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Significados y simbolismo de la fayenza durante el Reino Antiguo egipcio

Article · January 2013

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Francisco L. Borrego Gallardo


Universidad Autónoma de Madrid
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Revista nº 2 Diciembre Año 2013
Cuadernos del Vidrio

Director: Emilio Cabanes


Edición científica: Elena Torres
Comité asesor: Fernando Cortés, Cristina Gil, Paloma Pastor
Diseño y maquetación: José María Navarro

Cuadernos del Vidrio está abierta a las


colaboraciones de todos aquellos profesio-
nales, investigadores y expertos relacionados
directa o indirectamente con el mundo del
vidrio. En la página www.esvidrio.es se
encuentran las Normas de Publicación de la
revista y las condiciones de envío.

Escuela Superior del Vidrio


Fundación Centro Nacional del Vidrio
Domicilio social: Paseo del Pocillo, 1. 40100. San Ildefonso. Segovia.
Depósito Legal: SG156/99
ISSN: 2340-9185
Marzo 2014

Fotografía de portada: Boca de horno principal del taller de trabajo Real Fábrica.
Fotografías publicación: Responsabilidad de los autores.
Es para mí un orgullo presentar el segundo número de Cuadernos del Vidrio,
revista publicada por la Escuela Superior del Vidrio, Fundación Centro Nacional del
Vidrio, Real Fábrica de Cristales de La Granja. En esta edición contamos con una
selección de artículos que abarcan ámbitos relativos al vidrio muy dispares tanto
temática como cronológicamente. Y esto es así porque nuestra revista tiene
precisamente la vocación de difundir el conocimiento relativo al vidrio en todos los
campos científicos, una labor de apoyo a la que realiza la Escuela Superior del Vidrio,
en la que pretendemos formar a nuestros alumnos en los múltiples y heterogéneos
aspectos que engloba el complejo y apasionante mundo del vidrio. La variedad de los
temas de los artículos que ahora presentamos es fiel reflejo de ello.
Un recorrido por el Egipto del Reino Antiguo muestra la terminología egipcia
relativa a la fayenza, el gran material vítreo de la Antigüedad desde el III milenio a. C.,
realizando un análisis del simbolismo de dichos términos, que se ilustra con algunos
ejemplos de materiales emblemáticos. De la fayenza de la Edad del Bronce pasamos
a las aplicaciones de los nuevos vidrios en el siglo XXI con un artículo sobre la
utilización del vidrio en arquitectura y su relación con la temperatura y con el confort
térmico. Publicamos además dos artículos sobre vidrieras. Uno de ellos analiza una
faceta frecuente en los vidrieros de época moderna, la itinerancia. Y para hacerlo se
centra en una familia de vidrieros del siglo XVIII, los Eder, originarios de Bohemia e
instalados en La Granja de San Ildefonso, donde desarrollaron su trabajo en la Real
Fábrica de Cristales. Y, por último, un artículo sobre otra familia de vidrieros, los
Ravella, pintores de vidrieras catalanes, también del siglo XVIII. El artículo estudia el
modo en que estos pintores vivieron el ocaso de la vidriera durante el Barroco y cómo
se enfrentaron a la pérdida patrimonial que supuso el sitio de Barcelona a principios de
dicho siglo.
Esperamos que este nuevo número de Cuadernos del Vidrio contribuya a la
difusión del conocimiento sobre el vidrio, un material que forma parte de nuestro
patrimonio artístico e industrial. Ese patrimonio y ese conocimiento son los que
queremos conservar y potenciar desde la Escuela Superior del Vidrio y desde nuestra
revista.

Emilio Cabanes Miró


Director de Cuadernos del Vidrio
Cuadernos del Vidrio
Escuela Superior del Vidrio

ÍNDICE

Artículos

Paloma Pastor .......................................................................................................................1

Vidrieros itinerantes: Los Eder

Sílvia Cañellas, Carme Domínguez, Pere Valldepérez...........................................................6

Los Ravella, pintores de vidrieras del siglo XVIII

Francisco L. Borrego..............................................................................................................24

Significados y simbolismo de la fayenza durante el Reino Antiguo egipcio

M. Arroba, Jorge de Andrés ..................................................................................................48

Vidrio y temperatura radiantes

Noticias

90 días en Venecia ................................................................................................................64

Product Design Madrid...........................................................................................................66

Un erasmus algo atípico ........................................................................................................67

Reseña bibliográfica: Historia del Vidrio. ................................................................................70

En memoria de David Whitehouse (1941-2014).....................................................................70

La Real Fábrica de Cristales de La Granja viaja a Portugal ...................................................71

Exposiciones y Actividades en el Museo Tecnológico del Vidrio.............................................71

El Vidrio Fenicio-Púnico. Testimonio de una civilización perdida. ...........................................71

Curso internacional de vidrio en Jerusalén.............................................................................72


ARTÍCULOS
SIGNIFICADOS Y SIMBOLISMO DE LA FAYENZA DURANTE EL REINO ANTIGUO EGIPCIO

Francisco L. Borrego Gallardo


Universidad Autónoma de Madrid

Resumen

En este artículo se estudian los significados que tuvo la fayenza para los egipcios durante el Reino
Antiguo. Se analizan sus primeras utilizaciones y los términos que describían este material, para
seguidamente repasar los principales usos de este material y las semánticas que les fueron
adscritas, prestando atención a sus cualidades y propiedades en relación con la documentación
arqueológica, icónica y textual. Se puede saber, así, que la fayenza cuenta con un rico elenco de
significados, relacionados con las nociones de luz celeste, especialmente la del sol al amanecer,
la divinidad y la capacidad de regeneración.

Palabras clave: Egipto antiguo, fayenza, religión egipcia, Reino Antiguo, Textos de las Pirámides.

Abstract

This paper deals with the meanings of faience in Egypt during the Old Kingdom. First, the analysis
presents its most ancient uses and the terms employed for describing this material. The study
continues with the main uses of that material and the semantics which were given to it, focusing on
its qualities and properties in relation with the archaeological, iconic and textual evidence. It has
been found that Egyptian faience had a very broad and rich group of meanings related to the
notions of celestial light, especially that of the sun at dawn, the divinity and the ability for
regeneration.

Keywords: Ancient Egypt, faience, Egyptian religion, Old Kingdom, Pyramid Texts.

1. Introducción

La fayenza es un material cuya invención parece poder fecharse en el Egipto faraónico a finales
del periodo Predinástico, cuando se alternan los primeros objetos de fayenza propiamente dicha
con el vidriado de varias clases de piedras, sobre todo de esteatita. Desde entonces, fue
empleada en la confección de elementos de tipos, funciones y significados muy diversos1. La
importancia de este material para la elaboración de un buen número de artefactos de clases
diferentes y usos muy variados desde entonces es muy notable y, por otra parte, bien conocida.
Sin embargo, lo que no lo es tanto es el conjunto de actitudes culturales y religiosas que los
egipcios tuvieron hacia esa clase de material, las connotaciones que la fayenza les sugería2.
Preguntarse por esta cuestión es pertinente tanto si se tiene en cuenta que la egipcia era una
cultura integrada en su entorno, para la cual los materiales que rodeaban su vida cotidiana podían,
en determinados contextos, estar cargados de significados múltiples y complejos3, como si se
considera el uso tan extendido y longevo de la fayenza como material. No obstante, como
recuerda acertadamente R. S. Bianchi, es preciso no olvidar que la fayenza es un material que es
producido para y utilizado preeminentemente por la elite, que es quien determina, utiliza y recibe
de modo pleno la pluralidad de significados que los egipcios atribuyeron a esta substancia4.

1
Lucas 1962: 156-161; Nicholson 2001; Nicholson y Peltenburg 2000: 179.
2
En general, para toda la civilización faraónica a lo largo de tres milenios: Aufrère 1991: II, capítulo 17.
3
Vid. e. g. R. H. Wilkinson 2003.
4
Bianchi 1998: 22.
24
Francisco L. Borrego Gallardo
Significados y simbolismo de la fayenza…

En el presente trabajo se busca comprender, a través de fuentes arqueológicas, icónicas y


textuales, qué significados y ámbitos simbólicos pudo haber tenido la fayenza para los egipcios en
un periodo en el cual su uso se consolida y difunde, el Reino Antiguo (dinastías III-VIII: c. 2592-
2118 a.C.)5, prestando asimismo atención a sus contextos de aparición y a sus relaciones con
otros elementos y realidades.

2. El simbolismo de la fayenza en el Reino Antiguo

2.1. Términos y significados de la fayenza a lo largo de la civilización faraónica

El término utilizado para designar la fayenza durante los siglos de vida de la civilización faraónica
es THnt (chehenet)6. Como se verá en mayor detalle después, este vocablo parece derivar de una
raíz THn (chehen) que parece contar con varios significados afines, como “brillar”, “resplandecer”,
“lucir”7.

La fayenza parece haber contado con varios significados generales a lo largo de toda la Historia
del Egipto faraónico. Como han señalado un buen número de autores y se acaba de apuntar, el
propio término que designa este material comporta las ideas de brillo y resplandor, lo que sugiere
que pudo haber estado asociado con el fulgor de astros tanto diurnos, como el sol, como
nocturnos, especialmente las estrellas8. De hecho, un epíteto relativamente común de Ra, el Sol, y
de otras divinidades solares es precisamente THn “el Resplandeciente” y sus compuestos9.

Además de este valor primario y general, un significado complementario de la fayenza parece


haber sido, como ha destacado S. Aufrère, la idea del buen augurio10. Por otro lado, en época
grecorromana, entre los textos localizados en los templos se puede encontrar la idea de que uno
de los cuatro rostros de la diosa Hathor es de fayenza. Esta asociación parece que tiene que ver
con las vinculaciones celestes de esta deidad, más en concreto con el brillo de diferentes astros11.

Algunas pistas relevantes pueden asimismo derivarse de los significados de sus colores12. Lo
primero que debe decirse al respecto es que los términos utilizados para describir los colores, y
por lo tanto las connotaciones asociadas con ellos, eran distintos para los egipcios de los que son
para nosotros actualmente. En ese sentido, el verde y el azul constituían una realidad más
cercana entre sí de lo que están para nosotros. Por ello no sorprende que la gama cromática de la
fayenza comprendiera desde el verde (wAD) hasta el azul oscuro (xsbD, lit. “lapislázuli”) pasando
por el azul turquesa (mfkAt, lit. “turquesa”) y un azul más neutro (jrtjw)13. En el caso de los
significados asociados con el azul, éste podía evocar desde el color del cielo (diurno para el claro
y nocturno para el añil / lapislázuli), y la acción en él de algunos astros (sobre todo el sol), al del
agua (el Nilo y su inundación) y sus efectos (germinación, fertilidad)14. En cuanto al verde, las
asociaciones más comunes y fuertes se establecen con el mundo vegetal, y por ello con las

5
Las fechas han sido tomadas de Hornung, Krauss y Warburton 2006.
6
Erman y Grapow 1931: 390, 11 – 391, 15; Faulkner 1962: 306 (22); Hannig 1995: 960-961. Vid. también Harris 1961:
135-138; Bianchi 1998: 24.
7
Erman y Grapow 1931: 391, 21 – 393, 25; Faulkner 1962: 306 (21); Hannig 1995: 961. Vid. asimismo Raven 1988:
238; Bianchi 1998: 24.
8
Raven 1988: 238-239; Aufrère 1991: II, 521-537.
9
Raven 1988: 238; Hannig 1995: 961; Leitz 2002: VII, 479-489.
10
Aufrère 1991: II, 521-537.
11
Ibid.: II, 161-168 y 521-537.
12
Sobre los términos para describir los colores en el Egipto antiguo y los debates que se han establecido al respecto,
vid. Kees 1943; Schenkel 1963; Baines 1985; Quirke 2001; R. H. Wilkinson 2003: 116-139; Spalinger 2008; Warburton
2008.
13
Aufrère 1991: II, 521; Warburton 2008: 225.
14
R. H. Wilkinson 2003: 119-120 y 130.
25
nociones de (re)generación, crecimiento, salud y vitalidad, positividad y prosperidad, así como con
la diosa Hathor a través del color de la planta que se asocia más a menudo con ella, el papiro15.
De este modo, tanto la gama cromática de la fayenza como sus asociaciones con Hathor parecen
tener que ver con una vertiente semántica importante relacionada con el renacimiento y la
regeneración, en particular las vehiculadas por las nociones de juventud, vigor y alegría16.

En este conjunto de sentidos, un trabajo reciente de A. Spalinger puede aportar algunas claves
suplementarias de gran interés. Como ha mostrado este autor, para los egipcios de la Antigüedad
existían asociaciones semánticas entre los colores y los puntos cardinales, buena parte de las
cuales son compartidas con otros pueblos próximo orientales. Mientras que el sur (rsw) se vincula
con el rojo (dSr), el norte (mHw) con el negro (km) y el oeste (jmnt) con el blanco (HD), el este (jAbt)
aparece vinculado con el espectro que comprende del verde al azul (wAD-mfkAt-jrtjw-xsbD).
Spalinger explica estas equivalencias cromático-geográficas merced a la acción del sol sobre la
atmósfera. En el caso del oriente con el verde-azul, señala que estos dos colores aparecen por
dicho punto cardinal poco antes del amanecer17. De ese modo, la gama cromática que comprende
el verde y el azul, la misma que la fayenza, está asociada con el momento de (re)generación más
notable e importante, el amanecer, que implica el nacimiento de la luz, del brillo y el resplandor del
sol, lo que a su vez permite explicar por qué en algunos contextos se habla de un “sol verde”18.
Además, a este respecto es preciso señalar, si se relaciona este aspecto del cromatismo de la
fayenza con el brillo que le aporta su vidriado, la existencia en lengua egipcia de una expresión
que sirve para denotar el momento del alba es precisamente HD-tA, cuya traducción literal es
“(cuando) la tierra brilla”19. Con ello, en mi opinión, la fayenza funcionaría como un trasunto muy
adecuado de la luz solar del amanecer en sus dos vertientes visuales principales: su gama
cromática y su brillo.

2.2. La semántica de la fayenza durante el Reino Antiguo

2.2.1. Usos de la fayenza antes del Reino Antiguo

Durante el periodo Predinástico y durante el Dinástico Temprano la fayenza parece haberse


limitado a dos variedades cromáticas próximas: verde y azul claro. A lo largo del Reino Antiguo
ambas coloraciones se mantuvieron, aunque ocasionalmente se documentan ejemplos en blanco,
negro y púrpura20. El único método de fabricación durante esos periodos parece haber sido el
molido y modelado de sus componentes, posiblemente ya a molde, y su posterior horneado y
vidriado mediante eflorescencia21. Era un material bastante apreciado, pese a que fuera “artificial”
y de relativamente fácil fabricación. De dicho aprecio da cuenta no sólo su utilización abundante
por la elite y su abanico tipológico amplio, sino también una referencia textual del propio Reino
Antiguo donde se refiere la exportación de fayenza22, lo que supone su tratamiento como una
mercancía valiosa también para otras poblaciones que habitaban fuera de las fronteras que se
encontraban bajo la autoridad del rey egipcio.

Ya se señaló al principio de este trabajo que los primeros testimonios de fabricación de la fayenza
se remontan al final del Predinástico, un periodo que en lo que se refiere a esta cuestión podría
considerarse como de experimentación. Seguidamente, en el llamado Periodo Tinita (dinastías I-II:
c. 2900-2592 a.C.) la técnica de elaboración de este material se presenta más consolidada: se
15
Ibid.: 121 y 130.
16
Bianchi 1998: 25 y 28.
17
Sim. Borrego Gallardo 2004: 20-21.
18
Spalinger 2008: passim, esp. 242-243.
19
Sobre esta expresión y parte de sus metáforas asociadas, vid. Pérez-Accino 2002; Allen 2010: 385-386.
20
Andrews 1994: 100.
21
Nicholson 1998: 56-58; Nicholson y Peltenburg 2000: 179-181.
22
Urk. I 136, 5 (tumba de Sabni en Qubbet el-Hawa, dinastía VI). En ese mismo pasaje se menciona asimismo la
exportación de vestimentas, miel y aceite.
26
Francisco L. Borrego Gallardo
Significados y simbolismo de la fayenza…

constatan ya piezas de un tamaño notablemente mayor y aparecen los primeros recipientes,


estatuas, tirabuzones de estatuas compuestas, placas votivas e incrustaciones arquitectónicas,
vasculares y taraceas, aunque sus usos más extendidos son las cuentas y las figurillas23. El inicio
del Reino Antiguo va a suponer tanto una extensión de su uso a la confección de artefactos que
no habían sido elaborados anteriormente con esta materia prima, con un mayor rango de técnicas
asociadas, como una diversificación de sus usos de un modo que podría denominarse, con
precaución, “metafórico”. Por “uso metafórico”24 entiendo el empleo de la fayenza como material
que alude, se refiere o sustituye a otra sustancia con la que comparte algún rasgo o característica,
como, por ejemplo, el color, la textura o el brillo. Se trata de dos fenómenos simultáneos e
inseparables, que parecen formar parte de un solo y mismo proceso. Así, en el Reino Antiguo ya
parece documentarse el empleo de la fayenza como imitación de otros materiales de mayor coste
y dificultad de obtención, como la turquesa (mfkAt), el lapislázuli (xsbD), la malaquita (Szmt) y el
feldespato verde (wAD)25. Esto permite explicar por qué en ciertos ámbitos, como algunos que
serán abordados más adelante, la fayenza parece haber sido denominada xsbD “(piedra / mineral)
azul oscuro”, es decir, “lapislázuli”26.

2.2.2. Vocablos relacionados con la fayenza en el Reino Antiguo

El Reino Antiguo es el periodo donde se documenta el empleo más antiguo del término egipcio
para designar la fayenza, , , THnt27. Parece tratarse de una palabra
derivada de un verbo asimismo atestiguado por vez primera durante ese periodo, THn “brillar,
resplandecer, relucir”28, que cuenta con una forma reduplicada, THnHn, que conlleva una
intensificación y por ello la idea de “brillar intensamente, refulgir, fulgurar”29 (vid. infra). Según esta
etimología, THnt, la fayenza, sería un participio femenino con valor neutro del verbo THn, literalmente
“lo que brilla, lo que resplandece, lo que reluce”. Esta derivación pone de manifiesto que las
categorías conceptuales de los egipcios y las nuestras son distintas: bajo ese mismo término,
entonces, podrían haberse incluido varios materiales diferentes que compartieran entre sí las
características del brillo, aunque en la práctica parece haber designado únicamente la fayenza.
Igualmente, resulta muy significativo el empleo de las palabras que clasifican y categorizan la
palabra, sus semagramas. Los signos jeroglíficos (S15) y (S16) reproducen colgantes
conformados por sartas de cuentas, las cuales son su uso más habitual, prototípico. Por otro lado,
presentan el signo habitual para piedras y minerales, (N33A), lo cual condice con su uso como
cuentas pero asimismo parece revelar que los egipcios concebían este material como una piedra
o mineral, pese a su origen artificial.

Por otro lado, el empleo del término xsbD “lapislázuli” parece rebasar el de la designación de este
mineral para designar otros materiales de color azul oscuro, como la fayenza, lo que está
documentado con seguridad para otros periodos posteriores al Reino Antiguo pero que muy bien
ya podría estar presente durante estos momentos, como habrá ocasión de ver más adelante. Por

23
Friedman 1998a: 67-71, 73-75, 177-180 (cat. 3-15); ead. 1998b: 16-17 y 19, fig. 3 y 5; Nicholson y Peltenburg 2000:
179; Bussmann 2011: 750-754; Teeter 2011: 109-112 y 114 (cat. 64, 66-68 y 70).
24
Se podría ser algo más preciso en esta definición, hablándose de “uso metonímico”. La metonimia es un tipo
específico de metáfora, que se caracteriza por designar un ente merced a uno de sus atributos, materiales, partes, etc.
25
Friedman 1998b: 15; Nicholson 2001: 491 y 495.
26
Harris 1961: 128; Nicholson y Peltenburg 2000: 178. Acerca de los nombres de los minerales como origen de los
términos para designar los colores más característicos de los primeros, vid. Warburton 2008.
27
Hannig 2003: 1455 {38217}.
28
Ibid.: 1455 {38227}. L. Corcoran 2008 apud Warburton 2008: 219 y 241, por su parte, piensa que THnt sería más bien
en origen una palabra que designaría una piedra semipreciosa del grupo de las calcedonias. Sin embargo, esta
propuesta no condice bien con su derivación a partir de una raíz THn; en efecto, lo habitual en egipcio es que el
sustantivo que da nombre al mineral dé origen a otras palabras, pero en este caso la palabra THnt parece derivar del
verbo THn (vid. infra).
29
Hannig 2003: 1456 {38244}.
27
ello, el acercamiento a los textos que aludan a la fayenza deben ser tomados con una cierta
precaución, a la vez que si se quieren tener en cuenta otros aspectos simbólicos de la fayenza
deben considerarse otros términos de cualidades afines.

2.2.3. Usos y significados de la fayenza en el Reino Antiguo

A partir de la documentación arqueológica, icónica y textual resulta posible hablar de dos usos
principales de la fayenza durante el Reino Antiguo: como material para la confección de estatuas,
figurillas y otros elementos que podrían ser calificados de “exentos”, por un lado, y como material
destinado a complementar otros objetos realizados en otros materiales, por el otro. Además,
resulta preciso tener en cuenta el contenido y los contextos de las menciones que de ella se
conocen en los religiosos más importantes del periodo, los llamados Textos de las Pirámides.

2.2.3.1. La fayenza como material exento

Uno de los usos más extendidos de la fayenza durante el Reino Antiguo es como material para la
confección de figurillas y estatuillas que representan mujeres, niños, maquetas de embarcaciones
con proa de cabeza de erizo, animales como babuinos, varias especies de aves, felinos y
cocodrilos, maquetas de recipientes, de flores y alimentos. En opinión de B. J. Kemp, estos
artefactos, que no siguen los modelos de la escultura canónica contemporánea, pertenecen al
ámbito religioso y ritual de la cultura que permanece aparte del ámbito palatino, canónico, cultura
que este autor denomina preformal y que arranca, heredera ya entonces de una larga tradición,
desde el Periodo Tinita y que convive con el lenguaje semántico y formal emanado y
promocionado por la corte durante dicho periodo y el Reino Antiguo (la que él denomina cultura
formal). En el caso de las figurillas elaboradas en fayenza de carácter preformal, éstas han sido
halladas en lo que parecen ser santuarios de yacimientos como Elefantina y Abydos en el Alto
Egipto y Tell Ibrahim Awad en el Delta30. En cuanto al posible significado de la fayenza en estos
casos, buena parte de los objetos condicen bien con el aspecto (re)generativo y de fertilidad,
como en las figurillas de animales como las ranas o en las de mujeres y niños. Sin embargo, en
otros casos no se puede explicar de modo satisfactorio. ¿Cuál podría haber sido, entonces, la
razón para su utilización? En mi opinión, dos factores podrían hallarse detrás de la motivación
para su elección. El primero de ellos es una preferencia o una tradición local. Esto viene señalado
por el hecho de que en otros lugares distintos de los ya señalados, al menos durante el Periodo
Tinita, los mismos tipos de figurillas que aparecen en los santuarios elaborados en fayenza lo son
o exclusivamente en marfil (como sucede en Hieracómpolis)31 o parcialmente en caliza (como
sucede en Abydos)32. Un segundo factor es que la fayenza, al igual que el marfil, era un material
apreciado y estimado por sus cualidades intrínsecas y propiedades, digno de ser utilizado en
santuarios y, además, de un coste de elaboración no demasiado elevado.

Se conoce asimismo para este periodo el empleo de alguna placa exenta inscrita con la titulatura
del rey Snefru (c. 2543-2510 a.C.)33. Lamentablemente, el desconocimiento de su contexto
arqueológico impide saber apenas nada sobre su función y sentido originales. Bastante mejor
conocidas son las placas con textos por ambas caras en bajorrelieve presentando la titulatura del
rey Pepy I (c. 2276-2228 a.C.) (fig. 1) y Pepy II (c. 2216-2153 a.C.), algunos de ellos indicando la
celebración del festival de renovación de la regia persona del monarca (Hb-sd, la Fiesta Sed). Este
tipo de plaquitas apareció en los depósitos votivos del templo de Satet en la isla de Elefantina (fig.
1) y en el de Jenteyimentyu en Abydos34. Es posible que no solamente se utilizaran como ofrenda
votiva, sino que también pudieran haber llegado a ser empleadas durante alguna clase de ritual

30
Kemp 2006: 112-121 y 125-128, fig. 40, 43-44.
31
Bussmann 2011: 755-757.
32
Ibid.: 754.
33
El Cairo JE 67977: Dobrev 1993.
34
Kemp 2006: 119-120 y 125, fig. 40 (2) y 43, con referencias.
28
Francisco L. Borrego Gallardo
Significados y simbolismo de la fayenza…

durante el culto. A este respecto podría aventurarse la idea, que no debería ser tomada más allá
de la simple consideración de hipótesis de trabajo, de que constituyeran una manera de hacer
presente al soberano durante los ritos cotidianos, dado que el monarca debía delegar su papel de
oficiante en los sacerdotes que realizaban los rituales por todo el país, pero que actuaban y
operaban en el nombre del rey.

El uso más habitual de la fayenza como elemento exento en este momento es en forma de
cuentas, a menudo tubulares, unidas conformando mallas para mujeres35, collares (fig. 2),
brazaletes, cinturones, pulseras y tobilleras36, así como en el empleo de pequeños amuletos
incluidos en algunos de estos elementos37. En estos casos parece muy posible que uno de los
motivos que expliquen su elección como material para esta clase de artefactos es tanto su brillo y
cualidades propias como su parecido con piedras semipreciosas como la turquesa y el feldespato
verde. Sin embargo, no debe perderse de vista que estos objetos aparecieron en contextos
funerarios, y que la gran mayoría de ellos se encontraba en contacto directo con el cuerpo del
difunto. Por ello, no parece descabellado pensar que uno de los valores semánticos más
importantes de la fayenza, el de la propiciación del renacimiento y de la regeneración (vid. infra),
se encontrara asimismo detrás de su elección para la confección de estos objetos para el ajuar
funerario. En ese sentido, recientemente H. Wilde ha destacado la relación semántica de estos
objetos elaborados en fayenza con el mundo vegetal y las asociaciones de piedras como la
malaquita y la turquesa, a las que parece sustituir la fayenza en algunos contextos, con las
estrellas38.

2.2.3.2. La fayenza como material complementario

Por otro lado, los usos de la fayenza como material complementario parecen limitarse en este
periodo a diferentes clases de incrustaciones. Entre ellas se pueden distinguir varios usos, como
ha indicado R. Landgráfová39: en arquitectura, en muebles y en utensilios y enseres.

En primer lugar, uno de los más destacados es el uso como complemento de estructuras
arquitectónicas. El caso mejor conocido para el Reino Antiguo es el de las aproximadamente
36.000 placas de fayenza de color verde azulado que formaban parte de algunas estancias
subterráneas del complejo funerario del rey Netcheryjet (c. 2592-2566 a.C.), en Saqqara (fig. 3)40.
Más concretamente, se trata de las llamadas “cámaras azules”, precisamente por el color de las
propias placas, que fueron excavadas y decoradas de ese modo tanto por debajo de la pirámide
escalonada que preside todo el conjunto como debajo del edificio conocido como “Tumba Sur”41.
Se trata de piezas rectangulares con esquinas redondeadas, con el lado exterior convexo y
brillante y el interior cuadrado, mate y dotado de orificios para su encastre en las paredes, las
cuales fueron talladas ex professo para acogerlas y simular tapices hechos de esteras de corteza
de papiro y juncos atados. Se ha sugerido que, además de como remedo de esta ornamentación
ligera42, la noción de regeneración del color verde azulado de las placas y la existencia en los

35
E. g. P. Rigault apud Arnold y Ziegler 1999: 306-307 (cat. 94).
36
E. g. A. Wilkinson 1971: 28, 30-33, 40, 42 y 46-47; Andrews 1990: 57-59; Friedman 1998a: 114-115, 122-123, 212 y
220 (cat. 80 y 100); P. Rigault. apud Arnold y Ziegler 1999: 308-309, 422-424, 427-431, 479-480 y 482-484 (cat. 96, 98,
162-164, 167-169, 200-201 y 204-206). Vid. asimismo recientemente Wilde 2013: 174-175, 176 y 182-183.
37
E. g. P. Rigault apud Arnold y Ziegler 1999: 423 y 424 (cat. 164); Wilde 2013: 180-182. Vid. A. Wilkinson 1971: 26-28.
38
Wilde 2013: 183 y 185-187.
39
Landgráfová 2006: 49.
40
Friedman 1998a: 66-67, 72-73 y 180-181 (cat. 17-20); ead. 1998b: 17; Ziegler, apud Arnold y Ziegler 1999: 168-169;
Nicholson y Peltenburg 2000: 179.
41
Sobre este complejo funerario, como referencias recientes y generales: Lauer 1999; Baud 2002: 95-115 y 142-167;
Verner 2002: 108-140; Lehner 2003: 84-93.
42
Recientemente, en la cámara funeraria de la pirámide subsidiaria del complejo funerario del rey Dyedefra (c. 2482-
2475 a.C.) se han hallado evidencias de un mortero parietal con restos de juncos y esteras que sugieren que en su
interior estuvo recubierto por tapices vegetales que muy bien podrían haber sido de la misma clase que la imitada en las
“cámaras azules” de las estancias subterráneas del complejo funerario de Netcheryjet: Valloggia 2002: 346-347; id.
29
posteriores Textos de las Pirámides del denominado “Marjal de los Juncos” (sxt-jArw) del cielo
podría evocar el destino ultraterreno del rey difunto43.

En segundo lugar, de gran predicamento entre la elite parece haber sido su empleo como taracea
o incrustación en diferentes clases de muebles. Uno de los conjuntos de muebles más coherentes
fueron hallados en el hipogeo G-7000x, en Guiza, donde se encontraron varios objetos
pertenecientes a la madre del rey Jufu (c. 2509-2483 a.C.), Hetepheres I, donde la fayenza
constituía un importante componente en forma de incrustaciones en tronos, lechos y cajas. Estas
taraceas adoptan la forma de plumas de halcón con colores azul y azul oscuro alternantes,
rosetas, emblemas divinos, signos jeroglíficos y otros parciales para conformar, a modo de
mosaico, figuras más complejas, como seres humanos y aves (fig. 4)44. En lo que se refiere al
posible significado del motivo del plumaje que recubre buena parte de este mobiliario, resulta
interesante aplicar a este conjunto la asociación que ha planteado R. Landgráfová con algunos
tronos figurados en relieves regios que presentan plumas45. El plumaje, habitualmente de halcón,
de esta clase de asientos aparece en un buen número de documentos de todas las épocas,
incluyendo el Reino Antiguo, y su significado puede guardar estrechas relaciones con la noción de
divinidad46. Dicho de otro modo, al cubrir de plumas de esta clase, el objeto en cuestión se
impregnaría o imbuiría de lo divino. A este respecto, considero que el significado que aporta la
fayenza como material sería tanto su color, ya sea del cielo diurno como nocturno (en ambos
casos espacios propiamente del mundo de los dioses), y su brillo, en relación con las luminarias
de dichos ámbitos (el sol en el caso del día y las estrellas y la luna en el de la noche). Esta red
semántica se vería reforzada, además, por su forma concreta, las plumas, las cuales, además de
su asociación con las deidades, alude a las aves, clase animal que, aún de modo más específico
en el caso de los halcones, conoce vinculaciones muy fuertes con el cielo en el Egipto del Reino
Antiguo47. La imagen de la roseta, asimismo realizada en fayenza y muy utilizada dentro del
conjunto mobiliario de Hetepheres I, parece vehicular alusiones a una semántica relacionada con
la (re)generación y el (re)nacimiento en estos momentos, dadas sus asociaciones con la flor de
loto y la aparición y la efusión de la luz, especialmente la solar48. Estos significados de la roseta
condicen muy bien con las asociaciones simbólicas de la fayenza con la luminosidad, el brillo de
los astros y la (re)generación.

En una caja procedente de Gebelein (fig. 5)49, donde, además de placas de marfil, las
incrustaciones de fayenza azul celeste y azul oscuro exhiben una variedad relativamente grande
de patrones: el habitual de plumas de halcón alargadas, tallos y flores de loto, placas simples
dispuestas de modo cromáticamente alternante, placas triangulares combinadas por parejas

2011: I, 62; II, 162, fig. 249.


43
C. Ziegler, apud Arnold y Ziegler 1999: 169. Sobre esta región en los Textos de las Pirámides, vid. Allen 1989: 6;
Hays 2004.
44
Reisner y Smith 1955: 28-47, fig. 28-30, 32-33, 38-40 y 46, lám. 11-14, 18-26, 32-33 y 35; Smith 2000: 89-90, fig. 87-
89.
45
Se trata de las incrustaciones en forma de pluma descubiertas en el complejo funerario de Neferefra en Abusir:
Landgráfová 2006: 50. Vid. infra.
46
Kuhlmann 1977: 57-60 y 81-83; id. 1986: 525-526; Grumach-Shirun 1977: 142; Giza-Podgórski 1984: 103, 110 y 119;
Graham 2001: 163.
47 PMN
Cf. e. g. TP 467, §§ 891b-c : gp.n Ppy pn jr pt m aHaw | sn Ppy pn pt m bjk “Este Pepy ha volado entre las nubes rumbo
TPMN
al cielo como una garza, | este Pepy besa el cielo como un halcón”. Igualmente digno de reseña es TP 335, § 546 :
nfr.w(j) A mAw Nfr-kA-Ra sSd=f m wpt-Ra | SnDt=f Hr=f m @wt-@rw S(w)t=f m S(w)t-bjk | pr=f r=f r pt m-m snw=f nTrw “¡Qué felices
son los que contemplan a Neferkara con su diadema (procedente) de la frente de Ra! | Su faldellín tripartito sobre él es
el de Hathor y su plumaje es el plumaje de un halcón | cuando asciende rumbo al cielo entre sus hermanos / iguales, los
N
dioses”. Asimismo resulta relevante TP 681, §§ 2035a-b : Nfr-kA-Ra pw bjk=T pw nTry | jj.n Nfr-kA-Ra pr=f jr pt (w)bA Nfr-kA-Ra
obHw “Neferkara es este tu halcón que se ha convertido en divino: | Neferkara ascendiendo rumbo al cielo ha venido,
PAnMN
Neferkara explora las Aguas Frescas (celestes)”. En TP 470, §§ 913a-b también se encuentra un pasaje de interés:
prr=k jr pt m bjkw | Swt=k m Apdw j.t(j) “‘Es como los halcones como asciendes rumbo al cielo, | siendo tus plumas de
aves’ dice ella”.
48
Borrego Gallardo 2012: 155-156.
49
Turín, Museo Egizio S. 15709: K. Grzymski apud Arnold y Ziegler 1999: 418 (cat. 158).
30
Francisco L. Borrego Gallardo
Significados y simbolismo de la fayenza…

cromáticas para conformar rectángulos y, finalmente, placas alargadas de fondo claro con motivo
reticulado oscuro50. Aparte de la delicadeza del trabajo y la riqueza de motivos desplegados en
una sola pieza, este cofre se presenta como un testimonio muy relevante desde el punto de vista
del significado de la fayenza, al mostrarse la asociación de ésta con el motivo de la flor de loto.
En los Textos de las Pirámides, este elemento vegetal ya aparece como la forma del dios
Nefertum, la personificación del loto que emergió de las aguas primigenias y desde el cual
amaneció Ra, el sol, por vez primera y, desde donde lo hace todas y cada una de las mañanas51.
Por otro lado, esta flor también figura en ese corpus textual como un elemento relacionado con la
purificación del rey difunto en el Marjal de los Juncos, en el cielo, ámbito que, como ya se ha visto,
ya ha sido relacionado con la fayenza en este periodo52.

Dentro de un ámbito que podría ser descrito, con precaución, como de un carácter ritual más
acentuado53, en las áreas de culto de la necrópolis regia de Abusir se han recuperado evidencias
de gran interés en lo que se refiere al uso de la fayenza como taracea. Se trata de las piezas
procedentes de los complejos funerarios del rey Neferefra (c. 2404-2403 a.C.) y de la madre de
éste, Jentkaus II54. Se trata de placas de tamaño pequeño y de sección plana (fig. 6). En su
superficie exterior se han elaborado, en altorrelieve, las figuras y los signos jeroglíficos que
componen las escenas, mientras que los huecos entre ellos, relativamente profundos, han
recibido, después de la cocción55, una pasta de yeso calizo hasta una altura ligeramente inferior a
la de los motivos realzados en fayenza, destinada a acoger una doradura de la que quedan
algunas trazas. Además de los habituales motivos de plumas y los textos en signos jeroglíficos
que transcriben la titulatura del monarca, las escenas compuestas con esta clase de placas son
relativamente variadas, desde la introducción del rey en el mundo divino, su purificación, su
contacto con los dioses y procesiones de oferentes, así como textos de dedicación y elementos
habituales de las escenas en relieves parietales coetáneas, como el “panel de protocolo” y los
textos y fórmulas habituales que acompañan al rey56. Tras un atento estudio, R. Landgráfová ha
llegado a la conclusión de que estas placas de fayenza estaban destinadas a cubrir, muy
posiblemente, naoi, esto es, sagrarios para estatuas de culto en forma de pequeñas capillas
confeccionadas en madera57. Una fuente muy importante al respecto es el conjunto de los
denominados Papiros de Abusir, documentos que recogen aspectos económicos y cultuales de
los complejos funerarios de los reyes Neferirkara (c. 2415-2405 a.C.) y Neferefra y de la esposa
real y madre de reyes Jentkaus II. Así, como ha llamado la atención Landgráfová58, en el archivo
del complejo funerario de esta última se mencionan esta clase de contenedores de esculturas
sacras elaboradas en materiales preciosos, como oro, electro, cobre, maderas importadas, marfil,
ónice y lapislázuli / fayenza59. De una de ellas se dice que sus jambas tienen “figuras / relieves”
(Xpw / Spw), algunas de las cuales parecen estar “incrustadas de lapislázuli” (mHw m xsbD) y
decoradas con electro (Dam)60, es decir, una aleación áurea. Si se tiene en cuenta que el término
xsbD puede referirse a la fayenza61, que asimismo está en relación con una forma de oro y,

50
Cf. con algunas representaciones de cajas taraceadas de la tumba de Hesyra en Saqqara (dinastía III): Quibell 1913:
lám. xvii-xviii (30 y 32). Cf. Lacovara 1996: 491.
51 W WTPN
TP 249, esp. §§ 266a-b . Cf. TP 271, § 388a .
52 PN
TP 512, § 1164d . Cf. n. 43.
53
Esto no quiere decir que las cajas descritas anteriormente no pudieran haber desempeñado algún papel en
actividades rituales o de una clase de culto, especialmente en el caso del mobiliario de Hetepheres I.
54
Landgráfová 2000; ead. 2004; ead. 2006; ead. 2007a; ead. 2007b. Vid. asimismo Verner 1994: 139; Friedman 1998a:
80 y 182 (cat. 21).
55
Los motivos parecen haber sido realizados con la ayuda de instrumentos afilados, que habrían delineado las figuras,
primero, y haber retirado la masa de fayenza sin cocer entre ellas, después.
56
Landgráfová 2006: passim.
57
Ibid.: 49-51.
58
Ibid.: 50-51.
59
P. Posener-Kriéger apud Verner 2001: 134-141, lám. 27-29.
60
Ead. apud ibid.: 136, lám. 28.B. En ibid.: 136, lám. 28 D se registra un texto que posiblemente guarde relación con la
decoración de un naos con siluetas (Swwt) en lapislázuli y electro.
61
La mención del término xsbD en estos documentos como material o como color de un pigmento es recurrente: ead.
31
finalmente, que han aparecido placas de fayenza en el mismo complejo funerario que donde
aparecieron dichos papiros, placas de fayenza azul con imágenes y motivos en relieve y fondo de
yeso dorado, es muy posible que las placas de fayenza del área de culto funerario de Jentkaus II
y, muy posiblemente, sus homólogas de la de Neferefra, formaran parte de la superficie exterior de
sagrarios de esta clase62. Sobre el posible significado de la fayenza en estos ámbitos y contextos
habrá ocasión de volver más adelante.

Por otro lado, es preciso señalar un conjunto pequeño de placas de esta clase que hasta hace
algunos años había pasado inadvertido. A partir de los materiales empleados y la técnica utilizada
en su confección, P. Lacovara63 ha fechado unas placas muy similares en técnica, ejecución y
decoración a las de Neferefra y Jentkaus II, artefactos que el egiptólogo alemán L. Borchardt halló
en el complejo funerario de Sahura en Abusir y que dató en un periodo posterior64. En ellas se
conservan restos de escenas donde aparece representada una diosa leontocéfala, posiblemente
Sejmet65.

También se conoce un ejemplo, por desgracia sin contexto conocido, que exhibe el procedimiento
inverso66: el fondo es de una fayenza de color verde azulado, en la cual se han grabado
ligeramente antes de la cocción, a modo de siluetas, las figuras y signos jeroglíficos, que después
de pasar por el horno han sido rellenados de yeso y seguidamente dorados, tras lo cual se han
inciso los detalles internos de las figuras67. Éstas son, en este caso, tres deidades femeninas que
miran hacia la derecha, llevando las insignias anx y wAs y caminando a modo de procesión; entre
ellas se encuentran las acotaciones textuales que refieren sus nombres: Neith, Renenutet e Ipy la
Grande68.

Otras evidencias suplementarias proceden de los testimonios de los Papiros de Abusir. Además
de las posibles menciones de naoi con placas de fayenza incrustadas referidas posiblemente en
los documentos del ámbito cultual de Jentkaus II, en algunos textos de los archivos de Neferirkara
se mencionan cajas decoradas con electro (Dam) y lapislázuli (xsbD)69. Como ha señalado
Landgráfová, dado que el término xsbD puede referirse asimismo a la fayenza, es muy posible que
estos muebles estuvieran confeccionados con fayenza en vez de con lapislázuli70. Un apoyo para
esta idea podría provenir de su utilización en vasos dentro de este mismo complejo funerario,
como se verá más abajo, además del propio caso de los naoi de Jentkaus II y Neferefra. En el
archivo de este último, por su parte, en un fragmento de inventario de utensilios cultuales se
menciona el xsbD posiblemente en relación con una máscara (Hr) con la forma del rostro del dios

apud ibid.: 134-139, esp. 138 (n. d), lám. 27-29. No es descabellado pensar que en los casos donde es mencionado
como material, xsbD representara la fayenza.
62
Ead. apud ibid.: 139, n. 25; Landgráfová 2006: 51.
63
Lacovara 1996: 488 y 489-490.
64
Borchardt 1910: 127-128, fig. 172 (izqda.); cf. n. sig.
65
La pieza representada en ibid.: fig. 172 (dcha.) parece contar con figuras de dos dioses (Ptah y una diosa de
atribución dudosa, posiblemente Sejmet) labradas con posterioridad sobre la placa de fayenza, de tal manera que
posiblemente las piezas del Reino Antiguo serían sólo las dos de la fig. 172 izqda.
66
Boston MFA (18)72.1593: Lacovara 1996.
67
La misión checa en Abusir ha recuperado en este mismo lugar evidencias del procedimiento inverso en otro material,
azul egipcio. En ellas las placas son de azul egipcio, de las que sobresalen ligeramente, en bajorrelieve, las siluetas, sin
detallar, de las figuras y signos jeroglíficos, cuyo destino es acoger una doradura que sí presenta los detalles internos
labrados. De ese modo, en estos casos el fondo es azul oscuro, añil, de la que sobresalen en dorado las figuras. Vid. al
respecto Landgráfová 2006: 44-49.
68
En opinión de Lacovara (1996: 488-491), esta clase de placas parece haber sido imitada en unas planchas de Pepy II
halladas en su propio complejo funerario (Jéquier 1934: 76-82; id. 1940: 39, 40 y 75-76, figs. 27-28, frontispicio) y,
posiblemente, en el del rey Teti (c. 2305-2279 a.C.; Quibell 1908: 72, lám. V.2), realizadas en madera estucada, pintada
y dorada, y en una de las cuales el fondo fue pintado de azul, lo que podría haber sido un intento de remedar la fayenza
de esta clase de artefactos.
69
Posener-Kriéger y de Cenival 1968: 10-11, lám. 27 (fragmentos G y J) y 28 (fragmentos C y G); Posener-Kriéger
1976: I, 150 y 152-154, fig. 18.
70
Landgráfová 2006: 49.
32
Francisco L. Borrego Gallardo
Significados y simbolismo de la fayenza…

cánido Anubis71, aunque no es posible saber si se trataba propiamente de lapislázuli o de fayenza.

En lo que se refiere a la utilización de la fayenza como taracea en objetos y utensilios, las


evidencias más destacadas proceden asimismo del ámbito cultual de la necrópolis regia de Abusir.
Se trata de un conjunto de vasos de madera de tipo znbt o Hzt pertenecientes al culto funerario del
rey Neferirkara (fig. 7-8)72. Son unos recipientes cuyo recubrimiento fue realizado a base de placas
de fayenza y de doradura. En ellos la fayenza fue empleada en piezas de formas cóncavas y
convexas, mas no planas. Los motivos que reproducen son las recurrentes plumas de halcón
alargadas y a modo de escamas, signos jeroglíficos con la titulatura del monarca, bandas de
separación de registros y ojos sagrados ( , D10). Estos ejemplares, relativamente bien
conservados, permitieron a G. A. Reisner dotar de un sentido a unos fragmentos de fayenza muy
similares a los de Neferirkara cuyo hallazgo él mismo pudo documentar en el complejo funerario
de un rey anterior, Menkaura (c. 2447-2442 a.C.), en Guiza73. A estos testimonios se deberían
añadir los fragmentos cóncavos, pequeños y escasos dentro del conjunto de incrustaciones de
fayenza, que fueron hallados en el complejo funerario de Neferefra en Abusir74. Por otro lado, un
testimonio textual procedente del santuario solar de Nyuserra (c. 2402-2374 a.C.) en Abu Gurob
permite dar cuenta de que la fayenza era un material apreciado y muy digno para la confección de
recipientes utilizados en un ámbito cultual. Dentro del texto que compone el denominado
“calendario litúrgico” que apareció en fragmentos en el templo bajo de este sitio, donde figuran las
festividades más importantes del año y las ofrendas más importantes y sus cantidades y
componentes, se halla la mención de unos vasos litúrgicos, aparentemente de tipo bAs ( W2),
que se encuentran elaborados en fayenza (THnt) (fig. 9)75. La mención conjunta de una festividad,
cuyo nombre desgraciadamente no se ha conservado, parece haber sido su contexto de
utilización primario.

En cuanto al significado que pudo haber tenido la fayenza en todos estos usos como taracea en
algunos muebles, naoi y vasos, además de lo ya señalado en relación con el motivo de las
plumas, lo primero que es preciso señalar es que muchos de ellos comparten su asociación
contextual con ámbitos de culto y su relación con la realeza. Esto parece guardar relación con su
uso como material digno y apreciado, sobre todo si opera como sustituto del lapislázuli y la
turquesa.

En segundo lugar, no parece casual la recurrencia del uso de la fayenza en conjunción con
materiales áureos, ya sea oro o electro, en forma de piezas o de doradura. Con ello, en mi
opinión, esta asociación que figura en el exterior de cofres, naoi y vasos configura un significado
vinculado con la idea de divinidad76 que o bien está en armonía con su contenido (como sucede
en los naoi, que acogen imágenes de culto) o bien lo transfieren y aportan a los objetos o
sustancias que acogen (caso de los vasos o los cofres, que transmitirían dichas propiedades a
líquidos en los primeros y a otros artefactos en los segundos). Esta realidad es relativamente bien
conocida gracias a varios textos. En algunos de ellos se refiere que los egipcios creían que los
dioses tenían la piel y la carne de oro y el pelo (cabellera, cejas, etc.) de lapislázuli77, material que,

71
Posener-Kriéger, Verner y Vymazalová 2006: 86-87 y 248-249, lám. 31 (fragmento C).
72
Berlín ÄMPS 18806 + 18809, 18807, 18808: Borchardt, 1909: 62-65 (nº 4-5), lám. 3, 6 y 8; D. C. Patch apud Arnold y
Ziegler 1999: 344-347 (cat. 115).
73
Reisner 1931: 236, lám. 20h y 65c.
74
Landgráfová 2006: 49.
75
Von Bissing y Kees 1928: 51, lám. 30 (nº 458); Helck 1977: 70, lám. III, cols. 8-9.
76
Para la relación del oro con la noción de divinidad: Daumas 1956: 6-7 y 13-15; Aufrère 1991: II, 390-391.
77
E. g. en el Libro de la Vaca del Cielo § 2 se dice de Ra que osw=f m HD Haw=f m nbw Snjw=f m xsbd-mAat “sus huesos
eran de plata, su cuerpo, de oro, y sus cabellos, de lapislázuli de verdad” (Hornung 1982: 1; ERB 123, 9-10; Guilhou
1989: 15, 27 y 84). Asimismo, en el relato literario del nacimiento de los tres primeros reyes de la dinastía V se describe
cada uno de ellos en términos idénticos (pWestcar X 9-11, X 17-19 y X 24-26): war.jn Xrd pn tp awj=sj m Xrd n(j) mH wa rd-
osw=f nxbt-awt=f m nbw afnt=f m xsbd mAa “Y entonces | este niño se precipitó sobre sus manos, como un niño de un codo,
de firmes huesos; la constitución de sus miembros era de oro, y su tocado de lapislázuli auténtico” (a partir de la edición
33
como ya se ha visto, parece haber sido sustituido por la fayenza de manera habitual. Este
conjunto de significados se vería además reforzado por el empleo de elementos asociados con la
divinidad, como pueden ser los ojos sagrados o las plumas, de las que ya se ha tenido ocasión de
hablar.

Asimismo, no debe descartarse la posibilidad de que la conjunción de ambos colores, el dorado y


el azul brillante (tanto claro, como la turquesa, como oscuro, como el lapislázuli) pudieran aludir a
la idea de luminosidad celeste, especialmente la de Ra, el sol, en el cielo diurno78.

2.2.3.3. La fayenza en los Textos de las Pirámides

Desde el reinado de Unis (c. 2321-2306 a.C.) las cámaras internas de las pirámides de los reyes
son esculpidas por vez primera con un programa compuesto por un techo estrellado a dos aguas,
el motivo apanelado de la fachada de palacio en las paredes inmediatas al sarcófago y, sobre
todo, columnas y líneas de texto jeroglífico en relieve inciso y pintado de color verde azulado por
las demás paredes. Estas últimas son los Textos de las Pirámides; éstos, con variantes, adiciones
y cambios, permanecerán en los espacios interiores de las pirámides de reyes y algunas esposas
de reyes hasta el final del Reino Antiguo. Se trata de un conjunto heterogéneo y variado de
encantamientos que, en virtud de su mera existencia como secuencias ordenadas de signos
jeroglíficos incluidos en el espacio sagrado de la tumba, y por ello dotados con vida mágica propia,
sirve para que el rey difunto sea provisto con todo lo que necesita en el Más Allá, evite distintos
peligros que pudieran acecharle y sea ayudado por diferentes personajes en su tránsito hacia el
amanecer y su elevación al cielo en la barca de Ra desde el horizonte, transformado en diferentes
seres. Son unos textos muy variados: de orden litúrgico en segunda persona (ofrendas, libaciones,
purificaciones, presentación de insignias y objetos sagrados), letanías de identificación del rey con
deidades o elementos del cosmos, textos de rechazo y protección frente a seres malignos y
peligrosos y, sobre todo, textos sAxw “que convierten en aj”, es decir, que aseguran la
transformación del rey difunto en un ser luminoso y eficaz79. Se trata del primer conjunto de textos
religiosos conocido en la Historia del Hombre y una fuente esencial para el conocimiento de la
religión egipcia de todas las épocas, pero especialmente del Reino Antiguo80.

Dentro de este corpus textual, las atestaciones de la palabra “fayenza” (THnt) son muy escasas. De
hecho, con seguridad sólo se conocen dos. Una de ellas, en el encantamiento TP 301, se ha
conservado en copias de las pirámides de los reyes Unis, Teti, Pepy I, Merenra (c. 2227-2217
a.C.) y Pepy II y de las esposas reales Anjesenpepy II y Neit. Al inicio del texto, después de que se
refiera que el rey ofrece ofrendas de pan a varios dioses relacionados con aspectos demiúrgicos y
primordiales, esto le permite, actuando como el hijo de ellos, garantizarse el acceso a su lugar de
transformación en aj, la ajet, el lugar de transformación luminosa y lugar de aparición en el cielo
del sol y demás astros (§§ 446a-449a). Después de invocar a una forma de Horus que ayuda a Ra
a renacer a diario y asegurar su ayuda en beneficio del rey difunto, invoca a varias formas de

de Blackman 1988). Igualmente relevante es la descripción de la serpiente divina del relato del Náufrago, de quien se
dice: n(j)-sw | mH 30 xbswt=f wr s(j) | r mH snw Haw=f sxr.w | m nbw jnwj=fj m xsbd | mAa “era de | treinta codos, y su barba
medía | más de dos codos; su cuerpo estaba recubierto | de oro, y sus cejas eran de lapislázuli | auténtico” (Náufrago
62-66, según la edición de Blackman 1932). Asimismo, en el templo de Hibis, del Primer Milenio a.C., se dice de modo
muy explícito sobre Ra que es un dios osw=f m HD jnm=f/jwf=f m nbw Hr-tp=f m xsbD mAa Tswt=f m jry m mfkAt “cuyos huesos
son de plata, cuya piel/carne es de oro, cuyo cabello es de lapislázuli auténtico, y cuyos dientes son de turquesa” (Klotz
2006: 71-73 y 196-197, lám. 18).
78 PMN
E. g. en el encantamiento TP 467, §§ 889d-e se describe al sol como sHd n(j) nbw sSd-kA-jAxw | sn n(j) nbw jr nmt-pt
“Astro de Oro, Centelleante diadema del Toro de la Luz, | Punta de Oro hacia la bóveda celeste”. Asimismo, en TP
P
501B, § *1072c (= P/A/E 29) se invoca al sol diciéndole At=k m nbw wADt mfkAt “tu apogeo es de oro, malaquita y
turquesa”. Cf. Spalinger 2008: 242-243.
79
Sobre los Textos de las Pirámides, recientemente y con referencias: Allen 2005; Hays 2012.
80
El lector ya ha podido comprobar esta realidad, pues ya se han empleado referencias textuales de este corpus a lo
largo de este trabajo, referidos mediante la abreviatura TP.
34
Francisco L. Borrego Gallardo
Significados y simbolismo de la fayenza…

Horus implicadas en el amanecer (§§ 448b-450c). Seguidamente se invita a Ra a que acepte su


ojo izquierdo, que le ofrece el rey difunto (§§ 451a-c), lo que le garantiza diferentes capacidades y
facultades relacionadas con el amanecer que son expresadas y hechas realidad mediante
diferentes juegos de palabras81:

j.Ao jr=s jT n=k s(j) m rn=k pw n(j) jAos-nTr


ja=k n=s m rn=k pw n(j) Ra
d n=k s(j) r HAt=k m rn=s pw n(j) HAtt
Trw=k jm=s m rn=s pw n(j) Trt
THnHn=k jm=s m-m nTrw m rn=s pw n(j) THnt
Hknkn=k jm=s m rn=s pw n(j) Hknw-
-Rnnwtt mr=s Tw

Sube [j.Ao] hasta él y cógelo en este tu nombre de “Manto [jAos] del Dios”,
que asciendas [ja] hasta él en este tu nombre de “Ra/Sol” [ra].
Ponlo en tu frente [HAt] en este su nombre de “Aceite de primera calidad” [HAtt],
que enrojezcas [Trw] con él en este su nombre de “Sauce” [Trt].
Que refuljas [THnHn] con él entre los dioses en este su nombre de “Fayenza” [THnt],
que te regocijes [Hknkn] con él en este su nombre de “Aceite-hekenu [Hknw]
de Renenutet”, pues ella te ama.
(TP 301, §§ 452a-454cWTPAnMN)

Después de esta invocación, se invita a Ra a que se levante y se encamine hacia la ajet, lleno de
eficacia luminosa y coronado (§§ 455a-456b), lo que le posibilita emprender su viaje acuático por
el cielo (§§ 456b-c), trayecto en el cual se le pide que incluya al rey difunto, para lo cual se pide
que se purifique y se haga brillar a éste (§§ 456d-457c). Acabada la recitación principal, se indica
que debe pronunciarse cuatro veces con la ayuda de dos figuras de halcones de color verde (§
457c).

Lo primero que resulta relevante analizar en este caso es el contexto en el que se inserta la
mención de la fayenza. En su contexto más amplio, se trata de un encantamiento donde se
favorece y acompaña la preparación de Ra, el sol, para su renacer diario al alba. La alusión a la
fayenza se incluye entre las propiedades y facultades que le otorgará hacerse con su ojo
izquierdo82. Este hecho sigue el modelo mítico de la pérdida y recuperación del Ojo de Horus; en
este caso concreto, hacerse con su ojo izquierdo le permite a Ra su recuperación e integridad tras
la dispersión ontológica, la inercia, el letargo y la muerte que supone la noche. Recobrar su ojo le
permite ascender hacia el cielo, volver a adquirir luz y luminosidad (“enrojecer”) y brillar
intensamente entre los dioses tomando como referencia la identidad del ojo izquierdo como
fayenza, lo que le proporciona gran alegría. Resulta muy interesante el juego de palabras de la
frase donde se incluye la referencia a la fayenza. Ésta (THnt) se pone en relación con el verbo THnHn
“brillar intensamente, refulgir, fulgurar”. Ambos derivan, como ya se dijo, del verbo THn “brillar,
resplandecer, lucir”. Mediante esta asociación se vinculan de esta manera la fayenza con la noción
de brillo, especialmente el del sol al amanecer, momento de renacimiento y recuperación de
fuerza y poderío de dicho astro en el cielo, capacidades que busca transferirse al rey difunto.

La asociación de la fayenza (THnt) con uno de los ojos de Ra podría explicar su asociación con un
ojo o alusión a una parte de éste referida a la noción de brillo y fulgor83. Este vocablo sólo aparece

81
Las palabras con las que se efectúa dicho juego de palabras son indicadas en transliteración y entre corchetes a
continuación de su traducción en castellano.
82
El hecho de que se trata de su ojo izquierdo podría tener que ver, muy posiblemente en mi opinión, con el hecho de
que la palabra utilizada aquí para “izquierdo” (jAbt(j)t) es de la misma raíz y homófona que la palabra “oriental, del Este”
(jAb(j)t). Dicho de otro modo, que se trate del ojo “izquierdo / oriental” se encuentra en armonía con el resultado
buscado: la aparición gloriosa y luminosa de Ra, el sol, por el Este.
83
Hannig 2003: 1455 {38224} la interpreta como una palabra diferente de THnt como el sustantivo genérico de la
35
en un texto, el encantamiento TP 317, inscrito únicamente en la pirámide de Unis. El texto iguala
al rey difunto con la inundación y algunas formas divinas asociadas con ella, como el dios
cocodrilo Sobek (§§ 507a-c), reptil cuya piel es de color verde brillante. A continuación se dice de
él:

jj.n Wnjs r mrw=f jmjw jdb-Agb-MHt-wrt


r st-Htpw wADt sxwt jmj(w)t Axt
s(w)AD Wnjs sm Hr(j) jdbwj-Axt
jnt Wnjs THnt-jrt wrt Hr(j)t-jb-sxt
Szp Wnjs st=f jmjt Axt

Unis hasta sus orillas que están en el torrente de la Gran Inundación ha venido,
hasta el lugar de descanso de marjales verdes que están en la Ajet,
para que Unis pueda reverdecer la vegetación que está en las Dos Orillas de la
Ajet,
para que Unis pueda traer la fayenza del Gran Ojo que está en medio del Marjal,
para que Unis pueda tomar su asiento que está en la Ajet.
(TP 317, §§ 508a-509cW)

Tras esta mención se vuelve a equiparar al rey difunto con Sobek, el hijo de Neit, lo que le
asegura el control sobre su propio cuerpo y fisiología y copular a su antojo (§§ 510a-d). En mi
opinión, podría interpretarse la secuencia de imágenes con el tintado de color verde brillante del
cielo a medida que el sol se acerca al cielo en los instantes previos del amanecer84. La ecuación
de la inundación con el amanecer tendría en común la capacidad de ambos fenómenos para
revitalizar la vida de todos aquellos ámbitos afectados por sus acciones, de tal manera que un
fenómeno terrestre (la inundación) es equiparado con otro celeste (el alba). En este contexto, la
fayenza que menciona el texto parece evocar el color verde azulado brillante del amanecer que es
igualado con el de las plantas acuáticas, de ahí la mención de un Marjal. El Gran Ojo que se
menciona a este respecto podría referirse a Ra o al ojo de este dios mencionado en el
encantamiento TP 301. A este respecto cabría preguntarse si esa fayenza (THnt), literalmente “lo
que brilla”, de dicho órgano ocular se refiere al brillo de éste (la opción más probable) o a una
parte de él, posiblemente el iris, de color verde-azul. Lo relevante en todo caso es la asociación de
la fayenza con el brillo (posiblemente del sol) al amanecer y su vinculación con la regeneración
que comporta éste, su asociación con la vegetación, la ajet y la soberanía.

Por otro lado, es necesario también conocer el papel del lapislázuli (xsbD) dentro de este corpus
textual, dadas las asociaciones e incluso relaciones de sinonimia que guarda con la fayenza en
varios contextos. En los Textos de las Pirámides sólo se conoce una mención de este mineral, en
el encantamiento 319, escrito únicamente en la pirámide de Unis. Su contexto habla del poderío,
análogo al de Ra y Horus, en el cielo por parte del rey difunto, región donde se dice, posiblemente
por sus asociaciones celestes, que éste “cultiva (sr(w)d) lapislázuli (xsbD)” (§ 513d). De este modo,
la semántica de esta piedra semipreciosa condice con buena parte de la que tiene la fayenza en
estos mismos textos: asociaciones celestes, crecimiento y vegetación.

La turquesa, por su parte, comparte con la fayenza una parte de su espectro cromático. Por esa
razón puede resultar interesante, como se ha hecho con el lapislázuli, analizar sus asociaciones
semánticas y contextos principales. En un encantamiento se conoce un Marjal de la Turquesa (sxt-
(m)fkAt) que parece designar una región del cielo occidental vespertino85. Sin embargo, más
relevantes para el tema de este trabajo es el hecho de que en varios encantamientos de los
Textos de las Pirámides ya aparece asociado de manera recurrente con la malaquita, piedra de

fayenza.
84
Cf. nn. 18 y 78.
85 PAnMN
TP 473, § 936c .
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Francisco L. Borrego Gallardo
Significados y simbolismo de la fayenza…

color verdoso con la que comparten algunos tonos, como en TP 501B, ya citado y donde
asimismo figura el oro86, o en TP 350. En éste se invoca a una diosa para asegurar el frescor del
rey difunto, una deidad que extiende el color verdoso-azulado por el cielo, tono que es llamado
Szmt mfkAt-sbAw “malaquita y turquesa de las estrellas87. De modo similar a este texto, en TP 352 se
habla de un “feldespato verde y turquesa de las estrellas” (wAD (m)fkAt-sbAw) en un contexto
nocturno relacionado con la gestación de la nueva vida del rey difunto88. En TP 627B se señala
que el rey difunto se encamina hacia su lugar de malaquita y que su sustento está en los Marjales
del Descanso/de la Ofrenda (sxt-Htp), una región celeste, y en los Estanques de Turquesa (Sw-
(m)fkAtj), donde conduce las naves de Ra89.

Finalmente, el feldespato verde (wAD), similar en propiedades cromáticas a la malaquita y a la que


en ciertos casos parece haber sustituido la fayenza, aparece mencionado en el cierre de un
encantamiento ya analizado, TP 301, donde, en un contexto de amanecer, se invoca a Horus
como nb-wAD “Señor del Feldespato Verde”90.

De este modo, entre las escasas atestaciones de la fayenza en los Textos de las Pirámides
sobresalen sus significados relacionados con la luz, especialmente la solar, la capacidad de
regeneración del sol en los primeros momentos del día. Este significado lo comparte con otros
minerales y piedras semipreciosas con los que comparte coloración y a los que sustituye como
material en varias clases de artefactos en estos momentos.

3. Conclusiones

Como conclusiones generales de este trabajo cabe empezar indicando que el término THnt para
designar la fayenza aparece en el Reino Antiguo por vez primera, momento en el que parece
haber adquirido una gran complejidad simbólica y semántica, que es inseparable de sus
propiedades físicas y visuales: su espectro cromático, que comprendía desde el verde claro hasta
el azul oscuro, y su brillo, resultado de su vidriado. A este respecto el estudio de sus usos y los
contextos de este material permite conocer el rango y extensión de las ideas asociadas con él y
sus matices específicos en ese periodo.

En lo que se refiere a su uso, se han distinguido dos modalidades principales. Un primero es aquel
donde el objeto se encuentra realizado en fayenza por sí mismo, de modo exento, como figurillas
y elementos de adornos personal formados por cuentas de este material. Muchos de ellos se
encontraban en contacto íntimo con el cuerpo de los difuntos donde han sido hallados, por lo que
cabe pensar que su significado en ese contexto funerario particular podría haber tenido que ver
con la regeneración y el renacimiento.

Algunos de sus usos más ricos tanto en tipos como en significados parecen darse en conjunción
con otros elementos y materiales, como parte de un conjunto al que complementa, ya sea como
componente arquitectónico, de mobiliario o de objetos y enseres. En el caso de su empleo en
espacios arquitectónicos, tiende a ser utilizado en forma de placas con el objeto de simular
esteras de papiro y crear asimismo un ambiente diferenciado y especial, marcado por el brillo
intenso, y que podría connotar un ámbito celeste.

Su uso como parte de mobiliario y de enseres se muestra más rico y variado. Parece encontrarse
asociado con la noción de divinidad y el ámbito celeste cuando adopta la forma de plumas de

86
Vid. n. 77.
87 TPM
TP 350, §§ 567a-c .
88 N
TP 352, §§ 569b-c .
89 TPN
TP 627B, §§ 1784c-e .
90
TP 301, § 457c.
37
halcón, y con la (re)generación en el caso de la roseta y de la flor de loto. En objetos procedentes
de contextos de culto funerario de los reyes difuntos se han encontrado evidencias muy
significativas de piezas de fayenza con signos y motivos en relieve con huecos rellenos de pasta
sobredorada cuyo destino era tanto recubrir vasos litúrgicos de madera como, gracias a la
comparación con las evidencias de los Papiros de Abusir, recubrir sagrarios de estatuas hechos
asimismo en madera. Su empleo parece guardar relación asimismo con la noción de divinidad,
significado que se ve reforzado por su asociación recurrente con materiales áureos, el motivo de
las plumas y del ojo sagrado. Estos elementos asimismo parecen abogar por un segundo nivel de
significado, relacionado con el poderío de la luz solar en el cielo.

En el corpus de textos religiosos más importante del Reino Antiguo, los Textos de las Pirámides, la
fayenza cuenta con menciones muy escasas, las cuales, empero, parecen ser bastante
homogéneas en lo que se refiere a su semántica. En ellos aparece asociado con el brillo rutilante
del dios Ra, el sol, en contextos relacionados con el amanecer, momento de (re)creación y
(re)generación cotidiana del cosmos, (re)nacimiento en el cielo similar al que acontece en la tierra
gracias a la inundación anual del Nilo del que participa el rey difunto, gracias al contenido y la
realidad del propio texto inscrito en el contexto de la tumba. Muy similares se revelan los contextos
y semánticas asociadas con otros minerales que se relacionan con la fayenza, como el lapislázuli,
la turquesa, la malaquita y el feldespato verde, relacionados con el cielo y la luz de sus astros y
con la regeneración en varias facetas distintas.

La fayenza muestra así ya desde el Reino Antiguo un abanico muy rico y coherente de
significados, construidos y sostenidos por una tupida red de relaciones donde, tomando como
punto de partida su espectro cromático y su brillo, se vincula con las nociones de luz celeste,
especialmente la del sol al amanecer, la noción de divinidad y de regeneración.

38
Francisco L. Borrego Gallardo
Significados y simbolismo de la fayenza…

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Figura 1. Placa de fayenza de Pepy I, templo de Satet (Elefantina).
Museo del Deutsches Archäologisches Institut en Elefantina. Fotografía del autor.

Figura 2. Malla y collar de la mastaba de Guiza G 7440 Z. Museum of Fine Arts, Boston.
Fotografía de Keith Schengili-Roberts (Wikimedia Commons).

44
Francisco L. Borrego Gallardo
Significados y simbolismo de la fayenza…

Figura 3. Placas del complejo funerario de Netcheryjet. Metropolitan Museum of Art, New York. Fotografía de
Keith Schengili-Roberts (Wikimedia Commons).

Figura 4. Sillón que forma parte del mobiliario con incrustaciones de fayenza de Hetepheres procedente de
G-7000x. Según Reisner y Smith 1955: fig. 32.

45
Figura 5. Cofre procedente de Gebelein. Museo Egizio, Torino.
Según Arnold y Ziegler 1999: 418.

Figura 6. Placa de sagrario de fayenza de Neferefra.


Según Verner 1994: 139.

46
Francisco L. Borrego Gallardo
Significados y simbolismo de la fayenza…

Figura 7. Placas convexas de los vasos de Neferirkara de Abusir. Neues Museum, Berlín.
Fotografía del autor.

Figura 8.a. Reconstrucción de uno de los Figura 8.b. Reconstrucción de uno de los
vasos de Neferirkara según Hölscher vasos de Neferirkara. Náprstek Museum,
(Borchardt 1909: frontispicio). Praha. Fotografía de Kozuch (Wikimedia
Commons).

Figura 9. Fragmento del calendario litúrgico del templo bajo del santuario solar de Nysuerra en Abu Gurob.
Según von Bissing y Kees 1928: lám. 30 (nº 458).
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Cuadernos del Vidrio Nº 2 (2013)

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