Metodología de la Medicina Antroposófica
¿Es pos i ble u na va l i dación científica d iferente?
Dr. Hel mut Kiene
I nstituto de teoría d e l conoc i m ie nto y metodología méd ica
M ETH Ó DOLOGY OF ANTROPOSOPH IC M EDICINE. K I EN E H.
Keywords: Antroposophic m edicine, statyst ics, double blind, randomisation
English abstract: Scientific conventional methodology has several exigences, l i ke the paradigms of sufficient patients
(big number), comparative d ifferential metho.d, random isation, double blind, and placebo effect. But t h is method has
its leakages, and form antroposop hy there is a thinking that a singular eth iological knowledge can and must lead to
scientific valid data.
• •
Resumen
La metodología científica
convencional precisa de una
serie de exigencias, como los
paradigmaas del gran número
del método diferencial com­
parativo, de la randomiza­
ción, del doble ciego, y del
efecto placebo. Sin embargo,
todo este método tiene sus la­
gunas, ya que desde la antro­
posofía se propone que el co­
nocimiento casual singular
también puede y debe dar lu­
gar a comprobaciones cientí­
ficas validadas.
Metodología
¿ Qué es m etodología ? en
las lineas que siguen se utiliza
repetidamente la palabra
1
1 11 •
metodología Con esta pa­
labra se .designa la ciencia de
los métodos del investigar
científico, o más específica­
mente, de los métodos de la
comprobación de los conoci­
mientos (o comprobación de
la hipótesis) Precisamente en
relación con la comprobación
de medicamentos o el análisis
de la efectividad terapéutica
NATURA MEDICATRIX N° 62 ENERO 2001
esta palabra fue empleada fre­
cuentemente en los años pasa­
dos pero también Paul Marti­
ni habló en 1 935 de una me­
· todología de la verificación
terapéutica.
11
En esta investigación clíni­
ca-terapéutica hay hoy,
11
como en casi ninguna otra
ciencia, una separación crasa
entre descubrimiento (es decir
descubrimiento o desarrollo
de medicamentos) y justifica­
ción (es decir comprobación
de medicamentos) En la in­
vestigación clínica-terapéuti­
ca tiene validez precisamente
de forma especial la frase de
M. Edelson, que los trabajos
científicos se mueven en un
campo de tensión entre descu­
brimiento y justificación. Por
una parte se fabrica el medi­
camento, la mayoría de las
veces, en un laboratorio de un
consorcio farmacéutico, con
lo cual aquel que lo ha desa­
rrollado no tiene porque ha­
ber visto alguna vez al pacien­
te con la enfermedad respecti­
va, ni tiene que tratar ni
diagnosticar la enfermedad.
Por la otra parte el examen
del medicamento en la vida
diaria clínica, con lo cual el
médico práctico no sabe con
detalle según que criterio fue
encontrada y desarrollada la
terapia; él tiene que saber so­
lamente en qué enfermedad y
con qué objetivos ha de indi­
car la terapia.
· Por el momento no se trata
de exponer si la investigación
antroposófica tiene que supe­
rar finalmente una división
así. Sobre todo lo más impor­
tante es observar que en la
medicina antroposófica exis­
ten hasta ahora innumerables
reflexiones y trabajos sobre el
desarrollo de nuevos medica­
mentos, pero que el campo de
la comprobación de la terapia
no se ha investigado suficien­
temente. Esto no quiere decir
que por lo general los tera­
peutas no pueden j uzgar si
sus indicaciones ayudan o
perjudican a sus pacientes, el
tema de la comprobación de
la efectividad se ha trabajado
poco hasta ahora en la medi­
cina antroposófica y se tiene
por lo tanto poca conciencia
de ello. Un motivo para ello
es que la metodología impe�
rante sobre la comprobación
del medicamento exige deter­
minadas técnicas: estadísti-
cas, randomización, doble
ciego etc, y que los represen­
tantes de la medicina antro­
posófica consideran mayori­
tariamente a estas técnicas
con gran escepticismo.
Ayudar a superar esta resig­
nación y a desarrollar cami­
nos metodológicos propios en
la medicina antroposófica, es
el objetivo al que aspiran este
y otros artículos. Lo primero
es hacer un pequeño resumen
sobre la metodología conven­
cional, sobre los análisis de
sus posiciones y sobre los in­
tentos de desarrollar otras
metodologías.
La metodología
convencional
La metodología convencio­
nal sobre la comprobación de
la efectividad se caracteriza
por dos cosas. En primer lugar
por el privilegio que ocupa el
estudio doble ciego randomi­
zado. Sólo este puede aportar
una comprobación valida y se­
gura de la efectividad, así es la
concepción general. En segun­
do lugar la metodología con­
vencional afirma que el médi­
co práctico no puede demos­
trar en un paciente aislado la
efectividad del tratamiento.
Afirmaciones en este sentido
son numerosas. A continua­
ción algunos ejemplos.
- " Desde el punto de vista
médico hay que indicar
que en ningún caso es po­
sible realizar una valora­
ción cualificada de la efec­
tividad de un medicamen­
to basándose en el caso
aislado no sistematizado . . .
La pregunta d e si u n me­
dicamento es efectivo o
no, no puede decidirse bá­
sicamente por observacio­
nes individuales. Son irre­
nunciables los estudios de
doble ciego controlados
en grupos de numerosos
pacientes. "
- " A cada estadístico le es
claro que no puede llegar­
se a afirmaciones seguras
empíricamente sin come­
ter arbitrariedades. "
- " Casualidad puede sólo
comprobarse si son cum­
plimentados algunos pre­
supuestos formales inde­
pendientes del objeto a
examinar, por ejemplo
una randomización ... " en el siglo XIX el denomina­
- " ¿ Qué posibilidades tiene
un médico práctico au­
tocrítico y escrupuloso de
juzgar el éxito de sus trata­
mientos y de aprender de
sus errore s ? . Tiene pocas
posibilidades ... , sólo con el
fino sentido de un Sher­
lock Holmes y con disposi­
ción suprahumana para la
autocrítica tiene la posibi­
lidad de reconocer los fa­
llos terapéuticos propios o
la ineficiencia ... Bajo estas
circunstancias abogo para
que la pregunta sobre el
éxito terapéutico en los pa­
cientes aislados, bien en­
tendido en el paciente ais­
lado, se deje sin respuesta
en la clemente oscuridad
del pacto entre el médico y
el paciente. "
E l desarrollo históri­
co de la metodología
convencional
Esta tesis, el j uicio médico
individual es en principio poco
fiable, y que la comprobación
de la efectividad puede reali­
zarse sólo con estudios doble
ciego randomizados, remite a
una metodología que se basa
en los principios siguientes: el
principio de la experimenta­
ción, el principio del gran nú­
mero, el principio de la com­
paración (el método diferen­
cial) , el pnnc1p10 de la
randomización y el principio
del doble ciego. El surgimiento
de estos principios puede rela­
cionarse exactamente e identi­
ficarse con los nombres rele­
vantes de la teoría de conoci­
miento y de la metodología. A
continuación se detallan:
Francis Bacon requería en
el siglo XVII, más vehemente
que nadie con anterioridad,
los métodos experimentales
con base de la ciencia natural.
Él logró el paradigma del ex­
perimento.
David Hume estableció la
concepción en el siglo XVIII,
que un conocimiento de rela­
ciones causales (también de
relaciones causales terapéuti­
cas) sólo es posible con un
gran número de observacio­
nes. Hume es el padre del pa­
radigma del gran número.
]ohn Stewart Mill formuló
do método diferencial, que un
conocimiento causal sólo es
posible con la comparación
de un objeto especial estudia­
do con un objeto no estudia­
do (grupo del objeto ) . Mili
logró el paradigma de los mé­
todos diferenciales compara ­
tivos.
Ronald Fisher reunió final­
mente en los años 30 del siglo
XX todos los requisitos ante­
riores ( experimentó, gran nú­
mero, comparación) y añadió
el nuevo elemento metódico,
la randomización, es decir, el
reparto aleatorio de los obje­
tos entre el grupo examinado
y el grupo control. Así fue
descubierto en el año 1 9 3 5 el
estudio randomizado y publi­
cado su concepto. Fisher fue
el que trajo el paradigma del
estudio randomizado.
En 1 946 A ustin Bra dford
Hill realizó el primer estudio
clínico randomizado recono­
cido mundialmente, era un es­
En la
tudio de la Estreptomicina en m etod o l og ía
la Tuberculosis pulmonar. En
los años 50 surgió además el
co nve n c i o n a l
requerimiento del doble cie­ t i e n e u n 1 ugar
go, sobre todo por la Cornell
Conference on Therapy y por
d e p r i v i l eg i o e l
Henry Beecher. Finalmente se d o b l e c i ego
introdujo así el paradigma del
estudio doble ciego randomi­
ra n d o m i za d o
zado.
Esta metodología (y sus
fundamentos paradigmáticos:
experimentos, número gran­
de, método diferencial com­
parativo, randomización y
doble ciego) impregnó en los
años 60 la ley del medicamen­
to de los Estados Unidos y en
los años 70 la de la República
Federal de Alemania. Final­
mente vimos en los años 80 y
vemos en los 90 una estandari­
zación europea e internacional
de las directivas de comproba­
ción y una evolución y cambio
global, los resultados de los es­
tudios están hoy en día apoya­
dos en la informática.
Corrientes opositoras
Es de destacar que la oposi­
ción a estas exigencias de va­
lidación de la metodología
convencional ha sido realiza­
da sobre todo por parte de los
NATURA MEDICATRIX N' 62 ENERO 2001

La m u l t i t u d
d e af i rm ac i o n es
p u b l i ca d as so bre
l a frec u e n c i a
y d i mensión
d e l efecto
p l acebo h a n
s i d o exage ra d as
NATIJRA MEDICATRIX 200 1 ; 19(2):90-93
representantes de las medici­
nas complementarias. El mo­
tivo podría haber sido que la
práctica médica más indivi­
dualizada de la medicina
complementara no es compa­
tible con los presupuestos de
la metodología convencional
y por eso se ha incidido en sus
debilidades. Los críticos más
destacados provienen espe­
cialmente del campo de la me­
dicina antroposófica, sobre
todo de Gerhard Kienle y Rai­
ner Bukhardt, pero también
de la Homeopatía, por ejem­
plo de Harris L . Coulter. Esta
oposición tuvo grandes reper­
cusiones incluso en la legisla­
ción y el trabajo ministerial.
Recientemente colaborado­
res de nuestro propio grupo
de trabajo se han esforzado en
desarrollar estas corrientes
críticas y así poder también te­
ner una metodología alterna­
tiva, el resultado de ello es una
argumentación que tiene dos
pilares: En primer lugar se
destaca lo inaccesible que re­
sulta la metodología conven­
cional, en segundo lugar se in­
tenta presentar que también
es posible, frente a la enseñan­
za ortodoxa, examinar la efec­
tividad en el paciente aislado,
y finalmente la importancia
que tiene la experiencia perso­
nal del terapeuta.
Del mismo modo en otros
lugares se buscan nuevas
perspectivas teóricas y prácti­
cas, como por ejemplo, Jo­
achmin Hornung en Berlín,
Michael Evans en Inglaterra,
Peter Matthiessen en Herdec­
ke o Johannes Schmidt en
Einsiedeln.
La conciencia sobre la nece­
sidad de una renovación me­
todológica esta muy extendi­
da. En el Parlamento Alemán
se ha debatido sobre la urgen­
cia de nuevos métodos de in­
vestigación; también en la
medicina académica se está en
la búsqueda de alternativas
metodológicas, pero predomi­
nando de nuevo el elemento
estadístico.
A continuación se detallan
los puntos de vista importan­
tes que pueden conducir a
esta ampliación metodológica
y que quizás sean anuncios de
una renovación real de la me­
todología.
Primer problema
de la metodología
convem:ional
La realización práctica
de los estudio s
Existen multitud de causas
prácticas por las cuales fre­
cuentemente no pueden ejecu­
tarse los estudios doble ciego
randomiza dos. Estos puntos
de vista no les son conocidos
o no los consideran los res­
ponsables que deciden en el
Ministerio de Sanidad.
Así el doble ciego en gene­
ral, por razones técnicas, no
es posible en cirugía, psicote­
rapia, fisioterapia (masajes,
compresas, baños, etc . ) , tera­
pias de movimiento y artísti­
cas (gimnasia terapéutica, eu­
ritmia terapéutica, musicote­
rapia, etc ) , pero también con
muchos medicamentos, por
ejemplo, aceites esenciales, in­
fusiones, inyecciones subcutá­
neas de Viscum album, arcilla.
También la randomización
no es frecuentemente posible.
Factores limitantes son las re­
servas de los médicos frente a
esos estudios por el escaso nú­
mero de pacientes, falta de
medios e infraestructuras y
muchos otros más.
Segundo problema
de la metodología
convencional
El doble ciego
En la historia de la metodo­
logía siempre hubo voces que
decían que con el doble ciego
no sólo se ocultaban resulta­
dos falsos, sino que el doble
ciego mismo puede conducir
a una falsificación de los re­
sultados. Entretanto se ha
mostrado que e l doble ciego
puede originar resultados de
falsos negativos, es decir, me­
dicamentos efectivos que exa­
minados con el doble ciego se
muestran como ineficaces y
equivocados. Esta trampa del
método de doble ciego se le
ha tomado muy poco en
cuenta hasta ahora, por lo
tanto surge la pregunta de
hasta donde se puede fomen­
tar un método que no es lo
suficientemente fiable.
Tercer problema
de la metodología
convencional
La randomización
Estudios randomizados en­
tran fácilmente en conflicto
con la ética individual del mé­
dico, así fue formulado como
máxima de la investigación clí­
nica en la declaración mundial
de médicos: " La preocupación
por salvaguardar a la persona
en la que se experimente, tiene
que ser decisiva en compara­
ción con los intereses de la
ciencia y de la sociedad " .
Hay que considerar que un
análisis de la efectividad con
grupos d e control prospecti­
vos requiere el caso dudoso.
Es decir, antes del comienzo
del estudio no se pueden dar
motivos suficientes para la
aceptación. Al contrario s e
perj udicaría conscientemente
en el examen a uno de los
grupos de pacientes, lo que
sería poco ético . Los meta­
análisis de estudios clínicos
muestran que el caso dudoso
no está dado en la mayoría de
las veces. Así por ejemplo un
meta- análisis de K . Dickersin
muestra que en 945 estudios
randomizados, publicados y
no publicados, el grupo a exa­
minar era superior en un 6 5 %
de l o s estudios, mientras e l
grupo control sólo en un
8 ' 7 % . El 6 5 % estaba frente al
8 ' 7 % . (Relacionando la supe­
rioridad de P < 0 ' 0 5 la relación
era de 4 7 ' 3 % a 3 ' 7 % ) . Con­
secuentemente, mirándolo re­
trospectivamente, el conoci­
miento previo respectivo tiene
que haber sido importante; en
cualquier caso los pacientes
en e l grupo control salieron
perjudicados en gran medida.
Ya sólo considerando este
punto de vista (hay otros más)
se puede ver que los estudios
randomizados en un sentido
ético son problemáticos.
Un punto de vista
especial
El efecto p lacebo
Investigaciones recientes
muestran que es insostenible
el argumento, de que hubiera
efecto placebo en todas par­
tes. La investigación del efec­
to placebo y su argumenta­
ción actual es d e una calidad
escandalosamente nula. No
hay quizás ninguna otra sec­
ción de la literatura médica en
la cual se puede encontrar
una cita flasa con tanta facili­
dad, una negligencia metódi­
ca y una credibilidad mística
como en la literatura sobre el
efecto placebo. La multitud
d e afirmaciones publicadas
sobre la frecuencia y dimen­
sión del efecto placebo han
sido exageradas.
Quien quiere hoy saber so­
bre el efecto placebo tiene que
leer en el libro de G.S. Kienle
recientemente aparecido en la
editorial Schattauer: " El de­
nominado efecto placebo: Ilu­
sión, realidad, hechos " . Este
libro nos retrotrae de una for­
ma imprevista al terreno de
una ciencia prosaica. G. S .
Kienle analiza l a literatura
original del famoso estudio de
Beecher y muestra que existen
muchos factores que pueden
simular un efecto placebo,
pero que en ninguno d e esos
estudios se muestra práctica­
mente un efecto placebo, ya
que posiblemente en ningún
caso se trataba de ello.
Con estos datos, hoy día
puede dudarse que exista la
más mínima prueba auténtica
sobre la existencia de un efec­
to placebo terapéutico real.
Aquello que hasta ahora se ha
mencionado como efecto te­
rapéutico por placebo, es por
lo general simulado por una
cantidad de otros factores.
I nicios de una nueva
metodología de
conocimiento causal
El primer inicio de una nue­
va metodología de conoci­
miento causal se encuentra en
la psicología Gestalt, y fue en
el libro publicado en 1935 de
Karl Duncker " Sobre la psi­
cología del pensar producti­
vo " . ( En 1 9 3 5 fue cuando
también Ronald Fisher desa­
rrolló el concepto del estudio
randomizado en el libro " The
Seeding of Experiment" ). El
pensamiento d e partida de
Duncker era que frecuente­
mente se puede reconocer una
relación causal, es decir que la
estructura d e la causa se re­
descubra en la estructura del
efecto, poniendo un ej emplo
extremo: si un coche deja la
huella de sus ruedas en el sue­
lo, después se ve en la figura
del efecto (la huella de la rue­
da) inmediatamente la figura
de la causa (el movimiento de
las ruedas del coche) . Para
comprobar en estos casos la
causalidad no hay que equi­
parar el terreno donde ha ro­
dado el coche con otro donde
no ha rodado ninguno; no se
necesita ninguna compara­
ción, tampoco es necesario
ninguna randomización. Se
tiene un conocimiento causal
en un caso aislado, un conoci­
miento causal singular.
Este ejemplo drástico es su­
ficiente para ver que Hume y
Mili en principio no tenían
razón, ya que para poder es­
tablecer relaciones causales
no son necesarias un gran nú­
mero de observaciones ni se
han de establecer compara­
ciones, o que solo pueda rea­
lizarse con ayuda de la rando­
mización de Fisher, por lo
tanto hay que mantener con
toda la energía que en princi­
pio el requerimiento de validez
abarcante de la metodología
convencional es infundado. A
continuación se explica como
es posible una comprobación
de la efectividad terapéutica
sin tener en cuenta a Hume,
Mili y Fisher. Hablando posi­
tivamente: Hay que probar, en
qué medida puede lograrse un
conocimiento causal en un
caso aislado, es decir un cono­
cimiento causal terapéutico
singular.
Conocimiento causal
singular y
comprobación
terapéutica
La metodología del conoci­
miento causal singular no es­
tadístico tiene también su lu­
gar en Medicina. Un ejemplo:
En una obstrucción urinaria
dolorosa la cateterización
puede producir un vaciamien­
to de la vejiga. En este caso la
cateterización es la causa y el
vaciamiento urinario el efec­
to, y así puede reconocerse in-
mediatamente la estructura de
la causa. ( El establecimiento
del flujo por la cateterización)
en l a estructura del efecto. El
flujo de orina por el catéter,
pues la orina fluye exacta­
mente a lo largo de la sonda,
la intensidad del flujo urina­
no se corresponde exacta­
mente con e l tamaño de la
sonda. Estas precisas descrip­
ciones de los fenómenos son
las que no dej an dudas sobre
la relación causal.
Otros ej emplos son opera­
ciones de estenosis intestina­
les, estrangulaciones, etc. En
cada uno d e estos casos se
puede observar inmediata­
mente el fenómeno de la cau­
s a (reparación quirúrgica de
l a estenosis) e n la estructura
del efecto ( tránsito intestinal) .
Especialmente interesante e s
que los métodos d e l conoci­
miento causal singular pueden
también aplicarse a la com­
probación de los efectos de
medicamentos. Hay distintas
relaciones d e corresponden­
cias entre la toma de medica­
mentos y la estructura obser­
vable de su efecto, hay un es­
pectro grande de métodos que
validan el conocimiento cau­
sal terapéutico en el caso ais­
lado. Estos métodos son apli­
cados en la práctica de una
forma instintiva, sin embargo
falta hasta ahora la reflexión
metodológica. Si estos méto­
dos se desarrollan más, puede
surgir así una cultura específi­
ca antroposófica de la com­
probación del efecto. _
NATIJRA MEDICATRIX 200 1; 1 9(2):90-93