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Adrián O. Ravier
presentados por esta legislatura. Puede o genes, las propiedades y las instituciones
no surgir un resultado eficiente de esto, del intercambio, consideradas en térmi-
pueden o no surgir buenos proyectos que nos amplios. La propensión que sentía
valgan su costo. ¿Cómo cambiar esto? Adam Smith hacia el trueque y el inter-
Cambiando las reglas, avanzando de la cambio de una cosa por otra, se convierte
regla de la mayoría hacia la regla de una-
nimidad, hacia un consenso (Buchanan,
en el punto de partida adecuado para
2001). nuestra investigación y nuestras pesqui-
sas. La manera de aproximarse a la eco-
También destaca Buchanan una gran nomía que he preconizado y sigo preco-
influencia en la forma de encarar estos nizando era llamada por algunos de sus
temas en su paso por Italia, donde estudió proponentes decimonónicos ‘cataláctica’,
a los clásicos de la llamada scienza della la ciencia de los intercambios. Más re-
finanza, investigación que desarrolló gra- cientemente, el profesor Hayek ha suge-
cias a una beca Fulbright. rido el término ‘catalaxis’, el cual, según
él, se aproxima más a los orígenes grie-
Por último, Buchanan manifiesta afi- gos de la palabra. Esta manera de ver la
nidad con los economistas de la Escuela economía, como tema de investigación,
Austríaca, y en particular con Ludwig llama nuestra atención directamente sobre
von Mises y Friedrich A. von Hayek, el proceso de intercambio, comercio o
pero dice no haber sido directamente in- acuerdo contractual. Asimismo, introduce
fluenciado por Mises, porque llegó a él necesariamente en los inicios de la discu-
demasiado tarde. “Cuando era un estu- sión el principio de un orden o coordina-
diante de grado nadie nunca mencionó a ción espontánea, que es, como he sugeri-
Mises”. La deuda intelectual con Hayek do a menudo, quizá el único principio
sí fue importante, ya que Camino de Ser- real de la teoría económica como tal”
vidumbre acababa de ser publicado. (Buchanan, 1986).
mundo”. Eran todos socialistas, aunque suficiente para cubrir los costos del pro-
luego muchos, como él mismo, se sintie- yecto. Así que debe haber algún tipo de
ron atraídos por la economía de mercado arreglo o esquema tributario por medio
y la libertad individual. del cual uno puede lograr un acuerdo
general unánime. Se puede utilizar la
Volviendo a sus contribuciones, Bu- regla de la unanimidad como una medida
chanan definió a su programa de investi- contra la cual se calcula el nivel de efi-
gación, sobre el que trabajó durante más ciencia en el sector público” (Buchanan,
de medio siglo, como la “política sin ro- 2001).
mance”. Quitándonos las “gafas rosa-
das”—según sus propias palabras—con La regla de la unanimidad se presenta
las que percibimos a la política, podre- como la contrapartida “política” del
mos verla como lo que realmente es (Bu- óptimo de Pareto. Alcanza el óptimo por-
chanan, 1984 [1979]). que implica la adhesión voluntaria a un
determinado orden social por parte de
Así, ¿cuál es el terreno de juego de la “todos” los participantes, o en términos
política? ¿Cómo se comportan los políti- económicos, elimina la posibilidad de
cos y los votantes? Guiado por su indivi- externalidades negativas como resultado
dualismo metodológico, Buchanan en- de decisiones colectivas. Claro que, al
tiende que, en última instancia, los que mismo tiempo, la unanimidad en la toma
toman las decisiones de gobierno son los de decisiones colectivas eleva considera-
individuos. El “homo politicus” es “homo blemente el costo esperado en la toma de
economicus” y, al igual que un empresa- decisiones. Teniendo en cuenta estos cos-
rio, el hacedor de políticas públicas actúa tos, que pueden llegar en muchos casos a
fundamentalmente guiado por su propio impedir la toma de decisiones, Buchanan
interés. y Tullock sostienen que el individuo en-
frentado a una elección constitucional
De esta forma, Buchanan pone en podría decidir voluntariamente aceptar
cuestión uno de los conceptos elementa- alguna regla menos rigurosa para la deci-
les de la democracia representativa: la sión de cuestiones de menor importancia.
delegación de los asuntos de los ciudada- Por esa razón, cuestiones tales como el
nos en manos de políticos profesionales. respeto a la vida, la propiedad y otros
Precisamente, esta delegación hace que derechos individuales requerían del con-
las pensiones, la educación, la salud, las senso unánime, mientras que otro tipo de
relaciones laborales y también el medio decisiones menores podrían ser tomadas
ambiente queden a merced de decisiones con grados de consenso menores, y por
burocráticas en manos de políticos que no ende, con costos decisorios también me-
necesariamente se guían por el “bien nores.
común”.
Este principio llevó a Buchanan a tra-
Pero, ¿cuál es la alternativa a este pa- bajar en lo que hoy se conoce como Eco-
radigma? Buchanan, siguiendo a Wick- nomía Constitucional: “Mientras se tenga
sell, propone un cambio de reglas. Imagi- una constitución con la cual las personas
nemos que se presenta un proyecto públi- están en consenso básico, se puede procu-
co ¿Cómo estar seguros que amerita el rar ciertos resultados en términos de las
gasto? Buchanan afirma que “el costo lo reglas operativas que la constitución
amerita si los que se benefician pagan lo permite desarrollar. Desplazamos la nor-
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