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Nuevas religiones
El formato de este capítulo varía respecto de los anteriores. En él se recogen muchos
tipos de creencias diferentes, y tan sólo podremos ofrecer una información muy somera de
cada una de ellas. Para una información más detallada, consultar las obras Pocket Dictionary
of New Religious Movements de Irving Hexham, o A Guide to New Religious Movements,
por Ronald Enroth, ambas publicadas por InterVarsity Press.
INTRODUCCIÓN. Todas las religiones cambian constantemente. Tienen que hacerlo. Las
culturas cambian, las personas cambian, las sociedades cambian y las religiones tienen que
cambiar forzosamente con ellas. Pero aquí está el problema: por norma general, las
religiones aborrecen el cambio. Desde la perspectiva de una religión establecida, el cambio
se ve normalmente como algo negativo. Mientras en otras áreas de la cultura el cambio se
identifica con progreso, en religión es mucho más probable que se entienda como una
violación del orden sagrado. Por lo tanto, cuando aparece una nueva religión, lo más
probable es que la recepción sea negativa, y por ello tendrá que resistir el paso del tiempo
para que se la empiece a respetar como tal.
DEFINICIÓN. ¿Qué es, exactamente, una «religión nueva»? Ésta no es una pregunta fácil
de responder. De hecho, la lista de religiones que aparecen más abajo no puede evitar ser
arbitraria. Como ya resulta bastante difícil definir qué es una religión, resulta
exponencialmente más complicado explicar qué es una religión nueva. Quizá nos resulte de
utilidad lo que los científicos llaman los «casos límite», para intentar sacar algo en claro.
Empecemos por aceptar que el Judaísmo no es una religión nueva, sencillamente
porque no es nueva. Por otra parte, si yo hoy decido decirle a la gente que no van a ir al
cielo, a menos que me envíen enormes sumas de dinero, eso tampoco sería una nueva
religión porque realmente no es una religión, sino simplemente un engaño o un intento
barato de fraude. Así pues, para poder calificar algo como «nueva religión», tiene que ser,
por un lado, algo nuevo y, por otro, tener el carácter de religión.
Estos dos términos –nueva y religiosa– son ambiguos. Algunas de las llamadas nuevas
religiones tienen más de cien años. Al mismo tiempo, algunas de las llamadas religiones en
realidad tienen un componente mínimo de trascendencia o espiritualidad. Así que vamos a
facilitarnos las cosas diciendo que una «nueva religión» es una religión que aún está
luchando para que se la reconozca como una religión independiente, con identidad propia.
Pero para que el cuadro sea aún más completo, deberíamos mencionar que las «nuevas
religiones» tienden a compartir ciertas características en el ámbito superficial. Suelen
contar con una única persona que ejerce un liderazgo fuerte, que se centra en doctrinas
relativamente simples y que ofrece promesas tentadoras a sus seguidores potenciales.
Un nuevo elemento de ambigüedad surge cuando analizamos la relación que existe
entre una nueva religión y su religión madre. Por supuesto, algunas de ellas ni siquiera
tienen un parentesco identificable claro con ninguna religión, pero ninguna de ellas (las
nuevas) se considera a sí misma como una mera idea procedente de una religión válida
preexistente; todas ellas se ven a sí mismas como mejores, más efectivas y más verdaderas
que sus predecesoras. De modo que tenemos que poner buen cuidado en reconocer que el
origen que una persona ajena al tema pueda adscribirle a una nueva religión, puede no ser
aceptado por sus partidarios; quizá consideren que sus creencias son verdades frescas,
recién reveladas. En lo que exponemos a continuación, procuraremos presentar el contexto
de origen, siempre que proceda. Esta lista también incluirá algunos movimientos a los que
se ha acusado de ser nuevos cultos, pero que, en realidad, son subgrupos legítimos de
religiones ya establecidas.
ALEPH (antes Aum Shinri Kyo). Pequeño grupo Japonés (literalmente, La Secta de la
Verdad Suprema) que se formó a sí mismo bajo el liderazgo de Chizuo Matsumoto (Shoko
Asahara) en 1995 y que cambió su nombre a Aleph en el año 2000. La membresía estimada
oscila entre mil quinientos y dos mil. Su énfasis religioso radica en encontrar conocimiento
místico a través de la meditación hindú y el yoga, centrándose en el dios Shiva. Aleph
también cree que el mundo está próximo a su fin, y su enseñanza original incluía la idea de
que los verdaderos creyentes estaban obligados a adelantar el fin del mundo provocando
catástrofes. En 1995, este grupo perpetró un ataque mortal con gas nervioso en el metro
de Tokio.
AHMADIYYA* DEL ISLAM. Movimiento islámico originario de Pakistán. Este grupo es
rotundamente pacifista y se opone a cualquier uso de la violencia, incluso en el caso de la
defensa personal, y ni que decir tiene que también se opone a la jijad militar. Su fundador,
Mirza Ghulam Ahmad (1839–1908), afirmó ser el Mahdi Islámico, la segunda venida de
Cristo e, incluso, el cumplimiento de las expectativas hindúes sobre la venida de Krishna.
Hoy en día, sus seguidores se dividen en dos grupos: aquellos que le consideran un profeta
y, por lo tanto, al mismo nivel que Mahoma (el grupo Qadiya) y aquellos que dicen que sólo
fue un gran reformador (el grupo Lahore). El grupo Qadiya es rechazado por otros
musulmanes, mientras que a la tendencia Lahore se la considera una secta legítima del
Islam. El movimiento Ahmadiyya es importante porque es tremendamente activo a la hora
de reclutar nuevos miembros para el Islam y de propagar información a un nivel muy amplio
a través de Internet. Los musulmanes ahmadiyya afirman tener 200 millones de seguidores.
CAO DAI. Es una religión que se originó en Vietnam en los años 20 y que ha tenido alguna
influencia en el sudeste asiático, y se atribuye 4 millones de practicantes. Es un esfuerzo por
combinar, en una sola tendencia espiritual homogénea, todo lo mejor de las religiones del
mundo, incluyendo ideas que proceden del Cristianismo, del Budismo y del Hinduismo. A
pesar de sus elevadas ambiciones, ha terminado siendo, más que cualquier otra cosa, una

*
N. de la T.: también conocido como el Culto Ahmadía del Islam.
puesta en práctica de los lados místicos y ocultos, tangenciales a las religiones de las que
supuestamente procede.
CIENCIA CRISTIANA. Es el más prominente de una serie de grupos que surgen en
América durante el siglo XIX que busca combinar algunos de los conceptos tradicionales
cristianos con las recién llegadas percepciones de la filosofía oriental y con descubrimientos
en el campo de la curación sicosomática. En 1875, su fundadora, Mary Baker Eddy, afirmó
en su libro más importante –Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras*– que la causa de las
enfermedades humanas es la ilusión de que el mundo material es real y que el modo de
vencer el sufrimiento es venciendo esa ilusión. Por ello, la Ciencia Cristiana prohíbe el uso
de la medicina moderna. Su cuartel general se encuentra en Boston, Massachussets.
FALUN GONG (o Falun Dafa). Es un movimiento chino reciente que consiste en unos
ejercicios simples y meditación realizados con la intención de promover la salud física y el
bienestar material entre los que lo practican. Su fundador, Li Hongzhi, utiliza algunos
conceptos Budistas y Daoistas relativamente poco sofisticados para racionalizar la eficacia
de sus técnicas; pero es la práctica, no la doctrina, lo que ha atraído a sus seguidores.
Alrededor del cambio de milenio, Falun Gong reivindicaba un millón de seguidores en la
República Popular China, una nación en la que cualquier movimiento popular, sin importar
cuán apolíticas sean las ideas que defiende, se considera como una amenaza para el
Gobierno. En consecuencia, Falun Gong ha sido perseguida, y a su vez eso ha despertado
una protesta mundial a favor de los derechos humanos.
ISKCON (Hare Krishna). Cuando la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna
se dio a conocer por primera vez en Occidente, se la catalogó como uno más entre los cultos
recientemente creados, pero, en realidad, se trata de un movimiento bastante antiguo
dentro del Hinduismo. En la actualidad, su membresía oscila alrededor de un millón. Como
orden religiosa, se remonta al siglo XVI, cuando un hombre llamado Caitanya predicaba la
devoción a Krishna, pero sus creencias y prácticas tienen sus raíces en el Bhagavad Gita, de
dos mil años de antigüedad. Su doctrina más importante es que Krishna es el Dios personal
supremo; la veneración a Krishna consiste en repetir su mantra «Hare Krishna». Llegó por
primera vez a Estados Unidos bajo el liderazgo de A. C. Bhaktivedanta Prabhupada, que
acababa de cumplir setenta años.
TESTIGOS DE JEHOVÁ. Aunque comenzó como un movimiento bíblico-profético, este
grupo se ha ido alejando cada vez más de las enseñanzas clásicas cristianas. De manera
notable, niega la deidad de Cristo y la vida después de la muerte para todos, excepto unas
pocas personas devotas. Fue fundado en el siglo XIX por Charles Taze Russell y ahora tiene
su cuartel general en Nueva York. Los Testigos de Jehová se ven a sí mismos como una
nación aparte y no profesan lealtad al país en el que viven, y no digamos ya si se trata de ir
a la guerra. Los Testigos de Jehová se niegan, de forma constante, a recibir transfusiones de
sangre, aun cuando eso supusiera salvar la vida de un niño, y lo hacen basando su postura

*
N. de la T.: Science and Health with Key to the Scriptures.
en una interpretación literal de la enseñanza del Antiguo Testamento que dice que la vida
(alma) de las personas está en su sangre.
Tanto los Testigos de Jehová como los Mormones (ver página siguiente) hace mucho
tiempo que existen, pero aún entran dentro de la lista de «nuevas religiones» debido a la
relación ambivalente que mantiene con su religión «madre», el Cristianismo. El problema
es que, si se estudia objetivamente, sus doctrinas y las del Cristianismo clásico resultan
incompatibles. Si el Cristianismo es verdad, lo que estos movimientos predican no puede
serlo, y viceversa, sin importar en este sentido cuál de ellos está en lo cierto. El problema
radica en que estos dos movimientos quieren que se les reconozca como auténticas formas
de Cristianismo, no como religiones distintas. Llegados a este punto muerto, no resulta
difícil ver que, como los Cristianos tradicionales no van a ceder a sus demandas, estos dos
grupos van a seguir siendo vistos más como vástagos del Cristianismo, que como formas
legítimas de Cristianismo o como religiones totalmente independientes.
JUCE. ¿Es posible que exista una religión con unos veinte millones de seguidores (más
que judíos y jainíes juntos) y que, sin embargo, no se la conozca en casi ningún lugar del
mundo? Pues sí, aunque casi parece que se trata de un juego de prestidigitación político.
Juce (que significa «autoconfianza», o «autodependencia») es la religión oficial de Corea
del Norte y es una versión de Marxismo ligeramente espiritualizada. A todas las personas
en Corea del Norte se las considera automáticamente miembros de Juce, y es por eso que
no sorprende que la población de Corea del Norte ascienda a unos veinte millones de
personas.
MORMONISMO. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días comenzó en
1830 en Estados Unidos bajo el liderazgo de Joseph Smith, quien afirmó haber recibido
nuevas revelaciones, en forma de tablas, por mano del ángel Moroni. El ángel le dijo a Smith
que ninguna de las iglesias que existían entonces era fiel a Cristo y que él debía reestablecer
las verdaderas enseñanzas de Jesús. Las tablas, que fueron publicadas como el Libro del
Mormón, cuentan la historia de cómo Cristo vino a América después de la resurrección y
enseñó el evangelio a las tribus que allí había por aquel entonces. Las enseñanzas que
caracterizan a los Mormones incluyen la idea de que los seres humanos pueden llegar con
el tiempo a ser dioses y gobernar sus propios planetas. En la actualidad hay
aproximadamente unos once millones de Mormones, y su sede central está en Salt Lake
City, Utah (véase también el comentario que incluye a los Mormones en el apartado
dedicado a los «Testigos de Jehová»).
NACIÓN DEL ISLAM. Éste es el Movimiento Musulmán Negro Americano. Comenzó en
la década de los treinta (1930s), completamente desincronizado con la línea general del
Islam, reivindicando que sus fundadores, W. D. Fard y Elijah Muhammad (Poole), eran las
reencarnaciones de Alah y Mahoma respectivamente. El punto central de su enseñanza es
que sólo los miembros de la raza negra son verdaderos seres humanos y que las otras razas
son imitaciones malignas. Debido, en gran medida, a la influencia del difunto Malcom X, en
los años setenta el movimiento abandonó sus enseñanzas únicas y se alineó con el Islam de
ámbito mundial. No obstante, las enseñanzas más excéntricas se han perpetuado debido a
un movimiento disidente liderado por Louis Farrakhan, y cuentan con unos veinte mil
afiliados.
RASTAFARISMO (O RASTAFARIANISMO). Es un colorido movimiento religioso que se
originó en la década de los treinta con la coronación del emperador de Etiopía Haile Selassie,
cuyo nombre de familia era Ras Tafari. En la lejana Jamaica, algunos predicadores –
inspirados por la filosofía de autodeterminación negra de Marcus Garvey– vieron este
acontecimiento como una señal de la liberación inminente del pueblo africano y creyeron
que Haile Selassie era una encarnación de Dios (Jah). A los aproximadamente seiscientos
mil rastafaris se les conoce muy bien gracias a su pelo endiabladamente rizado y a la música
reggae. Una de sus prácticas religiosas consiste en el acto sagrado de fumar marihuana
(ganja).
(LA IGLESIA DE LA) CIENCIOLOGÍA. Aunque la Cienciología se asemeja, en cierto modo,
al pensamiento oriental (como por ejemplo, al Budismo Tibetano), no nació fruto de
ninguna religión «madre» sino que fue L. Ron Hubbard –un escritor de ciencia-ficción
norteamericano– quien la desarrolló. Como se afirma en la página web de la religión, su
propósito es conseguir una «conciencia aumentada y una libertad espiritual para el
individuo y la rehabilitación de su decencia, su poder y su habilidad básica». Esto se logra al
neutralizar los factores dentro de una persona que impiden el crecimiento pleno, y
enseñando técnicas que causarán liberación espiritual. La Cienciología es muy conocida por
su libro Dianetics, en el que Hubbard explicaba en qué consistía, según él, la relación entre
el alma y el cuerpo. De acuerdo con sus propias cifras, la Cienciología cuenta con hasta ocho
millones de simpatizantes, pero, en realidad, su membresía se acerca probablemente más
al medio millón. Su sede central está en Clearwater, Florida.
SOKA GAKKAI (SGI). Esta forma de Budismo japonés intenta activamente llegar a gente
de todo el mundo, incluyendo Europa y Estados Unidos. Comenzó con un monje Japonés,
Nichiren (1222–1282), el cual declaró que el verdadero Budismo tiene que ser fiel al Lotus
Sutra. Escribió una salutación al Lotus Sutra en una hoja de papel de arroz. Este papel se ha
llegado a conocer como gohonzon, y Nichiren enseñó a sus seguidores a recitar
regularmente las palabras Namu myo horengekyo («Yo saludo las enseñanzas del hermoso
Lotus Sutra»). Este saludo, que también se conoce como daimoku, se supone que contiene
un enorme poder espiritual, y sus beneficios van desde la adquisición de la naturaleza de
Buda, hasta recibir salud y prosperidad. Sus adeptos pasan varias horas al día delante de
una reproducción oficial del gohonzon, recitando el daimaku. Soka Gakkai es un movimiento
laico dentro de la escuela Nichiren, que adquirió su forma actual gracias al educador
Japonés Tsunesaburo makiguchi (1871–1944). Su membresía se estima alrededor de 10
millones en Japón y 1,5 millones fuera de Japón.
TENRIKYO. Originalmente un vástago de Sinto, Tenrikyo (la «secta de Tneri») se
considera a sí misma, en la actualidad, una religión por derecho propio, con
aproximadamente dos millones de miembros. Se la ha denominado equivocadamente la
«Ciencia Cristiana» de Japón, porque su fundadora fue una mujer que sanaba por medio de
la fe en el siglo XIX, pero las similitudes acaban ahí. Nakayama Miki afirmaba que estaba
poseída por el dios Japonés («kami») conocido como Oyagami, que le otorgaba el poder
para sanar. Enseñaba que la causa del sufrimiento es el polvo espiritual que se acumula en
las almas humanas, que puede limpiarse a través de la obediencia a Oyagami. Tenrikyo sigue
floreciendo en Japón, donde sus seguidores creen que Nakayama Miki todavía vive, aunque
ahora tendría más de doscientos años.
IGLESIA DE LA UNIFICACIÓN. Debido al nombre de su fundador, Sun Myung Moon, a los
seguidores de este grupo que comenzó en Corea en los años 50, se les empezó a llamar
popularmente «Moonies». Las enseñanzas de Moon al principio se mantuvieron en secreto,
lejos del mundo en general pero, desde los años 80, la iglesia ha hecho públicas sus
doctrinas, que consisten en un complejo abanico de conceptos orientales combinados con
ideas cristianas. En el centro de la doctrina de la Unificación se halla la idea de que la caída
de la humanidad por culpa de Adán y Eva trajo consigo implicaciones físicas y que, a pesar
de que Cristo hizo posible la redención espiritual, la redención física total de la raza humana
tendría que esperar hasta la venida de un segundo mesías, Sun Myung Moon. Así, un
aspecto muy visible de la Iglesia de la Unificación eran sus bodas en masa, en las que miles
de hombres y mujeres jóvenes se unían, como antecedentes de la nueva raza sobre la cual
presidiría Moon. El movimiento de la Unificación llegó por primera vez a la conciencia
pública debido a sus técnicas de reclutamiento altamente agresivas –y, a veces,
reconocidamente engañosas–. Y probablemente también se deben a la Iglesia de la
Unificación los múltiples esfuerzos de dudosa moral para desprogramar que usaban como
defensa contra estas tácticas.
ISLAM WAHHABITA. Ésta es una parte ortodoxa del Islam que ha dado lugar a formas
extremistas. Comenzó como un movimiento reformista en el siglo XVIII, llevado a cabo por
un hombre llamado Muhammad Ibn Abd al-Wahhab en lo que hoy es Arabia Saudita. Al-
Wahhab creía que el Islam se estaba corrompiendo por culpa de varias supersticiones,
incluida la veneración a los santos. Su plan era purgar el Islam de todo lo que él consideraba
impropio, incluyendo el uso del vino, el tabaco y la música. Si le hubieran dejado hacer a su
antojo, nadie le hubiera prestado atención, pero contaba con un aliado importante en el
poderoso clan Ibn Saud, que implantó sus medidas cuando obtuvo suficiente influencia
política. Cuando el reino de Arabia Saudita se fundó oficialmente en 1932, el Rey Abdul Aziz
al Saud implementó los principios Wahhabitas, y los hizo cumplir con dureza.
Debido a los recursos económicos derivados de la riqueza del petróleo de Arabia
Saudita, el Islam Wahhabita ha ganado influencia en todo el mundo –por ejemplo, dando
su respaldo a las escuelas Islámicas–. En Pakistán se pusieron en marcha un grupo de
escuelas, con dinero Saudita, para entrenar líderes en Afganistán. Con el tiempo, estos
estudiantes, llamados Talibanes, tomaron el poder en Afganistán, donde mantuvieron
durante algún tiempo no sólo un Estado Wahhabita muy rígido, sino que, además,
financiaron la red terrorista de al-Qaeda.
WICCA. Es la religión occidental de la brujería. No respalda el mal, y mucho menos la
adoración a Satanás. Por el contrario, intenta hacer uso de los poderes espirituales del
universo para promover el bien y la sanidad. Wicca reconoce muchos dioses, incluida la
diosa suprema, representada por la luna. Enseña que existen muchas líneas invisibles de
poder espiritual que se entrecruzan en el mundo que nos rodea y que es posible
aprovecharse de ellas con el fin de ayudar a otros. Le gusta presentarse a sí misma como la
alternativa femenina de la religión dominante masculina establecida. En cuanto a sus
miembros, sólo podemos ofrecer una cifra especulativa de unos cincuenta mil, ya que sus
partidarios se reúnen en aquelarres locales y no cuentan con un cuartel general unificado,
por así decirlo.
Cualquiera puede soñar con una nueva idea y llamarla una «religión». El observador que
mira desde afuera, muchas veces tiene problemas para entender por qué un movimiento
en particular atrae seguidores. Lo que sí está claro es que el éxito –por pequeño que sea–
de cualquier nueva religión, implica que está supliendo una necesidad que algunas personas
sienten y que ninguna otra religión está atendiendo.

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Parsismo (Zoroastrismo)
NOMBRE. El nombre fundamental de la religión es Zoroastrismo, en honor a su fundador,
Zoroastro, que vivó en Persia durante el siglo VI a. de C. Después de que muchos de los
seguidores se reubicaran en la India, se les empezó a llamar parsis, que significa «Persas»,
y es así como este se ha convertido en otro nombre oficial de la religión. En algún tiempo,
la religión también ha recibido el nombre de Mazdeísmo, haciendo referencia a Ahura
Mazda, el nombre que utilizan para Dios. En el hemisferio occidental, el cuerpo global se
llama Federación de Organizaciones Zoroastras de Norteamérica.
NÚMEROS Y DISTRIBUCIÓN. Si no fuera por la prominencia histórica del Zoroastrismo,
tendría poco sentido incluirlo en un libro como éste. Al parecer no existen más de 150.000
parsis en el mundo. Se concentran principalmente en el área de Bombay, en la India. Hay
unos cuantos miles de parsis en Irán, y también se han establecido en otras zonas del mundo
a donde han emigrado los hindúes. Debido a su relativo éxito económico y su
preponderancia social, han logrado crear conciencia de su presencia, pero la baja tasa de
natalidad y las estrictas reglas que prohíben los matrimonios mixtos y las conversiones,
hacen prever que el número de miembros continuará cayendo.
SÍMBOLOS. Los símbolos del Zoroastrismo se remontan a la antigua Persia, y a veces resulta
difícil determinar si se basan en la religión misma, en un precursor o en alguna de sus
ramificaciones heréticas ancestrales. El símbolo más común es el de un hombre alado,
llamado fravahar. Existen muchas teorías respecto a su origen y significado, incluidas las
que dicen que representa a Ahura Mazda (Dios), a Zoroastro o al espíritu de los reyes persas.
La interpretación más probable es que el símbolo representa a fravashi, el alma primordial
de cada individuo. El alma está girada hacia un lado, el de Dios, y sostiene tres anillos, que
equivalen a los tres valores de Zoroastro: buenas palabras, buenos pensamientos y buenas
obras, que le conducirán a la dicha eterna. Su mensaje es que cada persona debe escoger
qué lado apoya –el bien o el mal–.
HISTORIA. El Zoroastrismo se basa en las enseñanzas del profeta Zoroastro. De acuerdo
con antiguas fuentes parsi, este hombre vivió «273 años antes que Alejandro», lo que le
sitúa en el siglo VI a. de C. Era un miembro de las familias sacerdotales, que oficiaban en el
culto de muchos dioses, llamados daevas. Cuando tenía alrededor de treinta años,
Zoroastro recibió una revelación que le convenció de que los daevas no eran verdaderos
dioses sino malos espíritus. Aprendió que sólo existía un dios verdadero, llamado Ahura
Mazda (que significa «Señor Exaltado»). Cuando Zoroastro empezó a enseñar su mensaje,
fue rechazado. Sin embargo, cuando fue a la corte de un rey menor llamado Hystaspes,
Zoroastro fue capaz de curar, de forma milagrosa, el caballo del soberano, lo cual convenció
al rey de que lo que enseñaba era cierto. Desde ese momento, Zoroastro comenzó a reunir
un número muy grande de discípulos.
Ciro –el rey principal del recién creado imperio Medo-Persa, en cuyo tiempo vivió
Zoroastro– adoraba al dios Babilonio Marduk. No obstante, los reyes que sucedieron a Ciro
durante el resto del Imperio Persa, siguieron las enseñanzas de Zoroastro. La religión pasó
al anonimato después de que Alejandro Magno conquistara Persia, pero volvió al escenario
más de quinientos años después, para convertirse en la religión oficial del segundo Imperio
Persa, desde el año 200 d. C. hasta el 600. Cuando los musulmanes conquistaron Persia en
el siglo VII d. C., la religión pasó de nuevo a un estado de supervivencia. Unos pocos
Zoroastros permanecieron en Persia, donde se les denominó Gabars (infieles), mientras que
la mayoría se trasladó a la India, y allí se les comenzó a llamar parsis.
ESCRITOS SAGRADOS. La colección de escritos del Zoroastrismo es muy extensa, aunque
buena parte de ella se cree que ha estado perdida durante milenios. El libro más importante
se llama Avesta, y algunas de sus partes probablemente se remontan al propio profeta
Zoroastro. Después de él, los Zoroastros añadieron muchas secciones más al Avesta;
algunas de ellas, a pesar de haber sido escritas con un lenguaje de una época cientos de
años posterior, afirman ser oraciones y mandamientos del profeta mismo. El Avesta
contiene una descripción detallada de la vida de Zoroastro, y también de sus oraciones,
liturgia y conjuros.
PRINCIPALES CREENCIAS. La premisa básica del Zoroastrismo es la batalla incesante entre
el bien y el mal. Dios, a quien se llama Ahura Mazda, es verdad y luz. Se expresa a sí mismo
a través de su Espíritu Santo y de los seis aspectos de su persona, llamados Buen
Pensamiento, Justicia, Poder, Perfección, Piedad e Inmortalidad. Pero a Dios se le opone el
espíritu del mal, Ahriman, cuya esencia es todo lo contrario de lo que Dios representa. Él
simboliza la maldad, la injusticia y la oscuridad.
Además, los dioses anteriores de Irán, los daevas, son malos espíritus (conviene notar
que esta palabra –daevas– tiene la misma raíz que la palabra inglesa devil) que hacen todo
lo que pueden para mover a la gente hacia el lado de Ahriman. Y lo hacen, no sólo tentando
a las personas para que cometan acciones inmorales, sino también intentando que la gente
se manche o ensucie a sí misma en sentido ritual. Especifiquemos un poco más: si los seres
humanos tocan un cadáver o cualquier desperdicio humano, incluidas las uñas cortadas o
el pelo de afeitarse, se les considera impuros, ritualmente sucios, y bajo la influencia
maligna de los daevas. De modo que los seres humanos deben hacer todo lo posible para
mantenerse puros, tanto en sentido ritual como moral. Además, de esa forma contribuyen
también en el ámbito cósmico, pues ayudan a Ahura Mazda a triunfar sobre Ahriman.
SUBGRUPOS. La línea de separación más grande es entre los Zoroastros que
permanecieron en Irán (Gabars) y aquellos cuyos ancestros emigraron a la India y de allí a
otros lugares (parsis). No obstante, dejando de lado las lógicas diferencias en términos de
cultura y costumbres, no hay ningún asunto de importancia mayor que divida a estos dos
grupos.
RITOS CÚLTICOS. En el Zoroastrismo, la adoración sirve para exaltar a Ahura Mazda, como
esfuerzo para conseguir pureza personal y para protegerse de los daevas. Se centran en la
luz, por ejemplo, la del sol o el fuego, porque Ahura Mazda es luz pura. En los templos, los
sacerdotes llevan a cabo rituales que incluyen mantener una llama sagrada y sorber una
bebida preparada a base de la planta sagrada, haoma. Durante estas ceremonias se entonan
porciones del Avesta. La adoración en el hogar consiste en orar delante de un pequeño altar
casero.
EDIFICIOS RELIGIOSOS. Los templos parsis se llaman «templos del fuego» por la llama
sagrada que debe mantenerse encendida en todo momento en su interior. El exterior puede
ser relativamente sencillo; quizá tan solo se distinga por el símbolo del fravahar (hombre
alado), aunque los templos modernos también pueden ser joyas arquitectónicas. Debido a
que el Zoroastrismo ha sido una religión minoritaria, sujeta a persecución, durante los
últimos catorce siglos ha tenido que adoptar numerosas medidas de protección, como por
ejemplo, no permitir nunca la entrada de extraños (no-Zoroastros) en sus templos. El
interior del edificio se divide en dos áreas, una más amplia, donde se reúnen los adoradores,
y el recinto sagrado, más reducido, donde los sacerdotes llevan a cabo sus tareas a favor de
la congregación.
COSTUMBRES DOMÉSTICAS. Un hogar parsi contiene un pequeño altar con los
instrumentos necesarios para quemar varitas de incienso y mantener un pequeño fuego de
madera de sándalo. Se espera que los Zoroastros oren cinco veces al día, y, antes de hacerlo,
en cada ocasión deben llevar a cabo una breve ceremonia de ablución.
Una parte importante de la vida familiar de los Zoroastros es la ceremonia de la llegada
a la mayoría de edad (navjot) por la que pasa todo chico y chica, en algún momento entre
los siete y los quince años. La parte más importante de este rito de la mayoría de edad
ocurre cuando el niño/a declara ser un/a Zoroastro/a, que repudia a los daevas y acepta la
práctica que consiste en llevar de por vida la camisa y el cinto sagrado.
Otro aspecto distintivo de la práctica del Zoroastrismo es la manera en que se deshacen
de los cadáveres. Como los cuerpos son impuros, los parsis han creído, tradicionalmente,
que sería impropio contaminar el suelo enterrándolos, o el fuego si llevaran a cabo la
cremación. Su solución consiste en dejar que la naturaleza siga su curso colocando los
cuerpos muertos sobre plataformas circulares elevadas («torres de silencio»), y permitir
que los buitres vengan y den buena cuenta de ellos. En los países occidentales, donde las
torres de silencio no serían aceptables, los parsis no tienen más remedio que decantarse
por la cremación. Incluso en la India esta práctica se está viendo comprometida porque una
plaga desconocida está diezmando a los buitres que se supone que deberían llevar a cabo
esta tarea.
VESTIMENTA. Aunque externamente parezcan no existir diferencias, los parsis llevan una
ropa interior que es un distintivo de su fe. En el navjot, la ceremonia de la mayoría de edad,
la persona joven recibe una camisa sagrada, llamada sudra, junto con un cinto también
sagrado, que recibe el nombre de cinto kusti. La camisa está hecha de algodón blanco y
tiene un bolsillo delantero cuyo propósito es recoger las buenas obras que una persona
haga a lo largo de su vida. El cinto está confeccionado con hebras de lana blanca y se ciñe
con tres vueltas alrededor de la cintura de la persona. Al principio de cada sesión de oración
se desata y luego vuelve a ajustarse.
DIETA. Los parsis no están sujetos a la rigidez de ninguna exigencia dietética.
CALENDARIO. El calendario Zoroastro es solar. Consiste, básicamente, en doce meses de
treinta días cada uno –lo que hace que los meses no coincidan con las fases lunares– y cinco
días extra hasta alcanzar los 365 días del año solar. Los Zoroastros de Irán y de la India no
se ponen de acuerdo en sus criterios sobre cuándo comienza el nuevo año, pero sí observan
las mismas fiestas. En el día sexto del mes primero, que cae o bien en agosto, o bien en
marzo del calendario gregoriano, celebran el nacimiento de Zoroastro.
Los Zoroastros se enorgullecen de su religión y su cultura, pero, por lo general, no son
muy amigos de compartirla con extraños.

13
Sinto
NOMBRE. El nombre popular para esta religión indígena japonesa se deriva del término
chino shen-dao, o el «camino de los dioses». Su equivalente japonés es kami-no-mihi, en el
que kami es el término para dioses o espíritus. La religión consiste en un conjunto de rituales
y prácticas que se remontan al antiguo Japón. A diferencia de, digamos, el Budismo o el
Jainismo, no tiene sus raíces en ninguna creencia fundamental sobre el mundo y, por lo
tanto, uno nunca debería referirse a ella como Sintoísmo.
NÚMEROS Y DISTRIBUCIÓN. Prácticamente todos los japoneses se hallan bajo la influencia
de Sinto y, sin embargo, muy pocos declararían que esa es su religión. Igual que muchos
chinos incorporan varios aspectos del Daoísmo, el Confucianismo y el Budismo en sus
creencias religiosas, así muchos japoneses combinan en su fe características de Sinto y de
Budismo. Así pues, si uno tuviera que hacer un recuento de aquellas personas que afirman
que su única religión es Sinto, la cifra no sería mayor de tres o cuatro millones; pero si uno
incluyera a todos los que durante algún período de su vida llevan a cabo algo que está
relacionado con Sinto, estaríamos hablando prácticamente de toda la población del Japón,
unos 100 millones. Debido a su naturaleza, Sinto está confinado en gran parte a su tierra
natal, Japón, y muchos aún la consideran la religión estatal; no es algo que pueda exportarse
a otros países.
SÍMBOLOS. El símbolo más destacado de Sinto es la puerta torii, que se alza a la entrada
de los santuarios Sinto y también señala muchos otros lugares sagrados. Consiste en dos
postes verticales y dos dinteles horizontales. Pero no olvidemos que la bandera Japonesa,
un disco rojo centrado sobre fondo blanco, también es un símbolo Sinto, porque equivale
al sol naciente, entendido como la diosa del sol, Amaterasu.
HISTORIA. Sinto se remonta a una época anterior a los registros históricos. Es presumible
que algunos de sus antecedentes se encuentren en religiones tribales tempranas, pero para
el tiempo en que se empieza a tener conocimiento de esta religión, parece haberse
convertido ya en una religión tradicional japonesa. La gente involucrada en una religión
tradicional no suele considerar su religión como un sistema de fe aparte, sino como una
forma aceptada de ver y hacer las cosas. Y eso es, probablemente, lo que sucedió en el caso
de Sinto hasta el siglo VI d. C., cuando llegaron a Japón, procedentes de China, algunas
nuevas formas de pensar –el Confucianismo, el Daoísmo y el Budismo–. Como respuesta a
ello, la cultura establecida basada en el Sinto empezó a ser consciente de su propia
identidad y comenzó a fijar sus mitos y rituales en términos más formales. En el siglo VIII, el
emperador ordenó a uno de sus oficiales, Yasumaro, que produjera una única versión
coherente del mito nacional japonés, y que también pusiera por escrito todas las variantes.
Los siglos siguientes fueron testigo de la lucha entre Sinto y Budismo, para ver cuál de
las dos dominaría en Japón, que terminó en empate. Como Sinto y Budismo son religiones
tan distintas entre sí, cada una acabó ocupando su propio nicho. Por una parte, desde una
perspectiva puramente externa, no hay duda de que el Budismo quedó por delante.
Desarrolló variaciones específicas japonesas que acabaron siendo la espina dorsal de los
samurai. No obstante, Sinto reclamó su propio terreno, legitimando al emperador y al
Estado japonés, y estableciendo algunos de los recursos espirituales del día a día para los
que el Budismo no tenía respuesta.
En 1868, cuando el Gobierno Japonés dio un giro drástico hacia el nacionalismo y mostró
una actitud desafiante hacia el mundo exterior, se reinstauró el Sinto como práctica
obligatoria para todos los japoneses. El Gobierno tomó posesión de todos los santuarios
Sinto y comenzó a gestionarlos, y a todos los funcionarios públicos se les obligó a reconocer
que el emperador era un dios. Después, cuando esta ideología nacionalista se vino abajo al
final de la Segunda Guerra Mundial, el emperador se vio forzado a firmar una declaración
en la que reconocía que no era un dios, y el Sinto a ser, una vez más, un aspecto
omnipresente, si bien no dominante, de la religión japonesa.
ESCRITOS SAGRADOS. Existen tres obras principales que reflejan el contenido de Sinto,
aunque deberíamos verlas más como descripciones que como libros normativos:
1. El Kojiki es una amalgama exhaustiva de mitología Sinto, compilado por Yasumaro en
el año 712 d. C. Entre otras cosas, cuenta la historia de cómo nacieron los dioses (kami), y
cómo se casaron un dios y una diosa (Izanagi e Izanami) y crearon las islas japonesas; cómo
murió Izanami y se fue al infierno, y cómo la diosa del sol (Amaterasu) ocultó su rostro por
un tiempo, y como se convirtió en la antepasada del emperador del Japón.
2. El Nihongi, terminado por Yasumaro en el año 725 d. C., es una compilación de todas
las variantes de la misma historia que recoge el Kojiki. Cuando Yasumaro llevó a cabo su
investigación, se dio cuenta que todo el mundo no contaba la historia exactamente igual;
estas diferencias son las que se recogen en el Nihongi.
3. El Amatsu Norito es la colección que recoge las oraciones y rituales más importantes
del Sinto.
PRINCIPALES CREENCIAS. El Sinto no es un conjunto de creencias o una fe que pretende
llevar a la salvación; más bien, se trata de una serie de prácticas cuyo propósito es hacer
que los que lo practican, mantengan una relación armoniosa con el mundo espiritual. Así,
la primera premisa fundamental es creer en la existencia de un mundo espiritual, en el que
las fuerzas espirituales individuales se llaman kami. No obstante, la palabra kami puede
usarse con muchos matices de significado distintos. Un kami puede ser cualquiera de estas
cosas: la fuerza espiritual impersonal que está latente en la naturaleza; espíritus personales
que habitan nuestro entorno; o dioses personales como Amaterasu. La segunda creencia
esencial es que los seres humanos se pueden relacionar con los kami; tratándolos bien, la
gente puede incrementar su capacidad de éxito en la vida, mientras que, ofendiéndoles, se
arriesgan a ver cómo los kami frustran todos sus esfuerzos. Como ya señalamos
anteriormente, la cultura japonesa tiende a dejar asuntos esenciales como el significado de
la vida y la muerte al pensamiento Budista.
SUBGRUPOS. A veces resulta útil pensar que el Sinto tiene diferentes aspectos. El Estado
Sinto era una forma de justificar que el emperador era un ser divino y Japón era la nación
suprema del mundo. Este aspecto de Sinto ha sido repudiado oficialmente, aunque eso no
quita que la gente lo siga creyendo en la actualidad. En su momento de máximo esplendor,
el Estado Sinto también subsumió el santuario Sinto, que incluía los lugares santos y los
edificios de la religión. Con la desaparición del Estado Sinto, el santuario Sinto tiene que
defenderse por sí mismo. Sinto Doméstico es el aspecto que abarca muchas prácticas
tradicionales del hogar Sinto. Por último, Sinto Sectario es el término que se utiliza para
referirse a muchas religiones nuevas que existen en Japón en la actualidad.
Aunque resulta difícil pensar en Sinto como una religión que cuenta con subgrupos –ya
que, después de todo, en realidad no tiene ninguna doctrina–, lo cierto es que, a finales del
siglo XIX, surgieron varios grupos multitudinarios, todos ellos bajo el nombre de Sinto, y aún
hoy siguen apareciendo y desapareciendo muchos otros. Éste es uno de los aspectos del
fenómeno denominado nuevas religiones, que se ha convertido en rasgo característico de
la cultura japonesa. Hay miles de estas nuevas religiones en Japón. Algunas de ellas se
relacionan con Sinto, mientras que otras tienen más que ver con el Cristianismo o el
Budismo. Lo que tienen todas ellas en común, es que intentan proveer un atajo espiritual
para lograr el éxito en este mundo, centrándose en un ser espiritual en particular, y en un
conjunto simplificado de procedimientos que hacen que su poder funcione para un ser
humano. En la mayoría de casos, esta nueva religión la ha fundado una sola persona, que
se convierte a continuación en autoridad suprema incuestionable del grupo (véase el
capítulo «Nuevas Religiones» y, dentro de él, dos casos concretos: Soka Gakkai y Tenrikyo).
PRÁCTICAS CÚLTICAS. La adoración en Sinto no tiene lugar per se, sino que se realiza con
el propósito de asegurar el éxito personal y nacional. Habitualmente, las oraciones se
acompañan de ofrendas de alimentos e incienso. Hay una tarea muy importante que uno
debe llevar a cabo para los kami: informarles de los acontecimientos y planes en la vida de
uno. Un kami al que le sorprendan los acontecimientos no estará feliz, y traerá mala suerte
sobre la persona que no le informó sobre ellos.
EDIFICIOS RELIGIOSOS. A los edificios Sinto se les suele llamar santuarios, en contraste con
los templos budistas. Muchos de los santuarios más grandes son, en realidad, un conjunto
de edificios, no sólo uno. Existe bastante libertad en lo que a diseño arquitectónico se
refiere, pero suele haber algunos componentes comunes. Primero, la entrada al conjunto
vendrá marcada por una puerta torii. Desde ahí, el camino hacia lo que es el santuario en sí
trazará una curva hacia la izquierda (uno nunca debería entrar directamente ante la
presencia de un kami). A lo largo del camino pueden haber objetos sagrados y también agua
para los rituales de purificación.
El santuario mismo se divide en dos partes, la primera de las cuales puede estar dividida
a su vez en dos. La parte más hacia fuera (haiden) es aquella a la que tienen acceso los
adoradores. Hay una campana con una cuerda, que la gente toca al entrar, con el fin de
atraer la atención del kami. Luego pueden poner dinero en una caja para las ofrendas y
presentar otras ofrendas de alimentos; a continuación hacen sus peticiones e informan al
kami acerca de sus planes. La parte interior (honden) está reservada a los sacerdotes. En
ella se encuentran los shintai, los objetos sagrados asociados al kami particular a quien se
ha dedicado el santuario. Por ejemplo, el santuario en Isé está dedicado a la diosa del sol,
Amaterasu, y contiene una espada de hierro, un collar de perlas y un espejo, todos ellos
objetos sagrados.
Las parejas japonesas se casan en los santuarios Sinto y, sin embargo, los funerales
tienen lugar en los templos Budistas. Los santuarios son también, con frecuencia, los sitios
escogidos para celebrar festivales, o para iniciar las procesiones de los shintai a través de la
comunidad local.
COSTUMBRES DOMÉSTICAS. Muy pocos hogares japoneses conservan ya la dotación
completa de objetos religiosos. Idealmente, un hogar debería tener tanto un butsudan, un
estante o armario con una estatua de Buda, como un kamidan, un estante con objetos de
oración dedicados al kami. Hoy en día, lo más probable, caso de tener algo, es que tenga
uno budista, y que las prácticas Sinto queden relegadas al santuario del vecindario,
dedicado al kami tutelar (guardián) local.
VESTIMENTA. La práctica Sinto en sí misma, no requiere ninguna vestimenta específica. No
obstante, dado que es el Sinto quien custodia la cultura tradicional japonesa, los festivales
y procesiones Sinto son, muy a menudo, oportunidades propicias para que la gente vista al
estilo clásico japonés.
DIETA. Sinto no contempla ninguna restricción dietética. El único tipo de alimento que
probablemente no se ofrezca a un kami en su santuario es carne roja.
CALENDARIO. Japón funciona con el calendario gregoriano, y todas las festividades que en
un tiempo se organizaron de acuerdo con el calendario lunar, tienen hoy su fecha en el
calendario gregoriano. El Día de Año Nuevo es el 1 de enero, un día de purificación; el 3 de
febrero comienza la primavera. El 3 de marzo es el Día de la Muñeca (también llamado Día
de las Niñas), cuando una niña de la familia expone las colecciones de muñecas que posee
dicha familia. El 8 de abril señala el cumpleaños de Buda, y también el día en que el dios del
arroz desciende de las montañas. El 5 de mayo es el Día del Niño, cuando las familias
decoran sus casas con mangas de viento* con forma de pez (carpa), una por cada chico en
la familia, aunque a algunas personas les gusta llamarlo Día de los Niños, incluyendo así a
los niños de ambos sexos. La purificación del Día de Año Nuevo se renueva el 30 de junio.
A mediados de julio hay un tiempo para conmemorar a los muertos. En el otoño, tienen
lugar los festivales de la cosecha.
Sinto no se presenta a sí misma como una religión de pensamientos profundos acerca
de la relación que existe entre la vida y la muerte, la naturaleza, lo sobrenatural o Dios y el
mundo. Pero los que practican Sinto lo llevan en la sangre.

14
Sikhismo*
NOMBRE. El nombre Sikhismo viene de la palabra Punjabi Sikh, que significa «discípulo».
Así pues, un sikh es un discípulo de su gurú, el maestro. No nos estamos refiriendo a
cualquier discípulo de cualquier maestro, sino concretamente a los discípulos que se
remontan al movimiento que comenzó Gurú Nanak en el siglo XVI.
NÚMEROS Y DISTRIBUCIÓN. En la actualidad hay aproximadamente 23 millones de sikhs
en el mundo. Es una religión de la India que se concentra especialmente en el área del
Punjab, que se encuentra entre la India y Pakistán. El Estado hindú llamado Punjab está
gobernado, principalmente, por sikhs, si bien ésta no es una región autónoma. En el día de
hoy, la cifra de sikhs en Estados Unidos podría ascender a unos 250.000.

*
N. de la T.: tubo de lona situado en lo alto de un mástil para indicar la dirección del viento en
aeródromos, autopistas, etc.

*
N. de la T.: en español, algunas veces se puede encontrar transcrito como Sijismo, y sus
seguidores como Sijs.
SÍMBOLOS. El Sikhismo declara su presencia a través de dos únicos símbolos. El símbolo
más extendido es el khanda, que representa la fe sikh hacia el mundo exterior. En el centro
encontramos lo que significa la propia palabra kanda, la «espada de doble filo». Junto con
esta arma arrojadiza redonda, el chakkar, representa la unidad de Dios y su presencia q u e
todo lo domina. A cada lado hay dos espadas ceremoniales, kirpans, que hacen referencia
a la dimensión política y espiritual de la comunidad sikh.
Dentro de la comunidad sikh –por ejemplo en un templo Sikh– es frecuente encontrar
un segundo símbolo. Se refiere a la unidad de Dios. El pequeño símbolo a la izquierda que
se parece al número nueve occidental, es el número 1 y, la otra parte, significa «el único».
De modo que este símbolo significa que Dios es «sólo uno, el único», que en Punjab es
Ekankar.
HISTORIA. El Sikhismo comenzó como un intento para subsanar la división entre hindúes y
musulmanes, que estaba causando problemas en la India durante el siglo XVI d. C. La mayor
parte de la India estaba gobernada por los Mongoles, que la habían conquistado, trayendo
consigo el Islam. Algunas personas perspicaces intentaron restablecer la armonía entre
estas dos religiones apoyándose en el principio de que Dios sobrepasa la comprensión que
el ser humano tiene de Él, por no hablar de las limitaciones que las personas le imponen en
nombre de la religión.
Entre los defensores de la unidad estaba Gurú Nanak (1469–1538), de padre hindú y
madre musulmana. Cuando comenzó a enseñar, a la gente le atraía la manera en que
combinaba la vestimenta hindú con la musulmana y cumplía con algunas de las obligaciones
de ambas religiones, pero de tal manera que siempre ponía la piedad y la virtud por delante
del cumplimiento formal de las prácticas religiosas. Su slogan era «¡No hay ningún hindú,
no hay ningún musulmán!».
Los seguidores de Nanak le veían como algo más que un ser humano que enseñaba un
mensaje de reconciliación; ellos le percibían como la encarnación de la luz divina. Tomaron
la palabra ancestral gurú, que normalmente sólo significa «maestro», y le dieron una
interpretación diferente, «la luz que disipa la oscuridad». Cuando murió Nanak, señaló a su
siervo como su sucesor, y la nueva comunidad le reconoció a él también como gurú.
Durante los siguientes dos siglos tuvieron lugar una serie de acontecimientos. La
comunidad sikh creció y, con el paso del tiempo, llegaron a establecer su sede en la ciudad
recién construida de Amritsar. Cada vez había más conflicto entre los dirigentes
musulmanes y los sikhs y, por fin, todo acabó en combate armado. El Sikhismo pasó de ser
una comunidad cuyo fin era traer paz y unidad, a convertirse en un verdadero ejército, listo
para defenderse a una señal.
Hubo diez gurús durante los primeros dos siglos de Sikhismo. Todos ellos hicieron
importantes contribuciones, pero destacan algunos de ellos. El quinto gurú, Gurú Arjan Dev,
recopiló todos los himnos y cantos escritos por todos los demás gurús, incluidos los suyos
propios, al igual que algunas de las obras de algunos de los escritores que más habían
influido en Nanak, y produjo este «libro exaltado», el Granth Sahib, que ha sido desde
entonces el libro sagrado para los sikhs. Arjan Dev también fue el primer gurú de su fe en
sufrir el martirio, pues el gobernador musulmán le hizo hervir en una tina de agua hasta la
muerte.
El hijo de Arjan Dev, Hargobind, fue el primero en desarrollar una facción armada en el
Sikhismo cuando, al ascender a la posición de gurú, tomó dos espadas, simbolizando el
poder espiritual y el temporal. Esta política la completó el décimo gurú, Gobind Rai (a quien
a partir de entonces se conoció como Gobind Singh), cuyo padre también sufrió el martirio.
Gobind Singh instituyó un orden militar (el khalsa) al que se podía unir cualquier sikh que
fuera bautizado con agua agitada por una daga de acero. Todos los miembros varones del
khalsa adoptarían el apellido Singh (que significa «león») y todas las mujeres miembro
llevarían el de Kaur (que significa «princesa»). Los miembros del khalsa habían de llevar una
ropa distintiva y debían aprender a destacar como soldados. Gobind Singh también afirmó
ser el último de los gurús humanos y que desde ese momento en adelante sólo el libro
sagrado, el Granth, sería el gurú de los sikhs. El Granth, igual que todos los gurús humanos
antes, era la encarnación de Dios.
La aparición del Sikhismo como una comunidad militante coincidió con la presencia
creciente del Colonialismo Británico en el subcontinente indio. Por lo general, los sikhs
ponían su habilidad al servicio de los británicos en contra de las mayorías musulmanas e
Hindúes que buscaban oprimirlos, aunque también existió conflicto entre los sikhs y los
británicos, como en el caso de la Guerra Sikh, de 1846.
El dilema más grande de los sikhs surgió con la partición de la colonia en dos, la India y
Pakistán, en 1947. Su área, Punjab, estaba a caballo de los dos nuevos Estados, y como los
dos Estados estaban en guerra, los sikhs se vieron atrapados en medio y sufrieron terribles
bajas a manos de ambos bandos. Esto trajo consigo la aparición de varios movimientos
independentistas sikhs, lo cual contribuyó hacia el establecimiento de un nuevo estado,
Khalistán, y estos esfuerzos crearon a su vez actividad militar soterrada contra el Gobierno
indio.
En 1984, una minoría militante sikh tomó por la fuerza su propio Templo Dorado en
Amritsar. La Primera Ministra Indira Gandhi envió tropas a liberar el templo de manos de
estos partisanos, cosa que llevaron a cabo con mucho derramamiento de sangre. También
descubrieron enormes alijos de armas y munición. Esta acción le costó a Gandhi la vida,
pues fue asesinada por sus guardaespaldas sikhs unos pocos meses más tarde. Después,
coincidiendo con el aniversario del ataque sobre el Templo Dorado, los combatientes por la
libertad Sikh fueron acusados de haber puesto la bomba en un avión de pasajeros fletado
por Air India. La inutilidad evidente de dichas acciones llevó a la comunidad sikh a renunciar
tomar cualquier otra medida drástica, pero estos actos sí hicieron que se reconociera más
ampliamente la posición ambivalente del Sikhismo en la India y en el mundo.
ESCRITOS SAGRADOS. El libro sagrado del Sikhismo es el Granth, al que también se hace
referencia con varios títulos más, como el Gurú Granth Saib, literalmente el «Maestro, el
Libro Exaltado». También se le llama muchas veces Adi Granth, que significa «el verdadero
Granth». Granth literalmente significa, simplemente, «libro», pero debe distinguirse de
otros libros, ya que la recopilación llevada a cabo por Arjan Dev (el quinto gurú) es
realmente la única versión autorizada, en oposición a, digámoslo así, una compilación
suplementaria hecha por Gobind Singh, el décimo gurú.
Cuando la comunidad sikh se reúne para adorar, entonan poemas e himnos del Granth.
No obstante, la verdadera importancia del Granth no radica tanto en su contenido como en
su presencia. Como gurú divino, el objeto mismo se convierte en el centro de adoración y
veneración, aparte de su mensaje. Un templo sikh típico posee una copia del Granth (el
original se encuentra en Amritsar), que durante el día se expone sobre un altar, ante el cual
la gente se acerca para arrodillarse. Por la noche se le lleva literalmente para que descanse
sobre una cama, con sábanas, cortinas y todo, y, por la mañana, se le despierta y se vuelve
a colocar en el altar –y, en ambas ocasiones, con sus respectivas ceremonias especiales–.
PRINCIPALES CREENCIAS. El Gurú Nanak buscaba encontrar verdades espirituales detrás
de las formas externas del Islam y del Hinduismo. En el proceso, sus enseñanzas combinaron
importantes aspectos de ambas religiones. Del Hinduismo mantuvo las ideas de la
reencarnación y el karma (la creencia de que nuestras acciones influirán en cuál será
nuestra próxima vida). Del Islam tomó la idea de que Dios es uno y que no debe ser
representado con ídolos. Su mensaje era que, viviendo una vida en sintonía con las virtudes
divinas, con el tiempo uno llegaría a ser uno con Dios y escaparía del ciclo de
reencarnaciones.
Nanak se mostró firme al decir que nuestros pensamientos acerca de Dios no deberían
limitarse a las enseñanzas de una sola religión. Dios no es sólo Alah, ni sólo Rama, y así
sucesivamente, sino que Dios es una realidad muy superior a la que cualquier palabra o
concepto humano pueda abarcar. Su término favorito para Dios era Sat Nam, el «Nombre
Verdadero», que no pretendía ser simplemente un nombre más para Dios, sino que
indicaba que no podemos conocer el nombre de Dios y que únicamente nos podemos
referir a él indirectamente. Por lo general, cuando los sikhs hablan de Dios en la actualidad,
utilizan la expresión «el único y solo uno», o Ekankar en la lengua Punjab.
SUBGRUPOS. En un sentido, el Sikhismo tiene un subgrupo principal –uno al que pertenece
casi todo el mundo–. Es el khalsa, el orden militar que empezó con Hargobind, el sexto gurú.
No obstante, no necesariamente todos los sikhs tienen que ser miembros del khalsa.
Además, a pesar de que en la actualidad la gran mayoría de sikhs se consideran a sí mismos
parte del khalsa, muy pocos pertenecen a organizaciones militares.
PRÁCTICAS CÚLTICAS. A los sikhs les gusta reunirse para adorar juntos porque, además del
resto de actividades religiosas, es un tiempo en el que la comunidad disfruta de la comunión
y se autoafirma. El culto de oración es sencillo, consiste básicamente en la entonación de
pasajes del Granth, con el acompañamiento de varios instrumentos. Un miembro líder de
la comunidad (que puede ser un hombre o una mujer) preside desde detrás del altar y, de
cuando en cuando, mueve los brazos y las manos para rechazar así las impurezas
espirituales y físicas del Granth. Al final del tiempo de canto, todo el mundo recibe un dulce,
hecho de frutos secos y miel.
Pero el canto y las oraciones son sólo el principio. Ahora todo el mundo, incluso los que
no llegaron a tiempo para participar en los cantos, se junta para una comida. La «cocina
común», o langar es probablemente el aspecto más característico de las reuniones de la
comunidad sikh. Todas las personas, sin importar a qué clase social o nivel económico
pertenezcan, se sientan unas al lado de las otras en el suelo, y comen juntas la misma
comida. Incluso cuando, durante los primeros tiempos del Sikhismo, el emperador Mongol
Akbar (cuyo nieto es bien conocido en el mundo porque fue el que mandó construir el Taj
Mahal) vino a visitar al tercer gurú, Amar Das, se le pidió que se sentara junto a todos los
demás. De este modo, el Sikhismo continúa ensalzando la igualdad de todos los seres
humanos y repudiando el sistema de castas.
EDIFICIOS RELIGIOSOS. Un templo sikh, al que se llama gurdwara, suele ser un edificio
sencillo, tanto por dentro como por fuera. No obstante, algunos de los más grandes, como
el templo Dorado, en Amritsar o el Gurdwara Bangla Sahib, en Delhi, son estructuras
enormes ricamente adornadas. Lo más normal es que un gurdwara tenga techo en forma
de cúpula, y en ella se verá claramente la insignia de los sikhs. Los templos mayores suelen
estar rodeados por pequeñas piscinas o estanques; los sikhs creen que esta agua (a la que
denominan «néctar») es purificadora.
En cuanto al interior de los templos, prácticamente lo único que hay es un suelo
alfombrado, reminiscencia de las mezquitas. No obstante, sí hay dos muebles importantes:
el altar en el que reposa el Granth durante el día, bajo un dosel, y la cama en la que
descansará por la noche. Las personas no-sikhs son bienvenidas a los templos, si bien
deberán lavarse las manos y los pies y cubrirse la cabeza. Si se sientan, deberán asegurarse
de cruzar las piernas al hacerlo, para no señalar con sus pies en dirección al libro sagrado, y
nunca deben darle la espalda.
Por supuesto, para poder llevar a cabo la comida comunal, un gurdwara debe tener una
cocina y un área para comer. Algunos templos sikhs, en Estados Unidos, tienen mesas y
sillas, pero este arreglo es causa de enormes disputas, pues algunos consideran que tal
medida viola el espíritu Sikh de igualitarismo, expresado en el hecho de que todos se sienten
juntos en el suelo.
COSTUMBRES DOMÉSTICAS. Una familia tradicional sikh sigue unos roles establecidos,
donde el marido lleva el liderazgo y la mujer se ocupa de los asuntos domésticos. Sin
embargo, esa jerarquía no se aplica necesariamente a la vida espiritual de la familia, en la
que la carga de responsabilidad que lleva la mujer puede ser mayor que la del hombre. Los
sikhs devotos recitan largas oraciones cada día y, probablemente, varias veces en un mismo
día. Muchos sikhs tienen el hábito de decorar sus hogares, las puertas de entrada y los
coches con cuadros de gurús, en particular de Gurú Nanak. No obstante, siguiendo el
mandamiento del Sikhismo en contra de la idolatría, estas imágenes no son objeto de
veneración.
VESTIMENTA. Cuando el Gurú Gobind Singh estableció la orden del khalsa, uno de los
requisitos consistía en llevar un atuendo cuyos elementos eran inconfundibles.
Normalmente se hace referencia a ellos denominándolos las cinco K’s, pues esta es la
primera letra de cada término en idioma punjabi: (1) barba y pelo largo, cubierto con un
turbante (kesh); (2) llevar metido en el pelo un peine de madera (kanga); (3) un brazalete
de hierro (kara); (4) pantalones cortos (kachara); (5) una espada (kirpan). A pesar de que
muchos sikhs mantienen esta norma dentro de sus propios entornos culturales, en el
mundo moderno, y en especial fuera de la región india del Punjab, ya no se ve tanta gente
vestida de esta guisa, excepto en ocasiones ceremoniales. Con todo, el turbante sí que sigue
siendo, a menudo, un signo inconfundible de que alguien es un sikh.
DIETA. El Sikhismo enseña que la abnegación física fomenta una falsa piedad, que quizá
impresione a otros pero que no contribuye para nada al desarrollo espiritual de uno mismo.
De ahí que se prohíba el ayuno como ejercicio espiritual y que se vea con malos ojos
cualquier otra forma de privación de la comida en nombre de la religión. Eso no quiere decir
que se anime a la glotonería, ni que se prohíba la restricción de la dieta por otra serie de
razones (como por ejemplo las médicas). En resumen: que el Sikhismo no propone ninguna
restricción específica de alimentos, como por ejemplo el vegetarianismo.
CALENDARIO. Los sikhs tienen mucho que celebrar. Hay diez gurús humanos, cada uno de
ellos con su cumpleaños, el día que se convirtió en gurú y el día de su muerte. Además, está
la primera ocasión en que se instituyó el Granth, el momento en que se reconoció como
gurú, y la creación del khalsa, por mencionar sólo algunos motivos. Estas fechas se hayan
repartidas a lo largo de todo el año.
Hasta 1998, el Sikhismo observaba el año lunar, comenzando con el nacimiento del Gurú
Nanak, en 1469. En 1998, el año sikh 530, la religión adoptó el año solar, asegurándose, a
partir de entonces, de que las festividades siempre cayeran en la misma fecha en el
calendario occidental. Pero mantuvo su punto de partida y designó el 14 de marzo como
primer día de cada año. Así pues, vemos, por ejemplo, que el 14 de marzo del año 2005
comenzó el año sikh 537.
Cuando entres en contacto por primera vez con el Sikhismo, procura no fijarte tanto en
los turbantes y los adornos que les dan ese aire guerrero, y piensa ante todo en Comunidad.

15
Religiones tradicionales y tribales
Un aviso importante: Este capítulo es diferente a los demás. No se centra en ninguna
religión en concreto. En lugar de ello, presenta una serie de conceptos que van más allá de
las fronteras que existen entre distintas religiones, y que son mucho más propios de las
culturas tradicionales. Utiliza este capítulo para buscar información útil acerca de:
• Espíritus.
• Adoración a los ancestros.
• Rituales.
• Magia y brujería.
• Leer el futuro.
• Sacrificios.
• Ritos iniciáticos.
NOMBRE. Muchas personas, a través del mundo, siguen prácticas religiosas y creencias que
no tienen nombre propio y, a veces, ni siquiera una identidad clara. Denominamos a eso
que hacen «religión», pero para ellos es simplemente un modo de hacer las cosas. Éstas son
las prácticas espirituales y rituales de las culturas tradicionales y tribales, que varían mucho
dependiendo de las personas con las que uno se encuentre. En última instancia, lo único
que tiene sentido es denominarlas en términos de su cultura específica. A veces
encontraremos que se puede hablar, en general, de la religión tradicional africana o de la
religión de los nativos americanos. Pero la verdad es que, en la práctica, uno normalmente
tiene que ser mucho más específico y referirse a, digamos, «la religión de la Tribu de los
Navajos» o «la religión de los Massai».
No obstante, estas religiones encarnan patrones profundamente enraizados en la
psique humana y, a pesar de que las culturas puedan hallarse lejos de la vida moderna
industrializada, allí donde se practique cualquier religión, se manifestarán estos mismos
patrones –a veces incluso en lugares donde no se practica ninguna–.
NÚMEROS Y DISTRIBUCIÓN. De acuerdo con algunas estadísticas, 150 millones de
personas por todo el mundo practican alguna forma de religión tradicional, en una forma
relativamente pura. Aun si esta cifra fuera bastante precisa, lo cierto es que oscila con suma
facilidad, debido por un lado a los esfuerzos misioneros de otras religiones y, por otro, al
hecho de que el mundo moderno parece estar tragándose estas culturas, su religión y todo
lo demás. Sin embargo, si ampliáramos nuestro criterio para incluir a todo el que mantiene
ciertos lazos con alguno de los patrones religiosos tradicionales, lo cierto es que tendríamos
que incluir prácticamente a toda la humanidad.
SÍMBOLOS. En el plano de una cultura tradicional cualquiera, los símbolos resultan de vital
importancia. Los símbolos son signos que aluden a una realidad más profunda; pero,
muchas veces, el símbolo mismo se convierte en la realidad. Por ejemplo, los Nativos
Americanos siempre han admirado la estrella de la mañana, y consideran que representa el
valor y la pureza. Muchas veces aparece dibujada como una sencilla estrella de cuatro
puntas. Algunas tribus Indias Americanas creen que la estrella misma es un espíritu, y otros
esperan que la persona que se pinta una estrella, recibirá valor y pureza de la estrella, si en
verdad lo merece. Si te pones en la piel de alguien que piensa así, entenderás por qué puede
resultarle tan doloroso que otras personas utilicen su símbolo más querido como una forma
frívola de decoración.
En cualquier caso, los símbolos son una parte importante de todas nuestras vidas.
Incluso personas que claramente no-religiosas llevan anillos de boda, ponen árboles de
Navidad, hacen ondear banderas a media hasta, o atan lazos amarillos en los árboles.
HISTORIA. Hablar de historia en este contexto significa plantear la siempre importante
pregunta acerca del origen de la religión, y las teorías al respecto van mucho más allá de lo
que puede abarcar una guía de bolsillo como ésta. No obstante, parece claro que para
contestar esta pregunta uno tiene que mirar tanto al pasado más remoto –cuando los seres
humanos empezaron a interactuar con el mundo espiritual– como al interior del alma
humana, para intentar averiguar qué es lo que lleva a las personas a encontrar una esfera
de existencia fuera de su mundo material.
ESCRITOS SAGRADOS. Las religiones tradicionales no tienen escrituras sagradas en el
sentido que las tienen las religiones mayoritarias del mundo. No obstante, eso no quiere
decir que las culturas tradicionales no tengan ningún escrito, ni que esos escritos especiales
no jueguen un papel muy importante en una religión tradicional. A menudo, cuando algo
ha sido expresado por medio de un dibujo o un símbolo, adquiere más poder, del mismo
modo que, en la sociedad occidental, se considera a una persona más responsable por lo
que ha escrito y firmado, que por lo que haya podido decir simplemente. Con todo, un sello
inequívoco de las culturas tradicionales es que la información importante se transmite
oralmente, a menudo a través de una memorización concienzuda, y no por escrito.
PRINCIPALES CREENCIAS. Generalmente, asociamos las religiones tradicionales con la
adoración a varios espíritus, y estamos en lo cierto. Sin embargo, el número y tipo de
espíritus varía enormemente de una cultura a otra. Muchas personas creen que existen
multitud de espíritus en diversos aspectos de la naturaleza, tales como los animales, los
árboles, las plantas, las rocas y los ríos. Estos espíritus quieren que se les trate con respeto
y no ser destruidos a capricho.
Además, muchas culturas tradicionales practican el culto a los ancestros. Sin embargo,
la palabra ancestro puede resultar un término inapropiado en este caso, ya que una persona
no tiene por qué haber dejado descendencia para tener este estatus. Normalmente, lo más
importante es que se llevaran a cabo los ritos adecuados cuando la persona falleció, de
modo que el muerto no regrese para aparecerse a la comunidad de los vivos.
Recordemos que, de acuerdo con la visión que las religiones tradicionales tiene de los
espíritus, el poder de éstos es limitado. No lo saben todo y, por ello, precisan que se les
mantenga informados. Tienen una fuerza limitada; por lo tanto necesitan recibir ofrendas
regulares que les mantengan favorablemente dispuestos hacia los vivos.
Prácticamente todas las culturas tradicionales creen también en un Creador. Consideran
que, a diferencia de los espíritus, él (o ella) sí que es todopoderoso y omnisciente. Sin
embargo, el Creador no suele recibir la atención de la gente de forma regular. En la mayoría
de casos, la gente cree que se trata de alguien remoto, que no se involucra y, por ello,
únicamente se dirigen a él en oración en tiempos de angustia.
Sea cual sea su concepción de Dios y de los espíritus, el modo en que las personas tratan
con lo sobrenatural en las religiones tradicionales descansa sobre la base del ritual. Esto
significa que llevan a cabo las mismas acciones una y otra vez con el fin de obtener el
resultado deseado. Piensa en el modo en que un piloto de avión se prepara para el
despegue. A pesar de que ha hecho las mismas cosas miles de veces, en cada ocasión sigue
exactamente el mismo protocolo, a fin de asegurarse de que todo funciona como es debido.
Si se deja un paso fuera, podría haber consecuencias negativas muy serias. De la misma
forma, cuando una cultura tradicional utiliza un rito determinado, este ritual debe llevarse
a cabo de forma puntillosa y precisa, no sea que ocurra algo desafortunado.
Con frecuencia, una cultura tradicional reconoce el valor de la magia. Puedes pensar en
la magia como si de un ritual acelerado se tratase. Una persona puede tener tanta habilidad
a la hora de manejar estas cosas, que llegará al punto de influir en el mundo espiritual para
alcanzar sus deseos. A veces sólo se trata de una persona extremadamente eficiente en lo
que a técnicas espirituales se refiere, pero, en ocasiones, la persona realmente se deja
poseer por los espíritus, que podrán así hablar y actuar a través del ser humano en cuestión.
En ese caso, se considera a la persona un chaman.
La magia también puede ser algo negativo. Cuando la magia es negativa, el término que
se utiliza es brujería (no obstante, no existe una terminología estándar, y es importante
mencionar que algunas personas que practican la brujería en la actualidad dicen promover
el bien y no el mal). En muchas culturas africanas, la gente cree que siempre que muere
alguien es porque un/a brujo/a le ha enviado una maldición. Sin duda, un hombre puede
morir porque se cayó de un árbol, o una mujer puede morir a causa de una enfermedad
pero, para empezar, no habrían tenido esa desgracia, de no haber sido por la maldición del
brujo/a.
Por último, estar en sintonía con el mundo espiritual puede ayudar a una persona a
descubrir conexiones ocultas, las cuales pueden incluso llegar a poner de manifiesto
verdades acerca del futuro. La adivinación (o predicción del futuro) es un aspecto
importante de muchas religiones tradicionales. Básicamente se trata de intentar establecer
un método o técnica por el que los espíritus se puedan manifestar con el mínimo posible de
interferencia humana. Por ejemplo, entre los Yoruba de África occidental, las predicciones
sobre el futuro se hacen cuando el adivino se pasa de una mano a otra dátiles y hace marcas
sobre la arena en una bandeja, dependiendo de cuántos frutos le quedan en la mano
izquierda en cada ocasión. Durante este proceso, va haciendo un dibujo en la bandeja, que
después interpreta estableciendo analogías con fábulas ancestrales. El pueblo Yoruba
puede tomar decisiones vitales sobre la base del resultado.
Una vez más, aunque es probable que pocos occidentales compartan explícitamente
esta clase de prácticas en la actualidad, no obstante sí podemos ver cómo salen a la luz una
y otra vez, aunque de un modo menos formal. Puede que no creamos que el mundo está
habitado por una hueste de espíritus, pero muchas personas piensan que sus seres queridos
que han fallecido siguen estando con ellos y que les cuidan. Podemos burlarnos de los
rituales y esperar nunca caer en esa clase de supersticiones tontas –¡To-quemos madera!–
. Jamás soñaríamos con pedirle a alguien como Madam Pakvora que lea los posos de
nuestro té o café (aun si tiene licencia para hacerlo); no obstante, no podemos por menos
que intentar anticipar el resultado que tendrán las cosas, buscando pequeñas señales a
nuestro alrededor. Finalmente, podríamos pensar que la idea de que alguien se muera por
culpa de una maldición es ridícula y, sin embargo, nos aseguramos de expresarle nuestro
deseo de pronta recuperación a la persona que está gravemente enferma, y nos ofendería
que otros no hicieran lo mismo por nosotros.
SUBGRUPOS. Obviamente, dado que las religiones tradicionales se hallan totalmente
vinculadas a situaciones locales, es imposible pensar en ellas en términos de subgrupos.
Pero, ya que hablamos de subgrupos, esta sección nos ofrece la oportunidad para hablar
sobre los totems, un concepto que no por bien conocido deja de ser malinterpretado.
Todos tenemos en mente los famosos tótems de los Indios Americanos, postes llenos
de color y dibujos. No todas las tribus Indias Americanas utilizan este tipo de postes tótem;
son especialmente populares entre las tribus noroccidentales, como la de los Tlingit. Estos
tótems, en forma de postes, suelen contar historias, y la historia que se cuenta con más
frecuencia es la de cómo una persona ha descendido de ancestros míticos, que
normalmente pertenecen al reino animal. Ser «un hombre bajo en tótem con forma de
poste» no es, de hecho, una cosa mala; esta zona suele estar reservada a una persona
eminente o a un ser mítico.
No obstante, a través de todo el mundo,los tótems desempeñan la función crucial de
dividir a los grupos tribales. Si una tribu consistiera en dos grupos totémicos, digamos, los
«lobos» y los «osos», probablemente habría algún tipo de alimento en particular que es
tabú para cada uno de los grupos, asegurando así que, en caso de escasez, al menos habrá
suficiente para que coma la mitad de la tribu. También, como norma general, las personas
tienen que casarse con alguien de fuera de su grupo totémico, para evitar así la endogamia.
PRÁCTICAS CÚLTICAS. Los rituales religiosos y las prácticas asociadas con religiones
tradicionales son incontables. Piensa en la enorme variedad de formas en las que la gente
toma parte en la dimensión espiritual, desde la danza del sol de los Indios de América del
Norte hasta una ceremonia de adivinación en África. Mucha gente, incluidas muchas de las
culturas tradicionales, encuentran útil distinguir entre adoración, que es un acto de
sumisión al Dios Creador, y veneración, que incluye rituales dirigidos hacia los espíritus (esta
distinción se parece bastante a la que se encuentra en el Cristianismo Católico-Romano, en
el que Dios es el único al que se adora, mientras que los santos reciben veneración).
EDIFICIOS RELIGIOSOS. Dada la naturaleza de las culturas tradicionales, uno no debería
esperar edificios religiosos elaborados al modo de las iglesias, las mezquitas o los templos.
Sin embargo, las religiones tradicionales sí tienen frecuentemente un edificio dedicado
únicamente a propósitos ceremoniales. Un buen número de tribus nativas americanas
tienen casas o estancias para sudar, donde los miembros pueden purificar su cuerpo y
espíritu. Entre los africanos de culturas tradicionales, el curandero puede tener una choza
especial y, a menudo, la vivienda del jefe se convierte en el centro espiritual del kraal
(poblado formado por chozas) también.
COSTUMBRES DOMÉSTICAS. Las culturas tradicionales normalmente no mantienen una
distinción entre lo que es público y lo que es privado y, a pesar de que suele haber espacio
privado y propiedad privada, no se ha oído de ningún caso en el que una persona, con una
actitud individualista, haya pretendido hacer de la religión un asunto puramente privado.
Dependiendo de la cultura, sí que existen unos roles y obligaciones que deben llevar a cabo
cada una de las agrupaciones familiares. No obstante, no se puede dejar de lado el hecho
de que lo que sucede en un hogar afectará a la totalidad de la comunidad y viceversa. Así,
una familia que no sea suficientemente diligente con sus oraciones podría traer una
calamidad sobre todo el poblado. O, en tono más positivo, si todas las familias viven en
sintonía con los espíritus, la comunidad prosperará.
VESTIMENTA. Debido a la enorme variedad que representan las culturas tradicionales,
resulta imposible tratar, en términos generales, el tema de la vestimenta. Sin embargo, éste
quizá sea un buen momento para referirnos al delicado asunto de los adornos.
Lo que resulta imprescindible recordar es que lo que para nosotros puede no ser más
que una pequeña joya, o un simple detalle de arte corporal, para la persona que lo lleva
puede tener un significado tremendo. Los adornos y decoración en una persona pueden
indicar la posición social que ocupa en su comunidad o, incluso, albergar poder espiritual.
Por ejemplo, en muchas culturas, la gente lleva brazaletes para ahuyentar a los malos
espíritus, pero si no se ponen los brazaletes de la manera adecuada o no los llevan como es
debido, podrían terminar haciendo justo lo opuesto, o sea, atraer a los malos espíritus. Un
foráneo que juega desdeñosamente con las «preciosas» cuentas de un collar puede
provocar consternación entre las personas de la cultura en cuestión. Y, recuerda, sólo
porque alguien esté vendiendo algo no significa, desde el punto de vista de esa cultura, que
sea legítimo o apropiado que tú lo lleves.
DIETA. De nuevo, la inmensa variedad de culturas tradicionales que existe nos impide hacer
comentarios de carácter general. Pero, también en este punto, podemos mencionar rasgos
interesantes que aparecen en las religiones tradicionales. Por ejemplo, está la noción de
tabú, que suele relacionarse con la ingesta de algunos alimentos. Pero existe una diferencia
muy importante entre el hecho de que un alimento esté prohibido, o que ese alimento sea,
en realidad, tabú.
Aunque el ejemplo resulte un poco tonto, si mi vecino tiene un pollo y yo se lo robo, lo
cocino y me lo como, he hecho algo que está mal, pero la culpa es mía, no del pollo. Pero
pongamos que en mi cultura se considera tabú comer pollo. Entonces no importa si el pollo
me pertenecía a mí, si mi intención era comérmelo o, incluso si yo sabía que estaba
comiendo pollo –simplemente la ingesta del pollo supondría la violación de un tabú, y yo
sería ritualmente impuro y culpable de sufrir serias consecuencias negativas–.
Por otra parte, también es importante recordar que, en muchas culturas, la comida se
considera como un regalo sagrado de parte del Creador o de los espíritus. La tribus
Algonquinas de América del Norte llevan esta idea al extremo. Cada vez que alguien mata a
un ser vivo, quizá pisando por casualidad un gusano, la persona debe dar gracias por él al
Gran Espíritu (Manitou) y luego tendrá que comérselo.

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