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Trabajo: historia natural de la enfermedad y la malaria

Juan Sebastián Hernández

Yania Moncada

Juan Manuel luna

Erika Hernández

FUNDACIÓN CENTRO COLOMBIANO DE ESTUDIOS PROFESIONALES

Epidemiologia

SANTIAGO DE CALI

2 septiembre 2017
HISTORIA NATURAL DE LA EMFERMEDAD
La historia natural de la enfermedad es la evolución de un proceso patológico sin
intervención médica. Representa el curso de acontecimientos biológicos entre la
acción secuencial de las causas componentes (etiología) hasta que se desarrolla la
enfermedad y ocurre el desenlace (curación, paso a cronicidad o muerte)

A lo largo del proceso se pueden diferenciar las siguientes fases:

Un período prepatogénico:
Transcurre desde que comienza la interacción de los factores causales hasta
que se inicia la enfermedad.
Esta comprendido en la fase de salud en el ser humano "Antes de Enfermar”.
El ser humano "Huésped", nace, crece, se desarrolla en un ambiente con
factores que pueden originar una mayor de enfermarse.

En dicho periodo tiene las siguientes características:

1.-Sucede en el ambiente, antes de que el ser humano resulte afectado.

2.-Ocasiona la relación de los factores de riesgo en relación con el agente, el


huésped y el ambiente.
3.-Ya que es parte del proceso de equilibro entre agente, huésped y ambiente.
4.-. Es anterior a las manifestaciones subclínicas
5.-Es asintomático.

La relación entre "el agente, patogénico, el huésped y el ambiente”, ha logrado


tener un enlace agente y huésped requiere la participación de varios factores,
logrando tener equilibrio y dar origen al proceso de enfermedad en el ser
humano.
Un periodo patogénico:

El periódico patogénico de una enfermedad se refiere al momento en el que


un agente patógeno o enfermedad entra en el anfitrión sin que el cuerpo
presente síntomas aún.

En este periodo se llevan a cabo cambios celulares, tisulares y orgánicos.


Cuando una enfermedad se puede transmitir, el periodo patogénico comienza
en el momento en el que el agente patógeno penetra para establecerse en un
organismo.

Virus de la gripe

La etapa patógena se caracteriza por presentarse en el ambiente, justo


después de que el ser humano se ve afectado. Aquí, se da una interacción
entre el patógeno, el huésped, y el ambiente.

En el periodo patogénico empiezan a aparecer las manifestaciones


subclínicas y clínicas de una enfermedad particular. Por estas razones, se
puede decir que el periodo patogénico es la enfermedad como tal.
Inicialmente, la relación del agente del huésped se da en un plano subclínico.
Más adelante se empezarán a manifestar los síntomas que dependen del
huésped y del grado de agresividad del agente; típicamente el cuadro de la
enfermedad.

Se puede decir que este período culmina al momento en que terminan los
síntomas referentes al cuadro clínico, ya sea porque la enfermedad se terminó
porque se curó o porque ocurrió la muerte en el desarrollo del proceso
patológico.

El período patogénico se divide en en el periodo de incubación o en el período


de latencia:

Periodo de incubación
El periodo de incubación es el tiempo transcurrido entre la exposición a un
organismo patógeno, químico, o radiación, hasta cuando los síntomas y
signos son aparentes.

En una típica enfermedad infecciosa, el periodo de incubación se refiere al


periodo que le toma a los múltiples organismos alcanzar una cantidad
suficiente para producir síntomas en el anfitrión.

Por ejemplo, una persona puede ser el portador de una enfermedad, como el
estreptococo en la garganta, sin exhibir ningún síntoma. Dependiendo de la
enfermedad esta persona puede o no ser contagiosa durante el periodo de
incubación.

Periodo de lactancia
cuando una enfermedad pertenece a la categoría de degenerativa, se puede
referir como en periodo de latencia. Esto significa que su evolución es lenta,
ocurriendo a lo largo de meses o incluso años.

La latencia viral es la habilidad de un virus patogénico para permanecer en


dormancia (latente) dentro de una célula, denotado como la parte lisogénica
del ciclo de vida viral. Se puede decir que la latencia es el periodo que tarda
entre la exposición hasta que aparecen los primeros efectos adversos.
Muchos científicos definen al periodo de latencia como el espacio de tiempo
que transcurre entre la exposición a un agente patógeno o causante de una
enfermedad, y el momento en el que aparece la enfermedad sintomática.

Etapas de la prevención

La prevención primaria, precede al inicio de la enfermedad y tiene por


objetivo evitar la aparición de nuevos casos de la misma. Incluye todas
aquellas actividades que incrementan la salud y aquellas dirigidas a reducir
potenciales factores de riesgo: medidas legislativas, de promoción de la salud,
medio ambientales, …
La prevención secundaria, actúa en las fases iniciales del desarrollo de la
enfermedad con la finalidad de mejorar el pronóstico, retardar el desarrollo de
la misma y sus consecuencias. El diagnóstico y el abordaje terapéutico
precoces son sus instrumentos más conocidos.
La prevención terciaria, más tardía, actúa cuando la enfermedad ya está
bien establecida y su finalidad, al igual que la secundaria, es retardar su
evolución, reducir las consecuencias de la enfermedad (incapacidad, dolor,
complicaciones, recurrencias y secuelas).
La malaria

es una enfermedad producida por parásitos del género Plasmodium, y algunos


estudios científicos sugieren que pudo haberse transmitido al ser humano a
través de los gorilas occidentales. Es la primera enfermedad de importancia
entre las enfermedades debilitantes. Entre 700 000 y 2 700 000 personas
mueren al año por causa de la malaria, de los cuales más del 75 % son niños
en zonas endémicas de África, Asimismo, causa aproximadamente entre 400
y 900 millones casos de fiebre aguda al año en la población infantil (menores
de cinco años) en dichas zonas. En mayo de 2007, la Asamblea Mundial de la
Salud decidió conmemorar el 25 de abril el Día Mundial del Paludismo.

Los parásitos que causan la malaria humana tienen una capacidad única para
evadir su destrucción por el sistema inmunológico del cuerpo, disminuyendo
su capacidad para desarrollar la inmunidad y combatir la infección, un estudio
de la Universidad de Yale ha encontrado. El estudio aparece en la edición
temprana en línea de los Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias.

Uno de los mayores problemas en el control de la malaria en las regiones de


alta transmisión, donde sigue siendo responsable de más de un millón de
muertes anuales, es que la inmunidad protectora contra la reinfección no se
produce. Se cree que la formación inadecuada y el mantenimiento de la
memoria de lucha contra la infección de las células T están en la raíz de este
mal funcionamiento inmune. Este fenómeno también frustra los esfuerzos para
desarrollar vacunas eficaces contra el paludismo.

Causas

La malaria o paludismo es causada por un parásito que se transmite a los


humanos a través de la picadura de mosquitos anofeles infectados. Después
de la infección, los parásitos (llamados esporozoítos) viajan a través del
torrente sanguíneo hasta el hígado, donde maduran y producen otra forma,
llamada merozoítos. Los parásitos ingresan en el torrente sanguíneo e
infectan a los glóbulos rojos.
Los parásitos se multiplican dentro de los glóbulos rojos, los cuales se rompen al
cabo de 48 a 72 horas, infectando más glóbulos rojos. Los primeros síntomas se
presentan por lo general de 10 días a 4 semanas después de la infección, aunque
pueden aparecer incluso a los 8 días o hasta 1 año después de esta. Los síntomas
ocurren en ciclos de 48 a 72 horas.

La mayoría de los síntomas son causados por:

La liberación de merozoítos en el torrente sanguíneo


Anemia resultante de la destrucción de glóbulos rojos
Grandes cantidades de hemoglobina libre liberada en la circulación luego de la
ruptura de los glóbulos rojos
La malaria también se puede transmitir de la madre al feto (de manera
congénita) y por transfusiones sanguíneas. Los mosquitos en zonas de clima
templado pueden portar la malaria, pero el parásito desaparece durante el
invierno.

Esta enfermedad constituye un problema de salud mayor en gran parte de los


países tropicales y subtropicales. Los Centros para el Control y la Prevención
de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés)
calculan que cada año se presentan de 300 a 500 millones de casos de
malaria y que más de un millón de personas muere a causa de esta. Esta
presenta un riesgo de enfermedad mayor para los viajeros a climas cálidos.
Síntomas

Los primeros síntomas que presenta una persona infectada no se distinguen


de una enfermedad viral leve: fiebre leve e intermitente, dolor de cabeza, dolor
muscular, escalofríos, vómitos y síntomas gripales. En caso de que los
síntomas no se traten, la enfermedad puede evolucionar y provocar
complicaciones graves y, en algunas ocasiones, la muerte.

Las manifestaciones de la enfermedad aparecen transcurridos siete días de la


picadura del mosquito (lo habitual es que aparezcan entre el día 10 y el 15).

Desde la Seimc recomiendan que los viajeros que presenten fiebre en los tres
meses posteriores a una posible exposición lo consideren como una
emergencia médica y acudan inmediatamente al médico para realizar un
reconocimiento.

Prevención

A nivel individual, la protección personal contra las picaduras de los mosquitos


es la primera línea de defensa en la prevención de la malaria. En estos casos
es recomendable que los viajeros utilicen prendas de manga larga, pantalón
largo y sombrero para dejar la menos cantidad de piel expuesta.

Si utiliza protector solar es recomendable aplicarlo primero y, a continuación,


aplicar el repelente de mosquitos.

Dependiendo del riesgo en la zona visitada, los viajeros internacionales


deberán tomar medicación preventiva (quimioprofilaxis) antes, durante y
después del viaje.

Es importante también utilizar mosquiteras tratadas con insecticidas de acción


prolongada para dormir porque el mosquito pica más por la noche.
Tratamiento
La malaria requiere hospitalización por lo que una persona susceptible de
haber sido infectada que presenta síntomas debe acudir inmediatamente al
médico.

El tratamiento principal es con cloroquina. Sin embargo, a veces el parásito


puede ser resistente a este fármaco y el paciente requerirá otros tratamientos:

Combinaciones de derivados de artemisinina, que incluyen arteméter y


lumefantrina.

Atovacuona-proguanil.

Tratamiento a base de quinina en combinación con doxiciclina o clindamicina.

Mefloquina en combinación con artesunato o doxiciclina.


La elección del medicamento depende del lugar del mundo en el que haya
sido infectado

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