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aportes en

psicología
clínica
Analítica Junguiana
Volumen III, año 2010

ISSN 0718-7718
aportes en
psicología
clínica
Analítica Junguiana
Volumen III, año 2010

ISSN 0718-7718
Contenidos

Alejandra Silva A. xx
Cambio Psíquico y Psicología Analítica:
Procesos Arquetípicos de Transformación en la Psique

Andrea Pomés A. xx
Complejo de Abuso Sexual:
Dinámicas que Revelan su Psicopatología y Descubren su Psicoterapia.

Yahel Schatloff B. xx
La Transición de la Juventud a la Adultez en una Novela Moderna:
Saga Crepúsculo. El Despertar de Bella y su Transformación Femenina
a través del Amor

Carolina Mora V. xx
Un Viaje de Ida y Regreso:
El Desarrollo de la Conciencia y su Sentido para la Totalidad

aportes en psicología clínica Anexo Docentes:


André Sassenfeld J. xx
El Lenguaje del Cuerpo como “Técnica Expresiva” en la Psicología
Editor Responsable Analítica.
Universidad Adolfo Ibáñez

Universidad Adolfo Ibáñez


www.uai.cl
Diagonal Las Torres 2640, Peñalolén, Santiago de Chile

Escuela de Psicología
www.uai.cl/psicologia
3311350 / 1294

Los trabajos presentados se pueden reproducir citando la fuente

Diseño: TesisDG
Impresión: Cuatro y Cero Ltda.

ISSN 0718-7718
Escuela de Psicología, Universidad Adolfo Ibáñez, Chile
Palabras del Decano

El profesor Nicholas Taleb editó el año 2007 un libro que habla de


los fenómenos altamente improbables, pero que causan un impacto
profundo y cambia, drásticamente, nuestras expectativas. El texto
editado originalmente en inglés por Random House lleva por título
“The Black Swan: The Impact of the Highly Improbable”… Un cisne
negro es una buena metáfora para hablar de aquello que nos causa
profunda sorpresa y que cambia, de la noche a la mañana, nuestra
relación con las cosas, con las personas y con el entorno.

El amanecer del 27 de febrero, experimentamos en carne propia un


cisne negro. Intempestivamente, despertamos con la liberación de
una energía que literalmente movió el eje de la tierra.

Dos meses después del terremoto y posterior tsunami, son aún mu-
chos los chilenos que viven cotidianamente los escombros, la deso-
lación y el trauma. Sin embargo, imperceptiblemente, también reco-
nocemos los múltiples signos de vida que surgen. Es la dinámica de
la esperanza que silente y hondamente restauran el tejido social, la
confianza, y las condiciones que permiten recuperar los mecanismos
de la individuación y el desarrollo de los pueblos que crecen aun en
medio de la adversidad.

Este volumen, el 3ero de la serie de Aportes en Psicología Clínica


Analítica Junguiana, surge como una contribución de la comunidad
del Magíster en Psicología Junguiana que nuestra Escuela dicta des-
de el año 2004, a la recuperación de los fundamentos de lo vivo y de
la energía vital que nos moviliza.

Los textos que se ponen a su disposición son una muestra de la


perspectiva analítica y de la reflexión creativa que derivan de la
proximidad con procesos de cambio que, anclados en la profundi-
dad de la psique, pueden ayudarnos una vez más a sostener y pro-
yectar un futuro con sentido.

Jorge Sanhueza R.
Decano de Psicología
Universidad Adolfo Ibáñez
Mayo de 2010
Presentación

Damos vida en este Volumen a un nuevo fruto del esfuerzo em-


prendido en el área de Postgrados de la Escuela de Psicología de la
Universidad Adolfo Ibáñez por posicionar una reflexión en torno al
quehacer clínico desde la particular mirada de la Psicología Jun-
guiana. Desde el año 2003, fecha en que se imparte por primera
vez el Magíster en Psicología Clínica mención Psicología Analítica
Junguiana con el patrocinio del Grupo de Desarrollo C. G. Jung,
miembro de la International Association For Analytical Psychology,
IAAP, la tarea ha sido intensa y fructífera.

Aún estamos bajo los efectos de haber sido país organizador y


anfitrión del V Congreso Latinoamericano de Psicología Junguiana
realizado en Septiembre del 2009. Al calor del encuentro de cerca
de 550 Analistas, psicólogos, psiquiatras, alumnos de psicología y
otros profesionales interesados, pudimos participar activamente
en un espacio de reflexión psicológica latinoamericana. Más que
un encuentro de junguianos, vivimos una forma de pensar, sentir,
y reflexionar sobre las realidades a las que nos enfrentamos como
seres humanos y como terapeutas, buscando tomar los hechos ob-
jetivos con una mirada que penetre más allá de lo obvio y lo literal
para atisbar los fundamentos inconscientes y las líneas de sentido
profundo.

En un año particularmente duro para nuestro País, remecido por la


naturaleza que literal y simbólicamente nos ha recordado que bajo
nuestros pies, más allá de nuestra conciencia, hay un mundo del
cual formamos parte y necesitamos vivir humildemente de cara a él,
ofrecemos este recuento de trabajos donde somos invitados por sus
autores a reflexionar sobre los procesos de transformación psíqui-
ca; sobre las dinámicas complejas que se entretejen en los abusos
sexuales; sobre la transición de la juventud a la adultez; sobre el
desarrollo de la conciencia, tarea evolutiva permanente y silenciosa;
y sobre el lenguaje del cuerpo, protagonista permanente de nuestra
existencia y al que solemos desconocer en su particular modo de
expresión.

Junto a Claudia Grez, infatigable en su tarea de Coordinadora Aca-


démica, nuestra gratitud:
• al equipo docente y de supervisoras clínicas, conformado por
varios egresados del programa lo que es un fruto más del trabajo
emprendido hace años;
• a los docentes invitados, con quienes nos unen profundos lazos
construidos año a año en su empeño por transmitirnos su saber
en torno a la Psicología Analítica con una tremenda sencillez:
Dr. Mario Saiz (SUPA), Dr. Carlos Byington (SBPA), Dra. Irací
Galiás (SBPA) y Dr. Nairo Vargas (SBPA);
• al Decano, Jorge Sanhueza, y a su equipo de trabajo con el que
permanentemente nos relacionamos, en especial a Claudia
Hoffmann y Paula Morandi;
• y, a los alumnos/as sin los cuales nada de lo anterior sería posi-
ble y por los cuales vale la pena continuar construyendo.

María Paz Abalos Barros


Directora Magíster
Universidad Adolfo Ibáñez
· Cambio psíquico y psicología
analítica: procesos arquetípicos de
transformación en la psique
Alejandra Silva Avaria
Cambio Psíquico y Psicología Analítica: Procesos the contribution of analytical psychology in the understanding of
psychic change, lies in (1) its depth to understand the dynamics
Arquetípicos de Transformación en la Psique 1 generated in the therapeutic relationship when accessing to the
Alejandra Silva Avaria 2 implicit level; (2) the accuracy of the symbolic approach in relating
Magíster Junguiano 2007-2008 preverbal implicit and unconscious aspects with verbal and expli-
cit consciousness; (3) the manifestation of the Self as an emergent
phenomenon of unconscious restructuring, which could be conside-
Resumen red as the archetypical dimension of change.

En el contexto de la discusión actual respecto al cambio psíquico,


este trabajo profundiza en los procesos de transformación de la psi- Key words
que de acuerdo al campo referencial de la psicología analítica con
su aproximación simbólica en psicoterapia, brindando un reconoci- Psychic change; symbolic elaboration; transformation
miento a los aportes pioneros de Carl Gustav Jung en esta área.

A partir de una breve revisión de las bases neurobiológicas de los Proemio


procesos implícitos que participan en psicoterapia, se propone que
los aportes de la psicología analítica en la comprensión del cambio Antiguamente, en lugar de un abstract o resumen los artículos cien-
psíquico reside en: (1) la profundidad para entender las dinámicas tíficos empezaban con un proemio orientado a trasmitir la inspira-
que se generan en la relación terapéutica al acceder al nivel de lo ción que motivó al autor a desarrollar su investigación.
implícito; (2) la idoneidad de la aproximación simbólica para vincu-
lar aspectos implícitos preverbales inconscientes con la consciencia Para mí, esta se ha generado al descubrir cómo los estudios de las
verbal y explícita; (3) la manifestación del Self como un fenómeno neurociencias cada vez más se acercan –en su lenguaje del logos- a
emergente de la reestructuración de lo inconsciente, que podría lo que desde la perspectiva analítica junguiana se conoce como rea-
considerarse la dimensión arquetípica del cambio. lidad del alma. En este escenario, el estudio del cambio psíquico en
el mundo del logos, podría corresponder a lo que, en el mundo del
eros, es la transformación del alma.
Palabras clave
Creo que la profundidad de la psicología analítica junguiana podría
Cambio psíquico; elaboración simbólica; transformación devolver el alma –y con ella el eros- al lugar central que le corres-
ponde en la disciplina, que aún muestra cierto pudor al usar esta
palabra, so pena de ser tachados –tal como lo fue en su momento
Abstract Jung- de poco científicos o místicos. Este trabajo intenta contribuir
en la tarea de dar a conocer su perspectiva de la transformación del
In the context of the current discussion concerning psychic chan- alma en el mundo del logos.
ge, this work goes deeper into the transformation processes of the
psyche according to the reference field of analytical psychology and
its symbolic approach in psychotherapy, providing a recognition to Introducción
the contribution of Carl Gustav Jung in this field.
Si bien aún no se descubre el correlato cerebral de la curación
Starting with a brief review of the neurobiological basis of impli- psicológica, es indudable que las neurociencias han ampliado la
cit processes that take place in psychotherapy, it is proposed that forma de entender cómo se produce el cambio psíquico a que
apunta la psicoterapia. Incluso, es factible argumentar que sus
1 Artículo Clínico presentado como Trabajo Final para obtener el Grado de Magíster avances permiten distinguir, entre los diversos tipos de variables
en Psicología Clínica mención Psicología Analítica Junguiana.
que participan en el proceso de cambio terapéutico, aquellas que
2 Psicóloga Clínica PUC / Magíster en Psicología Clínica mención Psicología
Analítica Junguiana UAI

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se pueden identificar racionalmente y “verbalizar” de las que perte- Bases neurobiológicas del cambio terapéutico: La psique relacional, el
necen a otro ámbito, inaccesible desde la consciencia. self implícito y el hemisferio derecho del cerebro.
De hecho, el descubrimiento de la participación, en el funciona- La convergencia de descubrimientos en un espectro de disciplinas
miento de la psique, de procesos implícitos, enraizados en el hemisferio relacionadas, entre las que se encuentran las psicología del desarro-
derecho del cerebro y generados a partir de patrones relaciona- llo, la neurobiología y las teorías del apego (Stern, 1985; Piontelli,
les pre-verbales de apego (Schore, 1994) ha obligado a revisar la 1992; Schore, 1994) no sólo ha demostrado que el desarrollo cogni-
naturaleza de la comunicación que se produce en psicoterapia y tivo y emocional de la psique, desde las primeras semanas de vida
las implicancias del peculiar vínculo y la sintonía que se estable- e incluso en la etapa intrauterina, depende crucialmente de relacio-
ce entre paciente y terapeuta. Asimismo, el reconocimiento de la nes interpersonales, sino que la interacción en el vínculo de apego
relevancia de mecanismos implícitos, tanto en la constitución de la es necesaria para que se desarrollen las estructuras cerebrales que
psique, como en la psicopatología y también en el cambio psicológi- nos distinguen como humanos.
co (Schore, 2008) ha estimulado un debate en psicoterapia respecto
a cómo acceder a ese ámbito para generar cambios: Desde algunas Investigaciones actuales sobre desarrollo neonatal y la emergencia
posiciones se argumenta que el cambio psíquico consiste en hacer ontogenética de la consciencia corroboran la ineludible necesidad
explícitas y verbalizables las experiencias pre-verbales implícitas de un “otro” que provea el entorno típico de la especie y así traduz-
-tal como Freud propuso al “hacer consciente lo inconsciente”-, ca, refleje e interprete para el recién nacido el mundo y a sí mis-
mientras otras plantean que las representaciones implícitas podrían mo. Incluso, según propone Schore (1994) la autoorganización del
modificarse en la misma dimensión a la que pertenecen, como un cerebro infantil “ocurre en el contexto de una relación con otro self,
proceso no verbal de reestructuración de lo inconsciente mismo en otro cerebro, que actuará como regulador psicobiológico externo del
la dinámica relacional. crecimiento del sistema nervioso” (Ibíd., p. 60).

La psicología analítica brinda un interesante marco conceptual Esta propuesta se desprende de las dinámicas de la psique relacio-
para profundizar en este tema: Respecto al acceso a los procesos nal con que Bolwby (1979) y luego Stern (1985) revolucionaron la
implícitos, la mirada junguiana aporta elementos para distinguir psicología, al mostrar que a partir del vínculo primario de apego se
dinámicas relacionales que se generan en la comunicación de configuran modelos mentales implícitos que gobiernan nuestras ex-
inconsciente a inconsciente entre paciente y terapeuta y se actua- pectativas del mundo. Esto ocurre con la activación de estructuras
lizan en el campo transformativo. Frente a la interrogante de cómo los límbicas del mesoencéfalo -también llamado “cerebro mamífero”-
procesos implícitos pueden hacerse explícitos, es ineludible explorar en una etapa del desarrollo donde el mundo verbal y racional de la
la noción de función trascendente de la psique propuesta por Jung y el corteza cerebral aún no es alcanzado.
rol de la elaboración simbólica. Finalmente, la reestructuración de
lo inconsciente, es decir de la modificación de las representaciones Los procesos implícitos inciden en la configuración de patrones rela-
implícitas en su propio nivel, puede ser considerada una problemá- cionales, en el modo de percibirnos a nosotros mismos, aprehender
tica característicamente junguiana, que invita a revisar la tendencia el estado emocional de otros y participan en la memoria autobiográ-
a la autorregulación de la psique, la noción creativa y prospectiva fica, constituyendo la consciencia autonoética (Schore, 2008).
de lo inconsciente, así como también propuestas emergentistas
actuales basadas en patrones de organización psíquica (Saiz, 2005), En los cimientos neurobiológicos de la estructura psíquica, Schore
que constituyen una renovada forma de entender los arquetipos, (Ibíd) distingue un self implícito, que es corporal, no verbal, holís-
especialmente el arquetipo del Self. tico y emocional formado tempranamente en el cerebro con la ma-
duración del cortex orbitofrontal derecho, influido por las interac-
En este trabajo se expone cómo la experticia de psicología analíti- ciones diádicas de la relación de apego. Las manifestaciones del self
ca junguiana en fenómenos concernientes a la actividad imaginal implícito delatan un modelo operativo en el que están implicados
y afectiva del hemisferio derecho del cerebro, puede aportar en la circuitos cortico-subcorticales del hemisferio derecho codificados en
comprensión del cambio a nivel de los procesos implícitos, dado la memoria implícita procedural, lo que implica que es este hemis-
que es en ese ámbito donde está enfocada su acción terapéutica. ferio el que está centralmente involucrado en “mantener un sentido
coherente y unificado del self” (Devisnky, citado en Schore, 2008).

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El interés para la psicoterapia es que los traumas relacionales en En este contexto, las investigaciones del neuropsicoanalista Allan
períodos tempranos del desarrollo alteran esta tarea. Por lo mismo, Schore (2008) brindan una lúcida forma de entender el papel de la
los mecanismos fallidos de apego y la consecuente disociación pato- psicoterapia, pues propone que más que una cura por la palabra, la
lógica que gatillan están directamente relacionados con el colapso psicoterapia genera una cura por la comunicación, especialmente
del self que se observa en la psicopatología severa (Schore, 2008). por la comunicación implícita de cerebro derecho a cerebro derecho. Como ésta
De acuerdo a lo anterior, ciertas particularidades del poco valorado interpela a la memoria implícita de los traumas relacionales, el nú-
hemisferio derecho del cerebro –“el hemisferio silencioso”- serán cleo del cambio terapéutico se encontraría en el conocimiento relacional
cruciales para el abordaje clínico. implícito y en un dominio no verbal. Este es el argumento que lleva a
sugerir que el cambio psíquico puede producirse por una reestruc-
El funcionamiento del cerebro derecho es analógico, intuitivo y sinté- turación de lo inconsciente como tal, en la medida que el vínculo
tico y se expresa preferentemente por medios no verbales, vivenciales terapéutico actúa reparando relacionalmente las heridas del apego.
(Stevens, 2003). Asimismo, como está especializado en habilidades
perceptuales no lingüísticas, el reconocimiento facial, funciones vi- Hoy en día, es básico que cualquier disciplina que intente curar
soespaciales, y en los aspectos paraverbales de la comunicación (Me- las posibles patologías del psiquismo tenga en cuenta estas condi-
sulam, 2000), es clave en los procesos afectivos. De hecho, la expresión ciones y genere medios para acceder a las deficiencias o conflictos
y la experiencia emocional dependerían de vías neuronales que vinculan vinculares registrados pre-verbalmente en la memoria implícita. Sin
el sistema límbico con áreas corticales de este hemisferio (Flor-Henry embargo, es notable que hace más de medio siglo, intuitivamente,
y Schwratz, citados en Stevens, 2003), y explican su dominancia en Jung llegase a similares conclusiones.
el procesamiento de emociones negativas no conscientes (Mesulam,
2000, Sato & Aoki, citados en Schore, 2008). Lo interesante, es que
este complejo sistema afectivo cortico-límbico derecho estaría bajo
el control de la racional corteza frontal izquierda, que tendría la El Acceso a los Procesos Implícitos de la Psique Relacional en
facultad de “reprimir” -en lenguaje neurológico, inhibir- la información Psicoterapia
emocional y vivencial del hemisferio derecho.
“Cada psicoterapeuta no tiene simplemente su método, él
En este escenario, la psicoterapia funcionaría como un medio mismo es su método” (Jung, OC 16 p.198)
orientado a reducir la inhibición que ejerce el hemisferio izquierdo
racional sobre el derecho –lo que en términos freudianos equivaldría Si bien la psicología analítica es ampliamente conocida por el
a vencer la represión- y producir una comunicación en ambas direc- trabajo con fenómenos enraizados en el hemisferio derecho como
ciones a través del cuerpo calloso Stevens (2003). Cozolino (2002) la fantasía, los sueños y la imaginación, aun no ha sido valorado el
propone que la psicoterapia sería un método por medio del cual el impacto de su aporte en lo que hoy se denomina conocimiento relacional
paciente “aprende a atender y traducir los procesos del hemisferio implícito, que es posible considerar como uno de los tópicos centrales
derecho al lenguaje del izquierdo” (Ibíd. p. 124). Ambos autores en la obra de Jung.
aluden a modos de hacer consciente lo inconsciente, es decir, tornar
explícitas las representaciones implícitas cortico-límbicas derechas, Adelantándose en décadas a la perspectiva intersubjetiva, Jung
donde quedan registradas las heridas relacionales. afirmó: “dado que el alma es una función de relación, consta, por
así decirlo, de dos partes, una parte que pertenece al individuo y
De acuerdo a estas consideraciones es factible postular que la psi- una parte que pertenece al objeto de la relación” (Jung, 1978 par.
coterapia basada en la interpretación y el insight mostraría ciertas 267). Aunque no contaba con los medios para expresarlo de ese
limitaciones ya que al funcionar fundamentalmente con el hemis- modo, Jung fue uno de los pioneros en identificar la comunicación
ferio izquierdo, corre el riesgo de que los elementos vivenciales de cerebro derecho a cerebro derecho que propone Schore: “en la
más directos y subjetivos -las memorias implícitas del hemisferio relación entre el médico y el paciente hay factores irracionales que
derecho- no se vean afectados y por lo tanto no se produzca el provocan una transformación recíproca” (Jung OC 16 par. 164). Tam-
proceso global necesario para una renovación y transformación de la bién consideró que en una terapia efectiva, en tanto constituye una
personalidad. relación dialéctica, es imposible que el analista no sea afectado e
influido por el proceso, y uno de los sellos de su pensamiento radica
en el reconocimiento del valor de la comunicación de inconsciente

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a inconsciente: “se podría decir que la mitad de un tratamiento pro- te”, donde reside la mayor complejidad y probablemente también
fundo consiste en el autoexámen del médico pues sólo puede poner el mayor potencial para el cambio, pues corresponde a la comunica-
en orden en el paciente lo que ha corregido en sí mismo” (Ibíd. par. ción intuitiva entre hemisferios derechos.
239). Asimismo, fue a la vanguardia en la valoración de los fenó-
menos contratransferenciales como herramienta terapéutica “No le Como las realidades psíquicas que movilizamos en terapia fueron
sirve de nada al médico hurtarse a la influencia del paciente (…) así generadas en las vivencias preverbales del vínculo de apego, inelu-
sólo se prohíbe el uso de un órgano de conocimiento completamen- diblemente el terapeuta será influido por experiencias, sensaciones
te esencial” (Ibíd., par. 163). e imágenes que no han sido procesadas corticalmente y al estar
alejadas del seguro y conocido mundo del verbo, se manifestarán de
Para los desarrollos posteriores en psicología analítica, la psique re- acuerdo a la configuración del propio self en la memoria implícita.
lacional ha constituido uno de los cimientos de la teoría y la teoría Esto implica una responsabilidad crucial que Jung detectó al propo-
de la técnica: Neumann, (1973) propone que la diferenciación de la ner que “un terapeuta no puede llevar a un paciente más allá de lo
consciencia humana es una de las consecuencias evolutivas de la que él mismo es” (OC 16 p. 179). Es decir, la relación del clínico con
extrema vulnerabilidad del recién nacido, que en cierto modo, nace su propio inconsciente pasa a ser fundamental para reconocer lo
“prematuro” para que su gran masa encefálica quepa por el canal que se actualiza en terapia.
del parto y por lo tanto precisa de un prolongado y estrecho vínculo
con un cuidador. Por su parte, Byington (1988) entiende la forma- Asimismo, la profundidad de la mirada junguiana brinda elementos
ción de consciencia como el desarrollo del Ego y el Otro. Dado que sin para distinguir ciertas dinámicas de conocimiento relacional implí-
un Otro que lo refleje es impensable la distinción de un sujeto, la cito que tienden a escenificarse en la sesión al distinguir, además
relación madre-hijo modela las subsiguientes relaciones del yo y el del aspecto personal, un nivel arquetípico en la transferencia. Éste alu-
otro intersubjetivas, cuyo correlato intrapsíquico estructuraría el de a patrones en que la psique responde a experiencias internas y/o
centro de la consciencia también como una relación Yo-Otro. Por lo externas, que actualizan elementos muy primitivos, siendo cruciales
tanto, el vínculo primordial con la madre configura las relaciones aquellos cuya primera emergencia es en la relación con los padres.
interpersonales, con el mundo y también la relación del ser huma- (Jacoby, 1984).
no consigo mismo, particularmente con sus aspectos inconscientes,
que pueden ser concebidos como el “otro” intrapsíquico. Jacoby (Ibíd.) propone que el arquetipo que se constela envolvien-
do a paciente y terapeuta permite explorar que es lo que la psique
Con esta estructura en mente, en el encuentro terapéutico la diná- desea, o requiere compensar a través de la transferencia. Gracias al
mica que se genera promueve, según sugiere Samuels (1985), que el encuentro con otro, ciertas necesidades instintivas y sus fantasías
terapeuta – en tanto otro, constele lo que es otro a la consciencia, colaterales, es decir, imágenes arquetípicas inconscientes se pueden
es decir, lo inconsciente. Sólo cuando en el vínculo terapéutico se manifestar y concretizar (Whitmont, 1978). Por lo tanto, analizar la
evidencian las carencias y las distorsiones con que los complejos transferencia sirve para clarificar y corregir la relación interpersonal
configurados a partir de las disfunciones en la relación primaria y también constituye una oportunidad para experienciar elementos
tiñen la experiencia, es posible elaborarlos o repararlos a través arquetípicos que de otro modo serían inaccesibles.
de un encuentro auténtico con otro. Así, la transformación en el
ámbito interpersonal gatilla una transformación intrapsíquica, pues
el paciente adquiere la capacidad de encontrarse con el “otro” en su La distinción de este tipo de dinámicas puede ser una herramienta
psique -es decir, con lo inconsciente- facilitando que el yo se vincule clave para el psicoterapeuta que trabaja de inconsciente a incons-
con “todo lo que se oculta como proyección en el tú” (Jung, OC ciente, pues previenen de identificarse con los arquetipos que se
16, pag. 231 nota al pie), logrando la integración del yo y el otro en el constelen, y al mismo tiempo brindarían un campo referencial con
centro de la consciencia. el que orientarse dentro del ámbito de lo implícito.

En psicología analítica este intercambio relacional, tan idóneo para Finalmente, otros elementos que aporta la perspectiva analítica
acceder al ámbito de lo implícito, se conoce como campo transforma- para penetrar y movilizarse en las dinámicas relacionales implícitas
tivo, e incluye la comunicación a nivel consciente entre paciente y son las funciones de la consciencia que Jung denominó irraciona-
terapeuta, la comunicación cruzada entre la consciencia y el incons- les, indispensables para una adecuada experiencia de la psique: la
ciente de ambos y la comunicación “de inconsciente a inconscien-

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intuición, que permite la percepción de información psíquica incons- compensación” (Jung OC 7 par. 274) y contendrían “todos aquellos
ciente y la sensación, a cargo de la percepción sensible de la realidad. elementos necesarios para la autorregulación de la psique global”
(Jung, 1978) (Ibíd., par. 275), pues “lo inconsciente intenta completar la parte
consciente de la psique añadiendo lo que falta para formar un todo
Aunque sólo recientemente (Schore, 2008), se ha reconocido la y prevenir peligrosas pérdidas de equilibrio” (Jung OC 16 p. 252).
intuición como un factor relevante en la efectividad terapéutica
el valor de estas dos funciones de la consciencia, dada su especial Si además de contener elementos disruptivos y reprimidos, lo in-
facultad para acceder al lenguaje corporal –en el caso de la sensa- consciente es una fuente de energía creativa que equilibra y regula
ción- o de lo implícito y preverbal -en el caso de la intuición- es que el psiquismo, sería necesario reestablecer contacto con sus recursos,
constituyen un medio de acceso privilegiado al cerebro derecho, pues su manifestación mediante síntomas, o bien ciertos actos,
correspondiendo por lo tanto al núcleo no verbal y relacional implí- opiniones, afectos, fantasía y sueños que intentan compensar la
cito sobre el cual se realiza el proceso terapéutico. actitud de la consciencia dan cuenta una tendencia autónoma para
la autosanación en la psique.
En síntesis, los objetivos de la psicoterapia profunda siempre tienen
que ver con acceder a aspectos no conocidos del propio psiquismo, En este contexto, si se busca un cambio profundo el objetivo de la
que implícitamente influyen en nuestra forma de pensar y sentir, psicoterapia no puede consistir en generar una relación unidireccio-
participando en las percepciones e intuiciones que tenemos de nal entre la consciencia y lo inconsciente, es decir, únicamente en
nosotros mismos y del mundo. La originalidad de Jung fue concebir hacer consciente lo inconsciente:
que en ese ámbito estamos expuestos a la constelación de ele-
mentos arquetípicos, cuyo potencial creativo puede representar una “La consciencia y lo inconsciente no dan un conjunto total si lo uno
oportunidad única de expansión de la consciencia. es reprimido y dañado por lo otro. Si han de combatirse mutuamen-
te, que sea al menos un combate honesto, con los mismos derechos
para ambas partes, pues ambas son parte de la vida. La consciencia
El Inconsciente Creativo debería defender su buen juicio y sus posibilidades de autoprotec-
ción, y la vida caótica de lo inconsciente también debería tener la
“Debemos dejarnos guiar por la naturaleza, pues lo que el médico hace no es posibilidad de obedecer a su propia naturaleza en la medida que
tanto una cuestión de tratamiento como de desarrollo de las posibilidades podamos soportarlo. Esto significa lucha declarada y a la vez, cola-
creativas presentes en el paciente” (C.G. Jung, OC 16. par. 82) boración declarada” (Jung, OC 9, par.522)

La amplia perspectiva que abre la mirada analítica junguiana para la De acuerdo a esto, en la intervención psicoterapéutica, más allá de
comprensión del cambio psíquico también radica en su concepción develar lo reprimido y aliviar los síntomas y el sufrimiento psí-
activa, creativa y constructiva de la psique y particularmente de lo quico, lo que se busca es establecer una relación cooperativa que
inconsciente, que se entiende como un ámbito vasto e inagotable a ayude a generar nuevas síntesis entre la conciencia y lo inconsciente
partir del cual se diferencia la consciencia y donde reside la sabidu- reactivando el Proceso de Individuación, “proceso que genera un “indivi-
ría colectiva de la especie. En este escenario, la atención a los pro- duo” psicológico, es decir una unidad, una totalidad independiente,
cesos inconscientes posibilitaría llevar a la consciencia contenidos indivisible” (Jung, OC 9 par. 490), cuya meta es la síntesis del Sí
que, una vez reconocidos, acrecentarían su perímetro, ampliando mismo o Self.
así la experiencia psíquica.
Entendiendo el cambio psíquico sobre esas mismas premisas, para
Asimismo, la naturaleza espontánea del pensamiento y las activida- catalizar una cura –o reanudar el Proceso de Individuación- en
des creativas permiten inferir que lo inconsciente es “una actividad psicoterapia sería necesario el incremento y la intensificación de
autónoma y productiva cuyo dominio de experiencias constituye la energía de lo inconsciente. Como esta es una tarea que no está
un universo y una realidad propia (...) que influye en nosotros en el exenta de riesgos para el yo, se recomienda trabajar en este ámbito
mismo sentido que nosotros influimos en ella” (Jung, OC 7 par 292). sólo una vez que las necesidades de adaptación estén satisfechas.

Otro de los tópicos fundacionales de este enfoque es que “los pro- Solo entonces, la regla de oro en psicoterapia será conectarse con lo
cesos inconscientes mantienen con la consciencia una relación de inconsciente, que equivale a reconectarse con la madre simbólica

20 21
(Wenrib, 1961), la gestora de la relación que configuró la conscien- Este fenómeno refiere a un proceso autónomo de transformación en
cia y la relación con el mundo, con uno mismo, y con el “otro” que la psique que puede ser catalizado en psicoterapia al evocar fuerzas
habita nuestra psique. Para que la apertura de lo inconsciente se inconscientes constituyendo una centroversión (Neumann, 1962), es
produzca es necesario regresar a los niveles matriarcales de la conscien- una clara manifestación del inicio de que, más que un cambio, el
cia donde residiría un potencial regenerador de la psique. cual denota un estado ideal a alcanzar, lo que se ha elicitado es un
proceso que exige un reajuste continuo de la actitud psicológica, de
Dado que la consciencia matriarcal es descrita por Neumann (1962) manera que responda mejor a las condiciones externas e internas
como una atentividad observadora capaz de comprensión no ver- y se logre mantener una tensión óptima, una colaboración y un
bal, sin intención egoica voluntaria, afectada por la intuición y el aumento de la permeabilidad entre la consciencia y lo inconsciente.
sentimiento más que por la percepción y el pensamiento, y que por
su parte, Byington (1993) señala que en este nivel la consciencia Finalmente, es posible señalar que en ciertos aspectos, esta noción
asume una posición insular, donde no hay coherencia objetiva y de inconsciente es afín a los contenidos de la memoria implícita, en
racional sino una alta carga emocional e intuitiva, se hace inevitable tanto es información que no es accesible a la consciencia no porque
no reconocer su similaridad con los procesos implícitos del cerebro esté activamente reprimida, sino porque está codificada y almace-
derecho que estudia Schore. nada en un formato que no la hace disponible (Knox, 2003).

Si además se concibe que “el mundo inconsciente tiene la tenden- Por eso, el rumbo en terapia, más que vencer la represión y sospe-
cia a reabsorber sus productos destruyéndolos, de manera que los char que el aparato psíquico trabaja con elaborados mecanismos
devuelve en una forma nueva y cambiada, facilitando un plano disfrazando sus contenidos, se dirige a lo que en idioma informático
más alto a la consciencia del ego” (Neumann, 1962 p.31), se deduce sería “desencriptar” y familiarizarse con el lenguaje no verbal de lo
que la esencia del proceso psicoterapéutico –tal como el proceso de inconsciente, -y con la actividad silenciosa del hemisferio derecho-
individuación y el curso del desarrollo- residiría en la separación y por medio de la atención a los símbolos que produce la psique.
diferenciación de lo inconsciente y también la reconexión y conti-
nua relación con él.
La Función Trascendente de la Psique y el Rol del Símbolo
Prospectivamente, Jung señaló que si bien las influencias de lo in-
consciente no pueden eliminarse, tampoco sería conveniente, pues “Cuando la mente explora el símbolo se ve llevada a ideas que yacen más
su actividad descansa en una psique objetiva, que nos vincula con allá del alcance de la razón” C.G.Jung, el Hombre y sus Símbolos.
las fuentes creativas de la existencia invitando a distinguir cómo
operamos evolutivamente a nivel personal. Por lo tanto, desde la Entendiendo al símbolo como “una expresión que reproduce de la
perspectiva junguiana, la salud psicológica tiene que ver con la mejor manera posible una situación compleja y aún no comprendi-
integración de aspectos inconscientes, pero más específicamente con da con claridad por la consciencia” (Jung, OC 8 par. 148), la rela-
la cualidad de la relación con lo inconsciente, en la que radican las ción dialéctica entre paciente y terapeuta contribuye a generar un
condiciones óptimas para la Individuación. cambio psíquico al funcionar como un proceso de síntesis creativa
donde el ego se nutre de los símbolos que surgen de lo inconsciente.
Considerando entonces el potencial creativo y autorregulatorio del
psiquismo, al trabajar en estos dominios el terapeuta deberá estar pre- Jung señala que “el conocimiento de los símbolos es indispensable
parado para distinguir cuándo elementos arquetípicos, especialmente pues en ellos se realiza la unión de contenidos conscientes e incons-
el Self como arquetipo central de orden que organiza lo inconsciente cientes. De esa unión resultan nuevas situaciones o posiciones de la
(Fordham citado en Knox, 2002), impulsan a la unificación e inte- consciencia” (Jung OC 9 par. 524). Tal como lo expresa el concepto
gración de la psique, observando en qué momento “sale a la luz un matemático de función -que puede relacionar números imaginarios
efecto curativo compensador que siempre sorprende como un milagro. y reales- la posibilidad de establecer una relación entre contenidos
Frente a la peligrosa tendencia disolvente se alza desde lo inconsciente conscientes e inconscientes se produciría gracias a la función trascen-
colectivo un contraefecto en forma de proceso de centramiento carac- dente de la psique.
terizado por símbolos unívocos” (Jung OC 16 p. 219).
La acción de la función trascendente se sustenta en la capaci-
dad psíquica de simbolizar, en la relación compensatoria entre la

22 23
consciencia y lo inconsciente y en la noción del tertium non datur: el dades racionales y cognitivas de alto nivel, pero al mismo tiempo
tercer término reconciliador, lógicamente imprevisible y de natu- funciona como la llave de acceso a los patrones que configuraron la
raleza irracional que no resuelve la tensión entre opuestos sino que psique en la relación primaria, las capas más profundas, preverba-
la trasciende en una visión más amplia, generando un cambio en la les e imaginales que permanecen implícitas. En este escenario, la
estructura tácita del ego. elaboración simbólica actuaría como un medio de traducción de los
procesos implícitos del hemisferio derecho en el lenguaje explícito
La distinción del enfoque Junguiano es que el símbolo no se valora del izquierdo sin que se pierda su riqueza vivencial. De acuerdo a
semióticamente -como signo de procesos instintivos- sino simbólica- la psicología simbólica de Byington (1993) esto equivaldría a iniciar
mente, como la mejor formulación posible de algo desconocido y la un diálogo entre la posición insular de la conciencia matriarcal y la
expresión de una experiencia espontánea que apunta a un significa- posición polarizada de la consciencia patriarcal, es decir, posibilitar
do que no es accesible sólo por la razón: Dado que el símbolo no se “pensar” emociones y sensaciones aisladas.
puede inventar conscientemente, sino que emerge de lo inconscien-
te como imágenes con una marcada carga emocional, nunca es de- Sin embargo, aunque la ampliación de la consciencia que se con-
finible racionalmente o explicable con precisión o completamente. sigue con esta traducción es un paso fundamental, no necesaria-
Ahora bien, aunque el trabajo de elaboración simbólica no funciona mente implica una curación, pues el campo del inaprehensible
sobre una base racional, no implica que sea irracional; sino que las sufrimiento psíquico que la psicoterapia intenta transformar nos
leyes y estructura que involucra corresponden al campo de la emo- sumerge en el ámbito del sentido y de las preguntas intangibles del
ción e intuición. Esto provoca que genere un sentido que escapa de espíritu. Tanto es así, que básicamente la gran diferencia entre el
la razón y constituya una experiencia afectivamente conmovedora. dolor físico y el sufrimiento psíquico es que el dolor es factible de
Por eso, según Whitmont (1978) la aproximación simbólica puede objetivar e incluso, controlar, en cambio el sufrimiento se cimienta
mediar las experiencias y vivencias indefinidas, intuitivas e imagi- en la significación que le otorgamos, constituyendo un “desafío exis-
nativas o las sensaciones y fantasías que no pueden ser transmitidas tencial para la generación de sentido” (Whitmont 1978, p.292). Por
de ninguna otra manera, permitiendo logros imposibles de pensar eso, en última instancia, lo crucial para catalizar el cambio será la
desde la elaboración consciente y racional de los conflictos. vivencia de sentido, que logre organizar la consciencia de un modo nuevo.

Como la intuición, el afecto, la fantasía y las imágenes son ex- Para esta tarea la aproximación simbólica también es fértil: Apegán-
periencias proveídas por el hemisferio derecho del cerebro, es dose a su etimología3, Stein (1996) señala los símbolos desempeña-
factible deducir que la afinidad del lenguaje símbólico, con estas rían la función de liberar, sustentar y generar significado en la cons-
experiencias -dado que también es imaginal, intuitivo, metafórico ciencia creando conexiones en la psique: como el comportamiento
y emocional, que nunca será del todo cognoscible y la conmoción afectivo e instintivo sin imagen produce actos sin sentido -por ejem-
afectiva que genera- lo hacen un medio idóneo para vincularse con plo, conductas adictivas- mientras que ideas e imágenes sin conexión
la actividad derecha. al instinto llevan al pensamiento estéril y esquizoide, las áreas que
tendrían que vincularse en la psique serían el instinto (o afecto) y
Sin embargo, como en estos mismos términos, la función tras- la imagen (o pensamiento). Asimismo, recogiendo su raíz germana,
cendente neurobiológicamente, representaría la integración entre el símbolo (sin-bild) es una imagen con sentido (Saiz, 2008), cuyo poder
las actividades de ambos hemisferios cerebrales (Rossi, citado en radica en que “a través de la imagen se vivencia un sentido, lo que des-
Stevens, 2003), además es posible argumentar que así como en la pierta una experiencia antropológica vital en la que se ve implicado
emergencia de un símbolo participan dinámicas implícitas enraiza- el intérprete” (Garagalza, 1990. p. 54). Probablemente su cualidad de
das en el hemisferio derecho, también se ven involucrados mecanis- intermediación entre lo trascendente y lo inmanente (Ibíd.) explica
mos cognitivos de alta complejidad cortical manifestándose en un que encontrarse con un símbolo nos energice y vitalice tanto.
nivel racional, verbal y explícito. Entonces el símbolo, como un ice-
berg, contiene su mayor masa –implícita, preverbal e incognocible- A esto cabe agregar que Neumann (1962) propone que el símbolo
bajo el nivel consciente y muestra una pequeña porción –racional y es “la forma más alta de síntesis, el más perfecto producto de la
verbalizable- en la superficie. tendencia psíquica innata hacia la totalidad y la autocuración, no

A partir de estas premisas, el símbolo puede ser concebido como


3 El symbolon es un objeto que se divide como seña de compromiso; cuando se
un producto o una creación de la psique que requiere de capaci- reúnen las partes y se completa, valida el acuerdo o entendimiento (Stein, 1996).

24 25
sólo porque transforma todo conflicto en un proceso creativo, sino trascendente, resulta imprescindible detenerse en su cualidad de
que también es el punto de partida para una nueva expansión de la vehiculo para la reorganización de lo inconsciente como tal.
personalidad total” (Ibíd p. 414). Es decir, reconoce en el símbolo
una función teleológica, cuya tarea consiste en –una vez más- acce-
der al sentido que insinúa, evidenciándose que el funcionamiento de Dimensión Arquetípica del Cambio: La Emergencia del Self
la psique, desde esta perspectiva, no se observa solamente en base
a causas sino a metas. Por lo tanto, el trabajo terapéutico se torna “En los límites de la lógica cesa la ciencia pero no la naturaleza, que florece
un proceso constructivo y prospectivo, que exige preguntarse por también donde la teoría no ha llegado aun” ( C.G. Jung OC 16 par. 524)
el sentido y la finalidad que tienen los contenidos inconscientes
expresados simbólicamente. De acuerdo a lo revisado, es factible proponer que, en el lenguaje de
la psicología analítica, acceder a las dinámicas implícitas generadas
Como el símbolo trae algo que completa el limitado mundo diur- relacionalmente corresponde a promover el contacto con el estrato
no y consciente, al permitir vivenciar, gracias a su imagen, un sentido arquetípico de la estructura de la psique. De hecho, recientemente
antes oculto para nuestra vida, se puede considerar que, en última Knox, (2003) ha actualizado la comprensión de los arquetipos como
instancia, la capacidad de simbolizar es una de las facultades huma- “esquemas de imagen” que proveen un molde inicial para la organi-
nas que más penetra en el misterio del alma, pues es la que devela, zación de la experiencia, cuyo contenido es provisto por la expe-
construye o puede cargar de sentido y significado la experiencia riencia real, particularmente la experiencia de intensa relación con
vital, por dolorosa que esta sea. En psicoterapia entonces, la forma los padres y otras figuras de apego claves registradas como modelos
más acertada de generar una vivencia de creación y emergencia de operativos en la memoria implícita.
sentido sería encontrando una imagen simbólica relevante. Luego
la tarea consistirá en elaborar el símbolo, es decir, metafóricamente En este contexto, una de las características más inquietantes de los
saborearlo desde la sensualidad de consciencia matriarcal y dige- símbolos es que constituyen el único medio por el cual pesquisar un
rirlo desde la polarización de la consciencia patriarcal, vivenciando arquetipo (Jacobi, citado en Whitmont, 1978). Los símbolos que crea
su naturaleza paradójica, tolerando que, aunque racionalmente no la psique siempre están basados en un arquetipo inconsciente, un
podemos más que circunvalar aquel ámbito que permanecerá incog- esquema de imagen o un patrón básico de organización de la expe-
noscible, intuitivamente logramos captar su impacto. riencia que aún está, por decirlo de algún modo, vacío, por lo tanto
es irrepresentable. Para hacerse perceptible se tendría que “llenar”
Al reconocer que “los símbolos producidos por lo inconsciente tienen con material representacional que es afín o similar a él: Neumann
que ser comprendidos, es decir, asimilados e integrados por la con- (1962) propone que la naturaleza paradójica del lenguaje simbólico
ciencia” (Jung, OC 16 par. 252), damos cabida a lo que la psique obje- permitiría “circunscribir” más que “describir” el núcleo intangible
tiva aporta a nuestra realidad. En términos de la psicología simbólica de significado de un arquetipo porque tolera la tensión de opues-
(Byington, 1993) esto seguramente alude al potencial del símbolo tos. Dicho de otro modo, el arquetipo es un material “crudo” de
para que la consciencia alcance la posición dialéctica de la Alteridad. lo inconsciente colectivo que sólo puede volverse representable al
entrar en contacto con la consciencia, cuya cualidad es “dar forma”
Aunque estos postulados teóricos pueden parecer, a primera vista, y producir una imagen arquetípica o símbolo. Aquí una vez más se
tan herméticos, son posibles de observar cotidianamente en la evidencia que el símbolo funciona como intermediario entre el nivel
clínica, cuando al trabajar simbólicamente se genera un marcado implícito, irrepresentable verbalmente y la consciencia al generar
empoderamiento del paciente respecto de su proceso de cambio, al una forma explícita perceptible.
descubrir y vivenciar la salida al conflicto –el tertium non datur- en
su propia psique. Como si al asumir la tarea de atender al lenguaje La relevancia de esto para la psicoterapia es que algunos de los
del alma y cumplir con la antigua sugerencia del oráculo de Delfos aspectos arquetípicos que el símbolo permite representar, correspon-
“Conócete a Ti Mismo”, se cargase de sentido la vida interior, reen- den a aquellas expectativas relacionales que se manifestarán –o se
cantándose con los desafíos que impone la vida exterior. escenificarán- en dinámicas transferenciales y contratransferenciales
activadas a partir de un complejo, en cuyo núcleo siempre reside un
Habiendo revisado cómo en el proceso terapéutico el símbolo puede arquetipo. Si se piensa prospectivamente, la actualización de estas
mediar en hacer explícitas representaciones implícitas, e involu- dinámicas primarias tiene un valor inestimable, puesto que las imá-
crar al sujeto vivencialmente con una imagen que trae un sentido genes arquetípicas que entran en el campo de la consciencia a través

26 27
de los complejos escenificados, constituyen una oportunidad para de lo inconsciente, en sueños y fantasías permitirán experienciar
que se formen estructuras nuevas en la psique (Stein, 1995). las dificultades de un modo que la razón consciente jamás podría
haber descubierto. Cuando el ego renuncia a su posición central y
Esto ocurriría porque en términos energéticos, además de configu- al ilusorio intento de control aceptando las propias limitaciones,
rar el núcleo atractor de los complejos, los arquetipos representan de acuerdo al principio de compensación, lo inconsciente cambia y
concentrados de energía psíquica. Entonces, la esencia del cambio nosotros con él, iniciándose “una transformación fundamental de la
radica en que el símbolo actúe como un agente liberador y transfor- que somos objeto, no el sujeto” (Ibíd., p. 307)
mador de la energía instintiva desde un estado latente en el incons-
ciente, facilitando que se transfiera hacia la consciencia y la acti- Como si los cambios ocurriesen a pesar de nuestros esfuerzos, no
vidad del ego, al conectarla con una imagen arquetípica que le de por ellos, la transformación de la psique no se lograría como un acto
forma y significado (Stein, 1996). Por eso, cuando en terapia se logra deliberado, sino como una acción de lo inconsciente, sobre y a través
la amplificación de un símbolo al vincularlo con su raíz arquetípi- de lo inconsciente, que no efectuamos pero en el cual participamos
ca, el aumento de la disponibilidad de energía psíquica en montos (Ibíd). El resultado de los esfuerzos por alcanzar los límites más ex-
insospechados impelería hacia la emergencia de nuevas propiedades tremos de la consciencia y al mismo tiempo, aceptar los límites del
en el psiquismo haciendo posible que surjan nuevas significaciones mundo en que operamos, es el reconocimiento un arquetipo de inte-
de las experiencias vitales, antes inaccesibles, acompañadas de una gración en nuestra psique que nunca llegaremos a controlar desde el
profunda vivencia de sentido. ego, pero amplía sobrecogedoramente la realidad interior.

En este escenario, el concepto de “emergencia”, es decir, la “apari- Este fenómeno es la emergencia del Self, descrito por Neumann
ción de propiedades que no podrían haber sido fácilmente prede- (1962) como “la” centroversión, en tanto refleja la creación de un
cibles a partir de los componentes de un sistema, y por lo tanto, nuevo centro de personalidad, superior al ego que lo incluye y
obedecen a leyes que surgen de sus nuevas propiedades” (Weber, abarca: Cuando gracias a la acción de la función trascendente y
citado en Hogeson, 2004 p. 45) podría considerarse el cimiento la elaboración simbólica se logra una tensión óptima entre el yo
teórico que explica el cambio psíquico profundo buscado en terapia. y lo inconsciente, “el centro de gravedad de la personalidad total
Dado que el acceso al nivel arquetípico posibilita una ordenación de cambia su posición, ya no será el ego -que es meramente el centro
la psique con leyes que no sólo involucran la conciencia del ego, se de la consciencia- sino que emerge un nuevo centro, que puede ser
estaría manifestando una nueva forma, o emergiendo un nuevo pa- llamado el Self”. (Jung, citado en Knox, 2003 p.179) Evidentemente
trón de organización del psiquismo: Desde la perspectiva junguiana este fenómeno, más que un cambio, corresponde a una transformación
esto corresponde a la experiencia arquetípica del Self, el arquetipo en la organización de la psique.
de totalidad y centro regulador de la psique, irrepresentable para la
consciencia, pero reconocible a través de símbolos. A este respecto, Young-Eisendrath y Hall (1991) señalan que la
experiencia del Self ofrece la posibilidad de descentrarse de la iden-
Hogeson (2004) postula que como en este fenómeno no sólo par- tificación con el ego y la subjetividad de las propias experiencias,
ticipa el ego –nuestra identidad óntica-, sino la totalidad del ser experimentándonos como evolucionando en el ciclo temporal,
-nuestra identidad ontológica- la aproximación simbólica permite organizados por un centro no directamente perceptible. Esto
lograr un cambio de tal nivel de profundidad, que puede ser llama- claramente alude a la posición contemplativa de la consciencia de
do ontológico. Probablemente, la exploración de la dinámica de este Byington (1993), pues al descentrarnos inferimos un proceso abs-
tipo de experiencias ha sido una de las tareas más contundentes de tracto del Self como forma universal, por medio de la cual todos los
la psicología analítica. individuos son diseñados para desarrollarse. Considerando que “el
ego individuado se siente a sí mismo como el objeto de un sujeto
Según sugiere Whitmont (1978), todos quienes hemos vivido el supraordinado y desconocido” (Jung, en Young-Eisendrath y Hall,
proceso de un análisis o una psicoterapia profunda, en algún mo- 1991), sería una meta del desarrollo al liberar del egocentrismo
mento nos enfrentamos a la paradoja de que si bien la disciplina
y el esfuerzo de hacernos más conscientes son indispensables, no La tarea más difícil para nuestra egoica y racional mente occidental
necesariamente provocan un cambio. Sin embargo, una vez que es aceptar nuestra verdadera posición existencial en el drama de la
aceptamos que no se encuentra solución racional para los impulsos vida, y que, tal como señala Whitmont (1978) la transformación de
conflictivos y se atiende a los elementos simbólicos, las imágenes nuestra personalidad ocurre en nosotros y sobre nosotros pero no por

28 29
nosotros. Implica definitivamente reconocer que más allá del ego Un cambio de esta naturaleza, donde a partir de la búsqueda de un
que creíamos ser está el Self. Y éste, no el ego, es el principio orde- sentido implicado, de un orden significativo en la propia vida surge
nador del psiquismo. el descubrimiento de una perspectiva nueva en sí mismo, alude
a una modificación de las estructuras que forman y controlan la
Sin embargo, no tiene sentido buscar cuál de estas dos instancias es conciencia del ego, por lo tanto es una transformación psíquica, una
preponderante, pues, tal como la relación entre paciente y terapeuta, reorganización del psiquismo que, en la superficie, consiste en una
la relación con el Self es una relación yo-otro, que necesita de un ego ampliación de la consciencia, pero seguramente refleja una reestruc-
diferenciado que no se fije en la inflación ni se identifique con su turación de lo inconsciente mismo.
poder suprapersonal, y tampoco sea asimilado por él y se pierda en la
psicosis (Jung 1976). Por eso, entre el ego y el Self se debe establecer Cuando el ego, centro de la consciencia, se nutre de la psique ob-
una relación dialéctica que involucre un reconocimiento mutuo de las jetiva entablando una relación con el Self, reconoce un orden más
limitaciones y puntos de encuentro, donde ninguno intenta controlar allá de sí y que su naturaleza humana involucra también lo inabar-
al otro, sino que se genere una alianza y una relación cooperativa, en cable, el misterio y la posibilidad de totalidad. Por eso, en psicote-
otras palabras, una alineación entre el ego y el Self. rapia, la constelación del arquetipo del Self probablemente indica
que, tal como solía decir Jung, termina el tratamiento, porque
Dado que es en las vicisitudes del conocimiento relacional implícito empieza el desarrollo.
en el campo trasformativo y las delicadas dinámicas transferencia-
les donde se genera la constelación de estructuras arquetípicas y
que “sin una referencia al prójimo reconocida y aceptada conscien- Discusión
temente no se da la síntesis de la personalidad” (Jung, OC 16 par
444), la emergencia del Self es inseparable del ámbito relacional, y Naturalmente, esta revisión no ha pretendido ser exhaustiva res-
en este contexto, aquel “Otro” que se ha presentado como constitu- pecto a la mirada analítica en el cambio psíquico, pues para eso
yente de la identidad inconsciente, también es el Self. sería necesario, entre otras cosas, profundizar en la dinámica de
los complejos, de la elaboración simbólica y la actividad imaginal,
Como hasta aquí sólo se ha intentado la “mejor descripción posible” sin embargo, cumple su objetivo si brinda elementos para entender
de un fenómeno esencialmente incognocible, qué mejor que un porqué desde la psicología analítica junguiana el cambio psicológico
símbolo para ilustrarlo: en la etapa final de su proceso terapéutico, se entiende como un proceso arquetípico de transformación.
una mujer de 45 años, muy sobrecogida relata un sueño en que está
probándose y modelando un vestido frente a un espejo: “giro en Se ha expuesto que la elaboración de los símbolos espontáneos de la
círculos indicando, como diseñadora, dónde es necesario ajustarlo psique facilita el nexo entre la consciencia y lo inconsciente, pues el
y me sorprendo al descubrir que también yo soy la modista que va símbolo constituiría el elemento vinculante entre procesos explíci-
tomando delicadamente la tela con alfileres para moldearlo a mi tos e implícitos, y al mismo tiempo, gracias al poder afectivo de su
cuerpo”. En simples imágenes aquí se expresa cómo “lo consciente imagen, brinda la posibilidad de encontrar un sentido y cargar con
y lo inconsciente no se oponen necesariamente entre sí, sino que se significado la existencia.
complementan recíprocamente en una totalidad, el Sí mismo” (Jung,
OC 7 par.274). Yendo más profundo, y concibiendo que el ámbito inconsciente al
que se accede por medio del símbolo es creativo y prospectivo, el
Wenrib (1961) describe al Self como un impulso a la totalidad, una ten- cambio psíquico sería un proceso que sólo puede generarse en un en-
dencia autónoma en lo profundo del inconsciente, que se mani- cuentro humano donde se establece un intercambio de inconsciente
fiesta como un proceso no verbal de regresión creativa que bajo las a inconsciente. Este nos pone en contacto con el mundo imaginal
condiciones adecuadas nos vincula con recursos internos y permite e implícito del cerebro derecho, permitiendo activar los arquetipos
a la psique a curarse a sí misma. Por eso, se puede argumentar que que constituyen el núcleo energético de los complejos. Como en
la emergencia del Self en psicoterapia es donde residen los cimien- esta dinámica se está promoviendo un aumento de la permeabilidad
tos del cambio psíquico desde la perspectiva analítica, pues refleja entre la consciencia y lo inconsciente, se genera una reorganización
la reactivación consciente del curso fluido del Proceso de Indivi- y una transformación en la realidad psíquica que puede conside-
duación al promover que “la personalidad pase a ser una totalidad” rarse la dimensión arquetípica del cambio, porque corresponde a
(Jung OC 7 par. 524).

30 31
la emergencia del Self como un patrón nuevo de organización e nada en un mundo exclusivamente verbal y racional, de significados
integración de la psique. rígidos que no tocan, no logran acceder ni conmover al alma huma-
na, pues no le hablan en su propio idioma.
Estas experiencias profundas de transformación psíquica no son una
tarea racional, sino que se construyen sobre los cimientos la intui- Desde la mirada de la psicología analítica junguiana observamos
ción, la sensación y el sentimiento. En este escenario, una terapia cómo profundizar en nuestros conflictos se transforma en una
que fomenta el diálogo entre consciencia y lo inconsciente y busca oportunidad para que se expandan las fronteras de la consciencia
penetrar en las raíces arquetípicas de la psique no puede ser dirigida al darle cabida a lo inconsciente, y cómo las fronteras de la psique
o determinada por las ideas que el terapeuta acerca de su curso, sino se expanden más aún al considerar que ese inconsciente también es
que se concibe como la activación de un proceso básicamente autó- una psique objetiva, colectiva y creativa. Al reconocer que en nuestra
nomo, que despliega un plan inherente o patrón inconsciente, cuyo limitada experiencia humana participan elementos arquetípicos -en-
rumbo se devela a partir de la comprensión de los sueños, las fanta- tendiéndolos como patrones que nos organizan y nos ordenan mas
sías, o expresiones artísticas que van mostrando impulsos o actitu- allá de nosotros mismos- y permitir que la pequeña y subjetiva vida
des que esperan ser llevados a una realización consciente. Aunque personal que nos toca vivir se nutra con ese ámbito, se posibilita la
podemos y debemos valernos de la consciencia para acompañar al emergencia de un sentido profundo de la experiencia vital: Comen-
paciente a detectar las distorsiones a que lo someten sus complejos, zamos a darnos cuenta que estamos unidos como especie, y que
debemos reconocer que probablemente serán dinamismos incons- probablemente, a fin de cuentas, los sufrimientos y dolores que nos
cientes los que darán el ritmo a las transformaciones. llevan a terapia son los que nos pemiten lograr la tarea más humana
que podemos imaginar: desarrollar y manifestar consciencia. Mien-
Frente a estas condiciones, la radical aseveración de Jung sobre tras las neurociencias siguen activamente investigando de qué se tra-
que el alcance del análisis está marcado por los límites del tera- ta y dónde se ubica este misterioso fenómeno en el cerebro, quienes
peuta, debe estar siempre presente en la práctica de esta desafian- practicamos la psicoterapia tenemos el privilegio de ser testigos de
te disciplina: Como al trabajar con los dominios difusos de lo no cómo, en la experiencia de elaboración simbólica, el alma humana
verbal y los procesos implícitos, los límites entre el yo y el otro no manifiesta una de sus más sobrecogedoras facultades; creativamente
son claros y definidos, será también la propia relación con nuestro logra vislumbrar que, tal como Carl Sagan (1982) inquietantemente
inconsciente donde radique la potencialidad terapéutica. sugirió, “somos la forma que tiene el cosmos de conocerse”.

Asimismo, tal como la poderosa intuición de Jung previó –y ha sido


demostrado en los experimentos con realidades subatómicas- que Bibliografía
cuando entablamos una relación para generar cambios debemos
estar dispuestos a que la transformación sea recíproca. Bowlby, J. (1979) Vínculos afectivos: Formación, desarrollo y pérdida.
Madrid: Morata.
Finalmente, es ineludible comentar que todo lo tan verbalmente revisa-
do en este trabajo, en última instancia alude a procesos pre-verbales Byington, C. (1988) Dimensões Simbólicas da Personalidade.
o no verbales e implícitos, generados en el hemisferio derecho São Paulo: Atica
del cerebro. Este tipo de fenómenos son los que Carl Gustav Jung
estudió con más profundidad a lo largo de su vasta obra. Pese a no Byington, C. (1993) “Uma Avaliacao das técnicas expresivas pela
contar con el desarrollo de la ciencia para expresarlo de este modo, psicología simbólica”. En Junguiana n° 11; pp. 84-98, Sao Paulo.
Jung desarrolló ampliamente una psicología del hemisferio derecho,
del mundo simbólico, de las imágenes, las metáforas y la intuición. Cozolino, L. (2002) The Neuroscience of Psychotherapy. New York:
Cualidades que han sido consideradas secundarias por mucho tiem- Norton & Co.
po en el mundo de la ciencia, pero que actualmente demuestran ser
cada vez más relevantes y fundamentales en todos los campos. Garagalza, L. (1990) La interpretación de los símbolos. Barcelona:
Anthropos
De acuerdo a todo lo aquí expresado, es el mundo de los símbolos
y las imágenes el que puede promover la transformación de una
psique, que por condicionamientos culturales, se encuentra aprisio-

32 33
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(3) 97-117

Saiz, M. (2008) Seminario Self e Individuación; presentado en el


magíster en psicología clínica analítica junguina Universidad Adolfo
Ibañez, Santiago de Chile.

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· Complejo de Abuso Sexual:
Dinámicas que Revelan su
Psicopatología y Descubren
su Psicoterapia
Andrea Pomés Aguirre
Complejo de Abuso Sexual: pacientes adultos, los dolores y dificultades que surgen al traer a
la consciencia los diferentes aspectos y situaciones que implica el
Dinámicas que Revelan su Psicopatología y abuso sexual, originan numerosas observaciones que esperan aná-
Descubren su Psicoterapia 1 lisis y entendimiento. El abuso sexual infantil es una experiencia
muy límite, que desafía las nociones sobre el ser humano, sobre los
vínculos, sobre lo sagrado, que contacta con dolores profundos, con
Andrea Pomés Aguirre 2 temores y ansiedades intensas, con una sexualidad muy desbordada
Magíster Junguiano 2007-2008
y primitiva, con maltrato y con violencia. Así, urge la reflexión que
permita enriquecer y modular la práctica con todo aquello que la
teoría puede aportar. Por otra parte, el registro y observación de los
Introducción fenómenos pesquisados en el vínculo terapéutico con personas que
han vivido estas situaciones de maltrato e invasión psíquica y física,
El trabajo en clínica es un trabajo difícil. Ocurre ahí, en el espacio ofrece la oportunidad de aportar algo de luz sobre aquello que si no,
del vínculo, en el encuentro entre dos seres humanos con toda su permanece en la oscuridad.
complejidad de aspectos conscientes e inconscientes, tal como Jung
describió y estudió detalladamente. La práctica de la psicoterapia En síntesis, me propongo a través de este trabajo identificar y ana-
nos desafía constantemente a buscar y construir conocimiento que lizar las dinámicas relacionales que se perciben en la transferencia
favorezca la orientación en este trabajo delicado que pisa terreno sa- como características de la relación abusiva en términos de funciones
grado. Mantener la coherencia y enriquecer el diálogo entre la teoría afectadas, constitutivas nucleares del complejo de abuso, descri-
y la práctica es una necesidad constante para quienes ejercemos la biéndolas en detalle, estudiándolas en profundidad y describiendo
psicología clínica y acompañamos personas que buscan caminos para su operación en la dinámica abusiva traumática original y en la
sanar sus heridas y acceder a nuevos y mejores niveles de bienestar. dinámica reproducida a nivel intrapsíquico, a nivel de los vínculos
afectivos más próximos y en el vínculo transferencial. Asimismo,
En los últimos años, un grupo particular de personas ha ido salien- reflexionar sobre los mecanismos que pueden resultar protectores
do a la luz luego de muchos siglos de oscuridad. Se trata de quienes y reparadores de manera de entregar al profesional que se interne
han sido víctimas de maltrato infantil específicamente a través acompañando al paciente en esta temática clínica, herramientas de
del abuso sexual por parte de un adulto. Los avances mundiales valor para orientarse y sostenerse en su rol terapéutico.
realizados en el siglo pasado en torno al reconocimiento de los de-
rechos del niño, incluyendo cambios en la legislación que identifica
y sanciona su vulneración, han movilizado la consciencia colectiva I. Diseño Metodológico
haciendo emerger casos que anteriormente se mantenían silen-
ciados e impunes. Así, los psicólogos y psicólogas hemos debido “Todo en esta psicología es en rigor experiencia; incluso la misma teoría
acoger a personas que han deseado develar y reparar esas dolorosas –aun allí donde adopta las maneras más abstractas- tiene en lo vivido su
experiencias de su infancia. origen inmediato”. (Op.cit,Vol.7, parra.199)

En este desafío de acoger y orientar, ciertos marcos teóricos han Siguiendo la metodología que Jung utilizaba, este estudio será un
sido de utilidad: especialmente los estudios referidos a los efectos estudio teórico fenomenológico y dialéctico. Tomará la propia expe-
del maltrato infantil y las investigaciones en familias que han sido riencia de trabajo clínico en casos de abuso sexual, de los últimos 8
víctimas de estas situaciones. No obstante los progresos en legis- años en el contexto del Centro Psicológico Espiral, como punto de
lación, consciencia colectiva, protección de víctimas y reparación, partida. Describirá los aspectos principales de esa experiencia, las
hay aún mucho que develar. La propia experiencia y trabajo con observaciones realizadas y las reflexiones contenidas en un docu-
mento de difusión editado por dicho equipo de trabajo, que identi-
1 Tesina para optar al Grado de Magíster en Psicología Clínica Junguiana mención fica algunas dinámicas observadas en la relación terapéutica.
Estudios Teóricos en la Universidad Adolfo Ibáñez. Docente Guía, Ps. Claudia Con ello espero dar cuenta del fenómeno que me interesa estudiar,
Grez V.
entendiendo que es una perspectiva parcial, de la aparición del fe-
2 Psicóloga Universidad de Chile / Periodista PUC / Psicóloga Clínica Acreditada nómeno del abuso sexual en el espacio de la psicoterapia. “Soy cons-
CNAC / Terapeuta Familiar y de Pareja / Magíster en Psicología Analítica Juguiana
UAI
ciente de que estoy atrapado en la psique y de que sólo soy capaz

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de describir aquello con lo que me tropiezo dentro de ella.”(Jung, niño. Es así como en Chile, la ley 19.617 de delitos sexuales fue mo-
op.cit., Vol. 16, parra.254) dificada en 1999 incluyéndose desde entonces al abuso sexual como
un delito.
Otra característica de la psicoterapia de Jung es el método dialé-
ctico, que ha sido utilizado para producir conocimiento desde la b. Definición de Abuso Sexual
antigüedad, y fue el método para descubrir y explorar la psique que
utilizó el propio Jung. En esta oportunidad no serán dos “personas” En una definición amplia que recoge los diferentes aspectos que
las que dialoguen, sino que pondremos en diálogo dos polaridades, los caracterizan, entenderemos por abuso sexual la participación
que constituyen una de las polaridades básicas de la experiencia: la del niño/a o adolescente en actividades sexuales que no puede
teoría y la práctica. El diálogo entre ambos aspectos operará permi- comprender, para las que no está preparado por su desarrollo, a las
tiendo a cada aspecto mostrar su material, y luego buscará un tercer que no puede otorgar su consentimiento y que lo vulneran física y
término, una síntesis que articule ambos. En esta reflexión surgirán emocionalmente. Esto incluye cualquier interacción que busque la
preguntas cuyas respuestas podrán modificar tanto la comprensión gratificación sexual con un adulto o persona con una diferencia de
de la práctica como la de la teoría, discutiéndose tópicos que dicen edad superior a 3 años. Se consideran abuso el conjunto de actos
relación con ambos o con cualquiera de los dos. con significación sexual en que un adulto participe con un menor:
toqueteo de los genitales del niño, hacer que el niño/a acaricie los
Tal como ocurre en los textos de Jung, que avanzan en espiral, genitales de un adulto o de otro niño/a, contacto buco-genital entre
pasando una y otra vez sobre los mismos conceptos que van así un adulto y un niño/a, cualquier tipo de penetración vaginal o anal,
ampliándose y precisándose, este método de trabajo propio de la exposición del niño/a a material pornográfico, etc.
hermenéutica fenomenológica implica la mantención de la tensión
entre la parte y el todo y la consciencia de que los significados se c. El Contexto de la Experiencia
irán sumando, precisando, combinando y ampliando a medida que
va avanzando la exposición, aunque el avance tiene mucho más Durante la última década hemos sido testigos y partícipes de un
forma de círculo que de línea. proceso nacional de toma de consciencia del tema del abuso sexual
y la pedofilia. Por mencionar algunos hitos, podemos recordar que
en este período fueron noticia en todos los medios el descubrimien-
II. El Fenómeno del Abuso Sexual en la Psicoterapia to de la red Paidós (2002), dedicada a la pornografía infantil y al
abuso sexual de menores; el caso Spiniak con todas sus aristas (2003
a. Antecedentes Históricos a 2008); las denuncias de artistas de televisión que admitieron
haber sufrido abuso sexual en la infancia y participaron en juicios
El abuso sexual es una experiencia que muchos niños y niñas han que tuvieron relevancia pública. En ese mismo período también fue
tenido en su infancia. Desde la antigüedad los niños fueron con- procesado y condenado el Senador Lavandero por abuso sexual de
siderados objetos sexuales. Con el tiempo la relación sexual entre menores (2005), en un juicio con mucha publicidad y que incluyó
un adulto y un niño fue progresivamente condenada, mas no por testimonios antiguos de víctimas que habían vivido semejantes
ello dejó de ocurrir. En 1950, el estudio Kinsey, en Estados Unidos, situaciones décadas atrás. Años en los que se consolidó una legis-
afirmó que un 20% de las mujeres habían sufrido abusos sexuales en lación y se inauguró un nuevo sistema penal en Chile, que inclu-
la infancia. Los descubrimientos científicos en medicina, psicología yó instituciones para salvaguardar la identidad de las víctimas y
y educación se sumaron a otros progresos realizados en el siglo XX testigos, en la búsqueda de garantías que favorecieran las denuncias
y modificaron la visión sobre la infancia, percibiéndose al niño no y sanciones legales.
como un adulto chico sino como un ser en desarrollo, con caracte-
rísticas y necesidades distintivas. En 1989, treinta años después de Este proceso coincidió con un proceso mundial: en el mismo pe-
la Carta Universal de Derechos Humanos promulgada después de ríodo salieron a la luz pública los casos de sacerdotes que habían
la Segunda Guerra, surge la Convención de los Derechos del Niño, abusado en Estados Unidos, y en Chile fue sentenciado el Cura
ratificada por Chile y promulgada como ley el 14 de agosto de 1990, Tato como autor del delito de abuso sexual contra menores (2004),
sólo dos décadas atrás. A partir de allí los cuerpos legislativos en demostrando que ni instituciones supuestamente sagradas como
los diferentes países han ido avanzando hacia la consideración del la Iglesia estaban al margen de este mal ni de la condena y sanción
abuso sexual como un delito que vulnera los derechos básicos del legal por estos delitos ocurridos en su seno.

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d. Registro de Una Experiencia en los casos, terapeutas, pacientes y familiares, como a profesores,
médicos, periodistas y otros profesionales que se veían obligados a
Fui socia y parte durante 8 años del Centro Integral de Atención tomar contacto con estas situaciones.
Psicológica Espiral, donde se atendían niños y adultos, se hacía
terapia familiar y se mantenía un espacio de supervisión y reflexión e. Impresiones, Inquietudes y Dinámicas Observadas en la
clínica. El contexto mencionado anteriormente favoreció la apa- Transferencia
rición de numerosos casos privados, personas que luego de ver un
programa de televisión, por ejemplo, tomaban consciencia del daño En los casos en que había atención múltiple, de niños o adolescen-
que habían sufrido y asumían el desafío de reconocerse víctimas tes por una parte, y de sus padres por otra, fue observándose cómo
y buscar una reparación. Así, la capacidad de trabajar en equipo, en espacios terapéuticos diferentes, en modalidades de trabajo
la participación de profesionales con formación específica en la distintas ocurría, sin embargo, algo similar. Por ejemplo, el niño
atención de menores víctimas de abuso, el deseo de aportar en esta jugaba y utilizaba juguetes y animales en la sesión, como es habi-
temática configuró un escenario en el cual Espiral decidió hacer- tual cuando se trata de niños pequeños. Una observación o registro
se parte del proceso y se definió como un centro privado donde permitía identificar en el espacio de supervisión qué tipo de anima-
se hacía terapia de reparación de abuso, incluyendo para tratarse les había usado el niño, cómo los había agrupado, etc. Sin embargo,
aquellos casos que ya habían sido denunciados y excluyendo aque- en el curso de esa conversación posterior a la sesión, la terapeuta
llos donde aún faltaba la denuncia y comprobación del delito. podía tomar consciencia de que, con los distintos animales, en
Es así como me tocó participar directamente en la atención clínica los diferentes juegos, el niño había estado toda la sesión ordenan-
de 19 casos de abuso sexual. Un grupo de pacientes correspondió a do. Ocurría que en la misma semana, la sesión de la mamá había
10 mujeres adultas que decidieron abordar y tratar esa experiencia tratado sobre el tema del orden: ella relató cómo había pasado el
de su infancia o adolescencia. Terapias extensas e intensas: varias de fin de semana anterior ordenando los clósets, y qué dificultades
ellas se prolongaron por uno, dos y hasta tres años en el tiempo; en encontraba en el manejo de los niños por el orden que ella requería
varios casos hubo períodos en que hacíamos dos sesiones semanales de ellos. Asimismo, se mencionaron las dificultades para mantener
y en todos los procesos la intensidad emocional fue una caracterís- un hábito y orden alimenticio en la casa. Por último, en el curso del
tica permanente. diálogo ella tomó consciencia de su necesidad de hacer un orden
respecto a los hechos de su historia personal, pues no tenía claro
El otro grupo de atenciones fueron terapias consideradas de apoyo: cómo y cuándo había pasado qué cosa.
se trató de padres y/o madres que asistían a terapia como acompa-
ñantes y sostenedores del proceso que hacían sus hijos o hijas, que Así, semana a semana fuimos observando en diferentes casos y
habían sido víctimas de abuso sexual reciente. El modelo de trabajo situaciones que lo que ocurría en una sesión, en un espacio, en una
que desarrollamos en Espiral incluía sesiones simultáneas, relacio- modalidad, en cierto modo ocurría también en el otro espacio, en
nadas y diferenciadas en que se configuraba un espacio individual otra forma, en otra modalidad. Llegábamos así a la comprensión de
para el niño/a o adolescente con una terapeuta infantojuvenil y un que la familia estaba en la misma etapa del mismo proceso, orde-
espacio parental con el padre, madre o ambos, en una sesión con otra nando, por ejemplo, pero cada uno a su nivel y a su modo.
terapeuta, donde se acogían las ansiedades de los padres y se orien-
taba el curso del tratamiento del niño. Estas sesiones parentales eran Los casos abordados fueron revelando que en numerosas familias
semanales y constituían un requisito para la atención del niño/a. donde había niños abusados, también había habido mamás o papás
que habían sufrido en su infancia la vulneración de sus derechos,
Constituimos un equipo clínico que se especializó en reparación de historias que yacieron por décadas enterradas, fuera de la memoria,
abuso sexual y reunió un número considerable de casos. Además inconscientes. O en otros casos, historias que guiaron las decisio-
de los 19 procesos ya mencionados en que participé directamente, nes de madres que se esforzaron porque sus niños no pasaran por
fui directora y miembro del equipo clínico donde monitoreamos y lo mismo y, sin embargo, se encontraban en semejante situación.
supervisamos los más de 30 pacientes que se atendieron en Espiral ¿Cómo explicarse teóricamente esta constatación empírica? El
por este problema. Por último, participé como editora de un Boletín abuso sexual parecía ser, en significativa proporción, heredable.
de Abuso Sexual donde sintetizamos algunas observaciones y orien- Siendo así, surgía la pregunta, ¿qué tipo de mecanismos permiten
taciones respecto al abordaje de estas situaciones, que utilizamos comprender este fenómeno? Por otra parte, a la alta frecuencia de
para aportar claridad tanto a quienes participábamos directamente experiencias abusivas en la infancia de los padres y especialmente

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madres de niños que son víctimas de abuso, se suman los ante- relación terapéutica tal como era relatada por el terapeuta, en tercer
cedentes que señalan que los adultos abusadores fueron, muchos lugar, la interacción entre el equipo que veía casos de abuso y el res-
de ellos, niños abusados. Vuelve entonces a formularse la misma to de la institución, que no lo hacía. En otro sentido, la perspectiva
inquietud: ¿cómo se trasmite transgeneracionalmente la vulnera- que ofrecía el niño o niña de sí mismo y de sus padres, la perspec-
bilidad?, ¿cómo se hereda?, ¿qué mecanismos pueden explicar que tiva que mostraba esa misma madre o padres, y las perspectivas
dichas experiencias se repitan a lo largo de generaciones, impactan- diferentes que se formaba el equipo, los terapeutas, etc. Todos estos
do el desarrollo, manteniendo y profundizando los severos daños “cortes” o perspectivas, coleccionadas y reflexionadas en un espacio
en los vínculos, en las relaciones, en la vivencia de la sexualidad, la semanal, permitieron identificar y comprender ciertos aspectos de
intimidad, la identidad, el afecto? los procesos en curso. De la síntesis de estas miradas y su relación
con la teoría, surgió la identificación de un conjunto de dinámicas
Por otra parte, a la constatación de la alta frecuencia de expe- que nos parecían propias del abuso y que se reproducían en las
riencias abusivas en la infancia de los padres y/o madres de niños interacciones y relaciones, en los vínculos entre quienes se impli-
víctimas de abuso y al hecho de que adultos abusadores fueron, caban en este tema. Esas dinámicas fueron trabajadas por nosotros
a su vez, niños abusados, se agrega una tercera constatación: el y transportadas desde su manifestación y expresión a través de un
efecto de burn out que se ha descrito en los equipos que abordan modo de relacionarse, de estar, de ocurrir… a la identificación de
profesionalmente el trabajo con víctimas de abuso, sobre el cual ciertas cualidades o características que se expresaban en cada una
hay información bibliográfica considerable. La experiencia recogida de esas dinámicas, situaciones o incluso objetos, palabras, etc. Esas
entre los profesionales que han trabajado en este ámbito revela características corresponden a características propias de la confi-
una gran cantidad de patología profesional asociada, dando así otra guración de una relación de abuso, y su identificación fue esencial
señal de la capacidad de “contagio” de este mal que es el abuso. para orientarse en el quehacer práctico que nos obligaba a tener un
Numerosas investigaciones se han enfocado al tema del “burn out” contacto estrecho con personas y sistemas impregnados de ellas,
que ocurre a los equipos que trabajan con víctimas de maltrato, a la que les daban forma, los configuraban de esa manera particular.
gran rotación de los profesionales, así como a desarrollar estrategias Como características básicas, propias y esenciales de la situación de
llamadas de autocuidado de los equipos, que prevengan y disminu- abuso, identificamos las siguientes:
yan estos hechos. Menos abundante pero no menos importante y
reveladora es la reflexión profesional que se ha hecho en términos a. Confusión
de la “facilidad” con que miembros de los equipos tratantes maltra- b. Vulneración
tan a miembros de las familias consultantes. Un aspecto que aún c. Negación de la situación de abuso
se mantiene en la oscuridad es la reproducción de estos patrones d. Impotencia
de abuso y seducción entre profesionales y pacientes que acuden a e. Secreto
ellos en relación a estos temas. Casos extremos y recientes como el f. En ocasiones, seducción
de un conocido y prestigiado profesional trasandino experto tratan- g. Desorden
te de niños víctimas de abuso sexual, escritor de libros, académico h. Victimización y daño
y formador de profesionales en este ámbito, que ha resultado ser
miembro de una red de pedofilia internacional, constituyen señales Todas estas características tienen su opuesto, un modo en el cual
significativas y urgentes de la necesidad de reflexionar e investigar devienen en lo contrario. Ello corresponde a los aspectos que se
para develar el modo en que ese “contagio invisible” opera en dife- dañan o tergiversan, pervierten y traumatizan en las relaciones de
rentes niveles tanto familiares como profesionales. abuso. Están por tanto ausentes, y se constituyeron así para nuestro
equipo en orientaciones, direcciones que guiaban nuestro quehacer
La posibilidad que se dio en esos ocho años de trabajo conjunto de y que nos permitían acompañar a los pacientes en la exploración
observar el fenómeno del abuso, tal como se expresa en los víncu- de esos territorios dañados de su historia, sin perdernos en ellos.
los y en el espacio de la terapia, es equivalente a la posibilidad que Fueron brújulas en nuestra práctica, estrellas a las cuales miramos
ofrece la tecnología de imágenes de observar un órgano o tejido. En para saber qué decisión tomar, cómo resolver una determinada
efecto, tal como en un escáner, tuvimos la posibilidad de obtener situación, evaluar la oportunidad de una intervención, etc. Algunas
diferentes “cortes” o perspectivas del mismo fenómeno. En primer de ellas se transformaron para nosotros en hitos que debían estar
lugar, la perspectiva individual de cada terapeuta en el vínculo con garantizados para que nos sintiéramos seguros en ese trabajo de
su paciente. En segundo lugar, la perspectiva del equipo sobre la internarnos en terrenos desconocidos y conflictivos. La protección,

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por ejemplo, fue la primera situación o cualidad que identificamos, total y absolutamente disociados de la consciencia. Luego, muchos
en oposición a la vulneración de los derechos, al estado de despro- años después de la experiencia misma -15, 20 años después-, algo
tección y soledad en que se encuentran los niños o adolescentes gatilla el súbito recuerdo, que provoca una gran ansiedad. He visto
cuando están en la relación abusiva. Por las implicancias legales que varios casos en que la vivencia de la maternidad ha constituido
esta situación tiene, al transformarse en delito, nos pareció que la la oportunidad para que esos recuerdos afloren y para que emerja
protección de los niños era la primera cosa que debía guiar nuestro también la disposición a hacer algo con ellos, desencadenando el
trabajo, aquello que debía estar garantizado antes de poder pasar proceso terapéutico. Experiencias de algún hijo o hija que de algún
a comprensiones o diálogos de otra clase. Así, se configuró nuestro modo se asemejan a lo vivido por las madres. Por ejemplo, una
quehacer y se orientó el proceso terapéutico en función o entorno a mujer madre de una hija pequeña la dejó una noche en casa, al
la claridad, protección, denuncia, respeto al no del paciente, descu- cuidado de un primo de su esposo, primo muy cercano a la familia
brimiento progresivo de la situación, establecimiento y acuerdo de que aparentemente contaba con toda la confianza de ambos padres.
límites, orden y reparación. La imagen de la niña quedándose sola con ese hombre y de ella
misma alejándose, despertó en la paciente una crisis angustiosa
Es la identificación de las dinámicas señaladas, con su cualidad inexplicable que no pudo ser “controlada” y derivó finalmente en
característica, la puerta por la cual entraremos teóricamente en este una psicoterapia donde luego de un par de meses de sesiones salió a
trabajo de reflexión, de modo de ir develando su operar. la luz la historia de abuso sexual vivido por ella siendo niña y de la
cual no tenía memoria alguna hasta ese momento.

III. Análisis También he acompañado casos donde un sueño ha despertado el


recuerdo, trayendo las antiguas imágenes a la memoria con tanta
a. El Abuso Como Complejo nitidez que hacen con ello imposible a la persona negar que eso
haya ocurrido, desencadenando así la consulta por terapia. En otra
¿Es la noción de “complejo” el concepto que puede aplicarse a la ocasión, una adolescente que veía con su mamá un programa de
manifestación de las situaciones de Abuso Sexual, tal como se televisión que abordaba el tema del abuso, tomó consciencia de que
presentan en la psicoterapia? En el campo de la psicopatología, el era un delito y se animó a confesarle que a ella le había ocurrido lo
abuso sexual no es considerado aún una entidad diagnóstica en sí mismo, desencadenándose a partir de allí un proceso terapéutico
misma. El orden basado en los síntomas propio de las clasificacio- para ambas. En este caso, semejante a otros, la experiencia descrita,
nes en uso no da cuenta de la alteración multiforme que genera este relatada, nombrada y señalada con claridad fue el desencadenante
tipo de experiencia infantil o adolescente. Sin embargo, la clínica de un movimiento destinado a asumir y denunciar la ocurrencia de
señala que el abuso sexual impacta severamente la psiquis y el de- esos hechos que ahora tienen nombre y sanción pública.
sarrollo de los niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas de
esta experiencia, y sus efectos y consecuencias negativas se mantie- El caso de varias pacientes que en el curso de una primera relación
nen y proyectan en el tiempo, hasta la adultez. amorosa recordaron o revivieron imágenes de la experiencia abu-
siva vivida en la infancia y que se transformaron en asociaciones
cargadas de angustia y dolor que dificultaron por mucho tiempo la
1. El Plano de las Vivencias vivencia sana de la intimidad y el afecto, resultaron ser, a la postre,
Para reflexionar en torno a la hipótesis del abuso como complejo las detonantes del recuerdo y movilizadoras de la consulta.
quisiera describir algo de las vivencias registradas y mencionadas
en la práctica clínica por quienes abordan siendo adultos, estas En otras experiencias he observado que la muerte de algún familiar
antiguas experiencias de abuso, sin entrar en mayor detalle para no directo relacionado con quien abusó de los niños o la muerte del
revelar material privado de las pacientes. propio abusador resultó ser la vivencia que puso en movimiento
los recuerdos, así como la ansiedad, confusión y angustia con que
En numerosos casos, existe una vivencia de “olvido” del abuso vivido frecuentemente se acompañan. También, he visto casos en que la
previamente. Es notable como las personas refieren llevar muchos muerte del abusador es la condición para que esa experiencia pueda
años viviendo sus vidas sin ninguna consciencia de que esa expe- ser sacada a la luz con personas cercanas y luego en terapia.
riencia les perteneciera, en su identidad ni en su historia. En ocasio-
nes con una total amnesia respecto a los hechos, que han quedado

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Sintetizando las experiencias recogidas, podríamos decir que dis- En segundo lugar, la carga afectiva. La clave para reconocer un com-
tintas vivencias gatillan la aparición de recuerdos e imágenes que plejo es la intensidad emocional, la cantidad de afecto que movi-
al comienzo son confusas pero que, sin embargo, no se pueden ya liza. Por último, la incompatibilidad con la consciencia, con el yo.
desconocer como pertenecientes a la propia historia de los pacien- El complejo es la estructura psíquica que agrupa contenidos que no
tes. Cuando estas imágenes reclaman su lugar en la consciencia están integrados en el yo (que también es un complejo, para Jung).
la vivencia es de gran ansiedad. También de mucha confusión e
inseguridad sobre qué ocurrió, si es que ocurrió. Tampoco existen Desde el punto de vista del desarrollo, durante el crecimiento y ma-
palabras para nombrar una experiencia que, por traumática, con- duración del individuo, va formándose la consciencia y el centro de
fusa, solitaria, dolorosa y amenazante, no se nombró nunca antes. ella, el complejo del yo. En ese proceso van quedando aspectos, vi-
Entonces, 10, 20 ó 30 años después, las personas relatan no estar vencias, afectos, experiencias que no pueden, no logran o no alcan-
seguras de si vivieron abuso o no. Muchas veces no es sino hasta zan a ser conscientes y pasan a formar el inconsciente personal. En
luego de un largo tiempo de terapia que se atreven a nombrarlo lo inconsciente, ese material se organiza y se ordena, dando origen
y utilizan la palabra “abuso”. Antes de ello, lo mencionan como a los complejos. En este sentido, los complejos son una parte de la
“me pasó algo”, “no estoy segura si fue”. Para ellas tiene una cierta psique, de la totalidad del individuo, que ha quedado escindida. Así
cualidad “onírica”, como de algo que se recuerda pero vagamente, lo afirma Jung en una conferencia de 1934 donde analiza y discute
que no es claro sino confuso, que no saben si perteneció a su vida, las conclusiones de su investigación sobre la asociación: “hoy puede
no recuerdan bien dónde, en qué etapa. Toda claridad está difusa y darse por confirmada la hipótesis de que los complejos son psiques
confusa, sólo se recuerdan ciertas imágenes, ciertas sensaciones que parciales escindidas.” (Op.cit.. Vol. 8, parra.204) Ello implica que la
provocan mucho dolor, vergüenza, culpa y ansiedad. La continuidad relación de estos contenidos con el resto de la psique a la cual per-
de sus vidas, de quién son, cómo son, la identidad, el yo, se siente tenecen no es una relación de integración, sino que es una relación
muy amenazado por la irrupción de estos recuerdos e imágenes, por caracterizada por la escisión, la separación, la disociación. Es impor-
lo que significan, por lo que reclaman. La persona se siente asusta- tante esto pues en la vivencia de la persona, los complejos irrum-
da, confundida, abrumada. pen oponiéndose al yo. Jung señala que los complejos se comportan
como “un corpus alienum vivo dentro del espacio de la consciencia”
Se configuran dos fuerzas en oposición: la de la vida y consciencia (Ibid., parra.201). Esta cualidad de ser ajenos al yo pero expresarse
habitual, que rechaza esta irrupción y la de unas vivencias, recuer- en el individuo es lo que en la tradición antigua medieval reconocía
dos, sensaciones como provenientes de “otro lado”, de “otra vida”, como “posesiones” e identificaba como “demonios” con los cuales
de otra dimensión. La consciencia y el contenido inconsciente. el yo tendría que lidiar en el interior de la psique. Esta referencia
otorga valor fenomenológico a las observaciones de Jung, señalando
2. El Plano de la Teoría la clase de experiencia que es universal y que, en diferentes épocas,
En el plano teórico, podemos comenzar por el concepto de Com- es vivida y explicada de diferentes maneras. Para los antiguos, el
plejo, desarrollado por Jung como uno de los elementos centrales complejo era demonio y estaba vivo al interior de la psique. Para
de su teoría y modelo de la psique. Jung define el complejo como nosotros, el complejo es una estructura psíquica caracterizada por
“la imagen de una situación psíquica determinada, intensamente su disociación al centro yoico de nuestra consciencia.
acentuada desde el punto de vista emocional y que además se revela
como incompatible con la habitual situación o actitud consciente”. Desde el punto de vista de su organización, los complejos tienen
(Op. Cit. Vol.8, parra.201) Ya en esta breve definición se distinguen una estructura que Jung concibió como compuesta por un núcleo
elementos muy importantes de esta estructura psíquica. En primer arquetípico-instintivo, una imagen y, alrededor, un conjunto de
lugar, la referencia a la “imagen”. Para Jung la materia de la psique, recuerdos, sentimientos y pensamientos agrupados por una emo-
tanto consciente como inconsciente es la imagen. De allí, el conte- ción, cargados de afecto; es decir, con una cantidad significativa
nido psíquico es siempre simbólico, el reflejo de la realidad, nunca de energía acumulada en su interior. Stein caracteriza la estructura
la realidad en sí. La imagen se puede entender como una configu- interna de los complejos como “constituida por imágenes asociadas
ración, no sólo en su sentido visual sino como una organización y recuerdos congelados de eventos traumáticos que están enterrados
perceptiva en general. Son características de la imagen su coheren- en el inconsciente y que no son fácilmente recuperables por el yo”,
cia interna, su totalidad y su autonomía. y agrega que “el pegamento de los diferentes elementos asociados
del complejo es la emoción” (Stein, 2004, p.79).

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Cuando los complejos irrumpen en la consciencia lo hacen con un Las características principales del complejo, entonces, son su
desborde de afecto, cargados de emoción. Esto mismo los hace ser autonomía, su rigidez, su carga afectiva intensa, su escisión de la
“temibles”, pues, como ya veíamos, tienen una cierta autonomía. consciencia, su coherencia interna. En consecuencia, el trabajo
Salen de la esfera de la voluntad del yo y lo dejan indefenso frente a terapéutico con los complejos se centra, para Jung, en la integración
esta descarga emocional. Cuando se constela un complejo, es decir, de esta disociación, en descubrirlos e intentar exponerlos progresi-
cuando se crea un momento en el cual la consciencia es perturba- vamente a la reflexión y elaboración del yo, permitiendo su mo-
da por un complejo inconsciente, “la situación externa precipita dificación, su encuentro con la realidad y con los demás aspectos
un proceso psíquico en el cual ciertos contenidos se agrupan y se psíquicos, impidiendo su constante y rígida repetición.
preparan para la acción” (Jung, Vol. 8, parra.198). Esto implica la
amenaza de una pérdida de control del yo, descontrol emocional y 3. Reflexión
conductual que provoca una sensación de desamparo e impotencia Al considerar por una parte, las vivencias y ponerlas en relación a
frente a estas fuerzas psíquicas dominantes con una cantidad de los conceptos teóricos arriba comentados, se observa una gran coin-
energía capaz de penetrar la barrera de la consciencia del yo, inun- cidencia entre las descripciones teóricas originadas en la experiencia
darlo y forzarlo a girar y actuar en determinada dirección, lo que clínica de Jung en su trabajo con los complejos y las vivencias de
provoca la descarga de la energía acumulada. las pacientes víctimas de abuso. Así, podemos asumir que el abuso
sexual se organiza en la psique como complejo, complejo de abuso.
Con respecto a la etiología, Jung expresa que “ciertos complejos La cualidad de todo complejo de estar escindida de la consciencia
surgen por experiencias dolorosas o desagradables en la vida indi- es patente en las experiencias de los pacientes. El trauma inicial es
vidual. Son experiencias vitales de tipo afectivo que dejan heridas escindido por la psique infantil desarrollándose el yo totalmente al
psíquicas de larga duración”. (Ibid. Vol.8, parra.594) Se alude así al margen de las experiencias traumáticas. Tanto se logra esta escisión
trauma o herida que provocaría la organización nuclear del comple- que aunque hay casos de personas que no lo asumían pero lo sabían
jo. En su artículo, “Los Problemas de la Psicoterapia moderna” (O.C. “en el fondo”, también hay casos en que derechamente no estaba
Vol 16, Cap.VI), Jung se refiere al efecto que tiene el ocultamiento incorporado el recuerdo de ninguna manera. El fenómeno de agru-
en la persona, argumentando que cuando se esconde un secreto par contenidos en torno al trauma nuclear se observa, por ejemplo,
esa persona experimenta una especie de aislamiento y separación en pacientes que sólo tienen imágenes muy confusas respecto a pe-
respecto de la comunidad. Y considera que esa misma clase de ríodos significativos de su historia, aquel tiempo en que la situación
fenómeno ocurre al interior de la psique individual cuando lo que de abuso se produjo. No sólo se “olvida” la experiencia propiamente
se oculta, se oculta a sí mismo, e incluso se es inconsciente del tal. También queda en el inconsciente todo lo que se vivió en ese
ocultamiento. En ese caso, dice Jung, “ese contenido se separa de período, dominado por la relación traumática. Numerosas expe-
la consciencia como un complejo autónomo y lleva, en el ámbito riencias son así “capturadas” por el complejo que vive y se agranda
del alma inconsciente, una especie de vida aparte, libre de toda en lo inconsciente, sumando asociaciones. Como un planeta, que
injerencia y corrección consciente. El complejo forma, por decirlo “despeja” su órbita atrayendo y absorbiendo los pequeños cuerpos
así, una pequeña psique enclaustrada que, como ha mostrado la que encuentra en su camino, el complejo crece en el inconsciente,
experiencia, desarrolla una actividad peculiar de la fantasía”. (Op. atrayendo hacia sí contenidos que escapan de la consciencia. El
cit. Vol. 16, parra.125) Esta cualidad autónoma del complejo, que centro del complejo, el origen del magnetismo, es una imagen. Una
permanece en su propio espacio sin intervención o desafío por parte imagen arquetípica que actúa “como un colector de energía” (Stein,
del yo es la responsable de la inmutabilidad y rigidez que ostentan p.107). Recordamos cómo la imagen de una niña quedándose sola
los complejos, que se aprecia en las repeticiones y reiteraciones de con un hombre mayor que se supone la va a cuidar despertó en una
los mismos patrones de reacción y descarga emocional, los mismos paciente una crisis de ansiedad. Es la misma imagen si pensamos
errores y las mismas elecciones desafortunadas que se repiten una y “imagen” en términos de una forma. Es otra la casa, otro el tiempo,
otra vez durante la vida de una persona (Stein, 2004). Con respecto otra la niña, otro el hombre, pero la potencia de la imagen trau-
al afecto contenido en los complejos, que irrumpe súbitamente en mática nuclear del complejo es tan grande, que el yo no lo resiste.
la consciencia trastornando al yo, en el mismo artículo Jung dice En este caso, por tratarse de una hija que debe ser protegida, el
que “el afecto contenido es también algo que uno oculta, que uno contenido que antes permanecía inconsciente irrumpe en la cons-
puede incluso ocultarse a sí mismo (…) El afecto contenido aísla, y ciencia, invadiéndola por completo. La persona entonces pierde la
es tan trastornador, y tan culpable, como el secreto inconsciente.” capacidad de discriminar cuánto se diferencia la situación presente
(ibid, parra.130) de la imagen original. Cuando eso ocurre, la carga de afecto es muy

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grande. Resulta tan desproporcionada la reacción de esa madre que semejante, observada en diferentes contextos, se debe a un patrón
no logró salir de noche ni dominar su angustia, que ese mismo afec- organizador semejante? Y si estamos hablando de relaciones huma-
to extremadamente acentuado es el signo de que la imagen no era nas y de la forma en que ocurren esas relaciones, ¿será entonces
sólo el reflejo de una situación presente; era más bien el reflejo de que el patrón organizador –el arquetipo- será una determinada
una dolorosa situación del pasado. Se confirma asimismo la natu- combinación y configuración, una cierta organización de las funcio-
raleza autónoma del afecto traumático encapsulado en el complejo; nes psíquicas humanas que modelarán las distintas relaciones pero
en este caso la ansiedad generada no logró ser contenida por el yo expresando siempre la misma cualidad?
sino hasta muchos meses después. La debilidad del yo frente al
contenido del complejo corresponde a la expresión de Jung de que Si así fuera, querría decir que en el núcleo del complejo –donde
el complejo opera como un tirano frente a la consciencia. hay una imagen arquetípica- hay una determinada combinación y
configuración de funciones psíquicas. La agrupación, la absorción
b. El Núcleo Arquetípico del Complejo de Abuso de contenidos en torno al núcleo del complejo no sólo mantiene re-
cuerdos de experiencias –contenidos- agrupados en el inconsciente.
¿Es posible hipotetizar que en el núcleo del complejo hay un “anu- También, junto con agrupar recuerdos, agrupa los afectos conteni-
damiento” de funciones psíquicas que se han dañado y funcionan dos en ellos y agrupa de determinada manera las funciones psíqui-
en dirección contraria, incapaces de estructurar la consciencia y cas que les dieron origen a esas experiencias. Así, por ejemplo, no
configurando el patrón que se repite, modelando así el universo sólo agrupa una canción sino también el cantar. No sólo agrupa el
relacional del paciente? ¿Qué aporta la noción de arquetipo como beso desagradable recibido, también agrupa el besar. No sólo agrupa
patrón de organización, para entender este fenómeno? ¿Cómo se las veces que confié y fui traicionada… finalmente agrupa el confiar.
relacionan las dinámicas observadas con las diferentes funciones De este modo, un complejo poderoso, grande, mantenido durante
psíquicas estructurantes de la consciencia?Desde la teoría decimos mucho tiempo creciendo y viviendo autónomamente en la psique
que el complejo tiene un núcleo arquetípico. Consideremos en- al margen de la consciencia, mantiene no sólo muchos recuerdos y
tonces la noción de arquetipo que, como ya señalábamos, incluye muchas experiencias, también muchas funciones psíquicas combi-
tanto un condensado de experiencias pasadas como un a priori de nadas de acuerdo al mismo patrón organizador. Es la cualidad que
las experiencias futuras. Desde esta capacidad configuradora del Stein llama “congelada” o que Byington denomina “fijada”. El terri-
arquetipo se desprende la noción más actual del arquetipo como un torio de la sombra. Viviendo al margen de la consciencia pero no
patrón de organización. Ahora bien, un patrón es una determinada por eso ausente, sino al contrario, presente y configurando más y
combinación. Es decir, al hablar de arquetipo como patrón estamos más relaciones, experiencias y situaciones que se amoldan al patrón
indicando la existencia de ciertos elementos que se combinan. y que enriquecen el complejo, tal como el planeta afirma su órbita
cuando absorbe material más pequeño y fortalece con el aumento
En otro sentido, el patrón alude a una forma. Por ejemplo, dos pun- de masa su capacidad magnética para atraer otros cuerpos hacia sí
tos horizontales y. bajo ellos, centrada, una línea ligeramente curva mismo. Así, mientras el patrón organizador arquetípico que mantie-
hacia arriba. Ese patrón organiza los elementos de modo de confi- ne las funciones psíquicas que debieran estructurar la consciencia
gurar lo que podemos imaginar como unos ojos y una sonrisa, un no sea modificado, no sea traído a la consciencia, no sea sometido
patrón reconocido universalmente y expresado de infinitas maneras a la consideración del yo y a la elaboración de los símbolos que
diferentes que, no obstante, mantienen la misma configuración, genera en relación al resto de la totalidad psíquica del individuo, el
la misma cualidad. Al hablar de arquetipo como patrón sabemos complejo seguirá aumentando y configurando la vida del paciente
que estamos hablando, entonces, de combinación. De combinación de acuerdo a ese mismo patrón.
regular y constante de ciertos elementos. También, hablamos de
configuración, de una forma que se mantiene y se expresa de modos La cualidad, la característica, la configuración de cierta situación
diferentes, con materiales diferentes, pero que mantienen la misma es la resultante del operar del patrón. Tal como indica la definición
estructura, la misma cualidad. de arquetipo que estamos utilizando: “El sistema que cada patrón
organiza convenimos en denominarlo sistema arquetípico, diferen-
¿Y qué es lo que se combina en el arquetipo como patrón de orga- ciándolo así del arquetipo como patrón organizador y ordenador
nización psíquico? ¿Cuáles son los elementos a combinar? ¿Podría- del propio sistema. Como patrón de organización hace referencia
mos pensar que son las funciones psíquicas las que se combinan de a esa unidad que subyace en cada experiencia humana, y en tanto
acuerdo a un determinado patrón? ¿Que la cualidad o configuración sistema dinámico refiere a ese espacio intersticial de frontería desde

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donde emerge su corporeización física y psíquica” (Saiz, 2006, p.54). Esta es una manera diferente de indicar que las funciones estructu-
El operar del sistema arquetípico organizado de determinada ma- rantes “fijadas” deben ser “liberadas”, es decir, aquello que funcio-
nera expresa una cualidad reconocible. Los dos ojos y la línea curva naba sombríamente, desde el inconsciente, en un determinado
son reconocidos como “sonrisa”. Dibujados, vivenciados, vistos, patrón, liberarlo y traerlo a la consciencia donde podrá funcionar de
sentidos, intuidos, en otros, en mí, en ambos, al revés, al derecho…. acuerdo a otros patrones, en otras nuevas combinaciones.
Serán siempre sonrisa. Del mismo modo, el sistema arquetípico que
contiene un patrón de organización de ciertas funciones psíquicas c. Análisis de las Dinámicas
se reconoce en su operar como una cualidad presente en el objeto.
Un patrón arquetípico de la relación se expresa en una cualidad de Entendiendo las dinámicas observadas en la interacción clínica
esa relación. De este modo, podemos suponer que las características como funciones capturadas por el núcleo arquetípico del comple-
observadas en el trabajo de abuso, que se manifestaban en dife- jo, combinadas en un cierto patrón, veremos a continuación qué
rentes situaciones y relaciones, correspondían a la organización de podemos descubrir al analizar estas dinámicas identificadas en el
las funciones psíquicas de acuerdo a determinado patrón. Corres- vínculo. Nos acercamos así al complejo de abuso como quien se
pondían al resultado del operar del patrón nuclear generado por acerca a un objeto desconocido y va encontrando pistas y huellas
la experiencia abusiva. Eran expresiones del núcleo del complejo, que hablan de él. Como el explorador que siguiendo el humo que se
puesto que eran “cualidades” surgidas en el operar de ese sistema ve de lejos se acerca a la caverna donde habita una bestia descono-
arquetípico comandado por esa imagen básica. cida y al acercarse observa sus pisadas y las huellas que le indican
que probablemente es de gran tamaño; observa el espacio dejado
Con respecto a la terapia, Jung señala que uno de los aspectos por las ramas rotas alrededor de un claro y supone su altura; obser-
esenciales del trabajo con los complejos es integrarlos nuevamente va un montón de estiércol y calcula el tamaño de su estómago… del
en la consciencia. Es decir, impedir que continúen su crecimiento mismo modo podemos presumir que las dinámicas que se perciben
en el inconsciente. Este trabajo tiene tres objetivos o finalidades al acercarse al complejo en el espacio terapéutico son indicios y
principales que le dan sentido. En primer lugar, cuando esos conte- señales que van anticipando o informando la bestia que habita en la
nidos antes desconocidos y considerados ajenos son reapropiados, oscuridad de esa caverna.
se experimenta un fortalecimiento, un enriquecimiento y un alivio.
Según, la experiencia de Jung, “la reintegración de un complejo Con estas ideas en mente y volviendo a las cualidades que se ma-
personal alivia y, a menudo, directamente cura”. (Op.cit. Vol. 8, pa- nifestaron e identificaron en el trabajo clínico ya señalado, veamos
rra.591) El yo se fortalece, el mundo se reconfigura, los recuerdos se qué podemos descubrir en términos de las funciones agrupadas o
reorganizan liberados de su asociación a la experiencia traumática. combinadas en qué tipo de patrones.
Sólo esto es ya un beneficio muy grande para el paciente. En segun-
do lugar, la integración de los complejos tiene para Jung sentido en 1. Dinamismo de Confusión
tanto “Sabemos además que todo producto psíquico, contemplado La consulta de familias y personas que están interesadas en tratar
desde el punto de vista finalista, tiene un sentido y un objeti- una temática de abuso suele estar marcada por la confusión. La
vo propios en el acontecer psíquico presente.” (Ibid., parra.451). petición inicial es confusa; si se trata de un niño, suele ser confuso y
Reflexionando sobre el sentido que tiene la integración en relación costoso identificar quién asistirá a la terapia y en qué modo. Ocurre
al patrón arquetípico que mantiene las funciones psíquicas “anu- con cierta frecuencia que se confunden las horas, que dos pacientes
dadas” al complejo es que adquiere una nueva luz la afirmación de llegan al mismo tiempo, que iban a venir los padres y llega el niño o
Jung, de 1916, donde dice que “Para inculcar en una individualidad al revés… al comienzo la propia instalación del espacio terapéutico es
la completud y la autonomía necesitamos asimilar todas aquellas costosa y está invadida de confusión. Al avanzar el trabajo, la con-
funciones que todavía no hayan alcanzado un desarrollo conscien- fusión sigue siendo una cualidad de las dinámicas que en él surgen.
te o que lo hayan alcanzado escasamente”. (Ibid., parra. 472). Así, Se confunden los terapeutas al relatar las sesiones, se confunden las
si no sólo los besos sino “el besar”, quedaron bajo el dominio del fichas, se confunde el equipo al supervisar. Basta un pequeño cambio
patrón arquetípico abusivo, esa función califica como una que “no en el horario para que el espacio instalado con esfuerzo vuelva a
ha alcanzado un desarrollo consciente”, limitando, parcializando, confundirse. Las pacientes, asimismo, relatan sentirse siempre muy
impidiendo la expresión de la totalidad psíquica. inseguras y confusas respecto a los hechos, a los sentimientos y así,
la confusión fue identificada por el equipo de Espiral como una carac-
terística del vínculo con familias y personas víctimas de abuso sexual.

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Seguimos el hilo de la confusión en el diálogo acompañando a las Operando libremente, la vivencia de la confusión indica que hay
pacientes, descubriendo que la experiencia de un niño/a abusada algo que no se ha distinguido bien, que se ha unido intensamente,
está marcada por la vivencia de la confusión. Por lo general, el como amalgama, fusionadamente. Operando libremente, la con-
adulto abusador va cercando progresivamente al niño o niña, sedu- fusión nos señala que debemos detenernos pues hay algo que está
ciéndolo, engañándolo, asustándolo, atrayéndolo hacia sí, vencien- mezclado, algo que no hemos podido identificar. Nos indica que nos
do sus resistencias y temores, en una combinación de seducción, falta información y nos moviliza a preguntar, a buscar, incorporar
cariño, caricias, regalos, temor, secretos, amenazas, invasión, culpa nuevos datos, ponerlos en relación al contexto… todos movimientos
y vergüenza. Todo ello en gran confusión. El niño deja de saber qué dirigidos a aclarar, identificar y distinguir aquello que está mezcla-
está bien y qué está mal, deja de orientarse, se siente muy confun- do. Esta es la función que el niño no puede realizar pues no está
dido por las intensas vivencias emocionales de placer y vergüenza, en condiciones de hacerlo. A su edad, no es capaz de cuestionar
de confianza y temor, de halago y repulsión, en que queda atrapado los datos que le provee el propio adulto abusador. En esa misma
a veces por largo tiempo mientras la relación de abuso se man- confusión acude a una distinción básica que tiene clara: el adulto
tiene a través de tocaciones progresivamente más explícitas, más es superior, debo hacerle caso. El niño queda atrapado en un patrón
invasivas y más violentas. A medida que ello ocurre, el niño queda fijo: se siente confundido, acude a los datos concretos, descubre
paralizado en su confusión. que el adulto es superior, luego él es inferior, luego debe haber algo
malo en él para sentirse confundido. La función de orden no sólo
Esta confusión se mantiene y sostiene en el hecho de que es un adul- lo devuelve al punto de partida, sino que lo pierde más aún, pues
to el que va llevando progresivamente al niño a experiencias que no llega incluso a descalificar el sentimiento de confusión surgido. Así,
conoce, de gran intensidad emocional. La señal interna que el niño la vivencia de confusión no activa la búsqueda de orden sino que
recibe, de que algo no está bien, es constantemente apagada por la descalifica los sentimientos que la originaron. Desde su diferencia
señal interna –arquetípica- de que hay que obedecer a los adultos, de tamaño en adelante, el propio ordenamiento patriarcal identifica
por el instinto básico de imitación de los adultos, por el aprendizaje al adulto como superior y pierde así al niño, manteniéndolo en la
de que a los adultos hay que respetarlos, obedecerlos y hacerles caso, confusión, sin poder acceder a nuevas comprensiones que le permi-
incluso confiar en ellos. Todo este conjunto arquetípico de la imagen tan orientarse de otro modo.
del niño tras el adulto, aprendiendo de él, se opone a los sentimien-
tos reales del niño en esa interacción con ese adulto particular y lo Esta dinámica de confusión en que el niño se paraliza en la relación
paralizan, forzándolo a renunciar a sus sentimientos de incomodidad de abuso se incorpora en su sistema arquetípico y se expresa pos-
y displacer, a cambio de mantener el esquema básico para su super- teriormente en sus vínculos, que quedan configurados de acuerdo
vivencia, instintivo, de confiar, obedecer, imitar y seguir al adulto. a este patrón. Allí donde haya una eventual configuración entre
Esta confusión paralizante de fuerzas opuestas en la experiencia un superior y un inferior, la vivencia de la confusión se impondrá,
y la psique del niño genera un daño tremendo en su capacidad de impidiendo a la persona orientarse en esa relación perdiendo el
distinguir lo correcto y lo incorrecto, en su capacidad de orientar- dato crítico de lo que siente y percibe en ella. El yo que no pudo
se. La confusión en el dinamismo patriarcal daña al niño/a en su desarrollar la función de orientarse, no se orienta y permanece en la
capacidad de ordenarse, por ejemplo. La posición patriarcal de la confusión. Más aún, la propia sensación de confusión pasa a ser un
consciencia, que es capaz de categorizar, ordenar, clasificar, separar, afecto temido, negado y escindido de la consciencia; la confusión
distinguir… sufre un daño muy grande por esta relación abusiva que pierde su valor de señal, anudándose más el operar dañado. Enton-
crece, justamente, aprovechándose de esta debilidad del niño o niña ces, en terapia, por ejemplo, la persona se confunde, el terapeuta se
para categorizar y la usa para paralizarlo. Describiendo el dinamismo confunde, la situación es confusa, de diferentes maneras. Cuando
arquetípico patriarcal en torno al Arquetipo del Padre, Gálias señala ello ocurre, cuando contratransferencialmente nos sentimos confu-
que éste “es el que trae, a través de su simbólica, la posibilidad y la sos, cuando el paciente se confunde… cuando hay mucha confusión,
necesidad para la consciencia de separación entre los opuestos, su je- ¡ojo! el abuso sexual es una hipótesis que hay que plantearse, pues
rarquización, los límites bien definidos, la abstracción. Al separar la la confusión es una de las características principales del abuso, que
conciencia, mediante esta estructuración, se vuelve capaz de percibir quedan como dinámicas inconscientes que se reproducen rígida y
lo que está encima y lo que está abajo, lo claro-oscuro, delante-atrás, repetitivamente, pues dañan el circuito patriarcal y se proyectan y
derecha-izquierda, etc.” (Galiás, 20003). configuran una y otra vez los vínculos de esa persona.

3 Traducción personal

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Desanudar la hebra de la confusión y liberar el hilo. afecto sentido de la confusión para favorecer este proceso de rescate
En el trabajo terapéutico, tomar la confusión como señal es un gran del afecto que pueda activar las funciones de orden, jerarquización
primer paso. La confusión confunde. Así, la persona que ha sido y clarificación propias del sistema patriarcal afectadas. Operando
abusada se confunde y cae en un espiral descendente de vergüen- en la transferencia, el terapeuta debe estar atento a sus sentimien-
za, desorientación, secreto y mayor confusión. Cuando se puede tos de confusión para ponerlos en el vínculo y usarlos como señal,
percibir la confusión en el vínculo y se puede nombrar y poner lo que permitirá probablemente seguir el hilo hacia el complejo.
como tema, la persona se alivia de la vergüenza y la culpa y avanza Y también, modelará de ese modo un funcionamiento del afecto
el trabajo de liberación. Para empezar, libera el afecto de su carga confuso desligado de la vergüenza y la culpa, permitiéndole a la
de vergüenza y culpa permitiéndole al yo vivenciar la confusión persona descubrir modos propios de referirse a su confusión.
sin descalificarse por ello. En términos del complejo, esto equiva-
le a desprender una cantidad importante de masa que había sido Reintegrar la función del orden
atraída por el centro magnético del patrón abusivo inconsciente. Al comienzo se refirió el caso de una familia atendida en sesiones
Muchos recuerdos son liberados junto con la liberación progresiva paralelas del niño y la madre y cómo se observó que ambos se
de la confusión, generando un sentimiento de gran alivio en las dedicaban a “ordenar”. En ese caso, donde la madre también había
pacientes, tal como me ha tocado apreciar. La culpa no se vuelve ya sufrido abuso sexual en su historia, había muchos síntomas rela-
contra sí misma por “estar confundida”, aumentando la identidad cionados con el orden y desorden: En esa familia no había orden
sombría y acomplejada de “ser insegura”, por ejemplo, sino que la en el comer, en los horarios, en qué se comía, en cuánto se comía.
confusión se toma la señal de que “algo no anda bien”, “algo no está La madre se sentía impotente para poner orden a sus pequeños
claro”, y la consciencia puede liberarse para investigar qué es aque- hijos en este aspecto y ella misma tenía un desorden alimenticio
llo que no está bien, no está en su lugar, no corresponde, activando que fue posteriormente tratado. Simultáneamente, les exigía a los
el funcionamiento patriarcal en búsqueda de orden. niños unos órdenes muy estrictos con los juguetes, por ejemplo.
Toda esta configuración muestra cómo la función de orden estaba
Tengo la experiencia de trabajar con varias pacientes que perdieron dañada funcionando en forma rígida, estereotipada e imposibilitada
la capacidad de orientarse en los vínculos por tener la vivencia de de realizar aquello que le daba origen. Así, aquello que era necesario
la confusión fijada por la experiencia de abuso, fijada y colapsada ordenar no se ordenaba. La consciencia de esta paciente no percibía
con vergüenza, culpa y secreto, en un nudo inmovilizante y rígido. adecuadamente qué era lo que había que ordenar, sólo percibía la
Como ya vimos, en este triángulo se anulan las funciones patriar- necesidad de ordenar y ordenaba obsesivamente objetos sin poder
cales de orden y categorización y la persona queda “sumida” en ordenar situaciones. Ordena sin orden. Ese es un funcionamiento
relaciones confusas, reviviendo constantemente el mismo patrón dañado del circuito patriarcal. En el trabajo terapéutico fue necesa-
nuclear de su complejo dominante en diferentes relaciones, sin ca- rio abordar este punto una y otra vez para que al movimiento inicial
pacidad ni herramientas para orientarse en el mundo vincular. Las de liberación de la confusión que permitió vivenciar el afecto de lo
funciones estructurantes de la orientación y discriminación propias confuso en las relaciones, lo siguiera un movimiento que activara
del dinamismo patriarcal se ven impedidas de desarrollarse como entonces la función de orden de tal modo que el ordenar se conec-
funciones que distingan cuándo algo efectivamente está confuso tara y ocupara efectivamente del desorden que lo había activado a
de modo de poder mirar con mayor detención qué es y levantar las través de la confusión. Es decir, que la función de orden operara en
alertas, preguntas, investigaciones, curiosidades, comentarios que la consciencia de la paciente y no en su sombra.
permitan devolver la claridad o salirse de ese terreno tan poco claro.
Nada de ello ocurre en estos pacientes. Al contrario, lo confuso En síntesis, el dinamismo de la confusión descubre la necesidad de
las confunde, avergüenza, silencia e inculpa. En cambio, si en vez validar la vivencia de la confusión y activar la función patriarcal de
de descalificarse o disociarse por la confusión sentida se identifica orden. Asimismo, confirma la importancia de mantener un acuerdo
la cualidad confusa presente en la relación y se libera ese afecto terapéutico basado en la claridad.
devolviéndole su valor de señal, se libera parte del sistema arque-
típico del complejo reparando con ello un aspecto del daño por el 2. Dinámica de Desprotección:
abuso sufrido. La consecuencia es la incipiente activación de las La vulnerabilidad propia de los niños los hace requerir ser protegi-
funciones que no habían podido madurar, tal como mencionaba dos por otro. La dinámica arquetípica del desarrollo se mueve desde
Jung al referirse al tratamiento de los complejos. En este sentido, la posición inicial receptiva de cuidados que el niño recibe de sus
me parece que el terapeuta debe ser claro y explícito en validar el padres y que lo mantienen protegido y seguro, hacia la incorporación

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de esos cuidados recibidos en la forma del desarrollo de una crecien- El daño en la dinámica de protección se genera, en primer lugar,
te capacidad de protegerse a sí mismo y por último, hacia la capaci- por la carencia de protección requerida y en segundo lugar, por la
dad de proteger y ofrecer activamente cuidados a otro. Esta dinámi- perversión de la protección en términos de que quien debe recibirla
ca ha sido bien descrita por Galiás (2000) en términos de los papeles para estructurar su papel de dador de protección posteriormente, se
M y Hm, papeles recíprocos que se activan en la relación madre- ve exigido/a a proteger a otro: la madre, el abusador, una hermana o
hijo, propios del campo arquetípico de la Gran Madre. A través de hermano. Esta dinámica en que queda atrapada la víctima de prote-
este sistema arquetípico, responsable por la nutrición y la fertilidad, ger a los adultos significativos a través de silenciar el abuso, es una
se activa en la madre el cuidado y protección al otro, estructurando de las que sostienen el secreto que a menudo encierra y encapsula
su consciencia a través del papel M y es responsable por nuestra las situaciones de abuso por largos años, es una de las dinámicas
capacidad y necesidad, por lo tanto, de dar y recibir cariño, cuidado, que se deben elaborar y hacer conscientes en los procesos tera-
protección, abrigo, atención, las necesidades básicas propias y de péuticos, para ir reparando los daños, y es un elemento clave para
otro. La dinámica de este sistema arquetípico, genera que en la rela- prevenir la transmisión transgeneracional del abuso. Efectivamente,
ción Ego-Otro, en tanto en uno se estructura un papel M (madre), quien no recibió protección y al revés, la otorgó prematuramente,
en el otro se estructura el papel Hm (hijo de madre). A través del no ha estructurado correctamente su rol de protector y luego, cuan-
sistema arquetípico matriarcal, en tanto en la madre (o cuidadores do debe brindar protección a otro, lo logra sólo parcialmente. Es la
sustitutos, o padre que cuida matriarcalmente) se estructura, surge, experiencia que hemos visto numerosas veces en el acompañamien-
desarrolla, distingue, el papel de madre, en el hijo se estructura el to de madres y padres que habiendo sido víctimas de abuso cuando
papel de hijo o hija que es cuidado matriarcalmente. Son como las niños, no han sido capaces de brindar protección a sus propios
dos orillas de un puente, los dos aspectos de la relación matriarcal. hijos en este sentido, que han sufrido nuevamente situaciones de
esta índole. Quien no fue protegido de la amenaza de invasión por
Una característica de esta relación que se estructura tempranamen- otro, no ha aprendido a proteger a otro de esa clase de invasión.
te por la dependencia y vulnerabilidad extremas del recién nacido Quien crece siendo vulnerado, no tiene la experiencia de protegerse
humano, es el de darle protección; advertir los eventuales peligros, a sí mismo. Quien fue impelido tempranamente a proteger a otro
riesgos, señales de inconformidad o enfermedad, y actuar en conse- a costa de su propia seguridad no sabe dar protección sin auto
cuencia, proveyéndole protección. exponerse. Así, cuando en esa consciencia la relación madre hijo/a
activa el sistema arquetípico, la estructuración del papel M, dador
En el caso del abuso sexual, el niño/a víctima no ha recibido la de protección, sólo lo hace ilusoriamente, a base de negación, de
protección requerida. Entre los factores que determinan la gravedad silencio, de temor. Esa persona no tiene en su consciencia desarro-
de un caso de abuso, el tiempo que dura la relación abusiva, la cer- llada la habilidad de reconocer señales, no logra identificarlas, no
canía afectiva del abusador con el niño o niña, el nivel de invasión se atreve a preguntar, y tampoco desea acercarse a la realidad. Está
corporal del que es víctima y la reacción de los familiares cercanos rodeada por una proyección defensiva en la cual cumple aparente-
al conocer el abuso, son todos factores relevantes que al interactuar mente el rol protector, pero efectivamente no lo hace. En no pocas
configuran cuadros más o menos graves. En relación a la dinámica ocasiones la ansiedad que genera la demanda por dar protección
de protección, se puede pensar que la variable de cercanía de la al bebé o niño/a es tan alta, que la solución es desplazar ese rol a
persona que abusa dice relación con el daño que se hace a nivel del otro y encargarle toda la protección, cuestión que vuelve a poner
patrón arquetípico. Es decir, si quien abusa es uno de los encarga- en peligro al niño que se ve alejado del lazo materno real y que
dos de dar protección al niño (el hermano grande que lo cuida, por vuelve a quedar en una desprotección al cuidado de quien puede
ejemplo), no sólo se daña el cuerpo, no sólo se daña la fraternidad, desarrollar prácticas abusivas, configurándose esta dinámica en una
no sólo se daña por la confusión… también se daña, muy severa- de las explicaciones posibles que describen cómo es que el abuso
mente, el patrón de protección. “se hereda”. Así, no es el abuso lo que se hereda sino la “ilusión de
protección”, la dificultad de contacto que deja al niño/a en una
A menudo el niño es amenazado para guardar silencio de lo que está situación de vulnerabilidad tal en que puede repetirse una experien-
viviendo y es forzado a proteger a otro: a su madre, que quedará cia de abuso. Recuerdo en este sentido una mujer cuyo padre fue
sin casa si él o ella habla; a su madre, que la dejará sola si sabe qué violento con su propia madre, maltrató a los hijos –sus hermanos-,
cochinadas está haciendo con su pareja; a su hermanita menor, a la le dio a su familia una “mala vida”. Ella se hizo adulta y con mucho
que le pasará lo mismo que a ella si cuenta el secreto; a la guagüita esfuerzo logró ser profesional y desarrollarse en el campo laboral
nueva que será abandonada si echan al abusador. hasta obtener grandes satisfacciones y una posición económica y

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social muy diferente a la vivida en su niñez. Para esta mujer el tra- la posibilidad de que su pequeña hija sufriera algún abuso y en ese
bajo era una fuente de desarrollo muy significativo. Por eso mismo, proceso se contactó con su experiencia, muy traumática, de haber
la requería mucho, ya que tenía un trabajo demandante. Entonces, sido abusada cuando niña. Ella desarrolló un patrón de protección
en un gesto que pretendía dar a su padre ya mayor una “mejor vida” rígido y compulsivo que la mantenía todo el tiempo encima de la
y resolver su propia necesidad de ayuda, dejó por largos períodos a niña e interrogándola sobre qué le había pasado y qué sentía… de
su hija a cargo de este padre, “olvidando” que había sido violento, un modo muy ansioso e invasivo, sin poder ver efectivamente a
“olvidando” que podía ser grosero, “olvidando” lo que hacía cuando la niña en su realidad. Este proceso terapéutico fue interrumpido
estaba bebido. En la consciencia de esa mujer no había un patrón por la paciente luego de que ella hablara sobre su experiencia con
de protección efectivo para relacionarse con su hija. La maternidad su madre. Sin embargo, antes que se interrumpiera, se alcanzó a
no activó en su papel M la protección como un conjunto de actos reflexionar y tomar consciencia sobre esta dinámica en relación
realizados por ella misma, en el sentido del cuidado y protección a la protección y ella resolvió consultar a su esposo y padre de su
cercano e íntimo. Atendí a esta mujer a raíz del tratamiento de su hija para acordar con él las medidas de cuidado de la niña, en la
hija, que develó el abuso que había sufrido de niña sólo cuando consciencia de que ella misma, por sí sola, era incapaz de reflexio-
murió su abuelo y en el curso de una terapia por trastornos ali- nar serenamente y tomar decisiones prudentes en este sentido. En
menticios. Recuerdo cómo se recriminaba el no haber visto que su este caso, el trabajo por recuperar la función de la protección sólo
padre no protegía a su hija, sino al revés. Para ella, sencillamente, alcanzó a levantar la consciencia de que era una función dañada y la
la protección no se activó lo suficiente en el dinamismo matriarcal necesidad de recibir ayuda para ejercerla.
y el dinamismo patriarcal desde la cual la ejerció fue demasiado
distante para ser efectivo. En las distintas etapas del trabajo con pacientes víctimas de abuso,
en las diferentes relaciones en que la protección puede activarse,
Recuperando la función protectora es necesario que se haga tema, que pueda conversarse respecto a
En relación a la recuperación de la función protectora es necesario qué debe ser protegido, quién debe dar protección a quién, cómo
decir que esta es una dimensión que requiere ser observada atenta protegerse… etc., múltiples reflexiones en torno a esta función de
y constantemente en la transferencia. Quien ha incorporado un pa- proteger que le permitan desanudarse del núcleo del complejo, salir
trón de protección tan invertido, donde siempre protegió a su ma- de la caverna y comenzar a madurar a la luz del sol.
dre, por ejemplo, tenderá inconscientemente a proteger al analista.
Protegerlo del horror. Protegerlo de la sensación de fracaso. Prote- Liberación de la confianza-desconfianza
gerlo de la impotencia. Protegerlo de tantos sentimientos y expe- En latín, tectum es tejado. En general, implica techo y, por exten-
riencias pertenecientes al mundo psíquico y complejos del analista sión, casa, habitación, albergue. Tego, también en latín, es teja, pero
y que se transferirán en la opacidad inconsciente del vínculo. Un abarca lo que es cubrir, envolver, ocultar, defender, amparar, y la
terapeuta puede sentirse muy conforme y contento del modo cómo familia de la palabra proteger: protector, protectorado, protección,
avanza una terapia… y ser ese justamente el modo en que esta fun- protegido. Todas significan poner tejas para resguardo y seguridad.
ción dañada continúe impidiendo el contacto real entre ambos, en Es la imagen de la protección, el techo, el amparo, que debe ser
el juego ilusorio de la proyección. Por el otro lado, la necesidad de firme, sólido, estar a una altura adecuada y no transformarse ni en
la paciente, nunca asumida ni satisfecha, nunca vivida plenamente, descampado ni en prisión. En este sentido, hay un afecto que con-
de ser protegida, puede ser transferida al analista de modo tan ma- tribuye a equilibrar la protección y ponerla a trabajar en la dirección
sivo que la paciente ya adulta no se proteja en nada pues “delegó” apropiada, es el afecto de la desconfianza.
su protección en su terapeuta, o que la terapeuta empiece a sentir
la necesidad de cuidar y proteger a su paciente como si se tratara de El diccionario contiene diferentes acepciones para la palabra con-
una niña pequeña. He visto ambos casos, de sobreprotección y de fianza. Por una parte, señala que confianza es la “esperanza firme o
exposición aguda y han sido difíciles de elaborar requiriendo mucho seguridad que se tiene en que una persona va a actuar o una cosa
tiempo de autorreflexión y supervisión para hacer conscientes va a funcionar como se desea”, y por otra, alude a “familiaridad en
estas dinámicas y poder trabajarlas en el vínculo. Asimismo, en la el trato”. En relación a la relación entre un adulto y un niño, se
vivencia de las pacientes madres que fueron ellas mismas víctimas presume que el adulto, más grande, más desarrollado, más fuerte,
de abuso también la protección puede funcionar defensiva, compul- dé protección al niño. Así, se espera que la madre y el padre am-
siva y rígidamente en ausencia o en exceso. Recuerdo otro caso, de paren a ese niño. Muchas veces, sin embargo, la madre y el padre
una mujer que solicitó terapia por la ansiedad que sentía respecto a no pueden dar protección ellos mismos y delegan esa función en

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otros adultos en quien tienen confianza, confianza en el sentido de liberada del complejo al menos permite que no continúe aumentan-
esperanza o seguridad en que ellos le brindarán protección al niño, do el contenido de experiencias abusivas en la vida de esa persona
y confianza que implica una familiaridad en el trato. La experiencia y le otorga una herramienta para protegerse a sí misma y proteger
de un niño/a abusada es que quien debe protegerla la invade, la a quienes dependan eventualmente de ella. Paradojalmente, es la
amenaza, la utiliza, en vez de ampararla la toquetea y la violenta. posibilidad de la vivencia de la desconfianza la que garantiza una
Eso hace surgir en ella, entre otros afectos y efectos, un sentimiento apropiada protección, el amparo de lo propio.
de desconfianza. Es decir, un afecto que informa que aquello que se
esperaba no funciona como se desea. Sin embargo, su madre sí con- 3. Dinámica de Negación
fía en ese adulto que supuestamente la cuida. Más aún, su madre El abuso en la vida de un niño/a es un impacto tremendo. Es como
probablemente necesita y depende en cierto modo del cuidado que si una inmensa bestia entrara de repente en la pieza, en el cuerpo,
da ese adulto, como veíamos en los casos mencionados anterior- en los pensamientos y sentimientos del niño/a impactando con su
mente. Así, la desconfianza pasa a ser un afecto que las personas presencia todo a su alrededor, destrozando a su paso los objetos
víctimas de abuso no se permiten conscientemente, pasa a formar y desordenando todo. Es una experiencia intensa, que cambia y
parte del complejo y opera desde el inconsciente. Siendo ya adultas, modifica el mundo del niño/a, que hace girar el mundo al revés. Y
la vivencia de la desconfianza constela el complejo y ellas vuelven en muchos casos, esa inmensa invasión ocurre sin que nadie se dé
a sentirse expuestas e impotentes. Así, una y otra vez tienen la cuenta, sin que nadie lo perciba. Cuando los niños/as relatan sus
experiencia de desechar cualquier sentimiento de desconfianza y de experiencias, cuando una mamá por ejemplo, comienza a ver todos
auto descalificarse cuando pudieran sentirlo. Recuerdo el caso de los síntomas que pudieron haber alertado de la situación y que
una niña que era dejada en casa de una tía, hermana de su madre, delataban la presencia de esa bestia en la familia… es casi imposible
en quien ella confiaba para su cuidado. La tía tenía un marido y a no asombrarse de que nadie lo haya visto. Recuerdo una mamá que
veces salía y dejaba a la niña al cuidado del marido, que abusó de descubriendo el horror que había vivido su hijo reunió un día todas
ella. ¿Quién tenía que desconfiar? La niña desde luego desconfió las fotos de la familia de los últimos años. Entonces, una vez que ya
y no quería quedarse con el tío. Ese sentimiento la salvó de que sabía, pudo ver ahí reflejado lo que antes no veía: cómo la cara del
ocurrieran hechos peores. No obstante, la delegación de la confianza niño mostraba el cambio y el sufrimiento vivido. Pudo ver quién se
de la madre en la hermana y de ésta en el marido no cesó y la niña acercaba a quién en las fotos… cómo su hijo se entristecía, enojaba,
nunca mencionó los hechos y escuchó en cambio muchas veces la enrabiaba y aislaba progresivamente, hasta incluso desaparecer de
gratitud de su madre y de su padre por los cuidados recibidos de las fotografías familiares. Ahora que ya había visto y había creído
parte de la tía. Se sumó a ello una formación cristiana y un discurso lo increíble, podía percibir los signos presentes en prácticamente
comunitario que induce a confiar en los demás y valora las relacio- todas las conductas del niño.
nes basadas en la confianza. Así, en esa combinación resulta una La negación es un fenómeno presente en el abuso. Que un adulto que
vivencia en que se acerca a los demás pero no se contacta con los debe cuidar y proteger utilice a un niño/a para su satisfacción sexual
sentimientos de desconfianza que pudieran surgir en esos encuen- y lo fuerce a experimentar conductas sexuales, resulta tan duro, tan
tros, descalificándolos y apartándolos de su consciencia, quedando chocante, tan reñido con el marco básico en que nos movemos, que
entonces a merced de los abusos que pueden cometer los demás, es muy difícil verlo. Es tan brutal la experiencia que de algún modo
que no encuentran en ella un límite a sus demandas y requerimien- nos resistimos a acercarnos a ella y utilizamos para ello múltiples
tos. Para esta persona fue muy difícil reconocer y no descalificar los estrategias, siendo la negación una de ellas. Así, cada persona que se
sentimientos de desconfianza que sentía. Ese fue, sin embargo, el acerca a ese núcleo está en riesgo de negar lo evidente, de no ver lo
inicio de la liberación de este afecto y la revalorización de su rol in- obvio, de interpretar de cualquier otro modo los datos. Si recordamos
formativo. Es decir, rescatar que la confianza no es un hecho a prio- los principios básicos que la psicología de la gestalt ha señalado como
ri que caracteriza todas las relaciones y que la desconfianza es un los elementos sobre los cuales se construyen las figuras, sobre los
afecto que surge en una relación e informa a la consciencia en caso cuales funciona la percepción consciente (cierre, proximidad, forma
de haber una discordancia con lo esperado. Una vez asumido ese y semejanza), podríamos decir que la negación opera descansando
afecto puede ponerse en marcha la consciencia para descubrir qué completamente en esos principios, impidiendo percibir lo inusual,
es aquello que está ocurriendo y que no pertenece a la relación o inesperado e impensable, configurando de otro modo la situación,
qué es aquello que se esperaba y no tiene por qué esperarse. Así, en generando figuras que se adaptan mejor a lo esperado, a lo estableci-
ciertas etapas de estos procesos, de acuerdo a lo que ocurre y se va do, a lo conocido y que despistan respecto a la anormal situación en
despertando con cada paciente particular, la confianza-desconfianza curso. Se suma a ello la actitud intencional de ocultar que hay en el

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abusador y se obtiene un cuadro en el cual el resultado es la negación so comienzan a generar. Se niega a toda costa siquiera la posibilidad
como característica determinante. Esto se correlaciona paradojal- de que el horror esté sucediendo dentro de la propia casa. El propio
mente con la tremenda variedad de síntomas que se asocian al abuso niño o niña, con su consciencia en pleno desarrollo, niega aquello
sexual. En efecto, si uno lee las investigaciones sobre el abuso de que va siendo cada vez más innegable, violento, evidente, en un
niños y qué síntomas se asocian a él, se descubre que son inespecí- intento desesperado por preservar su integridad psíquica, negando
ficos pues son prácticamente todos. El listado que se hizo en Espiral todo aquello que sucede pero no logra procesar, escindiéndolo de su
para usarse como elemento de prevención o diagnóstico precoz de la consciencia. Galiás explica esta situación en términos de la fuerza
relación abusiva incluye alteraciones conductuales inespecíficas tales relativa del ego y la intensidad de los símbolos a procesar, señalan-
como cambios bruscos e inexplicados de ánimo o de actividades (irri- do que cada vez que hay una desproporción entre la fuerza del ego
tabilidad, agresividad, aislamiento, timidez, labilidad emocional), al- y la fuerza de los símbolos que pugnan por acceder a la conscien-
teraciones del sueño (pesadillas, dificultades para dormir), ansiedad, cia, ellos tenderán a ir a la sombra, permaneciendo inconscientes,
temores, fugas del hogar, consumo de drogas, intento de suicidio, teniendo una escasez de ese tipo de símbolos en la consciencia. Se
trastornos alimentarios, baja en el rendimiento escolar. O sea, vemos tendrá entonces un vacío o negación de esa dimensión simbólica. La
por un lado una dinámica de negación y por otro, una manifestación negación perdura en las personas que han sido víctimas de abuso a
multiforme de síntomas que igual podrían estar asociados a otros través de los años, pues es frecuente que no recuerden por mucho
cuadros, deberse a otras situaciones y resultar totalmente comprensi- tiempo aquello que les sucedió. La negación da paso a una disocia-
bles desde otras explicaciones. ción en que, sencillamente, no es a ellos o ellas a quienes ocurrió
“eso”. Negación rígidamente defensiva de la consciencia que lucha
El niño/a víctima de abuso comienza a hacer síntomas que señalan por mantener apartada de sí esos contenidos del complejo, que la
la extrema alteración que está sufriendo su psiquismo. Quien debe amenazan. Como toda defensa, sin embargo, se va requiriendo cada
poder ver esas señales es, en primer lugar, la madre. En efecto, una vez más energía para mantener la disociación, energía que no se
característica del dinamismo arquetípico matriarcal es la de una halla entonces disponible para otras funciones psíquicas.
posición de la consciencia de intimidad sensual, sensorial, insu-
lar, guiada por la sensualidad y la empatía, conductas propias del Como ya veíamos, la psicoterapia se busca, frecuentemente, cuando
cuidado materno del bebé que lo huele, lo toma, lo mira, lo revisa… ese muro construido por la negación defensiva cae, años después,
gestos propios de una madre humana comunes a muchos mamí- provocando altos montos de ansiedad y demandando nuevamente
feros. Visualicen por ejemplo una gata con sus gatitos, dándolos al sistema psíquico a elaborar aquellos símbolos que se han ido a la
vuelta, olfateándolos, lamiéndolos para limpiarlos, para tocarlos, sombra directamente.
en un contacto muy estrecho y sensorial. Lo mismo una mamá
mona con su monito, o una madre humana con su bebé. Byington La negación perdura en los padres y madres de los niños abusados,
describe este dinamismo arquetípico señalando que la intimidad pues es tal el dolor de imaginar las situaciones de abuso, tal la
de la polaridad Ego-Otro aproxima mucho los polos consciente- violencia que suscita la vulneración del cuerpo, del alma, de la con-
inconsciente, en función del placer y de la sensualidad, a través de fianza, del desarrollo del niño, que vuelve a operar negándose sus
las funciones del sentimiento, la intuición y la sensación, dentro de efectos, negándose los hechos, negándose la historia. La negación se
una mentalidad habitualmente pre-verbal, imagética y característi- contagia al terapeuta o sistema terapéutico, que niega la gravedad,
ca del hemisferio cerebral derecho (Byington, 2006). niega las responsabilidades de los padres y/o madres, niega los da-
ños. La negación se instala en la sociedad, que “no puede creer”, “no
La experiencia clínica en casos de abuso indica que este aspecto del puede aceptar”, no logra incorporar los hechos de abuso sufridos
cuidado matriarcal ha estado ausente o paralizado. Por dificulta- por pequeños inocentes, que desafían las concepciones, creencias e
des de la madre en su estructuración del papel M, por situaciones ideas vigentes. En un sentido más profundo, existencial, la negación
ambientales que tienen “tomada” a la madre, por enfermedad, por del otro es, desde luego, una de las dinámicas básicas y propias del
contextos de adversidad política o social, por situaciones de la abuso, dinámica presente en la experiencia del abusador, que en
familia de origen que demandan fuertemente la atención materna, vez de ver al otro real, un niño o una niña, sólo ve un objeto donde
diversas circunstancias externas y/o internas confabulan o se com- satisfacer sus deseos sexuales.
binan de modo de producir una de las dinámicas propias del abuso,
la negación. No se ve lo terrible, no se advierten las señales, no se La negación es, por lo tanto, otra de las dinámicas que es necesario
interpretan los síntomas que los niños y niñas en situación de abu- observar y vigilar en la contratransferencia, así como proveer un

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vínculo seguro donde entrar en contacto íntimo con esas experien- nar o considerar la experiencia y así, no puede procesarla pues no
cias horribles para ser efectivamente incorporadas e integradas. cuenta con recursos psíquicos para ello. En la relación transferen-
Cuando efectivamente entran a la consciencia esos símbolos ame- cial, el pudor que siente el terapeuta informa que efectivamente se
nazantes, el compromiso afectivo del terapeuta es puesto a prueba está bordeando una situación crítica perteneciente a la constelación
pues se dan unas verdaderas repeticiones vivenciales de la experien- del complejo. Admitir el pudor para dejarse guiar por él y, a la vez,
cia traumática. Entonces, es en el vínculo terapéutico –que recibirá acercarse a lo que la persona efectivamente vivió para que pueda
esta repetición de los afectos- donde se juega la capacidad curativa acceder a la consciencia es una tarea muy difícil, que requiere tacto,
de la psicoterapia, donde hay que permanecer y contener, sostener paciencia, empatía. Es necesario tomar el pudor y ponerlo al ser-
y afirmar, preguntar, acoger, no espantarse y no ceder a la tentación vicio de la consciencia, es necesario un vínculo que dé seguridad y
de negar, al aparente deseo de rescatar al otro de su sufrimiento. El que permita a la persona ir descubriéndose en su intimidad junto al
verdadero modo de rescatar al otro es acompañarlo en la revivencia terapeuta. En el caso mencionado, el poder contactar la experiencia
de esas situaciones, revivencia que no niega y donde es acogido, que eludía la consciencia escondiéndose en un pudor que hacía eco
contenido, donde experimente la compasión humana, la compañía de la negación y reproducía la soledad, mencionándola en cambio
humana que ve y puede acompañar y tolerar el dolor ajeno, dolor con claridad y delicadeza y acompañando a los padres en la explora-
que hace parte de su historia y que debe hacer parte de su integri- ción imaginaria de los sentimientos allí vivenciados, fue clave para
dad para no persistir en la disociación propia de la negación que se desarrollar una consciencia de protección y favorecer comporta-
reproduce una y otra vez. mientos más protectores hacia sus hijos.

La liberación del pudor 4. Dinámica del Secreto


Recuerdo la atención de unos padres cuya hija fue abusada por un El secreto es una de las condiciones en que el abuso sexual se pro-
hermanastro mayor, hijo de él. A pesar de estar en terapia, de ser duce. Es una de sus notas características. Los niños/as abusados son
aparentemente conscientes de la situación, de estar ocupándose conminados por el abusador a mantener en secreto la relación de
de ella con harto esfuerzo y sacrificio, la negación perduraba y era abuso. Ese secreto, desde el principio, los atrapa y va configurando
muy difícil para ellos contactarse con la situación de abuso, lo que un lazo que se va construyendo alrededor de ellos, apartándolos del
provocaba la mantención de múltiples patrones de interacción in- resto y acercándolos al abusador. El secreto compartido los aparta
vertidos en esa familia. Era una dificultad muy grande movilizar el de su familia, de sus vínculos más protectores, en una complicidad
afecto que permitiera tomar consciencia y ofrecer real protección a creciente con el abusador. Los relatos indican que muchas veces el
sus hijos que continuaban expuestos a muchas situaciones riesgo- abusador comienza con la petición al niño de guardar en secreto un
sas. Recuerdo una oportunidad en que, luego de varias sesiones de regalito, una caricia, una confidencia, una promesa. Con ese acto, el
supervisión, decidí detenerme en una imagen concreta que había abusador va dibujando progresivamente un límite que lo ubica a él
sido mencionada al pasar por la madre, pero restándole todo su con el niño/a aparte de sus padres o familiares.
peso, la de la mano de una niña de 8 años, una mano pequeñita,
tocando y estimulando el pene erecto de su hermanastro, ya hom- Jung hace una reflexión sobre el secreto (O.C. Vol. XVI, Cap. VI),
bre. Incluso al escribir sobre esta escena se repite la tendencia a la considerando el modo en que un secreto, una posesión privada que
negación, la resistencia a referirse a situaciones sexuales, propias de puede ser, sin embargo, compartida con otros, delimita lo propio
la intimidad, que no debieran ser reveladas así, públicamente. Es la de lo ajeno y en este sentido tiene un rol fundamental en el desa-
aparición del pudor, que se ofende al hablar tan explícitamente de rrollo de la consciencia, operando como una función que traza el
una escena de contacto sexual. El pudor es el sentimiento que nos límite que agrupa lo que pertenece y lo que no, traza el dibujo que
informa que estamos ingresando en una esfera privada, adentrándo- encierra en sí un determinado subconjunto de elementos. En este
nos en aspectos íntimos, internos. El pudor nos hace cerrar los ojos sentido, el secreto como función estructurante de la consciencia
a lo que no debemos ver, nos hace correr un velo sobre lo íntimo, tiene un rol muy importante que cumplir en la delimitación de la
tanto lo propio como lo ajeno. El pudor es una función estructuran- identidad, en la construcción progresiva de la noción del yo, en la
te de la consciencia, que nos permite delimitarnos y ofrecernos así separación del niño del mundo de los padres, en la pérdida de la
un espacio donde conocernos a nosotros mismos. Sin embargo, en inocencia. En el abuso, sin embargo, esa delimitación del mundo
el abuso sexual el pudor se transforma en negación. Y para el niño o de los padres se hace anticipadamente, se hace para ser enredado
niña que ha vivido estas situaciones cargadas de intensidad sexual, en el mundo del abuso, en el mundo donde reina el deseo del otro
significa la condena a la soledad. La vergüenza le impide mencio- sin consideración alguna por el deseo propio. El secreto continúa

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organizando la psique del niño mas, en el abuso, lo hace de forma observado en diferentes pacientes que, en determinado momento
dañina, manteniendo una zona gris opaca, impidiendo una adecua- de su proceso terapéutico, han decidido hablar con algún miembro
da diferenciación del ego y del otro en la consciencia. El complejo de su familia. En este sentido, la decisión de hablar y revelar a otros
de abuso, la constelación organizada de las experiencias traumáticas lo sucedido puede surgir y ser asumida por las propias pacientes en
y sus afectos se instala así escindidamente y muy próxima al yo, el curso de su proceso terapéutico. Y es un nuevo paso en dirección
borrando y dificultando, confundiendo los límites egoicos. a la integración del complejo el poder ir mencionando o no este as-
pecto personal. Es necesario vigilar, sin embargo, que no se trate de
El secreto se transforma en un arma de poder en manos del abusa- un movimiento hacia lo opuesto donde la denuncia vociferante o la
dor. El movimiento de emergencia colectiva en relación a denunciar compulsión parlante reemplacen el anterior secreto. Se trata de que
los abusos sufridos, tanto por niños como por adultos, en el seno la paciente se reapropie de su experiencia y pueda juzgar y evaluar
de familias e instituciones, apunta, a mi juicio, a quitarle al abuso en función de la confianza y de la cercanía en ciertos vínculos la
el poder del secreto y liberar esa “arma” devolviéndola al servicio decisión de revelar esta parte de su historia y cuán detalladamente
de la identidad y la diferenciación, al servicio de la consciencia. No o de qué manera referirse a ella. El terapeuta cumple un rol relevan-
obstante, esta liberación es difícil, es como una batalla que se libra te en este aspecto, siendo probablemente la persona con quien la
al interior de la psique del paciente y donde éste requiere de toda la paciente más hable de esta experiencia, pero es importante tener en
ayuda del terapeuta. “…la intervención del médico es absolutamente cuenta que el lazo que establecía el secreto y que unía al paciente
necesaria, y es muy fácil ver qué significa para el paciente poder con el abusador, aislándolo de los otros, no debe ser reemplazado
confiar su experiencia a un médico comprensivo. Su consciencia por un nuevo lazo que ate al paciente con el terapeuta y lo manten-
encuentra en el médico un apoyo moral contra el incontrolable ga separado de sus otros vínculos significativos. Eso puede ocurrir
afecto de su complejo traumático” (Op.cit. Vol.16, parra.270). Este temporalmente, mientras el terapeuta le presta soporte al pacien-
afecto se manifiesta cuando las personas se animan a nombrar, a te en su lucha contra el complejo. Sin embargo, en alguna etapa
decir aquello que les ha sucedido. Entonces los invade la ansiedad posterior del tratamiento, una vez que el yo esté más fortalecido
y el miedo, que a veces se apodera de ellas aunque sea a todas luces y la identidad más delimitada, debe ser la propia persona quien
imposible que el abusador cumpla cualesquiera amenazas que hu- sujete el lazo y determine con quién desea compartir ese aspecto de
biera proferido. Sólo la relación con el terapeuta que ha reforzado la su historia, si es que desea hacerlo, haciendo con ello un ejercicio
personalidad consciente del paciente y las energías integradoras de de reafirmación de su identidad y de su privacidad, de su propiedad
su consciencia pueden ir progresivamente venciendo el temor que se respecto a aquellos hechos.
apodera de ellas cuando se sueltan del lazo del secreto que las man-
tenía unidas al abusador. La liberación de ese lazo es un paso muy 5. Dinámica de Pérdida de Límites
importante en dirección a la integración, un paso que tiene efectos Un aspecto que se reproduce en los casos de abuso dice relación
muy positivos que dinamizan y fortalecen la consciencia. con la pérdida de los límites. Desde lo más evidente y concreto, los
límites habituales del setting terapéutico, por ejemplo, tienden a ser
La recuperación del habla vulnerados. Se extralimita la duración habitual de las sesiones, que
He visto en muchas oportunidades el alivio que sienten las personas suelen extenderse bastante más allá, sucediendo al terapeuta no en-
al haber hablado del abuso, especialmente cuando son acogidas. Es contrar la manera de terminar la sesión y/o no ver como algo necesa-
un alivio que se va apoderando de ellas progresivamente. De a poco, rio la mantención del tiempo usual; el uso de horarios inhabituales
van perdiendo el temor y van apropiándose de la experiencia, de los e incómodos para el terapeuta o la aceptación de tratos económicos
nombres, de las palabras. Así, el movimiento progresivo iniciado que en otros casos no se hubieren aceptado. Asimismo, sucedía en
en el espacio terapéutico muchas veces se amplía hacia personas el equipo clínico de Espiral que los casos de abuso ocupaban todo el
cercanas, como la pareja o los padres. He sido testigo de la inmensa espacio de supervisión, demandando más y más tiempo y atención,
alegría y alivio que sienten mujeres adultas que han podido rela- invadiendo el espacio destinado a la supervisión. En términos de
tar estos hechos a su madre. En no pocos casos las pacientes han minutos, de palabras, reproduciendo en esa dimensión la invasión
buscado la ocasión de revelar a su madre el abuso padecido, y esa de que fue víctima el cuerpo y la psique del niño o niña víctima, el
denuncia ha resultado un paso esencial en la integración. La acogida abuso invade. Por ello, surge la necesidad de ponerle límites, límites
recibida, la posibilidad de contrastar los recuerdos con datos más que tracen fronteras y defiendan los espacios de esta invasión de
objetivos, la afirmación de su calidad de víctimas y no de culpa- contenidos desbordados y terribles. Esa postura y mantención de
bles, la compañía y el consuelo son parte de los beneficios que he límites es crítica, pero no es menor el modo de realizarla. El reco-

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nocimiento de los límites es un logro básico de la consciencia, que donde siempre se está disponible para escuchar… en una dinámica
opera diferenciando y nombrando, distinguiendo y separando. En el sin fin, sin límite. Recuerdo otra paciente cuya familia la “invadía”
Génesis, el comienzo de la creación del mundo ocurre de esta mane- en su casa constantemente con sus visitas, con sus problemas,
ra, estableciendo límites que trazan diferencias: “…apartó Dios la luz con sus necesidades, con sus objetos, con sus celebraciones… en
de la oscuridad; y llamó Dios a la luz “día”, y a la oscuridad la llamó una dinámica donde nunca ella asumía y se reconocía a sí misma
“noche””. En este sencillo versículo, ocurrido según el texto sagrado el derecho a decir que no, a no recibir una visita, a no celebrar un
en el día primero, Dios mismo traza un límite que aparta el día de la cumpleaños en su casa, a no ir a ayudar a sus familiares que la re-
noche, y los nombra como entidades diferentes. Así, la consciencia querían. En este caso, la vivencia de la maternidad y la consciencia
requiere para su funcionamiento, la capacidad de establecer límites. de la necesidad que sus hijos tenían de ella provocaron el cuestio-
Límites que distinguen una cosa de la otra. Límites que son la forma namiento de este patrón invasivo que no se cuestionaba previamen-
de aquello que nombran, como por ejemplo, en el caso de una figu- te. No obstante, a pesar del intenso trabajo realizado, una y otra
ra, que es un cuadrado porque su borde, su límite está organizado vez esta paciente no se sentía segura sobre si debía o no aceptar y
como cuatro rectas unidas en cuatro esquinas en ángulo recto. Así, permitir lo que le proponían, no contaba en su consciencia aún con
la forma que tiene algo, el ser de algo depende y está definido en unos límites que le sirvieran de referencia para orientarse.
parte por su límite. Límites que establecen al interior de la psique el
yo del no-yo, el yo del otro, y que son la condición para la identidad. Límites en la alteridad
Límites que permiten a una persona decir, “hasta aquí nomás llego”. En la transferencia, la dificultad con los límites despierta la ansie-
Límites que podemos poner a otro y decirle: “hasta aquí nomás lle- dad del terapeuta y es necesario un trabajo concienzudo para no
gas”. Nuestro cuerpo es nuestro límite más básico, es nuestro borde, actuar defensivamente frente a esta invasión ni ser víctima de ella.
lo que nos contiene. En los casos de abuso la invasión del abusador Por una parte, funcionando defensivamente en un dinamismo ma-
ha roto, ha trasgredido todos los límites del niño/a, incluso los triarcal, puede ocurrir al terapeuta no desear poner límites a quien
límites físicos, corporales. Lo que pudo comenzar con un secreto que ha sufrido tanto y reproducir parte de la dinámica abusiva contra
apartó al niño de su comunidad inmediata continúa en la dinámica sí misma, permitiendo que sea ahora el paciente quien abuse del
abusiva, si ese niño no recibe protección a tiempo, y puede conducir terapeuta, de su tiempo, de su espacio, de su orden. Por otra parte,
progresivamente a trasgresiones e invasiones del cuerpo del niño/a funcionando defensivamente en un dinamismo patriarcal, puede
hasta la violación. suceder que se impongan límites muy rígidos, polarizados, que pro-
vocan un distanciamiento y dificultan un contacto más íntimo, o
Los niños/as víctimas de abuso no tienen la experiencia de que sus que, de plano, rechacen al paciente. La combinación de esta falta de
límites sean respetados, ni siquiera en su identidad más básica ni límites junto a la dinámica de impotencia y omnipotencia que pue-
en su cuerpo. No conocen sus propios límites, pues éstos han sido de surgir en contacto con los pacientes de abuso pueden producir
desfigurados, borrados, vencidos, penetrados. Y así, esos niños son, diferentes configuraciones relacionales: por una parte, una relación
a su vez, trasgresores de los límites. En lo menos grave, pacientes en que el terapeuta se siente impotente frente a la situación vivida
que no hacen daño a otros pero son incapaces de amoldarse a la por el paciente, impotente para ayudar, para hacer algo, especial-
forma esperada de las relaciones y llegan constantemente tarde, mente sucede esto en la atención de niños víctimas de abuso que
se sientan donde no deben, se interesan por la vida del terapeuta, permanecen en contextos desprotectores o negligentes, pero tam-
entran a los lugares donde no se entra, manifestando con sus actos bién es un sentimiento que desanima y desalienta en terapias con
una descortesía, un desconocimiento de los límites tácitos que adultos que han sido víctimas de abuso. Por otra parte, una relación
regulan la vida social. Es como un trastorno de la persona, de ese donde se active una omnipotencia defensiva, que oculta al tera-
aspecto de la personalidad que nos provee de un comportamiento peuta la magnitud del daño y del dolor, cubriéndolo con un manto
adaptativo en los usos y costumbres, en las formas (en los límites) ilusorio de potencia curadora capaz de sostener cualquier cosa. Ello
de la cultura y la sociedad. Recuerdo por ejemplo una paciente que no es así, ninguno de nosotros, terapeutas, tiene la capacidad para
necesitaba ir a una entrevista de trabajo y no tenía ninguna noción escuchar cualquier cosa y no afectarse. Por ello, una vivencia de
de qué ropa resultaría apropiado ponerse, no teniendo recursos en los límites en el dinamismo de alteridad incluye también la noción
su persona para enfrentar dicha situación. Ese desconocimiento de de límite como limitación, como aquel borde donde ya no tengo
los límites que configuran los objetos en el nivel de las relaciones capacidad o recursos. La consciencia del propio dolor, del propio
provoca también el establecimiento de vínculos donde siempre se afecto debe permanecer en un espacio relevante de la consciencia
hace más de lo que se quiere, donde siempre se está dando al otro, del terapeuta y del espacio de supervisión, para no perder el límite

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que traza lo que nos es posible de lo que no, lo que nos cuesta pero que el niño o la niña parezca haber participado o accedido a los
nos fortalece, de lo que nos daña o incapacita. Me parece que esta actos abusivos pues lo que se ha hecho consciente en los últimos
noción del límite como señal, como limitación, abre la discusión al años es que el niño, en su etapa de desarrollo, no tiene los recursos
fenómeno del burn out en los equipos que tratan estos casos, sien- psíquicos para tramitar la experiencia directamente sexual y una
do posible preguntarse si no será una consciencia en cierto modo vivencia de esta clase le hace mucho daño. Recuerdo una paciente
desdibujada de los propios límites la que producirá este resultado que fue víctima de abuso llegando a la adolescencia, como a los 13
de patologías y síntomas que manifiestan de ese modo sin conscien- años. Ella se encontraba en una situación de mucho abandono, mal-
cia el afecto y el efecto que se está provocando por el contacto con trato y soledad afectiva y fue seducida por un tío que se interesó en
estas realidades tan duras. Así, la búsqueda de la consciencia de los ella y la cuidó. Fue así entrando en una relación que, al fin, terminó
límites funcionando en un dinamismo de alteridad puede ser una en un par de episodios de abuso muy dañinos. Esta vivencia inicial
clave para fortalecer los aspectos de auto cuidado y también para la de haberse sentido querida por el tío, de que le gustaba estar con él
protección del vínculo. y que de hecho buscaba su compañía, fue durante mucho tiempo
la señal para ella de que era culpable de lo que había pasado. En
6. Dinámica de Victimización el trabajo terapéutico tuvimos que dejar sentada una y otra vez su
En la actualidad, y en términos generales, se habla de víctima calidad de víctima en términos del desconocimiento que tenía de lo
siempre que se trata de una persona que ha vivido un daño visi- que el tío pretendía y de cómo había sido engañada en esa relación.
ble sufrido directamente. Con esto se alude al daño que sufre una Así, la afirmación de la calidad de víctima de la persona es esencial
persona debido a las maniobras de otro. La comprensión y consi- en la etapa inicial del tratamiento pues ofrece un marco claro en el
deración del abuso sexual como un delito dice relación con esta cual la paciente puede explorar y acceder a esas experiencias para
acepción, se liga al terreno y al lenguaje penal y define claramente integrarlas en su consciencia.
quien realiza el daño y quien lo padece. Se produce, como se puede
observar, una delimitación clara, taxativa, rígida y polar entre una La integración de la polaridad
víctima y un victimario. Esta consideración es de gran importancia; En etapas más avanzadas del trabajo se hace necesario, sin embar-
la identificación de un niño objeto de maniobras sexuales por parte go, considerar la polaridad completa, en su dinámica víctima-vic-
de un adulto como víctima, la tipificación de ese acto como delito timario, en un trabajo que claramente ofrece muchas dificultades.
y su penalización han producido, como ya veíamos, un movimiento Me refiero a esto con mucha humildad, consciente de que hablar o
global que ha permitido hacer surgir numerosos episodios y que ha analizar estas situaciones es muy diferente a vivenciarlas. Desde la
movilizado a la sociedad toda y a sus individuos. teoría, sin embargo, y también desde la observación clínica, es im-
portante advertir que la polaridad víctima-victimario forma una to-
En el trabajo terapéutico esta distinción también favorece la toma talidad y es necesario acercarse a ambos polos. Lo que resulta muy
de consciencia. Efectivamente, la consciencia de ser víctima es un positivo en el ámbito legal, de una diferenciación taxativa, lo que
paso necesario para el proceso terapéutico y otorga gran alivio a resulta muy estructurante desde el punto de vista del tratamiento
la persona que ha vivido hasta ese momento en silencio sintién- en una etapa inicial, puede resultar riesgoso si se queda fijado y
dose culpable, insegura sobre su responsabilidad en los hechos. entraña peligros en relación al trabajo terapéutico.
Los niños/as envueltos en situaciones de abuso sexual tienen una
sensación amenazante y difusa de que “algo malo” ha pasado. No En primer lugar, y pensando en los terapeutas que vivenciamos
obstante, como han participado de esos actos, también tienen la estos contenidos en la relación transferencial, en una polaridad
sensación de que ellos han hecho “algo malo”. Se sienten culpables tan extrema resulta fácil identificarse con un solo polo, en este
y eso les impide acercarse a la situación, además de por vergüenza, caso el polo víctima, y desde allí actuar unilateralmente. La extre-
por temor al castigo, a la reprobación, al rechazo. Así, cuando se ma vulnerabilidad del niño víctima de abuso sexual por parte de
identifica con claridad a un niño que ha vivido situaciones de abuso un adulto que- las más de las veces- tenía el deber de protegerlo,
sexual como víctima y no como culpable se abre para esa persona provoca una movilización intensa en quienes toman contacto con
la posibilidad de reconocer lo que le sucedió y de recibir por ello esa realidad. Hay una desproporción tan grande entre el poder de
consuelo o compasión y no sanción. La delimitación clara de esta uno y de otro que se polariza muy fácilmente la situación. En estas
condición de víctima es necesaria y es de un orden superior que no condiciones, es difícil aceptar, contactar y contener el polo abusivo
siempre es aparente, lo que la hace aún más importante. De hecho, en uno mismo y no rechazarlo y proyectarlo íntegro en el abusa-
esta claridad en la condición de víctima debe afirmarse a pesar de dor. Ello ocurre inconscientemente y se manifiesta por ejemplo,

74 75
en discusiones y supervisiones apropósito de los casos de abuso, aspecto pudo hacerse consciente el trabajo terapéutico tuvo un gran
donde las posiciones están tan polarizadas que no hay posibilidad impulso. Así, la consciencia de ser víctima debe ser completada
alguna de trascender o matizar el conflicto. Así, la dinámica polar con el otro polo arquetípico, la consciencia de poder ser victimario,
víctima-victimario se introduce en el equipo clínico o en la relación de hacer daño, pero no en los hechos, reproduciendo el daño, sino
de supervisión dificultando el diálogo y la escucha respetuosa de simbólicamente, integrando ese aspecto de la imagen arquetípica y
las posiciones diferentes. Si se hace una observación que matiza la rescatando desde allí los sentimientos propios y del otro. Si ello no
culpabilidad del abusador se es abusivo, por ejemplo. Si se conside- ocurre, esa posibilidad estará fuera de la consciencia, en la sombra,
ra el afecto que el niño/a puede sentir por el abusador, que muchas donde puede proyectarse una y otra vez y transformarse en realidad.
veces es parte de su familia, se está “defendiendo lo indefendible”. Reflexionando sobre esta misma cuestión, y en relación a la polari-
Muchas discusiones se polarizan al interior de los equipos que dad del sistema arquetípico, Matchiger señala: “Estas partes comple-
abordan estos casos, donde se manifiesta la dificultad propia de un mentarias son los aspectos escindidos del mismo arquetipo. Cuando
terreno extremadamente polarizado, que está además en una etapa se añaden unas a otras conforman una totalidad. Los arquetipos
reciente de consciencia colectiva, donde nadie quiere acercarse ni escindidos aparecen en forma de polos opuestos tales como gurú-dis-
de lejos a reconocer o integrar eventuales aspectos abusivos propios, cípulo, salvador-pecador, amo-esclavo, hechicero-aprendiz, médico-
quedando todo ese terreno en el espacio de la sombra, del incons- paciente, y viejo-joven y sabio-tonto. Por ejemplo, en la transfe-
ciente reprimido, de lo no asumido y no humanizado, con el peligro rencia, el paciente puede proyectar al gurú en el análisis, mientras
que todo ello conlleva de despertar fuerzas muy primitivas desfavo- que, como contratransferencia, el analista proyecta al discípulo en
rables a la prudencia y la contención. Este es otro factor que puede el paciente. El proceso psíquico permanece bloqueado hasta que la
explicar –a mi parecer- el desgaste que se produce en equipos que polaridad escindida se unifica”. (Matchiger, op.cit. p.87).
tratan este problema, la gran rotación de los profesionales en este
campo, y la larga serie de casos desgraciados con finales muy tristes La función de la culpa
que incluyen situaciones de abuso entre profesionales, abuso de ho- En este sentido, una vivencia que puede movilizar la consciencia
rarios, abuso de condiciones de trabajo, y numerosas prácticas abu- hacia esta integración de la polaridad es la vivencia de culpa. En
sivas que se van instalando sin consciencia, en pos “del niño”, “del efecto, la polaridad “víctima-victimario” se aproxima, aunque no
bienestar de la familia”, comandados por “la urgencia”, finalmente, es idéntica, a la de “inocente-culpable”. El diálogo terapéutico y
imperiosa e impulsivamente dirigidos desde la sombra de profesio- la elaboración de los símbolos que van surgiendo en él enfrentan
nales incapaces de asumir los aspectos abusivos en sí mismos y que, la dimensión de la inocencia o culpabilidad. En mi experiencia,
además de proyectarlos, los actúan patéticamente justo al querer he visto mujeres adultas que en algún momento logran formular
hacer lo contrario. aquello que las atormenta y que rechazan constantemente: la idea o
juicio de que son culpables por lo que les ocurrió de niñas. Recuer-
Otro riesgo en relación a esta dinámica, específicamente en el do una mujer que entró siendo niña a una casa vecina a buscar un
trabajo con pacientes adultas, es continuar reproduciendo una y juguete y allí la sorprendió un joven y abusó violentamente de ella.
otra vez la misma dinámica víctima-victimario, sin nunca acceder a En algún momento de su proceso ella contactó la emoción “fue mi
una relación igualitaria, configurando siempre relaciones donde se culpa” que hasta entonces había expulsado de su consciencia junto
reproduce el patrón. Las víctimas que quedan fijadas en una defini- a todo el contenido del complejo. Sólo entonces pudo elaborar y
ción personal como víctima y no asumen que ellas también tienen reflexionar sobre qué tipo de culpa tenía, quién era culpable de
la capacidad de hacer daño a otros son peligrosas y tal vez aquí se qué, qué culpa le correspondía a ella…. en fin, aliviándose mucho
encuentre algún factor que moviliza a víctimas de abuso sexual hacia el peso del complejo una vez que pudo abordar esta cuestión de
comportamientos abusivos. He tenido la oportunidad de atender la culpa conscientemente. También, he acompañado procesos de
terapéuticamente un par de casos de hombres que cometieron abuso padres de hijos víctimas de abuso que, contrariamente a lo que
sexual. Uno de ellos fue víctima de abuso siendo niño. En este podría pensarse, han obtenido fortaleza al confrontarse con la idea
proceso, la supervisión fue clave para hacer consciente el efecto que o el sentimiento de culpabilidad y poder elaborar la situación vivida
la calidad de víctima tenía en la terapeuta y en el equipo y del cual en esos términos, discriminando quién es culpable de qué. Solemos
este paciente se aprovechaba para no hacerse cargo, para justificar eludir la confrontación con la culpa. No obstante, en mi experiencia
su posterior conducta abusiva y cómo en la transferencia cualquier esa confrontación es positiva, aunque el resultado sea desfavorable
confrontación con el significado de sus comportamientos abusivos y resulte haber una cantidad de culpa significativa. Aún así, una
era desviado a propósito de su condición de víctima. Cuando este culpa dimensionada y asumida aumenta la consciencia, al revés,

76 77
una eventual culpa eludida y difusa se mantiene indiferenciada y muchos hijos. ¡Qué cualidad misteriosa se desprende de este texto!
detiene el desarrollo. La exégesis corriente enseña que el corazón debe estar dispuesto al
sacrificio. También, se desprende de este texto una nueva ley, la de
Abraham y la función del sacrificio que los hijos no deben ser sacrificados. No obstante, hay hijos que
Por último, una consideración a la dimensión del sacrificio. De- aún se sacrifican, ofreciendo su integridad a sus familias.
cíamos al comienzo del análisis de esta dinámica de victimización
que la palabra víctima tenía una acepción en relación al sacrificio. Luego de todo lo reflexionado, esta dimensión de los casos de abu-
Sacrificio es una ofrenda que se hace a la divinidad, una muerte so, dimensión misteriosa, también debe ser considerada, especial-
ofrecida a lo sagrado. También es la renuncia o privación que se mente por los terapeutas que estamos tocando, como decíamos, te-
hace por algo o alguien. La cualidad del sacrificio está presente y rrenos sagrados de la psique de la persona. Es necesario considerarla
se transparenta en muchos casos de abuso. Por ejemplo, se per- para mantener la humildad necesaria para acompañar a quienes
cibe en los relatos de numerosos niños y niñas abusadas que han han vivido estas experiencias, tocando con suavidad estos aspec-
permanecido en el silencio, han aceptado ser vulnerados, y se han tos. Pienso en concreto en lo complejo que se hace a veces para
defendido sólo de maneras tangenciales, para evitar poner en riesgo terapeutas y equipos clínicos lidiar con ciertos hechos que desafían
a miembros de su familia. Recuerdo en concreto el caso de una niña las claridades de la consciencia. Así, no hay respuestas fáciles para
que fue abusada por su padrastro, papá de sus hermanos pequeños. el cariño que sienten algunas víctimas de abuso con sus abusador,
En ese caso, abruma la consciencia la percepción de que la niña se no hay respuestas fáciles para los sentimientos encontrados que se
ha sacrificado por su familia, permaneciendo en el vínculo con el hallan en las madres respecto a sus parejas, en una madre respecto
abusador, que es también proveedor y figura de seguridad, para no a un hijo que abusa de una hermana, a la relación que se puede
desequilibrar una cierta situación de estabilidad lograda por su ma- establecer años después de vivido el abuso con personas que siguen
dre y sus hermanos. Vienen a mi memoria otros tres casos en que formando parte de la familia y con quien otros miembros de ella
la segunda pareja de la madre y padre de sus hermanos fue quien tienen vínculos de afecto. La complejidad del fenómeno del abuso
abuso de dos niñas y de un chico, todos alrededor de los 8 a 10 sexual en el seno de una red vincular como la familia requiere una
años. En uno de esos casos el padrastro cuidaba a los hijos mientras claridad inicial con respecto al daño pero también requiere una fle-
la madre estudiaba y trabajaba, y abusaba del hijastro que permane- xibilidad posterior para considerar todos estos aspectos y buscar un
ció en silencio durante muchos años. En otro caso, la madre que no lugar de integración y de paz para ellos al interior del mundo afec-
deseaba tener relaciones sexuales con el marido se aliviaba porque tivo, del mundo psíquico de la víctima y de los demás miembros de
él se iba a dormir a la pieza de la hija y no la “molestaba” a ella. En la familia. He visto trabajos realizados en constelaciones familiares
el tercer caso la madre podía disfrutar de unos momentos de espar- en que se pide a la víctima que verbalice “me sacrifiqué por ti”,
cimiento personal dejando a su hija mayor a cargo de sus hermanos revelando con ello la dinámica oculta. He visto cómo ese descubri-
pequeños y en compañía de su padrastro, mientras ella salía con miento y esa consciencia traen efectivamente paz y detienen la pro-
sus amigas. Tuve oportunidad de tomar contacto con estos casos longación del daño, como si con ello el sacrificio consumado en los
como terapeuta de las madres, en momentos en que esos hijos eran hechos se consumara finalmente en las consciencias, reorganizando
ya adolescentes y durante corto tiempo, pues ninguno de los tres y resituando su relación con la divinidad, con la totalidad psíquica,
prosperó terapéuticamente más allá de la primera etapa, de denun- con el self. Otro modo, misterioso tal vez, de reintegrar los conteni-
cia del abuso. En todos ellos aprecio una cualidad de sacrificio. Más dos constelados en el complejo.
allá de una desprotección o negligencia, parece un sacrificio. Hace
recordar la escena bíblica de Abraham llevando a Isaac al monte
para inmolarlo. V. Síntesis, Conclusiones y Reflexiones Finales
Considerando la imagen de Abraham -reconocido como padre por la Luego de analizar detalladamente las dinámicas y vivencias perci-
religión judía, cristina e islámica- el relato bíblico indica que Dios bidas en el vínculo transferencial con personas víctimas de abuso
mismo, el receptor del sacrificio, detuvo a Abraham antes que des- sexual infantil, podemos afirmar, en síntesis, que el abuso sexual se
cargara el cuchillo sobre Isaac, lo bendijo y le prometió multiplicar organiza en la psique como un complejo con una gran fuerza cons-
su descendencia “como las estrellas del cielo y como la arena que teladora que captura contenidos y funciones psíquicas restándolas
está a la orilla del mar”. (Génesis 22, 1-19) Así, se inauguró un nuevo de la consciencia. Si bien el modo particular en que este complejo se
tiempo, caracterizado por sus frutos, por la descendencia, por los configura en cada paciente es variado y depende de numerosos fac-

78 79
tores estableciendo particularidades importantes de tener en cuenta, Daño y rescate de la intimidad en el complejo de abuso sexual
hay ciertos aspectos comunes que dicen relación con las funciones Volviendo a la imagen del explorador que se acerca a la caverna don-
más afectadas. Así, el complejo de abuso sexual dificulta enorme- de habita una bestia desconocida, el recorrido hecho me parece que
mente la relación humana en términos de igualdad y expone a las señala con claridad que dicha bestia devora la intimidad. Ese es, me
personas que lo sufren a constantes abusos de diferente clase, que se parece a mí, el mayor bien que se ve afectado por la acción de este
producen, justamente, por la gran cantidad de funciones que quedan complejo y de su vivencia nuclear traumática. Es la intimidad, esa
fijadas y defensivamente consteladas en el núcleo del complejo. capacidad humana de relacionarse con sí mismo y con otros lo que
se daña muy profundamente, provocando que –una y otra vez- no
La potencia de un complejo es una consideración energética que dice se tome contacto “real”, sensorial con la realidad, con la experiencia
relación con la intensidad y el valor de la energía que constela su propia y del otro, con el otro. Se instala y reproduce así una vivencia
núcleo. Este complejo de abuso sexual es organizado a partir de una ilusoria, sin una real diferenciación ego-otro en la consciencia. Tra-
energía sexual. Si pensamos en términos energéticos tomamos cons- bajar la restauración de esta diferenciación requiere que el terapeuta
ciencia de que se trata de una energía muy potente, capaz de movi- vaya siendo capaz de “tocar”, “ver” y acompañar al otro en su dolor,
lizar dos cuerpos físicos hasta provocar su unión; capaz de provocar en su vergüenza, en su intimidad despojada. Debe hacerlo en el
el viaje de cientos de espermios a través de distancias astronómicas delicado equilibrio de acercarse pero no invadirlo, para no reproducir
en proporción a su tamaño; de garantizar su sobrevivencia en un ese aspecto de la dinámica abusiva. Las vivencias traumáticas de la
medio a veces hostil por varias horas, hasta días; capaz de producir sexualidad que tienen estas pacientes, son un nivel íntimo y relevan-
la fusión de dos células y articular la formación de un nuevo ser. te donde los daños del complejo también quedan fijados, afectando
Si la consideramos en términos energéticos apreciamos las fuerzas la vida sexual –y por lo tanto, la intimidad y capacidad de formar
magnas que están juego. Y esas fuerzas magnas, vividas y padecidas pareja- de quienes han sido víctimas de abuso sexual. Efectos direc-
directamente, no son resistidas por una consciencia pequeña. La tos, por la traumatización vivida, e indirectos, por el impacto en la
desproporción entre la fuerza energética y el sistema psíquico que diferenciación ego-otro que ya mencionábamos.
está recibiendo esa energía es tal que la consciencia no logra funcio-
nar organizadamente. Lo único que puede hacer el sistema psíquico Mucho de la terapia se juega, entonces, en el terreno de la intimi-
para mantener su integridad es desplazar esa energía, encapsularla y dad, en la capacidad de vivenciar una experiencia de intimidad que
formar así un complejo con un núcleo intensamente polarizado, con esté marcada por otros patrones, de alteridad, de compañía, de res-
una energética con una gran capacidad consteladora que atrae nu- peto al otro, de claridad, de prudencia, de cercanía, de amor. La ne-
merosos contenidos hacia sí. El resultado, lo que hemos analizado: cesaria “entonación emocional” que debe producirse entre terapeuta
vastos territorios bajo control inconsciente de este gran complejo, y paciente, junto a la guía que ofrecen los propios símbolos que van
eludiendo la acción del yo y de la consciencia. Jung reflexiona sobre surgiendo progresivamente y una supervisión constante, pueden
este aspecto de la formación del complejo en la Energética del Alma proveer al paciente una experiencia verdaderamente reparadora que
y concluye su razonamiento estableciendo un axioma para la forma- efectivamente vaya permitiéndole nuevas experiencias de encuen-
ción de los complejos: “La fuerza consteladora del elemento nuclear tro con otros que no respondan al patrón del complejo abusivo y
responde a la intensidad del valor o a la energía de dicho elemento”. enriquezcan de ese modo su universo psíquico, sus vivencias y su
(Op.cit.Vol.8, parra.19) La clínica ha mostrado el gran número de consciencia. Se restaura progresivamente así ese bien tan humano,
constelaciones que provoca este complejo, la frecuencia e intensidad la capacidad para vincularse cercanamente a otro sin desdibujarse
de sus características y la intensidad acentuada de los fenómenos en esa relación, compartiendo los aspectos propios en una relación
afectivos concomitantes, que acabamos de describir y analizar. La que se hace más estrecha y cercana y aún así mantiene la identidad
reflexión sólo coincide con la observación realizada en términos de las individualidades presentes. La intimidad como esa capacidad
de señalar la gran fuerza energética propia de la sexualidad y cómo profunda y básicamente humana de conocer lo propio, que es au-
su vivencia concreta cuando no hay aparato psíquico desarrollado téntica e irreductiblemente personal y que puede ser, sin embargo,
para estructurar consciencia a propósito de esa energía provoca la revelado o compartido con otros.
formación de esta clase de grandes complejos inconscientes. Por otra
parte, estas consideraciones sobre los daños confirman que el trabajo Si bien esta es una tarea ardua y muy exigente para el terapeuta y
con pacientes víctimas de abuso sexual es un trabajo muy delicado y para el paciente, también es necesario iluminar el camino con una
significativo, donde vale la pena animarse y adentrarse a pesar de los certeza: así como los daños que han impactado en el núcleo del
riesgos que se corran en él. dinamismo arquetípico se proyectan y reproducen en numerosos y

80 81
diversos sistemas, generando vivencias internas, relaciones, situacio-
nes concretas, sistemas familiares dañados; del mismo modo, cuan-
do después de mucho trabajo se logra ir rescatando funciones rele-
vantes de la constelación del complejo y se logra ir reparando esos
daños, asimismo, el mundo, las relaciones, las personas, los vínculos
y las vivencias más íntimas relucen con otra cualidad, transforman-
do la relación del yo con el sí mismo. Y como en la genética, donde
un pequeño cambio en el patrón genético produce inmensos cam-
bios anatómicos y conductuales que se afianzan y expresan a través
de generaciones, los pequeños pero valiosos cambios que se pueden
realizar al ir reparando estas experiencias al nivel del sistema arque-
típico, constituyen avances críticos hacia relaciones más saludables
que se proyectan incluso a través de las generaciones.

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82
La Transición de la Juventud a la Adultez en una duelo por el cuerpo de niño, por la identidad infantil, por la rela-
ción con los padres y consigo mismo.
Novela Moderna: Saga Crepúsculo. El Despertar
de Bella y su Transformación Femenina a través Sin duda el verse enfrentado a intensos cambios y movimientos
tanto internos como externos no es tarea fácil. La adolescencia
del Amor 1 “nos acontece”, aunque muchas veces no estemos preparados aún
para responder a su llamado. Es un período de crisis ya que como
plantea Byington (2002), el joven “se ve obligado a experimentarla
Yahel D. Schatloff Bitrán2 en toda su presión transformadora, sin posibilidad de opción, ni de
Magíster 2007-2008
graduar la intensidad de los fenómenos que experimenta” (p.97). El
o la adolescente se debate entre la conquista heroica de su iden-
tidad e independencia y la inercia devoradora y atrayente hacia
Resumen la madre (Jung, 1982). La activación del arquetipo del héroe en el
adolescente pulsa para desvincularlo de los arquetipos parentales y
La transición de la juventud a la adultez es un proceso arquetípico para dirigir la libido de forma exogámica, fuera del núcleo familiar.
que nos obliga a iniciar una profunda transformación psíquica. En Sin embargo, ninguna tarea está exenta de sacrificios, por lo que el
el caso de la joven-mujer esto significa romper el cordón umbilical joven debe sacrificar la comodidad y el calor de los cuidados mater-
con la madre que permita el surgimiento, a ambas, de una nueva nales en pro de su propia individuación. En el sentido simbólico,
relación con su feminidad. Este movimiento se da muchas veces la salida del héroe de casa lleva consigo la muerte del dragón, o de
con la aparición de una figura masculina que “rapta” y enamora a la animales feroces que impiden la salida. Se trata de superar las fija-
joven. La novela moderna, Saga Crepúsculo, habla de una adoles- ciones parentales y a la madre devoradora/dragón a quién el héroe
cente, Bella, que se enamora perdidamente de un vampiro, Edward. tiene que matar simbólicamente para poder seguir el camino. Es el
Juntos vivirán la experiencia transformadora del amor, que los cam- sacrificio del héroe-hijo que renuncia a la madre (Saiz, 2007).
biará para siempre y los hará redescubrirse como adultos. El amor
permite a Bella, enfrentarse con su sombra, renacer como mujer en La activación arquetípica en este período es por lo tanto, muy po-
la vivencia de alteridad y descubrir su animus, conscientemente. Es tente e intensa. Junto con la activación del arquetipo del héroe, sur-
una heroína femenina que es capaz de arriesgar su vida y sufrir por ge en la consciencia y entra en escena el arquetipo de la alteridad
amor. Por un amor que la diviniza e inmortaliza. que produce una nueva constitución vincular yo-otro dirigida fuera
del núcleo exclusivamente familiar. “El arquetipo de la Alteridad
actuará como guía para diferenciar al joven de su familia y de su
Palabras Clave identidad infantil” (Byington, 2002, p.97). Éste busca la simetría,
la interacción dialéctica entre opuestos, la identidad profunda, la
Femineidad, adolescencia, amor creatividad y las realizaciones personales (Galiás, 2006). En este
sentido, durante la adolescencia se produce la activación del siste-
ma afectivo sexual, que impulsa al héroe y a la heroína a ir en la
Introducción búsqueda de su doncella y de su príncipe, es decir al encuentro de
su ánima y ánimus, respectivamente.
La adolescencia en un período de grandes cambios y transformacio-
No es de extrañar, por ende, que este período sea vivido por ciertos
nes. Un proceso arquetípico que remueve profundamente nuestras
adolescentes con extrema dificultad y con profundo sufrimiento.
estructuras tanto biológicas como psicológicas hacia el desarrollo y
Son muchos cambios a los cuales los jóvenes se ven enfrentados
el crecimiento. Una etapa del ciclo vital que nos invita, e impulsa,
y para los cuales muchas veces no cuentan con las herramientas
querámoslo o no, a iniciar el viaja hacia la adultez, elaborando el
necesarias. Irribarne señala que, si bien el proceso adolescente cursa
con momentos de desorganización y otros de mayor organización, a
1 Artículo Clínico presentado como Trabajo Final para obtener el Grado de Magíster consecuencia de los abundantes cambios que deben de ser integra-
en Psicología Clínica mención Psicología Analítica Junguiana.
dos en una imagen coherente de sí mismo, “el grado en que estos
2 Psicóloga Universidad Adolfo Ibáñez / Magíster en Psicología Clínica mención
Psicología Analítica Junguiana UAI
cambios afecten a la vida personal y social del joven, dependen de

84 85
las habilidades y experiencias adquiridas durante la infancia y de las exogámico de la libido desde la familia original, para el avance en la
actitudes de quienes lo rodean en ese momento” (en Almonte, 2003, individuación (Von Franz, 1993).
p. 37). A esto hay que agregar que en nuestra sociedad actual, los ri-
tos y mitos que en la antigüedad instruían a los jóvenes para iniciar En este sentido encontramos a lo largo de la literatura, historias que
esta importante transición en sus vidas, hoy se han perdido. intentan hacer referencia, de una manera actual y accesible a nues-
tra época, al proceso arquetípico del despertar femenino relatado y
Estos ritos de iniciación propios de ciertas culturas primitivas, han plasmado en las experiencias míticas de transformación femenina
debido ser reemplazados por otras conductas que sirven como equi- de las jóvenes Kore- Perséfone y Psique.
valente a este proceso de tránsito. Podemos ver que los adolescentes
comienzan una búsqueda de estatus económico, la incorporación Dentro de la literatura encontramos una novela que ilustra con
a organizaciones, pandillas o en la cultura de la droga etc., siendo gran claridad este proceso que lleva a una joven a convertirse, como
estas conductas potencialmente peligrosas ya que carecen del senti- plantea Neumann (1971), de la virgen-flor a la madre-fruto. Desde
do simbólico y aleccionador del pasado. Ahora son exclusivamente su aparición “la saga Crespúsculo”, escrita por Stephenie Meyers,
utilizadas para disminuir la ansiedad y las tensiones que genera este se ha convertido en todo un “bestseller” a nivel internacional desde
período, en general, de forma destructiva y poco sana para el desa- su publicación en el año 2005. Esta historia nos habla de una joven
rrollo. “La sociedad no les ha proporcionado (a los jóvenes) rituales mujer, Bella, quien se enamora perdida y profundamente de un
mediante los cuales ser miembros de la tribu, de la comunidad. vampiro, Edward. ¿Cómo se entiende que todas las jóvenes que
Todos los niños necesitan nacer dos veces, aprender a funcionar leen esta novela se enamoren de este vampiro?, ¿Qué lleva a Bella a
racionalmente en el mundo, dejando la infancia atrás. (…) Lo que enamorarse de un personaje tan misterioso?
importa es despojarse del cuerpo de niño pequeño, volverse otra
persona” (Campbell, Moyers, 1998, p. 35). En este trabajo tomaremos la experiencia transformadora del
amor como aquél encuentro arquetípico capaz de impulsar aquél
“despertar” en la joven-mujer. Se eligió esta experiencia ya que las
Si bien estos ritos de iniciación funcionan como un acto de sumi-
historias de amor ejercen y han ejercido un poder y una experiencia
sión y humildad ya que simbólicamente representan un proceso de
transformadora sobre las jóvenes de todas las épocas y nacionalida-
muerte-renacimiento para permitir la transición de la juventud a
des. Miles de películas y novelas de amor son filmadas y escritas,
la madurez (Henderson, 1995), éstos generan distintas activaciones
con mucho éxito, cada año para ilustrar el proceso arquetípico de
y procesos arquetípicos en hombres y mujeres. La experiencia de la
la conjuntio, de la unión de lo masculino con lo femenino. Como
hija con su madre es muy distinta a la del hijo. “A nivel arquetípico
plantea Erich Neumann: “la individuación femenina y también el
el hijo representa para su madre la imagen de su búsqueda interior,
desenvolvimiento femenino espiritual se da a través del amor” (Neu-
pero la hija es una extensión de su Yo más íntimo, trasportándola
mann, 1971, p.36). El amor actúa como una experiencia alecciona-
de regreso hacia el pasado y su propia juventud y adelante hacia la
dora que impulsa a la mujer a crecer y desarrollarse en el encuentro
promesa de su propio renacimiento en una nueva personalidad, en
con su alma.
la conciencia del Yo” (Luke en Downing, 2001, p.79). En este senti-
do, la individuación de la hija no consiste como en la del hijo en
En síntesis, el objetivo del presente trabajo es realizar una des-
matar simbólicamente a la madre para iniciar su camino, sino en la
cripción y seguimiento del proceso de transición y transformación
renovación de la relación que permita a cada una el surgimiento de
femenina vivido por la protagonista de la “Saga Crepúsculo”, Bella,
una nueva relación con su feminidad.
desde el comienzo al fin de la novela. Para acompañar y ejemplificar
el tránsito realizado por Bella, se utilizarán dos aproximaciones que
Los mitos griegos de Demeter - Perséfone y de Eros – Psique, pro-
explican este proceso femenino:
porcionan una mirada simbólico-arquetípica que permite compren-
der de manera profunda el proceso vivido por la joven-mujer. Son
a) La aproximación simbólico- arquetípica de transformación feme-
historias que hablan del “misterio” de lo femenino, del redescubri-
nina, proporcionada por la psicología junguiana. En este caso las
miento de la feminidad y de su despertar hacia el encuentro con
experiencias míticas de nuestras heroínas griegas: Kore-Perséfone
lo masculino. En ambas encontramos que la transición hacia la vi-
y Psique en su camino de individuación.
vencia consciente de ser mujer se da con la aparición de una figura
b) El patrón de transición femenina - incubación, transformación
masculina que viene a raptar a la joven para lograr el movimiento
y emergencia - propuesto por la analista Virginia Rutter (1993).

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Éste patrón se entiende como un proceso de renovación femeni- dramático que surge desde la fuente corporal y afecta simultánea-
na que se manifiesta tanto psíquica como corporalmente y que mente su mente y su cuerpo” (p.xvi).
será explicado en detalle en el próximo apartado.
Vivimos en una sociedad excesivamente regida patriarcalmente que,
Se eligió esta novela ya que es una historia moderna y actual que muchas veces, para intentar ser reconocida dentro de ésta, la mujer
ha cautivado a millones de jóvenes que han tenido la osadía de sacrifica la conexión con el cosmos y con la naturaleza. A diferencia
aventurarse en sus páginas. Bella se ha convertido en el referente de los hombres, esta profunda conexión con la naturaleza habita en
de muchas jóvenes que buscan vivir la experiencia del amor autén- su interior y a la cual no se puede resistir. Desde la menarquía cada
tico y verdadero. En este sentido podemos aventurarnos a decir que mujer experimenta cíclicamente cambios en su cuerpo, cambios que
esta novela se ha convertido en un “mito moderno” de transición le permiten una apertura psíquica, emocional y psicológica a las
femenina. influencias externas. Su cuerpo está preparado para albergar y crear
vida, a diferencia de la infancia en que el cuerpo de la niña está
cerrado al exterior (Ibídem).
Desarrollo Aunque psíquicamente la joven no se encuentre aún preparada para
iniciar este tránsito hacia la adultez, su cuerpo con cada menstrua-
a. La joven y su proceso de convertirse en mujer ción, le comunicará que debe iniciar su viaje para convertirse en
mujer, y se lo recordará mensualmente hasta el ocaso de su vida.
La mujer trae dentro de sí el misterio de generar y crear nueva vida. Por ende podríamos plantear, que este proceso hablaría del carácter
Permite el vínculo entre las generaciones en el sentido que acarrea psicoide de los arquetipos que tienen una manifestación tanto psí-
dentro de sí la historia de sus antepasados para traspasarla hacia quica como corporal, ya que el misterio de la femineidad se expresa
adelante con el nacimiento de nuevas niñas. Científicos han descu- simultáneamente en ambos escenarios.
bierto un componente mitocondrial del a.d.n que se ha traspasado
de madre a hija desde los comienzos de la historia de la humanidad Con la menarquía el cuerpo de la mujer se abre a lo externo, mien-
(Rutter, 1993). tras que en su psique se produce la activación del arquetipo de la al-
teridad y del héroe, que impulsa a la joven fuera del núcleo familiar,
Madre e hija, por tanto, están unidas no sólo por un vínculo fami- específicamente a la diferenciación con la madre.
liar. Están unidas por una relación psico-biológica ancestral que se
constituye como la matriz inconsciente de la psicología femenina y Este proceso de diferenciación es retratado simbólicamente en el
del desarrollo de la mujer. Como planteó Jung (2002): “cada madre viaje que realiza la joven Kore hasta llegar a convertirse en mujer-
contiene dentro de sí a su hija, y cada hija a su madre; y cada mujer Perséfone. Kore y su madre Deméter se encontraban contenidas en
se prolonga hacia atrás en la madre y hacia adelante en la hija (…). una relación primordial en la que sólo existían ambas y nadie más.
Viviendo conscientemente esas vinculaciones surge una sensación Los ojos de la madre eran los de su hija, y la hija miraba el mun-
que la vida se prolonga de generación en generación: un primer paso do a través de los ojos de la madre. Sin embargo, la individuación
hacia la experiencia y la seguridad inmediatas de la suspensión del pulsa hacia el desarrollo y el crecimiento y es sólo lejos del círculo
tiempo, lo que implica una sensación de inmortalidad” (p.175). amoroso de protección de la madre, que el verdadero potencial de
la hija puede germinar y su auténtico destino aparecer (Ibídem). En
En este sentido, la mujer lleva la sabiduría femenina contenida en este sentido el rapto que sufre Kore por su tío Hades, es necesario
su propio cuerpo desde que nace hasta que muere, sabiduría que se ya que la impulsa a ir abruptamente hacia las profundidades de la
va desplegando y atraviesa por una serie de fases a través del acon- psique, forzándola a diferenciarse y a separarse de la madre. Caer
tecer de la vida, las cuales están determinadas arquetípicamente. al inframundo le permitió a Kore vivir una experiencia de muerte y
renacimiento: el sacrificio y la muerte de la niña tierna e inocente,
La analista junguiana Virginia Rutter (1993), plantea que la ini- para dar paso a la mujer madura: Perséfone. Su identidad como
ciación psíquica de la mujer está intrínsecamente entretejida mujer cambia, regresando a la superficie para entablar una nueva re-
con las experiencias de iniciación física contenidas en su cuerpo: lación con su madre, ahora mediada por el dinamismo de alteridad.
menarquía, desfloración, fertilidad, embarazo, parto, maternaje y Se podría decir que este mito es una alabanza a la relación madre-
menopausia. “Cada transición en la vida de una mujer es un evento hija que está a la base del misterio de la femineidad.

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Al descender al inframundo y al ascender nuevamente, Kore es su marido, y ayudada por las fuerzas de su inconsciente, decide
capaz de integrar en una totalidad su lado oscuro con su lado enfrentarlo. Al tomar la decisión de ver y conocer a su esposo,
luminoso, alentando a su madre a realizar lo mismo. Al igual que ella despierta del inconsciente, siendo arrogada fuera del paraíso y
Kore, Deméter realiza su propio proceso de diferenciarse de la hija, abandonada además por su marido. Esta salida del paraíso termina
comprendiendo que si bien las une un vínculo primordial, Kore- con el matriarcado existente en Psique y da paso al encuentro indi-
Perséfone no es la extensión de su psique. En este sentido ambas vidual con lo masculino, en donde ella reconoce a Eros y lo ama por
son “raptadas” a iniciar un proceso de crecimiento, permitiendo primera vez (Neumann, 1971). La femineidad de Psique, se trans-
que la relación entre ellas renazca y despierte a la madurez. Como forma en el encuentro verdadero con Eros. El vínculo yo-otro ahora
plantea Jung (2002): “Deméter y Kore, madre e hija, completan una es procesado por el arquetipo de la alteridad, lo que le permite a
consciencia femenina hacia arriba y hacia abajo. Añaden lo más Psique entrar en contacto con la divinidad de su animus, y utilizar
viejo y lo más joven, lo más fuerte y lo más débil, ampliando así la sus fuerzas para superar las pruebas encargadas por Afrodita. Sin
estrecha consciencia individual, íntimamente arraigada en el tiem- embargo ella fracasa en la última tarea y es su amado quien debe
po y en el espacio, hasta un barrunto de personalidad mayor, más venir a salvarla. “Este amor de Psique por un amante divino es el co-
amplia, que además tiene parte en el acontecer eterno” (p.175). razón de la mística de todo los tiempos, de la mística del amor; y el
fracaso de Psique, su última entrega y la aparición del dios salvador
La joven necesita ser raptada del lado de su madre para iniciar su justamente en aquella ocasión, corresponde exactamente a la fase
camino hacia la individuación, proceso que por lo general se da con más elevada de la mística del éxtasis, en la cual el alma se entrega a
la irrupción de un tercero en la diada madre-hija: un hombre. Un la divinidad” (Ibídem, p.55).
hombre que enamora a la hija y que le permite descubrir la expe-
riencia profunda y transformadora del amor. Psique nos muestra, a lo largo de su historia, que el amor vale la
pena, arriesgando para esto hasta su propia vida (Saiz, 2008). Surge
El mito de Eros y Psique permite ilustrar lo que ocurre con el alma un amor en el cual el encuentro entre lo masculino con lo femenino
femenina cuando se enamora y como la fuerza del amor es capaz de se procesa basado en la individuación (Neumann, op.cit).
transformar a una mujer en un nivel profundo, auténtico y divino.
El amor es lo que nos lleva a desarrollarnos, lo que nos lleva a ser Los mitos nos permiten acceder a esa sabiduría milenaria que vive
creativos. Es el sentimiento que muchas veces, nos alienta a salir de en nuestro interior. A través de su lenguaje simbólico el mito es
nuestra pasividad hacia el camino de la individuación. capaz de plasmar en un relato aquellos procesos primordiales que
todos los seres humanos vivimos a lo largo de nuestra historia.
El alma se convierte en Psique a través de Eros. En este sentido, el Específicamente estos mitos hablan del descenso de la joven al in-
alma florece, se despierta y se desarrolla cuando entra el contac- consciente, y su confrontación con las fuerzas que ahí moran, para
to con la fuerza y la energía vinculante que proporciona el amor. luego renacer en una nueva relación con su femineidad. Al abrirse
Psique personifica el camino que realiza una mujer en su camino hacia lo profundo hacia la diferenciación de las distintas tonalida-
hacia el desarrollo y la individuación y el camino que recorre desde des de sus emociones, pensamientos y percepciones, la mujer gra-
el arquetipo matriarcal al arquetipo de alteridad, y al encuentro con dualmente se libera de los mensajes y dictámenes patriarcales que
su animus. restringen su totalidad. Al reconectarse con su herencia femenina
ancestral, renace su verdadera identidad y sabiduría corporal, lo que
Psique es una joven que simbólicamente, se encuentra totalmen- la convierte en una heroína y un modelo a seguir para otras mujeres
te adormecida dentro de la posición insular, es decir dentro del (Rutter, 1993).
arquetipo matriarcal. Acepta someterse a los designios de su marido
al cual no puede ver y con el cual puede estar sólo en la oscuridad El proceso de iniciación femenina es un proceso de gran activación
de la noche. La relación entre Psique y su amante es totalmente psíquica y corporal. Requiere que la joven sacrifique su estado psico-
indiferenciada y dominada por el placer, dentro del paraíso. No lógico previo para que surja el siguiente. En este sentido debe hacer el
existe, aún, ningún reconocimiento entre ambos y ninguna acepta- duelo por su cuerpo de niña, diferenciarse de la madre, ir al encuen-
ción como seres opuestos, siendo su amor solamente sensual. Sin tro con su animus, y despertar hacia una nueva vivencia de su femi-
embargo como se ha planteado anteriormente en este escrito, la neidad; es decir, requiere que la joven realice una serie de cambios y
individuación pulsa por el desarrollo, por lo que la joven, en este sea capaz de lidiar con la tensión psíquica que éstos producen.
caso Psique, no se contenta con la relación que está teniendo con

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Un antropólogo llamado Bruce Lincolns descubrió que la transición rencia a un objeto externo claramente definido, despojando así a la
de la mujer tenía un patrón tipo crisálida, observado en ceremonias palabra de su esencia y de su componente psíquico. Como plantea
y ritos ancestrales que preparaban a la joven en su camino hacia la el autor citado anteriormente “el progreso ha ido dejando cadáveres
adultez. Este consistía en un patrón de contención –cubrimiento, a su paso” (Ibídem, p.71).
metamorfosis y emergencia de la mujer (en Rutter, op.cit). Toman-
do este patrón como base, además de lo vivido en terapia con sus Con el devenir de la modernidad las palabras han ido enriquecién-
pacientes mujeres, la analista Virginia Rutter propone un patrón de dose en contenido, pero vaciándose en esencia y profundidad. Una
transición femenina que consiste en: contención- transformación y manera de recuperar el componente psíquico y encontrar “el alma
emergencia. Este patrón además intenta hacer un paralelo con el pro- de las palabras” es a través de la ficción. “Las ficciones ocupan su
ceso alquímico descubierto por Jung como la esencia de todo trabajo lugar en el reino tradicionalmente reservado al alma, entre el mun-
analítico. Este patrón se entiende como un proceso de renovación do del espíritu (metafísica e intelecto) y el mundo de la naturaleza
femenina constante para todas las mujeres, que se manifiesta a lo (ciencia y percepción señorial) (Ibídem, p. 309). Las ficciones ha-
largo de toda su vida a través de los distintos cambios que su cuerpo blan en un lenguaje simbólico, en un lenguaje que remite a nuestra
va viviendo y que se manifiestan también psíquicamente (Ibídem). alma y donde moran aquellas “personas” que conforman el psico-
drama de nuestro acontecer psíquico. En este sentido, al leer una
La protagonista de nuestra historia, Bella, vive este proceso de tran- ficción debemos tener en cuenta que sus personajes son invenciones
sición femenina a través de la relación vivida con su amado Edward. de nuestra alma, la cual “inventa sin cesar personas y escenarios y
Es un proceso que va siendo ilustrado por las distintas experiencias nos los presenta disfrazados de recuerdos”. (Ibídem, p.84). Como
tanto internas como externas vividas por la protagonista en su en- plantea Jung: “la imagen es la psique” (en Hillman, op.cit, p.92).
cuentro con lo masculino. El amor transforma su vida, y la transfor-
ma a ella como mujer permitiendo su incubación, transformación y La “Saga Crespúsculo”, de la cual nos referiremos en este trabajo,
emergencia hacia la vivencia adulta y consciente de su femineidad. fue creada y escrita a partir de un sueño que tuvo su autora en
el verano del año 2003. En este sueño “aparece la imagen de una
b. Saga Crepúsculo: Una ficción “psíquica” adolescente en un bosque, que sostenía una conversación inten-
sa con un joven que vivía en un conflicto interior, porque estaba
Para la psicología analítica las manifestaciones artísticas tienen enamorado de ella y al mismo tiempo, deseaba matarla para beber
gran importancia ya que a través de éstas se podría representar fre- de su sangre” (Hernandez, 2008). Este sueño nos permite plantear
cuentemente, de manera simbólica, el inconsciente. En este sentido que esta novela es una personificación de la psique. Fue creada a
los artistas tendrían una conexión más directa con el acontecer partir de imágenes psíquicas las cuales “son a la vez materia prima
psíquico en la medida que son capaces de plasmar en sus obras y el producto acabado de la psique, y constituyen una privilegiada
y producciones el alma de la humanidad. “Cualquier obra de arte vía de acceso al conocimiento del alma. No hay nada más prima-
potente invade nuestro ser y nos cambia de manera definitiva, (…) rio” (Hillmann, op.cit, p.40). Como plantea Jung (1995): “muchos
es el medio transformador más directo que podemos experimentar artistas, filósofos y aun científicos deben algunas de sus mejores
los seres humanos (Armstrong, 2005, p.145). Encontrarnos con una ideas a las inspiraciones que aparecen súbitamente procedentes del
producción artística no nos deja indiferentes ya que ésta invade e inconsciente. La capacidad de llegar a un rico filón de tal material
irrumpe en las profundidades de nuestro ser como un motor que y convertirlo realmente en filosofía, literatura, música, o descu-
nos invita a cuestionar y reflexionar. brimiento científico es uno de los contrastes de garantía de lo que
comúnmente se denomina genio (p.38).
Dentro del arte, como actividad y producto del ser humano, encon-
tramos aquél que utiliza como instrumento de expresión la palabra Si seguimos por esta línea explicativa, es posible argumentar que
escrita, aquella palabra que al unirse con otra conforma narracio- esta ficción, Crepúsculo, es capaz de ilustrar lo que ocurre más allá
nes y/o versos. Según el analista junguiano James Hillman (1999), de la consciencia, en aquél lugar en que sólo nos podemos aproxi-
la palabra tendría un aspecto angélico, teniendo un carácter de mar con un “como sí”, que va más allá del alma individual que lea
mensajero y portador de alma entre las personas. “Este aspecto de la la historia y que nos conecta con la inmanencia de la vida humana.
palabra trasciende sus definiciones y contextos nominalistas y evoca
en nuestra alma un eco universal” (p.70). Normalmente en nuestra Cada personaje de esta novela remite a nuestra alma y a los proce-
cultura occidental, tendemos a utilizar las palabras para hacer refe- sos que ocurren en ésta. Bella, Edward y todos sus demás persona-

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jes, hablan de fragmentos arquetípicos de nuestra personalidad, de Para fines didácticos y explicativos, se hará referencia al proceso
distintas imágenes de nuestra psique, que pueden ser interpretados de transición de Bella, en tres apartados distintos. Cada apartado
de distintas maneras por distintas personas. En este sentido, al habla de una fase distinta del proceso de transformación femenina
ser una novela que nos lleve a internarnos en las profundidades de vivido por Bella y de su relación junto a Edward, desde el principio
nuestra alma, las interpretaciones y relaciones que se puedan hacer al fin de la novela.
en torno a ésta no se agotan y sobretodo se enriquecen a medida
que más personas la leen y la “pasan por su experiencia”. Al caer Estos apartados son los siguientes:
en mis manos, esta novela no me fue indiferente, al contrario, me
llevó a internarme en otra dimensión de la cual no pude salir hasta
1. La incubación de Bella y su Crepúsculo junto a Edward
haber concluido su lectura. Siendo mujer, esta ficción además me Isabella Swan (Bella), es una adolescente de diecisiete años que se marcha
tocó muy profundamente y me conmovió totalmente. Como plan- de la cuidad de Phoenix, donde vivía con su madre, y se va a vivir con su
tea la mitóloga Karen Armstrong (2005): “igual que la mitología, una padre a la localidad de Forks (Washington). Al principio detesta Forks, su
novela importante es transformadora. Si se lo permitimos, puede gente y su instituto, aunque poco a poco irá cambiando ese sentimiento.
cambiarnos para siempre” (p.145). En su primer día de instituto se percata de que tiene cinco compañeros
muy diferentes al resto, los hermanos Cullen. Pronto se siente muy atraída
Así como influyó en mí la experiencia transformadora de Bella, creo por Edward Cullen, quien la ignora inicialmente, pero tras agunos sucesos
que esta novela y la interpretación que de esta se formulará en el le confiesa corresponder su amor. Sin embargo existe un inconveniente:
Edward es un vampiro. Así comienza una relación tempestuosa en la que
presente trabajo, podría servir de ayuda a muchas jóvenes que se
Edward sobrepone su amor por Bella a su deseo de probar su sangre.
encuentran en plena transición hacia la adultez y que no cuentan
con instancias aleccionadoras e instructivas en este proceso. La
Para comenzar a referirnos al proceso de transición de Bella, debe-
Bella que todas las mujeres llevamos dentro, puede constituirse en
mos empezar por referirnos a la relación que ésta mantiene con su
aquella Kore y Psique que se han ido disipando a medida que los
madre, Renée. Renée se separa del padre de Bella, Charlie, cuando
mitos griegos han ido perdiendo masificación e interés en nuestra
ésta tenía unos pocos meses de edad. En ese momento, ambas se
cultura.
mudan a a Phoenix donde vivirán hasta que Bella decida regresar
a la casa de su padre en Forks, localidad en que ella nació y vivió
c. Saga Crepúsculo como un “mito moderno” de iniciación
hasta la separación de sus padres.
femenina
La madre de Bella es una “eterna adolecente”. Tiene grandes difi-
La Saga Crepúsculo, se compone de cuatro libros que relatan la
cultades para entablar relaciones maduras, ya que siempre anda
historia de amor vivida entre Bella y su amado vampiro, Edward.
buscando a hombres guapos, con los cuales pueda sentirse joven
Estos son: Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse y Amanecer. Los cuatro libros
y hermosa. Se involucra y se enamora perdidamente de Phil, un
son narrados por su protagonista, Bella, por lo que, como lectores,
hombre exitoso y mucho menor que ella. Bella la describe como “un
experienciamos la novela desde el punto de vista de nuestra joven
espíritu muy joven para su edad” (Meyer, 2006, p.112), siendo ella la
mujer. Es como si nos embarcáramos en el viaje de Bella y la siguié-
que debió madurar antes de tiempo y constituirse en la “adulta” de
semos por donde quiera que fuese, como mudos testigos, hacia su
la relación. Siente que su madre es todo lo que ella añora ser: extro-
caminar a la adultez.
vertida, sociable y hermosa, mientras ella se vive como una joven
aburrida, tímida, poco atractiva, torpe y mediocre.
Cada libro muestra una evolución en la relación de ambos prota-
gonistas, que tiene directa relación con los títulos de cada uno de
Cuando su madre conoce y se enamora de Phil, cree que es tiem-
ellos. Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse y Amanecer son procesos ar-
po de permitir que ésta rehaga su vida con él, y de hacerse a un
quetípicos que si bien hablan de la posición de los astros en el cielo,
lado. Cree que es un estorbo para su madre, ya que Phil viaja por el
internamente, remiten a nuestra relación con la totalidad en el
mundo jugando béisbol y su madre no puede acompañarlo ya que
camino hacia la individuación. Bella y Edward viven el crepúsculo,
debe quedarse en Phoenix con ella ya que debe asistir al colegio. A
la luna nueva y el eclipse en su relación hasta llegar a experienciar
raíz de esto, ve que su madre está muy triste y deprimida, tomando
juntos la nueva vida y la nueva conexión que trae el amanecer.
finalmente la decisión de no seguir molestándola e irse a vivir a la
casa de su padre en Forks. Forks es un pueblo que ella odia y abo-

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rrece, ya que llueve constantemente, siempre está nublado y hace el reencuentro con su alma, el cual se llama Edward. Si hacemos un
frío, a diferencia de Phoenix que es una cuidad cálida, y llena de paralelo entre Bella y Kore, Edward vendría a representar a Hades
vitalidad. Sin embargo, Bella siente que nunca encajó en esa ciudad, quien viene a cortar definitivamente con la unión entre la madre
y que en general no calza en el mundo. “Físicamente no encajaba en y la hija. Si bien Bella se va del lado de su madre, se va sólo “físi-
modo alguno con el aspecto que se espera de una chica de Phoenix. camente” ya que aún se siente responsable de su felicidad. Junto a
Debería ser alta, rubia, de tez bronceada, una jugadora de voleibol o Edward, aprende a ser su propia madre y a liberarse de la responsa-
quizá una animadora, todas esas cosas propias de quienes viven en bilidad de cuidar y ocuparse de Renée.
el Valle del Sol. Por el contrario, mi piel era blanca como el marfil
a pesar de las muchas horas de sol de Arizona, sin tener siquiera la Edward viene a irrumpir en la vida de Bella, como Eros irrumpe en
excusa de unos ojos azules o un pelo rojo. Siempre he sido delgada, la vida de Psique. Le muestra un mundo nuevo y maravilloso, y ella
pero más bien flacucha y, desde luego, no una atleta. (Ibídem, p.17). a él. Ambos se enamoran a pesar de que esto no debiese ocurrir. En
el caso de Eros, por dictámenes de su madre Afrodita, él no debía
Si miramos estos hechos desde la perspectiva simbólico-arquetípica, enamorarse de Psique, sin embargo cuando observa a Psique se
propuesta por la psicología junguiana, es posible decir que la rela- lastima con una de sus flechas y se enamora de ella. Edward, por
ción que Renée inició con Phil, se constituyó para Bella en el golpe su parte, debía haber estado muerto ya que cronológicamente vivió
o situación que despertó a su consciencia y a su ego a iniciar su en un siglo anterior al de Bella, pero al ser convertido en vampiro,
búsqueda interior, aunque aún de manera inconsciente. La activa- se convirtió en un ser inmortal. Esto demuestra que la divinidad
ción en la consciencia del adolescente de los arquetipos de alteridad conspiró para que ellos se enamoraran, ambos estaba destinados a
y del héroe, llevaron a Bella a irse a Forks para enfrentarse con los conocerse ya que eran dos partes de un mismo todo.
complejos de su sombra e internarse en las profundidades de su
alma. Era el momento de resolver, su complejo de inferioridad y de Desde el momento en que Bella y Edward se conocen se sienten
“bicho raro”; lo que la llevará finalmente a diferenciarse de la ma- atraídos el uno al otro. Es como si cada uno fuese la proyección
dre y a reconocerse como una mujer igual o más valiosa que ésta. perfecta del alma (ánima- animus) del otro, por lo que se necesi-
tan mutuamente para vivir y desarrollarse. La vida de uno no tiene
En este escenario, Bella comienza su proceso de incubación. Co- sentido si no es junto al otro, constituyéndose el estar juntos una
mienza un oscuro descenso que implica una confrontación con los “necesidad”. El conocerse es vivido por ambos como un crepúscu-
elementos del inconsciente y sus contenidos arquetipales (Rutter, lo de amor en que la vida de ambos se ilumina, dejando atrás la
1993). Necesita traer a la consciencia una nueva perspectiva de sí oscuridad que ambos, hasta ese momento, habían experimentado.
misma que le permitan remover los obstáculos internos que le im- El gran inconveniente es que Edward es un vampiro. “Hay tres cosas
piden que su vida fluya y se desarrolle. de las que estoy completamente segura. Primera, Edward es un
vampiro. Segunda, que una parte de él se muere por beber mi san-
Forks en un sentido simbólico, podría representar el descenso a gre. Y tercera, estoy total y perdidamente enamorada de él” (Ibídem,
la sombra, al inframundo, al inconsciente. “Y ahora me exiliaba a contratapa). Es por esta razón que es muy peligroso que ambos
Forks, un acto que me aterraba, ya que detestaba el lugar” (Meyer, estén juntos, ya que para Edward, Bella, constituye estar enamora-
op.cit, p.11). Era un pueblo cuyo cielo estaba constantemente nu- do del “fruto prohibido”, ya que su sangre ejerce una tentación que
blado y borrascoso, siendo la lluvia, el viento y la bruma una cons- le cuesta mucho resistir.
tante. Valga la redundancia, era un pueblo “sombrío”. Bella debe
atravesar y enfrentar su sombra antes de poder vivir la conjunción Desde la mirada simbólica, al enamorarse de Edward, Bella debe
amorosa con su adorado Edward. someterse y enfrentarse con su propia muerte. A una muerte que
la asecha cada vez que Edward está cerca. En este sentido, Edward
El complejo de “bicho raro” que tenía Bella y que irrumpe en la representa en la psique de Bella la necesidad de renacimiento. La
consciencia con el enamoramiento de su madre, hacen que Be- necesidad de morir como una joven tímida, insegura, torpe para
lla deba descender al inframundo para afrentarlo y superarlo. Sin convertirse en una mujer capaz de conocer y aprender a utilizar su
embargo, necesita de un “otro” que la ayude en este proceso y que gran potencial.
pueda venir a enseñarle a quererse y valorarse a sí misma. Nece-
sita de un “compañero” que le ayude a transitar por estos parajes Al enterarse que Edward es un vampiro, Bella no se asusta sino que
oscuros y misteriosos, un ánimus que actúe como brújula y guía en al contrario lo asume con tranquilidad. “Deseaba encontrar la forma

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de explicarle (a Edward) qué poco interés tenía yo en llevar un vida Por su parte Edward se vive a sí mismo como un monstruo, como el
humana normal” (Ibídem, p.501). Aunque está consciente que su ser más abominable del mundo, por lo que tampoco entiende como
vida corre peligro junto a Edward está dispuesta a correr el riesgo, Bella pudo enamorarse de él y no aborrecerlo como el resto de los
rindiéndose a él. Como plantea Henderson (1995) “Sólo por un acto mortales. Edward fue convertido en vampiro a la edad de 17 años.
de sumisión se puede experimentar el renacimiento” (p.132). Con Una gripe mortal lo aquejaba y a raíz de la cual murieron sus padres.
clarividencia ella acepta su destino de morir, con lo que pone de Su madre le pide a Carlisle un médico vampiro, el actual padre adop-
manifiesto el misterio femenino que conlleva la muerte y el renacer. tivo de Edward, que lo salve. A raíz de esto el médico decide salvarle
“Había tomado mi decisión, lo había hecho incluso antes de haber la vida, convirtiéndolo en vampiro, quedando así “hechizado” en este
sido consciente de la misma y me comprometí a llevarla a cabo cuerpo por toda la eternidad. Se transforma en un ser inmortal, sin
hasta el final, porque para mí no había nada más terrible e insopor- alma, que se alimenta del fluido que anima las almas de los huma-
table que la idea de separarme de él” (Ibídem, p. 253). nos. Al no haber alma su vida pierde trascendencia y la desconexión
con Dios. Esta renuncia a lo celestial hace que los vampiros no
Pero, ¿qué hace que Bella se enamore perdidamente de este vampi- puedan soportar la luz del sol que podría simbolizar la manifesta-
ro? Como se planteó anteriormente, Edward es el símbolo proyec- ción física de un ser supremo, ni necesiten dormir ya que su alma
tado de su propio animus. En este caso necesitaba de alguien muy no necesita conectarse con los planes más sutiles de la existencia. El
diferente a todo lo conocido anteriormente para diferenciarse tanto alimentarse de sangre, de lo más básico que da vida, permite pensar
de su madre como de su padre. Su madre representaba todo aquello que estos seres se encuentran comandados por sus instintos.
que conscientemente le hubiese gustado ser, hasta ese momento. La
madre encarna un concepto de femineidad tipo Afrodita preocupa- Si reflexionamos sobre el concepto arquetípico de sombra propues-
da de la belleza y la eterna juventud; mientras el padre representaba to por Jung, podríamos plantear que la imagen del vampiro es una
todo aquello que ella sentía ser internamente y no le gustaba, una manera de personificación de la sombra. Ésta puede ser entendida
persona con dificultad para expresar sentimientos, solitaria y tími- “como todos los sentimientos y capacidades rechazados por el ego”
da. En este sentido, Edward llega a mostrarle que ella puede ser di- (Zweig y Abrams, 1991). En su manifestación colectiva alberga los
ferente a sus padres y que ser diferente puede ser positivo y no sólo impulsos más perversos del ser humano, nuestros más espantosos
una condena. Edward es el ser más diferente y poco convencional demonios y bestias. “Nuestra bestia, aunque se mantenga enjaulada
que ella ha conocido y sin embargo lo ama. El amor por Edward la la mayor parte del tiempo, permanece todavía viva” (ibídem).
hace descubrir quién es ella realmente y aprender a “enamorarse” de
esa Bella que se encuentra reprimida en su interior en esta búsque- Hoy en día es posible apreciar en las artes, el surgimiento de una
da incesante de encajar en el mundo de su madre y de lamentarse imagen más humanizada del vampiro. La imagen de un vampiro-
de vivir en el mundo del padre. Edward viene a propiciar la exoga- humano, “con alma”, que puede tener sentimientos y conductas
mia y el movimiento fuera del núcleo familiar. humanas. Una forma de comprender este fenómeno es como un
proceso colectivo de evolución y de integración. “Las fórmulas cons-
Si bien tanto Bella como Edward viven un “crepúsculo” de luz al cientes tienen que readaptarse al proceso viviente del inconsciente
conocerse, el complejo de “bicho raro” con el que Bella se vive a sí y de la psique. Por lo menos desde el punto de vista psicológico no
misma, influye y se manifiesta en la relación de pareja entre ambos. existe principio que dure mucho tiempo debido al proceso de con-
Desde que conoce a Edward, Bella siente que no es merecedora de tinuo cambio de la psique” (Von Franz, 1999, p.149). La necesidad,
su amor ya que ella no es lo suficientemente lista, atractiva y socia- muchas veces inconsciente, de tomar consciencia de nuestra som-
ble. No entiende como Edward se pudo enamorar de ella, aunque le bra y de enfrentarla en pro de nuestro crecimiento e individuación,
encanta que así sea. Ve en Edward un ser tan maravilloso y espec- ha sido proyectada en la literatura con la evolución de la imagen
tacular que no comprende como se pudo enamorar de alguien tan arquetípica del vampiro. Esta nueva imagen se ha ido acercando al
“mediocre” como ella. Bella dice: “Bueno, mírame soy absolutamen- polo más espiritual del arquetipo, es decir, se ha empezado a mani-
te normal; bueno, salvo por todas las situaciones en que la muerte festar la parte luminosa que hay dentro de este personaje mítico-
me ha pasado rozando y por ser una inútil de puro torpe. Y mírate arquetípico. Si bien continúa sujeto a sus instintos, lucha por
a ti. Lo señalé con un gesto de la mano, a él y su asombrosa perfec- liberarse de éstos y salvarse, en el caso de nuestro vampiro a través
ción” (Ibídem, p.215). del amor. Edward representa esta imagen evolucionada del vampi-
ro. Si bien tiene un lado oscuro, del cual se culpa y aborrece, tiene
la posibilidad de redimirse y acercarse a lo divino. Es un vampiro

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amoroso, un ángel-oscuro en el cual se conjugan y se integran las De acuerdo a la analista junguiana Virginia Rutter (1993), la trans-
dos polaridades instintiva y espiritual del arquetipo. formación de la mujer es un proceso que involucra una experiencia
de muerte y renacimiento, la muerte y el sacrificio de una antigua
Como se planteó anteriormente, se podría decir que Edward se manera de ser que permite que una forma nueva y novedosa de
encuentra hechizado y maldecido en esta forma vampiresa. De vida nazca. Este proceso de transformación y metamorfosis se lleva
acuerdo a von Franz (op.cit): “alguien que ha sido maldecido, se ve a cabo en la oscuridad del inconsciente en donde la mujer puede
forzado, como consecuencia de ello, y sin desearlo, a ejercer el mal comenzar a distinguir entre las voces, emociones, deseos y pensa-
y la destrucción” (p.8). En su condición de vampiro, Edward se veía mientos que claman por ser escuchados y atendidos. Su mundo in-
forzado a alimentarse de sangre caliente, sin embargo bajo el alero terno comienza a moverse y a agitarse en la búsqueda de una nueva
de Carlisle, aprendió a dominar sus impulsos de sangre humana y validación y definición de su identidad femenina.
a alimentarse sólo de animales salvajes a los cuales cazaban en los
bosques. Eran “vampiros vegetarianos”, como ellos se denominaban. Al comienzo de Luna Nueva, Edward abandona a Bella ya que aún
Sin embargo, Edward siempre sintió que era un monstruo abomina- cree que es un peligro para ella. Por su parte, Bella lo deja ir porque
ble, ya que al igual que otros vampiros, tenía el potencial de matar siente que es muy poca cosa para él. Sin embargo, en su soledad
a cualquier ser humano para alimentarse. Esta sangre ejercía sobre ambos sufren profundamente y se dan cuenta de lo mucho que se
él tal fascinación que implicaba estar en una lucha interna constan- necesitan. El estar alejados, le permite a Bella reflexionar sobre su
te para evitar cometer un crimen “sangriento”. relación con Edward y si bien se acerca a otro muchacho al cual
también quiere mucho, se da cuenta que no estaba dispuesta a
Si nos basamos en la relación de Bella y Edward podemos decir, que renunciar a su amor por Edward. Al final de este libro, es capaz de
el hechizo de Edward duraría hasta que una muchacha se enamorara poner su vida en peligro para recuperar a su amor y a su mitad.
de él sólo por su bondad. Por otra parte, Bella también se encuentra
adormecida y dominada por este complejo de “bicho raro” que no Para comprender la transformación de Bella no podemos dejar de
le permite desarrollar una actitud y una femineidad madura con referirnos a la importancia del sufrimiento. Bella necesita sufrir y
respecto a ella misma y a los demás. Ambos necesitaban realizar una sacrificarse para tener un encuentro consciente y maduro con Ed-
transformación urgente hacia la madurez, ya que hasta ese momento ward. Necesita entrar en conflicto con esa imagen infantil y peque-
su amor se encontraba aún en una fase inconsciente. Ambos sabían ña con la que se vive a sí misma. Como plantea Neumann (1971) en
que se amaban y necesitaban, pero aún no sabían cuál era la razón. su interpretación del mito de Eros y Psique: “La pérdida del amante
Sólo estaban conscientes de la profunda admiración que cada uno es una de las profundas verdades de este mito. Se trata de un mo-
sentía por el otro, ya que su ánima y animus se encontraba proyec- mento trágico en que toda alma femenina asume su propio destino”
tada. Se hacía por ende fundamental, que cada uno pudiese iniciar (p.17). Con la decisión de irse, Edward hiere a Bella y se hiere a mi
su propio proceso de búsqueda y confrontación interior que les mismo ya que sabe que en el fondo no quiere abandonarla. Le dice
hiciese renacer hacia una relación más madura y auténtica. que no la quiere, ya que siente que Bella corre peligro a su lado.
“Estoy cansado de intentar ser lo que no soy. No soy humano. He
2. La transformación de Bella y su Luna Nueva y Eclipse junto a Edward permitido que esto llegara demasiado lejos y lo lamento mucho”
En Luna Nueva, al comienzo de la novela, la relación de Edward y Bella (Meyer, 2007, p.78). Ambos necesitan vivir esta herida para deshacer
parece marchar bien. Sin embargo, Edward continúa creyendo que es un el vínculo original inconsciente que los ataba.
peligro para Bella, tras lo cual Edward decide despedirse de ella haciéndole
creer que ya no la ama. Bella se convierte en poco más que un zombi, sumer-
Esta herida sumerge a Bella en una profunda depresión. “Esperaba
gida en un mundo gris y monótono, donde su único estímulo para seguir
adelante es la presencia alentadora de su padre. Su único objetivo desde en-
poder desmayarme pero, para mi desgracia, no perdía la conciencia.
tonces es sufrir experiencias cargadas de adrenalina en las que cree escuchar Las oleadas de dolor, que apenas habían rozado hasta ese momento,
de nuevo la voz de Edward. Sin embargo, el destino los volverá a unir, lo que se alzaron y barrieron mi mente, hundiéndome con su fuerza. Y no
demuestra que ambos se necesitan para continuar con su vida. salí a la superficie” (Ibídem, p.92). Bella vive el alejamiento de Ed-
ward como una muerte ya que como ella plantea: “el amor, la vida,
En Eclipse, Bella se encuentra en peligro atacada por un grupo de vampiros su sentido… todo se había terminado” (Ibídem, p.81).
jóvenes recién creados, llamados neófitos. Luego de muchas aventuras juntos
y del gran peligro que se ceñía sobre Bella, ambos son capaces de enfrentar A medida que el tiempo pasa, Bella comienza a salir a la superficie
el peligro y derrotar a los potenciales asesinos de Bella. Entre tanto, Bella
y a hacerse la idea de que Edward no volvería jamás. Sin embar-
acepta la propuesta de Edward y decide casarse con él.

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go no está dispuesta a cumplir su parte del trato ya que Edward de ambas palabras” (Ibídem, p.139). En este sentido, Bella se libera
no cumplió con la suya. Edward le promete a Bella que jamás la de este complejo que la inhibía sexualmente y le impedía vivir su
dejaría y sin embargo lo hace. Por otra parte, antes de irse, Edward femineidad libremente. “Por primera vez emerge de su inconsciente
le pide a Bella que no ponga su vida en peligro y que se cuide. Bella la mujer, y del claustro de su cadena matriarcal, y en el encuentro
se encuentra tan dolida por el abandono de Edward que la rabia individual con lo masculino, ella ama” (Neumann, 1971, p.15).
que siente hacia él la lleva a realizar acciones bastante temerarias y
precipitadas en donde su vida corre peligro, y donde no teme morir. Al salvar a Edward, éste se da cuenta de lo mucho que hizo sufrir
“No estaba dispuesta a ser la única que sostuviera su parte del a Bella y le promete nuevamente que jamás se separarán. El sufri-
contrato, un contrato vacío” (Ibídem, p.155). Esto podría entender- miento vivido, permite que ambos se enfrenten con sus temores y
se simbólicamente, como una vivencia defensiva de la dinámica condicionamientos previos e inicien una nueva fase en su relación,
de la alteridad. De acuerdo a Saiz, (2006) esto es vivido como “una en la cual Edward se da cuenta que ama a Bella con la misma locura
disfunción en la conectividad de la vida, en el vínculo amoroso, en y desenfreno que ella a él. La relación evoluciona a un nuevo nivel
la conexión con el cuerpo, en la relación con la ecología profunda, en que se pueden entregar ambos de una manera más completa,
en definitiva como una descentración, como un abatimiento en la abriéndose a una “Luna Nueva”, en la cual Edward le pide matrimo-
trama de vivir” (p.137). nio a Bella.

Al exponerse a situaciones de peligro, comienza a escuchar la voz Bella le plantea a Edward que aceptará su propuesta si es que él
de Edward que le dice que se cuide y se proteja. Poco a poco estas la convierte luego en vampiro. Sin embargo, antes de emerger a
acciones comienzan a constituirse en una necesidad para escuchar una nueva vida como vampiro, debe solucionar el miedo que tiene
la voz de su amado. Si analizamos esto en un sentido simbólico es al compromiso, que fue heredado de su madre. Bella le plantea a
posible decir que esta voz era su propio Animus infundiéndole fuer- Edward: “Verás, el matrimonio no figura precisamente en la lista de
zas e intentando que retome la cordura y la claridad en su accionar. mis prioridades, ¿sabes? Fue algo así como el beso de la muerte para
Necesita que su animus le pueda entregar la fortaleza que necesi- Renée y Charlie (…) Temo la opinión de Renée. Tiene convicciones
ta para salir de ese estado. Sin embargo decide no hacerle caso y muy profundas contra eso de casarse antes de los treinta” (Meyer,
rendirse a esperar su muerte. Es en ese momento en que se produce 2007, p.550).
la transformación de Bella, ya que ella decide aceptar su destino
y rendirse a él Se produce en Bella lo que Rosen (en Saíz, op.cit), Para poder explicar la dificultad que tiene Bella con respecto al
denominó egocidio. “La imagen del yo dominante y la identidad compromiso, podríamos hacer un paralelo entre nuestra protago-
negativa deben morir para posibilitar la transformación psíquica. La nista y Perséfone. “Para hacer un compromiso, una mujer Perséfone
identidad consciente del yo muere” (p.154). tiene que luchar con la Koré que hay dentro de sí. Debe decidir ca-
sarse y decir que sí sin cruzar mentalmente los dedos. Si lo hace, el
Bella renace como una verdadera heroína, la cual es capaz de co- matrimonio puede transformarla gradualmente y convertirla de una
nectarse con su fuerza, valentía e iniciativa e ir en la búsqueda de niña eterna en una mujer madura” (Bolen, 1993, p. 289). En este
su amado, el cual se encontraba en peligro. Deja atrás su rabia y es sentido, Bella debe plantearse ante su madre y enfrentar su temor
capaz de sacrificar su vida en pos del amor. Se da cuenta quien y de no ser validada en su decisión.
que es su animus y se enfrenta con él.
A diferencia de lo ocurrido en Crepúsculo y Luna Nueva, es en
En esta nueva etapa de la relación Bella aprender a amar a Edward Eclipse en donde por primera vez, enfrentan juntos el peligro.
de una manera más madura, despertando al poder del amor huma- Ambos deciden que van a luchar unidos frente a lo que amenace a
no escondido en Edward. “Probablemente esto representa un des- Bella, y no como en los libros anteriores en que era uno el que tenía
pertar de su verdadera función de relacionamiento que la capacita que ir al rescate del otro. Esto habla de que su amor ha ido madu-
para aceptar el componente erótico de su deseo originario que tuvo rando y que ahora se enfrentan como iguales ante la vida. El eclipse
que ser reprimido” (Henderson, 1995, p.138), quizás por la relación habla de un fenómeno astrológico que ocurre muy esporádicamen-
simbiótica que tenía con la madre. “De ese modo, ella se redime, y te, cuando un planeta o la luna están directamente en línea con la
redime a su imagen de lo masculino, de las fuerzas de la represión, tierra y el sol (Wikipedia, 2009). El eclipse de su relación los alinea
trayendo a la consciencia su capacidad para confiar en su amor de una manera perfecta en que ambos están en completa sincro-
como algo que combina espíritu y naturaleza en el mejor sentido nía en espera de la emergencia del amanecer en el cielo. Es en este

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escenario donde Bella acepta la propuesta de Edward de contraer Sin embargo, para que esto pudiese suceder, Bella debió previa-
matrimonio y enfrentarse a su madre. mente haber enfrentado a su madre, con respecto a su idea del
matrimonio. En esta conversación Renée le responde a su hija: “No
3. La Emergencia de Bella y su Amanecer junto a Edward estás cometiendo un error, Bella. Da la impresión que estás asusta-
Bella y Edward se casan después de su graduación, y viajan de luna de miel da tontamente, y adivino que es porque me tienes miedo a mi o a
en la cual se enteran que Bella ha quedado embarazada de Edward, algo lo que yo pueda pensar. Ya sé que te he dicho un montón de cosas
imposible en el mundo de los vampiros. El embarazo avanza muy rápido y sobre el matrimonio, y no es que las vaya a retirar, pero necesitas
la debilita cada vez más. Bella estaba muriendo, pues su hija se alimentaba
darte cuenta que estas cosas se aplican específicamente a mí. Tú
de su sangre. Durante el parto ella está a punto de morir, pero Edward le in-
yecta su veneno directamente en el corazón (para que la transformación sea
eres una persona muy diferente. Tú cometes tus propios errores y
más rápida) y ella no muere, en lugar de morir se convierte en vampiro. Su estoy segura que tendrás tu propia ración de cosas que lamentar en
hija nació. Edward y Bella tuvieron una hija mitad vampiro mitad humana la vida, pero la irresponsabilidad nunca ha sido tu problema, cora-
a la que llamaron Renesmee. La bebe se encuentra en peligro ya que la tribu zón (…). Mi niñita de mentalidad tan madura. Afortunadamente,
que lidera el mundo vampiro, cree que Renesmee es un niña inmortal, es decir pareces haber encontrado un alma madura como la tuya” (Meyer,
una niña que fue convertida en vampiro, lo cual está prohibido por el mundo op.cit, p.29).
vampiro. Frente a esto, los Cullen (familia de Edward) deciden reunir
testigos para que puedan verificar que Renesmee no es una niña inmortal. Esta frase representa la maduración de Bella con respecto a su ma-
Al final, los convencen de que la niña no es un peligro para los vampiros y
dre de la cual se puede desligar finalmente. La madre por su parte,
pueden vivir, finalmente en paz.
por primera vez, asume su rol de manera adulta. Se rompe el vín-
Bella se casa con Edward viviendo la experiencia arquetípica de culo matriarcal que las unía y que impedía que Bella creciera y se
la conjuntio. “Sólo habíamos pedido al Sr. Weber que hiciera un desarrollara. La madre la valida como mujer y valida su feminidad,
cambio pequeño y él amablemente sustituyó la frase que rezaba: lo que le permite a Bella comenzar una nueva vida junto a Edward.
“hasta que la muerte los separe” por una más apropiaba que rezaba: La madre debe vivir su propio proceso personal, como la diosa De-
“tanto como duren nuestras vidas. En ese momento cuando el méter quien pierde a su hija y que luego la recupera, pero no como
sacerdote recitó esta parte, mi mundo, que había estado boca abajo la niña que dejó, sino como una mujer madura. La inmersión de la
durante tanto tiempo, pareció estabilizarse en la posición correcta. hija hacia las profundidades y su propio proceso de transformación,
Comprendí qué tonta había sido temiendo este momento (…) Miré obliga a que la madre haga lo mismo si es que quiere recuperar a la
a los ojos brillantes, triunfantes de Edward y supe que yo también hija nuevamente, y en nuestra historia, esto es justamente lo que
había ganado, porque nada importaba salvo que me quedaría con tuvo que hacer la madre de Bella. Requirió realizar un cambio de
él” (Meyer, 2008, p.62). perspectiva e incorporar el sentido vertical, el camino del espíritu
(Berry, 1975).
En ese momento el mundo se alinea de manera perfecta para
ambos. El amor produce el equilibro perfecto entre los contrarios, Por otra parte, Bella tiene una hija con Edward. Durante el embara-
en este caso, entre un humano y un vampiro, produciéndose la zo, Bella debe ser convertida en un vampiro ya que la hija que lleva
unificación de la dualidad. Bella y Edward se unen eternamente en dentro es muy fuerte y la está matando. Edward decide salvarla y
un vínculo divino de alteridad ya que el amor diviniza. Si entende- transformarla. Este es el momento decisivo en que Bella emerge
mos al Sí Mismo como la imago Dei que vive dentro de nosotros, es de las profundidades y despierta hacia una nueva vida. La oruga
posible decir que la divinidad se encuentra en nuestro interior. En muere, para dar paso a la mariposa, renació. “Cuando era humana,
este sentido el amor actúa como el vehículo que nos permite entrar nunca había sido la mejor en nada (…). Después de dieciocho años
en contacto con esta divinidad, elevándonos desde la condición de mediocridad, estaba más que acostumbrada a ser una medianía.
de simples mortales a la vivencia de la inmortalidad eterna. En Me di cuenta en ese momento de que hacía mucho tiempo que
este sentido, desde el punto de vista femenino y basándonos en el me había resignado a no brillar jamás en nada. Hacía lo mejor que
análisis que realiza Neumann (1971) sobre el mito de Eros y Psi- podía con lo que tenía, pero sin terminar de encajar nunca del todo
que, podríamos decir que Bella unida a Edward representa al Self en mi propio mundo. Sin embargo esto era completamente distinto.
femenino unido con la divinidad masculina. Si hacemos un paralelo Me había vuelto algo sorprendente, tanto para ellos como para mí
entre Psique y Bella podríamos decir que esta última experimenta misma. Era como si hubiese nacido para ser vampiro (…). Había en-
en sí misma la forma trascendente del eros. contrado mi verdadero lugar en el mundo, el lugar en el que por fin
encajaba, el lugar donde podía brillar” (Meyer, op.cit, pp.574 -575).

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Muere en Bella la Koré que lleva dentro, y se convierte en una mitad vampiro (inmortal). Su nombre es la combinación del nom-
mujer- Perséfone que renace y emerge de las profundidades. Ya no bre Renée, madre de Bella y de Esme, madre adoptiva de Edward.
se siente torpe y poca cosa, sino que, al contrario, descubre que está Simbólicamente, Renesmee representa la unión e integración de los
llena de talentos y capacidades. Tomando lo planteado por Neumann opuestos entre lo mortal y lo inmortal, que se funden en una nueva
(1971) sobre el mito de Eros y Psique es posible decir que Bella al criatura. Es la imagen del nuevo amanecer en la relación de Bella y
igual que Psique, vive la experiencia de la mortalidad y después la Edward.
transición de la muerte hacia el renacimiento a través de Eros. Bella
al igual que Psique, se torna divina en una misteriosa transforma- Renesmee es el símbolo de la conjuntio en la relación de sus padres.
ción que la eleva sobre lo humano y la conduce a lo divino. Es el fruto del amor y del reconocimiento previo de la alteridad en
la pareja y en el desarrollo del alma de cada uno de ellos. La expre-
Ser vampiro para Bella es ser ella misma. Es haber descubierto fi- sión máxima de amor es la trascendencia del amor humano que se
nalmente su esencia, es un regalo divino. Después de tanto tiempo, diviniza en la totalidad en la emergencia de lo nuevo.
sentía que encajaba completamente en un grupo y en su propio
mundo. Como plantea Rutter (1993), con la emergencia de la mujer, “Mientras que el nacimiento de un hijo divino significa una renova-
ésta inicia un nuevo estado de consciencia. La luz interna que ha ción y una divinización de su espíritu, animus, para la mujer, cuan-
creado y aparecido dentro de ella, refleja una visión diferente y no- do se trata del nacimiento de una hija divina es un acontecimiento
vedosa. Se ha transformado en una mujer con una nueva identidad aún más central, que abarca al self femenino en su totalidad”
y con voz propia. (Neumann, 1971, p.55). El nacimiento de una niña habla del miste-
rio femenino de engendrar nueva vida a través de las generaciones.
El renacer como vampiro, le permitió a Bella descubrir que ella La hija convierte a una mujer en un ser inmortal que traspasa las
también poseía grandes talentos. Fue capaz de crear, con su mente, barreras concretas del tiempo y el espacio. La experiencia interior
un escudo protector que protegió a toda su familia al ser atacada femenina de Bella de convertirse en mujer culmina con el parto de
por la tribu que dirigía al mundo vampiro. Este escudo siempre la su hija en el cual la experiencia psíquica y física se unen en un na-
había protegido, sin que ella se diese cuenta, ya que impedía que cimiento psicológico y físico. Su hija representa su transformación y
los vampiros pudiesen influir con sus poderes sobre ella. Sn embar- su emergencia hacia la vida adulta.
go, esto era vivido como un problema ya que Edward era capaz de
leer los pensamientos de todas las personas, excepto los de ella.
Reflexiones Finales
Al finalizar la historia, ella es capaz de dominar este talento y de
permitir que, en ciertas ocasiones, Edward lea sus pensamientos. Le La saga Crepúsculo nos habla de un aspecto fundamental de la vida
abre su mundo interno a su amado, y lo hace parte de él. Si toma- humana: el amor. Del amor entre un hombre y una mujer y como
mos a Edward como la personificación de su animus podemos decir éste evoluciona a través de la relación para convertirse en un amor
que al permitirle a Edward entrar en su mundo interno, Bella entra profundo, auténtico y divino. El amor es lo que nos lleva a desarro-
en la fase consciente de relación con su animus. Es capaz de retirar llarnos, lo que nos lleva a ser creativos. Es el sentimiento que nos
las proyecciones realizadas sobre Edward y asumir conscientemen- alienta a salir de nuestra pasividad hacia el camino de la individua-
te sus talentos y potencialidades. Toma consciencia del poder y la ción, que sólo podemos alcanzar con la ayuda de un otro.
fuerza que tiene, y por primera vez, se siente igual de talentosa que
su esposo. Gracias a nueva esta relación con su animus, los conte- Tomando como referencia el mito de Eros y Psique podemos decir
nidos del inconsciente pueden ser movilizados hacia la consciencia, que el alma se convierte en Psique a través de Eros. En este sentido,
siendo éste un puente entre ambos territorios. “El animus da a la el alma florece, se despierta y se desarrolla cuando entra el contacto
mujer firmeza espiritual, un invisible apoyo interior que la compen- con la fuerza y la energía vinculante que proporciona el amor.
sa de su blandura exterior” (Henderson, 1995, p.194). Bella ya no es
más una “Koré” indefensa e ingenua. Se convierte en una Perséfone; Bella personifica el camino que realiza una mujer en su camino ha-
una mujer madura que asume su destino con sabiduría. cia el desarrollo y la individuación y el camino que recorre desde el
arquetipo matriarcal al arquetipo de alteridad. Nos habla de que el
Como se planteó anteriormente, de esta relación brotará el fruto tránsito hacia la adultez no es un camino recto y ascendente, sino
de su amor, su hija Renesmee. Renesmee es una niña mitad mortal, que implica un proceso de aproximaciones graduales en que muchas

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veces se requiere volver atrás para tomar fuerzas y continuar. La Bella personifica, a la heroína que todas llevamos dentro. A una
psique se va abriendo paulatinamente a la experiencia transforma- heroína femenina que se ha ido desvaneciendo en una cultura
dora del amor, por lo cual necesita equivocarse, desconfiar, sufrir y donde prima el héroe masculino. Bella es una heroína ya que es
retroceder para retomar luego el avance, que permite irse configu- capaz de luchar por amor, de sacrificar su vida y permitir ser tocada
rando con un otro. y transformada por éste. Una experiencia que conmueve y penetra
en lo más profundo del misterio femenino. Bella nos muestra que
La autora de esta novela, describe a Bella como una joven común y la transformación de nuestro propio destino requiere desarrollar
corriente que se encuentra viviendo los cambios propios de la ado- una actitud activa y abierta. Es el retrato activo de nuestra psique
lescencia. Esto hace que Bella pueda ser identificada como la típica clamando desde las profundidades, por recobrar el sentido y el sig-
adolescente moderna que siente que no encaja en el mundo y que nificado de la existencia.
se enamora de quien no debería. Esto hace que cualquier adolescen-
te que lea esta historia se sienta identificada con este personaje y se La saga Crepúsculo nos permite traer a nuestra cultura, las imágenes
embarque en su propio proceso de transformación. míticas y simbólicas presentes en los mitos griegos de Demeter- Per-
séfone y Eros y Psique. Si bien esta novela es un cuento de hadas y
Bella es sólo una expresión dentro de tantas otras posibles, de una no posee un carácter mítico, nos puede aproximar, sin embargo, a los
realidad arquetípica. Una realidad que implica descender al reino motivos arquetípicos presentes en estas historias milenarias. Bella se
de Hades con el propósito de transformarse y renacer, al posibili- transforma de una ingenua Core a una mujer Perséfone y vive al igual
tar la integración a la consciencia de los aspectos inconscientes y que Psique, la experiencia del amor en el encuentro con su alma.
desconocidos del alma. Cada mujer hará este descenso arquetípico
de una manera distinta, llenando el continente arquetípico con sus La historia de Bella y su amado Edward hablan de un proceso y
contenidos personales. Sin embargo el morir como niña y renacer evolución de los sentimientos y de la capacidad de relacionarnos con
como mujer es un proceso que se encuentra en el inconsciente co- otra persona. En este sentido, hablan de la importancia de desarrollar
lectivo de la mujer y por el cual su psiquismo debe atravesar, ya que una relación donde prime el dinamismo de la alteridad. Para lograr
nuestra energía psíquica se dirigirá siempre hacia la individuación. esto, una mujer debe pasar por un proceso de profunda transfor-
mación, que le permitirá tener una nueva relación con ella misma,
En este sentido, Bella nos muestra esta experiencia psíquica del con su familia y con su pareja. De esta manera podrá internalizar la
despertar femenino en un mundo moderno. Una experiencia de capacidad de estar con otro y con ella misma de una manera nueva
reconexión con las raíces de la tradición y de la naturaleza. Hoy en y vital. En este sentido el animus que antes estaba proyectado en un
día vemos como cada vez la mujer se va alienando de la vivencia otro, puede ser desvinculado de él y buscado en su interior, como una
consciente femineidad, e integrando más características masculinas guía que la conecte con las profundidades de su alma.
a su personalidad. El mundo regido por el dinamismo patriarcal
desconecta a la mujer de su esencia y la obliga a aprender a luchar
y a batallar como los hombres. En este contexto, el análisis de esta Bibliografía
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· Un Viaje de Ida y Regreso: El
Desarrollo de la Conciencia y su
Sentido para la Totalidad
Carolina Mora Vargas
Un Viaje de Ida y Regreso: El Desarrollo de la se unen tiempo, espacio y eternidad, y a través de ella dan cuenta
de la psique objetiva, es decir, del inconciente colectivo y los ar-
Conciencia y su Sentido para la Totalidad1 quetipos. En este espacio psíquico, la parte representa al todo, y el
todo representa a las partes.
Carolina Mora Vargas2
Magíster 2005-2006 Fordham

Jung no realizó mayores descripciones respecto del desarrollo del


Introducción Ego a partir del unus mundus, ya que se abocó al proceso de indivi-
duación a partir de la vida adulta, del regreso a la totalidad. Siendo
Este trabajo pretende explorar una de las preguntas centrales del Freud y sus seguidores los que se abocaron a explorar y describir
seminario de Desarrollo y Estructuras Simbólico Arquetípicas, es las etapas del desarrollo infantil. Considerando este vacío, muchos
decir, ¿Qué significado psicológico tiene para el individuo salir del analistas junguianos buscaron en los desarrollos de la Escuela de las
estado de identidad unitaria si al final de la vida regresa al mismo? Relaciones Objetales una visión del desarrollo del ego en la infancia.
A partir de estos contactos, Fordham funda la Escuela Evolutiva.
Indudablemente, hay una diferencia en este retorno a la unidad,
ya que conlleva conciencia, lo cual me lleva a una nueva pregunta, Uno de sus principales planteamientos, es la existencia desde el
¿porqué la conciencia es el gran logro evolutivo del hombre, de la nacimiento de un Self original o primordial, desde donde se iría
humanidad, del Self Cósmico? dando una progresiva diferenciación del ego. Esto implica que el
niño tiene sus propias fronteras psíquicas respecto de sus padres,
Para ello, inicialmente trataré de definir o describir esta unidad ori- y que a partir de la experiencia, evidencia la presencia tanto de
ginal y final, desde las distintas perspectivas de la Psicología Analí- imágenes parentales reales como arquetípicas. Fronteras en rela-
tica, describiendo el concepto de conciencia y realizando una breve ción a otros, ya que este estado psíquico inicial puede concebirse
descripción del proceso de evolución de ésta a través de la vida. como una totalidad en la temprana infancia. Este Self original, se
Finalmente, me enfocaré al aporte de otras miradas para responder encuentra presente, al menos, desde el momento del nacimiento.
a la pregunta inicial. Incluso, Fordham indica que los avances en el conocimiento de la
vida intrauterina, permitirían afirmar la existencia de una concien-
cia rudimentaria (Fordham, 1970). Lo cual implicaría la existencia
de un ego rudimentario también. Este Self original, funcionaría de
La Unidad Inicial manera psicosomática, y sería el responsable del desarrollo de la
conciencia y de la diferenciación del niño respecto de la madre. La
Jung madre inicialmente podría ser considerada como un representante
del Self para el niño, pero su diferenciación posterior es regido por
La base de la teoría analítica, es la concepción de una psique viva el Self original.
y creativa, capaz de desarrollarse gracias a las interacciones entre
sus distintos elementos y el mundo. Jung consideraba que estas Plantea, además, que el proceso de individuación comienza con el
relaciones vitales inseparables estaban originadas en el unus mundus. desarrollo del ego.
(Saiz, 2005)
Neumann
En el Unus Mundus primordial, todo se encuentra conectado entre
sí y no existen diferencias entre los hechos psicológicos y los físicos, Para Neumann, “en el principio era la plenitud, la totalidad. Esta
el pasado, el presente y el futuro. En este estado de indiferenciación totalidad indolente y callada que atesora toda forma de devenir,
toda potencialidad, reposa en sí misma y se percibe como oscuridad
1 Monografía presentada como Trabajo Final en Seminario Desarrollo y Estuctu- y silencio” (Saiz, 2005).
ras Arquetípicas. Docentes Dr. Mario Saiz, Analista Junguiano SUPA y Ps. Irma
Montt F., Analista Junguiana IAAP
Neumann denomina uroboros (Palabra Griega, que representa la
2 Psicóloga Clínica PUC / Magíster en Psicología Clínica mención Psicología
Analítica Junguiana UAI
serpiente del mundo. Se decía que era macho y hembra a la vez,

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que se autopreñaba, se autoalimentaba, era inmortal y completa), a tensión entre diferenciación e indiferenciación. (Byington, 2005)
este principio de los tiempos, donde el mundo y la psique son todavía uno y
donde no existe distinción entre el sujeto y el objeto, ni la realidad Por tanto, Byington, refiere que el desarrollo psíquico tiene sus raí-
subjetiva ni objetiva. Todo es potencialidad y nada en ella es actual. ces en los arquetipos, los cuales se expresan en polaridades, una de
A partir de esta unidad inicial caracterizada por la participación mís- las cuales es la polaridad Ego – Otro que inicialmente se encuentra
tica, en que tampoco hay distinción entre psique y soma, ocurre la indiferenciada. “El Ego y el Otro se diferencian a partir del infinito
“ruptura”, la separación originaria, que para Neumann es represen- Self Cósmico que los enraíza y abarca…..La diferenciación del Ego y
tada en todas las culturas a través de los mitos de creación. A partir del Otro los impulsa a conocer cada vez más sus diferencias, pero
de esta fisura o desgarro surge el hombre, la naturaleza y Dios. de forma siempre relativa, porque de forma absoluta ambos son
Para Neumann, este estado inicial representa la unidad de la rela- siempre la expresión del Todo” (Byington, 2005, p. 37). Por tanto,
ción madre – hijo, la imagen del “uroborus”, que es un gran circulo, la Psicología Simbólica se adscribe a la idea de que el desarrollo del
en cuyo centro, el niño se siente protegido (el germen del ego,) Ego (y del Otro) se encuentra coordinado desde el principio de los
como extensión de la realidad uterina, y que se caracteriza por ser tiempos por los arquetipos.
una unidad sin opuestos, es decir, la totalidad.

Para el autor, la personalidad como un todo y su centro directivo, El desarrollo de la Conciencia


el Self existen antes que el ego tome forma y se desarrolle como
centro de la conciencia. A través de la Centroversión, una función A partir de este estado inicial de indiferenciación, ¿cómo los auto-
de totalidad, es que en la primera mitad de la vida conlleva a la res describen el desarrollo de la conciencia? Y antes que eso, ¿qué se
formación del centro de conciencia, posición que va siendo gradual- entiende por conciencia? ¿Qué se entiende por conciencia rudimen-
mente asumida por el complejo del ego. Con la formación de este taria? ¿Qué papel juega el Ego, los arquetipos, los símbolos y el Self
centro, el Self establece un “derivado” de sí mismo, una “autoridad”, en el desarrollo de la conciencia?
el ego, cuyo rol es representar los intereses de la totalidad, defen-
diéndonos de las demandas particulares del mundo interior y del
medio ambiente. Simbólicamente la relación del ego con el centro
de la totalidad es una relación de hijo. ¿Qué se entiende por conciencia?

Byington Según Wikipedia, la conciencia o consciencia, del latín conscientia


(propiedad del espíritu de reconocerse como sujeto de sus atribu-
Aún cuando el autor no hace referencia directa, al menos en los tex- tos), es definida en general como el conocimiento que un ser tiene
tos examinados, respecto de los estadios iniciales del desarrollo del de sí mismo y de su entorno. “Conscientĭa” significa literalmente “con
Ego, algunas de sus afirmaciones permiten comprender su postura conocimiento” (del Latín: cum scientĭa).
respecto de esta evolución. Comparte la concepción de un ego corpo-
ral intrauterino y de un estado de indiferenciación inicial, que no es Jung, indica que la conciencia es un factor psíquico autónomo, de
asimilable a un estado inconciente, pues para el autor la polaridad adquisición reciente en el proceso evolutivo y cuyo desarrollo y man-
conciente e inconciente se diferencia posterior a la activación de los tención plantea un importante desafío al hombre y a la humanidad.
procesos de elaboración simbólica. En este estado inicial, además, Se origina y nace en el inconciente colectivo, el cual funciona de
tampoco existiría una diferenciación del Self individual respecto manera paralela e independiente del desarrollo de ésta. Sitúa al ego
del Self familiar, cultural, planetario y cósmico, por tanto, esta como el centro de la conciencia, aún cuando reconoció que partes de
también sería una tarea de desarrollo, a través de la vivencia de los éste pueden encontrarse también en la sombra. (Fordham, 1970).
símbolos. Menciona además que inicialmente existiría un estado de
fusión simbiótica y la define como una función estructurante que Según Stein (2004), Jung comprende a la conciencia como el estado
actúa a lo largo de la vida, aún cuando otras funciones determinen de alerta, de estar despiertos, un percatarse, observar y registrar el
la diferenciación del Ego y el Otro, nunca podremos estar completa- mundo que nos rodea y en el mundo que esta dentro de nosotros.
mente diferenciados y siempre existirá un grado de simbiosis, unión, Y define al menos siete etapas de desarrollo de la conciencia, de las
indiscriminación o indiferenciación respecto del Otro en distintos cuales; la primera etapa, corresponde a la participation mystique,
niveles. Esta es la base de la creatividad, la posibilidad de tolerar la en que hay una identificación de la conciencia y del mundo que lo

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rodea, conciencia y objeto son una misma cosa. En la segunda eta- Describe una fase inicial, urobórica, predominantemente inconciente,
pa, las proyecciones son más localizadas y comienza una distinción el “paraíso”, cuyo centro es el Self y que a través de la función de cen-
entre uno y el otro. La tercera, corresponde a la etapa de desarro- troversión (función de totalidad) da origen a la conciencia y al Ego
llo en que se alcanza un mayor nivel de abstracción, por lo que la como su centro, que es empoderado por el Self para ser representante
dicotomía yo/objeto se extrema, y las proyecciones se focalizan en y guardián de la totalidad frente a las demandas del ambiente.
valores o ideologías. La cuarta etapa, está caracterizada por la apa-
rente extinción radical de las proyecciones, las cuales en realidad En su descripción de las etapas del desarrollo del Yo en la infancia,
están envistiendo al yo, dando cuenta de una inflación. La quinta Neumann hace referencia permanentemente a la evolución del
etapa, se relaciona con la reunificación de lo conciente e inconcien- eje Ego-Self. El Self –con su tendencia a la totalidad y completud
te a través de la función trascendente. De manera más escueta, no humana- varía en sus manifestaciones: en cada etapa del desarro-
explícita, Jung hace alusión a dos etapas más, la 6ª, correspondería llo ‘los dioses experimentan metamorfosis’, el Self se encarna en
a aquella que da cuenta de una relación más amplia entre la psique un arquetipo (aunque sin volverse idéntico a él), de modo que tal
y el mundo, que reconoce la unidad de estos dos aspectos de la rea- arquetipo comienza a representar un valor supremo para el ego
lidad. Y una 7ª etapa, revelada en la experiencia del Kundalini. infantil, atrayéndolo, avasallándolo, concentrándolo en el foco de
revelación arquetípico.
Desde la perspectiva de Fordham, que se adscribe a la posición de
Jung respecto de la relación ego – conciencia, pero que la amplía: El arquetipo, impele a un modo de acción específico; a través de
“el ego es la suma de los actos preceptuales y las descargas motoras imágenes y símbolos, se revela y ‘llama’, con una demanda tal, que
que son o pueden hacerse concientes” Fordham, trad. Salinas pp.1) tiene un carácter de obligatoreidad de respuesta. El arquetipo conste-
A partir de esto, como ya se indicó, existiría una conciencia rudi- lado por el Self en cada etapa irrumpe con un significado, con un sentido: de
mentaria intrauterina caracterizada por estados de percepción vagos acuerdo a la tendencia a la totalidad psíquica planteado por Jung,
y transitorios, de modo que la identificación del ego con la con- el contenido arquetípico emergente va a tener siempre un efecto com-
ciencia es dudosa. Progresivamente, con el fortalecimiento del ego, pensatorio, que va a reordenar los equilibrios psíquicos y el flujo de la
la conciencia se desarrollaría ampliándose en tiempo y calidad. De libido entre los opuestos.
acuerdo a lo expuesto, el autor relaciona el desarrollo de la concien-
cia con el del Ego, proceso que es coordinado por el Self primario, a El arquetipo anterior (el dios antiguo), ha de ser abandonado (no
través de procesos de integración y re integración sucesivos. Por lo sin una gran resistencia –‘inercia autoperpetuadora’- de su par-
tanto, son los arquetipos los responsables de la formación del ego te, que lo lleva a mostrar su lado más terrible y amenazante). La
como núcleo de la conciencia. Estos, serían los patrones funda- reacción de miedo y aún de pavor del niño, es alentada por el Self,
mentales que orientan su desarrollo tanto en la infancia como en considerándola favorecedora del proceso de tomar distancia de lo
la adultez, tanto en el proceso de desarrollo del ego, a través de viejo y llegar a la transformación en una nueva etapa.
sucesivas deintegraciones, como en el proceso de individuación, a
través de la integración. A partir de ello, destaca especialmente su distinción entre dos tipos
o formas de conciencia: la matriarcal y la patriarcal, dadas a partir
En cuanto a la visión de Neumann, el desarrollo del Ego esta- de la predominancia arquetípica de la Gran Madre, que actuaría
ría dado a partir del Self (al cual identifica como el Inconciente, en la relación primaria, como la base del desarrollo del ego, y al
como Totalidad y centro), analogando a la relación de un hijo con arquetipo patriarcal. Asimila la conciencia matriarcal a las culturas
un padre, cuyo foco en la infancia es el hijo, pero que en la vida orientales, donde el centro se sitúa en el corazón, al contrario de la
adulta cambia y es desde el hijo hacia el padre. Indica que “desde conciencia patriarcal, predominante en la cultura occidental y cuyo
la más tierna infancia, el Self intenta manifestarse en nuestras centro es la cabeza, el pensamiento.
vidas trabajando en asociación desigual con el Yo;…desiguales, son
mutuamente dependientes: el Yo no puede sobrevivir sin el Self, y Bajo el arquetipo de la Gran Madre todopoderosa, el niño va dejando
éste no puede alcanzar la conciencia sin el Yo”. “En cierto modo, el de ser un self corporal y se transforma en una totalidad individual,
sí mismo es para el Yo, lo que el padre o la madre es para el hijo” un self completo y abierto a las relaciones, pero aún no plenamente
(Neumann en Saiz, 2005). conciente. En este tiempo, sienta las bases de toda otra subsecuen-
te relación amorosa y social con otro ‘tu’, y los fundamentos de la
relación que va a establecer consigo mismo y su mundo interno. En

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este tiempo, la relación primal positiva le dará la sensación de abrigo el símbolo, ya que a partir de la ruptura de la unidad inicial y de la
y seguridad, un mundo ordenado por el sentimiento del cual el niño herida causada por la separación (que es ontológica) el ser es movi-
está al centro (‘experiencia antropocéntrica’). lizado a buscar formas de sutura. La cual está dada por el símbolo,
como “imagen de sentido”, entendiendo sentido como “sutura sim-
Gradualmente, el Yo avanza en su independencia y la conciencia se va bólica de una fisura real” (Ortiz-Osés – Circulo Eranos 1989). El símbolo, es
separando de la Gran Madre. Debe crecer fuera de ella para liberarse, la mejor expresión para un estado de cosas aún desconocido, surge
fortalecerse y consolidarse (proceso por el cual se hará fuerte, tanto del Self como estructura estructurante, ya que permite la formación
frente al impacto con el mundo, como contra la invasión de lo incons- de la identidad del Ego y del Otro en la conciencia y en la sombra.
ciente), y en ese proceso van surgiendo las primeras polarizaciones. Esto es, a través de los procesos de elaboración simbólica, que cuan-
do es defectuosa, da lugar a un símbolo fijado, entonces constituye
De este modo el Self, se traslada desde la madre (que lo representa- sombra circunstancial o cronificada, si es elaborado creativamente,
ba) hacia dentro del niño, el cual llegará por esta vía a experimentar- entonces genera conciencia.
se como ego y conciencia y a la madre como inconsciente. La unidad
urobórica, que hasta entonces contenía los opuestos, se ha separado Respecto al Ego, éste es, como señalamos antes, siempre arquetípi-
en sus componentes (los polos coexistentes se muestran ya diferen- co y expresa el proceso de actualización del potencial del Arquetipo
ciados), y lo masculino comienza a aparecer como figuras indepen- Central. Ello, implica que es imposible concebir cualquier estado
dientes, pero aún menores hacia el fin de la etapa matriarcal. psicológico tanto sin un Ego como sin un arquetipo, es decir, el Ego
es siempre arquetípicamente guiado.
Sólo con un ego más fortalecido, será bienvenida la emergencia del
arquetipo del padre; éste va a hacer antítesis al anteriormente do- Existirían padrones, según los cuales los principales arquetipos
minante, arquetipo materno y con ello, las tensiones entre opuestos estructuran la identidad del ego y del Otro en la conciencia du-
(arriba abajo, cielo y tierra, conciente e inconsciente), quedarán rante toda la vida; los arquetipos, alternan su dominancia según
plenamente consteladas. las distintas etapas del proceso sin desaparecer, sino ejerciendo su
influencia de la mano del arquetipo dominante.
Positivo y negativo, se ponen lado a lado en el principio masculi-
no, de modo que junto con los aspectos ‘espirituales’ (movimiento, Todo este proceso de elaboración, es coordinada por el Arquetipo
fecundación, potencia que da vida) se muestra el aspecto ‘instintivo’ Central, el cual activa la función del cuaternio arquetípico regen-
(ligado a lo inferior, la potencia destructora, la agresión y la sexuali- te, en el que cada arquetipo define una forma de conciencia y una
dad) y puede mostrarse como la unidad polarizada (no disociada ni relación yo-otro.
opuesta a sí misma) que es.
La Psicología Simbólica agrupa cuatro arquetipos en el Cuaternio
El arquetipo paterno, manifiesta especialmente el principio masculino Arquetípico Regente, que componen los puntos cardinales de la ela-
superior: el espíritu, el soplo de vida, lo que se mueve invisible, boración simbólica y que se encuentran coordinados, por un 5º ar-
viento y verbo creador. Acontecimiento numinoso que cautiva la quetipo: el Arquetipo Central. Cada arquetipo, define una posición,
conciencia receptiva de mujeres y hombres; a la mujer –dada la una forma de relación del yo y el otro. Además, al ser el arquetipo
preeminencia en su conciencia de los aspectos receptivos- subyugán- tanto consciente como inconsciente, cualquier persona adulta pueda
dola por entero, ya que toda ella se torna receptora; en el hombre, escoger, conscientemente, un determinado patrón arquetípico para
subyugando sus aspectos receptivos (su ánima), pero sin afectar elaborar una situación, determinando así una participación del Ego.
su actividad consciente creativa y discriminadora, de modo que al
hombre (mientras más patriarcal) le resulta más fácil ‘resistir a lo Está compuesto por los siguientes arquetipos y sus respectivas
numinoso’ y guardar de ello cierta distancia, con lo cual la asimila- posiciones:
ción y elaboración de ese espíritu es distinta.
• Arquetipo Central, que determina la posición indiferenciada,
Para la Psicología Simbólica, el ser humano se desarrolla generan- análoga al estado urobórico de Neumann. En esta posición, el
do conciencia y sombra a la vez, en la medida que la identidad de símbolo activado para la elaboración permanece en gran parte
las polaridades ego-otro se transforma en virtud de los procesos de desconocido por la conciencia e inmerso en la indiferenciación
elaboración simbólica. Un rol central, dentro de esta visión, juega psíquica. Al parecer en este estado, se da la activación del sím-

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bolo sin que exista aún la capacidad para elaboración, a excep- El sentido del regreso a la Totalidad y los Mitos de Creación y del Fin de
ción de los símbolos de naturaleza más corporal, como podrían los Tiempos : Reflexiones.
ser los estímulos en la vivencia intrauterina. El autor, no hace
referencia en esta posición a un tipo de conciencia pues aún no “Es como si la totalidad inconsciente original, así como la unicidad
hay elaboración como tal, me parece que es asimilable a la con- original que formamos con la vida, de la cual partimos y de la cual tuvimos
ciencia rudimentaria señalada por Fordham. Esta posibilidad, que emerger, pudiese ahora ser recuperadas, en parte, a nivel consciente”
da coherencia al desarrollo y paso de esta posición a la insular, (Edinger, 1972)
o a las demás.
• Arquetipo Matriarcal, que determina la posición insular, carac- Jung, sostenía que una vez separadas estas “partes” o polos en el
terizada por una gran intimidad en la relación Ego – Otro. En proceso de desarrollo, durante la primera etapa de la vida, éstas de-
esta posición, emergen islas de conciencia vinculadas o comu- ben ser reunidas en una totalidad integrada. Si bien los mundos del
nicadas unas con otras, a través de corrientes inconcientes por sujeto y el objeto, de lo consciente e inconsciente, deben forzosa-
funciones como la intuición o las percepciones extrasensoriales. mente dividirse en aras de la adaptación, también debe reunificarse
• Arquetipo Patriarcal, que determina la posición polarizada en aras de la salud, que para Jung significaba totalidad. El camino
entre Ego-Otro y Otro-Otro de manera unilateral, es decir, se que lleva progresivamente hacia el sí-mismo y a esta reunificación,
mantiene y cultiva de manera refinada la jerarquía de un polo es parte del proceso de individuación, cuyo fin es la síntesis de lo que ha
por sobre el otro, por tanto la relación del Ego con el Otro está sido previamente diferenciado y separado.
bien delimitada y es estereotipada. Este tipo de conciencia,
coincide con la visión tradicional de la conciencia como unila- Esta imagen de totalidad inicial desmembrada, es un mito muy
teral, es decir, que a medida que se desarrolla necesariamente extendido en la humanidad, que se manifiesta bajo diversas formas
lleva un polo a la luz y el otro polo lo relega a la sombra. y variaciones pero que mantiene en su esencia el siguiente tema: la
• Arquetipo de la Alteridad, que determina la posición dialéc- creación no puede llevarse a cabo sino a partir de “un ser vivo que se
tica, que permite que Ego y Otro, acepten sus polaridades en inmola, un gigante primordial, andrógino, o un ser masculino cós-
función del Todo. “…abre la Conciencia a la lógica misteriosa, mico, o una Diosa Madre, o bien una joven mítica” (Eliade,1957 p.
paradójica y sincrónica de los opuestos, donde nada es cierto o 212). Es repetitiva la imagen de un gigante primordial, que se sacri-
errado de antemano”. Byington, 2005, pp143. Este tipo de con- fica y que es desmembrado para dar origen a la creación del mundo,
ciencia, toma aspectos de la posición insular y polarizada, pero ejemplos de ello son: Ymir, P’an-Ku, Purusha. La muerte violenta,
los trasciende al incluir el principio de sincronicidad. es creadora de otro plano de existencia, “una totalidad viva explota
• Arquetipo de la Totalidad, que determina la posición con- en fragmentos y se dispersa en una multitud de formas animadas”
templativa que propicia y coordina las vivencias de totalidad. ( id, pp.213). Esta fractura elemental, coincide con el mito cristiano
Recoge la identidad del Ego y del Otro elaboradas en las otras del Paraíso, en que la expulsión del hombre evidencia la pérdida de
posiciones y las reúne en un todo que permite contemplar un estado de comunión inicial, y con la emergencia de la conciencia
todas las polaridades. del bien y del mal, que más que conciencia moral alude a la capa-
cidad de hacer distinciones. En otras cosmogonías, también surge
Los símbolos, en el proceso de elaboración, deben pasar por todas el tema de la caída, la separación y la pérdida de un estado, en la
estas posiciones, y así lograr integrar un conocimiento del ser, for- antigua Mesopotamia, por ejemplo, la creación.
mando y transformando la identidad del yo y del otro. Sin embargo,
el que la polaridad ego-otro opere en una posición, no significa ne- En América, es frecuente encontrar la creación asociada a dioses
cesariamente que ha logrado este tipo de diferenciación, ya que no que bajaron de las estrellas y que crearon al hombre o lo salvaron
se define una jerarquía evolutiva en ellas, por ejemplo, lo matriarcal de un cataclismo. Entre los indios Puebla o Hopi y los Maya, por
no es más primitivo que lo patriarcal. Cada posición cumple un rol ejemplo, existía la creencia de que el mundo había sido destruido
y tienen el mismo potencial para la elaboración, y para la formación sucesivamente por distintos desastres naturales, de modo que se
y transformación. espera un nuevo desastre que termine nuevamente con éste. Sus re-
latos, aluden al regreso de los dioses o de un hombre con especiales
características (virgen, blanco, etc) que rescatará al pueblo y recons-
tituirá un mundo mejor. Similar a éste, es el relato del Apocalipsis,

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en que también acaecerá destrucción y desastres y será el fin del reflejada su imagen en un espejo, para así apreciar su perfección.
mundo. Frente a lo cual, Cristo volverá a salvar a quienes se hayan Este espejo, inicialmente apañado, iría cada vez aclarándose más,
convertido a la fe. en la medida que se desarrolla la conciencia. Por este motivo, para
el Islam y especialmente para el Sufismo es de especial importancia
Estos relatos, me parecen susceptibles de análisis simbólico, más allá vivir en comunidad. Pues este acto de reflejarse en los demás, es lo
de las interpretaciones concretistas que hablan de extraterrestres y que invariablemente permite conocerse, al igual que como plantea
de colonias de experimentación genética. Simbólicamente, los rela- Jung al recoger nuestras proyecciones y distinguir entre un yo y
tos aluden a un fin inminente, a la destrucción de un estado y a la otro, podemos ampliar nuestra conciencia. ¿Esto significa entonces
muerte, y el paso a una situación mejor que no siempre es descrita que a medida que el hombre se autodescubre, Dios entendido como
en detalle, pero que siempre involucra un retorno al paraíso o a un Totalidad, también lo hace? Otra reflexión interesante, es la del au-
estado bastante parecido. Al parecer, el retorno a la totalidad tiene tor islámico Maanán (2009) que gira en torno al lenguaje, que para
un precio nuevamente: la muerte, que simbólicamente representa el éste es el elemento constitutivo de la conciencia. En el análisis de
fin de una forma de ser en el mundo. En esos términos, la venida de la lengua árabe, no existe una palabra para definir “Ser”, por tanto,
este ser especial que salva a la humanidad de la destrucción puede todo se define a través de otros verbos. En el caso de la palabra
asociarse a la reconexión del hombre con el Self o con el arquetipo Allah, no existe una definición clara pues “Dios es la realización
central, si consideramos a esta imagen como su representación ar- del Ser, es el Ser supremo. Pues bien, en árabe eso es imposible. Es
quetípica. El ciclo; nacimiento, desarrollo, muerte y resurrección, se decir, no puede existir Dios como un Ser supremo. Fijaos bien que,
replica a nivel personal y a nivel cósmico, pues al parecer la humani- en las lenguas occidentales, Dios aparece después del Ser, tiene que
dad también experimenta la muerte y transformación. ser para después poder actuar como Dios. Por el contrario, como
dice Moncef Chelli, Allah no es el Dios de Descartes; no puede
Ahora bien, esto sigue sin explicar la necesidad de esta separación y serlo pues no es objeto del discurso humano, sino anterior. Así, el
retorno a la totalidad. problema para los musulmanes no es la existencia de Allah, sino la
existencia del mundo”
Al respecto, la Psicología Simbólica refiere que “La diferenciación
del Ego y del Otro expresa, el desarrollo del Self” (pp 37), por tanto, Agrega, respecto del destino del hombre: “Somos sujetos secundarios
en la medida que esta polaridad conforma su identidad y funciona- de una acción previa a nosotros mismos. El musulmán se diluye,
miento, sus interrelaciones permiten estructurar el Self. Es decir, a sí mismo, dentro de esa acción universal, por llamarla de alguna
que es el Self individual, grupal, social y cósmico el que crece el que manera, y va descubriéndose, va descubriendo lo que él es, su nada.
crece cada vez que las interacciones del Ego y del Otro les permiten Y en ese acto de autodescubrimiento, descubre a su Señor, que es el
diferenciarse. (Byington, 2005). verdadero motor de toda actividad, del universo en sí. Y el universo,
es simplemente, formas sobre formas, son velos sobre velos que el
En este sentido, podemos vincular este proceso de desarrollo del in- musulmán va descorriendo. Una sucesión infinita de velos”.
dividuo con el colectivo, y con el proceso de Humanización del Cos-
mos, ya que para Teilhard, el sentido de la evolución, que involucra Es decir, que para los musulmanes Allah no es asimilable a un Dios
tanto la materia, como la vida y el pensamiento (o el espíritu), está personal, no es una doctrina, por tanto, no es definible, es más bien
comprendido en un principio descriptivo de la mayor generalidad: una noción, un concepto que constantemente se escapa y a través
la tendencia hacia el logro de mayores niveles de complejidad y, del “sala” o de la oración, que no es hablar sino repetir (la palabra),
simultáneamente, al logro de mayores niveles de conciencia y con se logra una experiencia de Unidad. Lo cual, a mi parecer, sería lo
ello, hacia una colectividad armonizada de conciencias, que equi- más parecido a la experiencia de la Totalidad.
vale a una especie de superconciencia. Por tanto, el Self Cósmico,
se define en la evolución a través del desarrollo de cada conciencia Para el Cristianismo, el sentido del regreso a la Totalidad, tiene
humana y con ello, se humaniza. (Byington, 2005). un fuerte acento en el amor, en la experiencia del amor de Dios a
través del sacrificio de Cristo. Este mito, da cuenta del proceso de
Ornstein (1971), hace un interesante aporte a partir de su análisis elaboración simbólica, ya que la experiencia de sufrimiento en la
de la cultura islámica y la lengua árabe, que parece tener algunas cruz, es un símbolo respecto del sufrimiento del hombre en busca
coincidencias con lo propuesto por analistas junguianos. Señala que de sentido. Cristo, enfrentado a la polaridad, es capaz de tolerar
en el Islám, el sentido de Dios al crear al hombre habría sido ver el dolor y la soledad de la fractura elemental (de la pérdida de la

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Totalidad inicial) y trascender (como función trascendente) a éste, Saiz, M. (2005). Clases de Magíster.
para elaborar la experiencia. Esta vivencia, es la que lo transforma a
través de la muerte, y lo hacer revivir a una nueva vida. “Sentado a Scott Littleton, C. (2004). Mitología. Blume. Tailandia.
la derecha de su padre”, podría ser el reflejo de una mayor comu-
nión con lo arquetípico. Así, es la experiencia de amor de Cristo, Stein, M. (2004). El mapa del alma según Jung. Editorial Luciérnaga
la que “sutura” la herida a través de la elaboración simbólica. Esto Barcelona, España.
me hace pensar, que cuando hablamos de amor, no nos referimos a
un sentimiento, sino a una forma de energía, que es lo que tal vez
intuyó Freud al definir la Libido como energía y que Jung trascendió
entendiéndola como un impulso trascendente más allá de la sexua-
lidad. De este modo, el amor reúne lo que antes estuvo separado.
En la mística Sufi y también en el Cristianismo, se hacen varias
referencias al “amado (a)” y al sufrimiento existencial de estar sepa-
rado de éste, asimilando a la Totalidad con este amado (a), el motor
de esta búsqueda es la “sed” de ese estado de amor, una energía que
vincula y que retorna a la Unión. Ahora bien, la experiencia de ese
amor sería esencialmente distinta porque existiría un Yo y otro.

Todo esto, refuerza mi aprecio por las ideas de Jung respecto del
proceso de individuación, ya que el ser humano adquiere así el sen-
tido de ser individuo único y al mismo tiempo ser parte de un todo.
Y aunque, Jung, no lo declaró de manera explícita, me adscribo a la
opinión del profesor Juan de Castro que señala que esta sería una
Psicología del Amor (2006)

Bibliografía

Byington, C. A. (2005). La Construcción Amorosa del Saber: el fundamento y la


finalidad de la Pedagogía Simbólica Junguiana. Sao Paulo: Linear B.

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126 127
· El Lenguaje del Cuerpo como
“Técnica Expresiva” en la
Psicología Analítica

André Sassenfeld Jorquera


El Lenguaje del Cuerpo como “Técnica Expresiva” que ayudan al paciente a “establecer un contacto más cercano con
lo inconsciente y a enfrentar su realidad y su potencial” (Stein,
en la Psicología Analítica 1995, p. 41).

André Sassenfeld Jorquera 1 En términos generales,


Docente Magíster
puede considerarse que los psicólogos analíticos han
Es sabido que una de las metas centrales de la psicoterapia de sobrevalorado, incluso idealizado, la mente y lo que
orientación jungiana corresponde al establecimiento de un diálogo podríamos llamar ´pensamiento´ y han descuidado
entre el ego consciente y lo inconsciente –un diálogo que de modo tanto el cuerpo como, en particular, la contribución
gradual posibilita la constelación activa y consciente del eje ego– del lenguaje corporal a la comprensión de los pacien-
self y que, con ello, impulsa el proceso de individuación al abrir al tes que acuden a análisis. (Wiener, 1994, p. 331)
ego a la influencia organizadora y directora más profunda del self.
Tal como señala Stein (1995), la transformación terapéutica de la En particular, la “psicología jungiana parece estar marcada por una
personalidad “requiere enfrentar lo inconsciente, sus estructuras específicas y ambivalencia teórica respecto del cuerpo, mientras en gran parte
sus relaciones dinámicas con la consciencia en la medida en la que estas se vuelven lo ignora en términos clínicos” (Heuer, 2005, p. 106). Así, hasta la
accesibles en el transcurso del análisis” (p. 33, cursiva del original), debido fecha la corporalidad tampoco ha podido ser considerada en cuanto
a lo cual implica un estado de relativa receptividad a los procesos vía potencial de diálogo con lo inconsciente –a pesar de que el
inconscientes. En otras palabras, el “encuentro con lo inconsciente lenguaje del cuerpo es, en esencia, un lenguaje expresivo y comu-
resulta ser central en el análisis jungiano […]” (p. 40), sea por me- nicativo por antonomasia y a pesar de que al menos en la cultura
dio del análisis de sueños, la retirada de proyecciones transferencia- occidental el cuerpo tiende a estar ligado a múltiples aspectos
les, la práctica de la imaginación activa o la reconstrucción genética inconscientes. Basta recordar que, en el marco de la teoría psicoa-
de aspectos determinantes de la infancia del paciente. Como hemos nalítica, el cuerpo es consistentemente alineado con lo inconsciente
dicho, todo esto involucra el establecimiento de una relación vital, (Krueger, 2002).
consciente y recíproca del ego con lo inconsciente.
Dada la trascendental importancia clínica del contacto entre la Tomando en consideración la cualidad expresiva básica del cuerpo,
consciencia y lo inconsciente, los psicoterapeutas jungianos han en este trabajo exploraremos la posibilidad de utilizar el lenguaje
buscado articular diferentes modalidades a través de las cuales corporal como una especie de técnica expresiva. En primer lugar, a
facilitar este encuentro, modalidades adicionales a los métodos modo de fundamentación teórica resumiremos algunas de las ideas
tradicionales del análisis de los sueños, del análisis de la transferen- de Jung en torno a la relación entre psique y cuerpo presentadas de
cia y de la imaginación activa desarrollados por el mismo Jung. En modo más sistemático en un trabajo anterior (Sassenfeld, 2006),
este sentido, en el trabajo psicoterapéutico de numerosos psicólogos enfatizando su concepción de la unidad de psique y cuerpo y algu-
analíticos las técnicas expresivas ocupan un lugar fundamental. nas ideas sobre cuerpo, sombra y self. En segundo lugar, examina-
La circunstancia mencionada se ve reflejada en la diversidad de remos un conjunto de hallazgos pertenecientes a diferentes campos
procedimientos expresivos que han sido integrados a los procesos de investigación que nos permiten conceptualizar efectivamente
terapéuticos, abarcando desde técnicas clásicas como el dibujo o el lenguaje corporal como fenómeno expresivo, visualizarlo como
el modelado hasta formas alternativas vinculadas con la danza, la vehículo de la expresión emocional y comprender su significación
música, la caja de arena y otras. En el contexto de este trabajo, el en las relaciones interpersonales, incluyendo la relación psicotera-
término técnicas expresivas hace alusión de manera específica a pro- péutica. A continuación, intentaremos mostrar algunos aspectos de
cedimientos que posibilitan de alguna forma concreta la expresión la utilización clínica del lenguaje del cuerpo como vía de acceso a y
de contenidos propiamente inconscientes o al menos en medida contacto con lo inconsciente y ejemplificaremos esto a través de dos
significativa determinados por lo inconsciente. Se trata de técnicas viñetas clínicas.

1 Psicólogo Universidad de Chile / Magíster Psicología Clínica mención Psicología


Analítica Junguiana UAI / Docente Magíster Junguiano UAI en el Seminario: La
Psicología Analítica Junguiana y el Desarrollo de la Personalidad.

130 131
Psique y cuerpo en las contribuciones de Jung a la psicología analítica En 1935, Jung relacionó explícitamente el cuerpo con la sombra y,
por ende, con los elementos del inconsciente personal:
En sus seminarios sobre el Zaratustra de Nietzsche, Jung (1988 [1934-
1939]) se pregunta: “¿qué es el cuerpo? El cuerpo es meramente la No nos gusta mirar nuestro lado sombrío; por lo
visibilidad del alma, de la psique; y el alma es la experiencia psico- tanto, existen muchas personas en nuestra sociedad
lógica del cuerpo. De modo que es realmente una y la misma cosa” civilizada que han perdido su sombra por completo,
(p. 99). Algunas páginas más adelante indica: se han deshecho de ella. Tienen sólo dos dimensio-
nes; han perdido la tercera dimensión y, con ella,
Pero el cuerpo también es, por supuesto, una concre- habitualmente han perdido el cuerpo. El cuerpo es
tización, una función, de aquella cosa desconocida un amigo dudoso porque produce cosas que no nos
que produce tanto la psique como el cuerpo; la dife- gustan: existen demasiadas cosas relacionadas con el
rencia que hacemos entre psique y cuerpo es artifi- cuerpo que no pueden mencionarse. Muchas veces el
cial. Se hace al servicio de una mejor comprensión. cuerpo es la personificación de esta sombra del ego.
En realidad, no hay nada más que un cuerpo vivo. Ese (cit. en Greene, 2001, p. 568)
es el hecho; y la psique es tanto un cuerpo vivo como
el cuerpo es una psique viva: es lo mismo. (p. 114) Desde entonces, algunos psicoterapeutas se han apropiado de la
comprensión del cuerpo como sombra para trabajar con la corpora-
Esta aseveración deja inmediatamente claro que la concepción bá- lidad de sus pacientes (Conger, 2005; Heuer, 2005). Desde este pun-
sica de Jung acerca del problema cuerpo-mente está ligada a la no- to de vista, puede considerarse que el trabajo con el cuerpo equivale
ción de una interconexión o interdependencia primordial de ambos en concreto al trabajo con la sombra y los aspectos inconscientes
(Chodorow, 1995; Greene, 2001; Heuer, 2005; McNeely, 1987). que contiene, pudiendo ser visualizado como vía clínica de acceso
a lo inconsciente −y, de hecho, tal como señala Redfearn (1998), en
Estas ideas fundamentales de Jung en torno a la unidad inseparable la psicoterapia “la recuperación de partes perdidas del self siempre
de psique y cuerpo se acercan en gran medida al concepto cardinal significa el restablecimiento de un lazo perdido entre el yo y una
de Wilhelm Reich (1945 [1933]), el padre de la psicoterapia cor- parte o una función del cuerpo” (p. 33).
poral, acerca de una simultánea “antítesis e identidad funcional” Chodorow (1995) nos recuerda que para Jung los símbolos del self
entre procesos psíquicos y procesos somáticos. Más allá, tanto Jung emergen a partir de las profundidades del cuerpo humano, una
como Reich piensan que cuerpo y psique son manifestaciones de noción que guarda relación con las ideas de Jung acerca de la locali-
un elemento unitario previo a tales diferenciaciones –“aquella cosa zación anatómica del inconsciente colectivo en las áreas primitivas
desconocida” para Jung2, procesos bioenergéticos organísmicos para del sistema nervioso. Efectivamente, Jung (1988 [1934-1939]) aseve-
Reich– que nuestros sentidos y la estructura que adopta nuestra ra que no “habría sentido si no existiese consciencia y, dado que no
comprensión conceptual son incapaces de aprehender de modo hay consciencia sin cuerpo, no puede existir sentido sin el cuerpo”
adecuado. Desde esta perspectiva, si clínicamente se supone que el (p. 94). Así, puesto que la psicología analítica vincula la experien-
trabajo psicoterapéutico con una imagen psíquica proveniente de cia de sentido con la acción del self, además de constituir una vía
lo inconsciente constituye al menos de modo potencial una vía de fundamental de acceso a los contenidos de la sombra el cuerpo
diálogo entre el ego consciente y lo inconsciente, el intento de ser puede posibilitar la aparición de símbolos significativos que pueden
consecuente con la concepción jungiana de la relación cuerpo-psi- contribuir al proceso de individuación del paciente. En sus comen-
que conllevaría la paralela suposición de que una expresión corporal tarios sobre el Zaratustra de Nietzsche, Jung va aún más allá:
determinada por lo inconsciente también puede ser utilizada como
forma de contacto de la consciencia con lo inconsciente. es un hecho que tenemos cuerpos que han sido crea-
dos por el self, de manera que debemos asumir que
el self en realidad desea que vivamos en el cuerpo,
que vivamos ese experimento, que vivamos nuestras
2 Siguiendo a Astor (1998), Fordham define el self primario como “entidad psico- vidas. [El] cuerpo es […] uno de los experimentos de
somática, que tiene el potencial de formar un cuerpo y una psique” (p. 15). Desde la visibilidad del self […]. (pp. 120-123)
esta perspectiva, podríamos aventurarnos a afirmar que “aquella cosa descono-
cida” a la que Jung hace referencia remite, en esencia, al self.

132 133
Desde esta perspectiva, es posible concebir que al menos algunas dificado y reconocido por otros organismos. Es decir, la expresión
expresiones del organismo que se manifiestan a través del lengua- corporal y emocional cumple también una función comunicativa a
je del cuerpo pueden ser visualizadas como expresiones directas y través de su percepción y decodificación por parte de otros.
“visibles” del self.
Muchos investigadores contemporáneos pertenecientes a diferentes
Chodorow (1995) piensa que Jung “tenía una aprehensión instintiva campos de estudio han retomado a lo largo de las últimas décadas
del movimiento como medio primordial de expresión y comunica- la temática de los procesos no-verbales corporales de expresión y
ción, pero le concedió relativamente poca atención en el desarrollo comunicación que Reich había explorado con mucha dedicación,
de la psicología analítica” (p. 392). De esta manera, como hemos pero sin que sus hallazgos hayan sido tomados mayormente en
mostrado en esta sección, en muchas de las ideas de Jung que él consideración por los círculos más amplios de la psicología y la
mismo no elaboró con mayor profundidad está implícita la posi- psiquiatría. Por un lado, la teoría del apego describió la función
bilidad de contemplar los fenómenos somáticos como expresiones relacional de muchas manifestaciones corporales del infante en el
de lo inconsciente que, en cuanto tales, pueden ser empleados en contexto del vínculo primario con un cuidador (Schachner, Shaver
términos clínicos con la finalidad de establecer y hacer progresar el & Mikulincer, 2005). Así, por ejemplo, el llanto como fenómeno
encuentro y diálogo entre el ego consciente y lo inconsciente. expresivo de un organismo cumple en determinadas circunstancias
la función de supervivencia de atraer la atención del cuidador a una
situación necesitada de su intervención y las conductas de segui-
miento señalizan el deseo de mantener la cercanía física de manera
Algunas consideraciones sobre el lenguaje expresivo del cuerpo que el cuidador pueda satisfacerlo. De este modo, puede suponerse
que al menos algunas expresiones corporales y afectivas buscan
Reich (1945 [1933]) fue uno de los primeros psicoterapeutas que de forma específica despertar ciertas reacciones por parte de otros
enfatizaron la relevancia del lenguaje corporal en el campo de la psi- significativos. Más allá, la teoría del apego muestra que el lenguaje
cología profunda y que comenzaron a utilizarlo como herramienta del cuerpo a menudo actúa al servicio de necesidades de supervi-
terapéutica capaz de abrir paso hacia contenidos inconscientes para vencia (Bugental, 2005) y, por lo tanto, puede considerarse que es
el paciente. Al mismo tiempo, Reich tenía claridad respecto de la de origen filogenético.
naturaleza intrínsecamente expresiva del cuerpo:
Por otro lado, los estudiosos de la interacción temprana entre madre
lo vivo se expresa en movimientos, en ´movimientos expresivos´. y bebé ampliaron las consideraciones de los teóricos del apego y
El movimiento expresivo es una característica inhe- constataron la existencia de un verdadero proto-diálogo emocional
rente al protoplasma. Distingue estrictamente los continuo mediado por las expresiones faciales, vocales, gestuales y
sistemas vivos de los no vivos. El término significa, en corporales de sus participantes (Beebe et al., 2005; Pally, 2001; Scho-
sentido literal, que algo del sistema vivo ´tiende hacia re, 2005). Las funciones de este proto-diálogo somático-afectivo son
fuera´ y, en consecuencia, ´se mueve´. […] El signifi- numerosas e incluyen la diferenciación de la afectividad del infante,
cado literal de ´emoción´ es ´mover hacia fuera´, que la aparición de su sentido de identidad personal y la construcción
equivale a ´movimiento expresivo´. El proceso físico de estructuras psíquicas capaces de procesar y regular sus propios
de la emoción protoplasmática o del movimiento estados emocionales y corporales. De modo interesante, tal como in-
expresivo va siempre unido a un significado compren- dica Schore (2005), la comunicación no-verbal descrita es visualizada
sible en forma inmediata, al cual llamaremos expresión como comunicación de hemisferio cerebral derecho a hemisferio
emocional. El movimiento del protoplasma posee, pues, cerebral derecho –es decir, se trata de un diálogo entre inconscien-
una expresión en el sentido de una emoción, y la tes, en el cual tanto la emisión como la decodificación de señales
emoción o la expresión de un organismo está ligada al corporales comunicativas se producen de forma principalmente no
movimiento. (p. 364, cursivas del original) consciente. Este “diálogo de acción” (Beebe, 2004) ha sido estudiado
con mucha profundidad en la interacción temprana; sin embargo, ha
Reich no sólo destaca el carácter fundamentalmente expresivo del quedado al descubierto que no desaparece con el paso del tiempo,
cuerpo, sino que además explicita que todo movimiento corporal sino que permanece como telón de fondo a la comunicación adulta.
de expresión está vinculado de modo directo con una expresión
emocional que, a su vez, porta un significado que puede ser deco-

134 135
Desde este punto de vista, los investigadores clínicos han empezado El lenguaje del cuerpo como “técnica expresiva”
a reconocer que en la interacción psicoterapéutica también actúan
de manera constante mecanismos relacionales no conscientes en En “La función trascendente” (1957 [1916]), Jung especifica que
alguna medida similares a aquellos de la interacción cuidador- existen personas “que internamente ni ven ni escuchan, pero sus
infante (Beebe et al., 2005; Knoblauch, 2005; Pally, 2001; Sassenfeld, manos tienen la capacidad de expresar contenidos del inconsciente.
2007; Schore, 2005). Así, en los últimos años se ha vuelto a pensar […] Relativamente excepcionales son aquellas cuyos dones motrices
acerca del lugar del cuerpo y la acción en el contexto psicotera- posibilitan una expresión de lo inconsciente por medio del movimien-
péutico. Reemplazando el concepto tradicional del acting-out, que to o la danza” (p. 100, cursivas del original). A la luz de las ideas que
había adquirido un significado más peyorativo que descriptivo o examinamos en la sección previa, esta observación de Jung requiere
explicativo, surgió el concepto del enactment o puesta en escena como matización: en efecto, puede aseverarse que la expresión intencional
conceptualización de la posibilidad clínica de que significados y de lo inconsciente a través de vías motrices resulta ser privilegio
contenidos inconscientes surjan a la consciencia siendo en pri- de algunos individuos dotados en este sentido. No obstante, la
mer lugar escenificados corporalmente en la relación terapéutica a expresión espontánea y no intencionada de lo inconsciente a través de
través de ciertas formas de interacción (Cambray, 2001; Sassenfeld, las expresiones corporales-emocionales no sólo no está limitada a
2007). Knoblauch (2005) afirma, en este sentido, que la experien- ciertos pacientes sino que, más bien, su aparición es inevitable en
cia corporal y la comunicación no-verbal encarnada implicadas en todos los pacientes.
las puestas en escena representa una puerta primordial de entrada
a contenidos inconscientes de gran relevancia que muchas veces Se debe a esta distinción fundamental que he colocado a lo largo
no han podido expresarse de ninguna otra manera. Destaca en de este trabajo una parte de la noción del lenguaje del cuerpo como
esta concepción además que tanto paciente como terapeuta están “técnica expresiva” entre comillas. No me he estado refiriendo a la
involucrados de modo activo en el surgimiento de aspectos incons- realización consciente de una técnica de expresión corporal, como
cientes a raíz de una experiencia interactiva diádica mediada por los por ejemplo la psicodramatización o la danza, con la finalidad de
cuerpos de ambos. que se pongan de manifiesto contenidos inconscientes a través de
esta. En esencia, he estado haciendo referencia a las expresiones
Como hemos visto en esta sección, puede afirmarse que el cuerpo es espontáneas y no deliberadas del cuerpo (miradas, gestos, movi-
intrínsecamente expresivo y que la expresión corporal está siempre mientos, actitudes, etc.) que, en el contexto clínico, se producen
acompañada de una expresión emocional correspondiente. Asimis- de forma continua y cuya existencia puede ser utilizada como si se
mo, en la actualidad existe consenso respecto de que la expresión tratara de los productos de una técnica que apunta a la expresión
corporal-emocional cumple funciones relacionales fundamenta- de aspectos inconscientes. Tal como afirma Reich (1945 [1933]),
les tanto en las interacciones tempranas entre los infantes y sus “Trabajamos con el lenguaje expresivo” (p. 367, cursiva del original), en gran
cuidadores como en las interacciones entre adultos. Por lo tanto, medida porque lo inconsciente se pone de manifiesto en él de modo
la comunicación no-verbal también se produce en la interacción directo e inmediato.
psicoterapéutica, donde diversos investigadores clínicos han cons-
tatado que las puestas en escena, procesos vinculares mediados por Existen al menos dos formas básicas de trabajar con el lenguaje del
interacciones entre cuerpos, constituyen una vía fundamental de cuerpo en cuanto “técnica expresiva” –en el marco de una psicología
acceso y exploración de contenidos inconscientes. De esta manera, individual de un cuerpo o en el marco de una psicología relacional de
las ideas de Jung que revisamos en la sección anterior reciben apoyo dos cuerpos (Aron, 1998; Sassenfeld, 2007)– y deseo ejemplificar am-
por parte de las perspectivas examinadas en lo que antecede. Por bas posibilidades a través de viñetas clínicas. En primer lugar, el mar-
un lado, hemos clarificado tanto la relevancia como la necesidad co de una psicología individual de un cuerpo remite principalmente
de tomar en consideración el cuerpo y sus manifestaciones en el a un paradigma intra-subjetivo, en el cual el foco de atención es el
marco psicoterapéutico y, por otro lado, contamos con suficientes mundo interno del paciente sin que se enfatice la vinculación con
elementos conceptuales para entender el uso clínico del lenguaje el psicoterapeuta. En otras palabras, en esta primera modalidad de
del cuerpo como “técnica expresiva”. En total, parece claro que trabajo la expresión corporal es entendida como expresiva de aspectos
existen vinculaciones entre la expresión corporal y lo inconsciente, inconscientes del mundo subjetivo del paciente sin que estos sean
el supuesto básico que en realidad nos permite aproximarnos a la relacionados con la situación interactiva entre paciente y terapeuta.
corporalidad en cuanto “técnica expresiva”.

136 137
Francisca es una mujer de 38 años que acude a psicoterapia porque entre esta forma de sentarse y la temática de la inseguridad. De
percibe que se “auto-boicotea” en situaciones placenteras y cons- inmediato, establece varias relaciones que nos aportan elementos
tructivas, provocando peleas y, según relata, “haciendo pataletas de nuevos y útiles.
cinco años”. Hacia la tercera sesión, cuando por primera vez surge
con mayor detalle a un primer plano la relación con su madre, En este caso, a Carla le surgen varios recuerdos en los que temió
Francisca espontáneamente se saca los zapatos, sube ambas piernas ser retada y castigada. Así, la postura de una niña obediente pudo
y se sienta en el sillón con las piernas cruzadas. Junto con esto, entenderse como forma corporal de aplacar el reto y castigo que
dice: ”Ay, me dieron ganas de hacer pipí”. Mi propia sensación es anticipaba de parte de sus padres y otras figuras significativas. Esto
de estar frente a una actitud algo infantil, una actitud semejante a nos permitió comprender que muchas veces sus dificultades para
la de una niña. Cuando le señalo a Francisca mi impresión acerca expresarse son inhibidas precisamente por estos temores y, asimis-
de lo ocurrido y se lo contextualizo con el contenido que había mo, nos permitió ahondar en cómo estas experiencias se vinculan
estado ocupando la sesión (la relación con su madre), se sorprende de modo importante con sus vivencias de inseguridad. Nuevamente,
y asiente. el lenguaje del cuerpo posibilitó la toma de consciencia de conteni-
dos que con anterioridad habían permanecido inconscientes.
En términos del proceso terapéutico, esta expresión corporal anun-
ció la progresiva elaboración de un vínculo conflictivo y muy dolo- En el marco de una psicología de dos cuerpos, la expresión del
roso de Francisca con su madre, en el cual ella a menudo se siente cuerpo es entendida como comunicación no-verbal de un aspec-
aún como una niña –de manera similar a como lo podría haber to inconsciente propio de la dinámica interactiva existente entre
anunciado, por ejemplo, un sueño o un dibujo o una construcción paciente y terapeuta. En este sentido, una psicología de dos cuerpos
en una caja de arena. Desde el punto de vista de la psicología analí- remite a un paradigma inter-subjetivo, en el cual el mundo interno
tica, podríamos tal vez señalar que el movimiento corporal descrito del paciente no puede concebirse como independiente de la sub-
puso al descubierto la constelación de un complejo materno negati- jetividad del psicoterapeuta sino que debe ser comprendido en el
vo. Cabe recordar que el mismo Jung, en sus experimentos tempra- contexto de esta. Las puestas en escena mencionadas con anteriori-
nos con el test de asociación de palabras, ya había establecido la dad, que involucran una interacción en la que están implicados de
relación que existe entre la constelación de un complejo y ciertas forma directa y personal tanto el paciente como el terapeuta, son
reacciones corporales, incluyendo inquietud psicomotora, titubeo, un ejemplo de esto. En la viñeta que sigue, describo una secuencia
silencios y otros aspectos ligados a la expresión corporal. En este interactiva que, a mi juicio, no alcanzó a conformarse como una
sentido, el lenguaje expresivo del cuerpo nos permitió entrar en puesta en escena propiamente tal porque se trató de una situación
contacto con un aspecto significativo contenido en la sombra de más circunscrita y también porque el terapeuta con rapidez advirtió
Francisca y, con ello, iniciar el diálogo de su ego consciente con su lo que había ocurrido y lo explicitó.
inconsciente de modo directo.
Natalia es una estudiante universitaria de 22 años. Consulta por la
Veamos otro ejemplo en el paradigma individual de un solo cuerpo: aparición de un estado depresivo a raíz de un duelo reciente. Hacia
el octavo mes del proceso psicoterapéutico, ha surgido la temá-
Carla es una secretaria y estudiante universitaria de 27 años que tica de cómo a menudo utiliza estados afectivos de resignación y
inició una psicoterapia por dificultades generales para expresarse desesperanza con fines defensivos, en especial como forma de no
frente a los demás y por la presencia de sentimientos de inseguri- experimentar y expresar reacciones de protesta, rabia, molestia y
dad y ansiedad. Alrededor del tercer mes de la terapia, Carla llega desacuerdo. En una sesión durante el octavo mes, frente a varios
apurada y se sienta en el sillón. Al mismo tiempo que ella comienza de sus comentarios desesperanzados me mantengo en silencio,
a decir que la temática que quiere tratar en esa sesión es su inse- produciéndose espacios de silencio más largos de lo acostumbrado.
guridad que ya la tiene agotada, mi mirada se fija en la forma en la Durante la siguiente sesión, nos comunicamos como de costum-
que se sienta. Mantiene ambas piernas juntas, generando tensión bre aunque Natalia mantiene los brazos firmemente cruzados a lo
en la parte superior de ambas piernas, y junta las manos sobre sus largo de gran parte de la sesión, un gesto que advierto y sobre el
rodillas. Da la impresión de estar sentada como una niña inhibida cual reflexiono en el transcurso de la semana. A la próxima sesión,
y obediente que teme ocupar demasiado espacio. Le comunico la nuevamente Natalia se mantiene los brazos cruzados. Le señalo lo
impresión que tengo, enfatizando la sensación de que parece temer que observo, le comento que he observado su gesto durante dos se-
ocupar más espacio, y le pregunto si ella percibe alguna relación siones y le sugiero que podría estar molesta conmigo. En un primer

138 139
momento, Natalia lo niega de una manera que me parece exagerada el self posibilita al individuo integrar aspectos significativos de la
y, en consecuencia, agrego que tal vez podría estar molesta porque, sombra al ego consciente.
frente a la necesidad de que algunas sesiones atrás yo hiciera algún
comentario útil en relación con su experiencia de desesperanza, me Sin embargo, resulta más difícil dar cuenta de la posibilidad de que
mantuve en silencio y con ello la dejé sola con su experiencia deses- a través de la expresión espontánea del cuerpo emerja una vía de
peranzada y no le ayudé a entenderla o transformarla. Reconoce que contacto con contenidos del inconsciente colectivo. Boadella (2006)
estoy en lo correcto de modo racional, aunque le cuesta sobremane- ha descrito lo que denomina “posturas del alma” y también ciertas
ra sentir efectivamente molestia o enojo. formas de movimiento que, desde el punto de vista de la psicología
analítica, pueden ser consideradas arquetípicas. También las llama-
En este caso, la expresión corporal pudo ser comprendida de modo das asanas o posturas de la tradición del yoga remiten a expresiones
clínicamente útil en el marco de una psicología de dos cuerpos y corporales que parecen vinculadas con elementos inconscientes
nos permitió por un lado elaborar la temática del uso defensivo de colectivos. No obstante, por lo común la utilización clínica de los
la desesperanza a partir de una experiencia directa y, por otro lado, conceptos de Boadella o de las posturas del yoga no hace referencia
nos posibilitó la profundización en aspectos inconscientes de su a manifestaciones somáticas espontáneas, como la noción aquí exa-
funcionamiento. Por ejemplo, quedó al descubierto que sus dificul- minada del lenguaje del cuerpo como “técnica expresiva”, sino más
tades para la manifestación de molestia, protesta y desacuerdo esta- bien a manifestaciones corporales planificadas y deliberadas.
ban principalmente vinculadas con figuras investidas de autoridad
y esto, a su vez, hizo posible la exploración de aspectos hasta ese Una idea que sí parece franquear este vacío es el concepto de las
momento inconscientes de la dificultosa relación con su padre, el puestas en escena arquetípicas formulado por Cambray (2001). Con
cual había estado en gran medida idealizado. El lenguaje del cuerpo esto, Cambray refiere a la posibilidad de que en la interacción psi-
actuó, una vez más, como “técnica expresiva” cuyos productos coterapéutica se escenifique corporalmente un motivo mítico entre
enriquecieron e impulsaron el proceso psicoterapéutico y, al mismo paciente y terapeuta. Dado que las puestas en escena surgen de
tiempo, resultó ser de utilidad a la hora de facilitar el diálogo entre forma espontánea y no planificada ni deliberada, este fenómeno in-
el ego consciente y contenidos provenientes de lo inconsciente. teractivo podría entenderse como vía de encuentro de los egos cons-
cientes de paciente y psicoterapeuta con contenidos arquetípicos.
Ahora bien, cabe recordar que en sentido estricto los contenidos
Reflexiones finales inconscientes no pueden ser claramente diferenciados en persona-
les y colectivos, conteniendo más bien mezclas variables de ambos.
Hemos intentado describir el uso clínico del lenguaje del cuerpo Desde esta perspectiva, parece claro que el lenguaje del cuerpo pue-
como una especie de “técnica expresiva”. Fundamentamos teórica- de efectivamente actuar como potencial canal de encuentro y diá-
mente este concepto recurriendo a diferentes ideas de Jung sobre logo del ego consciente con lo inconsciente, un proceso que como
la relación entre cuerpo y psique y sobre cuerpo, sombra y self y, mencionamos en la introducción corresponde a uno de los objetivos
asimismo, apoyamos estas ideas de Jung con hallazgos acerca del fundamentales de la psicoterapia de orientación jungiana.
lugar del cuerpo y la expresión no-verbal provenientes de la teoría
del apego, la investigación de infantes y el estudio clínico de las
puestas en escena. Finalmente, explicamos el uso terapéutico del Referencias
lenguaje del cuerpo como “técnica expresiva” en el paradigma de
un cuerpo individual y en el paradigma relacional de dos cuerpos y Aron, L. (1998). The clinical body and the reflexive mind. En L.
ejemplificamos ambas modalidades mediante viñetas. Para concluir, Aron & F. Sommer (Eds.), Relational Perspectives on the Body (pp. 3-37).
deseamos ofrecer algunas últimas reflexiones sobre la temática New Jersey: The Analytic Press.
tratada en este trabajo.
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En los ejemplos clínicos presentados, el empleo del lenguaje del infancy and childhood. En I. Alister & C. Hauke (Eds.), Contemporary
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torno a la relación de la corporalidad con la aparición de símbolos
del self puede ser entendida en este contexto en el sentido de que

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McNeely, D. (1987). Touching: Body Therapy and Depth Psychology. Toronto:


Inner City Books.

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Equipo docente

Mª Paz Abalos Barros - Directora Magíster


Psicóloga Clínica PUC. Acreditada como Psicóloga Clínica y Super-
visora Clínica CNAC. Magíster en Psicología Clínica mención Psico-
logía Analítica, UAI. Analista Junguiana, Miembro Individual IAAP.

Claudia Grez Villegas - Coordinadora Académica Magíster


Psicóloga Clínica PUC. Acreditada como Psicóloga Clínica y como
Supervisora Clínica CNAC. Magíster en Psicología Clínica Junguiana
UAI. Analista Junguiana, Miembro Individual, IAAP.
Presidenta Grupo de Desarrollo C. G. Jung Chile.

Guillermo Abalos Barros


Psicólogo Clínico PUC. Magíster© en Psicología Clínica Junguiana
UAI.

Felipe Bandera Grandela


Psicólogo Clínico UDP. Magíster en Psicología Analítica Junguiana
UAI.

Verónica Barraza Carvajal


Licenciatura en Arte PUC. Magíster en Psicología Junguiana UAI
mención Teórica.

Claudia Beas Arancibia


Psicóloga Clínica UGM. Magíster en Psicología Analítica Junguiana
UAI. Router IAAP.

Lía Espinosa Vallenilla


Filósofa. Pos-título en Psicología Analítica Junguiana UAI. Alumna
Doctorado Filosofía UCH.

Arlette Gillet Juliet


Psicóloga Clínica PUC. Acreditada como Psicóloga Clínica y como
Supervisora Clínica CNAC. Magíster en Psicología Clínica, mención
Psicología Analítica, UAI. Analista Junguiana, Miembro Individual,
IAAP.

María Amelia Herrera Herreros


Psicóloga Clínica PUC. Postítulo en Psicología Analítica Junguiana.

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María Consuelo Martínez Equipo de supervisión
Psicóloga Clínica PUC. Acreditada como Psicóloga Clínica y como
Supervisora Clínica CNAC. Magíster en Psicología Clínica Junguiana
UAI. Mª Paz Abalos Barros
Psicóloga Clínica PUC. Acreditada como Psicóloga Clínica y Super-
Bárbara Placencia Bordue visora Clínica CNAC. Magíster en Psicología Clínica mención Psico-
Psicóloga Clínica PUC. Acreditada como Psicóloga Clínica y como logía Analítica, UAI. Analista Junguiana, Miembro Individual IAAP.
Supervisora Clínica CNAC. Magíster en Psicología Clínica Junguiana
UAI. Router IAAP. Arlette Gillet Juliet
Vice-Presidenta Grupo de Desarrollo C. G. Jung Chile. Psicóloga Clínica PUC. Acreditada como Psicóloga Clínica y como
Supervisora Clínica CNAC. Magíster en Psicología Clínica, mención
André Sassenfeld Jorquera Psicología Analítica, UAI. Analista Junguiana, Miembro Individual,
Psicólogo Clínico U. de Chile. Magíster en Psicología Analítica Jun- IAAP.
guiana UAI.
Marcela Godoy Bustos
Patricia Vargas Zuñiga Psicóloga Clínica PUC. Acreditada como Psicóloga Clínica y como
Psicóloga Clínica UGM. Magíster en Psicología Analítica Junguiana Supervisora Clínica CNAC. Magíster en Psicología Clínica, mención
UAI. Router IAAP. Psicología Analítica, UAI.

Claudia Grez Villegas


Psicóloga Clínica PUC. Acreditada como Psicóloga Clínica y como
Supervisora Clínica CNAC. Magíster en Psicología Clínica Junguiana
Docentes invitados UAI. Analista Junguiana, Miembro Individual, IAAP.
Presidenta Grupo de Desarrollo C. G. Jung Chile. Router IAAP.
Dr. Mario Saiz Laureiro, Médico Psiquiatra, Analista Junguiano,
Presidente Sociedad Uruguaya de Psicología Analítica (SUPA). Presi-
dente Comité Latinoamericano de Psicología Analítica (CLAPA)

Dr. Carlos Amadeus Byington, Médico Psiquiatra; Analista Junguia-


no IAAP Zurich; Miembro Fundador y Primer Presidente de la Socie-
dad Brasilera de Psicología Analítica (SBPA); Miembro de la Asocia-
ción Internacional de Psicología Analítica; Educador e Historiador.

Dra. Irací Galias, Médico Psiquiatra Analista Junguiana- IAAP Zu-


rich. Miembro Fundador Sociedad Brasilera de Psicología Analítica
(SBPA). Profesora Escuela de Medicina, Universidad Católica de Sao
Paulo.

Dr. Nairo De Souza, PHD, Médico Psiquiatra. Analista Junguiano,


IAAP-Zurich. Miembro Fundador Sociedad Brasilera de Psicología
Analítica SBPA. Profesor, Universidad Católica de Sao Paulo.

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