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Lectura Desarrollo Territorialy Bioecono
Lectura Desarrollo Territorialy Bioecono
Marcos regulatorios.
La bioeconomía implica cambios en las formas usuales en que se hacen las cosas.
Cambios en el tipo de recursos que se emplean y en la forma en que se los utiliza;
cambios en los comportamientos y en las tecnologías, productos y mercados
establecidos. En la actualidad los bienes y servicios tradicionales son tomados como el
“patrón del mercado” y están incorporados en los marcos legales y regulatorios que
losordenan y promueven. Algunos componentes de la bioeconomía podrán – y de hecho
lo están haciendo – desarrollarse al amparo de estos marcos; pero, en la medida en que
los procesos se profundizan y, en muchos casos, para que ello sea posible, se requieren
nuevos marcos regulatorios que reflejen las especificidades, el potencial, las
oportunidades y el tipo de riesgos y conflictos emergentes de los nuevos enfoques y
formas de organización de la economía. Por ello será necesario abordar un conjunto de
nuevas regulaciones, que reflejen la naturaleza de esos desafíos y faciliten el
aprovechamiento seguro de las nuevas oportunidades.
El ámbito de nuevos espacios a considerar es amplio e incluye a las normativas referidas
al ordenamiento territorial y el uso responsable de los recursos naturales; las regulaciones
en materia producción, distribución y consumo de bioenergías con el propósito de
incrementar su participación local y nacional en la matriz energética; los nuevos
estándares y sistemas de certificación de los bioproductos para su diferenciación y
valorización; las regulaciones en relación a la deposición de envases y otros residuos,
destinadas a reducir los riesgos de la contaminación y mitigar sus impactos en el
calentamiento global; los mecanismos para el aseguramiento de la bioseguridad y para la
protección de la propiedad intelectual de los nuevos desarrollos, de manera de promover
las inversiones en I+D.
Infraestructura.
La migración de patrones productivos basados en los enfoques convencionales hacia
nuevas formas de aprovechamiento de la biomasa, no sólo demanda ajustes en las
tecnologías y procesos, sino también en el tipo de inversiones requeridas y en su
despliegue territorial y logístico de los insumos y productos. En distintas partes del texto
de este documento se ha hecho referencia a que la biomasa “viaja mal” por lo que su
procesamiento debe realizarse en las zonas de producción, lo que constituye un factor
que redefine el papel de las economías regionales en el futuro desarrollo económico y
social del país, al mismo tiempo que permite reducir los impactos del transporte de
mercaderías de bajo valor unitario en la emisión de gases de efecto invernadero; esa
característica afecta además las dinámicas de creación de empleo y con ello las formas
de asentamiento de la población en el territorio, densificando sus actividades y
requerimientos de servicios en las respectivas localidades y provincias. Las deficiencias
en la infraestructura en las zonas de producción de la biomasa se hacen críticas.
Una estrategia para el desarrollo de la bioeconomía tiene que incluir, por consiguiente, la
solución de los déficits en cuanto a infraestructura social y económica que enfrentan la
mayor parte de las regiones del país, especialmente las más alejadas de los grandes
centros urbanos, de manera de que puedan ser parte activa de los nuevos esquemas
productivos a los que se ha hecho referencia en los capítulos previos. Ello implica un
replanteo de las prioridades para la asignación de los presupuestos nacionales y
provinciales destinados a comunicaciones, salud, educación y los distintos medios de
transporte, para contemplar esta nueva visión del desarrollo sostenible del país.
Dichas iniciativas, que por el momento tienen limitado desarrollo territorial y productivo en
relación al valor potencial que se puede generar en las biorefinerías y en las nuevas redes
de valor resultantes, constituyen antecedentes muy valiosos para identificar algunos de
los senderos tecno-productivos que pueden dar lugar a una nueva estrategia de desarrollo
económico y social de cada una de las regiones basada en la bioeconomía.
El relevamiento realizado en el marco del presente estudio ha permitido identificar un
amplio espectro de casos de modelos de negocios implementados por diversas empresas
o asociaciones empresarias en las distintas regiones, que han sido impulsados por
algunos de los inductores mencionados previamente.
Los resultados positivos en materia de diversificación de la producción, aumento de los
ingresos locales, generación de empleo, mejora de las condiciones de vida y en las
condiciones ambientales, permiten afirmar que existe un amplio espectro de alternativas
plausibles para el desarrollo territorial en las distintas regiones de Argentina. Dichas
alternativas están asociadas a las condiciones agroecológicas, económicas y
socioculturales de cada una de las regiones.