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This entry was posted on 05/05/2015, in Noticias and tagged Archdaily, Bauhaus, Catedral de
Chartres, Dominicana Journal, Espiritual pero no Religioso, Ireneaus Dunlevy, la iglesia que se desvanece, Leyendo entre
líneas, San Carlo alle Quattro Fontane. Bookmark the permalink.Deja un comentario
Quiero dar las gracias al hermano Ireneaus Dunlevy O.P. por permitirme traducir y publicar su excelente
artículo Spiritual but not Religious de la muy recomendable revista digitalDominicana Journal.
Espiritual pero no Religioso
Durante la defensa de la Tesis de una amiga, ella estaba de pie ante el tribunal, jugueteando
nerviosamente con su collar entre los dedos índice y pulgar. Recuerdo claramente sus palabras: “Me
considero espiritual, pero no religiosa”. Con esas palabras estaba tratando de expresar el razonamiento y
significado que había detrás del diseño que había realizado. Confiaba en que su diseño inspiraría algo más
allá de la materialidad y superficialidad pero sin tener que recurrir a motivos o símbolos tradicionales. La
mayoría de nosotros se ha topado con esas palabras en una u otra ocasión. Alguien puede reflexionar
diciendo “Vale, creo que hay algo más elevado, algo espiritual en nosotros, en nuestro mundo, pero no
creo que la religión lo entienda plenamente. La Religión trata de llegar a ello, pero creo que en última
instancia termina por restringirlo o abusar de ello”. De esta manera lo expresa el famoso exponente del
Nuevo Ateísmo, Sam Harris: Nuestro mundo está dividido peligrosamente por doctrinas religiosas
que toda persona instruida debería condenar y, aúnasí, para entender la condición humana se necesita algo
más de lo que la ciencia y la cultura secular generalmente admiten.
Podemos ver la evidencia de esta aspiración construida de forma irónica en el proyecto arquitectónico
anterior. Comúnmente conocido como “la iglesia que se desvanece”, este proyecto ha sido galardonado
con un premio. ¿De que tipo? Un premio de arquitectura religiosa. “Leyendo entre líneas”, el título oficial
del proyecto, fue el más votado por los lectores de Archdaily – un famoso blog de arquitectura. Encuentro
irónico que se le considere una edificación religiosa, puesto que el único elemento realmente religioso
que posee es que su forma imita a la iglesia cristiana del pueblo en que se enclava. La construcción evoca
la imagen tradicional de un edificio de culto cristiano, únicamente para desvanecerse delante de los
propios ojos hasta fundirse con el paisaje y desaparecer. El espacio no sirve para el culto, sino para
observar el paisaje. Sugiere que la desaparición de la Iglesia le permite a uno volver a ver el mundo de
nuevo, en un sentido espiritual (incluso aunque esa idea necesite algún punto de partida, es decir, la
Iglesia). Creo que este proyecto es un ejemplo perfecto del espíritu del Movimiento Moderno en la
arquitectura. Este movimiento alaba la abstracción y simplificación en la arquitectura, asemejándose a la
secularización en el ámbito de la religión. “Menos es más” (Mies Van der Rohe) “Dios está en los
detalles” (Mies Van der Rohe) “La forma sigue a la función” (Louis Sullivan) “Liberarnos de los
ornamentos es un signo de fortaleza espiritual” (Adolf Loos) Estas citas de arquitectos de comienzos del
siglo XX ilustran el espíritu del tema. El pensamiento moderno cambió el rumbo de nuestro entorno
constructivo. La tradición y la sutileza en el diseño dio paso a la primacía de la originalidad y la
invención. Los nuevos materiales tales como el acero, la grandes láminas de vidrio y el hormigón armado
se convirtieron en los nuevos juguetes para construir una utopía abstracta. (Dato curioso: leyendo entre
líneas se compone de 30 toneladas de acero). A medida que comenzaron a producirse en masa los
materiales, los diseños se volvieron modulares, y los edificios se convirtieron en máquinas. “La forma
sigue a la función” pronto degeneró en “la forma es aleatoria respecto de la función”. En lugar de
entender la forma de un edificio como parte integral e inseparable de su función, los arquitectos modernos
diseñaron edificios simplemente para cumplir con los requisitos del programa. Pasamos de la escuela
tradicional a la Bauhaus. Los edificios se volvieron similares a cajas, sin ornamentaciones, blancos. Fuera
éste o no el principal interés de los diseñadores, la realidad es que los trabajos de arquitectura moderna se
convirtieron en lienzos en blanco, dejando que fuera el observador quien los dotara de significado. Se
suponía que se liberaba la mente para ver lo espiritual en la abstracción (si quitamos el crucifijo ¿qué es
lo que queda de religioso o espiritual?). Sin embargo, creo que a menos que a alguien se le guíe (por
ejemplo: esto es una iglesia, piense en cosas de iglesia) o se le indique con algún signo (por ejemplo el
crucifijo), no hay ningún significado presente. La espiritualidad de un diseño es proporcional a su
presentación del diseño religioso tradicional y pensamiento. La abstracción es una privación de
la tradición.Philip Johnson dijo en una ocasión: “No entiendo cómo alguien puede entrar en la
navecentral de la Catedral de Chartres y no romper a llorar”. Mientras disfrutaba de la tranquila soledad
del interior de la Iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane, mi contemplación silenciosa fue rota por el
sonido de la respiración entrecortada de un hombre. Entró, apretó su pecho, y miró hacia arriba
sobrecogido. En ese momento pude ver literalmente cómo la belleza le arrebató la respiración a ese
hombre.
Nave central de la catedral de Chartres.