Está en la página 1de 1

Clara y Clarito

Había una vez una niña llamada Clara que paseaba por —Sí —dijo la niña, mientras sus padres asentían con la
el parque con sus papás. El parque estaba precioso, cabeza.
lleno de flores. La hierba estaba tan verde y con aspecto
Clara y Clarito—Entonces, manos a la obra —dijo el
tan esponjoso que daban ganas de tumbarse sobre ella.
veterinario—. Lo preparamos y te lo llevas. ¿Qué te
En árboles cantaban alegres los pajaritos. Las mariposas parece si mientras tanto preparas un cartel para buscar
revoloteaban entre los arbustos. Y, de vez en cuando, se a la familia de este perro con uno de mis auxiliares?
dejaba ver alguna lagartija en los troncos de los árboles
Clara se mostró entusiasmada. Mientras el veterinario
o entre las grandes piedras.
se ocupaba del perrito ella le hizo una foto y ayudó al
De ponto algo asomó detrás de un árbol. Era pequeña, auxiliar a preparar un precioso cartel. Colgaron el cartel
peludo y de aspecto asustado. en la puerta de la clínica e imprimieron más para
colocarlos por la zona.
—¡Mira, mamá, un perrito! —dijo Clara.
Durante semanas Clara cuidó de Clarito sin que nadie
Clara y sus padres se acercaron a ver al cachorro. Era de
preguntara por él. Así que el pequeño cachorro se
color blanco y canela, y parecía asustado.
convirtió en un precioso perro y pasó a forma parte de
—¿Lo habrán abandonado? —preguntó Clara. la familia.

—A lo mejor se ha perdido —dijo papá.

Clara sacó su bocadillo y le ofreció un poco de pan al


perrito. Este se lo comió en un santiamén. Luego, la niña
sacó el recipiente en el que llevaba un poco de fruta, se
la comió y la llenó con parte del agua que tenía en su
botella. El perrito se lo bebió todo enseguida.

—Te llamaré Clarito —dijo la niña.

—Pero no sabemos si este perro tiene nombre —dijo


mamá.

—Tampoco si tiene dueño —dijo papá.

—Nos lo podemos llevar y cuidarlo mientras lo


encontramos —dijo Clara.

—Pero primero lo llevamos al veterinario a ver qué nos


dice —dijo mamá.

Los padres de Clara cogieron al perrito y fueron


derechos a la clínica veterinaria. Allí el veterinario
examinó al cachorro.

—Está sano, pero no tiene chip de identificación ni nada


que nos diga quién es —dijo el veterinario. Y por aquí
nadie ha venido reclamando ningún cachorro perdido.

—¿Qué podemos hacer? —preguntó Clara—. A mí me


gustaría cuidar de Clarito mientras aparece su familia.

—¿Tus papás están de acuerdo? —preguntó el


veterinario.

También podría gustarte