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FILOSOFÍA TRANSPERSONAL
Y
EDUCACIÓN TRANSRACIONAL
Amador Martos
© Amador Martos
5374-3
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PREÁMBULO METODOLÓGICO
1 - Exposició n de motivos................................................................................15
2 - Sinopsis de la investigació n......................................................................17
2.1 El problema histó rico................................................................................17
2.2 El problema social y epistemoló gico..................................................17
2.3 El problema hermené utico.................................................................18
2.4 Integració n y evolució n paradigmá tica.............................................18
3 - Objetivo de la investigació n:
La síntesis de saberes mediante la intuició n espiritual................19
Primera parte:
Segunda parte:
ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA
5 - El abismo cultural de Occidente es un abismo de conciencia . 71
5-1 La naturaleza es mental: vuelta a Platón..........................................71
5-2 El lú cido misticismo plató nico...........................................................76
6 - La conciencia como problema histó rico............................................81
6.1 El contexto filosó fico y científico..........................................................81
6.2 El misticismo contemplativo..................................................................85
6.3 El despertar espiritual: la conciencia transpersonal................87
6.4 ¿Hacia dó nde evoluciona la humanidad?......................................89
7- ¿Qué es la metafísica?.................................................................................. 93
Tercera parte:
LA CUESTIÓN EPISTEMOLÓGICA
17 - Una educació n para una sociedad visió n-ló gico informá tica157
18 - La educació n como misió n espiritual.........................................159
19 - Un nuevo paradigma educativo......................................................161
20 - Un nuevo paradigma de conocimiento:
La educación cuántica....................................................................................167
21 - La filosofía transpersonal como asignatura educativa.............173
22 - Una educació n transracional..............................................................175
23 - La síntesis de saberes mediante la intuició n espiritual..........179
NOTAS.................................................................................................................... 183
BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................... 259
ANEXO 1:
ANEXO 3:
ANEXO 4:
Resumen y aportaciones a:
La educación cuántica.
Un nuevo paradigma de conocimiento.
METODOLÓGICO
1 - Exposición de motivos
TEORÍA DE LA CULTURA
LA CUESTIÓN ÉTICA
1 - Platón: el camino ascendente
es el camino descendente
ANTROPOLOGÍA
FILOSÓFICA
5 - El abismo cultural de Occidente
es un abismo de conciencia
LA CUESTIÓN
EPISTEMOLÓGICA
8 - Dos modos de saber:
racionalidad versus espiritualidad
8.1 No dualidad
CUESTIÓN DE SENTIDO
17 - Una educación para una sociedad
visión-lógico informática
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/09/23/ciencia/13167820
32.html)
(17) Herá clito de É feso fue un filó sofo griego. Nació hacia el añ o
535 a. C. y falleció hacia el 484 a. C. Era natural de É feso, ciudad
de la Jonia, en la costa occidental del Asia Menor (actual Turquía).
Como los demá s filó sofos anteriores a Plató n, no quedan má s que
fragmentos de sus obras, y en gran parte se conocen sus aportes
gracias a testimonios posteriores. Herá clito afirma que el
fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente deviene y
todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y
destrucció n al que nada escapa: se refiere al movimiento y cambio
constante en el que se encuentra el mundo. Esta permanente
movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicció n está en el origen de todas las cosas. Todo este fluir
está regido por una ley que é l denomina Logos. Este Logos no solo
rige el devenir del mundo, sino que le habla al hombre, aunque la
mayoría de las personas “no sabe escuchar ni hablar”. El orden real
coincide con el orden de la razó n, una “armonía invisible, mejor que
la visible”, aunque Herá clito se lamenta de que la mayoría de las
personas viva relegada a su propio mundo, incapaces de ver el real.
Si bien Herá clito no desprecia el uso de los sentidos (como Plató n)
y los cree indispensables para comprender la realidad, sostiene que
con ellos no basta y que es igualmente necesario el uso de la
inteligencia. Era conocido como “el Oscuro”, por su expresió n
lapidaria y enigmá tica. Ha pasado a la historia como el modelo de
la afirmació n del devenir y del pensamiento dialé ctico. Su filosofía
se basa en la tesis del flujo universal de los seres: todo fluye. Los
dos pilares de la filosofía de Herá clito son: el devenir perpetuo y la
lucha de opuestos. Ahora bien, el devenir no es irracional, ya que el
logos, la razó n universal, lo rige: “Todo surge conforme a medida y
conforme a medida se extingue”. El hombre puede descubrir este
logos en su propio interior, pues el logos es comú n e inmanente al
hombre y a las cosas.
(18) El término “hermenéutica” significa “interpretar”,
“esclarecer” y “traducir”, es decir, cuando alguna cosa se vuelve
comprensible o lleva a la comprensió n, un objetivo pretendido por
La educación cuántica (Martos, 2015a) mediante un revisionismo de
la historia del pensamiento, y cuya conclusió n es que la
humanidad ha tocado fondo en su dialéctica materialista y necesita
urgentemente repensarse a sí misma mediante la filosofía
transpersonal, convirtiéndose esta en un fundamento
epistemoló gico para un nuevo paradigma de conocimiento
integrador de la filosofía con la espiritualidad. La filosofía
transpersonal es una disciplina que estudia la espiritualidad y su
relació n con la ciencia así como los estudios de la conciencia. El
filó sofo Ken Wilber es un emblemá tico representante del
movimiento transpersonal que surge del encuentro entre la
psicología occidental (en particular de las escuelas psicoanalíticas,
junguiana, humanista y existencial) y las tradiciones
contemplativas de Oriente (en especial el budismo zen, el taoísmo y
el hinduismo).
interior exterior
SI SD
II ID
(32) Por primera vez se reú nen en un libro (Wilber, 2013) los
escritos místicos de los científicos má s eminentes de nuestra era,
los padres fundadores de la Relatividad y de la Física Cuá ntica.
Todos ellos, con un lenguaje asequible y ajeno a la terminología
té cnica, expresan su convicció n de que la física y la mística, de
alguna manera, son complementarias.
Ciertamente, el autor de la compilació n, Ken Wilber, nos
previene contra la ya abusiva tendencia a ligar la suerte de la
mística con el nuevo paradigma de la ciencia. Son cosas diferentes
que, precisamente en tanto que diferentes, pueden convivir. Pero
queda intacta una pregunta: ¿qué fue lo que llevó a científicos tan
diversos a compartir una visió n mística de la realidad? Ello es que
Heisenberg, Schroedinger, Einstein, Jeans, Planck, Pauli,
Eddington, todos, sin excepció n, acabaron teniendo una concepció n
trascendente del mundo donde la dualidad entre materia y espíritu
quedaba sobrepasada. Y que esta concepció n les vino como remate
de una postura crítica y no irracional.
Nos encontramos, pues, ante el aspecto má s hondo y
apasionante de la ciencia de nuestro tiempo. La aventura
intelectual má s fascinante contada por sus protagonistas má s
preclaros.
Amador Martos
Asociació n de Filosofía Prá ctica de Cataluñ a
Tarragona, Españ a
Resumen
El mándala epistemológico
y los nuevos paradigmas
de la humanidad
Amador Martos
Asociació n de Filosofía Prá ctica de Cataluñ a
Tarragona, Españ a
Resumen
El camino ascendente
hacia la sabiduría
PLOTINO AUROBINDO
(10) Herá clito de É feso fue un filó sofo griego. Nació hacia el
añ o 535 a. C. y falleció hacia el 484 a. C. Era natural de É feso,
ciudad de la Jonia, en la costa occidental del Asia
Menor (actual Turquía). Como los demá s filó sofos anteriores
a Plató n, no quedan má s que fragmentos de sus obras, y en gran
parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.
Herá clito afirma que el fundamento de todo está en el cambio
incesante. El ente deviene y todo se transforma en un proceso de
continuo nacimiento y destrucció n al que nada escapa: se refiere al
movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo.
Esta permanente movilidad se fundamenta en una estructura de
contrarios. La contradicció n está en el origen de todas las cosas.
Todo este fluir está regido por una ley que é l denomina Logos.
Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla al
hombre, aunque la mayoría de las personas “no sabe escuchar ni
hablar”. El orden real coincide con el orden de la razó n, una
“armonía invisible, mejor que la visible”, aunque Herá clito se
lamenta de que la mayoría de las personas viva relegada a su
propio mundo, incapaces de ver el real. Si bien Herá clito no
desprecia el uso de los sentidos (como Plató n) y los cree
indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos
no basta y que es igualmente necesario el uso de la inteligencia.
Era conocido como “el Oscuro”, por su expresió n lapidaria y
enigmá tica. Ha pasado a la historia como el modelo de la
afirmació n del devenir y del pensamiento dialé ctico. Su filosofía se
basa en la tesis del flujo universal de los seres: todo fluye. Los dos
pilares de la filosofía de Herá clito son: el devenir perpetuo y la
lucha de opuestos. Ahora bien, el devenir no es irracional, ya que el
logos, la razó n universal, lo rige: “Todo surge conforme a medida y
conforme a medida se extingue”. El hombre puede descubrir este
logos en su propio interior, pues el logos es comú n e inmanente al
hombre y a las cosas.
Resumen y aportaciones a:
La educación cuántica.
Un nuevo paradigma de conocimiento.
Autora:
Gemma Rodríguez Muñoz
3 Íbid.p.53-54.
hará n un poco má s libres, ya que no será n totalmente
ignorantes. Algo sabrá n, sabrá n cosas importantes, datos,
fechas, fó rmulas, ideas...Y eso, desgraciadamente, no les
hará má s sabios, pero les hará má s adaptables. Ya se está n
adaptando desde el momento en que acceden a escuchar y
callar.
Me pregunto dó nde está la voz de los alumnos en todo
esto, y me río de mi misma conforme enuncio la pregunta: si
la educació n no puede ejercerse al margen del poder político,
lo ú nico que hacemos los docentes es reproducir el esquema,
ya que la educació n misma no puede hacerse al margen del
poder del docente. El esquema dual se vuelve a reproducir.
Un poder que a los docentes ya no se nos puede adjudicar
como legítimo en la medida en que nuestro papel como
portadores del saber está agotado: el guía, el maestro que
escucha y atiende a los ritmos del alumno, el que se inquieta
con é l, el que conmueve y se conmueve en un intercambio
profundo (y produce, con ello, un movimiento) debe abrirse
paso. Lo inauté ntico de la educació n se funda en esta
relació n impropia con un ser que ya está caduco: un ego
fragmentado, reproductor de los mecanismos supeditados a
los poderes fá cticos.
Lo especial de la educació n reposa precisamente en que
rebosa los límites de toda facticidad empíricamente
demostrable y mesurable. Por mucho que queramos
cuantificar las experiencias y encasillarlas en los
hegemó nicos paradigmas psicoló gicos cognitivo-
conductuales, hay autores que, aun sin entrar en el propio
mundo de la física subató mica (como nos propone el autor de
este libro) han anunciado en nuestra era la necesidad de la
recuperació n de otros modelos educativos que no se
redujesen a los mecanismos dicotó micos tradicionales
(sujeto-objeto, emisor-receptor, amo-esclavo, consciente-
inconsciente,...).
Inmersos en la era de los avances digitales, el
conocimiento no puede seguir situá ndose en un supuesto
lugar divino al que los ignorantes deben acceder para emitir
copias de sus contenidos, al modo de los copistas medievales
o en una dialéctica plató nica que condensaría en la cú spide
de su consecució n el eureka definitivo4. Las formas de
transmisió n evolucionan y con ello las conciencias y las
formas mismas de entenderlas, siendo absurdo anquilosarse
en los esquemas emisor-receptor y en los interminables
procesos de evaluació n que nos remiten a una reproducció n
de los esquemas ego-cé ntricos. Si, como nos recuerda
Amador Martos, el esquema kantiano aú n no ha sido
superado5, se hace necesario un nuevo modelo de
comprender la intersubjetividad y es a este respecto donde la
física cuá ntica parece alumbrarnos. La integració n de las
esferas kantianas sigue y seguirá fracasando hasta que
seamos capaces de integrar en el tejido social nuevas formas
de comunicar y de relacionarnos. Esto ú ltimo, a su vez,
depende profundamente de la idea que tengamos de los
otros, esto es, de la forma en que experimentemos las
conciencias ajenas. Sin duda, este cambio en la forma de
experimentació n de la intersubjetividad puede nutrirse de la
propuesta cuá ntica y es aquí donde también entra en juego
la funció n de la filosofía.
6 Íbid. p.189.
La psicología ha jugado un papel crucial en las
explicaciones que conciernen a la educació n y, por ello, no es
extrañ o que en sus presupuestos má s bá sicos se haya
impregnado de esa racionalidad científica que no termina de
desprenderse de los modelos sujeto-objeto, pensamiento-
realidad, esencia-apariencia... La comprensió n de la
conciencia que sostiene la psicología cognitivo conductual
dominante es egocé ntrica en el sentido má s primitivo de la
palabra: pone al ego en el centro de la investigació n,
primando el peso de la parte racional de nuestros seres en la
explicació n de nuestra psique. La nueva pedagogía ha de
llevarse a cabo desde una destrucció n de la idea de sujeto y
de individualidad moderno y debe hacerse eco de que, má s
allá de las visiones fragmentadas de la postmodernidad,
existe un “sujeto global” cuya supervivencia pasa por la
asunció n colectiva de valores universales perennes. El papel
de la filosofía en la construcció n de una pedagogía renovada
es, en este sentido, fundamental: los supuestos de la filosofía
perenne han de alumbrar el discurso científico y despojarlo
de toda referencia al egocentrismo. Pero ¿có mo podría la
filosofía abordar tal tarea y en qué podría consistir esta
nueva pedagogía? Nada má s complejo que lo simple: la
respuesta está en el amor. La filosofía es el saber del amor
por excelencia y ama precisamente aquello que puede
hacernos evolucionar como especie hacia un “nosotros”
superado: la filosofía ama los pensamientos. En las aulas,
invitar a pensar ha sido una prá ctica muy en desuso durante
demasiado tiempo: la autonomía del alumno se elimina como
objetivo deseable. Desgraciadamente, y como ya dijera Kant,
solo la autonomía puede darnos una mayoría de edad
aceptable.
El método científico se auto-limita, de este modo, sin la
alianza con el trascendental. La filosofía transpersonal, en
este sentido, aporta la posibilidad de aunar los presupuestos
de la filosofía perenne y los principios del método científico.
La utilidad de la filosofía a este respecto se pone de
manifiesto en prá cticas como el asesoramiento filosó fico,
metodologías de filosofía para niñ os, gabinetes de
asesoramiento... El planteamiento transpersonal, como una
ciencia de la conciencia, ofrece herramientas para hermanar
lo mejor de ambos métodos y, con ello, conseguir una
pedagogía renovada acorde con la necesidad de superació n
del egoísmo colectivo. Las políticas pú blicas en materia de
educació n tienen, en este momento en Españ a má s que
nunca, el deber de fomentar y sostener prá cticas educativas
acordes a todo aquello que sabemos sobre nosotros como
especie: una educació n holística e integral se hace cada vez
má s necesaria para la libertad y la autonomía de las
conciencias.
Los proyectos llevados a cabo por las escuelas activas son
una esperanza al respecto: las metodologías por proyectos,
alejadas del ritmo evaluativo de los exá menes y la repetició n
memorística, fomentan la intersubjetividad como un proceso
saludable en la bú squeda compartida del conocimiento. Esta
bú squeda compartida, en la que el aula o grupo de trabajo
deviene una comunidad de diá logo, es de suma importancia
ya que los modos de obtener conocimiento condicionan
enormemente los resultados. Las experiencias de aprendizaje
bajo niveles reducidos de estré s, implicació n emocional con
los otros, fijació n de objetivos de investigació n a corto y largo
plazo, inclusió n de prá cticas simbó licas cotidianas mediante
el juego... Muchísimas son las pedagogías que nos
demuestran que:
-Aquello que se experimenta como agradable es má s
fá cilmente asimilado.
-Aquello por lo que generamos una inquietud o tendencia
espontá nea incita un mayor grado de motivació n en
nosotros.
-Las experiencias cognitivas que hacen protagonista al
alumno (y no al profesor o al examen…) son má s
enriquecedoras en el fortalecimiento de la autonomía.
-La investigació n es uno de los procesos naturales de
aprendizaje que poseemos como especie.
-La comunidad de diá logo e investigació n conjunta es
igualmente fundamental en el aprendizaje humano.
Como Amador comenta en su libro, la transició n hacia
estos modos de entender la educació n se lleva a cabo
actualmente en el seno de colectivos, asociaciones y
proyectos que, aunque minoritarios en muchos casos,
deciden apostar por modelos menos rígidos en los que la
experiencia educativa parta de la propia naturaleza del ser
humano: el amor al saber. Si los filó sofos y científicos tienen
como cometido desentrañ ar el Ser, no es menos cierto que
nuestro cometido particular como personas es habérnoslas
con nuestro ser y con el de nuestros semejantes. En este
sentido, el augurio de Amador Martos en su diná mica espiral
no puede ser menos que acertado: un futuro en el que la
racionalidad espiritual emerja como consecuencia de que las
conciencias particulares se han descubierto y reconocido
como partes de un todo mayor.
3 - La conciencia mística:
ser uno con el universo
7 Íbid, p. 216.
misma cosa”8. Pero, pregunté monos en este punto, ¿qué
consecuencias efectivas pueden tener estas teorías en el
panorama educativo? Educar desde un planteamiento que
presuponga esta unicidad del todo y que tenga en cuenta los
avances de una ciencia que cada vez má s vuelve la mirada
sobre presupuestos pertenecientes a la filosofía perenne se
hace urgente ya que, si tomá ramos conciencia de este
racionalismo espiritual, nos encontraríamos un paso má s
cerca de alcanzar uno de los cometidos fundamentales de
cualquier filosofía de la conciencia o reflexió n mística:
desentrañ ar qué papel juega en la especie el conocimiento
que esta alcanza sobre sí misma. Y es que dar un sentido a la
existencia individual y colectiva es uno de los supuestos
inherentes a cualquier pedagogía que se pretenda
regeneracionista y a la altura de las circunstancias. Por otra
parte, nuestra dotació n de sentido individual no es posible al
margen de un sentido colectivo, como nos recuerda una de
las tesis má s bá sicas de la política Aristoté lica.
La filosofía prá ctica se ha ocupado tradicionalmente de
sacar a la palestra la pregunta por la felicidad y el bienestar
individual y colectivo. Si tenemos esto en cuenta, es evidente
que un sistema educativo que destierre la posibilidad de
armonizar el conocimiento humanístico con los avances
neurocientíficos está desechando de entrada la potencialidad
de establecer una auté ntica comprensió n del sentido de la
existencia, nuestra posició n en el universo y, lo que es má s
importante, de las enormes capacidades de transformació n
que el pensamiento posee como parte de la realidad que é l
mismo conforma. Y es que el bienestar individual y colectivo
pasa por una regeneració n consciente de la humanidad a la
luz de la unió n de estos paradigmas (espiritual y científico).
Una concepció n trascendente de la realidad donde la
dualidad mente-materia quede superada transformaría
radicalmente los presupuestos sobre los que se asienta
nuestra forma de educar, ya que eliminaría la distancia entre
las conciencias individuales y aquello que hoy comú nmente
llamamos “contenidos educativos”. Los contenidos ya no
8 Íbid, p. 204.
podrían entenderse má s como objetivos externos al
estudiante, sino como parte de su propio proceso evolutivo.
La falta de motivació n es uno de los problemas má s
frecuentes entre el alumnado: ven como lejano y externo lo
que se les trata de enseñ ar cada día en el aula, y no es
extrañ o que así sea desde el momento en que el conocimiento
se presenta al alumno como un constructo ya conformado en
cuyo proceso de constitució n no ha habido ningú n tipo de
interacció n creativa con é l. Los alumnos son meros
espectadores externos de su propio proceso de conocimiento,
receptores de un esquema mental calcado del exterior9.
¿Có mo no habría de sentirse alguien desmotivado con algo
tan alienante en su día a día como es el hecho de que otro te
cuente có mo es la realidad?
10 Íbid. p.25.
segú n un esquema post-industrial que debe asegurar la
formació n de mano de obra ú til para el mercado laboral, sin
priorizar el derecho a la experiencia de la educació n como un
todo constructivo en sí mismo, como un camino que no se
agota ni se limita a las calificaciones ni los expedientes.
La integració n de las tres esferas kantianas (ciencia,
moralidad y arte) debe ser una realidad educativa cada vez
má s plausible si deseamos contribuir a un entendimiento
mutuo entre los seres y asentar las bases para un futuro
donde la solidaridad social sea una realidad. Esta debe ser la
vivencia primordial que se ha de hacer sentir al estudiante:
su propio proceso constituye una realidad por conformar,
plural, abierta a sus necesidades, allí donde é l es el
verdadero protagonista de su vida. El sujeto debe poder tener
las herramientas para apropiarse de algo que por derecho le
pertenece: su propia capacidad de interrelacionarse consigo
mismo, con los otros y con el todo. Si fué ramos capaces de
entender los currículos educativos a la luz de los
presupuestos má s bá sicos que rezan los derechos humanos,
comprenderíamos que todavía no hemos entendido mucho
sobre educació n.
La filosofía puede adjudicarse sin lugar a dudas el papel
que le es otorgado en “La educació n cuá ntica”, ya que no
puede haber mejor mediador entre la ciencia y la
espiritualidad que la reflexió n filosó fica. El no dogmatismo de
la filosofía debería ser transversal a cualquier proceso
educativo ya que solo en condiciones de libertad crítica
podemos adquirir un conocimiento realmente valioso.
Paradó jicamente, solo un conocimiento valioso puede
hacernos verdaderamente libres.
Me gustaría terminar esta valoració n recordando unas
palabras de M. Onfray que siempre me acompañ an cuando
pienso en mi tarea docente. En su libro Antimanual de
Filosofía (un revulsivo fundamental para cualquiera que
quiera hacer de la filosofía un ejercicio constructivo en el
aula), Onfray se despide de sus alumnos con estas palabras:
He querido que este curso haya sido una ocasió n
para presentaros una lectura crítica del mundo, que
os permita un pensamiento diferente y alternativo.
Este deseo crítico tiene un objetivo má s elevado:
permitir que a partir de una comprensió n má s clara
de lo que os rodea podá is encontrar un sentido para
vuestra existencia, y un proyecto para vuestra vida,
libre de las obsesiones modernas: el dinero, la fama,
las apariencias, la superficialidad11.
No se me ocurre una despedida mejor para mis alumnos y
para este escrito. Es momento de educar desde otra mirada,
quizá s má s transversal y empá tica, desde la que poder
superar el panó ptico educativo.
Capitalismo y conciencia
Podemos
Crónica de un renacimiento
La educación cuántica
Un nuevo paradigma de conocimiento