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LA SIMULACION COMO ATAJO A LOS DELITOS DE CUELLO BLANCO

Este capítulo lo dedicaremos para evidenciar porque el actuar delincuencial de las

personas, que es lo que los motiva o que es lo que los lleva a realizar conductas

delictivas, en esta oportunidad nos enfocaremos en conductas delictivas que su

realización no requieren la fuerza bruta, es decir conductas no violentas como los

crímenes comunes (hurto, homicidios, lesiones personales entre otros), y pasaremos a

estudiar delitos que son cometidos por medio de la inteligencia o de tras de un escritorio

con o sin ocasión de la profesión, si bien para la realización de estos no se necesita la

violencia no quiere decir que no afectan a la sociedad, por el contrario como

consecuencia de estos delitos se puede ver mayor afectación para las personas, que las

originadas por los delitos comunes, ya que estos generan desconfianza de la sociedad,

reduciendo así la moral social y como consecuencia de esto produciendo

desorganización social, estos delitos son catalogados como delitos de cuello blanco.

Dentro de la clasificación de los delitos de cuello blanco, hay un grupo principal donde

encontramos las acciones fraudulentas, que no son más que conductas criminales que se

realizan a través o con su principal característica el engaño a personas naturales o

jurídicas, estas actividades delictivas van encaminadas a obtener un beneficio

económico a través de medios ilegítimos en desmedro de otras personas, dentro de este

grupo de acciones fraudulentas encontramos las modalidades delictivas más conocidas

como lo son; la estafa, la falsedad y la evasión fiscal, que generalmente son realizadas a

través de una simulación jurídica.


Cuando escuchamos hablar de delitos de cuello blanco, de inmediato nos imaginamos

que son conductas delictivas cometidas por grandes empresarios, políticos y o personas

de muy alto estatus socioeconómico, pero en realidad los delitos de cuello blanco hace

referencia a una modalidad delincuencial que para muchos es indetectable, ya que está

se realiza a través de actos ocultos o disfrazados por otros, que a la luz de la sociedad en

general son lícitos, y al estar estos camuflados se hacen difícil su descubrimiento.

Las estadísticas delictivas nos enseñan que la mayoría de personas que cometen

conductas criminales provienen de la clase social baja, inclusive hay muchos estudios

criminológicos que asocian la pobreza con las conductas delictivas, estas

investigaciones criminológicas nos dicen que los factores patológicos como la pobreza,

la falta de recreación, vivienda y educación son la explicación de las conductas

delictivas.

Pero si la pobreza y la mala educación son factores patológicos para realizar conductas

delictivas, ¿Por qué la clase alta se ve envuelta en la realización de conductas delictivas,

como lo son los delitos conocidos como delitos de cuello blanco? Para dar respuesta a

dicha incógnita tenemos que citar al sociólogo estadounidense más influyente en el siglo

XX Edwin Sutherland quien con su obra “el delito de cuello blanco” por primera vez se

atreve a contradecir las teorías que afirman que la pobreza es la patología de las

conductas delictivas, ya que si realmente estas patologías sociales fueran las que con

llevan a que las personas de clase social baja a cometer delitos, como explicamos que

las personas que provienen de una familia de clase social alta, con una buena formación

educativa cometan conductas delictivas, por esto es que Sutherland con esta obra aduce

que las patologías sociales y personales no pueden ser tenidas en cuenta como una

explicación adecuada a la conducta delictiva, y da a conocer su teoría que si puede

explicar el porqué de las conductas delictivas de las personas, dicha teoría la dio a
conocer como “la asociación diferencial”. Esta teoría va en contra de las teorías

Lombrosianas del delincuente nato, ya que esta solo se seria verificable con personas de

clase social baja, y estas personas no son los únicos delincuentes, también los hay en la

clase social media y alta, para Edwin Sutherland la teoría de la asociación diferencial si

se puede aplicar o verificar en cualquier persona delincuente sin importar su estatus

socioeconómico.

Edwin Sutherland al desarrollar la teoría de la asociación diferencial planteo que las

conductas delictuales no nacen con la persona ni se heredan, si no que se aprenden

durante la vida, ya que el actuar de las personas se construye mediante un proceso

donde la persona a través de todas las vivencias o experiencias adquiridas en su entorno

cultural lo van moldeando, por esto el autor afirma que así como las personas aprenden

valores y virtudes también forma parte del aprendizaje continuo las conductas

criminales, donde la persona aprende, técnicas de supervivencia, o estrategias para

desarrollar sus conductas, sean en cumplimiento del ordenamiento jurídico o en su

indiferencia.

La teoría de la asociación diferencial nos indica como las personas a través de la

relación con terceros pueden pasar de tener una conducta correcta a una conducta

desviada, y esto se da cuando esa tercera persona con la que se relaciona demuestra un

comportamiento ilegal, y no solo no respetando el ordenamiento jurídico, si no que,

también fomentando el mismo comportamiento.

Edwin Sutherland desarrollo esta teoría teniendo en cuenta varios postulados como lo

son; primero, las conductas delictivas son concomitantes al aprendizaje continuo de

valores. Segundo, la intimidad de las personas que se relacionan, ya que una persona

puede acceder y aprender a realizar conductas delictivas, porque por su interacción con

otros muy allegados o conocidos que le inspiren confianza, teniendo en cuenta que va
haber más personas con opiniones a favor de ir en contra de la ley, que personas que no

estén de acuerdo con dicha violación de la ley. Por esto es que la persona que está

cometiendo delitos catalogados de cuellos blanco, adopta este comportamiento desviado

debido a su relación con demás personas que están asociados o realizaron hechos

delictivos si ser descubiertos. Tercero, el aprender los comportamientos delincuenciales

abarcan el aprendizaje de las técnicas delictivas. Cuarto, una persona se convierte en

criminal cuando las opiniones favorables al incumplimiento de ordenamiento jurídico

supera a los desfavorables, es aquí donde por su relación con los contactos diferenciales

ha aprendido más de modelos delictivos que de respetuosos de la ley. Quinto, las

asociaciones y contactos diferenciales de la persona pueden ser diferentes, teniendo en

cuenta la duración, frecuencia, prioridad e intensidad de la interacción. Sexto, el proceso

o etapas de aprendizaje de las conductas criminales a través del contacto diferencial con

modelos delincuenciales o no delincuenciales conlleva todos componentes esenciales a

cualquier proceso de aprendizaje.

Edwin Sutherland en su obra “delitos de cuello blanco” llega a la conclusión de que el

comportamiento desviado o delincuencial de las personas no proviene de la clase baja,

si no que proviene del aprendizaje continuo de patrones criminales, aprendizaje que

puede tener cualquier persona independiente de su cultura o estatus socioeconómico

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