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Santiago, veintitrés de julio de dos mil catorce.

Vistos:

El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Angol, por sentencia de

diecinueve de mayo del año en curso condenó a JAVIER ALEJANDRO

CASTRO VINET por su responsabilidad de autor en el delito de robo con fuerza

en las cosas en lugar habitado, en perjuicio de Luciano Rojas, ocurrido en

Purén el 12 de diciembre de 2013 a la pena de cinco años y un día (5 y 1) de

presidio mayor en su grado mínimo y, además, a la pena de tres años y un día

(3 y 1) de presidio menor en su grado máximo y multa de 5 unidades tributarias

mensuales, como autor del delito de receptación, cometido en la misma

comuna y fecha, en perjuicio de José Villa y Omar Rozas. Se le condenó

asimismo, a las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y

oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación para profesiones

titulares mientras dure la condena.

La defensa del acusado dedujo recurso de nulidad contra la descrita

sentencia, el que fue admitido a tramitación y conocido en audiencia pública de

tres de julio del año en curso a la que concurrieron los abogados Sr. Fernando

Mardones en representación del condenado y por la Defensoría Penal Pública

y el Sr. Rodrigo Peña, contra el recurso, por el Ministerio Público. A fs. 90 se

incorporó el acta que da cuenta de dicha actuación.

CONSIDERANDO:

PRIMERO: Que como causal principal, la defensa adujo la del artículo

373 letra a) del Código Procesal Penal, denunciando infracción a los artículos

19 N° 3, 4 y 5 de la Constitución Política, 1º del Código Procesal, 8.2 de la

Convención Americana de Derechos Humanos, 14.3 del Pacto Internacional de

Derechos Civiles y Políticos y 12 de la Declaración Universal de los Derechos

Humanos.
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Explica el compareciente que las infracciones se cometieron por haberse

valorado prueba ilícita, habiéndose solicitado en su oportunidad, la exclusión de

toda ella, consistente en la declaración de todas las víctimas y los funcionarios

de carabineros Fernando Burgos y Aurelio Schneider, el primero que concurrió

al domicilio de una de las víctimas y el segundo, al del imputado a quien

detuvo, además de los dichos de la madre de este último, Etelinda Vinet.

Sostiene en primer término y como primera infracción, que los funcionarios

de carabineros realizaron la detención después de desarrollar una serie de

investigaciones en forma autónoma, sin estar amparados por el artículo 83 del

Código Procesal Penal y que sólo informaron al fiscal cuando ingresaron a un

lugar cerrado para proceder a la detención del imputado. Además, se infringió

el artículo 205 del mismo código, porque no existían antecedentes para

presumir que el responsable de los hechos o los efectos de los mismos se

encontraban en el domicilio del imputado.

Asimismo, se afirma que el consentimiento dado por el imputado y su madre

para entrar al domicilio no fue libre y espontáneo, porque la madre fue

amenazada e intimidada con una orden judicial y el imputado aceptó el ingreso

ante la presión que los funcionarios ejercían sobre su madre. No hay

consentimiento válido si se da en un claro contexto de coacción psicológica o

moral ejercida por la policía.

Afirma el defensor que, en el caso, los funcionarios debían instar por una

autorización de entrada y registro y adoptar las medidas que señala el artículo

205 inciso final del Código Procesal, lo que no hicieron y concluye solicitando

que se declare la nulidad de la sentencia y del juicio oral y que se realice un

nuevo juicio por tribunal no inhabilitado.

SEGUNDO: Que, en forma subsidiaria, la defensa esgrime la causal del

artículo 374 letra e) del Código Procesal Penal, en relación a los artículos
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342 letra c) y 297 del mismo cuerpo legal, vicio que se habría cometido porque

la sentencia omite valorar la prueba rendida y pronunciarse respecto de las

alegaciones planteadas en forma subsidiaria por la defensa. Afirma que se

violaron las máximas de la experiencia y los principios de la lógica al tenerse

por establecidos los hechos y la participación del acusado. Describe toda la

prueba producida en el juicio oral y sostiene que se vulneró específicamente el

principio de razón suficiente porque de la prueba rendida no resulta posible

establecer que el imputado haya ingresado al inmueble por fractura o

escalamiento del cerco perimetral, ya que ello no fue demostrado y porque

además, se dijo que bastaba empujar la puerta principal para entrar al

domicilio. Concluye más adelante que no hay ningún elemento que pruebe más

allá de toda duda razonable que verdaderamente el imputado fue el autor del

robo en lugar habitado y receptación y, menos aún, qué su acción hubiese sido

dolosa, puesto que en el caso existen una serie de antecedentes que permiten

no validar la premisa señalada por el tribunal de dar por acreditada la conducta

maliciosa.

TERCERO: Que la defensa ofreció prueba consistente en varias

secciones de registro de audio, tanto para la demostración de la preparación de

la causal principal, como de sus circunstancias; sin embargo, en la audiencia

de conocimiento del recurso, sólo se reprodujo y escuchó por el tribunal la pista

1301212583-0-0935-14514-00-14, correspondiente a la declaración de Etelinda

Vinet, desde el minuto 01:58 al 06:58.

El representante del Ministerio Público no manifestó observación ni

objeción alguna a la prueba que finalmente se rindió.

CUARTO: Que en relación a la causal deducida en forma principal,

consta de la síntesis de las declaraciones consignadas en el proceso que el

ofendido por el delito de robo en lugar habitado, Luciano Rojas Hidalgo, no


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hizo la denuncia la misma madrugada en que se produjeron los hechos, sino

después, porque dijo que había recuperado sus especies y que tenía que ir a

trabajar. Después hizo la denuncia y verificó que sí le faltaban algunas cosas

que reconoció en la Comisaría. Él persiguió esa noche al autor del hecho por

algún trecho y según sus dichos “lo llevaba cortito”, pero luego desistió de

seguirlo, porque su motosierra había quedado abandonada en la calle, de

modo que no vio adónde se fue, ni lo reconoció, aunque hizo una descripción

suya y estaba en condiciones de reconocerlo.

El funcionario de Carabineros Fernando Burgos, dijo que reciben un

llamado a eso de las 02:00 AM y que concurren al lugar. El afectado no hizo la

denuncia y dijo que la haría después cuando verificara qué le faltaba. Describió

al sujeto y señaló ser capaz de reconocerlo, pero en ese momento no tenían

sospechas de nadie. No hicieron denuncia ni constancia, sólo dejaron registro

en el libro de guardia y él contó los detalles a los funcionarios de la guardia

entrante.

El funcionario Eric Rubilar Sepúlveda, dijo que entró en el turno de la

mañana y recibieron información de la existencia de varios robos en la noche

anterior, en especial el que afectó al Sr. Rojas y la descripción que dio del autor

del hecho, que coincidía con una persona que habían visto en su patrullaje, que

tenía las mismas características y que los evitaba, ese era Castro Vinet, así

que fueron a su domicilio a preguntarle. Aclaró que fueron por el robo en lugar

habitado pero que luego lo pasaron detenido por receptación. Explicó que la

madre lo negó y rechazó el ingreso voluntario y que Schneider le dijo que

pediría autorización a la fiscal y entonces bajó Castro de su dormitorio y él

autorizó el acceso, encontrando las especies que describen.

También declararon Omar Rozas y José Villa, el primero que sufrió la

sustracción de especies desde el interior de su vehículo el mismo día 12 de


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diciembre de 2013, en tanto Villa lo fue el 7 de noviembre de ese año. Ambos

hicieron denuncia el mismo día y fueron convocados por Carabineros el día 12

para reconocer sus especies, lo que hicieron.

La defensa presentó como prueba al funcionario Aurelio Schneider,

quien dijo haber entrado al turno de la mañana y que recibió la descripción del

sujeto que entró al domicilio de calle Álvarez de Toledo y que coincidía con uno

que él había visto en el patrullaje de la mañana, por lo que “con estos

antecedentes presumo que es él y voy a su domicilio” donde le solicitan acceso

a la madre que lo niega, momento en que aparece Castro que autoriza la

entrada. Luego agregó que lo había visto varios días deambulando en horas de

la madrugada y para él eso era sospechoso y que además, coincidía con las

características dadas por el ofendido. Explica que en ese momento se

comunica a la Tenencia y allá estaban recibiendo la denuncia de Rozas por el

robo en bien nacional de uso público y les dijo que indagaran por las especies y

había otro robo del 7 de noviembre “…y dado que había flagrancia por el delito

de receptación, lo trasladamos…” pero luego agrega que el juez cambio la

detención a robo.

La madre del detenido, Etelinda Vinet Henríquez, dijo que Carabineros

llegaron en forma brusca y luego de preguntar por su hijo –a quien ella negó

porque no sabía que había llegado- le dijeron que iban a entrar y ella dijo que

no si no traían un papel y llamaron a Carabineros para pedir autorización,

agregando que su hijo le dijo que firmara no más. Preguntada directamente,

insistió en que ella no quería que los funcionarios entraran y que luego lo

aceptó porque su hijo se lo indicó y firmó un papel, pero no le dieron copia

Asimismo, de la reproducción del audio escuchado en la audiencia de

conocimiento del recurso, se advirtió además, que la Sra. Vinet agregó que

cuando ella exigió a los funcionarios de carabineros que concurrieron a su


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domicilio, una orden para el ingreso que pretendían hacer, ellos le contestaron

que si nos los dejaba entrar la llevarían detenida. Entonces mandó a ver si

estaba su hijo, y resultó que había llegado. Él bajó a hablar con los policías y

les dijo lo mismo y ella insistió en que no entraban si no tenían orden y

entonces los funcionarios llamaron por teléfono, ella no supo a quién, ellos

dijeron que a un magistrado para que diera la autorización de ingreso y

entonces su hijo le dijo que firmara el papel que le presentaban y entraron.

QUINTO: Que como se advierte de los testimonios transcritos, los

funcionarios aprehensores se dirigieron al domicilio del imputado y pretendieron

ingresar al mismo, sin que existiera denuncia presentada aún por el delito de

robo en lugar habitado y sin que siquiera se hubiera formalizado la segunda

denuncia por el delito de robo en bien nacional de uso público.

Los funcionarios que se trasladaron hasta ese domicilio, no hablaron

directamente con el primer ofendido, sino que recibieron los datos de boca de

los funcionarios del turno saliente.

Asimismo, según se desprende de los dichos de los funcionarios Rubilar

Sepúlveda y Schneider Avendaño, la razón por la cual concurrieron al domicilio

de Castro Vinet fue porque les pareció que su descripción coincidía con la dada

por el afectado de la noche anterior y porque había estado deambulando en

otras ocasiones de madrugada por el sector lo que, al parecer de Schneider,

resultaba sospechoso. No se explica, sin embargo, cómo obtuvieron la

identidad del sujeto ni su domicilio, que no fuera sólo el eventual conocimiento

previo que tuvieran del mismo por otras detenciones.

En estrados, el representante del Ministerio Público, adujo que los

funcionarios actuaron amparados en el artículo 83 del Código Procesal Penal,

desde que en la localidad de Purén no hay oficina de la Fiscalía y en situación


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de flagrancia por el delito de receptación, ante la denuncia de robo en bien

nacional de uso público.

El tribunal, en tanto, descartó la protesta de la defensa de existir

violación de garantías fundamentales en el razonamiento décimo primero,

donde se adujo que: “…funcionarios policial (sic) concurrieron al domicilio del

acusado atendido a que tenían sospechas de él y justamente las

características aportadas por la víctima se condecían con las características del

acusado” y luego justifica que si bien es cierto la madre rehusó en principio el

ingreso al domicilio, luego lo aceptó porque fue convencida por su hijo -el

imputado-, y que “convencer” no es lo mismo que “coaccionar”, de modo que

ella actuó aconsejada por su hijo, quien es precisamente la única persona que

resultaba perjudicada con el ingreso, de modo que el hecho que la madre no

sepa leer y escribir es irrelevante, precisamente porque el hijo sí sabe hacerlo,

es mayor de edad y fue quien consintió en el acceso a su dormitorio.

SEXTO: Que, como primera cuestión, se hace necesario tener presente

que de conformidad a lo prevenido en el artículo 205 del Código Procesal

Penal, sobre entrada y registro en lugares cerrados, la ley autoriza el

procedimiento “Cuando se presumiere que el imputado, o medios de

comprobación del hecho que se investigare, se encontrare en un determinado

edificio o lugar cerrado, se podrá entrar al mismo y proceder al registro,

siempre que su propietario o encargado consintiere expresamente en la

práctica de la diligencia.”

Como se advierte, el precepto distingue dos partes. En primer término,

es preciso que sea de presumir que el imputado o bien los medios de

comprobación del hecho investigado se encuentran en lugar determinado y,

luego, las exigencias propias de la entrada.


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Para el primer requisito, es preciso recordar que para cuando los

funcionarios se presentan en el domicilio de Castro Vinet, el ofendido por el

delito de robo en lugar habitado no había hecho aún la denuncia, a pesar de lo

cual, los funcionarios afirmaron que procedían por la investigación de dicho

ilícito. Luego aclaran que, estando allí, reciben los datos sobre las especies

sustraídas desde el interior de un vehículo, denuncia que se estaba cursando

en ese minuto y la descripción de otras especies de un hecho que se había

cometido el día 7 de noviembre, esto es, más de un mes antes. En tales

circunstancias, declaran que proceden ante el delito flagrante de receptación y

proceden a la detención.

Sin embargo, para analizar la presunción que habilitaba el ingreso, debe

estarse a los antecedentes del robo en lugar habitado, porque era a ellos a los

que estaban atendiendo los funcionarios en ese momento y, además, porque la

receptación del día 7 de noviembre no estaba en su memoria y la de ese

mismo día no estaba aún en su conocimiento, por lo tanto, cuando ellos

pretenden ingresar al domicilio, no están actuando habilitados por una

supuesta situación de flagrancia de un delito de receptación.

En dicho escenario, un funcionario dijo que tenían la descripción del

autor: moreno, delgado, casaca oscura, zapatillas y jeans claros y ya tenían

antecedentes de un sujeto así que los evitaba cuando hacían control y lo tenían

identificado: Castro Vinet. El segundo funcionario, también se refirió a las

características recibidas: 1,72 mts., aproximadamente, moreno, casaca negra

de cuero, datos que coincidían con un sujeto que habían visto deambulando

antes y presumió que era él.

Estos son los antecedentes que sostienen la presunción, sin que se

hayan señalado los datos acerca de cómo se identificó al sujeto que

deambulaba como Castro Vinet ni cómo se llegó a su domicilio.


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Las características en relación a la ropa del sujeto son ambiguas, jeans,

chaqueta oscura y zapatillas, descripción que puede corresponder a un

sinnúmero de sujetos. Sobre su persona, sólo que era moreno, delgado y un

funcionario agregó una altura aproximada que no está descrita en la versión de

la víctima. Estos datos no permiten arribar a una conclusión sobre la identidad

de una persona determinada y la circunstancia que uno de los policías haya

reparado en que había visto a un sujeto semejante deambulando por el sector

de madrugada, no corresponde a una presunción porque no es un antecedente

objetivo ni tampoco unívoco. Las razones para circular a hora determinada

pueden obedecer al regreso del trabajo e incluso de la casa de una persona

querida.

A lo señalado, se agrega que no se precisa cómo se identifica al sujeto

descrito por la víctima, esto es, cómo llegan los funcionarios a establecer que

se trata de Castro Vinet, sino que aparecen derechamente dirigiéndose a su

domicilio.

Sin perjuicio de lo ya evidenciado, sucede que en relación a la segunda

parte del artículo 205 del Código Procesal Penal, los funcionarios requerían el

consentimiento expreso del propietario para acceder al domicilio y proceder a

su registro y tal consentimiento no se encuentra demostrado en este caso.

En efecto, la madre del acusado, quien ostenta la calidad de propietaria

y que era la habilitada para dar la autorización de ingreso, declaró que ella se

negó a que los funcionarios entraran e incluso había negado a su hijo, porque

no sabía que había llegado. Ella misma venía llegando. Pero entonces fue

coaccionada por los funcionarios según ella misma refirió y avaló al acusado,

puesto que ella indicó que le dijeron que la llevarían detenida si no les permitía

entrar. Luego, ella presenció una llamada que hicieron los funcionarios, quienes

le expresaron que se estaban comunicando con un magistrado para obtener la


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autorización de acceso y luego de esto, ante la insistencia de ella de que le

presentaran un papel (a pesar de no saber leer), alguno le exhibieron, porque

su hijo la instó a que firmara (lo que habría hecho poniendo su huella dactilar) y

finalmente los funcionarios entraron.

La actividad descrita no configura el logro de un consentimiento expreso,

libre de coacción y vicio. Por el contrario, la mujer, que según se explicó en

estrados y se lee del fallo, no sabe leer ni escribir, fue primero amenazada por

la policía con ser llevada detenida si no permitía el acceso y luego se hizo una

representación de estarse obteniendo una autorización de acceso con un

magistrado, que no era efectiva. A pesar de todo ello, la mujer aún se resistía a

permitir la entrada porque exigía documento escrito que la permitiera y

entonces se le presenta uno, que su hijo le dice que firme. De sus dichos, no

queda claro si ella entiende que ese documento constituye una orden de

acceso, que no es tal, porque la orden no existía y, finalmente, firma y deja

entrar a los funcionarios ante el consejo del hijo, que lo dio –como él afirmó en

su declaración- porque los funcionarios la estaban presionando y temió por ella.

Esto es, el consentimiento de la mujer no fue libre, fue manipulado por la

policía que finalmente logró que el mismo imputado influyera en ella.

Sin embargo, el consentimiento del acusado no aparece tampoco como

válido en el escenario que se dio, puesto que se obtuvo a través de la presión

ejercida contra su madre y en una clara maniobra para obtener una imputación

contra sí mismo, sin previa lectura de sus derechos y sin advertencia alguna de

las razones por las cuales se le investigaba. Tanto es así que los mismos

funcionarios no lo tienen claro al decir que ingresan por el delito de robo en

lugar habitado, pero que lo detienen por receptación de especies.

SÉPTIMO: Que, por otra parte, resulta conveniente agregar que el

procedimiento que se realizó no está dentro de las actuaciones que la policía


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puede desarrollar sin orden previa, en los términos del artículo 83 del Código

Procesal Penal, porque como ya se dijo, no se trataba de un caso de

flagrancia: las especies que se encontraron producto de un robo en bien

nacional de uso público, lo fueron después del procedimiento irregular, como ya

se dijo, habiendo accedido los funcionarios sin tener conocimiento del robo del

día 12 de diciembre y vencido el plazo de flagrancia del robo del día 7 de

noviembre.

Además, la norma invocada por el representante del Ministerio Público

en estrados, está contenida en el literal c) de ese precepto, que se refiere a la

obligación de la policía de resguardar el sitio del suceso. En dicho evento, se

contempla la posibilidad que en “…el caso de delitos flagrantes cometidos en

zonas rurales o de difícil acceso, la policía deberá practicar de inmediato las

primeras diligencias de investigación pertinentes, dando cuenta al fiscal que

corresponda de lo hecho, a la mayor brevedad.” No tiene aplicación esta

norma, porque como ya se adelantó, no se trató de un delito flagrante.

OCTAVO: Que, en consecuencia, no se han verificado las exigencias del

artículo 205 del Código Procesal Penal para el acceso de los funcionarios de

Carabineros al domicilio del imputado y su madre, desde que no contaban con

antecedentes objetivos suficientes que habilitaran la presunción que les

permitía solicitar el acceso, ni se trataba de un delito flagrante que les

permitiera actuar sin orden previa del fiscal; además, no obtuvieron una

autorización de entrada y registro prestada con el consentimiento expreso y

válido de la dueña de casa, sino que por el contrario, aquél aparece

manipulado y viciado, máxime si se trata de una persona que no sabe leer y

escribir y que a pesar de ello, en todo momento manifestó su deseo de que se

le exhibiera una orden escrita de acceso dada por autoridad competente; de

modo que debían haber resguardado el lugar y, previa alerta al fiscal de turno,
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tenían que instar por la autorización del Juez de Garantía y acceder sólo una

vez recibida aquélla e intimada a la propietaria.

NOVENO: Que, a resultas de lo que se viene analizando, sucede que se

han violentado las garantías constitucionales del imputado, tanto de la

inviolabilidad de su hogar como de su debido proceso, al haberse llevado

adelante éste y realizado con la incorporación de evidencias obtenidas con

conculcación de sus derechos y, por ende, se trata de prueba ilícita que debió

ser excluida en su oportunidad.

DÉCIMO: Que, en consecuencia, el recurso será acogido por la causal

principal, sin que sea preciso emitir pronunciamiento sobre la subsidiaria y,

para que la corrección de los vicios cometidos sea completa, se accederá a lo

pedido sin que sea precisa una nueva realización de la audiencia de

preparación de juicio, sino que se ordenará la realización de uno nuevo, con

prescindencia de la prueba afectada por ilicitud.

Por estas consideraciones y de acuerdo, además, a lo prevenido en los

artículos 373 letra a) y 384 del Código Procesal Penal, se acoge el recurso de

nulidad planteado por la defensa de Javier Alejandro Castro Vinet y, en

consecuencia se invalida la sentencia de diecinueve de mayo de dos mil

catorce, cuya copia corre agregada a fs. 10 y siguientes de este legajo y el

juicio oral que le antecedió en el proceso RUC 1301212583-0, RIT O-30-2014,

y se ordena realizar nuevo juicio oral por tribunal no inhabilitado, en el que se

omitirá de la prueba ofrecida por el ente persecutor consistente en los dichos

de los testigos de cargo: Luciano Rojas Hidalgo, José Villa Estarda, Omar

Rozas Morales, sólo en cuanto se refieran a la diligencia declarada nula y a los

reconocimientos de especies obtenidos en aquella; y de los funcionarios

policiales Jorge Llanos Caurapan, Jorge San Martín Valencia, Aurelio

Schneider Avendaño, Eric Rubilar Sepúlveda, Omar Astudillo Cadena, Germán


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Arias Jiménez, Luis Pérez Salazar y Fernando Alexi Burgos, en cuanto

intervinieron en la mencionada diligencia ilegal y en todo lo relacionado con las

especies incautadas en ella; además de las mismas especies incautadas en el

domicilio del imputado, con motivo de la diligencia declarada ilegal y las

pruebas que de ella deriven, como fotografías o peritajes de las mismas.

Regístrese y devuélvase con su agregado.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Haroldo Brito Cruz.

Rol N° 11.835-14

Pronunciado por la Segunda Sala integrada por los Ministros Sres. Milton Juica
A., Hugo Dolmestch U., Carlos Künsemüller L., Haroldo Brito C. y el abogado
integrante Sr. Luis Bates H. No firman el Ministro Sr. Brito y el abogado
integrante Sr. Bates, no obstante haber estado en la vista de la causa y acuerdo
del fallo, por estar con permiso y ausente, respectivamente.

Autorizada por la Ministro de Fe de esta Corte Suprema.

En Santiago, a veintitrés de julio de dos mil catorce, notifiqué en Secretaría por


el Estado Diario la resolución precedente.

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