jEs el punto de vista, estupido!
1. Sabernos que la Modemidad se constituye en un do-
ble movimiento parad6jco: a impulsan las leyes de hie-|
rro de a univ n y la expansion ~del capital, del)
consumo, de la igualdad politica, de la razén— pero paral
imponerlas necesita y atiza las fuerzas de lo singul
burguesia, lo nuevo, las naciones, las subjetividades-.
Sin embargo, obvia en apariencia, esa cons
radéjica no ha orientado los estudios de hi
arquitectura del perfodo. Aunque el empleo de las ideas|
de ‘movimiento modero’ o incluso de ‘arquitectura mo-|
derma’ supone la creencia en una vigencia internacional
de ambas construcciones, esos estudios se han articu-|
ros" y descubrimientos" locales, des-
cuidando las determinaciones que provienen de la con-|
dicién universal o, mejor, universalista y universalizadoral
de la cultura modema.
En contraste con el debate en otros émbitos como el
arte ola literatura ~para cuya explicacin la expansién|
capitalista constituye un factor crucial-, las narraciones|Imo, e incluso incorporan de manera insdltamente dét
las consecuencias de la globalizacién.
Especialmente a la hora de explicar la emergencia
del “fundamental desplazamiento en la cultura y la so~
"en algdn momento entre 1890 y
-omo propone el “statement” de esta revista, para
lesas narraciones esa expansién no tuvo lugar, 0 si lo
jtuvo, no fue una condicién determinante. A juzgar por
elias uno podrfa recortar/ignorar el conjunto de las his-
{tovias que vivia la humanidad en esos aos: la explica-
cién de la arquitectura moderna séio necesita vidro, ace-
0, capitales, obreros y artistas de las grandes ciudades
noratlénticas, Asi, como obvia consecuencia de esa mi-
ada incapaz de ver objetos distantes (mi
de determinada por los procesos que inst:
|talismo urbi et orbi, y con ellos a los i
incados inter-
cambios culturales que esa misma instalacién acarred,
le arquitectura moderna suele ser mostrada con base
lexclusivamente Iota, europea y norleamericana,
iguiendo a Raymond Williams, la renavacién de esa
narracién canénica, o més bien la introduccién de una
lexplicacién més compleja necesita de la multiplicacién
|de las visiones externas al punto de vista euronorteame-
Ficano. En “The Politics of Modernism’ el estudioso brits
Inico ha destacado la centralidad de la inmigracién en la
acion de lo que llamala més creativa, pero actualmen-
te canonizada fase de la cultura moderna, Para revigor'-
Zar esa creatividad, Willams ha propuesto la necesidad
|de nuevos puntos de vista. "Itis time to explore (that pha-
se) ~he writes— with something ofits own sense of
ration and naturalization *...) tinvolve
"to time, from outside the metropol
rom the deprived
|
. Tue EN Teomin 2
hinterlands, where different forces are moving, and from
the poor World which has always been peripheral to the!
metropolitan systems’
smente, la contracara de esta versién euro-
‘ana de los relatos de la arquitectura moder-)
1na se sostiene en posiciones nacionalistas (0 *poscolo-
niales") manifestandose en dos tipos de expresién. La
primera es la de la denuncia, esto es la demostracin de
que el poder colonial, imperial o *multinacional" de origen
externo supone la destruccién o la deformacién de los
‘ejidos culturales preexistentes. La segunda ~no nece-
sariamente aut6noma respecto de la primera es la de
la reivindicacién de figuras o movimientos que constru-
yen cénones locales, no tanto en presunta oposicin al
‘canon euronorteamericano sino mas bien como su com-
pletamiento. Aunque no lo parezca, dado que no ponen
en discusién la premisa de una constitucién endégena
de la arquitectura moderna, esas posiciones configuran
Un envés inofensivo de las visiones euronorteamerica-
ras, Es més: precisamente porque se acepta esa condi-
ci6n, a ella suele oponérsele la presunta ingenuidad
incontaminacién del ‘colonizado’, manteniendo intact
~yno menos incontaminado~ el esquema de origen y re-
conociendo con: fad de forma alguna de
resistencia cul
sistente y coherente en sf misma, hab
uier posibilidad de dsmosis con las numerosas culturas|
que ha ido encontrando a su paso.
lativismo *postmodemista’ de los
‘ochenta y noventa, la fuerte expansién de estas ideas se|
debi6, en buena medida, al extraordinaro impacto de *Orien-
talismo" de Edward Said, pero también se apoyé, en el
‘caso de la arquitectura, en la difusién y buena fortuna
del concepto de “regionalismo ertico’Dos son los les problemas de este enfoque.
E! primero es que, en linea con las formulaciones inicia-
les de Said, concibe a ‘Occidente’ como un bloque ho-
|mogéneo no contradictory, en su envés, ala *colo
‘como un mundo igualmente homogéneo, sin adver
muttiplicidad de capes, de instituciones, de précticas, de
intereses de clase, de lenguajes, de imaginarios, de tra-
|diciones que componen las formaciones culturales, en
|uno y otro caso, de manera algunas veces convergente
ly muchas més divergentes, generando alianzas y puntos
|de contacto que atraviesan en direcciones opuestas la
arentemente sdlida superficie de separacién entre ol
fuera’ y el tadentro* nacional olocal, en el marco de los
rocesos de modemizacién,
El segundo problema consiste en la suposicién de la
lexistencia de un ‘modernismo canénico’ ligado a condi-
iones de lugar. Habria, de acuerdo a estos criterios, una.