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Re vista C hile na de Derec ho. Vol. 28 N" 2. pp.

467·480 (200 1), Secció n Estudios

EL DERECHO A LA VIDA Y LA DISCUSIÓN AC ERC A DEL CO NCEPTO


DE PERSONA HUMANA EN EL ÁMBI TO CONSTITUCIONAL I

Áng ela Viva nco Martin e:


Profesora de De rech o Con stitucion al
Pon tificia Uni ve rsidad Cató lica de Chile

1. ALGUNOS COMENTA RIOS INTROD UCTORIOS

En nuestra actua l Constitución y en numerosas carta s de dere chos, tanto re lativas a los
ordenamientos co mpara dos co mo a los tratados internaci onales sobre derech os hum anos, es-
tos son reco noc ido s y ga rantizados a las " personas" , es decir, a los suje tos de derechos.
En garantías tales como el derech o de propi ed ad, la libertad de trabaj o, el derecho de
asociac ión, la iguald ad tribut aria, esa fór mula de reconocimient o no implica ningún probl e-
ma, sa lvo hacer la precisión en torn o a la idea de que no se ref ieren so lo a personas naturales
sino que pueden ser per fectament e reco nocibles tam bién a las personas j urídicas. De este
modo, práctica me nte el conce pto de " persona" no genera confl ictos interpretativos a propósi-
to de gara ntías co mo las mencionadas.
Sin embargo, cuando la referencia se hace al derech o a la vida, el co ncepto de " persona"
ya no resulta tan unívoco co mo en los casos anterio res, y desde luego que no puede bajo
ningún punt o de vista sernas indiferent e, ya que lo que entenda mos por "persona" va a
sig nif icar, a la postre, y obviame nte en lo relat ivo a la persona hum ana, si un sujeto va a
contar o no con protección para su vida, co mo asimismo va a ser un ' elemento defin itorio
respec to del trato que los dem ás pueden darle a esa vida, tant o en lo que toca a su dignidad y
co nside rac ión, co mo incl uso en 16 relat ivo a su eve ntual jerarqu ización o subordinación frente
a otro s derech os o frent e al mismo derecho a la vida esg rimido por los dem ás, y a la posib ili-
dad de su disposición por parte de terceros, de su prop io titul ar o de l Estado.
Ten iend o present e que nuestro ord enamiento constitucion al no ha evadido el co nflic to
subyacente en lo rel at ivo al concept o de " persona" a prop ósito del derecho a la vida, como lo
hizo el Constitu yent e es pañol de 1978 reempl azando cu alqu ier térm ino eventu almente co n-
flictivo por el có modo " todos" , y teni end o present e -ade más- que la tend encia en las refor -
mas reali zadas a la Cart a, ha sido insistir en la idea de "personas" en lugar de palabras
ge néricas co mo "hombres">, nos ha parecid o oportuno intent ar, a través de esta reflexión, qué
significa que la Constitu ción chile na aseg ure a todas las personas el derecho a la vid a y
cuáles so n los pri ncipales efectos de dicha co nstrucc ión jurídica.

I Es ta mo nogr afí a recoge el texto comp leto. co n co rrecc iones. de la ponencia del mism o nombre presen tada por
la autora e n el Seminario Multidiscip íinario sobre Garanttas Constitucionales efectuado en homenaje al profesor
Enrique Evans de la C uadr a, con fecha 29 de mayo de 200 1. en la Ponti ficia Univer sidad Católic a de Chil e.
2 Rec ord e mos qu e e n el artículo 1 0 de la Carta, e n su inci so l Ose afirma : " Las per son as nacen lib res e igu ales
e n d igni dad y de rec hos" , inciso q ue fue reformado por la Ley N" 19.61 1, publi cada en el Diario Oficial el 16 de
j unio de 1999, la c ua l susti tuyó la palab ra " ho mbres " , qu e e nca beza ba el artíc ulo o rigi na lmente conc eb ido. por
"pe rso nas" . co mo apa rece actua lme nte e n e l texto con stituci on al. El proyec to ori gi na l. si n e mba rgo , el cual
e mana ba de un men saje del Ejecu tiv o, prop onía la ag reg ac ió n de los voca blos "y mujer es" e n el mencion ado inciso
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11. ¿Q UÉ ES "PERSONA " ?

Al hacer re fe renci a a la pe rson a en tér minos históricos, obviame nte estamos pe nsando en
un ser hum an o, ya q ue la co nfig urac ión de personas j uríd icas como artificios de la cie ncia de l
Derech o es un efecto post eri or. '
En co nsecue ncia, dejando mo me ntá nea me nte de lado a dic has per son as j urídicas , debe-
mos ento nces enfrenta rnos a un ser hum ano que deb e, cua ndo me no s, reu nir do s ca rac terísti-
cas primordia les : estar vivo y ser miem bro de nuest ra especie, para luego preg un tarnos si
bastará n esas dos características o rasgos para ca lificarlo direc ta me nte de "persona" o habre-
mos de fo rm ularle mayores ex ige nc ias .

1. La vida COII/ O un componente del ser persona. La indi viduali dad del ser humano

Hem os dic ho antes q ue para ser perso na se ha de exigi r a l ind iv iduo , en pri mer té rmino,
estar vivo. Desde un punto de vista lego o simp le mente experie ncia l, cua lquiera de nosot ros
podría decir qu e la co nd ición de "e star vivo" e n un ser se man ifiesta o evide ncia po r ele men-
tos ta les co mo e l movimie nto, e l crecim iento , la reacc ión ante los estímulos, e l co nsu mo de
nutrient es, la liber ación de e nergía o inclu so la repro ducci ón- ,
Si n em ba rgo, estos rasgos disti nt ivos pueden o no co nc urrir respec to de un ser vivo - y la
preci sión no es men or cuando se trata de defi nir, por ejemplo, desde qu é mo men to e l se r
hum an o ha de ser protegible como perso na con vida du rante el proceso de gestació n y co nside-
rado como tal-oLo que más bien aparece como cie ntíf icamente ind iscut ido de todo en te vivo , es
que se enc uentra co nfo rma do al men os por una cé lula y que es ta es ca paz de ma ntener un cic lo
co ntinuo de destrucció n y regeneración fruto de algún tip o de ac tiv idad e n su propio interior' . A
tal proceso se le di o el nombre por Matu ran a y Va re la, du rant e los años sete nta, de autopoie sis,
ca racterizado por la ex iste ncia e n tod a cé lula de una mem brana se mi per meable "que es tab lece
un lími te de difusió n y perm eabilidad que d iscr imina entre el interior q uí m ico (o sí mismos y
los med ios lib rem ent e dif usivos e n e l ambiente ex te rno (no sí mis mo) . Den tro de este límit e,
la vida ce lula r es un a red met abóli ca: basad a parci alm ente en nutri ent es que ing resa n desde e l
med io ex terior, un a cé lu la se man tien e medi ant e un a red de tran sfo rmac ion es qu ími cas . Pero
-y es te es e l punt o clave- la re d de reacc iones es capaz de rege nerar los co mpo ne ntes qu e
están sie ndo tran s form ad os, inclu id os aq ue llos qu e componen la barrera o membran a. En
otras pal abr as, un a cé lula es capaz de auto ma nte nc ión gracias a un pa tró n co nstit utivo o
proceso de generac i ón c irc ular q ue ree mp laza con tinua me nte los com po ne nte s q ue es tá n sien-
do dest ru idos y recrea las co nd ic io nes para d iscr iminar entre e l sí mi smo y e l no sí mi smo">,

1° de l artíc ulo 1° . pe ro dent ro de l de bat e par lamentario . se prefiri ó la util izac ió n de la pal abra " pe rso nas" por
corres po nder " a un len gu aj e téc nico ju rídico neut ro q ue com prende ambos se xos y q ue es, prec isam ent e , e l q ue
la Co nst itución utiliza tanto en el mis mo precepto co mo en e l artícu lo 19" (Se nado r Ham ilto n, en Inf orme de la
Com isió n de Const itución . Legis lación, Justi cia y Reg lamento recaído en el Proy ecto de Reforma Cons titucio nal
que establ ece la Igu aldad de Oportunidades para Hombres y Muj eres ( 1579-07 ;, Dia rio de Se siones del Sen ad o,
Ses ió n 11' , Legi s latura Extraordi na ria 1998- 1999, p . 123 1) e l q ue, sin embargo, no tran sform ó sus ta ntiva mente a la ,
Const itució n, ya q ue " la voz "l os homb res " siempre se ha en te ndi do com pren siva de ambo s se xos de la e spec ie
humana" (aprec iación de l Sen ador Bo rnba l, q ue com parti mo s , expresad a en la d iscusió n dcl pr oy ecto: Diari o de ,
Sesiones del Senad o, sesión 16', Leg is lat ura Extraordinaria 1998-1 999 , p. 1760 ).
Pese a que la se ña lada enmie nd a co nst ituc io nal fue, en co nsec ue nc ia, si mbó lica más qu e rca lmente útil, e l
hec ho es que red und ó e n qu e en toda la Ca rta Fundam ent a l aparec iera la voz " perso na s" co mo e l té rmi no util izad o
para referirse al ind ividu o de la especie humana, co mo se con st ata de la lectu ra de los inc isos 1°, 4 ° Y 5° del
artícu lo 1° ; ar tículo 12; ar tíc ulo 16 N° 2 ; encabe zad o de l artíc ulo 19 y expresa mente men ci onad o ad em ás e n sus
numer ale s I inc iso 1° , 3 inci so 2°, 4 en' sus dos inci so s , 7 le tras a) y e ) inc iso 2°, 9 inc iso fina l, 10 inc iso 2°, 12
incisos 3°, 4° Y 5°, 15 inci sos 5°, 7° Y 8°, 16 in ciso 2°; artíc ulo 20 inc iso 2° y ar tícu lo 2 1 e n su inc iso 3°.
3 Resulta e xtraord inaria me nte in te resante rev isar el presun to di álogo en tre un gra nje ro y un e xtraterre st re , cn
el inicio de la o bra de Fra nc isco Va rela, El fen ómeno de la vida (Santi ago , Do lme n , 2000) e n el c ua l el prime ro se
va le de todos es tos e lementos 'de ar gumen tac ió n pa ra tratar de exp licar ma lame nte a l extrate rres tre cu áles son los
rasg os demostrativos de q ue un se r está vivo (pp . 24 -2 7), los q ue so n rebatidos uno a uno por e l se g undo .
4 ldern , p. 26.
; Idem , pp . 29-30.
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El proceso de autopoies is es ob ser vabl e tambi én e n el se r hum an o desd e la fec undac ió n,


co mo prim era e ta pa de la formaci ón de un ser hum an o. En efec to , durante e l proceso de la
fec undac ió n hu man a, la perm eabilidad de la zo na pelú cid a qu e rode a al óvulo se modi fica
cuando la cabeza del es pe rmato zo ide entra en contacto co n la superfici e del ov ocito, de tal
mod o q ue se impi de po r reacci on es enzi má ticas que más espermatozo ide s atrav iese n d ich a
zo na. es dec ir, se produce un a di scrimin aci ón entre el sí mismo del ó vulo ya en e l proceso de
fec undac ió n y lo ex terno a di ch o proceso, es decir, los restant es espe rma tozo ide s, qu e de
pe netrar y llegar a l ovoci to pro vocar ían un a fa lla ge né tica masiva incompatibl e co n la vida .
Por otra parte, mientras se forman los pronúcleos feme nino y masculino dent ro del hu evo, ya
enco ntra mos ac tivida d met ab ól ica de este , por lo qu e podem os co nsiderar qu e la ac tivación
qu e sigue a la fusión de estos pronúcl eo s comprende los fen óm en os celul ares y molecul are s
inic ia les rel ac ion ad os co n las primer as eta pa s de embr iog éne sis",
De esta forma, lo di stinti vo de los proceso s qu e perm iten dem ostrar la vida ya se encue n-
tra present e e n e l proc e so de fec undac ió n de un se r human o.
Si n em bargo, podría arg ume nta rse qu e esa cata logac ión de " vivo" co rre spo nde ría a los
ga me tos de los c ua les de fo rma', co mo cé lulas aploides con pro cesos metabóli co s propi os, qu e
obv ia mente no co nstituye n un ser hu mano, sino produ ct os ce lulare s de é l. Lu ego, podr ía
afirma rse q ue esta mo s en presen cia de v'm at eri al hum an o" pero no de un se r hum an o.
T al afirmac ió n es direct am ente re futada por la e mbrio logía modern a, en orde n a preci sar
q ue "el desar roll o de un indi vidu o co mienza con la fec unda ció n, fe nó meno por e l cua l el
es pe rmatozoide del varón y el o voci to de la mujer se un en par a dar orige n a un nu evo
orga nis mo : e l cigoto?". Deb em os , ento nces , pre guntarn os por qu é afirmamos qu e el cigo to es
un nue vo orga nis mo y por qu é le conc ed emos un a individualidad humana.
Resp ect o a por qu é e l cigoto forma do du ran te e l proceso de fec undació n es un nue vo
or ga nismo , nos par ece qu e resp onde adecuadame nte di ch a pre gun ta re visar cuáles so n los
pri nci pa les resultad os de la fecu ndació n. En e fecto, se produce el " restablec imie nto del nú-
mero dip loi de de c ro mos o mas, la mit ad proced en te del padre y la mi tad de la madre. En
co nsec ue ncia, el cigoto posee una nueva combinación de cromosomas, dif erente a la de
ambos progenitores" ; se ve rifica la "de terminac ión del sexo del nue vo indivi d uo . Un esp er -
matozo ide qu e posea X producirá un e mbrió n femenin o (XX) y un es pe rmatozoide que posea
y originará un e mbrió n mascul in o (XY) . En consecuencia, el sexo cromosá mico del emb rión
queda determinado en el mom ent o de la fe cundac ión" y, por últi mo , se inici ar á "la segmenta-
ción. Si no se produce la fec undac ión e l ovoc ito sue le degenerar en e l té rmino de 24 hor as
después de la o vulac i ón'" .
Det erminad o ya que es ta mos en presenci a de un nuevo ser cuando ob servamos al cigo to ,
e l cual es genéticame nte de la es pec ie hum ana y no puede pertenecer a otra especie, cabe entonces
pregunt arse si desde ese mom ent o pod emo s habl ar de una indi vidualidad o si tal individualid ad se
adquirirá co n posterioridad. Al resp ecto, debe partirse de una premi sa funda me nta l: " para que
ex ista un ser hum an o es necesario qu e simultánea me nte la realidad estudiada -en es te caso, el
embrión o cigoto- sea un se r vivo índividual'" . Ello se basa en que lo realment e carac terístico de
la persona está co nstituido por una identidad de la cual se goza desde antes de nacer, desde el
momento e n e l c ual el ind ividuo aparec e co mo un ser di stinto de sus padres: " A los hombres
los llam am os per son as porque so n lo qu e son de forma dist inta qu e los dem ás seres qu e
e xiste n. Lo q ue so n se co mpo ne de c ua lida des que , en la mayor ía de los casos , co mpa rte n co n
otros . La co mbinac ió n individu al de es ta s cua lida des será prob abl em ent e sie mpre si ngular.
Pero lo q ue hace q ue la per son a sea pe rso na no es su singularidad, sino e l ser única" 10.

Ó SADLER. T .W : Embriolog ta méd ica de Lan gman ( Bog otá. Edi to ria l Méd ic a Pan a me ri can a , 1996 . 7' .
Ed ic ió n) p. 28 .
7 ldcrn, p. 3.
K Ide m, p. 29. La s c ursiv as so n nu est ra s.
~ BLÁZQUEZ. Nic e to : Bio ética fundam ental ( Mad rid. BAC, 1996) p. 9 .
III SI'AEMANN. Robert: Personas. Acerca de la dis tinci án entre "algo " y "alguien" (Pa mp lona. Eunsa, 2(00) p. 163.
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En este contexto, debemos entonces examinar si es verificable tan calida d de " indivi-
dual " en el embrión o cigoto, durante la primera etapa de su desarroll o, es de cir, desde la
fecundación.
Ya en el período 1960-1975 , los principales estudios de embriología estuvieron contestes
en afirmar aspectos fundamentale s relativos a la individu alidad del se r human o de sde el
momento de la fecundación: " El inicio de una nueva vida humana coincide con el mom ent o
de la fecundación". El nuevo ser resultante de esta es " miembro de la especi e human a,
concreto, único , irrepetible y distinto de los dem ás... El óvulo fecund ad o es un se r vivo, posee
ácidos nucleicos y proteín as y es capaz de sintetizar eso s elementos de una manera es pecífica
que le diferenci a de 's us pro genitores. Tod os sus ca racteres orgáni cos futuros se en cuentran ya
en su códi go ge nético... El embri ón desde las más tempran as fases muestra una auto nomía
intrínseca y direccional en su desarrollo y... la ontogénesis es un pro ceso co nti nuo, hom ogé-
neo y sin fisuras, se pasa de uno s a otro s períodos insen siblemente y todo s dep end en de los
anteriores, en el desarrollo hay unidad"! '.
En el último tiempo, el enorme avance científico experimentado por nue stro mundo no ha
hecho más que agregar argumentos a los ya mencionados acerca de la individualidad del
embrión. En efe cto:

a) La combinación de cromosomas ma sculinos y femeninos de un mod o únic o e n e l


embrión humano representa la po sibilidad de este de de sarroll ar se como indi vidu o: " Si
se form a un cigoto con do s pronúcleos ma sculinos.. . este produce peque ñasves ícul as
que se parecen a las membranas y a la pl acenta ... es o es todo lo que sabe hacer un
cigoto que conteng a s o lo elemento s ma sculinos . Si un ci got o contiene so lo
cromosom as de origen femenino , fabrica "piezas sueltas" , con struye tro zo s de pi el ,
partes de di entes, puede hacer una uña pequeña, pero todo en completo desorden , s in
articular de manera alguna, piezas sueltas solamente, no un individuo. Es lo que se llam a
mo la hidatiforrne'v -.
b) El embrión . cuenta desde la fecundación con "una potencialidad propia y autonomía
genética, ya que , aunque dependa de su madre para subsistir, su desarrollo se va a reali zar
de acuerdo a su propio pro grama genético. La implantaci ón uterina no determina, en es te
sentido, el comienzo de la vida humana'll-'.
e) El embri ón preimplantatorio o " preernbrión" , como intenc ionadamente lo llam an algunos
autores, " no es un ser inerte. Su movimiento se rige por una fin alidad intrínseca y por una
fuerte comun icación bioquímica con la madre . Tiene también una de las propied ade s del
ser vivo or ganizado; la relación, que conlleva identidad y sin la cu al ' es imp osibl e el
diálogo"!'.
d) Si bien los embriones tempranos tienen la posibilidad de formar quimeras o de sufrir
procesos de gemelación, a cau sa de la totipotencialidad inicial de sus células, es decir,
capacidad de formar un individuo completo y viable a partir de las células (blastómeros)
que lo componen, estos procesos son definitivamente muy escaso s y no alteran la calidad
de individual del cigoto, pue s corresponden a un " fe nómeno regulativo no patol ógico ,
sino un a adaptación al medio, una propiedad que mantiene el embrión de reproducirse
asexu almente y que manifiesta la tendencia a la perpetuación de la es pecie ant e circuns-
tancias qu e alteren el embrión y liberen parte de sus c élulas'T'.

11 BL ÁZQ UEZ. Niceto: Ob . Cit . p. 10.


12 L EJEUNE. Jerome: ¿Qué es el embrión hum ano ? (Madrid. 1993) pp. 53-54 .
13 F EMENfA L ÓPEZ. Ped ro J.: Status jurídico del embri án humall o, con especia l cons idera ció n al concebido in
vitro (Mad rid. Me Graw Hill. 1999) p. 10.
14 B LÁZQUEZ. Niee to : Ob . Cit , p. 33 .
IS Ibidem.
200 1] VIVANCO : EL D ER ECHO A LA VIDA Y LA DISCU SI ÓN ACE RCA DEL CO NC EPT O 47 1

Estos eleme ntos confirman que la ca lidad de únic a de la person a hum ana no se adquiere
co n el tiempo ni pued e lógicament e co nsidera rse que el hombre part a sie ndo un a cosa para
des pués llegar a se r person a: "No existe un tránsit o paul atino des de "a lgo" a "a lguien" . . . Si el
ser per son a fuera un es tado, podr ía surgir poco a poco . Pero si la persona es alguien que pasa
por di ferentes estados, entonces los supone todos. No es el resultado de un ca mbio, sino de
un a generació n, co mo la sustancia seg ún Ari stótel es .. . La per son a no es un co ncepto específi-
co . si no el modo co mo so n los indivi duos de la es pecie "hombre" . Son de tal manera que cada
uno de ellos oc upa un lugar irrep etibl e en la co munida d de person as que llam amos " humani-
dad ". y so lo co mo titul ares de ese lugar so n percibidos como personas por alguien que oc upa
as imis mo un lugar se mejante. Si hacemos depender la co nces ió n del lug ar del previ o cumpli-
mient o de determ inadas propi edades cualitati vas, destru imo s la incondiciona lidad de la de-
mand a. Qui en oc upa ese lugar lo ocu pa com o miembro engendrado, no cooptado, de la
hum an idad" 16.
De este modo, sinos lim itam os al es tudio de la es pecie hum ana co mo tal, si n dud a que
llegamos a la co nc lusión que es ta mos en presencia de un individuo de nuestr a es pecie desde
el momento de la fec undac ión. Sin embargo , ¿podemos identifi car.. en la per specti va jurídica,
co mo lo hem os hech o en la perspectiva biológica, al se r humano con la " perso na"?

2. La "p ersona" como suj eto de derechos

a) La di gnidad del ser hum ano como un comp onente de "ser per son a"

La dign idad del hombre, es decir . su es pecial merecimi ent o de respetabilidad y de con si-
deración, emana precisame nte de la cali dad de tal, aquella im plícitament e rec onoc ida en el
co nce pto de pe rso na: "La idea de dignidad hum ana encuentra su funda mentación teórica y su
inviolabilidad en un a onto log ía, es decir, en una filosofía de lo abso luto . .. La presen cia de la
idea de abso luto en un a soc iedad es una condición necesaria - aunque no suficiente- para que
sea reconocida la incondi cion alid ad de la dignidad de es a represent ación de lo abso luto que
es el hom bre:" ?
To da person a hum ana es digna por ser tal y ello direct ament e lleva a excl uir la alterna tiva
de que se le trate co mo cosa o de modo indigno: " la dign idad ha de perm anecer inalterada
cualquie ra sea la situác ión en que la persona se encuentre (... ) constituyendo, en co nsecuen-
cia, un mínimun invu lnerabl e qu e todo es tatuto jurídico debe asegurar, de mod o que sea n
unas u otras las lim itacion es que se imp ongan en el disfrute de los dere chos ind ividu ales, no
co nlleven men osprecio para la esti ma que, en cuanto ser hum ano , mer ece la persona" 18.
Si co nsideramos , de este modo, qu e la calid ad de "perso na" como sujeto de derechos,
importa, nec esari am ente, el respet o y la protección de las prerrogati va s fund amentales res-
pecto de un ser hum ano , no pod emo s meno s que con sid erar que la espe cial di gn idad de este
sig nifica una ex ige nc ia práct icamente ine ludible al orde namie nto jurídico, en torn o a la idea
de reco nocerle tal sta tus a todo se r hum ano si n distinciones: "Dig nidad significa, dentro de
la variedad y heterogeneidad del ser, la determ inada ca tegoría objet iva de un ser que recl ama
- ante sí y ante los otros - estim a, cu stodia y realizaci ón ... En último térm ino se identifica
obje tiva me nte co n el se r de un ser" !". Esta dem anda se trad uce en términos prácti cos, en la

l' SPAEMA NN. Ro be rt : O b. c it. pp . 227 Y ss ,


17 SPAEMANN. Robert: "So bre e l co nce pto de di gn idad hum an a" en Massini, C.I. y Se rna. P.: El Derecho a la
vida (Pa mplo na. Eunsa, 1998) pp . 8 1· 110.
1M Sentencia de l Tribu nal Cons titucio nal Españo l 120/ 1990 de 27 de j unio. cit ada por OLLERO TASSARA .
And rés. "T od os tienen derec ho a la vida . ¿ Hac ia un co ncepto con stituc ional de per sona ?" en Ma ssin i, C.I. y Serna.
P. (ed itores) . El Dere cho a la Vida (c itado ) p. 28 8.
IY RAfINER. Karl : " Dignidad y libe rtad del ho mbre" . citado en Vidal, Marciano. Mora l de la persona y bio ét ica
teol ógica (M adr id. PS edi tor ia l. 1991 . 8' Ed ic ión) p. 102.
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identifica ci ón de la categ o ría ética " perso na" con la cat egoría jurídica "s ujeto de derech os" ,
sin posibilidad a lg una de apa rtarse de ell a, porque daría lugar a qu e e l recon ocimi ento de la
dignidad men ci on ad a carecer ía de su contenido , la protecci ón de der ech os co mo un mer eci-
miento del indi vidu o di gn o o nto lóg ica me nte, incl uso más allá de sus propi as co nduc tas :
" Esos derech os era n in alienabl es para el se r humano, eran y so n derech os ge né ricos de la raza
hum an a, la ese nc ia del ser ra ciona l y pensante'F''.

b) El corre la to jurídico : e l ser human o como suj eto de derechos

Per sona es tod o indi viduo de la es pec ie humana, sin di st inci ón de sexo, raza , naci on al i-
dad , es tirpe o condición.
La ca lida d de "person a" habil ita al individuo a ejercer derech os y co ntrae r oblig ac iones :
es sujeto de Derech os.
Sin embar go, si bien de est as definici on e s podríamos co ns idera r apriorís ticame nte qu e
emana un total consenso, en cuanto a la identificación de "s er" human o co n sujeto de dere-
chos , la verdad es que en los ordenamientos comparados no se produce tal identificaci ón e
incluso en e l nue stro se su scitan ciertas di ficultades interpretativas.
Det all emos lo que oc urre e n ca da caso de los se ña lados :

b.1 Al gun as postu ras di ver sa s en los ordenami entos o doctrina co mpa rados .

i) Posturas qu e co ns ideran a la vida hum an a dep endi en te de procesos biol ógi cos co mo la
anidac ión, e l de sarrollo del sis te ma nerv ioso , la acti vidad cor tica l o incluso e l nacimi e nto.

Un a de las po sturas más ge nera lizadas de ciertos orde na mientos co mpa rados e incl uso
de orga nizac iones internacionales tal es como la Or gani zaci ón Mund ial de la Salud ha si do
soste ne r qu e " la vi da human a - con siderad a indi vidualmente- no ex is te de sd e la fec unda-
c ió n del óv ulo por el esp ermat o zoide , sino desd e un a fec ha post erior a ese ac to, a proxi ma -
dam ente desd e e l d ía ca torce a contar de la fecundac ión , e n qu e se a fi rma qu e se produce la
anidaci ón e n el útero materno del qu e se ha dado por denominar pr eembri ón, y surge e n e l
mi smo la cre st a neural, comen zándose la formac ió n de los ó rga nos del nu ev o se r, antes de
lo cual so lo exi stiría un conjunto de cé lulas que no tendrían ind iv id ua lida d'? ", lo c ua l
ob via me nte desconoce lo ya explic ado antes , en cuanto a qu e el proce so de ges ta c ió n ti en e
un a continuid ad absoluta de sde el mom ento de la implantaci ón y tambi én e n o rde n a qu e
c ue nta co n un a indi vidu alidad gen ética evidente de sde la formaci ón del c igo to. La po sibili -
dad de gemelaci ón que ya hemos tratado antes ~ " no con stitu ye un ar gumento válido par a
de sconocer al embrión la categoría de persona hasta lo s catorce dí as, pu es en todo ca so , si
el embri ón se seg me ntara , en lugar de una persona se ría n do s , pero sie mp re se -trat aría de
personas'W.
Este tip o de po sturas sin duda tienen un sentido muy co nc re to, y se tr aducen en auto rizar
legalmente ya sea la manipul aci ón de embriones humanos o su e liminac ió n a través del uso
de fármaco s microabortivos, sobre la ba se de que no cuentan co n protecci ón legal antes de los
men ci onados catorce días, lo cu al impl ica que no puede co me te rse ningún delito contra e llos,
sea qu e la acc ió n con sista en manipul arlos dándoles e l trato de cosas o qu e se tradu zc a e n
destruirl os, e vad ie ndo tod a sa nció n pen al de aborto .

211 T ORRES-D ULCE. Ed ua rdo: " Los de rec hos humanos del del inc uent e" en Marzal , A. (ed ito r), Der echos
11lImU/lOs del incapaz. del extranj ero. del delincu ente y complej idad del suje to (Barce lona. J.M . Bosch edi tor. 1997 )
p.20 1. .
21 S AMBRIZZI. Eduardo A .: La pro crea ci án asistida y la maniputaci án del embrión human o (Buenos Air es.
Abe ledo- Perrot, 200 t ) p. 139.
22 Idern, pp. 139-1 40 .
200 lJ V /VANCO : E L DE REC HO A LA VIDA Y LA DISC US IÓ N ACERCA DEL CONCE PTO 473

As imis mo, en otros siste mas se ha utilizad o co mo un hito rele vant e para ser el individuo
de la es pec ie hum an a co nsiderado co mo pe rso na , el moment o de la cefa lizac i án, es deci r, el
mome nto e n e l qu e puede co nstatarse que e l nuevo ser tiene ac tiv idad cortical: " La estruc tura
básica de la cort eza cerebral típicam ent e hum an a se per fila entre los día s quince y cuar enta
del desa rro llo norm al. A las och o se manas se puede descubrir activida d eléc trica en el ce re-
bro . A las doce se manas , la estruc tura del cráneo está mu y aca bada 'V' .
Ta les dat os pasan a co nsi derarse co mo rel evant es respecto de la co nsideración de la
calidad de per son a, en atención a que la definici ón de vida per sonal se tradu ciría en una
man ifestaci ón de su naturaleza "por la co ncie nc ia, la autorreflexión, el pensamiento y la
de cisi ón libre" . ten iendo todas estas func iones como sus trato necesari o y radi cal la co rtez a
cerebral'? ". Sin e mbargo, co ndicionar la ca lida d de per sona a este proceso de cefa lizac ión
represe nta dos graves riesgos: el primero, qu e tra nsforma a la cri atura hu mana en perfecta-
ment e disp onibl e e n c uanto a su vida -esto es, perfectam en te abortab le a decisión de su
mad re o de otra pe rso na- e n todo momen to anterio r al que co nve ncionalmente se fije par a
ten er por present e una adec uada es tructura cerebral. lo c ual, com o se ha dic ho, pued e llegar
hasta las doce se ma nas, límite mu y co mún de las legisl aciones que admite n el abor to; el
seg undo, que es un argume nto fác ilme nte re versible, en el se ntido de aplicarlo a otras situa-
ciones contrap uestas , co mo los ca sos de estado vegetativo persistent e, en los cuales por no
poders e da r ya las fun ci ones a que antes hem os aludido pod ría co nsiderarse asimismo qu e el
ind ividu o ha dej ado de ser perso na, pues ha per dido las co ndic iones ese nciales de tal : "Las
legislaciones abo rtistas han abie rto las puert as a la desp en aliz ación jurídica de la euta nasia.
Ahora bien , de la mism a man era e n que, para ju stificar el aborto, se ha descali ficad o la
calidad de vida de l em brión hum ano o de l fe to, así, para j ustificar aho ra la eutanasi a se
inte nta de finir el grado de util idad o de ni vel que ha de poseer una per sona para pretend er el
de rec ho a seg uir vivie ndo'<>.
Por últi mo. pod em os co nsi de rar aqu ell as te nde ncias que asoc ia n necesariam en te la consi-
derac ión de " persona" del sujeto al hecho del nacimi ento y de que este hech o se produ zca co n
una mínim a vitalida d de l indi vidu o, de tal mod o de co nsiderar que la persona como tal lo es
desde qu e nace y si ante s de ese mom ent o cuenta con algún tipo de pro tecci ón del orde na-
mient o j urí dico, ello se debe a su posibilidad o a la ex pectativa que se tien e so bre ella en
cua nto a que será pe rson a, pero no a la realidad de que es temos en su presen cia.
Es te tipo de tesis se amparan funda me ntalme nte en las posturas civilist as tradi cion ale s,
que co ndic ionanl a per son alidad al hech o del nacim ien to, pero en la óptic a de una personali-
dad corre lativa a se r sujeto de derech os de tip o civ il, es de cir , derech os de fa milia ,
suces orios, patrimon iales, los qu e solo se con sol idan en el patrimon io del ind ividu o en la
med ida que nazca. Sin emba rgo , dicho cri terio , al se r ex trapo lado a ámb itos de diferen te
naturaleza, corno el de los derech os humanos no susceptibles de ser evaluad os en din ero , sin
duda descon oce la natu ral eza mism a del ser hum ano y da lugar a so luciones fran cam ent e
abe rrantes e n materias con sti tuc iona les o penales-",

2J VICO PEINADO. J osé : El comie nzo de la vida humana (Santiago, Ed ici o nes Paulin as , st a de edic ió n) p. 89.
24 lde rn. p . 90.
25 BASSO. Domin go : Nace r y morir con dignidad bio ética ( Bue nos Air es , Dep alm a , 199 1) p. 465 .
26 " Podría es timarse qu e e l der ec ho a la vida es tá vinc ulad o a la per son a hu mana desde que inici a su e vo lució n
co mo ge rme n e n e l se no, de s u mad re. Mas co mo ante la le y no hay per son a mi ent ra s no se real ice e l nac imie nto, no
s iendo sino desd e e nto nces suje to de de rech os, a lg unos han di cho q ue no es e l ge rme n o e mbrió n e l q ue tien e
derec ho a su vida ; se ría la soc iedad la qu e tendría dere cho (nosotros d ir íam os deb er u ob ligación) a exig ir qu e la
nueva cria tura c ump la su dest in o" : M ANRIQUEZ BUSTOS, Ed mu nd o, Protección penal de la vida humana en su
prime ra etap a (Sa nt iago. Ed ito ria l J urídi c a de C h ile, 196 3) p . 11. T a l te sis , qu e ho y nos puede pa re ce r
co nstituc io na lme nte aberrante. sin e m ba rgo fue sos te nida hi stóricam ent e por la j ur isprude ncia, co mo e n e l caso de
Rogel ia Mald on ad o (Corte de A pe lac io nes de Val pa raíso , 1935), e n e l c ua l la procesada fue abs ue lt a por dar muer te
a su hij o durante e l nac imi e nt o y antes q ue e stuvi era sepa ra do de e lla, y la sentenciado ra co ns ide ró q ue no se tra taba
de abo rt o, pu e s no se hab ía pro vocado la ex pulsió n de l fet o antes del términ o natural de la preñ e z, ni se trat aba de
infant ic id io . pu es el niñ o no se había se pa ra do aun de su mad re . " punto in ici al de la ex is te nc ia de las per son as,
como lo ex pres a e l artíc ulo 74 de l Có d igo C ivil" (Gaceta de los Tribunale s 1935-2, 123-414 ).
474 RE VISTA CHILENA DE DER ECHO [Vol. 28

ii) Mientras otras es tipulan qu e la calidad de " persona" es un rec on ocim ient o socia l al indi -
viduo rel acional y viabl e. que de esta forma es incorporado a la comunidad.

Evidentemente, la tesis más extrema en cuanto a las exigencias par a que un .individuo sea
considerado "p ersona", corresponden a quienes lo estiman o perfilan como una condición que
ni siquiera depende de un determinado desarrollo biológi co , sino de un a suer te de aceptaci ón
soc ial, de tal modo que el sujeto podría encontra rse finalm ente en un mund o que no lo acept a
o no lo incorpora y que en definiti va le nie ga la pert enencia a él, aunque sea ge nética mente
un ser hum ano . aunque haya completado su proc eso de desarrollo y haya logrado nacer.
Este es un caso que podría j ustificar, por ejemplo, el infa nticidio de niñ os nac idos co n
malform acione s. co n esc asas o limitadas ex pec tativas de vida, con ret ard o ment al o inclu so
venidos al mund o en condi ciones "indeseables'?",

e) Las per sona s naturales en el derech o chileno

Si anali zamos la definici ón de person a hoy presente en la Histori a Fidedi gna de la Con sti -
tución de 1980 , ba sada en la dignidad y en la salvaguarda del individuo de la es pec ie hum ana
co mo sujeto de derechos y merecedor de protección desde el momento en que es conc ebid o,
es ta result a mu y di ver sa de la que trad icionalmente se ha manej ado en el ámbito legal. Ell o ha
sido funda menta lmente cau sado por la ext ensión de los conceptos del Derech o Civ il. que
tienen una clara co nnotación patrimoni al , a otras di sciplinas del Der echo Ch ileno. entre las
que precisament e se encuentra el Derecho Pen al. De esta manera, el concept o prop orcion ado
por el artículo 74 del Código Civil en cuanto a que " la ex istenc ia legal de toda person a
comi enz a al nacer, esto es, al separarse completamente de la madre" siempre que la criatura
so brev iva a la separació n " un momento siquiera" , ha llevado a que por mucho tiempo no se
con siderara persona al niño no nacido o incluso nacido pero no separado de su madr e tod avía
y que se estim ara que la protección de su vida era una cue stión de interés social, pero no de
vulneración del derecho a la vida de una persona, pese a que la defini ción civil de per son a
result a plen amente coincidente con la proporcionada al inicio de este epígrafe.
Sin embargo, y pese a estas dificultades, la doctrina pen al chilena inv ar iabl em ent e ha
considerado la ex istencia del bien jurídico vida como el verdadero funda nte de la cr eación de
estas figuras típ icas, por más que las desa fortun adas distin cion es entre person as y cria turas de
la especie humana aún no person as, los haya entramp ado-". Al respect o. se ha ju sti ficado la
defensa de la vida traducida en la punibilidad de los atentados contra ella en un dobl e int erés:
" la inviol abilidad de la vida . bien supremo de cada indi viduo , y el interés dem ográf ico del
Estado en la conservación de la vida del hornbre'<". De esta forma , la vid a hum ana no so lo
interesa al Derecho, en esta per spectiva, en ara s de la defensa del individu o en con creto. sino
también como una manifestación del deber del Estado hacia la población tod a, rec onociend o
que esta es el más importante elemento entre aquellos que lo componen.

27 "Cuando la vida es una vida de tot al o casi tot al pri vaci ón , la nuev a é tica juzgará si va le la pe na seg uir
viv iendo med iant e el tipo de v eje rcic io de equi libr io recom end ado po r e l j uez Don a ldson en e l proceso e l beb é J .
ten ie ndo en c ue nta tanto e l sufri mie nto predecibl e como las po sibles compe nsaciones ... De ac ue rdo co n e l nuevo
primer man dami ent o, tratar emos a los se res hum anos co n arreg lo a sus carac te rís ticas rel ac ion ad as co n la é tica .
Alg unas de es tas so n inhere ntes a la naturaleza del se r, e ntre las qu e se inc luye n la co nc ie nc ia, la ca paci dad de
interac tua r físi ca. soc ia l y ment alm ent e con otros se res , e l preferir co nsc ie nte men te seg uir con vida y te ner
ex per ie nci as agrada bles .. Otros asp ect os pertinente s depend en de la rel aci ón del se r co n los dem ás, po r ejem plo.
ten er pari entes qu e llor ar án tu muert e o es tar tan situado en un grupo qu e si te mat an, los dem ás tem er án por sus
vidas . Tod as es tas cosas afect an la con sideraci ón y respeto que deb er íam os ten er por un se r": S INGER, Pet er ,
Repensar la vida y la muert e: el derrumbe de nuestra ética tradi cional (Barce lona, Ed. Paid ós, 1997 ) pp . 188-1 89.
28 " Nos hem os ab stenido co nsc iente me nte .. . de e mp lea r el térm ino " pe rsona" , po rque los delitos con tra la vida
no qu ed an red uc idos a e lla única me nte ; ex tiende n su obje tivi dad a un estad io anter ior a la per son alid ad. c ua ndo
a mpa ran el produ cto de la co nce pció n" : GARR IDO MONTT, Mar io: El Homicidio y sus figuras penales (Sa ntiago,
Ediar - Con osur Ltda, 197 6 ) p. 10.
29 LABATUT. Gustavo: II Derecho Penal (Parte Especial) (Sa ntiago, Edi toria l Ju ríd ica de Ch ile, 1969 ) p. 283.
2001] VIV ANCO : EL DERECHO A LA VIDA Y LA DISCUSIÓN ACERCA DEL CONCEPTO 475

Dentro de la per spectiva de protección j uríd ica de la vida, el Derecho Penal aborda aquel
as pecto ne gati vo de la garantía, es decir, el pre servar la exis tencia humana de aquellas con-
ductas que intencionadamente pretendan ponerle fin . De allí, entonces, que esta s se transfor-
men en punibles , sea en su forma consumada, frustrada o tentada: " .. .el derecho penal , dentro
de la ac uñac ió n que ha ce de lo ilícito, apa rece protegiendo de manera preferente y a tra vé s de
tipo s es pecíficos al gunos bienes o interese s determinados, en este ca so , la vid a en cuanto ella
se refiere a l cuerpo humano , a lo .org ánico, comprendiendo en esta noción lo síq uico también,
pero en lo inherente al funcionamiento de lo que erradamente -pero con fine s didácticos-
podría llam ar se la máquina humana ... "Jo. De allí, entonces, que no interese a la ley penal la
inten sidad de la vida, su mayor o menor fuerza, por precaria que sea: se resgu ard a " tanto la
vida del no vi able como del moribundo'v" .
Sin embargo, al existir en la ley , particularmente antes de la dictación de la Carta de
1980 , c ierta con fusión rel ati va al momento en el que puede co ns ide ra rse a un indi viduo
"p er son a" , e l det erm inar "d esde c uá ndo" ha de prot egerse la vida hum ana, ha sido objeto
asi mis mo de tesi s e nco ntradas :

i) Par a qui enes la protección del individuo concebido pero no nacido depende de intereses
soc ia les y no de calidad de person a, un argumento de peso es el hecho que el delito de
ab orto se encue ntre conte nido, dentro del Código Pen al Chileno, en el título relati vo a los
atent ado s contra el orden de las famili as y no en el que sanciona los crímenes y delitos
co ntra las personas. Además de eso y de la aplicación del ya citado artículo 74 del Código
Ci vil , co nc luye n qu e " la justificación del di stingo parece obedecer a una consideración
empírico- cultural qu e cree con veniente poner mayor énfasis en la protecci ón de la vida
real del miembro de la sociedad humana, colocado como tal "en el mundo", que a un a
vida so lo potencial' v-.
ii) Por su parte, para quienes es tim an que el momento de la concepción no solo marca el
co mie nzo de la vida sino el inicio de la exi stencia de la cria tura como person a human a, la
norma c ivi l no contendría una regla dada " para todos los efectos legales", sino so lo para
aquellos que conciernen a la adquisición y goce de derechos civiles-", de lo que se puede
cl aramente colegir que las di ferenc ias entre unas figuras penales y otras radica en la
aut onomía vita l que ha logrado la víctima, pero no en cuanto a si goza de la calidad de
per sona, ya qu e " un punto de vista de crítica legi slativa y política criminal , podría afir-
mar se que no hay razones que justifiquen un diverso tratamiento penal y que la vida
humana dependiente no e s menos valiosa que la aut énoma">.

En seg undo término, en lo que respecta al "has ta cuándo" debe protegerse la vida humana
-tema que interesa profundamente a nue stro estudio- los autores son coincidentes en cuanto a
que esta debe gozar de tutela jurídica hasta su fin , ante lo cual cobra gran importancia jurídica
la determinaci ón del momento real de la muerte, lo qu e por ejemplo se ha di scutido a propósi-
to de la legi sl aci ón sobre trasplantes.
Tal principio tiene importantes consecuencias respecto de la tipificación de los delitos
contra la vida, pues la viabilidad ya sea del niño recién nacido, o la proximidad a la muerte de
las per sonas en circun stancias diversa s a esa, no obsta a que la vida siga sie ndo un bien
jurídico tut elado->, ya que en e l Código Penal no se hace en principio di stingo acerca de la

JO GARRIDO MONIT. Mari o: Ob. C it. p. 10.


.1\NÚÑEZ. Rica rdo: Derecho Penal Argentino, T . III . p. 24. e n ídem . p. 11.
32 POLlTOFF. Sergio Et A l.: Derecho Penal Chileno. Part e Especia l (Sa ntiago. Edi toria l Ju ríd ica de Chile.
1993, 2' . Ed ic ión) p. 49.
33 Co mo lo sos tiene Alfred o ETCHEBERRY. Derecho Penal . Tom o III (Sa nt iago. 1964 ) pp. 30 Y ss ,
34 POLlTOFF. Ser gi o Et Al : Ob . C it. p. 48.
35 "Cons tituye ig ua lme nte homi c idio dar muert e al mor ibundo. a l enfermo de un mal incu ra ble o al cond en ad o
a muerte" : ldem, p. 49 . .
476 REVIST A C HILENA DE DEREC HO [Vol. 28

ca lida d de vida, así com o tamp oco respect o de otros e leme ntos tal es co mo la sa lud, las
ca rac terís ticas morfológicas, el sexo y las co ndicio nes person al es de la víctim a.
Lo se ña lado tien e enor me imp ortancia como un ele me nto suste ntador de tod o el Der ech o
chile no y co mo un rasgo dist intivo de otros siste mas jurídi cos, en los c uales se ha pretendido
co ndic io nar la ca lida d de persona a una serie de requi sitos objetivos qu e ha de c umplir el se r
hum ano y qu e , e n el caso de no darse , lo sitúa n en un plan o marcad am ente inferio r y men os
pro teg ido fre nte a qui en es sí cumplen con las dem and as de la catego ría-". Ello, sin dud a. no
represe nta tan so lo un a postu ra filosófica distinta, sino qu e se traduce ma teria lme nte e n e l
av al que e l orde na miento jurídico de aq ue llos paí ses otorga para co ns iderar e l aborto o la
eut an asia no con sentida co mo co nduc tas plen am en te legí tim as, ya qu e se trat a de la eli mina -
ció n de la vida de indi vidu os qu e no so n per son as, ya sea porque se enc ue ntra n en ges tac ió n y
no han adquir ido aún la ca lida d de re lac io na les , o porque la han perdido a co nsec ue ncia de
una enferm ed ad o de un co mpro miso vita l de imp ort an ci a.

m. PE RSONA EN EL ORDENA M IENTO CONSTITUC IONAL C HILENO

l . El derecho a la vida como gara ntía constit ucio nal en la Carta Fundamental de 1980.
Las razones de su inclusión como gara ntía

Si bien el enunciado del artíc ulo 19 de la Carta Fundamental es tablece qu e se aseg ura n
las ga ra ntías fund amentales a "todas las per son as", en con cord an ci a co n lo ya dich o a prop ó-
sit o del artíc ulo I o inci so 1o de la mism a, lo cierto es que a propósit o de l der ech o a la vida.
nuev a garantía den tro de la Cart a, es que se de sarroll a realm ent e en propi ed ad el co nce pto
constituc io na l de per son a-" .
La int rodu cci ón de es te precept o se rea lizó e n co ns ide ració n a qu e fre nte a un desa rro llo
sistemá tico y ve rda de rame nte raci on al de la Con st itu ci ón , "se ha ce necesaria la consagraci ón
del derech o a la vid a, en virtud al men osprecio qu e e n la ac tua lida d la ha afectado,
cometiéndose delitos de la más di ver sa natu ral eza en su co ntra . Aún más, el sac rific io qu e de
ell a se ha hech o se estima com o sec unda rio e inclu so instrument al c ua ndo se exalta n otros
va lores't-" . Entre los arg umentos qu e fuero n in vocad os a es te res pec to es ta ba qu e es te der ech o
es po r lo dem ás inspirador de otras norm as de protección qu e enc ue ntra n su ce ntro en e l
respeto fundame ntal a la vid a human a. En co nsecue nc ia, el der ech o a la vida deb e mani festar-
se en form a clara desd e el comi en zo del listado de los dere ch os que co nte mpla la Ca rta, ya
qu e el va lor induda ble que sos tie ne tod a la es truct ura de la co nvi ve ncia soc ial y de las
rel aci on es human as, es el derech o a vivir-",
Ell o gua rda plen a conc ordanci a co n el hech o qu e la es truc tur a de la Carta Fund am ent al de
1980 descan sa en una co ncepció n hum ani sta y cr istia na del hombre, qu e de ac uerdo a la
histori a fid ed ign a de es ta, se identifi ca con el sentir e idi osin c rasia de la co munida d nac iona l,
que con sid er a que la di gnidad del se r hum ano, su libert ad y der ech os fund am ental es so n
ante riores al orde na mie nto j urídico, e l c ual debe prestarl es un a prot ec ci ón eficaz y seg ura'".

36 "Te nemos qu e re ite ra r que qu ien conce ptua liza co mo un a person a desde e l mo me nto de la co ncepc ión a l
feto. a pesar de no ten er nin gun a de las c ua lidades di stint ivas de las per son as, o bie n usa la palabra eq uívoca me nte,
o bie n co mete un fran co erro r categorial. Sos pec ho que efectivame nte q uien es con de na n e l abo rto desde e l mome nto
de la co nce pció n usan el términ o " pe rsona" de manera eq uívoca, es to es, con Un sig nificado dife ren te de l norm al y
creo. además, qu e d ich o significa do deriva ese ncia lme nte del hech o de ten er c ie rtas c ree ncias re ligiosas" : Vuld és,
Margarita: " El prob le ma de l abo rto : tres enfo q ues " e n Váz quez , Rod ol fo (co mpilado r) , Bioé tica y de rec ho .
Funda mentos y proble mas ac tua les (Méx ico D.F, Fondo de Cu ltura Eco nó mica, 1999) p. 148.
37 Ve r, de la auto ra, "E l derecho a la vida y a la integ rida d física y psíq uica en la Ca rta Fu nda me nta l de 1980"
e n libro de AA VV, 20 Alios de la Cons titución Chilena 1981 -2001 (S ant iago , Ed ito ria l Ju rídica Co noSu r Ltda. ,
200 1) pp. 143-164 .
3K Ac tas Ofic iales de la Co misió n de Est udio de la Nueva Co ns tituc ión, Ses ió n 89.
39 lb idem.
40 Ac tas Of icia les de la Co misió n de Estud io de la Nueva Co nstitución, Sesió n 18, pár rafo 4, p. 23 .
200lJ VIVANCO : EL D ER ECH O A LA VIDA Y LA DISC USiÓN AC ER CA DEL CONC EPTO 477

Pro fundi zand o e n lo ya se ñalado, es preci so indi car que la vida " por se r el don primario
que Dios ha dado al hombre, y por ser la fuent e de sus dem ás atributos, está cautelada por la
instituc ional idad const ituci onal y legal desde que se inici a la gestaci ón"! ' .
Sobre la ex tens ió n de es te derecho, se ha de ind icar que " todo se r hum an o tiene el
dere cho ese ncial de conservar su vid a y de exi gir que el ordenamiento jurídico se la proteja
co ntra ate ntados de la autor ida d y de particulares'r' ".
Lo anterior, no so lo se funda menta en el hech o de que el se r hum ano ten ga una dimen sión
materi al y es piritual, por el hech o de contar con cuerpo y alma, sino en que por la circunstan-
cia de pri varl o de la vida , con stituida esta en un componente fund amental, ello implica
des tru irlo y lle varl o irr emedi ablemente a su fin. Esta es una situación únic a e n que por
desp ojar a un se r de un carác ter determinado, es te se destru ye, lo que co mo ya se ha ex plica -
do, no ocurre co n todo s los der ech os y libertade s, sin perjuicio qu e tambi én han de ser
protegid os y gara ntiza dos por la Con stitución, por ser igualmente part ícipes de la di gnid ad
hum ana.
Sobre e l particula r, Alej and ro Sil va Bascuñ án ha sos tenido que "es te derech o o ga rantía
deb e ser nec esariamente destacado en la actu alidad , ya que, desde hace algún tiempo, la vid a
hum an a ha si do men osprec iad a, que se han co metido diversos y deleznables delitos que
atentan co ntra e lla. Con sidera que deb e contemplarse el derecho a la vida junto co n el dere-
cho a la inte grid ad física, porque en definit iva, lo que hay que asegurar es una vida realmente
hurnana' r' >.

2. La protección constitucional de la vida del que está por nacer.


Nueva ref erencia a la persona

En prim e r té rmin o, la vida human a es objeto de protección co nstitucio na l desd e la con -


ce pción, ya qu e desde ese momento est amos en pre sen cia de un se r hum ano que reúne en sí
todas las calidades y requi sitos de tal, sin importar que aún no haya desarrollado toda s las
potencias propi as del hombre, y que por ello cuenta desde ya con la calid ad de person a, que
lo hace ser recon ocid o co mo digno y mereced or de la protecci ón constituci onal'".
Lo anterior incluye el resguardo de la criatura mientras se encuentra en el vientre de su
madre , co mo también la protección de la sa lud de est a y de sus condiciones de vid a dur ante el
emba razo . As imis mo, debe proporc ion arse a ambos las condiciones materi ale s y es piritua les
que aseguren que el nacimiento se de sarroll e en un ámbito de respeto y protección.
Una vez que se trata por parte de la Comisión de Estudios de la Nueva Con stitución el
tem a de la vida, surge co mo consecuencia natural la condena al abo rto. El mism o se ntido fue
el que co mpre nd ió Jaim e Gu zm án, y por ello sos tuvo que "e l derech o a la vida ev ide nteme nte
ex cluye y hace ilícit o el aborto'">,
Baj o la misma orie ntación se enmarca la reflexión de Alejandro Silva Bascuñán, indi ca
que: "e n el caso de qui en es tá por nacer, sie ndo un bien eno rme para la hum anidad y para él
el princ ipi o de la ex iste ncia, cómo se puede, sin ningún acto refl exivo de esa per son a que va a
sacrificar su vida o que no va a llegar a ella, supeditar y poner casos en los cuales se conciba
que se quite un der echo a qu ien no ha tenido oportunidad de de fenderse o que no ha tenido
oport unida d de reali zar nin gún acto'?",

~ I EVANS DE I.A C UADRA . Enr ique: Los Derechos Constitu cionales (Sa ntiago . Ed ito rial J urídi ca de Chi le , 2' .
ed ici ón. 1999 ). p. 113.
~ 2 Ibíd em .
~ .1 Ac ta s O fic ia les de la Co misión de Es tudio de la Nue va Con stit uc ión . Se sió n N" 84. pár rafo 2. p. 16.
~~ "L a di g nid ad de la perso na no es supe rio ridad de un hombre sobre otro. sino de todo hombre sobre los sere s
q ue ca rece n de razó n" : Je sús Go nzá lez P érez, c ita do en Arce y Fl órez-Vald és. Joaqu ín: Los princip ios generales del
Derecho y suformulaci án constitucional (Madrid. Civit as, 1990) p. 148.
~5 Ac tas O fic ia les de la Co mis ió n de Estud ios de la Nuev a Co nstituc ió n. Ses ió n N" 84 , párr afo 8. p. 13.
40 Ide rn. ses ió n N" 87. párra fo 3. p. 13.
478 REVISTA CHILENA DE DERECHO [Vol. 28

La post ura so sten ida por estos comisionados resulta compatib le, e n efecto, con lo ya
explicado acerca del concepto de persona desde la concepción: "una coh e rente ar gumentac ión
a favor de la defe nsa legal del no nacido depen de de su recon oci mie nto como perso na hu mana
y, por ta nto , do tado de un correspo ndien te derech o a la vida"47, fu ndamentándo se tal asevera-
ción en que " pres upues to fundamental para una defensa legal de la vida de los no nacidos en
un es tado con sti tuciona l, es el reco nocimie nto de l hech o de que el no nacido, tanto en estado
e mbrio na l co mo feta l -yen for ma aná loga e l dis mi nuido fís ico o men ta l, así como la per son a
en coma irreversib le- sea con siderado ante la ley como un ser humano, como cualquier otro
humano vivo ya nacido'í '" , .
La referen ci a directa a la protección co nstituciona l de la vida de l q ue est á por nacer, a
través del mandato que la Constitución le impone a la ley, es emblem ática, porque con ell a la
Co nstitución está con siderando que la vida se inicia en el mome nto de la concepción del ser
hu mano. Co herentes a es te sentir resulta ron las indicaciones de Enrique Ortúzar, a l señalar
que "es evidente que el ser hu ma no tiene cierta exi ste ncia aun antes de nacer, y si bien es
efectivo que el Código Civil previene que la ex istencia de la per so na comienza al nac er ,
ta mbié n el mismo Código recon oce qu e ex iste un pri nc ip io de person a antes de l nac imien to y
por eso la protege'r'".
El derecho a la vida conlleva entregar categóricamente a la ley la protección del q ue est á
por nacer, como as imis mo la pro tecc ió n de los qu e nacen con alg una tar a o deformidad. De
esta manera, se elimina toda opción tan to eutanásica como e uge nésica, en virtud que este
derecho cautela a todos los miembros de la comunidad, en cuanto se vea n amen azados o
afec tados en su derecho a la superv ivencia'",
Asimi smo , el hec ho de proteger expresamente la vida, su efecto principal es que , salvo la
pena de muerte, no reconoce otras excepciones. Desde luego bajo esta ó ptica se pre sume el
amparo a los nacidos defo rmes, ancianos o enfe rmos inc ura bles, o a todo aq ue l q ue la cie nc ia
cal ifique como irrecuperable .
De es ta forma , la co nsagración de l de recho a la vida como el primero y má s fund am ent al
de los der ech os, exc luye de suyo e l te ma de l abor to , haci én dolo por lo tant o il ícito ?' . lo que
se man ifie sta co n especial énfa sis en la redacción de la norma de l inci so 2° de l mismo N° I
del artíc ulo 19, estableciéndo la en los siguientes términos: " la ley pro tege la vida de l q ue es tá
por nacer", lo c ua l implica que, para la Constit uc ió n, la vida j uríd ica me nte proteg ib le se
inic ia desde la concepción y no des de el nacimientov.
En este caso, se busca proteger al embrión humano con ca lidad de per sona, lo cua l se
ident ifica co n la idea que "e l se r person a es la úni ca mod alid ad de existe ncia q ue co nv ie ne a
la natura leza humana . . . po r lo que aparece ap ropiado hablar de l embrión humano. no como de
una per so na potencia l, si no como una persona actual dotada de un a lto potencial para su
desarro llo' P! y co n una clara co ncie ncia que la vida no tien e su orige n en el nacimient o, sino
qu e es anterior y su raíz está en la concepció n-".
Sin embargo, en el tema de l aborto, algunos comisionados quisieron dejar con stancia de
que no consi deraban la proh ibición del abo rto co mo absoluta, como sí lo había hech o el
Comis ion ado Gu zmán , ya q ue estimaban que ex istían situaciones que podía n ju stific ar lo:
"Estima - el Comision ado señor Ortúzar- que respecto del aborto terap éutico, cuando el dere-
cho a la vida de la madre está e n pugn a co n el derech o a la vida del hijo -q ue fue lo que, por

47RlIONlIEIMER, Marti n: Derecho a la vida y Estado Moderno (Mad rid. Edi c ion es Ria lp S .A .• 1998). p. 7 1.
48Ibíde m. p. 75 .
4 9 Actas Ofi c iales de la Comi sión de Estudi os de la Nu ev a Con stituci ón . ses ión N° 89 . pár rafo l . p. 18.
50 Se si ón 90 .
5 1 Sesi ón 84. p. 13. párrafo 8.
52 Sesión 90 . p. 18. párra fo 1.
53 POSSENTI . Vitt ori o: " ¿E s el embri ón per son a? Sobre el est atuto o nto lógico del e mbrió n hum ano" en c.1.
Massi ni y P. Serna (ed itores ), El Derecho a la Vida. Eu nsa, Pamplo na. 199 8. p. 143 .
54 Ses ión 87 . p. 13. párr afo 5.
200 1] VIVANCO : EL DERECHO A LA VIDA Y LA DISCUS IÓN ACERCA DEL CONCEPTO 479

lo menos, en lo persona l, hizo mayor fuerza sobre él- exis te una pugna en tre dos ex iste nci as,
y en el caso de la eutanasia no se produ ce esa pugna, de manera que so n situaciones diferen -
tes"55. Luego, al se r ac lara do es te punt o por el Com ision ado señor Silva Bascuñ an (quie n
"e ntie nde que cuando se es tá pro tegie ndo en la Con stituci ón la vida del que está por nacer, de
ningun a manera se co nce de libertad al legislador para determinar, so bera na y arbitrariamente,
de qué manera va a prot egerla, de mod o qu e no le parece que pueda arg ume ntarse que el
legislador quedó libre pa ra hacer lo que desea en materia de pro tección de los derechos del
que es tá por nacer" )56 puntua liza el anterio r co mis ionado: "lo que no se qui so hacer en la
Co nstit ución fue ni hacer permisibl e el aborto terapéut ico ni co nde narlo , y si no se ha hecho
- permis ible ni se ha co nde nado es porqu e se le ha ent regado al legis lado r la protección de la
vida de l que está por nacer, tal co mo oc urre hoy en día en la disposición de l Cód igo Civil, y
esti ma que nadie podría afi rma r qu e el abor to terapéutico constituye deli to, porque no está
consignado co mo tal">".
Luego, en la mism a sesión, el Co misionado señor Ortú zar res ume la post ura mencionada:
"Dentro de la fac ultad que tendrá el legislador se pod rá no co nsiderar delito el abor to terapéu-
tico -co rno entie nde qu e hoy día no lo es 58_ ya que la práct ica maliciosa del abor to está
penada por el Código Penal , pero el abo rto terap éut ico no se enc uentra sa ncio nado por dicho
texto legal. .. Se ha qu erido hacer una diferencia entre el precepto que co nsagra el derecho a la
vida y la dispos ició n que entrega al legislador el deber de proteger la vida del qu e está por
nacer. Agrega que, en el primer caso, se trata de consagrar en fo rma abso luta el derec ho a la
vida, y en el seg undo, se desea dej ar cier ta elas tic idad para que el legislador, en determin ados
casos, como por ejemp lo, el aborto terapéu tico, no considere cons tit utivo de deli to el hecho
del aborto'P'' .
La verdad, sin embargo, es qu e la totalidad del co ntex to y de los va lores tina y otra vez
ci tado s a pro pósito de la creación de la Cart a de 1980 so n meridianamen te claros en cuanto a
que para la Co nsti tuc ión la vida es tan va liosa, defend ibl e y dign a, cu ando se trata de una
cr iatura en ges tac ión com o cua ndo es ta mos en presencia de un ser humano ya naci do, lo cual
tuvo una clara co nsec ue ncia legislativa: El artíc ulo único de la Ley N° 18.826 de 15 de
septiembre de 1989 ree mplazó el artíc ulo 119 del Cód igo Sanitario chi leno ,' qu e permitía la
rea lizac ión de los llamados "a bo rtos terapéuti cos", por una norm a que ex presa: "No podrá
ejec utarse ningun a acció n cuyo fin sea prov ocar un abo rto" .
La rea lidad es que mient ras es ta norm a es tuvo vige nte, su práctica fue muy alejada del
obje tivo anter ior mente señalado, pues se Jo usó norm alment e co n fines euge nés icos y por
ello, se co nside ró qu e la ex istencia de la norm a permitía la rea lizac ión encubierta de otros
fines diversos a su inicial inten ción y fue derogada, co nsiderando la pro tección ex presa que la
Co nstitució n hace de la vida hum ana.

IV CO NCLUS IONES

l . La co nsideración co nstitucional ace rca de que el individuo de la es pec ie hu mana es


per son a desde el mom ent o de su concep ción , encuentra asi dero en cua nto al co ncepto de
"vi da" y de "i nd ivi dualidad" en nu merosos arg umentos prop orci onados por la cie ncia moder-
na, part icular me nte por los es tudios de embrio logía y genética de fin es del siglo pasa do y del
present e siglo.

55 Ses ión 90, p. 14.


56 Idem , p. 15.
57 Ibíde m.
5X Ello se debe a qu e en el mom ent o de d iscut irse es te tema, se enco ntraba vige nte la norma del Código
Sanitario que lo au tori zaba en su artíc ulo 119. el c ual fue mod ificado después.
59 Se sión 90 , p. 16. Otros co misio nados. como el señor Evans , con side raro n que tamb ién debía dejarse ab ierta
la posib ilidad de no conside rar delito el abo rto e n caso de violació n. vid . P. 19 de la misma ses ión.
480 REVISTA CHILENA DE DERECHO [Vo l. 28

2. La fijació n de la prot ección de la vida hu man a por deb ajo de ese rango, usu alm en te ha
co rres pondido en los orde na mie ntos co mpara dos , a una es pecífica voluntad de legislar favo -
rab leme nte a la man ipul ación ge nét ica, al mic ro aborto o dec idida men te al abo rto .
3. El co ncepto de preembrión no tien e un resp ald o cienIífico efectivo , si no que es un
len guaje más bien co nve ncional utili zad o para poder di sponer de l cigoto hum ano en procesos
de fec undac ió n as isti da, manipul ación genética o a través de fármacos microabortivos .
4. Al reco nocerse co ns titucio nalme nte el derech o a la vida de todas las perso nas, y
parti cul ar ment e el del niñ o por 'nacer, se hace rem isión al co ncepto de person a co mo si nóni-
mo de la pertene ncia a la es pec ie hu man a.
5. La remis ión de la Constitución a la protección legal del niño e n gestación no deriva.
co mo algún sec tor 10 ha prete ndido , en que la criatura co nce bida no te ndría "derec ho co ns ti-
tucion al" a la vida sino so lo una protecci ón legal ni puede co nsiderarse bajo ni ngún punto de
vis ta que haya sig nifica do dar al legislad or la fac ultad de decidi r cuá ndo protegía la vida del
niño e n ges tació n y cuá ndo no. Por el co ntrar io, la Cart a Funda me ntal se rem ite a la ley
porqu e en ella se enc ue ntra n los instrume ntos de pro tecc ión materiales de la vida humana.
6. Las apre nsio nes de cie rtos comis ionados en torn o a una posible excepció n a es ta
protección co nstituida por el abo rto terapéut ico o el aborto en caso de vio lación, no sig nificó
nin gun a clase de ju st ificaci ón de abo rto o de autorizac ión a la ley para introducirlo. Por el
co ntrario, las norm as del Códi go San itari o proh íben hoy tod o tip o de abo rto , prec isa me nte
porque se trat a de un atentado con tra la vida de una per sona hum an a.
7. Finalm en te, el co nce pto de "persona" co nstruido a part ir de la Con st itución de 1980
nos permi te rein terp ret ar de un mod o fina lis ta tan to la ley civil co mo la ley pena l, e n c ua nto a
que el nacimi en to es un requ isit o asociado co n el ejercicio de los derechos co nte nidos e n el
derecho privado, pero no una exigencia para gozar de derech os hu man os tan fundame nta les
co mo el derecho a la vida, y por otra parte, para aseg ura r qu e el aborto es clara me nte una
co nducta que co ntraviene el orde n inst itucion al de la Rep úbli ca, se c ue nte o no co n prue bas
para proceder a su persecu ción final y sea que se apliq ue a un indivi duo en estado de
ges tac ión ava nza do o a el ser recién ge nerado en el proceso de fec undac ió n.

na
erecho

io / Septiembre

~OOl
ALEJANDRO VERGARA BLANCO
Director

COMITÉ EDITORIAL

ENRIQUE ALCALDE RODRÍGUEZ


HERNÁN CORRAL T ALCIANI
ENRIQUE CURY URZÚA
CARMEN DOMíNGUEZ HIDALGO
ARTURO FERMANDOIS VÚHRINGER
FRANCISCO SAMPER POLO
VíCTOR VIAL DEL Río
ARTURO YRARRÁZAVAL COVARRUBIAS

PAULINA GONZÁLEZ VERGARA


Secretaria de Redacción

JAIME BASSA MERCADO


ALEJANDRO DOMIC SEGUICH
Ayudantes de Redacción

La Revi sta Chilena de Derecho es una publicación trimestral, que aparece los meses de marzo, junio,
septiembre y diciembre de cada año , Es editada por la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad
Católica de Chile, Casilla 114-0, Santiago 1, Chile.
La Revista Chilena de Derecho agradece el envío de trabajos para su publicación. Los autores recibirán 25
separatas de sus trabajos. Los autores, al enviar sus originales, deben respetar las instrucciones impresas en
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Registro de Propiedad Intelectual N" 54.947.
Código Internacional: ISSN 0716-0747.

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Carmen 1985
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Santiago-Chile
ÍNDICE

Volumen 28 W 3 (julio-septiembre de 2001)

EDITORIAL

ALEJANDRO VERGARA BLANCO: El papel de las revistas humanísticas en la


Pontificia Universidad Católica de Chile................................................................ 487

ESTUDIOS E INVESTIGACIONES

DERECHO PROCESAL

CECILIA ROSENDE VILLAR, Efectos directos y reflejos de la sentencia 489


ALEJANDRO ROMERO SEGUEL, La independencia e imparcialidad en la justicia
arbitral ....................................................................................................................... 509

DERECHO CONSTITUCIONAL

CRISTlÁN RUIZ SANTIBÁÑEZ, Las concesiones municipales de establecimiento: una


nueva forma de participación empresarial del Estado.... ...................................... 537
ARTURO FERMANDOIS VOHRINGER, La organización de apuestas hípicas: ¿una
actividad económica amparada por la Constitución? 573

HISTORIA DEL DERECHO

ENRIQUE BRAHM GARCfA, Mariano Egaña: Los inicios liberales y patriotas del
jurista del régimen pelucón ...................................................................................... 593

DERECHO COMERCIÁL

ENRIQUE ALCALDE RODRfGUEZ, Regulación sobre la "venta del control" en la ley


de OPAS: ¿ Un caso de iniquidad o simplemente un error? 599

JURISPRUDENCIA

DERECHO PROCESAL DE LAS GARANTíAS CONSTITUCIONALES

FERNANDO DOUGNAC RODRíGUEZ, Reflexiones sobre la acción de protección y su


sentencia 615
486 REVISTACHILENA DE DER ECH O IVol. 28

DERECHO PEN AL

Sent encia de la Cort e de Apel aciones de Santi ago, 16 de juli o de 1999 .................... 63 1
Comentari o de RODRIGO MEDI NA, Posible inconstitu cionalidad del inciso 1" del
artíc ulo 450 del Código Penal.. ............................................................................... 63 1

DERECHO DE LA SANIDAD PÚBLICA/ DERECHO MUNICIP AL

Sent encia de la Corte de Apelaci one s de La Serena, 8 de juni o de 200 I 639


Sent encia de la Corte de Apelaciones de Temuco, 30 de enero de 200 1 639
Co mentario de ALB ERTO CORTÉS NIEM E, Ilegalidad muni cipal en la regula ción de
tenencia de animales domésti cos de compa ñia 639

BIBLI OGRAFÍA

JUAN ENRI QUE VARGAS, CARLOS PEÑA y JORGE CORREA, El rol del Estado y el
mercado de la j usticia. Recensión de Juli o Pall avicin i Magn ére 653
PEDRO FERNÁNDEZ BITTERLI CH , Manu al de Derecho Ambiental Chileno. Recen -
sión de Alberto Cort és Nieme 658
Revista Chilena de Dere cho, Vo l. 28 N" 3, pp. 487 ·4 88 (200 1), Sección Editori al

EDITORIAL

El pap el de las revista s humanísticas


en la Pontificia Universidad Católica de Chile

a. En la univer sidad las revi sta s tien en una gran relevancia para el debate de las ideas ,
dado que tienen una mayor ag ilidad que otras publicaciones, como los mismos libro s. Este
obje tivo de las publi caciones también hace nece saria una buena gestión en la administración
de las mismas, pue s su periodicidad debe ser respetada, sus fech as de edi ción , etc . Esto es una
gara ntía dobl e: para los aut ore s, pue s esto s se entu sia smarán en prep ara r artículos que pronto
serán publicados; y para los lect ore s, que pueden leer inform aciones de much a actu alid ad.
Desde es te punto de vista, la co nducta de las revistas en cuanto a su aparición es rele vante ,
pero que no siempre es posibl e lograr; en todo cas o, nuestro intento siempre ha sido mantener
una buena co nducta al respecto.
Deb ido al carác ter particul ar de las disciplinas humanísticas, a menudo es imprescindibl e
ten er pu bli cac iones propi as, sobre tod o en es ta Uni ver sid ad , que debe enfrentar de una
for ma es pec ia l los problem as del Derecho. Las revist as hum anísticas, como esta , deben
llevar e l pul so de lo que hac e la Uni ver sid ad en las di scu si one s humanísticas, debe lle var
hac ia fuera de la Uni versid ad la impronta del gru po que está tr abajando dentro de ell a, a
través de estudios en que qued e en evidencia todo s aquellos e lementos de juicio centrales
que le dan unidad a nue stro queh acer uni ver sit ario, y, al mismo tiemp o, todo s aquellos
arg ume ntos que ev ide ncia n la d iversid ad de planteamientos en medio de esos elementos
ce ntrales.

b, El Derecho es una cienci a hum an a, ya que comprende el estudio de la actividad


personal hum ana, en rel ación a la conducta exigida por la sociedad, contenida en "normas" .
Te nemos que entender, entonces, que el Dere cho es muy importante, y es indi spensable que
ex istan estud ios de much os aspec tos de Derecho, sobre todo de sus principios fundamentales,
pues el mund o es tá ca mbia ndo dem asiado rápidament e, y debem os estar siempre prep arado s
para defend er, dentro del ca mbio, aquellas trad iciones y núcleos de ideas fundamentales que
exp lican nuestra rea lidad hum ana .
Hay q ue alime ntar la polémi ca co n as pec tos académicos. En Ch ile se polemiza poco. A
travé s de nuestras secc iones de crítica legal, j urisprude ncial y doctrinaria de seamos instar a
nuestro s autores a seg uir y pro fundi zar cada vez más la polémi ca. Publicar artíc ulos y
trabajos sobre tem as polémi cos, defendi end o nuestros punt os de vista, es un objetivo esencial
de nuestra Revista. Es import ant e que, desde es ta, la Universida d pueda criticar y ev alu ar,
orie ntando a los lectores que co mparten nuestro s prin cipios y a qui enes pued an discrepar de
ellos , sobre posibles osc urida des o desaciert os de las leyes, de las sente ncias de los tribunale s
y de las ob ras que se publi can en Ch ile.
488 REVIS TA C HILE NA DE DERE CH O [Vol. 28

c. Las cie ncias juríd icas es un área del con ocimi ent o cuyo cultivo es ese ncia lme nte de
rango universit ar io, y su est udio tiene una dimensión teórica que subs iste al lado de l per fil ·
profesion al .
Incluso, no siendo ello siempre ex acto, se sue len separar los as pec tos teóri co s y prá ct icos
del Derech o. No es que el Derecho pueda ser dividido, en sí mism o, en una part e prácti ca o
una teórica: siempre es una ciencia prácti ca, que presta se rvicios al homb re, ofrec iendo paut as
para la so lució n de los con flictos propios de la organización hu man a. Es la acti tud de l hombr e
la que es teó rica o práct ica.
Hay aún un porcentaj e, qui zás menor, pero existe. de hombres de Der ech o que hacen
cien cia por la ciencia, y ofrecen trabajos teóricos del Derecho. En ellos , usu almente, es
posible descubrir una búsqueda del valor agregado explícit a o implícit amente a las norm as, a
través de una herm enéuti ca met odológicamente bien co nstruida . Ellos tienen amplia ca bida
en una publi cación co mo esta; de ellos se nutre en gran medida. Ellos mism os, para lle var
ade lante sus estud ios, qui zás se valga n tamb ién de aspec tos prácti cos, de aplicac ión del
Dere cho , a los que les dan luz los autores más cercan os a la praxis.
Pues, al mismo tiempo , exi ste un a serie de resultados prácti co s de la aplic ac ión del
Derecho , lo que los juristas denominamos fuent es, como las propi as leyes, y en mayor med ida
la jurisprudenci a de los tribunales. Esos resultad os prácti co s ponen en ev ide ncia la ap licación
de las institucion es, y los estudiosos de los aspectos teór ico s, desde publi caciones co mo es tas,
pueden ir criticando esa aplicaci ón prá ctica y ofreciendo orientaciones desde su perspect iva.
Ese es el doble papel que cumple es ta Revi sta: ser un a fuente de informació n teóri ca y
práctic a, y que deseamo s lo siga cumpliendo.
d. Al mismo tiempo de intentar publ icar en lo posible núme ros de la Revista dedi cados
especialmente a un o o varios tem as es pecíficos, dese am os profundi zar el ca mino de lo
interdi sciplinari o: una mue stra ha sido el número anterior a este, relati va a las ga rantías
con stitucionale s, bajo la óptica de di stintas di sciplinas.
Así co mo el eco nomista, el ingeni ero , el geógrafo, el ag ró nomo, el méd ico tienen que
ten er en c ue n ta el Derecho par a pla ntea r de mej or ma nera s us propias pr egu ntas
disciplinar ias, del mismo mod o los hombres de Derecho, los ju ristas, tampoco pueden olvidar
a las dem ás disciplinas, y en lo posible propiciar el debate interdi sciplin ari o. Normalmente
los problem as complicados de Derecho deben con siderar conceptos, elementos o datos
pro venientes de otras disciplinas (as pectos que muchos hombres de leyes suelen denomin ar
"as pectos técni cos" , como si el Derecho mismo no tuvie se tambi én aspect os técni cos); y ya es
cada vez más cl aro , por ejemplo, que la economía no debe se r olvidada al mom ent o de
estudi ar las leyes relat ivas al comercio o a la actividad de las empresas; tampoco puede ser
olvidada la ingeniería al estudiar las leye s de aguas , mina s, con stru cción, etcétera.
En fin , y para recalcar la que podríamos ca lificar como la interdiciplinariedad esen ci al
para nosotr os, la mo ral , los principios que defi enden los hombres de bien , nue stra ent idad
biol ógic a, no pueden ser olvidados a la hora de eva luar las leyes y deci siones sociales
respecto de las per son as: su vida, su matrimonio. sus hijos , y dem ás tem as qu e. bajo nue stro
prisma va lórico, tan fre cuente y fuertemente defendemos de sde esta Universidad .

AL EJANDR O V ERG ARA BL ANCO


Dir ector

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