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IVES MENY

JEAN-CLAUDE THOENIG

--
LAS POLITICAS
--
PUBLICAS
Versión española a careo de
FRANCISCO MORATA

Ariel Ciencia Político


108 LAS POLíTICAS PÚBLICAS

\ .
Gibert (P.), 1988, Fonction publique a statut et innovation, in Schaefer (G. F.)
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,;~~f:
-
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Hood (C.), 1983, The Tools of Government, London, Macmillan.
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communes, Revue [rancaise de Sociologie, XVIII, 3, juillet.
Lowi (T. J.), 1964, American Business, Public Policy, Case Studies and Political
Theory, World Politics, 16, July. ¿Qué razont;S,~l-yé,~.Q!14icjones,,_J1<::v~n.aactuaro no actuar a una au.t2~i'"
Mayntz (R.), 1978, Soziologie der Offentlichen Verwaltung, Heidelberg. dad pública? ¿De dónde surgen las políticas públicas? ¿Cómci se consTruyen
Merton (R.), 1965, Eléments de théorie et de méthode sociologique, Paris, Plon.
ToS problemas sociales? ' " --"'.- - ,.-...
Offe (C.), 1975, Berufsbildungsreform, Francfort, Honnef. La cuestión parece simple. La respuesta lo es mucho menos. El analista
Padioleau (1.), 1982, L'Etat au concret, Paris, PUF. se debe liberar de los retlejos que le impiden abordar correctamente los he-
Salisbury (R. H.), 1968, The Analysis of Public Policy : A Search for Theories chos. Con frecuencia observamos tres reflejos que son otras tantas desviacio-
and Roles, in Ranney (A.) éd., Political Science and Public Policy , Chicago, nes potenciales:
Markham.
Scharpf (F. W.), 1976, Theories der Politikverflechtung, in Scharpf (F. W.) et - J-_ades(~1jl!.f.LÓnllana. Consiste en bosquejar el decorado histórico o
autres, Politikverpflechtung : Theorie und Empirie des kooperativen Foederalis- contextual en que se desarrollará la intervención gubernamental con la ayuda
mus in der Bundesrepublik ; Kronbcrg. de una lista más o menos inconexa de informaciones generales. ¿Cuándo\
Wade (L. L) , Curry (R. L. Jr), 1970, A Logic of Public Policy : Aspects of ocurren los acontecimientos, quiénes son los protagonistas, en qué zona del
Political Economy, Belmont, Wadsworth. cambio se producen? Estas señales dan una nota ambiental, ponen en escena
Wildavsky (A.), 1964, The Politics of the Budgetary Process, Boston, Little los problemas y los actores, pero ngJ2~~!.an _p_a!!~~~licar la_~!!~,~j.u!.~_L~._ac-
Brown.
~~~n,J~.QQ!icé!._el
porqué de los acontecimientos.
Wildavsky (A.), 1979, Speaking Truth lo Power. The Art and Craft of Policy
Analysis, Boston, Little Brown.
- La fascinación por la decisión. En este caso, se presta a la toma de
-. (

decisión una atención casi exclusiva. ¿Cuál es la psicología de quien decide,


qué acontencimientos se desarrollan en el momento en que se fijan las opcio- \ \ >-
nes, qué razonamientos se escuchan en el escenario? 12. riesgo de error con- ,\\J _ "-
siste en valorizar la___________________
decisión como único momento ' __clave-' de una políticaj;lú- - •• f· l.' '.\,\
bITca y, en consecuencia, ocultar los acontecimientos anteriores a ella, espe- \'\. "
CialiTI-eiüe-Tascü-ndícloileseñ-qüe--nace-erpro61ema-.-[a-decisión, ¿es una "',-
teacci6n a los acO'ñi¿cíñ1Íentos', á--las-ñ-eÚsldüaeS'rPor otra parte, ¿todos los
grupos perciben el problema de la misma manera?

- La desviación macrocontextual mecanicista. Aquí, el analista se es-


fuerza por explicar en qué medida una política pública es una resultante, un
efecto dependiente de causas que provienen de otro orden de cosas: por
ejemplo, las exigencias del desarrollo socioeconórnico, la ideología domi-
nante, las aspiraciones de los subordinados. Haciendo esto, el riesgo de des-
!"'f..(

;~E:
110 LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
EL ANÁLISIS 111

viación es grande porque la explicación invocada es de una envergadura tan


Jerarquía
general que pierde su cap'acida-a--pa';:a-cfelil0strilrporquétal aspecto, y -rro política La necesidad
'ütro;-cle-ufia"d¿¿isloil-sená'ilnpuesto' finalmente, 'Se planea sobre la generali- condicioT la oferta
'dad,se'iinp-regna"'de sobredeterrninisrno, Por ejemplo: la.aparición de la polí- Autoridades
tica de carreteras en Francia se explicará por el costo creciente, para la colec- públicas
Representación
tividad, de los accidentes y de sus víctimas, Por lo tanto, queda por demos-
trar por qué surge en 1970 y no antes, o por qué privilegia la lucha contra el Intermediarios
exceso de velocidad en detrimento del control del alcoholismo al volante, De consens"'/
una manera totalmente 'distinta, en los trabajos de Easton hallamos un enfo-
que cercano, a través de la dualidad input-output (Easton, 1973), Las deman-
Población
~1¿Exprrs:: ! ~Tiempo

das (diferenciación social, competencia entre partidos, etc.) provocan la


formulación de respuestas (políticas sociales, políticas económicas, etc.).
El sistema de acción pública funciona, en efectoJ..9J:1J.2 una caja negra transparente. Las necesidades ascienden y la autoridad pública está a la
éuX~Ü!]fCll~Ddiiº6je:l~p()láfi~adñe=cesíCfages-rt:~Sp~~e~t<1.~s~r.f<l qesdeñable escucha.
(Mitchell, Michell, 1969),

1.2. LA TIRANíA DE LA OFERTA /'/


" )

1, El nacimiento de una política pública


Al contrario, en esta representación las necesidades vuelven a descender.
Una cosa es cierta: las políticas públicas no se reducen a accidentes o ca- Son las autoridades públicas 9.~l~!l~mºQ~L~tnJª~Jl~~§idad~~ La oferta gu- "
sualidades, ni a necesidades de las que puedan escapar las autoridades, Por berr'laIt\eñfaTes1rücftírayCoñdiciona las necesidades de acción pública que
ello es esencial estudiar su origen, experimenta la población. La gente quiere lo que se le da para consumir, y no
La génesis de las políticas públicas es, sin embargo, un erial apenas culti- quiere lo que se les rehúsa. En su versión «suave», este escenario muestra
vado, Tres visiones o clisés estorban nuestros modos de razonar e inducen a hasta qué punto los administrados terminan por aceptar como aspiraciones
una visión a veces muylimitada del proceso de surgimiento. propias los bienes y servicios que son capaces de ofrecerles los decisores pú-
blicos. El tacto, ~!:..~~1bién !~~ta del m~.mº-_~~os ~tor~políti~os J ad-
~i nistrativos.,~~f!~!: 1,0.. gue ,~os.ad~il1is~r.~,?()sp~~~i.b_~!~
..9...i!lJ~r.PE~~a~
c?~~o
l. l . EL ASCENSO DEM<:'>CRÁTICO REPRESENTATIVO «norma!», eficaz y deseable. Por ejemplo, se resuelve el problema de-la po-
breza: cüail'dó'li'as'lsteñ'cTá'pública distribuye ayuda entre quienes ella clasifi-
En este escenario, lo primero es lo que ocurre en la base, sobre el te- ca como pobres. En su versión «dura», este escenario desemboca en las hipó-
.: rreno: las necesidades de los habitantes, los problemas de talo cual sec- tesis de manipulación, de violación deliberada de las masas. Así, gracias a los
\' tor. Estas necesidades y estos problemas se ven como otros tantos dese- medios de comunicación y a través de la propaganda, una autoridad p,$l-llica
I\. quilibrios que, cuando crecen, son objeto de procedimientos (iniciati- podrá convencer a sus administrados de que ya no hay desposeídoi,j-~~ el
I
vas, elecciones, etc.) y de relevos cualificados, intermediarios políticos país, y de que la lucha contra la pobreza ya no se impone, o al contrario, de
que, en nombre de sus rnandantes, presionarán sobre la autoridad públi- que la pobreza es considerable, justificando una duplicación de las presta-
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..-\
ca competente para que intervenga. En resumen, el nacimiento recuerda
\'
',~ un proceso de ascenso a partir de demandas aisl~~,ªs
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soñ..!:.~_ag~u-
ciones presupuestarias públicas.vl.o de arriba condiciona lo de abajo, la ~i-
sión jerarquizada es reemplazada por un proceso descendente. Análisis
como los propuestos por Bachrach y Baratz, se aproximan a este razona-
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RaJt~~jiª~X~!.Iº.frii~lüeR()O,os:-g~(JP?~_,ge~i'nTe·fés-y'pór'lospartidos, que~.
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convierten en sus intérpretes, interpelando a los máx irnos responsables, miento por el lugar preeminente que conceden a un parámetro: el deseo de
,\l gubernarneiitales de la s:o.éiedadp·offiíca. Cuando los intermediarios no la autoridad pública de mantener su Q2.9~L-<Bachrach, Baratz,l970[Vor
,,....
v,

bastan, la autoridad públ ica recurre amétodos de escucha: estudios de est~¡-a-autmiOa(rquerrá rctorzadosvalores sociopolíticos que legitimánsu"
.•.. acCión'anlé-erpúebTCi,-pero- eVltaraTraíar'tóao probleltúi q~~-,!1Q:S9iiTrl!?1!~ ....
necesidades, marketing, etc. Primero aparecen las necesidades, la ac-
ción pública llega al final, lo que se asemeja mucho a una «robinsona- jll.rriáriteni mientode '-slCpoaer:'Esta'cstrategia -cíniCa 'gériera demandas: y ,
da» del sistema político, visión ingenua de la democracia consensual y ofertas -iriófensiv'as'pa¡;'a-'Iás"á'u'ioi-idadesen el poder. ,1',) (,' I

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112 LAS POLÍTICAS PÚBLICAS EL ANÁLISIS 113

Jerarquía
política Política pública A

-,
-, /
Autoridades
públicas
Política pública B

Población
La oferta Política pública e
condiciona la necesidad
--1 • Tiempo
-l •.Tiempo

Los conceptos de oferta y demanda son metamorfosis más o menos fruc-


tíferas para el análisis: Saber cuál de las dos, oferta o demanda, precede a la de los «grupos de presión» ha desvelado y desencantado, de forma muy
la otra, supone que cada término del juego político y social está separado y oportuna la visióncideálista» del trabajo- polítiéo,en especial; en las fases
claramente definido. Sin embargo, no es ése el caso. Más en concreto, la dedeliberación y decisión. Bajo la tapadera del interés general y dd go-
oferta y la demanda se determinan cada una a través del poder político, de bíeiñüdemocrático, hormiguean los intereses sectoriales y los jug~bres
~~. ~~~anI_~_~o~~~~-C!·et.~~~fsy_s}':1~?Io~í~:'- -_ - - --.. .- . --q-- utilitaristas. No obstante, las limitaciones de este enfoque explican ei?parte
su decadencia después de algunos años. Por una parte, según éste, la ley
del grupo más fuerte es lo que modela esencialmente el surgimiento de las
1.3. LA ILUSiÓN NATALlSTA políticas. Por otra parte, se ponen en entredicho los procedimientos del tra-
bajo político y el contenido de los problemas, ya sea porque no influyan el
Decir que una política pública nace es, a la vez, correcto y peligroso. El curso de la lucha en la jungla de los intereses, ya porque quedan simple-
nacimiento puede significar que existen acontecimientos iniciales, identifica- mente reducidos a variables dependientes, productos del «verdadero» jue-
bles en el tiempo y en el espacio, que impulsarán una secuencia de acciones e go político.
interacciones al término de la cual surgirá una política pública. En cambio, Recientemente, aunque de manera tímida, los politólogos han tratado de
nacimiento no significa necesariamente que una política pública nazca en el comprender cómo emergen las políticas públicas. Para ello, se han planteado
vacío, por el simple efecto de las demandas y las ofertas, de necesidades so- dos exigencias suplementarias: I
"1

ciales y de respuestas públicas. Son posibles otros escenarios. Una acción \


pública puede nacer porque una política pública ya existente, en el curso de - Tender ~.PY~.E1_t~_~.!!~~ _~I_~st~~i<?_~elo _q~e _~u~e~~_et:l.el_~e.n()q~~~~~s.- .
su fase de ejecución o aun después de su terminación, plantea dificulta~~ tema político» y el estudio de lo que ocurre en de la «opinión pública»; ..en -\
,. encuentra obstáculos, modifica situaciones que llevan a la autoridad púºH~-= s~ntido-aniplio:Esto significa especialmente que ya no se tomará como ver-/,IJ'
t. a intervenir nuevamente en otro aspecto, de otra manera, a través de fenóme- dad evangélica que hay, por un lado, fenómenos puramente cognoscitivos y
nos"de-efeétos ligados. En otras palabras, las políticas públicas se alimentan culturales en una población pasiva y marginada, y por otro lado, agentes acti-. -,
en buena parte de sí mismas. No hay necesidad alguna de que se generen de vos que hacen política en una arena especializada, en el centro. - •. .
manera casi espontánea, las unas al margen de las otras, por el único y exclu- _ Admitir, a título de hipótesis que debe verificarse, que en la socie- ' \1
sivo estímulo inicial de la oferta y la demanda. dad existe una pluralidad de situaciones!_s!~_-ª.~~g!~~ __ Y_. 9__~_P.r.9]::>J~I!ÚLL(.
El interés manifestado por la fase «monte» de los procesos de deci- CÓ'i:résporiaéfaáT-añaTísüléonsúiiiir-h-asúi qUé punto esta pluralidad está efec-
sión no es reciente. Ha sido, incluso, un tema clásico, en particular en el tivamente presente, si existen muchos escenarios políticos, muchas jerarquías
enfoque llamado de los «grupos de presión» (Meynaud, 1960). Según de problemas. Si no es el caso, la pluralidad se esfuma, el encadenamiento
éste, la escena política es un lugar de enfrentamientos y negociaciones.en-
tre grupos ae-¡¡:¡Yerese-s--;-pa-rfi'doS-;-si'ridicatos, órganos económicos, asocia-
entre los actoI~ __Y rÓ~Qt:.ººk~~1]as se vuelve tan fuerte ~~ se llega a uña es-_
tructúra-mónolítica y jerárquicadonderosmáS1iéi~~§... ~!uj~I!l.PJ:e.1QS.-lUás.-
__
QOn.e-S-:!!tc-~-Fiiridamentalme-ilte,-cada-grupci' persigue supropio interés, re- fuertes. -- ---.. -.._. .-.-.
__.----.---
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------.-----.- ., -
flejado en sus demandas, declaraciones, alianzas. En síntesis, el enfoque -._. También puede formularse otra versión de esta exigencia metodológica.
¡ ! ,
114 LAS POLíTICAS PÚBLICAS EL ANÁLISIS 115

La confusión y el malentendido son algo corriente en el surgimiento de las recurrente. De todas formas, los procedimientos establecidos por la norma o
políticas públicas. La población siente una necesidad A, que la autoridad pú- por la tradición codifican el contenido y la programación de los p~~lemas,
blica interpreta como un problema de tipo B, al que se le dará una solución el ámbito «natural» o consensual de la intervención pública. ',;¡~~
conveniente en una situación también distinta, la de tipo C. Por lo demás, el El otro tipo de agenda e~lillJural o sistémica. Está constituida por
poder no es necesariamente reducible a un juego de suma cero en el que lo problemas que, al contrario del primero, no pertenecen a la competencia «ha-
que uno gane lo pierde el otro. El juego puede ser de suma positiva -todos bitual» o «natural» de la autoridad pública. El ejemplo más puro es el dere-
los jugadores ganan, algunos más que otros- o negativa: todos los jugadores cho a dar la vida, al menos en un país como Francia actualmente. A priori se
pierden en el juego. trata de una libertad importante de los individuos y -con pocas excepcio-
nes- únicamente de ellos, quedando excluida la intervención de toda autori-
dad en la procreación. Ahora bien, con los recientes descubrimientos de la
2. Un aparato conceptual biología, son posibles nuevas formas de procreación: bebés probeta, madres
de alquiler o manipulaciones genéticas. El hecho es que hoy el Estado s~; }
La construcción de un lenguaje conceptual original ha constituido un preocupa por saber si debe o no actuar en la materia, dictar las reglas de jue- '(
paso adelante decisivo para el surgimiento de las políticas públicas. En este go para limitar los comportamientos que la aplicación de estas técnicas ha
aspecto es destacable el trabajo propuesto por Cobb y Elder (Cobb, Elder, hecho posible.
1977). ¿Qué impulsa pues a actuar a las autoridades públicas?
Un primer concepto es el de agenda. Ambos tipos de agenda representan los ideales-tipo. En realidad, la fron-
\) La agenda se puede definir como «el conjunto de los problemas q!Je. ape- tera que los separa resulta mucho menos clara. También es fluctuante. Lo ,'i
,~/!
lan a un debite'públi~6;-iñdusó-áoOla intervención (activa) de las autoridades que, en definitiva, caracteriza la agenda es el grado de consenso 0, al contra- ,.~
.:: ~!piib¡¡~.~·~,léghTi~ai??,"(P;d'~Ieau: 1982, p. 25). En otras palabras: una au'toridad rio, de conflicto que suscita el problema considerado. 0
"~"'~ pública administra una agenda, más o menos llena según las circunstancias. Casi siempre, el consenso no es total o unánime, y el conflicto no es ge-
~, ;\ Hay que cuidarse de no confundir dicha agenda con una orden del día o un neral o irreductible. En realidad, nadie discute verdaderamente el principio
'-,\ '~) programa. Una orden del día es_!:,_n.JTI5?!~~.':l.~o_,i~~.titll<::io~alizad()
que.~~~e de un presupuesto. En el polo opuesto, durante largos años la guerra entre
c'
I '" una lista de tratamiento deproblernas, UnJ?rograma es una plataforma de in- partidarios de la escuela laica, monopolio del Estado, y defensores de la es-
~: ,,~ie~~J~~i~'ª~~~(~~~i~~F.~~.~!.Ja_<!t!=!n~iÓ;l Óe ~~,p§bli§?·Jelec'toi·al, parl~lIñeñra: cuela privada, hacía irreconciliables las posiciones antagónicas. No obstante,
':) (\ rio). La agenda, en 'cambio, designa un conjunto de problemas objeto de con- en la mayor parte de los casos un importante elemento de controversia sube.
I '\ troversias públicas. Dichos problemas, cuya enumeración varía con el tiempo siste en cuanto a la oportunidad para que la autoridad pública intervenga o no
')i~ -la agenda deberá tenerlo en cuenta-, exigen la intervención de la autori- en la cuestión y cómo ha de hacerla.
\, dad pública. Ello significa que todos los problemas posibles no se hallan El analista también se esfuerza en mostrar que la incorporación a la agen-
~~' contenidos al mismo tiempo en la agenda de la misma autoridad. Algunos fi- da es un momento privilegiado del debate, ya sea éste evidente -identifica-
guran en ella y otros no. Nos hallamos, pues, frente a un mecanismo selecti- ble a través de las intervenciones, manifestaciones, tomas de posición públi-
~ ,.,_.,._ • 'n. __ ',' '._ " _

va gu.§....d.ej~LP-ª§.~LQJ).QJªLo_~ualtlr:ot:¡F"r1íá-:Lo
que los políticosllariiáii poner cas, etc.- o silencioso -distinguible por el hecho de que los actores o los
eñl~ agenda o inscribir en la agenda, ~pa¡:ece como un mecanismo esencial grupos sociales no comparten, por ideología, por interés, por tradición, 'los
en una sociedad política. mismos valores en cuanto a lo deseable de la intervención pública-o El de-
.\ ' Existen dos tipos principales de agendas. bate, la controversia, traducen las divergencias de opinión, normas, intereses,
/'\\f
percepciones y juicios cognoscitivos. Estas divergencias atraviesan la opi-

'C!" Una es la ~a...ins1Í11tcio.lzaLReúne los problemas que dependen fun- nión pública o, cuanto menos, los grupos y actores individuales que operan
,~, • cionalmente o por consenso de la competencia de la autoridad pública consi- durante el proceso de incorporación a la agenda.
,\ ,~ derada. Así, la constitución de un Estado o los estatutos de una entidad local, Se llama desafío a todo problema en torno al cual se produce un debate o
" , .~"':~';'enumeran los problemas, institucionalizan su modo de emergencia, el cal en- I!!HLcontJ:Qv.e!sia que es obillº_-º~ valorªciones contrast3clas. Un desafío no
,\,;, ..: dario y la orden del día de los órganos políticos y administrativos competen- existe en sí mismo sino en relación con los actores específicos que, la mayo-
6 '.'- teso El ejemplo clásico es el presupuesto. Es anual, automático, estandariza- ría de las veces, son portadores de prioridades diferentes. La incorporación a
o o, do. Otros problemas pueden tener una naturaleza distinta, porque su erner- la agenda se presenta, entonces, como un proceso de concurrencia entre desa-
)t-;"~' gencia puede no estar institucionalmente definida o no intervenir en forma fíos múltiples y entre jerarquías de prioridades heterogéneas.

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116 LAS POLíTICAS PÚI:lLlCAS EL ANÁLISIS 117

. El conflicto puede expresarse en términos de intereses materiales, de pri- mientos, coaliciones, movilizan los recursos en el mercado político y ponen
vilegios sociales, de influencia política, pero se manifiesta también en clave en marcha estrategias para obligar a una autoridad pública a tomar en cuenta
normativa y cognoscitiva. Las representaciones de los fenómenos, elj.~[l ...t.~o un nuevo «desafío»,
y el significado que se da aTos«Í1edlos'»; varían de un medio a otro, e inclu- Bardach lo demostró a propósito de la política de salud mental adoptada
soen efiienlpo:' El ejemplo evidente es el del sentido dado a las estadísticás' por el Estado de California entre 1964 y 1967 (Bardach, 1972). Un diputado
sobré desempleo; ¿cuándo el número de parados es considerado insostenible republicano de la asamblea del Estado, Lanterman, hizo aprobar una ley que
y exige una intervención pública? ¿A partir de 2 millones, de 2,5 millones o prohibía que los enfermos mentales juzgados fueran recluidos contra su vo-
de 3 millones? Lo «demasiado es demasiado» representa un umbral o un in- luntad en instituciones cerradas. Esta reforma liberal (hasta entonces cada
termitente cuyo sentido varía según los medios sociales y las coyunturas. mes se internaban 1.000 personas) introdujo una política totalmente nueva de
Cada uno juzga según su propia vara si una cuestión es o no un problema. ayuda y tratamiento en medio «abierto».
Frente a un conflicto, nadie es igual a los demás. A este respecto, Cobb y Dos tiQg~_PlLn.<::Jp-ª!~~_
de ..en~PEesarios po~í!iS.2.~pJ:~º~IÚc'-~I1.Hfi.<,:.~.!:s~.,~
tra-
Elder proponen diferenciar los grupos en términos de capacidad para movili- vés cieTaliteratura científica. _,_o ., .., .,-- . \

zarse en torno a los problemas. Se pueden distinguir así, en materia de incor- El primero reúnc grupos.irnedios.o jn.d.i\,.idllº~,q~.~.i,~:!~eg!:ª!.1
..4L~(~.L~2~i.~-
poración a la agenda: les, c~!tu!~aJ~~,,~~º~lQDli.~~jLP9Iít.L,=,mi.,-Setrata de los grandes notables (par- (~
íamentarios, jefes de partidos), las figuras preeminentes de la economía y de
i) ].-os actores propiamente dich_Qs. Se movilizan social y políticamente la cultura y las personalidades del mundo sindical.
a través de formas de participación y de organización (partidos, asociaciones, l." El segundo tipo de empresarios políticos se encuentra en el seno de
movimientos sociales, etc.). Los más activos constituyen los grupos de jden- conjUi1r<Ys-tl1ás'difusosy anónimos. A menudo, el activismo y cl'ñ~inero;' ~j

tificación. Los menos activos se erigen en grupos de 9!!.!!:0:ón en relación al Iaagiti.iCíon y la radlCi¡ji'za~i61~'son los elementos que suplen el déficit de
problema. . capital elitista, la falta de notoriedad, de influencia, los contactos para lle- (
ii) Los públicos. Son espectadores. Los más implicados e informados gar a la autoridad pública. Surgen asociaciones especializadas ..qll.e,s~ es~
son los públicos interesados; los más alejados o extraños componen el públi- tructuran en torno a una rei vi-ndicación. Éste fue' el caso, por ejemplo, de
..~o:~:._ge'!..l!!'EL . ,,- laK'16,OOO asociaciones 'ipá'r'ee'idas en Francia a mediados de los setenta,
para promover la defensa del medio ambiente frente a proyectos de obras
Todo esfuerzo tipológico tiene un valor relativo. Ello permite romper con públicas (autopistas, urbanismo, etc.) emprendidas por los poderes públi-
la división tradicional entre hombres políticos, que hacen política, y el públi- cos locales y nacionales, Sin embargo, estos empresarios políticos espe-
co, que emite sus opiniones. En cada incorporación a la agenda, el analista cializados en una causa pierden a menudo influencia y apoyos cuando la
debe aceptar la probabilidad de que la distribución entre actores y públicos inclusión en la agenda deja de ser la fase crítica. Así, se encuentran mal
sea específica, no idéntica de un problema a otro. Son numerosos los ejem- parados cuando el «desafío» ha sido tomado en cuenta -total o parcial-
plos que muestran a los profesionales de la política, totalmente sobrepasados mente- por la autoridad pública y se trata de ejecutar, de administrar las
por las organizaciones o los movimientos militantes, convertirse en público respuestas concretas. Otra faceta del empresario poi ítico reside en las or-
más o menos interesado. Así sucedió cuando el gobierno francés asumió, en ganizaciones plurifuncionales. Es el caso de ciertas confederaciones si!J4j-
1974-1975, la liberalización del IVG (interrupción voluntaria del embarazo). cales que, fuera de su plataforma reivindicativa tradicional, plantean a::,~#.~-
La clase política quedó fuera de juego. Los actores principales eran el movi- ces «desafíos paralelos» (por ejemplo, la ayuda alimentaría al pueblo pola-
miento feminista y sus portavoces, como Gisele Halirni, y Giscard d'Estaing, co planteada por la CFDT).
nuevo presidente de la República. Pese a lo dicho, no habría que concluir que y n e~res.ª\:¡-º._P..YJi!~_!!1ovi Ii!:-ª..en función ..,~_ob~!lyo§ variados:..
todo cambio radical, toda irrupción de nuevos desafíos, sobrepasa a los pro- Cobb y Elder, rompiendo con la estrechez de los paradigmas marxistas (el
fesionales de la política, gracias a la acción de los movimientos sociales que comportamiento refleja el interés de clase) y neoliberalcs (el comportamiento
atraen a los medios de comunicación o alteran el orden público. El conserva- es, en principio, utilitarista o selfish, para retomar la expresión inglesa), re-
durismo y el cambio no se distribuyen de forma tan esquemática entre ambos cuerdan que estos objeti vos revisten al menos cuatro tipos diferentes, y que
campos, cl de los notables y el de la calle. cada uno de ellos induce un proceso de acción particular: •
El concepto de actor puede llevarse más adelante. Se llega a hablar inclu-
so de la existencia de una política empresarial. A la manera de un empresa- i) El reajus/e~_ Un medio particular siente, en un momento dado, que
rio que actúa sobre el mercado económico, los individuos, grupos, movi- su situación, SlIS'i~ltercses, son tratados de manera desequilibrada, insatisfac-
118 LAS POLÍTICAS PÚBLICAS EL ANÁLISIS 119

toriá para él. Ante ello, decide constituirse en empresario político. Su objeti- En su análisis de los «problemas sociales», Becker demuestra que la , -c

vo consistirá en conseguir que su situación sea corregida por la autoridad pú- existencia de un problema social procede de dos fuentes posibles: ~ \\ '; )
~J \J v-
blica. El empresario actúa para sí mismo.
-----_.-~.~ _ las carencias objetivas de una suciedad; .' \
ii) La explotación. El empresario político actúa para otros. Cristaliza, _ pero, ante--tOcIO,I~.9~~i_~~bj~!i.!:'ªg~lQLqll.e.-en.nQ.l\.lb~<k- ésta,
enuncia-;ampTífíc""iünprobleilúi sentfdo' d'e' 'rn~~era niás 6- nleilos manifiesta califican dicho fenómen~~.12roQ~~!l.:!.ª.:i()s.i-ª-L(Becker, 1964).
por otro medio que no es el suyo. Lo toma a su cargo, lo convierte en su pro-
----- .... ~.,~ .. ..---.-
--~-.--.-~--
blema y se identifica con él. Su objetivo, en este caso, es sacar provecho para En efecto, el origen de una demanda social y de las necesidades que, su-
sí mismo en tanto que empresario político, por ejemplo, incorporando a su puestamente, expresa esta demanda, se sitúa en la esfera política.resto signi-
propio proyecto el reconocimiento
---------_._-------_. de sus «defendidos».
__ ._------_ .. _- - fica que las necesidades no se definen ni se enuncian con toda claridad. La
visión de las necesidades es selectiva. -
iii) La mejora. _ El empresario político no saca ningún beneficio perso- ¿Existen necesidades en materia de acción pública?
nal del problema (rel cual se apodera, ni indirectamente (como beneficiario Para una empresa privada, el criterio de la realidad de una necesidad en
eventual), ni individualmente (como portavoz o abogado). Interviene en el mercado económico puede formularse así: es necesidad todo lo transfor-
nombre del interés público. Su objetivo consiste en evitar deseq~I.ili.bri~ mable en demanda solvente. .
ªnlenqz.a$..p~ljl,lºjciales.para toda.la colectividad, o .hacer triunfar una utopía Un servicio público puede guiarse por este criterio. Se le pueden aplicar
por altruismo o por ideología. muchos sustitutos: A~~." #.(

.;.~~~~
iv) La reacción circunstancial. Este caso se caracteriza por la ausen- _ La necesidad normativa. La definen así terceras personas (expertos, .
cia de empresario polític.Q...actixo....En cierta manera, la inclusión enlaagen~ políticciS),"de acuerdo con sus propios valores (profesionales o éticos), po-
da de un «desafío» se impone por sí misma, por «accidente». Los aconteci- niéndose en e(fllgar del consumidor. ----
mientos exteriores ejercen una presión tal, que el «desafío» se incorpora -- _ L.!!1~C_eS~~a_ªseñli_Qa~Su~~si9~_<;§ ln.(JU~~f!Lla población traduce
«automática mente» a la agenda. Una ilustración de lo anterior es el acci- su existencia.~"!1~.9i(l1:!.l.~
..~l1~.(;L~~~9Ji..Y-m.Qtivaciones;..-corresponde a los espe-
dente automovilístico ocurrido en Beaune ene 1984 (cincuenta niños que- cialistas explicitar el aspecto latente de la necesidad.
mados vivos), que llevó a los poderes públicos a inscribir, con carácter de _ La necesidad expresada: actos concretos traducensu e_xi§teDGia(ac-
urgencia, en el orden del dta el problema de la seguridad en los transportes tos de consumo, etc.}:-- - ---- .. . -'
públicos de pasajeros. _ La necesidad comparativa: se genera cuando se compara entreellas
dos o varias situaciones-·sócíilles-ü geográficas, en términos de nivel de ser-
viCiO;Y-se utiliza una-'coITlolndíCidür deÍoscomportamientos futuros de
3. La formulación de los problemas los consumidores en las otras.

¿Cómo se generan los problemas que originan la intervención pública? El concepto de necesidad es delicado y hasta peligroso si ésta se conci-
Es co~iente-d¡-~úíñgüi'l:dos estadios en el trabajo político: be como una exigencia en sí. Puede utilizarse teniendo presente que las ne-
cesidades de tipo normativo son, en general, las más frecuentes. Los consu-
- uno concierne a la fase de definición de un problema, la formulación midores o el público hablan poco; en cambio, muchos otros actores sociales
de las demandas; '.- -- - - --- -. - l6ñacenen.s~nombre:-erempr~s~~r.l9~ftTGQ=~rab~ado de m;-~a,el
- el otro se refiere a las estrategias de respuesta desplegadas frente a p~I!i9.~or de ·ún-íniér~s~~~.~I~[YJ~Ul1i§nlª--<,l~tg~i9ad pública afecta~~_
las demandas:----------- --'- - - - -..- - ---.-- Del mismo modo que no dispone de necesidáde-scl"arameñfe-'expresadas,
una autoridad pública tampoco tiene criterios claros para determinar objeti-
Esta distinción en dos fases no significa de forma necesaria que la pri- vos. Mientras que la empresa privada puede definir las escalas t los pará-
mera preceda cronológicamente a la segunda (lo que hemos llamado el peli- metros de forma relativamente simple y unívoca (cifra de negocios, margen
gro de la «robinsonada» democrática). En efecto, es muy posible imaginar de utilidades, imagen de marca, etc.), para la autoridad pública esa defini-
que preexiste una respuesta; seguida de una fase de formulación de la de- ción es mucho más compleja. De ahí la búsqueda de sustitutos que permitan
manda. definir estados orientativos; por ejemplo, el movimiento de los «indicadores
EL ANÁLISIS 121
120 LAS POLÍTICAS PÚBLICAS

so observable es, por tanto, el de la decisión de ¿quién debe asumir la res-


sociales» que fija indicadores de estados normativos (Cazes, 1970). Sin em- ponsabilidad?
bargo, dichos indicadores son muy abstractos, ya que su traducción concre- «La estructura de los, problemas tllibli,cos c...)
es un escenario d~~J:!..Q'í~
ta es, a la vez, técnicamente difícil y delicada, desde el punto de vista nor- tos el],~1 que un_cOI~Ü~I..!.~2_c!~_g~UP.9,lY_de i.ns.t!.~l:!..cio!:!~~.
ql}~l!!fJ~y~~'!...~.i~~~
mativo. ¿Cómo medir el nivel educativo de una población? ¿Por medio del iludo lo.s_C?1:ga!l.~S.nl~:~.
p_~bI i~os.",C()l}1.pil~I}.y,Ju-c.haILPol:...t!.-ªI?.!:.qQi.~ci.§.~j...JE
analfabetismo? No basta. ¿Con el número de diplomas de enseñanza secun- ócsapropiación, la aceptación de teorías causa!~u~Ja fij~~ión de la respon-
daria? Tampoco es evidente. En resumen, ninK~!1_indi.cador social.suscita el sabrlidad~~A-(lUí conocimiento y poi íti c'a -están en contacto-'e"f 'urlo
cOllTa
consenso necesario. Nadie ve 10~.!11isl:n()shechos, porque cada clla.Ui~n.~ otra); (Gusfield, 1981, p. 1S). La definición de un problema es un ámbito de
tereses divergentes. La experiencia muestra que, en la práctica, existen..Qo- controversia. Si hay controversia es porque:
~TñdlcaaoreSdeestados que sean descriptivamente válidQ~:._ . --
-, ) -'-'·Ofra-perspec(¡va;n'faSanfropüTógTca:·c-oÍ,siste en privilegiar el con- _ Tal formulación concreta implica ~nsecuencias juzgadas inag,pla:-_
..'~. cepto de «problema público» como palanca para la formulación de las bl~~para una o varias de las partes implicadas: pueden verse recortadas
:~. agendas. Las acciones públicas son formas culturales, con su retórica y ciertas ventajas, se imponen ob,ligaciones. ~\
\" sus ritos. -------- ....-.,--- .... , .... '" -..... .. '--"_. _ Las partes se sienten alectadas ante un problema quc pone en cues- \·'0
,,' .' .. ,·,.t'\6e~d~·este punto de vista, un problema público es una construccjón._so- tión princi'ploslund~iil1enta~~!=-vaiól'es-absoTlltos; una espedeCIeCOíñbate,\: (\'
'-" ""cial,¡:¡n hecho cúitul:al' que obedecea una estructura cognoscitiva y 1l1Oral maniqueo eñti'e'elOleñ-y el mal sin compromiso posible. Las posicionesO .
f) .' (Gúsfíeld;"t98 l ). Por una parte, en una sociedad existen creencias sobre las son irreductiblcs, por 10 que la formulación adopta un tono de guerra de' .('
\-',' situaciones y los acontecimientos que dan nacimiento a un problema. Por religión, _~J

/ \\ otra, el aspect.Q...!!l.9I.~.L
se traduce ~~j!:!..i~i~ ..g!:!.edefinen el acontecimiento ~~~~.~_~~L~~C2..?
,Hay ref uc~'z?~__e.:teri.?~~.s...9u~"p'~,~.c'-~_nm~v!~! .Y~~~~, ~c:'",~
\ c., C~I11_?~'~~?p?.~t~~~~.-~_~ñ~iQfll1~y:'-por consiguiente, debe conducir a una ac- tores pubhcoss.~~c.~'!~':>~_~.22Y..9ye ahí una función preventiva del conflic-
~~. ción de cambio, Conocimiento y juicio moral se combinan para que un fe- fü'-'utilizadapor'los actores y los públicos que no están dispuestos a aceptar
<,-,, nómeno se transforme en problema y en desafío. la llegada de esos refuerzos.
-,\' Un problema público es socialmente asumido: se genera un proceso de
,,\ responsabilización por parte de talo cual segmento de la sociedad. Un gru- En general, es raro que la definición inicial de un problema permanezca ~ .v

po determinado decide que un problema es acreedor a una intervención pú- estable e invariable. Tiene todas las posibilidades de cambiar sobre la mar- -,
blica porque dicho grupo tiene capacidad, autoridad para promoverlo como cha, de reajustarse, de modificar su contenido y sus términos, porque esta 'l. ~'.'
tal. Puede exigir una acción pública para «que se haga .algo al respecto». definición es en sí misma un desafío político mayor. ¿Cómo se redefinen
Gusfield toma como ejemplo a este respecto el problema de la homosexua- los problemas en el curso del proceso?
lidad en Estados Unidos. Los psiquiatras han sido sus «propietarios», es Algunos actores recurren a estrategias de redefinición. El beneficio que
decir, la autoridad a la que recurrían los otros grupos para obtener una defi- esperan obtener puede consistir en ensanchar la base de los públicos afecta-
nición y soluciones, con lo que la homosexualidad se ha visto «psiquiatriza- dos, obtener el sostén y la movilización de nuevos grupos. Reforrnular el
da» como problema público. Puede ocurrir, no obstante, que un grupo pier- problema y la demanda de acción pública permite igualmente al empresario
da su estatuto de propiedad a favor de otras instituciones o medios. El político modi Iicar el reparto social, cambiando las discrepancias tradiciona-
problema público tiene todas las posibilidades de verse redefinido en su es- les que separan a los públicos interesados, o potencialmente favorables, de
tructura cognoscitiva y moral. De esta manera, la homosexualidad se con- los públicos no interesados o perjudicados. Ampliar los actores y los públi-
virtió en una iniciativa cívica en manos de grupos que luchaban por la cos afectados constituye la estrategia de base. Por ello, tan a menudo.Ta; __
igualdad de derechos para las «minorías». fuerzas inicialmente pr~~~.~~ __~~,ti.~_~~~..'~ll~_~º_ql}5.,..Y.~E.col}_las
q~ se _~n-
Queda por cQIl1.PI~lliieL~.L,<,:_o.ntenido de la descripción y de La solución cuentran en la lIegad.a."Mientras tanto, los jugadores han cambiado o am-
que- se da aly~q,~nla. El concepto' dé' responsabilidad abarca dos sentidos. pliado sUs'-fflas-:--Paral~lamente, el problema ha cambiado también, cargán-
Un(re:s-éa~wal: ¿el acontecimiento A es responsdable del acontecimiento B? dose más o menos de controversias.
¿Cómo es posible el hecho B? Se sitúa en el universo de la creencia y del ¿En qué condiciones un problema afecta a un público -más extenso?
conocimiento. El otro sentido .E~spond~ a la 'pregunta ¿qu~,b.~~_e~:respecto a Cobb y Elder enumeran cinco parámetros que aumentan esta probabilidad:
B? sntramos ~áiTIJiLlQ-':'d~_l~.J~~p~ns.abj.!iQª.d .política. y_ moral: alguien
debe hacer algo para que esto cambie, para que B no sea ya lo que era. El La ambigüedad de la definició~~LpLQbkmª-,-Debe ser ambiguo, . ,:"';~r :
.._ ._ ... __...._.__._... _ ... _~ ._- _.-~---- '1,,' t' ~:."
proceso entonces observable es resolver «quién debe encargarse». El proce- ,'0 .
\ '.
~;rJ.~,
122 LAS POLÍTICAS PÚBLICAS EL ANÁLISIS 123

audible para muchas «longitudes de onda»; facilitar, con su vaguedad, mu- Los medios de información desempeñan un papel absolutamente pri-
chas posibilidades de acceso, un rastrillaje ancho, y alianzas amplias. mordial en el proceso de aceleración o atenuación de un desafío, de desmo-
- Su simplicidad. El problema debe ser enunciado en términos sim- vilización o ampliación de los públicos demandantes. Los empresarios en
ples, no complejos. busca de acción pública pueden utilizar los medios de comunicación de di-
- SU,J2,ersistencia cn el tiempo. El problema gana si no es definido en versas maneras. Una es despertar la sensibilidad de un público más amplio,
un espacio effinero, demasiado momentáneo, sino al contrario, en uno rela- llamar su atención. Otra, más brutal, consiste en «provocar un aconteci-
tivamente persistente, inscribiéndolo en la duración. miento», por ejemplo, forzando a un grupo a entrar en escena, interpelando-
- Su nov.~.9J!d,-Un problema nuevo, sin historia. «engancha» mucho lo. Los medios de comunicación también pueden volverse contra las estra-
más qué un tema recurrente, que arrastra una experiencia pasada, en la cual tegias de los empresarios políticos, induciendo efectos que, al contrario, di-
ya ha sido expuesto el objetivo buscado. suadan a los públicos potenciales de sentirse afectados.
- El carácter LIJlPJ:afe-';tQ
..Q.~probleJ11a....Los públicos se muestran mu-
cho más"se-nsib'¡es- a iniciativas que adolecen de anomalías e imperfeccio-
nes, que a causas demasiado bien «pulidas» y desmenuzadas. 4. La inclusión en la agenda
------------_ ... _- ---

La reformulación de un conflicto, de un problema, se despliega muy a El acceso a la agenda no es libre o neutro. El~QJ:HE91de ~ste acceso pro-
menudo en el terreno de los símbolos. Por símbolos enten_del!!Qi,aQuí los va- ~,~~,!~~SO político decisivo a _quie2.1..J.Q..~t~l~nta.
Se ven aparecer verda-
lores y las normas emocional mente movilizadoras, porque son compartidas deros ~<guardianes» de la agenda. Su función consiste en r~,~_u~i~Jª,PLesi921
eX-tel1samelitepor cierto~-;~~edi;;;:"Asf,fos' e';i1pl:csarios polfticos saben muy cuando crece demasiado, negociar una demanda, hacer aceptable la presión,
bleñiijJeJar en-eI"mo¡11eñ'iO-opartuno a símbolos tales como el interés general f6i-núiiizarla, lograr que se la tome en cuenta según los códigos admitidos.
del país, el porvenir de la economía nacional o la justicia social; temas o pro- Tratar o no tal informe, el orden mismo de discusión de las cuestiones,
blemas tan localistas y particulares como la obtención de subvenciones pú- cuando no su formulación, son otros tantos obstáculos posibles a la circula-
blicas para las estaciones de esquí, en caso de falta de nieve, o la presencia ción de los desafíos. En términos de agenda coyuntural, se imagina fácil-
de un mecánico-piloto en las cabinas de los nuevos Airbus de Air lnter. mente eII~gt~.Il~iªLQ.~iD.fluenciéL(;L~J1ue..p.uede_di.s_p.onerJa,pr~sa, por ejern-
Se cometería un error si se rebajaran tales estrategias al nivel de las pró;-de'éiicando la portada a un problema o, al contrario, silenciando el tema
prácticas demagógicas, viejos artificios que sirven para racional izar el cor- en sus columnas. El control de la agenda ha suscitado una serie de trabajos
porativismo inconfesable. De hecho, proceden de una reformulación por sobre el funcionamiento de los órganos legislativos, en particular en
medio de la movilización de valores a fin de incluir públicos más extensos Estados Unidos (Bendor, Moe, 1986; Rorner, Rosenthal, 1978). En cambio,
en el juego. Hablaremos entonces de estrategia de globalización. Cuanto sigue siendo un tema prácticamente virgen en los países europeos.
más se transforme un problema en un tema de resonancia emocional, más
se acentuará su credibilidad y más importantes serán los públicos que pres-
ten su apoyo. La condición necesaria para que este «encadenamiento» sim- 4.1. LAS CONDICIONES
bólico (vnosorros es también vosotros») consiga cambiar las relaciones de
fuerza, depende del hecho de que amplias fracciones de la población se ma- Cobb y Elder definen las condiciones necesarias y suficientes para qt¡$,W,
nifiesten sensibles a los valores invocados. Una muestra viene dada por la un tema o un problema sea incluido en una agenda gubernamentai'.'i:"·
relativa simpatía que ha suscitado el movimiento estudiantil durante las ma- Distinguen tres casos:
nifestaciones de diciembre de 1986 contra el proyecto de ley llamado
Devaquet entre los padres burgueses cuyos hijos desfilaban en las calles.
A la inversa, puede haber pérdida de credibilidad; por ejemplo, el argumen-
i) -ª-
tel~_,~,~!,E~:ob ~t?I:2.a_qeJ?~,~~I ..S:º,I1~~t~!~~.i!_~1 a~,_~utori dades pú-
blicas en general, o de una autoridad pública particular. La c¿impeteñCi'a11o
to del «mantenimiento del poder de compra», menos movilizador al final de debe sú'ilciüÍ¡ñTerp,:eiid'<i-én"'S'ü"serlildoi:iuálinente jü-rídico o institucional,
la década de 1980 que diez años antes. Por otra parte, un martillo no puede sino en una perspectiva más amplia. La acción política a veces observable
servir para matar una mosca. Si el referente simbólico es demasiado intenso en el momento de la inclusión en agenda, consiste precisamente en poner en
en relación con un problema cuya evidencia no ha sido establecida, el capi- tela de juicio la cartera de las tareas que competen a la autoridad pública.
tal movilizado se despilfarrará. Igualmente, a una ampliación fuerte no le Ciertos actores desean que se incluyan nuevas tareas: por ejemplo, legislar
bastan los símbolos débiles: la ampliación del público no seguirá. en materia de procreación. Otros quieren limitarlas, por ejemplo, desregu-
124 LAS POLíTICAS PÚBLICAS EL ANÁLISIS ,125

. lando el transporte aéreo o privatizando las empresas. La competencia de una Para que un problem~_..:~e.incJ!J)'.ª ~':!._~!l_'!.(lKe~!<!'!..~()Yt¿!lJl!IªJ.)J9.§_actor~
..
autoridad pública es extensible o Iimitable, y la formalización jurídica de las deQ~nJIº~inarlo: Síri-einbargo, no es suficiente que los empresarios políti-
carteras de actividades lío hace más que traducir más o menos adecuadamente cos se acti~eilan·te los guardianes de la agenda: otros factores permiten ace-
las presiones políticas. Competencia significa aquí que la autoridad pública es lerar la inclusión.
percibida o se percibe así misma como capaz de prestar atención. Por una parte, a menudo los empresarios políticos parecen amenazado-
En este estadio, el analista deberá estar atento a un punto importante. La res a los ojos de la clase política y de las autoridades públicas, que se sien-
capacidad de atención y de escucha gubernamental no significa CJu_eJi!auto- ten acusadas y criticadas. Frente a ellas, los empresarios políticos practican
rídadpúbTIca debª-~IUarta-á[eilcjó¡'-es,eri-todo caso,sús-ce-ptible d~- una táctica de chantaje. Se presentan como los mensajeros o los intermedia-
se-ñl5ocar enla-~o acción, y esto por diversas razones. Así, para la autoridad rios sin los cuales no podrá encontrarse a tiempo ninguna solución razona-
pública, el simple hecho de prestar atención a un «desafío» -por ejemplo, ble. Quieren salvar el orden establecido antes de que sea demasiado tarde.
una declaración a la televisión para señalar que se ocupará del tema- tiene «Después de mí, el diluvio; yo no respondo de nada si ... »: su chantaje es
valor de gesto políticamente significativo. ¿Lo importante no era mostrar ta( alusivo. Quieren arrancar algo al mismo tiempo que ofrecer una solución a
que la autoridad pública se ocupa del problema, que no es ni sorda ni insen- la autoridad pública,
sible? En el fondo, poc,o importa que se origine una acción. En su versión La aceleración resulta también del hecho de que los grupos interesa-
más maquiavél ica, esta estrategia consiste en echar tierra sobre un «desa- dos, si no se sitúan en primera línea como militantes activos, actúan en
fío», ahogándolo en procedimientos, dejándolo para más adelante, confián- todo caso en el mismo sentido que los grupos identificados totalmente con
dolo a grupos de expertos encargados de desbrozado. el tema. Pesan, en efecto, con un peso silencioso pero real, por su capaci:.~
ii) Otra condición de inclusión en la agenda nos lleva nuevamente a dad de represalia más o menos directa en el tiempo. Es clásica, en este ~~l:
recordar que un «desafío» es objeto de percepciones problemátiGlb_que lo pecto, la amenaza de «votar mal» en las próximas elecciones, amenaza sG':"~
definen como merec"eaor eJe-la ~at~r~c0:I1~ºJ]_~-ª.~._Esta situación, presente o mamen te anticipada por los gobernantes, de manera a veces incluso exa-
fütüiT,·se-p-¿icioecoííloinsatisfactoria. Aparecen diferencias entre lo que es gerada en relación con las probabilidades reales de que tales amenazas se
y lo que debería ser. Estas diferencias son lo suficientemente acentuadas, en cumplan.
la percepción que se tiene de ellas, como para que la situación resulte ina-
ceptable y se exija la acción política. La conciencia de esta situación es asu-
mida por los actores políticos o por otros medios, . ..----- --- 4.2. LAS RESPUESTAS
iti)" Por último, este p~?~h~may~~.1 qu~ pued~_colls.ti~L~i!.._~eben
_ ser
aborda~~"- ..<::Ii~::t~X!}jI!~~~·:Si~~_~_te.!lEj_~I~_pú.jJ¡¡r,:a
.. Dicho de otra manera, toda Una autoridad pública dispone de una variedad de respuestas frente a
demanda debe ser codificada, traducida a un lenguaje adecuado para que una demanda incluida en la agenda.
la autoridad pública pueda escucharla o tratarla. En cierta manera, se poli- Puede rechª-~a_(Jª-_ilJ.clusión_de1 «desafío». Tiene abierta la opción de un
tiza publicitándose. En efecto, abundan los problemas llamados de socie- rechazo total~, al contrario, de una táctica más indirecta de corrupción.
dad, y cada individuo o grupo tiene una demanda por satisfacer que mere- Puede actuar sobre el mismo problema: desactivándolo, bloqueándolo, to-
ce atención. Sin embargo, hace falta plantear el problema y ser cap.az de mándolo a broma, etc. Su acción también se puede desplazar hacia los em-
formul(l!}a.J:!emal}da en l()s-l:é6!1in2~§:i'la:acciónpoI(tica y pública. El presarios políticos y los grupos (de identificación y de atención) evitando
coriocimiento de este código constituye un capital cultural para quienes lo parecer que adopta una posición sobre el problema propiamente dicho: de-
poseen: saber a qué puertas llamar, por quién ser escuchado, cómo formu- sacreditando a los líderes, sobrepasándolos para dirigirse directamente a los
lar la demanda para que' sea audible (técnicamente, en términos de interés, grupos, exacerbando las rivalidades internas, etc.
ideológicamente) y en qué momento. El manejo de este capital explica La otra alternativa es responder a la demandaJªyºr.ªQI<::lll~[Ite..,-en princi-
ampliamente la extrema popularidad de que gozan, en particular en el me- pio, pero según grados mLÍYdÍstiritos.---· ...
dio rural, algunos electos como los alcaldes. Entre la población que tiene La autoridad pública muestra una atención positiva, modula tácticamen-
demandas planteadas y los servicios públicos (Educación, Impuestos, te su acción concreta. Así, puede:
Tesoro, Ejército, Correos y Telégrafos, Teléfonos, EDF), que parecen leja-
nos e inaccesibles, el electo sirve de intermediario, tanto más eficaz cuan- - mandar una señal simbólica. Por ejemplo, recibir y escuchar a una
to que domina el código que permite el intercambio de anulaciones y de delegación, prestando un oíéio-'a-t~~o a los argumentos de los empresarios
favores (Thoenig, 1975). políticos;
..
126 LAS POLfTICAS PÚBLICAS EL ANÁLISIS 127

- invocar un imponderable que le permita escapar a la acción. Por ¿Por qué el contexto social y político en el que se mueve una autoridad
ejemplo.Bzcfararaqueéstá dispuestaa actuar y ayudar, peroque seTOimpi- gubernamental tiende tanto a las controversias y los conflictos? ¿Por qué no
puede gobernar por consenso? Existen dos razones al menos:' ~(;_._--
den razones de fuerza mayor;
- ..e.().~~ergarel examen del problema. Así, la creación de comisiones de
-- -_ ..- - _ .._. __ •....-.,---_ .. _.. ..~~-_..
- ~~~
expertos es un' medio 'clásico para retrasar los plazos; - el entorno es social y económicamente heterogéneo, por sus 'intere-
ses y sus valores; "- '.. _....... . -""' - - - ..-._.
- ~st!l.bJ~~er.u!1'procedimiel1to par~ el tratamiento del p!.oblema, pero
sin compromiso en cuanto al' contenido. La puesta en marcha de un servicio -=--: con sus intervenciones.Ta.autoridad. púbJ!f_'L!1).~<:Iifi~,!-::-::9
__~!:e_L9lJ.~.
especializado al que se confía la definición de procedimientos específicos p~.de hacerlo~ efeqüTlibrio, I~.n~tl!.':a.t.~.~~'y'~lju~g9.de!9.?,.~.~teTe.:s~~:....
constituye una ilustración de lo anterior;
- reglamentar .una pequeñapartedel .p~oblem(l quetenga un valor sim- A partir de la formación de su agenda, la autoridad pública se ve impul-
bólico, pero sin atacar verdaderamente el fondo. Por ejemplo, conceder una sada a utilizar medios concretos, pero también y sobre todo, simbólicos,
subvención excepcional para Navidad a los desernpleados en lugar de reco- ~~~ para responder y administrar el carácter potencialmente conflictivo de las
nocerles unos derechos; demandas que recibe. Busca educar a los públicos, sobrepasar a los empre-
- tomar en cuenta la demanda en su conjunto; . sarios políticos, desactivar las oposiciones y codificar las críticas y las apro-
- anticiparse al surgiñíleñto de ia'deiña~lda,si'n esperar a que se desa- baciones. La comunicación política, que utiliza abundantemente los medios
rrolle a través de otros empresarios pOfíticos. de comunicación, prolonga en este sentido las técnicas más clásicas me-
diante las cuales el Estado y quienes lo gobiernan pesan sobre la política, no
La oferta que una autoridad pública dirige a las demandas de atención sólo proveyendo bienes y servicios públicos, sino tratando de modelar las
responde a otras características particulares. aspiraciones de sus administrados, su contenido y la manera de traducirlos
En general, tras una larga demora, genera un servicio o un producto. en términos de controversias políticas.
Inmediatamente, el público es incompetente: para juzgar su posible calidad
(falta de comparación posible, porque está adaptada por expertos, que defi-
nen su carácter operacional y los criterios de éxito-fracaso -en educación o Bibliografía
salud-, etc.), para anticipar su contenido concreto y técnico y las alternati-
Bachrach (P.), Baratz (M.), Power and Poverty, New York, Oxford Univ. Press.
vas posibles; para proyectarse hacia el futuro, tal como será afectado por el
Bardach (E.), 1972, The Skill Factor in Politics. Repealing the Mental Commit-
cambio inducido por la acción pública. La respuesta pública reviste, por otra
ment Laws in California, Berkeley, Univ. of California Press.
parte, un aspecto que es una respuesta no a un problema aislado, sino a una
Becker (G.), 1964, Human Capital, New York, Wiley.
clase de situaciones idénticas. El equipamiento colectivo, por ejemplo, está
Bendor (J.), Moe (T.), 1986, Agenda Control, Committee Capture and the
para satisfacer a' mucha gente, pero a nadie en particular. El bien o el servi-
Dynamics of Institutional Politics, American Political Science Review, 80,
cio son complejos por naturaleza; están comprometidos entre los medios es-
p. 1187-120.
pecíficos y los objetivos generales. Cazes (B.), 1970, Les travaux arnéricains relatifs aux indicateurs sociaux,
Sin embargo; la oferta encubre también algo más que un servicio o un Economie et Humanisme, 24, 206.
producto. Une, simbólica, emocional y políticamente al consumidor o a los Cobb (R.), Elder (c. D.), 1972, Participation in American Politics. The
administrados a la autoridad pública que dispensa una «solución». Este as- Dynamics of Agenda Building, Boston, Allyrnand Bacon.
pecto de las cosas es esencial ya que, más allá del consumo o de la presta- Easton(M.), 1973, Analyse du systéme politique, Paris, A. Colin.
ción, la acción pública está marcada por un imperativo de legitimidad Gusfield (J.), The Culture of Public Problems : Drinking, Driving and the
(Laufer, Burlaud, 1980). Este imperativo es particularmente fuerte en el seno Symbolic Order, Chicago, Univ. Press.
de las entidades locales. Se trata, para ellas, de justificar su acción conven- Laufer (R.), Burlaud (A.), 1980, Management publico Gestion etlégitimité, Paris,
ciendo a sus públicos. De ahí el recurso a los criterios de justicia, equidad y Dalloz.
eficacia. Los públicos a los que se apunta no son necesariamente los mismos Meynaud (J.), 1960, Les groupes de pression, Paris, Presses Universitaires de
que los consumidores potenciales; a menudo son muy diferentes: los electo- France , col!. « Que sais-je ». •
res, los adversarios, etc. Legitimar consiste, en este caso, en tratar de dirigir Mitchell (J.), Michell (W.), 1969, Politics : Problems and Outcomes, Chicago,
las fuerzas conflictivas que rodean a la autoridad pública. Rand McNally.
Padio1eau (J.), 1982, L'Etat au concret, Paris, Presses Universitaires de France.

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