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El arte de investigar el arte

Luis Álvarez Álvarez (Camagüey, 1950) es doctor en Ciencias y


doctor en Ciencias Filológicas. Profesor e investigador titular
del Centro de Estudios Nicolás Guillén del Instituto Superior de
Arte. Ha obtenido, entre otros, el Premio Nacional de Investiga-
ciones Culturales (2008), el Premio de Pensamiento Caribeño
(México, 2002), el Premio Extraordinario de Ensayo Casa de las
Américas (1995), tres veces el premio de la Crítica Literaria, y
dos, el premio de la Crítica Científico-Técnica. Es miembro corres-
pondiente de la Academia Cubana de la Lengua. Diversos textos
suyos se han publicado tanto en Cuba, como en España, Alema-
nia, Argentina, México, Venezuela y Corea del Sur.
Gaspar Barreto Argilagos (Camagüey, 1941) es doctor en Cien-
cias Pedagógicas (2000). Profesor titular consultante del Centro
de Estudios de Conservación de Centros Históricos de la Univer-
sidad de Camagüey. Ha realizado diversos trabajos en metodolo-
gía de la investigación, estadística aplicada a la investigación y
diseño experimental. Es miembro del claustro de la maestría en
Cultura Latinoamericana del Centro de Estudios Nicolás Guillén
del Instituto Superior de Arte. Ha impartido diversos cursos de
postgrado en universidades de Cuba, México, República Domi-
nicana y Perú. Ha publicado numerosos artículos científicos en
su país y en el extranjero, así como diferentes textos universita-
rios.
El arte de investigar el arte
Luis Álvarez Álvarez
Gaspar Barreto Argilagos
Edición: Consuelo Muñiz Díaz
Diseño: Orlando Hechavarría Ayllón
Composición digitalizada: Virginia Pacheco Lien

© Luis Álvarez Álvarez y Gaspar Barreto Argilagos, 2010


© Sobre la presente edición:
Editorial Oriente, 2010

ISBN 978-959-11-0721-3
Instituto Cubano del Libro
Editorial Oriente
J. Castillo Duany No. 356
Santiago de Cuba
E-mail: edoriente@cultstgo.cult.cu
www.cubaliteraria.com
Índice

Investigar el arte hoy................................................................. 7


El arte como objeto de investigación.................................... 32
La perspectiva comunicacional en la investigación del arte...55
Epistemologías......................................................................... 78
La epistemología cuantitativa................................................. 80
La epistemología cualitativa.................................................. 108
¿Hacia una integración cuanticualitativa?............................. 138
Categorías del diseño de investigación................................... 141
Problema de investigación.................................................. 145
Objeto de investigación ........................................................ 155
Objetivo.............................................................................. 156
Campo de acción.................................................................. 158
Formulación hipotética y sus clases....................................... 159
Objetivos específicos o tareas.............................................. 175
Materiales y métodos............................................................ 178
Resultados y aportes............................................................ 180
Novedad científica..................................................................182
Serendipia...............................................................................183
Algunos métodos en la investigación del arte....................... 186
Observación.......................................................................... 200
Análisis de contenido: algunos enfoques............................ 214
Estrategias en el análisis de contenido........................... 239
El sistema del texto......................................................... 251
Métodos que hacen uso de la estadística............................ 277
Método experimental............................................................. 284
Pruebas de hipótesis............................................................ 300
Prueba de Ji Cuadrado....................................................... 302
Prueba de McNemar......................................................... 306
Prueba “t de Student”..................................................... 308
Método etnográfico............................................................... 310
Teoría de la entrevista............................................................ 335
Historia oral........................................................................ 352
Historia de vida.......................................................................363
Criterio de expertos............................................................. 385
Grupo de discusión............................................................. 398
Método sistémico............................................................... 406
Estudio de casos.................................................................. 413
Investigación–acción: su proyección sobre educación
artística................................................................................... 419
Consideración final.................................................................. 433
Investigar el arte hoy

Este libro tiene una finalidad precisa: examinar cuestiones relati-


vas a los procesos de investigación que tienen como objeto de
estudio el arte en cualquiera de sus manifestaciones —literatura,
música, artes escénicas, artes plásticas, arquitectura, fotogra-
fía, etc.— y los componentes del proceso artístico —las fases
precreativas, las dinámicas de la creación misma, los fenómenos
de recepción, promoción, mercadeo, valoración social, la educa-
ción artística, etc.—. A diferencia de Circunvalar el arte,1 texto
que abordó la investigación tanto del arte como de la cultura,
aquí el interés estará centrado básicamente en el arte, aunque no
es posible obviar un grupo de consideraciones sobre la cultura,
dado que ella es contexto inevitable de toda la actividad artística:
“Lo que constituye el proceso de desarrollo en el arte de algún
medio, consiste en algo más que el mero alineamiento de los fe-
nómenos en una sucesión temporal: consiste en el vínculo, en la
asunción de algunos elementos culturales”.2 Por otra parte, hay
que señalar que si bien los estudios sobre el arte —y, de hecho,
también los referidos a la cultura— deben tener una perspectiva
eminentemente científica, asimismo exigen también una alta do-
sis de creatividad, así como la construcción de un metatexto que
—en los hitos más relevantes de la historia de los estudios del
arte y la cultura, al menos en América Latina— resulta influido,

1
Luis Álvarez Álvarez y Juan Francisco Ramos Rico: Circunvalar el arte. Métodos
cualitativos de investigación de la cultura y el arte, Ed. Oriente, Santiago de Cuba,
2004.
2
Zofia Lissa: “Prolegómenos a una teoría de la tradición en la música”, en Criterios,
no. 13-20, p. 222, La Habana, enero-diciembre 1986.

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El arte de investigar el arte

en mayor o menor medida, por las características de su objeto de


estudio. Las ciencias sobre el arte, entonces, sin dejar por ello de
ser fieles a su carácter gnoseológico profesional, son manifesta-
ción de un acto creativo que, en tanto oficio, es también un ars en
sentido pleno, a la vez arte de interpretación, arte de síntesis y
visualizaciones histórico-culturales, semiológicas, sistémico-es-
tructurales, sociológicas en su amplia acepción y, también, desde
luego, altamente gnoseológicas. Este punto de vista, por lo de-
más, halla sustentación en un criterio muy atendible de Bourdieu:
Reintroducir la idea de habitus equivale a poner al princi-
pio de las prácticas científicas no una conciencia conoce-
dora que actúa de acuerdo con las normas explícitas de la
lógica y del método experimental, sino un “oficio”, es de-
cir, un sentido práctico de los problemas que se van a tra-
tar, unas maneras adecuadas de tratarlos, etcétera. En apoyo
de lo que acabo de decir, y para tranquilizarles si piensan
que no hago más que endilgar a la ciencia mi visión de la
práctica, a la cual la práctica científica podría aportar una
excepción, invocaré la autoridad de un texto clásico y fre-
cuentemente citado de Michel Polanyi (1951) —es un tema
abundantemente tratado y habría podido citar a otros mu-
chos autores— que recuerda que los criterios de evaluación
de los trabajos científicos no pueden ser completamente
explicitados (articulated). Siempre queda una dimensión
implícita y tácita, una sabiduría convencional que se in-
vierte en la evaluación de los trabajos científicos. Este
dominio práctico es una especie de connaisseurship (un
arte de experto) que puede ser comunicado mediante el
ejemplo, y no a través de unos preceptos (contra la meto-
dología), y que no es tan diferente del arte de descubrir un
buen cuadro, o de conocer su época y su autor, sin ser ne-
cesariamente capaz de articular los criterios que utiliza.
“La práctica de la ciencia es un arte” (Polanyi, 1951). Di-
cho eso, Polanyi no se opone en absoluto a la formulación
de reglas de verificación y de refutación, de medición o de

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Investigar el arte hoy

objetividad y aprueba los esfuerzos para que estos crite-


rios sean lo más explícitos posible.3

Los enfoques más comunes —lamentablemente— acerca de


la formación de un investigador, así como sobre la evaluación de
los resultados de investigación, tienden a priorizar el dominio de
una teoría, como si la ciencia fuese una actividad exclusivamen-
te marcada por ella, cuando, en realidad, es una integración de
teoría y praxis lograda a partir de una actitud catalizadora funda-
mental: la creatividad cultural, que constituye un punto de iden-
tificación entre el la ciencia y el arte.4
La idea —deformante si las hay— de que la investigación de-
pende en lo esencial solo de una o algunas teorías —que tienen el
carácter de metodologías privilegiadas de la investigación—, no
suele ser, desde luego, explicitada, pero la manera en que se en-
foca el componente teórico en la formación de investigadores es
tal que de modo tácito o explícito tiene un carácter mecanicista, y
de ello se deriva una imagen, si bien no deliberada, muy estrecha
de la investigación como dependiente de esos esquemas teóricos
y de nada más. Bourdieu, en oposición a ello, apunta con total
razón:

Pero también cabe apoyarse en algunos trabajos de la nue-


va sociología de la ciencia, como los de Lynch, que recuer-
dan la distancia entre lo que se dice de la práctica científica

3
Pierre Bourdieu: El oficio de científico. Ciencia de la ciencia y reflexividad. Curso
del Collège de France 2000-2001. Trad. de Joaquín J., Ed. Anagrama, Barcelo-
na, 2003, p. 73. Esta obra, como muchas otras utilizadas en la elaboración del presen-
te libro, forma parte del inapreciable grupo de textos especializados a que hemos tenido
acceso gracias a la generosa gestión del Centro Teórico-Cultural Criterios y los fondos
electrónicos de su biblioteca Salvador Redonet Cook. Sea esta breve consignación
testimonio de nuestra gratitud a dicha institución y a su director Desiderio Navarro.
4
Cfr. Celso Furtado: “Creatividad cultural y desarrollo independiente”, en Pablo
González Casanova, comp.: Cultura y creación intelectual en América Latina, Ed.
R., La Habana, 1990, pp. 122-129. Allí el autor expresa: “[…] la reflexión filosófica,
la meditación mística, la inventiva artística y la investigación científica básica, repre-
sentan el seno de la actividad creativa” (p. 126).

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El arte de investigar el arte

en los libros (de lógica o de epistemología) o en los proto-


colos a través de los cuales los científicos dan cuenta de lo
que han hecho y lo que se hace realmente en los laborato-
rios. La visión escolástica de la práctica científica condu-
ce a producir una especie de “ficción”. Las declaraciones
de los investigadores se parecen tremendamente a las de
los artistas o los deportistas: repiten hasta la saciedad la
dificultad de expresar con palabras la práctica y la manera
de adquirirla. Cuando intentan expresar su sentido del buen
procedimiento, no tienen gran cosa que invocar, a no ser la
experiencia anterior que permanece implícita y es casi cor-
poral, y cuando hablan informalmente de su investigación,
la describen como una práctica que exige oficio, intuición
y sentido práctico, olfato, cosas todas ellas difíciles de trans-
cribir sobre el papel y que sólo pueden ser entendidas y
adquiridas realmente mediante el ejemplo y a través de un
contacto personal con unas personas competentes.5

La investigación del arte no puede incurrir en la sobrevaloración


de la metodología. Se precisa focalizar la práctica de la investi-
gación tanto en su sentido estricto de experiencia de los especia-
listas en un momento cultural dado, como en su sentido amplio
—y, por ende, histórico-cultural en su esencia plena— de tradi-
ción de la cultura —y, dentro de ella, de las ciencias especializa-
das en la creación—, así como del arte mismo. Del mismo modo,
el diálogo, los contactos y nexos interpersonales resultan, en
efecto, de importancia crucial, tanto para la formación de un in-
vestigador del arte como para la de un artista: son parte inalienable
de la praxis en ambos terrenos. Bourdieu aborda la cuestión de la
práctica científica de un modo que respalda esta posición, y al
mismo tiempo advierte sobre la absoluta necesidad de la teoría:
La práctica siempre está subvalorada y poco analizada,
cuando en realidad, para comprenderla, es preciso poner

5
Ob. cit., p. 74.

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