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Espero que te guste mi historia.

Que es má s tuya que mía…


Esta historia es tuya porque la está s leyendo y mía porque la escribí. Así
que es de los dos ahora, es nuestra historia. Nuestra historia comenzó un
cuatro de septiembre. El añ o es irrelevante, lo importante es que fue al
comienzo de un nuevo curso escolar. Nuestro chico se despertó esperando
que este añ o, o al menos este semestre fuera diferente al anterior. No sabía
exactamente en qué sentido, solo quería que pasara algo nuevo que lo
llenara de vida… y de repente cuando ya ni estaba buscando ese algo
cambiaría todo… lo encontró . Conoció a una de las chicas de su vida. No la
primera, ni la má s importante, tampoco sería la ú ltima. Simplemente una
chica. Amable y de pelo rosado. Tal vez madura e inepta. Nunca molesta,
solo triste en ocasiones. Nuestro chico se empeñ ó en que esta era la chica
de sus sueñ os, en que era La indicada, en que era su alma gemela por sus
gustos compartidos. Tal vez hasta el amor de su vida. Le escribió poemas y
le dedicó su tiempo e incluso algunos momentos de su vida. Ella también lo
quería, tal vez su amor era má s sincero. Tal vez el chico era má s que eso:
má s que amor sincero, má s que solo un chico que amaba a una chica. Tal
vez tenía demasiado amor como para dá rselo todo a una ú nica persona… A
nuestro chico le hacía muy feliz la sonrisa de La Primera, así es como
llamaremos a esta chica. La Primera no era ni remotamente perfecta,
aunque sí lo era su amor por nuestro chico. Esta fue la chica que durmió a
su lado por algú n tiempo… a quien él extrañ ó de manera incalculable
cuando ya no la tenía má s. Fue la chica de la cual se arrepintió de haber
perdido. Fue la chica que le dio tanto amor como agua es capaz de dar un
río… pero esto no era suficiente para nuestro chico. Nunca lo es… Tal vez su
relació n pasó demasiado rá pido: su amor, sus citas, sus experiencias… no
hubo tiempo de disfrutar… y no hubo tiempo de aburrirse a la vez…
Nuestro chico la quería, adoraba a su peli-rosada porque era la peli-rosada
de sus sueñ os. Al menos de eso se quería convencer él… al menos eso
quería creer ella. No tenían que decirse que serían leales el uno al otro. Con
miradas de complicidad ya era suficiente para saber que nunca se
engañ arían…

Nuestro chico era todo mariposas y La Primera era todo flores…

Lamentablemente La Segunda apareció en la vida de nuestro chico


mientras todavía él estaba con La Primera. A La Segunda le gustaba el
mundo del espectá culo, que aunque triste en ocasiones, sirve para llegar a
la fama. No era tan hermosa por dentro como lo era por fuera… o tal vez sí
lo era pero no lo era con nuestro chico. La Segunda le inundó el cerebro a
nuestro chico con deseos nuevos, pasiones en la arena y engañ os que
parecían divertidos… A nuestro chico le atraía mucho má s lo incierto de La
Segunda que lo seguro de La Primera ahora. A nuestro chico ya no se le
iluminaba el rostro cuando veía a su peli-rosada sonreír… La peli-rosada
era la chica que valía la pena, la que lo amaba y apoyaba en todo
momento… pero La Segunda era misteriosa, era atractiva y no parecía amar
a alguien en específico… Nuestro chico era grande pero tenía el corazó n de
un niñ o pequeñ o y pronto se dio cuenta que era imposible estar enamorado
de dos personas a la vez… porque si debes elegir entre dos personas de las
que crees estar enamorado, debes quedarte con la segunda, pues si está s
realmente enamorado de la primera la segunda ni siquiera sería una
opció n… Nuestro chico solo en ocasiones se sentía deprimido y sentía que
tocaba fondo al no saber a La Segunda suya por completo. También solo
por momentos cortos de felicidad estaba en las nubes con La Segunda y,
eso, eso lo entristecía… Se estaba enamorando de La Segunda aunque aú n
estaba con La Primera… Nuestro chico no sabía que significaba engañ ar, no
era un actor, no fingía sus sentimientos. Demostraba lo que sentía por La
Segunda. A ella no le importaba tanto… La Segunda sabía engañ ar, tal vez
ya lo había hecho antes. Nuestro chico engañ aba a La Primera pero no
engañ aba a La Segunda. Sus sentimientos, sus besos, la forma de hacerle el
amor, sus palabras, su tristeza, su felicidad… era todo real… era todo
verdad… Nuestro chico, ahora enamorado, que no sabía la diferencia entre
el amor que por él sentía La Primera y el deseo que por él mismo sentía La
Segunda… decidió apostar por lo incierto, lo nuevo, lo inseguro… Dejó a la
peli-rosada de sus sueñ os. La Primera tal vez realmente lo amaba y La
Segunda tal vez quería un escape de su monó tona y decadente relació n… O
tal vez no. Tal vez La Primera no amaba tanto a nuestro chico y La Segunda
estaba enamorá ndose… ¿tal vez La Segunda amaba a nuestro chico?… No…
Si amas no engañ as… le susurraba una voz en su interior… Ambos, nuestro
chico y La Segunda tuvieron una relació n efímera, de muchas tal vez, para
La Segunda, pero la primera para nuestro chico… que se enamoró …
Nuestro chico no quería que fuera solo una aventura, él quería mucho
má s… quería amor y quería compartir su vida y sus momentos… pero La
Segunda no estaba dispuesta a estar con nuestro chico como nuestro chico
estaba dispuesto a estar con La Segunda… eso le ponía triste… Nuestro
chico con ojos de niñ o había dejado de lado a La Primera para enfocarse en
La Segunda… sin entender porque los añ os pesaban má s que algo corto y
efímero por má s intenso que fuera… Su mirada ya no era tan brillante…
cuando La Segunda decidió dejarlo… Sin mayor preá mbulo, sin previo
aviso, La Segunda le rompió el corazó n a nuestro chico… sin llegar a
conocer lo má s lindo de su alma… sin ver lo que hay detrá s de sus ojos… sin
valorar su manera de pensar y ver las cosas… sin darle la oportunidad de
demostrarle que podía hacerla feliz. Qué triste nuestra historia… pero
mejora… o al menos eso esperaba nuestro chico… Nuestro chico se decía a
sí mismo que no se arrepentía de nada, que había tomado las decisiones
correctas y que era inevitable que pasara lo que había pasado en cortos
pero intensos meses con la ahora triste Primera y la frustrada Segunda.
Nuestro chico engañ aba a los demá s y se engañ aba a sí mismo… claro que
estaba triste porque estaba enamorado. Eso de amor lo aprendió de La
Primera, pero era bueno en ocultarlo, tal vez eso de mentir lo aprendió de
La Segunda… Que adorables y aguados ojos guardaban su mirada… que
seguía chicas guapas para matar el tiempo… luego triste, casi desolado… sin
las flores y el amor de La Primera, sin la arena y el deseo de La Segunda…
vagaba sin rumbo… Sus ojos llorosos en las noches cuando extrañ aba a La
Segunda y se arrepentía de haber dejado ir a La Primera… se cerraban con
tristeza. Nuestro chico se apoyaba en sus amigos… y trataba de olvidar que
su corazó n estaba en reparació n temporal… no dejaba de hacer locuras,
claro. Seguía siendo él, igual de divertido, igual de bueno, igual de cariñ oso,
igual de inteligente e igual de enamoradizo… pero ansiaba revivir aquellos
borrosos recuerdos, porque se aferraba a los cortos momentos del
pasado… Luego, meses después, nuestro chico, casi sin darse cuenta
comenzó a buscar a La Tercera… la chica que amaría y desearía con su
cuerpo y alma. La chica con la que no cometer los errores del pasado… le
dedicaría mucho má s que poemas y momentos en la arena… le regalaría su
vida y su corazó n… sus ojos, sus deseos, sus sueñ os… todo lo que quería dar
y má s de lo que podía dar… su voz se la regalaría y sus abrazos nunca le
faltarían… Vale… ahora si viene lo bueno… Luego llegó La Tercera, ¿vale?
Esta sí que es especial. Es la má s especial de todas. No es que sea ella la que
está escribiendo esta historia ni nada… La Tercera era la chica má s feliz de
todas. Le gustaba tomar mucha cola y salir con sus amigos. Era segura y
quería mucho a nuestro chico. Nuestro chico la quería aú n má s a nuestra
chica: le gritaba que la quería por teléfono, gritaba su nombre por los
pasillos de la escuela. La abrazaba aunque eso significara parecer cursi
delante de sus amigos. La besaba entre clases cuando la veía y se le
llenaban los ojos de brillo al imaginar sus besos. Eran besos que fluctuaban
entre lo frío y lo caliente… Nuestra chica era protagonista de nuestra
historia ahora… era tan importante como nuestro chico… Ella tenía miedo
claro… miedo de que él no la quisiera o no la amara… miedo de que
conociera a otra chica, una menos importante en nuestra historia… tenía
miedo de que alguien má s notara la particular forma de ser de nuestro
chico. Que era tan genial. Tan especial… Ella quería tenerlo siempre con
ella… pero entendía que amar a alguien no es atarlo a tí, sino dejarlo libre…
por esto mismo la chica le daba su espacio… le daba la libertad de hacer lo
que él quisiera… Para La Tercera nuestro chico era tan lindo… tal vez era su
sonrisa o su mirada o sus enormes cejas… no lo sabía bien… era especial…
había algo en él que nunca antes había notado en nadie má s. Nuestro chico
la escuchaba, la hacía reír, por momentos la asustaba la intensidad de
nuestro chico… pero era tan divertido todo entre ellos. Tenían muchos
amigos los dos. Salían juntos y descubrían cosas nuevas y lugares
inexplorados. É l era tan lindo con ella. Ella definitivamente quería estar por
siempre con él. El primer mes fue divertido. En la primera cita él le
preguntó a la chica que le gustaba hacer, ella no quería decir que su sueñ o
era viajar el mundo. No le dijo que quería tener un día increíble con él. No
le dijo que quería comer mucho helado de chocolate, tomar mucha cola y
ver películas hasta dormirse. No le dijo que le gustaba má s jugar con sus
amigos que salir a bares caros. No le dijo que prefería una tarde viendo
series a una cita en un restaurante de lujo. Ella no quería parecer sencilla,
quería gustarle. É l se la pasaba saliendo a lugares como bares y ella prefería
quedarse en casa. El esperaba a alguien diferente. É l era diferente de lo que
ella esperaba. Ella quería un friki y él quería una ramona salidora… É l la
hizo muy feliz durante esa primera cita. Era química en su estado má s
espAcial. Salidas al azar a la playa durante las clases, al bar de unos amigos,
piscinas y conciertos… lugares nuevos para la chica que comenzaba a
adorar estar con nuestro chico… él la hacía muy feliz… se mandaban los
mensajes má s lindos del mundo… ella le escribía mensajes de buenas
noches y él le escribía mensajes de buenos días… Exploraban el mundo sin
dinero a veces, otras veces sin agua, pero la pasaban genial juntos a pesar
de ello. É l le contaba su vida y se hacía má s cercano a ella. Tanto como si
fuesen amigos del alma. Ella lo escuchaba y sonreía… pero en realidad lo
que hacía era admirar la belleza de su mirada, que se hacía cada vez má s
grande con cada nueva historia… La voz de nuestro chico le parecía tan
exquisita a la chica. Tanto como sus labios y sus besos, que parecían
gelatina de lo dulce que sabían… nuestra chica estaba divirtiéndose…
nuestro chico la estaba pasando bien también… luego casi sin notarlo… el
chico estaba enamorá ndose… la chica amaba su compañ ía, sus besos, sus
pases de locura no tan momentá neas… la chica esperaba que el corazoncito
de nuestro chico estuviera curando las heridas del pasado… la chica lo
besaba para acelerar el proceso… lo hacía reír, le enseñ aba cosas graciosas
y le dedicaba canciones… La chica a veces pensaba que todo era perfecto,
que las cosas iban tan bien que en algú n momento todo iba a cambiar…
temía que pasara cualquier cosa que acabara con su felicidad… pero luego
se sentía tranquila cuando el besaba su frente y la abrazaba con sus labios
por largo rato… Nuestro chico era feliz de nuevo… nuevamente sentía amor
y deseo juntos… ahora si todo era casi perfecto… Así pasaron los meses… la
chica y el chico eran amigos y ademá s amantes… la chica no podía entender
como La Primera no deseaba con tanto ahínco a nuestro chico y como La
Segunda no lo amaba como lo hacía ella. Nuestra chica quería saber todo de
nuestro chico: Porqué tenía la sonrisa má s hermosa del mundo, porqué el
azul era su color favorito, có mo le gustaban los besos y si tenía cosquillas
en su barriguita… él era increíble. Tenía un gran corazó n y había cambiado
mucho desde que estaba con ella… Nuestro chico se dio cuenta lo que era
estar con alguien a quien de verdad quería… se sintió orgulloso de que no
fuera solo deseo y solo amor, sino que ambas cosas juntas… la chica estaba
má s que feliz de haber llegado a la vida de él… el chico estaba má s que feliz
de haber llegado tan lejos con ella… tuvieron que luchar por seguir juntos y
por hacer las cosas bien… por siempre tener en cuenta los detalles
romá nticos… en fin… que la tercera es la vencida… espero que te haya
gustado… Besos… Sueñ a bonito mi Primero…

Te quiere mucho, La Tercera.

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