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Grandes frases de Don Bosco

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Juan Melchor Bosco, mejor conocido como Don Bosco, nació en el seno de una
humilde familia de campesinos, el 16 de agosto de 1815 en Asti, Italia, hijo de
Francisco Bosco y Margarita Occhiena. En 1828 se trasladó a Moncucco para
realizar sus primeros estudios y en 1831 a Chieri (Turín) para continuar con sus
estudios secundarios.

Don Bosco comenzó a trabajar en diversos empleos para costearse los estudios y
fundó el movimiento juvenil «La Sociedad de la Alegría», donde fue maestro de
teatro.

En 1834 ingresó a la Orden Franciscana, siendo ordenado sacerdote en 1841 y


tiempo después fundó la Congregación de los Salesianos, una comunidad religiosa
con rama masculina y femenina, dedicada a la educación de los jóvenes.
Don Bosco fundó además el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora junto a
María Dominga Mazzarello, la Asociación de Salesianos Cooperadores, el Boletín
Salesiano y el Oratorio Salesiano.

Entre sus obras publicadas destacan «La fuerza de la buena educación» (1855),
«Fundamentos de la religión católica» (1872), «El joven preparado para la práctica
de sus deberes» (1874) y «El sistema preventivo» (1877).

En 1890 se abrió el proceso de beatificación y canonización de Don Bosco, siendo


proclamado beato en 1929 y Santo en 1934.

Don Bosco murió el 31 de enero de 1888 en Turín, Italia.

Algunas de las mejores frases y pensamientos de Don


Bosco
«Una hora ganada al amanecer es un tesoro por la tarde.»

«Templanza y trabajo son los dos mejores custodios de la virtud.»

«No basta saber las cosas, es necesario practicarlas.»

«Alegría, estudio y piedad: es el mejor programa para hacerte feliz y que más
beneficiará tu alma.»

«¡Mi mayor satisfacción es verte alegre!»

«Dios favorece al hombre alegre.»

«El dinero no puede satisfacer el corazón del hombre, sino el buen uso que de él se
hace, es esto lo que produce la verdadera satisfacción.»
«Para ejercer una influencia benéfica entre los niños, es indispensable participar de
sus alegrías.»

«La dulzura en el hablar, en el obrar y en reprender, lo gana todo y a todos.»

«¡Cuántas almas se pueden atraer con el buen ejemplo!»

«No basta amar a los niños, es preciso que ellos se den cuenta que son amados.»

«A los niños se hace mucho bien tratándolos siempre con amabilidad. Hay que
amarlos y estimarlos a todos por igual, aunque alguna que otra vez no lo
merezcan.»
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