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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

ESCUELA DE POSGRADO

PONTIFICIA
UNIVERSIDAD
CATÓLICA
DEL PERÚ

EL ESTILO “HUAURA POLICROMO


FIGURATIVO”: INTERACCIONES ESTILÍSTICAS
E ICONOGRÁFICAS DURANTE LA SEGUNDA
MITAD DEL HORIZONTE MEDIO EN EL ÁREA
DEL NORTE CHICO DE LA COSTA DEL PERÚ

Tesis para optar el grado de Magister en


Arqueología con mención en Estudios Andinos

AUTOR
NAOTOSHI ICHIKI

ASESOR
Ph.D KRZYSZTOF MAKOWSKI HANULA

CO-ASESOR
Ph.D. JALH DULANTO BRESCIA

JURADO
Ph.D. ALEJANDRO ORTIZ RECANIERE

LIMA-PERÚ
ABRIL 2012
EL ESTILO “HUAURA POLICROMO
FIGURATIVO”: INTERACCIONES ESTILÍSTICAS
E ICONOGRÁFICAS DURANTE LA SEGUNDA
MITAD DEL HORIZONTE MEDIO EN EL ÁREA
DEL NORTE CHICO DE LA COSTA DEL PERÚ
ÍNDICE

Agradecimiento

Índice de figuras, cuadros, gráficos y anexos

Capítulo 1. Introducción…………………….……………………………………………………........1

1.1. Objetivo del estudio estilístico e iconográfico.

1.2. Ubicación geográfica del Norte Chico y el valle de Huaura.

Capítulo 2. El estilo cerámico Huaura Policromo Figurativo: Características y antecedentes de

la investigación……………......................................................................………………..............5

2.1. Propuestas de definición del estilo Huaura Policromo Figurativo.

2.2. Ubicación cronológica del estilo Huaura Policromo Figurativo.

a. Supuesta ubicación cronológica del estilo Huaura Policromo Figurativo.

b. El debate cronológico.

2.3. El estilo Huaura Policromo Figurativo y las propuestas interpretativas del fenómeno

Huari en el Norte Chico.

2.4. El estilo Huaura y el estilo Huaura Policromo Figurativo.

Capítulo 3. Marco teórico: Estilo, Interacciones e Identidades……………………………….......28

Capítulo 4. Metodología……………….………………………………………………………….......40
Capítulo 5. Características del estilo e iconografía…...........................................................….45

5.1. Morfología de la cerámica.

5.2. Técnicas de manufactura y acabado.

5.3. Análisis de la decoración.

I. Figuras antropomorfas completas en posición frontal.

II. Rostros antropomorfos en posición frontal.

III. Figuras completas de personajes con rasgos humanos y sobrenaturales en posición

frontal.

IV. Rostros de personajes antropomorfos con rasgos humanos y sobrenaturales, solos o

acompañados de una serpiente bicéfala, en posición frontal.

V. Figuras pisciformes.

VI. Felinos en posición frontal.

VII. “Animales jorobados”.

VIII. Cabezas de “Animales jorobados”.

IX. Protomes de “Animales jorobados”.

X. Aves.

XI. Serpientes.

XII. Monos.

XIII. Plantas estilizadas.

XIV. Combinaciones de penachos, plumas, plantas y “semillas”.

XV. Combinaciones de plumas, “semillas” y plantas con aspecto zoomorfo.

XVI. Combinaciones de plumas extendidas desde un círculo central.


Capítulo 6. Discusión…………………………………………………….……………...........………85

6.1. Interacciones Norte-Sur y préstamos iconográficos.

6.2. Una aproximación a las jerarquías e identidades en la iconografía Huaura Policromo

Figurativo.

Capítulo 7. Conclusiones…………………………………………………………………......……..100

Referencias citadas…………………………………………………………………….....…………104
ÍNDICE DE FIGURAS, CUADROS, GRÁFICOS Y ANEXOS:

Figuras.

- Fig. 1. Figuras y Formas de las vasijas identificadas por Usera ….……........................2

- Fig. 2. Figurina antropomorfas y Figurina de Mono……...……………………................46

- Fig. 3. Comparación de figura de Huaura Policromo Figurativo con figura estampada

encontrada en los valles de Huaura y de Chancay …….….……..................................57

- Fig. 4. Figura similar entre “Huaura Policromo Figurativo” y otro estilo cerámico.........60

- Fig.5. Comparación de cabezas con radiantes……..………………………...….............62

- Fig. 6. Comparación de cabezas felínicas………...……………………………...............76

- Fig. 7. Personajes de Humaya: Figuras femenina y masculina con tocados

diferentes…………………………………………………………………………….......……96

- Fig.8. Figurinas encontradas en Huacho………………………………………….........…96

Cuadro.

- Cuadro 1. Ubicación cronológica del estilo Huaura Policromo Figurativo y de la

cerámica asociada a ella según Usera …………………………………….…….......…….8

Gráfico.

- Gráfico 1. Cuantificación de las figuras del estilo Huaura Policromo Figurativo….......55


Lista de los Anexos.

Anexo 1: Mapas.

- Mapa 1. Ubicación de los principales valles de la costa peruana.

- Mapa 2. Ubicación de los sitios arqueológicos ubicados entre los valles de Huaura y

Fortaleza.

- Mapa 3. Ubicación de los sitios arqueológicos ubicados en los valles de Chancay y

Ancón.

Anexo 2: Tipología de cerámica.

a) Vasos.

b) Cántaros.

c) Botella.

d) Jarras.

e) Platos hondos.

f) Platos.

g) Copas.

h) Tazas.

Anexo 3: Tipología de los diseños iconográficos en la cerámica.

3.1. Clasificación de las figuras iconográficas.

I. Figuras antropomorfas completas en posición frontal.


II. Rostros antropomorfos en posición frontal.

III. Figuras completas de personajes con rasgos humanos y sobrenaturales en posición

frontal.

IV. Rostros de personajes antropomorfos con rasgos humanos y sobrenaturales, solos o

acompañados de una serpiente bicéfala, en posición frontal.

V. Figuras pisciformes.

VI. Felinos en posición frontal.

VII. “Animales jorobados”.

VIII. Cabezas de “Animales jorobados”.

IX. Protomes de “Animales jorobados”.

X. Aves.

XI. Serpientes.

XII. Monos.

XIII. Plantas estilizadas.

XIV. Combinaciones de penachos, plumas, plantas y “semillas”.

XV. Combinaciones de plumas, “semillas” y plantas con aspecto zoomorfo.

XVI. Combinaciones de plumas extendidas desde un círculo central.

3.2. Clasificación de los elementos decorativos.

A. Tocados.

B. Báculos.

C. Orejeras.
D. Collares.

E. Plumas de ave o cola de pez.

F. Plantas y “semillas”.

G. Líneas curvas con puntos decorativos.

H. Bandas que enmarcan figuras iconográficas.

I. Formas escalonadas.

J. “Chacana”.

Anexo 4: Tablas.

(I) Tablas y gráficos de cuantificación por forma y tipo cerámico.

- Tabla 1.1. Distribución espacial del estilo Huaura Policromo Figurativo en los valles

bajos del Norte Chico (incluso Huarmey-Casma).

- Tabla 1.2. Cuantificación por forma cerámica del estilo Huaura Policromo Figurativo.

- Tabla 1.3. Frecuencia de aparición del Vaso 1a en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.4. Frecuencia de aparición del Vaso 1a en el valle bajo de Chancay.

- Tabla 1.5. Frecuencia de aparición del Vaso 1b en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.6. Frecuencia de aparición del Vaso 1b en el valle bajo de Chancay.

- Tabla 1.7. Frecuencia de aparición del Vaso 1b en los valles bajos de Supe-Fortaleza.

- Tabla 1.8. Frecuencia de aparición del Vaso 1c en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.9. Frecuencia de aparición del Vaso 1c en el valle bajo de Chancay.

- Tabla 1.10. Frecuencia de aparición del Vaso 1c en los valles bajos de Supe-Fortaleza.

- Tabla 1.11. Frecuencia de aparición del Vaso 2 en el valle bajo de Huaura.


- Tabla 1.12. Frecuencia de aparición del Vaso 2 en el valle bajo de Chancay.

- Tabla 1.13. Frecuencia de aparición del Vaso 3 en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.14. Frecuencia de aparición del Vaso 3 en el valle bajo de Chancay.

- Tabla 1.15. Frecuencia de aparición del Cántaro 1 en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.16. Frecuencia de aparición del Cántaro 1 en el valle bajo de Chancay.

- Tabla 1.17. Frecuencia de aparición del Cántaro 2 en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.18. Frecuencia de aparición del Cántaro 2 en el valle bajo de Chancay.

- Tabla 1.19. Frecuencia de aparición del Cántaro 3 en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.20. Frecuencia de aparición del Cántaro 3 en el valle bajo de Chancay.

- Tabla 1.21. Frecuencia de aparición del Cántaro 3 en los valles bajos de Supe-

Fortaleza.

- Tabla 1.22. Frecuencia de aparición del Cántaro 4a en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.23. Frecuencia de aparición del Cántaro 4b en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.24. Frecuencia de aparición del Cántaro 5a en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.25. Frecuencia de aparición del Cántaro 5b en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.26. Frecuencia de aparición del Cántaro 6 en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.27. Frecuencia de aparición del Cántaro con rostro gollete 1 en el valle bajo de

Huaura.

- Tabla 1.28. Frecuencia de aparición del Cántaro con rostro gollete 2 en el valle bajo de

Huaura.

- Tabla 1.29. Frecuencia de aparición del Cántaro con rostro gollete 2 en el valle bajo de

Chancay.
- Tabla 1.30. Frecuencia de aparición de la Botella 1 en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.31. Frecuencia de aparición de la Botella 1 en el valle bajo de Chancay.

- Tabla 1.32. Frecuencia de aparición de la Botella 2 en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.33. Frecuencia de aparición de la Botella 2 en el valle bajo de Chancay.

- Tabla 1.34. Frecuencia de aparición de la Jarra 1a en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.35. Frecuencia de aparición de la Jarra 1a en el valle bajo de Chancay.

- Tabla 1.36. Frecuencia de aparición de la Jarra 1b en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.37. Frecuencia de aparición de la Jarra 2 en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.38. Frecuencia de aparición del Plato hondo 1 en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.39. Frecuencia de aparición del Plato hondo 1 en el valle bajo de Chancay.

- Tabla 1.40. Frecuencia de aparición del Plato hondo 2 en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.41. Frecuencia de aparición del Plato hondo 2 en el valle bajo de Chancay.

- Tabla 1.42. Frecuencia de aparición del Plato hondo 2 en los valles bajos de Supe-

Fortaleza.

- Tabla 1.43. Frecuencia de aparición del Plato en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.44. Frecuencia de aparición de la Copa 1 en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.45. Frecuencia de aparición de la Copa 1 en los valles bajos de Supe-

Fortaleza.

- Tabla 1.46. Frecuencia de aparición de la Copa 2 en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 1.47. Frecuencia de aparición de la Copa 2 en el valle bajo de Chancay.

- Tabla 1.48. Frecuencia de aparición de la Copa 2 en los valles bajos de Supe-

Fortaleza.
- Tabla 1.49. Frecuencia de aparición de la Taza en el valle bajo de Chancay.

(II) Tablas de cuantificación de los diseños iconográficos por sitio arqueológico.

- Tabla 2.1. En el valle bajo de Huaura.

- Tabla 2.2. En el valle bajo de Chancay.

- Tabla 2.3. En los valles bajos de Supe-Fortaleza.

- Tabla 2.4. En el valle bajo de Ancón.

(III) Tablas de cuantificación por figura y motivo.

- Tabla 3.1. Cuantificación de las figuras del estilo Huaura Policromo Figurativo.

- Tabla 3.2. Distribución espacial de las figuras antropomorfas enteras en posición

frontal.

- Tabla 3.3. Cuantificación de las figuras antropomorfas enteras en posición frontal del

valle bajo de Huaura.

- Tabla 3.4. Cuantificación de las figuras antropomorfas enteras, siempre en posición

frontal del valle bajo de Chancay.

- Tabla 3.5. Distribución espacial de los rostros antropomorfos en posición frontal.

- Tabla 3.6. Cuantificación de los rostros antropomorfos en posición frontal del valle bajo

de Huaura.

- Tabla 3.7. Cuantificación de los rostros antropomorfos en posición frontal del valle bajo

de Chancay.

- Tabla 3.8. Cuantificación de los rostros antropomorfos en posición frontal del área
entre los valles bajos de Supe-Fortaleza.

- Tabla 3.9. Distribución espacial de las figuras completas de personajes con

rasgos humanos y sobrenaturales en posición frontal.

- Tabla 3.10. Cuantificación de las figuras completas de personajes con rasgos

humanos y sobrenaturales en posición frontal del valle bajo de Huaura.

- Tabla 3.11. Cuantificación de las figuras completas de personajes con rasgos

humanos y sobrenaturales en posición frontal del área entre los valles bajos de

Supe-Fortaleza.

- Tabla 3.12. Distribución espacial de las figuras con rostros de personajes

antropomorfos con rasgos humanos y sobrenaturales, solos o acompañados de una

serpiente bicéfala, en posición frontal.

- Tabla 3.13. Cuantificación de los rostros de personajes antropomorfos con rasgos

humanos y sobrenaturales, solos o acompañados de una serpiente bicéfala, en

posición frontal del valle bajo de Huaura.

- Tabla 3.14. Cuantificación de los rostros de personajes antropomorfos con rasgos

humanos y sobrenaturales, solos o acompañados de una serpiente bicéfala, en

posición frontal del valle bajo de Chancay.

- Tabla 3.15. Cuantificación de los rostros de personajes antropomorfos con rasgos

humanos y sobrenaturales, solos o acompañados de una serpiente bicéfala, en

posición frontal del área entre los valles bajos de Supe-Fortaleza.

- Tabla 3.16. Distribución espacial de las figuras pisciformes.

- Tabla 3.17. Cuantificación de las figuras pisciformes del valle bajo de Huaura.
- Tabla 3.18. Cuantificación de las figuras pisciformes del área entre los valles bajos de

Chancay-Ancón.

- Tabla 3.19. Cuantificación de las figuras pisciformes del área entre los valle bajos de

Supe-Fortaleza.

- Tabla 3.20. Distribución espacial de los felinos en posición frontal.

- Tabla 3.21. Cuantificación de los felinos en posición frontal del valle bajo de Huaura.

- Tabla 3.22. Cuantificación de los felinos en posición frontal del valle bajo de Chancay.

- Tabla 3.23. Distribución espacial de los “Animales jorobados”.

- Tabla 3.24. Cuantificación de los “Animales jorobados” del valle bajo de Huaura.

- Tabla 3.25. Cuantificación de los “Animales jorobados” del área entre los valles bajos

de Chancay-Ancón.

- Tabla 3.26. Cuantificación de los “Animales jorobados” del área entre los valles bajos

de Supe-Fortaleza.

- Tabla 3.27. Distribución espacial de las cabezas de los “Animales jorobados’’.

- Tabla 3.28. Cuantificación de las cabezas de “Animales jorobados’’ del valle bajo de

Huaura.

- Tabla 3.29. Distribución espacial de los protomes de “Animales jorobados”.

- Tabla 3.30. Cuantificación de los protomes de “Animales jorobados” del valle bajo de

Huaura.

- Tabla 3.31. Cuantificación de los protomes de “Animales jorobados” del valle bajo de

Chancay.

- Tabla 3.32. Distribución espacial de las aves.


- Tabla 3.33. Cuantificación de las aves del valle bajo de Huaura.

- Tabla 3.34. Distribución espacial de las serpientes.

- Tabla 3.35. Cuantificación de las serpientes del valle bajo de Huaura.

- Tabla 3.36. Cuantificación de las serpientes del valle bajo de Chancay.

- Tabla 3.37. Cuantificación de las serpientes del área entre los valles bajos de Supe-

Fortaleza.

- Tabla 3.38. Distribución espacial de los Monos.

- Tabla 3.39. Cuantificación de los monos del valle bajo de Huaura.

- Tabla 3.40. Distribución espacial de las plantas con tallo vertical.

- Tabla 3.41. Cuantificación de las plantas con tallo vertical del valle bajo de Huaura.

- Tabla 3.42. Cuantificación de las plantas con tallo vertical del valle bajo de Chancay.

- Tabla 3.43. Distribución espacial de las plantas con tallo oblicuo.

- Tabla 3.44. Cuantificación de las plantas con tallo oblicuo del valle bajo de Huaura.

- Tabla 3.45. Cuantificación de las plantas con tallo oblicuo del valle bajo de Chancay.

- Tabla 3.46. Distribución espacial de las combinaciones de penachos, plumas, plantas y

“semillas”.

- Tabla 3.47. Cuantificación de las combinaciones de penachos, plumas, plantas y

“semillas” en el valle bajo de Huaura.

- Tabla 3.48. Cuantificación de las combinaciones de penachos, plumas, plantas y

“semillas” en el valle bajo de Chancay.

- Tabla 3.49. Distribución espacial de las combinaciones de plumas, “semillas” y plantas

con aspecto zoomorfo.


- Tabla 3.50. Distribución espacial de las combinaciones de plumas extendidas desde un

círculo central.

Anexo 5: Catálogo de las vasijas del estilo Huaura Policromo Figurativo.

I. Figuras antropomorfas completas en posición frontal.

II. Rostros antropomorfos en posición frontal.

III. Figuras completas de personajes con rasgos humanos y sobrenaturales en posición

frontal.

IV. Rostros de personajes antropomorfos con rasgos humanos y sobrenaturales, solos o

acompañados de una serpiente bicéfala, en posición frontal.

V. Figuras pisciformes.

VI. Felinos en posición frontal.

VII. “Animales jorobados”.

VIII. Cabezas de “Animales jorobados”.

IX. Protomes de “Animales jorobados”.

X. Aves.

XI. Serpientes.

XII. Monos.

XIII. Plantas estilizadas.

XIV. Combinaciones de penachos, plumas, plantas y “semillas”.

XV. Combinaciones de plumas, “semillas” y plantas con aspecto zoomorfo.

XVI. Combinaciones de plumas extendidas desde un círculo central.


Agradecimiento

En estas líneas quiero agradecer el apoyo, ayuda y colaboración sincera de varias

personas sin las cuales siento que no hubiera podido concluir esta tesis. En este sentido, la

investigación que entrego es producto de contribuciones académicas, amicales y familiares.

Es importante para mí agradecer al Dr. Krzysztof Makowski, pues él siempre me animó

a investigar y escribir esta tesis, dedicándome para ello varias horas de asesoría en los que me

bridaba su inestimable apoyo y consejos con gran paciencia. También estoy muy agradecido al

Dr. Marco Curatola, Coordinador del Programa de Posgrado Estudios Andinos, por permitirme

ser parte de la Maestría de Arqueología; ya que gracias a ello conocí a personas muy valiosas y

colaboradoras. De igual modo, agradezco en este momento al Dr. Jalh Dulanto, co-asesor de

esta tesis, por las orientaciones teóricas y metodológicas que se han sido aplicadas en este

trabajo; al Dr. Alejandro Ortiz, tercer jurado de la tesis, por su guía y consejos respecto al tema

iconográfico desde el punto de vista de su especialidad.

Expreso también mi gratitud a los directores y personal que labora en los museos

nacionales y privados de Lima y provincias a los que acudí para revisar y estudiar la colección

cerámica que requería esta investigación: Museo Nacional de Arqueología Antropología e

Historia del Perú , Museo Larco y Fundación Museo Amano en Lima; Museo Arqueológico

Regional de la Universidad José Faustino Sánchez Carrión, Museo Experimental de Historia y

Arqueología “Chhaqaqa Qay” en Huacho; Colegio Reino de Suecia en Humaya; Museo de sitio
de Ancón en Ancón; Museo de sitio “José de San Martín” en Huaura; Colegio Nuestra Señora

del Carmen en Paramonga; y Museo Regional de Casma “Max Uhle” en Casma. Del mismo

modo, agradezco a las personas que viven cerca al área de investigación porque me

permitieron estudiar sus colecciones privadas: Sr. Antonio Bazán en Chancay, Sr. Miguel Silva

Esquen en Huacho, y el Sr. Luis Alfredo Sánchez en Humaya.

Expreso mi profundo agradecimiento a Lucia Watson Jiménez, Úrsula Muñoz, Keiko Iju

I. y Hiromi Iju, quienes aportaron en la edición de esta tesis a través de sus revisiones y

comentarios. También me es necesario mencionar a mis amigos Sergio Barraza, Miguel Fhon,

Mario Ramos quienes me brindaban información relevante sobre mi investigación.

Finalmente, expreso mi profunda y especial gratitud a mi familia que aunque lejos

físicamente siempre estuvo cerca de mí: mis padres Yasuhiro Ichiki y Yoshiko Ichiki, mi

hermano menor Takao Ichiki y su esposa Nobue Ichiki; pues ellos con su apoyo y consejos me

dieron siempre la fuerza necesaria para no desmayar en mi esfuerzo y continuar estudiando en

el Perú.
CAPÍTULO 1

INTRODUCCIÓN

1.1. Objetivo del estudio estilístico e iconográfico.

La interacción estilística e iconográfica, como uno de los eventos dinámicos socio-

culturales, que ocurrió en el área del Norte Chico durante el período denominado Horizonte

Medio ha sido objeto de varias investigaciones arqueológicas. Esta tesis se enfoca

esencialmente en el estudio del estilo cerámico denominado Huaura Policromo Figurativo

(Fig. 1), siendo sus objetivos: aclarar sus características estilísticas e iconográficas y

circunscribir la distribución espacial del estilo cerámico y su iconografía, con la finalidad de

caracterizar el área del Norte Chico (el valle bajo de Huaura y sus alrededores) desde el

período Horizonte Medio al inicio del período Intermedio Tardío. El estilo Huaura Policromo

Figurativo presenta varios elementos iconográficos que posiblemente son influencias

recIbidas desde el Norte, Sur, Este y Oeste. Lo anterior, hace que se considere al estilo

“Huaura Policromo Figurativo” como un interesante indicador interesante para reflexionar

acerca de las relaciones sociales dentro del valle bajo de Huaura y entre este valle y los

otros a su alrededor, así como también con áreas geográficas un poco más distantes.

La presente tesis está dividida en siete capítulos. El primero, la introducción,

plantea los objetivos del estudio estilístico e iconográfico y describe el marco geográfico

del área de investigación. El segundo capítulo trata sobre las anteriores investigaciones

acerca del estilo Huaura Policromo Figurativo, el debate cronológico de los estilos

1
relacionados con él, y los modelos interpretativos del fenómeno Huari y su relación con los

asentamientos locales incluido Huaura. El siguiente capítulo define el marco teórico “Estilo”

aplicado en esta tesis. El cuarto capítulo presenta la metodología empleada en el análisis

de las vasijas cerámicas del estilo Huaura Policromo Figurativo. El quinto capítulo muestra

los resultados de la investigación y las características estilísticas e iconográficas del estilo.

Los últimos capítulos, sexto y séptimo respectivamente, proponen una discusión sobre la

interacción y prestamos iconográficos, como medios para aproximarse a las jerarquías e

identidades, representados en la iconografía del estilo Huaura Policromo Figurativo del

valle bajo de Huaura y sus alrededores durante el Horizonte Medio, y presentan las

conclusiones.

Fig. 1. Figuras y formas de las vasijas identificadas por Usera (1972: 212).

1.2. Ubicación geográfica del Norte Chico y el valle de Huaura (Anexo 1).

Los primeros hallazgos de la cerámica del estilo Huaura Policromo Figurativo

fueron reportados en el año de 1972 en el área que hoy se denomina Norte Chico. Este

nombre se hizo popular a raíz del Proyecto Arqueológico Norte Chico de Jonathan Haas y

Winifred Creamer (2006). Para estos autores, el “Norte Chico” abarca principalmente el

2
área entre los valles de Fortaleza y Huaura. Anteriormente, esta zona no fue considerada

como una unidad geográfica con un perfil cultural propio, en especial para la época

prehispánica. Así, para Ramiro Matos Mendieta (1981) la costa central del Perú se

conformaba por los litorales de los departamentos de Lima y Ancash, que a su vez estaba

subdividido en tres subáreas cultural y tradicionalmente diferentes; la primera ocupa los

valles de Casma, Paramonga, Huarmey y Supe; la segunda los valles de Chancay, Chillón,

Rímac y Lurín, tradicionalmente más integrada que la precedente; y la tercera abarca los

valles de Omas y Mala. El valle de Huaura y sus alrededores fue considerado por Matos

como una zona de frontera carente de información arqueológica concreta. Sin embargo,

como se demostrará a continuación, existen nexos que lo vinculan con el valle de Chancay

y con el área entre los valles de Fortaleza y Huaura. Por ello, para los fines de ésta

investigación se propone redefinir el Norte Chico como una subregión comprendida entre

los valles de Fortaleza y Chancay.

El valle de Huaura se ubica entre las coordenadas 10°30’ y 10°55’ de latitud Sur y

76°35’ y 77°25’ de longitud Oeste, limita hacia el norte con el valle de Supe y al sur con el

valle de Chancay. El río que le da nombre al valle desciende desde las gélidas cumbres

salpicadas de nieve a 5000 metros sobre el nivel del mar, sobre la vertiente occidental de

los Andes, hasta el desértico litoral costeño recorriendo un trayecto de aproximadamente

156,4 kilómetros; su cuenca abarca una extensión de casi 5705 km² (Instituto Geológico

Minero y Metalúrgico Dirección General de Geología 1990). Los hallazgos de la cerámica

del estilo Huaura Policromo Figurativo se vinculan con la parte baja del valle, entre los 10 y

300 metros sobre el nivel del mar, un área con 40-100mm de precipitación anual,

3
aproximadamente, donde el cultivo es posible solamente gracias a la red de riego. Los

sitios arqueológicos de finales del período del Horizonte Medio y comienzos del período

Intermedio Tardío parecen vincularse con los canales de riego cuyas tomas se sitúan en

los pisos altitudinales Yunga y Quechua entre los 500 y 3200 metros sobre el nivel del mar

(Miasta y Merino 1986).

4
CAPÍTULO 2

EL ESTILO CERÁMIO HUAURA POLICROMO FIGURATIVO: CARACTERÍSTICAS DEL

ESTILO Y ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

2.1. Propuestas de definición del estilo Huaura Policromo Figurativo.

El estudio de Luis de Usera Mata (1972) es sin duda una de las investigaciones

más importantes realizadas hasta la fecha sobre los estilos locales en el valle de Huaura.

Usera utilizó, según sus propias palabras, “como «rasgo guía» la decoración, como los

motivos representados y los colores, en los casos de ornamentación pictórica” (1972:193)

(Fig. 1). Como resultado de su análisis obtuvo 11 tipos o sub-estilos que se diferenciaban

uno del otro, principalmente, por los colores de la decoración pintada y el tratamiento de

superficie; Tipo 1: Chancay Negro sobre Blanco, Tipo 2: Chancay Blanco, Tipo 3: Huaura

Blanco sobre Rojo, Tipo 4: Huaura Blanco y Negro sobre Rojo, Tipo 5: Huaura Tricolor,

Tipo 6: Huaura Rojo y Blanco sobre Naranja, Tipo 7: Huaura Policromo Geométrico, Tipo

8: Huaura Policromo Figurativo, Tipo 9: Estampado, Tipo 10: Ordinario, y Tipo 11: Huaura

Rojo y Negro sobre Blanco. Él ubicó los tipos 5, 6 y 8 en el período Horizonte Medio. Es

importante mencionar que Usera observó correctamente que el tipo Huaura Blanco sobre

Rojo, por razones formales y cronológicas, no tenía ninguna relación con el estilo

temprano Baños de Boza del valle de Chancay. Para él, el estilo Huaura Policromo

Figurativo se caracterizaba por los diseños de caras antropomorfas de forma triangular de

color rojo oscuro limitadas por una línea negra; además, los ojos, la nariz y la boca son

blancos, pero ribeteados en negro. Son frecuentes las representaciones de manos

5
esquematizadas. En algún caso excepcional la decoración podía corresponder a un rostro

humano de diseño rectangular formado por una banda blanca ribeteada en negro por

ambos lados y de la cabeza brotaban rayos o plumas divergentes pintadas de color gris-

verdoso. Se observa también el cercano parentesco entre el tipo Huaura Rojo y el Blanco

sobre Naranja, que estableció en su artículo, y con el estilo Huaura Policromo Figurativo

en particular.

Se puede notar entonces, que Usera hizo una clasificación tipológica rígida

priorizando el criterio del acabado y en particular el color; este método entonces tiene

varias limitaciones. Se observa por ejemplo que los estilos Huaura Policromo Figurativo y

el Huaura Tricolor comparten ciertos motivos figurativos y geométricos, aunque con

diferente uso y distribución de colores. En el presente trabajo (véase Cap. 3) se emplea

una definición de estilo y un método analítico diferente al anterior en el que se toman en

cuenta los repertorios iconográficos, las modalidades decorativas, las formas de las

vasijas, entre otras variables; para de ese modo, establecer el parentesco entre el estilo

Huaura Policromo Figurativo de Usera y otros grupos estilísticos (Cruzado 2009). Lo

anterior sin duda conducirá a una redefinición de este estilo en un contexto de evidente

interacción entre los alfareros del valle de Huaura con aquellos de los valles vecinos.

2.2. Ubicación cronológica del estilo Huaura Policromo Figurativo.

a. Supuesta ubicación cronológica del estilo Huaura Policromo Figurativo.

Se enfoca aquí el tema cronológico. Como se presenta en el Cuadro 1, abajo, Luis

de Usera Mata (1972: 227) concluyó que la cerámica Huaura Policromo Figurativo

6
pertenecería a la Fase B del estilo Pachacamac, correspondiente a la época 2B del

Horizonte Medio planteado por Menzel (1968: 149). Actualmente, es posible plantear que

el Huaura Policromo Figurativo se ubicaría, esencialmente, en la segunda mitad (2B/3) del

Horizonte Medio.

Según los resultados de las investigaciones y excavaciones arqueológicas

realizadas por los arqueólogos desde la década de 1940 hasta el presente, el hallazgo de

un contexto funerario (T.1101) asociado a vasijas que presentan diseños iconográficos del

estilo Huaura Policromo Figurativo, ha sido registrado y descrito en el cuaderno de Archivo

Tello con código AT-41 de Ancón, desde la página 111 a la 118 por Julio Espejo Núñez en

1949 y 1950. Este cuaderno se encuentra guardado actualmente en el Museo Nacional de

Arqueología, Antropología e Historia del Perú. Del contexto, se pudo reconocer que las

vasijas, probablemente, pertenecerían a la segunda mitad del Horizonte Medio. Además,

en el cuaderno AT-41, Espejo Núñez indica que una de las vasijas encontradas en T.1101,

la N°12086, es considerada como correspondiente al Estilo Huaura Clásico en su

denominación.

En 1981, Ravines (1981: 125) informó que el Entierro N° 39 excavado por M.

González y A. Contreras en Ancón estaba asociado a un vaso con decoración pintada que

se puede considerar, muy probablemente, como una cerámica del estilo Huaura Policromo

Figurativo. Según Ravines (Ibid: 89), la tumba correspondería cronológicamente a finales

de la época 3 del Horizonte Medio.

7
Si bien no se han informado de más contextos arqueológicos adicionales a los

casos ya mencionados, si se han encontrados contextos asociados a cerámica que

presenta préstamos e imitaciones iconográficas del estilo Huaura Policromo Figurativo. En

la excavación dirigida por Federico Kauffmann Doig en Miramar de Ancón (1996) se

encontró, en el contexto funerario C.F. 08, un cántaro con una figura en forma de serpiente

bicéfala. Esta figura comparte la misma convención figurativa iconográfica con aquellas del

estilo Huaura Policromo Figurativo. Según Kauffmann (Ibid: 58-59), el C.F. 08 se ubica

cronológicamente en el Horizonte Medio 3.

Sur Áreas entre el sur y el norte asociadas con este estudio Norte

Menzel Kauffmann Ravines Vallejo Usera Hodtwalcker Bélisle Donnan Castillo 2000/2010

Año 1968 y 1977 1996 1994 2004/2010 1972 1996 2008 1990 Castillo et al. 2008
550-
650 1 A Mochica Medio

B
Fas
eA
A
650- Mochica
2 Fas
800
HM HPF Tardío eB
B
Fase
Tempran Fas
800- Estilo Contextos Tanguche a eC
3
850 (de 750 Fas
C.F.08 Huaura Funerarios Temprano a Transicional eA
900- 1100 Fas
950 4 Huaura del Sitio 1 (de ? d.C.) eB
a 1150
IMT de PS d.C.?)
Lambayequ
e
HM : Horizonte Medio
IMT : Intermedio Tardío
HPF : Huaura Policromo Figurativo
PS : Puerto de Supe
Cuadro 1. Ubicación cronológica del estilo Huaura Policromo
Figurativo de Usera (1972) y de la cerámica relacionada a ésta.

Durante la excavación arqueológica del Sitio 1 de Puerto de Supe, Hodtwalcker

(1996) encontró en los contextos funerarios del sitio cierta cantidad de cerámica policroma

8
(blanco, rojo, anaranjado, etc.). Ésta, aunque no presentaba ningún ejemplo

correspondiente al Huaura Policromo Figurativo mostraba algunos diseños figurativos en

forma de serpiente bicéfala. Según el investigador, los contextos funerarios encontrados

en el sitio se fechan entre el 750-1000 d.C.

Una cerámica decorada del estilo Tangueche Temprano del valle de Santa

presenta un diseño figurativo en forma de serpiente bicéfala similar al de Huaura Policromo

Figurativo, a nivel de convención figurativa iconográfica, pero de diferentes colores (Bélisle

2008: 24). Aunque Bélisle no puede datar con certeza el inicio y el fin cronológico

deTangueche Temprano, lo cierto es que se fecharía alrededor del 900 d.C.

La iconografía del Huaura Policromo Figurativo presenta cierta influencia estilística

e imitación iconográfica de los estilos de la costa norte del Perú. Así, la “Fase Temprana”

en los sitios arqueológicos de Chornancap y Chotuna que plantea Donnan (1990: 110)

corresponde aproximadamente a la segunda mitad de Horizonte Medio. También es

necesario considerar el estudio de Castillo (2000, 2008 y 2010) y sus colegas (Castilo et al.

2008) respecto a los grupos de la costa norte, ya que el desarrollo estilístico de Huaura

Policromo Figurativo se relaciona tanto con el proceso cultural norteño y con la fuerte

influencia del fenómeno cultural Huari. La transformación estilística de Mochica Tardío

(Fase B y C) al Período Transicional al inicio de la cronología del período Lambayeque

(Bernuy 2008, Castillo 2000: 147, 2010: 50-56, Castillo et al. 2008), supuestamente

corresponde a la segunda mitad del Horizonte Medio. La ubicación cronológica absoluta de

los períodos relacionados con la segunda mitad del Horizonte Medio es la siguiente

9
(Castillo 2010: 50-56): Mochica Tardío: 600-850 d.C., Transicional: de 850 d.C. a 950 d.C.,

Lambayeque: de 950 d.C.

Las últimas investigaciones y estudios estilísticos en el valle bajo de Huaura

presentados por Francisco Vallejo (2010), informan sobre los contextos funerarios de

finales de Horizonte Medio al período Intermedio Tardío. El autor, no presenta en su

publicación ninguna cerámica del estilo Huaura Policromo Figurativo proveniente de los

contextos mencionados (Vallejo 2010). Un vaso de cerámica decorado con una figura

antropomorfa, proveniente de los contextos, presenta un diseño muy similar al del estilo

Huaura Policromo Figurativo, aunque los colores son diferentes. Hasta el momento no se

ha excavado un contexto seguro asociado a cerámica de este estilo con aquella de finales

del Horizonte Medio en el valle de Huaura.

En otras palabras, hasta este punto de las investigaciones, el estilo Huaura

Policromo Figurativo, hipotéticamente, se ubicaría entre las épocas 2B y 3 del Horizonte

Medio. Los motivos iconográficos de este estilo presentan influencias sureñas (Huari) y

norteñas. Por lo tanto, es de suponer que entre la etapa 2B del Horizonte Medio y el final

del Horizonte Medio o inicio del Intermedio Tardío existieron algunas interacciones

estilísticas en el valle bajo de Huaura y sus alrededores bajo las influencias estilísticas del

norte y sur de los Andes Centrales.

b. El debate cronológico.

En sus investigaciones acerca de la Costa Central, Max Uhle (2003: 145-155)

10
percibió el cambio relacionado a la sustitución del clásico estilo Tiahuanaco Costeño por el

estilo Epigonal. Él definió a éste último como “el tipo cultural que, aunque íntimamente

relacionado con el de Tiahuanaco, es inferior a su famoso prototipo en casi todo respecto”

(Ibid: 145). Aunque Uhle fue consciente de las imperfecciones metodológicas de su

definición, el término fue aceptado por otros arqueólogos como Strong (1925) y Willey

(1943a y 1943b). Para Willey (1948) el estilo Epigonal se sitúa dentro de su Horizonte

Tiahuanaco, y se refiere a ciertas relaciones entre el estilo Tiahuanaco –en el que se

comprendía también a Huari como Tiahuanaco Costeño– por un lado y los estilos locales

por el otro. Se infiere de este término que el estilo Tiahuanaco Costeño en cierto momento

perdió vigencia y se esquematizó-simplificó, así como adquirió préstamos de las

tradiciones locales eventualmente preexistentes. Se debe considerar, que la idea de

estilos-horizontes aparece en la discusión mucho antes de los escritos de Rowe (1962),

puesto que Kroeber (1944:108-116) evaluó la posibilidad de servirse de este concepto

para afinar las propuestas de Uhle.

El aporte de Larco Hoyle (1948) a la discusión consistió en el intento de evaluar el

peso de las tradiciones de la Costa Norte en el desarrollo del área Centro Andina, y en el

reconocimiento de que la iconografía y las formas tiahuanaco se difundieron hacia el sur

por medio de Huari. Para él, la época Fusional se caracteriza por la influencia de Huari en

el norte del Perú: “se fusionan varios elementos culturales por la invasión de pueblos

provenientes de lugares apartados, que traen con ellos nuevos elementos que enriquecen

el acervo cultural de la región” (Ibid: 37). La influencia Huari se percibe en tres estilos

locales: Huari Norteño A y B, y Mochica-Huari. Es importante aclarar que Larco no

11
considera la posibilidad de una interacción en el sentido inverso de Norte a Sur.

Willey (1943a, 1943b y 1948) fue el primero en emplear sistemáticamente la idea

de estilos-horizonte, presentes ya en la obra de Kroeber, con el fin de armar una secuencia

cronológica Centro Andina. Son cinco los horizontes que conforman su secuencia: 1)

Horizonte Chavín, 2) Horizonte Blanco sobre Rojo, 3) Horizonte Negativo, 4) Horizonte

Tiahuanaco y 5) Horizonte Inca. Posteriormente, Bennett y Bird (1960 [1949]:103-114),

basándose en la cronología de Willey, agregaron el Horizonte Negro-Blanco-Rojo, que era

posterior a Tiahuanaco. De acuerdo a éstos dos autores (Ibid: 112), si bien el Horizonte

Tiahuanaco se define a partir del estilo clásico de Tiahuanaco (Bennett 1934), cuyo mayor

exponente es la Puerta del Sol de Tiahuanaco en Bolivia, hay otros varios estilos

provinciales; siendo uno de ellos el estilo Epigonal, que se desarrolla en paralelo con el

estilo Tiahuanaco Costeño. Por ende, el estilo Epigonal no se entiende como un estilo

posterior al estilo Tiahuanaco Costeño, mientras que el Horizonte Negro-Blanco-Rojo sí se

define como un fenómeno que surgió en la costa central peruana después del colapso de

Tiahuanaco y el cese de sus influencias.

La influyente cronología de Rowe recoge de manera crítica los planteamientos

anteriores de Kroeber y Willey. Rowe (1962) solamente emplea el concepto “período” para

explicar el cambio cronológico, mientras que Willey (1948: 9) utiliza el concepto de

“estadío” y el andamiaje de cronología relativa que se construye a partir de la

determinación de un continuum de cambios estilísticos. En ese sentido, los períodos de

fuerte interacción estilística “períodos-horizontes” están alternando con los “períodos

12
intermedios”, los que se caracterizan por la afirmación de estilos e iconografías locales.

Los planteamientos de Rowe (Ibid) y su secuencia maestra compuesta por los períodos: 1)

Precerámico, 2)Inicial, 3) Horizonte Temprano, 4) Intermedio Temprano, 5) Horizonte

Medio, 6) Intermedio Tardío y 7) Horizonte Tardío; fue aplicada y puesta a prueba por sus

numerosos alumnos y colaboradores (v.g. Lanning 1967).

El trabajo cronológico de Menzel (1968 y 1977) es uno de los más importantes. En

su propuesta, de uso generalizado hasta hoy, el Horizonte Medio se divide en 4 fases

denominadas “épocas”, las que se representan con números arábigos del 1 al 4. Las

épocas 1 y 2, mejor caracterizadas que las subsiguientes, se subdividen cada una en dos

subfases: A y B. Si bien para Rowe la cronología estilística debe ser completamente

objetiva y libre de ideas preconcebidas, Menzel considera que detrás de cada época hay

mecanismos socio-culturales que le son propios. En ese sentido, entre las épocas 1A y 2A

se produce una fuerte interacción entre las zonas del altiplano, la cuenca de Ayacucho y la

Costa Sur. En este contexto, los elementos estilísticos Huari de inspiración Tiahuanaco se

difunden a lo largo de los Andes Centrales y la Costa Central, cumpliendo Pachacamac un

papel fundamental en este proceso. A partir de la época 2B se iniciaría la secuencia del

ocaso del estilo Huari que adoptaría un número cada vez mayor de elementos y

convenciones locales de la costa. Como bien lo observó Knobloch (1983 y 1991), las fases

de la época 1 fueron definidas dando mayor peso al material de la sierra; en cambio, la

época 2 se caracteriza por la variabilidad observada en las colecciones de la Costa Central

y Centro-Sur. Las características de la época 3 fueron descritas tomando en cuenta las

colecciones provenientes de la Costa Centro-Norte incluyendo a Huaura, nuestra zona de

13
interés. Finalmente, la época 4 fue apenas esbozada con cierto énfasis en los valles de Ica

y Nazca y en la Costa Norte. Menzel no menciona la existencia del Estilo Huaura en el

Horizonte Medio 3, el único representante de las tradiciones locales en el Norte Chico es el

estilo Teatino. Para Ravines (1994) el estilo Huaura corresponde a la época 3 de Menzel,

reconociéndole a éste estilo la importancia que ya le había asignado antes Julio C. Tello y

sus colaboradores, entre ellos, Carrión Cachot (1951). La cronología de Menzel ha sido

aplicada a nivel local en la Costa Central del Perú hasta la década de 1990 (Kaulicke 1997:

5-14).

Según Isbell (2009), la expansión imperial de Huari empezó a colapsar en el

Horizonte Medio 2B/3 que corresponde, aproximadamente, a las Fases Huisa y Alarcón;

éste proceso le dio gran influencia socio-cultural a las localidades andinas centrales. Él ha

venido planteando el proceso de cambio estilístico desde el inicio hasta el final del

Horizonte Medio, en el centro del Imperio, basándose en los resultados de las

investigaciones y estudios de los sitios arqueológicos de Ayacucho. Sin embargo, como

indica Mercedes Cárdenas Martín (2002:460), todavía no se entiende claramente el

proceso de transición desde los estilos Lima-Nievería hasta los estilos nuevos locales en la

Costa Central. Aunque con los materiales excavados en Pachacamac se está

estableciendo la cronología del Horizonte Medio para esta zona del Perú, en el valle de

Huaura y sus alrededores también se presenta una situación similar a ésta, es decir, no es

claro el proceso transicional desde el Horizonte Medio 1A hasta el 2B y 3. Últimamente, en

Huaca Pucllana se ha encontrado fragmentaría del estilo Nievería asociada a cambios

arquitectónicos de espacios ceremoniales (Ríos y Ccencho 2009). La cerámica del estilo

14
Nievería también llegó a la Costa Norte (Castilo et al. 2008, Makowski 2008), y los nuevos

datos poco a poco ayudan a entender algunos aspectos del proceso transicional desde el

inicio hasta el colapso del fenómeno Huari en esta zona. Antes del Horizonte Medio 2B y 3,

hubo un intercambio a distancia entre la Costa Central y la Costa Norte (Valdez 2010).

Este hecho muy probablemente dio a las localidades costeñas cierta influencia socio-

cultural que las hizo iniciar una formación de nuevos estilos locales bajo la administración

hegemónica del Imperio Huari desde el Horizonte Medio 2B. El estilo Huaura Policromo

Figurativo podría ser uno de los estilos locales relacionados con este proceso; sin

embargo, todavía no es muy claro el desarrollo del valle de Huaura y sus alrededores

durante el Horizonte Medio 2B y 3 (Nelson et al. 2010). A pesar que Vallejo (2010) plantea

el proceso hipotético de cambio estilístico desde la época 2B hasta el final del Horizonte

Medio o el inicio del Intermedio Tardío en la costa de Huaura, él no menciona al estilo

Huaura Policromo Figurativo.

2.3. El estilo Huaura Policromo Figurativo y las propuestas interpretativas del fenómeno

Huari en el Norte Chico.

Como se ha mencionado, el estilo Huaura Policromo Figurativo, hipotéticamente,

se ubicaría en la segunda mitad del Horizonte Medio 2B y 3; sin embargo,

desafortunadamente, en el valle bajo de Huaura y sus alrededores aún no se ha registrado

algún asentamiento con características de centro administrativo huari. Cabe enfatizar que

la ubicación cronológica de este estilo se desprende de una de las varias maneras de

entender el fenómeno Huari.

15
De acuerdo a este escenario interpretativo, introducido por Menzel (1968 y 1977) y

aceptado por la mayoría de los investigadores hasta hoy (Lanning 1967: 127-140,

Lumbreras 1960 y 1974: 142-194, Isbell 1978, 1988, 1997, 2000, 2001 y 2009, Isbell y

McEwan 1991, Cook y Glowacki 2003, Smith y Schreiber 2006, Ochatoma 2007); durante

el Horizonte Medio 1A habría nacido un imperio expansivo capaz de controlar amplios

territorios, incluidos los de la Costa Central, mediante un sistema coercitivo y burocrático

que colapsó para el Horizonte Medio 2B y 3. La presencia de este sistema se expresaría

en el plano de la cultura material a través una red de centros administrativos y la difusión

de estilos figurativos iconográficos de origen ayacuchano relacionados a la esfera

iconográfica SAIS (Southern Andean Iconographic Seires) (Isbell 2008: 732-735). Resulta

claro que las influencias iconográficas del Sur son interpretadas como resultado de la

reaparición de las tradiciones locales luego de ocaso del Imperio Huari.

En las últimas décadas otros investigadores han planteado otras interpretaciones

alternativas. Para Shady (1982, 1988 y 1989), el mosaico de estilos registrados en la costa

durante el Horizonte Medio es el efecto de intercambios comerciales entre élites y no de

una expansión imperial. Además, todo el Horizonte Medio debe ser entendido “como efecto

de un fuerte proceso de interacción multiregional entre las sociedades andinas” (Shady

1989: 1).

Otras vías interpretativas se abren con las propuestas de Makowski (2004 y 2010),

Jennings (2006), y Santillana (2008). Para éste último, el Estado Huari es “una entidad

política que dominó extensos territorios del área andina central a través del ejercicio de

16
distintos mecanismos de poder, dada la diversidad y complejidad de otras entidades

existentes durante Horizonte Medio” (Santillana 2008: 249). Makowski, Giersz y Prządka

(2011: 254-259) sugieren de manera coincidente que los mecanismos de carácter

hegemónico tuvieron mayor importancia que el control directo territorial en el caso de la

costa y también en algunas zonas de la sierra (v.g. el caso del Callejón de Huaylas

informado por Paredes, Quintana y Linares 2000). A diferencia de la administración

territorial con sus típicas evidencias materiales como centros administrativos, caminos y

eventualmente fortificaciones; la existencia de una administración hegemónica puede ser

estudiada a través del análisis de los ajuares y otros aspectos del comportamiento

funerario. Las relaciones de dependencia entre los gobernantes locales y el poder imperial

se expresarían por la forma de los vestidos y tocados, así como a través de la parafernalia

de culto donde el estilo local imita la iconografía del estilo imperial. Otra de las expresiones

típicas de los mecanismos hegemónicos del poder son los espacios públicos destinados al

desenvolvimiento político de los comensales en el contexto de los banquetes que

acompañaban a los rituales de culto a los ancestros (Makowski 2004 y 2010). La

existencia de tales espacios fue planteada por Anders (1989 y 1991) a través de la

investigación y estudio del sitio de Azángaro, y luego por Williams, Isla y Nash para el sitio

de Cerro Baúl (Williams et al. 2001). De este modo, se plantea de manera coincidente que

el imperio no siempre estaba interesado en controlar a las poblaciones locales. Jennings

(2006), al investigar los sitios ubicados en el valle de Cotahuasi en Arequipa también indica

que el Estado Huari presentaba muy bajo control directo de las localidades.

La diversidad de estilos locales y foráneos, de imitaciones superficiales o no

17
dependería de esta compleja situación política. Makowski (2004) considera que, muy

probablemente, en Wari y Conchopata coexistían talleres como en el estilo Tiahuanaco;

talleres locales de tradición Huarpa abiertos a influencias costeñas, en particular Nazca.

Esta diversidad corresponde al mosaico de identidades étnicas y políticas ostentadas o

negociadas por los usuarios de los objetos que se congregaban en los espacios públicos

huari.

Los tres modelos anteriormente expuestos están también influenciados por el

debate sobre las características del Estado Tiahuanaco y su relación con la cuenca del

Titicaca (Janusek 2004 y 2008, Berenguer 1998). El asentamiento Tiahuanaco fue

continuamente interpretado como: 1) centro ceremonial y foco de una religión con gran

poder proselitista y simbólico (Bennett 1934, Menzel 1964, Wallace 1980), 2) capital de un

imperio panandino (Ponce 1981), 3) capital de un estado patrimonial con el control directo

de la cuenca del Titicaca y algunas colonias (Kolata 1985, 1986 y 1993), 4) capital de un

estado que realizaba la integración política y religiosa de sociedades locales diversas

(Janusek 2008, Vranich 2001 y 2008), 5) federación multiétnica de centros semi-

independientes que realizaban un intercambio de productos de subsistencia y de élite a

través de caravanas (Albarracin-Jordan 1996 y 2007, Browman 1980), y 6) centro

administrativo de una amplia red de movilización de caravana y complementariedad

económica que convergía en la cuenca del Titicaca y sus alrededores (Núñez y Dillehay

1979).

La presencia Huari en la costa nunca ha sido negada; sin embargo, las diferencias

18
respecto a la definición de sus fronteras afectan también el debate. De manera casi

concertada los arqueólogos que trabajan en la costa norte, salvo Makowski, Giersz y

Prządka (2011); consideran improbable que el Imperio Huari hubiera logrado dominar el

Estado Moche completamente. Carol Mackey (1983-1985), por ejemplo, al analizar la

cerámica norteña, llega a la conclusión de que el estilo denominado “negro-blanco-rojo”,

asignado hacia el final del Horizonte Medio, tiene su origen en varias tradiciones formales

e iconográficas además de la influencia Huari. Según ella (Mackey 1983-1985:87), la

influencia Huari no fue tan fuerte y además nota una continuidad de las tradiciones

alfareras Moche y Virú. Véronique Bélisle (2008:27), al examinar el material cerámico

proveniente de las excavaciones del Valle de Santa concluye que hay poca similitud entre

las formas y los motivos de la cerámica tricolor negro-blanco-rojo con la tradición Huari. En

cambio, se mantiene cierta continuidad con la tradición Moche a lo largo del Horizonte

Medio.

También es necesario tomar en cuenta que el colapso del fenómeno Huari durante

el Horizonte Medio 2B y 3 se vincula íntimamente a la caída de los estados Moche, los que

anticipan el ocaso de la cultura del mismo nombre (Makowski 2001b: 172). Entonces, se

tiene que poner atención a las características e historia de las relaciones políticas entre

Huari y Moche para la segunda mitad de Horizonte Medio; ya que éstas condicionaron los

mecanismos de intercambio de artefactos a larga distancia y la difusión de numerosos

rasgos de cultura material desde el Sur hacia el Norte de los Andes Centrales. Makowski

(Ibid: 172) indica que las imágenes de las deidades Huari de Ayacucho, cuya iconografía

fue inspirada en el repertorio Tiahuanaco, fueron imitadas, a menudo, de manera

19
superficial en la costa; y además que la imaginería de las deidades costeñas se enriqueció

con diversos elementos iconográficos y convenciones provenientes de la sierra. En el caso

del Norte Chico hay que considerar que las interacciones entre los estilos tecnológicos e

iconográfico-formales (diseño) tomaron como fuente a la cultura Moche, la que estuvo

presente en los valle de Casma, Culebras y Huarmey en la costa; la cultura Recuay en la

sierra contigua; las culturas sin nombre y mal definidas de origen local; y por supuesto en

el amalgama variopinto de tradiciones de la costa y sierra sur que genéricamente se

denomina “cultura Huari”.

Castillo y otros investigadores norteños han enriquecido la discusión con un

novedoso planteamiento cronológico vinculado a una interpretación particular de las

relaciones políticas entre el universo moche y el huari. Esta perspectiva se basa en las

investigaciones del sitio arqueológico de San José de Moro, un amplio cementerio y

posible centro ceremonial, sin arquitectura monumental, del Horizonte Medio. Según ellos,

las conquistas huari nunca llegaron a Lambayeque, por lo que la dominación foránea no

fue la causa del ocaso de la cultura Mochica, sino la decadencia paulatina del estado local

y su ideología. La secuencia cronológica que ellos proponen consiste de seis períodos:

Mochica Temprano, Mochica Medio, Mochica Tardío, Transicional, Chimú y Chimú-Inca,

subdivididos en fases (Castillo et al. 2008). Las fases Mochica Tardío B y C y Transicional

A y B corresponden, aproximadamente, a la segunda mitad del Horizonte Medio. Los

autores citados perciben para esos momentos un notable y variado incremento en las

imitaciones y posibles importaciones desde el Sur. Así mismo, en Mochica Medio Fase B

se registran objetos e influencias estilísticas de la Costa Central (Nievería, Pachacamac,

20
etc.), mientras que en Mochica Medio Fase C hay claras influencias de la Sierra Norte

(Cajamarca); ambas interacciones también se mantuvieron durante el periodo Transicional

A y B. Los estilos Viñaque, Pachacamac y Cajamarca mantienen su popularidad durante la

sustitución gradual del estilo Moche al estilo Lambayeque (Castillo et al. 2008: 5) conocido

también como Sicán (Shimada 1995).

San José de Moro es el primer caso de contextos funerarios en la Costa Norte y

Central sistemáticamente excavado y estudiado que demuestra de manera fehaciente la

coexistencia de estilos de origen local junto con otros provenientes de varias zonas de la

Costa y de la Sierra Central y Sur, con indudable énfasis en Ayacucho y en Tiahuanaco en

un contexto de frecuente interacción entre las fases Lima Tardío (Maranga) y Nazca Tardío

(6-9). Desde esta perspectiva resulta evidente que falta especificar cómo se interconectan

y reestructuran los elementos foráneos (sureños y norteños) y los locales con el uso de los

materiales locales e importados, en particular, en el caso de los textiles y la metalurgia. Es

muy probable que los mecanismos de conquista y los sistemas de administración no

fueran siempre los mismos en todos los valles. Si Castillo y sus colegas investigadores

tienen razón habría que admitir que la conquista no sería necesaria para que la influencia

huari se manifestara en el contexto local.

Por otro lado es también posible que la dominación por parte del los huari haya

sido corta, pero con consecuencias duraderas. Por ejemplo, Ravines (1994) sugiere que

una unidad política relativamente autónoma se habría formado en el territorio de Huaura

en el trascurso del Horizonte Medio 2. Ésta habría logrado dominar a los valles de

21
Pativilca, al Norte, y Chancay, al Sur, por un período de aproximadamente 150 años

después la caída de Huari, es decir, en las épocas 3 y 4 del Horizonte Medio (Ibid: 270-

271). Según él, el territorio de Huaura se habría convertido en un poderoso centro que

podía ejercer influencias culturales en otras zonas de la Costa Central como Ancón y

Pachacamac durante la segunda mitad del Horizonte Medio. Además, la caída del Imperio

Huari habría tenido por efecto un aislamiento cultural perceptible en la secuencia estilística

de acuerdo con los planteamientos de Menzel. Lamentablemente esta hipótesis carece de

sustento firme puesto que no se ha encontrado aún ningún asentamiento ni centros

administrativos huari en Huaura.

2.4. El estilo Huaura y el estilo Huaura Policromo Figurativo.

Se ha aceptado entre los investigadores que la cerámica del valle de Huaura y de

sus alrededores para finales del Horizonte Medio 3 y 4 estaba definida por el hipotético

colapso Huari y el inicio del período Intermedio Tardío. Además, se caracterizaba por la

decoración geométrica poco figurativa en tres colores negro-blanco-rojo, lo que la

distanciaba de la influencia Huari (Ravines 1994, Vallejo 2004, 2010). En este trabajo, el

autor ha juzgado necesario aislar dentro de la muestra, así definida, a un grupo de vasijas

que presentan diseños figurativos pintados en los tres colores arriba mencionados. La

razón de esta separación y de la “definición tentativa” del estilo Huaura Policromo

Figurativo para el Horizonte Medio 2B y 3 se debe a dos motivos. El primero, verificar si el

repertorio de diseños figurativos se relaciona de manera comprobable estadísticamente a

un repertorio definido de formas y acabados de cerámica, lo que permitiría señalar si esta

clasificación conlleva a definir una tradición estilística particular de origen local, foráneo o

22
mixto con aportes del Norte (Moche y su colapso) y/o del Sur (Huari-Tiahuanaco y su

colapso). De existir esta tradición podría haberse desarrollado de manera paralela o no

con la tradición decorativa geométrica. El otro motivo, es que el autor pretende comprobar,

en la medida de lo posible, si el desarrollo de ambas tradiciones es realmente coetáneo en

el tiempo o si la decoración geométrica sustituiría gradualmente a la figurativa para finales

de Horizonte Medio e inicios del período Intermedio Tardío, bajo las influencias de

diferentes centros culturales dominantes alrededor de Huaura en el norte y el sur de los

Andes Centrales.

La denominación “estilo Huaura” surgió a mediados del siglo XX cuando las ideas

historicistas de aquel entonces pretendían describir el desarrollo prehispánico como la

alternancia de tendencias locales, definidas como culturas con nombre particular, de

integración estilística a nivel regional en los Andes Centrales. En la exposición “Ancón:

Elementos culturales de tres épocas hallados en la Necrópolis de Ancón” efectuada en el

año de 1951, cuyo contenido se basó en los estudios realizados por Julio C. Tello, sus

alumnos y colaboradores (Carrión Cachot 1951); ya se empleaba el término “Huaura” para

sugerir la existencia de una cultura particular que se habría desarrollado en el valle de

Huaura y que habría ejercido influencias notables en la Costa Central del Perú antes de la

formación de la cultural Chancay. Carrión Cachot argumenta que “en esta época la cultura

Chavín casi desaparece y en cambio alcanza desarrollo una modalidad local a la que se le

da el nombre de Huaura debido a que es solo una manifestación de esta cultura que tiene

vasta distribución geográfica y cuyo centro principal se encuentra en el valle de Huaura”

(Carrión Cachot 1951: 5). En 1953, en las páginas del Suplemento Dominical del diario “El

23
Comercio”, Mejía Xesspe (1953) hizo el primer intento de esbozar el desarrollo de “la

cultura Huaura”. Para él como para Tello, la historia de un pueblo, de una etnicidad

particular, se expresaba por medio de la secuencia de desarrollo y ocaso del estilo y de la

cultura. Así, “Huaura” es un concepto que describe a una entidad cultural desarrollada en

el valle de Huaura.

Cirilo Huapaya Manco (1948: 95) utiliza en su artículo la denominación “Huaura”

para definir a uno de los tres estilos (los otros son Sub-Chavín1 y Sub-Huaylas) de

cerámica encontrados en las tumbas de las Necrópolis de Ancón; cada uno de éstos

caracterizado por una técnica decorativa diferente. La decoración incisa, en realidad

impresa de caña, fue considerada Sub-Chavín por la similitud formal del diseño con

aquella de la conocida fase Janabarriu, la decoración pictórica fue considerada exclusiva

para Huaura, y la decoración estampada (estampada en molde, hoy llamada Casma, Tello

1956: 305, Carrión Cachot 2005 [1959]) para Sub-Huaylas (Huapaya 1948: 95). A partir de

esos años la denominación Huaura empezó a vincularse de manera sistemática con el

particular estilo de vasijas pintadas tricolor de los períodos tardíos del Norte Chico.

El desarrollo de las prospecciones y sondeos en las décadas de los cuarenta y

cincuenta del siglo XX, así como los estudios comparativos sobre las colecciones han

permitido ubicar de manera relativamente confiable a la técnica de decoración tricolor en la

Costa Norte, Norte Chico y Costa Central durante la etapa de decadencia cultural de

Tiahuanaco (Kroeber 1944, Willey 1948). De este modo, se empezó también a establecer

1
Según Bonavia (1962: 44), el estilo Sub-Chavín de Huapaya se conoce hoy en día como el
estilo Teatino.

24
vínculos entre los estilos Huaura y Negro-Blanco-Rojo.

Posteriormente, en los años de 1950, Louis Stumer (1956: 85) creyó que el estilo

Huaura era un estilo local del Horizonte Medio que constituía el antecedente directo y

quizás el origen del estilo Negro-Blanco-Rojo. Desafortunadamente, no presentó pruebas

ni tampoco ilustraciones que apoyaran su hipótesis. Stumer (1952) comparó el material

cerámico que recolectó de la superficie del sitio arqueológico Caldera, (sitio A y B) en el

valle de Huaura, con la secuencia establecida para Ancón, y luego en el año de 1956,

planteó que el proceso de desarrollo del estilo que él denomina Tiahuanacoide (hoy estilos

de Huari), conforme con los usos de la época, habría consistido de tres etapas:

Tiahuanacoide I, II y III. Él (1956: cuadro 2) ubicó al estilo Huaura en la segunda etapa de

desarrollo, y supuso que éste habría sido un estilo local nuevo, posterior al estilo Teatino y

formado bajo la influencia norteña, sureña y del estilo estampado (cerámica en relieve y

prensada).

Cabe además recordar a propósito del término “tiahuanacoide”, que la cerámica

Negro-Blanco-Rojo de la costa peruana ha venido considerándose como el resultado de la

influencia del fenómeno “Tiahuanaco de la Costa”, llamado Huari recién a partir de la

década del setenta del siglo XX (Bawden 1996: 269-271, Shimada 1994: 145). Sin

embargo, como ya había indicado Willey (1943b:202-203), Bennett y Bird (1960: 110),

entre otros; el estilo Negro-Blanco-Rojo con diseño geométrico es considerado posterior a

la influencia avasalladora de Tiahuanaco de la Costa. Ravines (1994: 351-352) tomó como

suyos los supuestos anteriores, pero no les agregó ni evidencias ni argumentos nuevos.

25
Bajo el peso de la opinión de las autoridades académicas citadas, también en la

actualidad se utiliza la denominación “estilo Huaura” para referirse a una cultura o una

unidad socio-política cuyo centro se ubicaría en el valle bajo de Huaura desde la época 3

del Horizonte Medio de Menzel (Ravines 1994: 270). Sin embargo, sus influencias se

habrían extendido hacia la Costa Central.

En los últimos años, Francisco Vallejo (2004: 602-606) ha afirmado que el estilo

Huaura, con características particulares durante el Horizonte Medio 3 y 4 podría haber

influenciado a los valles vecinos entre Pativilca y Lurín. Sin embargo, según este autor,

para el Horizonte Medio 4 esta influencia desaparecería por completo (Ibid: 603-605). Él

supone que el estilo Huaura habría sentado alguna especie de base inicial en la formación

de los estilos cerámicos que se desarrollaron posteriormente en el período Intermedio

Tardío. Sus hipótesis se fundamentan en los resultados de las investigaciones de los

contextos funerarios del sitio arqueológico Cerro Colorado, cerca de la ciudad de Huacho y

en sus alrededores. Vallejo (2010) logra afinar la clasificación estilística analizando las

diferencias entre el estilo del Horizonte Medio y el estilo Huacho, el que, según él se

originaría en la primera mitad del período Intermedio Tardío, luego del ocaso de su

inmediato antecedente: el estilo Huaura. Desafortunadamente, en los contextos funerarios

analizados por Vallejo no se han encontrado piezas figurativas que pudieran clasificarse

como expresiones del estilo Huaura Policromo Figurativo de nuestra definición. Debe

resaltarse que este autor asume sin tener pruebas contundentes, más allá de las clásicas

hipótesis formuladas a mediados del siglo pasado, que el valle de Huaura compartía con

26
otros valles del Norte Chico y con los de la Costa Central las mismas tendencias de

desarrollo estilístico en alfarería.

27
CAPÍTULO 3

MARCO TEÓRICO: ESTILO, INTERACCIONES E IDENTIDADES

El conjunto cerámico producido bajo acciones, normas y prácticas asociadas con

algún contexto social, político, religioso y cultural, presenta una variedad formal e

iconográfica dentro del repertorio de las acciones, normas y las prácticas, y es distribuido

en un tiempo y espacio limitado. La iconografía representa algunas relaciones

jerarquizadas y diferenciadas de las entidades socio-culturales que interaccionan dentro

del área geográfica de la distribución de la cerámica y entre las áreas geográficas vecinas.

Es decir, las características formales e iconográficas del conjunto cerámico distribuido en

un tiempo y espacio particulares se producen en base a algunas acciones y

comportamientos humanos según las interacciones complejas entre las culturas diferentes:

cercanas y lejanas. De este modo, para acercarse a las características del conjunto

cerámico con diseño iconográfico en un espacio y tiempo limitado, es necesario aplicar el

concepto tradicional de “estilo” en la arqueología.

En la práctica de la investigación arqueológica el término “estilo” ha sido utilizado

para definir el resultado de la clasificación de los hallazgos y volúmenes cerámicos, a partir

del uso de los criterios considerados por cada investigador como diagnósticos y aplicados

a un espacio en un tiempo de variada duración. Las clasificaciones y por ende las

definiciones de estilo son de muy variada naturaleza, pues los investigadores otorgan

pesos diferentes a las variables concernientes a la tecnología de confección o acabado,

28
formas y diseños iconográficos. Algunos ponen énfasis en los primeros, otros en cambio

en los últimos, según la orientación epistemológica propia a su tradición académica. La

clasificación estilística es de hecho una herramienta de variada precisión; no obstante, los

estudiosos suelen asumir que el producto de esta clasificación corresponde a un patrón

cultural, a una fase histórica o es una expresión de identidad étnica y/o política de los

productores y usuarios de los artefactos de un estilo particular.

El clásico estudio de Alfred L. Kroeber (1957: 150) indica que el estilo es la

expresión material de una cultura o una civilización, entendida como la fuerza que norma

los comportamientos sociales incluyendo los hábitos tecnológicos y los modos de vida. En

esta misma línea de reflexión, Jorge Muelle (1960: 15) se sirvió de la equivalencia entre un

estilo y una complejidad local y cultural, en sus estudios sobre la Costa Central, para

demostrar la pluralidad de los desarrollos sociales, pero con la precisión de que el estilo es

sólo un aspecto y una dimensión de una cultura. En consecuencia, resulta necesario

precisar las diferencias entre el estilo artístico y el estilo como calidad de artefactos, ambos

componentes de la cultura material del pasado.

Si bien es cierto que, a decir de Makowski (2001a: 166), “la interacción entre estilos

de la cerámica decorada de uso ceremonial, y el cambio continuo de formas y diseños son

cómodos indicadores del transcurrir del tiempo en cualquier arqueología regional”; éstos

no se constituyen en los mejores y más directos referentes para definir identidades y

procesos sociales tal como se pensaba antes de los años sesenta del siglo pasado. En la

temática de la arqueología regional andina se mantiene aún el paradigma falaz, planteado

29
con fuerza en el período entre guerras, sobre la perfecta equivalencia entre el área de

distribución de un estilo y sus tendencias de difusión, y entre el área étnica y la lingüística,

así como los movimientos migratorios (Makowski et al. 2008: 271-274). Esta manera de

entender las culturas prehistóricas como espacios y tiempos saturados de manera

uniforme por artefactos de un estilo homogéneo, propio a una sociedad o un grupo étnico

en particular, se debe a la extrapolación hacia el pasado del concepto decimonónico del

estado-nación y de su territorio saturado por la producción industrial en serie (véase

Sackett 1990 y Makowski 2009).

El paradigma mencionado fue sometido a una fuerte y bien fundamentada crítica

desde diferentes perspectivas. En primera instancia, poco a poco se ha difundido el

consenso de que las identidades étnicas no son ni eternas ni monolíticas, sino que se

construyen, se adoptan y se negocian al igual que las identidades políticas o religiosas

(Makowski et al. 2008: 271-274, Makowski 2010a: 72-75). El impulso que desencadena el

mecanismo de afirmación de la identidad es el conflicto con el “otro”, el vecino, el

competidor, el conquistador. Por esto, después de la Segunda Guerra Mundial hasta el

presente, los arqueólogos han venido revisando las relaciones entre la etnicidad, los

materiales culturales y la frontera (Sackett 1990; Stark 1998, 2006: 231-350). Estos

estudios precedentes han resaltado que en algunos territorios se cruzan y se superponen

de modo complejo diferentes etnicidades y materiales culturales locales y foráneos. Así,

las fronteras no son fijas, sino que se mueven y/o sobreponen y los territorios pueden ser

continuos o constituirse en archipiélagos (Murra 2002, Shimada 1982 y 1985). En las

sociedades complejas las identidades étnicas, políticas y religiosas de productores,

30
distribuidores y usuarios raramente coinciden. Por lo tanto, los mapas de distribución de

variables estilísticas no concuerdan necesariamente con el mapa lingüístico, étnico o

político (Makowski et al. 2008, Makowski 2009 y 2010a y b). He aquí algunos ejemplos del

debate académico sobre el tema del estilo en las últimas cuatro décadas.

Una de las polémicas más famosas en el seno de la New Archaeology concierne

justamente al concepto de estilo. Binford (1986) y Wiesnner (1983 y 1985) postularon que

cada estilo tiene un componente icónico, es decir, una forma o un repertorio de símbolos

visibles y emblemáticos que identifican al grupo de productores y usuarios, siempre y

cuando esta forma pueda apreciarse a cierta distancia. En ese sentido la selección de una

forma rebuscada para algún artefacto, por ejemplo una punta, sería un acto, de algún

modo, premeditado. En cambio James R. Sackett (1977: 370-372, 1985: 157) ha afirmado

lo contrario, ya que para él, la selección de una forma siempre y cuando esta cumpla

relativamente bien con su función es aleatoria y eventualmente coyuntural. Basta revisar

las formas de los fusiles franceses y alemanes o aquella de los cuchillos para percatarse

que varias formas “equivalentes en uso” o “isochrésticas” son posibles de ser

predeterminadas por el material y por la tecnología. Él define que el estilo no debe ser

considerado como el indicador o el portador de la identidad de algún grupo social, sino

simplemente como un conjunto de diferencias sobre la manera de hacer algo. Desde este

enfoque, el estilo tiene dos dimensiones significativas: “la que se desprende de la función

del artefacto en la vida social” y “la que está predeterminada por la función relacionada con

alguna creencia, idea y valor” (Ibid: 372). Solo en este último caso la variabilidad estilística

puede remitir a la identidad de los productores y los usuarios (Ibid: 377). Cabe recordar

31
que esta polémica tuvo por objeto debatir el rol social de las diferencias formales del

material lítico, en particular de las puntas de proyectil, en el contexto de sociedades

segmentarias de las épocas previas a la sedentarización.

Ian Hodder (1990: 44-45) evaluó la validez del concepto en el estudio de

sociedades sedentarias. Para él como para Sackett, el estilo es una “forma de hacer (way

of doing)” que incluye algunas actividades intelectuales y emocionales. No obstante, no

toda la variabilidad percibida remite necesariamente al estilo como un vehículo de

identidad. Hodder (Ibid: 44-45) definió primero el estilo de manera negativa y precisó su

relación con los determinantes sociales y funcionales: 1) aunque el estilo tiene varias

funciones, éstas no se desprende de las funciones utilitarias que el artefacto posee. El

estilo es un atributo que se ubica entre lo social y lo utilitario, 2) el estilo no es la suma de

atributos culturales, 3) el estilo no es un sistema de reglas de acción, 4) el estilo no está

definido por contenidos objetivos y de consenso social, y 5) el estilo no es una opción

escogida entre varias posibilidades funcionales equivalentes, ya que el estilo incluye a la

opción y la opción tiene estilo. Considerando todo aquello que no es estilo, Hodder planteó

su definición como la forma repetida de hacer algo en un contexto cultural-histórico

particular (Ibid: 45). Este arqueólogo indica y enfatiza la repetición para entender que algún

evento individual y particular no pueda tener estilo; sin embargo, tal acción individual y no

generalizada deber ser realizada de cierta manera. Entonces, Hodder (Ibid: 45) indica que

su definición permite considerar algunas relaciones entre lo general y lo particular, pues

propone reflexionar sobre algunas relaciones sociales entre el individuo y las sociedades

complejas similares o diferentes. También sugiere observar las interacciones entre los

32
diferentes grupos sociales en algunos contextos particulares de espacio y tiempo, ya que a

través de alguna expresión material “forma de hacer” posiblemente se abarque cierto

comportamiento humano y su variedad simbólica; lo que indicaría que existe alguna

comunicación, imitación e interacción en algún contexto histórico y cultural con

particularidad.

Como han mencionado varios arqueólogos desde los años setenta del siglo

pasado (Sackett 1977, Hegmon 1992), el estilo puede ser considerado un fenómeno social

que representa algunas condiciones socio-culturales complejas. Es decir, que está

asociado con una acción o un comportamiento visible (ritual, distribución de materiales de

subsistencia, etc.) para representar una diferencia social y jerarquizada.

Peter G. Poe (1995: 30-31) identifica ocho elementos principales para definir al

estilo como una expresión generalizada del comportamiento en un espacio y tiempo

particulares. Estos elementos son: 1) la distinción o reconocimiento identificable, 2) el

virtuosismo, 3) el proceso de medio-dependiente (medium-dependent), el cual es un

vehículo del estilo, es decir, que para producir un conjunto material distinto a los otros

conjuntos se necesita un medio o una forma de expresión para comunicar la

diferenciación; mientras que el significado o motivo es necesario antes de la producción.

Entonces, el estilo se ubica entre la forma y el significado de la expresión; 4) el contexto, 5)

la selección sistemática desde alternativas conocidas, 6) lo normativo, 7) el corpus o la

acumulación de conocimientos e informaciones y 8) el afecto relacionado con la calidad.

Según Poe (Ibid: 31), el estilo es un sistema estructurado intencionalmente para

33
seleccionar ciertas características de forma, proceso, principio, función, significado y

afecto; a partir de posibilidades conocidas y alternativas con la finalidad de crear una

variabilidad compatible dentro de una acción o comportamiento normalizado. Este trabajo

es realizado por un mismo alfarero en un tiempo y espacio diferente o por diferentes

alfareros en el mismo tiempo y espacio.

De acuerdo a las definiciones planteadas por los anteriores investigadores, este

estudio define al estilo como una expresión estructurada y materializada de varios

elementos culturales locales y foráneos, la cual es producto de algunas selecciones y

decisiones hechas por los alfareros para expresar y comunicar algún significado según los

contextos socio-culturales (v.g. eventos funerarios, rituales, etc.) y las relaciones

jerarquizadas (diferencia de clase, especialidad, etc.) de identidad entre individuos de una

misma sociedad o de diferentes sociedades socio-culturales complejas.

Indudablemente, para producir un estilo material se necesita cierta acumulación

estructurada de conocimientos e informaciones que consisten en elementos interculturales

y tradicionales dentro de un mismo espacio y tiempo restringido. En el proceso de

producción, el alfarero realiza la selección y decide cuáles serán los elementos a emplear

según alguna norma, es decir, el alfarero debe reconocer cuál elemento se seleccionará

para expresar un significado materializado. Este comportamiento le proporciona al estilo la

posibilidad de que funcione como una herramienta de comunicación. Por lo tanto, pueden

existir varios estilos dentro de una misma cultura, y éstos son considerados como un

medio de comunicación no-verbal que tienen como función generar una identidad colectiva

34
e individual dependiente de los contextos socio-culturales (DeBoer 1990 y 1991, Wiessner

1990).

De acuerdo a Wiessner (1990: 108-111), a través del estudio estilístico uno se

aproxima a la identificación de los siguientes aspectos sociales:

i. la frontera y la interacción social,

ii. el individuo (individuos) y la sociedad,

iii. el estatus y el poder, y

iv. la naturaleza de las relaciones entre los tres aspectos anteriores.

Se supone que una frontera es el resultado de las interacciones socio-culturales;

sin embargo, ¿cómo se define la frontera? Aunque la simple variedad estilística en el

espacio no necesariamente indica la presencia de diferentes grupos humanos, los estudios

arqueológicos y etnográficos han demostrado que un estilo exhibe ciertos patrones de

variación espacial como un tipo de frontera significativa. Según Kent G. Lightfoot y

Antoinette Martínez (1995), la frontera se define como una zona en la que se cruzan y

cortan las redes sociales. Ellos indican que la definición clásica del término frontera se

apoyó en la perspectiva del colonialismo, es decir, en la existencia del núcleo-periferia

(Ibid: 487-488); perspectiva que sostuvo que el cambio cultural de la zona de la periferia se

producía por la innovación cultural del núcleo. Debido a esto, al concepto de frontera se le

fue caracterizando como una zona pasiva; sin embargo, Lightfoot y Martinez (Ibid: 488)

han indicado que en la frontera se desarrollan múltiples interacciones entre grupos socio-

culturales diferentes. Francis Allard (2006:233-240), de acuerdo a sus investigaciones

35
arqueológicas sobre la China Antigua, indica que al establecerse un nuevo centro político y

cultural comenzaba la movilización de una gran cantidad de gente con diferentes

profesiones como soldados, comerciantes, funcionarios del gobierno central, etc., hacia

nuevas zonas de frontera alejadas del centro; provocando un complejo sistema de

comunicación y generando conflicto social. Como indica Plog (1995: 382), un estilo y su

uso, muy probablemente, representan alguna relación compleja y multidimensional dentro

de la red de comunicación de varios grupos sociales en diferentes áreas geográficas.

Entonces, las relaciones de las condiciones culturales en la frontera facilitan las

innovaciones culturales.

Con relación a un estilo, como lo indica Plog (Ibid: 373), además de la distribución

espacial es también importante prestar atención a las variaciones estilísticas

representadas, incluso en la iconografía, por el material dentro de una localidad y entre

localidades diferentes debido al tema de la frontera y la interacción social. Se debe tratar

de entender cómo interconectan los materiales estilizados e iconográficos locales y

foráneos con los materiales cerámicos y los no cerámicos de una localidad. Para Liam M.

Brady (quien estudia las imágenes expresadas en el arte rupestre, los materiales portables

y los tatuajes en la piel humana en el noreste de Australia), las imágenes visibles o figuras

iconográficas representadas en variados soportes están relacionadas con eventos rituales

(Brady 2008). Además, ellas funcionarían como un lenguaje simbólico que expresarían

algún aspecto complejo de la sociedad y las relaciones entre diferentes sociedades. Brady

(Ibid: 338-339) indica que en las prácticas artísticas o estilísticas se observan las

interacciones interregionales.

36
Además de la variedad estilística, en un mismo espacio también se desarrollan

interacciones sociales complejas entre individuos diferenciados de una misma sociedad y

de diferentes sociedades debido al origen, estatus, linaje familiar, etc. Al respecto, Warren

R. DeBoer (1990-1991) menciona que un estilo, probablemente, sea multifuncional por

representar identidades familiares y étnicas a través de materiales estilizados con diseños

decorativos enfocados en comunicar e imitar las interacciones entre los individuos de una

misma o diferente sociedad cultural. Timothy Earle (1990: 81) indica que en las

expresiones estilísticas se representan algunos aspectos de estatus y relaciones de poder

entre individuos de la misma sociedad y entre individuos de sociedades diferentes, a

través de algunos diseños simbólicos del tocado, báculos, vestimenta, etc. El estudio

estilístico e iconográfico de algunos personajes de las sociedades de Hawaii (Océano

Pacífico) y Olmeca (Mesoamérica), indica que mediante las representaciones estilísticas e

iconográficas se había logrado una sanción y una legitimación de los controles socio-

políticos y religiosos de las clases dominantes de las sociedades.

Al aplicar la definición de frontera de Lightfoot y Martínez (1995) como un criterio

para entender un aspecto de las condiciones sociales complejas de la localidad de Huaura

y sus alrededores durante el Horizonte Medio; el estilo material, muy probablemente, es

uno de los indicadores teóricos para reconocer cuales son las características socio-

culturales de ésta; en otras palabras, el estilo se comprende como un fenómeno social

(Conkey y Hastorf 1990). Desde este punto de vista, el estilo de un conjunto de artefactos

cerámicos es un discurso que complementa ideas de producción con diseños locales y/o

37
foráneos.

Dado lo anterior, el estudio estilístico de esta investigación se enfocó en las

siguientes características:

a) La distribución espacial de la cerámica del estilo Huaura Policromo Figurativo del

Norte Chico durante la segunda mitad del Horizonte Medio,

b) Identificar las figuras iconográficas de dicho estilo para reconocer y distinguir los

elementos locales y foráneos,

c) Observar las relaciones iconográficas entre las figuras del mismo estilo, y

d) Comprender las relaciones entre las tres características anteriores.

Las figuras pintadas del estilo Huaura Policromo Figurativo presentan evidentes

rasgos de mestizaje con las convenciones sureñas (Huari y Tiahuanaco) y con los motivos

locales y norteños. Al parecer, las figuras iconográficas representadas simbólicamente en

la cerámica se utilizaban con frecuencia en las actividades religiosas y/o ceremoniales con

el fin de difundir algunos conceptos, ideas y/o pensamientos religiosos invisibles y

abstractos que eran muy difíciles de comunicar y compartir con la población jerarquizada

del mismo grupo socio-cultural o de diferentes grupos.

A través del estudio estilístico sobre los puntos de a, b, c y d, mencionados arriba,

será posible entender los aspectos significativos de los polémicos aspectos i-iv de

Wiessner, también ya mencionados.

38
Luego de analizar el marco teórico del término estilo, en esta tesis se le considera

como una expresión material teórica, ya que con él se pueden clasificar los materiales

según sus diferencias en la forma, acabado, iconografía y distribución en el tiempo y el

espacio. Además, se le emplea teóricamente para hablar de las condiciones socio-

culturales de una sociedad compleja sin la intención de simplificarla.

39
CAPÍTULO 4

METODOLOGÍA

La muestra de cerámica analizada en el presente trabajo está compuesta por 616

vasijas, el 90% de ellas, aproximadamente, cuenta con la información de su procedencia.

Las piezas cerámicas provienen de las siguientes colecciones:

- En Lima: Museo Nacional de Arqueología Antropología e Historia del Perú (72),

Museo Larco (111) y Fundación Museo Amano (283),

- En Ancón: Museo de sitio de Ancón (7),

- En Chancay: Colección privada del señor Antonio Bazán (26),

- En Huaural: Colección privada anónima (3).

- En Huacho: Museo Arqueológico Regional de la Universidad José Faustino

Sánchez Carrión (6), Museo Experimental de Historia y Arqueología “Chhaqaqa

Qay” (18) y Colección privada del señor Miguel Silva Esquen (16),

- En Humaya: Colegio Reino de Suecia (6), Colección privada del señor Luis Alfredo

Sánchez y sus colaboradores (56),

- En Huaura: Museo de sitio “José de San Martín” (8),

- En Paramonga: Colegio Nuestra Señora del Carmen (3),

- En Casma: Museo Regional de Casma Max Uhle (1).

Desafortunadamente, no se dispone de ningún grupo de control proveniente de los

contextos excavados, por lo que no se ha podido establecer sobre la base de la

40
estratigrafía la relación entre la cerámica con decoración típica de la segunda mitad del

Horizonte Medio y los estilos típicos del inicio del período Intermedio Tardío.

La mayor parte de la muestra analizada en el presente trabajo proviene del valle

bajo de Huaura, en especial de la actual zona conocida como Humaya y sus alrededores

(Anexo 4.II y 4.III Tablas 3.1, 3.2 y 3.3). Resulta significativo, pero difícil de interpretar en

términos cronológicos por la falta de información, que los hallazgos provengan de los

alrededores de supuestos centros administrativos del período Intermedio Tardío (v.g.

Vilcahuaura, Huacán, etc.). En la zona costeña y el valle bajo de Huaura hay una mayor

recurrencia de piezas con decoración figurativa relativamente compleja (el 59% [364] del

total de la muestra corresponde a esta categoría).

En los valles aledaños al sur y al norte de Huaura también se han reportado,

ocasionalmente, los hallazgos de cerámica del estilo Huaura Policromo Figurativo. Por

ejemplo, en el valle de Chancay el 16% (103) de nuestra muestra está representada por

cerámica decorada con diseños figurativos que proviene de la costa y del valle bajo de

Chancay, en particular de Lauri y de Pisquillo Chico (algunos diseños en las piezas de

estilo Huaura Policromo Figurativo que provienen Chancay parecen originarios de este

valle y en todo caso, no se han documentado para el valle de Huaura). Los hallazgos en

Chancay provienen de cementerios en uso durante los períodos Horizonte Medio e

Intermedio Tardío. Lamentablemente no se dispone de información sobre el tipo de

contextos en los que fueron hallados.

41
Algunos pocos hallazgos fueron reportados de la zona costeña entre los valles de

Supe-Fortaleza (el 2% de la muestra analizada [21]); sin embargo, como se verá más

adelante, en algunas figuras las convenciones iconográficas son compartidas

principalmente por la zona costeña del valle de Huaura y de Supe-Fortaleza. Se presume

que la cerámica con decoración estampada se habría relacionado fuertemente con la

iconografía del estilo Huaura Policromo Figurativo. Por esta razón podría tratarse también

de un subestilo local emparentado con él. En la zona de Casma también se ha confirmado

la presencia de diseños figurativos claramente influenciados por el estilo Huaura Policromo

Figurativo.

El acercamiento a las relaciones de interacción e identidad representadas en el

estilo Huaura Policromo Figurativo requiere la definición de la distribución espacial y las

características cuantitativas y cualitativas de los diseños iconográficos del estilo. Esta tarea

implica siete pasos de análisis:

1) Clasificar la cerámica con criterios tecnológicos (manufactura, cocción, acabado),

formales e iconográficos.

2) Revisar cuantitativamente la distribución espacial de las formas cerámicas y los

diseños iconográficos.

3) Comparar la cerámica y la iconografía de la muestra con aquella de los estilos

cerámicos Tiahuanaco y Huari.

4) Comparar la cerámica y la iconografía de los estilos cerámicos de la Costa y Sierra

Norte del Horizonte Medio, Intermedio Temprano e Intermedio Tardío.

42
5) Comparar la iconografía representada en la cerámica con aquella que se

encuentra en otros soportes como textiles, maderas, metales, etc., durante el

Horizonte Medio, Intermedio Temprano e Intermedio Tardío.

6) Revisar la procedencia y el contexto arqueológico de la cerámica que conforma la

muestra.

7) Reflexionar sobre las características iconográficas del estilo Huaura Policromo

Figurativo sobre la base de las relaciones entre las figuras y los signos principales.

La clasificación morfológica de la cerámica ha sido realizada a partir de los

siguientes criterios: i) la relación entre el diámetro de la boca y el diámetro máximo del

cuerpo de la vasija, ii) la altura en relación a los diámetros de la boca y el cuerpo de la

vasija, iii) la presencia/ausencia y forma del cuello (gollete) y del borde (labio), iv) las

formas del cuerpo y de la base de la vasija, y v) presencia/ausencia y forma de las asas y

agarraderas.

En la clasificación de la iconografía se hará uso de criterios analíticos que tienen

por finalidad precisar la identidad iconográfica de los personajes antropomorfos y

zoomorfos, y eventualmente inferir la naturaleza de las relaciones entre uno y otro diseño:

1) Representaciones antropomorfas y zoomorfas:

a. Orientación y postura de la representación (frontal y de perfil),

b. forma del cuerpo y/o de la cabeza,

c. presencia de tocados y/o adornos,

d. observación de los rasgos físicos (ojos, bocas, orejas, etc.), y

43
e. la distribución del color.

2) Diseños fitomorfos y geométricos:

a. Componentes formales,

b. sintaxis de la composición (combinaciones y distribución), y

c. manejo del color.

3) Repertorio de los componentes primarios en los diseños figurativos y geométricos:

a. Características formales y

b. uso del color.

Siguiendo el razonamiento teórico indicado en el Capítulo 3, se pondrá énfasis en

la elección de ciertas formas de soporte cerámico y en las reglas de composición–sintaxis

de la combinación de los diseños primarios con la cual se construyen las imágenes de los

seres sobrenaturales. Con este procedimiento se espera deducir la idiosincrasia de los

productores y usuarios, y precisar su dependencia eventual con los modelos provenientes

de otras áreas durante el Horizonte Medio.

44
CAPÍTULO 5

CARACTERÍSTICAS DEL ESTILO E ICONOGRAFÍA

5.1. Morfología de la cerámica.

Las formas de la cerámica Huaura Policromo Figurativo revelan las múltiples

influencias de los estilos locales originarios del sur del Perú durante el Horizonte Medio.

Las interacciones con la Sierra Sur (v.g. los Keros) se realizaron sin duda a través de la

mediación costeña. No se observan influencias norteñas en cuanto al reportorio de las

formas, en cambio en la iconografía, los diseños figurativos presentan algunas influencias

norteñas que se combinan con las sureñas.

Como se ha mencionado, en esta tesis se han analizado 616 piezas cerámicas

entre enteras y fragmentadas (Tabla 1.2), éstas últimas fueron incluidas siempre y cuando

su forma pudo ser reconocida. La cerámica que integra la muestra, en su mayoría

recuperada del valle bajo de Huaura y sus alrededores (Anexo 2 y las tablas de Anexo 4.I.

y 4.ll.); se analizó y clasificó según criterios morfofuncionales, siendo el resultado: vasos

(61% [374]), cántaros (17% [103]), botellas (5% [32]), jarras (7% [42]), platos hondos (6%

[34]), platos (1% [7]), copas (2.7% [17]) y tazas (0.3% [2]). Llama la atención la ausencia

de ollas y el número reducido de figurinas; ya que de esta última solamente fueron

halladas dos en el valle bajo de Huaura, una figurina presenta rasgos antropomorfos con

los brazos extendidos y las piernas cortas, mientras que la otra es un mono sentado (Fig.

2).

45
a b

Fig. 2 Figurina antropomorfa (a) y figurina de mono (b) (Foto: Naotoshi Ichiki).

a) Vasos: Recipientes para servir líquidos cuya altura es mayor que el diámetro de la base

y por lo general también de la boca, el espesor de la pared mide de 4 a 6 milímetros en

promedio. Las paredes evertidas pueden ser acampanadas, cóncavas, convexas o

compuestas. Se han diferenciado los siguientes tipos formales de vasos:

- Tipo 1: vaso con paredes evertidas rectas de manera pronunciada. El borde está

ligeramente flexionado hacia fuera sin llegar a conformar un reborde. Las

diferencias en la altura y la forma de la base permiten subdividir esta clase en tres

subtipos: 1a. vaso grande (de 13 a 15 centímetros), 1b. vaso mediano (de 10 a 12

centímetros), y 1c. vaso chico (de 8 a 9 centímetros). Mientras que las bases

planas y convexas son características de los subtipos 1b y 1c, el subtipo 1a

presenta solamente base plana.

- Tipo 2: vaso de paredes casi verticales ligeramente convexas con base plana, su

altura está entre 10 a 12 centímetros.

46
- Tipo 3: vaso con cuerpo acampanado en posición invertida y base plana, tiene una

altura promedio de 10 a 12 centímetros.

b) Cántaros: Vasijas de cuello restringido cuyo tamaño facilita el vaciado de los alimentos

sólidos o líquidos para su conservación y transporte, los de menor tamaño están

destinados potencialmente para los líquidos. El espesor de la pared mide de 5 a 8

milímetros en promedio. En la muestra es recurrente una clase particular de cántaros cuyo

cuello está decorado con rostros humanos. Según esta decoración este grupo se ha

dividido entre dos subtipos: b1. Cántaros con cuello simple y b2. Cántaros cara- gollete.

b1) Cántaros con cuello simple.

- Tipo 1: cántaro de cuerpo globular y base convexa, las paredes del cuello son

cóncavas y ligeramente evertidas, las asas laterales están en posición vertical. La

altura de los recipientes fluctúa de 28 a 30 centímetros.

- Tipo 2: cántaro de cuerpo globular y base convexa cuyo cuello tiene paredes

verticales muy ligeramente evertidas, las agarraderas laterales están en posición

vertical. La altura de las vasijas varía de 28 a 30 centímetros.

- Tipo 3: cántaro de cuerpo globular y base convexa, el cuello es mediano y de

paredes verticales, las asas laterales están en posición vertical. La altura de los

recipientes es de 28 a 30 centímetros aproximadamente.

- Tipo 4a: cántaro de cuerpo globular achatado y base convexa, las paredes del

cuello son rectas y evertidas, y las asas cintadas laterales en posición vertical

están entre el gollete y el cuerpo. La altura de los recipientes es de 15 a 17

47
centímetros aproximadamente.

- Tipo 4b: cántaro de cuerpo globular achatado y base convexa, el cuello es de

paredes cóncavas y evertidas, y las asas cintadas laterales en posición vertical

están entre el gollete y el cuerpo. Las vasijas tienen una altura aproximada de 10 a

12 centímetros.

- Tipo 5a: cántaro de cuerpo globular y base convexa, las paredes del cuello son

convexas, y las asas cintadas laterales en posición vertical están en el cuerpo de la

vasija. La altura de estos recipientes es más o menos de 15 a 17 centímetros.

- Tipo 5b: cántaro de cuerpo globular achatado y base convexa, el gollete tiene

paredes convexas, y las asas cintadas laterales en posición vertical se ubican

entre el gollete y el cuerpo. Su altura aproximada es de 15 a 17 centímetros.

- Tipo 6: cántaro de cuerpo globular achatado y base convexa, presenta un cuello

compuesto en forma de “S” con borde evertido y bicelado, las asas cintadas se

encuentran entre el gollete y el cuerpo. La altura de estos recipientes es de 20 a 22

centímetros.

b2) Cántaros cara-gollete.

- Tipo 1: cántaro de cuerpo globular, base convexa, agarraderas bilobuladas

laterales en posición vertical, y cuello alto con paredes cóncavas. En el gollete hay

un rostro antropomorfo. Las vasijas tienen una altura de 25 a 30 centímetros.

- Tipo 2: cántaro de cuerpo globular, base convexa, asas cintadas laterales en

posición vertical, y cuello cónico alto con el borde ligeramente evertido. El gollete

presenta una cara o protoma antropomorfa. Las manos siempre se presentan en

48
alto relieve. La altura de las vasijas es de 28 a 30 centímetros.

c) Botella: vasija cerrada con características formales parecidas a las del cántaro, pero con

un diámetro de boca reducido de 3 a 5 centímetros. Las botellas sólo se emplean para

transportar y almacenar líquidos, ya que no son apropiadas para contener sólidos. El

espesor de las paredes es de 4 a 6 milímetros, y la altura de las vasijas está entre 25 a 28

centímetros aproximadamente.

d) Jarras: recipientes formalmente parecidos a los cántaros, pero se distinguen de ellos por

contar con una sola asa lateral, su tamaño y forma son apropiados para servir líquidos. El

espesor de las paredes es de 4 a 6 milímetros en promedio, similar al de las botellas y los

cantaros medianos. Se han registrado dos subtipos:

- Tipo 1: jarra de cuerpo globular achatado con base redondeada y cuello mediano

ligeramente convexo y vertical. Hay dos variantes de acuerdo a la altura: 1a. de 20

centímetros de alto y 1b. de 14 centímetros de alto aproximadamente.

- Tipo 2: jarra con cuerpo en forma de tambor vertical con cuello alto relativamente

ancho, éste está acoplado a la pared lateral de tambor; la vasija carece de base, y

el asa cinta une el cuerpo con el cuello. La altura aproximada de la jarra es de 20

centímetros.

e) Platos hondos: Recipientes abiertos de base plana con paredes rectas evertidas. El

espesor de las paredes oscila de 4 a 6 milímetros en promedio, y la altura total de la vasija

se aproxima a la mitad del diámetro de la boca. Debieron haberse usado para servir

alimentos sólidos, aunque excepcionalmente también algunos líquidos. Se reconocieron

dos tipos de platos hondos:

49
- Tipo 1: plato hondo de paredes ligeramente convexas cuya altura no sobrepasa la

mitad del diámetro máximo. Su altura aproximada es de 8 a 10 centímetros.

- Tipo 2: plato hondo de paredes rectas aunque ligeramente cóncavas cerca de la

base, su altura sobrepasa la mitad del diámetro de la boca, es decir, es de 8 a 10

centímetros aproximadamente.

f) Platos: Vasijas abiertas de paredes convexas en la que el diámetro de la boca suele ser

más del doble de su altura. Debió haberse empleado para servir, consumir y transportar

alimentos sólidos. La altura de estos recipientes fluctúa de 7 a 10 centímetros en

promedio.

g) Copas: Recipientes de paredes evertidas, rectas o ligeramente cóncavas que poseen un

pie cónico que no es sólido o acoplado sino que ha sido hecho junto con el cuerpo; la

altura de sus paredes es mayor que el diámetro de su boca. Por su forma, están

claramente destinadas para servir líquidos. El espesor de las paredes es de 4 a 6

milímetros en promedio. Se presentan dos subtipos:

- Tipo 1: copa con paredes rectas cuya altura es de 10 a 12 centímetros

aproximadamente.

- Tipo 2: copa con paredes ligeramente convexas cuya altura es de 10 a 12

centímetros aproximadamente.

h) Tazas: Vasijas de base plana y paredes casi rectas muy ligeramente evertidas, el

diámetro de la boca se aproxima a las 2/3 partes de la altura, la que es de 8 a 10

50
centímetros aproximadamente.

5.2. Técnicas de manufactura y acabado.

En vista de que la muestra analizada se compuso en su mayoría de piezas

enteras, no se contó con cortes frescos de cerámica que pudiera analizarse con lupa o

microscopio para definir alfares. En cambio, si se registraron rasgos que permitieron

evaluar las técnicas de manufactura y definir los acabados. Sin embargo, las conclusiones

acerca de las primeras no se pueden respaldar con imágenes de rayos X debido a que no

se pudo hacerse uso de estas. Donde los perfiles estuvieron expuestos se observó y

comparó la pasta cerámica, los resultados fueron los siguientes:

- El color de la arcilla es generalmente anaranjado-rojizo-marrón, correspondiente en

la tabla Munsell al código 10RY6/6-6/8, lo que implica una cocción en atmósfera

oxidante, completa y homogénea. Ocasionalmente las manchas negras en la base

o en la boca de la vasija atestiguan ciertos problemas en el control del ambiente de

cocción, aunque también se desprende probablemente de la posición de la vasija

en la cámara del horno.

- La textura de la pasta es fina, homogénea y compacta.

- Las principales inclusiones que se observan son el cuarzo, feldespato, roca gris y

mica.

- En todos los casos observados la pasta parece ser la misma, empleándose como

temperante la arena.

La muestra investigada parece ser bastante uniforme en cuanto a las técnicas de

51
manufactura y cocción. El acabado de superficie varía de acuerdo con la forma y la

modalidad de la decoración. Los cántaros y las botellas son pulidos y bruñidos sólo en las

partes decoradas pintadas, el resto de la superficie expuesta queda alisada. El relieve de

las vasijas cara-gollete se obtuvo empleando moldes parciales. En la cara interna del

gollete se ve como las huellas de los dedos presionaron la arcilla contra la cavidad del

molde. La mayoría de los vasos (124) y las copas (5) se caracterizan por mostrar las

superficies externas completamente pulidas, salvo la franja angosta en la base. Una

variante (5 vasos y 1 copa) de esta técnica consistió en aplicar engobe rojo antes de

decorar las vasijas abiertas con pintura y pulirlas. La superficie interna fue siempre alisada.

Mientras que la técnica de manufactura y cocción observada en la cerámica del

estilo Huaura Policromo Figurativo es muy uniforme, la técnica de acabado empleada es

muy variada. Por ejemplo, en cinco vasos (5) y una copa (1) toda la superficie externa fue

pulida después de habérsele aplicado el engobe anaranjado rojizo, en cambio las partes

internas accesibles fueron alisadas. También, en el caso de dos platos ambas superficies

fueron pulidas.

5.3. Análisis de la decoración.

La decoración característica del estilo Huaura Policromo Figurativo, como su

nombre lo indica, fue a través de la técnica del pintado. Se trazaron líneas gruesas de

color negro que enmarcaban campos de color anaranjado, blanco, azul, etc., en los cuales

se pintaron una o varias figuras antropomorfas, zoomorfas, de plantas o semillas. A ambos

lados (derecha e izquierda), y en las partes superior e inferior de las figuras centrales se

52
representaron atributos culturales como báculos, plantas, semillas y/o diseños

geométricos. La composición no muestra el carácter narrativo de las escenas moche ni

tampoco la complejidad de los diseños recuay, a pesar de que estas iconografías parecen

haber influenciado indirectamente a los alfareros huaura.

La decoración comprende figuras antropomorfas representadas de pie o sólo la

imagen de sus rostros, así como también figuras zoomorfas de variada complejidad, pero

por lo general esquematizadas. Los colores utilizados se parecen a los que caracterizaron

al estilo Lima Tardío (Maranga) y Nievería de la Costa Central, registrados en el valle de

Chancay y Ancón (Patterson 1966, Fuentes Sadowski 2007). Dado que no se dispone de

estos antecedentes en el valle de Huaura (salvo Shady y Ruiz Estrada 1979), no queda

claro aún el origen de esta técnica; sin embargo, es posible que los conocimientos de

pintura tricolor hayan llegado desde la Costa Central y el Sur de los Andes Centrales junto

con otras influencias. El fondo de las figuras, en general, es de color rojo oscuro y el

contorno está delimitado por una línea negra; los ojos, la nariz y la boca son blancos, pero

ribeteados en negro; los rayos o las plumas están pintados en un color gris verdoso. Es de

subrayar, que el motivo de cara con nimbo radiante es de origen ayacuchano. Desde el

punto de vista formal el repertorio iconográfico está constituido por las siguientes

categorías de figuras (Anexo 3):

I. Figuras antropomorfas completas en posición frontal.

II. Rostros antropomorfos en posición frontal.

III. Figuras completas de personajes con rasgos humanos y sobrenaturales en

posición frontal.

53
IV. Rostros de personajes antropomorfos con rasgos humanos y sobrenaturales, solos

o acompañados de una serpiente bicéfala, en posición frontal.

V. Figuras pisciformes.

VI. Felinos en posición frontal.

VII. “Animales jorobados”.

VIII. Cabezas de “Animales jorobados”.

IX. Protomes de “Animales jorobados”.

X. Aves.

XI. Serpientes.

XII. Monos.

XIII. Plantas estilizadas.

XIV. Combinaciones de penachos, plumas, plantas y “semillas”.

XV. Combinaciones de plumas, plantas y “semillas” con aspecto zoomorfo.

XVI. Combinaciones de plumas extendidas desde un círculo central.

54
XVI 1.7
XV 0.9
XIV 2.5
XIII 11
XII 1.7
XI 6.5
X 1.1
IX 2.3
VIII 4.8
VII 19.8
VI 2.8
V 11
IV 17.5
III 0.6
II 5.9
I 9.9

0 5 10 15 20 25
Porcentaje

Gráfico 1. Cuantificación de las figuras del Huaura Policromo Figurativo.

Como se aprecia en el gráfico de arriba, el rango de popularidad de los diseños es

variado. Los tipos de mayor recurrencia son la Categoría VII: “Animales jorobados” (19.8%)

seguida de la Categoría IV: Rostros de personajes antropomorfos con rasgos humanos y

sobrenaturales, solos o acompañados de una serpiente bicéfala, en posición frontal

(17.5%) (Tabla 3.1).

A continuación, se presentarán las descripciones de cada categoría de diseños

(Anexo 3 y Anexo 4.III.).

55
I. Figuras antropomorfas completas en posición frontal (35) (Anexo 3, Tablas 3.2, 3.3 y

3.4).

Las figuras completas están representadas con las manos extendidas y las piernas

rectas o flexionadas; cerca de las manos se observan plantas y/o “semillas”, pero rara vez

báculos. Esta figura presenta nueve variantes, las que se diferencian por la forma del

tocado.

El tocado siempre acompaña a las figuras antropomorfas y en sí mismo tiene cierta

variabilidad; por lo tanto, es una variable que podría indicar influencias de otras áreas

estilísticas. La identidad y el rango jerárquico que marca la diferencia entre un personaje y

otro parece expresarse en detalles como: la postura o la posición del cuerpo, los báculos,

las orejeras y/o los collares presentados en el Anexo 3.II.

Las influencias estilísticas de Huari y Tiahuanaco se limitan a la composición en

general, por ejemplo, la preferencia por representar figuras antropomorfas en posición

frontal y algunos detalles como la estilización de plumas y diseños fitomorfos. Llama

poderosamente la atención en este contexto que no se imiten a los nimbos radiantes,

diademas u otros tocados del área ayacuchana. A juzgar por los tejidos investigados por

Oakland y Fernández (2000: Fig. 20, 21 y 22), hay algunas relaciones entre la iconografía

textil y la alfarera, donde si bien los diseños antropomorfos son diferentes éstos presentan

tocados y motivos culturales similares como la serpiente bicéfala. En cuanto a la relación

con las figuras estampadas; las formas del cuerpo, los brazos, las manos y las piernas son

bastante parecidas a las figuras pintadas del estilo Huaura Policromo Figurativo (Fig. 3).

No obstante, algunos detalles como la forma de las orejeras son diferentes.

56
1 2

Fig. 3. Figura pintada Huaura Policromo Figurativo del valle de Chancay (1) y figura
estampada de otro estilo en el valle de Huaura (2).

En el valle de Huaura se halló el 77% (27) de este tipo de imagen, mientras que del

valle de Chancay provino el 23% (8) (Tabla 3.2). En esta categoría si bien los personajes

comparten rasgos físicos muy similares, se pueden diferenciar los siguientes tipos:

- Tipo 1 (10): conformado por figuras antropomorfas con un tocado en forma de

protuberancias rectangulares. En la mayoría de los casos se les representa de

cuerpo entero y ocasionalmente sólo la cabeza con el tocado (Anexo 3.II, A.

Tocados Tipo 1). El personaje posee cara triangular o muy ancha, mentón

redondeado y orejeras que tienen tres líneas horizontales sobre un fondo blanco.

En el centro del cuerpo hay un campo en el que frecuentemente se representa un

círculo. Los brazos están extendidos, las manos tienen tres o cuatro dedos y las

piernas son rectas. Este tipo de figura es recurrente en los valles de Huaura y

Chancay (Tablas 3.3 y 3.4).

- Tipo 2 (3): comprende a las figuras antropomorfas con un tocado de

protuberancias triangulares (Anexo 3.II, A. Tocados Tipo 2a y 2b). En el cuello

presentan un collar del Tipo 1 en D. Collares del Anexo 3.II. Es posible dividirlo en

los siguientes subtipos: 2a. Figura antropomorfa con tres protuberancias

57
triangulares sobre la cabeza y 2b. Figura antropomorfa con cinco protuberancias

triangulares sobre la cabeza. Las figuras de este tipo se encontraron en el valle de

Huaura (Tabla 3.3).

- Tipo 3 (2): puede definirse como el de las figuras antropomorfas con un tocado en

forma de Tumi (Anexo 3.II, A. Tocados Tipo 3). Las características físicas de la

cara, las orejeras, el cuerpo, los brazos y las piernas presentan gran similitud con

el Tipo 1 ya mencionado. Estas figuras fueron halladas en el valle de Huaura

(Tabla 3.3).

- Tipo 4 (4): compuesto por figuras antropomorfas con un tocado en forma de cuerno

(Anexo 3.II, A. Tocados Tipo 5). El personaje porta en sus manos dos báculos

correspondientes al Tipo 1 en B. Báculos del Anexo 3.II. Según la presencia y

ausencia del collar es posible subdividirlo en dos subtipos: 4a. Figura antropomorfa

con un adorno en forma de collar en el cuello (Anexo 3.II, D. Collares Tipo 3), y 4b.

Figura antropomorfa sin collar. El tipo 4 fue encontrado en el valle de Chancay

(Tabla 3.4).

- Tipo 5 (1): lo conforma una figura antropomorfa con un tocado en forma de “tiara”

bicónica (Anexo 3.II, A. Tocados Tipo 6b), porta un báculo correspondiente al Tipo 2

en B. Báculos del Anexo 3.II; fue encontrado en el valle de Chancay (Tabla 3.4)

- Tipo 6 (2): son figuras antropomorfas sin tocado. Las figuras de este tipo se

encontraron en el valle de Huaura (Tabla 3.3).

- Tipo 7 (2): se compone de figuras antropomorfas con un tocado rectangular con

líneas espirales hacia el interior (Anexo 3.II, A. Tocados Tipo 7). Las figuras fueron

encontradas en el valle de Huaura (Tabla 3.3).

58
- Tipo 8 (2): se compone de figuras antropomorfas con tocado en forma triangular

(Anexo 3.II, A. Tocados Tipo 12). Las figuras de este tipo se hallaron en el valle de

Huaura (Tabla 3.3).

- Tipo 9 (2): conformado por las figuras antropomorfas con un tocado en forma de

“luna en cuarto creciente” (Anexo 3.II, A. Tocados Tipo 4). El personaje presenta un

collar (Anexo 3.II, D. Collares Tipo 2) y dos báculos (Anexo 3.II, A. Báculos Tipo 1).

La forma de cara es ovalada o redondeada y las piernas están en posición

flexionada. Estas características físicas son diferentes a las que presentan los

personajes de los tipos descritos arriba. Las figuras de este tipo se hallaron en el

valle de Huaura (Tabla 3.3).

El estilo Huaura Tricolor definido por Usera (1972) (Fig. 4 del autor)

presenta un personaje similar al del Tipo 9 en la clasificación de esta tesis; sin

embargo, los colores del personaje y el fondo sobre el que se le dibujó son

diferentes. Mientras que en Huaura Policromo Figurativo se representan “semillas”,

en Huaura Tricolor no se muestran plantas ni semillas.

59
1 2

Fig. 4. Personaje completo en posición frontal en Huaura Policromo Figurativo (1) y Huaura
Tricolor de Usera (2) (1972).

II. Rostros antropomorfos en posición frontal (21).

A diferencia de las figuras completas, en algunos rostros se observan rasgos

provenientes de Huari y Tiahuanaco. Las figuras siempre están representadas junto a

plantas y “semillas”. La tabla 3.5. del Anexo 4.III. muestra que el mayor porcentaje de

rostros antropomorfos proviene del valle de Huaura 66% (14), le sigue el valle de Chancay

con el 20% (4), y finalmente se encuentran los valles de Supe-Fortaleza con el 10% (2) de

los casos. Según la forma del rostro y del adorno/tocado estas figuras han sido clasificadas

en siete tipos:

- Tipo 1 (7): reúne a los rostros antropomorfos con radiante y a las representaciones

de rostros cuadrados o circulares. Ambos presentan influencias iconográficas de

Huari y Tiahuanaco a nivel de la convención figurativa. Este tipo de figuras han

sido encontradas entre los valles de Huaura y Fortaleza (Tablas 3.6 y 3.8). Se le

puede dividir en los subtipos 1a. Rostro antropomorfo rectangular con radiante y

1b. Rostro antropomorfo circular con radiante. En el último subtipo se puede

diferenciar dos formas: 1b-i. Rostro antropomorfo circular con radiante, 1b-ii.

60
Rostro antropomorfo circular con radiante (menos radiante que 1b-i).

Kauffmann-Doig en una publicación de 1976 (pág. 240) informó acerca de

una cara antropomorfa con radiantes probablemente similar al tipo 1b-i de esta

tesis. Según él, la figura en mención provendría de la zona entre los valles de

Huarmey y Casma. Esta tesis ha confirmado que en el valle de Casma hay figuras

iconográficas que presentan cierta influencia o similitud figurativa con el estilo

Huaura Policromo Figurativo. Entonces, es posible suponer que el rostro

antropomorfo con radiantes es un motivo compartido por los valles de Huaura y

Casma.

Aunque en la iconografía Recuay se observan caras circulares con

radiantes (Hohmann 2003: Figs. 5, 14 y 16), éstas son diferentes, a nivel de la

convención figurativa, con aquellas del estilo Huaura Policromo Figurativo.

Además, la organización de los elementos iconográficos es diferente. En la zona

costeña entre los valles de Supe-Fortaleza se halló una figura correspondiente al

tipo 1ª, la que Este tipo figurativo también se ha localizado en la parte baja del valle

de Huaura; no se confirma la presencia de este tipo en el valle bajo de Chancay.

Los rostros antropomorfos con radiantes también se han representado en el

material textil (Fig. 5), los que igualmente comparten la convención figurativa

iconográfica

61
1 2

Fig.5. Comparación de Cabezas con radiantes. 1: Cabeza radiante en un textil del valle de
Supe y 2: Cabeza radiante del estilo Huaura Policromo Figurativo

- Tipo 2 (2): conformado por rostros antropomorfos rectangulares sin radiante (Tabla

3.6). El origen de la figura no es claro, pero presentaría influencia de Huari y

Tiahuanaco. La cara rectangular o cuadrada no es un rasgo propio de Huaura. La

cerámica con esta representación provino del valle bajo de Huaura.

- Tipo 3 (1): tipo compuesto por la representación de un rostro antropomorfo que

lleva sobre la cabeza un tocado en forma de “tiara” bicónica con líneas (probables

flecos) a los lados (Anexo 3.II, A. Tocados Tipo 8). Solamente se ha encontrado

una pieza de este tipo en el valle bajo de Huaura (Tabla 3.6).

- Tipo 4 (2): está definido por los rostros con un tocado en forma de tumi. Este tipo

se puede dividir en dos subtipos: 4a. Rostro antropomorfo triangular con un tocado

en forma de tumi sobre la cabeza sobre el que se representaron semillas; y 4b.

Rostro antropomorfo con un tocado en forma de tumi, el área del rostro muestra

representaciones de posibles plantas de maíz y semillas. La cerámica fue

encontrada en el valle bajo de Huaura (Tabla 3.6).

- Tipo 5 (1): tipo compuesto por un rostro antropomorfo que lleva dos penachos o

plumas sobre la cabeza (Anexo 3.II, A. Tocados Tipo 9). La forma del rostro es

62
ovalada. Hasta el momento, solamente se ha registrado un ejemplar de este tipo

en el valle bajo de Chancay (Tabla 3.7).

- Tipo 6 (4): está definido por los rostros antropomorfos que llevan un tocado de

plantas (Anexo 3.II, A. Tocados Tipo 11). Este tipo se puede dividir en los siguientes

subtipos: 6a. Rostro antropomorfo con atributos culturales fitomorfos en posición

vertical sobre la cabeza, 6b. Rostro antropomorfo con atributos culturales

fitomorfos que presenta brazos, el rostro está pintado de color rojizo; y 6c. Rostro

antropomorfo con atributos culturales fitomorfos que presenta brazos, el rostro está

pintado de blanco. Las figuras de este tipo fueron encontradas en el valle bajo de

Chancay (Tabla 3.7).

- Tipo 7 (2): conformado por rostros antropomorfos triangulares con atributos

culturales fitomorfos sobre la cabeza. Este tipo se ha encontrado en el valle bajo

de Huaura (Tabla 3.6).

III. Figuras completas de personajes con rasgos humanos y sobrenaturales en posición

frontal (2).

Estas figuras presentan características físicas análogas al ser antropomorfo (forma del

cuerpo, ojos, boca, etc.), pero combinadas con características de seres sobrenaturales o

pisciformes (la forma del cuerpo, boca y/o cara con apéndices en forma de antena de pez),

plumas, y tocados. Ellas han sido encontradas en los valles bajos entre Fortaleza y Huaura

(Tabla 3.9). En esta categoría se diferencian siguientes dos tipos:

- Tipo 1 (1): la figura muestra las características de un ser sobrenatural o pisciforme

y antropomorfo; así como, un atributo cultural en forma de penacho o doble cuerpo

63
(bicéfalo) sobre la cabeza. Esta única figura provino del área de los valles Supe-

Fortaleza (Tabla 3.11). En los valles bajos de Huaura y Chancay no se ha

encontrado esta representación.

- Tipo 2 (1): la figura combina las características de un ser sobrenatural o pisciforme

en el rostro, pero a su vez muestra rasgos antropomorfos en el cuerpoSobre la

cabeza lleva un tocado o adorno en forma de “tiara” bicónica con líneas o

probables flecos en las partes superior e inferior, que corresponde al

correspondiente a Tipo 6a de A. Tocados del Anexo 3.II. Lamentablemente sólo se

ha encontrado un pieza de este tipo en el valle bajo de Huaura (Tabla 3.10).

IV. Rostros de personajes antropomorfos con rasgos humanos y sobrenaturales, solos o

acompañados de una serpiente bicéfala, en posición frontal (62).

Los personajes fueron representados con caras triangulares y podían estar

acompañados de una serpiente bicéfala y/o tocados (penachos, plumas, tumi, etc.); ellos

no están asociados con los radiantes usados por los personajes sureños de Huari y

Tiahuanaco. Las figuras de esta categoría se representan junto a plantas, plumas y

‘‘semillas’’. En la zona costeña y el valle bajo de Huaura sólo se han encontrado

personajes en posición frontal con la serpiente bicéfala o el cuerpo de una serpiente no

bicéfala. En los valles bajos entre Fortaleza y Ancón se distribuyeron ampliamente todos

los tipos de esta categoría (Tabla 3.12). De acuerdo a las diferencias en el adorno o el

tocado, se distinguieron ocho tipos:

- Tipo 1 (8): compuesto por personajes acompañados por una serpiente bicéfala o

sólo por el cuerpo de la serpiente. Las figuras de este tipo han sido registradas en

64
el valle bajo de Huaura (Tabla 3.13).

Este tipo se puede subdividir en los subtipos: 1a. Personaje acompañado

por una serpiente bicéfala, 1b. Personaje acompañado por una serpiente no

bicéfala, y 1c. Personaje acompañado por el cuerpo recto de una serpiente. El

primer subtipo se subdivide a su vez en: 1a-i. Personaje con serpiente bicéfala de

cuerpo semi-recto, 1a-ii. Personaje con serpiente bicéfala de cuerpo en zig-zag, y

1a-iii. Personaje con serpiente bicéfala que presenta plumas sobre las caras

felínicas.

El diseño de serpiente bicéfala probablemente fue una convención

iconográfica muy importante, ya que se representó en textiles, metales y artefactos

de madera en toda la costa norte del Perú, incluso en la iconografía moche. Debajo

del arco que define el cuerpo de la serpiente bicéfala (serpiente del cielo) los

moches se representaron realizando algunas actividades rituales como el consumo

de coca (Uceda 2008:154-158). Desde el final de Formativo hasta el Desarrollo

Regional o Intermedio Temprano (Salinar, Vicús y Moche) se puede notar que

existe una representación, pero con la cara similar a la de un pez. Donnan

menciona que difusión iconográfica de la serpiente bicéfala se da desde la cultura

Moche hasta la cultura Lambayeque (Donnan 1990: 118-119). Por otro lado, es

posible plantear que las figuras iconográficas colocadas debajo de la serpiente

habrían tenido algún tipo de importancia ritual autorizada; sin embargo, es difícil

determinar el significado de la serpiente.

En esta tesis se plantea que a través de la investigación de los diseños

iconográficos de Huaura Policromo Figurativo, será posible afirmar que la serpiente

65
bicéfala fue producto de un proceso de difusión de convenciones figurativas

iconográficas de la Costa Norte a la Costa Central incluyendo al Norte Chico. Así,

en el ídolo de Pachacamac, personaje tallado en la madera, es posible observar

éste diseño (Dulanto 2000). Lo anterior haría a su vez suponer que según la

condición socio-cultural de cada localidad el diseño de serpiente bicéfala se había

aplicado de manera similar, pero en diferentes soportes materiales.

- Tipo 2 (17): conformado por los rostros de personajes con un tocado de penachos

o un tocado compuesto por el cuerpo de dos serpientes (Anexo 3.I) .Tal como se

aprecia en las Tablas 3.13 y 3.15, en la zona costera y el valle bajo de Huaura

estas figuras constituyen el 82% (14) del total del tipo, mientras que la zona costera

de los valles de Supe-Fortaleza representa el 18% (3).

Al parecer, Carrión Cachot (2005b [1959]:177) habría entendido al diseño

de dos penachos o el doble cuerpo de serpiente como una figura típica y simbólica

del valle de Supe. Al sur de la zona costera del valle de Huaura se encontraron

pocos casos de esta figura iconográfica en la cerámica y otros soportes materiales,

pero al norte del valle son frecuentes las figuras de este tipo en vasijas de

cerámica y en otros materiales como el metal, la madera, los textiles, etc. Aunque

hasta el momento no se ha hallado este diseño en el valle de Chancay, el autor

supone que allí también se utilizaron las figuras con doble cuerpo, ya que en Ancón

muy probablemente apareció en una cerámica con esta representación, aunque no

es de la pintura (Kaulicke 1997: Fig. 6 N°5).

La figura 8 muestra el intercambio a distancia a nivel de la convención

figurativa, aunque los colores empleados en cada figura sean diferentes. Por lo

66
tanto, la forma del doble cuerpo de serpiente debió tener algún valor compartido a

distancia por las diferentes sociedades complejas.

- Tipo 3 (3): formado por los rostros de personajes con tocados de plumas o en

forma de aletas de pez triangulares en posición vertical. Ellas fueron encontradas

en el valle bajo de Huaura (Tabla 3.13).

- Tipo 4 (2): compuesto por los rostros de personajes en posición frontal con un

tocado en zig-zag (Anexo 3.II, A. Tocados Tipo 10). Han sido encontrados en el

valle bajo de Huaura (Tabla 3.13). Anteriormente en el sitio de Pachacamac se

registró la cara de un personaje antropomorfo que posee el mismo tocado (Uhle

2003: Lámina 7, Fig. 3). De acuerdo a las observaciones de Uhle, la figura

mencionada muestra muy poca semejanza iconográfica con el Epigonal de

Tiahuanaco. Por lo anterior, se podría decir que el tocado sería típico de las

localidades de la Costa Central.

- Tipo 5 (2): está definido por los rostros de personajes que llevan un tocado en

forma de “tiara” bicónica con líneas negras o probables flecos a los lados (Anexo

3.II, A. Tocados Tipo 8). Este tipo ha sido encontrado en el valle bajo de Huaura

(Tabla 3.13).

- Tipo 6 (4): integrado por los rostros de personajes con tocado en forma de “tiara”

bicónica con líneas negras en la parte superior y inferior” (Anexo 3.II, A. Tocados

Tipo 6a). Este tipo se encontró en el valle bajo de Huaura (Tabla 3.13).

- Tipo 7 (2): compuesto por los rostros de personajes con tocado de tumi (Anexo 3.II,

A. Tocados Tipo 3). Fueron encontrados en los valles bajos de Huaura y Chancay

(Tablas 3.13 y 3.14).

67
- Tipo 8 (2): este tipo está formado por los rostros de personajes con tocado de

plantas y “semillas (Anexo 3.II, A. Tocados Tipo 11). Este tipo fue encontrado en el

valle bajo de Huaura (Tabla 3.13).

V. Figuras pisciformes (39).

Las figuras pisciformes poseen cara triangular y elementos agregados que parecen ser

aletas de pez y antenas-bigotes, de ahí el nombre que reciben. Usualmente un solo diseño

ocupa todo el espacio destinado a la decoración en el cuerpo de la vasija, rara vez se pinta

al lado plantas y “semillas”. Las figuras adoptan no sólo la posición horizontal, sino también

la vertical con la boca del pez hacia arriba. Las figuras pisciformes se han registrados

ampliamente en los valles bajos entre Fortaleza y Ancón (Tabla 3.16). Se han reconocido

los siguientes tipos:

- Tipo 1 (2): comprende a las figuras pisciformes en posición horizontal con la aleta

caudal compuesta de cinco plumas. Dos de éstas son dobles y corresponden al

tipo característico de la iconografía huari, mientras que las tres restantes son

simples y están pintadas de blanco y otros colores como azul grisáceo). Se le ha

registrado en el valle bajo de Huaura (Tabla 3.17).

- Tipo 2 (2): definido por figuras pisciformes en posición horizontal con tres aletas

triangulares largas en forma de plumas dobles inspiradas en la iconografía huari, y

dos cortas de forma triangular con un punto en el centro. Fueron registradas en el

valle bajo de Huaura (Tabla 3.17).

- Tipo 3 (3): comprende a las figuras pisciformes en posición horizontal con la aleta

caudal definida por una gran pluma central triangular y dos plumas laterales

68
punteadas. Este tipo se ha encontrado en el valle bajo de Huaura (Tabla 3.17).

- Tipo 4 (3): integrado por figuras pisciformes similares a las precedentes; sin

embargo, la pluma central triangular de la aleta caudal está decorada con un

triángulo interno rellenado por líneas horizontales interrumpidas en color negro

sobre blanco. La banda al extremo de la pluma está pintada de blanco y marcada

con líneas cortas paralelas. Se le ha registrado en el valle bajo de Chancay y

Ancón (Tabla 3.18 y Morgan 1991: 159).

- Tipo 5 (5): determinado por las figuras pisciformes similares a las del Tipo 4, pero

sin la decoración en la aleta caudal, la que también se componen de una gran

pluma central triangular y dos plumas laterales punteadas al interior. La pluma

central está dividida en dos campos por una línea horizontal, y en cada campo se

encuentra otra línea corta de color negro. La parte extrema de la aleta está pintada

de blanco, y sobre ésta se han colocado achurados. Este tipo sólo se ha

encontrado en el valle bajo de Huaura (Tabla 3.17).

- Tipo 6 (1): caracterizado porque la aleta de la figura pisciforme presenta una pluma

central que adopta la forma de gancho, las plumas laterales punteadas. La figura

está en posición horizontal. El único caso conocido proviene del valle bajo de

Chancay (Tabla 3.18).

- Tipo 7 (5): comprende a las figuras pisciformes con tres aletas centrales

rectangulares muy largas flanqueadas por otras dos laterales. Las figuras de este

tipo se han encontrado en los valles bajos de Huaura y Chancay (Tablas 3.17 y

3.18).

- Tipo 8 (2): definido por las figuras pisciformes en posición horizontal con la aleta

69
caudal en forma de doble pluma escalonada. Las plumas laterales se componen

de dos líneas paralelas. Los dos únicos casos conocidos se han encontrado en el

valle bajo de Chancay (Tabla 3.18).

- Tipo 9 (4): las figuras pisciformes que se agrupan en este tipo adoptan también la

posición horizontal, pero su aleta caudal se compone de tres plumas escalonadas.

En un caso la figura se encuentra dentro de un panel rectangular cuyo marco se

componen de cuadrados con un punto en el centro. Se han encontrados

ejemplares pertenecientes a este tipo en los valles bajos de Huaura y Chancay

(Tabla 3.17 y 3.18).

- Tipo 10 (1): figura pisciforme en posición horizontal con una larga aleta caudal

compuesta de tres plumas. La pluma central está conformada por rombos

alineados y cortados en la mitad por una línea horizontal. Los triángulos así

formados contienen un punto cada uno. Las plumas laterales son dobles y están

decoradas con una banda transversal. El único caso conocido se recuperó en la

zona entre los valles bajos de Pativilca y Fortaleza (Tabla 3.19).

- Tipo 11 (2): figuras pisciformes en posición horizontal que difieren de las demás por

mostrar la boca abierta y porque el cuerpo está formado de dos triángulos

concéntricos, con aletas dorsales y ventrales insinuadas, agregadas a una cabeza

triangular. La aleta caudal es siempre triangular y se compone de una sola pluma

dividida en dos segmentos por una línea central, además está adornada con una

banda pintada de blanco en el extremo del cuerpo. Los dos casos registrados

difieren ligeramente en un detalle, en uno la aleta caudal está fijada a la parte

central del cuerpo triangular (11a) y en el otro está fijada al extremo del cuerpo

70
(11b). Los casos registrados corresponden al valle bajo de Chancay (Tabla 3.18).

- Tipo 12 (4): compuesto de figuras pisciformes en posición horizontal con el cuerpo

en forma de bumerán y aleta caudal triangular. La aleta se divide en dos campos

por medio de una línea de color. El cuerpo y la aleta están decorados con círculos

blancos. Lamentablemente, sólo se conoce un caso que provino del valle bajo de

Huaura (Tabla 3.17).

- Tipo 13 (2): los dos únicos casos registrados de este tipo difieren de los demás por

la boca y las aletas. La boca está abierta y se ven los pequeños dientes cuadrados

que en su interior tienen un punto cada uno; y la aleta caudal está conformada por

dos plumas, inspiradas en la iconografía huari, que están adornadas por tres

rectángulos transversales, cada uno, con un punto en el centro. Ambos ejemplos

provienen del valle bajo de Huaura (Tabla 3.17).

- Tipo 14 (1): figura pisciforme en posición vertical con la boca hacia arriba. Su aleta

caudal está definida por tres plumas, la central es triangular y tiene al extremo una

franja de cuadrados con un punto al interior cada uno, las dos laterales están

punteadas. En ambos lados del pez hay una planta escalonada que podría

representar al maíz. El único ejemplar proviene del valle de Huaura (Tabla 3.17).

VI. Felinos en posición frontal (10).

La imagen del felino está muy estilizada. La cara se representa frontalmente con las

orejas paradas; sin embargo, éstas pueden estar separadas o no del cráneo. Cuando no lo

están, la cara adopta la forma de media luna. En el caso que se represente, el cuerpo del

animal aparece desdoblado y muy simplificado. En algunos casos el pelaje está indicado

71
en forma de círculos, y al fondo de la imagen del felino, en ocasiones, se representan

plantas estilizadas y “semillas”. Los casos registrados provienen de la zona costeña y baja

de los valles de Huaura: 4 especímenes (40%), Chancay: 2 especímenes (20%), y del

resto 4 unidades (40%) carece de procedencia conocida (Tabla 3.20).

Se han distinguido cuatro tipos de acuerdo a la pose del animal y la

presencia/ausencia del tocado:

- Tipo 1 (2): son imágenes de la cara frontal del felino con las piernas delanteras

proyectadas hacia ambos lados del rostro. Los casos registrados provienen del

valle bajo de Chancay (Tabla 3.22).

- Tipo 2 (2): son imágenes de la cara frontal del felino cuyas patas delanteras están

flexionadas hacia arriba a ambos lados de la cara frontal como si fuera a dar un

abrazo, la cara tiene forma de media luna. Se desconoce la procedencia de los

casos presentados.

- Tipo 3 (2): la variable que diferencia a este tipo de los demás es la presencia de un

tocado alto en forma de “tiara” bicónica (Anexo 3.II, A. Tocados Tipo 6b). Los dos

casos conocidos provienen del valle bajo de Huaura (Tabla 3.21).

- Tipo 4 (2): caracterizado por la presencia de un tocado más complejo que el

anterior y compuesto por una gorra o pluma ancha en el centro y dos plumas

laterales con forma de semillas. Fueron registrados en el valle bajo de Huaura

(Tabla 3.21).

VII. “Animales jorobados”2 (68).

2
Menzel (1964: 29) utiliza el término “humped animal” en inglés. En castellano (Menzel 1968:

72
El término “Animal jorobado” fue introducido para describir un motivo característico de

la sierra sureña de los Andes Centrales que influyó en la Costa Sur del Perú (Menzel 1968:

90). Se trata de la imagen de un cuadrúpedo fantástico con los atributos corporales de un

felino o de un zorro. Su cuerpo tiene una joroba ligera o muy marcada; posee orejas muy

largas que se proyecta en diagonal, una nariz triangular, la boca está abierta y a menudo

los colmillos y dientes son visibles. La cabeza e incluso el cuerpo pueden estar adornados

con plumas triangulares en cuyo fondo aparecen plantas y “semillas”. Estas figuras están

ampliamente distribuidas desde el valle bajo de Fortaleza hasta Ancón (Tabla 3.23).Las

diferencias formales y los elementos asociados permiten diferencias algunos tipos:

- Tipo 1 (3): se representa la figura de un animal de cuerpo entero sin pluma sobre la

cabeza. Los especímenes hallados provinieron del valle bajo de Huaura (Tabla

3.24). En un caso, el animal se representó adoptando la forma de un cántaro en el

que la cabeza era parte del cuello compuesto La presencia/ausencia de plumas y

“semillas” alrededor del cuerpo permitió distinguir dos subtipos: 2a. Animal

jorobado con plumas y semillas, y 2b. Animal jorobado sin plumas ni semillas.

- Tipo 2 (2): este tipo está compuesto por las figuras de animales cuyo cuerpo

adopta la forma de una banda en espiral. Sobre la cabeza lleva una pluma

triangular y no tiene cola Este tipo solo Ha sido encontrado en el valle bajo de

Huaura (Tabla 3.24).

- Tipo 3 (4): caracterizado por figuras de animales cuyos cuerpos adoptan una forma

de banda curva. Ellos provienen de los valles bajos de Huaura y Chancay (Tablas

3.24 y 3.25).

91) este término se traduce como “animal encorvado”. Esta tesis emplea el término “animal
jorobado” para enfatizar la circunstancia corcovada de la espalda del animal.

73
- Tipo 4 (23): es el tipo más recurrente de la muestra y asimismo el de mayor

complejidad. Reúne las representaciones de animales recostados con el cuerpo

fuertemente arqueado, la cola larga, recta y erguida; las dos orejas también

erguidas y largas están dispuestas una en su lugar anatómicamente correcto y la

otra en la punta de la nariz, a manera de apéndice. Tres plumas trapezoidales

están dispuestas verticalmente, dos sobre el lomo y una entre las orejas. Las

plumas están decoradas por líneas horizontales con puntos. Es frecuente y

posiblemente significativa la asociación entre el animal y la cruz escalonada

conocida como “chacana”, la que no se manifiesta con figuras antropomorfas ni

pisciformes. La cerámica con este tipo fue registrada en los valles bajos de Huaura

y Chancay (Tablas 3.24 y 3.25).

- Tipo 5 (4): en cuatro casos registrados el ceramista optó por representar a dos

felinos sentados de cuerpo entero frente a frente con las patas delanteras

flexionadas y las colas ligeramente convexas y erguidas. Con frecuencia las

“semillas” parecen flotando en el fondo. Este tipo se ha observado ampliamente

desde los valles de Fortaleza a Ancón (Tabla 3.25 y 3.26).

- Tipo 6 (10): compuesto por imágenes de caras frontales de felino con cuerpo, cola

y piernas de perfil. Los casos registrados provienen de los valles bajos de Huaura,

Chancay y Fortaleza (Tablas 3.24, 3.25 y 3.26).

VIII. Cabezas de “Animales jorobados” (17).

En numerosos casos, en su mayoría los que provienen del valle de Huaura (Tabla

3.27), la figura de “Animal jorobado” se reduce a una cabeza de perfil. En un solo caso

74
aislado se intentó representar dos cabezas de animales jorobados, una detrás de la otra,

dotadas de patas delanteras que se proyectaban hacia adelante como si se tuviera la

intención de reducir al animal a un ser sentado. Es necesario resaltar que esta clase de

reducción de la figura entera a una de menor tamaño no ocurre con otros personajes,

incluyendo a los felinos. Los tipos de cabezas de animales generalmente son los mismos o

muy parecidos a aquellos representados en la categoría anterior, a excepción de los tipos

3 y 4. Se han distinguido cuatro tipos diferenciados por la manera cómo se estiliza la

cabeza y por las asociaciones:

- Tipo 1 (2): representa a dos cabezas de animales de perfil, una frente a la otra;

ambas están ataviadas con plumas y rodeadas de plantas y ‘‘semillas’’. Parece

tratarse de la reducción de la imagen del animal jorobado con una pluma sobre la

cabeza descrita anteriormente. Dos casos se han registrados en el valle bajo de

Huaura (Tabla 3.28).

- Tipo 2 (7): diseño derivado del tipo 4 del repertorio de “Animales jorobados”

completos. Como ellos, este tipo posee una gran pluma vertical sobre la cabeza,

una larga oreja erguida verticalmente y una boca abierta que muestra los dientes,

los que se proyectan hacia la nariz. Este tipo ha sido encontrado en el valle bajo de

Huaura (Tabla 3.28). Es curioso que este diseño se presente en otro estilo local a

finales del Horizonte Medio en Huaura (Fig. 6).

75
1 2

Fig. 6. Comparación de cabezas felínicas: Huaura Policromo Figurativo (1) y Huaura


Tricolor de Usera (2) (1972).

- Tipo 3 (2): se trata de una imagen muy estilizada o casi abstracta de una cabeza

de perfil entre dos plantas escalonadas. Se le reconoce con dificultad el ojo y la

oreja. Ésta última se confunde con el diseño del fondo debido a que está lleno de

“semillas”. Se le ha encontrado en el valle bajo de Huaura (Tabla 3.28).

- Tipo 4 (2): La cabeza está estilizada de tal manera que la oreja, la mandíbula

superior dentada y la nariz dibujan la forma de una creciente lunar. La mandíbula

inferior está reducida y sin dientes. Este tipo ha sido encontrado sólo en el valle

bajo de Huaura (Tabla 3.28).

IX. Protomes de “Animales jorobados” (8).

Esta particular estilización del cuerpo del animal jorobado se caracteriza por la

representación típica de la cabeza con las patas delanteras. La parte posterior del cuerpo

está sustituida por plumas, las que en otros casos forman parte del tocado o adorno del

lomo o constituyen el borde de un panel. Esta particular convención figurativa se deriva

posiblemente, aunque de manera lejana, del conocido diseño denominado “Grifo de

Pachacamac” (Menzel 1964, 1968). El diseño fue ampliamente difundido en los valles

76
bajos de Huaura y Chancay. (Tabla 3.29). Las variaciones en los tocados y en la forma de

la boca permiten dividir la categoría en dos tipos:

- Tipo 1 (6): caracterizado por la forma “fitomorfa” de las plumas en el cuerpo y el

diseño triangular de la pluma sobre la cabeza. La franja de los dientes se limita a la

mandíbula superior y se proyecta hasta la nariz. Todos los casos conocidos fueron

encontrados en los valles bajos de Huaura y Chancay (Tablas 3.30 y 3.31).

- Tipo 2 (2): diseño en el que las plumas adoptan una forma triangular y se dividen

longitudinalmente en bandas punteadas. La pluma en el cuerpo se compone de

dos triángulos, uno dentro del otro. El animal sostiene un báculo en su única pata

delantera. Las piezas registradas se hallaron en el valle bajo de Huaura (Tabla

3.30).

X. Aves (4).

La imagen está altamente convencionalizada. Las aves representadas poseen largos

picos encurvados, dos patas separadas, una cola, y alas con plumas delineadas. Las alas

se omiten cuando la postura de las patas insinúa que el animal no está volando, sino

parado sobre la tierra. Los cuatro casos que existen en la colección difieren poco uno del

otro; todos provienen de la parte baja del valle de Huaura (Tablas 3.32 y 3.33). Según la

presencia/ausencia de las alas se vislumbran dos variantes.

- Tipo 1 (2): agrupa a las figuras ornitomorfas con alas.

- Tipo 2 (2): conformado por las figuras ornitomorfas sin alas.

XI. Serpientes (23).

77
Las serpientes se representan con un cuerpo largo enroscado u ondulante en forma de

“S” y una cabeza triangular o redonda. En la mayoría de casos se trata de una figura

fantástica dotada de dos cabezas (serpiente bicéfala), una en cada extremidad del cuerpo.

Los diseños sobre la piel del ofidio adoptan una forma estilizada que parecen ser semillas.

Las plantas o semillas frecuentemente se representan flotando sobre el cuerpo del animal.

El motivo de serpiente está muy difundido en el área entre los valles de Fortaleza y

Chancay (Tabla 3.34). De las piezas que conforman esta categoría, el 55% (12) fue

hallado en el valle de Huaura, el 40% (8) corresponde al valle de Chancay, y el 5% (1)

tiene procedencia de los valles bajos de Supe-Fortaleza.

En las vasijas con decoración estampada y en los textiles pintados del Horizonte Medio

encontrados en el Norte Chico (Carrión Cachot 2005 [1959], Oakland y Fernández 2000),

las figuras en forma de serpiente acompañan a un rico universo de seres reales y

fantásticos, en particular a las figuras antropomorfas en posición frontal que se ubican al

centro de la composición. En este contexto llama la atención el hecho de que en la

cerámica Huaura Policromo Figurativo la serpiente pintada sea un motivo casi aislado.

Según la diferente postura que adopta el cuerpo y el diseño de la piel se han distinguido

los siguientes tipos:

- Tipo 1 (1): representado por una serpiente enroscada en forma de espiral con una

sola cabeza y una cola en forma de pluma. El único caso conocido proviene del

área de Supe-Fortaleza (Tabla 3.37).

- Tipo 2 (17): definido por serpientes bicéfalas con el cuerpo en forma de “S”. Hasta

cierto punto son similares a los diseños “Chakipampa” (Castillo 2000, Menzell 1968

78
y 1977, Ochatoma 2007). Los casos registrados provienen solamente del valle bajo

de Huaura (Tabla 3.35).

- Tipo 3 (2): agrupa a las serpientes bicéfalas de cabeza triangular y cuerpo

ondulado en forma de “S” en un extremo, y enroscado en espiral en el otro. Una de

las cabezas, la vinculada al cuerpo en forma de “S” tiene orejas. La variante

descrita se conoce solamente en el valle bajo de Chancay (Tabla 3.36).

- Tipo 4 (2): definido por las serpientes bicéfalas con cuerpo en forma de “S” y la

cabeza en forma de Luna en cuarto creciente. Las figuras provienen

exclusivamente del valle bajo de Chancay (Tabla 3.36). Este y los otros tipos de

esta categoría presentan cierta similitud con las figuras estampadas en relieve

características del estilo Casma y otros estilos emparentados al Norte Chico

(Carrión Cachot 2005b [1959]: 66).

- Tipo 5 (1): serpiente con cuerpo en forma de “S” y cola fuertemente enroscada,

tiene una sola cabeza circular con dos ojos y la boca bien demarcados. Está

acompañada de otra serpiente similar en miniatura. Detrás de la flotan plantas y

semillas estilizadas. El único caso conocido proviene del valle bajo de Huaura

(Tabla 3.35).

XII. Monos (6).

Los monos son fáciles de reconocer por su postura en acción de trepar, la cola larga y

la forma oval de la cabeza. En seis de los casos registrados se optó por representar a dos

monos de cuerpo entero, frente a frente. Los monos se han antropomorfizados

agregándoles atributos como báculos o tocados en forma de pluma. Según la

79
presencia/ausencia del tocado se han distinguido dos tipos:

- Tipo 1 (2): conformado por las representaciones de mono con báculo y sin tocado.

- Tipo 2 (2): caracterizado por las representaciones de mono con un adorno en

forma de pluma sobre la cabeza.

Los cuatro casos conocidos provienen del valle de Huaura (Tablas 3.38 y 3.39); sin

embargo, la figura de mono está ampliamente difundida en la costa norte. En la iconografía

Casma y Moche, los monos se relacionan con productos agrícolas como pallares,

tubérculos y árboles que probablemente serían el “ulluchu” o el “guarango” (Carrión Cachot

2005 [1959]: Figuras N°2, 3, 8; Hocquenghm 1986; Golte 2009: Figs, 3.4, 5.8, 6.15, 9.15);

y con la escena de “cópula mítica”. Rosenzweig y Wołoszyn (2008:112) publican un

cántaro con una compleja decoración en relieve que comprende al mono, la serpiente y un

personaje antropomorfo.

XIII. Plantas estilizadas (39).

En la iconografía Huaura Policromo Figurativo como en las imaginerías Huari y

Tiahuanaco, las plumas en los cuerpos de las aves y en los nimbos radiantes se

representan de la misma manera que las ramas y hojas de posibles plantas estilizadas.

Ésta es una convención que se origina en el altiplano y se diferencia claramente de

aquellas de otras culturas como Nazca y Moche (Knobloch 2000: 71-86), siempre mucho

más realistas. Igual de realistas son las representaciones de las plantas sostenidas en las

manos de los seres antropomorfos o creciendo de sus cuerpos en las imágenes

estampadas en relieve del estilo Casma impreso de molde y otros relacionados con él.

80
Cabe observar que en la iconografía las plantas y las semillas aparecen como un diseño

segundario que rellena el fondo de la representación o alrededor de la imagen central

antropomorfa o zoomorfa (Anexo 3.II). En la serie de plantas representadas como motivo

principal se tienen cuatro variantes, dos de ellas tienen carácter fitomorfo por la presencia

de vainas o semillas asociadas al diseño geométrico y/o casi abstracto de “plumas” (Anexo

3.II, F. Formas de plantas y “semillas”).

XIII.1. Plantas con tallo vertical (30).

Las figuras de plantas de maíz (Zea mays) o yuca (Manihot esculenta) están

representadas con un tallo vertical. Del valle de Huaura provino el 83% (25) de los casos

de la muestra, y del valle de Chancay menos del 20% (5) (Tabla 3.40). Se han distinguido

dos tipos:

- Tipo 1 (29): definido por la representación de una fila de “plantas” verticales.

- Tipo 2 (1): determinado por la representación de tres filas sobrepuestas de plantas

dobles que se alternan con tallos punteados de choclos o semillas muy estilizadas.

Como se aprecia en la Tabla 3.41, el único caso conocido del tipo 2 proviene del valle

bajo de Huaura. En cambio el tipo 1, que presenta menor variabilidad, se registra en

Chancay y Huaura (Tablas 3.41 y 3.42).

XIII. 2. Plantas con tallo oblicuo (9).

Las plantas simples están representadas en diagonal una pegada a la otra como si

fuesen olas geometrizadas. El 66% (6) de la muestra procede del valle bajo de Huaura

81
(Tabla 3.43), y el 11% (1) de Chancay, del 23% restante (2) se desconoce su procedencia.

Este diseño posee paralelos cercanos en la cerámica huari del sur de la costa peruana

(Owen 2007: Figuras 13, 14, 25 y 20). Se distinguieron dos tipos en esta categoría:

- Tipo 1 (6): representaciones de plantas oblicuas sin ‘‘semillas’’. Únicamente ha sido

encontrado en el valle bajo de Huaura (Tabla 3.44).

- Tipo 2 (1): definido por el diseño de plantas oblicuas con ‘‘semillas’’. El único caso

conocido provino del valle bajo de Chancay (Tabla 3.45).

XIV. Combinaciones de penachos, plumas, plantas y “semillas” (9).

Se representan figuras complejas que combinan penachos, plumas, plantas y

“semillas”, pero no aparecen personajes. En la parte central de la representación aparece

un disco que parece ser un ojo, del cual parecen surgir los otros elementos. Estas figuras

no se han observado en otros materiales ni en otros estilos cerámicos norteños ni sureños,

por lo que este tipo figurativo se considera típico del estilo Huaura Policromo Figurativo.

Los casos conocidos se registraron en los valles bajos de Huaura y Chancay (Tablas

3.46).

Según la forma de las figuras se han diferenciado tres tipos:

- Tipo 1 (6): compuesto por las imágenes de combinaciones de penachos con un

disco que parece ser un ojo. El penacho está dividido por líneas negras en campos

pintados de blanco. La muestra se recuperó en los valles bajos de Huaura y

Chancay (Tablas 3.47 y 3.48).

- Tipo 2 (2): se caracteriza porque el penacho no dividido por líneas negras en

campos pintados de blanco. Los casos de este tipo se han registrado sólo el valle

82
bajo de Huaura (Tabla 3.47).

- Tipo 3 (1): en este caso, el penacho dividido por líneas negras en campos pintados

de blanco, pero a diferencia del Tipo1, al centro del penacho no existe disco sino

un circulo perqueño. Sólo se ha encontrado un caso en el valle bajo de Huaura

(Tabla 3.47).

XV. Combinaciones de plumas, “semillas”, plantas con aspecto zoomorfo (3)

Esta categoría está formado formada por una figura en forma de “H” acostada

con/sobre tallos fitomorfos articulados en forma escalonada y “semillas”. La forma de

articulación de tallos nos impresiona que parece un cuerpo zoomorfo. Ha sido registrado

en el valle bajo de Huaura (Tabla 3.49). Es representado con frecuencia y se le considera

típico del estilo Huaura Policromo Figurativo. Hasta el momento, no se han hallado

representaciones similares en otro estilo cerámico ni en otros soportes materiales en el

valle bajo de Huaura y sus alrededores. Aunque se desconoce su origen, en la iconografía

de Recuay hay figuras ligeramente similares, como la Fig. 2 que muestra Hohmann

(2003:133), en la que el cuerpo de la vasija. Muestra una cabeza circular. Lo anterior,

podría indicar que entre el valle bajo del Huaura y la zona alta de Recuay se realizó un

intercambio a través de las imitaciones iconográficas.

XVI. Combinaciones de plumas extendidas desde un círculo central (6).

Este tipo está compuesto por cuatro triángulos plumanizados que se extienden

desde un círculo, en forma de ojo, hacia cuatro direcciones. A los lados de las plumas se

representan semillas flotando. La cerámica con este diseño fue encontrada en el área

83
entre los valles de Huaura y de Casma (Tabla 3.50); sin embargo, imágenes similares se

han hallado en materiales cerámicos y de mate al sur del valle de Huaura. Esta figura

evidencia una influencia cultural sureña, probablemente de Ayacucho. Recientemente,

Rommel Ángeles Falcón (2008:146) informó que en Huaca Malena se encontró un

recipiente pirograbado que presenta un diseño similar al tipo de nuestra clasificación.

Además, como informan José Ochatoma y Martha Cabrera (2001:194), el motivo figurativo

de alas emplumadas y cheurones puede relacionarse con este tipo.

84
CAPÍTULO 6

DISCUSIÓN

6.1. Interacciones Norte-Sur y préstamos iconográficos.

Tal como se ha demostrado en los capítulos anteriores, el estilo Huaura Policromo

Figurativo está marcado por múltiples influencias del Norte y del Sur, a pesar de sus

características provincianas. El origen de las influencias sureñas se sitúa posiblemente en

la primera mitad del Horizonte Medio, es decir, antes de que el estilo en mención se

consolide. Desafortunadamente, se carece de evidencias arqueológicas concernientes a

esta época en el valle de Huaura y no se dispone de pruebas que asocien al estilo Huaura

Policromo Figurativo con otros estilos del Horizonte Medio. Por otro lado, tampoco está

definida la tradición alfarera local del Período Intermedio Temprano pues sólo se conoce, y

no de manera muy detallada, un estilo local que pudo haberse desarrollado en la primera

mitad de este periodo y que guarda ciertos parentescos con las primeras fases de

desarrollo del estilo Lima (Interlocking) (Shady y Ruiz Estrada 1979: 52-60).

Las notas de Julio Espejo Núñez sobre un entierro huaura (T.1101) contiene de entre

sus varias cerámicas solo tres que corresponderían al estilo Huaura Policromo Figurativo

(cuaderno de Julio C. Tello del MNAAHP AT-041: 111-118); lo que evidencia que se

carecen de elementos de juicio para definir de manera contundente en qué consiste el

componente local en el caso de Huaura. Solamente se puede sospechar que las

interacciones entre los valles de la costa, y entre los de la costa y la sierra adoptaron en el

85
caso de Huaura un estilo provinciano, pero “cosmopolita” a la vez; mecanismos similares a

los que reconstruye Knobloch (2000: 71-73) para las iconografías Huari, Huarpa y Nasca.

Según ella diferentes grupos costeños y serranos de Nasca y Ayacucho intercambiaron

diseños iconográficos autorizados, pero mantuvieron vigentes otros de su propio repertorio

debido al valor tradicional o importancia religiosa. Además, concluye que la presencia de

estos diseños en la cerámica ceremonial muy probablemente indicaron algunas relaciones

jerárquicas entre los diferentes grupos sociales que intervinieron en las actividades

ceremoniales: “el énfasis se ha puesto en el arte ceremonial, que era muy probablemente

controlado bajo el liderazgo de la elite” (Knobloch 2000: 86). En otro aporte más reciente,

Knobloch (2010) relaciona los cambios estilísticos e iconográficos con variadas coyunturas

políticas del juego de poder entre las elites. Por su parte, Makowski (2010) sugiere

diferenciar tres grupos de artefactos figurativos en el Horizonte Medio. El primero

comprende a las vasijas y los textiles de muy alta calidad creados por artesanos que

tienen un manejo perfecto de las convenciones y los repertorios Tiahuanaco y Huari,

incluyendo a los signos parecidos a los grifos que componen los nimbos, pinturas

corporales, alas, colas, lagrimales, cetros y otros atributos en las manos. Por sus

características y procedencia se tratan de objetos producidos para el uso de los linajes de

elite de Wari y Conchopata, ya que, rara vez fueron encontrados en las provincias. El

segundo grupo abarca la producción de cerámica y de textiles ampliamente difundidos; sus

hallazgos son marcadores cronológicos del Horizonte Medio. A diferencia del primer grupo

los artesanos que los produjeron no estaban autorizados o no sabían reproducir los

diseños de origen Tiahuanaco y Huari con todos los detalles, y en particular omitían

sistemáticamente a los signos-grifos, los que probablemente determinaban la identidad (el

86
nombre y rango de acción) de los seres sobrenaturales representados. Makowski cree que

estos objetos fueron producidos para recompensar a las elites locales del Imperio Huari y

reforzar simbólicamente los lazos políticos con los gobernantes de Ayacucho. Finalmente,

en el tercer grupo se encuentran los objetos hechos por los artesanos que de manera

deliberada mantenían los diseños locales, no hauri, a veces en los soportes y otras en las

decoraciones. No obstante, ellos transforman los diseños originales y adoptan algunas

convenciones sureñas, en particular la pose frontal o de perfil esquematizado y la idea

general de un personaje con dos objetos en las manos extendidas. Makowski (2010)

atribuye el uso de estos objetos a las elites locales no-huari y su producción a los

artesanos a quienes se les encomendó la imitación de un estilo foráneo de prestigio.

Algunas vasijas de la muestra analizada en esta tesis podrían clasificarse en el segundo

grupo, pero la mayoría pertenece al tercero. La propuesta de esta tesis se fundamenta en

los artefactos clasificados por Menzel en el Horizonte Medio 1B, 2A y 2B, salvo para su

tercer grupo. Desafortunadamente, en la muestra hay piezas que se clasifican más bien en

el Horizonte Medio 2B y 3. Posteriormente, el estilo Huaura evoluciona en otro estilo local

que Vallejo (2010) llama Huacho (fase temprana del Intermedio Tardío).

En ausencia de contextos primarios y secuencias estratigráficas confiables no se sabe

si esta situación se debe a la ubicación cronológica de la colección estudiada o al carácter

de las relaciones que establecieron los alfareros de Huaura con los habitantes de los valles

en los que el poder imperial huari dejó mayor huella; valles que mantuvieron contacto

directo con Ayacucho como ocurre por ejemplo con Jequetepeque (San José de Moro,

Castillo et al. 2008). En este contexto, lo recomendable es limitarse a discutir a detalle los

87
componentes y las características de los préstamos sin definir sus causas directas.

Cabe mencionar que en el estilo Huaura Policrimo Figurativo se encuentran dos

corrientes de influencias. A las ya mencionadas influencias sureñas Huari y Tiahuanaco

sucedieron préstamos iconográficos de los estilos norteños Casma y Moche. Menzel (1968

y 1977) sugirió que la interacción con el norte fue posterior a la interacción con el sur y la

ubicó en el Horizonte Medio 2B, 3 y 4. Ella pensaba que la influencia Huari fue lo

suficientemente arrolladora como para asfixiar a la tradición local en el momento de la

expansión del imperio; sin embargo, las tradiciones locales, según ella, pudieron haber

renacido con el ocaso del imperio. En la actualidad se multiplican las evidencias que

demuestran el carácter muy limitado del impacto ayacuchano en la producción de

cerámica durante el Horizonte Medio 1B y 2. Gran parte de la producción alfarera local

mantuvo las tradiciones locales durante la época de la hipotética expansión (ej. Bauer

2002, 2004 y 2011 para la sierra de Cuzco).

Los elementos claramente foráneos son más fáciles de definir en el estilo Huaura

Policromo Figurativo. Buena parte de las influencias en el campo de los diseños figurativos

parece originarse en la ecléctica iconografía post-Moche de la Costa Norte. Varios

elementos que caracterizan a las caras antropomorfas y también a las figuras completas

parecen constituir una imitación en pintura pre-cocción. Sin embargo, no es una imitación

directa dado que los potenciales modelos norteños fueron hechos en técnicas diferentes,

en particular el relieve impreso. También es diferente la gama cromática, la que a su vez

88
guarda cierto parecido con las tradiciones sureñas de la órbita huari3 (Mackey 2001,

Makowski 2005: 57-60). Los diseños de origen norteño4 de mayor recurrencia en la

muestra de estudio son las serpientes bicéfalas y los tocados en forma de tumi y de luna

en cuarto creciente. Cabe observar que los motivos y elementos del diseño prestados no

necesariamente fueron difundidos sólo por medio de la cerámica, pues tanto en la Costa

Norte como en la Costa Central resulta evidente que la misma iconografía se representaba

en diferentes soportes. Es muy probable que los textiles jugaran un papel particularmente

importante en la elaboración de nuevos diseños y que con frecuencia los alfareros imitaran

la obra de los tejedores (Makowski 2006: 103). Es menester destacar que la manera como

se pintan las orejeras, collares, y detalles del cuerpo como dedos y piernas no tiene

relación con el estilo de la costa norte ni tampoco una relación directa con el Sur; se trata

más bien de un estilo cursivo y provincial de la Costa Central e incluso local.

No menos evidente que la norteña es la influencia desde la amplia esfera de las

tradiciones huari, particularmente aquellas marcadas por los diseños iconográficos

tiahuanaco. El caso más claro es el de los rostros rodeados por nimbos radiantes que tiene

dos variantes, una es el lejano referente del diseño originario de Pucará y Tiahuanaco

(Cap. 5, Figuras antropomorfas completas en posición frontal), y la otra se caracteriza por


3
Los personajes antropomorfos que caracterizan a la iconografía Moche Tardío, Moche-Huari Policromo y post-Moche
Huari Norteño (Larco 1948, Castillo et al. 2008, Castillo 2010) entre el 700-1000 d.C. (Makowski 2005:57-60) son los
siguientes:
(a) una deidad frontal acompañada de dos felinos fantásticos. La deidad lleva un tocado de dos penachos adornado
ocasionalmente con un tumi,
(b) dos de las cuatro deidades masculinas moche,
(c) una deidad marina con la cola de ave y el casco adornado de plumas en forma de media luna acompañada por aves
antropomorfas de perfil,
(d) el “animal lunar”, semi-zorro, semi-felino con frecuencia de pie sobre la creciente lunar; presenta características
combinadas recuay y moche. Muchos de estos motivos se siguen representando durante el periodo Intermedio Tardío
por lo menos hasta la expansión Chimú en1370, aproximadamente, e incluso después.
4
Compárese con las siguientes figuras del Cap. 5;
I. Figuras antropomorfas completas en posición frontal,
II. Rostros antropomorfos en posición frontal,
III. Figuras completas de personajes con rasgos humanos y sobrenaturales en posición frontal,
IV. Rostros de personajes antropomorfos con rasgos humanos y sobrenaturales solos o acompañados de una
serpiente bicéfala, en posición frontal.

89
la forma de sol radiante (Cap. 5, Rostros antropomorfos en posición frontal Tipo 1)

presente en el altiplano, pero es más recurrente en Huari. Curiosamente no se representan

en ninguna figura completa en posición frontal ni en las de perfil del estilo Huaura

Policromo Figurativo. Además, llama poderosamente la atención la ausencia del Grifo de

Pachacamac tan relacionado, según Menzel, con la Costa Central y originario de

Tiahuanaco (Knobloch 2010). Al comparar las iconografías de Tiahuanaco y Huari,

Makowski (2001, 2010) llegó a la conclusión de que la posición frontal, el nimbo radiante y

los dos báculos no caracterizan a una sola deidad altiplánica, la misma que figura en la

Portada del Sol; tal como se afirmaba y se afirma hasta el presente. Se trataría sólo de una

convención para enfatizar el rango relativo de un personaje sobrenatural respecto a los

demás. El hecho de que en los textiles y en la escultura de Tiahuanaco y Huari existan

numerosos ejemplos de la representación de varias figuras frontales una al lado de la otra,

pero diferenciadas por varios detalles iconográficos, sugiere que estas imágenes

representan a un frondoso panteón de deidades la mayoría masculinas, pero algunas

también femeninas. Estas deidades se distinguen entre sí por el tipo de objetos sostenidos

en las manos: báculos, armas, plantas y también diseños figurativos variados que se

repiten en las plumas de los nimbos, de las alas o colas, en los pectorales y lagrimales.

Cabe observar que en el estilo Huaura Policromo Figurativo no se representa ninguno de

estos detalles y la caras frontales son una simple imitación muy genérica y muy lejana de

los arquetipos sureños. Makowski (2010) ubicó a esta clase de representaciones en su

segundo grupo de artefactos ya mencionado, la más difundida en los Andes Centrales

para el Horizonte Medio. Los objetos decorados de este modo fueron fabricados para

satisfacer las necesidades ceremoniales y políticas de las elites provincianas que querían

90
tener acceso al estilo de prestigio o fueron usados por funcionarios imperiales de bajo

rango. En todo caso, ningún detalle permite relacionar estas caras con algún personaje

preciso de Wari o de Conchopata, pudiendo tratarse de una representación “algo

cosmopolita” de una deidad solar o astral de origen local.

Como ya se ha mencionado, en la iconografía del estilo Huaura Policromo Figurativo

se representan varios personajes que tienen influencias del norte y del sur, pero también

hay aquellos que muestras diferencias con los estilos norteños y sureños. Tales

diferencias iconográficas entre Huaura, Moche y Huari-Tiahuanaco, durante la expansión

Huari, probablemente están relacionadas con los temas de cultura local y características

de la cultura Huari.

A partir de todo lo expuesto, es importante reconsiderar los planteamientos que se

originan en los modelos interpretativos del fenómeno Huari de mayor aceptación. A

diferencia de la Costa Norte donde se suele poner en tela de juicio la conquista Huari

(Isbell 1978, 1988, 1997, 2001, Castillo 2000), éste supuesto hecho político fue aceptado

por los estudiosos de la Costa Central (Shimada et al. 2010, Lumbreras 1974,1975); sin

embargo, es importante recordar que no se dispone de ninguna evidencia del control

directo de la población local por parte de los hipotéticos invasores Huari. El análisis de las

formas y las características de acabado de los soportes cerámicos y textiles de la

iconografía del Horizonte Medio en el valle de Huaura tampoco ofrecen buenos

argumentos a favor de esta clase de control.

91
El fenómeno Huari no sólo debe ser considerado como una integración de redes de

intercambio de bienes de prestigio entre las élites locales, ya que de manera clara se

observa que influyó en el repertorio de las formas cerámicas ceremoniales y la iconografía.

Además, se ha planteado que este estilo habría llegado a la Costa Norte en la primera

mitad de Horizonte Medio (Castillo et al. 2008). De este modo, la aparición y difusión de la

cerámica Nievería estaría vinculada con la expansión Huari de la Costa Central a la Costa

Norte, así, esta presencia de lo Huari habría implicado la reestructuración de las relaciones

hegemónicas entre los grupos norteños y el Estado Huari. Además, la expansión Huari

desde la sierra sureña hasta la Costa Norte provocó un cambio en el espacio ceremonial

local, con lo que se reestructuraron y revaloraron las relaciones hegemónicas entre los

grupos locales de la Costa Central del Perú.

En los últimos diez años se ha publicado que el estilo Nievería del Horizonte Medio 1

estuvo asociado con el cambio de los espacios ceremoniales de los sitios arqueológicos de

Pachacamac (Franco y Paredes 2000, Marcone 2000, Tello 2007, Ángeles y Pozzi-Escot

2010, Eeckhout 2010), Maranga (Canziani 1987 y 2009, Mauricio et al. 2008),

Cajamarquilla (Mogrovejo y Segura 2000, Segura 2001), Huaca Pucllana (Ríos y Ccencho

2009: 105-116); y en el valle del Rimác: El Vallecito, el conjunto Huamaní, etc. (Guerrero y

Palacios 1994). La mayoría de los contextos con fragmentos cerámicos del estilo Nievería

son contextos funerarios intrusivos dentro de espacios ceremoniales clausurados de poder

local en la Costa Central (Marcone 2010: 138-142, Valdez 2010: 313-321). Durante la

segunda mitad del Horizonte Medio los espacios ceremoniales locales se utilizaban como

cementerios. Como presenta Ravines (1994: 270-271), en el valle bajo de Supe del Norte

92
Chico, también ocurrió un cambio similar al de la costa central. El sitio arqueológico Chimu

Capac se transformó en cementerio. Para Makowki (2004: 181-182), se trata de un

episodio corto, pero decisivo en el que la expansión huari se dio desde la sierra hacia la

costa por ciertos valles escogidos.

Hasta el presente no hay evidencias arquitectónicas huari en el valle de Huaura ni en

otros valles de la Costa Central, sin embargo, Huari utilizó en Pachacamac las estructuras

ceremoniales existentes (Franco y Paredes 2000: 610-613). En el valle bajo de Huaura y

sus alrededores se observa que gran parte de la cerámica Huaura Policromo Figurativo se

clasifica en el tercer grupo de artefactos que plantea Makowski (2010: 69). Entonces, a

partir de las evidencias materiales encontradas hasta el presente se puede sustentar la

tercera interpretación del fenómeno Huari, la cual postula que fue una entidad política que

ejerció poder hegemónico más que un control territorial directo.

Es necesario plantear que las interacciones originadas durante la expansión de Huari

convirtieron a las localidades en una zona de frontera donde se difunden, superponen y

mezclan elementos iconográficos con nociones foráneas y locales. De este modo, el valle

bajo de Huaura y sus alrededores, donde hay evidencias materiales de gran interacción,

pudo ser una frontera de Huari en la segunda mitad del Horizonte Medio, según la

definición de Lightfoot y Martinez (1995) y Allard (2006). Sin embargo, el estilo Huaura

Policromo Figurativo por si mismo ejerció poca influencia en áreas muy cercanas como

Chancay y no difundió sus elementos estilísticos e iconográficos en la Costa Central. Este

estilo recepcionaba fuertemente las influencias foráneas y también manifestaba sus

93
elementos locales en la iconografía.

Para revalorar o legitimar las relaciones hegemónicas entre el Estado Huari y el grupo

local de Huaura se realizaron préstamos iconográficos que son un signo de la influencia

hegemónica del Estado Huari sobre las autoridades locales en el Norte Chico.

6.2. Una aproximación a las jerarquías e identidades en la iconografía Huaura Policromo

Figurativo.

En la definición de las características relacionadas con las jerarquías e identidades

entre las figuras iconográficas investigadas es necesario observar los siguientes rasgos

característicos:

a) Diferencia de género,

b) Variedades y diferencias en los tocados, y

c) Asociaciones entre personajes, plantas y “semillas”.

Debido a que hasta la fecha no se han publicado trabajos de investigación sobre las

características iconográficas del estilo Huaura Policromo Figurativo, en este estudio se

realiza una aproximación tentativa que perfila las características relacionadas con las

jerarquías e identidades en la iconografía.

a) Diferencia de género.

Se puede plantear que existe una representación diferenciada por género entre las

94
figuras antropomorfas. Anteriormente Carrión Cachot (2005 [1959]) indicó que la

iconografía Casma que influyó a las iconografías de Huaura hasta Ancón presenta

diferencias de género entre las figuras impresas. El personaje masculino y femenino

representado como una pareja en la misma cerámica se asocia con árboles, plantas,

semillas, monos, felinos y/o serpientes. Aunque se observa una convención iconográfica

entre la iconografía Casma y las de Tiahuanaco y Huari (Makowski 2010), la diferencia de

género en la iconografía Casma es más recurrente que en las de Tiahuanaco y Huari en la

cerámica. En la iconografía Huaura Policromo Figurativo muy probablemente se

representa la diferencia de género con la imitación iconográfica del estilo Casma.

En Humaya el autor de esta tesis encontró una cerámica, probablemente de la

segunda mitad del Horizonte Medio que presenta dos figuras antropomorfas de hombre y

mujer (Fig. 7). La definición del género se puede sustentar por medio de la comparación

con las figurinas de finales del Horizonte Medio y el Período Intermedio Tardío de Huacho

que comparten algunos detalles con la imagen mencionada y en particular los tocados

(Fig.8). En ambos casos se observa que personajes de diferente sexo ostentan tocados de

variada forma en su cabeza. Las formas que se observan en las figurinas son similares a

las que se han registrado en este corpus: Anexo 3.II., A. Tocados Tipos 1 y 2). Resulta

interesante observar que Tipo 1 de los tocados sobrevive al ocaso de los estilos del

Horizonte Medio tanto en Huaura como en la Costa Norte (ej. ML013235 de la Colección

de Museo Larco).

95
Fig. 7. Personajes de Humaya. Figura femenina (izquierda) y masculina (derecha) con
diferentes tocados.

Fig.8. Figurinas masculina y femenina encontradas en Huacho (Museo Amano).

b) Variedades y diferencias en los tocados.

Hasta ahora no hay estudios que indiquen las variedades y diferencias en los tocados

de personajes en la iconografía de Huaura Policromo Figurativo. Aunque Carrión Cachot

presenta la existencia de varios personajes con tocado de la cerámica Casma que habrían

influido en la cerámica Huaura Policromo Figurativo, ella no menciona las variedades y

diferencias en los tocados.

La forma de los tocados es un importante indicador para definir las relaciones

96
existentes entre los elementos foráneos y los locales, es decir, el tocado probablemente

indicaría alguna relación de procedencia. Las representaciones iconográficas del estilo

Huaura Policromo Figurativo no presenta variedad en la vestimenta, báculos u orejeras; sin

embargo, se observa una variedad de tocados. En esta tesis, se ha intentado caracterizar

algunos rasgos particulares de los tocados asociados a las diferentes representaciones.

En esta clasificación de elementos decorativos (Anexo 3) los tocados correspondientes

al tipo 3 y 4 presentan la influencia iconográfica Moche (Período Intermedio Temprano);

así como las caras antropomorfas con radiantes evidencian la influencia Huari (Horizonte

Medio). Cuantitativamente, en la muestra de estudio analizada, se observa un mayor

número de tocados con influencia norteña y local. Además, algunos elementos decorativos

correspondientes al tipo 5 presentarían influencia Recuay. Los tocados de plumas de

forma triangular ampliamente representados en la Costa Norte y el sur, también están

presentes en la iconografía del estilo Huaura Policromo Figurativo (Anexo 3. II., E. Plumas

de ave o de pez). Por otro lado, se observan tocados típicos de los valles bajos de Huaura

y Chancay como los tocados en forma de “tiara” bicónica correspondientes al tipo 6 y 8 de

nuestra clasificación.

Otro aspecto importante a considerar en este análisis es la relación que existe entre

las formas del tocado y la iconografía Huaura Policromo Figurativo. Así, los tocados en

forma de protuberancias, presentes también en el estilo estampado en alto relieve (Carrión

Cachot 2005: Figura N°51); se observan solamente en las figuras antropomorfas, en las

que se puede notar las diferencias de género ya mencionadas. Por otro lado, los tocados

97
en forma de tumi y los de pluma en forma triangular se asocian tanto a figuras

antropomorfas como a “Rostros de personajes”, que tienen rasgos humanos como

sobrenaturales, acompañados o no de una “serpiente bicéfala”. Solamente los tocados

triangulares de plumas están asociados a figuras zoomorfas como las felínicas, “Animales

jorobados” y monos.

El tocado en forma de “tiara” bicónica (tipos 6 y 8) es compartido por las figuras

antropomorfas, de felinos, figuras enteras de personajes con rasgos humanos y

sobrenaturales, y seres pisciforme siempre en posición frontal. Además, este tocado no se

observa en otros estilos cerámicos, por lo que se considera un atributo cultural típico del

estilo Huaura Policromo Figurativo. Los tocados en forma de plumas presentan la misma

tendencia que los de forma de “tiara” biconica”; sin embargo, estos últimos se asocian a

figuras antropomorfas.

Las características mencionadas permiten indicar que a través de las combinaciones

de las figuras con los tocados se pudieron haber representado algunas relaciones

jerárquicas y simbólicas entre las figuras del estilo Huaura Policromo Figurativo. Por lo

tanto, se confirma que el tocado es un importante indicador de diferenciación.

c) Asociación entre personajes, plantas y “semillas”

La mayoría de los personajes antropomorfos y zoomorfos del estilo Huaura Policromo

Figurativo, los que no se representan juntos, se asocian a plantas y “semillas”; sin

embargo, no se representan figuras de animales domesticados como llamas y alpacas,

98
sino solamente animales silvestres como felinos, serpientes, monos, etc. La

representación de la planta más recurrente es la del maíz, tal vez debido a su importancia

para la producción de chicha. El dios de Maíz que planteó Carrión Cachot (2005 [1959]) en

la iconografía Casma se encuentra probablemente muy relacionado con los personajes

asociados con plantas y “semillas” de la iconografía de Huaura Policromo Figurativo.

También cabe indicar que no se observa la representación de otras especies vegetales

domesticadas como la papa. Entonces, sería posible sostener que la iconografía Huaura

Policromo Figurativo se interesó en asociar a personajes, plantas (maíz) y “semillas”.

99
CAPÍTULO 7

CONCLUSIONES

Esta investigación es una iniciativa ante la falta de investigaciones sobre el tema

de la cerámica local del Norte Chico y su iconografía (valles de Casma, Fortaleza,

Pativilca, Supe, Huaura, Chancay y Ancón) durante el Horizonte Medio. Para realizar los

objetivos trazados se hizo todo lo posible por ubicar y registrar las vasijas cerámicas

decoradas de los museos nacionales, regionales, locales y privados, y aquellas que

forman parte de colecciones particulares; además, se recopiló la información dispersa

acerca de su procedencia. Como resultado se obtuvo un corpus integrado por 616 piezas

de cerámica decorada entera y parcialmente fragmentada. Esta abundante muestra fue

sometida de manera sistemática a un detallado análisis estilístico-formal e iconográfico con

el fin de lograr una definición del estilo local que esta tesis propone llamar “Huaura

Policromo Figurativo”.

Los principales resultados de la investigación son los siguientes:

- El estilo Huaura Policromo Figurativo se originó en los valles bajos de Huaura y

Chancay durante la segunda mitad del Horizonte Medio.

- Existen evidencias, expresadas en las características del estilo definido, que

revelan la interacción de la población del valle bajo de Huaura con los valles

costeños vecinos del Norte Chico y de la Costa Central.

- La falta de evidencias sobre los antecedentes locales de la producción de cerámica

100
a fines del Intermedio Temprano y en la primera mitad del Horizonte Medio impiden

precisar el componente de la tradición local, y ubicar cronológicamente a la

muestra con respecto a los estilos del Horizonte Medio 1 y 2 originarios de

Ayacucho y de la Costa Centro-Sur.

- Las vasijas Huaura Policromo Figurativo no son imitaciones directas de modelos

inspirados en las vasijas de estilos clásicos huari como Chakipampa, Ocros,

Conchopata, Robles Moqo o Viñaque; pero tampoco son copias de Pachacamac.

Según la propuesta de Menzel (1968 y 1977), se trataría de piezas hechas por

artesanos locales cuando el Imperio Huari ya no podía ejercer el control directo, de

ahí su ubicación cronológica en el Horizonte Medio propuesta a título de hipótesis.

Desafortunadamente, no se han encontrado a pesar de denodados esfuerzos,

argumentos contundentes ni a favor ni en contra de la influyente propuesta. Hay

que esperar para ello los resultados de las excavaciones de contextos primarios

del Horizonte Medio y de sitios con claras superposiciones estratigráficas. Lo que

queda claro es que los alfareros locales de Huaura y Chancay recogen algunos

rasgos de los estilos de prestigio y los reproducen.

- Entre las formas sureñas relacionadas con el fenómeno huari están el kero, los

cántaros de los tipos 1-4 y la botella. En cambio, en la decoración figurativa la

influencia de la frondosa iconografía huari de Ayacucho se limita a las

convenciones de representación de personajes antropomorfos, plumas y detalles

de las extremidades (geometrización de los dedos). Con respecto a las

convenciones llama la atención las figuras frontales con dos objetos, uno en cada

mano, que reproducen el conocido modelo de la “deidad de los báculos” (Menzel

101
1977, Makowski 2001b). Sin embargo, los rostros de estas figuras no

corresponden a personajes de la iconografía tiahuanaco, sino a seres

sobrenaturales del imaginario de la costa sur, central y en particular de la costa

centro-norte. Mayor semejanza con la iconografía ayacuchana y tiahuanaco tienen

las caras rodeadas de nimbos radiantes, a pesar del número reducido de casos (9)

considerando también a las variantes locales.

- La mayor parte de la decoración alude a diseños que no guardan una relación

clara ni con la iconografía atribuida a Pachacamac por Menzel (1968 y 1977; veáse

la crítica en Kaulicke 2000 y Makowski 2010) ni menos con la imaginería de

Ayacucho en la que predominan los diseños Tiahuanaco (SAIS: Isbell 2000 y

Knobloch 2000 y 2010). Por lo tanto, no se podría afirmar que los ceramistas de

Huaura evocan ideas y personajes del ámbito de la religión estatal o de la religión

del hipotético centro oracular en Pachacamac. Tampoco convence la idea de que

se trataría del renacimiento de tradiciones locales durante el Horizonte Medio 2 y 3.

- Las imágenes de cuadrúpedos, plantas estilizadas, plumas y personajes frontales

con el tocado de dos penachos parecen llegar a Huaura desde el Norte, y están

también marcadas de ligeras influencias huari que se expresan en la postura y en

el trazo de los detalles. Las hipotéticas diferencias de género en los personajes

antropomorfos hacen recordar igualmente a las parejas de deidades Casma

(Carrión Cachot 2005[1959]).

Un aspecto relevante quedó claro en esta investigación: el estilo Huaura Policromo

Figurativo se distingue con claridad del estilo Huaura (Geométrico Pulido) definido por

102
Vallejo (2004, 2010). Aunque ambos estilos se originan en talleres, quizás esto sucedió en

lugares (valles) diferentes. Además, sólo algunas formas están compartidas, pero no la

iconografía ni las técnicas de acabado. Vallejo (2004, 2010) propuso ubicar al estilo

Huaura al final del Horizonte Medio 3 ó 4, como antecedente de los estilos Huacho e

Ychsma Inicial de comienzos del período Intermedio Tardío. Esta tesis considera posible

que el estilo Huaura Policromo Figurativo haya antecedido al estilo Huaura, pero ambas

tradiciones alfareras tuvieron que haber coexistido por cierto tiempo. En todo caso, dado

que no se dispone de argumentos contundentes a favor de una dominación política

aplastante del valle de Huaura ni de un control ideológico en materia de iconografía

religiosa por parte del Imperio Huari, es difícil sostener la propuesta tradicional de Menzel

sobre la paulatina emancipación de los ceramistas locales entre el Horizonte Medio 2B y 4.

Es importante mencionar que esta investigación es sólo el punto de partida para

aquellas que ojalá se desarrollen en un futuro cercano, ya que con nuevas investigaciones

estilísticas e iconográficas se podrían caracterizar y comprender mejor las complejas

interacciones entre los pueblos de los valles del Norte Chico.

103
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126
Anexo 1: Mapas

Mapa 1 Ubicación de valles principales en Perú (una modificación de mapa de


MapLinks/Tele Atlas)
Mapa 2 Ubicación de sitios ubicados entre los valles de Huaura y de Fortaleza
1. Huacho 2.Humaya 3.Vilcahuaura 4.San Juan 5.Huacán 6.Pampa de Las Animas 7.Centinela 8.Salinas 9.Sta.
Rosalia 10.Tres de Mayo 11. Cerro Colorado 12. Huaca Amay 13. Cerro el Diablo 14. Rontoy 15. San José 16.
Luriyama 28.Caleta Vidal 29. Vinto Alto.

Mapa 3 Ubicación de sitios ubicados en el valle de Chancay y Ancón


17. Lauri 18.Tronconal 19.Chancayllo 20. Miraflores 21. Pisquillo Chico 22.Pisquillo Grande 23. Pisquillo 24.
Portillo 25. La Huaca 26. Caqui 27. Palpa 30.Miramar/Necrópolis de Ancón
ANEXO 2

a) Vasos

Tipo 1

A B
Base Base
Plana Convexa

Tipo 2 Tipo 3

0 20 cm

Lamina : Tipología de Vasos


b) Cántaros

b1)

Tipo 1 Tipo 2

Tipo 3

4a 4b
Tipo 4
0 20 cm

Lamina : Tipología de Cántaros


Tipo 5 5a 5b

Tipo6
b2)

Tipo1 Tipo2

0 20 cm

Lamina : Tipología de Cántaros


c) Botellas

d) Jarra

Tipo 1a Tipo 1b

Tipo 2

0 20 cm

Lamina : Tipología de Botellas y Jarras


e) Plato hondo

Tipo 1 Tipo 2

f) Plato

g) Copa

Tipo 1 Tipo 2

h) Taza

0 20 cm

Lamina : Tipología de Platos, Copas y Taza


Anexo 3 Tipología de Diseños Iconográficos.

3.I. Clasificación de figuras iconográficas.

I. Figuras antropomorfas completas en posición frontal.

1 2a 2b

3 4a 4b

5 6 7

8 9
II. Rostros antropomorfos en posición frontal.

1a 1b-i 1b-ii

2 3 4a

4b 5 6a

6b 6c 7

III. Figuras completas de personajes con rasgos humanos y sobrenaturales en posición


frontal.

1 2
IV. Rostros de personajes antropomorfos con rasgos humanos y sobrenaturales, solos
o acompañados de una serpiente bicéfala, en posición frontal.

1a-i 1a-ii 1a-iii

1b 1c 2

3 4 5

6 7 8
V. Figuras pisciformes.

1 2 3

4 5 6

7 8 9

10 11a 11b

12 13 14
Vl. Felinos en posición frontal.

1 2 3a

3b

VII. “Animales Jorobados”.

1a 1b 2

3 4 5

6
VIII. Cabezas de “Animales Jorobados”.

1 2

3 4

IX. Protomes de “Animales Jorobados”.

1 2

X. Aves.

1 2
XI. Serpientes.

1 2 3

4 5

XII. Monos.

1 2

XIlI. Plantas estilizadas.


Plantas con tallo vertical.

1 2
Plantas con tallo oblicuo.

1 2

XlV. Combinaciones de penachos, plumas, plantas y “semillas”.

1 2 3

XV. Combinaciones de plumas, plantas y “semillas” con aspecto zoomorfo.

XVI. Combinaciones de plumas extendidas desde un círculo central.


3.II. Clasificación de elementos decorativos.

A. Tocados.

1 2a 2b 3

4 5 6a 6b 7

8 9 10 11

12
1: Forma de protuberancias rectangulares.
2: Forma de protuberancias triangulares: 2 a: Posee tres protuberancias, 2 b; Posee
cinco protuberancias.
3: Forma de Tumi.
4: Forma de luna en cuarto creciente.
5: Forma de cuerno.
6: Forma de “tiara” bicónica. 6a: En sus partes superiores y inferiores hay líneas, 6b: En
sus partes superiores y inferiores no hay líneas.
7: Forma de Cuadras cadenadas. En el campo de cada cuadra se expresa línea espiral.
8: Forma de “tiara” bicónica en sus dos lados hay líneas.
9: Forma de penacho.
10: Forma en zig-zag con círculos.
11: Forma de plantas.
12: Forma triangular con plumas

B. Báculos.

1 2
1: La parte superior del báculo presenta una forma triangular.
2: La parte superior del báculo presenta una forma triangular con un círculo.

C. Orejeras.

1 2
1: Hay tres líneas horizontales sobre pintado blanco.
2: Hay un circulo que presenta un circulo negro en su centro.

D. Collares.

1 2 3
1: Una banda convexa dividido en varios campos, y hay punto en cada campo.
2: Una banda convexa no dividido en campos, y hay varios puntos en su campo.
3: Dos bandas convexas separadas, y en cada campo de la banda hay puntos negros.

E. Plumas de ave o de pez.

1 2 3 4 5 6
1: Forma triangular en posición vertical separada en dos campos verticalmente con una
línea horizontal. En cada campo hay un punto negro en su centro.
2: Forma triangular en posición vertical separada en dos campos horizontalmente con
una línea horizontal. El campo superior se separa en dos sub-campos con una línea
vertical. En cada sub-campo hay un punto negro en su centro.
3: Forma triangular en posición vertical separada en dos campos con una línea
horizontal. El campo superior se separa en tres sub-campos con dos líneas verticales.
En cada sub-campo hay un punto negro en su centro.
4: Forma triangular en posición vertical separada en varios campos con líneas
verticales y horizontales. En cada campo hay un punto negro en su centro.
5: Forma triangular en posición central se separa en varios campos verticalmente con
líneas horizontales. El campo superior se separa en varios sub-campos con líneas
verticales. Cada campo tiene un punto negro en su centro. Tercer, quinto, septimo,
noveno campos tienen puntos negros.
6: Forma de semi-trapecio invertido en posición vertical separada en cuatro campos
verticalmente con líneas horizontales. El campo superior se separa en varios sub-
campos con líneas verticales. En cada sub-campo hay un punto negro en su centro.

F. Formas de plantas y “semillas”.


Plantas.

1 2 3 4 5
Este tipo de atributo cultural presentan una forma fitomorfa influenciada del Sur
(Huari/Tiahunaco).
1: Forma recta. En su parte superior hay cuadro pintado blanco con un punto negro en
su centro.
2: Forma de tallo con dos cabeceras de diferente nivel de altura. En cada cabecera hay
cuadro pintado blanco con un punto negro en su centro.
3: Forma de tallo con dos cabeceras de diferente nivel de altura. En cada cabecera hay
cuadro pintado blanco con un punto negro en su centro. En la base también hay cuadro
pintado blanco con un punto negro en su centro.
4: Forma de tallo tres cabeceras de diferente nivel de altura en una banda pintada. En
cada cabecera hay cuadro pintado blanco con un punto negro en su centro. En la base
también hay cuadro pintado blanco con un punto negro en su centro.
5: Presenta dos cabeceras de diferente nivel de altura en una banda pintada. En cada
cabecera hay cuadro pintado blanco con un punto negro en su centro. En la base
también hay cuadro pintado blanco con un punto negro en su centro. Dentro de la
banda pintada hay puntos pintados.

“Semilla”.

1 2 3 4 5 6 7 8

1: Forma ovoide con dos líneas y un punto negro.


2: Forma ovoide con una línea y un punto negro.
3: Forma ovoide con un punto negro.
4: Forma ovoide con cuatro puntos negros.
5: Forma ovoide con dos puntos negros.
6: Forma doble ovoide con dos puntos y una línea.
7: Forma doble ovoide con dos puntos.
8: Forma de dos líneas convexas, y entre las líneas hay puntos negros.

G. Forma de línea curva con puntos.

H. Formas bandas en cuadrado que rodean las figuras iconográficas.


Tipo 1

1 2 3
*Parte de línea oblicua: color rojizo ósculo, parte negra: color negro.
1: Presenta banda cuadrada. La banda está separada en campos pequeños. En cada
campo hay punto negro en su centro.
2: Presenta 3 bandas cuadradas. Las líneas en banda tienen diferentes colores.
3: Presenta una o dos bandas cuadradas con diferentes colores, sin embargo no tiene
banda de color rojizo.

Tipo 2: bandas que se ponen en la parte superior y la inferior de las figuras


iconográficas.

1 2 3 4

Parte de banda con línea oblicua: color rojizo oscuro, parte de línea negra: color negro
*Estas bandas se ubican en la parte circular roja.

1: Tipo 2a: Banda pintada blanca. La banda está separada en campos pequeños. En
cada campo hay punto un punto negro en su centro.
2: Tipo 2b: Dos bandas pintadas. Una es la blanca, y otra es la rojiza oscura. La banda
blanca está separada en campos pequeños. En cada campo hay punto un punto negro
en su centro.
3: Tipo 2c: Dos bandas pintadas. Una es la rojiza oscura, y otra es la negra.
4: Tipo 2d: Una banda pintada negra.

I. Formas de cuadros espirales. J. Formas de ‘‘chacana’’.

1 2
1: Forma completa de “Chacana”.
2: Forma de un cuarto de “Chacana”.
Anexo 4 Tablas
Este anexo consiste en tres partes de cuantificación:
(I) Cuantificación por forma y tipo cerámico.
(II) Cuantificación por sitio
(III) cuantificación por figura y motivo iconográfico.

(I) Tablas y gráficos de cuantificación por forma y tipo cerámico

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Huaura 59 364
Chancay 16 100
Supe-Fortaleza 4 21
Huarmey-Casma 1 4
Sin procedencia 20 129
Total 100 616
Tabla 1.1. Distribución espacial de Huaura Policromo Figurativo en los valle bajos de
Norte Chico (incluso Huarmey-Casma)

Porcentaje Número de cantidad


Vasos 61 374
Cántaros 17 103
Botella 5 32
Jarras 7 42
Platos hondos 6 34
Platos 1 7
Copas 2.7 17
Tazas 0.3 2
Total 100 611
Tabla 1.2. Cuantificación por forma cerámica del estilo Huaura Policromo Figurativo.
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 3 2
2 Humaya 30 22
3 Vilcahuaura 3 2
4 San Juan 0 0
5 Huachan 36 26
6 Pampa de Las Animas 7 5
7 Centinela 1 1
8 Salinas 10 7
9 Sta. Rosalina 5 4
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 5 4
Total 100 73
Tabla 1.3. Vaso 1a en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 7 1
18 Tronconal 14 2
19 Chancayllo 0 0
20 Miraflores 29 4
21 Pisquillo Chico 7 1
22 Pisquillo Grande 43 6
23 Pisquillo 0 0
24 Portillo 0 0
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 0 0
27 Palpa 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 14
Tabla 1.4. Vaso 1a en el valle bajo de Chancay
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 3 4
2 Humaya 64 90
3 Vilcahuaura 1 2
4 San Juan 1 1
5 Huachan 14 20
6 Pampa de Las Animas 1 2
7 Centinela 0 0
8 Salinas 1 2
9 Sta. Rosalina 6 7
10 Tres de Mayo 1 2
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 1 2
16 Luriyama 1 2
Sin procedencia 6 7
Total 100 141
Tabla 1.5. Vaso 1b en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 22 4
18 Tronconal 11 2
19 Chancayllo 18 3
20 Miraflores 22 4
21 Pisquillo Chico 11 2
22 Pisquillo Grande 5 1
23 Pisquillo 0 0
24 Portillo 11 2
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 0 0
27 Palpa 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 18
Tabla 1.6. Vaso 1b en el valle bajo de Chancay
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
28 Caleta Vidal 50 4
29 Vinto Alto 0 0
Sin procedencia 50 4
Total 100 8
Tabla 1.7. Vaso 1b en los valle bajos de Supe-Fortaleza

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 58 14
3 Vilcahuaura 4 1
4 San Juan 0 0
5 Huacán 4 1
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 4 1
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 8 2
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 22 5
Total 100 24
Tabla 1.8. Vaso 1c en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 14 1
18 Tronconal 0 0
19 Chancayllo 0 0
20 Miraflores 14 1
21 Pisquillo Chico 0 0
22 Pisquillo Grande 0 0
23 Pisquillo 14 1
24 Portillo 0 0
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 58 4
27 Palpa 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 7
Tabla 1.9. Vaso 1c en el valle bajo de Chancay
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
28 Caleta Vidal 50 4
29 Vinto Alto 0 0
Sin procedencia 50 4
Total 100 8
Tabla 1.10. Vaso 1c en los valle bajos de Supe-Fortaleza

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 50 4
3 Vilcahuaura 25 2
4 San Juan 0 0
5 Huachan 25 2
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 8
Tabla 1.11. Vaso 2 en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 34 2
18 Tronconal 0 0
19 Chancayllo 0 0
20 Miraflores 0 0
21 Pisquillo Chico 0 0
22 Pisquillo Grande 0 0
23 Pisquillo 0 0
24 Portillo 0 0
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 0 0
27 Palpa 33 2
Sin procedencia 33 2
Total 100 6
Tabla 1.12. Vaso 2 en el valle bajo de Chancay
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 0 0
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huacán 11 1
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 89 8
Total 100 9
Tabla 1.13. Vaso 3 en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 0 0
18 Tronconal 0 0
19 Chancayllo 0 0
20 Miraflores 0 0
21 Pisquillo Chico 0 0
22 Pisquillo Grande 0 0
23 Pisquillo 0 0
24 Portillo 0 0
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 0 0
27 Palpa 0 0
Sin procedencia 100 2
Total 100 2
Tabla 1.14. Vaso 3 en el valle bajo de Chancay
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 44 6
3 Vilcahuaura 21 3
4 San Juan 0 0
5 Huachan 0 0
6 Pampa de Las Animas 14 2
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 21 3
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 14
Tabla 1.15. Cántaro 1 en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 50 2
18 Tronconal 0 0
19 Chancayllo 0 0
20 Miraflores 0 0
21 Pisquillo Chico 0 0
22 Pisquillo Grande 0 0
23 Pisquillo 0 0
24 Portillo 0 0
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 0 0
27 Palpa 0 0
Sin procedencia 50 2
Total 100 4
Tabla 1.16. Cántaro 1 en el valle bajo de Chancay
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 50 6
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huachan 0 0
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 17 2
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 33 4
Total 100 12
Tabla 1.17. Cántaro 2 en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 0 0
18 Tronconal 40 4
19 Chancayllo 0 0
20 Miraflores 20 2
21 Pisquillo Chico 0 0
22 Pisquillo Grande 0 0
23 Pisquillo 0 0
24 Portillo 0 0
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 20 2
27 Palpa 0 0
Sin procedencia 20 2
Total 100 10
Tabla 1.18. Cántaro 2 en el valle bajo de Chancay
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 100 8
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huachan 0 0
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 8
Tabla 1.19. Cántaro 3 en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 20 2
18 Tronconal 40 4
19 Chancayllo 0 0
20 Miraflores 0 0
21 Pisquillo Chico 0 0
22 Pisquillo Grande 0 0
23 Pisquillo 0 0
24 Portillo 0 0
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 20 2
27 Palpa 0 0
Sin procedencia 20 2
Total 100 10
Tabla 1.20. Cántaro 3 en el valle bajo de Chancay

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
28 Caleta Vidal 0 0
29 Vinto Alto 0 0
Sin procedencia 100 2
Total 100 2
Tabla 1.21. Cántaro 3 en los valle bajos de Supe-Fortaleza
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 100 2
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huachan 0 0
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 2
Tabla 1.22. Cántaro 4a en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 100 6
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huachan 0 0
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 6
Tabla 1.23. Cántaro 4b en el valle bajo de Huaura
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 100 6
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huachan 0 0
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 6
Tabla 1.24. Cántaro 5a en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 100 2
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huachan 0 0
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 2
Tabla 1.25. Cántaro 5b en el valle bajo de Huaura
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 100 2
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huachan 0 0
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 2
Tabla 1.26. Cántaro 6 en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 12 1
2 Humaya 25 2
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huachan 38 3
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 25 2
Total 100 8
Tabla 1.27. Cántaro con rostro gollete 1 en el valle bajo de Huaura
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 0 0
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huachan 0 0
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 100 2
Total 100 2
Tabla 1.28. Cántaro con rostro gollete 2 en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 100 1
18 Tronconal 0 0
19 Chancayllo 0 0
20 Miraflores 0 0
21 Pisquillo Chico 0 0
22 Pisquillo Grande 0 0
23 Pisquillo 0 0
24 Portillo 0 0
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 0 0
27 Palpa 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 1
Tabla 1.29. Cántaro con rostro gollete 2 en el valle bajo de Chancay
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 60 6
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huachan 0 0
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 20 2
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 20 2
Total 100 10
Tabla 1.30. Botella 1 en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 59 4
18 Tronconal 0 0
19 Chancayllo 29 2
20 Miraflores 0 0
21 Pisquillo Chico 0 0
22 Pisquillo Grande 0 0
23 Pisquillo 12 1
24 Portillo 0 0
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 0 0
27 Palpa 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 7
Tabla 1.31. Botella 1 en el valle bajo de Chancay
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 0 0
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huacán 0 0
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 50 1
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 50 1
Total 100 2
Tabla 1.32. Botella 2 en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 59 4
18 Tronconal 0 0
19 Chancayllo 29 2
20 Miraflores 0 0
21 Pisquillo Chico 0 0
22 Pisquillo Grande 0 0
23 Pisquillo 12 1
24 Portillo 0 0
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 0 0
27 Palpa 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 7
Tabla 1.33. Botella 2 en el valle bajo de Chancay
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 0 0
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huacán 0 0
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 100 1
Total 100 1
Tabla 1.34. Jarra 1a en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 0 0
18 Tronconal 100 2
19 Chancayllo 0 0
20 Miraflores 0 0
21 Pisquillo Chico 0 0
22 Pisquillo Grande 0 0
23 Pisquillo 0 0
24 Portillo 0 0
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 0 0
27 Palpa 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 2
Tabla 1.35. Jarra 1a en el valle bajo de Chancay
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 58 8
3 Vilcahuaura 14 2
4 San Juan 0 0
5 Huacán 0 0
6 Pampa de Las Animas 14 2
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 14 2
Total 100 14
Tabla 1.36. Jarra 1b en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 25 1
2 Humaya 50 2
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huachan 0 0
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 25 1
Total 100 4
Tabla 1.37. Jarra 2 en el valle bajo de Huaura
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 0 0
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huachan 100 2
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 2
Tabla 1.38. Plato hondo 1 en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 100 2
18 Tronconal 0 0
19 Chancayllo 0 0
20 Miraflores 0 0
21 Pisquillo Chico 0 0
22 Pisquillo Grande 0 0
23 Pisquillo 0 0
24 Portillo 0 0
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 0 0
27 Palpa 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 2
Tabla 1.39. Plato hondo 1 en el valle bajo de Chancay
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 50 6
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huachan 42 5
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 8 1
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 12
Tabla 1.40. Plato hondo 2 en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 0 0
18 Tronconal 100 2
19 Chancayllo 0 0
20 Miraflores 0 0
21 Pisquillo Chico 0 0
22 Pisquillo Grande 0 0
23 Pisquillo 0 0
24 Portillo 0 0
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 0 0
27 Palpa 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 2
Tabla 1.41. Plato hondo 2 en el valle bajo de Chancay

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
28 Caleta Vidal 100 4
29 Vinto Alto 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 4
Tabla 1.42. Plato hondo 2 en los valle bajos de Supe-Fortaleza
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 17 1
2 Humaya 32 2
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huacán 17 1
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 17 1
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 17 1
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 6
Tabla 1.43. Plato en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 100 2
2 Humaya 0 0
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huacán 0 0
6 Pampa de Las Animas 0 0
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 2
Tabla 1.44. Copa 1 en el valle bajo de Huaura
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
28 Caleta Vidal 0 0
29 Vinto Alto 0 0
Sin procedencia 100 2
Total 100 2
Tabla 1.45. Copa 1 en los valle bajos de Supe-Fortaleza

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
1 Huacho 0 0
2 Humaya 0 0
3 Vilcahuaura 0 0
4 San Juan 0 0
5 Huachan 0 0
6 Pampa de Las Animas 100 2
7 Centinela 0 0
8 Salinas 0 0
9 Sta. Rosalina 0 0
10 Tres de Mayo 0 0
11 Cerro Colorado 0 0
12 Huaca Amay 0 0
13 Cerro el Diablo 0 0
14 Rontoy 0 0
15 San José 0 0
16 Luriyama 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 2
Tabla 1.46. Copa 2 en el valle bajo de Huaura

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 0 0
18 Tronconal 0 0
19 Chancayllo 0 0
20 Miraflores 0 0
21 Pisquillo Chico 25 2
22 Pisquillo Grande 0 0
23 Pisquillo 0 0
24 Portillo 25 2
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 0 0
27 Palpa 0 0
Sin procedencia 50 4
Total 100 8
Tabla 1.47. Copa 2 en el valle bajo de Chancay
Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
28 Caleta Vidal 0 0
29 Vinto Alto 100 1
Sin procedencia 0 0
Total 100 1
Tabla 1.48. Copa 2 en los valle bajos de Supe-Fortaleza

Numero
de Sitio Nombre de Sitio Porcentaje Número de cantidad
17 Lauri 50 2
18 Tronconal 0 0
19 Chancayllo 0 0
20 Miraflores 0 0
21 Pisquillo Chico 0 0
22 Pisquillo Grande 0 0
23 Pisquillo 0 0
24 Portillo 0 0
25 La Huaca 0 0
26 Caqui 50 2
27 Palpa 0 0
Sin procedencia 0 0
Total 100 4
Tabla 1.49. Taza en el valle bajo de Chancay
(II) Tablas de cuantificación de los ejemplos iconográficos por sitio

Valle Numero de Número de ejemplos


bajo Sitio Nombre de Sitio Porcentaje iconográficos
1 Huacho 2.2 8
2 Humaya 42 156
3 Vilcahuaura 7 25
4 San Juan 1.3 5
5 Huacan 24 89
Pampa de Las
6 Animas 5 18
Huaura 7 Centinela 2 7
8 Salinas 2 6
9 Sta. Rosalina 7 25
10 Tres de Mayo 2 7
11 Cerro Colorado 2 6
12 Huaca Amay 1 4
13 Cerro el Diablo 0.3 1
14 Rontoy 0.6 2
15 San José 1 3
16 Luriyama 0.6 2
Total 100 364
Tabla 2.1. Valle bajo de Huaura

Valle Numero de Porcentaj Número de ejemplos


bajo Sitio Nombre de Sitio e iconográficos
17 Lauri 34 31
18 Tronconal 6 6
19 Chancayllo 5 4
20 Miraflores 11 11
21 Pisquillo Chico 5 4
Chancay 22 Pisquillo Grande 4 3
23 Pisquillo 4 3
24 Portillo 2 2
25 La Huaca 10 9
26 Caqui 5 4
27 Palpa 2 2
Sin procedencia 12 11
Total 100 90
Tabla 2.2. Valle bajo de Chancay
Número de
Porcentaj ejemplos
Valle bajo Numero de Sitio Nombre de Sitio e iconográficos
28 Caleta Vidal 42 8
Supe-
Fortraleza 29 Vinto Alto 5 1
Sin procedencia 53 10
Total 100 19
Tabla 2.3. Los valle bajos de Supe-Fortaleza

Número de
Porcentaj ejemplos
Numero de Sitio Nombre de Sitio e iconográficos
Miramar/Necropolis
Ancón 30 de Ancón 100 10
Total 100 10
Tabla 2.4. Ancón
(III) Tablas de cuantificación por figura y motivo

Porcentaje Número de caso iconográfico


I 9.9 35
II 5.9 21
III 0.6 2
IV 17.5 62
V 11 39
VI 2.8 10
VII 19.8 70
VIII 4.8 17
IX 2.3 8
X 1.1 4
XI 6.5 23
XII 1.7 6
XIII 11 39
XIV 2.5 9
XV 0.9 3
XVI 1.7 6
Total 100 354
Tabla 3.1. Cuantificación de figuras de Huaura Policromo Figurativo
I. Figuras antropomorfas completas en posición frontal.
II. Rostros antropomorfos en posición frontal.
III. Figuras completas de personajes con rasgos humanos y sobrenaturales en
posición frontal.
IV. Rostros de personajes antropomorfos con rasgos humanos y sobrenaturales,
solos o acompañados de una serpiente bicéfala, en posición frontal.
V. Figuras pisciformes.
VI. Felinos en posición frontal.
VII. “Animales jorobados”.
VIII. Cabezas de “Animales jorobados”.
IX. Protomes de “Animales jorobados”.
X. Aves.
XI. Serpientes.
XII. Monos.
XIII. Plantas estilizadas.
XIV. Combinaciones de penachos, plumas, plantas, “semillas” como elementos
del tocado.
XV. Combinaciones de plumas, “semillas” y plantas con aspecto zoomorfo.
XVI. Combinaciones de plumas extendidas desde un círculo central.

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Huaura 77 27
Chancay 23 8
Supe-
Fortaleza 0 0
No
identificados 0 0
Total 100 35
Tabla 3.2. Distribución espacial de I. Figuras antropomorfas enteras, siempre de
frente
Porcentaje Número de caso iconográfico
Tipo 1 26 7
Tipo 2 (a y b) 11 3
Tipo 3 7.4 2
Tipo 4 (a y b) 0 0
Tipo 5 0 0
Tipo 6 7.4 2
Tipo 7 7.4 2
Tipo 8 7.4 2
Tipo 9 7.4 2
No
identificados 26 7
Total 100 27
Tabla 3.3. Cuantificación de I. Figuras antropomorfas enteras, siempre de frente
en el valle bajo de Huaura

Porcentaje Número de caso iconográfico


Tipo 1 37.5 3
Tipo 2 (a y b) 0 0
Tipo 3 0 0
Tipo 4 (a y b) 50 4
Tipo 5 0 0
Tipo 6 0 0
Tipo 7 0 0
Tipo 8 0 0
Tipo 9 0 0
No
identificados 12.5 1
Total 100 8
Tabla 3.4. Cuantificación de I. Figuras antropomorfas enteras, siempre de frente
en el valle bajo de Chancay

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Huaura 66 14
Chancay 20 4
Supe-
Fortaleza 10 2
Huarmey-
Casma 0 0
No
identificados 4 1
Total 100 21
Tabla 3.5. Distribución espacial de II. Caras antropomorfas, siempre de frente
Porcentaje Número de ejemplo iconográfico
Tipo 1 a 13.3 2
Tipo 1 b-i 13.3 2
Tipo 1 b-ii 6.7 1
Tipo 2 13.3 2
Tipo 3 6.7 1
Tipo 4 a 6.7 1
Tipo 4 b 6.7 1
Tipo 5 0 0
Tipo 6 a 0 0
Tipo 6 b 0 0
Tipo 6 c 0 0
Tipo 7 13.3 2
No
identificadas 20 3
Total 100 15
Tabla 3.6. Cuantificación de II. Caras antropomorfas, siempre de frente en el valle
bajo de Huaura

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Tipo 1 a 0 0
Tipo 1 b-i 0 0
Tipo 1 b-ii 0 0
Tipo 2 0 0
Tipo 3 0 0
Tipo 4 a 0 0
Tipo 4 b 0 0
Tipo 5 25 1
Tipo 6 a 25 1
Tipo 6 b 25 1
Tipo 6 c 25 1
Tipo 7 0 0
Total 100 4
Tabla 3.7. Cuantificación de II. Caras antropomorfas, siempre de frente en el valle
bajo de Chancay
Porcentaje Número de ejemplo iconográfico
Tipo 1 a 100 2
Tipo 1 b-i 0 0
Tipo 1 b-ii 0 0
Tipo 2 0 0
Tipo 3 0 0
Tipo 4 a 0 0
Tipo 4 b 0 0
Tipo 5 0 0
Tipo 6 a 0 0
Tipo 6 b 0 0
Tipo 6 c 0 0
Tipo 7 0 0
Total 100 2
Tabla 3.8. Cuantificación de II. Caras antropomorfas, siempre de frente en los valle
bajos de Supe-Fortaleza

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Huaura 47 1
Chancay 0 0
Supe-
Fortaleza 6 1
No
identificados 47 0
Total 100 2
Tabla 3.9. Distribución espacial de III. Figuras enteras de personajes, tanto con
predominancia de rasgos humanos como sobrenaturtales, siempre de frente

Porcentaje Número de caso iconográfico


Tipo 1 0 0
Tipo 2 100 1
Total 100 1
Tabla 3.10. Cuantificación de III. Figuras enteras de personajes, tanto con
predominancia de rasgos humanos como sobrenaturtales, siempre de frente en el
valle bajo de Huaura

Porcentaje Número de caso iconográfico


Tipo 1 100 1
Tipo 2 0 0
Total 100 1
Tabla 3.11. Cuantificación de III. Figuras enteras de personajes, tanto con
predominancia de rasgos humanos como sobrenaturtales, siempre de frente en los
valles bajos de Supe-Fortaleza
Porcentaje Número de ejemplo iconográfico
Huaura 57 35
Chancay-
Ancón 3 2
Supe-
Fortaleza 5 3
No
identificados 35 22
Total 100 62
Tabla 3.12. Distribución espacial de IV. Caras de personajes, tanto con
predominancia de rasgos humanos como sobrenaturales, de frente, sola o bajo
serpiente

Porcentaje Número de cas iconográfico


Tipo 1 a-i 5.7 2
Tipo 1 a-ii 5.7 2
Tipo 1 a-iii 5.7 2
Tipo 1b 2.9 1
Tipo 1c 2.9 1
Tipo 2 40 14
Tipo 3 8.6 3
Tipo 4 5.7 2
Tipo 5 5.7 2
Tipo 6 5.7 2
Tipo 7 5.7 2
Tipo 8 5.7 2
Total 100 35
Tabla 3.13. Cuantificación de IV. Caras de personajes, tanto con predominancia de
rasgos humanos como sobrenaturales, de frente, sola o bajo serpiente en el valle
bajo de Huaura

Porcentaje Número de cas iconográfico


Tipo 1 a-i 0 0
Tipo 1 a-ii 0 0
Tipo 1 a-iii 0 0
Tipo 1b 0 0
Tipo 1c 0 0
Tipo 2 0 0
Tipo 3 0 0
Tipo 4 0 0
Tipo 5 0 0
Tipo 6 0 0
Tipo 7 100 2
Tipo 8 0 0
Total 100 2
Tabla 3.14. Cuantificación de IV. Caras de personajes, tanto con predominancia de
rasgos humanos como sobrenaturales, de frente, sola o bajo serpiente en el valle
bajo de Chancay
Porcentaje Número de cas iconográfico
Tipo 1 a-i 0 0
Tipo 1 a-ii 0 0
Tipo 1 a-iii 0 0
Tipo 1b 0 0
Tipo 1c 0 0
Tipo 2 100 3
Tipo 3 0 0
Tipo 4 0 0
Tipo 5 0 0
Tipo 6 0 0
Tipo 7 0 0
Tipo 8 0 0
Total 100 3
Tabla 3.15. Cuantificación de IV. Caras de personajes, tanto con predominancia de
rasgos humanos como sobrenaturales, de frente, sola o bajo serpiente en los valles
bajos de Supe - Fortaleza

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Huaura 68 26
Chancay-
Ancón 28 11
Supe-Fortaleza 2 1
No
identificados 2 1
Total 100 39
Tabla 3.16. Distribución espacial de V. Figuras pisciformes

Porcentaje Número de caso iconográfico


Tipo 1 8 2
Tipo 2 8 2
Tipo 3 12 3
Tipo 4 0 0
Tipo 5 20 5
Tipo 6 0 0
Tipo 7 12 3
Tipo 8 0 0
Tipo 9 12 3
Tipo 10 0 0
Tipo 11(a y b) 0 0
Tipo 12 16 4
Tipo 13 8 2
Tipo 14 4 1
Total 100 25
Tabla 3.17. Cuantificación de V. Figuras pisciformes en el valle bajo de Huaura
Porcentaje Número de caso iconográfico
Tipo 1 0 0
Tipo 2 0 0
Tipo 3 0 0
Tipo 4 27.2 3
Tipo 5 0 0
Tipo 6 9.1 1
Tipo 7 18.2 2
Tipo 8 18.2 2
Tipo 9 9.1 1
Tipo 10 0 0
Tipo 11(a y b) 18.2 2
Tipo 12 0 0
Tipo 13 0 0
Tipo 14 0 0
Total 100 11
Tabla 3.18. Cuantificación de V. Figuras pisciformes en los valles bajos de Chancay
y Ancón

Porcentaje Número de caso iconográfico


Tipo 1 0 0
Tipo 2 0 0
Tipo 3 0 0
Tipo 4 0 0
Tipo 5 0 0
Tipo 6 0 0
Tipo 7 0 0
Tipo 8 0 0
Tipo 9 0 0
Tipo 10 100 1
Tipo 11(a y b) 0 0
Tipo 12 0 0
Tipo 13 0 0
Tipo 14 0 0
Total 100 1
Tabla 3.19. Cuantificación de V. Figuras pisciformes en los valle bajos de Supe a
Fortaleza
Porcentaje Número de ejemplo iconográfico
Huaura 40 4
Chancay 40 4
Supe-Fortaleza 0 0
No
identificados 20 2
Total 100 10
Tabla 3.20. Distribución espacial de VI. Felinos en posición frontal

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Tipo 1 0 0
Tipo 2 0 0
Tipo 3 50 2
Tipo 4 50 2
Total 100 4
Tabla 3.21 Cuantificación de VI. Felinos en posición frontal en el valle bajo de
Huaura

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Tipo 1 50 2
Tipo 2 50 2
Tipo 3 0 0
Tipo 4 0 0
Total 100 4
Tabla 3.22. Cuantificación de VI. Felinos en posición frontal en el valle bajo de
Chancay

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Huaura 80 53
Chancay-
Ancón 14 11
Supe-Fortaleza 3 4
No
identificados 3 2
Total 100 70
Tabla 3.23. Distribución espacial de VII “Animales jorobados”
Porcentaje Número de caso iconográfico
Tipo 1(a y b) 5.7 3
Tipo 2 3.8 2
Tipo 3 3.8 2
Tipo 4 41.5 22
Tipo 5 0 0
Tipo 6 7.5 4
No
identificados 37.7 20
Total 100 53
Tabla 3.24. Cuantificación de VII “Animales jorobados” en el valle bajo de Huaura

Porcentaje Número de caso iconográfico


Tipo 1(a y b) 18.2 2
Tipo 2 0 0
Tipo 3 18.2 2
Tipo 4 9 1
Tipo 5 18.2 2
Tipo 6 36.4 4
No
identificados 0 0
Total 100 11
Tabla 3.25. Cuantificación de VII “Animales jorobados” en los valles bajos de
Chancay y Ancón

Porcentaje Número de caso iconográfico


Tipo 1(a y b) 0 0
Tipo 2 0 0
Tipo 3 0 0
Tipo 4 0 0
Tipo 5 50 2
Tipo 6 50 2
No
identificados 0 0
Total 100 4
Tabla 3.26. Cuantificación de VII “Animales jorobados” en los valles bajos de Supe a
Fortaleza
Porcentaje Número de caso iconográfico
Huaura 77 13
Chancay 0 0
Supe-Fortaleza 0 0
No
identificados 23 4
Total 100 17
Tabla 3.27. Distribución espacial de VIII. Cabezas de “Animales jorobados”

Porcentaje Número de caso iconográfico


Tipo 1 15.4 2
Tipo 2 53.8 7
Tipo 3 15.4 2
Tipo 4 15.4 2
Total 100 13
Tabla 3.28. Cuantificación de VIII. Cabezas de “Animales jorobados” en el valle bajo
de Huaura

Porcentaje Número de caso iconográfico


Huaura 75 6
Chancay 25 2
Supe-Fortaleza 0 0
No
identificados 0 0
Total 100 8
Tabla 3.29. Distribución espacial de IX. Protomes de “Animales jorobados”

Porcentaje Número de caso iconográfico


Tipo 1 66.7 4
Tipo 2 33.3 2
Total 100 6
Tabla 3.30. Cuantificación de IX. Protomes de “animales jorobados en el valle bajo
de Huaura

Porcentaje Número de caso iconográfico


Tipo 1 100 2
Tipo 2 0 0
Total 100 2
Tabla 3.31. Cuantificación de IX. Protomes de “animales jorobados en el valle bajo
de Chancay
Porcentaje Número de ejemplo iconográfico
Huaura 100 4
Chancay 0 0
Supe-Fortaleza 0 0
Total 100 4
Tabla 3.32. Distribución espacial de X. Aves

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Tipo 1 50 2
Tipo 2 50 2
Total 100 4
Tabla 3.33. Cuantificación de X. Aves en el valle bajo de Huaura

Porcentaje Número de ejemplo iconográfica


Huaura 55 12
Chancay 40 8
Supe-Fortaleza 5 1
No
identificados 0 2
Total 100 23
Tabla 3.34. Distribución espacial de XI. Serpientes

Porcentaje Número de ejemplo iconográfica


Tipo 1 0 0
Tipo 2 94.4 17
Tipo 3 0 0
Tipo 4 0 0
Tipo 5 5.6 1
Total 100 18
Tabla 3.35. Cuantificación de XI. Serpientes en el valle bajo de Huaura

Porcentaje Número de ejemplo iconográfica


Tipo 1 0 0
Tipo 2 0
Tipo 3 50 2
Tipo 4 50 2
Tipo 5 0 0
Total 100 4
Tabla 3.36. Cuantificación de XI. Serpientes en el valle bajo de Chancay
Porcentaje Número de ejemplo iconográfica
Tipo 1 100 1
Tipo 2 0 0
Tipo 3 0 0
Tipo 4 0 0
Tipo 5 0 0
Total 100 1
Tabla 3.37. Cuantificación de XI. Serpientes en los valle bajos de Supe-Fortaleza

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Huaura 67 4
Chancay 0 0
Supe-Fortaleza 0 0
No
identificados 33 2
Total 100 6
Tabla 3.38. Distribución espacial de XII. Monos

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Tipo 1 50 2
Tipo 2 50 2
Total 100 4
Tabla 3.39. Cuantificación de XII. Monos en el valle bajo de Huaura

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Huaura 83.3 25
Chancay 16.7 5
Supe-Fortaleza 0 0
No
identificados 0 0
Total 100 30
Tabla 3.40. Distribución espacial de plantas con tallo vertical

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Tipo1 96 24
Tipo2 4 1
Total 100 25
Tabla 3.41. Cuantificación de plantas con tallo vertical en el valle bajo de Huaura
Porcentaje Número de ejemplo iconográfico
Tipo1 100 5
Tipo2 0 0
Total 100 5
Tabla 3.42. Cuantificación de plantas con tallo oblicuo en el valle bajo de Chancay

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Huaura 66 6
Chancay 11 1
Supe-Fortaleza 0 0
No identificados 23 2
Total 100 9
Tabla 3.43. Distribución espacial de plantas con tallo oblicuo

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Tipo1 100 6
Tipo2 0 0
Total 100 6
Tabla 3.44. Cuantificación de plantas con tallo oblicuo en el valle bajo de Huaura

Porcentaje Número de ejemplo iconográfico


Tipo1 0 0
Tipo2 100 1
Total 100 1
Tabla 3.45. Cuantificación de plantas con tallo oblicuo en el valle bajo de Chancay

Porcentaje Número de caso iconográfico


Huaura 77.8 7
Chancay 22.2 2
Supe-Fortaleza 0 0
Total 100 9
Tabla 3.46. Distribución espacial de XIV. Combinaciones de penachos, plumas,
plantas y “semillas”
Porcentaje Número de caso iconográfico
Tipo 1 57.1 4
Tipo 2 28.6 2
Tipo 3 14.3 1
Total 100 7
Tabla 3.47. Cuantificación de XIV. Combinaciones de penachos, plumas, plantas y
“semillas” en el valle bajo de Huaura

Porcentaje Número de caso iconográfico


Tipo 1 100 2
Tipo 2 0 0
Tipo 3 0 0
Total 100 2
Tabla 3.48. Cuantificación de XIV. Combinaciones de penachos, plumas, plantas y
“semillas” en el valle bajo de Chancay

Porcentaje Número de caso iconográfico


Huaura 100 3
Chancay 0 0
Supe-Fortaleza 0 0
Total 100 3
Tabla 3.49. Distribución espacial de XV. Combinaciones de plumas, “semillas” y
plantas con aspecto zoomorfo

Porcentaje Número de caso iconográfico


Huaura 66.7 4
Chancay 0 0
Supe-Fortaleza 0 0
Casma 33.3 2
Total 100 6
Tabla 3.50. Distribución espacial de XVI. Combinaciones de plumas extendidas
desde un círculo central
Anexo 5
Catálogo de vasijas e iconografía
Del Estilo
“Huaura Policromo Figurativo”
I. Figuras antropomorfas completas en posición frontal

Procedencia : Huacho, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

Procedencia : Lauri, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


3

Procedencia: Pampa de las Animas, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

(Altura : 11.1cm, Ancho : 12.4cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030546), las colecciones de Museo Larco (Lima)
5

(Altura : 10.9cm, Ancho : 11.8cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030555), las colecciones de Museo Larco (Lima)

Procedencia : ¿? (88286, c-65370), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,


Antropología e Historia del Perú (Lima)
7

(Altura : 10.9cm, Ancho : 11.8cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030555), las colecciones de Museo Larco (Lima)

Procedencia : ¿? (16/119, c-39805), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,


Antropología e Historia del Perú (Lima)
9

(Altura : 20.2cm, Ancho : 16.6cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030574), las colecciones de Museo Larco (Lima)

10

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura, Las colecciones del colegio Reino de Suecia (Humaya)
11

Procedencia : Tres de Mayo, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

12

Procedencia : El valle de Huaura, Las colecciones de Museo Regional de Arqueología (Huacho)


13

Procedencia : Huacan, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

14

(Altura : 16.1cm, Ancho : 13.7cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030553), las colecciones de Museo Larco (Lima)
15

Procedencia : La Huaca, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

16

Procedencia : La Huaca, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


17

Procedencia : La Huaca, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

18

Procedencia : El valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


19

Procedencia: Huacan, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

20

Procedencia : ¿? (16/437, c-23775), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,


Antropología e Historia del Perú (Lima)
21

Procedencia : Huacan, el valle de Humaya, Las colecciones de Museo Experimental de Historia y


Arqueología “Chhaqaqa Qay” (Colegio Xiammar) (Huacho)

22

Procedencia : ¿? (16/115, c-23825) , Las colecciones de Museo Experimental de Historia y


Arqueología “Chhaqaqa Qay” (Colegio Xiammar) (Huacho)
23

(Altura : 11.6cm, Ancho : 13.8cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030564), las colecciones de Museo Larco (Lima)

24

(Altura : 12.9cm, Ancho : 10.8cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML031007) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
25

(Altura : 11.8cm, Ancho : 11.9cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030652) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
II. Rostros antropomorfos en posición frontal

26

Procedencia : Huacho, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

27

Procedencia : El valle de Pativilca, Las colecciones de Colegio Nuestra Señora del Carmen
(Paramonga)
28

Procedencia : ¿? (44262, c-23740), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,


Antropología e Historia del Perú (Lima)

29

(Altura : 29.8cm, Ancho : 24.1cm)


Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030969) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
30

Procedencia : Pampa de Las Animas, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

31

(Altura : 11.9cm, Ancho : 14.9cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030623) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
32

Procedencia : ¿? (58552), , Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e


Historia del Perú (Lima)

33

(Altura : 23.1cm, Ancho : 16.5cm)

Procedencia : Huamaya, el valle de Huaura (ML031008) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
34

(Altura : 11.8cm, Ancho : 12.4cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030215) , las colecciones de Museo Larco (Lima)

35

Procedencia : Salinas, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


36

Procedencia : Huacan, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

37

Procedencia : Miraflores, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


38

Procedencia: ¿?, Las colecciones de Museo Amano (Lima), Las colecciones de Museo Amano (Lima)

39

Procedencia : ¿?, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


40

Procedencia : Sta. Rosalía, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

41

Procedencia : Vilcahuaura, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


42

Procedencia: Huacan, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

43

Procedencia: Vilcahuaura, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Experimental de Historia y


Arqueología “Chhaqaqa Qay” (Colegio Xiammar) (Huacho)
44

Procedencia : (¿Huacho, el valle de Huaura?), Las colecciones de Museo Amano (Lima)

45

Procedencia : Lauri, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


46

Procedencia : ¿? (c-23806), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e


Historia del Perú (Lima)

47

(Altura : 15.1cm, Ancho : 15cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030552) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
48

(Altura : 16.5cm, Ancho : 12.2cm)

Procedencia : Huamaya, el valle de Huaura (ML031011) , las colecciones de Museo Larco (Lima)

49

Procedencia : el valle de Huaura, Las colecciones de Sr. Antonio Bazan


50

Procedencia : Chankaillo, el valle de Chancay, Las colecciones de Sr. Antonio Bazan

51

Procedencia : Chankaillo, el valle de Chancay, Las colecciones de Sr. Antonio Bazan


III. Figuras completas de personajes con rasgos humanos y sobrenaturales en posición frontal

52

Procedencia : El valle de Huaura, Las colecciones de Sr. Miguel Silva E. (Huacho)

52

Procedencia : El valle de Pativilca(¿?), Las colecciones de Colegio Nuestra Señora del Carmen
(Paramonga)
IV. Rostros de personajes antropomorfos con rasgos humanos y sobrenaturales, solos o

acompañados de una serpiente bicéfala, en posición frontal

53

Procedencia : Cerro Colorado, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano


(Lima)

54

(Altura : 12.9cm, Ancho : 14.1cm)

Procedencia : el valle de Supe (ML030525) , las colecciones de Museo Larco (Lima)


55

Procedencia : ¿? (oIII/48, c-23840), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,


Antropología e Historia del Perú (Lima)

56

Procedencia : El valle de Pativilca, Las colecciones de Colegio Nuestra Señora del Carmen
(Paramonga)
57

Procedencia : ¿? (58553, c-34067), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,


Antropología e Historia del Perú (Lima)

58

Procedencia : Luriyama, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


59

(Altura : 11cm, Ancho : 12cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030215) , las colecciones de Museo Larco (Lima)

60

(Altura : 26.5cm, Ancho : 19.3cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML031010) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
61

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Regional de Arqueología


(Huacho)

62

(Altura : 11.4cm, Ancho : 11.4cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030568) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
63

Procedencia : Tres de Mayo, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

64

(Altura : 12.7cm, Ancho : 15.8cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030535) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
65

Procedencia : el valle de Huaura, Las colecciones de Sr. Antonio Bazan

66

Procedencia : ¿? (863RA, 84739, c-61574), , Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,
Antropología e Historia del Perú (Lima)
67

(Altura : 13.7cm, Ancho : 12cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030609) , las colecciones de Museo Larco (Lima)

68

Procedencia : Huacan, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


69

Procedencia: Pampa de las Animas, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

70

Procedencia: Pampa de las Animas, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)
71

Procedencia: el valle de Huaura, Las colecciones de Sr. Miguel Silva E. (Huacho)

72

(Altura : 23.1cm, Ancho : 16.5cm)

Procedencia : Huamaya, el valle de Huaura (ML031008) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
73

Procedencia : ¿? (c-23743, 16/123, F.T.1630), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,
Antropología e Historia del Perú (Lima)

74

(Altura : 12.3cm, Ancho : 14.4cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030622) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
75

(Altura : 12.3cm, Ancho : 13.1cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030541) , las colecciones de Museo Larco (Lima)

76

(Altura : 14cm, Ancho : 16.5cm)

Procedencia : Huamaya, el valle de Huaura (ML030648) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
77

Procedencia : El valle de Huaura, Las colecciones de Sr. Antonio Bazan

78

(Altura : 11.9cm, Ancho : 12.4cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030634) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
79

Procedencia : ¿? (52307, c-23844), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,


Antropología e Historia del Perú (Lima)

80

(Altura : 12.4cm, Ancho : 14.3cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030556) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
81

Procedencia : Salinas, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

82

Procedencia : Huaral, Las colecciones privadas (Calle Derecha 475, Huaral)


83

Procedencia : Huaral, Las colecciones privadas (Calle Derecha 475, Huaral)

84

Procedencia: Salinas, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


85

(Altura : 19.6cm, Ancho : 13.4cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030917) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
V. Figuras pisciformes

86

(Altura : 30.3cm, Ancho : 20.1cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030209) , las colecciones de Museo Larco (Lima)

87

Procedencia : El valle de Huaura, Las colecciones de Museo de Sitio “José de San Martín” (Huaura)
88

Procedencia : Miraflores, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

89

Procedencia : Huacho, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)11


90

Procedencia: Sta. Rosalia, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

91

Procedencia : Tumba 1057, Ancón, Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,
Antropología e Historia del Perú (Lima)
92

Procedencia: Miraflores, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

93

Procedencia : ¿? (504, c-23703), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,


Antropología e Historia del Perú (Lima)
94

Procedencia: Huacan, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

95

(Altura : 12.5cm, Ancho : 13.8cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030594) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
96

Procedencia : Huacan, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

97

Procedencia: Huacan, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


98

Procedencia : ¿? (16/125, PT1631, c-23742), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,
Antropología e Historia del Perú (Lima)

99

Procedencia: Vilcahuaura, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


100

(Altura : 26.5cm, Ancho : 20cm)


Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030981) , las colecciones de Museo Larco (Lima)

101

Procedencia : Miraflores, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


102

Procedencia : El valle de Huaura, Las colecciones de Sr. Antonio Bazan

103

Procedencia : Paramonga, el valle de Pativilca, Las colecciones de Sr. Miguel Silva E. (Huacho)
104

(Altura : 14.3cm, Ancho : 13.1cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030603) , las colecciones de Museo Larco (Lima)

105

Procedencia : Lauri, el valle de Chancay, Las colecciones de Sr. Antonio Bazan


106

Procedencia : Lauri, el valle de Chancay, Las colecciones de Sr. Antonio Bazan

107

(Altura : 12cm, Ancho : 12cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030644) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
108

Procedencia: Huacho, el valle de Huaura, Las colecciones de Sr. Miguel Silva E. (Huacho)

109

(Altura : 13.2cm, Ancho : 15.6cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030597) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
VI. Felinos en posición frontal

110

Procedencia : Pampa de Las Animas, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

111

(Altura : 13.4cm, Ancho : 16.5cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030562) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
112

Procedencia: Pisquillo Chico, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

113

Procedencia : ¿?, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


VII, “Animales jorobados”

114

Procedencia : ¿?, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

115

Procedencia : Pisquillo Chico, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)
116

Procedencia : ¿? (54017, c-34495), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,


Antropología e Historia del Perú (Lima)

117

(Altura : 8.6cm, Ancho : 14.6cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030298) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
118

Procedencia : El valle de Huaura, Las colecciones de Museo Regional de Arqueología (Huacho)

119

Procedencia : ¿? (M/905, PT1640, c-23753), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,
Antropología e Historia del Perú (Lima)
120

Procedencia : Tronconal, el valle de Chancay, Las colecciones de Sr. Antonio Bazan

121

Procedencia : Tronconal, el valle de Chancay, Las colecciones de Sr. Antonio Bazan


122

Procedencia : ¿? (70594, RT-70, c-64407), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,
Antropología e Historia del Perú (Lima)

123

Procedencia : El valle de Pativilca(¿?), Las colecciones de Colegio Nuestra Señora del Carmen
(Paramonga)
124

Procedencia : ¿? (16/120, c-23733), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,


Antropología e Historia del Perú (Lima)

125

Procedencia : Ancón 1 (A-1/12088, c-23799), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,
Antropología e Historia del Perú (Lima)
126

(Altura : 12.6cm, Ancho : 15.2cm)

Procedencia : Huamaya, el valle de Huaura (ML030522) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
VIII. Cabezas de “Animales encorvados”

127

Procedencia: el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Regional de Arqueología (Huacho)

128

Procedencia: el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Experimental de Historia y Arqueología


“Chhaqaqa Qay” (Colegio Xiammar) (Huacho)
129

(Altura : 7.6cm , Ancho : 16.4cm)


Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030771) , las colecciones de Museo Larco (Lima)

130

(Altura : 7.2cm, Ancho : 11cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030799) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
131

(Altura : 19.6cm, Ancho : 13.4cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030917) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
IX. Protomes de “animales jorobados”

132

Procedencia : Pisquillo, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

133

Procedencia : ¿? (89411, c-23787), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,


Antropología e Historia del Perú (Lima)
133

(Altura : 25.5cm, Ancho : 17.4cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML031149) , las colecciones de Museo Larco (Lima)

134

(Altura : 11.1cm, Ancho : 11.9cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030633) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
X. Aves
135

Procedencia: el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

136

(Altura : 19.2cm, Ancho : 14.8cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML031029) , las colecciones de Museo Larco


(Lima)
137

(Altura : 20.6cm, Ancho : 18.2cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML031037) , las colecciones de Museo Larco (Lima)

138

(Altura : 24.2cm, Ancho : 19.4cm)

Procedencia : Huamaya, el valle de Huaura (ML030746) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
XI. Serpientes

139

Procedencia : Paramonga, el valle de Pativilica (¿?), Las colecciones de Sr. Miguel Silva E. (Huacho)

140

Procedencia : Lauri, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


141

Procedencia: Lauri, el valle de Chancay, Las colecciones de Sr. Antonio Bazan

142

Procedencia : Lauri, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


144

Procedencia: Caqui, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

145

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura, Las colecciones del colegio Reino de Suecia (Humaya)
XII. Monos

146

(Altura : 11.8cm, Ancho : 12.4cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030608) , las colecciones de Museo Larco (Lima)

147

Procedencia : ¿? (44266, c-23781), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,


Antropología e Historia del Perú (Lima)
148

(Altura : 11.8cm, Ancho : 12.4cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030608)


XIlI. Plantas estilizadas

149

Procedencia : Lauri, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

150

Procedencia : El valle de Huaura, Las colecciones de Sr. Miguel Silva E. (Huacho)


151

Procedencia : El valle de Huaura, Las colecciones de Sr. Antonio Bazan

152

(Altura : 10.5cm, Ancho : 13.4cm)


Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030642) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
152

(Altura : 11.3cm, Ancho : 11.9cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030526) , las colecciones de Museo Larco (Lima)

153

Procedencia : ¿? (16/118, PT1628, c-23736), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,
Antropología e Historia del Perú (Lima)
154

Procedencia : Lauri, el valle de Chancay (40186, c-23789), Las colecciones del Museo Nacional de
Arqueología, Antropología e Historia del Perú (Lima)

155

Procedencia : ¿?, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


156

Procedencia : Lauri, el valle de Chancay, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

157

Procedencia: Pampa de las Animas, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)
XIV. Combinaciones de penachos, plumas, plantas y “semillas”

158

Procedencia : Chancayllo, el valle de Chancay, Las colecciones de Sr. Antonio Bazan

159

Procedencia : Huacan, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)


160

Procedencia : ¿?, Las colecciones de Museo Amano (Lima)

161

Procedencia: San Juan, el valle de Huaura, Las colecciones de Museo Amano (Lima)
162

(Altura : 10.7cm, Ancho : 12.7cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030660) , las colecciones de Museo Larco (Lima)
XV. Combinaciones de plumas, plantas y “semillas” con aspecto zoomorfo

163

Procedencia : (Huacho, el valle de Huaura), Las colecciones de Museo Amano (Lima)

164

Procedencia : ¿? (45136, c-33366), Las colecciones del Museo Nacional de Arqueología,


Antropología e Historia del Perú (Lima)
XVI. Combinaciones de plumas extendidas desde un círculo central

165

(Altura : 11.4cm, Ancho : 12.5cm)

Procedencia : Humaya, el valle de Huaura (ML030643) , las colecciones de Museo Larco (Lima)

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