Está en la página 1de 7

FORMACION EN ARTE Y

ESTUDIOS CULTURALES
UNA APUESTA

Gabriela H‰bich*

En 1997 el Departamento de Arte de la Universidad de los Andes implementÛ


un nuevo proyecto curricular que asume los Estudios Culturales como su ìmar-
coî de trabajo. Este artÌculo intenta dar cuenta de las relaciones existentes entre
los programas universitarios de formaciÛn en arte y los Estudios Culturales a
partir del an·lisis de esta propuesta.

* Comunicadora Social con MaestrÌa en FilosofÌa. Ha sido profesora de la Pontificia Universi-


dad Javeriana y de la Universidad de los Andes. Durante el aÒo 1997 se desempeÒÛ como
Coordinadora AcadÈmica del Departamento de Arte. Actualmente es profesora del ·rea de
Estudios del Arte y la Cultura del mismo Departamento.

N ”MADAS 193
El caballete sale del atelier sus propias pr·cticas profesionales, acerca del car·c-
ter de su actividad acadÈmica y sobre los procesos
AsÌ como el estudio y la pr·ctica de muchas disci- curriculares de los planes de estudio vigentes. En par-
plinas no son los mismos que hace 100 aÒos -la pr·c- ticular, durante el ˙ltimo aÒo se han dado debates sis-
tica y el estudio de la medicina, por ejemplo- tambiÈn tem·ticos entre los miembros de la comunidad acerca
la pr·ctica y el estudio del arte se han transformado. del papel del Departamento en la vida cultural nacio-
El contexto de la cultura contempor·nea ha catalizado nal y en las tradiciones de su competencia, en su pro-
la formaciÛn de nuevas pr·cticas artÌsticas, saberes, yecto pedagÛgico y en su actividad docente e
ciencias y nuevas perspectivas sobre Èstos, proveyen- investigativa.
do asÌ un medio cultural y acadÈmico cuyos compo-
nentes se amalgaman y no son ya configuraciones Estas actividades han propiciado el diseÒo de un
aisladas. El ´quehacerª universitario deberÌa ubicarse nuevo Proyecto Curricular -implementado en 1997-,
en esas coincidencias y disyunciones entre paradigmas han impulsado nuevas actividades de investigaciÛn y
cientÌficos, estÈticos, culturales con los que nos acer- reflexiÛn pedagÛgica y han desembocado en la nece-
camos al vapuleado umbral del siglo XXI. sidad de darle al Departamento una nueva organiza-
ciÛn. Los debates y actividades no sÛlo han discutido
Esa necesidad de desarrollar nuevos mÈtodos y for- los contenidos, las metodologÌas, las formas de eva-
mas de acciÛn ha sido planteada por teÛricos de diversas luaciÛn usuales, sino tambiÈn el sentido mismo de una
disciplinas, quienes sostienen que este momento histÛri- reforma curricular, de la enseÒanza de estas disciplinas
co requiere una nueva definiciÛn de las ciencias, de las y pr·cticas profesionales y de Èstas en el contexto na-
artes, de las pr·cticas profesionales y de sus roles en la cional, regional y local.
sociedad. En el campo del arte ya no serÌa suficiente,
entonces, la formaciÛn en las habilidades y oficios del Este Proyecto Curricular busca convertirse en un
dibujo, la pintura, la escultura, la historia del arte, sino marco amplio para la experimentaciÛn en la crea-
que serÌa necesario conocer el contexto en el que el arte ciÛn cultural y artÌstica, la exploraciÛn pedagÛgica,
existe, sus responsabilidades sociales y los roles de los ar- investigativa y de gestiÛn. Esta forma de plantear el
tistas en nuestra sociedad contempor·nea. marco de nuestras actividades fomenta una concep-
ciÛn de actividad docente y acadÈmica atenta a los
En el ·mbito de la educaciÛn en arte, nos hemos des- cambios sociales y culturales, al desarrollo de sus pro-
plazado del Atelier o la Escuela de Arte a otra forma de pias disciplinas, que intenta dar respuestas de todo
educaciÛn que es el sistema universitario de formaciÛn. orden a estas condiciones, que transforma sus pro-
Este desplazamiento nos obliga a una reflexiÛn acerca de pias perspectivas educativas y profesionales y que
las pr·cticas artÌsticas y a un di·logo sobre y con diversas propone nuevos rumbos para sÌ y para las activida-
disciplinas, en el espacio acadÈmico de la Universidad, des de su competencia en el contexto de la vida cul-
asÌ como tambiÈn a revisar los supuestos y los discursos tural y polÌtica de nuestros entornos.
institucionales. Las implicaciones culturales, sociales,
polÌticas y ecolÛgicas de la formaciÛn y de la actividad de Nuestra sociedad vive procesos recientes de
artistas, crÌticos de arte, gestores culturales, historiadores globalizaciÛn econÛmica y polÌtica, la emergencia de
de las artes, no deberÌan estar subordinadas a un saber, a nuevos sectores sociales que demandan participaciÛn en
una pr·ctica, a ciencias particulares, a formas culturales los escenarios de gestiÛn y decisiÛn, asÌ como la consoli-
especÌficas, sino que deberÌan contemplar que se encuen- daciÛn de sistemas de informaciÛn como primera fuerza
tran en las intersecciones m˙ltiples de diversas discipli- productiva. Estos procesos histÛricos actuales han trans-
nas, ciencias, saberes, actividades y culturas. formado las relaciones entre cultura y desarrollo social,
fracturando las fronteras usuales de las pr·cticas profesio-
øCÛmo ha enfrentado estos retos el Departamento nales del arte y ubicando al trabajador cultural en terri-
de Arte de la Universidad de los Andes? Durante los torios y circuitos inusuales. Los artistas habitan espacios
˙ltimos aÒos el cuerpo de profesores, directivas y es- de producciÛn cultural interdisciplinarios, en los cuales
tudiantes del Programa de Artes Pl·sticas ha estado la pr·ctica profesional se ve enfrentada a nuevas dimen-
reflexionando acerca de las condiciones actuales de siones, nuevos sentidos y nuevas responsabilidades Èti-

194 N ”MADAS
cas que definen de un nuevo modo la figura tradicio- de un profesional del arte desde ·reas que le permiti-
nal del artista ilustrado, dotado de habilidades tÈcni- r·n al egresado desenvolverse en campos como la
cas y perceptivas para la producciÛn de un objeto gestiÛn cultural, la pedagogÌa, la crÌtica, la investi-
estÈtico, ˙nico y original, dirigido casi exclusivamen- gaciÛn y la creaciÛn.
te a un p˙blico selecto.
De allÌ nuestra apuesta por los estudios culturales.
Hemos pasado, entonces, de un artista a la figura
de un agente cultural cada vez m·s preocupado por la
sistematizaciÛn y la divulgaciÛn de sus propias reflexiones, Arte e investigaciÛn
por el desafÌo a las formas tradicionales de producciÛn,
uso, exhibiciÛn y circulaciÛn de bienes culturales; asÌ como En una primera etapa, fue necesario reconocer que la
por aportar sus competencias en campos interdisciplinarios docencia no era la ˙nica actividad de las instituciones de
de desarrollo social y cultural que, dentro de la formaciÛn educaciÛn superior o una actividad exclusiva de las dis-
cl·sica de un artista, eran considerados como ajenos a sus ciplinas cientÌficas. Luego, fue necesario romper con cierta
propÛsitos profesionales. imagen y rol de investigador. En los espacios internacio-
nales de investigaciÛn del arte, hasta inicios de los aÒos
Estas nuevas dimensiones de la pr·ctica profesio- 80, se asumiÛ que este trabajo correspondÌa primordial-
nal no han sido incorporadas en los programas de for- mente a historiadores del arte y en algunos casos a
maciÛn. Un examen de las nociones del ejercicio antropÛlogos y sociÛlogos. En la medida en que las pr·c-
profesional que est·n implÌcitas en los planes de estu- ticas artÌsticas fueron transform·ndose, los criterios y pro-
dio, revela una distancia entre lo que se enseÒa y las cesos de investigaciÛn en arte urgieron porque Èsta no
distintas maneras como los profesionales desarrollan sÛlo estuviese a cargo de los historiadores del arte, sino
su labor. A modos diversos y complejos de produc- tambiÈn de artistas o profesionales que abrieran la inves-
ciÛn cultural le corresponden en los programas de es- tigaciÛn a campos que establecieran relaciones con otras
tudio versiones progresivas, acumulativas y agregadas disciplinas y ejercicios. Por otra parte, las mismas pr·cti-
de algunas dimensiones de la pr·ctica misma. cas artÌsticas habÌan involucrado en sus procesos creativos
actividades investigativas y, en ciertos casos, la creaciÛn
Nuestro proyecto busca que los espacios acadÈ- se volviÛ investigaciÛn que establecÌa puentes con las
micos puedan dar cabida a los nuevos instrumentos m·s inesperadas esferas.
de creaciÛn y que las preocupaciones curriculares se
acerquen m·s a la dimensiÛn social e interdis- Nuestro Departamento no ha sido indiferente a estas
ciplinaria de la producciÛn cultural. AsÌ, este Pro- transformaciones de las pr·cticas que nos competen. AsÌ,
yecto Curricular se estructura a partir de un perfil la investigaciÛn en arte partiÛ inicialmente de trabajos
amplio del profesional del arte en el mundo contempo- de corte historiogr·fico, en un ·mbito en el que los tra-
r·neo. Teniendo en cuenta que buena parte de los bajos de investigaciÛn se realizaban individualmente de
egresados se desempeÒan en campos nuevos del ejer- acuerdo con los intereses de los estudiosos, sin que estu-
cicio artÌstico, el Departamento busca recoger la ne- viera claro cu·l era la relaciÛn de tales investigaciones
cesidad sentida de una formaciÛn profesional en esas con los proyectos de las unidades acadÈmicas a las que
·reas y ampliar el sentido de la actividad de estas pertenecieran.
pr·cticas profesionales, al renovar su impacto en ·reas
distintas a las de las rutinas tradicionales. Hemos afir- Luego, ante las transformaciones que sufrÌan las
mado que las pr·cticas artÌsticas sufren actualmente pr·cticas artÌsticas y los procesos de producciÛn cul-
una profunda transformaciÛn, esto nos lleva a consi- tural, se propiciÛ el desarrollo de procesos investi-
derar que un profesional del arte hoy, es aquel capaz no gativos de artistas desde su trabajo individual como
sÛlo de producir objetos y procesos de creaciÛn, sino tam- investigadores, labor que desbordaba una perspectiva
biÈn el que puede circular por los espacios de la gestiÛn historiogr·fica, pero sin que su trabajo de creaciÛn se
cultural, la reflexiÛn pedagÛgica y la investigaciÛn de los articulara con sus proyectos de investigaciÛn. Estos
impactos culturales, sociales y polÌticos de su actividad. proyectos comenzaron a gestar espacios de debate no
Es por ello que el Departamento asume la formaciÛn sÛlo sobre los modos de investigar, sino tambiÈn sobre

N ”MADAS 195
la concepciÛn y el sentido de las pr·cticas artÌsticas. Interrogarse sobre esto implica pensar la cultura
Sin embargo ante el debate que esta necesidad produ- misma, una transformaciÛn de los discursos institu-
jo, y ante el imperativo de confrontaciÛn e inter- cionales, pedagÛgicos y culturales. A partir de esta
locuciÛn de colegas de estas ·reas, los procesos de experiencia se optÛ por asumir a los estudios cultura-
investigaciÛn comenzaron a articularse a los proyec- les como nuestro campo de trabajo teÛrico.
tos del Departamento, de la Universidad y de otras
comunidades.
La apuesta por los estudios
El espacio de investigaciÛn se conformÛ alrededor culturales
de los problemas de los estudios del arte y la cultura,
en torno al examen de los problemas teÛricos, filosÛfi- Afirm·bamos, al iniciar este artÌculo, que este mo-
cos e historiogr·ficos que dan cuerpo a los enfoques y mento histÛrico requiere una nueva definiciÛn de las cien-
a las aproximaciones contempor·neas a los procesos cias, de las artes, de las pr·cticas profesionales y de sus
culturales y artÌsticos. Proyectos que a partir de an·li- roles en la sociedad. Por ello, nuestra propuesta cobija la
sis de casos buscan un an·lisis sistem·tico de sus me- creaciÛn de espacios de interdisciplinariedad, un
canismos de interpretaciÛn, sus metodologÌas de metadiseÒo de contextos que integre ciencias y artes, por
investigaciÛn, sus estrategias discursivas y sus formas medio de redes transdisciplinarias.
de validaciÛn, en suma, mediante el estudio de sus
dimensiones Èticas, sus desarrollos epistemolÛgicos y Los estudios culturales se presentaron como el mejor
metodolÛgicos y sus mecanismos de validaciÛn. campo posible de trabajo. øPor quÈ? No es ninguna
novedad que asistimos a la disoluciÛn de los discursos
Se perfilaron dos grupos de proyectos de investiga- homogeneizantes y totalizantes en las artes, la ciencia
ciÛn: unos, interesados en trabajos de corte historiogr·fico y la cultura. No existe narraciÛn o gÈnero del discurso
alrededor de la historia del arte, primordialmente la co- capaz de dar un trazado ˙nico, un horizonte de senti-
lombiana y latinoamericana, de los textiles y del traje o do unitario de la experiencia de la vida, la cultura, la
las investiduras; otros, interesados en la articulaciÛn de ciencia o la subjetividad. Hay historias, en plural; el
procesos de investigaciÛn y creaciÛn en diversos espacios mundo se ha vuelto intensamente complejo y las res-
sociales y culturales, desde la nociÛn de identidad y puestas no son directas ni estables1 . Bajo esta pers-
diferencia. pectiva, construir un espacio acadÈmico que no tenga
una estructura de ìcompartimentosî, sino una estruc-
Es cierto que el criterio de investigaciÛn se aplica tura de convergencias y encuentros en la similitud y
tanto a aquellos trabajos que dan cuenta de teorÌas, de en la diferencia es un reto. SÛlo asÌ, los espacios peda-
connotaciones sociales, culturales, como tambiÈn a los gÛgicos no ser·n un agregado de materias y conteni-
procesos mismos de creaciÛn artÌstica, sistematizaciÛn dos, sino un conjunto integrado de espacios para el
pedagÛgica y gestiÛn cultural. Sin embargo, nos pregun- desarrollo de proyectos por profesores y estudiantes.
tamos sobre la producciÛn artÌstica, la sistematizaciÛn Los programas acadÈmicos no har·n Ènfasis en los con-
pedagÛgica y la gestiÛn cultural en el ·mbito universita- tenidos que deben ser enseÒados, sino en los espacios
rio, cÛmo se pueden desarrollar en este espacio, cÛmo y a y procesos curriculares para ser construidos y desarro-
quÈ proyectos acadÈmicos articularlas. QuÈ tipo de in- llados por los mismos profesoresî y estudiantes. Bajo
vestigaciÛn llevar a cabo en aquellos espacios que a˙n estos supuestos, devenir un ìprofesionalî de las artes
no han sido explorados, pero que urgen por ser aborda- consistirÌa en participar en procesos sociales compar-
dos (bien sea desde la recopilaciÛn de informaciÛn, ele- tidos en los cuales emergen significados, coordinacio-
mentos materiales, o sistematizaciÛn de experiencias). nes y conflictos.
CÛmo realizar investigaciones transdisciplinarias. CÛmo
hacer para que nuestras investigaciones sean importan- En este marco es que apostamos a los estudios cul-
tes para la empresa privada, las instituciones culturales; turales. Una forma de entenderlos es empleando las
para que tengan incidencia social, cultural y acadÈmica. estrategias tradicionales a travÈs de las cuales las dis-
CÛmo convocar y promover la investigaciÛn. CÛmo ciplinas determinan o marcan sus territorios, y de los
evaluarla. paradigmas con los que establecen sus diferencias: re-

196 N ”MADAS
clamando un dominio particular de objetos, desarro- un pensamiento potencialmente relativista, relacio-
llando un conjunto ˙nico de pr·cticas metodolÛgicas, nante y autocognoscitivo 2 . AsÌ, la formulaciÛn de
y construyendo un lÈxico y tradiciÛn. Es decir, un do- interrogantes deviene un medio para resistir la simpli-
minio, un mÈtodo y un legado intelectual. ficaciÛn y construir la complejidad.

Aunque estos tres aspectos nos ayudar·n a enten- La metodologÌa de los estudios culturales consti-
der mejor los estudios culturales, ninguno de estos ele- tuye un marcador tan difÌcil como su dominio, ya
mentos transforma o hace de ellos una disciplina que Èstos no tienen en realidad una metodologÌa pre-
tradicional. Realmente no son simplemente interdis- cisa o clara, elementos estadÌsticos, etnometodologÌas
ciplinarios, sino activa y agresivamente ìanti-discipli- o an·lisis textuales que puedan reclamar como pro-
nariosî una caracterÌstica que casi garantiza una pios. Su metodologÌa, ambigua desde sus inicios,
relaciÛn permanentemente incÛmoda con las discipli- puede ser ñ en el mejor de los casos ñ asumida como
nas acadÈmicas. Motivados, por lo menos en parte, un bricolaje. Su quehacer es pragm·tico, estratÈgico y
por una crÌtica a las disciplinas, los estudios culturales autorreflexivo, pero rearticular para los estudios cul-
se han negado a transformarse en una. turales los mÈtodos privilegiados por las disciplinas
existentes requiere de un considerable trabajo de re-
AsÌ, recurren a cualquier campo que sea necesario flexiÛn. Este campo, entonces, no provee una meto-
para producir el conocimiento requerido en un proyecto dologÌa, una receta tÈcnica, sino que inspira una red
particular. PodrÌa decirse que se dibujan como una quÌ- de paradigmas.
mica que emplea los cuerpos teÛricos de las ˙ltimas dÈca-
das, desde el marxismo y el feminismo hasta el Estas breves observaciones sugieren que probable-
psicoan·lisis y el postestructuralismo. Basta con revisar mente sea imposible establecer una definiciÛn esen-
las principales categorÌas de trabajo actual en estudios cial o narrativa ˙nica de los estudios culturales; ellos
culturales para comprender la amplitud pero tambiÈn no son ìuna cosaî y nunca lo han sido. Aun cuando
vaguedad de su dominio: la historia de los estudios cultu- son identificados con una tradiciÛn nacional especÌfi-
rales, gÈnero y sexualidad, nacionalidad e identidad na- ca, como los estudios culturales brit·nicos, se mantie-
cional, colonialismo y postcolonialismo, raza y etnicidad, nen como una diversa y litigiosa actividad, abarcando
cultura popular y sus audiencias, ciencia y ecologÌa, po- diferentes trayectorias y posiciones en contextos es-
lÌticas de identidad, polÌticas de la estÈtica, polÌticas de pecÌficos, seÒalando m˙ltiples preguntas, no esbozan-
lo disciplinario, instituciones culturales, pedagogÌa, dis- do ìismosî, y d·ndose forma a partir de diferentes
curso y textualidad, historia, cultura global en una Època espacios e instituciones. El paso del tiempo, los en-
postmoderna. Sin embargo, los estudios culturales pue- cuentros con nuevos eventos o fenÛmenos y la cober-
den sÛlo parcialmente y con dificultad ser identificados tura de estos estudios har· que adquieran nuevos
a partir de este territorio de intereses, pues ninguna lista significados y usos. De todos modos, ellos necesitan
pretende constreÒir los temas que en el futuro puedan y permanecer abiertos a posibilidades inesperadas,
deban abordar. inimaginadas y no invitadas. Nadie puede esperar con-
trolar estos desarrollos.
Esto, esperamos, nos permitir· mantenernos en un
espacio de reflexiÛn y di·logo sobre, con y desde diversas Construir una visiÛn de los estudios culturales pue-
disciplinas. de, entonces, ser fructÌferamente desarrollada en cual-
quier conjunto de circunstancias que requiera de un
MetodolÛgicamente, la pÈrdida de la certeza que atra- an·lisis a partir de los estudios culturales de esas mismas
viesa la cultura contempor·nea lleva a una nueva con- circunstancias. Al mismo tiempo, el seÒalar o definir su
ciencia de la ignorancia, de la incertidumbre. El poder especificidad implica el preguntarnos por quÈ nos
preguntarse, el dudar sobre la duda introduce, asÌ, una interesan.
reflexiÛn sobre la reflexividad, un proceso de segundo
orden en la producciÛn artÌstica e intelectual. Las dudas Como hemos seÒalado, estos estudios constituyen
con las cuales el sujeto se interroga sobre la emergencia y un campo interdisciplinar, transdisciplinar e incluso
la existencia de su propio pensamiento constituyen contra-disciplinar que opera en la tensiÛn entre sus

N ”MADAS 197
tendencias de abarcar tanto una amplia nociÛn antro- apuesta es por un espacio, precario y temporal, que
polÛgica de cultura como una m·s estrecha concep- nos permita hallar mÈtodos, formas de acciÛn y ca-
ciÛn humanista de la cultura. Se trata de un campo minos mentales para pensarnos.
cuyo quehacer es tÌpicamente interpretativo y eva-
luativo en sus metodologÌas y que parte del supuesto A pesar de las ambig¸edades, el ubicarnos en el
de que todas las formas de producciÛn cultural requie- campo de los estudios culturales nos ha brindado m·s
ren ser estudiadas en relaciÛn con otras pr·cticas cul- y mejores herramientas para poder desarrollar un pa-
turales y otras estructuras sociales e histÛricas. radigma de complejidad para el conocimiento 5 -en
nuestro caso- alrededor de las artes. Esperamos que
Somos conscientes de que, aunque el campo de los en el ·mbito de estos estudios las manifestaciones ar-
estudios culturales est· experimentando un boom inter- tÌsticas y culturales ligadas a los conceptos emergen-
nacional que no tiene precedentes, ese boom no es con- tes aparezcan involucradas en circuitos recursivos, en
diciÛn de garantÌa. A˙n deberemos ver quÈ impacto interacciones no lineales dentro del arte, de la ciencia
tenga en la vida intelectual; deberemos buscar identi- y la cultura. Ellas contribuirÌan a crear un contexto,
ficar sus dimensiones y sus diversos efectos, discutirlos una ecologÌa de las ideas que energizarÌa temas,
en relaciÛn con su historia intelectual, sus variantes y interrogantes y met·foras 6 , y nos darÌan pistas para
distintas definiciones, sus actuales afiliaciones y afini- saber quiÈnes somos hoy y de quÈ somos capaces.
dades, sus diferentes objetos de estudio, su posible fu-
turo y su pertinencia en nuestro mundo acadÈmico y
social.
Citas
De todos modos, consideramos que desde los es-
tudios culturales nos ha sido posible plantear un pro- 1
J. JimÈnez, La vida como azar, Madrid, Mondadori, 1991.
grama de formaciÛn universitaria en arte con la 2
En el Centre for Contemporary Cultural Studies en Birmingham
conciencia de la ambig¸edad de los procesos artÌsti- una de las metas de estos estudios es ìhabilitar, permitir, que la
cos, cientÌficos y tÈcnicos, y de la incertidumbre de gente entienda lo que sucede o ha sucedido, y especialmente
proveer de formas de pensamiento, estrategias de supervivencia y
nuestro porvenir3 ; desde el cuestionamiento de las tra- fuentes de resistenciaî. Hall, 1990, p.22.
dicionales distinciones y oposiciones arte/ciencia, teo- 3
Al respecto puede consultarse: Edgar Morin, La mÈthode. Les
rÌa/pr·ctica, ciencias duras/ciencias blandas, idÈes, ParÌs, Editions du Seuil, 1991; y Edgar Morin, G. Bocchi,
incluyendo las diferentes dimensiones de la experien- M. Ceruti, Un nouveau commencement, ParÌs, Editions du Seuil,
cia y del conocimiento. Esperamos que este diseÒo 1991.
permita una reflexiÛn y un di·logo sobre y con diver- 4
Es un hecho de amplio reconocimiento que en los ˙ltimos aÒos
se han venido reformulando los propÛsitos y el sentido de las
sas disciplinas acerca de las pr·cticas artÌsticas, de los actividades universitarias. A partir de los recientes procesos eco-
nuevos paradigmas del saber, y de los supuestos y los nÛmicos de orden mundial, de la conformaciÛn paulatina del
discursos institucionales. Las implicaciones sociales, planeta como una aldea global y de la emergencia del saber como
primera fuerza productiva, las instituciones acadÈmicas han asu-
polÌticas y ecolÛgicas de la formaciÛn4 y de la activi- mido compromisos que desbordan los roles anteriores de transmi-
dad de artistas, crÌticos de arte, gestores culturales, siÛn del saber y de capacitaciÛn de personal calificado para los
historiadores de las artes, no deberÌan estar subordi- distintos sectores de la economÌa. Hoy se asume que las institu-
nadas a un saber, a una pr·ctica, a ciencias particula- ciones juegan un papel preponderante en la gestiÛn de procesos
sociales y polÌticos, m·s acordes con las demandas nacionales e
res, a formas culturales especÌficas, sino que deberÌan internacionales por sociedades m·s democr·ticas y responsables.
contemplar que se encuentran en las intersecciones 5
Paradigma que Edgar Morin considera un nuevo mÈtodo para el
m˙ltiples de diversas disciplinas, ciencias, saberes, ac- saber (Edgar Morin, La mÈthode. La nature de la nature, ParÌs,
tividades y culturas. Editions du Seuil, 1977; Edgar Morin, La vida de la vida, Barcelo-
na, Teorema, 1987; Edgar Morin, El conocimiento del conocimien-
to, Barcelona, Teorema, 1987; Edgar Morin, ìComputo, ergo sumî,
La complejidad de los problemas que hoy en- en: ChimËres, No. 8, mayo 1990). Morin plantea que no se trata
frentamos nos desarticula y por esta razÛn, precisa- de buscar el conocimiento general ni la teorÌa unitaria, sino en-
mente, se vuelve necesario un reordenamiento contrar un mÈtodo que detecte las ligazones, las articulaciones.
intelectual que nos habilite para pensar la comple- 6
Al respecto puede consultarse: Gregory Bateson, Pasos hacia
una ecologÌa de la mente, Buenos Aires, Planeta - Carlos LohlÈ,
jidad y ser capaces de crear en ella. Tal vez nuestra 1991; Gregory Bateson, EspÌritu y naturaleza, Buenos Aires,

198 N ”MADAS
Amorrortu, 1990; FÈlix Guattari, Las tres ecologÌas, Valencia, COLLINGS, Jim, Uncommon Cultures: Popular Culture and
Pre-Textos, 1990; FÈlix Guattari, ìSubjetividades, para lo me- Postmodernism, Londres, Routledge, 1992.
jor y para lo peorî, en: El constructivismo guattariano, Cali, 1993,
pp.57-71; N.K. Hayles, Chaos and Order, Chicago - Londres, FISKE, John, Reading the Popular, Londres, Unwin Hyman, 1989.
University of Chicago Press, 1991.
GILROY, Paul, ìStepping out of Babilon - race, class, and autonomyî,
en: Centre for Contemporary Cultural Studies, The Empire Strikes
back, Londres, Hutchinson, 1982.
HALL, Stuart y Otros, Culture, Media, Language, Londres,
BibliografÌa Hutchinson, 1987.
JOHNSON, Richard, ìWhat is Cultural Studies Anyway?î, en:
ATKINSON, P., The Etnographic Imagination: Textual Constructions Occassional Paper 74, CCCS, University of Birmingham, 1983.
of Reality, Londres, Routledge, 1990. KAPLAN, Cora, Sea changes: Culture and Feminism, Londres, Ver-
BARKER, Martin y BREEZER, Anne, IntroducciÛn a los Estudios so, 1986.
Culturales, Barcelona, Dosch, 1994. MATTELART, Armand y NEVEU, Erik, ìLa institucionalizaciÛn
BEN-DOV, Yoav, Models of Knowledge and strategies of Education, Tel- de los estudios de ComunicaciÛn: historias de los Cultural
Aviv, Cohn Institute for the History and Philosophy of Science, Studiesî, en: Telos, No. 49, Madrid, Fundesco, marzo-mayo
1995. 1997, pp.113-148.

BEVERLEY, John y Otros, ìA little azucar: una conversaciÛn sobre MUKERJI, Chandra y SCHUDSON, Michael (ed.), Rethinking po-
pular culture: contemporary perspectives in Cultural Studies,
Estudios Culturalesî, en: Estudios: Revista de InvestigaciÛn Litera-
Berkeley, University of California Press, 1991.
ria, No. 4 (8), julio-diciembere 1996, pp.79-96.
THIONGíO, Ngugi wa, Decolonising the Mind, Londres, John Currey/
BHABHA, Homi K., The Theory of Reading, Brighton, Harvester Press, Heinemann, 1986.
1984.
TURNER, Graeme, British Cultural Studies: an Introduction, Londres,
, The Socation of Culture, Londres, Routledge, 1994. Unwin Hyman, 1990.
BRANTLINGER, Patrick, Crusoe¥s Footprints: Cultural Studies in UNIVERSITY Teaching Methods Unit, ìEvaluating Teaching in
Britain and America, Londres, Routledge, 1990. Higher Educationî, Londres, UTNU, 1995.
BUTCHER, H. y RUDD, E. (eds.), Contemporary Problems in Higher WILLIAMS, Raymond, ìThe Future of Cultural Studiesî, en: Tony
Education, Londres, McGraw-Hill, 1992. Pinkney (comp.), The Politics of Modernism: Agains the New
Conformists, Londres, Verso, 1989.
BUTLER, Judith y SCOTT, Joan W. (eds.). Feminists theorize the
YUDICE, George, ìEstudios Culturales y Sociedad Civilî, en: Estu-
political, Nueva York, Routledge, 1994.
dios: Revista de InvestigaciÛn Literaria, No. 4 (8), julio-diciembre
CLARKE, John y Otros, Subcultures, Cultures and Class, Londres, 1996, pp.97-102.
Hutchinson, 1996.

N ”MADAS 199

También podría gustarte