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DESARROLLO
Los tubos de rayos catódicos de los televisores o TRCs operan con la emisión de
un haz de electrones, los que, atraídos por la alta tensión, producen un punto
luminoso en la pantalla. Los cátodos de estos tubos están recubiertos con una
sustancia alcalina que posee muchos electrones libres que al ser calentados
producen la "nube electrónica" responsable de los innumerables electrones
acelerados por el cañón hasta la pantalla. La diferencia entre los viejos tubos
blanco y negro con los modernos a color se basa en la parte constructiva que, en
lo que a emisión se refiere, posee tres cátodos y precisa una tensión alta de
aceleración mucho mayor en el caso de los tubos de TV a color.
Con el tiempo, la sustancia que recubre los cátodos envejece, por lo que esta
importante parte del tubo va perdiendo su capacidad de emisión.
El cátodo del tubo está sometido a una tensión negativa de modo de formarse, por
calentamiento del filamento, una nube electrónica a su vuelta, denominada "carga
espacial".
Polarizando una grilla (la grilla control, por ejemplo), o el ánodo, con una tensión
positiva, los electrones son atraídos, produciéndose un haz electrónico.
Para un tubo débil, lo que se hace inicialmente es seleccionar una tensión algo
mayor que la normal, comenzando, por ejemplo, en 7V y dejando el aparato
conectado durante cierto tiempo (2 a 4 minutos).
En estas condiciones, se aplica vía X1, la tensión del secundario de alta tensión
entre la grilla de control del tubo y cada uno de los cátodos (R, G, B) o el que se
encuentre agotado.
Observe que la lectura de corriente, al accionarse S2, sólo debe hacerse sobre el
final de los ciclos de 2 a 4 minutos de calentamiento del filamento.
Los ciclos de 2 a 4 minutos para intentar llegar a la emisión máxima pueden variar
entre 3 y 5 veces.