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I. Despejando confusiones
El litigante experto no debe ser entendido como el mejor orador, el que eleva la voz o el
que reacciona más rápido en la argumentación. Tampoco el que interpone más
objeciones o el que interroga más tiempo, sino el que, con base en el conocimiento del
derecho probatorio vigente, permite al juez conocer su teoría del caso y lo persuade de
la validez y veracidad de su teoría. No se litiga a pesar de la ley procesal, sino a partir
de ella.
Hago esta reflexión porque, en un afán por favorecer la práctica del litigio, muchas
veces, se suele incurrir en desaciertos y apartamientos de las reglas de orden procesal
(imperativas, por cierto), sin mayor reflexión que la de invocar el «uso correcto de las
reglas de litigación», cómo si dichas técnicas pudieran reemplazar o modificar el
ordenamiento positivo vigente.
Podemos citar algunos casos, cuando, por ejemplo, el juez admite una objeción
afirmando que el perito no puede tener a la vista documentos de apoyo que requiere
para una mejor explicación de su pericia, alegando que el interrogador debió preparar
al perito, pese a que la ley procesal permite tal revisión [1]. O cuando el juez rechaza las
opiniones de testigos técnicos, afirmando que únicamente deben declarar sobre lo que
percibieron, pese a la permisión legal sobre dichas opiniones [2].
Sin embargo, cuando el Juez adopta dichas prácticas, no realiza ninguna inferencia
interpretativa o apartamiento motivado de la ley, invocando únicamente el principio de
oralidad y afirmando que es tarea de las partes, probar sus pretensiones utilizando
estratégicamente las técnicas de litigación oral, que permitan afirmar cada teoría del
caso.
Luego, lo primero que hay que internalizar es que las técnicas de litigación, no facultan
a los operadores jurídicos para escoger qué regla procesal aplicar o no. Las normas
imperativas son de obligatorio cumplimiento, únicamente sujetas a interpretación
restrictiva o, en casos extremos, a inaplicación para el caso concreto, a través del
control constitucional.
Mucho se ha escrito sobre las técnicas de litigación utilizadas en el juicio oral. Existen
diversos manuales que desarrollan cómo presentar la teoría del caso, construir los
alegatos, realizar los interrogatorios y contrainterrogatorios, además de las
objeciones[5] claro está. Sin embargo, no se han ensayado con la misma intensidad,
criterios claros respecto de la actuación en audiencias en las que no se exige actividad
probatoria.
Una razón para ello, podemos encontrarla en la concepción referida a que en las
audiencias distintas al juicio, lo único que habría que preparar es la respuesta a la
pretensión contraria o de otro lado, plantear una determinada pretensión, por lo que no
se exige ninguna preparación importante, sino únicamente la revisión de la institución
jurídica que está en juego en el estado actual de la discusión, siendo que en este
escenario, las técnicas de litigación, no resultarían de especial utilidad ni relevancia.
1) Comunica falta del conocimiento fáctico-jurídico mínimo exigible, para la solución del
caso; y
Fiscal: Señor Juez, no podemos permitir abusos por parte de los funcionarios. Si lo
hacemos, todos aquellos que ejercen función pública actuarán en la creencia que
pueden hacer lo que les plazca…
Juez: Entiende, señor fiscal, que nos encontramos en una audiencia de excepción de
improcedencia de acción, ¿no es cierto?
Fiscal: Por supuesto, señor Juez. Por ello digo que el señor Pérez ha actuado con
abuso de poder, utilizando su cargo para agredir a los agraviados…
Fiscal: De acuerdo con las declaraciones de los agraviados, el acusado los ha agredido
sin ninguna razón. Ello es confirmado por los testigos que estuvieron en el lugar y
además las cámaras de vigilancia demostrarán…
El ejemplo [si bien puede parecer exagerado] nos permite establecer, que lo principal
en la audiencia, es centrar el objeto de debate y desarrollar nuestra argumentación
siempre en función a dicho objetivo. Las alegaciones que no se refieren a la
controversia, no permiten resolverla, sino que únicamente generan confusión.
Debemos tener en cuenta que tanto la dirección del juicio, como de las audiencias
previas, le corresponde al Juez, quien tiene la facultad para impedir alegaciones
impertinentes e inadmisibles, además de limitar el tiempo que tienen los litigantes; ello
en aras de una mejor comprensión del problema [6]. Si ello es así, nada impide también
a las partes instar ante el Juez, mediante la técnica de la objeción, el evitar argumentos
que no se refieren al objeto de debate. Será finalmente el Juez, quien decida la
admisibilidad o no de las objeciones planteadas por las partes.
IV. Reglas de debate
1. Reglas de Pertinencia
Juez: Señor abogado, ¿me va a pedir que me aparte de la norma procesal que permite
la prisión preventiva y que haga control constitucional de la misma?
Defensor: No, señor Juez. Lo que quiero es comunicar al despacho, sobre el abuso de
esta medida, por cuanto estaríamos en un estado de culpabilidad y no de inocencia, sin
embargo, la Constitución prevé tal presunción, como garantía del imputado en un
proceso…
Juez: Señor abogado, supone que en este caso habrá abuso en la imposición de esta
medida?
Defensor: Considero que hay abuso en la petición del fiscal, señor Juez.
Juez: Sería bueno, entonces, que dirija su argumentación a demostrar tal hecho y no a
distraer el tiempo en argumentos políticos impertinentes
Defensor: Está bien, señor Juez, iré al grano…
Primera regla:
Segunda regla:
Tercera regla:
a) No dirigir el objeto de debate hacia un fin netamente persuasivo. Esto es, que el
litigante no puede llevar a la audiencia como arma, únicamente un ejercicio persuasivo,
sino que éste ayudará, pero no podrá reemplazar los argumentos centrales del debate.
b) Utilizar el efecto persuasivo sólo si es necesario. Una mala práctica nos inclina a
realizar argumentaciones siempre de carácter político, como si estas siempre fuesen
necesarias. Ello únicamente comunicará al Juez, la improvisación del litigante.
Defensor: Señor Juez, el fiscal ha alegado que en el presente caso, concurren los
presupuestos para enviar a prisión a mi defendido. Sin embargo, debo desbaratar las
alegaciones vacías de contenido fáctico y probatorio. Al respecto, argumentaré que no
concurren los presupuestos para solicitar a Ud. la imposición de tal medida de
sujeción…
(…)
Fiscal: Señor Juez, la defensa pretende el archivo anticipado del caso, vía excepción
de improcedencia de acción, sin embargo, no ha fundamentado su pretensión bajo
ningún presupuesto de procedencia de dicha excepción, esto es, que el hecho no
constituya delito o no sea justiciable penalmente. Los argumentos más bien se dirigen a
una valoración de los elementos de convicción para decidir la responsabilidad del
imputado.
Fiscal: La excepción ataca la relevancia jurídica del hecho y no la vinculación del autor,
para lo cual está pensado el sobreseimiento bajo la causa «el hecho no puede
atribuírsele al imputado». En este caso, se atribuye la sustracción de diversos bienes,
conducta que si permite invocar un delito de peculado.
Fiscal: Señor Juez, se ha variado la pretensión a una de tutela, pues la defensa ahora
argumenta imprecisión en los fácticos objeto de atribución, no siendo la excepción
propuesta la vía procedimental para resolver tal pretensión.
Juez: ¡Es verdad, señor abogado! ¡Usted ha alterado el objeto de debate hasta en dos
oportunidades!
Primera regla:
Defensor: Señor Juez, pretendemos el sobreseimiento del caso por excepción de
improcedencia de acción.
Defensor: Señor Juez, mi defendido jamás estuvo a cargo de los bienes cuya
sustracción se imputa…
Juez: Abogado, no se desvincule del petitorio. El objeto de debate propuesto por Ud.,
es evidenciar que el hecho imputado no constituye delito
Defensor: Es verdad, señor Juez, el hecho que atribuye el Fiscal no se adecua al tipo
legal de peculado, por cuanto…
Una vez delimitado el objeto de debate a partir del planteamiento claro y expreso del
petitorio, la vinculación devendrá en una cuestión de coherencia argumentativa, que
difícilmente será modificable.
Segunda regla:
Fiscal: Señor Juez, la defensa pretende el archivo por excepción, sin embargo, alega
causales de sobreseimiento referidas a la vinculación del imputado y no a la atipicidad
del hecho.
Defensor: Lo cierto es, señor Juez, que el fiscal no podrá acreditar que mi defendido
desempeñaba función o prestaba servicios públicos durante el periodo que refiere se
cometió el hecho ilícito.
Tercera regla:
No permitir que la contraparte altere el objeto de debate. Esta regla, más bien consiste
en evitar que el oponente desvíe el objeto principal, hacia temas distintos. El litigante
no puede permitir que la contraparte lleve la afirmativa, sino que es su tarea dominar el
objeto de debate. Veamos el ejemplo.
Fiscal: Señor Juez, lo cierto es que el imputado fue quien sustrajo los bienes que
custodiaba. Para acreditar ello, contamos con abundante prueba que nos permitirá…
Juez: ¡Ha lugar! Señor fiscal, quiero escuchar cómo responde al hecho que la defensa
alegó atipicidad por ausencia de sujeto cualificado y no cuestiones probatorias
impertinentes para resolver el caso.
3. Reglas de relevancia
Defensor: Si observamos la acusación, pero no fue por una notificación válida, señor
Juez.
Juez: Debido a esa notificación, ¿no tuvo el tiempo suficiente para hacer un mejor
cuestionamiento a la acusación?
Juez: ¿Necesita más tiempo para la realización de ésta audiencia, a raíz de la errónea
notificación?
Defensor: No, señor Juez, lo que digo es que no se puede realizar la audiencia cuyo
precedente es una notificación inválida
Defensor: Se debe realizar una correcta notificación para habilitar la realización de las
audiencias señor Juez.
Primera regla:
Segunda regla:
Resulta indispensable que el litigante establezca con firmeza, la real trascendencia del
objeto de afectación. Ello no sólo comunica claridad sino además tiene un carácter
persuasivo, de tal forma que el Juez no pueda permitir la vulneración y necesariamente
tenga que aceptar la pretensión en aras de hacer primar la importancia del derecho
afectado.
Fiscal: Tengo entendido que hubo un error en la dirección del imputado señor Juez.
Juez: Y considera usted que el imputado no tiene derecho a que se le comuniquen los
cargos en forma oportuna, para darle la posibilidad que pueda oponerse a ellos?
Fiscal: Lo cierto es que el plazo ya transcurrió y no hay posibilidad de regresar etapas.
Finalmente, el imputado podría oponerse en este momento si es que así lo decide.
Defensor: Señor Juez, porqué los demás acusados, tiene derecho a un plazo de diez
días para observar la acusación en forma escrita y con la suficiente reflexión que ello
implica y mi defendido no tiene ese derecho?
Fiscal: Señor Juez, nadie está negando tal derecho, pero puede ejercitarlo en este
acto, sin transgredir el principio de preclusión.
Juez: Cree usted, señor fiscal, que existe equidad entre otorgar un plazo de diez días
para observar la acusación como establece la ley, que otorgarle únicamente el tiempo
de esta audiencia?
Juez: Bien, en ese caso creo que voy a fundar la petición de la defensa, para hacer
vigente de forma real el derecho al contradictorio
Tercera regla:
Evidenciar como única solución posible, la aceptación del petitorio propuesto. Una
forma de controlar el sentido de la decisión judicial, es plantear que frente al petitorio
propuesto, no existe otra solución alternativa que restablezca el derecho afectado.
Resulta un ejercicio muy persuasivo, el de comunicar al Juez dicha imposibilidad
alternativa.
Defensor: Señor Juez, no existe otra posibilidad que la de declarar la nulidad, ya que es
la única manera de otorgar el tiempo razonable que establece la ley, para contradecir la
acusación.
Fiscal: Señor Juez, si existe otra posibilidad, que es la de otorgarle al imputado, la
oportunidad de defenderse en esta audiencia.
4. Reglas de coherencia
Fiscal: Señor Juez, se emitió una disposición ampliatoria para precisar circunstancias,
que la defensa señalaba que no estaban claras, como la hora de la sustracción y el
medio empleado para forzar las cerraduras.
Defensor: No estaban claros, pero ahora el fiscal pretende aclararlos con una
disposición posterior.
Defensor: Se intentó aclararlos con una disposición posterior, con la cual no estamos
de acuerdo.
Juez: ¿No está de acuerdo con que le comuniquen la imputación de manera más
concreta?
Primera regla:
Juez: ¿Está diciendo entonces que el sentenciado no cumplió con las reglas
impuestas?
Fiscal: ¡Así es, señor Juez!
Juez: Está bien, pero sea claro para otra vez, señor fiscal. Mi función no está en
ayudarlo para establecer su pretensión…
Fiscal: Señor Juez, toda persona tiene la obligación de prestar alimentos a sus
menores hijos. Esa obligación la establece la Constitución del Estado. La conducta de
no acudir a los hijos es inaceptable…
Juez: Sus argumentos deben tener vinculación directa con el petitorio, señor fiscal. Así
que, por favor, ordene sus alegaciones y guíelas hacia la fundamentación de su
pretensión
c) No perder jamás de vista el objeto del petitorio. Muchas veces, durante el debate
oral, se pierde de vista el objeto del petitorio y terminamos debatiendo cuestiones
jurídicas inconexas. Recordemos que la regla es no perder de vista el objeto de debate.
Defensor: Señor Juez, el artículo 59 del código penal, ha previsto medidas alternativas
menos graves que la revocación, como son la amonestación y la prolongación. No
resulta razonable que el Fiscal solicite sin más la sanción más grave…
Fiscal: Es verdad, existen sanciones menor graves, pero es que la realidad demuestra,
señor Juez, que dichas medidas no resultan eficaces. Entonces que hay que aplicar
una política criminal más agresiva, pues ya nadie respeta la ley y además el hecho de
no pasar alimentos a sus propios hijos, atenta incluso contra los principios morales de
toda sociedad civilizada. No debemos permitir ello por cuanto…
Segunda regla:
Defensa: Señor Juez, pero debemos entender que el trabajo es esporádico y no hay
certeza que perdure, pues precisamente por este proceso mi patrocinado tiene
problemas en su trabajo, además la madre del menor lo busca constantemente y mi
defendido se encuentra estresado por esta situación…
Juez: Señor abogado, tiene alguna respuesta para los tres argumentos anotados por el
fiscal?
V. Conclusiones
La preparación de la audiencia, exige un trabajo más elaborado del que parece, pues
implica en un primer momento, la comprensión del problema jurídico, para de esa
manera escoger
[1]
Artículo 378 apartado 7 del Código Procesal Penal «Los peritos podrán consultar
documentos, notas escritas y publicaciones durante su interrogatorio…»
[2]
Artículo 166 apartado 3 del Código Procesal Penal «No se admite al testigo expresar
los conceptos u opiniones que personalmente tenga sobre los hechos y
responsabilidades, salvo cuando se trata de un testigo técnico»
[3]
Una apresurada impresión permitiría interpretar que el rehusamiento implica no
querer algo a lo que se está obligado; sin embargo, utilizando la acepción de la RAE, el
término únicamente manifiesta «no querer o no aceptar algo«. Ello es así, por cuanto el
artículo 375.1 a) del Código Procesal Penal, propone como primer orden en el debate,
el examen del acusado.
[4]
Artículo 376 apartado 1 del Código Procesal Penal «Si el acusado se rehúsa a
declarar total o parcialmente, el Juez le advertirá que aunque no declare el juicio
continuará, y se leerán sus anteriores declaraciones prestadas ante el Fiscal».
[5]
Un tema que por cierto, muchas veces no está bien enfocado, pues se privilegia más
la forma en la construcción de la pregunta, sobre el contenido disvalioso o perjudicial
que recién permitiría el impedimento del ingreso de la información.
[6]
Artículo 363 apartado 1 del Código Procesal Penal: El Juez Penal o el Juez
Presidente del Juzgado Colegiado dirigirán el juicio y ordenarán los actos necesarios
para su desarrollo. Le corresponde garantizar el ejercicio pleno de la acusación y de la
defensa de las partes. Está facultado para impedir que las alegaciones se desvíen
hacia aspectos impertinentes o inadmisibles, sin coartar el razonable ejercicio de la
acusación y de la defensa. También lo está para limitar el uso de la palabra a las partes
y a sus abogados, fijando límites igualitarios para todos ellos, de acuerdo a la
naturaleza y complejidad del caso, o para interrumpir a quien hace uso
manifiestamente abusivo de su facultad.