Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
alor que parecería apretar con más fuerza en Tasajera no ahoga el llanto y el dolor de mujeres y
hombres que hoy recuerdan a las 45 personas que murieron la mañana del 6 de julio de 2020
durante el incendio de un camión cisterna de gasolina.
En el centro de este corregimiento de Pueblo Viejo (Magdalena) se cumple a esta hora una
ceremonia religiosa a la que asisten sobrevivientes, familiares y autoridades locales.
Temas relacionados
BARRANQUILLA JUL 07
Pueblos de olvido
EDITORIAL JUL 06
Pueblos de olvido
PrevNext
A este pueblo de pescadores, ubicado a 40 minutos de Barranquilla, sobre la Troncal del Caribe,
han llegado periodistas de medios nacionales y algunos representantes de organizaciones que han
asistido a las familias y heridos la tragedia.
Mientras que en el kilómetro 47, donde se presentó el accidente, los familiares de las víctimas,
realizaron una misa, en la cancha sintética del pueblo la Alcaldía realizó un acto en
conmemoración de las 45 personas que fallecieron.
En un emotivo acto son recordadas las 45 personas que murieron hace un año en la tragedia de
#Tasajera. pic.twitter.com/ye8nl1ZD6C
Sigue el dolor
No tenía gasolina en la moto y me la llenaron. Tenía que ir a rebuscarme la comida de mis hijos
Los testimonios que los sobrevivientes entregan a los periodistas reviven los momentos de dolor
que enlutan a Tasajera.
Mujeres vestidas de negro tratan de controlar las lágrimas. Algunas no pueden sostener el llanto y
dejan escapar lamentos que reflejan la tristeza que las embarga.
“Recuerdo que había llevado dos pimpinas. Cuando las estaba acomodando me alcanzó la candela,
se me prendieron las piernas, salí corriendo en llamas hacia la carretera, hasta que de un un carro
rojo salió un hombre con un extinguidor y me apagó. Allí me quede tirado Luego vino una
ambulancia y me llevo”, cuenta Jorge Orozco, quien resultó con quemaduras de tercer grado y hoy
es vendedor de refrescos en el peaje de Tasajera.
Eder Franco otro de los sobrevivientes recuerda que también llegó a buscar gasolina al camión y
como milagrosamente se salvó.
“Ese día estaba con unos tragos, cuando me fueron avisar del camión. No tenía gasolina en la
moto y me la llenaron. Tenía que ir a rebuscarme la comida de mis hijos”, dice el hombre con el
rostro enjuagado en lágrimas.