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La creatividad es sin duda una de las fascinantes cualidades de la mente humana. Es la habilidad
que nos permite hallar nuevas y mejores formas de hacer las cosas y de resolver los problemas que
nos plantea la vida día a día.
Es importante conocer el área en la cual se defiende mejor el niño y cuáles son sus habilidades,
para fomentar el pensamiento creativo y las actividades más adecuadas.
Sirve tú mismo de modelo creativo, tanto en la forma de pensar como de hacer las cosas, ten la
mente abierta, no tengas miedo de intentar nuevas formas de hacer las cosas, sal de la rutina y sé
espontáneo. También muestra al niño el tema en que estás interesado y participa con él, para
animarle a desarrollar sus intereses creativos.
Déjale tiempo libre para la creatividad; si organizas muchas actividades, pueden reprimir su libertad
de crear; aunque los niños necesitan ciertas reglas, también necesitan tiempo libre para desarrollar
su imaginación y espontaneidad.
Muestra interés por lo que hace el niño, sobre todo hazle saber que está bien, para proporcionar
confianza para que sigan adelante, pero también enséñale los errores, para encontrar una solución
alternativa a los problemas. No olvides alabar las ideas creativas e inesperadas.
Deja que el niño te haga preguntas para satisfacer su curiosidad y aprender cosas nuevas; si no
sabes la respuesta, busca información juntos, haz que participe. Trata de fomentar su imaginación
con él, hablando de temas o con juegos que le hagan expresar sus ideas creativas.
Trata de respetar sus ideas y mantén una mente abierta, para apoyarle a encontrar nuevas formas
de hacer las cosas; y ayúdale a pensar críticamente sobre las tareas que está realizando, para que
se supere a sí mismo; anímale a que intercambie sus ideas con otros compañeros o amigos para
que promueva el pensamiento creativo.
Proporciónale nuevas experiencias, con documentales o excursiones donde tenga contacto con la
naturaleza y pueda él mismo ser observador de primera mano.
Enséñale a ser seguro de sí mismo y de sus ideas, que no se preocupe de ser objeto de burla por
parte de sus compañeros, proporcionándole metas viables y realistas, que él mismo pueda
desarrollar; esto hará que se esfuerce más cada día.
Los maestros que deseamos que nuestros alumnos sean capaces de pensar por sí mismos y
generar ideas creativas, tenemos mucho que ofrecerles, simplemente requiere un pequeño esfuerzo
por nuestra parte para:
Potenciar que generen ideas personales sobre cualquier situación de la que hablemos en
clase. Todas las ideas han de ser bien recibidas y es importante atrevernos a equivocarnos.
Promover la libertad de expresión en nuestra clase.
Invitarlos a que piensen ideas disparatadas diferentes a las
acostumbradas.
Facilitar el trabajo en equipo. Muchas veces, dos mentes piensan
más que una, compartamos razonamientos para expandir nuestras
posibilidades. Las opiniones de otros enriquecen las nuestras.
Favorecer la experimentación de lo que estamos aprendiendo. Cuando lo hago por mí mismo
soy capaz de aportar nuevas propuestas porque lo estoy viviendo.
Intentar hablar de problemas reales entre todos, buscando una posible solución a los mismos.
Así poco a poco aprendemos a aplicar nuestra creatividad a nuestra vida real, lo cual nos
será muy útil en el futuro.
Y sobre todo, no olvidar que todos somos potencialmente creativos... sólo necesitamos saber
desarrollar y desbloquear nuestras cualidades creativas.
¿Cómo fomentar la creatividad en la familia?
Es importante empezar cuanto antes, porque en los primeros momentos, meses y años de vida,
cada contacto, cada movimiento y cada emoción supone una inmensa actividad eléctrica y química
en el cerebro, ya que miles de millones de neuronas se están organizando en redes que establecen
entre ellas billones de sinapsis. Por ello, es durante la etapa de educación infantil cuando se
producen más cambios en los niños en todas las áreas: física, motora, cognitiva, lingüística, afectiva
y social. Y, por todo esto, es recomendable empezar cuanto antes a potenciar la creatividad de los
hijos de la siguiente manera:
Lo más importante es jugar. A través del juego, la imaginación y las emociones de los más
pequeños pueden fluir y salir hacia fuera, de formas tan bonitas como pintar un dibujo en el
que piratas, hadas y gigantes cobran vida.
Relájate y pasa tiempo de calidad con tu hijo/a.
Imaginar, dejarse llevar, improvisar, abrir el corazón y dejar salir las emociones , no hay mejor
ejercicio que éste para alimentar la creatividad de nuestros niños.
Dale libertad para que desarrolle su imaginación y respeta su tiempo de aprendizaje. Esta
libertad puedes conseguirla en muchas situaciones habituales, por ejemplo, cuando tenga un
juguete nuevo, no le des un modelo, primero déjale que explore y que pruebe todas las
posibilidades, seguramente nos sorprenderá; plantéale situaciones absurdas en rutinas
diarias como el baño o recurre a la magia de una varita con la que reconvertir sus juguetes...
Beneficios de la creatividad en los niños
La creatividad es beneficiosa para cualquier edad, pero aún más cuando se trata de edades
tempranas cuando están potenciando y desarrollando todas sus habilidades. La creatividad en los
niños les ayudará a expresarse mejor y a desarrollar su pensamiento abstracto, teniendo más
facilidad para resolver problemas que otros niños que no tengan desarrollada la parte creativa en
sus habilidades.
Asimismo, también ayuda a los niños a relacionarse de forma más productiva y de mejor manera
tanto con los iguales como el resto de personas.
Es por todo esto que potenciar la creatividad en los pequeños es algo fundamental para su
aprendizaje generalizado. Además, para potenciarlo es bueno respetar sus tiempos de aprendizaje
(que son diferentes en cada niño) y darles libertad para desarrollar toda su imaginación.
La creatividad en los niños es como un músculo que se necesita ejercitar para que crezca, para lo
cual existen diversidad de actividades y ejercicios sencillos de realizar, que se pueden realizar tanto
en la casa como en el colegio.
Por medio de las actividades enfocadas en la creatividad en los niños,se puede lograr que cuando
sean grandes vean la vida de una forma diferente, que no se pongan metas cercanas, sino que al
contrario vivan para cumplir sus metas y sueños. No hay limitaciones, solo existen en nuestra mente.
El mayor obstáculo para la creación es asumir que “la realidad es tal como la hemos aprendido o
como suponemos que es”;las personas creativas, aun cuando pueden ser realistas, saben escapar
hacia otras realidades; mundos en los que el futuro ocurre ahora mismo, donde todo se transforma
no solo opuesto, las cosas que se creen no son siempre verdad y el tan valorado “ punto de vista
normal “ no es el único.
Los padres y maestros debemos ser personas que se encargadas de crear un ambiente para que los
niños puedan ser creativos, un lugar en donde no haya gritos, ofensas y mucho menos insultos o
irrespeto hacia las personas.
Ser creativo es algo que se puede aprender y ejercitar como ya lo dijimos. Existen cualidades
que se deben desarrollar conscientemente, para dar curso al proceso creativo:
Flexibilidad
Tolerancia a la ambigüedad
Aceptación al desafío
Deseos de aprender y explorar
Independencia de criterio
Variedad de enfoques
Hacerse preguntas
Curiosidad
Estas cualidades son comunes a la mayoría de los seres humanos, pero sobre todo lo han
sido durante la niñez.
Seremos curiosos …..Pero …¿Qué es la curiosidad ?
Los adultos en muchas ocasiones y la mayoría de veces sin darse cuenta, sienten que esta
curiosidad puede ser inoportuna e incluso pueden verlo como algo negativo que el niño pregunte
siempre que tiene dudas. Pero la realidad es que la curiosidad de los pequeños es algo que deberá
potenciarse para que en el futuro los niños sean eficientes ¡no hay que cortar las alas a la
curiosidad!
Los niños empiezan a curiosear desde el momento que empiezan a ver, después a desplazarse y a
explorar el mundo que les rodea. La curiosidad es interés y motivación, factores indispensables para
que pueda darse un aprendizaje exitoso. Los niños son pequeños exploradores del mundo y siempre
querrán saber más y más, por lo que el papel del adulto no es en absoluto cortar esta curiosidad,
sino más bien lograr que este interés y esta motivación no se pierda en el camino del crecimiento
infantil.
Por tanto, como adultos hay que respetar esa necesidad de exploración constante, poniendo límites
en los contextos inapropiados pero sin coartar la curiosidad innata de los niños. Para respetarlo hay
que olvidarse de frases que dañan la autoestima de los pequeños como: 'deja eso', 'cállate', 'no te
muevas', 'no preguntes tanto'…
No ocurre así siempre, claro. Hay jóvenes que siguen siendo muy curiosos y también ancianos que
lo son. Y unido a esto hay otra condición de la curiosidad, que rejuvenece. Los ancianos curiosos,
esas personas que siguen interesadas por el mundo, que observan, analizan y aprenden de ello,
consiguen que sus cerebros funcionen mejor y que su vida sea más placentera, es decir, mantienen
sus mentes jóvenes. No hay duda de que ser curioso supone una ventaja para la vida.
Así que cualquier esfuerzo por fomentar, mantener o aumentar la curiosidad de nuestros niños o
adolescentes va a suponer para ellos contar con un mecanismo que podrá hacer que su futuro sea
mejor.
Todos podemos recordar, incluso los que ya no son tan curiosos, el enorme placer que se obtiene
con los descubrimientos. Y el aprendizaje que supone relacionar esos descubrimientos con la
información que se posee. Esas relaciones mentales que establecemos gracias a la información que
obtenemos fruto de nuestra curiosidad nos dan recursos para enfrentarnos a los problemas. Nos
ayudan a encontrar soluciones más creativas y más adecuadas para aquello que tenemos que
resolver.
1. Mira lo que te rodea como si fueras un niño, como si fuera la primera vez que lo ves, que lo
pruebas o que lo vives.
2. Prueba cosas nuevas en tu vida como ir a comer a un restaurante étnico, un alimento que nunca
has probado y intentar una nueva receta culinaria.
(La película Ratatouille, un grandísimo ejemplo del poder de la curiosidad y cómo influye en nuestras
vidas)
3. Escribe una lista de personajes famosos de los que sientes curiosidad y busca información sobre
ellos o cómprate su biografía.
4. Rompe rutinas y hábitos, vuelve a casa por un sitio diferente o vete de viaje un fin de semana a
algún lugar que nunca habías ido.
5. Conviértete en un explorador, aprende cosas de los lugares a donde visites(o de dónde vives) su
historia, cultura y características.
7. Haz una lista de aquello de todo aquello que te gustaría aprender y comienza a hacerlo.
8. Ve a una librería o biblioteca y diviértete buscando algún título que te parezca interesante.
9. Interésate por la vida de los que te rodean y pregúntales un poco más sobre cómo les va, sus
intereses y metas.