Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Control de Las Exposiciones
Control de Las Exposiciones
Índice de Contenidos
Este capítulo está dedicado a las técnicas y procedimientos aplicables para evitar o
disminuir la exposición de los trabajadores a agentes químicos, lo que habitualmente
se conoce como control de las exposiciones. La expresión “control de las exposiciones”
significa implantar o ejecutar acciones eficaces para prevenir riesgos y mantener esta
situación a lo largo del tiempo y en cualquier circunstancia. La palabra “control”
también tiene una acepción distinta, así en el capítulo anterior se ha hablado de
“control ambiental” y “control biológico” y también se habla de “control médico”, en
estos casos tiene el significado de vigilancia, observación o evaluación de una
situación, que tiene poco que ver con el significado que se le da en este capítulo.
Un análisis de las situaciones de riesgo real o potencial parte de la idea de que siempre
existe una sustancia química que se utiliza, o es producida, por una máquina o un
proceso. Como este equipo puede emitir el agente en el ambiente de trabajo es común
identificarlo como foco de emisión. El foco de emisión estará situado en un local o zona
de trabajo que hará las funciones de medio de propagación del agente entre la emisión
y la zona respiratoria del trabajador. Finalmente existirá una persona que trabajará en
la instalación siguiendo un método de trabajo.
Técnicas de control
Los títulos de cada fila del cuadro indican el objetivo final que se alcanza con la
aplicación de las acciones incluidas en la fila, de ahí el orden de prioridades por filas
indicado antes, y que, por otra parte, es el que se deduce de lo establecido en la Ley
de Prevención de Riesgos Laborales. El concepto de prioridad debe entenderse en
sentido estricto, no es adecuado desde un punto de vista preventivo contemplar la
posibilidad de aplicación de una técnica hasta que todas las técnicas de las filas
superiores se han puesto en práctica o se han descartado por ser inviables técnica o
económicamente.
Los conceptos de inviabilidad son relativos y deberían ser analizados en cada caso
concreto. Por ejemplo: es posible que el desarrollo de una formulación de pintura sin
disolvente sea inviable para un taller de reparación de chapistería, pero no para un
fabricante de automóviles; robotizar una tarea de soldadura puede ser una inversión
fuera del alcance de una empresa de montajes metálicos, pero perfectamente
asumible por una empresa dedicada a fabricar grandes series de un mismo producto.
No se pueden dar normas generales sobre la inviabilidad, lo que sí es exigible es que
se estudie la posibilidad y se llegue a una conclusión basada en datos objetivos y no en
opiniones.
Supervisión
Aislamiento Cerramiento o Segregación de
separación departamentos
Cabinas de seguridad sucios
Ventilación Extracción localizada. Ventilación por Herramientas
Extracción tipo push- dilución con extracción
pull Duchas de aire local
cortinas de aire incorporada
Impedir la Cabinas para los Horarios
exposición trabajadores reducidos
Protección EPI de vías
individual respiratorias
Guantes
Ropa de trabajo
• Eliminación
La eliminación implica la desaparición física del agente químico, del proceso o máquina
que lo emite al ambiente, de la organización del taller en el que ocurre o del
procedimiento de trabajo, reemplazándolo por otro producto, proceso, distribución o
método de trabajo. Ocupa el nivel más alto de la jerarquía entre las acciones de
control, ya que el resultado es la desaparición del riesgo.
• Reducción
• Aislamiento
Aislamiento
• Ventilación
Las técnicas de ventilación, entendiendo por tal la renovación del aire de un local o
recinto, son el recurso más citado cuando se detecta un problema de exposición a
agentes químicos.
En la práctica son muy eficaces y es posible que esta eficacia sea una trampa. En
efecto, no es sencillo conseguir que los técnicos destinen tiempo y esfuerzo a pensar
en soluciones de eliminación, reducción o aislamiento cuando están convencidos de
que se podrá recurrir a una ventilación para solucionar cualquier problema que pueda
presentarse, pero la ventilación tiene limitaciones y además no es un método de
control tan seguro como los anteriores, ya que el agente sigue presente y se sigue
emitiendo y cualquier fallo o cambio no previsto puede dar lugar a exposiciones. Una
buena estrategia de control debe contemplar la ventilación como lo que es, una técnica
eficaz a tener en cuenta cuando otras técnicas más eficaces no son factibles.
Esquemas de ventilación
• Evitar la exposición
El siguiente escalón de prioridad lo ocupan las técnicas que evitan la exposición de los
trabajadores a un ambiente contaminando pero sin modificarlo; estas técnicas sólo son
aplicables en el ambiente general de trabajo o en el método de trabajo.
• Protección Individual
Los EPI también pueden utilizarse como auxiliares o complementos a otras acciones de
control, es decir, se utilizan como medida de protección suplementaria, no como
técnica de control. Por ejemplo, en una operación de limpieza de un depósito, aunque
el control del riesgo esté basado en la ventilación previa, es aconsejable el uso de EPI.
En este caso la eficacia del control no depende del EPI, sino de la ventilación, y el
hecho de que se utilicen EPI no autoriza a que la ventilación del depósito no se haga o
se haga de forma deficiente.
Para el control de los riesgos debidos a la exposición a agentes químicos los EPI
aplicables son los equipos de protección de las vías respiratorias, los guantes de
protección y la ropa de trabajo. Con estos equipos se pretende evitar el contacto del
agente con el trabajador por cualquier vía sin necesidad de modificar ni el ambiente ni
el tiempo ni la forma de exposición.
El control de las exposiciones a los agentes químicos debe lograrse mediante acciones
coordinadas sobre el proceso en el que se emplean, los métodos de trabajo y el local
de trabajo.
En todo caso la sustitución de un producto debe respetar algunos criterios para evitar
que el nuevo producto sea simplemente un cambio de riesgos en vez de una
eliminación de riesgos. En la tabla se indican los elementos a considerar cuando se
plantea una sustitución de producto. Se consideran críticas las características que
obligatoriamente debe reunir el producto candidato a ser utilizado, mientras que el
resto de elementos han de ser analizados para prever las acciones complementarias
necesarias en caso de que finalmente se decida proceder a la sustitución.
Una alternativa al uso de agentes químicos pulverulentos para lograr una menor
emisión de contaminación es manejarlos en forma de pastas, o gránulos compactados
o por vía húmeda; con ello se reducen de forma significativa las emisiones de polvo y
se simplifican las tareas de limpieza.
Procesos cerrados
Trabajo a menor
temperatura y/o presión
Evitar agitación o
borboteos en depósitos
abiertos
Manipulación por vía
húmeda
Aunque en muchos casos los cambios importantes de proceso pueden ser realmente
inviables, ello no obsta para que se puedan emprender modificaciones parciales o
ajustes que pueden ser muy efectivos para la protección de los trabajadores. Por
ejemplo: reducir la altura de la caída en las transferencias de materiales pulverulentos;
modificar la velocidad de agitación de los mezcladores; minimizar la presión del aire en
el pintado aerográfico; o utilizar un sistema “air-less”; pulverizar agua en forma de
niebla en zonas de generación de polvo como las transferencias en cintas
transportadoras, las brocas de perforación de roca, los martillos picadores, etc. En este
campo también la imaginación y capacidad de inventiva de los responsables de
conducir una instalación puede encontrar un filón de ideas eficaces para evitar o
reducir riesgos.
Trabajar en proceso cerrado significa, en teoría, que no hay contacto entre el agente
químico y el ambiente, por ello la técnica de cerrar un proceso abierto es muy utilizada
cuando se pretende evitar riesgos. Los ejemplos típicos de cerramiento de proceso los
constituyen las cabinas construidas para contener una máquina, o una instalación de
dosificación y mezcla, las cubiertas de cintas transportadoras y aplicaciones similares.
Extracción localizada
Es una técnica muy utilizada y por ello le dedicaremos un apartado completo en este
capítulo
Una limpieza cuidadosa debe extenderse también a la ropa de trabajo, en la que este
tipo de contaminantes puede acumularse y, desde allí, pasar al ambiente a causa de
los roces que provoca el movimiento del propio trabajador.
La limpieza debe hacerse con métodos húmedos, con sistemas de aspiración con
filtración adecuada o una combinación de ambos; en cualquier caso el material debe
ser recogido y tratado de acuerdo con su peligrosidad; lamentablemente son
frecuentes los accidentes y las intoxicaciones ocurridas como consecuencia de
manipular los materiales recogidos en operaciones de limpieza de talleres como si se
tratara de polvo doméstico.
El simple riego del suelo o el soplado con aire comprimido sólo cambia de sitio el polvo
y no tiene eficacia preventiva.
Las acciones de limpieza tienen una función decisiva en el caso de derrames o vertidos
accidentales tanto de sólidos como de líquidos. Los líquidos se evaporan y generan
contaminación y, si se trata de disoluciones, al evaporarse el disolvente quedan en el
lugar los sólidos disueltos en forma de polvo fino. Un método muy eficaz de recoger
líquidos consiste en utilizar productos absorbentes que empapan el líquido o que
forman geles facilitando la recogida completa del líquido derramado.
Por ventilación general se entiende la renovación del aire del local para reemplazar el
aire sucio o contaminado con aire fresco. La utilidad de esta acción, en cuanto a la
prevención de exposiciones, es evidente, y por ello es normal que cuando se habla de
lugares de trabajo contaminados se alegue la falta de ventilación como origen del
problema.
Pero además de esta aplicación preventiva frente a los riesgos por exposición a
agentes químicos la ventilación de los locales tiene otras funciones y aplicaciones tales
como aportar el oxígeno necesario para la respiración, eliminar los bioefluentes
generados por las personas, evitar condiciones de temperatura o humedad extremas
que hacen que cualquier local, independientemente de su uso o su contenido, deba
disponer de ventilación, y así es lógico que el RD 486/97 que fija las condiciones
mínimas de seguridad y salud que deben reunir los lugares de trabajo establezca
mínimos de ventilación. Estos valores mínimos legales hay que considerarlos como lo
que son: mínimos de ventilación de aplicación general en todos los lugares de trabajo
y no son valores que aseguren un ambiente sin contaminar en cualquier trabajo.
Las duchas de aire consisten en proyectar sobre la zona ocupada por el trabajador una
corriente de aire fresco a baja velocidad para evitar molestias, pero suficiente para
evitar que el aire contaminado pueda llegar a su zona respiratoria. Aunque en la
literatura se describen algunos ejemplos, la aplicación práctica es muy limitada ya que
exige que los trabajadores ocupen un lugar fijo y un local en el que no haya corrientes
de aire que puedan alterar el chorro de la ducha de aire. También se ha descrito un
sistema en forma de pequeño chorro de aire portátil soportado por un soldador y
colocado de forma que proyecta la pluma de humos de soldadura fuera de la zona
respiratoria.
Cortinas de aire
Las cortinas de aire son un sistema alternativo a las barreras físicas, consisten en crear
chorros de aire verticales con impulsión y aspiración alrededor de una máquina o
proceso con el objeto de evitar la dispersión de los contaminantes generados al resto
del local, se trata de una barrera invisible como las utilizadas en las entradas de los
grandes almacenes para evitar la fuga de aire acondicionado por la puerta e impedir la
entrada de aire exterior no tratado.
Cabina de control
2.3.1 Automatización
De hecho muchas mejoras en las condiciones de trabajo obtenidas en los últimos años
se deben a este tipo de acciones. La robotización de las operaciones de soldadura y
pintura en la industria del automóvil es el ejemplo típico, pero también lo son la
automatización de los procesos de dosificación y mezcla de componentes o los brazos
manipuladores para la carga y extracción de piezas en los procesos de moldeo o
extrusión de plásticos y muchos otros.
Automatización
Trabajar de forma que se eviten emisiones es algo que parece natural y lógico. Las
buenas prácticas de trabajo en este contexto significan comportamientos tales como
mantener los recipientes cerrados, utilizar los instrumentos adecuados para evitar
derrames en los trasvases, realizar las operaciones en las cabinas o en el radio de
acción de las aspiraciones dispuestas a tal fin, mantener cerradas las tapas de
depósitos o baños cuando no es imprescindible que estén abiertas y comportamientos
similares. No obstante, la observación cotidiana de muchos lugares de trabajo indica
que eso que parece natural y lógico quizá no lo sea.
En segundo lugar, han de entregarse a los trabajadores las hojas de seguridad de cada
producto, hojas en las que se amplía la información que, debido a la falta de espacio,
sólo puede estar resumida en la etiqueta. Esta información debe suministrarla el
fabricante o el comercializador del producto
Hojas de seguridad
La visión global de las técnicas de control de riesgos higiénicos que se han expuesto
hasta aquí pretendía citar todo el conjunto de posibilidades dando unos criterios de
aplicabilidad muy generales. Ya se ha señalado que la implantación de cualquiera de
las técnicas citadas requiere, normalmente, la colaboración de especialistas de ramas
muy diversas y procedimientos de trabajo que pueden ser complejos, por ello no se ha
pretendido profundizar en cada técnica de forma individual.
No obstante hay tres técnicas que son actualmente de uso muy frecuente y por ello se
considera conveniente exponerlas con más detalle, ante la seguridad de que cualquier
técnico de prevención de riesgos laborales deberá acometer la aplicación de alguna de
ellas para solucionar un problema de control de riesgos higiénicos. Estamos haciendo
referencia a la ventilación general, extracción localizada y equipos de protección
individual.
3 Ventilación general
Hay que tener presente que ambos reglamentos tienen sus ámbitos de aplicación y
que por lo tanto las cifras que indican, aparte de ser de obligado cumplimiento, son
valores mínimos y no valores que aseguren ausencia de contaminación en cualquier
circunstancia. Es tarea del técnico en prevención de riesgos laborales decidir si la
ventilación general es una técnica adecuada en un caso concreto y en ese supuesto
indicar cuál es el valor correcto de la tasa de ventilación para lograr un objetivo
predeterminado, que en nuestro caso es la ausencia de riesgo por exposición a agentes
químicos.
• Entradas de aire
• Situación de los extractores
• Caudal de ventilación
• Situación de las tomas de aire y descargas
• Distribución del aire
• Entradas de aire
Ha de preverse el sistema a través del cual el aire que se extrae será sustituido por
aire limpio. En otras palabras, han de instalarse entradas y salidas de aire. De no
hacerse así, los extractores pierden gran parte de su eficacia y, aunque giren y hagan
ruido, mueven menos aire del previsto.
Esta premisa tiene más importancia de la que aparenta. Es muy habitual que durante
la época fría se cierren puertas y ventanas de los talleres para evitar bajas
temperaturas en el local, con la consecuencia de impedir una ventilación correcta. La
frase “cierra la puerta que hay corriente” describe muy bien la situación, pero con la
puerta cerrada no hay ventilación, se evita el frío pero se incrementa la exposición a
agentes químicos. Resulta obvio que no se trata de una elección entre exposición o
frío, es un problema de falta de calefacción o, dicho en términos más técnicos: el uso
de ventilación general para evitar un riesgo de exposición a agentes químicos implica
prever los costes de calefacción y puede resultar muy cara.
Una regla aplicable para la disposición más habitual (ventiladores que extraen aire del
local y entradas a través de superficies abiertas) es que el tamaño total de las
aberturas en metros cuadrados debe ser superior al caudal de aire expresado en
metros cúbicos por hora dividido por 4000, y que estas aberturas deben permanecer
abiertas continuamente para asegurar una correcta ventilación.
Los extractores han de distribuirse más o menos uniformemente por todo el local, al
igual que las entradas de aire. Si no se hace así, unas zonas estarán mucho más
ventiladas (quizá incluso en exceso, provocando corrientes de aire molestas) que
otras.
• Caudal de ventilación
oscilan entre 400 y 5.000 metros cúbicos de aire a extraer por cada litro de disolvente
evaporado, siendo necesario consultar cada caso concreto.
El cálculo del caudal necesario para controlar exposiciones a agentes químicos puede
efectuarse empleando la siguiente expresión:
Cantidad de aire
sustancia valor límite ppm necesaria para diluir
un litro evaporado
Acetona 500 650
Tolueno 50 4500
n-hexano 50 3650
Xileno 100 2000
Tricloroetileno 50 5400
Los puntos de extracción y admisión de aire deben estar situados de tal forma que el
aire pase a través de la zona contaminada. El trabajador debe estar situado entre la
entrada de aire y el foco contaminante.
4 Extracción localizada
Campana de extracción
La mayoría de gases y vapores son más pesados que el aire cuando se encuentran en
estado puro. Una mezcla de aire y vapor en condiciones de saturación, como la que
puede existir sobre la superficie de un tanque abierto, es posible que sea más pesada
que el aire y que tenga tendencia a dirigirse hacia el suelo por la acción de la
gravedad. Sin embargo, los fenómenos de mezcla y dilución con el aire hacen que, tan
pronto como se aleja de la fuente de generación, la mezcla de aire y vapor tenga una
densidad muy parecida a la del aire y por tanto los efectos de la gravedad sean
despreciables. En la tabla se indican las densidades relativas con respecto al aire puro
de diferentes sustancias contaminantes.
Algo similar ocurre con las partículas sólidas y líquidas, la impresión intuitiva dice que
deben caer por la acción de la gravedad, no obstante, si nos referimos a partículas de
pequeño tamaño (del orden de micras de diámetro), la fuerza de arrastre del aire es
mucho mayor que la fuerza de la gravedad y la consecuencia es que las partículas se
mueven siguiendo las corrientes de aire, y la acción de la atracción terrestre es
despreciable. Un ejemplo conocido por todos son los penachos de humo que están
constituidos por partículas suspendidas en aire y que son ascendente debido al arrastre
del flujo de aire caliente más ligero que el aire ambiente. En la tabla se indican los
valores relativos de la fuerza de atracción de la gravedad y de la fuerza de arrastre de
una corriente de aire para partículas de densidad 2Ê 700 kg /m3 (polvo ordinario) y 7Ê
200 kg /m3 (polvo metálico) en la que se puede observar el efecto descrito.
Tamaño Velocidad del aire (m/s) Tamaño Velocidad del aire (m/s)
(micras) 0,2 0,5 1 2 (micras) 0,2 0,5 1 2
Un factor que, aunque parezca paradójico, tiene poca influencia para decidir sobre la
velocidad de captura es la toxicidad del contaminante. Si se analiza el comportamiento
de una extracción localizada esta consecuencia es lógica, ya que el efecto d arrastre
vendrá condicionado por las propiedades físicas del contaminante (densidad, forma,
tamaño) y del movimiento del aire en la zona y no por sus propiedades químicas o
toxicológicas. En otras palabras: si una campana de aspiración es capaz de captar una
niebla de vapor de agua también captará, y con la misma eficacia, una niebla de ácido
crómico. También este hecho tiene sus implicaciones en el diseño, ya que una
extracción localizada diseñada para captar el polvo que se genera en un molino
determinado tendrá la misma eficacia tanto si se muele piedra caliza como si es óxido
de plomo.
Diseño de campana
En la tabla se indican las fórmulas de cálculo del caudal recomendadas para campanas
simples.
Para que una campana funcione correctamente es necesario que el aire aspirado se
distribuya de la forma más uniforme posible en toda la superficie de aspiración; lograr
este resultado es complicado en campanas de gran tamaño (superiores a 1 m) a
menos que se adopten precauciones especiales. La solución más habitual es disponer
algún tipo de obstrucción al paso del aire en la entrada, generalmente en forma de
rendijas u orificios, para forzar una velocidad elevada seguido de una zona en la que el
aire circula a menos velocidad, llamada pleno. La combinación de rendijas y pleno sólo
tiene el efecto de distribuir el aire aspirado en toda la superficie de aspiración, pero no
modifica el caudal necesario en la campana para lograr la captación.
Rendija rebordeada
(1)
0,2 o menos Q= 2,8 LVX
Q= 1,4 PVD
Campana de techo Según trabajo P= Perímetro
D= Altura
4.2 Conductores
Tipo de conductor
4.3 Ventilador
Los procedimientos detallados para estimar o medir las pérdidas de carga de una
conducción exceden de los límites de este texto, pero lo que es intuitivo es que la
pérdida de carga aumenta si aumenta la longitud de la conducción, si aumenta la
velocidad a la que circula el aire por la conducción y si los cambios de dirección son
más bruscos. Para un mismo caudal una pérdida de carga mayor se traduce en un
mayor consumo de energía en el ventilador, de ahí el interés en diseñar la red de
conductos de forma que presente la menor resistencia posible, es decir, con una
longitud lo menor posible, a la velocidad menor compatible con un buen
funcionamiento, con los codos de gran radio de giro, uniones y cambios de sección
graduales, etc.
La excepcionalidad del uso del EPI se expresa en el RD 773/1997, donde figura que
“los EPI deberán utilizarse cuando los riesgos no se puedan evitar o no puedan
limitarse suficientemente por medios técnicos de protección colectiva o mediante
medidas, métodos o procedimientos de organización del trabajo”. Esta disposición
impide el uso de EPI como sistema de control de aplicación indiscriminada y le da
Los EPI de vías respiratorias tienen como finalidad evitar que el contaminante presente
en el aire pueda llegar al trabajador por la vía respiratoria. Pueden ser independientes
o dependientes del medio ambiente.
En su diseño más habitual los EPI de vías respiratorias tienen un adaptador facial cuya
misión es ajustarse a la nariz y la boca, logrando la separación física completa entre la
zona respiratoria del trabajador y el medio ambiente. El adaptador facial se denomina
máscara cuando cubre además de las vías respiratorias parte de la cara y los ojos, se
El adaptador facial no siempre está presente, existen EPI cuyo diseño se basa en
cascos o capuchas con suministro de aire respirable a través de una línea de aire
comprimido o que disponen de un sistema de aporte de aire filtrado.
Adaptadores faciales
EPI Autónomo
EPI semiautónomo
Los EPI de vías respiratorias dependientes del medio disponen no sólo del adaptador
facial, sino también de un sistema de filtrado del aire (filtros y accesorios). Algunos EPI
constituyen en una sola pieza el adaptador facial y el sistema de filtrado (mascarillas
autofiltrantes)
Los EPI de vías respiratorias independientes del medio están constituidos por el
adaptador facial y el sistema de generación, almacenaje y suministro de aire
respirable.
Los EPI dependientes del medio se clasifican, atendiendo a la clase de filtrado del aire
que proporcionan, en los siguientes tipos:
Los EPI independientes del medio se clasifican atendiendo al modo de suministro del
aire respirable de esta forma:
• Semiautónomos
• Autónomos
La norma EN 143 (UNE 81-284-92) describe los requisitos y ensayos a que deben
someterse los filtros contra partículas y establece una clasificación en tres categorías
denominadas P1, P2 y P3, de menor a mayor eficacia de filtración. La eficacia de
filtración indica el porcentaje de retención del filtro cuando se hace pasar a su través
un aerosol de partículas de un tamaño definido en el ensayo, y no es una indicación de
la eficacia frente a cualquier aerosol de cualquier tamaño; en la práctica la eficacia
global de un EPI no depende sólo del filtro, la estanqueidad del adaptador facial, las
penetraciones de aire a través de las válvulas o de los elementos de unión de las
piezas y el ajuste a la cara del individuo son factores que afectan a la eficacia global
del protector.
Mascarilla
La norma EN 141 (UNE 81-285-92) define los requisitos y ensayos aplicables a los
filtros para gases y vapores, y los clasifica atendiendo a dos criterios: las sustancias
que eliminan y su capacidad de retención. Hay que tener en cuenta que a diferencia de
los filtros contra partículas, que son inespecíficos, los filtros contra gases son
específicos, es decir, un filtro sólo elimina determinado tipo de sustancias.
Tipo A contra gases y vapores orgánicos de punto de ebullición superior a 65ºC. (Se
incluyen en este grupo la mayoría de disolventes). Código de color marrón.
Tipo B contra gases y vapores inorgánicos según indicación del fabricante (excepto el
monóxido de carbono). Código de color gris.
Tipo E contra dióxido de azufre y otros gases y vapores ácidos según indicación del
fabricante. Código de color amarillo.
Tipo K contra amoniaco y derivados orgánicos del amoniaco según indicaciones del
fabricante. Código de color verde.
que estos filtros siempre tienen que llevar incorporado un filtro de partículas de
eficacia P3.
Para prevenir el contacto con sustancias o productos químicos evitando tanto los daños
inmediatos al contacto como la posible absorción dérmica de las sustancias químicas,
se utilizan guantes, ropas de protección y pantallas o gafas.
Epi de manos
No todos los materiales con los que se confeccionan los guantes son impermeables a
todas las sustancias, debido a esto debe elegirse el guante en función de los
compuestos químicos que se manipulan.
IMPERMEABILIDAD
RESISTENCIA A LA PERFORACIÓN
RESISTENCIA A LA TRACCIÓN
Hasta el momento actual se han publicado las Normas Europeas Armonizadas (EN ó
UNE-EN) relativas a guantes de protección química y biológica siguientes:
natural (nitrilo)
o látex
Ácidos Inorgánicos
Ácido crómico M R R B B M
Ácido clorhídrico 38% B E B B E M
Ácido fluorhídrico 48% B E B B B M
Ácido fosfórico B E B B B M
Ácido nítrico 70% M B I B R M
Ácido nítrico fumante
(Humos rojos) NC I I NC I M
Ácido nítrico fumante
(Humos amarillos) NC I I NC I M
Ácido sulfúrico 95% E E R B R M
Ácidos orgánicos
Ácido acético E E B B B M
Ácido fórmico E E R B E I
Alcoholes
Alcohol butílico E E B B B R
Alcohol etílico E E B B B R
Alcohol metílico E E B B B R
Aldehídos
Acetaldehído B E B B B R
Benzaldehído R R R B R B
Formaldehído E E B B B I
Cáusticos
Hidróxido de amonio E E B B E M
Hidróxido de potasio 50% E E B B B M
Hidróxido de sodio 50% E E B B B M
Aminas
Anilina R R B B B R
Dietilamina R B E NC R R
Hidracina B R B NC B M
Disolventes aromáticos
Benzol M I B NC I E
Destilados de alquitrán de
hulla M R B NC R E
Estireno M R B NC I E
Tolueno M M E M B E
Xileno M I B R M E
Disolventes acetonas
Acetona E B I B I R
Metil etil cetona E B R B M E
Metil isobutil cetona E B R B R B
Disolventes clorados
Cloroformo M B B R M E
Cloruro de metilo R B B NC M E
Percloroetileno M M B M M E
Tetracloruro de carbono M R B M R E
Tricloroetileno t.c.e. M B B NC M E
Disolventes derivados
del petróleo
Hexano M R E NC R E
Keroseno M B E M R E
Pentano R B E M M E
Disolventes varios
Acetato de etilo I B B B M I
Acetato de propilo B B B B I B
Acrilonitrilo B B R B I E
Bromuro de metilo R B B NC M E
Disolventes de pintura R B B NC R E
Freón 11, 12, 21, 22 M B I NC R E
Otros productos
Aceite de corte I E B M B R
Baños electrolíticos E E B I E M
Barniz para madera
(tung oil) M B B NC R E
Decapantes para pintura
y barnices R B B NC M B
Diisocianato de tolueno B R B NC M B
Disulfuro de carbono M R B M R E
Etilenoglicol E E B B B B
Glicerina E B B B E R
Grasas animales E B B NC B E
Peróxido de hidrógeno
50% (Agua oxig.) B B B B R I
Resinas de époxi E E B B E E
Tintas de imprimir B E E NC I E
Trinitrotolueno B B B B E E
Trementina M B E M B E
Los riesgos de tipo higiénico que pueden protegerse con estos EPI son básicamente los
de salpicaduras de productos químicos. Si el riesgo es debido a la presencia en el
ambiente de gases o aerosoles irritantes de las mucosas, el EPI adecuado será uno de
protección de vías respiratorias con adaptador facial tipo máscara.
Para proteger adecuadamente frente a salpicaduras las gafas deben ser de montura
integral o de cazoleta para que proteja también de las salpicaduras laterales. Los
oculares deben ser ópticamente neutros y con resistencia mecánica adecuada. Para la
mayoría de casos es suficiente un EPI con resistencia mecánica incrementada (marca S
según norma EN 166) o con resistencia a impactos de baja energía (marca F).
Epi de ojo
Para los trajes de protección existe además una clasificación basada en la hermeticidad
del traje que no debe confundirse con la anterior. Esta clasificación de tipo se indica
mediante un número que va desde el tipo 1, aplicable a trajes de confección
completamente hermética incluso para gases y vapores, hasta el tipo 6, aplicable a
trajes no herméticos con protección limitada frente a salpicaduras de productos
químicos líquidos. Hay que señalar que este orden de numeración de tipos de traje es
inversa a la de la protección frente a la permeación, en cuanto a la hermeticidad el
traje tipo 1 es el que más protege mientras que el de tipo 6 es el que menos.
Ropas de protección
La utilización de los EPI requiere una cierta organización desde su adquisición hasta su
desecho y sustitución, que podríamos resumir en las siguientes acciones:
Los EPI de protección de vías respiratorias son de clase 3 y los de protección de piel,
cara y ojos son de clase 2, esto significa que todos ellos deben estar sometidos a un
proceso de certificación por parte de un organismo independiente acreditado de
acuerdo con las disposiciones de RD 1407/1992. Los fabricantes de EPI de clase 3
deben además someter su proceso de fabricación o los equipos fabricados a un control
de calidad externo. El cumplimiento de estos requisitos se manifiesta mediante el
marcado CE que deben incluir los fabricantes en sus productos y sus embalajes. No
está permitida la comercialización de EPI que no dispongan de este marcado.
Desde el punto de vista del comprador y/o usuario de un EPI lo más significativo de
esta regulación es la obligación que tienen los fabricantes de incluir un folleto
informativo en el que se especifiquen las prestaciones del equipo y las normas de uso,
comprobación y mantenimiento. Este folleto es el documento base para poder
planificar el uso del EPI.
Conviene recordar que, cuando se planifica que la protección frente a un riesgo sea
proporcionada por un EPI, el uso del EPI es obligatorio y que el empresario debe velar
por el uso efectivo del EPI, no se trata en estas circunstancias de un acto voluntario, ni
de un derecho al que se pueda renunciar.
Los usuarios deben ser entrenados sobre la forma de usar el equipo. Colocarse
correctamente una máscara requiere cierta habilidad, así como reemplazar un filtro.
Incluso los guantes, que parece que no tienen truco, ya que todo el mundo sabe
ponerse unos guantes, pero no todos saben quitárselos sin tocarlos con las manos.
Un defecto muy habitual es guardar los EPI en el mismo lugar de trabajo, sin adoptar
ninguna medida especial, la consecuencia es que el EPI puede contaminarse y
convertirse en un foco de contacto en vez de un medio de protección. Los guantes
sucios por dentro, los mandiles empapados de aceite, las máscaras llenas de polvo son
ejemplos de EPI que han dejado de serlo y con el inconveniente de que el usuario
piensa que está protegido.
• Hay que limpiar los EPI después de cada uso fuera de los lugares de trabajo.
Como todo equipo un EPI tiene una vida limitada que depende de su tipo y de su uso.
Los fabricantes dan indicaciones para determinar cuándo un EPI ha llegado al final de
su vida útil. También es una buena práctica conservar un EPI original sin usar con el
que se puedan comparar otros para determinar su deterioro de forma visual; este
método es muy útil para los guantes, no tanto para los filtros de protección de vías
respiratorias.
Los EPI de vías respiratorias independientes del medio son, por su propia naturaleza,
más complejos, y su mantenimiento, comprobaciones periódicas y cuidados deben
encargarse a un especialista. Si se tiene en cuenta que del buen estado del EPI
depende en muchas ocasiones la seguridad de una persona es evidente que el capítulo
de comprobación periódica y mantenimiento de los EPI es algo muy importante.