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Transportado Stolypin fuera del teatro, se vio que su herida no era por fortuna tan
grave como se creyó en un principio; la hemorragia fue muy escasa y después de la
cura, que no exigió operación de ninguna clase, pudo el herido dormir algunas
horas.
Con motivo de este atentado, los periódicos de los partidos de extrema derecha
publican violentos artículos antisemitas, por lo que la policía ha tomado ya grandes
precauciones para evitar que se intenta nada contra los barrios israelíes, a pesar de
lo cual con en gran número los judíos que abandonan la ciudad.
El periódico Rossia, diario de San Petersburgo, dice en su artículo de fondo: "Las
dos balas que, salidas de una mano criminal, han atravesado el pecho de Stolypin,
no podrán matar la idea generosa que el corazón del ministro abriga, y al contrario,
animarán en todos los pechos rusos, los sentimientos de amor y de lealtad. Puede
el ejemplo del heroico Stolypin darnos a todos nuevas fuerzas para agruparnos en
torno del trono y convertir nuestros pechos en su mejor defensa."
Con motivo de ser de origen judío el autor del crimen, los judíos de Kiew
abandonan la ciudad en gran número por el temor de que la población quiera tomar
en ellos represalias, a pesar de que las autoridades, para poderlo evitar en el caso
de que se intentase, han llevado a aquella ciudad más de 30.000 hombre de tropa.
Todos los periódicos rusos, aún los de la izquierda, lamentan la muerte de Stolypin
y reconocen que Rusia pierde con él a un extraordinario hombre de Estado. Al
Nuevo Tiempo traza un paralelo entre Stolypin y Bismarck y reclama la reforma de
la policía secreta, a la que se destinan grandes sumas, que luego no resultan
justificadas. Otro de los más prestigiosos periódicos teme que el asesinato de
Stolypin puede provocar una reacción, y por ello exhorta al sucesor del mismo a
que procure inspirarse en el manifiesto de octubre, único camino para que Rusia
pueda prosperar.
Por la gran sala del hospital convertida en capilla ardiente han pasado muchísimos
personajes, en especial los que ejercen elevados cargos oficiales o funciones del
Estado, todos los cuals han formado después en el cortejo fúnebre, junto con los
parientes del ministro asesinado. Las calles por donde el entierro pasa están llenas
de gente, en las que mantienen el orden fuertes rondas de policía y destacamentos
de tropa.
La policía rusa
De San Petersburgo comunican que la policía rusa continúa practicanto numerosos
registros domiciliarios; entre otros, ha realizado uno en casa de dos corresponsales
ingleses, llevándose la policía cuantos papeles halló, de lo que han protestado los
corresponsales ante el embajador de su país.
Temiendo el gobierno que la vista del proceso que se instruye contra Bogrof
excitase demasiado a la opinión pública en Kiew, dícese que el asesino será juzgado
en San Petersburgo.
La situación en Rusia
Un periódico de San Petersburgo publica en su edición de hoy una nota oficiosa en
la que se dice que el asesinato de Stolypin, efectuado por los revolucionarios, ha
llenado de horror a todos los corazones honrados. Dice que más tarde se verá la
responsabilidad que cabe a la policía política por la parte que puede haber tomado
en este acontecimiento, pero que hoy el deber de todos los ciudadanos es esperar
con calma el castigo de los culpables. Añade que ningún particular puede arrogarse
el derecho de ejercer represalias, pues nadie por este medio contribuiría al
restablecimiento del orden público, antes al contrario, aumentaría la agitación y
faltaría a la memoria de Stolyin y de la patria afligida.
1911.09.23, Sábado. Página 9
El agresor Bogrof
Comunican de Kiew que Bogrof ha escrito una carta a las autoridades, en la cual
promete hacer graves declaraciones si se le garantiza la vida.
Los médicos han emitido el juicio de que las heridas de la cabeza y el cuello fueron
hechas cuando el corazón funcionaba aún perfectamente. El instrumento debía ser
una especie de lezna o estilete de forma cuadrada, terminada en forma de tijera.
Las heridas fueron causadas por varias personas. La clase de instrumento y el
hecho de que muchas de las heridas son superficiales, indican que se tuvo la
intención de hacer padecer al muchacho tanto como fuera posible. Concluye
diciendo el atestado que la ausencia de trazas de sangre en la gruta y la posición
en que fue hallado el cadáver, hacen suponer que fue transportado desde otro sitio
a la cueva.
Una opinión
Kief, 10.- Un periódico conservador antisemita ataca con extremada violencia al
tribunal de Kief, diciendo que el acta de acusación de Beilis carece de base por
fundarse en un documento despreciable. El público se disputa los números del
periódico, que han llegado a venderse al precio de tres rublos, o sea su precio
ordinario triplicado.
Otro de los testigos dijo en su primera declaración ante el juez instructor que un
desconocido que vio en los alrededores de la cueva en que fue hallado el cadáver,
podía muy bien ser Lucas Prichodjko, ya que notaba ciertas semejanzas de traje y
de figura; sin embargo, en su declaración de hoy ha dicho que el referido
Prichodjhd no se parece en nada al desconocido que vio desde muy lejos en el
mismo día del crimen.
Declara luego el estudiante Golubef y dice que durante los funerales que se hicieron
a la víctima de este misterioso crimen conoció a la madre del niño Andrés y a otros
de sus parientes y que con su ayuda ha intentado descubrir las circunstancias de su
asesinato. Al llegar a este punto de su declaración ha caído desvanecido el testigo y
ha sido preciso llevarlo fuera de la Sala de audiencia.
El abogado defensor ruega a los jurados que se fijen en el hecho de que Yontchinski
fue el día de su desaparición a coger flores con Jenia y que para nada se
aproximaron a la fábrica de Raisew.
El proceso Beilis
Kief, 13.- El estudiante Golubef ha declarado que por dos veces visitó el lugar en
que probablemente se cometió el crimen, añadiendo que en la cerca de la fábrica
de Raisew vio que dos de sus tablones estaban rotos, dejando paso suficiente para
un hobre, y que luego esos tablones han sido clavados de nuevo, como así lo
demuestran los clavos que en ellos se ven.
Añade el testigo, que de sus investigaciones resulta que el día 25 de marzo por la
mañana el niño Andrés estuvo con Jenia, y que después de haber salido juntos al
campo, el primero desapareció. Añadió que trató de obtener de Jenia nuevos
detalles del suceso, pero que éste se encerró ya e el más absoluto mutismo. Sin
embargo, afirma que Beilis quiso asustar a los niños y que éstos huyeron,
persiguiendo entonces hasta el extremo opuesto del patio de la fábrica en que se
hallaba, al pequeño Andrés.
El testigo Goluboff reconoce a Tchoberiach y dice que aquél era el otro muchacho
que con Inschiuski vio conducir por Beilis. Otros testigos dan sobre estos puntos
contestaciones en favor de Beilis. Un guarnicionero empleado en la alfarería, dice
que cuando volvía a su casa para acostarse, dejaba sus herramientas en la
alfarería. Entre ellas se encuentran cuatro leznas cogidas en las pesquisas y que
sirven como piezas de convicción. La acusación pretende que Inschiuski fue
asesinado con leznas de igual clase.
1913.10.16, Jueves. Página 16
Del proceso de Beilis
Kieff, 15.- El testigo Patchok, empleado en la fábrica Saitsef, ha declarado que los
niños solían jugar en el patio de la fábrica y que huían inmediatamente cuando oían
la voz de Beilis, que les amonestaba para que se fuesen. Los únicos judíos que
vivían en la fábrica eran el administrador Dubovik y Beilis. Este último recibía la
visita de Schneerson, individuo imberbe, el cual ha declarado que se enteró de la
muerte de Youtchinski por los periódicos.
Baruch Saitsef, nieto de Jonás Saitsef, ha declarado que los judíos Oetinger y
Sandeau son parientes suyos; que Oetinger es natural de Galitxia y que el pasado
enero vino a visitar Kieff.
Al proceder a la lectura de las cartas que Beilis escribió desde la cárcel, el acusado
ha dicho que firmó, sin haberla leído después de escrita, su segunda carta
transmitida por Kotsachenko.
Declara luego la niña Ludmilia; dice que la última vez que vio a Youtchinski éste
había ido a buscar a su hermano Eugenio y a su hermanita Valentina quejugaban
con otros dos niños en las empalizadas de una alfarería. Youtchinski se coló por
debajo de la empalizada para penetrar en la alfarería y Beilis, su hijo y otros dos
judíos persiguieron a los niños. Valentina vio a Beilis arrastrar a Youtchinski y a su
hermanico Beilis hacia el horno, pero Eugenio pudo escapar. Otro día, caída ya la
noche, Eugenio acompañaba a su casa a un camarada, cuando dos individuos se
apoderaron de ellos diciendo algo relativo a Youtchinski. Uno de estos individuos se
parecía a Schneerson. Los niños gritaron fuerte y los individuos huyeron. Ludmilia
es sometida a un careo con Eudoxia. Ésta declara que es falso que Beilis les
persiguiese, Eudoxia ha dicho a Ludmilia. -Vamos, haz memoria; luego podrás
mentir.
El presidente interrupe a Eudoxia; Ludmilia dice lloriqueando que tiene miedo.
Luego hace una descripción acabada de Karosovysky, jefe de policía que trajo
dulces a su casa. Respondiendo a la defensa afirma Ludmilia que su madre le ha
encargado diga la verdad y nada más.
El testigo Galkine hace notar que la habitación de Youtchinski estaba vigilada por
un judío cuyas señas responden a las que Chesberiak ha dado de Schneerson.
Después de haber sido interrogados otros dos testigos cuyas declaraciones son de
escasa importancia, el defensor ha preguntado a Chesberiak por qué en su
declaración ante el juez de instrucción no dijo nada de lo relatado por Eugenio,
según lo cual Beilis y dos rabinos se lanzaron contra los niños apoderándose de
Youtchinski. El testigo ha respondido que con la fuerte emoción que le causó la
muerte de sus niños no recordó todos los detalles del relato de su hijo Eugenio.
Añade que ha usado de la palabra "rabinos" porque Eugenio habló de judíos que
vivían en la casa de Beilis y que desaparecieron inmediatamente después del
asesinato de Youtchinski. Los testigos que confeccionaron los vestidos del escolar
Youtchinski han declarado a propósito de los pedazos de ropa hallados cerca de la
gruta, que, contrariamente a la opinión de la acusación, dichos pedazos no son de
la misma tela que las ropas confeccionadas por ellos.
Contra un periódico
San Petersburgo, 17.- El periódico Denn ha sido confiscado por la información que
publicó relativa al proceso Beilis.
El proceso Beilis
Kief, 20.- Ayer fueron interrogados ante el tribunal dos judíos mencionados
repetidas veces por los testigos que han declarado estos días. Ambos declararon
que veían a Beilis por primera vez.
El proceso Beilis
Kief, 20.- El periodista Brasul Brushkausky ha contado como fue conducido a
interesarse en el asunto del asesinato ritual y cómo condujo a Vera Chesberiak a
Karkhoff ante el abogado Nargolin. Su declaración no arroja claridad alguna sobre
el proceso.
Vera Chesleriak ha sido de nueva llamado ante el tribunal. Ha dicho que en sus
entrevistas con el delegado Norgolin y el periodista Bronchkowski no quiso nunca
asumir la responsabilidad del crimen.
Nargalin ha declarado que Vera le dijo una vez que el crimen había sido cometido
por Nijinsky Miffie Nazarenk, añadiendo que en sus conversaciones con Vera nunca
se habló de Goldenmen.
Kuliabsko dijo a Krassovsko que no era necesario practicar ningún registro en casa
de Vera Chesberiatz. Krassovsky ha dicho que los registros que practicó en la
alfarería dieron un resultado negativo, ya que no existe ninguna prueba de que los
niños fuesen a jugar allí el día del crimen.
Una mujer llamada Djakkonova ha declarado que habiendo sido invitada un día en
casa de Vera, halló reunidos allí varios individuos de mal vivir, y que otro día qu
volvió allí, el 25 de marzo, vio los mismos individuos, reinando en la habitación un
desorden indescriptible.
El día 27 del mismo mes, Djakonova durmió en casa de Vera, y a través de los
barrotes de la cama tocó con un pie un saco que contenía una cosa parecida a un
cadáver. Djakkonova despertó horrorizada a Vera Chesberiak, y ésta le dijo que
durmiese tranquila, que el saco no contenía más que trapos.
En una segunda declaración hecha por Djakonova, ha dicho ésta que una señora
llamada Rawitch le dijo que había visto el cadáver en casa de Vera Chesberiak, pero
que había guardado silencio porque una promesa le obligaba a ello.
El proceso Beilis
Kief, 29.- Los peritos médicos que han declarado en el proceso Beilis están de
acuerdo en afirmar que el asesinato no pudo cometerse en la cueva donde fue
hallado el cadáver y que hubieron de ser al menos dos los asesinos; pero luego,
mientras unos afirman que el objeto de los criminales no pudo ser sino el de
extraer la sangre de la víctima, otros dicen que su propósito fue torturar al infeliz
niño.
El proceso Beilis
Kieff, 31.- La deliberación de los peritos psiquiátricos ha terminado a mediodía.
Szibork ha emitido la opinión particular de que el asesinato de Yutchiuski difiere sin
duda de los asesinatos ordinarios. La manera con que fue cometido se parece
mucho a la de los asesinatos cometidos en un pasado histórico, para obtener
sangre de niño. Semejantes crímenes se distinguen por signos característicos,
particularmente por la ausencia completa de móvil, lo cual se demuestra
igualmente por el ataque de que fue víctima el niño, por la edad de las víctimas,
que suele ser entre cuatro y seis años, y frecuentemente de seis a doce años, por
la seducción de las víctimas por medio de promesas falsas, por la manera de llevar
a cabo el asesinato empleando, como particularmente se ha heho notar, durante los
últimos años, armas puntiagudas que abre las venas más o menos profundamente.
1913.11.04, Martes. Página 13
El proceso Beilis
Kief, 3.- Continuó ayer la vista, declarando varios maestros en Teología. sus
testimonios, así como las preguntas que se les hicieron, estuvieron por encima de
la capacidad de los jurados. La acusación ha intentado lanzar sospechas sobre
Schneerson, amigo de Beilis. El padre Ranastis, en su declaración, ha pronunciado
el nombre de Jesucristo, y el presidente le ha hecho callar, diciendo que sólo podía
pronunciar este nombre a puerta cerrada. Ranastis ha declarado que el asesinato
de Yutchinski tenía todas las apariencias de un asesinato ritual. Las trece heridas en
las sienes y las del cuello, especialmente, lo indican. Añade que la historia registra
200 muertes rituales cometidas por los judíos.
Kief 4.- En la sesión celebrada hoy para la vista de este proceso, ha declarado el
Padre Pranastis, y apoyándose en unas notas atribuidas al czar Nicolás I, dícese
convencido que entre los judíos, aunque entre los judíos fanáticos e ignorantes
solamente, se practica con alguna frecuencia el asesinato ritual. Fuera de las notas
a que antes se alude, el declarante no ha aportado al juicio ningún documento.
Dirigiéndose luego a los jurados, les dijo en su discurso el abogado acusador que
no han de dejarse influir lo más mínimo por el miedo de los judíos, y que no
escuchando sino la voz de su conciencia, han de decir, en su respuesta a las
preguntas que les serán sometidas, quien martirizó al joven Yutchinski hasta la
muerte.
El proceso Beilis
Kief, 8.- Chmakow ha examinado el crimen, principalmente desde el punto de vista
ritual, y ha dicho que no reclamaba una pena severa, pero que sí pedía que tales
crímenes no quedasen sin castigo. Meklakoff ha declarado que es asunto de las
autoridades hallar a los culpables, pero no de los jurados. Ha añadido que los
detectives de afición han jugado en este proceso un papel funesto. El defensor,
Grusenberg, ha afirmado que todo tiende a demostrar que el crimen no se cometió
en la fábrica de Zaitseff, sino en casa de Cheberiak. Ha hecho notar el defensor que
el fiscal y Zamyslowsky, al designar el lugar donde se cometió el crimen, han
incurrido en contradicción.
Kieff, 9.- El defensor Gruzemberg ha hecho la siguiente historia del crimen: "el 22
de marzo varios ladrones que frecuentaban el domicilio de Vera Chesberiak son
detenidos. Se hizo un registro en esta casa. El mismo día Eugenio Chesberiak habla
y amenaza a Yntchisnki. El 25 de marzo Yntchinski va a casa de Chesberiak y sale
de paseo con Eugenio después de haber dejado su abrigo en la casa. A su regreso
halla en él a Singavski, Latiheff y Budinski a quienes Vera Chesberiak había ya
participado la amenaza del niño. Uno de los malhechores con la punta de un
instrumento da en la cabeza del niño el golpe que cae este al suelo, le quita la
chaqueta y lo acribilla a golpes y como el cuerpo sigue dando señales de vida, le
hiere de nuevo. Al entrar la noche lleva el cadáver al sótano o establo y de allí más
tarde a la gruta.
Las pesquisas hechas en casa de Vera Chesberiak hace descubrir una serie
completa de herramientas a la cual falta solamente un instrumento contundente.
Se descubre igualmente un modelo de aeroplano fabricado por Vera Chesberiak que
había necesitado para tal trabajo alguna herramienta contundente.
Zaruduy, segundo defensor, pide a los jurados que rechacen falsas ideas que
pudieran haber nacido en sus espíritus a consecuencia de las acusaciones contra los
judíos. Les ruega que no sacrifiquen a un inocente a la superstición y a los
prejuicios.
Beilis absuelto
Kief, 10.- Los jurados han respondido afirmativamente a la primera pregunta
relativa a si el crimen fue cometido en la fábrica de Saitzeff y negativamente a la
pregunta de si Beilis fue el autor del rimen ritual. Por consiguiente Beilis ha sido
absuelto.
ABC
1913.11.11, Martes. Página 11
Sentencia absolutoria.
UN CRIMEN ENTRE JUDÍOS
París 10, 4 tarde. Comunican de San Petersburgo que el Tribunal constituido en
Kieff para juzgar en la causa seguida contra el judío Beylis, inculpado de asesinato
ritual en la persona del joven Andrés Justchiusky, ha dictado sentencia absolutoria,
después de larguísimos debates y de un veredicto de inculpabilidad.
Había salido para ir a la escuela, y no pareció hasta pasados cinco días, que se
encontró su cadáver en las afueras de la población. Tenía 45 heridas, hechas en
apariencia, a lo menos, con una lezna.
Fue acusado, en primer término, el abuelo del niño, que era un sujeto de malos
antecedentes, y que debía cobrar cierta cantidad en caso de fallecimiento del niño.
Súpose después que el niño Andrés pertenecía a una banda de timadores, dirigida
por una mujer llamada Vera, esposa de un empleado de Correos, y se añadía que
un hermano de ésta, que tenía conocimientos de cirugía, había matado a Andrés
por haber denunciado a sus compañeros de banda.
Los diputados de la derecha se hicieron eco de este rumor popular, y uno de ellos,
Puvickiervick, antisemita furibundo, repartió millares de ejemplares de una estampa
que representaba a los judíos degollando niños, y al pie de la siguiente inscripción:
"¡Cristiano, ten cuidado con tus hijos!"
Había que encontrar un culpable y se encontró. Fue el judío Mendel Beylis, conserje
de una fábrica, a quien denunció Shorbef, jefe de las sociedades antisecretas y
organizador de dos persecuciones de judíos en Kieff.
Desde agosto de 1911, que Beylis fue encarcelado, ha negado constantemente su
culpabilidad. Dos veces decretaron los jueces su libertad; pero sus enemigos
logaron que siguiese en prisión.
La única acusación que había contra él era la de una niña de seis años, hija de
Vera, que aseguraba que vio a Andrés de la mano con un judío barbudo. Beylis
tiene barbas.
Han sido detenidos 180 estudiantes de la Universidad, que se proponían hacer una
manifestación relacionada con el proceso Beilis.
Exaltados los ánimos en toda la Ukrania, se recordó que había en Polonia una secta
llamada de los Hassidas que no vacilan en sacrificar la sangre de un joven cordero
pascual, menor de trece años, para fabricar el pan ázimo, el vino del sacrificio, al
llegar la Pascua.
La cosa tal vez no hubiera adquirido la importancia que tomó a no haberse metido
en el asunto, como obedeciendo a una consigna, gran parte dela prensa europea
consciente.
Desde luego que se trata de una cosa juzgada, hay que doblar la cabeza, pero esto
no quita que se hayan registrado muchos crímenes rituales judíos, por más que lo
nieguen otros, incluso algunos católicos como Monseñor Duchesne. No fue otra cosa
que un crimen ritual judío el que se perpetró en Varsovia en 1911.
La iglesia católica reconoce, cuando menos indirectamente, estos crímenes, pues
canonizó al niño San Simón de Trento, víctima de dicha práctica en 1475.
Ahora se trata de un muchacho de doce años, llamado Pascou, que al pasar por un
camino solitario fue asaltado y muerto a cuchilladas por un aldeano.
El cadáver presenta 56 heridas, algunas de ellas idénticas a las inferidas al niño que
se creyó asesinado por Beylis.
Otros cinco mil obreros de diversas fábricas han abandonado también el trabajo
para protestar contra la condena de varios abogados de San Petersburgo como
consecuencia del proceso Beilis.