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Introduccion
“El paciente traumatizado siempre representa en principio una vía aérea difícil y un
objetivo fundamental es garantizar y mantener una vía aérea permeable y protegida que
permita asegurar la oxigenación, la ventilación y prevenir la broncoaspiración”.
El paciente que es capaz de hablar garantiza que su vía aérea está permeable,
por esta razón una buena forma para determinar el estado de la vía aérea es estimular la
respuesta verbal en el paciente, la que indica que la vía aérea está intacta, que la ventilación es
adecuada y que la perfusión cerebral es buena.
Ventilación
Una vía aérea permeable no beneficiará al paciente a menos que la ventilación
también sea adecuada.
La ventilación puede alterarse por obstrucción de la vía aérea, por alteración de la
mecánica ventilatoria y por depresión del SNC.
El trauma directo al tórax, las fracturas costales y del esternón llevan a una
respiración rápida y poco profunda por el dolor, por lo que es importante la analgesia. Una
lesión cerebral también puede causar un patrón ventilatorio anormal que lleve a hipoxia. En
pacientes con lesiones de la médula espinal cervical puede encontrarse una respiración
diafragmática que no es suficiente para la demanda aumentada de oxígeno y puede requerir
ventilación mecánica
Evaluación de la respiración
Una vez permeabilizada la vía aérea, evaluamos la respiración. Esto se realiza acercándonos
al paciente y con el oído cerca de la boca (5 cm) y la vista en dirección al tórax, utilizamos los
sentidos de la vista, oído y el tacto para mirar, escuchar y sentir la entrada o salida de aire
de los pulmones, (por ello se llama maniobra del MES) durante un intervalo de 10 segundos,
no podemos olvidar que previamente hay que extender la cabeza para que la lengua
desobstruya las vías aéreas si no hay trauma y de existir este, es necesario el uso de otras
técnicas específicas.
Primera: Las vías aéreas están obstruidas, para hacer la diferenciación con la
segunda, se dan dos insuflaciones de rescate, si no pasa el aire, reposicionamos la
cabeza para reabrir las vías aéreas y repetimos las insuflaciones, en el caso de
obstrucción, el aire no penetrará en los pulmones
Cuando el paciente respira o habla, reconocemos que las vías aéreas están
permeables y hay suficiente circulación y oxigenación como para mantener una aceptable
función neurológica. No obstante, puede que el individuo respire, pero no de manera
eficiente o tenga un patrón o ritmo anormales que imposibiliten mantener la vida por períodos
de tiempo prolongados y en este caso siempre debemos apoyar la ventilación.
La frecuencia varía con la edad, cifras por encima de lo normal (adulto > 20 x min.)
se le denomina polipnea y a valores por debajo (adulto < 10 x min.) bradipnea. Se conoce
como disnea, a la percepción consciente de una dificultad respiratoria, que desde el punto de
vista objetivo puede asociarse a polipnea o bradipnea, producirse en la inspiración o la
espiración o manifestarse como una alteración en el ritmo de la respiración. La disnea es el
síntoma casi siempre presente cuando existe una insuficiencia respiratoria. Toda insuficiencia
respiratoria aguda considérela una emergencia médica y trátela inmediatamente.
Métodos manuales.
Son los métodos que podemos realizar con nuestras manos, sin necesidad de recursos, están
disponibles en todo momento.
Elevación de la mandíbula
Es mejor que la maniobra sea realizada por 2 personas (uno estabiliza la columna y otro abre
las vías aéreas). En otra variante, un solo socorrista puede fijar la cabeza colocándose a
horcajadas sobre la frente de la víctima y con los muslos impedir sus movimientos de cabeza y
cuello.
Maniobra de barrido
Uno o dos dedos, (que pueden cubrirse con un trozo de gasa
o tela), se introducen en la boca y la faringe para limpiarlas,
las sustancias líquidas con los dedos índice y medio, los
cuerpos sólidos con el índice curvado o junto con el medio en
forma de pinza.
Con el enfermo boca arriba, ábrale la boca, sosténgale la
lengua y la mandíbula entre el dedo pulgar (dentro de la
boca) y el resto por fuera (ello de por sí desobstruye las vías
respiratorias),
introduzca el dedo índice de la otra mano en la cavidad bucal
y cuidadosamente explore la faringe, si encuentra cuerpos
extraños, extráigalos (puede auxiliarse con el dedo medio) No
haga fuerza hacia abajo.
“De forma general, esta maniobra no debe realizarse a menos que usted vea el objeto o
el material sólido”.
Maniobra del dedo detrás de los dientes: Para cuando la mandíbula esté apretada,
introduzca el dedo índice entre la mejilla y los dientes del paciente y haga cuña con la punta del
índice, por detrás de los últimos molares.
Maniobra de elevación de la lengua y la mandíbula: Para cuando la mandíbula esté
completamente flácida, coloque el pulgar dentro de la garganta, con la punta del mismo eleve la
base de la lengua, con otros dedos agarre la mandíbula a la altura de la barbilla y elévela hacia
delante (esta maniobra puede además utilizarse para abrir las vías aéreas).
A- Métodos mecánicos:
Los diferentes dispositivos básicos utilizados para mantener abierta la vía aérea comprenden:
Dispositivos básicos:
Cánulas orofaríngeas (más utilizadas en nuestro medio, fáciles de colocar).
Cánulas nasofaríngeas.
Dispositivos avanzados:
Combitubo.
Obturador esofágico y sus variantes.
Máscara laríngea.
Tubo endotraqueal (TET).
B- Métodos quirúrgicos:
Punción percutánea de la tráquea.
Cricotiroidotomía.
Traqueostomía.
Los métodos quirúrgicos (transtraqueales) están indicados cuando, con los mecánicos, no es
posible asegurar una vía aérea.
.
Cánula orofaríngea.
Es un dispositivo semicircular que se utiliza para
desplazar la base de la lengua hacia delante y
aliviar la obstrucción de la vía aérea ocasionada
por los tejidos blandos en el paciente con deterioro
del sensorio, además facilita la aspiración de
secreciones y la ventilación con máscara.
Una alternativa es utilizar un depresor lingual para ubicar el dispositivo directamente con la
concavidad hacia caudal. Si la cánula es corta, la punta queda en la mitad de la lengua
empujándola hacia la faringe y causando mayor obstrucción. Por el contrario, si el dispositivo
es demasiado largo puede obstruir al presionar la epiglotis y en pacientes reactivos o con
reflejos conservados puede precipitar vómitos, espasmo laríngeo o broncoaspiración.
Similar a la anterior, pero con un balón distal y un conectador universal en el extremo proximal
que permite la conexión a cualquier sistema de ventilación, tras inflarse el balón, sella la
faringe, desplaza más la base de la lengua, eleva la epiglotis y la separa de la faringe posterior,
puede ser usada en RCPC pero no se recomienda para ventilación controlada por no sellar
completamente la vía aérea.
Cánula nasofaríngea.
Es un dispositivo de goma o plástico que en el extremo proximal poseen un reborde que
impide su migración. Se deben reservar para el paciente semiinconsciente que respira o que
presenta lesiones bucales severas, trismo u oclusión mandibular. Están contraindicadas ante la
sospecha de fractura de la base del cráneo.
Se coloca bien lubricada, con el extremo biselado contra el tabique para evitar la lesión de los
cornetes, se progresa a lo largo del piso de la fosa nasal hasta la faringe posterior, por detrás
de la curvatura de la lengua. En esta posición libera la obstrucción producida por los tejidos
blandos del piso de la boca. Los dispositivos nasales son mejor tolerados que los orales en el
paciente consciente pero pueden causar epistaxis, y si es demasiado largo, ingresar al esófago
ocasionando distensión gástrica y vómitos.
Tubos con obturador esofágico
Los tubos con obturador esofágico se utilizan solamente en pacientes
inconscientes sin reflejo nauseoso. Estos dispositivos, consisten en una máscara que se
continúa en un tubo con cuff (al que se le insufla 30 mL de aire), que termina cerrado, este sella
el esófago para impedir el vómito y el escape de aire al estómago, la ventilación es brindada a
través de una bolsa conectada a la máscara
Sin embargo, algunos inconvenientes como volúmenes ventilatorios bajos, dificultad para
mantener el sellaje adecuado de la máscara a la cara, la ausencia de aislamiento de la tráquea
lo que deja abierta la posibilidad de aspiración y la colocación inadvertida en la tráquea; lo han
hecho objeto de controversia y no son variantes de primera elección.
Máscara laríngea.
Fue descrita en 1981 por el Dr. Archie Brain en el London Hospital, Whitechapel,
como una alternativa a la máscara facial tradicional. Forma una conexión directa término-
terminal entre la apertura glótica y la boca.
Está fabricada con silicona libre de látex y constituida por tres componentes: una
vía aérea tubular, la máscara y una vía para inflar la misma. El tubo de vía aérea es de gran
calibre y tiene un adaptador estándar de 15 mm para ser conectado a la bolsa de resucitación o
la pieza en “Y” del respirador; el manguito elíptico de la máscara que se infla por medio de una
válvula y el centro del manguito tiene dos barras en el orificio de abertura, para prevenir que la
epiglotis ocluya su luz (Figura 17-8). El tamaño de la máscara laríngea (ML) varía entre el
número 1 y 5. La medida que provee un mejor sellado sin incrementar la presión del manguito
sobre la mucosa de la faringe es la número 3 en mujeres adultas y la número 4 para hombres.
Antes del uso, el dispositivo debe ser inspeccionado cuidadosamente para detectar pérdidas de
aire. El manguito puede ser desinflado manualmente con la apertura de la válvula al presionar
la cara anterior hacia abajo sobre una superficie plana para que al desinflarse quede liso y sin
arrugas.
Las contraindicaciones incluyen pacientes que tienen apertura bucal limitada, la presencia de
patología de la faringe (abscesos o hematomas), compliance pulmonar disminuida o elevada
resistencia en la vía aérea y lesiones potencialmente obstructivas por debajo de la glotis,
porque necesitan altas presiones para ser ventilados, con lo que se que incrementa el riesgo de
la insuflación gástrica y de broncoaspiración.
Combitubo esofagotraqueal.
La técnica de colocación es
a ciegas; con una mano el operador
tracciona la mandíbula y la lengua de
modo que se obtenga una adecuada
apertura bucal. Con la otra se realiza la
inserción del ETC en la cavidad orofaríngea mediante un suave movimiento curvo y avanzando
hacia la hipofaringehasta que la arcada dentaria se encuentre entre las 2 marcas circulares
impresas en el extremo proximal del tubo. La colocación puede facilitarse doblando la porción
distal entre ambos balones por algunos segundos (maniobra de Lipp), lo que aumenta su
curvatura. Posteriormente se recomienda inflar primero el balón faríngeo (proximal) con 40 a 85
mL en el modelo 37 F y con 40 a 100 mL en el modelo 41 F y a continuación el balón
traqueoesofágico (distal) con 5 a 12 mL en el modelo 37 F y con 5 a 15 mL en el modelo 41 F.
Al inflar el balón faríngeo, normalmente la lengua protruye discretamente hacia adelante porque
el balón la empuja desde su base, si esto no ocurre y es posible observar el balón inflado
desde el exterior, el ETC no está en una posición correcta y debe ser reubicado. La ventilación
inicial se realiza generalmente a través del conector azul vía lumen faríngeo debido a que el
extremo distal se sitúa más frecuentemente en el esófago (> 96%) debido a su rigidez y
curvatura. En este caso la glotis se ubica entre los dos balones, justo frente a las perforaciones
laterales. La auscultación de murmullo vesicular y la ausencia de insuflación gástrica confirman
la ubicación esofágica del extremo distal. Si el extremo distal queda ubicado en la tráquea, la
ventilación debe efectuarse por el adaptador blanco a través del lumen traqueoesofágico, y el
ETC funciona como un TET convencional.
La bolsa autoinflable está compuesta por una válvula que permite la entrada y salida de aire en
una sola dirección, una bolsa para la insuflación del aire y un reservorio con una toma de
oxígeno; existen de diferentes tamaños, desde para adultos hasta para lactantes.
La intubación endotraqueal
El manejo definitivo de la vía aérea implica la colocación de un tubo endotraqueal porque
mantiene permeable la vía aérea, permite aspirar las secreciones, asegura el suministro de una
alta concentración de oxígeno, brinda una vía para la administración de adrenalina, atropina,
lidocaína, vasopresina y naloxona, fármacos indicados en el paro cardiorrespiratorio, facilita la
administración de un volumen corriente determinado y la aplicación de presión positiva al final
de la espiración para mantener una insuflación pulmonar adecuada y protege la vía aérea de la
aspiración de contenido gástrico, sangre o moco de la orofaringe.
Indicaciones:
Paro cardíaco.
Incapacidad de ventilar al paciente inconsciente con métodos convencionales.
Ausencia de reflejos protectores.
Compromiso evidente o potencial de la vía aérea.
Quemaduras de la vía aérea tras lesión por inhalación.
Fracturas faciales.
Imposibilidad para mantener la oxigenación de manera óptima.
Siempre debe ser precedida por una adecuada preoxigenación del paciente, y cada uno de los
intentos no debe durar más de 30 segundos.
Equipamiento:
Oxígeno y bolsa de resucitación
Equipo de vía aérea:
o Tubos endotraqueales de distintos tamaños.
o Laringoscopio con diferentes ramas.
o Estilete maleable recubierto de plástico.
Monitoreo:
o Monitor cardíaco.
o Oxímetro de pulso.
Dispositivo de confirmación secundaria:
o end-tidal CO2
o Dispositivo detector esofágico
Dispositivo para succión, con punta de aspiración faríngea rígida y punta roma tipo
Yankauer.
Jeringas de 10 mL.
Lubricante hidrosoluble.
Medidas de bioseguridad.
Técnica.
La luz del laringoscopio deberá ser controlada antes del uso y el manguito del tubo
(de alto volumen y baja presión) inflado para
detectar pérdidas. El tamaño del tubo traqueal
apropiado paramujeres es, en general de 7,0 a
8,0 mm de diámetro interno y de 8,0 a 8,5 para
la mayoría de los hombres. En las situaciones
de emergencia se recomienda colocar un
estilete maleable con forma de palo de jockey
dentro del tubo, sin que sobrepase su extremo
distal.
La rama del laringoscopio debe ser avanzada sosteniendo la lengua hasta que se
identifique la epiglotis. Si se utiliza una rama curva, para exponer la epiglotis su extremo se
ubica en la vallécula, entre la base de la lengua y la epiglotis. Cuando se emplea una rama
recta la epiglotis es directamente elevada con la punta de la rama que se introduce hacia la
abertura. A continuación se debe elevar con firmeza el laringoscopio ejerciendo tracción hacia
arriba y dirigir el extremo del mango con un ángulo de 45 grados con el plano del paciente. No
se aconseja realizar palanca hacia atrás utilizando los dientes superiores como apoyo porque
desplaza el extremo de la rama del surco glosoepiglótico, eleva la laringe creando un ángulo
que dificulta la visión y puede ocasionar trauma dental.
El operador debe ver el extremo proximal del manguito a nivel de las cuerdas
vocales y progresar el tubo 1 a 2 cm hacia la tráquea a una profundidad aproximada de 19 a 23
cm en la arcada dentaria.
A continuación se infla el manguito con un volumen suficiente como para ocluir la
vía aérea. Evalúe la correcta ubicación del tubo mediante métodos de confirmación primarios y
aunque se observe que el tubo traqueal atraviesa las cuerdas vocales y se verifique por
auscultación que está en la tráquea, efectúe una confirmación secundaria con un dispositivo de
detección de CO2 al final de la espiración o esofágico y posteriormente mediante una
radiografía de tórax.
Ventilación de rescate
Si la víctima no tiene una ventilación espontánea o su respiración es deficiente, el socorrista
debe suplirla, (ventilaciones de rescate) para ello, puede utilizar el aire exhalado tras una
inspiración profunda o utilizar la bolsa autoinflable con algunos aditamentos como máscaras,
cánulas oro y nasofaríngeas o un tubo endotraqueal. A continuación describiremos las técnicas.
Ventilación boca-boca
También llamado “el beso de la vida”, es la maniobra más universalmente empleada para suplir
una respiración deficiente o ausente.
1. Coloque al paciente alineado y boca arriba.
2. Compruebe que no hay respiración o que esta es
muy deficiente.
3. Asegure que la cabeza esté extendida y el mentón
elevado si no hay trauma, si existe trauma
mantenga la cabeza alineada, la columna cervical
inmovilizada y lamandíbula elevada.
4. Ciérrele la nariz (pinze sus partes blandas con el
primer y segundo dedo de la mano que está
colocada en la frente y que también mantiene la
extensión de la cabeza).
5. Abra discretamente la boca sin perder la posición,
tome una respiración profunda, coloque sus labios
alrededor de la boca del paciente y asegúrese que
no habrá fuga de aire.
6. Introduzca el aire en las vías aéreas de forma suave (un segundo de duración para los
adultos y entre 1 y 1.5 para los niños) observando la elevación del pecho.
7. Sin perder la posición de la víctima separe sus labios de su boca y observe el
descenso del tórax con la salida de aire.
La cantidad de aire a insuflar depende de la edad, consistencia del individuo, resistencia de las
vías aéreas, enfermedades previas, etc. en el adulto se recomienda de 500-600 mL de aire y
en el lactante el que pueda contener en sus carrillos, no obstante, una buena
medida es la cantidad que eleve al tórax, sin sobredistenderlo.
En el lactante, dado su menor tamaño, la técnica incluye cubrir su boca y la nariz con nuestros
labios y el volumen de aire es mucho menor, se considera que una medida aproximada es la
cantidad que quepa en nuestra boca, pero capaz de elevar el tórax sin distenderlo.
Ventilación boca-nariz
1. Coloque al paciente alineado y boca arriba.
2. Compruebe que no hay respiración o que esta es muy deficiente.
3. Asegure que la cabeza esté extendida y el mentón
elevado si no hay trauma, si existe trauma mantenga la
cabeza alineada, la columna cervical inmovilizada y la
mandíbula elevada.
4. Cierre la boca de la víctima y tome una respiración
profunda.
5. Rodee con sus labios la nariz del paciente e insufle.
(cantidad similar al anterior).
6. Permita la exhalación para lo cual puede ser
necesario abrir la boca.
7. La frecuencia es similar a la descrita anteriormente.
8. Repita la secuencia en dependencia de la parte del ciclo en la cual se encuentre.
Esta maniobra es utilizada frente a imposibilidad de abrir la boca (trismo), lesiones en la boca
(trauma) e imposibilidad de sellaje completo de la vía aérea por el método anterior.
Complicaciones ventilación boca-boca y boca-nariz.
Insuflación gástrica (producida por una ventilación rápida, volumen excesivo, técnica
incorrecta, obstrucción de vías aéreas).
Broncoaspiración, en especial si existe vómito o secreciones.
Mala ventilación, principalmente por mala técnica.
Presión del cartílago cricoides: La presión hacia atrás del cartílago, comprime el esófago
contra las vértebras cervicales y previene la insuflación y la regurgitación gástrica, puede
utilizarse cuando hay dos socorristas hasta tanto se realice la intubación endotraqueal.
Grado I ....Se visualiza la glotis, las cuerdas vocales, las comisuras anterior y posterior
Grado II........Se visualiza epiglotis y la glotis parcialmente
Grado III.......Se visualiza solamente epiglotis, no se observa la glotis
Grado IV.......No se observa ni glotis, ni epiglotis
La evaluación clínica de la vía aérea tiene como objetivo, identificar los factores tanto
anatómicos como patológicos relacionados con la intubación traqueal difícil.
La intubación traqueal dificil (ITD)es una de las causas más importantes de morbi-mortalidad
anestésica. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la mayoría de las catástrofes
relacionadas con la intubación traqueal dificil, ocurren cuando dicha dificultad no ha sido
reconocida previamente en el examen preoperatorio del paciente. Todo ello ha generado la
necesidad de encontrar un test predictivo aplicable en todo preoperatorio, que sea objetivo y
con una alta sensibilidad y especificidad, que nos ponga en alerta ante la presencia de una
posible intubación traqueal dificil no sospechada.
Benumoff en una revisión realizada en 1991 sobre la predicción de la ITD dice que para
obtener una mayor sensibilidad y especificidad del test de predicción , deben relacionarse como
mínimo tres factores:
Movilidad atlanto-occipital.
Esta articulación permite la extensión cervical y en condiciones normales es aproximadamente
de 35º.
Oxigenoterapia
Formas de administrarlo:
Suplementario: A través de un catéter nasal o máscara, si la frecuencia respiratoria se
encuentra entre 10 y 12 resp/min o entre 20 y 30 resp/min.
De bajo flujo, en los cuales el suministro de oxígeno garantiza una parte del volúmen del gas
inspirado, el oxígeno se diluye con el aire ambiental por lo que su concentración varía en el
tiempo y con cada inspiración y los de alto flujo los cuales proveen todo el volúmen de gas que
el paciente necesita y aporta una concentración constante independientemente de los cambios
del patrón respiratorio.
SONDA NASAL.
(1-6 L/min) = (24-45 % oxígeno). Con este dispositivo, el oxígeno se mezcla con el aire
inspirado en la faringe, la concentración del gas dependerá de los litros por minuto (flujo) y la
cantidad de aire inspirado.La sonda debe cambiarse de fosa nasal al menos cada 8 horas.
BOCA A MASCARILLA.
(10 L/min) = (50 % oxígeno).
TENEDOR DE OXÍGENO.
(1-6 L/min) = (24-30 % oxígeno).
VÁLVULA A DEMANDA.
Puede llegar a concentraciones del 90 al 100 % según la fuente.
Volúmenes de ventilación.
Las recomendaciones actuales en relación con volumen corriente y el tiempo inspiratorio,
cuando se administra ventilación con dispositivos de barrera o con la unidad bolsa-válvula-
máscara son los siguientes.
La “maniobra de Sellick” consiste en aplicar presión sobre el cartílago cricoides para prevenir la
insuflación gástrica en el paciente inconsciente, durante la ventilación o la intubación, lo que
disminuye el riesgo de regurgitación y aspiración. Con el dedo pulgar y el índice de una mano
se ejerce una presión firme hacia atrás, que comprime el esófago contra las vértebras
cervicales.
CONCLUSIÓN
El mantenimiento de una vía aérea permeable y segura es esencial en el manejo del paciente
de trauma y requiere de profesionales con experiencia. La prioridad inmediata en el adecuado
manejo de la vía aérea es la oxigenación. La posibilidad de enfrentarse a pacientes combativos
y el aumento en la incidencia de intubación difícil nos lleva a la necesidad del uso de una
secuencia de intubación rápida para enfrentar este tipo de dificultades.
En general la técnica de elección para asegurar la vía aérea está determinada por el
estado del paciente, el sitio de atención, el grado de urgencia y por la destreza del socorrista.
Siempre deben existir planes alternos bien estructurados con el fin de evitar complicaciones
catastróficas que empeoren el pronóstico neurológico de los pacientes.