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ECOLOGÍA DE MERCADO

men de problemas relativamente fáciles sobre la tierra y el desarrollo


Capítulo II
energético hasta las cuestiones más complejas de la cantidad y calidad
del agua. La evolución de los derechos sobre la tierra y el agua en la
frontera americana muestra cómo la creación de derechos de propie- REPENSAR LO QUE PENSAMOS
dad es una respuesta a situaciones de carestía. Las masivas reservas de
tierra para el dominio público impiden su marcha hacia la privatización
y a menudo subvencionan la destrucción del medio ambiente. Hay
pruebas convincentes de que la administración política de la tierra ig-
nora sus importantes valores recreativos y paisajísticos, y que hay aquí La mayor parte de las medidas sobre medio ambiente y recursos natu-
un potencial para alcanzar estos valores a través del mercado de una rales se han tomado a partir de la idea de que el mercado es el respon-
manera que promete respetar la armonía entre desarrollo y ecología. sable de la mala asignación de los medios y de la degradación del en-
La ecología de libre mercado se ha concentrado en el área de la políti- torno y de que los procesos políticos centralizados pueden solucionar
ca del agua, y mantiene su promesa de una asignación más eficiente y estos problemas. Por lo general, los fallos del mercado se atribuyen a
más aceptable para el medio ambiente de este escaso recurso. Si el decisiones privadas que no tienen en cuenta todos los costes y bene-
buen uso de la tierra constituye un problema «fácil» para la ecología de ficios, a la desigual fiabilidad de la información tanto de compradores
libre mercado, los problemas de contaminación son en cambio un como de vendedores, o a los monopolios que distorsionan los precios
' ' y la producción. 1 En esencia, los fallos del mercado se achacan a lagu-
desafío para el modelo. De todas formas, la utilización de este
paradigma de la ecología de libre mercado proporciona una clara ven- nas informativas, a incentivos inapropiados, o a ambas cosas. Para
taja para examinar los problemas de contaminación del aire, desde la contrarrestarlos, se concibe la planificación centralizada como un
lluvia ácida hasta el recalentamiento mundial. modo de obtener más información acerca de los costes y los benefi-
Al enfrentar nuestras atrincheradas ideas, podemos desbordar el cios sociales, con el propósito de maximizar el valor de los recursos
status qua del control político del medio ambiente y conceder liber- naturales. Las decisiones basadas en esta información agregada se
tad de acción a los empresarios respecto a los difíciles problemas a que supone que las toman administradores desinteresados cuyo único
tenemos que hacer frente. La enorme popularidad del Día de la Tierra objetivo es el aumento del bienestar social.
de 1990 demostró que había hecho grandes progresos la conciencia Los análisis económicos en general, y los análisis sobre recursos na-
ecológica de la población sobre el planeta. Sin embargo, la mayoría de turales en particular, han enfocado la política sobre recursos como si
las soluciones propuestas para dar a conocer los problemas medioam- existiera una asignación «socialmente eficiente» de los mismos que se
bientales apoyan planteamientos centralistas no compatibles con la alcanzaría cuando los gestores científicos acierten a comprender la
ciencia de la ecología. Más aún, estas soluciones enfrentan a ganado- importancia de las alternativas y las pongan en marcha. Se acepta, por
res y perdedores en un juego de suma cero que desgarra el tejido so- ejemplo, que los recursos de un bosque se administran para lograr «el
cial. El libre mercado ecologista depende de un intercambio volunta- mejor bien para el mayor número», a través de «múltiples» medidas», lle-
rio de los derechos de propiedad entre propietarios que dan su vadas a cabo por un «cuerpo de profesionales de élite». Cuando se de-
asentimiento, y promueve la cooperación y el compromiso. En resu-
men, este mercado ofrece una alternativa que canaliza la elevada con-
ciencia medioambiental hacia soluciones entre ganadores, mantiene el 1 Para un resumen de las críticas habituales al mercado de los recursos natu-

crecimiento económico, acrecienta la calidad del medio ambiente y rales, véase Charles Howe, Natural Resource Economics, John Wiley and Sons,
Nueva York 1979, p. 103.
fomenta la armonía.
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tectan problemas de gestión, se les atribuye a que hay «mala gente en duetos reflejan los deseos de los ciudadanos; los procesos políticos
el gobierno•, y la solución está en reemplazarlos por otros gerentes pueden suministrar demasiados bienes tales como armas nucleares o
mejor entrenados y mejor pagados. muy pocos del tipo de una buena calidad del sistema educativo. ~
Pero hay otro modo más realista de reflexionar sobre la política en los análisis de mercado, los análisis políticos debe.n centrarse ~
medioambiental y los recursos naturales. Esta alternativa reconoce y cómo los procesos políticos tienen en cuenta costes y beneficios para
subraya el coste de la coordinación de las acciones humanas. No se los ciudadanos y para sus agentes políticos de modo que no se mal-
admite que el coste de un contrato.sea cero o-que exista la competen- gasten los recursos.
cia perfecta. Por el contrario, para entender las medidas alternativas es A la hora de repensar la política sobre medio ambiente y recursos
preciso que especifiquemos los gastos de coordinación y que descu- naturales, hay dos hechos que deben tenerse en cuenta. Primero, .:.!..
bramos cuándo y por qué puede ocurrir que no funcionen. 2 problema de los incentivos en toda conducta humana_. Sea cual sea la
Este entramado analítico se aplica tanto a los mercados como a las calidad profesional de los administradores de los recursos, los incen-
medidas políticas. Si cada individuo viviese solo y sin contacto con tivos afectarán a su conducta. Guste o no, los individuos estarán tanto
nadie en una isla remota, no existirían costes de coordinación; pero en más dispuestos a emprender una actividad cuanto menores sean los
una sociedad compleja, cuyos miembros se benefician de las activida- gastos que genera; y este principio es aplicable tanto a los burócratas
des comerciales, deben regularse las relaciones interindividuales, y como a los dueños de empresas que intentan maximizar sus beneficios.
deben controlarse las acciones de cada uno respecto a los demás. En Todo el mundo acepta que los empresarios del sector privado quie-
una plaza de mercado, los consumidores tienen que indicar a los ran liberarse de los desechos que producen arrojándolos al arroyo más
oferentes la cantidad y calidad de los productos que desean y a qué cercano, si no tienen que pagar las consecuencias. Pero olvidamos
precio; los oferentes, a su vez, han de determinar qué bienes deben demasiado a menudo que también en el ruedo político se sigue esta
producir y qué combinaciones de inputs deben usar. Oferentes y de- misma conducta. Si un político no es personalmente responsable de
mandantes deben controlarse entre sí para garantizar que los produc- explotaciones petrolíferas en tierras federales o de vertidos peligrosos
tos sean entregados y pagados. En la medida en qu~ pueden estable- para el medio ambiente, podemos esperar demasiada explotación o
cerse y controlarse eficazmente las acciones, demandantes y ofertantes demasiados vertidos . Más aún, cuando los beneficiarios de esas me-
internalizarán costes y beneficios, se obtendrán ganancias y se lleg ará, didas no tienen que pagar el coste completo de las mismas, pedirán a
como producto derivado, a una asignación eficiente de los recursos. sus representantes políticos más petróleo o más vertidos.
Igualmente, los ciudadanos que demandan bienes y servicios al Segundo, los costes de información son positivos tanto en el sector
gobierno deben vigilar a los políticos y burócratas que se los propor- privado como en el público. Dada la escasez de recu!".s? s de nuestro
cionan. Del mismo modo que un consumidor descontento con los ali- mundo, sus gestores, sean públicos o privados, deben informarse del
mentos que compra en el supermercado, también un ciudadano que ; alor relativo de los usos alternativos. Si el uso de un recurso compite
no esté satisfecho con su representante político tiene experiencia del con otro deben hacerse transacciones. Los administradores sólo pue:
coste de medir y controlar la calidad de la oferta. No siempre los pro- '
den hacerlas basándose en la información que les llegue o en sus pro-
P.i; estimaciones. Si creen que la madera es más valiosa que un hábitat
natural sin duda talarán árboles . Los madereros deben conocer cuán-
'
2 to tardan en crecer los árboles bajo determinadas condiciones, pero no
Este sistema conceptual sobre el medio ambiente ha sido denominado Nue-
va Economía de los Recursos y fue formalmente debatido por primera vez por pueden saber cuánto cuesta el crecimiento sin incurrir en costes para
Terry L. Anderson, •New Resource Economics: Old Ideas and New Applications•, adquirir esa información. El mercado maderero proporciona informa-
Americanjournal ofAgricultura/ Economics, 64, diciembre 1982, pp. 928-34. ción acerca del valor de la madera entendida como un bien, pero ob-

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tener información acerca del valor de la vida salvaje y de los atractivos especificar las condiciones necesarias para un uso eficiente de los
del medio ambiente es más caro, puesto que esos mercados están bosques nacionales. El principio racional de semejantes modelos era
menos desarrollados. Los madereros privados de lnternational Paper, simplemente que si el valor adicional o marginal de un recurso es
por ejemplo, se han visto obligados a considerar el valor del hábitat mayor que el de otro, se mejora la asignación mediante el procedimien-
salvaje como un factor más en sus decisiones de producción, ya que to de redistribuir el recurso según su mejor valor. Este tipo de análisis
los precios les indicaban que los consumidores están dispuestos a in- nos enseña que hay muchos márgenes para el reajuste, y que son muy
vertir cada vez más en caza, campings y otras actividades recreativas pocas las decisiones de «todo o nada•. Si el agua puede dedicarse tan-
al aire libre. Los administradores públicos que «venden a precio rega- to a la pesca como al regadío, deben hacerse transacciones: la solución
lado• los servicios recreativos de las tierras públicas desconocen el no es lo uno o lo otro. El hecho simple es que ni la oferta ni la deman-
precio de esa información y, por tanto, tienen menos incentivos para da son insensibles a las modificaciones de los precios. Si los precios
reaccionar ante valores cambiantes. suben , los demandantes harán ajustes marginales a base de trasladar
Cuando los incentivos y la información son caros, la administración el consumo hacia los sustitutos más parecidos; los oferentes, por su
de los recursos se complica tanto que no resulta suficiente confiar sólo parte, harán sus propios ajustes sustituyendo ~us recursos y sus tec-
en las buenas intenciones. Incluso en el caso de que el superintendente nologías.
de los parques nacionales creyera que el hábitat de los osos grizzly es La lógica de este análisis, combinada con modelos y ordenadores
más valioso que zonas de acampada, sus buenas intenciones no bas- capaces de simular el uso de recursos, puede inducir a los analistas
tarían necesariamente para garantizar mayores hábitats a estos anima- políticos a creer que maximizar el valor de los recursos es una tarea
les. En una valoración política en que los intereses que apoyan la exis- sencilla . Desafortunadamente, en este caso, la lógica y la simplicidad
tencia de campamentos tienen más influencia en los presupuestos no son buenos guías, porque enmascaran los costes de información y
burocráticos, su paz y quietud, o su futura promoción, habrá que su- los incentivos. Consideremos el caso de los muchos usos de los bos-
peditar los incentivos para que el oso grizzly conserve su hábitat. Por ques nacionales, donde se supone que una administración científica
el contrario, si un propietario privado cree que el hábitat del oso grizzly debe elegir entre varias alternativas, como riqueza maderera, vida sal-
es más valioso, y que puede capitalizar este valor, las presiones políti- vaje, valores estéticos, calidad del agua, tiempo de ocio y otros usos,
cas carecerán de importancia. Más aún, si los que demandan el hábitat con el propósito de maximizar los valores forestales . Puesto que se
del oso grizzly están dispuestos a pagar más que los que demandan supone que los administradores no se mueven en función de sus pro-
campamentos, los incentivos y la información se refuerzan entre sí. No pios intereses, se espera que apliquen de forma imparcial teorías eco-
se puede analizar adecuadamente una gestión si no se presta la sufi- nómicas y métodos cuantitativos para lograr una asignación efectiva de
ciente atención a la información y a los incentivos con que se enfren- los recursos. Se supone que una administración científica, armada con
tan los agentes bajo disposiciones institucionales alternativas. los conceptos económicos del análisis marginal, es «siempre analítica ...
Siempre, el razonamiento económico, su estructura analítica ... , sus con-
clusiones se exponen en términos francos y directos al examen y la crí-
Gestión científica o economía sin precios tica de otros. Se busca, pues, de forma activa, la objetividad cientffi-
ca.•3
Durante años, los economistas han intentado usar técnicas de mode-
lo por ordenador para simular la distribución de recursos naturales a
través del mercado. El Servicio Forestal de Estados Unidos, por ejem- 3 Alan Randall, Resource Economics, Grid Publishing Company, Colombo,

plo, desarrolló el FORPLAN, un modelo simulado de bosque, para Ohio, 1981 , p. 36.

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Para aplicar análisis marginales a usos múltiples, quienes toman las Como herramientas analíticas, los modelos económicos se centran
decisiones deben atribuir valores a los márgenes relevantes. La admi- en la importancia de los ajustes marginales, pero no pueden instruir a
nistración científica da por supuesto que estos valores son conocidos los gestores acerca de las alternativas que se han de elegir o de los
y, además, que existe una solución eficiente. La persona responsable valores que se deben otorgar a un recurso. En ausencia de evaluacio-
de la decisión sólo debe adquirir la «correcta• información acerca del nes personales y subjetivas, las soluciones marginales derivadas de
valor de los recursos en cada uno de sus usos alternativos y reasignarlos eficientes y sofisticados modelos de maximización son ideales
hasta lograr igualdades marginales. La gestión se reduce simplemente inalcanzables. Por desgracia, se han estado usando estos modelos
al proceso de búsqueda de la asignación social óptima. Thomas Sowell como guías para que los administradores de los recursos supieran
ha captado la perspectiva económica tradicional de los recursos acer- cómo llevar a cabo asignaciones eficaces; de hecho, sólo podían pro-
ca de la información: porcionarles un modo de pensar acerca de las alternativas. Los gesto-
res argüían que esos modelos añadían sofisticación y autoridad a los
Dado que el conocimiento explícitamente articulado es especial y con- esfuerzos políticos de la administración pública, asignando precios en
centrado .. . la mejor gestión de las actividades sociales depende de un la sombra (es decir, precios que no son reales, sino imágenes de lo que
conocimiento especial de los pocos que guían las acciones de muchos ...
existiría si hubiese un mercado), que se deducirían y utilizarían en lu-
Junto a esto, se tiene a menudo la idea de que los intelectuales son
gar de los actuales procesos de mercado. El Forest Service y el Bureau
consejeros desinteresados ... 4
of Land Management, enamorados de estos modelos, creyeron que con
Si el conocimiento de los valores que se eligen mientras se renun- suficientes datos y el adecuado número de ordenadores sería posible
cia a otros fuese «especial y concentrado•, sería posible la gestión cien- formular sabios y eficientes planes de gestión. El economista forestal
tífica. Pero como F.A. Hayek ha señalado, Richard Behan afirmó que las acciones planificadas marcadas por el
Servicio Forestal e impuestas «con la fuerza de la ley pueden hacer que
el problema económico de la sociedad .. . no se reduce a la simple cues-
la planificación de los bosques sea racional, comprensiva y básicamen-
tión de cómo asignar unos •recursos dados•, si «dados• se entiende en
te perfecta.» 6 Pero con independencia de lo comprensivos o raciona-
el sentido de otorgados a una mente individual que, tras madura re-
flexión, resuelve el problema planteado por estos «datos•. Se trata, más
les que puedan ser, el hecho cierto es que estos modelos construidos
bien, del problema de cómo garantizar el mejor uso de unos recursos sobre análisis marginales siempre dependerán de los requisitos de la
conocidos por algunos de los miembros de la sociedad, para objetivos información.
de cuya importancia relativa sólo estos individuos tienen noticia. O, para El proceso de mercado genera información acerca de los valores
decirlo brevemente, es un problema de utilización de conocimientos subjetivos que losh o~bres atribuyen "á losrecursosalterñat ivos, utili-
que nadie posee en su totalidad. ' zados como compromisos individuales en los intercambios voluntarfos.
Las· ecisiones descentráliza astomadase n los mercadós son funda-
La información y el conocimiento verdaderamente necesarios para ele-
mentales, porque «prácticamente todos los individuos tiene11 alguna
gir alternativas basadas en una gestión científi~a- son subjetivos y sól;
v"entaja so bre los otros por el hecho de~que poseen alguna informa-
se r:,~velan a través de J3sisciones humanas. - -
ción en exclusiva sobre alguna posible utilización beneficiosa, pero una
utiyzación que sólo es posible si las decisiones que se toman cor~~!:. !

4
Thomas Sowell, A Conflict of Visions, William Morrow and Company, Nue-
va York 1987, p. 46.
' F.A. Hayek, «The Use of Knowledge in Society,, The American Economic 6 Richard W. Behan, •RPA/ NFMA-Time to Punt,,]ournal o/Forestry, 79, 1981 ,
Review, 35, septiembre 1945, pp. 519-20. p. 802.

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cargo de este individuo o son guiadas por él o dependen de su activa natural, se produce un coste de oportunidad asociado a esta
_cooperación.:.• Una vez que hayamos comprendido que la mayor par- reasignación. Los propietarios privados, interesados en maximizar el
te del conocimiento es fragmentario y disperso, «la coordinación sis- valor de sus recursos, deben tener en cuenta este coste al determinar
temática entre muchos reemplazará la sabiduría de unos pocos.» Los el «precio• del paraje. Por el contrario, el burócrata o el político, que
análisis económicos tradicionales han cometido el error de pasar por no son dueños del terreno, no afrontan todos los costes de oportuni-
alto este aspecto básico. La información necesaria para una asignación dad de sus decisiones. Tendrán en cuenta los valores olvidados sólo
«eficiente• de los recursos depende del conocimiento de las circunstan- si el proceso político se lo exige. Si admitimos que el proceso político
cias concretas de tiempo y lugar. 7 funciona perfectamente (el equivalente sería admitir que el mercado
La idea de una administración científica ha descarriado la normati- funciona perfectamente) , los poderes contrapuestos de las partes en-
va del sector público, porque ha ignorado los incentivos de los respon- frentadas internalizan costes y beneficios para los responsables de las
sables de las decisiones políticas. Los análisis económicos de los mer- decisiones.
cados se concentran en los incentivos que, bajo la forma de precios, Pero hay pocas razones para creer que el proceso político funcio-
d_eterminan los costes y los beneficios con que se enfrentan quienes na perfectamente, o al menos aceptablementP- bien. Puesto que polí-
toman las decisiones. Se dice que hay un fallo del mercado cuando no ticos y burócratas se ven recompensados si responden a los deseos de
s e obtiene ningún beneficio o los gastos son excesivos. La existencia los grupos de presión, no hay ninguna garantía de que se tendrán en
de estas externalidades o efectos sobre terceros significa o que se pro- cuenta los valores de los intereses desorganizados, aunque éstos sean
duce demasiado poco de un bien cuando no hay beneficios no capta- los de la mayoría de la población. Por ejemplo, una gran parte de los
dos, o que se produce con exceso en el caso de gastos desmesurados. ciudadanos norteamericanos pagarían marginalmente precios más al-
Puede ocurrir, por ejemplo, que un sistema de asignación privada del tos por productos derivados del petróleo a condición de que no se
agua no provea del caudal suficiente para la vida salvaje y para la cali- permita la extracción de petróleo en el Arctic National Wildlife Refuge
dad del medio ambiente porque los propietarios del agua no pueden (Refugio Nacional Ártico para Vida Salvaje). Dado que este coste sería
ca rgar tan fácilmente los gastos sobre ecologistas y medioambientalis- bajo para cada individuo y, en cambio, los costes de información y
tas, que se benefician de la existencia de corrientes de agua gratis. y acción son relativamente altos comparados con los beneficios, cada
existe tanta contaminación porque los empresarios no se ven obliga- persona se mantendrá razonablemente ignorante, es decir, no recibi-
dos a pagar el coste total de la recogida de desperdicios, de modo que rá información sobre el tema. Pero grupos organizados en favor de la
«sobreexplotan• aire y agua como si fuesen vertederos de basura. A conservación de la vida salvaje en la tundra originaria pueden conse-
menudo se aducen tanto la infra como la sobreproducción como con- guir paralizar las perforaciones petrolíferas en la zona. En la medida en
dición suficiente para que se ejerza un control político de la asignación que los que se benefician de la conservación de la vida salvaje no ten-
de los recursos. gan que pagar los costes de oportunidad de la renuncia a la produc-
Existe, de todos modos, una asimetría en el análisis de los merca- ción de energía, demandarán «demasiado• hábitat de vida salvaje. A falta
dos Y de los procesos políticos al no reconocer que el sector político de un proceso político perfecto, dependemos de buenas intenciones
actúa externa/izando los costes. Consideremos los argumentos que los para superar incentivos de los intereses especiales construidos dentro
agentes políticos aplican a la administración científica. Cuando se pro- de un sistema imperfecto. Y esto requiere una enorme dosis de fe.
híbe la explotación maderera de un terreno para dedi~ o a reserva El pensamiento tradicional acerca de los recursos naturales y de la
política sobre medio ambiente ignora el más básico de los dogmas
económicos: la cuestión de los incentivos. Los mercados con costes
7
Hayek, •The Use of Knowledge•, p . 80; Sowell, op. cit., p . 48. positivos por la eliminación de efectos sobre terceros han sido com-

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parados con los procesos políticos en los que se ignoran estos costes estructuran y proveen de información e incentivos al sector público,
o se supone que su valor es cero. Consideremos el enfoque de uno de los agentes económicos que actúan en el terreno práctico se muestran
los más influyentes manuales de economía sobre los recursos natura- a menudo sorprendidos y desorientados por el hecho de que las im-
les:
plicaciones de eficiencia de sus modelos sean ignoradas en el ruedo
... •el gobierno• es un agente aparte que actúa por el interés social cuan- político. En el sector privado hay eficiencia porque ésta influye en los
do la actividad de los individuos fracasa en la tarea de alcanzar el ópti- beneficios; en el sector público, precios e incentivos son a menudo
mo social... hemos discutido algunos de los límites de este enfoque, cosas muy diferentes. Los administradores de los recursos públicos
pero prescindimos de los detalles del proceso político. 8 eligen alternativas en términos de competencia política medida como
Cuando «prescindimos de los detalles del proceso político•, estamos cuantía del apoyo que les prestan los intereses especiales; en el mejor
ignorando incentivos inherentes al mismo. Daniel Bromley decía que de los casos, esta unidad de cuenta proporciona medidas imprecisas
las agencias gubernamentales son acerca de los valores subjetivos de los ciudadanos.
La estructura de los incentivos en el sector político es complicada,
políticamente responsables ante los ciudadanos a través del sistema
porque la lín~a básica dep~nde del proceso electoral, en el que ~ l tema
de ... elecciones y dirección ministerial. Cualquiera que sea la imperfec-
son los votos, no la eficiencia. Puesto que los votantes son razonable-
ción de este funcionamiento, lo presumible es que los deseos del total
de la ciudadanía estarán mejor atendidos de lo que lo estarían en el
mente ignorantes; puesto que los beneficios pueden concentrarse y los
caso de que se dejase toda la protección del medio ambiente en ma- costes diluirse, y puesto que los votantes individuales rara vez (y pro-
nos de unos pocos miembros de la sociedad dados a la filantropía. 9 bablemente nunca) influyen en el resultado final las elecciones, no son
muchas las razones que invitan a confiar en que las elecciones guíen
¿Pero por qué hemos de «presumir» que estarán mejor atendidos los
las decisiones políticas hacia la eficiencia del mismo modo que lo hace
deseos del total de los ciudadanos? ¿Y qué quiere decir «el total de la
la propiedad privada en el proceso del mercado.11
ciudadanía»? ¿Hay aquí un consentimiento unánime? ¿Es la mayoría lo
En el régimen de propiedad privada, beneficios y pérdidas miden
que constituye «el total de la ciudadanía» cuando el número de votan-
la calidad de las decisiones de los gestores y de administradores. Aun-
tes es tradicionalmente bajo? Bromley afirmaba que «las reclamaciones
que los accionistas de una gran compañía influyen poco en la toma de
de intercambios voluntarios se apoyan en la invocación de un cuerpo
decisiones, pueden observar la situación de los precios, leer los infor-
de teoría económica que no se explicita•, pero tampoco se explicita
mes anuales y medir según ellos la eficacia de la gestión. En otras pa-
mucho cuando «prescindimos de los detalles del proceso político• y se
labras, la propiedad privada proporciona a sus propietarios informa-
da por hecho que «los deseos del total de la ciudadanía estarán mejor
ción e i~centivos par~ mes!_ir la calida.9. En el sector públ~co, en cambio,
atendidos• en el proceso político. 10
faltan tanto la información como los incentivos. Las cifras de los pre-
Puesto que el pensamiento tradicional acerca de los recursos y de
supuestos anuales ofrecen información sobre los gastos, pero no iden-
la política medioambiental presta poca atención a las instituciones que
tifican a los responsables ni aclaran si las grandes líneas presupuesta-
rias son buenas o malas. Incluso cuando puede determinarse la
responsabilidad, no hay modo de que un ciudadano pueda «comprar
8
John M. Hartwick y Nancy D. Olewiler, The Economics of Natural Resource
Use, Harper and Row, Nueva York 1986, p. 18.
9
Daniel W. Bromley, Property Rights and the Environment: Natural Resource
Policy in Transition, Ministry for the Environment, Wellington, Nueva Zelanda, 11
Para una discusión más detallada , véase James Gwartneyy Richard Stroup,
1987, p. 55.
10 Economics: Prívate and Public Choice, Harcourt Brace &Jovanovich, Nueva York,
Ibídem, p. 54.
4. • ed., 1987, pp. 687-99.

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y vender cuotas, de gobierno. Más bien, los ciudadanos se mantienen Este sistema es muy útil para examinar las relaciones en el sector
razonablemente ignorantes en la mayoría de los aspectos de la políti- público en el que los ciudadanos «contratan• a políticos y burócratas
ca sobre asignación de recursos, y razonablemente informados acer- para producir bienes y servicios. Como mínimo, estas rel aciones ga-
ca de los temas que más directamente les afectan. La recompensa para rantizan al gobierno el monopolio del uso de la coerción, lo que le
los gestores políticos de los recursos no depende de la maximización permite hacer cumplir los contratos voluntarios entre individuos. Ade-
de su valor neto, sino de proporcionar a los votantes políticamente más, los ciudadanos pueden asignar a la Administración estatal el pa-
activos lo que deseen, sin preocuparse mucho por el gasto. Aunque pel de producción de aquellos bienes para los que la coerción es ne-
no se pueda afirmar con precisión qué es lo que los políticos y buró- cesaria, porque los costes de medida y vigilancia de las transacciones
cratas maximizan, está claro que no es la eficiencia su principal objeti- voluntarias son prohibitivos. Por ejemplo, si el intento de prohibir la
vo. Si los gestores de los recursos públicos se atienen a los principios pesca gratis en una determinada zona o en un río genera costes ele-
de la economía tradicional sobre recursos naturales, se debe a que hay vados, el sector privado tendrá pocos incentivos para promover este
personas (gestores profesionales) honradas, buenas y sinceramente deporte. Se afirma que el fallo del mercado tiene como consecuencia
preocupadas por el bien público. Ha sido probablemente Anthony la infraproducción de estos «bienes públicos•. Usando el poder coer-
Fisher quien nos ha proporcionado la mejor síntesis del problema: citivo del gobierno para cobrar a todos los ciudadanos (o por lo me-
Ya hemos abandonado la idea de una batería completa ele mercados nos a los pescadores), el problema queda resuelto. Por desgracia, esta
competitivos ... Pero si ahora abandonamos también la idea ele un pla- solución provoca un nuevo problema: ¿Cómo pueden los ciudadanos
nificador perfecto, no está claro, a mi parecer, que sea el gobierno el estar seguros de que el gobierno produce la cantidad deseada de bie-
que mejor lo hace . Aparte de la cuestión de la motivación de los plani- nes públicos? Así, el dilema fundamental de la política económica es :
ficadores para comportarse según nuestros modelos y para asignar los una vez que el Estado tiene el poder coercitivo para hacer lo que no
recursos con eficacia, está el problema de su capacidad para hacerlo .12 se hace voluntariamente (es decir, lo que no hace el mercado), ¿cómo
Sin información y sin incentivos, la gestión científica se convierte en evitar que este poder sea usurpado por intereses particulares?
una economía sin precios . Son dos al menos las variables importantes que intervienen en la
solución de este problema. Primero, la complejidad de los bienes de
los que hablamos está en relación directa con la habilidad de los con-
Entender correctamente los incentivos sumidores o de los ciudadanos para calibrar la actuación de los pro-
veedores. En el caso de que las tierras administradas por el sector pú-
La necesidad de obtener beneficios en las transacciones del mercado blico se dedicasen a la producción maderera, se trataría simplemente
ob1iga a cada parte contratante a medir y vigilar las actividades del otro. de medir los pies de tabla producidos; pero si esas tierras se dedican
Si los individuos fueran autosuficientes, estos costes desaparecerían, a «múltiples usos•, resulta mucho más difícil determinar cuánto se
pero también desaparecerían los beneficios de la especialización y de aproximan los resultados obtenidos a los deseados. Bienes tales como
los intercambios. Por lo tanto, el problema al que nos enfrentamos es la calidad medioambiental, la ges.tión de los riesgos, la conservación
el de contrapesar los beneficios de la especialización con los costes de del suelo, el patrimonio nacional o la importancia de las tierras vírge-
control y vigilancia de los actos de aquellos con quienes negociamos . nes son de muy difícil evaluación.
El segundo factor determinante es el coste de controlar a los agen-
tes políticos que proveen de bienes públicos, coste que está directa-
12
Anthony C. Fisher, Resource and Environmental Economics, Cambridge mente relacionado con la proximidad en el tiempo y en el espacio del
University Press, Cambridge 1981 , p. 54. agente respecto a los ciudadanos. Controlar el comportamiento de una

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oficina local es menos costoso que controlar los actos del director del didas y las ganancias. Si un accionista quiere saber cómo se lleva la
National Park Service. Además, antes de que hubiese teléfonos y or- ad ministración y gerencia de su firma, puede al menos consultar los
denadores, el control del comportamiento de los agentes resultaba más informes de gastos e ingresos. No es una medida exacta de la calidad,
caro porque las comunicaciones exigían mucho tiempo. Una prensa pero continuas pérdidas sugerirían al menos que los resultados obte-
libre y el libre acceso a la información gubernamental reducen estos nidos no son los deseados. Esto indica al accionista que debería con-
costes. Por otra parte, la multiplicidad de decisiones tomadas a diferen- siderar la posibilidad de cambiar de directores capaces de lanzar el
tes niveles de gobierno y el gran número de electores representados producto a un precio más bajo o de buscar otros mercados para los
por cada agente político aumenta los gastos de control. productos. Comparado con el sector público, donde no se fijan pre-
Dado que también en las transacciones de mercado existe este mis- cios para los outputs gubernamentales y donde la calidad de la agen-
mo tipo de gastos, debemos completar el análisis comparando los gas- cia no se mide según esta base, los beneficios y pérdidas proporcio-
tos de medida y vigilancia del sector privado con los del público. En nan en el sector privado información con la que los propietarios
todas las transacciones de mercado tanto compradores como vende- pueden medir el rendimiento de sus agentes.
dores iñrurren ñecesariamente en gastos de mP.dida y control. El com- En segundo lugar, el sector público y elpriva_d o difieren en el gra:
prador tiene que ponderar el valor de un producto en térmi~oscuan- do e n que los gastos de medida y control son soportados por los d_e-
titativos y cualitativos y comparar su valor con otros bienes alterñativos . 1ñ andantes de los bienes.-En el modelo político, son los votantes los
~l vendedor debe controlar la producción y buscar mecanismos que qÜe determinan en definitiva quiénes serán los oferentes. Con el fin de
impidan que compradores potenciales disfruten de los beneficios de adoptar decisiones correctas, los votantes reciben información acerca
u:_i bien sin haberlos pagado. Por ejemplo, el cazador que compra de las diferentes candidaturas o de los asuntos sometidos a referéndum
derechos de caza previamente debe analizar el valor del disfrute de la y votan basándose en esa información. Si un individuo invierte un gran
caza e n relación con otras oportunidades. El vendedor debe determi- esfuerzo en estar informado y vota a lo que es mejor para la sociedad,
nar si le conviene aumentar las oportunidades cinegéticas y si, en or- presta un servicio a todos los ciudadanos. Si el votante no está bien
den a aumentar sus beneficios, puede conseguir que los cazadores que informado y vota por opciones que perjudican al resto de la sociedad,
se niegan a pagar los derechos (es decir, que cazan ilegalmente) abo- el coste se distribuye entre todos los votantes . En otras palabras, 1~
nen la cuota correspondientes. Si los costes son bastante altos, tanto votantes bien informados producen el clásico bien público; sin embar-
para vendedores como compradores, se reducirá la ganancia neta go, y como en c~alql!ier bien público, es de esperar que los votantes
potencial y tal vez no se concluyan las compraventas. inviertan demasiado poco en estar bien informados, manteniéndose
J:!ay, con todo, tres características importantes en las transacciones «razonablemente ignorantes». Por el contrario, los consumidores del
del sector privado que tienden a reducir los costes. En primer lugar, sector rivado soportan los ga~ s que requ~ere una adecu~da inf~~
lo s cos"res de medida están muy reducidos en estastri ~saccion;;-s a tra- mación, recogen los beneficios resultantes de las buenas elecciones y_
vés de 1~ precios. Los precios proporcionan condensada y valiosa se enfrentan a las pérdidas de las malas. Cuando un terrateniente con-
i~forp ación, q~e permitea los consumidores comparar y agregar trata un administrador para cuidar un bosque, se informará sobre sus
inp2 ts y outputs. Si falta-la información que proporcionan los precios habilidades y vigilará su comportamiento. Si el terrateniente no afron-
y que transforma los valores subjetivos en medidas objetivas, resulta ta ninguno de esos gastos y contrata un mal administrador, tendrá que
difícil comparar el valor de los usos alternativos de los recursos. Dado pagar directamente las consecuencias. Si paga los costes y mejora la
que no se ha calculado el precio de muchos de los bienes y servicios calidad de la administración, se internalizan sus beneficios bajo la for-
públicos, los costes de las transacciones son más altos en este sector. ma de mayores ganancias. Es la clara asignación de esos ben~ficios Y
Los precios permiten, pues, medir la eficiencia a través de las pér- pérdidas lo que distingue al se~tor privado del públiS<?..:

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ECOLOGÍA DE MERCADO REPENSAR LO QUE PENSAMOS

En tercer lugar, las relaciones del sector privado difieren de las del concisamente especificadas y, por lo tanto, deben ser mensurables. Por
público en términos de costes de elección de proveedores alternativ~ ejemplo, el sistema de relevamiento rectangular nos permite definir los
En el sector político, si un ciudadano cree que no recibe del gobierno derechos de propiedad de la tierra y clarificar las disputas sobre su
los bienes y servicios que desea, puede intentar inclinar los votos de extensión. Este sistema nos puede, pues, ayudar a definir la propiedad
la mayoría y elegir nuevos suministradores o puede irse a vivir a otro sobre el espacio aéreo inmediatamente por encima de la superficie ,
sitio. En ambos casos, los costes del cambio de oferentes son mucho pero surgirán otros problemas a causa de la fluidez del aire y de la in-
más elevados que en el sector privado, donde hay una gran competi- finita tercera dimensión vertical sobre el terreno. Si los derechos de
tividad entre los potenciales agentes. Por ejemplo, si un supermerca- propiedad sobre los recursos no están bien definidos, ent~nces obvia-
do local no vende lo que el cliente desea, éste puede elegir entre mu- mente no se podrán cambiar por otros derechos de propiedad.
chos productores alternativos . Incluso en el caso más complejo de una Los derechos de propiedad han de ser defendibles. Un relevamiento
sociedad anónima, un accionista puede fácilmente cambiar de agente rectangular define los derechos sobre la superficie, p_er? los con~ictos
vendiendo las acciones de una compañía y comprando las de otra. En son inevitables si no hay un modo de defender los l1m1tes y de nnpe-
resumen , puesto que cambiar de proveedor en el sector privado no dir otros usos incompatibles. Los alambres de espino fueron un modo
requi ere el consentimiento de la mayoría del resto de consumidores, barato de defender los derechos de propiedad en la frontera oeste; las
el cambio es menos costoso. Esta condición impone una fuerte disci- cadenas y candados hacen lo mismo con las bicicletas aparcadas. Pero
plina competitiva . En general, la información que aportan los precios, sería mucho más difícil conseguir un cumplimiento efectivo de nues-
la internalización de costes y beneficios derivados del control de los tro derecho al silencio y a la tranquilidad «parando• ondas sonoras o
individuos, y la disciplina impuesta a los agentes en virtud de la com- mantener los residuos tóxicos alejados de los acuíferos subterráneos.
petencia reducen los gastos de medida y vigilancia. Donde el uso de la propiedad no puede ser controlado o aplicado, los
~uando las transacciones de mercado son incapaces de proporcio- conflictos serán inevitables y el comercio imposible.
1:ar recursos naturales y agradables espacios medioambientales, de Finalmente, los derechos de propiedad deben ser transferibles . Al
ordinario se debe a que los costes de control y medición del uso de contrario que con los costes de medida y control de los recursos, de-
dichos recursos son demasiado altos. Supongamos, por ejemplo, que terminados en gran medida por la naturaleza física de la propiedad Y
un terrateniente ha decidido renunciar a un tipo de explotación para por la tecnología, la posibilidad de intercambio está determinada so-
aumentar los valores estéticos. Si esta calidad estética es un precioso bre todo por el entorno legal. Aunque unos derechos correctamente
jardín de flores, una alta cerca bastaría para excluir a quienes preten- definidos y aplicados permiten al propietario disfrutar de los benefi-
dieran contemplarlo sin pagar; de este modo, el propietario obtendrá cios del uso de su propiedad, las restricciones legales a la venta de esa
el pleno disfrute de los beneficios del producto. Si la alternativa es ta- propiedad imposibilitan las ganancias potenciales derivadas de su i~-
lar árboles o preservar una preciosa ladera montañosa, sería mucho tercambio. Supongamos que a un grupo de pescadores les resulta mas
más dificultoso excluir a los casuales excursionistas. valiosa una superficie hídrica como hábitat piscícola que esa misma
La clave, en todo caso, para crear mercados efectivos en general y masa de agua a los agricultores, que la dedican al regadío. Si a los pes-
para la ecología de libre mercado en particular es el establecimiento cadores se les prohíbe alquilar o comprar el agua a los agricultores, las
de derechos de propiedad transferibles y claramente definidos. Cuan- ganancias del posible negocio no se harán efectivas, ~i _se cre~rá esa
do un grupo conservacionista compra la servidumbre de conservación riqueza potencial. Más aún, los agricultores no se sent1ran motivados
de una parcela de terreno, el intercambio requiere que los derechos para dejar algunas cantidades de agua en la corriente.
de propiedad se hallen claramente definidos, estén en vigor y sean En suma, la ecología de libre mercado presupone derechos clara-
transferibles. Las cualidades físicas de los recursos deben ser nítida y mente especificados que permitan tomar decisiones respecto a unos

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ECOLOGÍA DE MERCADO REPENSAR LO QUE PEN SAMOS

determinados recursos. Si esos derechos no pueden ser medidos, con- externalidades o fallos de mercado es ignorar la naturaleza evolutiva
trolados y comercializados, son muy escasas las posibilidades de in- de los derechós depropiedad. 13 Del mismo modo que cambian- los
tercambio. Los residuos vertidos al aire, por ejemplo, plantean un pro- costes y beneficios percibidos por definir y aplicar los derechos de
blema más espinoso que los residuos sólidos acumulados en la tierra propiedad, cambian también y evolucionan estos mismos derechos. No
porque los derechos de propiedad sobre la superficie terrestre está~ se pretende afirmar con esto que el gobierno no tenga ninguna fun-
mejor definidos que los derechos de propiedad sobre la atmósfera. Los ción que desempeñar en el proceso de definición y aplicación ni que
derechos privados sobre la tierra funcionan perfectamente cuando se los derechos de propiedad deban contabilizar siempre todos los cos-
trata de la producción de madera, pero medir, controlar y comerciali- tes y beneficios. Los costes derivados del establecimiento de los dere-
zar la tierra para garantizar un hábitat a especies en peligro requiere chos de propiedad ;;-;positivos y p ueden reducirse potencialmente
imaginación empresarial. a través de institucio;;es gubernamentales, como por ejemplo los tri-
~a imaginación tiene una importancia fundamental para la ecología bunales. Es más, puesto que los costes de transacción son positivos,
de libre mercado, porque es en las áreas en las que los derechos de ¿o siempre existirán contratos que los contabilicen. En el caso de la
propiedad están evolucionando donde se presentan los problemas de contaminación de las aguas por causas que no pueden identificarse
asignación de los recursos. Cuando los empresarios que trabajan con (dada la actual tecnología) a bajo coste, puede ser tarea imposible
recursos ecológicos pueden descubrir caminos para comercializar es- definir y aplicar los derechos de propiedad que regulan el uso del agua.
tos valores, los incentivos del mercado pueden tener resultados dra- Puede resultar tan caro, por ejemplo, exigir a la gente un pago para
máticos. Es importante reconocer que todo caso de beneficios o cos- poder disfrutar de una vista panorámica que no pueda desarrollarse
tes externos es terreno abonado para un propietario capaz de definir un mercado en este campo con la tecnología y las instituciones actua-
Y hacer aplicar derechos de propiedad. El propietario de un río que les. En estos casos, hay un argumento de utilidad para considerar la
puede imaginar modos de cobrar a los pescadores, puede internalizar posibilidad de una intervención del gobierno. Pero esto no garantiza
los beneficios y los costes, y hacerse con un incentivo para mantener que los resultados de la asignación política funcionen bien. Si el mer-
o mejorar la calidad de su recurso. El empresario que firma convenios cado produce «demasiado poca, agua limpia porque quienes descar-
sobre títulos que protegen el espacio abierto, mejoran el paisaje y, en gan en ella sus vertidos no pagan por ello, es probable que las solu-
general, armonizan crecimiento económico y ecología, establece de- ciones gubernamentales produzcan demasiada agua limpia porque
rechos de propiedad sobre todos estos valores y los materializa bajo quienes disfrutan de sus beneficios no corren con los costes.
la forma de más altos precios del valor estimado.
El enfoque de los derechos de propiedad sobre los recursos natu-
r:ales admite que tales dere~hos implican una dependencia re; ecto a Conclusión
l~s beneficios y costes derivados de su definición y aplicación. Est~
c_álculo depende a su vez de v~riables tales como el valor esperad; del El análisis económico tradicional acentúa las amplias posibilidades de
recurso en cuestión, la tecnología de medición y control de los dere- fallos del mercado en el ámbito de los recursos naturales y del medio
c¿_h os de propiedad y los usos morales y legales que condicionan el ambiente debido a la generaliz<!_ción de las~ ~nalidades. La ecología
comportamiento de las partes actuantes. En un momento dado, los
d~ echos de propiedad refleja: á_n _lo~ beneficios percibidos y los cos-
~es de definición y aplicación. Observar que hay acciones que no se Véase Te rry L. Ande rson y P. J. Hill , «The Evolution of Prope rty Rights: A
13

~ontabilizan en las transacciones comercial~s -es decir, para las qu~ Study of the American West•, Journal of Law and Economics, 12, octubre 1975,
los derecho~ de propi~da~ no están bien especificado~- y llamarlas pp. 163-79.

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ECOLOGÍA DE MERCADO

de libre mercado reconoce explícitamente que este problema surge a


consecuencia de la dificultad de definir y aplicar los derechos de pro- Capítulo III
piedad tanto en el sector público como en el p1b;:ad_2. De hecho, la
simetría del argumento de externalidad requiere que se preste atención DE LA PRADERA ABIERTA
específica a la política entendida como el arte de dispersar costes y A LOS CAMPOS VALLADOS'
concentrar beneficios. Suponer que puedan solucionarse los proble-
mas de la externalidad del medio ambiente encauzándolos hacia el
sector público es ignorar que es muy probable que el gobierno
externalice los costes. Del mismo modo que las externalidades de la
contaminación pueden· generar mucho aire sucio, las externalidades
políticas pueden generar demasiado almacenamiento de agua, dema- Vagando a lo largo de las fronteras norte y oeste del Parque Nacional
stados espacios abiertos, demasiada vida salvaje o excesiva calidad de Yellowstone, en dirección a Montana, los bisontes, que pasan el vera-
agua. no en el parque, penetran en invierno en tierras privadas en busca de
La ecología de libre mercado acentúa la importancia del proceso de pastos. 1 Los ganaderos de Montana se oponen a esta migración por-
mercado para la fijación de la cantidad óptima del uso de los recursos. que muchos de estos bisontes son portadores del virus de la brucelosis,
Sólo cuando los derechos están bien definidos y aplicados y son trans- enfermedad contagiosa que puede afectar a las vacas y hacerlas abor-
feribles estarán dispuestos los individuos que buscan su personal in- tar. Los ganaderos certifican a los compradores que su ganado no tie-
terés a enfrentarse con las alternativas inherentes a un mundo de es- ne brucelosis, lo que les permite vender las reses por todo el mundo.
casez. Así como los empresarios se mueven para llenar los nichos de Pero si se registraran casos de contagio, la demanda descendería y los
beneficio, también los precios reflejarán el valor que damos a los re- rancheros sufrirían grandes pérdidas.
cursos y al medio ambiente. Se cometerán errores, pero a lo largo del La migración de los bisontes de Yellowstone es el clásico tipo de
proceso se abrirá un nicho y las oportunidades de beneficio atraerán externalidad que puede derivarse de la falta de una clara definición de
a administradores de recursos con mejores ideas. Recordemos que derechos de propiedad, y sus consecuencias ponen de manifiesto la
incluso las externalidades ofrecen nichos beneficiosos a los empresa- urgencia de abrir la puerta a soluciones nuevas. Los empleados de
rios ecologistas, que pueden definir y aplicar sus derechos de propie- Yellowstone no son propietarios de la fauna del parque y, por tanto,
dad sobre recursos sin propietarios y hacer pagar su consumo a los no se les puede demandar por los daños causados por los animales;
usuarios que antes los utilizaban gratis. En los casos en que los costes no asumen ninguna responsabilidad personal si el ganado vacuno
de definición y aplicación sean insuperables, puede apelarse a solu- contrae la brncelosis a través de los bisontes. Estos empleados son sim-
ciones políticas. Desgraciadamente, este tipo de soluciones a menudo ples vigilantes, lo que no es lo mismo que ser, por ejemplo, propieta-
se atrincheran y obstaculizan el camino hacia procesos de mercado
innovadores que promueven responsabilidad fiscal, uso eficiente de
los recursos y libertad individual.
· Este capítulo es una adaptación de Managing the Commons, editado por
Garrett Hardin y John Baden, copyright de W.H. Freeman and Company, y se
reimprime con autorización.
1 Este capítulo resume el artículo de Terry L. Anderson y Peter Hill, •From

Free Grass to Fences: Transforming the Commons of the American West• , en


Managing the Commons, ed. Garrett Hardin y John Baden, W. H. Freeman, San
Francisco 1977, pp . 200-16.

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