Está en la página 1de 3

Contratiempo

Por: Laila Ramírez Nazrldin

El reloj avanza y millones de pensamientos surgen en su cabeza. ¿Qué está pasando? ¿Cómo
comenzó todo esto? ¿Por qué accedí a hacer semejante barbarie? Todo esto surgió en el
momento antes de hundir el automóvil del aquel fallecido chico.

Una pequeña tarde, iba de camino con mi cariñosa amante que con mucha prisa nos esperaba una
reservación de hotel. Descendíamos por una espesa niebla y una carretera rodeada de altos y
voluminosos árboles, cuando de repente, se aparece un auto a toda prisa enfrente de nosotros.
Intenté esquivar como pude al auto, pero este choco con mi vehículo, quedando completamente
abollado y destruido.

Miré desde lejos el choque y pude observar con pánico el terrible accidente que acababa de
suceder. Salí rápido del carro y me dirigí apresuradamente al auto destrozado. Y de inmediato,
observe el cadáver de un chico de 25 años de edad, aproximadamente, completamente
inconsciente y sin señales de vida. Me volteó hacia mi amante, que preocupada empieza a gritar
desesperada y comienza a marcar el número de la policía para describir los hechos ocurridos.

- ¡¿QUÉ HACES, ¡¿NO LLAMES A LA POLICIA?! – Le dije con voz miedosa y con pánico.

- ¿Por qué no? Hay que ayudar a este chico – Me dijo decididamente preocupada.

No podía dejar que la policía supiera todo esto, estaba completamente arruinado si alguien se
enterará de todo lo sucedido. Así que, decidí huir y dejar todo atrás lo que había sucedido. Pero….
Mi auto no enciende. Al parecer, el choque hizo que afectará los controles de arranque. ¡Aghhh!

Después de algunos minutos de desesperación, se me ocurrió el plan perfecto: sepultar cualquier


rastro o evidencia del lugar y del afectado. Obviamente, mi amante se negó. Las mujeres son muy
débiles últimamente. Solo ella tenía que quedarse en el sitio con mi carro a solucionar el arranque
y yo me dedicaría a deshacerme del cadáver. - ¡FUE UN SIERVO QUE SE NOS ATRAVESÓ! – enfatice
a causa de la desesperación.

Con fuerza, coloque al difunto en el maletero y arranque el auto hasta donde se separa la
carretera a un camino algo pantanoso y oscuro. ¡Bingo! El mejor lugar para ocultar algo. Ando por
este camino y consigo un rio. Ahora lo siguiente: Debo intentar empujar el auto con el chico
adentro. Labor difícil.

Como pude, empuje con todas mis fuerzas el carro y para mi esperanza, el auto se empezó a
hundir poco a poco en el rio, hasta que dejé de ver el techo del mismo. Un frio tenebroso me
corrió por toda mi columna. Acababa de ocultar todo y nadie me vio. O eso espero.

No puedo dejar que nadie sepa lo ocurrido. Soy un multimillonario empresario con múltiples
sumas de dinero a mi favor y un centenar de contratos que firmar. Quien supiera todo eso, sería el
fin de mi carrera, de mi fama y el fin de todo mi dinero. Tengo una esposa y una hermosa niña que
me esperan al otro lado del continente. Quebrarles el corazón a ambas sería lo peor que podría
hacerles. No podría permitir hacerme esto.

Han pasado dos meses, mis negocios van bien, mi esposa y mi hija no han sospechado nada, mi
empresa cada día va mejor y mis cuentas ni hablar. Hasta que todo cambio una tarde. Estaba
cerrando un contrato con un famosísimo empresario que me permitiría crecer aún más mi
empresa a escala mundial, pero, entra mi secretaria interrumpiendo la reunión e invitándome a
salir urgentemente. Era la policía esperándome afuera.

Me interrogaron. Como pude, oculté totalmente los hechos del desaparecido que salía todos los
días en la televisión y contuve la desesperación al mencionarme que sus padres lo han estado
ansiosamente. Quede en completa observación y mi abogado no pudo hacer mucho. Lo que me
faltaba, la policía detrás de mí. Cuanto antes intente limpiar mi expediente con mi abogado con
gran suma de dinero de por medio, pero no pudo hacer mucho.

Es ahí cuando conozco a una excelente abogada que promete ayudarme con el caso. Estaba muy
escéptico con ella, puesto que, tenía que conocer sus intenciones reales antes de continuar y
contarle todo lo sucedido. En menos de 5 horas, ella ya sabía todo. ¡Diablos, sí que es buena! Que
al descubierto y declarándome culpable ante ella y su mini audífono que tenía escondido en el
bolígrafo.

Que les puedo decir, ella pudo conocer más cerca de mí de lo que yo conocía de mí mismo. Y es así
como perdí todos mis millones, mi familia, mi reputación, mi carrera y mi empresa, a causa de un
venado en la carretera.

También podría gustarte