo que la Biblia dice. Dios no se contradice a Sí
mismo. 2 Timoteo 3:16-17 proclama; ―Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil
para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.‖
Como Juan 4:24 declara, ―Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en
verdad es necesario que adoren.‖ Puesto que Dios es un ser espiritual, Él no posee
características físicas humanas. Sin embargo, algunas veces el lenguaje figurativo
usado en la Escritura, le asigna características humanas a Dios, a fin de hacer posible
que sean entendidas por el hombre. Esta asignación de características humanas para
describir a Dios es llamada ―antropomorfismo‖. El antropomorfismo es simplemente
un medio mediante el cual Dios (siendo un ser espiritual), comunica verdades acerca
de Su naturaleza al hombre, un ser físico. Puesto que el hombre es un ser físico, está
limitado en su comprensión de aquellas cosas que están más allá de su esfera física, y
así el antropomorfismo en la Escritura, ayuda al hombre a entender quien es Dios.
Lo que esto significa, es que ambos, tanto el hombre como la mujer, fueron creados a
la imagen de Dios, con esto, ellos son más grandes que todas las otras cosas creadas;
porque ellos, como Dios, tienen una mente, voluntad, intelecto, emociones y capacidad
moral. Los animales no poseen capacidad moral y tampoco poseen un componente
inmaterial como lo tiene la raza humana. Génesis nos dice que cuando el hombre fue
creado por Dios, Él lo creó a Su propia imagen. La imagen de Dios es el componente
espiritual que solo el hombre posee. Dios creó al hombre para tener una relación con
Él; el hombre es la única creación designada para este propósito.
Eso dice que, el hombre y la mujer solo son diseños semejantes a la imagen de Dios –
no son pequeñas ―copias al carbón‖ de Dios y el hecho de que sean hombres y mujeres
no significa que Dios tenga características masculinas o femeninas. Recuerda, el haber
sido hechos a la imagen de Dios, no tiene nada que ver con las características físicas.
Sabemos que Dios es un Ser Espiritual, y no posee características físicas. Sin embargo,
esto no es una limitación para que Dios pueda elegir revelarse a Sí Mismo a la raza
humana. La Escritura contiene toda la revelación que Dios dio al hombre acerca de Sí
Mismo, y así es la única fuente verdadera y objetiva de información acerca de Dios. Al
leer lo que nos dice la Escritura, encontramos muchas observaciones evidentes acerca
de la forma en la cual Dios se revela a Sí Mismo a la raza humana:
Para comenzar, la Escritura contiene casi 170 referencias de Dios como el ―Padre‖.
Por lógica, uno no puede ser padre, a menos que sea varón. Si lo que se quiso
comunicar era que Dios eligió revelarse al hombre en forma femenina, entonces se
hubiera usado la palabra ―madre‖ en lugar de ―padre‖. Tanto en el Antiguo como en
el Nuevo Testamento, los pronombres masculinos son usados una y otra vez con
referencia a Dios.
Jesucristo se refirió varias veces a Dios como el Padre, y en otros casos usó el
pronombre masculino para referirse a Dios. Solo en los Evangelios, Cristo utiliza el
término ―Padre‖en relación directa con Dios cerca de 160 veces. Es de particular
interés la declaración de Cristo en Juan 10:30. Él dice aquí, ―Yo y (mi) el Padre uno
somos‖ Obviamente, Jesucristo vino en la forma humana de un hombre para morir en
la cruz y pagar por los pecados del mundo, y como Dios el Padre, se reveló a la
humanidad en la forma masculina. La Escritura registra muchos otros ejemplo donde
Cristo utiliza nombres y pronombres masculinos con referencia a Dios.
Las Epístolas del Nuevo Testamento (de Hechos a Apocalipsis), también contienen
cerca de 900 versos donde la palabra ―theos‖ – un nombre masculino en griego – es
usado en directa referencia a Dios. Casi siempre es traducida como ―Dios‖ en las
versiones en español.
¿Por qué Dios concedió a los ángeles esta elección, cuando Él sabía cuál sería el
resultado? Dios sabía que un tercio de los ángeles se rebelarían, y que por tanto serían
condenados al fuego eterno. Dios también sabía que Satanás llevaría más allá su
rebelión al tentar a la humanidad para pecar. Así que, ¿por qué lo permitió Dios? La
Biblia no da una respuesta específica a esta pregunta. Lo mismo puede ser
cuestionado de casi cualquier acción maligna – ¿por qué lo permite Dios? Finalmente,
todo regresa a la elección. Dios creó seres libres, los ángeles y los seres humanos. Si
Dios deseara a seres que simplemente hicieran lo que ellos estuvieran programados
para hacer, hubiera bastado con los animales. No, Dios deseaba seres con quienes Él
pudiera tener una genuina relación, y por lo tanto Él nos dio toda la habilidad para
elegir, y presentarnos con una decisión.
Durante los tiempos del Antiguo Testamento, en todo el mundo existía una sociedad
patriarcal. Esta situación histórica es muy clara – no solo en la Escritura sino en las
leyes sociales que gobernaban la mayoría de las sociedades en el mundo. Para los
valores de los sistemas modernos y el mundial punto de vista humano, esto es llamado
―sexismo‖ Dios dispuso el orden en la sociedad, no el hombre, y Él es el autor del
establecimiento de los principios de la autoridad. Sin embargo, como en cualquier
otra situación, el hombre caído ha corrompido este orden. Eso ha resultado en la
desigualdad e injusticia de la posición del hombre y la mujer a través de la historia.
La exclusión y la discriminación que encontramos en nuestro mundo no es algo nuevo.
Es el resultado de la caída del hombre y la introducción del pecado en el mundo – lo
cual es rebelión contra Dios. Por lo tanto, podemos justamente decir que el termino y
la práctica del ―sexismo‖ es el resultado de – un producto del – pecado de la
humanidad. La revelación progresiva de la Biblia nos lleva hacia la cura del sexismo,
así como de todas las prácticas pecaminosas de la raza humana.
La cruz de Cristo es el gran nivelador. Juan 3:16 dice ―…para que todo aquel..‖ y esa
es una declaración que incluye a todos sin excluir a nadie, basándose en su posición
social, mental, de capacidad o de género. También encontramos pasajes en Gálatas,
que nos hablan de nuestra igual oportunidad para salvación. ―Pues todos sois hijos de
Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo,
de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay
varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.‖ (Gálatas 3:26-28).
No hay sexismo en la cruz.
La Biblia no es sexista. ¿Por qué? Porque retrata fielmente el resultado del pecado.
En la Biblia están registrados toda clase de pecados: dominio y esclavitud, así como
las fallas de sus grandes héroes. Al mismo tiempo también nos da la respuesta y la
cura para esos pecados contra Dios y Su establecimiento del orden. ¿La respuesta?
Una correcta relación con Dios. El Antiguo Testamento apuntaba hacia el futuro
supremo sacrificio, y cada vez que se realizaba un sacrificio por el pecado, se
enseñaba la necesidad de una reconciliación con Dios. En el Nuevo Testamento, el
―Cordero de Dios que quita el pecado del mundo‖ había nacido, muerto, sepultado,
resucitado nuevamente, y ascendido a Su lugar en los cielos, desde donde intercede
por nosotros. Es a través de la fe en Cristo que se encuentra la cura para el pecado y
eso incluye el pecado del sexismo.
También es muy importante comprender que el hecho de que la Biblia asigne roles
diferentes al hombre y a la mujer no es sexismo. La Biblia hace abundantemente claro
que Dios espera que el hombre adopte el rol de liderazgo en la iglesia y el hogar. ¿Eso
hace inferior a la mujer? ¡Absolutamente no! Lo que significa es que en nuestro
mundo contaminado por el pecado, debe haber una estructura y una autoridad. Dios
ha instituido los roles de autoridad para nuestro beneficio. El sexismo es el abuso de
estos roles… no la existencia de éstos.
La disciplina del Señor trabaja para nuestro propio bien, para que Él pueda ser
glorificado en nuestras vidas. El quiere que exhibamos vidas de santidad, vidas que
reflejen la nueva naturaleza que Dios nos ha dado: ―…como hijos obedientes, no os
conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como
Aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de
vivir; porque escrito está: Sed santos, porque Yo soy santo.‖ (1 Pedro 1:1-16). Si
pecamos sin arrepentirnos, podemos esperar el ser disciplinados. La penuria de la
disciplina, sin embargo, es como la formación de un diamante en bruto, para que
seamos refinados y fortalecidos. El ignorar la disciplina del Señor y continuar en
pecado, llevará a más disciplina, mayor sufrimiento y por último aún la muerte.
Algunas veces la acción disciplinaria de la iglesia tiene éxito al producir una tristeza
piadosa y un verdadero arrepentimiento. Cuando esto ocurre, el individuo está
preparado para se reintegrado al compañerismo. El individuo de quien se habla en el
pasaje de 1 Corintios 5 se arrepintió, y Pablo animó a la iglesia a restablecerlo al
compañerismo con la iglesia (2 Corintios 2:5-8). Desgraciadamente, la acción
disciplinaria, aún cuando es hecha en amor y de la manera correcta, no siempre es
exitosa en producir tal restauración, pero aún así es necesaria para llevar a cabo los
demás buenos propósitos antes mencionados.
1832 – Compitio para la Legislatura estatal y perdio. Tambien perdio su trabajo y fue
rechazado para entrar a la escuela de leyes.
1833 – Pidio prestado un dinero para empezar un negocio, fracaso y gasto 17 años de su
vida para pagar la deuda.
1838 – Compitio para presidente de la camara estatal y otra vez fue derrotado.
Aunque algunas veces las cosas no salgan como te gustaria, recuerda que si estas en
las manos de Dios, El te llevara por caminos que nunca has imaginado.
Efesios 2:10 Somos hechura Suya, creados en Cristo Jesus para buenas obras, las cuales
Dios preparo de antemano para que anduviesemos en ellas.
Aquí es donde reside el problema; muchas veces los padres son, o muy pasivos o muy
agresivos cuando se trata de disciplinar a sus hijos. Aquellos que no creen en el castigo
físico, algunas veces carecen de la habilidad para corregir y disciplinar correctamente,
causando que sus hijos crezcan como niños revoltosos y desafiantes. Esto lastimará a
sus hijos a la larga. ―La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho
consentido avergonzará a su madre‖ (Proverbios 29:15). Luego, están aquellos padres
que pueden malentender la definición bíblica de la disciplina (o tal vez es que solo
sean personas abusivas) y la usan para justificar el abuso y maltrato de sus niños.
La disciplina se utiliza para corregir y guiar a la gente por el camino correcto. ―Es
verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza;
pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados‖
(Hebreos 12:11). La disciplina de Dios es amorosa, como debe ser entre el padre y el
hijo. El castigo físico nunca debe ser usado para causar un dolor o daño físico
permanente, sino como un golpe rápido (en el trasero, donde hay más ―relleno
protector‖), para enseñar al niño que lo que hizo está mal y es inaceptable. Nunca
debe ser usado sin control o para descargar nuestro enojo y frustraciones.
Hay por lo menos tres razones por las que esta es la mejor manera de ver la Escritura.
Primero, filosóficamente, el propósito del lenguaje en sí parece requerir que lo
interpretemos literalmente. El lenguaje fue dado por Dios con el propósito de poder
comunicarse con el hombre. La segunda razón es bíblica. Cada profecía acerca de
Jesucristo en el Antiguo Testamento, fue cumplida literalmente. El nacimiento de
Jesús, Su ministerio, Su muerte y Su resurrección, todas ocurrieron exacta y
literalmente como fueron predichas en el Antiguo Testamento. No hay ningún
cumplimiento no literal de estas profecías en el Nuevo Testamento. Este es un fuerte
argumento a favor del método literal. Si no se utiliza la interpretación literal en el
estudio de las Escrituras, entonces no hay un denominador común por el cual se
pueda entender la Biblia. Cada y toda persona podría interpretar la Biblia como le
acomodara. La interpretación bíblica denigraría en ―lo que este pasaje me dice a
mí….‖ en vez de ―la Biblia dice…‖ Tristemente, este es ya el caso en lo que
actualmente se conoce como interpretación bíblica.
(2) La dispensacion Teológica cree que hay dos clases del pueblo de Dios: Israel y la
Iglesia. Los dispensacionalistas creen que la salvación siempre ha sido por fe (En Dios
en el Antiguo Testamento, y específicamente en Dios Hijo en el Nuevo Testamento).
Los dispensacionalistas sostienen que la Iglesia no ha remplazado a Israel en el
programa de Dios y las promesas a Israel en el Antiguo Testamento no han sido
transferidas a la Iglesia. Ellos creen que las promesas que Dios hizo a Israel (de la
tierra, muchos descendientes y bendiciones) en el Antiguo Testamento serán
finalmente cumplidas en el período del milenio del que se habla en Apocalipsis 20.
Creen que así como Dios en la época actual enfoca Su atención en la Iglesia, Él
nuevamente en el futuro, enfocará Su atención en Israel (Romanos 9:11).
Usando este sistema como base, los dispensacionalistas entienden que la Biblia está
organizada en siete dispensaciones; Inocencia (Génesis 1:1 – 3:7), Conciencia (Génesis
3:8 – 8:22), Gobierno Humano (Génesis 9:11 – 11:32), Promesa (Génesis 12:1 – Éxodo
19:25), Ley (Exodo 20:1 – Hechos 2:4), Gracia (Hechos 2:4 – Apocalipsis 20:3), y el
Reino Milenial (Apocalipsis 20:4 – 20:6). Nuevamente, estas dispensaciones no son
medios para la salvación, sino maneras en las que Dios se relaciona con el hombre. El
dispensacionalismo como un sistema, resulta en una interpetación premilenial de la
Segunda Venida de Cristo, y usualmente una interpretación pretribulacional del
Arrebatamiento.
También se nos dice en 1 Corintios 12:28-31 y el 1 Corintios 14:12-12 que es Dios (no
nosotros) quien elige esos dones. Estos pasajes también indican que no todos tendrán
un don en particular. Pablo les dice a los creyentes corintios, que si ellos van a
codiciar o anhelar los dones espirituales, deben dejar de lado su fascinación por los
dones ―espectaculares‖ o ―llamativos‖ y en su lugar procurar los dones más
edificantes, tales como el de profecía (hablar la palabra de Dios para la edificación de
otros). Ahora, ¿por qué Pablo les habría de decir que se esforzaran por desear los
dones ―mejores,‖ si ya se les había dado todo lo que recibirían, y no habría más
oportunidad para ganar estos dones ―mejores‖? Uno puede deducir, que así como
Salomón pidió sabiduría a Dios para poder gobernar sobre Su pueblo, así Dios nos
otorgará aquellos dones que necesitemos para ser de beneficio a Su iglesia.
Habiendo dicho esto, aún queda claro que estos dones son distribuidos de acuerdo a la
elección de Dios, no la nuestra. Si cada corintio deseara grandemente un don en
particular, como el de profecía, Dios no les daría a todos ese don simplemente porque
lo anhelaran fervientemente. ¿Por qué? Porque ¿dónde estarían aquellos que son
necesarios para servir en todas las otras funciones del cuerpo de Cristo?
Hay una cosa que es totalmente clara, el mandato de Dios es la capacitación de Dios.
Si Dios nos ordena hacer algo (cosas como testificar, amar a los no amados, discipular
a las naciones, etc.,) Él nos equipará para hacerlo. Algunos pueden no estar tan
―dotados‖ para evangelizar como otros, pero Dios ordena a todos los cristianos que
testifiquen y discipulen (Mateo 28:18-20; Hechos 1:8). Todos estamos llamados a
evangelizar, ya sea que tengamos o no el don espiritual de evangelismo. Un
determinado cristiano que se esfuerza por aprender la Palabra y desarrollar sus
habilidades de enseñanza, será un mejor maestro que uno que pueda tener el don
espiritual de enseñanza, pero que lo haya descuidado.
En resumen, ¿los dones espirituales son otorgados cuando recibimos a Cristo, o son
cultivados a través de nuestro caminar con Dios? La respuesta es ambas cosas.
Normalmente, los dones espirituales nos son dados al momento de la salvación, pero
también necesitan ser cultivados a través del crecimiento espiritual. ¿Puede un deseo
de tu corazón aspirar y desarrollarse como un don espiritual? ¿Puedes buscar ciertos
dones espirituales? 1 Corintios 12:31 parece indicar que esto es posible ―Procurad,
pues, los dones mejores…― Puedes pedir a Dios un don espiritual y anhelarlo
fervorosamente, esforzándote para desarrollar esa área. Al mismo tiempo, si no es la
voluntad de Dios, no recibirás ese determinado don espiritual, sin importar cuán
celosamente lo busques. Definitivamente Dios es sabio, y Él sabe con cuáles dones
serás más productivo para Su reino.
No importa cuánto hayamos sido dotados con uno u otro don, todos somos llamados a
desarrollar el número de áreas mencionadas en la lista de los dones espirituales,…. a
ser hospitalarios, a mostrar actos de misericordia, a servir unos a otros, a evangelizar,
etc. Mientras busquemos servirle por amor, con el propósito de edificar a otros para
Su gloria, Él traerá gloria a Su nombre, crecerá Su iglesia, y nos recompensará (1
Corintios 3:5-8; 12:31 – 14:1). Dios promete que mientras nos deleitemos en Él, Él nos
concederá las peticiones de nuestro corazón (Salmo 37:4-5). Esto seguramente incluye
el prepararnos para servirle, de una manera que nos brinde propósito y satisfacción.
¿Qué dice la Biblia acerca del divorcio y el segundo
casamiento?
Pregunta Cristiana: ―¿Qué dice la Biblia acerca del
divorcio y el segundo casamiento?‖
Respuesta: En primer lugar, no importa el punto de vista que tome en el asunto del
divorcio, es importante recordar las palabras de la Biblia de Malaquías 2:16ª: ―Yo
aborrezco el divorcio –dice el SEÑOR Dios de Israel‖. De acuerdo con la Biblia, el
plan de Dios es que el matrimonio sea un compromiso para la eternidad. ―Así que ya
no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre‖
(Mateo 19:6 NVI). Sin embargo, Dios comprende que el divorcio va a ocurrir, debido
a que un matrimonio involucra a dos seres humanos pecadores. En el Antiguo
Testamento Dios estableció algunas leyes, a fin de proteger los derechos de los
divorciados, especialmente de las mujeres (Deuteronomio 24:1-4). Jesús señaló que
aquellas leyes fueron dadas a causa de la dureza de los corazones de la gente, más no
porque fueran el deseo de Dios (Mateo 19:8).
Sin embargo, la palabra griega traducida como ―infidelidad conyugal‖ es una palabra
que puede significar cualquier forma de inmoralidad sexual. Esto puede significar
fornicación, prostitución, adulterio, etc. Posiblemente Jesús está diciendo que el
divorcio es lícito, si se comete inmoralidad sexual. Las relaciones sexuales como tales,
son una parte integral del vínculo marital ―y serán una sola carne‖ (Génesis 2:24;
Mateo 19:5; Efesios 5:31). Por tanto, una ruptura de ese vínculo, por medio de
relaciones sexuales fuera del matrimonio, debería ser una razón lícita para el divorcio.
Si es así, Jesús también tiene en mente el segundo matrimonio en este pasaje. La frase
―y se casa con otra‖ (Mateo 19:9) indica que el divorcio y el segundo casamiento son
permitidos en una instancia de la cláusula de excepción, sea como sea interpretada. Es
importante notar que solamente a la parte inocente se le permite volver a casarse.
Aunque esto no está indicado en el texto, la concesión del segundo casamiento después
de un divorcio, es la misericordia de Dios para aquel contra el que se ha cometido
pecado, no para el que ha cometido inmoralidad sexual. Puede haber instancias donde
a la ―parte culpable‖ se le permite volver a casarse – pero tal concepto no es enseñado
en este texto.
Algunos entienden 1ª Corintios 7:15 como otra ―excepción‖, que permite el segundo
casamiento si un cónyuge incrédulo se divorcia de un creyente. Sin embargo, el
contexto no menciona el segundo casamiento, sino que solamente dice que un creyente
no está limitado a continuar un matrimonio, si un cónyuge no creyente quiere
abandonarlo. Otros demandan que el abuso a (cónyuge o hijo) son razones válidas
para el divorcio, aunque no están listadas como tales en la Biblia. Aunque éste, bien
pudiera ser el caso, nunca es sabio suponer sobre la Palabra de Dios.
Es doloroso que el índice de divorcio entre los cristianos profesos, sea casi tan alto
como el del mundo incrédulo. La Biblia deja meridianamente claro que Dios odia el
divorcio (Malaquías 2:16) y esa reconciliación y perdón deberían ser las marcas de la
vida de un creyente (Lucas 11:4; Efesios 4:32). Sin embargo, Dios reconoce que el
divorcio se va a dar aún entre Sus hijos. Un creyente divorciado o vuelto a casar no
debería sentirse menos amado por Dios, aún si su divorcio o segundo matrimonio no
estuvieran cubiertos bajo la posible cláusula de excepción de Mateo 19:9. Dios a
menudo utiliza aún la desobediencia pecaminosa de los cristianos para llevar a cabo
una gran cantidad de cosas buenas.
Lo que podemos saber con seguridad es esto: – Dios odia el divorcio (Malaquías 2:16).
El plan de Dios para una pareja casada, es que permanezcan casados tanto como
ambos esposos vivan (Génesis 2:24; Mateo 19:6) El único permiso específico para un
nuevo matrimonio después de un divorcio es por adulterio (Mateo 19:9) – y aún esto
es debatido entre los cristianos. Otra posibilidad es que un(a) esposo(a) incrédulo(a)
abandone a la (al) esposa(o) creyente (1 Corintios 7:12-15). Este pasaje, sin embargo,
no se refiere específicamente a un nuevo matrimonio, sino más bien solo a ser liberado
de permanecer en el matrimonio. A mi también me parecería que el severo abuso
emocional, físico o sexual, sería causa suficiente de divorcio y posiblemente de un
nuevo matrimonio. Sin embargo, la Biblia no enseña esto específicamente.
En este problema, sabemos dos cosas con seguridad. (1) Nuevamente, Dios odia el
divorcio (Malaquías 2:16). (2) Dios es misericordioso y perdonador. Todos y cada uno
de los divorcios es el resultado del pecado, ya sea de parte de un esposo o de ambos.
¿Dios perdona el divorcio? ¡Absolutamente! El divorcio no es menos perdonable que
cualquier otro pecado. El perdón de todos los pecados está disponible a través de la fe
en Jesucristo (Mateo 26:28; Efesios 1:7). Si Dios perdona el pecado del divorcio,
¿significa que eres libre de volver a casarte? No necesariamente. Algunas veces Dios
llama a la gente a permanecer soltera (1 Corintios 7:7-8). El permanecer soltero no
debe verse como un castigo o maldición, sino más bien como una oportunidad de
servir a Dios con más libertad (1 Corintios 7:32-36). Aunque también la Palabra de
Dios nos dice que, ―…es mejor casarse que estarse quemando.‖ (1 Corintios 7:9). Tal
vez esto se aplique algunas veces al matrimonio después del divorcio.
Así que, ¿podrías o deberías casarte nuevamente? No puedo contestar esa pregunta. A
última instancia, eso es entre tú, tu esposo en potencia, y lo más importante; Dios. El
único consejo que puedo darte es que ores a Dios por sabiduría, considerando lo que
Él deseé que hagas (Santiago 1:5). Ora con una mente abierta, y genuinamente pide al
Señor que ponga Su deseo en tu corazón (Salmo 37:4-5). Busca la voluntad del Señor
(Proverbios 3:5-6) y déjate guiar por Él. Ese es el mejor consejo que puedo darte.
¿Quiénes fueron los doce (12) discípulos / apóstoles de
Jesucristo?
Pregunta Cristiana: ―¿Quiénes fueron los doce (12)
discípulos / apóstoles de Jesucristo?‖
Respuesta: La palabra ―discípulo‖ significa ―aprendiz‖ o ―seguidor‖. La palabra
―apóstol‖ se refiere a ―uno que es enviado‖. Mientras Jesús estuvo en el mundo, los
doce fueron llamados discípulos. Los 12 discípulos siguieron a Jesucristo, aprendieron
de ÉL, y fueron entrenados por Él. Después de la resurrección y ascensión de Jesús, Él
envió fuera a sus discípulos (Mateo 28:18-20; Hechos 1:8) para convertirse en Sus
testigos. Entonces ellos fueron conocidos como los doce apóstoles. Sin embargo, aún
cuando Jesús aún estaba todavía en el mundo, los términos discípulos y apóstoles
fueron utilizados indistintamente, mientras eran entrenados y enviados por Jesús.
Los doce discípulos / apóstoles originales están registrados en Mateo 10:2-4, ―Los
nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su
hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás,
Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el
cananita, y Judas Iscariote, el que también le entregó.‖ La Biblia también nombra a
los 12 discípulos / apóstoles en Marcos 3:16-19 y Lucas 6:13-16. Comparando estos
tres pasajes, hay un par de pequeñas diferencias en los nombres. Parece que Tadeo
también era conocido como ―Judas, hermano de Jacobo‖ (Lucas 6:16) y Lebeo (Mateo
10:3). Simón el Zelote también era conocido como Simón el cananita (Marcos 3:18).
Judas Iscariote, quien traicionó a Jesús, fue reemplazado por Matías entre los doce
apóstoles (ver Hechos 1:20-26). Algunos maestros bíblicos ―invalidaron‖ a Matías
como miembro de los 12 apóstoles, y en su lugar creyeron que el apóstol Pablo fue
elegido por Dios para reemplazar a Judas Iscariote como el doceavo apóstol.
Los doce discípulos / apóstoles fueron hombres ordinarios, a quienes Dios utilizó de
una manera extraordinaria. Entre los 12 había pescadores, un cobrador de impuestos
y un revolucionario. Los Evangelios registran las constantes caídas, luchas y dudas de
estos doce hombres que siguieron a Jesucristo. Después de ser testigos de la
resurrección y ascensión de Jesús al Cielo, el Espíritu Santo transformó a los
discípulos / apóstoles en poderosos hombres de Dios, quienes ―trastornaron al mundo
entero‖ (Hechos 17:6). ¿Cuál fue el cambio? Los 12 apóstoles / discípulos ―habían
estado con Jesús‖ (Hechos 4:13). ¡Ojalá se diga lo mismo de nosotros!
¿Qué es la salvación? ¿Qué es la doctrina cristiana de la
salvación?
Pregunta Cristiana: ―¿Qué es la salvación? ¿Qué es la
doctrina cristiana de la salvación?‖
Respuesta: La salvación es la liberación de un peligro o un sufrimiento. Salvar es
liberar o proteger. La palabra contiene la idea de victoria, salud, o preservación.
Algunas veces, la Biblia usa las palabras salvo o salvación para referirse a algo
temporal, liberación física, como la liberación de Pablo de la prisión (Filipenses 1:19).
Con más frecuencia, la palabra salvación se refiere a una eterna liberación espiritual.
Cuando Pablo le dijo al carcelero de Filipos lo que debía hacer para ser salvo, él se
estaba refiriendo al destino eterno del carcelero (Hechos 16:30-31). Jesús iguala el ser
salvo con la entrada al reino de Dios (Mateo 19:24-25).
¿Quién realiza la salvación? Solo Dios puede quitar el pecado y liberarnos del pago
del pecado (2 Timoteo 1:9; Tito 3:5).
¿Cómo recibimos la salvación? Somos salvados por la fe. Primero, debemos oír el
evangelio—las buenas nuevas sobre la muerte y resurrección de Jesucristo (Efesios
1:13). Después, debemos creer—confiando totalmente en el Señor Jesucristo
(Romanos 1:16). Esto incluye el arrepentimiento, un cambio de mentalidad acerca del
pecado y de Cristo (Hechos 3:19) y confesar el Nombre del Señor (Romanos 10:9-10).
La Biblia deja en claro que Jesús fue resucitado el primer día de la semana, el
domingo (Mateo 28:1; Marcos 16:2,9; Lucas 24:1; Juan 20:1,19). La resurrección de
Jesús es más digno de ser celebrado (véase 1 Corintios 15). Si bien es apropiado
celebrar la resurrección de Jesús en un domingo, el día en que se celebra la
resurrección de Jesús no debería ser llamado la Pascua. La Pascua no tiene nada que
ver con la resurrección de Jesús en un domingo.
Como resultado, muchos cristianos creen firmemente que el día en que celebramos la
resurrección de Jesús no debe ser denominado ―Domingo de Pascua‖. Más bien, algo
así como ‗Domingo de Resurrección‘ sería mucho más apropiado y bíblico. Para el
cristiano, es impensable que permitiéramos que la tontería de los huevos de Pascua y
el Conejito de Pascua sean el enfoque del día, en lugar de la resurrección de Jesús.
Si, Dios llama a algunos a ser maestros y les da el don de la enseñanza. Dios llama a
otros a ser siervos y los bendice con el don de servicio. Sin embargo, el conocer
específicamente nuestro don espiritual, no nos exenta de servir a Dios en áreas fuera
de nuestros dones. ¿Es beneficioso saber cuál es o son los dones espirituales con que
Dios nos ha dotado? Desde luego que lo es. ¿Está mal que nos enfoquemos demasiado
en los dones espirituales, al punto de perder otras oportunidades de servir a Dios? ¡Sí!
Si nos dedicamos a ser utilizados por Dios, Él nos equipará con los dones espirituales
que necesitemos.
En los libros de Hechos y las Epístolas, la gran mayoría de los milagros son realizados
por los apóstoles y sus colaboradores más cercanos. 1 Corintios 12:12 nos da la razón
del por qué, ―Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda
paciencia, por señales, prodigios y milagros‖ Hechos 2:22 nos dice que Jesús fue
―aprobado‖ por las ―maravillas, prodigios y señales‖ Igualmente lo fueron los
apóstoles ―reconocidos‖ como genuinos mensajeros de Dios por los milagros que
realizaban. Hechos 14:3 describe cómo el mensaje del Evangelio era ―confirmado‖
por los milagros que hacían Pablo y Bernabé.
1 de Corintios, capítulos 12-14 trata primeramente el tema de los dones del Espíritu.
De acuerdo al texto parece que algunas veces les eran concedidos dones de milagros a
cristianos ―ordinarios‖ . (12:8-10; 28-30) pero no se nos dice que tan común era esto.
Por todo lo anterior, entendemos que los apóstoles eran ―reconocidos‖ por estas
señales y prodigios, por lo que pareciera que la concesión de dones milagrosos a
cristianos ―ordinarios‖ era la excepción y no la regla. Fuera de los apóstoles y sus
colaboradores cercanos, en ningún lugar del Nuevo Testamento se describe
específicamente el ejercicio individual de dones de milagros del Espíritu.
Diariamente Dios cura milagrosamente a algunas personas. Dios aún nos habla hoy,
ya sea en una voz audible, o en nuestra mente, o a través de la Biblia, o impresiones y
acontecimientos. Dios aún realiza asombrosos milagros, señales y maravillas; y
algunas veces realiza esos milagros a través de un cristiano. Sin embargo, como ya
señalamos, no necesariamente son los dones de milagros del Espíritu. El propósito
principal para los dones del Espíritu era el ―probar o autentificar‖ que el Evangelio
era verdadero y que los apóstoles eran verdaderamente mensajeros de Dios. La Biblia
no dice categóricamente que los dones de milagros hayan cesado, pero sí establece el
fundamento por el que ya no pueden ser necesarios.
Comenzaremos con la revisión de verso por verso de cada uno de estos cinco,
correspondientes a la 2 narración de Génesis (en cursiva) y terminaremos con un
panorama general del resto del capítulo. Mientras que el pasaje 1 de Génesis en
realidad termina en el tercer verso del segundo capítulo; comenzaremos con el verso
cuatro la 2ª narración. Usaremos para ello la Biblia de las Américas, generalmente
reconocida como la mejor y más fidedigna traducción formal (literal) del texto. ―Estos
son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día en que el
SEÑOR Dios hizo la tierra y los cielos.‖ (v.4). La palabra hebrea traducida aquí como
―orígenes‖ es toledot, y la encontramos una docena más de veces a través de Génesis
(traducida como generaciones, familias, y nombres de los hijos) (5:1; 6:9; 10:1, 32;
11:10; 11:27; 25:12; 13, 19, 36:1, 9 y 37:2), y docenas de veces más a través del
Antiguo Testamento, siempre con referencia al linaje humano (sin excepción). La
palabra ―día‖ aquí se refiere a un período inespecífico de tiempo (ej. ―allá en los días
de mis abuelos‖), en vez de a un período de 24 horas (ej. ―tomará tres días
terminarlo‖), o a las horas del día (ej. ―hace calor durante el día‖). Así que, leyendo el
cuarto verso de manera directa sería: ―lo siguiente es el linaje humano de los cielos y
la tierra en el tiempo en que Dios los creó.‖ No especifica un primero, o segundo o un
octavo día.
―Y aún no había ningún arbusto del campo en la tierra, ni había brotado ninguna
planta del campo, porque el SEÑOR Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni
había hombre para labrar la tierra.‖ (v.5) La palabra hebrea traducida aquí como
―campo‖ es sadeh. Se refiere a una pequeña porción de tierra, o a un campo cultivado.
La palabra ―tierra‖ es erets. Se refiere a una porción más grande de tierra a al
planeta como un todo. Es una diferencia importante, una que vemos no solo aquí, sino
en otras partes de Génesis (por ejemplo en 23:13) y a través del Antiguo Testamento
(por ejemplo Levítico 25:2-3). Mientras que la vegetación en Génesis 1:11-12 era del
tipo general, la vegetación de Génesis 2:5, 8.9 es de una clase muy especial. Los
―arbustos del sadeh‖ y las ―plantas del sadeh‖ se refieren a la agricultura, sadeh
significa un campo cultivado.
Notemos que aún no había agricultura, porque ―…Dios no había enviado lluvia sobre
la tierra, ni había hombre para labrar la tierra.‖ Ante esto, vemos que había dos de
las cuatro cosas necesarias para la agricultura (el hombre para cultivar la tierra y la
lluvia, siendo las otras dos, una tierra fértil y luz de sol). El texto no solo se refiere
específicamente a las plantas de agricultura de un campo cultivado; sino que implica
que aún no se contaba con las otras dos de las cosas necesarias para la agricultura.
Por otra parte, es obvio que esto no se refiere a las plantas en general, que sería lo
mismo que decir que no había selvas, o bosques, o praderas en ninguna parte, porque
el hombre no había cultivado la tierra, lo cual es un razonamiento ridículo. No, la
vegetación descrita aquí, es la de la horticultura. Es agricultura.
―Pero se levantaba de la tierra un vapor que regaba toda la superficie del suelo.‖ (v.6).
Nótese que la tierra y el agua (en forma de vapor) ya existían en este punto. Solo que
aún no había llovido. Génesis 2 no es una narración de la creación de la tierra y el
agua; cosa que ya había sucedido en Génesis 1.
―Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz
el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente.‖ (v.7). Aquí, al presentar el linaje
humano de los cielos y la tierra en la era en que fueron creados, el autor retrocede en
la secuencia del tiempo al día sexto, cuando Dios hizo al hombre por primera vez, y al
lugar apropiado para comenzar. Vemos este mismo recurso literario –este retroceder
en la secuencia del tiempo con el propósito de dar más detalles– también en otras
partes de la Biblia. Consideremos 1 Reyes 6-7. En el capítulo seis, leemos acerca de la
construcción del templo de Salomón. Es terminado en el último verso del capítulo, que
es el 38: ―Y en el undécimo año, en el mes de Bul, que es el mes octavo, fue acabada la
casa con todas sus dependencias, y con todo lo necesario. La edificó pues, en siete
años.‖ Entonces, en el primer verso del siguiente capítulo, el autor prosigue
describiendo la construcción del palacio de Salomón: ―Después edificó Salomón su
propia casa en trece años, y la terminó toda.‖ En el verso 12, el autor termina con el
palacio. Entonces, en el verso 13 del capítulo 7, él regresa a los inicios de la
construcción del templo, retrocediendo por tanto en la secuencia del tiempo, en la cual
él ya lo había terminado en el 6º capítulo, aún antes de proseguir describiendo la
construcción del palacio en el 7º.
Los versos 15-17 regresan al Huerto e incluyen la advertencia en contra de comer del
Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal. En el verso 18, leemos la decisión de Dios
de crear a una mujer para Su varón, una decisión que sin lugar a dudas Él ya había
tomado mucho antes de haber creado al primer hombre. La decisión es presentada
aquí como una guía hacia lo que sucedió después.
En los versos 19-20, Dios sienta a Adán, y de la tierra crea ante él a ―toda bestia del
campo‖ y a ―toda ave de los cielos‖ para que él les ponga nombre. Primero notemos
esto; de acuerdo con la antigua mentalidad, al nombrar algo, te convertías en su
dueño. Así que esta fue una especie de ceremonia, por medio de la cual, Adán recibió
de Dios a estas criaturas como su propiedad (y por extensión, el resto de la creación).
Segundo, notemos que Dios no recreó cada clase de animal para que Adán lo
nombrara, solo eligió a algunos: ―las bestias del campo,‖ (¿cómo llamaremos a las
bestias de carga – a aquellas que ayudarán al hombre en sus actividades agrícolas?) y
a ―las aves de los cielos‖ (sin duda por su asombrosa majestad… como si Dios le
estuviera diciendo a Adán, ―¿Crees que esas bestias de carga son impresionantes,?
¡Pues mira esto!‖) Así que Adán no estuvo sentado ahí por semanas nombrando a
miles de animales. Tercero, consideremos el hecho de que Dios había creado
inicialmente a todas estas creaturas, aún antes de que hubiera hecho a Adán, así que
Adán no vio a Dios crearlas a todas ellas. Al crear un jardín y recrear a unos cuantos
representativos del reino animal justo frente a Adán, Dios estaba dispuesto a
mostrarle que Él era el Creador de todo (en el caso de que algún usurpador –por
ejemplo Satanás – llegara más tarde y tratara de reclamarlo para él mismo). En
cuarto y último lugar, este ejercicio sin duda fue didáctico. Tal vez por medio de él,
Dios pudo enseñarle a Adán algo de una importante lección acerca del valor de la
singularidad, la belleza y peculiaridad del regalo que estaba por recibir – su esposa.
Finalmente, en los versos 21-25 Dios coloca su joya inapreciable en la corona de Su
creación: Él crea del hombre, a la mujer. Y el resto, como dicen, es historia.
Sin embargo, el problema aquí es que, aunque Satanás tiene algún poder, él no es
igual al Dios Todopoderoso, porque él fue creado por Dios en la forma de un ángel
antes que cayera del cielo por su rebelión (Isaías 14:12-15; Ezequiel 28:13.17). Como
dice la Escritura, ―Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor
es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.‖ (I Juan 4:4). Así que, de
acuerdo con la Escritura, no hay un dualismo, no existen dos fuerzas opuestas de igual
poder llamadas el Bien y el Mal. El Bien, representado por Dios Todopoderoso, es la
fuerza más poderosa del universo sin excepción. El Mal, representado por Satanás, es
una fuerza menor que no iguala a la del Bien. El Mal será derrotado cada vez en
cualquier encuentro con Dios, porque Dios Todopoderoso, la esencia del Bien, tiene
mucho más poder, mientras que el Mal, representado por Satanás no es todopoderoso.
Siempre que cualquier doctrina describa el Bien y el Mal como dos fuerzas opuestas
iguales, esa doctrina contradice la posición escritural del Bien, representado por Dios
Todopoderoso, que es el poder dominante de todo el universo. Puesto que Satanás no
lo es, y jamás será igual a Dios, cualquier doctrina que diga que él lo es, puede ser
marcada como una falsa doctrina. Solo porque Satanás fue expulsado del cielo por
tratar de elevarse sobre Dios y ser adorado en Su lugar, no significa que Satanás se
haya dado por vencido en tratar de hacerse igual o superior a Dios, como es
evidenciado por los principios básicos del ―dualismo‖ que ha surgido mayormente a
través de la raíz filosófica de la sabiduría humana.
Cada persona, infante o adulta, es culpable ante Dios; cada persona ha ofendido la
santidad de Dios. La única manera en que Dios puede ser justo y al mismo tiempo
declarar justa a una persona, es cuando esa persona ha recibido el perdón por la fe en
Cristo. Jesucristo es el único camino. Juan 14:6 registra lo que dijo Jesús, ―Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí.‖ También Pedro
declara en Hechos 4:12, ―Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre
bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.‖ La salvación es una
elección individual.
¿Qué sucede con los bebés y niños que nunca alcanzaron la habilidad para hacer esta
decisión personal? ―La edad de la conciencia‖ es un concepto que enseña que aquellos
que mueren antes de alcanzar ―la edad en que son responsables‖ son salvados
automáticamente, por la gracia y misericordia de Dios. ―La edad de la conciencia‖ es
la creencia de que Dios salva a todos aquellos que mueren antes de alcanzar la
habilidad para hacer una decisión por o contra Cristo. Los trece años, es la edad más
comúnmente designada como la edad de la conciencia, basándose en la costumbre
judía de que un niño se convierte en adulto a esta edad. Sin embargo, la Biblia no
proporciona un soporte directo a la edad de los 13 años como la edad de la conciencia.
Más bien varía de un niño a otro. Un niño ha pasado la edad de la conciencia, una vez
que es capaz de hacer una decisión de fe a favor o en contra de Cristo.
El pasaje que parece identificarse con este tópico, más que ningún otro está en 2
Samuel 12:21-23. El contexto de estos versos es que el rey David cometió adulterio con
Betsabé resultando ella embarazada. Dios envió al profeta Natán para informar a
David que por su pecado, el Señor había decretado la muerte del niño. David
respondió a esto con lamentos, aflicción, y oración por el niño. Pero, una vez que el
niño murió, el lamento de David terminó. Sus siervos se sorprendieron de escuchar
esto. Ellos le dijeron al rey David, ―¿Qué es esto que has hecho? Por el niño, viviendo
aún, ayunabas y llorabas; y muerto él, te levantaste y comiste pan. Y él respondió;
Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo; ¿Quién sabe si Dios tendrá
compasión de mí, y vivirá el niño? Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de
ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.‖ La respuesta
de David puede ser vista como un argumento de que aquellos que no pueden creer
están a salvo en el Señor. David dijo que él podría ir al niño, pero que él no podría
traer al niño de regreso con él. También, e igualmente importante, es que David
parece ser confortado con esto. En otras palabras, David parecía estar diciendo que él
vería al niño nuevamente (en el cielo) aunque él no lo pudiera traer de regreso.
Aunque la Biblia deja abierta la posibilidad, el problema de decir que Dios aplica la
expiación de Cristo por el pecado a aquellos que no pueden creer; es que la Biblia no
dice específicamente que Él haga esto. Por lo tanto, este es un tema por el que no
debemos ser inflexibles o dogmáticos. Podemos, sin embargo, ser dogmáticos en
cuanto al hecho de que Dios SIEMPRE hace lo correcto.
Sin embargo, otra interpretación, la cual parece estar más acorde con el contexto, es
que Génesis 6:3 es una constancia de la declaración de Dios, de que el Diluvio
ocurriría 120 años después de Su pronunciamiento. El haber puesto límite a los días
de la humanidad, es una referencia a la humanidad misma, siendo destruida por el
Diluvio. Algunos difieren de esta interpretación debido al hecho de que Dios mandó a
Noé construir el arca cuando Noé tenía 500 años de edad en Génesis 5:32 y Noé tenía
600 años cuando llegó el Diluvio (Génesis 7:6); dándole únicamente un tiempo de 100
años, no de 120. Sin embargo, no es estipulado el tiempo cuando Dios hizo el
pronunciamiento de Génesis 6:3. Más aún, Génesis 5:32 no es el momento en el que
Dios ordenó a Noé construir el arca, sino más bien la edad que tenía Noé cuando se
convirtió en el padre de sus tres hijos. Es perfectamente plausible, que Dios
determinara que el Diluvio ocurriera en 120 años y entonces esperara varios años
antes de ordenarle a Noé construir el arca. Cualquiera que haya sido el caso, los 100
años entre Génesis 5:32 y 7:6 de ninguna manera contradicen los 120 años
mencionados en Génesis 6:3.
Muchos cientos años después del Diluvio, Moisés declaró, ―Los días de nuestra edad
son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años; con todo, su fortaleza es
molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos.‖ (Salmo 90:10). Ni Génesis 6:3 ni
Salmos 90:10 son órdenes de Dios limitando la edad para la humanidad. Génesis 6:3
es una predicción del tiempo para el Diluvio. El Salmo 90:10, es simplemente una
declaración de que por regla general, la gente vive de 70 a 80 años (lo cual aún es
cierto en nuestros días.)
¿Cuál es la edad de la tierra? ¿Cuántos años tiene la
tierra?
Pregunta Cristiana: ―¿Cuál es la edad de la tierra?
¿Cuántos años tiene la tierra?‖
Respuesta: El hecho de que de acuerdo con la Biblia, Adán fue creado en el sexto día
de la existencia de nuestro planeta, podemos determinar con bases bíblicas la edad
aproximada de la tierra, viendo los detalles cronológicos de la raza humana. Esto por
supuesto asume que los datos de Génesis son precisos, que el sexto día de la creación
descrito en Génesis fue literalmente un período de 24 horas, y que no hubo intervalos
cronológicos ambiguos.
La genealogías descritas en los capítulos cinco y once de Génesis, nos dicen la edad en
la cual Adán y cada uno de sus descendientes iniciaron la siguiente generación en una
ancestral línea sucesiva desde Adán hasta Abraham. Determinando dónde encaja
Abraham cronológicamente en la historia y añadiendo las edades mencionadas en los
capítulos cinco y once de Génesis, aparentemente la Biblia enseña que la tierra tiene
aproximadamente 6,000 años de edad, agregando o restando algunos pocos cientos de
años.
¿Qué hay de la popular idea de que tiene 4.6 billones de años, aceptada por la mayoría
de los científicos actuales y enseñada en la gran mayoría de las instituciones
académicas? Esta edad es primeramente derivada de dos datos técnicos: el método del
carbono 14 que determina la edad de vestigios orgánicos (radiometría), y la escala del
tiempo geológico. Los científicos que abogan por una edad menor de
aproximadamente 6,000 años, insisten que la prueba del carbono 14 es defectuosa
porque se basa en una serie de suposiciones inexactas, mientras que la escala del
tiempo geológico es poco acertada, porque emplea un razonamiento circular. Es más,
ellos exponen la falsedad de los antiguos mitos sobre la edad de tierra; como la
popular y malentendida creencia de que la estratificación, fosilización y la formación
de diamantes, carbón, petróleo, estalactitas y estalagmitas, etc, requieren de largos
períodos de tiempo para su formación. Finalmente, los defensores de una menor edad
de la tierra, presentan evidencias positivas, en vez de las evidencias presentadas para
una larga edad, las cuales son invalidadas por ellos. Los científicos partidarios de una
tierra joven, saben que representan actualmente una minoría, pero insisten en que sus
seguidores aumentarán con el tiempo, mientras más y más científicos reexaminan la
evidencia y ven más de cerca el paradigma actualmente aceptado de una tierra vieja.
Por último, la edad de la tierra no puede ser probada. Ya sean 6,000 o 4.6 billones de
años – ambas posturas (y todas aquellas en medio de estas) se basan en la fe y las
suposiciones. Aquellos que sostienen los 4.6 billones de años, confían en que los
métodos tales como la radiometría son confiables, y que nada ha ocurrido en la
historia que pueda haber perturbado la desintegración de los radio-hisopos. Los que
sostienen los 6,000 años, confían en que la Biblia es la verdad, y que otros factores
explican la ―aparente‖ edad de la tierra, tales como el diluvio universal, o la creación
de Dios del universo en un estado que ―parece‖ darle una muy larga edad. Como
ejemplo tenemos que, Dios creó a Adán y a Eva como seres humanos adultos y
desarrollados. Si un doctor hubiera tenido que examinar a Adán y a Eva en el día de
su creación, el doctor habría estimado su edad en 20 años (o cualquier edad que ellos
parecían tener) – cuando, de hecho, Adán y Eva tenían menos de un día de su
creación. Cualquiera que sea el caso, siempre hay una buena razón para confiar en la
Palabra de Dios sobre las palabras de científicos ateos con una agenda evolucionista.
Generalmente hablando, los capítulos del 4 al 18 del libro de Apocalipsis, tratan de los
juicios de Dios sobre la gente en el mundo. Estos juicios NO son para la iglesia (1
Tesalonicenses 5:2, 9). La iglesia ya ha sido sacada del mundo en un evento llamado el
Arrebatamiento. El Arrebatamiento es descrito en 1 Tesalonicenses 4:13-18 y 1
Corintios 15:51-52. Este es el tiempo de angustia para Jacob—angustia para Israel
(Jeremías 30:7; Daniel 9:12; 12:1). También es un tiempo cuando Dios estará
juzgando al mundo por su rebelión contra Él.
Los capítulos 21 y 22 narran lo que se conoce como el estado eterno. Aquí es donde
Dios nos dice cómo será la eternidad con Él. ¡El libro de Apocalipsis es comprensible!
Dios no nos lo hubiera dado si su significado fuera enteramente un misterio. La clave
para entender el libro de Apocalipsis es interpretarlo tan literalmente como sea
posible. El libro de Apocalipsis dice lo que significa.
¿Es Dios real? ¿Cómo puedo saber con seguridad que
Dios es real?
Pregunta Cristiana: ―¿Es Dios real? ¿Cómo puedo saber
con seguridad que Dios es real?‖
Respuesta: Sabemos que Dios es real porque se nos ha revelado de tres maneras: en la
creación, en Su Palabra y en Su Hijo, Jesucristo.
Cada civilización a través de la historia ha valorado ciertas leyes morales, las cuales
son sorprendentemente similares de cultura en cultura. Por ejemplo, el ideal del amor
es apreciado universalmente, mientras que el acto de mentir es condenado
universalmente. Esta moralidad común – este entendimiento global de lo correcto y lo
erróneo – apunta hacia un Ser Supremo Moral quien nos dio tales escrúpulos.
Nos damos cuenta de que siempre habrá escépticos que tienen sus propias ideas
referentes a Dios y por consiguiente van a estudiar la evidencia. Y habrán algunos
para quienes no hay prueba que los convenza (Salmos 14:1). Todo se reduce
básicamente a la fe (Hebreos 11:6).
Juan 1:1 dice que ―El Verbo era Dios‖. Juan 1:14 dice que ―Aquel Verbo fue hecho
carne‖. Esto indica claramente que Jesús es Dios en la carne. Hechos 20:28 nos dice,
―… para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre‖. ¿Quién
compró la iglesia con Su propia sangre? Jesucristo. Hechos 20:28 declara que Dios
compró la iglesia con Su propia sangre. ¡Por tanto, Jesús es Dios!
Con respecto a Jesús, Tomás el discípulo declaró, ―Señor mío, y Dios mío‖ (Juan
20:28). Jesús no lo corrigió. Tito 2:13 nos anima a esperar la venida de nuestro Dios y
Salvador – Jesucristo (vea también 2ª Pedro 1:1). En Hebreos 1:8, el Padre declara de
Jesús, ―Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es
el cetro de tu reino.‖
La razón más importante para decir que Jesús tiene que ser Dios, es que si El no es
Dios, Su muerte no habría sido suficiente para pagar la penalidad por los pecados de
todo el mundo (1ª Juan 2:2). Solamente Dios pudo pagar tal penalidad infinita.
Solamente Dios pudo tomar los pecados del mundo (2ª Corintios 5:21), morir, y
resucitar – probando Su victoria sobre el pecado y la muerte.
Dicho lo anterior, aún existe el problema de que esos escándalos a veces ocurren entre
aquellos que aseguran ser cristianos evangélicos. Prominentes líderes cristianos han
sido expuestos por cometer adultero o participar en prostitución. Algunos cristianos
evangélicos han sido convictos de evasión de impuestos y otras ilegalidades
financieras. ¿Por qué ocurre esto? Hay al menos tres explicaciones primarias: (1)
Algunos de los que aseguran ser cristianos evangélicos son charlatanes, (2) Algunos
líderes cristianos evangélicos permiten que su posición los lleve al orgullo, (3) Satanás
y sus demonios atacan y tientan más agresivamente a quienes están en el liderazgo
cristiano, porque ellos saben que un escándalo que involucre a un líder, puede tener
resultados devastadores, tanto para los cristianos como para quienes no lo son.
(2) La Biblia hace muy claro que ―Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes
de la caída la altivez de espíritu. (Proverbios 16:18) Santiago 4:6 nos recuerda,
―…Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.‖ La Biblia repetidamente
nos advierte contra el orgullo. Muchos líderes cristianos comienzan su ministerio con
un espíritu de humildad y confianza en Dios, pero a medida que el ministerio crece y
prospera, es fácil y tentador para los líderes, tomar algo de esta gloria para ellos
mismos. Eventualmente, algunos líderes cristianos evangélicos, al mismo tiempo que
ofrecen alabanza de labios a Dios, realmente intentan conducir y construir el
ministerio sobre su propia fuerza y sabiduría. Esta clase de orgullo conduce a la caída.
Dios, a través del profeta Oseas, advierte, ―En sus pastos se saciaron, y repletos, se
ensoberbeció su corazón; por esta causa se olvidaron de mí.‖ (Oseas 13:6).
(3) Satanás sabe que por la influencia de un escándalo con un líder cristiano
evangélico, él puede obtener un poderoso impacto. Así como el adulterio del rey David
con Betsabé y el acuerdo sobre la muerte de Urías causó gran daño a la familia de
David y a la nación entera de Israel – así también muchas iglesias o ministerios han
sido dañados o destruidos por la caída de su líder. Muchos cristianos han tenido un
debilitamiento en su fe como resultado de presenciar la caída un líder. Muchos no
cristianos utilizan esta caída de líderes ―cristianos‖ como una razón por la que ellos
rechazan el cristianismo. Satanás y sus demonios saben esto, y por lo tanto dirigen
más sus ataques contra aquellos que laboran como líderes. La Biblia nos advierte a
todos, ―Sed sobrios y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente,
anda alrededor buscando a quien devorar‖ (1 Pedro 5:8).
(1) No escuches o aceptes acusaciones sin bases o infundadas (Proverbios 18:8, 17; 1
Timoteo 5:19). (2) Toma las medidas bíblicas apropiadas para reprender a aquellos
que pecan (Mateo 18:15-17; 1 Timoteo 5:20). Si el pecado es severo y comprobado, se
debe imponer su separación del ministerio de liderazgo (1 Timoteo 3:1-13) (3)
Perdona a aquellos que pecan (Efesios 4:32; Colosenses 3:13), y cuando el
arrepentimiento sea comprobado, restáurales al compañerismo (Gálatas 6:1; 1 Pedro
4:8). (4) Sé fiel en tu oración por nuestros líderes. Conociendo los problemas a los que
se enfrentan, las tentaciones que sufren y el estrés que deben soportar, debemos estar
orando por nuestros líderes, pidiendo a Dios que los fortalezca, proteja, y anime. (5)
Lo más importante, es que tomes el fracaso de un líder cristiano evangélico como un
recordatorio para fundamentar tu fe en Dios, y en Dios solamente. Dios nunca falla,
nunca peca, y jamás miente. ―Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la
tierra está llena de Su gloria‖ (Isaías 6:3).
El hecho de que el Espíritu Santo es Dios, es visto claramente en muchas partes de las
Escrituras, incluyendo Hechos 5:3-4. En este versículo, Pedro confronta a Ananías por
haber mentido al Espíritu Santo, y le dice que él ―no había mentido a los hombres sino
a Dios‖. Es una clara declaración de que mentir al Espíritu Santo es mentir a Dios.
También podemos saber que el Espíritu Santo es Dios, porque El posee los atributos o
características de Dios. Por ejemplo, el hecho de que el Espíritu Santo es
omnipresente, lo vemos en Salmos 139:7-8 ―¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a
dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere
mi estrado, he aquí, allí tú estás‖. Luego, en 1ª Corintios 2:10 vemos la característica
de la omnisciencia del Espíritu Santo. ―Pero Dios nos las reveló a nosotros por el
Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios‖. Porque
¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está
en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.‖
Podemos conocer que el Espíritu Santo es en verdad una Persona, porque El posee
una mente, emociones y una voluntad. El Espíritu Santo piensa y sabe (1ª Corintios
2:10). El Espíritu Santo puede ser afligido (Efesios 4:30) El Espíritu intercede por
nosotros (Romanos 8:26-27). El Espíritu Santo hace decisiones de acuerdo con Su
voluntad (1ª Corintios 12:7-11). El Espíritu Santo es Dios, la tercera ―Persona‖ de la
Trinidad. Como Dios, el Espíritu Santo puede funcionar verdaderamente como el
Consejero y Consolador, como Jesús prometió sería (Juan 14:16, 26; 15:26).
El apóstol Pablo dice que los creyentes deben ser ―llenos‖ del Espíritu Santo. ―No os
embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.‖
(Efesios 5:18). La oración en este pasaje es continua, y por lo tanto significa
―mantenerse lleno del Espíritu.‖ El ser llenos del Espíritu, es simplemente permitir
que el Espíritu Santo nos controle, en vez de entregarnos a los deseos de nuestra
propia naturaleza carnal. En el pasaje anterior, se hace esta comparación. Cuando
alguien es controlado por el vino, se embriaga y manifiesta ciertas características,
tales como un hablar incoherente, un caminar vacilante, e imposibilidad para tomar
decisiones. Así como puedes decir cuando una persona está ebria por las
características que exhibe, así un creyente nacido de nuevo que es controlado por el
Espíritu Santo, también mostrará Sus características. Encontramos estas
características en Gálatas 5:22-23, donde se les llama ―el fruto del Espíritu.‖ Este es el
carácter cristiano, producido por el trabajo del Espíritu en y a través del creyente.
Este carácter no es producido por esfuerzo propio. Un creyente nacido de nuevo que
es controlado por el Espíritu Santo, manifestará un hablar juicioso, un caminar
espiritual consistente, y la toma de decisiones basadas en la Palabra de Dios.
La mujer fue formada de una costilla de Adán; no fue tomada de su cabeza para que
gobierne sobre él, tampoco fue formada de sus pies para ser pisoteada por él, sino que
fue tomada de su costado, para ser igual a él, bajo su brazo para ser protegida y cerca
de su corazón para ser amada. El ―someteos‖ en Efesios 5:21, es la misma palabra
usada en 5:22. Los creyentes deben someterse unos a otros en reverencia a Cristo. Los
versos 19-21, son todos el resultado de estar llenos del Espíritu Santo (5:18). Los
creyentes llenos del espíritu son adoradores (5:19), agradecidos (5:20), y sumisos
(5:21). Pablo entonces, sigue su línea de pensamiento del vivir con la llenura del
Espíritu y la aplica a los esposos y esposas en los versos 22.33.
¿Cómo sabré cuando haya encontrado a quien Dios haya
elegido para mí?
Pregunta Cristiana: ―¿Cómo sabré cuando haya
encontrado a quien Dios haya elegido para mí?‖
Respuesta: La Biblia no enseña cómo encontrar ―al (a la) esposo(a) perfecto(a),‖
tampoco es tan específica como quisiéramos en el aspecto de encontrar a la pareja
ideal para el matrimonio. Ni siquiera nos dice que Dios ha elegido a una persona
específica para el matrimonio de cada uno de nosotros. Lo que nos dice la Palabra de
Dios es que nos aseguremos de no unirnos en yugo desigual con los incrédulos (2
Corintios 6:14-15), y esto es especialmente cierto en el matrimonio. Primera de
Corintios 7:39 nos recuerda que cuando somos libres para casarnos, debemos hacerlo
solo con aquellos que son aceptables ante Dios – en otras palabras, con cristianos. Más
allá de esto, la Biblia guarda silencio acerca de cómo casarnos con la persona
―correcta.‖
Así que ¿por qué Dios no nos dice lo que debemos buscar en un(a) compañero(a)?
¿Por qué no tenemos más especificaciones acerca de un asunto tan importante? La
verdad es que La Biblia es tan clara en lo que es un cristiano y cómo debemos
comportarnos, que no son necesarias las especificaciones. Se supone que los cristianos
deben ser de un mismo parecer acerca de los asuntos importantes, y si dos cristianos
se han comprometido a su matrimonio y a obedecer a Cristo, ellos ya poseen los
ingredientes necesarios para el éxito. Sin embargo, por razón de que nuestra sociedad
ahora se encuentra inundada con toda clase de personas que profesan ―el
Cristianismo,‖ sería prudente usar el discernimiento antes de que una persona se
avoque al compromiso de por vida del matrimonio. Una vez que se han identificado
las prioridades de la pareja en prospecto –si él o ella están verdaderamente
comprometidos en seguir a Cristo– entonces las especificaciones son más fáciles de
identificar y manejar.
Primero, antes de casarse, una persona debe asegurarse de que él o ella está listo para
el matrimonio. Debe tener suficiente madurez para ver más allá del aquí y ahora y
estar dispuesto a comprometerse para unirse con esa otra persona para el resto de su
vida. También reconocer que el matrimonio requiere de sacrificio y generosidad.
Antes de casarse, la pareja debe estudiar los papeles y obligaciones del esposo y la
esposa, que pueden encontrar en Efesios 5:22-31, 1 Corintios 7:1-16, Colosenses 3:18-
19, Tito 2:1-5, y 1 Pedro 3:1-7.
Una pareja debe asegurarse de conocerse uno al otro por un período de tiempo
suficiente, antes de hablar de matrimonio. Deben vigilar cómo reacciona la otra
persona ante diferentes situaciones, cómo se comporta con sus familias y amigos, y con
que clase de personas se junta. El comportamiento de una persona es grandemente
influenciado por quienes socializan con ella (1 Corintios 15:33). Ambos deben estar de
acuerdo en temas tales como moralidad, finanzas, valores, hijos, asistencia a la iglesia
y su involucramiento, relaciones con los suegros, y –para las mujeres– el trabajar
fuera de casa. Estas son áreas potenciales de conflicto en el matrimonio y deben ser
cuidadosamente consideradas antes del matrimonio.
La mala noticia es que la penalidad por el pecado es la muerte. ―El alma que pecare,
esa morirá‖ (Ezequiel 18:4). La buena noticia es que un Dios de amor nos ha buscado,
a fin de traernos la salvación. Jesús declaró que Su propósito era ―buscar y salvar lo
que se había perdido‖ (Lucas 19:10), y cuando murió en la cruz, declaró cumplido
este propósito con las palabras, ―Consumado es‖ (Juan 19:30).
Tener una buena relación con Dios comienza por reconocer su pecado. Luego viene
una confesión humilde del pecado a Dios (Isaías 57:15) y una determinación de
renunciar al pecado. ―Con la boca se confiesa para salvación‖ (Romanos 10:10).
Estar bien con Dios depende de su respuesta a lo que Dios ha hecho en beneficio suyo.
Él envió al Salvador, proveyó el sacrificio para quitar su pecado (Juan 1:29), y ofrece
esta promesa: ―Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo‖ (Hechos
2:21).
Si usted quiere estar bien con Dios, aquí está una oración modelo. Recuerde, hacer
esta oración o cualquier otra, no lo va a salvar. Es solamente el confiar en Cristo lo
que le puede librar del pecado. Esta oración es simplemente una manera de expresar a
Dios su fe en Él, y agradecerle por proveerle su salvación. ―Dios, sé que he pecado
contra ti y merezco castigo. Pero Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, de manera
que a través de la fe en El yo pueda ser perdonado. Me aparto de mi pecado y pongo
mi confianza en Ti para la salvación. ¡Gracias por Tu maravillosa gracia y perdón – el
don de la vida eterna! En Nombre de Jesús, ¡Amén!‖
Otra cosa que uno debe considerar es, si esa persona es un buen candidato para
convertirse en la posible pareja. ¿Ha puesto ya a Dios como lo primero y más
importante en su vida? ¿Está dispuesto(a) a dar su tiempo y energía para ayudar a
que la relación y quizá el matrimonio dure para toda la vida? ¿Es alguien que querría
casarse? No existe una medidor para determinar cuando estamos enamorados de
alguien, pero es importante discernir si estamos siguiendo nuestras primitivas
emociones o siguiendo la voluntad de Dios para nuestras vidas.
Sin el AT, no entenderíamos las costumbres judías que son mencionadas en pasajes
del NT. No entenderíamos las perversiones que hicieron los fariseos a la ley de Dios, al
añadirle sus tradiciones. No entenderíamos porqué Jesús estaba tan enfadado
mientras Él limpiaba el patio del templo. No entenderíamos que podemos usar la
misma sabiduría que usó Jesucristo en Sus muchas respuestas a Sus adversarios
(tanto humanos como demoníacos).
El AT también contiene numerosas lecciones para nosotros a través de las vidas de sus
muchos personajes falibles. Al observar sus vidas podemos ser animados a confiar en
Dios sin importar lo que suceda (Daniel 3), y a no comprometernos en las cosas
pequeñas (Daniel 1), para que seamos fieles más tarde ante las cosas grandes (Daniel
6). Podemos aprender que es mejor confesar el pecado pronta y sinceramente, en
lugar de pasar la culpa a otros (1 Samuel 15). Podemos aprender a no jugar con el
pecado, porque nos encontrará desprevenidos y su mordida es mortal (Ver Jueces 13-
16).
Sin el AT, no tendríamos una base para sostenernos contra el error de las
perversiones políticamente correctas de nuestra sociedad, en la que la evolución es
vista como creadora de todas las especies a través de millones de años (en lugar de ser
ellas el resultado de la creación especial de Dios en seis días literales). Aceptaríamos la
mentira de que los matrimonios y la unidad familiar son una estructura evolutiva que
debe continuar cambiando ante los cambios sociales, en vez de ser vista como un
diseño de Dios con el propósito de criar buenos hijos y para la protección de aquellos
que de otra manera serían utilizados y abusados (más frecuentemente las mujeres y
los niños).
Sin el AT, no entenderíamos las promesas que Dios cumplirá en un futuro con la
nación judía. Como resultado, no veríamos propiamente que el período de la
Tribulación es un lapso de siete años en el cual Él trabajará específicamente con la
nación judía que lo rechazó en Su primera venida, pero que lo recibirá en Su segunda
venida. No entenderíamos cómo el futuro reinado de Cristo de 1,000 años, encaja en
Sus promesas a los judíos, ni cómo los gentiles encajarían en él. Tampoco veríamos
cómo el final de la Biblia ata los cabos sueltos que no fueron revelados en el principio
de la Biblia, cómo Dios restaurará el paraíso que Él originalmente creó para que fuera
este mundo, y cómo disfrutaremos de un íntimo compañerismo con Él de una manera
personal como en el Huerto del Edén.
Debemos leer y estudiar la Biblia porque es totalmente confiable y sin error. La Biblia
es única entre muchos auto-nombrados libros ―sagrados‖ porque no solo ofrece
enseñanzas morales y dice ―confía en mí‖. Más bien, nos ofrece la oportunidad de
probarla, corroborando cientos de detalladas profecías que contiene, verificando los
eventos históricos que relata, y comprobando los hechos científicos que describe.
Aquellos que dicen que la Biblia tiene errores deben tener sus oídos cerrados a la
verdad. Jesús preguntó una vez; ―¿Qué es más fácil, decir: tus pecados te son
perdonados o decir: levántate y anda?‖ (Lucas 5:23) Entonces Él probó que tenía el
poder para perdonar los pecados (algo que no podemos ver físicamente) curando al
paralítico (algo que los que lo rodeaban pudieron atestiguar con sus ojos) De manera
similar, tenemos la seguridad de que la Palabra de Dios es verdad cuando se discuten
aspectos espirituales que no podemos atestiguar con nuestros sentidos físicos; pero
mostrando su veracidad en todas aquellas áreas que podemos verificar (exactitud
histórica, científica y profética).
Debemos leer y estudiar la Biblia porque existe mucha falsa enseñanza. La Biblia nos
da la medida mediante la cual podemos distinguir la verdad del error. Nos dice cómo
es Dios. Tener una impresión equivocada de Dios es adorar un ―ídolo‖ o ―dios falso‖.
Estamos adorando algo que ¡no es ÉL! La Biblia también nos dice cómo podemos
verdaderamente ir al cielo…y no es por ser buenos, o ser bautizados o ninguna otra
cosa que podamos HACER (Juan 14:6; Efesios 2:1-10; Isaías 53:6; Romanos 3:10b.,
5:8; 6:23; 10:9-13). A través de estos textos, la Palabra de Dios nos enseña cuánto ÉL
nos ama (Romanos 5:6-8; Isaías 53:5) Y así es como sabiendo esto, somos llevados a
amarle a Él en respuesta (1 Juan 4:19).
La Biblia te equipará para servirle a Dios (2 Timoteo 3:17; Efesios 6:17; Hebreos
4:12). Te ayudará a saber cómo puedes ser salvado de tus pecados y de sus últimas
consecuencias (2 Timoteo 3:15). Al meditar en ella y obedecer sus enseñanzas te
llevará a una vida victoriosa (Josué 1:8; Santiago 1:25). La Palabra de Dios te
ayudará a ver el pecado en tu vida y te ayudará a deshacerte de él (Salmos 119:9.11).
Será una guía para tu vida, haciéndote más sabio que tus maestros (Salmo 32:8;
119:9,11; Proverbios 1:6). La Biblia te librará de perder años de tu vida en lo que no
dura ni tampoco importa (Mateo 7:24.27).
Leer y estudiar la Biblia te ayudará a ver más allá del atractivo ―anzuelo‖ y doloroso
―gancho‖ de las tentaciones pecaminosas, para que puedas aprender de los errores de
otros, en vez de experimentarlos tu mismo. La experiencia es un gran maestro, pero
cuando se trata de aprender del pecado, es un duro y terrible maestro. Es mucho
mejor aprender de los errores ajenos. Hay tantos personajes bíblicos de quien
aprender, tanto modelos positivos como negativos, que con frecuencia proceden de la
misma persona en diferentes etapas de su vida. Por ejemplo, David, en su reto al
gigante Goliat, nos enseña que Dios es más grande que cualquier cosa a la que quiera
que nos enfrentemos (1 Samuel 17). David, al ceder a la tentación y cometer adulterio
con Betsabé, nos revela el largo alcance y las terribles consecuencias que puede
acarrearnos un ―momento de placer‖ (2 Samuel 11). El conocer la Biblia nos da una
paz y una esperanza real cuando todo a nuestro alrededor parece desmoronarse,
(Romanos 15:4; Salmo 112:7; Habacuc 3:17-19).
La Biblia es un libro que no es solo para leerse. Es un libro para estudiarse, a fin de
poder ser aplicado a tu vida. De otra manera, es como tragarse el bocado de comida
sin masticarlo y después escupirlo de nuevo… sin ningún valor nutricional
aprovechado. La Biblia es la Palabra de Dios. Como tal, es tan necesaria como las
leyes de la naturaleza. Tu puedes ignorarla, pero lo harás para tu propio mal, así
como lo sería si ignoraras la ley de la gravedad. No puede ser los suficientemente
enfatizada, la importancia que tiene la Biblia en nuestras vidas. El estudiar la Biblia
puede compararse al extraer oro de una mina. Si hacer un pequeño esfuerzo y solo
―ciernes los guijarros en el arroyo‖ solo encontrarás un poco de polvo de oro. Pero si
te esfuerzas en realmente ―excavar en ella‖, tu recompensa será de acuerdo a tu gran
esfuerzo.
Tal vez un mejor título sería El Primer Testamento. La palabra ―antiguo‖ tiende a
dar la idea de ―obsoleto‖ o ―sin relevancia.‖ Eso no puede estar más alejado de la
verdad. Un estudio del Antiguo Testamento es una tarea espiritualmente
enriquecedora y que vale mucho la pena. Abajo encontrarás enlaces (links) para la
síntesis de varios libros del Antiguo Testamento. Sinceramente esperamos que nuestro
estudio del Antiguo Testamento sea de beneficio para tu caminar con Cristo.
Estudio de la Biblia
Un buen resumen / estudio de la Biblia es difícil de lograr. La Biblia está compuesta
por 2 testamentos, 66 diferentes libros, 1,189 capítulos, 31,173 versos, y 773,692
palabras. Los diferentes libros de la Biblia cubren diferentes temas y fueron dirigidos
a diferentes audiencias. Los libros de la Biblia fueron escritos aproximadamente por
40 deferentes hombres, sobre un período de aproximadamente 1500 años. Por esta
razón un resumen / estudio de toda la Biblia es una gran empresa.
Los Evangelios nos ofrecen cuatro diferentes, aunque no contradictorios, relatos del
nacimiento, la vida, ministerio, muerte y resurrección de Jesucristo. Los Evangelios
demuestran cómo Jesús era el Mesías prometido del Antiguo Testamento y establece
las bases para la enseñanza del resto del Nuevo Testamento. El libro de los Hechos,
registra los hechos de los apóstoles de Jesús, los hombres que Jesús envió al mundo a
proclamar el Evangelio de la salvación. El Libro de los Hechos nos cuenta el inicio de
la iglesia y su rápido crecimiento en el primer siglo d.C. Las Epístolas Paulinas,
escritas por el apóstol Pablo, son cartas a iglesias específicas – exponiéndoles la
doctrina oficial Cristiana y la práctica que debía seguir esa doctrina. Las Epístolas
Generales complementan las Epístolas Paulinas con enseñanza y aplicación adicional.
El libro de Apocalipsis profetiza los eventos que ocurrirán al final de los tiempos.
Aunque mucho más que una lista de mandatos positivos y negativos, la Biblia nos da
instrucciones detalladas sobre cómo vivir como debería el cristiano. La Biblia es todo
lo que necesitamos para saber cómo vivir la vida cristiana. Sin embargo, la Biblia no
trata explícitamente cada situación que podamos enfrentar en nuestras vidas. ¿Cómo,
entonces, es suficiente? Esto es el por qué de la ética cristiana.
Por una lado, la Biblia nos dice que nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo y
que debiéramos honrar a Dios a través de ello (1 Corintios 6:19-20). Sabiendo lo que
estas drogas hacen a nuestros cuerpos – el daño que causan a varios órganos –
sabemos que al usarlos estaríamos destruyendo el templo del Espíritu Santo. Esto
seguramente no honra a Dios. La Biblia dice también que debiéramos someternos a
las autoridades que Dios Mismo ha puesto sobre nosotros (Romanos 13:1). Ya que
estas drogas son ilegales, al usarlas, no estamos sometiéndonos a las autoridades, sino
rebelándonos contra ellos. ¿Significa esto que si estas drogas ilegales fuesen
legalizadas entonces estaría bien usarlas? No sin violar el primer principio.
Por usar los principios que encontramos en las Escrituras, los cristianos pueden
determinar el camino que debieran seguir en cada situación. En algunos casos será
fácil, como los reglamentos para la vida cristiana que encontramos en Colosenses, el
capítulo 3. En otros casos, sin embargo, necesitaremos estudiar la situación con más
profundidad. La manera absolutamente mejor para hacer esto es el orar sobre lo que
dice la Palabra de Dios. El Espíritu Santo mora en cada creyente, y uno de Sus
papeles es enseñarnos cómo vivir: ―Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el
Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que
yo os he dicho‖ (Juan 14:26). ―Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece
en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os
enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado,
permaneced en él‖ (1 Juan 2:27). Entonces cuando oramos sobre las Escrituras, el
Espíritu nos guía y nos enseña. Él nos indicará el principio sobre el cual necesitamos
basar nuestra decisión en cada situación dada.
Versos Clave: Juan 1:1,14, ―En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el
Verbo era Dios… Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.‖
Juan 1:29, ―El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero
de Dios, que quita el pecado del mundo.‖
Juan 3:16, ―Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.‖
Juan 6:29, ―Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él
ha enviado.‖
Juan 10:10, ―El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.‖
Juan 10:28, ―Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará
de mi mano.‖
Juan 11:25-26, ―Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí,
aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá
eternamente. ¿Crees esto?‖
Juan 13:35, ―En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los
unos con los otros.‖
Juan 14:6, ―Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí.‖
Juan 14:9, ―Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has
conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú:
Muéstranos el Padre?‖
Juan 19:30, ―Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo
inclinado la cabeza, entregó el espíritu.‖
Juan 20:29, ―Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los
que no vieron, y creyeron.‖
Breve Resumen: El Evangelio de Juan selecciona solo siete milagros como señales
para demostrar la deidad de Cristo e ilustrar Su ministerio. Algunas de estas señales y
narraciones solo se encuentran en Juan. El suyo es el más teológico de los cuatro
Evangelios y con frecuencia da la razón tras los eventos mencionados en los otros
Evangelios. Él comparte mucho acerca de la proximidad del ministerio del Espíritu
Santo después de la ascensión de Cristo. Hay ciertas palabras o frases que Juan usa
frecuentemente que muestran los repetitivos temas de su Evangelio: creer, atestiguar,
Consolador, vida – muerte, luz – tinieblas, Yo soy… (como el ―Yo Soy‖ que es Jesús),
y amor.
Conexiones: La imagen que Juan expone de Jesús como el Dios del Antiguo
Testamento, se aprecia más enfáticamente en los siete ―Yo Soy‖ de las declaraciones
de Jesús. Él es el ―Pan de vida‖ (Juan 6:35), proporcionado por Dios para alimentar
las almas de Su pueblo, así como Él proveyó el maná del cielo para alimentar a los
israelitas en el desierto (Éxodo 16:11-36). Jesús es la ―Luz del mundo‖ (Juan 8:12), la
misma Luz que Dios prometió a Su pueblo en el Antiguo Testamento (Isaías 30:26,
60:19-22), y la cual llegará a su culminación en la Nueva Jerusalén, cuando Cristo, el
Cordero sea su Luz (Apocalipsis 21:23). Dos de las declaraciones del ―Yo Soy,‖ se
refieren a Jesús, como el ―Buen Pastor‖ y la ―Puerta de las ovejas.‖ Aquí vemos claras
referencias de Jesús como el Dios del Antiguo Testamento, el Pastor de Israel (Salmos
23:1; 80:1; Jeremías 31:10; Ezequiel 34:23) y, como la única Puerta dentro del redil, el
único camino para la salvación.
Evangelio de Lucas
Evangelio de Lucas en la Biblia
Autor: El Evangelio de Lucas no identifica a su autor. Aunque de Lucas 1:1-4 y
Hechos 1:1-3, claramente se deduce que el mismo autor escribió tanto Lucas como
Hechos, dirigidos ambos al ―excelentísimo Teófilo,‖ posiblemente un dignatario
romano. La tradición de los primeros días de la iglesia es que Lucas, un médico y
compañero cercano del Apóstol Pablo, fue quien escribió Lucas y Hechos (Colosenses
4:14; 2 Timoteo 4:11). Esto haría de Lucas el único gentil que participó con libros de
las Escrituras.
Propósito de la Escritura: Al igual que los otros dos evangelios sinópticos –Mateo y
Marcos- el propósito de este libro es revelar al Señor Jesucristo y todo ―acerca de
todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido
arriba,‖ (Hechos 1:1-2). El Evangelio de Lucas es único en cuanto a la meticulosidad
de su historia –una ―narración ordenada‖ (Lucas 1:3) consecuente con la mentalidad
médica de Lucas –quien con frecuencia da detalles que otros narradores omiten. La
historia de Lucas sobre la vida del Gran Médico, enfatiza Su ministerio –y compasión
por- gentiles, samaritanos, mujeres, niños, cobradores de impuestos, pecadores, y
otros considerados como marginados en Israel.
Versos Clave: Lucas 2:4-7, ―Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea,
a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;
para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.
Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a
luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque
no había lugar para ellos en el mesón.‖
Lucas 4:18-19, 21, ―‗El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido
para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de
corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a
los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.‘ Hoy se ha cumplido esta
Escritura delante de vosotros.‖
Lucas 18:31-32, ―Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y
se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre.
Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido.‖
Lucas 24:1-3, ―El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro,
trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con
ellas. Y hallaron removida la piedra del sepulcro; y entrando, no hallaron el cuerpo
del Señor Jesús.‖
Breve Resumen: Llamado el más bello libro jamás escrito, Lucas comienza por
decirnos acerca de los padres de Jesús; el nacimiento de Su primo, Juan el Bautista; el
viaje de María y José a Belén, donde Jesús nace en un pesebre; y la genealogía de
Cristo a través de María. El ministerio público de Jesús, revela Su perfecta compasión
y perdón a través de las historias del hijo pródigo, el hombre rico y Lázaro, y el buen
samaritano. Mientras que muchos creen en este amor sin prejuicios que sobrepasa
todos los límites humanos, muchos otros –especialmente los líderes religiosos- desafían
y se oponen a las pretensiones de Jesús. Los seguidores de Cristo son animados a
evaluar el costo del discipulado, mientras Sus enemigos buscan Su muerte en la cruz.
Finalmente, Jesús es traicionado, juzgado, sentenciado y crucificado. ¡Pero la tumba
no puede detenerlo! Su Resurrección asegura la continuación de Su ministerio de
buscar y salvar a los perdidos.
Evangelio de Marcos
Evangelio de Marcos en la Biblia
Autor: Aunque el Evangelio de Marcos no nombra a su autor, es unánime el
testimonio de los padres de la iglesia primitiva, que Marcos fue el autor. Él era un
compañero del Apóstol Pedro, y evidentemente su hijo espiritual (1 Pedro 5:13). Él
recibió de Pedro información de primera mano sobre los eventos y enseñanzas del
Señor, y preservó esa información de manera escrita.
Propósito de la Escritura: Mientras que Mateo fue escrito principalmente para sus
compatriotas judíos, el Evangelio de Marcos parece estar dirigido a los creyentes
romanos, particularmente a los gentiles. Marcos escribió como un pastor a los
cristianos que previamente habían escuchado y creído el Evangelio (Romanos 1:8). Él
deseaba que ellos contaran con una historia biográfica de Jesucristo como el Siervo de
Dios y Salvador del mundo, a fin de fortalecer su fe cuando se enfrentaban a una
severa persecución, y para enseñarles lo que significaba ser Sus discípulos.
Versos Clave: Marcos 1:11, ―Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo
amado; en ti tengo complacencia.‖
Marcos 1:17, ―Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de
hombres.‖
Marcos 10:14-15, ―Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí,
y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que
no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.‖
Marcos 10:45, ―Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir,
y para dar su vida en rescate por muchos.‖
Marcos 12:32-33, ―Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro
fuera de él; y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el
alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos
los holocaustos y sacrificios.‖
Marcos 16:6, ―No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha
resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron.‖
Marcos 16:15, ―Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura.‖
Breve Resumen: Este Evangelio es único, porque enfatiza las acciones de Jesús más
que Su enseñanza. Está escrito con sencillez, moviéndose rápidamente de uno a otro
episodio en la vida de Cristo. No comienza con una genealogía como en Mateo, porque
los gentiles no estarían interesados en Su linaje humano. Después de la introducción
de Jesús en Su bautismo, Jesús comienza su ministerio público en Galilea y llama a los
primeros cuatro de Sus doce discípulos. Lo que sigue es el registro de la vida de Jesús,
Su muerte y resurrección.
El relato de Marcos no es solo un conjunto de historias, sino una narrativa escrita
para revelar que Jesús es el Mesías, no solo para los judíos, sino también para los
gentiles. En una profesión dinámica, los discípulos, dirigidos por Pedro, reconocen su
fe en Él (Marcos 8:29-30), aunque fracasan en comprender plenamente Su
Mesianidad hasta Su resurrección.
Mientras seguimos Su viaje a través de Galilea, las áreas circundantes, y luego hasta
Judea, nos damos cuenta de Su ritmo de trabajo. Él tocó las vidas de mucha gente,
pero dejó una marca indeleble en Sus discípulos. En la transfiguración (Marcos 9:1-
9), Él le mostró a tres de ellos, un avance de Su futuro regreso en poder y gloria, y
nuevamente se reveló ante ellos como lo que Él era.
Sin embargo, en los días previos a Su viaje final a Jerusalén, los vemos
desconcertados, temerosos y dudando. Cuando Jesús fue arrestado, Él se quedó solo
después que todos huyeron. En las horas siguientes a los falsos juicios, Jesús proclamó
valientemente que Él era el Cristo, el Hijo del Bendito, y que Él regresaría triunfante
(Marcos 14:61-62) Los eventos culminantes que rodearon la crucifixión, muerte,
sepultura y resurrección, no fueron presenciados por la mayoría de Sus discípulos.
Pero varias mujeres fieles atestiguaron Su pasión. Después del Sabbath, temprano por
la mañana del primer día de la semana, ellas fueron a la tumba con especias
aromáticas para la sepultura. Cuando vieron que la piedra había sido removida, ellas
entraron a la tumba. Lo que vieron no fue el cuerpo de Jesús, sino un ángel con una
túnica blanca. El gozoso mensaje que recibieron fue, ―¡Ha resucitado!‖ Las mujeres
fueron las primeras evangelistas, al difundir las buenas nuevas de Su resurrección.
Este mismo mensaje ha sido difundido por todo el mundo en los siglos siguientes y a
nosotros hasta nuestros días.
Conexiones: En razón de que el auditorio a quien Marcos se dirigía eran los gentiles,
él no cita tan frecuentemente el Antiguo Testamento como lo hace Mateo, quien
escribió principalmente para los judíos. Él no comienza con una genealogía que
vincule a Jesús con los patriarcas judíos, sino que en vez de ello comienza con Su
bautismo, el principio de Su ministerio terrenal. Pero aún allí, Marcos cita una
profecía del Antiguo Testamento referente al mensajero –Juan el Bautista- quien
exhortaría a la gente a ―preparar el camino del Señor‖ (Marcos 1:3; Isaías 40:3)
mientras esperaban la llegada de su Mesías.
Evangelio de Mateo
Evangelio de Mateo en la Biblia
Autor: Este Evangelio es conocido como el Evangelio de Mateo, porque fue escrito por
el apóstol del mismo nombre. El estilo del libro es exactamente lo que se habría
esperado de un hombre que una vez fue recaudador de impuestos. Mateo tiene un
gran interés en la contabilidad (18:23-24; 25:14-15). El libro es muy ordenado y
conciso. En vez de escribir en orden cronológico, Mateo ordena este Evangelio a
través de seis argumentos.
Como cobrador de impuestos, Mateo posee una habilidad que hace sus escritos aún
más interesantes para los cristianos. Se esperaba que los recaudadores de impuestos
fueran capaces de escribir en una clase de taquigrafía, lo que esencialmente significa
que Mateo pudo haber registrado las palabras de una persona mientras hablaba,
palabra por palabra. Esta habilidad significa que las palabras de Mateo no solo están
inspiradas por el Espíritu Santo, sino que deben representar una transcripción actual
de algunos de los sermones de Cristo. Por ejemplo el Sermón del Monte, como se
registra en los capítulos 5-7, es casi con certeza una perfecta grabación de ese gran
mensaje.
Versos Clave: Mateo 5:17, ―No penséis que he venido para abrogar la ley o los
profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.‖
Mateo 6:9-13, ―Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras
deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en
tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por
todos los siglos.‖
Mateo 22:37-40, ―Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el
segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos
mandamientos depende toda la ley y los profetas.‖
Mateo 28:5-6, ―Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras;
porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha
resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.‖
Mateo 28:19-20, ―Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden
todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo.‖
Breve Resumen: En los dos primeros capítulos, Mateo expone el linaje, nacimiento, y
los primeros años de la vida de Cristo. De ahí, el libro habla del ministerio de Jesús.
La descripción de las enseñanzas de Cristo están dispuestas alrededor de ―discursos,‖
tales como el Sermón del Monte en los capítulos del 5 al 7. El capítulo 10 incluye la
misión y propósito de los discípulos; el capítulo 13 es una colección de parábolas; el 18
trata de la iglesia; el capítulo 23 comienza con un discurso sobre la hipocresía y el
futuro. Los capítulos 21 al 27 hablan del arresto, tortura, y ejecución de Jesús. El
capítulo final, describe la Resurrección y la Gran Comisión.
Conexiones: Puesto que el propósito de Mateo es presentar a Jesucristo como el Rey
Mesías de Israel, él cita el Antiguo Testamento más que cualquiera de los otros tres
evangelios escritos. Mateo cita más de 60 veces pasajes proféticos el Antiguo
Testamento, demostrando cómo Jesús les dio cumplimiento. Él comienza su Evangelio
con la genealogía de Jesús, trazando Su ascendencia hasta Abraham, el progenitor de
los judíos. Desde ahí, Mateo cita extensivamente a los profetas, usando
frecuentemente la frase ―como fue dicho por el (los) profeta(s)‖ (Mateo 1:22-23, 2:5-6,
2:15, 4:13-16, 8:16-17, 13:35, 21:4-5). Estos versos se refieren a profecías del Antiguo
Testamento referentes a Su nacimiento virginal (Isaías 7:14) en Belén (Miqueas 5:2),
Su regreso de Egipto después de la muerte de Herodes (Oses 11:1), Su ministerio a los
gentiles (Isaías 9:1-2, 60:1-3), Sus curaciones milagrosas tanto del cuerpo como del
alma (Isaías 53:4), Su hablar en parábolas (Salmos 78:2), y Su entrada triunfal en
Jerusalén (Zacarías 9:9).
La audiencia a quien se dirigía Mateo eran sus compatriotas judíos, muchos de los
cuales –especialmente los fariseos y saduceos – tercamente se rehusaron a aceptar a
Jesús como su Mesías. A pesar de siglos de haber leído y estudiado el Antiguo
Testamento, sus ojos estaban ciegos a la verdad de quién era Jesús. Jesús mismo les
reprocha la dureza de sus corazones y su negativa a reconocer a Aquel que
supuestamente ellos habían estado esperando (Juan 5:38-40). Ellos querían a un
Mesías bajo sus propios términos, uno que cumpliera sus propios deseos e hiciera lo
que ellos querían que Él hiciera. ¿Con cuánta frecuencia nosotros buscamos a Dios
bajo nuestros propios términos? ¿No lo rechazamos al atribuirle solo aquellos
atributos que encontramos aceptables, aquellos que nos hacen sentir bien –Su amor,
misericordia y gracia- mientras que rechazamos aquellos que encontramos objetables
–Su enojo, justicia e ira santa? No nos atrevamos a cometer el mismo error de los
fariseos, creando un Dios a nuestra imagen y luego esperar que Él viva de acuerdo a
nuestros estándares. Tal dios no es mas que un ídolo. La Biblia nos da información
más que suficiente acerca de la verdad, naturaleza e identidad de Dios y Jesucristo,
como para justificar nuestra adoración y nuestra obediencia.
Pablo dijo que la avaricia es idolatría (Efesios 5:5) y previno a los efesios para que
evitaran a cualquiera que llevara un mensaje de inmoralidad o avaricia (Efesios 5:6-
7). La enseñanza de la prosperidad, prohíbe que Dios trabaje por Él mismo,
significando que Dios no es Señor de todo, porque Él no puede trabajar hasta que
nosotros le permitamos hacerlo. La fe, de acuerdo con la doctrina de la Palabra de Fe,
no es una confianza sometida a Dios; la fe es una fórmula por medio de la cual
manipulamos las leyes espirituales que los maestros de la prosperidad creen que
gobiernan el universo. Como lo implica el nombre ―Palabra de Fe,‖ este movimiento
enseña que la fe tiene que ver más con lo que digamos, que en quien confiamos o qué
verdades adoptamos y afirmamos en nuestros corazones.
Santiago 4:13-16 claramente contradice esta enseñanza, ―¡Vamos ahora! Los que
decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá y traficaremos, y
ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida?
Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o
aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es
mala.‖
También necesitamos estar viviendo una verdadera vida cristiana frente a ellos, para
que puedan ver los cambios que Dios ha hecho en nuestras vidas (1 Pedro 3:1-2).
Necesitamos orar para obtener la sabiduría de cómo poder ministrarles a ellos de una
manera poderosa (Santiago 1:5). Después de todo esto, debemos estar dispuestos y
determinados a compartir el Evangelio. Debemos proclamar el mensaje de salvación a
través de Jesucristo (Romanos 10:9-10). Siempre debemos estar preparados para
defender nuestra fe (1 Pedro 3:15), pero debemos hacerlo con gentileza y respeto. Una
vez tuve un encuentro con algunos miembros de una secta, y un amigo que estaba
conmigo les proclamaba la verdad, pero no lo hacía con gentileza ni respeto. De hecho
los de la secta parecían ―mucho más cristianos‖ en su actitud y comportamiento que
mi amigo. Pudimos haber ganado la batalla por la verdad, pero perdimos la guerra
por las almas de aquellos que buscábamos alcanzar.
La Evolución Ateísta dice que no hay Dios y que la vida pudo y así emergió
naturalmente de la preexistencia de bloques de construcción inertes, bajo la influencia
de leyes naturales (como la gravedad, etc.), aunque el origen de esas leyes naturales no
es explicada. La Creación Especial, dice que Dios creó la vida directamente, ya sea de
la nada o de materiales preexistentes. (Hay una variedad de hipótesis de la Creación
Especial, que reflejan una variedad de tradiciones Teísticas. Para el propósito de este
artículo, nos enfocaremos en la perspectiva bíblica cristiana.)
La Evolución Teísta dice una de dos cosas. Primero, aunque existe un Dios, Él no
estuvo involucrado directamente en el origen de la vida. Él pudo haber creado los
bloques de construcción, ÉL pudo haber creado las leyes naturales, Él pudo aún haber
creado estas cosas con la intención del surgimiento eventual de la vida, pero en algún
punto, Él se retiró y dejó que Su creación prosiguiera sola. Él la dejó hacer lo que
hace, cualquiera que esto sea, y eventualmente la vida surgió del material inerte. Esta
opinión es similar a la Evolución ateísta en que presume un origen de la vida
naturalista.
La segunda alternativa de la Evolución Teísta, es que Dios no ejecutó solo uno o dos
milagros para dar origen a la vida como la conocemos. Sus milagros fueron
multitudinarios. Él condujo la vida paso a paso por el camino, que tomó de la
simplicidad primitiva hasta la complejidad contemporánea, similar al Evolucionario
Árbol de la Vida de Darwin (el pez engendró anfibios, quienes a su vez engendraron
reptiles, quienes engendraron aves y mamíferos, etc.). Donde la vida no era capaz de
evolucionar naturalmente (¿cómo es que un miembro de los reptiles evolucionó para
convertirse en un ala de ave naturalmente?), Dios lo hizo. Esta teoría es similar a la
Creación Especial en que se presume que Dios actuó sobrenaturalmente de alguna
forma para realizar la vida como la conocemos.
Hay numerosas diferencias entre la perspectiva de la Creación Especial bíblica y la
perspectiva de la Evolución Teísta. Una diferencia significativa concierne a sus
respectivas teorías sobre la muerte. Los evolucionistas teístas tienden a creer que la
Tierra tiene billones de años y que la columna geológica contiene el registro fósil que
representa largos períodos de tiempo. Puesto que el hombre no aparece hasta más
tarde en el registro de fósiles, los evolucionistas teístas creen que vivieron muchas
criaturas, murieron y se extinguieron mucho antes de la tardía llegada del hombre.
Esto significa que la muerte existió antes de Adán y su pecado.
Otra diferencia significativa entre las dos posiciones, es cómo leen Génesis. Los
evolucionistas teístas, tienden a suscribirse ya sea a la teoría del Día-Edad o a la
Teoría de la Estructura, siendo ambas interpretaciones alegóricas de la semana de la
creación de Génesis 1. Los creacionistas bíblicos se adhieren a la lectura literal de 24
horas de Génesis 1 (Ver ―Génesis capítulo 1, ¿se refiere literalmente a días de 24
horas?‖ en este sitio).
Sin embargo, la existencia de Dios no puede ser probada o desmentida. Aún la Biblia
dice que deberíamos aceptar por fe, el hecho de que Dios existe, ―Pero sin fe es
imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le
hay, y que es galardonador de los que le buscan‖ (Hebreos 11:6). Si Dios lo deseara
así, simplemente podría aparecer, y probar a todo el mundo que El existe. Pero si lo
hiciera, no habría necesidad de fe. ―Jesús le dijo: porque me has visto, creíste;
bienaventurados los que no vieron, y creyeron‖ (Juan 20:29).
Sin embargo, eso no significa que no hay evidencia de la existencia de Dios. La Biblia
declara, ―Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus
manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría.
No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta
el extremo del mundo sus palabras‖ (Salmos 19:1-4). Al mirar las estrellas, al
entender la inmensidad del universo, al observar las maravillas de la naturaleza, al
ver la belleza de la puesta del sol – vemos que todas ellas apuntan hacia un Creador,
Dios. Si esto no fuera suficiente, también hay evidencia de Dios en nuestros propios
corazones. Eclesiastés 3:11 nos dice, ―…y ha puesto eternidad en el corazón de los
hombres…‖ Hay algo en lo profundo de nuestro ser, que reconoce que hay algo más
allá de esta vida y alguien más allá de este mundo.
Además de los argumentos bíblicos para la existencia de Dios, hay argumentos lógicos.
Primero, tenemos el argumento ontológico. La forma más popular del argumento
ontológico, usa básicamente el concepto de Dios para probar Su existencia. Este
comienza con la definición de Dios como ―Ese del cual no puede ser concebido uno
más grande‖. Entonces se sostiene que existir es mayor que no existir, y por tanto el
mayor ser concebible debe existir. Si Dios no existió, entonces Dios no sería el mayor
ser concebible – pero eso iría a contradecir la definición misma de Dios. El segundo es
el argumento teológico. El argumento teológico dice que desde que el universo
despliega tal maravilloso diseño, debe haber habido un diseñador Divino. Por
ejemplo, aún si la tierra estuviera unos pocos cientos de millas más cerca o más lejos
del sol, no sería capaz de mantener mucha de la vida que en la actualidad lo hace. Si
los elementos en nuestra atmósfera fueran diferentes aún en un pequeño porcentaje,
cada cosa viviente sobre la tierra moriría. Las probabilidades de una simple molécula
de proteína formada por casualidad es 1 en 10 elevado a la potencia 243 (es decir, 10
seguido de 243 ceros). Una simple célula consta de millones de moléculas de proteína.
A pesar de todo esto, la Biblia nos dice que la gente va a rechazar el conocimiento
claro e innegable de Dios, y en lugar de ello, creer una mentira. Romanos 1:25
declara, ―Ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando
culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.‖ La
Biblia también proclama que la gente no tiene excusa para no creer en Dios, ―Porque
las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde
la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que
no tienen excusa‖ (Romanos 1:20).
La gente demanda no creer en Dios porque ―no es científico‖ o ―porque no hay
pruebas‖. La razón verdadera es que una vez que la gente admite que hay un Dios,
también deben darse cuenta de que son responsables hacia Dios y que están
necesitados de Su perdón (Romanos 3:23; 8:23). Si Dios existe, entonces somos
responsables por nuestras acciones hacia El. Si Dios no existe, entonces podemos
hacer lo que queramos sin tener que preocuparnos porque Dios nos juzgue. Creo que
esa es la razón por la que muchos en esta sociedad, están tan fuertemente aferrados a
la evolución – para dar a la gente una alternativa de creer en un Dios Creador. Dios
existe y a la larga todo el mundo sabe que El existe. El hecho mismo de que algunos
intenten tan agresivamente refutar Su existencia es de hecho un argumento para Su
existencia.
Permítame dar un último argumento para la existencia de Dios. ¿Cómo sé que existe
Dios? Yo sé que Dios existe porque hablo con El todos los días. No lo escucho
hablándome con voz audible, pero siento Su presencia, siento Su guía, conozco Su
amor, deseo Su gracia. Han ocurrido cosas en mi vida que no tienen otra explicación
posible sino Dios. Dios me ha salvado tan milagrosamente y ha cambiado mi vida que
no puedo sino reconocer y alabar Su existencia. Ninguno de estos argumentos en sí,
pueden persuadir a alguien que rehúsa reconocer lo que es tan claro. Al final, la
existencia de Dios debe ser aceptada por fe (Hebreos 11:6). La fe en Dios no es un
salto ciego a la oscuridad, este es un paso seguro a una habitación bien iluminada en
donde ya se encuentra el 90% de la gente.
El historiador romano Tácito del primer siglo, quien es considerado uno de los más
precisos historiadores del mundo antiguo, menciona a los supersticiosos ―Cristianos‖
(―antes llamados Christus‖ lo cual es Cristo en latín), quien sufrió bajo Poncio Pilato y
durante el reinado de Tiberio. Gaio Suetonio, historiador romano (70-160) secretario
en jefe del emperador Adriano, escribió que había un hombre llamado Chrestus (o
Cristo) que vivió durante el primer siglo (Annais XV.44).
Flavio Josefo, (Jerusalén, 37 d.C? h. 100) es el más famoso historiador judío. En sus
―Antigüedades Judaicas‖ él se refiere a Santiago como, ―el hermano de Jesús, a quien
llamaban el Cristo‖ Hay un verso controversial (18:3) que dice, ――Ahora, había
alrededor de este tiempo un hombre sabio, Jesús, si es que es licito llamarlo un
hombre, pues era un hacedor de maravillas, un maestro tal que los hombres recibían
con agrado la verdad que les enseñaba. Atrajo a sí a muchos de los judíos y de los
gentiles. El era el Cristo, y cuando Pilato, a sugerencia de los principales entre
nosotros, le condenó a ser crucificado, aquellos que le amaban desde un principio no
le olvidaron, pues se volvió a aparecer vivo ante ellos al tercer día; exactamente como
los profetas lo habían anticipado y cumpliendo otras diez mil cosas maravillosas
respecto de su persona que también habían sido preanunciadas. Y la tribu de
cristianos, llamados de este modo por causa de él, no ha sido extinguida hasta el
presente‖ (Antigüedades. XVIII.33. (Comienzos del segundo siglo)
Sexto Julio Africano en su obra cita al historiador Talus en una discusión acerca de
las tinieblas que siguieron a la crucifixión de Cristo, diciendo que en el libro III de su
Historia explica la oscuridad como debida a un eclipse solar, pero aclara que eso sería
imposible debido a que la crucifixión ocurrió en tiempo de luna llena, cuando no pudo
haber ocurrido eclipse. (Escritos Existentes, 18)
Plinio el Menor, en Cartas 10:96, registra las practicas de adoración del cristianismo
primitivo, incluyendo el hecho de que los cristianos adoraban a Jesús como Dios y
eran muy éticos, e incluye una referencia a las festividades y la Cena del Señor.
Luciano de Samosata, fue un filósofo y escritor griego del siglo dos, quien admite que
Jesús fue adorado por cristianos, introduciendo nuevas enseñanzas y que fue
crucificado por ellos. El dijo que las enseñanzas de Jesús incluían la hermandad entre
los creyentes, la importancia de la conversión y la importancia de negar a otros dioses.
Los cristianos vivían de acuerdo a las leyes de Jesús, creyéndose a sí mismos
inmortales y se caracterizaban por despreciar la muerte, la devoción voluntaria y la
renuncia a los bienes materiales.
Tenemos además todos los escritos gnósticos (El evangelio de la verdad, El apócrifo de
Juan, El evangelio de Tomás, el Tratado de la Resurrección, etc.) todos ellos
mencionan a Jesús.
Parece que el propósito por el que los discípulos de Jesús realizaban exorcismos, era el
mostrar el dominio de Cristo sobre los demonios (Lucas 10:17) y para autenticar que
ellos estaban actuando en Su nombre y por Su autoridad. También revelaba su fe o la
falta de ella (Mateo 17:14-21). Era obvio que este hecho de expulsar demonios era
importante para el ministerio de los discípulos. Sin embargo, no queda muy claro cuál
era verdaderamente el papel que jugaba el hecho de expulsar demonios, en el proceso
del discipulado.
Parece que cuando la Palabra de Dios fue completada, los cristianos tuvieron más
armas con las cuales dar batalla al espíritu del mundo, que las que tuvieron los
primeros cristianos. La acción de expulsar demonios fue reemplazada, mayormente,
con el evangelismo y discipulado a través de la Palabra de Dios. Puesto que los
métodos de la guerra espiritual en el Nuevo Testamento no incluyen el expulsar
demonios, es difícil determinar las instrucciones de cómo hacer tal cosa. Si de alguna
manera fuera necesario, parece que es a través de exponer al individuo a la verdad de
la Palabra de Dios y el nombre de Jesucristo.
La Biblia contiene una gran cantidad de información acerca del mundo natural que
ha sido confirmada por investigaciones y observaciones científicas. Algunos de estos
pasajes incluyen Levítico 17:11; Eclesiastés 1:6-7; Job 36:27-29, Salmo 102:25-27 y
Colosenses 1:16-17. Mientras que la historia bíblica del plan redentor de Dios para la
humanidad se desenvuelve, muchos caracteres diferentes son vívidamente descritos.
Al hacerlo así, la Biblia provee una gran cantidad de información acerca del
comportamiento y las tendencias del ser humano. Nuestra experiencia cotidiana nos
demuestra que esta información es más exacta y descriptiva de la condición humana
que cualquier libro de texto de psicología. Muchos sucesos históricos registrados en la
Biblia han sido confirmados por fuentes extra-bíblicas. Con frecuencia, la
investigación histórica muestra grandes similitudes entre la información bíblica y la
información extra-bíblica de los mismos eventos. En muchos casos, se ha reconocido
que la Biblia es históricamente más precisa.
Sabiendo que estamos en una batalla contra las fuerzas espirituales de las tinieblas,
debemos procurar tanta ayuda como podamos reunir a nuestro alrededor. En Efesios,
Pablo prosigue diciéndonos que debemos equiparnos con todo el poder que Dios nos
proporciona para pelear esta batalla. ―Por tanto, tomad toda la armadura de Dios,
para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.‖
(Efesios 6:13). Notemos que Pablo dice ―para que . . . podamos mantenernos firmes.‖
Él sabía que aún si nos equipamos con todo lo que Dios tiene para ofrecernos en
defensa del mal, aún así somos humanos y no siempre podremos ser capaces de
resistir las tentaciones de Satanás. Así que ¿qué más podemos hacer para permanecer
firmes contra el mal y la tentación? Sabemos sin lugar a dudas que la tentación
llegará.
Satanás conoce nuestras debilidades, y él sabe cuando somos vulnerables. Él sabe
cuando una pareja de casados se pelea y quizá sientan que alguien más pudiera
comprenderlos mejor. Él sabe cuando un niño ha sido castigado por sus padres y
puede sentirse rencoroso. Él sabe cuando las cosas no andan muy bien en el trabajo, y
nos recuerda que ese bar está de camino a casa. ¿Dónde encontramos ayuda si ya
hemos hecho todo lo que podemos para pelear la batalla? Queremos hacer lo correcto
a los ojos de Dios, y sin embargo, somos débiles humanos. ¿Qué hacemos?
Proverbios 27:17 dice, ―Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de
su amigo.‖ El aguzar o animar de un amigo, es una expresión de estímulo o de apoyo
moral. ¿Cuándo fue la última vez que te llamó un amigo solo para preguntarte cómo
te está yendo? ¿Cuándo fue la última vez que tu llamaste a un amigo y le preguntaste
si necesitaba hablar? El ánimo y el apoyo moral de un amigo son a veces los
ingredientes ausentes en la lucha de la batalla contra Satanás.
El escritor de Hebreos lo sintetiza cuando dice, ―Así que, hermanos, teniendo libertad
para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y
vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran
sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena
certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos
con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza,
porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al
amor y a las buenas obras; no dejando de reunirnos, como algunos tienen por
costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la
verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados.‖ (Hebreos 10:19-26).
[1] Comienza cada día caminando con tu mejor amigo y el Señor Jesucristo;
[2] Con el corazón abierto y amoroso que Cristo provee, acércate a tus amigos (tu
equipo para rendir de cuentas);
[4] Anímense unos a otros (tu equipo para rendir cuentas) en amor, exhortándose
unos a otros para amar y hacer bien a los demás, mientras continúan reuniéndose
(con tu equipo o familia de la iglesia);
[5] Satisfecho de haber hecho todo lo posible para evitar pecar y para ayudar a tus
hermanos y hermanas a permanecer fuertes en su fe, ¡alaba a Dios por lo que Él está
haciendo en tu vida!
¿Por qué es importante la resurrección de Jesucristo?
Pregunta Cristiana: ―¿Por qué es importante la
resurrección de Jesucristo?‖
Respuesta: La resurrección de Jesucristo es importante por muchas razones. Primero,
testifica del inmenso poder de Dios mismo. Creer en la resurrección es creer en Dios.
Si Dios existe, y si Él creó el universo y tiene poder sobre él; Él tiene el poder de
levantar a los muertos. Si Él no tiene tal poder, Él no es un Dios digno de nuestra fe y
adoración. Solo Él, quien creó la vida, puede resucitar después de la muerte, solo Él
puede revertir la atrocidad que es la muerte misma, y solo Él puede quitar el aguijón
que es la muerte y dar la victoria sobre la tumba. En la resurrección de Jesús de la
tumba, Dios nos recuerda su absoluta soberanía sobre la vida y la muerte.
Las siguientes definiciones también son muy importantes para entender este punto:
Castigo, Eterno: ―El castigo por no arrepentirse del pecado mortal, separando al
pecador de la comunión con Dios por toda la eternidad; la condenación en el infierno
de un pecador no arrepentido.‖
Castigo, Temporal: ―La purificación del la insana atadura de las criaturas, la cual es
una consecuencia del pecado que perdura aún después de la muerte. Debemos ser
purificados ya sea durante nuestra vida terrenal o a través de la oración y una
conversión que proviene de una ferviente caridad, o después de la muerte en el
Purgatorio.‖ Purgatorio: ―Un estado final de purificación después de la muerte y
antes de la entrada al cielo, para aquellos que murieron en la gracia de Dios, pero que
solo fueron imperfectamente purificados; una purificación final de la imperfección
humana antes de que uno pueda entrar al gozo del cielo.‖
La Iglesia Católica Romana enseña que el pecado tiene una doble consecuencia. Para
un miembro de la Iglesia Católica, el cometer un pecado (mortal) es causa del ―castigo
eterno‖ – incluyendo la separación eterna de Dios y el sufrimiento en el infierno (La
Iglesia Católica también enseña que bajo circunstancias normales, aquellos que no
han sido bautizados por la Iglesia Católica Romana u otra iglesia que enseñe la
regeneración bautismal, también son condenados al infierno porque la mancha del
pecado original permanece sobre sus almas.) El pecado venial (menor), en contraste,
no causa un ―castigo eterno‖, sino un ―castigo temporal‖. Las enseñanzas de la Iglesia
Católica algunas veces se refieren a estos ―castigos temporales‖ como impartidos por
Dios, siendo éstos una manera de purificar a Sus hijos (ya sea en esta vida o en el
Purgatorio). Pero la Iglesia Católica Romana también ve los pecados veniales como
creadores de deudas con la justicia de Dios que deben ser expiadas de una manera que
es distinta de la expiación de Cristo por el castigo eterno. La Iglesia Católica enseña
que por la unidad del Cuerpo de Cristo (La Comunión de los Santos) (incluyendo a los
creyentes vivos, los creyentes en el cielo, santos en el cielo, Cristo, María y los
creyentes imperfectos en el Purgatorio), es posible que el mérito generado por las
buenas obras, oraciones, limosnas, sufrimientos, etc. de uno o más de estos miembros
del Cuerpo pueda ser aplicado a la deuda temporal de otro. La Iglesia Católica
Romana enseña que la combinación de los méritos de Cristo, los santos, y los
creyentes piadosos son almacenados en un lugar referido como el Tesoro de Méritos
(algunas veces es llamado el Tesoro de Satisfacción, el Tesoro de la Iglesia, o el
tesaurus ecclesiae). Y que debido a la sucesión apostólica desde Pedro, la Iglesia
Católica Romana es la única que tiene la autoridad de sacar méritos de este tesoro y
otorgarlo a los creyentes en esta vida o en el Purgatorio, para pagar por algunos o
todos sus pecados veniales. Esto es efectuado a través de la concesión de indulgencias.
Varias doctrinas de la Iglesia Católica Romana son derivadas de la tradición más que
de la Escritura. Y como la Iglesia Católica Romana ve sus tradiciones tan consistentes
como la Escritura y de igual autoridad que la Escritura, esto no es un argumento para
ellos. Pero para la mayor parte de los grupos cristianos, solamente la Biblia es la
fuente de autoridad y es más que suficiente para proveer a los cristianos con todos los
recursos que necesiten para conocer y servir a Cristo como fue el propósito de Dios (2
Timoteo 3:15-17; Hechos 20:32) Pero como la Iglesia Católica Romana declara que
sus doctrinas no son contradictorias a la Escritura y acepta la Escritura como parte
de su autoridad, es apropiado para ambos grupos el preguntar ―¿Son bíblicas las
indulgencias?‖
Un examen de los pasajes que la Iglesia Católica Romana utiliza como soporte de
doctrinas tales como el castigo temporal, la expiación vicaria por creyentes y santos y
el Purgatorio, ilustra la dependencia de sus tradiciones por sobre, y más allá de la
Escritura. Otras doctrinas, tales como el Tesoro de Méritos, el ―incorruptible e
insondable mérito de María‖, el ―superabundante mérito de los santos‖, y la
existencia de indulgencias ¡son todas ellas ajenas a la Escritura! ¿Es bíblica la
doctrina de las indulgencias? Una interpretación consistente y contextual de las
Escrituras no respaldará ni la enseñanza de indulgencias, ni las doctrinas
desarrolladas a partir de ellas.
Indulgencias y Purgatorio
La Iglesia Católica Romana cita unos pocos pasajes para su soporte escritural del
Purgatorio. Adicional a un pasaje del apócrifo libro de 2 Macabeos, está 1 Corintios
3:10.15; Mateo 5:26; y Mateo 12:32 que también son dados como bases bíblicas.
Mateo 5:26 es parte de una parábola sobre el tema del perdón. Mateo 12:32 es
aplicable al tema (la blasfemia contra el Espíritu Santo). Ninguno de los pasajes se
refiere a lo que pasa después de la muerte ni ofrece una clara enseñanza de lo que
sucede después de la muerte. Es un principio de hermenéutica (el estudio de cómo
interpretar correctamente la Escritura) que uno pueda considerar pasajes ―dudosos‖
que apenas sugieran un punto, como pasajes que se enfoquen sobre ese tema o sean
claros acerca de ese punto. Para interpretar estos versos como una enseñanza que hay
un lugar de futura expiación y purificación en el Purgatorio después de la muerte,
vuela en la cara de muchas claras declaraciones en la Biblia de que solo hay dos
lugares a los que uno irá después de la muerte; siendo o bien con el Señor en el cielo (2
Corintios 5:8; Filipenses 1:21-23; 1 Tesalonicenses 4:13-18) o ser atormentado en el
infierno (Lucas 16:23-24; Apocalipsis 20:10-15). La Biblia no dice que después de la
muerte venga una ―futura purificación,‖ dice, ―Y de la manera que está establecido
para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.‖ (Hebreos
9:28) Ver en GotQuestions,org el artículo sobre ¿Qué dice la Biblia acerca del
Purgatorio? para una información más amplia sobre este tema.
Indulgencias y Penitencia
Los católicos hablan de ―hacer penitencia‖ por sus pecados. Al final de la confesión
con un sacerdote, se le dice al confesado ciertas cosas que deberá hacer (tales como
rezar ciertas oraciones) como parte de la ―penitencia‖. Parte del propósito de esta
penitencia es provocar el regreso a una disposición de alejarse del pecado y regresar a
Dios. Pero otros propósito mencionado repetidamente en la literatura Católica
Romana es la de rezar o pagar por los propios pecados. Esto no es lo mismo que hacer
una restitución a aquellos que fueron heridos por nuestros pecados, sino más bien
involucra el hacer un pago dirigido al castigo temporal, que satisfaga la justicia de
Dios. El último propósito está estrechamente vinculado a la idea de indulgencias y no
es mencionado en la Escritura. La Biblia habla de arrepentimiento, refiriéndose al
―cambio de mentalidad acerca del pecado propio que resulta en un cambio en el
comportamiento.‖ El ministerio y la enseñanza de Juan el Bautista se resume en
Lucas 3:3-18. El les dijo a aquellos que eran bautizados por él (su bautismo era un
signo de arrepentimiento) que mostraran por sus obras, que su arrepentimiento era
real. Pero nunca se haya el mensaje de ―ustedes deben pagar o expiar sus pecados,
haciendo alguna obra buena o por abstinencia,‖ o por medio de alguna otra cosa. Por
este llamado a las buenas obras, Juan esencialmente estaba diciendo, ―Muéstrame por
tus obras que tu arrepentimiento es genuino‖ (ver Santiago 2:18). Pero, nuevamente,
la idea de ―hacer penitencia‖ como una expiación por nuestros pecados o un pago de
la deuda temporal a la justicia de Dios, ¡jamás es mencionado en la Escritura!
La doctrina del ―Tesoro de la Iglesia‖ fue expresado oficialmente por primera vez en
1343 por el Papa Clemente VI. Él describe que este tesoro consiste no solo de los
méritos de la expiación de Cristo, sino también de ―los méritos (= expiaciones) de
María, la Madre de Dios, y de todos los escogidos, desde el más grande hasta el último
de los justos, que contribuyen al crecimiento del tesoro del cual la iglesia hace retiros
para la segura remisión del castigo temporal.‖
La Biblia nunca, ni una sola vez se refiere a algo como el ―Tesoro del Mérito‖, y
tampoco se encuentra la idea de que un creyente pueda hacer expiación a favor del
pecado de otro. En Romanos 9 y 10, Pablo expresa que si esto fuera posible, él
gustosamente estaría dispuesto a ser condenado, si eso resultara en la redención de sus
hermanos israelitas. Pero eso no es posible, porque Pablo y los otros escritores de la
Biblia declaran que para un creyente, el Juez justo quedó satisfecho cuando Jesucristo
se convirtió en la expiación (propiciación) por nuestros pecados y que aparte de Él no
hay expiación posible (Isaías 53:6; Romanos 5:10-11; 2 Corintios 5:21; 1 Juan 2:2;
Hebreos 101-18) Nunca hay ni siquiera una insinuación sobre la idea de una expiación
vicaria de los creyentes, ya sean vivos o muertos, por el bien de sus otros hermanos
creyentes. La Iglesia Católica Romana puede hacer la distinción entre la expiación por
el castigo eterno de la gente y su castigo temporal, pero la idea de que haya algo más,
aparte de la expiación de Cristo por los pecados del mundo y su correspondiente
castigo, jamás es encontrado en la Escritura. Jamás se encontrará alguna enseñanza
acerca de la ―superabundantes satisfacciones de los Santos‖ o que las oraciones y
buenas obras de María ―sean de verdadero, inmenso, insondable y aún original valor
ante Dios‖. En la Escritura, solo está el insondable e infinito valor de la expiación de
Cristo…. punto.
Es claro que la Iglesia Católica Romana enseña que hay una naturaleza ―legal‖ o
forense en el castigo temporal; esto es, que involucra la necesidad de satisfacer la
justicia de un Juez justo y que si esa justicia no es satisfecha por expiación en esta
vida, debe ser expiada en la siguiente vida, en el Purgatorio. Es ese aspecto forense o
―pago para satisfacer la justicia‖ lo que es anti-bíblico. La Escritura si enseña que el
pecado de uno puede ser perdonado en el sentido eterno (donde el pecador ya no sea
condenado en el infierno) o aún en un sentido terrenal (al no descargar el castigo
impuesto por la Ley Mosaica sobre el pecador – 2 Samuel 12:13). El pecado cambia
las cosas en esta vida y en la manera en que Dios interactúa con nosotros en esta vida.
Tiene que ser por un número de razones dadas en la Escritura:
1) Este es un mundo real, donde las acciones reales tienen consecuencias reales. Si
plantamos escasamente en la primavera, no tendremos trigo en el otoño. Si plantamos
pecado, eventualmente cosecharemos confusión, penurias, destrucción y muerte
(Gálatas 6:7; Romanos 3:16; Santiago 1:15).
2) Nuestro pecado y la respuesta de Dios ante él, afecta el cómo nosotros y otra gente
ve a nuestro Dios. Si pecamos y no hubieran efectos obvios de ello, veríamos el pecado
como algo que ―no tiene gran importancia‖ para Dios, y entonces Su carácter santo
sería blasfemado. Esta es una de las razones que Dios citó para decretar la muerte del
niño concebido por David en adulterio con Betsabé (2 Samuel 12:13-14), p.ej., si no
hubiera consecuencias terrenales por el adulterio de David y el asesinato de Urías,
entonces Dios sería visto como Uno que condona tales acciones pecaminosas.
3) Otros ―al verlo‖ serían animados a pecar. 1 Corintios 10:1-12 dice que todos los
castigos impuestos por Dios sobre los israelitas por su incredulidad, idolatría, lascivia,
etc., fueron registrados para nuestra advertencia, para que pudiéramos aprender de
sus errores. Proverbios dice que cuando el castigo del pecado es retrasado, otros son
animados a pecar (p. ej., Si vemos que alguien ―se salió con la suya‖, nos sentimos
animados a repetir su pecado). Así que, un castigo terrenal es, o impuesto por Dios o
por la permisión de las consecuencias naturales del pecado para que maduremos, para
que otros puedan aprender a no pecar.
4) Dios nos disciplina para nuestro beneficio, para que podamos disfrutar del fruto de
justicia que Él tiene para nosotros. Cuando una persona pone su fe en Cristo, Dios
deja de ser nuestro Juez y se convierte en nuestro Padre (Juan 1:12). Estaremos ante
Él como un Juez de nuestras obras hechas después de la salvación (2 Corintios
5:10.11; 1 Corintios 3:10-15), pero ahora tenemos paz para con Dios (Romanos 5:1-
10) y no hay más condenación (Romanos 8:1). Pero como un padre amoroso disciplina
a sus hijos para su bien, así Dios nos disciplina para el nuestro (Hebreos 12:3-11).
Pero cuando ves la descripción de esta disciplina celestial dada en Hebreos 12, no
encuentras la idea de castigo en el sentido de que uno ¡necesite pagar o expiar su
crimen!
Así que uno encuentra que Dios o impone consecuencias terrenales, o permite las
consecuencias naturales como resultado del pecado, pero en ningún pasaje dice que
estas consecuencias sean impuestas para que ¡Su justicia temporal pueda ser
satisfecha!
Es nuestra oración, que como el apóstol Pablo vio a muchos convertidos a Cristo
porque compararon sus enseñanzas con lo que dice la Escritura (Hechos 17:10-12),
que igualmente, aquellos que lean este sumario, puedan leer la inerrable e infalible
Palabra de Dios por ellos mismos, y simplemente preguntarse, ―¿Las enseñanzas de la
Iglesia Católica Romana, se encuentran en lo que he leído? ¿―Encajan‖ tanto en el
contexto inmediato de cualquier pasaje, como en el contexto global del Nuevo
Testamento? ¿El ―sistema‖ de la Iglesia Católica Romana está fundamentado en el
Nuevo Testamento?‖ Oramos para que todos aquellos que invoquen el Nombre de
Cristo se vuelvan a la simplicidad de confiar solo en Cristo y deseen vivir para Él, en
gratitud por todo lo que Él ha hecho por ellos (Romanos capítulos 3-12).
1. La Biblia misma declara ser perfecta. ―Las palabras de Jehová son palabras
limpias, como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces.‖ (Salmos 12:6).
―La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel,
que hace sabio al sencillo.‖ (Salmos 19:7). ―Toda palabra de Dios es limpia;‖
(Proverbios 30:5). Estas afirmaciones de pureza son declaraciones absolutas. Nótese
que no dice ―Casi todas las Palabras de Dios son puras‖ o ―la Escritura es casi
perfecta.‖ La Biblia argumenta una completa perfección, sin dar lugar a teorías de
―perfección parcial‖
3. La Biblia es un reflejo de su Autor. Todos los libros lo son. La Biblia fue escrita por
Dios Mismo, al obrar a través de los autores humanos mediante un proceso llamado
―inspiración‖ Segunda de Timoteo 3:16 dice, ―Toda la Escritura es inspirada por
Dios‖ (literalmente, ―es respirada por Dios‖) Ver también 2 Pedro 1:21 y Jeremías 1:2
Creemos que Dios, quien creó el universo, es capaz de escribir un libro. Y que el Dios
que es perfecto es capaz de escribir un libro perfecto. El punto no es solo ―‖¿Tiene la
Biblia un error?‖, sino ―¿Puede Dios cometer un error?‖ Si la Biblia contiene
verdaderos errores, entonces Dios no es omnisciente y es capaz Él Mismo de cometer
errores. Si la Biblia contiene información errónea, entonces Dios no es veraz, sino un
mentiroso. Si la Biblia contiene contradicciones, entonces Dios es el autor de la
confusión. En otras palabras, si la inerrancia bíblica no es verdad, entonces Dios no es
Dios.
4. La Biblia nos juzga, no viceversa. ―Porque la palabra de Dios es….y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazón‖ (Hebreos 4:12). Nótese la relación entre
―el corazón‖ y ―la Palabra‖. La Palabra examina; el corazón está siendo examinado.
El reacomodar partes de la Palabra por cualquier razón, es voltear un verso de
cabeza. Nos convertimos en los examinadores, y la Palabra debe ser sometida a
nuestro ―superior escrutinio.‖ Sin embargo Dios dice, ―Mas antes, oh hombre, ¿quién
eres tú, para que alterques con Dios?‖ (Romanos 9:20).
Nada de lo que hemos presentado aquí debe ser tomado como un rechazo al estudio
verdadero. La inerrancia bíblica no significa que debemos dejar de utilizar nuestras
mentes o aceptar ciegamente lo que dice la Biblia. Somos exhortados a estudiar la
Palabra (2 Timoteo 2:15), y aquellos que la escudriñan son elogiados (Hechos 17:11).
También reconocemos que hay pasajes difíciles en la Biblia, así como sinceros
desacuerdos sobre su interpretación. Nuestra meta es aproximarnos reverentemente y
en oración a la Escritura y cuando encontremos algo que no entendamos, oremos más
intensamente, estudiemos más, y – si aún así nos elude la respuesta – reconozcamos
humildemente nuestras propias limitaciones ante la perfecta Palabra de Dios.
La pregunta es, si esta enseñanza está de acuerdo con la Escritura. La Iglesia Católica
Romana ve al Papado y a la autoridad infalible de la ―madre Iglesia‖ como una
necesidad para guiar a la Iglesia, y utiliza eso como un razonamiento lógico de la
provisión de Dios para ello. Pero al examinar la Escritura, encuentras lo siguiente:
1) Mientras que Pedro fue la figura central en la primera propagación del Evangelio
(parte del significado detrás de Mateo 16:18-19), la enseñanza de la Escritura, tomada
en contexto, en ninguna parte declara que él estaba en autoridad sobre los otros
apóstoles o sobre toda la iglesia (ver Hechos 15:1-23; Gálatas 2:1-14; 1 Pedro 5:1-5).
Además jamás es enseñado que el Obispo de Roma debía tener la primacía sobre la
iglesia. Antes bien, solo hay una referencia en la Escritura sobre Pedro escribiendo
desde ―Babilonia‖, (nombre que algunas veces se aplicaba a Roma); y se encuentra en
1 Pedro 5:13; tratando primordialmente sobre esto y el histórico surgimiento de la
influencia del Obispo de Roma de donde procede la enseñanza de la Iglesia Católica
Romana, sobre la supremacía del Obispo de Roma. Sin embargo, la Escritura enseña
que la autoridad de Pedro era compartida por los otros apóstoles (Efesios 2:19-20) y la
autoridad de ―atar y desatar‖ atribuida a él fue del mismo modo compartida por las
iglesias locales, no solo por sus líderes (ver Mateo 18:15-19; 1 Corintios 5:1-13; 2
Corintios 13:10; Tito 2:15; 3:10-11). Por lo tanto, la base para la infalibilidad papal, y
la existencia misma del papado, no está fundamentada en la Escritura.
2) En ninguna parte la Escritura declara que, a fin de guardar a la iglesia del error, la
autoridad de los apóstoles fuera pasada a aquellos que ellos ordenaran (La enseñanza
de la Iglesia Católica Romana de la ―sucesión apostólica‖). La sucesión apostólica es
―atribuida‖ a aquellos versos que la Iglesia Católica Romana utiliza como soporte
para esta doctrina (2 Timoteo 2:2; 4:2-5; Tito 1:5; 2:1; 2:15; 1 Timoteo 5:19-22).
Pablo NO hace un llamado a los creyentes en varias iglesias a recibir a Tito, Timoteo y
otros líderes de la iglesia en su autoridad como obispos; sino más bien basándose
sobre su condición de compañeros colaboradores con él (1 Corintios 16:10; 16:16; 2
Corintios 8:23). Lo que la Escritura SI enseña, es que las falsas enseñanzas surgirían
aún de entre los líderes aceptados por la iglesia y que los cristianos debían comparar
las enseñanzas de estos posteriores líderes eclesiásticos con la Escritura, que es lo
único citado en la Biblia como infalible. La Biblia no enseña que los apóstoles fueran
infalibles, aparte de lo que fue escrito por ellos e incorporado a la Escritura (2
Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:18-21). Pablo, hablando a los líderes de la iglesia en la ciudad
de Efeso, les advierte sobre la llegada de falsos maestros, y para combatir contra tal
error, él NO los encomienda a ―los apóstoles y a aquellos que llevarían su autoridad‖,
sino que él los encomienda a ―Dios y la palabra de Su gracia…‖ (Hechos 20:28-32)
3) En ninguna parte de la Escritura está la ―enseñanza Magisterium‖ o la maestría de
la enseñanza de los obispos, y tratada con igual peso que la Escritura. Lo que la
historia ha demostrado, es que cuando cualquiera otra fuente de autoridad es tratada
como algo de igual peso que la Escritura, la segunda autoridad siempre termina
imponiéndose a la Escritura (tal es el caso con la aceptación de otros escritos de los
Mormones y el Atalaya de los Testigos de Jehová). Igualmente sucede con la Iglesia
Católica Romana. Repetidamente, los Catecismos Católicos aseguran que muchas de
sus doctrinas no están fundadas o basadas en la Escritura (María siendo co-redentora
y co-mediadora, sin pecado, concebida sin pecado; su ascensión; la oración y
veneración de los santos e imágenes; etc.) Para los católicos romanos, es la ―madre
Iglesia‖ la que tiene la autoridad final, no la Escritura, sin importar que ellos digan
que el Magisterium es el ―siervo de la Escritura‖ Nuevamente, la Biblia enseña que es
la Escritura la que debe ser usada como la regla para determinar la verdad del error.
En Gálatas 1:8-9, Pablo asegura que no es QUIEN enseña, sino lo QUE está siendo
enseñado, lo que determina la verdad del error. Y mientras la Iglesia Católica
Romana continúa pronunciando una maldición del infierno sobre aquellos que
rechacen la autoridad del Papa, la Escritura reserva esa maldición para aquellos que
enseñen un evangelio diferente del que ya ha sido dado y registrado en el Nuevo
Testamento (Gálatas 1:8-9)
(c) La provisión del Espíritu Santo, Quien guió a los apóstoles a toda la verdad
después de la muerte de Cristo (Juan 16:12-14); Quien da dones a los creyentes para
la obra del ministerio, incluyendo la enseñanza (Romanos 12:3-8; Efesios 4:11-16), y
QUIEN usa la palabra escrita como Su herramienta principal (Hebreos 4:12; Efesios
6:17).
En resumen, la Biblia habla de solo una constante, ―tangible‖, e infalible guía dejada
por Dios para Su iglesia. Es la Palabra escrita de Dios; no un líder infalible (2 Timoteo
3:15-17). Y mientras Él dio el Espíritu Santo para conducir a hombres santos a lo
largo de la elaboración de esas Escrituras (2 Pedro 1:19-21), así también ha dado Su
Espíritu Santo para que more, llene, guía y capacite a los miembros de Su iglesia
actual, para el propósito de dirigir Su iglesia a través de la correcta interpretación de
la Palabra escrita (1 Corintios 12; 14; Efesios 4:11-16) Que hay cismas y falsas
enseñanzas en la actualidad; no debe sorprendernos, porque la Biblia también nos
advierte que habrá falsos maestros quienes torcerán la Palabra escrita (2 Pedro 3:16)
y que esos falsos maestros se levantarían de entre las iglesias (Hechos 20:30). Por lo
tanto, los creyentes deben volverse a Dios y a la ―palabra de Su gracia‖ para su guía
(Hechos 20:32), determinando la verdad, no por QUIEN la diga, sino comparándola
con el evangelio que ya fue recibido por la iglesia primitiva, el evangelio registrado
para nosotros en la Escritura (Gálatas 1:8-9; ver también Hechos 17:11).
Raquel (Génesis 30:1, 22-24). Ella oró y al fin Dios ―abrió su matriz‖ y dio a luz a un
hijo, José.
Elisabet (Lucas 1:7,36) En su vejez dio a luz a Juan el Bautista, quien anunció la
llegada de Cristo.
La esterilidad de Sarai, Rebeca y Raquel (las madres de la nación israelita) es
significativa en que finalmente, su capacidad para concebir hijos fue una señal de la
gracia y el favor de Dios hacia Su elegido. Sin embargo, las parejas infértiles no deben
asumir que Dios está retrayendo Su gracia y favor, tampoco deben asumir que de
alguna manera están siendo castigados. Las parejas cristianas deben apegarse a la
seguridad de que sus pecados son perdonados en Cristo y que Dios nunca los castigará
por sus delitos, especialmente negándoles los hijos.
Así que ¿cómo debe enfrentar la infertilidad una pareja cristiana? Es bueno buscar
consejo de ginecólogos y otros especialistas en fertilidad. Tanto el hombre como la
mujer deben tener un sano estilo de vida para prepararse para el embarazo. Al leer
acerca de las madres de la nación de Israel, vemos que ellas oraron fervientemente
por concebir, así que ciertamente no está por demás seguir orando por un hijo. Sin
embargo, primeramente debemos orar por la voluntad de Dios en nuestras vidas. Si
Su voluntad es que tengamos un hijo natural, lo tendremos. Si Su voluntad es que
adoptemos, cuidemos a niños, o carezcamos de ellos, eso es lo que debemos aceptar y
aceptarlo con agrado. Sabemos que Dios tiene un plan divino para cada uno de Sus
amados, y es el autor de la vida. Él permite y retiene la concepción. Dios es soberano y
posee toda la sabiduría y el conocimiento (Ver Romanos 11:33-36) ―Toda buena
dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto,….‖ (Santiago 1:17). El conocer y
aceptar estas verdades, llegará hasta el dolor de los corazones de las parejas infértiles.
Nadie entiende mejor esto, que alguien que esté en el infierno. Un ejemplo perfecto es
la historia del hombre rico y el mendigo llamado Lázaro. Ambos murieron, y el
hombre rico fue al infierno, mientras que Lázaro fue al cielo (llamado el seno de
Abraham en Lucas 16). Desde luego el hombre rico estaba consciente de que sus
pecados fueron cometidos únicamente durante el lapso de su vida. Pero es interesante
que él nunca dice: ―¿Cómo vine a dar aquí?‖ esa pregunta nunca es hecha en el
infierno. Tampoco dice, ―¿Realmente merezco esto?‖ ―¿No creen que esto es
demasiado?‖ Él nunca dice nada de eso. Solo pide que alguien vaya con sus hermanos
quienes aún viven, para advertirles que no vayan allí.
Al igual que el hombre rico, cada pecador tiene una total comprensión de su desgracia
en el infierno, una completa y total información, y una sensible conciencia la cual se
convierte en su propio atormentador. Esta es la experiencia de tortura en el infierno –
un alma totalmente consciente de su pecado con una implacable conciencia acusadora,
martillándole sin un momento de reposo. La culpa de ese pecador, le produce
vergüenza, un odio y aborrecimiento eterno de sí mismo. El hombre rico sabía que el
castigo eterno por una vida de pecados, es justificado y merecido. Eso es por lo que
nunca protestó o cuestionó el encontrarse en el infierno.
Las realidades de la condenación eterna, el infierno eterno, el castigo eterno, son así
de atemorizantes y justas. Pero esto es por el bien del pecador, el que pueda estar
verdaderamente aterrorizado. Aunque esto pueda sonar desagradable (y lo es), hay
buenas noticias. Dios nos ama (Juan 3:16) y quiere salvarnos del infierno (2 Pedro
3:9). Pero por ser también un Dios santo y justo, Él no puede permitir que nuestro
pecado quede sin castigo. Alguien tiene que pagar por él. En Su gran misericordia y
amor, Dios proveyó Su propio pago por nuestro pecado. Él envió a Su Hijo Jesucristo
para pagar el castigo por nuestros pecados, al morir en la cruz por nosotros. La
muerte de Jesús fue una muerte infinita porque Él es el infinito Dios/hombre, que
pagó nuestra deuda de pecado infinita, para que no tengamos que pagar en el infierno
por una eternidad (2 Corintios 5:21). Si confesamos nuestros pecados, le pedimos
perdón a Dios, y ponemos nuestra fe en Cristo, podemos ser salvados, perdonados,
limpiados y tener la promesa de un hogar eterno en el cielo. Dios nos amó tanto que Él
proveyó el medio para nuestra salvación, pero si rechazamos Su regalo de vida eterna,
enfrentaremos las consecuencias eternas de esa decisión.
Los impíos estarán eternamente sujetos a la furia y la ira de Dios en el infierno. Ellos
sufrirán conscientemente vergüenza y desprecio, y los ataques de una conciencia
acusadora – junto con la ira encendida de una deidad ofendida – por toda la
eternidad. Aún aquellos que estén en el infierno reconocerán la perfecta justicia de
Dios (Salmo 76:10). Aquellos que estén en el infierno real sabrán que su castigo es
justo y que solo ellos son culpables (Deuteronomio 32:3-5). Si, el infierno es real. Si, el
infierno es un lugar de tormento y castigo que durará eternamente ¡por los siglos de
los siglos! Alabemos a Dios, que a través de Jesucristo, podemos escapar de este
destino eterno (Juan 3:16,18,36).
¿Qué es la inmaculada concepción?
Pregunta Cristiana: ―¿Qué es la inmaculada
concepción?‖
Respuesta: Mucha gente equivocadamente cree que la inmaculada concepción se
refiere a la concepción de Jesucristo. La concepción de Jesús fue total y absolutamente
inmaculada… pero este concepto no se refiere para nada a Jesús. La inmaculada
concepción es una doctrina de la Iglesia Católica Romana respecto a María, la madre
de Jesús. Una declaración oficial de esta doctrina dice. ―… la bendita Virgen María ha
sido, desde el primer instante de su concepción, por una singular gracia y privilegio
del Todopoderoso Dios, en vista de los méritos de Jesucristo el Salvador de la
Humanidad, conservada libre de toda mancha del pecado original.‖ Esencialmente la
inmaculada concepción es la creencia de que María fue protegida del pecado original,
que María no tuvo una naturaleza de pecado, y fue, de hecho, sin pecado.
Sin embargo, hay una diferencia en cómo aplicamos esa verdad en la actualidad. Una
cosa que debemos tener en mente es que la Biblia está completa, habiendo cubierto
todo lo que necesitamos saber de ahora hasta la eternidad. Esto no quiere decir que
Dios ya no hace milagros o aún habla a través de los sueños hoy en día. La diferencia
es que Dios ya ha revelado el camino que ÉL eligió para tratar con el hombre desde
ahora hasta la eternidad, – en la Biblia. Cualquier cosa que Dios dice, ya sea en un
sueño, visión, ―aún una pequeña voz‖, etc., tendrá que estar en completo acuerdo con
lo que Dios ya ha revelado en Su Palabra. Los sueños no pueden ponerse en un lugar
de autoridad sobre las Escrituras. Nuevamente, SI Dios fuera a hablarle a una
persona en un sueño, Su mensaje estaría en perfecto acuerdo con Su Palabra. De
acuerdo a nuestra creencia en la inspiración, autoridad y suficiencia de la Escritura,
encontramos muy difícil que Dios hable regularmente a través de los sueños en la
actualidad. Al mismo tiempo, no podemos aceptar negativamente esta posibilidad
basada en la Escritura.
Si tienes un sueño y sientes que tal vez Dios te lo dio, examina con mucha devoción la
Palabra de Dios y asegúrate que tu sueño esté en total acuerdo con la Escritura. Si es
así, devotamente considera lo que Dios quiere que hagas en respuesta a tu sueño
(Santiago 1:5). En la Escritura, siempre que alguien experimenta un sueño de Dios,
Dios siempre aclara el significado del sueño, ya sea directamente a la persona, a través
de un ángel, o a través de un mensajero (Génesis 40:5-11; Daniel 2:45; 4:19). Cuando
Dios nos habla, ÉL se asegura que Su mensaje sea claramente entendido.
1. Incredulidad. El hecho es que muchos que aseguran ser cristianos, nunca han
nacido de nuevo. Ellos usan la etiqueta de ―cristiano‖, pero no ha ocurrido un cambio
verdadero en su corazón. Muchos de los que pretenden enseñar la Biblia, ni siquiera
creen que la Biblia sea verdad. Ellos afirman hablar por Dios, sin embargo viven en
un estado de incredulidad. La mayoría de las interpretaciones falsas de la Escritura,
proceden de tales fuentes.
Cualquiera y todas las actividades sexuales deben estar restringidas a las parejas
casadas. ¿Qué puede hacer una pareja que aún no está casada?. Una pareja aún
soltera debe evitar cualquier actividad que los provoque hacia el sexo; que dé la
apariencia de inmoralidad; o que pueda ser considerada como ―estimulación erótica‖.
Yo, personalmente, aconsejaría seriamente a una pareja que no vaya más allá de
tomarse las manos, abrazarse y besarse muy ligeramente antes del matrimonio. Para
una pareja casada, entre más tengan para compartir exclusivamente entre ellos, hará
que su relación sexual en el matrimonio llegue a ser más especial y única.
Muchas personas han creído un evangelio diluido que acaba con el mensaje del
arrepentimiento de sus pecados. Ellos quieren creer en un Dios amoroso, que no juzga
a nadie, que no requiere el arrepentimiento y ningún cambio en su estilo de vida.
Pueden decir cosas como: ―Creo en Jesucristo, pero mi Dios no es crítico. Mi Dios
nunca enviaría a una persona al infierno.‖ Pero no podemos tener ambas cosas. Si
profesamos ser cristianos, debemos reconocer a Cristo por la persona que Él se dijo
ser – el único camino al cielo. Negar eso es negar a Jesús Mismo, porque fue Él quien
declaró: ―Yo soy el camino, y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí‖
(Juan 14:6).
Tan impresionante como será el cielo para los que eligen a Jesucristo como Salvador,
el infierno será mucho más terrible para los que lo rechazan. Nuestro mensaje a los
perdidos sería entregado con más urgencia si entendiéramos lo que la santidad y la
justicia de Dios harán a aquellos que han rechazado la amplia provisión del perdón en
su Hijo, Jesucristo. Uno no puede leer la Biblia en serio, sin verla una y otra vez – la
línea se traza. La Biblia es muy clara que hay un solo camino al cielo – a través de
Jesucristo. Él nos ha dado esta advertencia: ―Entrad por la puerta estrecha; porque
ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los
que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la
vida, y pocos son los que la hallan‖(Mateo 7:13-14).
Hay un solo camino al cielo y los que siguen este camino son garantizados llegar allí.
Pero no todos están siguiendo ese camino. ¿Y tú?
Antes que nada, la ira no siempre es pecado. Dios está airado (Salmos 7:11; Marcos
3:5), y a los creyentes se les permite estar airados (Efesios 4:26). En el Nuevo
Testamento son usadas dos palabras griegas para la palabra ―ira.‖ Una (orge)
significa ―pasión, energía;‖ la otra (thumos) que significa ―agitado, ebullición.‖ El
diccionario Webster define la ira como ―emoción excesiva, pasión incitada por un
sentido de daño o injusticia;‖ este daño puede ser hacia nosotros o hacia alguien más.
Bíblicamente, la ira es una energía dada por Dios con la intención de ayudarnos a
resolver problemas. Ejemplos de ira bíblica incluyen la confrontación de Pablo con
Pedro, por su mal ejemplo en Gálatas 2:11-14. David, disgustado al escuchar al
profeta Natán compartirle una injusticia (2 Samuel 12), y Jesús airado por la manera
en que algunos judíos habían corrompido la adoración en el templo de Dios en
Jerusalén (Juan 2:13-18). Nótese que ninguno de estos ejemplos de ira involucraron la
auto-defensa, sino la defensa de otros, o de un principio.
Pero la ira se vuelve pecado cuando es motivada por el egoísmo (Santiago 1:20),
cuando el objetivo de Dios es distorsionado (1 Corintios 10:31), o cuando se deja que
la ira persista (Efesios 4:26-27). En vez de utilizar la energía generada por la ira para
atacar el problema en sí, es la persona quien es atacada en su lugar. Efesios 4:15, 29
dice que debemos hablar la verdad en amor y usar nuestras palabras para edificar a
otros, y que no permitir que salgan de nuestra boca palabras corrompidas o
destructivas. Desafortunadamente, esta venenosa manera de hablar es una
característica común del hombre caído (Romanos 3:13-14). La ira se vuelve pecado
cuando se le permite desbordarse sin restricción, dando como resultado un escenario
en el que todos a su alrededor resultan lastimados (Proverbios 29:11), dejando
devastación a su camino, usualmente con consecuencias irreparables. La ira también
se vuelve pecado cuando el airado rehusa ser tranquilizado, guarda rencor, o lo
guarda todo en su interior (Efesios 4:26-27). Esto puede causar depresión e
irritabilidad ante cualquier cosita, con frecuencia con cosas sin relación alguna con el
problema subyacente.
1) Reconocer y admitir nuestra ira egoísta y el erróneo manejo del enojo como un
pecado (Proverbios 28:13; 1 Juan 1:9). Esta confesión debe ser hecha tanto a Dios
como ante aquellos a quienes hemos herido con nuestra ira. Tampoco debemos
minimizar ese pecado llamándolo ―me alteré un poco el otro día‖ o transfiriendo la
culpa: ―bueno, si no hubieras actuado como lo hiciste…‖
4) No regresando mal por bien (Génesis 50:21; Romanos 12:21). Esta es la clave para
convertir nuestra ira en amor. Todas nuestras acciones fluyen de nuestro corazón, así
que también nuestros corazones pueden ser alterados por nuestras acciones (Mateo
5:43-48). Así que, podemos cambiar nuestros sentimientos hacia otros, cambiando la
manera en que decidimos actuar hacia esa persona.
a) Ser honestos y hablar (Efesios 4:15,25). La gente no puede leer nuestra mente, sino
hablar la verdad EN AMOR.
b) Ser oportunos (Efesios 4:26-27). No debemos permitir que lo que nos está
molestando, crezca hasta perder el control. Es importante manejar y compartir lo que
nos molesta antes que llegue hasta ese punto.
c) Atacar el problema, no a la persona (Efesios 4:29, 31). Junto con esto, debemos
recordar la importancia de mantener bajo el volumen de nuestra voz (Proverbios
15:1). Gritar es usualmente percibido como una forma de ataque.
El tiempo utilizado para ―contar hasta diez‖ debe ser usado para reflexionar sobre la
manera amable de responder (verso 32) y recordarnos a nosotros mismos, cómo la ira
debe ser usada para resolver problemas y no para crear unos mayores.
6) Por último, debemos actuar para resolver nuestra parte del problema (Hechos
23:5). No podemos controlar la manera en que los demás actúen o respondan, pero sí
podemos hacer los cambios necesarios para hacerlo por nuestra parte. Conquistar
nuestro temperamento no es algo que suceda de la noche a la mañana. Pero a través
de la oración pidiendo ayuda, el estudio de la Biblia, y la confianza en el Espíritu
Santo de Dios, puede ser conquistado. Así como hemos permitido que la ira se haya
atrincherado en nuestras vidas por la práctica habitual, también debemos practicar
responder correctamente hasta que se convierta en un hábito que reemplace a las
viejas actitudes. Estos son algunos Proverbios que tratan con el tema de la ira:
6:34 ―Porque los celos son el furor del hombre, y no perdonará en el día de la
venganza‖
14:17 ―El que fácilmente se enoja hará locuras; y el hombre perverso será
aborrecido.‖
14:29 ―El que tarda en airarse es grande de entendimiento; mas el que es impaciente
de espíritu enaltece la necedad.‖
15:1 ―La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor.‖
15:18 ―El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse
apacigua la rencilla.‖
16:32 ―Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su
espíritu, que el que toma una ciudad.‖
19:11 ―La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la
ofensa.‖
19:19 ―El de grande ira llevará la pena; y si usa de violencias, añadirá nuevos males.‖
22:24-25 ―No te entremetas con el iracundo, ni te acompañes con el hombre de enojos,
no sea que aprendas sus maneras, y tomes lazo para tu alma.‖
27:4 ―Cruel es la ira, e impetuoso el furor; mas ¿quién podrá sostenerse delante de la
envidia?‖
29:8 ―Los hombres escarnecedores ponen la ciudad en llamas; mas los sabios apartan
la ira.‖
29:22 ―El hombre iracundo levanta contiendas, y el furioso muchas veces peca.‖
¿Qué es el Islam y en que creen los musulmanes?
Pregunta Cristiana: ―¿Qué es el Islam y en que creen los
musulmanes?‖
Respuesta: Examinemos brevemente la historia del Islam y las creencias de los
musulmanes.
Las creencias fundamentales del Islam son, que Alá es el único Dios y que Mohamed
fue el profeta de Alá. Por la simple declaración de estas creencias, una persona puede
convertirse al Islam. La palabra musulmán significa ―uno que se somete a Alá.‖ El
Islam pretende ser la única religión verdadera, de la cual se han derivado a sí mismas
todas las otras religiones, o han sido creadas como una parodia del Islam (incluyendo
el Judaísmo y el Cristianismo)
Estos cinco principios, que son la estructura de obediencia para los musulmanes, son
tomados muy seria y literalmente. La entrada de un musulmán al paraíso, se basa en
la obediencia de estos Cinco Pilares.
El Islam asegura que Jesús fue solo un profeta – no el Hijo de Dios (los musulmanes
creen que solo Alá es Dios, y ¿cómo podría Él tener un Hijo?) En vez de ello, el Islam
afirma que Jesús, aunque nacido de una virgen, fue creado igual que Adán – del polvo
de la tierra. Los musulmanes creen que Jesús no murió en la cruz. Aunque negado por
el Islam, la Trinidad y la redención de Cristo en la cruz son fundamentales para el
Cristianismo.
El Islam enseña que el Corán es la autoridad última y la final revelación de Alá. Sin
embargo, la Biblia fue completada en el primer siglo con el Libro de Apocalipsis. El
Señor advierte contra cualquiera que le añada a Su Palabra terminada (Apocalipsis
22:18). El Corán como una supuesta adición a la Palabra de Dios, claramente
desobedece el mandamiento de Dios.
La Verdad
Por lo tanto, el Islam y el Cristianismo no pueden ser ambos la verdad. Uno es la
Palabra de Dios y el otro no lo es. La verdad tiene consecuencias eternas.
―Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque
muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios:
Todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este
es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está
en el mundo. Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el
que está en vosotros, que el que está en el mundo.‖ (1 Juan 4:1-4).
¿Fue Jesús casado?
Pregunta Cristiana: ―¿Fue Jesús casado?‖
Respuesta: No, Jesucristo no se casó. Un reciente libro popular, ―El Código DaVinci‖
nos dice que Cristo se casó con María Magdalena. Este mito / mentira es
absolutamente falso y carece de bases teológicas, históricas o bíblicas. A pesar de que
un par de ―Evangelios gnósticos‖ mencionan que Jesús tuvo una estrecha relación con
María Magdalena, ninguno de ellos asegura específicamente que Jesús estuvo casado
con María Magdalena, o que estuvo involucrado románticamente con ella. Lo más
cercano a esto es el decir que Jesús besó a María Magdalena, lo que fácilmente puede
ser solo una referencia a un ―beso amistoso‖. Además, aún cuando los evangelios
Gnósticos hubieran mencionado directamente que Jesús se casó con María
Magdalena, eso no tendría autoridad alguna, porque ha sido comprobado que todos
los evangelios Gnósticos, son inventos fraguados para crear una visión gnóstica de
Jesús.
Una pregunta secundaria podría ser, ―¿Podría Jesucristo haber estado casado?‖ No
hay nada pecaminoso en el casarse. No hay nada pecaminoso en tener relaciones
sexuales en el matrimonio. Así que, si, Jesús pudo haberse casado y aún ser el Cordero
de Dios sin mancha, el Salvador del mundo. Al mismo tiempo, bíblicamente no hay
razón para que Cristo se hubiera casado. Ese no es el punto en este debate. Aquellos
que creen que Jesús estuvo casado, no creen que Él fue sin pecado, o que Él era el
Mesías. El casarse y tener hijos no fue la razón por la que Dios envió a Jesús. Marcos
10:45 nos dice porque vino Jesús, ―Porque el Hijo del Hombre no vino para ser
servido, sino para servir, y para dar Su vida en rescate por muchos.‖
Otro importante sacrificio que incluía corderos eran los sacrificios diarios en el
Templo de Jerusalén. Cada mañana y tarde en el Templo, era sacrificado un cordero,
por los pecados del pueblo (Éxodo 29:38-42) Estos diarios sacrificios, como todos los
demás, eran simplemente para señalar a la gente el futuro y perfecto sacrificio de
Cristo en la cruz. A propósito, la hora de la muerte de Jesús en la cruz, corresponde a
la misma hora cuando se llevaba a cabo el sacrificio de la tarde en el Templo. Los
judíos de ese tiempo, también estarían familiarizados con los profetas Jeremías e
Isaías del Antiguo Testamento, cuyas profecías anticipaban la venida de Aquel que
sería traído ―.. como cordero inocente que llevan a degollar..‖ (Jeremías 11:19; Isaías
53:7) y cuyos sufrimientos y sacrificio proveería la redención para Israel. Desde luego,
esa Persona que fue anunciada por los profetas del Antiguo Testamento no era otro
que Jesucristo, ―el Cordero de Dios‖.
1) Había gran expectación entre los judíos de ese tiempo por la llegada del Mesías. Los
romanos gobernaban sobre Israel, haciendo que los judíos estuvieran ansiosos por la
aparición del Mesías.
2) Roma había unificado gran parte del mundo bajo su gobierno, dando la sensación
de unidad a las muchas tierras conquistadas. Además, como el imperio se encontraba
relativamente pacífico, hizo posible que los primeros cristianos pudieran viajar para
esparcir el Evangelio, cosa que hubiera sido imposible durante otros tiempos.
4) El hecho de que los ídolos de mucha gente habían ―fallado‖ al negarles la victoria
sobre los conquistadores romanos, causó que muchos abandonaran su adoración. Al
mismo tiempo en las ciudades más ―cultas‖, la filosofía y la ciencia griega de ese
tiempo, dejó a otros espiritualmente vacíos de la misma manera que en la actualidad,
el ateísmo y los gobiernos comunistas han dejado un vacío espiritual en las personas.
Tengamos presente que las declaraciones anteriores están basadas en el punto de vista
del hombre sobre aquel tiempo, y en la especulación del por qué ese particular punto
en la historia era un buen momento para que Cristo viniera. Pero comprendemos que
los caminos de Dios son más altos que nuestros caminos, y que estas pudieron o no
haber sido algunas razones por las que Él eligió ese tiempo en particular para enviar a
Su Hijo. Desde el contexto de Gálatas 3 y 4, es evidente que Dios buscó colocar una
base a través de la ley judía para preparar la venida del Mesías. La ley fue hecha para
ayudar a la gente a entender la profundidad de su pecaminosidad (siendo incapaces de
guardarla), así ellos podrían aceptar más prontamente la cura para el pecado, en
Jesús el Mesías (Gálatas 3:22-23; Romanos 3:19-20). La ley también sirvió como un
―tutor‖ (Gálatas 3:24) para llevar a la gente a Jesús como su Mesías. Esto lo hizo
mediante sus muchas profecías concernientes al Mesías, las cuales fueron cumplidas
en Jesús. Además de esto, estaba el sistema sacrificial, que señalaba la necesidad de un
sacrificio por los pecados, así como su propia naturaleza temporal (haciendo que cada
sacrificio requiriera siempre la adición de otros posteriores). La historia del Antiguo
Testamento también esbozó retratos de la persona y la obra de Cristo a través de
muchos eventos y fiestas religiosas (tales como la disposición de Abraham de ofrecer a
Isaac, o los detalles de la Pascua durante el éxodo de Egipto, etc.)
La oportunidad para el tiempo de la encarnación de Cristo era tal, que la gente de ese
tiempo estaba preparada para Su llegada y desde entonces la gente de cada siglo tiene
más que suficiente evidencia de que Jesús fue realmente el Mesías prometido,
habiendo dado cumplimiento a las Escrituras que pintaron y profetizaron
detalladamente Su llegada.
Con frecuencia es discutido que si Jesús no ―abrogó‖ la ley, entonces aún debe ser
obligatoria. De acuerdo a ello, sus componentes tales como guardar el Sabbath aún
deben estar vigentes, tal vez junto con otros muchos elementos de la Ley de Moisés.
Esta suposición está basada en un malentendido de las palabras y la intención de este
pasaje. Cristo no estaba sugiriendo aquí que la naturaleza obligatoria de la ley de
Moisés permanecería vigente para siempre. Tal visión sería contraria a todo lo que
aprendemos de la armonía del Nuevo Testamento registrado en Romanos 10:4;
Gálatas 3:23-25 y Efesios 2:15. Consideremos los siguientes puntos.
La palabra traducida como ―abrogar‖ o ―abolir‖ tiene un especial significado en este
estudio. Es traducción del término griego kataluo, que literalmente significa
―derribar‖ La palabra se encuentra diez y siete veces en el Nuevo Testamento. Es
usada cuando se habla por ejemplo de la destrucción del templo judío por los romanos
(Mateo 26:61; 27:40; Hechos 6:14), y de la desintegración del cuerpo humano cuando
muere (2 Corintios 5:1). El término puede llevar el extenso significado de ―derrocar‖
ej. ―inutilizar, privar del éxito.‖ En el griego clásico, se usaba en relación con las
instituciones, leyes, etc., para transmitir la idea de ―invalidar.‖
Es especialmente importante notar cómo es usada esta palabra en Mateo 5:17. En este
contexto, ―abrogar‖ es usado como lo opuesto a ―cumplir.‖ ―Cristo vino …. no para
abrogar, sino para cumplir‖ El significado es este: Jesús no vino a este mundo con el
propósito de actuar como un oponente de la ley. Su objetivo no era evitar su
cumplimiento. Más bien, Él la respetaba, la amaba, la obedecía, y llevó a cabo su
cumplimiento. Él cumplió las leyes proféticas pronunciadas con respecto a Él mismo
(Lucas 24:44). Cristo cumplió con las demandas de la ley mosaica la cual ordena una
obediencia perfecta, si no, se aplica una ―maldición‖ (ver Gálatas 3:10, 13). En este
sentido, el divino diseño de la ley siempre tendrá un efecto duradero. Siempre
realizará el propósito para lo cual fue otorgada.
Todos estos son conceptos comunes entre la mayoría de la gente, pero la verdad es que
todos estos son mentiras. Satanás, el gobernador del mundo, fabrica estos
pensamientos en nuestras cabezas. Él, y cualquiera que sigue sus caminos, es un
enemigo de Dios (1 Pedro 5:8). Satanás siempre se disfraza de bueno (2 Corintios
11:14), pero él tiene control sobre todas las mentes que no pertenecen a Dios.
―Satanás, el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les
resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios‖ (2
Corintios 4:4).
Es una mentira creer que Dios no tiene cuidado de los pecados pequeños, y que el
infierno está reservado sólo para la ―gente mala.‖ Todo pecado nos aparta de Dios,
aún una ―pequeña mentirita blanquita.‖ Todos hemos pecado, y ninguno es lo
suficientemente bueno como para ir al cielo por sí mismo (Romanos 3:23). Entrar al
cielo no se basa en que lo bueno pesa sobre lo malo; todos vamos a perder si ese es el
caso. ―Y si son salvos por el favor de Dios, entonces no es por sus buenas obras. En ese
caso, el maravilloso favor de Dios no sería lo que es en realidad – gratuito e
inmerecido‖ (Romanos 11:6). No podemos hacer nada bueno para ganar nuestro
camino al cielo (Tito 3:5).
Cuando Dios creó el mundo, era perfecto. Todo era bueno. Entonces creó a Adán y
Eva, y les dio libre albedrío, de manera que pudieran escoger seguir y obedecer a Dios
o no. Pero Adán y Eva, los primeros seres que Dios creó, fueron tentados por Satanás
para desobedecer a Dios, y pecaron. Esto los separó (y a todo el que vino después de
ellos, incluyéndonos a nosotros) de estar en capacidad de tener una relación cercana
con Dios. El es perfecto y no puede estar entre el pecado. Como pecadores, no
podríamos hacerlo por nosotros mismos. De manera que, Dios hizo un camino para
que pudiéramos estar unidos con El en el cielo. ―Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna‖ (Juan 3:16). ―Porque la paga del pecado es muerte,
mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro‖ (Romanos 6:23).
Jesús nació para enseñarnos el camino, para morir por nuestros pecados, y de esta
manera poder ser liberados. Tres días después de Su muerte, se levantó de la tumba
(Romanos 4:25), probando Su victoria sobre la muerte. El llenó el vacío entre Dios y el
hombre, a fin de que podamos tener una relación personal con El si solamente
creemos.
―Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo
a quien has enviado‖ (Juan 17:3). La mayoría de la gente cree en Dios, aún Satanás
cree. Pero para recibir la salvación, debemos volvernos a Dios, formar una relación
personal, apartarnos de nuestros pecados y seguirle. Debemos confiar en Jesús con
todo lo que tenemos y todo lo que hacemos. ―Se ha manifestado la justicia de Dios por
medio de la fe en Jesucristo, para que quite nuestros pecados. Y todos podemos ser
salvos de esta manera, sin importar quienes somos o qué hayamos hecho‖ (Romanos
3:22). La Biblia enseña que no hay otro camino para la salvación sino a través de
Cristo. En Juan 14:6 Jesús dice, ―Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene
al Padre, sino por mí.‖
Jesús es el único camino de salvación porque es el único que puede pagar nuestra
penalidad por el pecado (Romanos 6:23). Ninguna otra religión enseña la gravedad o
seriedad del pecado y sus consecuencias. Ninguna otra religión ofrece el pago infinito
del pecado que solamente Jesucristo puede proveer. Ningún otro ―fundador religioso‖
fue Dios que se hizo hombre (Juan 1:1,14) – la única manera en que una deuda
infinita pudo ser pagada. Jesús tenía que ser Dios, a fin de que pudiera pagar nuestra
deuda. Jesús tenía que ser hombre para que pudiera morir. ¡La salvación está
disponible solamente a través de la fe en Jesucristo! ―Y en ningún otro hay salvación;
porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser
salvos‖ (Hechos 4:12).
Durante Su juicio ante los líderes judíos, el sumo sacerdote le ordenó a Jesús, ―Te
conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.‖ (Mateo
26:63). Jesús respondió, ―Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al
Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del
cielo.‖ (Mateo 26:64). Los líderes judíos respondieron acusando a Jesús de blasfemia
(Mateo 26:65-66). Más tarde, ante Poncio Pilato, ―Los judíos le respondieron;
Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo
Hijo de Dios.‖ (Juan 19:7). ¿Por qué el declarar ser el ―Hijo de Dios‖ se consideraría
como una blasfemia merecedora de la pena de muerte? Los líderes judíos entendieron
exactamente lo que Jesús quiso decir con la frase ―Hijo de Dios.‖ El ser el ―Hijo de
Dios‖ significa ser de la misma naturaleza de Dios. El ―Hijo de Dios‖ es ―parte de
Dios‖ El clamar ser de la misma naturaleza de Dios, de hecho era ―ser Dios mismo‖
siendo una blasfemia para los líderes judíos; por lo que ellos demandaron la muerte
de Jesús. Hebreos 1:2-3 expresa esto con mucha claridad, ―en estos postreros días nos
ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo
hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria y la imagen misma de su
sustancia….‖
Otro ejemplo pude verse en Juan 17:12 donde Judas es descrito como el ―hijo de
perdición‖ Juan 6:71 nos dice que Judas ere hijo de Simón. ¿Qué significa en Juan
17:12 que se describe a Judas como ―el hijo de perdición‖? La palabra ―perdición‖
significa ―destrucción, ruina, desperdicio‖ Judas no era literalmente el hijo de una
―ruina, destrucción o desperdicio‖, pero esas cosas eran las que identificaban la vida
de Judas. Judas era una manifestación de la perdición. En el mismo sentido Jesús es el
Hijo de Dios. El Hijo de Dios es Dios. Jesús es Dios manifestado en carne (Juan
1:1,14).
Seol / Hades es un lugar con dos divisiones (Mateo 11:23; 16:18; Lucas 10:15; 16:23;
Hechos 2:27-31), la morada de los salvos y los perdidos. La morada de los salvos era
llamada ―Paraíso‖ y ―El seno de Abraham‖. Las moradas de los salvos y los perdidos
estaba separada por ―una gran sima‖ (Lucas 16:26). Cuando Jesús ascendió al Cielo,
Él se llevó a los ocupantes (creyentes) del Paraíso con Él (Efesios 4:8-10). El lado de
los perdidos en el Seol / Hades, ha permanecido sin cambio. Todos los muertos no
creyentes, van ahí para aguardar el futuro juicio final. ¿Fue Jesús al Seol / Hades? Si,
de acuerdo con Efesios 4:8-10 y 1 Pedro 3:18-20.
Algunos opinan que Jesús fue al ―Infierno‖ o sea, al lugar de sufrimiento del Seol /
Hades, para ser después castigado por nuestros pecados. ¡Esta idea es completamente
antibíblica! Fue suficiente la muerte de Jesús en la cruz y Su sufrimiento en nuestro
lugar, lo que proveyó nuestra redención. Fue el derramamiento de Su sangre lo que
justificó nuestra limpieza del pecado. (1 Juan 1:7-9). Mientras ÉL colgaba de esa cruz,
Él puso sobre Sí mismo la carga del pecado de toda la raza humana ―Por nosotros lo
hizo pecado‖, 2 Corintios 5:21 dice: ―Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo
pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él.‖ Esta imputación
del pecado nos ayuda a comprender la lucha de Cristo en el huerto de Getsemaní con
la copa del pecado que sería vertida sobre Él en la cruz.
Isaías 9:6 nos dice que el Hijo fue dado y el niño había nacido. Jesús siempre fue una
parte de la relación Tri-unitaria, junto con el Espíritu Santo. La Trinidad siempre ha
existido, Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu. No que sean tres Dioses, sino Un
Dios existiendo como tres Personas. Jesús enseñó que Él y Su Padre eran uno (Juan
10:30). Jesús quiso decir que Él y Su Padre, y por supuesto el Espíritu Santo, eran la
misma sustancia, la misma esencia, Dios o deidad. Tres personas co-existiendo como
Dios. Estas tres Personas tuvieron y continuarán teniendo una relación eterna.
Sucedió que cuando Jesús, el eterno Hijo de Dios, tomó forma humana, (pero sin
pecado); Él también tomó la forma de un siervo, despojándose de Su gloria celestial
(leer Filipenses 2:5-11) Y como Dios-hombre tuvo que aprender la obediencia
(Hebreos 5:8) a Su Padre; también fue tentado por Satanás; acusado falsamente por
los hombres; rechazado por Su pueblo y posteriormente crucificado. La oración a Su
Padre celestial fue para solicitarle poder (Juan 11:41-42), y sabiduría (Marcos 1:35;
6:46). En Su humanidad, Su oración mostraba la dependencia de Su Padre, para
llevar a cabo el plan de redención del Padre (ver la oración intercesora de Cristo como
Sumo Sacerdote en Juan 17); y después como sometimiento final a la voluntad de Su
Padre, vemos Su oración en el Jardín de Getsemaní para luego ir a la cruz y pagar la
pena de muerte por haber quebrantado la ley de Dios con nuestros pecados (Mateo
26:31-46). Por supuesto, Él se levantó físicamente de la tumba, habiendo ganando el
perdón y la vida eterna para nosotros ahora mismo, al recibirle como nuestro
Salvador personal.
No hay problema con que el Hijo como Dios, haya orado o hablado al Padre como
Dios. Como ya se mencionó, Ellos tuvieron una relación desde la eternidad antes que
Cristo se encarnara. Esta relación es descrita en los Evangelios, para que podamos ver
cómo el Hijo de Dios en Su humanidad, llevó a cabo la voluntad de Su Padre, para
poder llevar a cabo la redención que ganó para todos (Juan 6:38) La continua
sumisión de Cristo a Su Padre celestial fue reforzada y se mantuvo enfocada a través
de Su vida de oración. El ejemplo de oración que Cristo nos dejó, es para que lo
sigamos.
Si entiendes ahora lo que significa que Jesús salva, y quieres confiar en Él como tu
Salvador personal, asegúrate de entender y creer lo siguiente, y como un acto de fe,
comunica a Dios los siguiente. ―Dios, se que soy pecador, y se que por mi pecado,
merezco estar eternamente separado de ti. Gracias por amarme y proveer el sacrificio
por mis pecados a través de la muerte y resurrección de Jesucristo, aunque no lo
merezco. Yo creo que Jesús murió por mis pecados, y confío en Él solamente para
salvarme. De ahora en adelante, ayúdame a vivir mi vida para ti, en vez de para el
pecado. Ayúdame a vivir el resto de mi vida en gratitud por la maravillosa salvación
que tu has provisto. ¡Gracias Jesús, por salvarme!
Jesús dijo en Mateo 12:40 ―Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres
días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y
tres noches.‖ Aquellos que opinan que la crucifixión fue en viernes, dicen que existe
una manera válida en la cual pudo haberse considerado que ÉL permaneció en la
tumba por tres días. En la mentalidad judía del primer siglo, parte de un día era
considerado como un día completo. Puesto que Jesús estuvo en la tumba parte del
viernes, todo el sábado y parte del domingo, pudieron haber considerado que
efectivamente Él estuvo ahí por tres días. Uno de los principales argumentos sobre el
viernes se encuentra en Marcos 15:42 donde dice que Jesús fue crucificado ―la víspera
del día de reposo‖ (el día anterior al Sabbath o sábado) Si ese era el Sabbath semanal,
entonces el hecho nos lleva a la crucifixión el viernes. Otro argumento para el viernes
dice que los versos tales como Mateo 16:21 y Lucas 9:22 enseñan que Jesús resucitaría
en el tercer día, por lo que ÉL no necesitaría estar en la tumba los tres días y noches
completos. Pero mientras algunos traductores usan ―en el tercer día‖ para estos
versos, no todos lo hacen, y no todos están de acuerdo que esa sea la mejor manera de
traducirlos. Es más, Marcos 8:31 dice que Jesús resucitaría ―después‖ de tres días.
Los que opinan sobre el miércoles dicen que hubo dos Sabbaths esa semana. Después
del primero (el que ocurrió al anochecer de la crucifixión, Marcos 15:42; Lucas 23:52-
54) las mujeres compraron las especias. Nótese que las mujeres lo hacen después del
sábado (Marcos 16:1). Los que se inclinan a favor del miércoles sostienen que ese
―Sabbath‖ era la Pascua (ver Levíticos 16:29-31; 23:24-32, 39 donde los grandes días
sagrados no eran necesariamente uno de los siete días de la semana referido como el
Sabbath) El segundo Sabbath de esa semana era un sábado normal. Nótese que en
Lucas 23:56, las mujeres que habían comprado las especias después del primer
Sabbath, regresaron y prepararon las especias y entonces ―descansaron el día de
reposo conforme al mandamiento‖. El argumento establece que ellas no pudieron
haber comprado las especias después del Sabbath, y al mismo tiempo preparar las
especias antes del Sabbath, a menos que hubieran dos Sabbaths. Con el punto de vista
de los dos Sabbaths, si Cristo fue crucificado en jueves, entonces el gran y sagrado
Sabbath (la Pascua) habría comenzado el jueves al nochecer y terminaría el viernes al
anochecer, al inicio del Sabbath o sábado semanal. El comprar las especias después
del primer Sabbath (Pascua) hubiera significado que ellas las compraron en sábado,
quebrantando así la ley.
Por lo tanto, esta opinión declara que, la única explicación que no viola el relato de las
mujeres y las especias y se ajusta a la comprensión literal de Mateo 12:40, es que
Cristo fue crucificado en miércoles. El Sabbath que fue día santo (Pascua) ocurrió en
jueves, las mujeres compraron especias (después de esto) el viernes y regresaron y
prepararon las especias ese mismo día, descansando el sábado que era el día de la
semana, entonces trajeron las especias a la tumba el domingo muy temprano. ÉL fue
sepultado cerca del anochecer del miércoles, que iniciaba el jueves en el calendario
judío. Utilizando un calendario judío, tenemos: el anochecer del jueves (noche uno),
día del jueves (día uno), anochecer del viernes (noche dos), día del viernes (día dos),
anochecer del sábado (noche tres), día del sábado (día tres). No sabemos exactamente
cuándo Él resucitó, pero sí sabemos que fue al amanecer del domingo (Juan 20:1,
―…María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro al sepulcro; y vio quitada la
piedra del sepulcro.‖ ) así que Jesús pudo haber resucitado justo después del
anochecer del sábado por la noche, el cual iniciaba el primer día de la semana para los
judíos.
Un posible problema con la opinión sobre el miércoles, es que los discípulos que
caminaron con Jesús yendo a Emaús, lo hicieron ―el mismo día‖ de Su resurrección
(Lucas 24:13). Los discípulos, quienes no reconocieron a Jesús, le contaron sobre la
crucifixión (24:20) y dijeron que ―… hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido‖
(24:21). De miércoles a sábado hay cuatro días. Una posible explicación es que ellos
pudieron haber contado el sepelio de Cristo desde el anochecer del miércoles, que
iniciaba el jueves judío, y pudieron haber contado como tres días de jueves a domingo.
En el gran esquema de las cosas, no es tan importante saber qué día de la semana fue
crucificado Jesucristo. Si fuera tan importante, la Palabra de Dios nos lo hubiera
comunicado claramente. Lo que es importante es que Él murió, y que Él, físicamente
en su cuerpo mortal, resucitó de entre los muertos. Y también lo que es igualmente
importante es la razón por la que Él murió; — para librarnos del castigo que
merecemos todos los pecadores. Juan 3:16 y 3:36 proclaman ambos que creyendo, o
poniendo tu confianza en Él ¡resulta para vida eterna!
La Biblia predice que vendrá gente en los últimos días diciéndose ser el Cristo. En
Mateo 24:5, Jesús les dice a Sus discípulos ―Porque vendrán muchos en mi nombre,
diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.‖ Una de las señales de que el final
de los tiempos está próximo, es la del surgimiento de falsos Mesías – gente que
proclama ser el segundo advenimiento de Jesucristo.
La próxima cosa que ocurrirá será la profanación del templo en Jerusalén (Mateo
24:15). Una vez que el templo sea profanado, ―… habrá entonces gran tribulación,
cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.‖ (Mateo
24:21) Los teólogos llaman a este período la Gran Tribulación, donde Dios derramará
Su ira sobre la humanidad no arrepentida. También marcará el surgimiento del
último anti-Cristo, el hombre de pecado del que se habla en 2 Tesalonicenses 2:3-4.
¿Tiene la descripción bíblica de la Segunda Venida algo en común con José Luis de
Jesús Miranda? Si José Luis de Jesús Miranda es realmente el regreso de Cristo a esta
tierra, ¿cuándo sucedieron todos estos eventos cósmicos? ¿Cuándo fue reconstruido el
templo en Jerusalén para que pudiera haber sido profanado? ¿Dónde está el regreso
de Jesús viniendo en ―las nubes del cielo‖? De acuerdo a los escritos bíblicos, José
Luis de Jesús Miranda es nada más que un simple falso Mesías entre muchos otros.
Las doctrinas de José Luis de Jesús Miranda incluyen lo siguiente: Él declara que no
existe el pecado y que la ley es irrelevante. Él toma estas enseñanzas de la mal-
interpretación de pasajes tales como Romanos 6:2; Romanos 7:6 y Romanos 8:2. Sin
embargo, estos pasajes no enseñan que no existe el pecado y que la ley es irrelevante.
Más bien ellos enseñan que el poder de la ley y el poder del pecado fueron vencidos
cuando Jesucristo (el original) murió en la cruz y que al poner nuestra fe en Él (el
verdadero Jesús) somos librados del castigo de la ley. El apóstol Juan dijo que ―Si
decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no
está en nosotros.‖ (1 Juan 1:8) Romanos 7:15-24 es una declaración de que aún el
apóstol Pablo (cuyas enseñanzas José Luis de Jesús Miranda cree que son las única
enseñanzas que deben ser impartidas) batallaba con el pecado en su vida.
Más aún, la ley, lejos de ser irrelevante, es una parte necesaria del código moral de
Dios. Pablo dice en Romanos 7:7 que él no hubiera conocido la codicia si la ley no
dijera: ―No codiciarás‖. La ley nos señala nuestro pecado y nos conduce a Cristo.
Cierto, la ley no tiene poder cuando obtenemos nuestra justificación ante Dios, pero
ésta no es irrelevante.
José Luis de Jesús Miranda también declara que no hay infierno. Sin embargo, Jesús
enseñó más sobre el infierno de lo que enseñó sobre el cielo. La realidad del infierno
está a través de todo el Nuevo Testamento. Él dice que no existe el diablo, sin embargo
Pedro –después de la resurrección de Jesús- dice que Satanás anda como ―león
rugiente‖ (1 Pedro 5:8). Finalmente, con respecto a la opinión de José Luis de Jesús
Miranda sobre la inutilidad de la oración, ¿cómo podemos referirnos a la oración
como algo inútil, cuando Jesús no solo enseña acerca de ello (Mateo 6:9-15; Lucas
11:1-13; 18:1-8); sino que la practicó a través de todo Su ministerio. De igual manera,
el apóstol Pablo comienza cada una de sus epístolas con oración y acción de gracias, y
frecuentemente pide a sus lectores que oren por él. Lejos de ser inútil, la oración es
vital para la vida cristiana.
José Luis de Jesús Miranda es un falso Mesías y un hereje. Él asegura ser la segunda
venida de Jesucristo, a pesar de la preponderante evidencia bíblica que contradice sus
demandas de divinidad. Sus enseñanzas son heréticas en el sentido de que, lejos de
dirigir a la gente a una vida de mayor santidad y rectitud, más parece que la guía a
una vida licenciosa, de libertinaje y corrupción (sin el pecado + sin ley + sin infierno =
no hay consecuencias para mis actos) Finalmente, miren la vida del hombre. Él es un
ex drogadicto y ex convicto. Ahora, cualquiera puede ser salvado de sus pecados y
convertirse en un cristiano, pero ¿Jesucristo Mismo se ―integraría‖ con alguien así?
¿Qué hay de su estilo de vida? Él vive más allá de sus posibilidades por la
―generosidad‖ de sus seguidores. ¿Haría eso Jesucristo? Él vivió la vida de un
modesto predicador ambulante, ―sin tener un lugar donde recostar Su cabeza‖ – Él
jamás sacó ventaja de alguien. La Biblia nos dice que ―nos cuidemos de los falsos
profetas‖ Concerniente a ellos dice que ―por sus frutos los reconoceremos‖. Juzga a
José Luis de Jesús Miranda por sus frutos y se volverá totalmente claro que él no es
―Jesucristo Hombre.‖
Con eso en mente, surge la siguiente pregunta – ¿Es José Luis de Jesús Miranda el
anticristo? Mientras que es posible que él sea el anticristo predicho en la Escritura, y
el reciente tatuaje del ―666‖ preste crédito a esta posibilidad – es difícil que José Luis
de Jesús Miranda sea el anticristo. El anticristo será un líder mundial, un dictador
embestido con poder satánico, un hombre que cautive a la gente con su sola presencia.
José Luis de Jesús Miranda no es tal hombre,…. al menos no todavía. José Luis de
Jesús Miranda no es nada mas que un líder carismático de un culto, un charlatán, un
lobo con piel de oveja, y simplemente uno más de una larga cadena de falsos profetas
y falsos Mesías. Él es un anticristo no EL anticristo.
De acuerdo al Judaísmo rabínico, un judío es uno que tiene una madre judía, o uno
que formalmente se ha convertido al Judaísmo. Levítico 24:10 es citado con frecuencia
para dar credibilidad a esta creencia, aunque la Torá no hace una afirmación
específica para esta tradición. Algunos rabinos dicen que no tiene nada que ver con lo
que el individuo crea realmente. Estos rabinos nos dicen que un judío no necesita ser
seguidor de las leyes y costumbres del Judaísmo, para ser considerado judío. De
hecho, un judío puede no creer en Dios en lo absoluto, y aún así ser un judío basado
en la anterior interpretación rabínica.
Otros rabinos dejan muy en claro que aunque la persona siga los preceptos de la Torá
y acepte los ―Trece Principios de la Fe‖ como claramente lo expresa Maimónides
(Rabino Moshe ben Maymon, uno de los grandes eruditos medievales judíos), él no
puede ser un judío. Aunque esta persona pueda ser un judío ―biológico‖, éste no tiene
una conexión real con el Judaísmo.
En el primer libro de la Torá – los primeros cinco libros de la Biblia – Génesis 14:13
nos enseña que Abram comúnmente reconocido como el primer judío (su nombre fue
cambiado más tarde al de Abraham) fue descrito como un ―hebreo.‖ El nombre
―judío‖ viene del nombre Judá, uno de los doce hijos de Jacob, y una de las doce
tribus de Israel. Aparentemente, el nombre ―judío‖ originalmente se refería solo a
aquellos que eran miembros de la tribu de Judá, pero cuando el reino fue dividido
(Israel en el norte y Judá en el sur), después del reinado de Salomón (1 Reyes, capítulo
12) se refiere a todos los que pertenecían al reino de Judá, el cual incluía a las tribus
de Judá, Benjamín y Levi. En la actualidad, muchos creen que un judío es cualquiera
que es un descendiente físico de Abraham, Isaac y Jacob, sin importar de cual de las
doce tribus originales descienda.
Así que ¿qué es en lo que creen los judíos, y cuáles son los preceptos básicos del
Judaísmo? Hay cinco principales formas o sectas del Judaísmo en el mundo actual.
Ellos son Ortodoxos, Conservadores, Reformistas, Reconstruccionistas y Humanistas.
Las creencias y requerimientos en cada grupo difieren dramáticamente; sin embargo
una breve lista de las creencias tradicionales del Judaísmo incluirían lo siguiente:
Dios es el creador de todo lo que existe; Él es uno, incorpóreo (sin un cuerpo), y solo
Él debe ser adorado como el gobernante absoluto del universo.
Los primeros cinco libros de la Biblia hebrea, fueron revelados por Dios a Moisés.
Éstos no serán cambiados o discutidos en el futuro.
Dios monitorea las actividades de los humanos; Él recompensa a los individuos por
buenas obras y castiga el mal.
Aunque los cristianos basan mucha de su fe en las mismas Escrituras hebreas como
los judíos, hay diferencias mayores en las creencias: Generalmente, los judíos
consideran de primera importancia las acciones y el comportamiento; las creencias
proceden de acciones. Esto se opone con los cristianos conservadores para quienes el
creer es de primordial importancia, y las acciones son el resultado de esa fe.
Los creyentes judíos no aceptan el concepto cristiano del pecado original (la creencia
de que toda la gente ha heredado el pecado de Adán y Eva, cuando ellos
desobedecieron las instrucciones de Dios en el Jardín del Edén).
Los creyentes judíos están dispuestos a santificar sus vidas y acercarse a Dios,
mediante el cumplimiento del mitzvoth (los mandamientos divinos).
Las creencias acerca de Jesús varían considerablemente. Algunos lo ven como un gran
maestro moralista. Otros lo ven como un falso profeta o como un ídolo de la
cristiandad. Algunas sectas del Judaísmo ni siquiera pronuncian su nombre debido a
la prohibición de mencionar el nombre de un ídolo.
Los judíos son mencionados con frecuencia como el pueblo elegido por Dios. Esto no
significa que ellos sean de ninguna manera considerados superiores a otros grupos.
Los versos de la Biblia tales como Éxodo 19:5 simplemente dicen que Dios ha elegido a
Israel para recibir y estudiar la Torá, para adorar solo a Dios, para descansar en el
Sabbath, y para celebrar las festividades. Los judíos no fueron elegidos por ser
mejores que otros; ellos simplemente fueron elegidos para recibir más
responsabilidades difíciles y más onerosos castigos si fracasan.
Los 613 mandamientos encontrados en Levítico y otros libros, regulan todos los
aspectos de la vida judía.
El Mesías (el ungido de Dios) llegará en el futuro y reunirá nuevamente a los judíos en
la tierra de Israel. En ese tiempo, habrá una resurrección general de los muertos. El
Templo de Jerusalén, que fue destruido en el año 70 d.C., será reconstruido.
¿Por qué los judíos y los árabes / musulmanes se odian
mutuamente?
Pregunta Cristiana: ―¿Por qué los judíos y los árabes /
musulmanes se odian mutuamente?‖
Respuesta: Primero, es importante entender que no todos los árabes son musulmanes,
y que no todos los musulmanes son árabes. Mientras que la mayoría de los árabes son
musulmanes, hay muchos que no lo son. Es más, hay un mayor número de
musulmanes no árabes (en áreas tales como Indonesia y Malasia) que árabes
musulmanes. Segundo, es importante recordar que no todos los árabes odian a los
judíos, que no todos los musulmanes odian a los judíos y que no todos los judíos odian
a los árabes y musulmanes. Debemos ser cuidadosos de evitar estereotipar a la gente.
Sin embargo aclarado eso, y generalmente hablando, los árabes y los musulmanes
tienen un rechazo y desconfianza hacia los judíos y viceversa.
Si hay una explicación bíblica explícita para esta hostilidad, ésta proviene desde
Abraham. Los judíos son descendientes Isaac el hijo de Abraham. Los árabes son
descendientes de Ismael, también hijo de Abraham. Habiendo sido Ismael el hijo de
una esclava egipcia (Génesis 16:1-6), obviamente habría alguna hostilidad entre los
dos hijos. Como resultado de las burlas de Ismael hacia Isaac (Génesis 21:9), Sara
habló con Abraham, solicitándole que enviara a Agar y su hijo Ismael lejos de ahí
(Génesis 21:11-21). Probablemente esto causó aún más desprecio en el corazón de
Ismael por Isaac. Aún un ángel le profetizó a Agar que Ismael sería: ―… hombre
fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él‖ (Génesis 16:11-12).
La religión del Islam, a la cual pertenecen una mayoría de árabes, ha hecho esta
hostilidad aún más profunda. El Corán contiene algunas instrucciones contradictorias
para los musulmanes respecto a los judíos. En un punto se instruye a los musulmanes
a tratar a los judíos como hermanos, y en otro, ordena a los musulmanes a atacar a los
judíos que rehusen convertirse al islam. El Corán también introduce un conflicto en
cuanto a quién es el verdadero hijo de la promesa de Abraham. Las Escrituras
hebreas dicen que fue Isaac. El Corán dice que fue Ismael. El Corán enseña que fue
Ismael a quien Abraham casi sacrificó al Señor, no Isaac (en contradicción a Génesis
capítulo 22). Este debate sobre quien fue el hijo de la promesa, contribuye a la
hostilidad actual.
Sin embargo, la más antigua raíz de amargura entre Isaac e Ismael, no explica toda la
actual hostilidad entre judíos y árabes. De hecho, por miles de años en la historia del
Medio Oriente, los judíos y los árabes vivieron en relativa paz e indiferencia de unos
hacia otros. La causa primaria de la hostilidad tiene un origen más reciente. Después
de la II Guerra Mundial, cuando las Naciones Unidas le dieron una porción de tierra
de Israel a los judíos, la tierra en ese tiempo, estaba habitada primeramente por los
árabes (los palestinos). La mayoría de los árabes protestaron vehementemente en
contra de que la nación de Israel ocupara esa tierra. Las naciones árabes se unieron y
atacaron a Israel en un intento por sacarlos de esa tierra; pero a fin de cuentas fueron
derrotados por Israel. Desde entonces, ha habido una gran hostilidad entre Israel y
sus vecinos árabes. Si miras en el mapa, Israel ocupa una pequeña franja de tierra y
está rodeada por varias naciones árabes mucho más grandes, tales como; Jordania,
Siria, Saudi Arabia, Iraq, y Egipto. Creemos que, bíblicamente hablando, Israel tiene
un derecho de existir como nación en la propia tierra que Dios le dió a los
descendientes de Jacob, nieto de Abraham. Al mismo tiempo, creemos firmemente
que Israel debería buscar la paz y mostrar respeto por sus vecinos árabes. El Salmo
122:6 dice, ―Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman.‖
¿Qué hay de malo con jugar? Jugar es un asunto complejo, aún si se lo hace con
moderación y solamente de vez en cuando, es un despilfarro de dinero, pero no es
necesariamente ―perverso‖. La gente malgasta el dinero en todo tipo de actividades.
Jugar no es ni más, ni menos despilfarro de dinero que ver una película (en muchos
casos), comer una comida innecesariamente costosa, o comprar un artículo inútil. Al
mismo tiempo, el hecho de que se desperdicie el dinero en otras cosas, no justifica el
juego. El dinero no debería ser malgastado. El dinero excedente debería ser guardado
para necesidades futuras, o dado a la obra del Señor – no perderlo en el juego.
Casinos y loterías: Los casinos utilizan todo tipo de planes de marketing para atraer
al jugador a que arriesgue tanto dinero como sea posible. A menudo ellos ofrecen
bebidas alcohólicas económicas y aún gratuitas, lo cual estimula la embriaguez, y de
ese modo, ocasiona una disminución en la habilidad de tomar decisiones sabias. En un
casino, todo está perfectamente aparejado para recibir dinero en grandes sumas y no
devolver nada, a excepción de placeres momentáneos y vacíos. Las loterías intentan
retratarse como un camino al fondo de educación y/o programas sociales. Sin
embargo, estudios muestran que los participantes de la lotería son por lo general,
aquellos quienes pueden al menos tener recursos para gastar dinero en billetes de
lotería. Para aquellos que están desesperados, el encanto de ―volverse rico rápido‖ es
una tentación demasiado grande como para resistirse. La oportunidad de ganar es
infinitesimal, lo cual resulta en que las vidas de mucha gente terminen arruinadas.
¿Por qué las ganancias de la lotería no agradan a Dios?: Mucha gente alega comprar
la lotería o jugar, a fin de poder dar dinero a la iglesia, o para alguna otra buena
causa. Mientras este puede ser un buen motivo, la realidad es que pocos utilizan las
ganancias del juego con propósitos devotos. Estudios muestran que la vasta mayoría
de ganadores de la lotería, pocos años después de haber ganado el premio gordo, se
encuentran en una situación económica aún peor de la que estaban al principio. Pocos,
si hubiera alguno, en realidad dan el dinero a una buena causa. Además, Dios no
necesita nuestro dinero para financiar Su misión en el mundo. Proverbios 13:11 dice,
―El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece‖. Dios
es soberano y va a proveer las necesidades de la iglesia a través de medios honestos.
¿Sería Dios honrado al recibir dinero donado de la droga, o dinero sustraído en el
asalto a un banco? Dios no necesita o desea dinero que fue ―robado‖ a los pobres por
la tentación de las riquezas.
1ª Timoteo 6:10 nos dice, ―Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males.
Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos
sinsabores‖. Hebreos 13:5 declara ―Manténganse libres del amor al dinero, y
conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: Nunca te dejaré, jamás de
abandonaré‖. Mateo 6:24 proclama, ―Nadie puede servir a dos señores, pues
menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No
se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas‖.
¿Qué es el Jueves Santo?
Pregunta Cristiana: ―¿Qué es el Jueves Santo?‖
Respuesta: El Jueves Santo (en ingles, el Jueves Maundy) es el jueves de la Semana de
la Pasión, un día antes del Viernes Santo (el jueves antes del Domingo de Pascua). El
Jueves Santo es el nombre dado a la fecha en que Jesús celebró la Pascua con sus
discípulos, conocido como la Última Cena. Dos eventos importantes son el foco del
Jueves Santo.
En primer lugar, Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos y, por tanto,
instituyó la Cena del Señor, también llamada la Comunión (Lucas 22:19-20). Algunas
iglesias cristianas observan una celebración especial de la Cena del Señor el Jueves
Santo en recuerdo de la Última Cena de Jesús con sus discípulos. En segundo lugar,
Jesús lavó los pies de los discípulos como un acto de humildad y servicio, estableciendo
así un ejemplo que debemos amar y servir el uno al otro mutuamente en la humildad
(Juan 13:3-17). Algunas iglesias cristianas observan una ceremonia del lavado de los
pies el Jueves Santo para conmemorar a Jesús lavando los pies de los discípulos.
Al mismo tiempo también se abrirá otro libro que es el ―libro de la vida‖ (Apocalipsis
20:12). Es este el libro que determina si una persona heredará la vida eterna con Dios,
o recibirá el castigo eterno en el lago de fuego. Aunque los cristianos son tenidos como
responsables de sus actos, ellos son perdonados en Cristo y sus nombres fueron
escritos en el ―libro de la vida desde la fundación del mundo‖ (Apocalipsis 17:8)
También sabemos por la Escritura que es en este juicio donde Jesús juzgará a ―los
muertos de acuerdo a sus obras‖ (Apocalipsis 20:12) y que todos aquellos ―cuyos
nombres no se encuentren inscritos en el libro de la vida‖ serán echados al lago de
fuego (Apocalipsis 20:15).
El hecho de que habrá un juicio final para todos los hombres, tanto creyentes como no
creyentes, es claramente confirmado en muchos pasajes de la Escritura. Cada persona
comparecerá un día ante Cristo para ser juzgada por sus obras. Mientras que está
muy claro que el Juicio del Gran Trono Blanco es el juicio final de Cristo, los
cristianos no están de acuerdo en como se relaciona a otros juicios mencionados en la
Biblia, y en cuanto a quienes exactamente serán juzgados en el Juicio del Gran Trono
Blanco.
Muchos cristianos creen que las Escrituras revelan tres diferentes juicios por venir. El
primero es el juicio de las ―ovejas y los cabritos‖, o el ―juicio de las naciones‖ como es
visto en Mateo 25:31-36. Ellos creen que tendrá lugar después del período de la
Tribulación, pero antes del Milenio y que éste es para determinar quien entrará en el
reino milenial. El segundo es el juicio de las obras de los creyentes, frecuentemente
referido como el ―tribunal (bema) de Cristo‖ (2 Corintios 5:10); tiempo durante el
cual, los cristianos recibirán grados de recompensa por sus obras o servicio a Dios. El
tercero es el juicio del ―Gran Trono Blanco‖ al final del milenio (Apocalipsis 20:11-
15); que es el juicio de los incrédulos en el cual ellos serán juzgados de acuerdo a sus
obras y sentenciados al castigo eterno en el lago de fuego.
Otros cristianos creen que todos estos tres juicios, como se ve en Mateo 25:31.36; 2
Corintios 5:10 y Apocalipsis 20:11-15, hablan del mismo juicio final, no de tres juicios
separados. En otras palabras, aquellos que sostienen esta opinión, creen que el juicio
del ―Gran Trono Blanco‖ en Apocalipsis 20:11-15 será el tiempo para que los
creyentes e incrédulos sean igualmente juzgados. Aquellos cuyos nombres se
encuentren en el ―libro de la vida‖ serán juzgados por sus obras, para determinar las
recompensas o pérdida de recompensas que ellos obtendrán; y aquellos cuyos
nombres no se encuentren en el ―libro de la vida‖ serán juzgados de acuerdo a sus
obras para determinar el grado de castigo que recibirán en el lago de fuego. Aquellos
que sostienen esta opinión, creen que Mateo 25:31.46 es otra descripción de lo que
tendrá lugar en el juicio del ―Gran Trono Blanco‖ en Apocalipsis 20:11-15. Las
―ovejas‖ (creyentes) entrarán a la vida eterna, mientras que los ―cabritos‖
(incrédulos) serán lanzados al ―castigo eterno‖ (Mateo 25:46).
Cualquiera que sea la opinión que tenga uno sobre el juicio del ―Gran Trono Blanco‖,
es importante nunca perder de vista tres hechos importantes concernientes al juicio o
juicios venideros. (1) Que Jesucristo será el Juez. (2) Que los incrédulos serán
juzgados por Cristo, y que ellos serán castigados de acuerdo a sus obras. La Biblia es
muy clara en que el incrédulo está acumulando ―ira para el día de la ira y de la
revelación del justo juicio de Dios.‖ (Romanos 2:5), y que Dios ―pagará a cada uno
conforme a sus obras‖ (Romanos 2:6). (3) Que los creyentes también serán juzgados
por Cristo, pero puesto que la justicia de Cristo les ha sido imputada a ellos, y sus
nombres están escritos en el ―libro de la vida‖, ellos serán recompensados de acuerdo
a las obras que ellos hicieron. Romanos 14:10-12 es muy claro en cuanto a que ―todos
compareceremos ante el tribunal de Cristo‖ y que ―cada uno de nosotros dará a Dios
cuenta de sí.‖
Sin duda alguna, la Biblia es muy clara en que todos, tanto creyentes como incrédulos,
estaremos algún día ante Cristo para ser juzgados. Pero la buena noticia para los
creyentes es que nuestro juicio no determinará si somos lanzados al lago de fuego,
porque eso ya fue establecido una vez que creímos al Evangelio y nos convertimos en
―hijos de Dios‖. Aquellos que son verdaderamente salvos, han sido beneficiados con el
gran intercambio en el cual nuestros pecados son acreditados a Cristo y Su justicia es
imputada a nosotros. Así que, aunque nuestra salvación está asegurada en Cristo, aún
así ―cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.‖ (Romanos 14:12), y deberemos
esforzarnos para hacer todas las cosas para la gloria de Dios. (1 Corintios 10:31).
1 Corintios 6:4 dice ―Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para
juzgar a los que son de menor estima en la iglesia?‖ Todo el contexto de 1 Corintios
6:1-6 trata sobre las disputas en la iglesia, pero Pablo se refiere al sistema de justicia
cuando habla de los juicios concernientes a cosas que pertenecen a esta vida. Pablo
explica que para las cuestiones referentes a esta vida y que están fuera de la iglesia,
existen los sistemas jurídicos. Luego nos dice que los problemas de la iglesia no deben
ser llevados a las cortes, sino que deben ser juzgados dentro de la iglesia.
Hechos capítulo 21 comenzando con el verso 26 nos narra cómo Pablo fue arrestado y
acusado equivocadamente de algo que no hizo. Entonces los romanos lo
aprehendieron y en el capítulo 22, comenzando con el verso 24 leemos, ―Mandó el
tribuno que le metiesen en la fortaleza, y ordenó que fuese examinado con azotes, para
saber por qué causa clamaban así contra él. Pero cuando le ataron con correas, Pablo
dijo al centurión que estaba presente; – ¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano
sin haber sido condenado?‖ Pablo usó la ley romana y su ciudadanía para protegerse
a sí mismo. No hay nada de malo con usar el sistema jurídico, en tanto se haga con un
motivo justo y un corazón puro.
1 Corintios 6:7 declara, ―Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis
pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no
sufrís más bien el ser defraudados?‖ La cuestión por la que Pablo se preocupa más
aquí, es por el testimonio del creyente. Sería mucho mejor para nosotros el dejar que
se aprovechen o aún que abusen de nosotros, que el empujar a una persona aún más
lejos de Cristo, al llevarlo ante la justicia. ¿Que es más importante, una batalla legal, o
una batalla por el alma eterna de una persona?
En resumen, ¿pueden los cristianos llevarse unos a otros a la corte por asuntos de la
iglesia? ¡Absolutamente no! ¿Pueden los cristianos llevar a otros a la corte por asuntos
civiles? Si puede evitarse de alguna manera, no. ¿Pueden los cristianos llevar a la
corte a los no creyentes, sobre asuntos civiles? Nuevamente, si puede ser evitado, no.
Sin embargo, en algunas instancias, tales como la protección de nuestros propios
derechos (como en el ejemplo del apóstol Pablo), puede ser apropiado el procurarse
una defensa legal.
1 Corintios 6:4 dice ―Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para
juzgar a los que son de menor estima en la iglesia?‖ Todo el contexto de 1 Corintios
6:1-6 trata sobre las disputas en la iglesia, pero Pablo se refiere al sistema de justicia
cuando habla de los juicios concernientes a cosas que pertenecen a esta vida. Pablo
explica que para las cuestiones referentes a esta vida y que están fuera de la iglesia,
existen los sistemas jurídicos. Luego nos dice que los problemas de la iglesia no deben
ser llevados a las cortes, sino que deben ser juzgados dentro de la iglesia.
Hechos capítulo 21 comenzando con el verso 26 nos narra cómo Pablo fue arrestado y
acusado equivocadamente de algo que no hizo. Entonces los romanos lo
aprehendieron y en el capítulo 22, comenzando con el verso 24 leemos, ―Mandó el
tribuno que le metiesen en la fortaleza, y ordenó que fuese examinado con azotes, para
saber por qué causa clamaban así contra él. Pero cuando le ataron con correas, Pablo
dijo al centurión que estaba presente; – ¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano
sin haber sido condenado?‖ Pablo usó la ley romana y su ciudadanía para protegerse
a sí mismo. No hay nada de malo con usar el sistema jurídico, en tanto se haga con un
motivo justo y un corazón puro.
1 Corintios 6:7 declara, ―Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis
pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no
sufrís más bien el ser defraudados?‖ La cuestión por la que Pablo se preocupa más
aquí, es por el testimonio del creyente. Sería mucho mejor para nosotros el dejar que
se aprovechen o aún que abusen de nosotros, que el empujar a una persona aún más
lejos de Cristo, al llevarlo ante la justicia. ¿Que es más importante, una batalla legal, o
una batalla por el alma eterna de una persona?
En resumen, ¿pueden los cristianos llevarse unos a otros a la corte por asuntos de la
iglesia? ¡Absolutamente no! ¿Pueden los cristianos llevar a otros a la corte por asuntos
civiles? Si puede evitarse de alguna manera, no. ¿Pueden los cristianos llevar a la
corte a los no creyentes, sobre asuntos civiles? Nuevamente, si puede ser evitado, no.
Sin embargo, en algunas instancias, tales como la protección de nuestros propios
derechos (como en el ejemplo del apóstol Pablo), puede ser apropiado el procurarse
una defensa legal.
¿Qué dice la Biblia acerca del karma?
Pregunta Cristiana: ―¿Qué dice la Biblia acerca del
karma?‖
Respuesta: El karma es un concepto teológico encontrado en las religiones Budista e
Hindú. Es la idea de que la manera en que uno vive la vida, determina la calidad de
vida que uno tendrá cuando sea reencarnado. En otras palabras, si uno es generoso,
amable y santo durante su vida, uno será recompensado al ser reencarnado (renacido
en un nuevo cuerpo terrenal) en una vida placentera. Sin embargo, si uno vive una
vida del egoísmo y maldad, uno será reencarnado en una vida que será menos que
placentera. En otras palabras, nosotros cosechamos en la siguiente vida, lo que
sembremos en esta. El karma está basado en la creencia teológica de la reencarnación.
La Biblia no concuerda con la idea de la reencarnación, así que por tanto, no respalda
la idea del karma.
Hebreos 9:27 declara, ―Y de la manera que está establecido para los hombres que
mueran una sola vez, y después de esto el juicio.‖ Este verso de la Biblia deja muy en
claro dos puntos importantes, mismos que para los cristianos, niegan la posibilidad de
la reencarnación y el karma. Primero, afirma que estamos ―destinados a morir una
vez,‖ significando que los humanos solo nacemos una vez y solo morimos una vez. No
hay un círculo infinito de vida y muerte y renacimiento que es inherente en la teoría
de la reencarnación. Segundo, establece que después de la muerte, enfrentamos el
juicio, significando que no hay una segunda oportunidad, como la hay en la
reencarnación y el karma, para vivir una vida mejor. Tu tienes solo una oportunidad
de vida y para vivirla de acuerdo al plan de Dios, y es todo.
La Biblia habla mucho sobre el sembrar y cosechar. Job 4:8 dice, ―Como yo he visto,
los que aran iniquidad y siembran injuria, la siegan.‖ Salmo 126:5 dice ―Los que
sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.‖ Y Lucas 12:24 dice, ―Considerad los
cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa ni granero, y Dios los
alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?‖
En cada una de estas instancias, así como en todas las demás referencias al sembrar y
cosechar, dicen que el hecho de recibir las recompensas por las acciones de uno, tiene
lugar en esta vida, no en una vida futura. Es una actividad del día presente y la
referencia hace claro que el fruto que uno coseche será proporcional con las acciones
que uno ha realizado. Adicionalmente, las acciones o siembra que uno realice en esta
vida, afectará la recompensa o el castigo de uno en la vida futura.
Finalmente, debemos recordar siempre que fue Jesús, por cuya muerte en la cruz
resultó en la cosecha de vida eterna para nosotros, y que es la fe en Jesús la que
obtendrá la vida eterna para nosotros. Efesios 2:8-9 nos dice ―Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras,
para que nadie se gloríe.‖ Por lo tanto, vemos que el concepto de la reencarnación y el
karma es incompatible con lo que la Biblia enseña acerca de la vida, la muerte; y la
siembra y la cosecha de la vida eterna.
Así que, ¿qué le parece una religión que sea justo para usted? ¿Qué le parece una
religión libre de culpa, que no haga demandas, y que no esté cargada de un montón de
reglas molestas de lo que uno debe o no debe hacer? Está ahí, justo como lo he
descrito, pero ¿es la religión algo para ser escogido como un sabor favorito de helado?
Hay un montón de voces compitiendo por nuestra atención, entonces ¿por qué uno
debería considerar a Jesús superior a, digamos, Mahoma, Confucio, Buda, Charles
Taze Russell, o Joseph Smith? Después de todo, ¿no conducen todos los caminos al
cielo? ¿No son todas las religiones básicamente lo mismo? La verdad es que no todas
las religiones conducen al cielo, así como no todos los caminos conducen a Roma.
Sólo Jesús habla con la autoridad de Dios, porque sólo Jesús venció la muerte.
Mahoma, Confucio, y los otros, se desmoronan en sus tumbas hasta hoy mismo, pero
Jesús, por Su propio poder, abandonó la tumba tres días después de morir sobre una
cruel cruz romana. Cualquiera que tenga el poder sobre la muerte, merece su
atención. Cualquiera que tenga el poder sobre la muerte merece ser escuchado.
Nuevamente, cualquiera que tiene poder sobre la muerte, merece ser escuchado. Jesús
probó Su poder sobre la muerte, por tanto, necesitamos escuchar lo que dice. Jesús
afirma ser el único camino hacia la salvación (Juan 14:6). El no es un camino; El no es
uno de muchos caminos. Jesús es el camino.
Y este mismo Jesús dice, ―Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo
os haré descansar‖ (Mateo 11:28) Este es un mundo fatigoso y la vida es difícil. La
mayoría de nosotros estamos bastante sufridos, heridos, y deteriorados. ¿Está de
acuerdo? Así que, ¿qué es lo que quiere? ¿Un restablecimiento o una mera religión?
¿Un Salvador viviente o uno de muchos ―profetas‖ muertos? ¿Una relación
significativa o rituales vacíos? Jesús no es una elección – ¡Él es la elección!
Si usted está buscando perdón, Jesús es la verdadera ―religión‖ (Hechos 10:43). Jesús
es la verdadera religión si usted está buscando una relación significativa con Dios
(Juan 10:10). Jesús es la ―religión‖ verdadera si usted está buscando un hogar eterno
en el Cielo (Juan 3:16). Ponga su fe en Jesucristo como su Salvador. ¡No lo lamentará!
Confíe en Él para el perdón de sus pecados. ¡No quedará decepcionado!
Si usted desea tener una ―relación verdadera‖ con Dios, aquí está una oración modelo.
Recuerde, hacer esta oración o cualquier otra, no lo va a salvar. Es solamente el
confiar en Cristo lo que le puede librar del pecado. Esta oración es simplemente una
manera de expresar a Dios su fe en Él, y agradecerle por proveerle la salvación.
―¡Dios, sé que he pecado contra ti y merezco castigo. Pero Jesucristo tomó el castigo
que yo merecía, de manera que a través de la fe en Él yo pueda ser perdonado. Me
aparto de mi pecado y pongo mi confianza en Ti para la salvación. ¡Gracias por Tu
maravillosa gracia y perdón – el don de la vida eterna! En el Nombre de Jesús,
¡Amén!‖
¿Por qué la gente en el Génesis vivió vidas tan largas?
Pregunta Cristiana: ―¿Por qué la gente en el Génesis
vivió vidas tan largas?‖
Respuesta: El porqué la gente en los primeros capítulos del Génesis vivía vidas tan
largas es algo misterioso. Hay muchas teorías hechas por eruditos y científicos. La
genealogía en Génesis 5 registra la línea de los buenos descendientes de Adán – la
línea que eventualmente produciría al Mesías. Posiblemente Dios bendijo
especialmente esta línea con una larga vida como resultado de su bondad y
obediencia. Mientras que esto es una posible explicación, la Biblia en ningún lugar
limita la duración de la vida a individuos mencionados en el Génesis capítulo 5.
Además de Enoc, Génesis 5 no identifica a ninguno de los individuos como hombres
especialmente buenos. Más bien parece que en ese tiempo todos vivían varios cientos
de años. Hubieron muchos factores que probablemente contribuyeron a esto.
Génesis 1:6-7 menciona que había ―aguas sobre la expansión‖, una ―bóveda‖ de agua
que rodeaba la tierra. Tal ―bóveda de agua‖ pudo haber creado un efecto de
―invernadero‖ sobre la tierra entera, y habría bloqueado mucha de la radiación que
ahora azota la tierra. Esto habría resultado en unas condiciones ideales de vida sobre
la tierra. Esto parece ser así, considerando lo rapidez con que la duración de la vida se
acortó a partir del Diluvio. Génesis 7:11 indica que, en el Diluvio, la ―bóveda de agua‖
fue vertida sobre la tierra, terminando las condiciones ideales de vida. Comparar las
edades antes del Diluvio (Génesis 5:1-32) con las edades después del Diluvio (Génesis
11:10-32). Inmediatamente después del Diluvio, las edades decrecieron
dramáticamente.
Así que, ¿por qué era el hablar en lenguas, la evidencia del Espíritu Santo en esos tres
pasajes del libro de Los Hechos? Hechos capítulo 2 registra que los apóstoles fueron
bautizados en el Espíritu Santo y capacitados por Él para proclamar el Evangelio. Los
apóstoles fueron habilitados para hablar en otros idiomas (lenguas), a fin de poder
compartir la verdad con la gente en sus propios idiomas. Hechos capítulo 10 relata al
apóstol Pedro siendo enviado a compartir el Evangelio con gente no judía. Pedro y los
otros primeros cristianos, siendo judíos, debieron haber pasado un tiempo difícil
aceptando a los gentiles (gente no judía) dentro de la iglesia. Dios capacitó a los
gentiles para hablar en lenguas, para demostrar, que ellos habían recibido el mismo
Espíritu Santo que habían recibido los apóstoles (Hechos 10:47; 11:17).
Hechos 10:44-47 describe esto, ―Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el
Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión
que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles
se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas, y
que magnificaban a Dios. Entonces respondió Pedro; ¿Puede acaso alguno impedir el
agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también
como nosotros?‖ Tiempo después, Pedro señala esta ocasión como prueba de que Dios
realmente estaba salvando a los gentiles (Hechos 15:7-11).
En ninguna parte el hablar en lenguas es presentado como algo que todos los
cristianos deban esperar cuando reciben a Jesucristo como su Salvador, y por lo tanto
son bautizados en el Espíritu Santo. De hecho, de todas las conversiones relatadas en
el Nuevo Testamento, solo dos registran el hablar en lenguas en ese contexto. Las
lenguas fue un don milagroso que tuvo un propósito específico para un tiempo
específico. No fueron, ni nunca lo han sido, la evidencia de la recepción del Espíritu
Santo.
Para evitar caer en la trampa del legalismo, podemos comenzar por asirnos
firmemente a las palabras del apóstol Juan, ―Pues la ley por medio de Moisés fue
dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.‖ (Juan 1:7), y
recordar el ser misericordiosos, especialmente hacia nuestros hermanos y hermanas
en Cristo. ―¿Tú, quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en
pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.‖
(Romanos 14:4). ―Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué
menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de
Cristo.‖ (Romanos 14:10).
En lugar de estar bajo la Ley del Antiguo Testamento, estamos bajo la ley de Cristo
(Gálatas 6:2) esto es ―Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma
y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es
semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos
depende toda la ley y los profetas‖ (Mateo 22:37-40) Si hacemos estas dos cosas,
estaremos cumpliendo con todo lo que Cristo quiere que hagamos, ―Pues este es el
amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son
gravosos‖ (1ª Juan 5:3). Técnicamente, aún los Diez Mandamientos no son aplicables
a los cristianos. Sin embargo, nueve de los Diez Mandamientos están repetidos en el
Nuevo Testamento (todos, excepto el mandamiento de observar el Día de Reposo).
Obviamente, si estamos amando a Dios, no estaremos adorando a otros dioses o
adorando a ídolos. Si estamos amando a nuestros vecinos, no estaremos asesinándolos,
mintiéndoles, cometiendo adulterio contra ellos, o codiciando lo que les pertenece. De
manera que, no estamos bajo los requerimientos de la ley del Antiguo Testamento.
Debemos amar a Dios y a nuestros vecinos. Si hacemos aquellas dos cosas fielmente,
todo lo demás va a estar en su lugar.
Cualquier negativa de la seguridad eterna es, en esencia, una creencia de que nosotros
debemos mantener nuestra propia salvación por medio de nuestras buenas obras.
Esto es totalmente contrario a la salvación por gracia. Somos salvos por los méritos de
Cristo, no por los nuestros (Romanos 4:3-8) El declarar que debemos obedecer la
Palabra de Dios o vivir una vida santa para mantener nuestra salvación, es igual a
decir que la muerte de Jesús no fue suficiente para pagar la condena por nuestros
pecados. La muerte de Jesús fue absolutamente suficiente para pagar por todos
nuestros pecados – pasados, presentes y futuros, pre-salvación y post-salvación
(Romanos 5:8;1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21).
Así que, con todo lo dicho, ¿significa esto que un cristiano puede vivir de la manera
que le plazca y aún así ser salvo? Esto esencialmente es una pregunta hipotética,
porque la Biblia establece claramente que un verdadero cristiano no vivirá ―de la
manera que le plazca‖. Los cristianos son nuevas criaturas (2 Corintios 5:17). Los
cristianos muestran el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23), no las obras de la carne
(Gálatas 5:19-21). 1 Juan 3:6-9 dice claramente que un verdadero cristiano no vivirá
en el pecado. En respuesta a la acusación de que la gracia promueve el pecado, el
apóstol Pablo dice, ―¿Qué pues diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la
gracia abunde? En ninguma manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo
viviremos aún en él? (Romanos 6:1-2).
En otro pasaje vemos que: (1) Se espera que los individuos elijan (romanos 3:16;
Romanos 10:11; etc.). (2) Los individuos pueden elegir ser insensatos o prudentes
(Mateo 7:26). (3) Las Escrituras fueron dadas para proveer instrucción para salvación
– obviamente para ser elegidos o rechazados (2 Timoteo 3:15; Juan 20:30-32). (4)
Jesús estableció que el elegir obedecer, es una señal de nuestro amor por Él (Juan
14:21).
Es la voluntad de Dios que ninguno perezca (2 Pedro 3:9), por lo tanto, debe ser la
elección de alguien más la que separa a los individuos de Dios. Dios dice que
cosecharemos lo que sembremos – podemos elegir una cosecha diferente (Gálatas 6:7-
8).
La gran cantidad de mandatos dados por Dios, asumen que el que los escuche, puede
tomar la decisión de obedecerlos o desobedecerlos. Solo parece lógico que Dios nos
haga responsables por ello, si en verdad tenemos un libre albedrío para elegir. Por lo
tanto, un Dios justo no declararía expectativas sobre aquellos que no tienen libertada
para elegir. Entonces, sería injusto que Dios castigara a aquellos que no tuvieron
elección sobre sus acciones. Dios, en Su absoluta soberanía, creó la raza humana con
la habilidad para hacer libres y genuinas elecciones.
Libro de 1 de Crónicas
Libro de 1 de Crónicas – La Biblia
Autor: El libro de 1 de Crónicas no especifica el nombre de su autor. La tradición es
que 1 y 2 de Crónicas fueron escritos por Esdras.
Versos Clave: 1 Crónicas 11:1-2 ―Entonces todo Israel se juntó a David en Hebrón,
diciendo: He aquí nosotros somos tu hueso y tu carne. También antes de ahora,
mientras Saúl reinaba, tú eras quien sacaba a la guerra a Israel, y lo volvía a traer.
También Jehová tu Dios te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás
príncipe sobre Israel mi pueblo.‖
1 Crónicas 21:13, ―Entonces David dijo a Gad: Estoy en grande angustia. Ruego que
yo caiga en la mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas en extremo; pero
que no caiga en manos de hombres.‖
Parte del Pacto Davídico con Dios, se reitera en el capítulo 17, referente al futuro
Mesías, quien sería descendiente de David. Los versos 13-14 describen al Hijo quien
será establecido en la casa de Dios y cuyo trono será firme para siempre. Esto solo
puede referirse a Jesucristo.
Obediencia trae bendición; desobediencia trae juicio. El Libro de 1 Crónicas, así como
1 y 2 de Samuel y 1 y 2 de Reyes, es una crónica del patrón del pecado,
arrepentimiento, perdón y restauración de la nación de Israel Del mismo modo, Dios
es paciente con nosotros y perdona nuestro pecado cuando venimos a Él con
verdadero arrepentimiento (1 Juan 1:9). Podemos descansar en el hecho de que Él
escucha nuestra oración de dolor, perdona nuestro pecado, restaura nuestra
comunión con Él, y nos pone en el camino al gozo.
Libro de 1 de Reyes
Libro de 1 de Reyes – La Biblia
Autor: El libro de 1 de Reyes no especifica el nombre de su autor. La tradición es que
fue escrito por el profeta Jeremías.
Versos Clave: 1 Reyes 1:30, ―que como yo te he jurado por Jehová Dios de Israel,
diciendo: Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en lugar
mío; que así lo haré hoy.‖
1 Reyes 9:3 ―Y le dijo Jehová: Yo he oído tu oración y tu ruego que has hecho en mi
presencia. Yo he santificado esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en
ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días.‖
1 Reyes 12:16 ―Cuando todo el pueblo vio que el rey no les había oído, le respondió
estas palabras, diciendo: ¿Qué parte tenemos nosotros con David? No tenemos
heredad en el hijo de Isaí. ¡Israel, a tus tiendas! ¡Provee ahora en tu casa, David!
Entonces Israel se fue a sus tiendas.‖
1 Reyes 12:28 ―Y habiendo tenido consejo, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al
pueblo: Bastante habéis subido a Jerusalén; he aquí tus dioses, oh Israel, los cuales te
hicieron subir de la tierra de Egipto.‖
1 Reyes 17:1 ―Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab:
Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en
estos años, sino por mi palabra.‖
Breve Resumen: El Libro de 1 de Reyes comienza con Salomón y termina con Elías.
La diferencia entre los dos les da una idea de los que sucede en medio. Salomón nació
después de un escándalo en palacio entre David y Betsabé. Como su padre, él tenía
una debilidad por las mujeres que lo llevaría al fracaso. Salomón lo hizo bien al
principio, orando por sabiduría y construyendo un templo a Dios que le tomó siete
años. Pero luego pasó 13 años construyendo un palacio para él mismo. Su
acumulación de muchas esposas lo condujo a adorar a sus ídolos y alejarlo de Dios.
Después de la muerte de Salomón, Israel fue gobernado por una serie de reyes,
muchos de los cuales fueron impíos e idólatras. Esto, como consecuencia, alejó a la
nación de Dios y ni aún la predicación de Elías pudo traerlos de regreso a Él. Entre los
reyes más malvados estaban Acab y su reina Jezabel, quienes llevaron la adoración a
Baal a nueva altura en Israel. Elías trató de llevar a los israelitas de regreso a la
adoración de Jehová, aún desafiando a los sacerdotes idolatras de Baal a confrontarse
con Dios en el Monte Carmelo. Desde luego Dios ganó. Esto hizo que la reina Jezabel
se enojara (por decir poco) tanto, que ordenó la muerte de Elías, quien huyó y se
escondió en el desierto. Deprimido y exhausto, le dijo a Dios: ―déjame morir.‖ Pero
Dios le envió comida y ánimo al profeta y le habló en un ―suave murmullo,‖ y en el
proceso salvó su vida para la obra aún por hacer.
El profeta Elías fue el precursor de Cristo y los Apóstoles del Nuevo Testamento. Dios
le permitió a Elías hacer cosas milagrosas a fin de probar que él realmente era un
hombre de Dios. Él resucitó de la muerte al hijo de la viuda de Sarepta causando que
ella exclamara – ―Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de
Jehová es verdad en tu boca.‖ De la misma manera, son evidentes en el Nuevo
Testamento los hombres de Dios que hablaron Sus palabras a través de Su poder.
Jesús no solo levantó a Lázaro de entre los muertos, sino que también resucitó al hijo
de la viuda de Naín (Lucas 7:14-15) y a la hija de Jairo (Lucas 8:52-56). El apóstol
Pedro resucitó a Dorcas (Hechos 9:40) y Pablo resucitó a Eutico (Hechos 20:9-12).
Aplicación Práctica: El Libro de 1 Reyes tiene muchas lecciones para los creyentes.
Vemos una advertencia acerca de las compañías que debemos mantener y
especialmente en lo relativo a la estrecha relación con las asociaciones y el
matrimonio. Los reyes de Israel quienes, como Salomón, se casaron con mujeres
extranjeras, se expusieron a sí mismos y a la gente que gobernaban a la maldad. Como
creyentes en Cristo, debemos ser muy cuidadosos de a quien elegimos como amigos,
socios de negocios y esposas. ―No erréis; las malas conversaciones corrompen las
buenas costumbres.‖ (1 Corintios 15:33).
La experiencia de Elías en el desierto también nos enseña una valiosa lección. Después
de su increíble victoria sobre los 450 profetas de Baal en el Monte Carmelo, el gozo se
tornó en sufrimiento cuando fue perseguido por Jezabel y tuvo que huir por su vida.
Tales experiencias ―en lo alto de la montaña‖ son con frecuencia seguidas por la
decepción, la depresión y el desaliento que puede venir después. Debemos
mantenernos en guardia para este tipo de experiencias en la vida cristiana. Pero
nuestro Dios es fiel y jamás nos dejará ni nos desamparará. El quieto y suave
murmullo que animó a Elías nos animará a nosotros también.
Libro de 2 de Crónicas
Libro de 2 de Crónicas – La Biblia
Autor: El libro de 1 de Crónicas no especifica el nombre de su autor. La tradición es
que 1 y 2 de Crónicas fueron escritos por Esdras.
Versos Clave: 2 Crónicas 2:1 ―Determinó, pues, Salomón edificar casa al nombre de
Jehová, y casa para su reino.‖
2 Crónicas 36:23 ―Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová, el Dios de los cielos, me ha
dado todos los reinos de la tierra; y él me ha encargado que le edifique casa en
Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová
su Dios sea con él, y suba.‖
Breve Resumen: El Libro de 2 Crónicas registra la historia del reino del sur de Judá,
desde el reinado de Salomón hasta la conclusión del exilio babilónico. La decadencia
de Judá es decepcionante, pero el énfasis enfoca en los reformistas espirituales,
quienes celosamente buscaron volver al pueblo hacia Dios. Se dice poco de los malos
reyes o de los fracasos de los buenos reyes; solo se enfatiza la bondad. Puesto que 2
Crónicas tiene una perspectiva sacerdotal, el reino del norte de Israel casi no es
mencionado, debido su falsa adoración y su negativa a reconocer el Templo de
Jerusalén. Segunda de Crónicas concluye con la destrucción final de Jerusalén y del
Templo.
Referencias Proféticas: Al igual que todas las referencias a los reyes y templos en el
Antiguo Testamento, vemos en ellos un reflejo del verdadero Rey de Reyes –Jesucristo
– y del templo del Espíritu Santo – Su pueblo. Aún el mejor de los reyes de Israel tuvo
los fracasos de todos los hombres pecadores y condujo erróneamente al pueblo. Pero
cuando el Rey de Reyes venga a vivir y a reinar en la tierra en el milenio, Él mismo se
establecerá en el trono sobre toda la tierra, como el legítimo heredero de David. Solo
entonces, tendremos un Rey perfecto que reinará en justicia y santidad, acerca de lo
que el mejor rey de Israel solo pudo soñar.
Similarmente, el gran templo construido por Salomón no fue diseñado para durar por
siempre. Solo 150 años después, necesitaba ser reparado de la decadencia y deterioro
por futuras generaciones quienes se habían vuelto a la idolatría (2 Reyes 12). Pero el
templo del Espíritu Santo – en aquellos que pertenecen a Cristo – vivirá por siempre.
Nosotros que pertenecemos a Jesús somos ese templo, no hecho de manos, sino por la
voluntad de Dios. (Juan 1:12-13) El Espíritu que vive en nosotros, jamás se apartará
de nosotros y un día nos entregará a salvo en las manos de Dios (Efesios 1:13; 4:30).
Ningún templo terrenal tiene esa promesa.
Si pudieras obtener de Dios cualquier cosa que desearas, ¿qué le pedirías? ¿Una
fabulosa fortuna? ¿Una salud perfecta para ti y tus seres queridos? ¿El poder de la
vida sobre la muerte? Increíble pensar en ello ¿no es así? Pero más increíble es que
Dios le hizo esa oferta a Salomón, y él no eligió ninguna de esas cosas. Lo que él le
pidió fue sabiduría y conocimiento para completar la obra que Dios le había asignado,
y que la realizara correctamente. La lección para nosotros es que Dios nos a dado a
cada uno de nosotros una comisión para cumplir, y la bendición más grande que
podemos buscar de Dios, es la habilidad para llevar a cabo Su voluntad en nuestras
vidas. Para ello, necesitamos ―sabiduría de lo alto‖ (Santiago 3:17) para discernir Su
voluntad, así como la comprensión y el conocimiento íntimo de Él, a fin de motivarnos
para ser como Cristo, tanto en hechos como en actitud (Santiago 3:13).
Libro de 1 de Samuel
Libro de 1 de Samuel – La Biblia
Autor: El autor es anónimo. Sabemos que Samuel escribió un libro (1 Samuel 10:25),
y es muy probable que él también escribiera parte de este libro. Otros posibles
contribuyentes a 1 Samuel son los profetas/historiadores Natán y Gad (1 Crónicas
29:29).
Fecha de su Escritura: Originalmente, los libros 1 y 2 Samuel eran un solo libro. Los
traductores de la Septuaginta los separaron, y nosotros hemos conservado desde
entonces esta división. Los eventos de 1 Samuel abarcan aproximadamente 100 años,
desde el 1100 a.C., hasta el 1000 a.C. Los eventos de 2 Samuel, cubren otros 40 años.
La fecha de su escritura entonces, seria en algún período posterior al 960 a.C.
Versos Clave: ―Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que
nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en
todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado,
para que no reine sobre ellos.‖(1 Samuel 8:6-7)
Breve Resumen: El libro de 1 Samuel puede ser claramente dividido en dos secciones:
la vida de Samuel (capítulos 1-12) y la vida de Saúl (capítulos 13-31). El libro
comienza con el milagroso nacimiento de Samuel en respuesta a la ferviente oración
de su madre. Cuando niño, Samuel vivió y sirvió en el templo. Dios lo eligió como
profeta (3:19-21), y la primer profecía del niño fue un juicio sobre sacerdotes
corruptos.
Los israelitas van a la guerra con sus eternos enemigos, los filisteos. Los filisteos
capturan el arca del pacto y se adueñan de ella temporalmente, pero cuando el Señor
envía Su juicio, los filisteos regresan el arca. Samuel llama a Israel al arrepentimiento
(7:3-6) y luego a la victoria sobre los filisteos.
El pueblo de Israel, queriendo ser como las otras naciones, desean un rey. Samuel se
disgusta por sus demandas, pero el Señor le dice que no es el liderazgo de Samuel el
que están rechazando, sino el Suyo. Después de advertirle a la gente lo que significaría
tener un rey, Samuel unge a un benjamita llamado Saúl, quien es coronado en Mizpa
(10:17-25).
Saúl disfruta del éxito inicial, derrotando a los amonitas en batalla (capítulo 11); pero
entonces él comete una serie de errores: obstinadamente, él ofrece un sacrificio
(capítulo 13), hace un inconsciente voto a expensas de su hijo Jonatan (capítulo 14), y
desobedece las órdenes directas del Señor (capítulo 15). Como resultado de la rebelión
de Saúl, Dios elige a otro para que tome su lugar. Mientras tanto, Dios retira la
bendición de Saúl y un espíritu maligno comienza a atormentarlo, llevándolo hacia la
locura (16:14).
Samuel viaja a Belén para ungir a un joven llamado David como el siguiente rey
(capítulo 16). Más tarde, David tiene su famosa confrontación con Goliat el filisteo, y
se convierte en un héroe nacional (capítulo 17). David sirve en la corte de Saúl,
casándose con su hija y entablando amistad con su hijo Jonatan. Saúl comienza a
desarrollar un creciente sentimiento de celos por el éxito y la popularidad de David, e
intenta matarlo. David huye, y así se inicia un extraordinario período de aventuras,
intrigas y romance. Con ayuda sobrenatural, David consistentemente apenas logra
evadir la encarnizada persecución de Saúl (capítulos 19-26). A través de todo esto,
David mantiene su integridad y su amistad con Jonatan.
Por otra parte, David parecía no ser mucho al principio. Aún Samuel estuvo tentado a
ignorarlo (16:6-7). Pero Dios ve el corazón y Él vio en David a un hombre conforme a
Su corazón (13:14). La humildad e integridad de David, aunada a su celo por el Señor
y su compromiso con la oración, establecen un buen ejemplo para todos nosotros.
Libro de 2 de Reyes
Libro de 2 de Reyes – La Biblia
Autor: El libro de 2 de Reyes no nombra a su autor. La tradición es que el profeta
Jeremías fue el autor de 1 y 2 de Reyes.
Versos Clave: 2 Reyes 17:7-8 ―Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová su
Dios, que los sacó de tierra de Egipto, de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y
temieron a dioses ajenos, y anduvieron en los estatutos de las naciones que Jehová
había lanzado de delante de los hijos de Israel, y en los estatutos que hicieron los reyes
de Israel‖
2 Reyes 22:1ª-2 ―Cuando Josías comenzó a reinar era de ocho años, y reinó en
Jerusalén treinta y un años. E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en todo
el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda.‖
2 Reyes 24:2 ―Pero Jehová envió contra Joacim tropas de caldeos, tropas de sirios,
tropas de moabitas y tropas de amonitas, los cuales envió contra Judá para que la
destruyesen, conforme a la palabra de Jehová que había hablado por sus siervos los
profetas.‖
2 Reyes 8:19 ―Con todo eso, Jehová no quiso destruir a Judá, por amor a David su
siervo, porque había prometido darle lámpara a él y a sus hijos perpetuamente.‖
Breve Resumen: En Segunda de Reyes, a pesar de la caída y la división del reino, los
profetas continúan advirtiendo al pueblo que el juicio de Dios está por llegar, pero
ellos no se arrepentían. El reino de Israel es repetidamente gobernado por reyes
impíos, y aunque unos pocos de los reyes de Judá son buenos, la mayoría de ellos
alejan al pueblo de la adoración a Jehová. Estos pocos buenos gobernantes, junto con
Elías y otros profetas, no pueden frenar la decadencia de la nación. El reino del norte
de Israel es eventualmente destruido por los asirios, y cerca de 136 años después, el
reino del sur de Judá es destruido por los babilonios.
Muchos de los milagros de Elías prefiguraron aquellos del mismo Jesús. Elías resucitó
al hijo de la mujer sunamita (2 Reyes 4:34-35), sanó la lepra de Naamán (2 Reyes 5:1-
19), y multiplicó los panes para alimentar a cien hombres y aún sobró (2 Reyes 4:42-
44).
Las historias de la viuda y del leproso son ejemplos para nosotros con respecto al
Cuerpo de Cristo. Así como Elías tuvo misericordia de aquellos procedentes de los
niveles más bajos de la sociedad, nosotros debemos darle la bienvenida a todos los que
pertenecen a Cristo en nuestras iglesias. Dios no hace ―acepción de personas‖ (Hechos
10:34) ni tampoco debemos hacerlo nosotros.
Libro de 2 de Samuel
Libro de 2 de Samuel – La Biblia
Autor: El libro de 2 de Samuel no identifica a su autor. No pudo haber sido el profeta
Samuel, puesto que él murió en 1 de Samuel. Los posibles escritores incluyen a Natán
y Gad (ver 1 de Crónicas 29:29).
Versos Clave: 2 Samuel 7:16 ―Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante
de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.‖
2 Samuel 19:4 ―Mas el rey, cubierto el rostro, clamaba en alta voz: ¡Hijo mío Absalón,
Absalón, hijo mío, hijo mío!‖
Breve Resumen: El libro de 2 Samuel puede ser dividido en dos secciones principales
– Los triunfos de David (capítulos 1-10), y los problemas de David (capítulos 11-20).
Esta última parte del libro (capítulos 21-24) es un apéndice no cronológico, que
contiene detalles posteriores del reinado de David.
El libro comienza con David recibiendo las noticias de la muerte de Saúl y sus hijos. Él
proclama un tiempo de duelo. En seguida, David es coronado rey sobre Judá,
mientras que Is-boset es asesinado, y los israelitas le piden a David que reine sobre
ellos también (capítulos 4-5).
David muda la capital del país de Hebrón a Jerusalén y más tarde transporta el Arca
del Pacto (capítulos 5-6). El plan de David de construir un templo en Jerusalén es
vetado por Dios, quien entonces le promete a David las siguientes cosas: 1) David
tendría un hijo que gobernaría después de él; 2) El hijo de David construiría el
templo; 3) el trono ocupado por el linaje de David sería establecido para siempre; y 4)
Dios jamás apartaría Su misericordia de la casa de su casa (2 Samuel 7:4-16).
David conduce a Israel a la victoria sobre muchas naciones enemigas, las cuales se les
rindieron. Él también muestra su bondad con la familia de Jonatán al aceptar y
retribuir a Mefi-boset, el hijo lisiado de Jonatán (capítulos 8-10).
Entonces David cae. Él codicia a una hermosa mujer llamada Betsabé, comete
adulterio con ella, y luego manda matar a su esposo (capítulo 11). Cuando Natán el
profeta confronta a David con su pecado, David lo confiesa, y Dios en Su gracia lo
perdona. Sin embargo, el Señor le dice a David que los problemas surgirían desde
dentro de su propia casa.
Aplicación Práctica: Cualquiera puede caer. Aún un hombre como David, quien
realmente deseaba seguir a Dios y quien fue ricamente bendecido por Dios, fue
susceptible a la tentación. El pecado de David con Betsabé debe ser una advertencia a
todos nosotros para guardar nuestro corazón, nuestros ojos y nuestra mente. El
orgullo sobre la madurez espiritual y nuestra habilidad para resistir la tentación en
nuestra propia fuerza, es el primer paso hacia la caída (1 Corintios 10:12).
Dios es clemente para perdonar aún los pecados más atroces cuando verdaderamente
nos arrepentimos. Sin embargo, el curar la herida causada por el pecado no siempre
borra la cicatriz. El pecado tiene consecuencias naturales, y aún después de que él fue
perdonado, David segó lo que había sembrado. Su hijo nacido de la unión ilícita con la
esposa de otro hombre, le fue quitado de él (2 Samuel 12:14-24) y David sufrió la
miseria de una ruptura en su amada relación con su Padre celestial (Salmos 32 y 51).
¡Cuánto mejor es evitar pecar en primer lugar, en vez de tener que buscar después el
perdón!
Libro de 1 Corintios
Libro de 1 Corintios – La Biblia
Autor: 1 Corintios 1:1 identifica al autor del libro de 1 Corintios, como el apóstol
Pablo.
Versos Clave: 1 Corintios 3:3: ―Porque aún sois carnales; pues habiendo entre
vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?‖
1 Corintios 6:19-20: ―¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el
cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido
comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu,
los cuales son de Dios.‖
1 Corintios 10:31: ―Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la
gloria de Dios.‖
1 Corintios 12:7: ―Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para
provecho.‖
1 Corintios 13:4-7: ―El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor
no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se
irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo
sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.‖
Aplicación Práctica: Muchos de los problemas y preguntas con las que estaba
luchando la iglesia en Corinto, aún están presentes en la iglesia de hoy. Las iglesias en
la actualidad aún batallan con divisiones, con inmoralidad, y con el uso de los dones
espirituales. El libro de 1 Corintios pudo muy bien haber sido escrito a la iglesia de
hoy, y haríamos bien en atender a las advertencias de Pablo y aplicarlas en nosotros
mismos. A pesar de todas las reprensiones y correcciones, 1 Corintios trae nuestra
atención de regreso a donde debe estar – en Cristo. El amor genuinamente cristiano es
la respuesta a muchos problemas (capítulo 13). Un entendimiento apropiado de la
resurrección de Cristo, como se revela en el capítulo 15, y por lo tanto una
comprensión apropiada de nuestra propia resurrección, es la cura para lo que nos
divida y amenace.
Libro de 1 Juan
Libro de 1 Juan – La Biblia
Autor: 1, 2, y 3 Juan han sido atribuidos desde los primeros tiempos de la iglesia, al
apóstol Juan, quien también escribió el Evangelio de Juan. El contenido, estilo, y
vocabulario parecen apoyar la conclusión de que estas tres epístolas fueron dirigidas a
los mismos lectores que el Evangelio de Juan.
Versos Clave: 1 Juan 1:9, ―Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.‖
1 Juan 3:6, ―Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha
visto, ni le ha conocido.‖
1 Juan 4:4, ―Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el
que está en vosotros, que el que está en el mundo.‖
1 Juan 5:13, ―Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de
Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo
de Dios.‖
Breve Resumen: Los falsos maestros espirituales eran un gran problema en la iglesia
primitiva. En razón de que no había aún un Nuevo Testamento completo al que los
creyentes pudieran consultar, muchas iglesias cayeron presas de estos engañadores,
quienes enseñaban sus propia ideas y se erigían a sí mismos como líderes. Juan
escribió esta carta para establecer la verdad sobre algunos puntos importantes,
particularmente lo concerniente a la identidad de Jesucristo.
Esta carta de Juan ayudó a sus lectores a reflejar honestidad en su fe, porque en ella
trata los fundamentos de la fe en Cristo. Esto les ayudó a responder a la pregunta,
¿Somos verdaderos creyentes? Juan les dijo que ellos podrían decirlo, observando sus
acciones. Si se amaban unos a otros, esa era evidencia de la presencia de Dios en sus
vidas. Pero si ellos discutían y peleaban todo el tiempo, o eran egoístas y no veían unos
por los otros, entonces estaban demostrando que, de hecho, no conocían a Dios.
Eso no significaba que tenían que ser perfectos. De hecho, Juan también reconoció
que el creer involucra el admitir nuestros pecados y buscar el perdón de Dios. El
depender de Dios para limpiarnos de la culpa, así como admitir nuestras faltas contra
otros y enmendarlas, era otro aspecto importante para llegar a conocer a Dios.
Conexiones: Uno de los pasajes más citados respecto al pecado, se encuentra en 1 Juan
2:16. En este pasaje, Juan describe los tres aspectos del pecado que recuerdan las
primeras y más mundialmente destructoras tentaciones en toda la Escritura. El
primer pecado –la desobediencia de Eva—fue el resultado de su rendición ante las
mismas tres tentaciones como lo encontramos en Génesis 3:6: los deseos de la carne
(―bueno para comer‖); los deseos de los ojos (―agradable a los ojos‖); y la vanagloria
de la vida (―codiciable para alcanzar la sabiduría‖).
El apóstol Juan conocía bien a Cristo. Él nos dice que todos podemos tener también
esa estrecha relación con Jesucristo. Tenemos el testimonio de hombres que tuvieron
un contacto directo y personal con Él. Los escritores de los Evangelios presentan su
testimonio solidamente estructurado sobre una realidad histórica. Ahora, ¿cómo se
aplica eso a nuestras vidas? Se nos explica que Jesús vino aquí como el Hijo de Dios,
para crear una unión con nosotros basada en Su gracia, misericordia, amor y
aceptación. Son tantas las veces que la gente piensa que Jesús está lejos, en algún
lugar lejano y que Él realmente no se preocupa por nuestras luchas diarias,
problemas y preocupaciones. Pero Juan nos está diciendo que Jesús está justo aquí
con nosotros, tanto en los asuntos simples y mundanos de nuestras vidas, como en los
complejos sufrimientos del alma. Juan da testimonio como testigo basado en sus
experiencias personales, que Dios se hizo carne y habitó entre los hombres. Eso
significa que Cristo vino a vivir con nosotros y Él aún vive con nosotros. Así como
caminó por el mundo al lado de Juan, así también camina a través de cada día con
nosotros. Necesitamos aplicar esta verdad en nuestras vidas y vivir como si Jesús
estuviera parado justo a nuestro lado cada segundo del día. Si ponemos esta verdad en
práctica, Cristo añadirá santidad a nuestras vidas, haciéndonos más y más semejantes
a Él.
Libro de 1 Pedro
Libro de 1 Pedro – La Biblia
Autor: 1 Pedro 1:1 identifica al autor del libro de 1 Pedro, como el apóstol Pedro.
Propósito de la Escritura: 1 Pedro es una carta de Pedro a los creyentes que habían
sido dispersados a través de todo el mundo antiguo y estaban bajo una intensa
persecución. Si alguien entendía lo que era persecución, era Pedro. Él fue golpeado,
amenazado, castigado y encarcelado por predicar la Palabra de Dios. Él sabía lo que
costaba permanecer firme sin amargarse, sin perder la esperanza, y afianzado en la fe
vivir una vida obediente y victoriosa. Este conocimiento de una esperanza viva en
Jesús era el mensaje, así como seguir el ejemplo de Jesucristo.
Versos Clave: 1 Pedro 1:3, ―Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que
según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la
resurrección de Jesucristo de los muertos.‖
1 Pedro 2:9, ―Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable.‖
1 Pedro 2:24, ―Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero,
para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya
herida fuisteis sanados.‖
1 Pedro 5:8-9, ―Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe,
sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en
todo el mundo.‖
Breve Resumen: Aunque este tiempo de persecución era desesperante, Pedro dice que
realmente era un tiempo de regocijo. Diciéndoles que vieran como un privilegio el
sufrir por amor a Cristo, así como su Salvador sufrió por ellos. Esta carta hace
referencia a las experiencias personales de Pedro con Jesús, así como a sus sermones
registrados en el libro de Hechos. Pedro confirma que Satanás es el gran enemigo de
cada cristiano, pero la seguridad en el futuro regreso de Cristo, proporciona el
incentivo para la esperanza.
Aplicación Práctica: La seguridad de la vida eterna es dada a todos los cristianos. Una
forma de identificarnos con Cristo, es compartiendo Sus sufrimientos. Para nosotros,
eso significaría soportar insultos y calumnias de parte de aquellos que nos llaman
―aleluyas‖ o ―santurrones.‖ Esto es tan poco, comparado con lo que Cristo sufrió por
nosotros en la cruz. Permanece firme en lo que sabes y crees que es lo correcto, y
regocíjate cuando seas el objetivo del mundo y Satanás para lastimarte.
Libro de 1 Tesalonicenses
Libro de 1 Tesalonicenses – La Biblia
Autor: 1 Tesalonicenses 1:1 indica que el libro de 1 Tesalonicenses fue escrita por el
apóstol Pablo, probablemente junto con Silas y Timoteo.
Versos Clave: 1 Tesalonicenses 3:5, ―Por lo cual también yo, no pudiendo soportar
más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y
que nuestro trabajo resultase en vano.‖
1 Tesalonicenses 4:14-17, ―Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también
traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en
palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida
del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de
mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los
muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que
hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para
recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.‖
1 Tesalonicenses 5:16-18, ―Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en
todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.‖
Breve Resumen: Los primeros tres capítulos son acerca de Pablo anhelando visitar la
iglesia en Tesalónica, pero sin haberlo logrado porque Satanás se los impidió (1
Tesalonicenses 2:18), y la manera en que Pablo cuidaba de ellos y se animaba al
escuchar como habían estado. Luego Pablo ora por ellos (1 Tesalonicenses 3:11-13).
En el capítulo 4, Pablo instruye a los creyentes en Tesalónica sobre cómo vivir una
vida santa en Cristo Jesús (1 Tesalonicenses 4:1-12). Pablo prosigue instruyéndolos
sobre un malentendido que ellos tenían. Les dice que la gente que había muerto en
Cristo Jesús, también irá al cielo cuando Él regrese (1 Tesalonicenses 4:13-18, 5:1-11).
El libro termina con instrucciones finales de vivir la vida cristiana.
Conexiones: Pablo les recuerda a los tesalonicenses que la persecución que estaban
sufriendo de sus ―propios conciudadanos‖ (v. 2:15 14), los judíos que rechazaron a su
Mesías, es la misma que sufrieron los profetas del Antiguo Testamento (Jeremías
2:30; Mateo 23:31). Jesús advirtió que los verdaderos profetas de Dios siempre
tendrían la oposición de los impíos (Lucas 11:49). En Colosenses, Pablo les recuerda
esa verdad.
Aplicación Práctica: El libro puede ser aplicado a muchas situaciones de la vida. Nos
brinda la confianza de que como cristianos, estemos muertos o vivos, cuando Cristo
regrese estaremos juntos con Él (1 Tesalonicenses 4:13-18). Nos asegura que como
cristianos no recibiremos la ira de Dios (1 Tesalonicenses 5:8-9). Nos instruye sobre
cómo caminar diariamente en la vida cristiana. (1 Tesalonicenses 4—5).
Libro de 1 Timoteo
Libro de 1 Timoteo – La Biblia
Autor: El Libro de 1 Timoteo fue escrito por el apóstol Pablo (1 Timoteo 1:1)
Versos Clave: 1 Timoteo 2:5, ―Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios
y los hombres, Jesucristo hombre.‖
1 Timoteo 3:1-2, ―Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es
necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio prudente,
decoroso, hospedador, apto para enseñar.‖
1 Timoteo 4:9-10, ―Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos. que por esto
mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es
el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.‖
1 Timoteo 6:12, ―Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual
asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos
testigos.‖
Breve Resumen: Esta es la primera carta que Pablo escribió a Timoteo, un joven
pastor quien había sido de gran ayuda para Pablo en su obra. Timoteo era griego. Su
madre era judía y su padre griego. Pablo era más que solo un tutor y líder para
Timoteo, él era como un padre para él y Timoteo era como un hijo para Pablo (1
Timoteo 1:2). Pablo comienza la carta urgiendo a Timoteo a estar alerta ante los falsos
maestros y la falsa doctrina. Sin embargo, buena parte de la carta trata sobre la
conducta pastoral. Pablo instruye a Timoteo en la adoración (capítulo 2) y el
desarrollo de líderes maduros para la iglesia (capítulo 3). La mayor parte de la carta
trata de la conducta pastoral, advertencias sobre los falsos maestros, y la
responsabilidad de la iglesia hacia los miembros que pequen, las viudas, ancianos y
esclavos. A través de toda la carta, Pablo anima a Timoteo a permanecer firme, a
perseverar, y a permanecer fiel a su llamado.
Libro de 2 Corintios
Libro de 2 Corintios – La Biblia
Autor: 2 Corintios 1:1 identifica al autor del libro de 2 Corintios como el apóstol
Pablo, posiblemente junto con Timoteo.
En su segunda carta a los corintios, Pablo expresa su alivio y gozo de que los corintios
hubieran recibido su ―severa‖ carta (ahora perdida) de manera positiva. Esa carta se
refería a asuntos que estaban dividiendo a la iglesia; primeramente la llegada de los
auto-nombrados (falsos) apóstoles (2 Corintios 11:13), quienes estaban insultando el
carácter de Pablo, sembrando discordia entre los creyentes, y enseñando falsa
doctrina. Ellos parecían estar cuestionando su veracidad (2 Corintios 1:15-17), su
habilidad para hablar (2 Corintios 10:10; 11:6), y su indisposición para aceptar la
ayuda económica de la iglesia en Corinto (2 Corintios 11:7-9; 12:13). También había
algunas personas que no se habían arrepentido de su comportamiento licencioso (2
Corintios 12:20-21).
Pablo estaba muy contento de saber por Tito, que la mayoría de los corintios se
habían arrepentido de su rebelión contra Pablo (2 Corintios 2:12-13; 7:5-9). El apóstol
los anima por esto expresándoles su genuino amor por ellos (2 Corintios 7:3-16). Pablo
también buscó reivindicar su apostolado, porque algunos en la iglesia probablemente
habían cuestionado su autoridad (2 Corintios 13:3).
Positivamente, Pablo supo que los corintios habían recibido bien su ―severa‖ carta. El
apóstol los anima por esto en una expresión de su genuino amor por ellos (2 Corintios
7:3-16). Pablo también buscó reivindicar su apostolado, porque algunos en la iglesia
probablemente habían cuestionado su autoridad (2 Corintios 13:3).
Versos Clave: 2 Corintios 3:5, ―No que seamos competentes por nosotros mismos para
pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de
Dios.‖
2 Corintios 3:18, ―Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un
espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma
imagen, como por el Espíritu del Señor.‖
2 Corintios 5:17, ―De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.‖
2 Corintios 5:21, ―Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que
nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.‖
2 Corintios 13:4, ―Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de
Dios. Pues también nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de
Dios para con vosotros.‖
Aplicación Práctica: Esta carta es la más Biográfica y menos doctrinal de las epístolas
de Pablo. Nos dice más acerca de Pablo como persona y como ministro, que
cualquiera de las otras. Dicho esto, hay unas pocas cosas que podemos tomar de esta
carta y aplicarlas a nuestras vidas en la actualidad. La primer cosa es la mayordomía,
no solo de dinero, sino también del tiempo. Los macedonios no solo dieron
generosamente, ―sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a
nosotros por la voluntad de Dios.‖ (2 Corintios 8:5). De la misma manera, nosotros
debemos dedicar no solo todo lo que tenemos al Señor, sino todo lo que somos. En
realidad, Él no necesita nuestro dinero. ¡Él es omnipotente! Él quiere el corazón, uno
que anhele servir y complacer y amar. La mayordomía y el ofrendar a Dios es más
que solo dinero. Sí, Dios quiere que diezmemos parte de nuestros ingresos, y Él
promete bendecirnos cuando le damos a Él. Pero es más que eso. Dios quiere el 100%.
Él quiere que nos demos por completo a Él. Todo lo que somos. Debemos pasar
nuestra vida viviendo para servir a nuestro Padre. Debemos no solo darle a Dios algo
de nuestro salario, sino que nuestras mismas vidas deben ser un reflejo de Él.
Debemos darnos a nosotros mismos primeramente al Señor, y luego a la iglesia y a la
obra del ministerio de Jesucristo.
Libro de 2 Juan
Libro de 2 Juan – La Biblia
Autor: El libro de 2 Juan no nombra directamente a su autor. La tradición de los
primeros días de la iglesia, establece que el autor fue el apóstol Juan. Han habido
varias conjeturas a través de los años, de que otro discípulo de Cristo llamado Juan
pudo haber sido el responsable por esta carta. Sin embargo, toda la evidencia señala
hacia Juan, el discípulo amado, quien también escribió el Evangelio de Juan.
Fecha de su Escritura: El Libro de 2 Juan pudo haber sido escrito por la misma época
de las otras cartas de Juan, 1 y 3 Juan, probablemente entre el 85 y 95 d.C.
Propósito de la Escritura: El libro de 2 Juan es una súplica urgente para que los
lectores de la carta de Juan mostraran su amor por Dios y Su Hijo Jesús, obedeciendo
el mandamiento de amarse unos a otros, y viviendo sus vidas en obediencia a las
Escrituras. El libro de 2 Juan es también una fuerte advertencia para permanecer
alertas ante los engañadores, quienes estaban diciendo que Jesús realmente no
resucitó en la carne.
Versos Clave: 2 Juan 6, ―Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos.
Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el
principio.‖
2 Juan 8-9, ―Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro
trabajo, sino que recibáis galardón completo. Cualquiera que se extravía, y no
persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de
Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.‖
Breve Resumen: El libro de 2 Juan está dirigido a ‗la señora elegida y a sus hijos.‘
Esto bien pudo tratarse de una dama importante de la iglesia, de o un código con el
que se refería a la iglesia local y su congregación. En aquellos días cuando los
cristianos estaban siendo perseguidos, se usaban con frecuencia esta clase de
salutaciones en código.
El libro de 2 Juan contiene una gran preocupación con una urgente advertencia
respecto a algunos engañadores, quienes no estaban enseñando la verdadera doctrina
de Cristo, y quienes mantenían que Jesús realmente no resucitó en carne, sino solo
espiritualmente. Juan estaba muy ansioso de que los verdaderos creyentes estuvieran
alertas ante estos falsos maestros y no tuvieran nada que ver con ellos.
Conexiones: Juan describe el amor no como una emoción o sentimiento, sino como la
obediencia a los mandamientos de Dios. Jesús reiteró la importancia de los
mandamientos, especialmente ―el primer gran mandamiento,‖ amar a Dios
(Deuteronomio 6:5) y el segundo – amarse los unos a los otros (Mateo 22:37-40;
Levítico 19:18). Lejos de abolir la ley de Dios del Antiguo Testamento, Jesús vino para
observarla, proveyendo el medio para su cumplimiento en Él mismo.
Libro de 2 Pedro
Libro de 2 Pedro – La Biblia
Autor: 2 de Pedro 1:1 establece específicamente que el apóstol Pedro fue el autor de 2
Pedro. La autoría de Pedro del libro de 2 Pedro, ha sido impugnada más que ningún
otro libro del Nuevo Testamento. Sin embargo, los padres de la iglesia primitiva no
encontraron buenas razones para rechazarlo. Nosotros tampoco encontramos una
buena razón para rechazar la autoría de Pedro de 2 Pedro.
Propósito de la Escritura: Pedro estaba alarmado de que los falsos maestros hubieran
comenzado a infiltrarse en las iglesias. Él hizo un llamado a los cristianos a crecer y
fortalecerse en su fe, para que pudieran detectar y combatir la creciente apostasía.
Enfatizó fuertemente la autenticidad de la Palabra de Dios y el seguro regreso del
Señor Jesús.
Versos Clave: 2 Pedro 1:3-4, ―Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la
piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que
nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y
grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza
divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la
concupiscencia.‖
2 Pedro 3:9, ―El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza,
sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que
todos procedan al arrepentimiento.‖
Breve Resumen: Sabiendo que le quedaba poco tiempo (2 Pedro 1:14-15), y que estas
iglesias enfrentaban un peligro inminente (2 Pedro 2:1-3), él hace un llamado a los
lectores para despertar su memoria (2 Pedro 1:13) y estimular su pensamiento (2
Pedro 3:1-2), para poder recordar sus enseñanzas (2 Pedro 1:15). Él reta a los
creyentes a ser más maduros en su fe, añadiendo a ella específicas virtudes cristianas,
a fin de convertirse en creyentes productivos y eficaces en su conocimiento del Señor
Jesucristo (2 Pedro 1:5-9) Los escritores del Antiguo y Nuevo Testamento, fueron
expuestos como ejemplos de autoridad por su fe (2 Pedro 1:12-21, 3:2, 3:15-16). Pedro
deseaba que se hicieran más fuertes en la fe, para resistir a los falsos maestros que se
habían infiltrado y que estaban afectando negativamente a las iglesias. En su denuncia
de ellos, él describe su conducta, su condenación y sus características (2 Pedro
capítulo 2), y quienes también hacían burla de la Segunda Venida del Señor (2 Pedro
3:3-7). Pedro enseñó que para los cristianos, la Segunda Venida de Cristo es el
incentivo para una vida santa (2 Pedro 3:14). Después de una advertencia final, Pedro
los anima nuevamente a crecer en la gracia y el conocimiento de su Señor y Salvador
Jesucristo. Posteriormente concluye con una palabra de alabanza a su Señor y
Salvador (2 Pedro 3:18).
Aplicación Práctica: Ciertamente, como cristianos del siglo 21, estamos más cerca del
regreso de nuestro Señor que los cristianos del primer siglo, para quienes fue escrita
esta epístola. A través de la televisión y otros medios masivos de comunicación, los
cristianos maduros están conscientes de que muchos charlatanes están desfilando
como verdaderos líderes cristianos, y que cristianos inmaduros están siendo
―llevados‖ por su charlatanería y falsa interpretación de las Escrituras. Es de suma
importancia, que todos los cristianos nacidos de nuevo, estemos bien cimentados en la
Palabra para que seamos capaces de discernir entre la verdad y el error.
Pedro nos dio la misma receta para crecer en la fe (2 Pedro 1:5-11), cuando es
aplicada en nuestras vidas, nos asegurará también una gran recompensa y que ―será
otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo.‖ (2 Pedro 1:10-11). El fundamento de nuestra fe está y siempre estará en la
misma Palabra de Dios que predicó Pedro.
Libro de 2 Tesalonicenses
Libro de 2 Tesalonicenses – La Biblia
Autor: 2 Tesalonicenses 1:1 indica que el libro de 2 Tesalonicenses fue escrito por el
apóstol Pablo, probablemente junto con Silas y Timoteo.
Versos Clave: 2 Tesalonicenses 1:6-7, ―Porque es justo delante de Dios pagar con
tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con
nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su
poder.‖
2 Tesalonicenses 2:13, ―Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a
vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el
principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la
verdad.‖
2 Tesalonicenses 3:3, ―Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.‖
Breve Resumen: Pablo saluda a la iglesia en Tesalónica y los anima y exhorta. Los
alaba por lo que ha oído que están haciendo en el Señor, y ora por ellos (2
Tesalonicenses 1:11-12). En el capítulo 2, Pablo explica lo que sucederá en el Día del
Señor (2 Tesalonicenses 2:1-12). Luego los anima a permanecer firmes y apartarse de
los hermanos que no vivan de acuerdo al evangelio (2 Tesalonicenses 3:6).
Libro de 2 Timoteo
Libro de 2 Timoteo – La Biblia
Autor: 2 Timoteo 1:1 identifica al autor del libro de 2 Timoteo como el apóstol Pablo.
Versos Clave: 2 Timoteo 1:7, ―Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino
de poder, de amor y de dominio propio.‖
2 Timoteo 3:16-17, ―Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.‖
2 Timoteo 4:2, ―que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;
redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.‖
2 Timoteo 4:7-8, ―He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la
fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez
justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.‖
Libro de 3 Juan
Libro de 3 Juan – La Biblia
Autor: El libro de 3 Juan no menciona directamente a su autor. La tradición de los
primeros días de la iglesia, ha sido que el apóstol Juan es el autor. Ocasionalmente
han surgido dudas por parte de aquellos que piensan que es posible que éste haya sido
escrito por otro discípulo del Señor llamado Juan, pero la evidencia señala que el
autor fue Juan.
Versos Clave: 3 Juan 4, ―No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan
en la verdad.‖
3 Juan 11, ―Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios;
pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios.‖
Breve Resumen: Juan está escrito con su habitual subrayado énfasis en la verdad, a
este muy amado hermano en Cristo, Gayo, un laico de cierta riqueza y distinción que
vivía en una ciudad cercana a Efeso. Él elogia grandemente el cuidado y la
hospitalidad de Gayo hacia sus mensajeros, ya sea que fueran conocidos de él o no, y
cuya misión era llevar el Evangelio de un lugar a otro. Juan lo exhorta a continuar
haciendo el bien y a no imitar lo malo, como en el ejemplo de Diótrefes. Este hombre
se había apoderado del liderazgo de una iglesia en Asia, y no solo se rehusaba a
reconocer la autoridad de Juan como un apóstol, sino también a recibir sus cartas y
seguir sus instrucciones. También hacía circular maliciosas calumnias en contra de
Juan y excomulgaba a los miembros que proporcionaban ayuda y hospitalidad a los
mensajeros de Juan. Antes de concluir su carta, él también elogia el ejemplo de
Demetrio, de quien había oído excelentes reportes.
Libro de Abdías
Libro de Abdías – La Biblia
Autor: Abdías verso 1, identifica al autor del Libro de Abdías como el Profeta Abdías.
Versos Clave: Abdías verso 4, ―Si te remontares como águila, y aunque entre las
estrellas pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová.‖
Abdías verso 12, ―Pues no debiste tú haber estado mirando en el día de tu hermano,
en el día de su infortunio; no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en el día en
que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de la angustia.‖
Abdías verso 15, ―Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones; como
tú hiciste se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza.‖
Libro de Amós
Libro de Amós – La Biblia
Autor: Amós 1:1 identifica al autor del Libro de Amós como el Profeta Amós.
Versos Clave: Amós 2:4 ―Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Judá, y por el
cuarto, no revocaré su castigo; porque menospreciaron la ley de Jehová, y no
guardaron sus ordenanzas, y les hicieron errar sus mentiras, en pos de las cuales
anduvieron sus padres.‖
Amós 3:7, ―Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus
siervos los profetas.‖
Amós 9:14, ―Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades
asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos,
y comerán el fruto de ellos.‖
Breve Resumen: Amós puede ver bajo la externa prosperidad y el poder de Israel,
internamente la nación está corrompida hasta la médula. Los pecados por los que
Amos reprende al pueblo son extensos: abandono de la Palabra de Dios, idolatría,
adoración pagana, avaricia, liderazgo corrupto y opresión del pobre. Amós comienza
a pronunciar un juicio sobre todas las naciones que los rodean, luego sobre su propia
nación de Judá, y finalmente el juicio más severo es dado a Israel. Sus visiones de Dios
revelan el mismo mensaje enfático: el juicio está cerca. El libro termina con la
promesa de Dios a Amós de la futura restauración del remanente.
Referencias Proféticas: El libro de Amós termina con una gloriosa promesa para el
futuro. ―Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra
que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo‖ (9:15) El cumplimiento definitivo de la
promesa de la tierra de Dios a Abraham (Génesis 12:7; 15:7; 17:8) ocurrirá durante el
reinado milenial de Cristo sobre la tierra (ver Joel 2:26,27). Apocalipsis 20 describe
los mil años de reinado de Cristo sobre la tierra, un tiempo de paz y gozo bajo el
perfecto gobierno del Salvador Mismo. En ese tiempo, el creyente Israel y los gentiles
cristianos serán reunidos con la Iglesia y vivirán y reinarán con Cristo.
Aplicación Práctica: Algunas veces pensamos que somos un ―solo un.‖ Somos solo un
vendedor, granjero o ama de casa. Amós sería considerado un ―solo un.‖ Él no era ni
profeta, ni sacerdote ni el hijo de alguien. Él solo era un pastor, un pequeño
comerciante en Judá. ¿Quién lo iba a escuchar? Pero en lugar de poner excusas, Amós
obedeció y se convirtió en la poderosa voz de Dios para el cambio.
Dios ha usado a los ―solo un,‖ tales como pastores, carpinteros y pescadores a través
de la Biblia. Cualquier cosa que seas en esta vida, Dios puede utilizarte. Amós no era
mucho. Él era un ―solo un.‖ ―Solo un‖ siervo de Dios. Es bueno ser ―solo un‖ de Dios.
Libro de Apocalipsis
Libro de Apocalipsis – La Biblia
Autor: Apocalipsis 1:1, 4, 9 y 22:8 específicamente identifica al autor del libro de
Apocalipsis como el apóstol Juan.
Versos Clave: Apocalipsis 1:19, ―Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las
que han de ser después de estas.‖
Apocalipsis 13:16-17, ―Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres
y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno
pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el
número de su nombre.‖
Apocalipsis 20:11, ―Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante
del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.‖
Apocalipsis 21:1, ―Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la
primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.‖
Versos Clave: Cantar de los Cantares 2:7; 3:5; 8:4, – ―Que no despertéis ni hagáis
velar al amor, hasta que quiera.‖
Breve Resumen: La poesía toma la forma de un diálogo entre un esposo (el rey) y su
esposa, (la sulamita). Podemos dividir el libro en tres secciones: el cortejo (1:1 – 3:5);
la boda (3:6 – 5:1); y el matrimonio en su madurez (5:2 – 8:14).
El cantar comienza antes de la boda, mientras la futura novia anhela estar con su
prometido, y sueña con sus caricias íntimas. Sin embargo, ella aconseja dejar que el
amor se desarrolle naturalmente, en su propio tiempo. El rey alaba la belleza de la
sulamita, superando sus sentimientos de inseguridad acerca de su aspecto. La
sulamita tiene un sueño en el cual ella pierde a Salomón y lo busca por toda la ciudad.
Con la ayuda de los guardias de la ciudad, ella encuentra a su amado y se aferra a él,
llevándolo a un lugar seguro. Al despertar, ella repite su consejo de no forzar el amor.
Libro de Colosenses
Libro de Colosenses – La Biblia
Autor: El apóstol Pablo fue el principal escritor del libro de Colosenses (Colosenses
1:13). También se le da algún crédito a Timoteo (Colosenses 1:1).
Versos Clave: Colosenses 1:15-16, ―El es la imagen del Dios invisible, el primogénito
de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos
y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean
principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.‖
Colosenses 2:8 ―Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas,
según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no
según Cristo.‖
Colosenses 4:5-6, ―Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.
Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo
debéis responder a cada uno.‖
Breve Resumen: Colosenses fue escrito expresamente para anular la herejía que había
surgido en Colosas, la cual ponía en peligro la existencia de la iglesia. Mientras que no
sabemos que le fue dicho a Pablo, esta carta es su respuesta.
Podemos resumir, basados en la respuesta de Pablo, que él estaba lidiando con una
percepción equivocada de Cristo (Su real y verdadera naturaleza humana y la falta de
aceptación de Su completa deidad.) Pablo parece también disputar respecto el énfasis
―judío‖ sobre la circuncisión y las tradiciones (Colosenses 2:8-11; 3:11).
Aparentemente la herejía provenía del gnosticismo-judaico o de una mezcla entre el
ascetismo judío y la filosofía griega (¿Estoicos?). Él logra un increíble trabajo en
señalarnos la suficiencia de Cristo.
Conexiones: Como con todas las iglesias primitivas, el problema del legalismo judío en
Colosas fue de gran preocupación para Pablo. Tan radical era el concepto de la
salvación por gracia, aparte de las obras, que para aquellos sumergidos en la ley del
Antiguo Testamento, les resultaba muy difícil de entenderla. Por consecuencia, había
un continuo movimiento entre los legalistas, para añadir ciertos requerimientos de la
ley a esta nueva fe. Primeramente entre ellos estaba el requisito de la circuncisión, el
cual aún se practicaba entre algunos de los judíos convertidos. Pablo contradijo este
error en Colosenses 2:11-15, en donde declara que la circuncisión de la carne ya no
era necesaria, porque Cristo había venido. La suya era la circuncisión del corazón, no
de la carne, haciendo ya innecesarios los ritos ceremoniales del Antiguo Testamento
(Deuteronomio 10:16, 30:6; Jeremías 4:4, 9:26; Hechos 7:51; Romanos 2:29).
Aplicación Práctica: Aunque Pablo abarca muchas áreas, la aplicación básica para
nosotros en la actualidad, es la total y completa suficiencia de Cristo en nuestras
vidas, tanto para nuestra salvación como para nuestra santificación. Debemos saber y
entender el evangelio, a fin de no ser desviados por sutiles formas de legalismo y
herejía. Debemos estar en guardia para cualquier desviación que minimice la
grandeza de Cristo como Señor y Salvador. Cualquier ―religión‖ que trate de
equipararse a sí misma con la verdad, usando libros que afirman estar en igual
autoridad que la Biblia, o quienes combinan el esfuerzo humano con el logro divino en
la salvación, deben ser evitadas. Otras religiones no pueden ser combinadas con o
añadidas al cristianismo. Cristo nos da las normas absolutas de la conducta moral. El
cristianismo es una familia, una forma de vida, y una relación –no una religión. Las
obras de Dios, la astrología, el ocultismo y los horóscopos, no nos muestran los
caminos de Dios. Solo Cristo lo hace. Su voluntad está revelada en Su Palabra, es Su
carta de amor para nosotros; ¡debemos llegar a conocerla!
Libro de Daniel
Libro de Daniel – La Biblia
Autor: El Libro de Daniel identifica al profeta Daniel como su autor (Daniel 9:2;
10:2). Jesús también menciona a Daniel como su autor (Mateo 24:15).
Versos Clave: Daniel 1:19-20, ―Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre
todos ellos otros como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; así, pues, estuvieron delante
del rey. En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló
diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino.‖
Daniel 2:31, ―Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy
grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era
terrible.‖
Daniel 3:17-18, ―He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de
fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no
serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.‖
Daniel 4:34-35, ―Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi
razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para
siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los
habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el
ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le
diga: ¿Qué haces?‖
Daniel 9:25-27, ―Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar
y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos
semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de
las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un
príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con
inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana
confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la
ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador,
hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el
desolador.
Breve Resumen: El Libro de Daniel puede ser dividido en tres secciones. El capítulo 1
describe la conquista de Jerusalén por los babilonios. Junto con muchos otros, Daniel
y sus tres amigos fueron deportados a Babilonia y por su valentía y obvias bendiciones
de Dios sobre ellos, fueron ―promovidos‖ al servicio del rey (Daniel 1:17-20)
Los capítulos 2-7 registran a Nabucodonosor teniendo un sueño que solo Daniel
podría interpretar correctamente. El sueño de Nabucodonosor sobre una gran
estatua, representaba el reino que se levantaría en el futuro. Nabucodonosoro hizo
una gran estatua de sí mismo y forzó a todos a adorarla: Sadrac, Mesac y Abed-nego
se rehusaron y fueron librados milagrosamente por Dios, a pesar de haber sido
echados dentro de un horno de fuego. Nabucodonosor fue juzgado por Dios por su
soberbia, pero después restaurado, una vez que reconoció y admitió la soberanía de
Dios.
Daniel capítulo 5, registra el mal uso que hizo Belsasar, hijo de Nabucodonosor, de los
objetos tomados del templo de Jerusalén; y como respuesta, recibió un mensaje de
Dios, escrito en la pared. Solo Daniel pudo interpretar la escritura, un mensaje del
juicio venidero de Dios. Daniel es echado al foso de los leones por rehusarse a orar al
rey, pero fue librado milagrosamente. Dios le dio a Daniel una visión de cuatro
bestias. Las cuatro bestias representaban los imperios de Babilonia, Medo-Persa,
Grecia y Roma.
Los capítulos 8-12 contienen una visión de un carnero, un macho cabrío, y varios
cuernos – también referente a futuros reinos y sus gobernantes. Daniel capítulo 9,
registra la profecía de las ―setenta semanas‖ de Daniel. Dios le dio a Daniel el tiempo
preciso cuando el Mesías vendría y sería muerto. La profecía también menciona a un
futuro gobernante quien hará un pacto con Israel, el cual romperá al cabo de tres
años y medio, seguido poco después por el gran juicio y la consumación de todas las
cosas. Daniel es visitado y fortalecido por un ángel después de esta gran visión, y el
ángel le explica la visión a Daniel con gran detalle.
Referencias Proféticas: Vemos en las historias del horno de fuego y de Daniel en el
foso de los leones, una referencia profética de la salvación provista por Cristo. Los
tres hombres declaran que Dios es un Dios que salva, y quien puede librarlos del
horno de fuego (Daniel 3:17). De la misma forma, al enviar a Jesús a morir por
nuestros pecados, Dios ha provisto un escape del fuego del infierno (1 Pedro 3:18). En
el caso de Daniel, Dios envió un ángel para cerrar las bocas de los leones y salvó a
Daniel de la muerte. Jesucristo es nuestra provisión de los peligros del pecado que
amenazan con consumirnos.
La visión de Daniel del final de los tiempos representa al Mesías de Israel, por quien
muchos serán limpios y purificados (Daniel 12:10). Él es nuestra justificación (1 Pedro
5:21) por quien nuestros pecados, a través de la sangre, serán lavados y seremos tan
blancos como la nieve (Isaías 1:18).
Dios tiene un plan, y Su plan está elaborado hasta el más mínimo detalle. Dios conoce
y tiene el control del futuro. Todo lo que Dios ha predicho, se ha cumplido con la
exactitud con que fue anunciado. Por tanto, debemos creer y confiar en que las cosas
que Él ha predicho para el futuro, algún día ocurrirán exactamente como Dios lo ha
declarado.
Libro de Deuteronomio
Libro de Deuteronomio – La Biblia
Autor: Moisés escribió el Libro de Deuteronomio, el cual es de hecho una colección de
sus sermones a Israel, justo antes de que cruzaran el Jordán. ―Estas son las palabras
que habló Moisés‖ (1:1). Alguien más (probablemente Josué) pudo haber escrito el
último capítulo.
―Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo
tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te
mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas
estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.‖
(Deuteronomio 6:4-7)
―Y les dijo: Aplicad vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para
que las mandéis a vuestros hijos, a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de
esta ley. Porque no os es cosa vana; es vuestra vida, y por medio de esta ley haréis
prolongar vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar
posesión de ella.‖ (Deuteronomio 32:46-47)
Breve Resumen: A los israelitas les es ordenado recordar cuatro cosas: La fidelidad de
Dios, la santidad de Dios, las bendiciones de Dios, y las advertencias de Dios. Los
primeros tres capítulos resumen el viaje de Egipto a su ubicación actual, Moab. El
capítulo 4 es un llamado a la obediencia, para ser fieles al Dios que fue Fiel con ellos.
Los capítulos del 5 al 26 son una repetición de la ley. Los Diez Mandamientos, las
leyes concernientes a los sacrificios y días especiales, y el resto de la ley es dada a la
nueva generación. Se prometen bendiciones para aquellos que obedezcan (5:29; 6:17-
19; 11:13.15), y el hambre es prometida para aquellos que quebranten la ley (11:16-
17)
El tema de las bendiciones y las maldiciones continúa en los capítulos 27-30. Esta
porción del libro termina con una clara elección presentada ante Israel: ―os he puesto
delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición;….‖ El deseo de Dios para Su
pueblo se encuentra en lo que Él recomienda: ―…escoge, pues, la vida‖ (30:19).
La elección de Dios por los israelitas como Su pueblo especial, prefigura Su elección
de aquellos que creerían en Cristo (1 Pedro 2:9). En Deuteronomio 18:15-19, Moisés
profetiza la llegada de otro profeta – el último Profeta que había de venir y quien es El
Mesías. Al igual que Moisés, Él recibiría y predicaría la revelación divina, y guiaría a
Su pueblo (Juan 6:14; 7:40)
Ninguno de nosotros está ―por sobre la ley.‖ Aún Moisés, el líder y profeta elegido por
Dios, necesitaba obedecer. La razón por la que no se le permitió entrar a la Tierra
Prometida, fue porque desobedeció el claro mandato del Señor (Números 20:12).
Al igual que Israel recordaba la fidelidad de Dios, también debemos hacerlo nosotros.
El paso a través del Mar Rojo, Su santa presencia en el Sinaí, y la bendición del maná
en el desierto, debe ser también de ánimo para nosotros. Una buena manera de seguir
adelante, es tomarnos un momento y mirar hacia atrás para ver lo que Dios ha hecho.
Eclesiastés 1:18 ―Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade
ciencia, añade dolor.‖
Eclesiastés 2:11 ―Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el
trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y
sin provecho debajo del sol.‖
Eclesiastés 12:13 ―El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus
mandamientos; porque esto es el todo del hombre.‖
Breve Resumen: Dos frases son repetidas a menudo en Eclesiastés. La palabra
traducida como ―vanidad‖ en la RV, y como ―absurdo‖ en la NVI aparece con
frecuencia, y es usada para enfatizar la naturaleza temporal de las cosas del mundo.
Al final, aún los logros humanos más impresionantes, serán dejados atrás. La frase
―bajo el sol‖ ocurre 28 veces, y se refiere al mundo mortal. Cuando el Predicador se
refiere a ―todas las cosas debajo del sol,‖ está hablando de las cosas humanas,
terrenales y temporales.
Los primeros siete capítulos del Libro de Eclesiastés, describen todas las cosas
mundanas ―bajo el sol‖ en las que el Predicador trata de hallar contentamiento. El
prueba el descubrimiento científico (1:10-11), la sabiduría y la filosofía (1:13-18), la
alegría (2:1), el alcohol (2:3), la arquitectura (2:4), las posesiones (2:7-8), y los lujos
(2:8). El Predicador dirigió su mente hacia diferentes filosofías, tales como el
materialismo, para encontrar el significado (2:19-20), y aún los códigos morales
(incluyendo capítulos 8-9). Él encontró que todo era vanidad, una diversión temporal,
que sin Dios, no tenía propósito o permanencia.
Versos Clave: Sofonías 1:18, ―Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira
de Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque
ciertamente destrucción apresurada hará de todos los habitantes de la tierra.‖
Sofonías 2:3, ―Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por
obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en el
día del enojo de Jehová.‖
Sofonías 3:17, ―Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con
alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.‖
Breve Resumen: Sofonías pronuncia el juicio del Señor sobre toda la tierra, sobre
Judá, sobre las naciones circundantes, sobre Jerusalén y sobre todas las naciones. Esto
es seguido por proclamaciones de la bendición del Señor sobre todas las naciones, y
especialmente sobre el remanente fiel de Su pueblo en Judá.
Sofonías tuvo el valor de hablar con determinación, porque sabía que estaba
proclamando la Palabra del Señor. Su libro comienza con ―La palabra de Jehová‖ y
termina con ―dice Jehová.‖ Él sabía que ni los muchos dioses que la gente adoraba ni
aún el poder de la armada asiria podría salvarles. Dios es misericordioso y compasivo,
pero cuando todas Sus advertencias son ignoradas, ha de esperarse el juicio. El día del
juicio de Dios es mencionado frecuentemente en las Escrituras. Los profetas lo llaman
el ―Día del Señor.‖ Ellos se refieren a varios eventos, tales como la caída de Jerusalén
como a las manifestaciones del Día del Señor, cada una de las cuales apunta hacia el
último Día del Señor.
Referencias Proféticas: Gran parte de las bendiciones finales sobre Sión pronunciadas
en los versos 14-20, aún están por cumplirse, lo que nos lleva a concluir que estas son
profecías mesiánicas que aguardan la Segunda Venida de Cristo para que se lleven a
cabo. El Señor ha quitado nuestro castigo solo a través de Cristo, quien vino a morir
por los pecados de Su pueblo (Sofonías 3:15; Juan 3:16). Pero Israel aún no ha
reconocido a su verdadero Salvador. Esto aún está por suceder (Romanos 11:25-27).
La promesa de paz y seguridad para Israel, un tiempo cuando su Rey esté en medio de
ellos, será cumplida cuando Cristo regrese a juzgar y redimir al mundo para Él
mismo. Así como Él ascendió a los cielos después de Su resurrección, así también Él
regresará y establecerá una nueva Jerusalén sobre la tierra (Apocalipsis 21). En ese
tiempo, todas las promesas de Dios para Israel serán cumplidas.
Aplicación Práctica: Con unos pocos ajustes en cuanto a nombres y situaciones, este
profeta del siglo VII a.C., podría pararse en nuestros púlpitos de hoy y predicarnos el
mismo mensaje de juicio sobre la maldad, y esperanza para quien es fiel. Sofonías nos
recuerda que Dios está ofendido por los pecados morales y religiosos de Su pueblo. El
pueblo de Dios no escapará del castigo cuando peque deliberadamente. El juicio puede
ser doloroso, pero su propósito puede ser redentor más que punitivo. El inevitable
castigo de la maldad, nos ofrece un consuelo, en un tiempo cuando parece que el mal
está imparable y victorioso. Tenemos la libertad de desobedecer a Dios, pero no la
libertad para escapar de las consecuencias de esa desobediencia. Aquellos que son
fieles a Dios pueden ser relativamente pocos, pero Él no los olvida.
Libro de Tito
Libro de Tito – La Biblia
Autor: Tito 1:1 identifica al apóstol Pablo como el autor del libro de Tito.
Versos Clave: Tito 1:5, ―Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo
deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé.‖
Tito 1:16, ―Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo
abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.‖
Tito 2:15, ―Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te
menosprecie.‖
Tito 3:3-6, ―Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes,
extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y
envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la
bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por
obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el
lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual
derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador.‖
Breve Resumen: Que maravilloso debe haber sido cuando Tito recibió una carta de su
tutor, el apóstol Pablo. Pablo era un hombre muy honrado por muchos, y con razón,
después de haber establecido varias iglesias en todo el mundo oriental. Esta famosa
introducción del apóstol debió haber sido leída por Tito, ―A Tito, verdadero hijo en la
común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro
Salvador.‖ (Tito 1:4).
La isla de Creta, donde Pablo dejó a Tito para dirigir la iglesia, estaba habitada por
nativos de la isla y judíos quienes no conocían la verdad de Jesucristo (Tito 1:12-14).
Pablo sintió que era su responsabilidad seguir discipulando a Tito para instruirlo y
alentarlo en el desarrollo de líderes dentro de la iglesia en Creta. Mientras que el
apóstol dirigía a Tito en su búsqueda de líderes, Pablo también sugirió la manera en
que Tito debía instruir a los líderes, a fin de que pudieran crecer en su fe en Cristo.
Sus instrucciones incluían aquellas destinadas tanto para hombres como para mujeres
de todas las edades (Tito 2:1-8).
Conexiones: Una vez más, Pablo encuentra necesario instruir a los líderes de la iglesia
para que estuvieran alertas en contra de los judaizantes, aquellos que buscaban
añadir las obras al regalo de gracia que produce la salvación. Él le advierte en contra
de aquellos que eran engañadores rebeldes, especialmente aquellos que continuaban
asegurando que aún era necesaria la circuncisión y la adherencia a los rituales y
ceremonias de la Ley Mosaica (Tito 1:10-11). Este es un tema recurrente a través de
las epístolas de Pablo y en el libro de Tito, él va más allá hasta decir que era preciso
taparles la boca.
Junto con esta advertencia, Pablo también nos dice cómo evitar negar a Dios: ―Nos
salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu
Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador.‖
(Tito 3:5-6). Al buscar diariamente renovar nuestra mente por el Espíritu Santo,
podemos desarrollarnos como cristianos que honran a Dios por la forma en que
vivimos.
Libro de Zacarías
Libro de Zacarías – La Biblia
Autor: Zacarías 1:1 identifica al autor del Libro de Zacarías como el Profeta
Zacarías.
Propósito de la Escritura: Zacarías enfatizó el que Dios había usado a Sus profetas
para enseñar, advertir y corregir a Su pueblo. Desafortunadamente, ellos se negaron a
escuchar. Su pecado les acarreó el castigo de Dios. El libro también muestra evidencia
de que aún la profecía puede ser corrompida. La historia muestra que en este período,
la profecía cayó en descrédito entre los judíos, conduciendo al período entre los dos
Testamentos, cuando ninguna voz profética perdurable habló al pueblo de Dios.
Versos Clave: Zacarías 1:3, ―Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos
a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los
ejércitos.‖
Zacarías 7:13, ―Y aconteció que así como él clamó, y no escucharon, también ellos
clamaron, y yo no escuché, dice Jehová de los ejércitos.‖
Zacarías 9:9, ―Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he
aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre
un pollino hijo de asna.‖
Zacarías 13:9, ―Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la
plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré:
Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.‖
Breve Resumen: El Libro de Zacarías enseña que la salvación puede ser obtenida por
todos. El último capítulo describe a gente de todo el mundo viniendo a adorar a Dios,
quien desea que toda la gente lo siga. Esta no es la doctrina del universalismo, p. ej.,
que toda la gente será selva porque es la naturaleza de Dios el salvar. Más bien, el
libro enseña que Dios desea que toda la gente lo adore y acepte a aquellos que lo
hacen, independientemente de sus expresiones nacionales o políticas, como en la
liberación de Judá y Jerusalén de sus enemigos políticos. Finalmente, Zacarías
predica que Dios es soberano sobre este mundo, a pesar de cualquier apariencia. Sus
visiones del futuro, indican que Dios ve todo lo que sucederá. Las descripciones de la
intervención de Dios en el mundo, enseñan que en última instancia, Él traerá los
acontecimientos humanos al fin que Él decida. Él no elimina la libertad individual
para seguir a Dios o rebelarse, pero mantiene a las personas responsables por las
decisiones que tomen. En el último capítulo, aún las fuerzas de la naturaleza
responden ante el control de Dios.
Aplicación Práctica: Dios espera hoy de nosotros, una adoración sincera y una vida
moral. El ejemplo de Zacarías de llegar a romper con los prejuicios nacionalistas, nos
recuerda que debemos alcanzar a todas las áreas de nuestra sociedad. Debemos
extender la invitación de la salvación de Dios a gente de todas las nacionalidades,
lenguas, razas y culturas. La salvación solo es posible a través del derramamiento de
la sangre de Jesucristo en la cruz, quien murió en nuestro lugar para expiar nuestros
pecados. Pero si rechazamos ese sacrificio, ya no hay otro sacrificio a través del cual
podamos ser reconciliados con Dios. ―Porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a
los hombres, en que podamos ser salvos.‖ (Hechos 4:12). No hay tiempo que perder;
―he aquí ahora el día de salvación.‖ (2 Corintios 6:2).
Si fueran añadidos otros libros a la Biblia, sería igual a decir que la Biblia que
tenemos hoy está incompleta – que no nos dice todo lo que necesitamos saber. Aunque
solo se aplica al libro de Apocalipsis, Apocalipsis 22:18-20 nos enseña una importante
verdad acerca de añadir a la Palabra de Dios. ―Yo testifico a todo aquel que oye las
palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá
sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras
del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida y de la santa
ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.‖
Tenemos todo lo que necesitamos en los actuales 66 libros de la Biblia. No existe una
sola situación en la vida que no pueda ser dirigida por la Escritura. Lo que comenzó
en Génesis encuentra su conclusión en Apocalipsis. La Biblia es totalmente completa y
suficiente. ¿Podría Dios añadir a la Biblia? Por supuesto que Él podría. Sin embargo,
no hay razón, bíblica o teológica, para creer que Él lo hará así.
El evangelio de Tomás, por ejemplo, fue una falsificación escrita en el siglo III o IV
d.C. que afirmaba haber sido escrita por el apóstol Tomás. No fue escrito por Tomás.
Los padres de la iglesia primitiva rechazaron casi universalmente el evangelio de
Tomás como herético. Contiene muchas cosas falsas y heréticas que supuestamente
Jesús dijo e hizo. Nada de él (o al menos muy poco de él) es verdad. La epístola de
Bernabé no fue escrita por el Bernabé bíblico, sino por un impostor. Lo mismo puede
decirse del evangelio de Felipe, el Apocalipsis de Pedro, el libro de Enoc, etc.
Hay un solo Dios. La Biblia tiene un Creador. Hay un solo libro. Contiene un plan de
gracia, descrito desde su inicio, a través de su ejecución, y hasta su consumación.
Desde la predestinación hasta la glorificación, la Biblia es la historia de Dios
redimiendo a su pueblo elegido para alabanza de Su gloria. Así como los propósitos y
el plan de Dios se despliegan en la Escritura, los temas recurrentes constantemente
enfatizados son: el carácter de Dios, el juicio por el pecado y la desobediencia, la
bendición por la fe y la obediencia, el Señor Salvador y el sacrificio por el pecado, y la
gloria y el reino venidero. Es la intención de Dios que conozcamos y entendamos estos
cinco temas, porque nuestras vidas y destino eterno depende de ellos. Es por lo tanto
impensable que Dios hubiera permitido que algo de esta vital información ―se
perdiera‖ de alguna manera. No, la Biblia está completa y tan es así, que nosotros que
la leemos y entendemos, también podemos ser ―perfeccionados, y preparados para
toda buena obra‖ (2 Timoteo 3:16-17).
¿Cómo debe lidiar un cristiano con los sentimientos de
culpa, en cuanto a los pecados pasados, ya sean antes o
después de la salvación?
Pregunta Cristiana: ―¿Cómo debe lidiar un cristiano con
los sentimientos de culpa, en cuanto a los pecados
pasados, ya sean antes o después de la salvación?‖
Respuesta: Todos hemos pecado, y una de las consecuencias del pecado es la culpa.
Podemos estar agradecidos por los sentimientos de culpa, porque éstos nos llevan a
buscar el perdón. Al momento en que una persona se vuelve del pecado para poner su
fe en Jesucristo, su pecado le es perdonado. El arrepentimiento es parte de la fe que
conduce a la salvación (Mateo 3:2; 4:17; Hechos 3:19).
En Cristo, aún los pecados más viles son purificados (ver en 1 Corintios 6:9-11 la lista
de hechos perversos que son perdonados). La salvación es por gracia, y la gracia
perdona. Aún después de que una persona es salva, cometerá pecados. Cuando lo
hace, Dios aún promete el perdón. ―Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no
pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo
el justo.‖ (1 Juan 2:1).
2) Pedirle al Señor que le revele cualquier otro pecado que necesite ser confesado. Ten
el valor de ser totalmente abierto y honesto ante el Señor. ―Examíname, oh Dios, y
conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de
perversidad.‖ (Salmo 139:23-24ª).
El pecado es lo que nos separa de la llenura del Espíritu Santo, y la obediencia a Dios
es lo que mantiene Su llenura. Aunque nuestra meta debe ser el ser llenos como se nos
ordena en Efesios 5:18, no es el orar por ello lo que nos llena del Espíritu Santo, es
solo nuestra obediencia a los mandatos de Dios lo que permite la libertad del Espíritu
para trabajar dentro de nosotros. Debido a nuestra naturaleza pecaminosa, es
imposible para nosotros permanecer llenos del Espíritu todo el tiempo. Por esto,
debemos tratar inmediatamente con el pecado que surja en nuestras vidas, y renovar
nuestro compromiso de ser llenos y guiados por el Espíritu Santo.
Cuando Dios trajo a Eva con Adán en el primer matrimonio, ella fue formada de su
―carne y huesos‖ (Génesis 2:23) y ellos se volvieron ―una sola carne‖ (Génesis 2:23-
24). Este es un concepto que se ha perdido en nuestra sociedad moderna. El llegar a
ser una sola carne significa más que solo la unión física. Significa la unión de mente y
alma para formar una unidad. Esta relación va más allá de la atracción sensual o
emocional y entra dentro del terreno de la ―unidad‖ espiritual que solo puede ser
lograda cuando ambas partes se sujetan a Dios y una a la otra. Esta es una relación
que no esta hecha de ―mí o mío‖ sino de ―nosotros y nuestro‖. Este es uno de los
secretos para tener un matrimonio duradero. El hacer que un matrimonio perdure
hasta que la muerte de alguno de ellos los separe, es algo que ambos esposos deben
considerar como su prioridad. El solidificar nuestra relación vertical con Dios, nos
lleva a asegurar que la relación horizontal entre esposo y esposa sea duradera y una
unión que también glorifique al Señor.
Así que la pregunta se convierte en, ―¿Qué puede hacer la pareja casada para
asegurarse de que su matrimonio dure – hasta que la muerte los separe?‖ La primera
y más importante medida es la obediencia a Dios y a Su Palabra. Este es un principio
que debiera ser reforzado en la vida antes del matrimonio y mientras el hombre y la
mujer están aún solteros. Dios dice, ―¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de
acuerdo?‖ (Amós 3:3) Para el creyente nacido de nuevo, esto significa, no entablar
relación cercana alguna con alguien que no sea creyente. ―No os unáis en yugo
desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la
injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? (2 Corintios 6:14). Si este
principio es acatado, evitará muchos futuros sinsabores y sufrimientos en un
matrimonio.
Cuando Dios trajo a Eva con Adán en el primer matrimonio, ella fue formada de su
―carne y huesos‖ (Génesis 2:23) y ellos se volvieron ―una sola carne‖ (Génesis 2:23-
24). Este es un concepto que se ha perdido en nuestra sociedad moderna. El llegar a
ser una sola carne significa más que solo la unión física. Significa la unión de mente y
alma para formar una unidad. Esta relación va más allá de la atracción sensual o
emocional y entra dentro del terreno de la ―unidad‖ espiritual que solo puede ser
lograda cuando ambas partes se sujetan a Dios y una a la otra. Esta es una relación
que no esta hecha de ―mí o mío‖ sino de ―nosotros y nuestro‖. Este es uno de los
secretos para tener un matrimonio duradero. El hacer que un matrimonio perdure
hasta que la muerte de alguno de ellos los separe, es algo que ambos esposos deben
considerar como su prioridad. El solidificar nuestra relación vertical con Dios, nos
lleva a asegurar que la relación horizontal entre esposo y esposa sea duradera y una
unión que también glorifique al Señor.
¿Quiénes fueron los Padres de la Iglesia Primitiva?
Pregunta Cristiana: ―¿Quiénes fueron los Padres de la
Iglesia Primitiva?‖
Respuesta: Los Padres de la Iglesia Primitiva caían dentro de tres categorías básicas.
Los Padres Apostólicos, los Padres de la Iglesia del Pre-Concilio de Nicea y los Padres
de la Iglesia del Post-Concilio de Nicea. Los Padres de la Iglesia apostólica fueron
aquellos como Clemente de Roma, quienes fueron contemporáneos con los Apóstoles y
muy probablemente fueron enseñados por ellos, continuando con la tradición y
enseñanza de los mismos Apóstoles. Lino, mencionado en 2 Timoteo 4:21, llegó a ser el
obispo de Roma después de que Pedro fue martirizado, y Clemente tomó el lugar de
Lino. Por lo cual, tanto Lino como Clemente de Roma, fueron considerados como los
Padres Apostólicos. Sin embargo, parece no haber escritos sobre Lino que hayan
sobrevivido, mientras que existen muchos de Clemente de Roma que sí han
sobrevivido. Los verdaderos Padres Apostólicos que fueron enseñados por los
Apóstoles, habrían ya desaparecido de escena para principios del segundo siglos,
excepto por aquellos pocos que pudieron haber sido discípulos del Apóstol Juan, tales
como Policarpo. Juan murió en Efeso alrededor del 99 d.C.
Los Padres del Pre-Concilio de Nicea fueron aquellos que estuvieron después de los
Padres Apostólicos, y antes del Concilio de Nicea en 325 d.C. Tales luminares como
Irineo, Ignacio y Justino mártir son Padres del Anti-Nicea.
Después del Concilio de Nicea en 325 d.C. se levantaron los Padres de la Iglesia que
son considerados Post-Niceanos. Aquí hay hombres tan notables como San Agustín,
obispo de Nipona, quien frecuentemente es llamado el Padre de la Iglesia (Iglesia
Católica Romana) por su gran labor en la doctrina de la Iglesia; Crisóstomo, llamado
la boca de oro, por sus excelentes habilidades en oratoria; y Eusebio, quien escribió
una historia de la Iglesia, que abarca desde el nacimiento de Jesús hasta el 324 d.C.,
un año antes del Concilio de Nicea. Él está incluido en la era Post-Niceana porque no
escribió esta historia sino hasta después de que tuvo lugar el Concilio de Nicea. Otro
de los Padres Post-Niceanos fue Jerónimo, quien tradujo el Nuevo Testamento del
Griego al Latin Vulgata, y Ambrosio, a quien por su intervención, se le atribuye en
gran manera la conversión del emperador Constantino al cristianismo.
Así que, ¿en qué creían los Padres de la Iglesia Primitiva? Los Padres Apostólicos
estaban muy preocupados por la proclamación del Evangelio, habiéndolo proclamado
ellos mismos como lo hicieron los Apóstoles. No estaban interesados en formular
doctrina teológica, porque el Evangelio que ellos habían aprendido de los Apóstoles
era más que suficiente para ellos, en tanto se cuidara la ortodoxia. Los Padres
Apostólicos eran tan celosos como los Apóstoles mismos en cuanto a exponer y
arrancar de raíz cualquier doctrina falsa que comenzara a surgir aquí y allí. La
ortodoxia del mensaje era preservada por el deseo de los Padres Apostólicos, de
apegarse tan verazmente como fuera posible a las enseñanzas del Evangelio que les
fueron compartidas por los Apóstoles.
Los Padres Anti-Niceanos también trataron de permanecer fieles tanto como les fue
posible a la verdad del Evangelio que les había sido enseñado, pero ellos tuvieron una
preocupación adicional que no estaba presente con los Padres Apostólicos. Ahora
había muchos escritos falsos que aseguraban tener el mismo peso que las escrituras ya
establecidas, como las de Pablo, Pedro y Lucas. La razón de estos documentos falsos
era muy evidente, porque si el Cuerpo de Cristo pudiera ser persuadido de que un
documento falso era lo mismo que un documento que había sido aceptado como
genuino, entonces los documentos falsos habrían sido vistos también como auténticos.
Así que los Padres Anti-Niceanos comenzaron a dedicar mucho de su tiempo
defendiendo la fe cristiana de las falsas doctrinas, y esto condujo a los principios de la
formación de la doctrina aceptada por la iglesia.
Los Padres Post-Niceanos llevaron a cabo la misión de la defensa del Evangelio contra
toda clase de herejías y falsas doctrinas, así que progresivamente, los Padres Post-
Niceanos comenzaron a interesarse cada vez más en la defensa del Evangelio y menos
en transmitir el Evangelio de una manera pura y fiel, prioridad que era el sello de los
Padres Apostólicos. Para el tiempo de Agustín, la necesidad de defenderse contra las
herejías y las falsas doctrinas, había alcanzado el punto de que la verdadera doctrina
del Cuerpo de Cristo estaba ya lo suficientemente establecida. Esta fue la era de los
teólogos quienes discutirían temas arcanos hasta la muerte, tales como ―cuántos
ángeles pueden danzar sobre la cabeza de un alfiler.‖
Enseñándoles – con las Escrituras, el punto de vista bíblico del mundo (Salmo 78:5-6,
Deuteronomio 4:10; Efesios 6:4)
La Biblia nunca ordena que todas las mujeres deban ser madres. Sin embargo, dice
que aquellas que son bendecidas para ser madres, deben tomar seriamente esa
responsabilidad. Las madres deben tener un único y crucialmente importante papel
en la vida de sus hijos. La maternidad no es un trabajo o tarea desagradable. Al igual
que una madre lleva a su bebé durante el embarazo, y alimenta y cuida de niño
durante su infancia, así también las madres juegan un constante papel en las vidas de
sus niños, adolescentes y jóvenes adultos, y aún cuando llegan a la edad madura.
Mientras que el papel de la maternidad debe cambiar y desarrollarse – el amor, el
cuidado, la educación y el ánimo que da una madre, nunca debe terminar.
¿Cuál es la manera correcta de orar?
Pregunta Cristiana: ―¿Cuál es la manera correcta de
orar?‖
Respuesta: ¿Es mejor orar de pie, sentado, de rodillas, o inclinado? ¿Deben estar mis
manos abiertas, cerrada o levantadas hacia Dios? ¿Deben estar cerrados mis ojos
cuando oro? ¿Es mejor orar en un templo o afuera en la naturaleza? ¿Debo orar por
la mañana cuando me levanto, o por la noche antes de ir a la cama? ¿Hay ciertas
palabras que necesito decir en mi oración? ¿Cómo comienzo mi oración? ¿Cuál es la
manera correcta de cerrar una oración? Estas preguntas, y otras, son preguntas
comunes que recibimos acerca de la oración. ¿Cuál es la manera correcta de orar?
¿Acaso importa cualquiera de las cosas mencionadas?
Con mucha frecuencia, la oración es vista como una forma de ―fórmula mágica.‖ Si tu
no dices exactamente las cosas correctas, u oras en la posición correcta, Dios no
escuchará y responderá a tu oración. Esto es completamente anti-bíblico. Dios no
responde nuestras oraciones basado en cuándo oramos, dónde estamos, qué posición
corporal adoptamos, o en qué orden decimos nuestras oraciones. Primera de Juan
5:14-15 nos dice, ―Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna
cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquiera
cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.‖
Similarmente, Juan 14:13-14 declara, ―Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre,
lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre,
Yo lo haré.‖ De acuerdo a esto, y a muchas otras Escrituras, Dios responde a las
peticiones de oración basándose en si éstas se piden de acuerdo a Su voluntad y en el
Nombre de Cristo (para traer gloria a Jesucristo).
Así que, ¿cuál es la manera correcta de orar? Filipenses 4:6-7 nos dice, ―Por nada
estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda
oración y ruego con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo
Jesús.‖ La manera correcta de orar es derramar tu corazón ante Dios. Ser honesto y
abierto con Dios, puesto que Él ya te conoce mejor de lo que te conoces a ti mismo.
Presenta tus peticiones a Dios, pero ten en mente que Dios sabe lo que es mejor, y no
te concederá una petición que no sea Su voluntad para ti. Expresa tu amor, gratitud, y
adoración a Dios en oración, pero no te preocupes por tener las palabras correctas
para expresarlo. Dios está más interesado en el contenido de tu corazón, que en la
calidad de tus palabras.
Lo más cerca que llega la Biblia de dar un ―patrón‖ para la oración, es el Padre
Nuestro en Mateo 6:9-13. Sin embargo, comprende por favor, que el Padre Nuestro no
es una oración que debemos memorizar y recitarla a Dios. Es un ejemplo de las cosas
que debe contener una oración –adoración, confianza en Dios, peticiones, confesión,
protección, etc. Ora por las cosas de las que habla el Padre Nuestro, pero usa tus
propias palabras y ―adáptala‖ a tu propia jornada con Dios. La manera correcta de
orar, es expresando lo que hay en tu corazón a Dios. Sentado, de pie, o de rodillas; con
las manos abiertas o cerradas; ojos abiertos o cerrados; en un templo, en casa, o al
aire libre; por la mañana o por la noche- todas estas cosas son asuntos secundarios,
sujetos a la preferencia personal, convicción y conveniencia. El deseo de Dios es que la
oración sea una conexión real y personal entre Él y nosotros.
1 Pedro 3:3-4 nos recuerda este aspecto espiritual, ―-vuestro atavío no sea el externo
de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del
corazón en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande
estima delante de Dios.‖ No hay nada de malo en usar joyería, maquillaje o peinados
elaborados, en tanto que sea hecho de una manera modesta. Una mujer no debe
enfocarse tanto en su aspecto externo, que llegue a descuidar su vida espiritual
interior.
Muchos buenos expositores del Apocalipsis han discrepado grandemente sobre lo que
es exactamente la marca de la bestia. Además de la opinión sobre la ―tarjeta de
identificación‖, otros han especulado que es un microchip, un código de barras que es
tatuado en tu piel, o simplemente una marca que identifique a alguien que es fiel al
reino del anticristo. Esta última opinión requiere menos especulación, puesto que no
añade más información de la que la Biblia nos da. En otras palabras, cualquiera de
estas cosas es posible, pero al mismo tiempo todas ellas son especulaciones, así que
solo tendremos que ver que es lo que sucede. No debemos invertir mucho tiempo
especulando en detalles que van más allá de lo que va la Biblia.
¿Qué dice la Biblia acerca de todo esto? No hay nada en la Biblia que sugiere de
forma explícita o implícita la idea de que los primeros cristianos observaron la
Cuaresma o el Carnaval. Primero veamos al carnaval un poco más de cerca. Nos sería
muy difícil encontrar apoyo bíblico para cualquier tipo de indulgencia carnal, como se
practica durante el Carnaval, especialmente en el Martes Gordo. La Biblia prohíbe
expresamente la embriaguez, la fornicación sexual, y el libertinaje de todo tipo. El
mejor versículo para esto se puede encontrar en Romanos 13:13-14, ‖ Andemos como
de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en
contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos
de la carne.‖ Se nos exhorta a ser sobrios y alertas, no participando en el libertinaje.
La idea de un atracón de actividades pecaminosas antes de un tiempo de consagración
al Señor, es completamente ridícula y totalmente antibíblica.
Actualmente las interpretaciones (2) y (3) son las más prevalecientes. Yo me inclino
hacia la interpretación (2), primeramente porque la Escritura parece permitir el
divorcio en circunstancias excepcionales (Mateo 19:9; 1 Corintios 7:12-16). También
sería importante diferenciar entre un hombre que se ha divorciado y vuelto a casar
antes de que él se hubiera convertido al cristianismo, del hombre que se divorció y se
volvió a casar después de ser un cristiano. De otra manera, no creo que un hombre
calificado deba ser excluido del liderazgo de la iglesia por actos realizados antes de su
conocimiento de Jesucristo como su Salvador. Aunque no creo que 1 Timoteo 3:2
necesariamente excluya del servir como anciano/diácono/pastor a un hombre
divorciado o vuelto a casar, hay otros aspectos que se deben considerar.
Por lo tanto, Eva fue tomada del ―lado‖ de Adán, y es a su lado donde ella pertenece.
―Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo;
mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.‖ (Génesis 2:20). Las palabras
―ayuda e idónea‖ son la misma palabra en hebreo. La palabra es ―ezer‖ y viene de la
raíz primitiva de la palabra que significa rodear, proteger, ayudar, auxiliar, socorrer.
Por lo tanto, significa ayudar, asistir o auxiliar. Eva fue creada para estar al lado de
Adán como su ―otra mitad‖, para ser su auxilio y ayuda. Un hombre y una mujer
cuando se casan, se convierten en ―una sola carne‖. El Nuevo Testamento añade una
advertencia a esta ―unidad‖. ―Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por
tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre‖ (Mateo 19:6).
Hay muchas epístolas escritas por el apóstol Pablo, que hablan de los aspectos que
determinan el punto de vista bíblico sobre el matrimonio y cómo los creyentes nacidos
de nuevo deben conducirse dentro de sus relaciones matrimoniales. Encontramos uno
de estos pasajes en 1 Corintios capítulo 7 y otro en Efesios 5:22-33. El estudiar juntos
estos dos pasajes, provee al creyente de principios bíblicos que pueden ser usados para
formar un marco de referencia para una relación matrimonial que sea agradable a
Dios.
Cuando estos principios son elegidos por el esposo y la esposa en armonía con su
relación como creyentes nacidos de nuevo, esto trae como consecuencia un
matrimonio bíblico. Esta no es una relación desequilibrada, sino una que está
balanceada con el concepto de Cristo como la cabeza del hombre y la mujer
juntamente. Por lo tanto, el concepto bíblico del matrimonio es la unidad entre dos
individuos que es una ilustración de la relación de unidad que existe entre Cristo con
Su iglesia.
Por lo tanto, Eva fue tomada del ―lado‖ de Adán, y es a su lado donde ella pertenece.
―Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo;
mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.‖ (Génesis 2:20). Las palabras
―ayuda e idónea‖ son la misma palabra en hebreo. La palabra es ―ezer‖ y viene de la
raíz primitiva de la palabra que significa rodear, proteger, ayudar, auxiliar, socorrer.
Por lo tanto, significa ayudar, asistir o auxiliar. Eva fue creada para estar al lado de
Adán como su ―otra mitad‖, para ser su auxilio y ayuda. Un hombre y una mujer
cuando se casan, se convierten en ―una sola carne‖. El Nuevo Testamento añade una
advertencia a esta ―unidad‖. ―Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por
tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre‖ (Mateo 19:6).
Hay muchas epístolas escritas por el apóstol Pablo, que hablan de los aspectos que
determinan el punto de vista bíblico sobre el matrimonio y cómo los creyentes nacidos
de nuevo deben conducirse dentro de sus relaciones matrimoniales. Encontramos uno
de estos pasajes en 1 Corintios capítulo 7 y otro en Efesios 5:22-33. El estudiar juntos
estos dos pasajes, provee al creyente de principios bíblicos que pueden ser usados para
formar un marco de referencia para una relación matrimonial que sea agradable a
Dios.
El pasaje que se encuentra en Efesios es especialmente profundo en su área referente
a un exitoso matrimonio bíblico. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos,
como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de
la iglesia, la cual es su cuerpo, y Él es su Salvador.‖ (Efesios 5:22-23) ―Maridos, amad
a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.‖
(Efesios 5:25). ―Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos
cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a
su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia‖
(Efesios 5:28-29). ―Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer, y los dos serán una sola carne.‖ (Efesios 5:31)
Cuando estos principios son elegidos por el esposo y la esposa en armonía con su
relación como creyentes nacidos de nuevo, esto trae como consecuencia un
matrimonio bíblico. Esta no es una relación desequilibrada, sino una que está
balanceada con el concepto de Cristo como la cabeza del hombre y la mujer
juntamente. Por lo tanto, el concepto bíblico del matrimonio es la unidad entre dos
individuos que es una ilustración de la relación de unidad que existe entre Cristo con
Su iglesia.
El término ―una sola carne‖ significa que así como nuestros cuerpos son un todo, y no
pueden ser divididos en pedazos y aún así seguir siendo una unidad, de la misma
manera Dios decidió que sucediera con la relación matrimonial. Ya no son más dos
entidades (dos individuos), sino que ahora son una sola entidad (una pareja casada).
Hay un número de aspectos en esta nueva unión.
En términos de la duración de su unión, Jesús establece que siempre ha sido el
propósito de Dios que una pareja casada permanezca unida hasta que la muerte los
separe (Mateo 19:6). Cuando ocurre el divorcio, contrario al plan de Dios, ya no tienes
dos ―todos‖, sino más bien dos mitades que han sido cortadas y separadas. En lo
concerniente a las relaciones emocionales, la nueva unidad tiene prioridad sobre todas
las relaciones previas y futuras (Génesis 2:24a). Algunas parejas de casados continúan
concediéndole un mayor peso a los lazos que los unen con sus padres, que con su
nuevo conyugue. Esta es una receta para el desastre en un matrimonio y es una
perversión al propósito original de Dios de ―dejar y unirse.‖ Un problema similar
puede surgir, cuando uno de los conyugues comienza a inclinarse más por satisfacer
las necesidades emocionales de un hijo que las de su esposo(a).
Pero, aunque pueda resultar tan agradable que dos personas que vivan juntas,
satisfagan las necesidades de uno al otro, Dios tiene un llamado más elevado para el
matrimonio. Aún cuando ellos pudieron haber estado sirviendo a Cristo con sus vidas
antes del matrimonio (Romanos 12:1-2), ahora deben servir juntos a Cristo, como una
unidad, y criar a sus hijos para servir a Dios (1 Corintios 7:29-34); Malaquías 2:15;
Efesios 6:4). Priscila y Aquila, en Hechos 18, serían buenos ejemplos de esto. Como
pareja, busquen servir juntos a Cristo y el gozo que da el Espíritu llenará su
matrimonio (Gálatas 5:22-23). En el Jardín del Edén habían tres personajes (Dios,
Adán, y Eva) y había gozo. Así en la actualidad, donde Dios es el centro de un
matrimonio, también habrá gozo. Sin Dios, no será posible la duración de esa unidad.
Más bien, parece que no habrá matrimonios en el cielo, simplemente porque no serán
necesarios. Cuando Dios estableció el matrimonio, Él lo hizo para llenar ciertas
necesidades. Primero, Él vio que Adán tenía necesidad de una compañía. ―Y dijo
Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.‖
(Génesis 2:18). Eva fue la solución para el problema de soledad de Adán, así como su
necesidad de un ―ayudante‖, alguien que estuviera a su lado como su acompañante y
que permaneciera a su lado de por vida. En el cielo, sin embargo, no habrá soledad,
tampoco habrá ninguna necesidad de ayudantes. Estaremos rodeados por multitudes
de creyentes y de ángeles (Apocalipsis 7:9), y todas nuestras necesidades serán
satisfechas, incluyendo la necesidad de compañía.
Segundo, Dios creó el matrimonio como medio para la procreación y para poblar la
tierra con seres humanos. Sin embargo, en el cielo no habrá población por
procreación, porque en el cielo tendremos cuerpos glorificados que no serán ni
masculinos ni femeninos. Aquellos que van el cielo, llegarán allá por la fe en el Señor
Jesucristo, ellos no serán creados ahí por medio de reproducción. Por lo tanto, no hay
propósito para el matrimonio en el cielo, puesto que no hay procreación ni soledad.
¿Qué es la meditación cristiana?
Pregunta Cristiana: ―¿Qué es la meditación cristiana?‖
Respuesta: No existen los pasajes bíblicos que usen la frase ―meditación cristiana.‖
Ambas palabras ―meditar‖ y ―meditación‖ se encuentran aproximadamente dieciocho
veces en el Antiguo Testamento. Hay dos palabras hebreas que son traducidas como
―meditar,‖ y se encuentran en Génesis 24:63; Josué 1:8; Salmos 1:2, y otros. En el
contexto de estos versos, a la palabra hebrea ―hagah‖ se le asigna el significado de
―examinar, considerar, imaginar, meditar, lamentar, hablar, estudiar, hablar,
expresar, etc.‖ A la palabra hebrea ―aiyach‖ se le adjudica aún otro significado,
cuando es usada en el sentido de considerar, conversar con uno mismo, y por lo tanto
en voz alta; para expresar o comunicar, quejas, declarar, meditar, orar, hablar (con
Dios en oración), etc.
Para el cristiano, la meditación debe ser únicamente sobre la Palabra de Dios, y lo que
ella revela acerca de Él. David encontró esto es así, y describe al hombre que es
―bendecido,‖ como aquel que ―..en la ley de Jehová está su delicia, en su ley medita de
día y de noche.‖ (Salmo 1:1-2, énfasis añadido). La verdadera meditación cristiana, es
un proceso activo del pensamiento (pensando, resolviendo), donde nos entregamos el
estudio de la Palabra, orando sobre ello, y pidiéndole a Dios que nos de el
entendimiento por el Espíritu, quien habita en el corazón de cada creyente, y Quien
ha prometido guiarnos ―a toda la verdad‖ (Juan 16:13). Entonces ponemos esta
verdad en práctica, sometiéndonos a ello (las Escrituras) como la regla para nuestra
vida y práctica, mientras practicamos nuestras actividades cotidianas. Esto ocasiona
el crecimiento y la madurez espiritual en las cosas de Dios, al ser enseñados por el
Espíritu Santo.
Abraham se presentó a Melquisedec con una ofrenda (un diezmo) de todos los bienes
que había reunido. Mediante este acto, Abraham indicaba que reconocía a
Melquisedec como un compañero adorador del único Dios verdadero, aspa como un
sacerdote con un rango espiritual superior al de él mismo. La existencia de
Melquisedec muestra que había otra gente además de Abraham y su familia, quienes
servían al Dios verdadero.
En el Salmo 110, un salmo mesiánico escrito por David (Mateo 22:43), Melquisedec es
visto como un tipo de Cristo. Este tema es repetido en el libro de Hebreos, donde
Tanto Melquisedec como Cristo son considerados reyes de justicia y paz. Al citar a
Melquisedec y su sacerdocio único en su tipo, el escritor muestra que el nuevo
sacerdocio e Cristo es superior al de la antigua orden Levítica y el sacerdocio de
Aarón (Hebreos 7:1-10).
Jesús realizó incontables milagros, sin embargo, la gran mayoría de la gente no creyó
en Él. Si en la actualidad Dios realizara milagros como los que hizo en el pasado,
ocurriría el mismo resultado. La gente quedaría asombrada y creería en Dios por un
corto tiempo. La fe sería superficial y desaparecería al momento en que algo
inesperado o amenazante ocurriera. Una fe basada en milagros no es una fe madura.
Dios realizó el milagro más grande de todos los tiempos al venir al mundo en la forma
humana de Jesucristo, para morir en la cruz por nuestros pecados (Romanos 5:8),
para que pudiéramos ser salvados (Juan 3:16). Dios aún realiza milagros – muchos de
ellos simplemente pasan inadvertidos o son negados. Sin embargo, no necesitamos más
milagros. Lo que necesitamos es creer en el milagro de la salvación a través de la fe en
Jesucristo.
Jesús realizó incontables milagros, sin embargo, la gran mayoría de la gente no creyó
en Él. Si en la actualidad Dios realizara milagros como los que hizo en el pasado,
ocurriría el mismo resultado. La gente quedaría asombrada y creería en Dios por un
corto tiempo. La fe sería superficial y desaparecería al momento en que algo
inesperado o amenazante ocurriera. Una fe basada en milagros no es una fe madura.
Dios realizó el milagro más grande de todos los tiempos al venir al mundo en la forma
humana de Jesucristo, para morir en la cruz por nuestros pecados (Romanos 5:8),
para que pudiéramos ser salvados (Juan 3:16). Dios aún realiza milagros – muchos de
ellos simplemente pasan inadvertidos o son negados. Sin embargo, no necesitamos más
milagros. Lo que necesitamos es creer en el milagro de la salvación a través de la fe en
Jesucristo.
El bautismo por inmersión, mientras que es el modo más bíblico de identificarse con
Cristo, no es (como algunos creen) un pre-requisito para la salvación. Es más bien un
acto de obediencia al mandato de ―arrepiéntanse y bautícense‖ (Hechos 2:38)
Aquellos que creen en la regeneración bautismal fracasan en entender que es el
―arrepentimiento‖ la parte necesaria para la salvación, no el acto por el cual
declaramos ese arrepentimiento ante el mundo.
Obviamente, para mucha gente, no será aceptable el que simplemente se diga que hay
un solo Dios porque así lo dice la Biblia. Esto es porque en primer lugar, sin Dios no
hay manera de probar que la Biblia sea Su palabra. Sin embargo, uno podría argüir
que, puesto que la Biblia contiene la mayor evidencia sobrenatural confiable,
confirma lo que enseña y el monoteísmo puede ser afirmado dentro de estos términos.
Un argumento similar serían las creencias y enseñanzas de Jesucristo, quien
comprobó que Él era Dios (o al menos aprobado por Dios), por Su milagroso
nacimiento, Su vida y el milagro de Su resurrección. Dios no puede mentir o engañar;
por lo tanto, lo que Jesús creía y enseñaba era verdad. De esta manera, el monoteísmo
en el cual Jesús creía y enseñaba, es verdadero. Este argumento puede no ser muy
impresionante para aquellos que no están familiarizados con el caso de las
confirmaciones sobrenaturales de la Escritura y Cristo, pero este es un buen lugar
para comenzar para alguien que está familiarizado con su validez.
2. Puesto que Dios es totalmente un ser perfecto, entonces no puede haber un segundo
Dios, porque éstos deberían diferir en alguna manera, y el diferir de esa completa
perfección es ser menos perfecto y ya no ser Dios.
Alguien querría argumentar que muchos de estos puntos no excluirían a una sub-clase
de ―dioses‖, y está bien. Aunque sabemos que esto es bíblicamente imposible, no hay
nada de malo en ello, en teoría. En otras palabras Dios pudo haber creado una sub-
clase de ―dioses‖ pero sucede que en este caso no lo hizo. Si Él lo hubiera hecho, estos
―dioses‖ serían solamente limitadas cosas creadas – probablemente muy parecidos a
los ángeles (p.e. Salmo 82) . Esto no daña el caso para el monoteísmo, el cual no dice
que no puedan haber otros seres espirituales – solo que no puede existir la presencia
de otro Dios.
Los mormones creen que de hecho hay cuatro fuentes de palabras divinamente
inspiradas, en vez de una sola. 1) La Biblia ―en tanto esté traducida correctamente‖.
No siempre aclaran cuáles son los versos que están incorrectamente traducidos. 2) El
Libro del Mormón fue ―traducido‖ por Smith y publicado en 1830. Smith aseguraba
que es el ―libro más correcto‖ del mundo, y que una persona puede acercarse a Dios,
siguiendo sus preceptos, ―más que con cualquier otro libro‖. 3) Doctrina y Convenios
son considerados Escritura por los mormones, conteniendo una colección de
modernas revelaciones, en cuanto a ―la Iglesia de Jesucristo, como ha sido
restaurada‖ 4) La Perla de Gran Precio es considerada por los mormones como
―clarificadora‖ de doctrinas y enseñanzas que faltaron en la Biblia y añade su propia
información acerca de la creación del mundo.
Los mormones creen estas cosas acerca de Dios: Que Él no siempre ha sido el Ser
Supremo del universo, sino que alcanzó ese estatus a través de una vida justa y un
esfuerzo persistente. Creen que Dios el Padre tiene un ―cuerpo de carne y hueso tan
tangible como el de un hombre‖ Aunque ya abandonado por los modernos líderes
mormones, Brigham Young creyó que Adán realmente era Dios y el padre de
Jesucristo. Los cristianos sabemos esto acerca de Dios: hay Un solo y verdadero Dios
(Deuteronomio 6:4, Isaías 43:10, 44:6-8), que Él siempre ha sido y siempre existirá
(Deuteronomio 33:27a, Salmo 90:2, 1 Timoteo 1:17), y que Él no fue creado, sino que
Él es el Creador (Génesis capítulo 1; Salmo 24:1; Isaías 37:16). Él es perfecto y nadie
más es igual a Él (Salmo 86:8; Isaías 40:25). Dios el Padre no es un hombre, ni nunca
lo ha sido (Números 23:19; 1 Samuel 15:29; Oseas 11:9) Él es Espíritu (Juan 4:24), y
un Espíritu no está hecho de carne y hueso (Lucas 24:39).
Los mormones creen que hay tres diferentes niveles de reinos en la vida venidera: El
Reino Celestial, el Reino Terrenal, el Reino Telestial y las tinieblas exteriores. Donde
la raza humana terminará, dependiendo de lo que hayan creído y hecho en esta vida
mortal. La Biblia nos dice que después de la muerte, vamos al Cielo o al Infierno,
dependiendo si pusimos o no nuestra fe en Jesucristo. Al estar ausentes de nuestros
cuerpos como creyentes significa que estamos con el Señor (2 Corintios 5:6-8). Los
incrédulos son enviados al Infierno, o el lugar de los muertos (Lucas 16:22-23).
Cuando Jesús venga por segunda vez, nosotros recibiremos nuevos cuerpos (1
Corintios 15:50-54). Habrá nuevos cielos y nueva tierra para los creyentes
(Apocalipsis 21:1), y los incrédulos serán echados en un eterno lago de fuego
(Apocalipsis 20:11-15). No hay una segunda oportunidad para redención después de la
muerte (Hebreos 9:27).
Los líderes han creído que la encarnación de Jesús fue el resultado de una relación
física entre Dios el Padre y María. Ellos creen que Jesús es un Dios, pero que
cualquier ser humano también puede convertirse en un dios. Históricamente los
cristianos han creído que Dios es Trino y que Él ha existido eternamente como el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Mateo 28:19). Nadie puede alcanzar el estatus de
Dios, sólo Él es santo (1 Samuel 2:2). Nosotros solo podemos ser hechos santos a la
vista de Dios a través de la fe en Él (1 Corintios 1:2). Jesús es el unigénito Hijo de Dios
(Juan 3:16) y es el Único que jamás ha vivido una vida sin pecado, libre de culpas,
quien ahora tiene el más alto lugar de honor en el Cielo (Hebreos 7:26). Jesús y Dios
son uno en esencia, Jesús ha sido el Único que ha existido antes de su nacimiento físico
(Juan 1:1-8, 8:56) Jesús se dio a Sí Mismo por nosotros como un sacrificio, y Dios le
levantó de los muertos, y un día todos confesarán que Jesucristo es el Señor
(Filipenses 2:6-11). Jesús nos dice que es imposible ir al Cielo por nuestras propias
obras, solo será posible si ponemos nuestra fe en Él. (Mateo 19:26). Y muchos no
creerán en Él (Mateo 7:13) ―Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta,
y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella.‖
Todos merecemos el castigo eterno por nuestros pecados, pero el amor y la gracia
infinita de Dios nos ha dado una salida. ―Porque la paga del pecado es muerte, mas la
dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro‖ (Romanos 6:23).
Está claro que solo hay una manera de recibir la salvación; conociendo a Dios y a Su
Hijo, Jesús (Juan 17:3). No es obtenida por obras, sino por fe (Romanos 1:17, 3:28)
Cuando tenemos esta fe, somos automáticamente más obedientes a las leyes de Dios y
somos bautizados en el amor por Él, pero no porque esto sea un requerimiento para la
salvación, sino como consecuencia de ella Podemos recibir este regalo sin importar
quienes somos o lo que hayamos hecho (Romanos 3:22). ―Y en ningún otro hay
salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que
podamos ser salvos.‖ (Hechos 4:12) Aunque los mormones usualmente son personas
amigables, amorosas y amables – están involucrados en una religión falsa que
distorsiona la naturaleza de Dios, la Persona de Jesucristo y el significado de la
salvación.
Mateo sufrió el martirio en Etiopía, habiendo muerto por una herida de espada. Juan
enfrentó el martirio cuando fue hervido en un enorme caldero de aceite hirviendo
durante una ola de persecución en Roma. Sin embargo, fue librado milagrosamente
de la muerte. Entonces fue sentenciado a las minas en la prisión de la isla de Patmos, y
fue ahí donde escribió su libro profético del ―Apocalipsis‖. Posteriormente, el apóstol
Juan fue liberado y llevado de regreso a lo que hoy conocemos como Turquía. Él
murió muy viejo y fue el único de los apóstoles que murió pacíficamente.
En ninguna parte, la Biblia prohíbe que las mujeres trabajen fuera de casa. Sin
embargo, la Biblia sí enseña lo que deben ser las prioridades de la mujer. Si el
trabajar fuera de casa, ocasiona que la mujer descuide a sus hijos y esposo, entonces
está mal que esa mujer trabaje fuera de casa. Si una mujer cristiana puede trabajar
fuera de casa, y aún así brindar un ambiente de amor y cuidado para sus hijos y
esposo, entonces es perfectamente aceptable que una mujer trabaje fuera de casa.
1ª Timoteo 2:11-12 proclama, ―La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.
Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar
en silencio‖. En la iglesia, Dios asigna diferentes roles a los hombres y a las mujeres.
Este es el resultado de la manera en que la humanidad fue creada (1ª Timoteo 2:13) y
la manera en la que el pecado entró en el mundo (2ª Timoteo 2:14). Dios, a través de
los escritos del Apóstol Pablo, restringe a las mujeres de servir en roles de autoridad
de enseñanza espiritual sobre los hombres. Esto impide a las mujeres servir como
pastoras, lo cual definitivamente incluye predicar, enseñar y tener autoridad
espiritual sobre los hombres.
Hay muchas ―objeciones‖ a este punto de vista de tener a las mujeres en el ministerio /
mujeres pastoras. Una objeción común es que Pablo restringe a las mujeres de
enseñar porque en el siglo primero, las mujeres por regla general eran incultas. Sin
embargo, en ninguna parte de 1ª Timoteo 2:11-14 menciona el nivel de instrucción. Si
la educación era un requisito para el ministerio, la mayoría de los discípulos de Jesús
probablemente no habrían calificado. Una segunda objeción común era que Pablo
solamente restringía enseñar a las mujeres de Efeso (1ª Timoteo fue escrita a Timoteo,
un pastor en la iglesia de Efeso). La ciudad de Efeso fue conocida por su templo de
Artemisa, una diosa falsa griega/romana. Las mujeres eran la autoridad en la
adoración de Artemisa. Sin embargo, en ningún lugar del libro de 1ª Timoteo, Pablo
la menciona, tampoco menciona la adoración a Artemisa como una razón para las
restricciones en 1ª Timoteo 2:11-12.
Una tercera objeción común es que Pablo solamente se está refiriendo a los esposos y
las esposas, no a los hombres y a las mujeres en general. Las palabras en griego en 1ª
Timoteo 2:11-14 podrían referirse a esposos y esposas. Sin embargo, el significado
básico de las palabras son hombre y mujer. Adicionalmente, las mismas palabras en
griego son utilizadas en los versículos 8-10. ¿Solo los esposos deben orar en todo lugar,
levantando manos santas, sin ira ni contienda (versículo 8)? ¿Solo las esposas deben
vestirse con ropa decorosa, con pudor y modestia; tener buenas obras y adorar a Dios
(versículos 9-10)? Por supuesto que no. Los versículos 8 al10 claramente se refieren a
los hombres y mujeres en general, no solamente a los esposos y a las esposas. No hay
nada en el contexto que debiera indicar un cambio para esposas y esposos en los
versículos 11 al 14.
En el libro de los Hechos, el capítulo 18, Priscila y Aquila son presentados como
ministros fieles de Cristo. El nombre de Priscila es mencionado primero, indicando
probablemente que ella era más ―prominente‖en el ministerio que su esposo. Sin
embargo, en ninguna parte se describe a Priscila participando en una actividad de
ministerio que esté en contradicción con 1ª Timoteo 2:11 al 14. Priscila y Aquila
llevaron a Apolos a su hogar y fue discipulado por ellos, explicándole la Palabra de
Dios con exactitud (Hechos 18:26).
1ª Timoteo 2:11-12 proclama, ―La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.
Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar
en silencio‖. En la iglesia, Dios asigna diferentes roles a los hombres y a las mujeres.
Este es el resultado de la manera en que la humanidad fue creada (1ª Timoteo 2:13) y
la manera en la que el pecado entró en el mundo (2ª Timoteo 2:14). Dios, a través de
los escritos del Apóstol Pablo, restringe a las mujeres de servir en roles de autoridad
de enseñanza espiritual sobre los hombres. Esto impide a las mujeres servir como
pastoras, lo cual definitivamente incluye predicar, enseñar y tener autoridad
espiritual sobre los hombres.
Hay muchas ―objeciones‖ a este punto de vista de tener a las mujeres en el ministerio /
mujeres pastoras. Una objeción común es que Pablo restringe a las mujeres de
enseñar porque en el siglo primero, las mujeres por regla general eran incultas. Sin
embargo, en ninguna parte de 1ª Timoteo 2:11-14 menciona el nivel de instrucción. Si
la educación era un requisito para el ministerio, la mayoría de los discípulos de Jesús
probablemente no habrían calificado. Una segunda objeción común era que Pablo
solamente restringía enseñar a las mujeres de Efeso (1ª Timoteo fue escrita a Timoteo,
un pastor en la iglesia de Efeso). La ciudad de Efeso fue conocida por su templo de
Artemisa, una diosa falsa griega/romana. Las mujeres eran la autoridad en la
adoración de Artemisa. Sin embargo, en ningún lugar del libro de 1ª Timoteo, Pablo
la menciona, tampoco menciona la adoración a Artemisa como una razón para las
restricciones en 1ª Timoteo 2:11-12.
Una tercera objeción común es que Pablo solamente se está refiriendo a los esposos y
las esposas, no a los hombres y a las mujeres en general. Las palabras en griego en 1ª
Timoteo 2:11-14 podrían referirse a esposos y esposas. Sin embargo, el significado
básico de las palabras son hombre y mujer. Adicionalmente, las mismas palabras en
griego son utilizadas en los versículos 8-10. ¿Solo los esposos deben orar en todo lugar,
levantando manos santas, sin ira ni contienda (versículo 8)? ¿Solo las esposas deben
vestirse con ropa decorosa, con pudor y modestia; tener buenas obras y adorar a Dios
(versículos 9-10)? Por supuesto que no. Los versículos 8 al10 claramente se refieren a
los hombres y mujeres en general, no solamente a los esposos y a las esposas. No hay
nada en el contexto que debiera indicar un cambio para esposas y esposos en los
versículos 11 al 14.
En el libro de los Hechos, el capítulo 18, Priscila y Aquila son presentados como
ministros fieles de Cristo. El nombre de Priscila es mencionado primero, indicando
probablemente que ella era más ―prominente‖en el ministerio que su esposo. Sin
embargo, en ninguna parte se describe a Priscila participando en una actividad de
ministerio que esté en contradicción con 1ª Timoteo 2:11 al 14. Priscila y Aquila
llevaron a Apolos a su hogar y fue discipulado por ellos, explicándole la Palabra de
Dios con exactitud (Hechos 18:26).
(2) El estilo de la música. Tristemente, la cuestión de los estilos musicales puede ser
muy divisible entre los cristianos. Hay cristianos que demandan inflexiblemente, que
no deben usarse instrumentos musicales. Hay cristianos que solo desean cantar los
himnos ―antiguos de la fe.‖ Hay cristianos que quieren más ritmo y música
contemporánea. Hay cristianos que aseguran poder adorar mejor en un ambiente
estilo ―concierto de rock.‖ En lugar de reconocer estas diferencias como preferencias
personales y diferencias culturales, algunos cristianos declaran que su preferencia en
el estilo de la música es el único ―bíblico‖ y declaran a todas las demás formas de
música en el mejor de los casos, como profana, sino hasta satánica.
Es un hecho que cualquier cosa que una persona permita que ocupe su mente, tarde o
temprano influirá en su plática y sus acciones. Esta es la premisa detrás de Filipenses
4:8 y Colosenses 3:2,5 para establecer patrones saludables para la mente. Segunda de
Corintios 10:5 dice que debemos hacerlo ―llevando cautivo todo pensamiento a la
obediencia a Cristo‖ Estas Escrituras nos dan una clara imagen de la clase de música
que no debemos escuchar.
Obviamente, la mejor clase de música que podemos escuchar es aquella que alaba y
glorifica a Dios. Hay muchos músicos cristianos talentosos en casi cualquier género de
música, con un rango que va desde lo clásico, hasta el rock, rap y reggae. No hay nada
inherentemente malo con ningún estilo de música en especial. Es la letra la que
determina si una canción es ―aceptable‖ para que un cristiano la escuche. Pero si un
estilo de música secular, ya sea en la música misma o en la letra, te lleva a pensar en, o
te involucra en algo que no glorifique a Dios, debe ser evitada.
El negar la conexión física entre María y Jesús, implicaría que Jesús realmente no fue
humano. La Escritura enseña que Jesús era totalmente humano, con un cuerpo físico
como el nuestro; el cual recibió de María. Al mismo tiempo, Jesús era totalmente Dios,
con una eterna naturaleza sin pecado. Ver Juan 1:14; i Timoteo 3:16; y Hebreos 2:14-
17.
Jesús no nació en pecado; esto es, Él no tuvo una naturaleza de pecado (Hebreos 7:26).
Parecería que la naturaleza pecaminosa es pasada de generación a generación a través
del padre (Romanos 5:12, 17, 19). Pero, el Nacimiento Virginal de Jesús, evitó la
transición de la naturaleza de pecado y permitió al eterno Dios, convertirse en
perfecto hombre.
¿Por qué habrían hecho los demonios tal cosa? La Biblia no nos da una respuesta
específica. Los demonios son seres malos y torcidos – así que nada de lo que ellos
hagan debe sorprendernos. Como una motivación diferente, la mejor especulación es
que los demonios intentaban contaminar la sangre del linaje humano, a fin de impedir
la venida del Mesías – Jesucristo. Dios había prometido que el Mesías vendría del
linaje de Eva (Génesis 3:15) quien heriría a la serpiente en la cabeza – Satanás. Así
que, los demonios posiblemente intentaron impedir esto, contaminando la sangre del
linaje humano, haciendo imposible que un día naciera un Mesías sin pecado.
Nuevamente, esta no es una respuesta específicamente bíblica, pero es plausible y no
está en contradicción con nada de lo que la Biblia enseña.
¿Qué son los nefilim? De acuerdo a los hebreos y otras leyendas (el libro de Enoc y
otros escritos no bíblicos), ellos fueron una raza de gigantes y super-héroes, quienes
cometieron actos de gran maldad. Su gran tamaño y poder parecía venir de la mezcla
del ―DNA‖ demoníaco con la genética humana. Todo lo que la Biblia dice
directamente acerca de ellos, es que fueron ―valientes que desde la antigüedad fueron
varones de renombre.‖ (Génesis 6:4) Los nefilim no fueron extraterrestres, ellos
fueron literalmente, seres físicos producidos por la unión de los hijos de Dios y las
hijas de los hombres (Génesis 6:1-4).
¿Qué sucedió con los nefilim o gigantes? Los nefilim fueron una de las razones
principales para el gran diluvio en los tiempos de Noé. Inmediatamente después de
que los nefilim son mencionados, la Palabra de Dios nos dice esto, ―Y vio Jehová que
la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los
pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió
Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en Su corazón. Y dijo Jehová:
Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta
la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.‖
(Génesis 6:5-7) Así que Dios procedió a inundar el mundo entero, matando a todos y a
todo (incluyendo esta raza de gigantes) a excepción de Noé y su familia, y los animales
dentro del arca (Génesis 6:11-22).
¿Hubieron nefilims o gigantes después del diluvio? Génesis 6:4 nos dice, ―Había
gigantes en la tierra en aquellos días,…… y también después…‖ Parece que los
demonios volvieron a repetir su pecado en algún tiempo posterior al diluvio. Sin
embargo, pareciera que esto sucedió en una escala mucho menor de lo que fue antes
del diluvio. Cuando los israelitas espiaron la tierra de Canaán, ellos reportaron a
Moisés – ―También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos
nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.‖ (Números
13:33). Ahora, este pasaje no dice específicamente que los nefilim o gigantes
genuinamente estuvieran ahí, solo que los espías pensaron que vieron a los nefilim. Es
más probable que los espías se encontraron con gente muy alta en Canaán y por
error, creyeron que eran los nefilim. O, es posible que después del diluvio, los
demonios nuevamente se hubieran unido con mujeres humanas, produciendo más
gigantes. Cualquiera que haya sido el caso, estos ―gigantes‖ fueron destruidos por los
israelitas durante su invasión a Canaán (Josué 11:21-22) y más tarde en su historia
(Deuteronomio 3:11; 1 Samuel capítulo 17).
¿Qué impide que los demonios produzcan más nefilims o gigantes en la actualidad?
Parece que Dios puso fin a las uniones de demonios con humanos al colocar en
prisiones eternas a los demonios que cometieron tales actos. Judas verso 6 nos dice, ―Y
a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada,
los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día.‖
Obviamente, no todos los demonios están actualmente en ―prisiones‖, así que debió
haber habido un grupo de demonios que cometieron posteriormente graves pecados
después de la caída original. Presumiblemente, los demonios que se unieron a mujeres
humanas, son los que están en ―prisiones eternas.‖ Esto prevendría que más demonios
intentaran tales acciones.
¿Puede un cristiano tener negocios con un incrédulo?
Pregunta Cristiana: ―¿Puede un cristiano tener negocios
con un incrédulo?‖
Respuesta: Es muy común la pregunta de si un cristiano podría tener negocios con un
no creyente, o si la Biblia le prohíbe a un creyente formar una sociedad de negocios
con un incrédulo. La Escritura citada con más frecuencia es ―No os unáis en yugo
desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la
injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?‖ (2 Corintios 6:14). Muchas
veces, este verso es tomado como una prohibición contra el matrimonio de cristianos
con inconversos. El matrimonio definitivamente debe aplicarse aquí, pero no hay nada
en el contexto que lo limite al matrimonio. Todo tipo de ―yugos desiguales‖ están
prohibidos – matrimonio, amistades íntimas, lazos eclesiásticos, y sociedades de
negocios.
Segunda de Corintios 6:14 prosigue preguntando, ―¿Y qué comunión la luz con las
tinieblas?‖ Se dice que la gente tiene ―comunión o compañerismo‖ cuando comparte
algo. Los socios de negocios están unidos de tal manera que deben compartir cosas –
lo que pertenece a uno le pertenece al otro. Esto es precisamente lo que significa
―comunión o compañerismo.‖ Nuestro consejo es adherirse a la Escritura, y evitar
unirse con no creyentes. ―¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?‖ (Amos
3:3).
Pablo no está diciendo que hay tres cielos o aún tres niveles del cielo. En muchas
culturas antiguas, la gente usaba el término ―cielo‖ para describir tres diferentes
―esferas‖ – el cielo que vemos a simple vista, el espacio exterior, y el cielo espiritual.
Aunque los términos no son específicamente bíblicos, estos son conocidos comúnmente
como los cielos terrestres, celestes y celestiales. Pablo estaba diciendo que Dios lo llevó
a los cielos ―celestiales‖, como la esfera en la cual mora Dios. El concepto de tres
diferentes niveles de cielo, puede haber procedido en parte de La Divina Comedia de
Dante, en la cual él describe que tanto el cielo como el infierno, tienen nueve diferentes
niveles. Sin embargo La Divina Comedia, es una obra de ficción. La idea de los
diferentes niveles del cielo es ajena a la Escritura.
Solo aquellas obras que permanezcan a través el fuego refinador tienen valor eterno y
serán dignas de recompensa. Aquellas obras valiosas son descritas como ―oro, plata, y
piedras preciosas‖ (1 Corintios 3:12) y son aquellas cosas que son construidas sobre el
fundamento de la fe en Cristo. Las obras que no obtendrán recompensa son llamadas
―madera, heno y hojarasca‖ en el mismo pasaje, y denota no obras malas, sino
actividades vacías sin valor eterno. Las recompensas serán distribuidas en el ―tribunal
de Cristo‖ un lugar donde las vidas de los creyentes serán evaluadas únicamente para
el propósito de las recompensas. El ―tribunal‖ de los creyentes nunca se refiere al
castigo por los pecados. Jesucristo fue castigado por nuestro pecado, cuando Él murió
en la cruz, y Dios dijo acerca de nosotros: ―Porque seré propicio a sus injusticias y
nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.‖ (Hebreos 8:12). ¡Qué
glorioso pensamiento! El cristiano nunca debe temer el castigo, sino buscar las
coronas y recompensas que podamos colocar a los pies de nuestro Salvador.
Cualquier grado de castigo que contenga el infierno, es claro que este es un lugar que
se debe evitar. Desafortunadamente la Biblia asegura que la mayoría de la gente
terminará en el infierno y no en el cielo. ―Entrad por la puerta estrecha; porque
ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los
que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la
vida, y pocos son los que la hallan.‖ (Mateo 7:13-14). Lo que uno debe preguntarse es
―¿en qué camino estoy?‖ Los ―muchos‖ que están en el camino espacioso tienen una
cosa en común – ellos han rechazado a Cristo como el único camino al cielo. Jesús
dijo, ―Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí.‖
(Juan 14:6). Si Él dijo que Él era el único camino, eso es exactamente lo que quiso
decir. Cualquiera que sigue cualquier otro ―camino‖ aparte de Jesucristo, está en el
espacioso camino a la destrucción, y ya sea que haya o no diferentes niveles de castigo
en el infierno, el sufrimiento es espantoso, terrible, eterno y evitable.
Me complace decirle, que si usted se toma unos pocos minutos y considera, permitir
que Dios verdaderamente sea Dios en su vida ahora mismo, El va a probar
justamente, ¡cuán grande es El en realidad! ―Porque nada hay imposible para Dios‖
(Lucas 1:37). Talvez cicatrices de las heridas del pasado, han resultado en un
abrumador sentido de rechazo o abandono. Eso puede conducir a pensamientos o
caminos de autocompasión, enojo, amargura, deseos de venganza, temores
enfermizos, etc., eso ha causado problemas en algunas de sus relaciones más
importantes. Sin embargo, el suicidio serviría solamente para traer devastación a los
seres queridos a quienes nunca intentó herir; cicatrices emocionales con las que van a
tener que tratar el resto de sus vidas.
¿Por qué no debería cometer suicidio? Amigo, no importa cuán malas estén las cosas
en su vida, hay un Dios de amor que le está esperando, para que Le permita guiarle a
través de su túnel de la desesperación, y conducirlo hacia Su luz maravillosa. El es su
esperanza segura. Su nombre es Jesús.
Este Jesús, el inmaculado Hijo de Dios, se identifica con usted en su tiempo de rechazo
y humillación. El profeta Isaías, escribió de El, ―Subirá cual renuevo delante de él, y
como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin
atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de
dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue
menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y
sufrió él nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y
abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el
castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga (azote) fuimos nosotros curados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino;
mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros‖ (Isaías 53:2-6).
¡Amigo, Jesucristo soportó todo esto, a fin de que todos sus pecados pudieran ser
perdonados! Sepa que cualquier peso de culpa que cargue con usted, El va a
perdonarlo, si humildemente se arrepiente (vuélvase de sus pecados a Dios).
―Invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás (Salmos 50:15). Nada
que alguna vez haya hecho, es demasiado malo como para que Jesús lo perdone.
Algunos de sus siervos escogidos en la Biblia, cometieron pecados flagrantes, como
asesinato (Moisés), adulterio (Rey David), y abuso físico y emocional (Apóstol Pablo).
No obstante, encontraron perdón y una nueva vida abundante en el Señor. ―Lávame
más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado‖ (Salmos 51:2). ―De modo que si
alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son
hechas nuevas‖ (2ª Corintios 5:17).
¿Por qué no debería suicidarse? Amigo, Dios está dispuesto a reparar lo que se ha
―roto‖… concretamente, la vida que tiene ahora, que quiere terminarla con el
suicidio. El profeta Isaías escribió: ―El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí,
porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a
vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos
apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de
venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los
afligidos… se les de gloria (la corona de la belleza) en lugar de ceniza, óleo de gozo en
lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados
árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya‖ (Isaías 61:1-3).
Me complace decirle, que si usted se toma unos pocos minutos y considera, permitir
que Dios verdaderamente sea Dios en su vida ahora mismo, El va a probar
justamente, ¡cuán grande es El en realidad! ―Porque nada hay imposible para Dios‖
(Lucas 1:37). Talvez cicatrices de las heridas del pasado, han resultado en un
abrumador sentido de rechazo o abandono. Eso puede conducir a pensamientos o
caminos de autocompasión, enojo, amargura, deseos de venganza, temores
enfermizos, etc., eso ha causado problemas en algunas de sus relaciones más
importantes. Sin embargo, el suicidio serviría solamente para traer devastación a los
seres queridos a quienes nunca intentó herir; cicatrices emocionales con las que van a
tener que tratar el resto de sus vidas.
¿Por qué no debería cometer suicidio? Amigo, no importa cuán malas estén las cosas
en su vida, hay un Dios de amor que le está esperando, para que Le permita guiarle a
través de su túnel de la desesperación, y conducirlo hacia Su luz maravillosa. El es su
esperanza segura. Su nombre es Jesús.
Este Jesús, el inmaculado Hijo de Dios, se identifica con usted en su tiempo de rechazo
y humillación. El profeta Isaías, escribió de El, ―Subirá cual renuevo delante de él, y
como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin
atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de
dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue
menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y
sufrió él nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y
abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el
castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga (azote) fuimos nosotros curados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino;
mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros‖ (Isaías 53:2-6).
¡Amigo, Jesucristo soportó todo esto, a fin de que todos sus pecados pudieran ser
perdonados! Sepa que cualquier peso de culpa que cargue con usted, El va a
perdonarlo, si humildemente se arrepiente (vuélvase de sus pecados a Dios).
―Invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás (Salmos 50:15). Nada
que alguna vez haya hecho, es demasiado malo como para que Jesús lo perdone.
Algunos de sus siervos escogidos en la Biblia, cometieron pecados flagrantes, como
asesinato (Moisés), adulterio (Rey David), y abuso físico y emocional (Apóstol Pablo).
No obstante, encontraron perdón y una nueva vida abundante en el Señor. ―Lávame
más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado‖ (Salmos 51:2). ―De modo que si
alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son
hechas nuevas‖ (2ª Corintios 5:17).
¿Por qué no debería suicidarse? Amigo, Dios está dispuesto a reparar lo que se ha
―roto‖… concretamente, la vida que tiene ahora, que quiere terminarla con el
suicidio. El profeta Isaías escribió: ―El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí,
porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a
vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos
apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de
venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los
afligidos… se les de gloria (la corona de la belleza) en lugar de ceniza, óleo de gozo en
lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados
árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya‖ (Isaías 61:1-3).
¿Qué hay acerca de los Nuevos Cielos? Es importante recordar que en la mente
antigua, ―los cielos‖ se referían al cielo del espacio exterior, así como al lugar donde
habita Dios. Así que, cuando Apocalipsis se refiere a los Nuevos Cielos, está indicando
más bien el universo que será creado, una Nueva Tierra, Nuevos Cielos, un nuevo
espacio exterior. Parece como si el ―Cielo‖ de Dios también será re-creado, para dar a
todas las cosas en el universo un ―nuevo comienzo‖ ya sea físico o espiritual.
¿Tendremos acceso a los Nuevos Cielos en la eternidad? Posiblemente… ¡pero
tendremos que esperar para averiguarlo! ¡Dejemos que la Palabra de Dios de forma a
nuestro entendimiento del Cielo!
Este pasaje es extensamente claro en cuanto a que debemos obedecer al gobierno que
Dios ha puesto sobre nosotros. Dios creó a los gobiernos para establecer el orden,
castigar la maldad y promover la justicia (Génesis 9:6; 1 Corintios 14:33; Romanos
12:8). Debemos obedecer al gobierno en todo – pagando impuestos, obedeciendo sus
reglamentos y leyes, mostrando respeto, etc. Si no lo hacemos, a ultima instancia
estamos mostrando falta de respeto a Dios, porque es Él quien ha puesto a ese
gobierno sobre nosotros. Cuando el apóstol Pablo escribió Romanos 13:1-7, él estaba
bajo el gobierno de Roma durante el reinado de Nerón, quizá el más vil de todos los
emperadores romanos. Aún así Pablo reconoció al gobierno que lo gobernaba. ¿Cómo
podemos nosotros hacer menos?
En los primeros capítulos del Libro de Hechos, los primeros cristianos eran
predominantemente judíos. Cuando los gentiles comenzaron a recibir el don de la
salvación a través de Jesucristo, los judíos cristianos se encontraron ante un dilema.
¿En qué aspectos de la ley Mosaica y tradiciones judías deberían ser guiados a
obedecer los cristianos gentiles? Los apóstoles se reunieron y discutieron el asunto en
el concilio de Jerusalén (Hechos capítulo 15). La decisión fue, ―Por lo cual yo juzgo
que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se
aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.‖
(Hechos 15:19-20). La observancia del sábado no fue uno de los mandatos que los
apóstoles juzgaron necesario de imponer a los creyentes gentiles. Es inconcebible que
los apóstoles hubieran descuidado incluir la observancia del sábado, si aún fuera un
mandamiento de Dios para los cristianos.
¿Hay algo malo con adorar en sábado? ¡Absolutamente no! Debemos adorar a Dios
cada día, no solo en sábado o domingo. En la actualidad, muchas iglesias tienen
servicios tanto en sábado como en domingo. Hay libertad en Cristo (Romanos 8:21; 2
Corintios 3:17; Gálatas 5:1). ¿Debería un cristiano practicar la observancia del
Sabbath; esto es, no trabajar en sábado? Si un cristiano se siente guiado a hacerlo,
absolutamente, si, (Romanos 14:5). Sin embargo, aquellos que eligen practicar la
observancia del Sabbath, no deben juzgar a quienes no lo guardan (Colosenses 2:16).
Así mismo, aquellos que no guardan el Sabbath, deben evitar ser una piedra de
tropiezo (1 Corintios 8:9) para aquellos que lo guardan. Gálatas 5:13-15 lo resume en
una sola declaración, ―Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados;
solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor
los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. Pero si os mordéis y coméis unos a otros, mirad que
también no os consumáis unos a otros.‖
La Biblia se refiere a muchas áreas de pecado que son obstáculos para la oración
efectiva. Primero, cuando estamos viviendo de acuerdo a la carne, y no al Espíritu,
nuestro deseo de orar y nuestra habilidad y efectividad para comunicarnos con Dios
están obstaculizados. Aunque recibimos una nueva naturaleza cuando nacimos de
nuevo, esa nueva naturaleza aún reside en nuestra antiguo cuerpo y esa vieja ―tienda‖
es corrupta y pecadora. La carne puede ganar el control de nuestras acciones,
actitudes, y motivos, a menos que seamos diligentes en ―hacer morir las obras de la
carne..‖ (Romanos 8:13) y seamos guiados por el Espíritu en una correcta relación con
Dios. Solo entonces Él escuchará y responderá nuestras oraciones.
Otro gran obstáculo para la oración efectiva es nuestra duda e incredulidad. Esto no
significa, como algunos sugieren, que porque venimos a Dios convencidos de que Él
nos concederá nuestras peticiones, Él está de alguna manera obligado a hacerlo. El
orar sin dudar, significa orar con la firme creencia y entendimiento del carácter,
naturaleza y motivos de Dios. ―Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es
necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que
le buscan.‖ (Hebreos 11:6). Cuando venimos a Dios en oración, dudando de Su
carácter, propósito y promesas, lo insultamos terriblemente. Nuestra confianza debe
estar en Su habilidad para concedernos cualquier petición que esté de acuerdo con Su
voluntad y propósito para nuestras vidas y con el entendimiento de que cualquiera
que sean Sus propósitos, es la mejor situación posible. ―Pero pida con fe, no dudando
nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el
viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa
alguna del Señor.‖ (Santiago 1:6-7).
Para aquellos que pudieran estar solos y luchando con las cargas de la vida, el oír a
otros levantarlos hasta el trono de gracia, puede ser de gran ánimo. También nos
edifica en el amor y cuidado por otros mientras intercedemos por ellos. La oración
comunitaria también enseña a los creyentes jóvenes como orar y los trae a un
compañerismo íntimo con el cuerpo de Cristo. Al mismo tiempo, la oración
comunitaria solo será el reflejo de los corazones de los individuos que participan en
ella. Venimos a Dios en humildad (Santiago 4:10), verdad (Salmo 145:18), y
obediencia (1 Juan 3:21-22), con agradecimiento (Filipenses 4:6) y confianza (Hebreos
4:16). Tristemente, la oración comunitaria también se puede convertir en una
plataforma para aquellos que dirigen las palabras no a Dios, sino a sus oyentes. Jesús
nos advirtió contra ese comportamiento en Mateo 6:5-8 donde Él nos exhorta a no ser
protagónicos, verborreicos o hipócritas en nuestras oraciones, sino orar secretamente
en nuestros propios cuartos para evitar tal tentación.
No hay nada en la Escritura que sugiera que la oración comunitaria sea ―más
poderosa‖ que las oraciones individuales en el sentido de mover la mano de Dios. Es
mas, muchos cristianos valoran la oración solo como el medio para ―obtener cosas de
Dios‖ y los grupos de oración se convierten meramente en una ocasión para recitar
una larga lista de peticiones. Las oraciones bíblicas sin embargo, son multifacéticas,
que involucran todo el deseo de entrar en consciente e íntima comunión con nuestro
santo, perfecto y justo Dios. El que este Dios se incline a escuchar a Sus criaturas,
provoca alabanzas y adoración para verter en abundancia (Salmo 27:4; 63:1-8),
produce un sincero arrepentimiento y confesión (Salmo 51: Lucas 18:9-14), genera
una efusividad de gozo y acción de gracias (Filipenses 4:6; Colosenses 1:12), y crea
sinceros ruegos intercesores a favor de otros (2 Tesalonicenses 1:11; 2:16).
Las peticiones para el que ora, no se encuentran en las oraciones de Pablo o Jesús,
excepto cuando en ellas expresan sus deseos, pero siempre en sumisión a la voluntad
de Dios (Mateo 26:39; 2 Corintios 12:7-9). La oración entonces, es cooperar con Dios
para que se cumpla Su plan, no para tratar de doblegarlo a Él a nuestra voluntad.
Mientras vamos abandonando nuestros propios deseos en sumisión a Aquel que
conoce nuestras circunstancias mucho más de lo que nosotros podremos, y que ―sabe
lo que necesitamos antes de pedirlo‖ (Mateo 6:8), nuestras oraciones alcanzan su más
alto nivel. Por tanto, las oraciones ofrecidas en sumisión a la Divina voluntad, siempre
son contestadas positivamente, ya sean ofrecidas por una persona o por mil. Aquí está
el verdadero poder de la oración.
La idea de que la oración comunitaria es más efectiva para mover la mano de Dios
viene en gran parte de una mala interpretación de Mateo 18:19-20 ―Otra vez os digo,
que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa
que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están
dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.‖ Estos versos
vienen de un largo pasaje en el cual se indican los procedimientos a seguir en el caso
de la disciplina de la iglesia a un miembro que ha pecado. El interpretarlos como
prometer a los creyentes un cheque en blanco para cualquier cosa en la que acuerden
pedir a Dios, sin importar cuán pecaminosa o tonta sea, no solo no encaja en el
contexto de la disciplina eclesiástica, sino que niega el resto de la Escritura,
especialmente la soberanía de Dios y los muchos mandamientos para la obediente
sumisión de los creyentes a Su voluntad, y no a la inversa.
Además, el creer que cuando ―dos o tres están congregados‖ para orar, eleva alguna
clase de poder mágico que es automáticamente aplicado a nuestras oraciones, es una
tontería. Desde luego que Jesús está presente cuando dos o tres oran, pero Él está
igualmente presente cuando un creyente ora a solas, aún si esa persona está separada
de otros por miles de kilómetros. La mala interpretación de estos versos, nos muestra
el por qué es tan importante leer y entender los pasajes en su contexto y a la luz de
toda la Escritura.
Aunque esto puede sonar como un ejercicio inocente, este tipo de ―oración‖ no tiene
ningún soporte bíblico. De hecho, es justamente lo opuesto a la manera en que la
oración es definida en la Biblia. ―Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas
vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.‖
(Filipenses 4:6). ―En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo,
que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis
pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.‖ (Juan
16:23-24). Estos versos y otros más, describen claramente la oración como una
comunicación comprensible con Dios, no una meditación mística y esotérica.
La oración contemplativa, por diseño, se enfoca en tener una experiencia mística con
Dios. Sin embargo el misticismo es puramente subjetivo, y no se basa en la verdad o
los hechos. Sin embargo, la Palabra de Dios nos ha sido dada justamente con el
propósito de basar nuestra fe y nuestras vidas en la Verdad (2 Timoteo 3:16-17).
Agar e Ismael; Génesis 21:14-19; no fue tanto una oración, sino un clamor del corazón
por su hijo, quien estaba próximo a morir.
Acab: 1 Reyes 21:17-29; especialmente vers. 27-29; Acab ayuna y gime por la profecía
de Elías concerniente a su posteridad. Dios responde no aplicando tal maldición
durante la vida de Acab.
La mujer de la región de Tiro y Sidón: Marcos 7:24-30; para que Jesús liberara a su
hija de un demonio.
Dios hace promesas que son aplicables a todos (tanto salvos como no salvos), tales
como Jeremías 29:13: ―Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo
vuestro corazón.‖ Este fue el caso de Cornelio en Hechos 10:1-6. Pero hay muchas
promesas que de acuerdo con el contexto de los pasajes, son solo para cristianos. Los
cristianos, habiendo recibido a Cristo como su Salvador, somos animados a
acercarnos confiadamente al trono de gracia para alcanzar misericordia en tiempos
de necesidad (Hebreos 4:14-16). Se nos dice que cuando pidamos cualquier cosa de
acuerdo a la voluntad de Dios, Él nos escucha y nos concederá lo que pedimos (1 Juan
5:14-15). Hay mucha otras promesas para los cristianos concernientes a la oración
(Mateo 21:22; Juan 14:13; Juan 15:7). Por lo tanto, si, hay situaciones en las que Dios
no responde las oraciones de un no creyente. Al mismo tiempo, en Su gracia y
misericordia, Dios puede intervenir en las vidas de los inconversos en respuesta a sus
oraciones.
¿Qué es la oración intercesora?
Pregunta Cristiana: ―¿Qué es la oración intercesora?‖
Respuesta: Muy sencillo, la oración intercesora es el acto de orar en favor de otros. El
papel del mediador en la oración era común en el Antiguo Testamento (como con
Abraham, Moisés, David, Samuel, Ezequías, Elías, Jeremías, Ezequiel y Daniel.) Pero
Cristo es señalado en el Nuevo Testamento como el intercesor fundamental: y es por
ello toda la oración cristiana se convierte en intercesora, puesto que es ofrecida a Dios
por y a través de Cristo. Jesús cerró la brecha entre Dios y nosotros cuando Él murió
en la cruz. Él fue el más grande mediador (intercesor) que haya existido. Por esta
causa, ahora podemos interceder en oración a favor de otros cristianos, o por los
perdidos, pidiendo a Dios que les conceda arrepentirse de acuerdo a Su voluntad.
―Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre.‖ (1 Timoteo 2:5). ―¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más
aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también
intercede por nosotros.‖ (Romanos 8:34).
La siguiente, es solo una lista parcial de aquellos por quienes debemos ofrecer
oraciones intercesoras: Todos los que están en autoridad (1 Timoteo 2:2); ministros
(Filipenses 1:19); la iglesia (Salmos 122:6); amigos (Job 42:8); compatriotas (Romanos
10:1); los enfermos (Santiago 5:14); enemigos (Jeremías 29:7); por quienes nos
persiguen (Mateo 5:44); aquellos que nos abandonan (2 Timoteo 4:16); y por todos los
hombres (1 Timoteo 2:1).
Hay una idea errónea en el cristianismo contemporáneo, de que aquellos que ofrecen
oraciones intercesoras por otros, son una clase especial de super-cristianos, llamados
por Dios para un ministerio de intercesión. Nada podría estar más lejos de la verdad.
La Biblia es clara en que todos los cristianos son llamados a ser intercesores. Todos los
cristianos tenemos al Espíritu Santo en nuestros corazones, y, así como Él intercede
por nosotros de acuerdo con la voluntad de Dios (Romanos 8:26-27), nosotros
debemos interceder unos por otros. Esto no es un privilegio limitado a una exclusiva
elite de cristianos; este es un mandato para todos. De hecho, el no ofrecer intercesión
por otros, es pecado. ―Así que, lejos sea de mi que peque yo contra Jehová cesando de
rogar por vosotros;….‖ (1 Samuel 12:23)
Ciertamente, cuando Pedro y Pablo le pedían a otros que intercedieran por ellos, no
limitaban su petición a aquellos con un llamado especial a la intercesión. ―Así que
Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por
él.‖ (Hechos 12:5). Nótese que era toda la iglesia la que oraba por él, no solo aquellos
con el don de la intercesión. En Efesios 6:16-18, Pablo exhorta a los creyentes efesios –
a todos ellos— sobre los fundamentos de la vida cristiana. ―Sobre todo, tomad el
escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad
el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios, orando en
todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda
perseverancia y súplica por todos los santos.‖
Más aún, Pablo solicitó a los creyentes en Roma que oraran por él: ―Pero os ruego,
hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis
orando por mí a Dios.‖ (Romanos 15:30) Él también urgía a los colosenses a
interceder por él: ―Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias;
orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta
para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy
preso.‖ (Colosenses 4:2-3). En ninguna parte, en ninguna petición bíblica de
intercesión, hay alguna indicación de que solo cierto grupo de gente pudiera
interceder. Por el contrario, aquellos que buscan a otros para interceder por ellos,
pueden usar toda la ayuda que puedan conseguir. La idea de que la intercesión es el
privilegio y llamado de solo algunos cristianos, carece de base bíblica. Peor aún, es
una idea destructiva que con frecuencia conduce al orgullo, a un sentido de elitismo, y
al gnosticismo.
La Biblia en ninguna parte instruye a los creyentes en Cristo a orar a nadie más que a
Dios. La Biblia en ningún lugar anima, o aún menciona que los creyentes le pidan
oraciones a individuos en el cielo. ¿Por qué entonces, muchos católicos oran a María
y/o a los santos, o piden sus oraciones por ellos? Los católicos ven a María y a los
santos como ―intercesores‖ ante Dios. Por lo tanto, si un santo le lleva una oración a
Dios, es más efectivo que el que oremos directamente a Dios. Este concepto es
evidentemente anti-bíblico. Hebreos 4:16 nos dice que nosotros, los creyentes aquí en
la tierra, podemos ―… acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para
alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.‖
1 Timoteo 2:5 declara, ―Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los
hombres, Jesucristo hombre.‖ No hay nadie más que pueda ser mediador ante Dios
por nosotros. Si Jesús es EL ÚNICO mediador, eso indica que María y los santos no
pueden ser mediadores. Ellos no pueden ser mediadores de nuestras peticiones en
oración a Dios. Más aún, la Biblia nos dice que Jesucristo Mismo está intercediendo
por nosotros ante el Padre ―por lo cual (Jesucristo) puede también salvar
perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder
por ellos.‖ (Hebreos 7:25). Con Jesús Mismo intercediendo por nosotros, ¿por qué
necesitamos que María o los santos intercedan por nosotros? ¿A quién escuchará Dios
que sea más cercano que Su Hijo? Romanos 8:26-27 describe al Espíritu Santo
intercediendo por nosotros. Con el segundo y tercer miembro de la Trinidad ya
intercediendo por nosotros ante el Padre en el Cielo, ¿qué posible necesidad habría de
tener a María o a los santos intercediendo por nosotros?
Los Católicos argumentan que el orar a María y a los santos no es diferente a pedirle
a alguien que ore por ti aquí en la tierra. Examinemos este punto. (1) El apóstol Pablo
les pide a otros cristianos que oren por él en Efesios 6:19. Muchas Escritura describen
a creyentes orando unos por otros (2 Corintios 1:11; Efesios 1:16; Filipenses 1:19; 2
Timoteo 1:3) La Biblia en ninguna parte menciona a alguien pidiéndole a alguien más
en el Cielo que ore por ellos. La Biblia en ninguna parte describe a alguien en el Cielo
orando por alguien en la tierra. (2) La Biblia no da absolutamente ninguna indicación
de que María o los santos puedan escuchar nuestras oraciones. María y los santos no
son omniscientes. Aún glorificados en el Cielo, ellos son seres finitos con limitaciones.
¿Cómo es posible que puedan escuchar las oraciones de millones de gente? Cada vez
que la Biblia menciona el orar o hablar con los muertos, es dentro del contexto de
magia, brujería, necromancia, y adivinación – actividades que la Biblia condena
fuertemente (Levítico 20:27; Deuteronomio 18:10-13). En otra instancia, cuando es
invocado un ―santo‖ como en 1 Samuel 28:7-19, Samuel no estaba precisamente
contento de ser perturbado. Es plenamente claro que el orar a María o a los santos es
completamente diferente del pedirle a alguien aquí en la tierra que ore por ti. Esta
opción tiene una fuerte base bíblica, la otra no tiene absolutamente ninguna base en la
Biblia.
Dios no responde las oraciones basándose en quién es quien ora. Dios contesta las
oraciones basándose en que lo que se pida vaya de acuerdo a Su voluntad (1 Juan
5:14-15). No hay absolutamente ninguna base o necesidad para orar a alguien más
que solo a Dios. No hay bases para pedir a aquellos que están en el Cielo que oren por
nosotros. Solo Dios puede escuchar nuestras oraciones. Solo Dios puede responder
nuestras oraciones. Nadie en el Cielo tiene ningún mayor acceso al trono de Dios que
el que tenemos como creyentes a través de la oración (Hebreos 4:16).
El primer aspecto de la oración del pecador, es entender que todos somos pecadores.
Romanos 3:10 proclama, ―Como está escrito: no hay justo, ni aún uno.‖ La Biblia
pone muy en claro que todos hemos pecado. Todos somos pecadores en necesidad de
la misericordia y el perdón de Dios (Tito 3:5-7). A causa de nuestro pecado,
merecemos el castigo eterno (Mateo 25:46). La oración del pecador es un ruego por la
gracia en lugar del juicio. Es una solicitud por la misericordia en lugar de la ira.
El segundo aspecto de la oración del pecador es conocer lo que Dios ha hecho para
remediar nuestra condición perdida y pecaminosa. Dios fue hecho carne y llegó a ser
un ser humano en la Persona de Jesucristo (Juan 1:1,14). Jesús nos enseñó la verdad
acerca de Dios y llevó una vida perfectamente justa y libre de pecado (Juan 8:46; 2
Corintios 5:21). Jesús murió en la cruz en nuestro lugar, llevando el castigo que
nosotros merecemos. (Romanos 5:8) Jesús resucitó de los muertos para probar Su
victoria sobre el pecado, la muerte y el infierno (Colosenses 2:15; 1 Corintios el
capítulo 15). Por todo esto, podemos tener nuestros pecados perdonados y la promesa
de un hogar eterno en el Cielo – si solamente ponemos nuestra fe en Jesucristo. Todo
lo que tenemos que hacer es creer que Él murió en nuestro lugar y resucitó de la
muerte (Romanos 10:9-10). Podemos ser salvos por gracia solamente, por medio de la
fe solamente, y por Jesucristo solamente. Efesios 2:8 declara, ―Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.‖
Hacer la oración del pecador es simplemente una forma de declarar a Dios que usted
confía en Jesucristo como su Salvador. No hay palabras ―mágicas‖ que resulten en la
salvación. Es sólo la fe en la muerte de Jesucristo y su resurrección, lo que nos puede
salvar. Si usted comprende que es un pecador, y en necesidad de la salvación en
Jesucristo, usted puede hacer esta oración a Dios ahora: ―Dios, sé que soy pecador. Sé
que merezco las consecuencias de mi pecado. Sin embargo, estoy confiando en
Jesucristo como mi Salvador. Creo que Su muerte y resurrección hicieron la provisión
para mi perdón. Confío en Jesús, y sólo en Él como mi Señor y S
Lucas 11:5-13 declara, ―Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va
a él a la medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha
venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; y aquél, respondiendo desde
adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo
en cama; no puedo levantarme, y dártelos? Os digo, que aunque no se levante a
dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará
todo lo que necesite. Y yo os digo; Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se
os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se
le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si
pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un
escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?‖
Ambos pasajes nos animan a orar – ¡y a seguir orando! No hay nada malo con pedir
repetidamente la misma cosa. En tanto esté dentro de la voluntad de Dios (1 Juan
5:14-15), sigue pidiendo hasta que Dios te conceda tu petición o quite el deseo de tu
corazón. Algunas veces Dios nos fuerza a esperar la respuesta a nuestras oraciones
para enseñarnos paciencia y perseverancia. Algunas veces pedimos por algo que aún
no está en el tiempo que Dios ha determinado para nuestras vidas. Otras veces le
pedimos algo que no está de acuerdo a Su voluntad para nosotros, y Él nos dice no. La
oración no es solo el presentar nuestras peticiones a Dios, también es Dios
presentando Su voluntad a nuestros corazones. Sigue pidiendo, sigue tocando, sigue
buscando – hasta que Dios te conceda tus peticiones, o te convenza de que tu petición
no es Su voluntad para ti.
Ahora, eso no significa que no pueda incluirse una oración al recibir la salvación. Si
comprendes el Evangelio, crees que es verdad, y has aceptado a Jesús como tu
Salvador – es bueno y apropiado expresar esta fe en Dios en una oración.
Comunicarnos con Dios a través de la oración puede ser una manera de progresar, de
la aceptación los hechos acerca de Jesús como verdad, a confiar plenamente en Jesús
como Salvador. La oración puede estar relacionada con el hecho de poner tu fe en
Jesús solamente para salvación.
En muchos casos, ayunar está ligado a la oración de súplica intercesora. David oró y
ayunó por su hijo enfermo (2 Samuel 12:16), llorando ante el Señor en devota
intercesión (vv.21-22). Ester urgió a Mardoqueo y a los judíos a ayunar por ella,
mientras planeaba aparecer ante su esposo el rey (Ester 4:16). Claramente el ayuno y
la petición están aquí como uno y el mismo.
Una cosa está clara: la teología del ayuno es una teología de prioridades, en la cual se
les da a los creyentes la oportunidad de expresarse ellos mismos, en una devoción
indivisible e intensa al Señor y a los intereses de la vida espiritual. Esta devoción será
expresada mediante la abstinencia por un poco de tiempo, de cosas tan buenas y
normales como la comida y la bebida, a fin de disfrutar de un tiempo ininterrumpido
de comunión con nuestro Padre. Nuestra ―…libertad para entrar en el Lugar
Santísimo por la sangre de Jesucristo.‖ (Hebreos 10:19), ya sea ayunando o no, es una
de las partes más deleitosas de esas ―cosas mejores‖ que son nuestras en Cristo. La
oración y el ayuno no deben ser una carga o un deber, sino más bien deben ser una
celebración consagrada a la bondad y misericordia de Dios para con Sus hijos.
La palabra griega traducida ―orar en‖ el Espíritu, puede tener muchos diferentes
significados. Puede significar ―por medio de,‖ ―con la ayuda de,‖ ―en la esfera de,‖ y
―en conexión con.‖ Orando en el Espíritu no se refiere a las palabras que decimos.
Más bien se refiere a cómo es que estamos orando. Orando en el Espíritu es orar de
acuerdo a la dirección del Espíritu. Es orar por las cosas que el Espíritu nos guía a
que oremos. Romanos 8:26 nos dice, ―Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en
nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.‖
Tal vez la principal razón por la que orar en el Espíritu es vinculado con las lenguas,
se encuentra en 1 Corintios 14:15. En el contexto de la discusión sobre el don de
lenguas, Pablo menciona ―oraré con el espíritu.‖ 1 Corintios capítulo 14,
repetidamente establece que cuando una persona habla en lenguas, mientras que ella
sabe lo que está diciendo, puesto que está hablando en un lenguaje que no conoce,
nadie puede entender lo que está diciendo… a menos que alguien interprete por él. En
Efesios 6:18, Pablo nos instruye y dice ―Orando en todo tiempo con toda oración y
súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los
santos.‖ ¿Cómo debemos orar con toda perseverancia y súplica, y por los santos, si
nadie entiende lo que se dice? Por tanto, orar en el Espíritu debe ser entendido como
orando en el poder del Espíritu, y de acuerdo a Su voluntad, no como orando en
lenguas.