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Cambio climático/Destrucción de la naturaleza (48.

8%)

Los ecosistemas terrestres y marinos desempeñan un papel importante en la


regulación del clima. En la actualidad absorben aproximadamente la mitad de las
emisiones de carbono de origen humano.

Los servicios de la biodiversidad y los ecosistemas nos ayudan a adaptarnos al


cambio climático y a mitigarlo. Por lo tanto, son una parte esencial de nuestros
esfuerzos para combatir el cambio climático. Trabajar con la naturaleza, en lugar de
ir contra ella, aporta también múltiples beneficios para la preservación de nuestro
clima.

Al mismo tiempo, el cambio climático afecta a los sistemas naturales. La continua


pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas disminuye su
capacidad de ofrecer servicios esenciales, y corremos el peligro de alcanzar puntos
críticos irreversibles.

El clima del planeta ha experimentado cambios constantes a lo largo del tiempo


geológico, entre ellos fluctuaciones significativas de las temperaturas medias
globales.

El calentamiento actual se está produciendo, sin embargo, más rápido que cualquier
fenómeno pasado. Ha quedado claro que la mayor parte del calentamiento registrado
durante el siglo pasado la hemos causado los seres humanos al emitir gases que
retienen el calor —comúnmente denominados gases de efecto invernadero— para
cubrir las necesidades energéticas de la vida moderna. Lo hacemos mediante la
quema de combustibles fósiles, la agricultura, el uso de la tierra y otras actividades
que provocan el cambio climático. Los gases de efecto invernadero se encuentran en
su nivel más alto de los últimos 800.000 años. Este rápido aumento es un problema
porque está cambiando nuestro clima a una velocidad demasiado alta para que los
seres vivos podamos adaptarnos a ella.
El cambio climático no sólo conlleva un aumento de las temperaturas, sino también
fenómenos meteorológicos extremos, la elevación del nivel del mar y cambios en las
poblaciones y los hábitats de flora y fauna silvestres, entre otros efectos.

Existe un consenso científico abrumador de que el calentamiento global está


mayoritariamente causado por el ser humano: el 97% de los científicos especialistas
en el clima han llegado a esta conclusión.

Uno de los mayores factores determinantes, con mucha diferencia, es la quema de


combustibles fósiles —carbón, gas y petróleo—, que ha aumentado la concentración
de gases de efecto invernadero —como el dióxido de carbono— en nuestra
atmósfera. Esto, sumado a otras actividades como la tala con fines agrícolas, está
provocando un aumento de la temperatura media de nuestro planeta. De hecho, la
comunidad científica está tan segura de que los gases de efecto invernadero
provocan el calentamiento global como de que fumar provoca cáncer de pulmón.

Esta conclusión no es nueva. La comunidad científica lleva décadas recopilando y


analizando datos sobre esta cuestión. Las advertencias sobre el calentamiento global
saltaron a la prensa a finales de la década de 1980.

En 1992, 165 naciones firmaron un tratado internacional, la Convención Marco de


las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Desde entonces
celebran reuniones anuales (llamadas “Conferencias de las Partes” o COP) con el
propósito de establecer los objetivos y los métodos para reducir el cambio climático
y para adaptarse a sus efectos ya visibles. En la actualidad, la Convención tiene 197
Estados Partes.

Los efectos del cambio climático ya se están notando, y empeorarán. El


calentamiento global ya ha alcanzado aproximadamente 1 °C con respecto a los
niveles preindustriales. Cada medio grado (o incluso menos) de calentamiento
global cuenta.
Efectos del cambio climático a la Naturaleza

Vivimos en el Antropoceno o Edad de los Humanos. Se trata de una era geológica


afectada por la actividad de la humanidad, un período interglaciar donde se prevé
que las temperaturas suban por causas naturales… pero, sobre todo, por la acción del
ser humano y sus emisiones de gases de efecto invernadero. Todo ello provoca
un calentamiento global –aumenta la temperatura del aire y de los océanos– sin
precedentes y un desbarajuste en el orden natural que avanza sin parar.

Este desbarajuste, además, está castigando especialmente a las personas más


vulnerables del planeta. Si no se adoptan medidas urgentes, el cambio climático
podría sumir en la pobreza a otros 100 millones de personas para 2030. Lo recoge
el ODS13 – Acción por el clima: Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio
climático y sus efectos. Hagamos un repaso a las principales consecuencias
del cambio climático:

 Fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes e intensos

Las olas de calor, sequías, incendios, ciclones o inundaciones serán cada vez más
acuciantes. Es algo que estamos comprobando en España con episodios como el
incendio de Gran Canaria. Aunque el cambio climático no explica el origen de este
tipo de fuegos, la emisión de gases de efecto invernadero y, con ella, el aumento de
las temperaturas, contribuye a su propagación y virulencia.

 Los países pobres, los más vulnerables

Debido a su ubicación en el globo, su menor grado de desarrollo o su mayor


exposición a los fenómenos meteorológicos, las comunidades más pobres son las
que más están sufriendo y sufrirán el cambio climático. Resulta chocante, pues son
las personas que menos han contribuido a la crisis climática. De hecho, se calcula
que la mitad más pobre del planeta, 3.500 millones de personas, es responsable de
solo el 10% de las emisiones de carbono. Por el contrario, el 10% más rico genera la
mitad de las emisiones mundiales.

Algunos expertos hablan ya de un posible “apartheid climático” que acentuará aún


más la pobreza y desigualdad en el mundo. Podría crearse, como indica Philip
Alston, relator para la pobreza y los derechos humanos, “un escenario de apartheid
climático en el que los ricos pagan para escapar del sobrecalentamiento, el hambre y
los conflictos, mientras que el resto del mundo tiene que sufrir”.

 Daños sobre la salud humana

El cambio climático influye en los determinantes sociales y medioambientales de la


salud: un aire limpio, agua potable, alimentos suficientes y una vivienda segura.
Además, aumenta el riesgo de transmisión de vectores como el dengue o la malaria,
y se calcula que causará unas 250.000 defunciones adicionales cada año debido a la
malnutrición, el paludismo, la diarrea y el estrés calórico.

 Inseguridad alimentaria y pérdida de medios de vida

La propensión a los desastres naturales incrementada por los efectos del cambio
climático se traduce en continuas pérdidas de cultivos, ganado, infraestructuras y
vidas humanas. La sequía y la desertificación han provocado la pérdida de 12
millones de hectáreas en las que se podían haber obtenido 20 millones de toneladas
de grano. El cambio climático reduce la producción de alimentos básicos en muchas
de las regiones más pobres y aumenta así los niveles de malnutrición y desnutrición.

 Dificultad para acceder a fuentes de agua seguras

Las zonas afectadas por la sequía, la falta de lluvias o la evaporación de lagos y ríos
se enfrentarán a serios problemas para acceder al agua potable o apta para el
consumo humano. Ya se habla de “las guerras del agua” como una de las
consecuencias del cambio climático. Incluso la ONU considera que la lucha por el
agua estará detrás de muchas guerras.

 Movimientos migratorios

La movilidad humana es uno de los principales retos globales al que nos


enfrentamos como sociedad, junto al cambio climático. Los desplazados ambientales
o climáticos son aquellas personas que se ven obligadas abandonar su entorno
debido a la degradación de la tierra, la desertificación y las sequías; los desastres
naturales o la competencia por los recursos naturales, por poner algunos ejemplos.

 Recursos naturales y energía

La deforestación y desaparición de ecosistemas, la pérdida de recursos marino-


costeros y el agotamiento de recursos naturales son algunos de los impactos del
cambio climático sobre el planeta. La quema de combustibles fósiles y su alto
contenido en carbono produce grandes cantidades de gases de efecto
invernadero. Las energías renovables se hacen cada vez más necesarias para reducir
su impacto. 

Es importante recordar que ninguna de las listas de efectos del cambio climático es
exhaustiva. Es muy probable que las olas de calor se produzcan con mayor
frecuencia y duren más tiempo y que las precipitaciones se hagan más intensas y
frecuentes en muchas regiones. Los océanos seguirán calentándose y acidificándose,
y el nivel medio global del mar continuará elevándose. Todo esto tendrá —y ya está
empezando a tener— un impacto devastador en la vida humana.

La necesidad urgente de abordar el cambio climático se ha hecho aún más patente


con la publicación de un importante informe en octubre de 2018 a cargo del
principal organismo internacional para la evaluación del cambio climático, el Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). En él, el IPCC
advierte de que, si queremos evitar las consecuencias catastróficas del calentamiento
global no debemos alcanzar el aumento de la temperatura de 1,5 °C con respecto a
los niveles preindustriales, o al menos no superarlo. El informe presenta las
considerables diferencias existentes entre las situaciones hipotéticas de que se
produzcan aumentos de 1,5 °C o de 2 °C.

El IPCC afirma que si trabajamos para limitar el aumento de las temperaturas


medias globales a 1,5 °C, podríamos, por ejemplo:

 reducir en varios cientos de millones el número de personas expuestas a


riesgos relacionados con el clima y susceptibles de sufrir pobreza en 2050;
 proteger a 10 millones de personas frente a los riesgos relacionados con el
nivel del mar, y
 reducir la proporción de la población mundial expuesta a un aumento del
estrés hídrico a un 50%, o una de cada 25 personas del planeta.

Pero lo que quizá sea más importante es que el informe del IPCC da al mundo un
plazo claro para evitar la catástrofe: de aquí a 2030 debemos reducir las emisiones
de gases con efecto invernadero a la mitad de su nivel en 2010 para no alcanzar el
aumento de 1,5 °C. Por tanto, nuestros gobiernos deben tomar medidas de forma
inmediata para dar un cambio de rumbo. Cuanto más tardemos en hacerlo, más
tendremos que recurrir a tecnologías costosas que podrían tener efectos nocivos en
los derechos humanos.

Éstas son algunas de las formas en que el cambio climático está agravando las
desigualdades:

 Entre las naciones desarrolladas y en desarrollo:


En el ámbito nacional, los Estados insulares pequeños y los países menos
desarrollados situados a escasa altitud ya se encuentran entre los más afectados. La
población de las Islas Marshall sufre periódicamente inundaciones y tormentas
devastadoras que destruyen sus viviendas y sus medios de vida. La ola de calor de
2018 en el hemisferio norte acaparó titulares en toda Europea y Norteamérica, pero
algunos de sus efectos se produjeron en lugares como Pakistán, donde más de 60
personas —en su mayoría trabajadores habitualmente expuestos al calor intenso—
murieron al ascender la temperatura por encima de 44 °C.

 Entre distintas etnias y clases:

Los efectos del cambio climático y la contaminación relacionada con los


combustibles fósiles también tienen una magnitud distinta en función de la clase y la
etnia. En Norteamérica, son mayormente las comunidades pobres de color las que
están obligadas a respirar aire tóxico, puesto que la probabilidad de que sus barrios
estén situados junto a centrales eléctricas y refinerías es mayor. La incidencia de las
enfermedades respiratorias y los cánceres es notablemente más alta en ellas, y la
población afroamericana tiene el triple de probabilidades de morir de contaminación
atmosférica que la población estadounidense en general.

 Entre géneros:

Las mujeres y las niñas se ven desproporcionadamente afectadas por el cambio


climático, lo que refleja el hecho de que en muchos países tienen más probabilidades
de sufrir marginación y pobreza. Esto significa que son más vulnerables al impacto
de los fenómenos meteorológicos, puesto que son menos capaces de protegerse
frente a ellos y, en caso de verse afectadas, les será más difícil recuperarse.
 Entre generaciones:

Las generaciones futuras experimentarán un agravamiento de los efectos a menos


que los gobiernos actúen ahora. No obstante, los niños, niñas y jóvenes ya están
sufriendo debido a su metabolismo, fisiología y necesidades de desarrollo
específicos. Esto significa, por ejemplo, que es probable que el desplazamiento
forzado que experimentan las comunidades y que repercute en toda una serie de
derechos —desde el derecho al agua, el saneamiento y la alimentación hasta el
derecho a una vivienda adecuada, la salud, la educación y el desarrollo— tenga
efectos particularmente dañinos en los niños y niñas.

 Entre comunidades:

Los pueblos indígenas están entre las comunidades más afectadas por el cambio
climático. Muchos de ellos viven en tierras marginales y ecosistemas frágiles
particularmente sensibles a las alteraciones del entorno físico. Mantienen una
estrecha relación con la naturaleza y sus tierras ancestrales, de las que dependen sus
medios de vida y su identidad cultural.

Los derechos humanos están estrechamente relacionados con al cambio climático


por su efecto devastador no sólo en el medio ambiente, sino en nuestro bienestar.
Además de amenazar nuestra propia existencia, el cambio climático está
repercutiendo de forma dañina en nuestro derecho a la vida, la salud, la
alimentación, el agua, la vivienda y los medios de vida.

Cuanto más esperen los gobiernos para tomar medidas significativas, más difícil será
resolver el problema y mayor será el riesgo de que las emisiones se reduzcan por
medios que aumenten la desigualdad, en lugar de reducirla.
Estas son algunas de las formas en las que el cambio climático está afectando y
continuará afectando a nuestros derechos humanos:

Derecho a la vida: toda persona tiene tiene derecho a la vida y a vivir en libertad y


en condiciones de seguridad. Pero el cambio climático representa una amenaza para
la seguridad de miles de millones de personas en el planeta. Las manifestaciones
más evidentes son los fenómenos meteorológicos extremos, como las tormentas, las
inundaciones y los incendios forestales. En Filipinas, el tifón Yolanda se cobró la
vida de casi 10.000 personas en 2013. Los golpes de calor están entre los efectos
más mortíferos. La ola de calor de Europa de 2003 se cobró la vida de 35.000
personas. No obstante, hay muchas otras formas menos visibles en las que el cambio
climático pone en peligro la vida. La Organización Mundial de la Salud prevé que el
cambio climático provoque 250.000 muertes al año entre 2030 y 2050 por malaria,
malnutrición, diarrea y golpes de calor.

Derecho a la salud: toda persona tiene derecho al disfrute del más alto nivel posible
de salud física y mental. De acuerdo con el IPCC, entre los principales efectos del
cambio climático en la salud figurarán un aumento del riesgo de lesiones,
enfermedades y muertes por golpes de calor e incendios más intensos; un mayor
riesgo de desnutrición a consecuencia de la disminución de la producción de
alimentos en las regiones pobres, y un mayor riesgo de contraer enfermedades
transmitidas por los alimentos y el agua y transmitidas por vectores. Los menores
expuestos a episodios traumáticos, como catástrofes naturales agravadas por el
cambio climático, pueden sufrir trastorno de estrés postraumático. El impacto del
cambio climático en la salud exige una respuesta urgente; de lo contrario, el
calentamiento amenaza con comprometer los sistemas de salud y los objetivos
básicos de salud mundial.

Derecho a vivienda: toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado para sí


misma y para su familia, lo que incluye el acceso a una vivienda adecuada. No
obstante, el cambio climático amenaza nuestro derecho a la vivienda de diversas
formas. Los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones y los
incendios, ya están destruyendo viviendas y obligando a muchas personas
a desplazarse. Las sequías, la erosión y las inundaciones también pueden modificar
el medio ambiente con el tiempo, mientras que la elevación del nivel del mar
amenaza los hogares de los millones de personas de todo el mundo que viven en
territorios a escasa altitud.

Derecho al agua y al saneamiento: toda persona tiene derecho a agua potable para


uso personal y doméstico y a saneamiento que garanticen el mantenimiento de la
salud. Pero una combinación de factores como la fusión de la nieve y el hielo, la
reducción de la pluviosidad, el aumento de las temperaturas y la elevación del nivel
del mar muestran que el cambio climático afecta y seguirá afectando a la calidad y
cantidad de los recursos hídricos, lo que agravará el problema del acceso a agua
potable, del que actualmente carecen 1.100 millones de personas. Los fenómenos
meteorológicos extremos, como los ciclones y las inundaciones, afectan a las
infraestructuras de abastecimiento de agua y de saneamiento, y dejan tras ellos aguas
contaminadas, contribuyendo de este modo a la propagación de enfermedades
transmitidas por el agua. Los sistemas de alcantarillado, especialmente en las zonas
urbanas, también se verán afectados por el cambio climático.

Al conservar la naturaleza y restaurar los ecosistemas reducimos su vulnerabilidad y


aumentamos su resiliencia. La conservación y restauración de la naturaleza
constituyen una estrategia importante y rentable en nuestra lucha contra el cambio
climático. El cambio climático perjudica a la biodiversidad. Es una de las causas de
su pérdida. A su vez, el cambio climático se acelerará aún más si no se protegen con
eficacia la biodiversidad y los ecosistemas.

Trabajar a favor de la naturaleza (enfoques ecosistémicos para la adaptación al


cambio climático y su mitigación), además de ayudar a conservarla, también reduce
la vulnerabilidad de las personas y de su medio de subsistencia frente al cambio
climático. Por ejemplo, los ecosistemas costeros, como los humedales, los
manglares, los arrecifes coralinos, los arrecifes de ostras y los cordones litorales,
ofrecen protección natural frente a las tormentas y las inundaciones, además de otros
muchos servicios.

Los enfoques ecosistémicos son rentables, fáciles de aplicar y accesibles para las
comunidades rurales y pobres, de modo que pueden atenuar la pobreza y respaldar
las estrategias de desarrollo sostenible. Por ejemplo, las líneas de costa naturales
restauradas con vegetación marina o manglares ofrecen amortiguación frente a los
temporales y crean zonas de cría para los peces. La protección de las zonas de
recarga de acuíferos o la restauración de llanuras de inundación aseguran los
recursos hídricos, y así poblaciones enteras pueden hacer frente a la sequía.

Mientras que el cambio climático es actualmente un tema prioritario en la agenda


pública, el nivel de preocupación por la pérdida de biodiversidad todavía es bajo. La
conservación de la biodiversidad se malinterpreta a menudo como un problema
menor que atañe solamente a la protección de las especies amenazadas, y muchas
veces se pasa por alto el papel crucial de la naturaleza en la lucha contra el cambio
climático. Los ecosistemas sanos y resilientes poseen una mayor capacidad para
atenuar el cambio climático y adaptarse a él y, por lo tanto, para contener el
calentamiento del planeta. Resisten y se recuperan más fácilmente de los fenómenos
meteorológicos extremos y proporcionan una gran variedad de benefi cios de los que
dependen las personas.

La red de conservación Natura 2000 de la UE abarca en la actualidad casi una quinta


parte del territorio de la UE y comprende más de 25 000 lugares. Se prevé que
pronto esté fi nalizada la red marina. Natura 2000 es fundamental en la provisión del
espacio que las especies silvestres necesitan para adaptarse al cambio climático.
A menudo no se reconoce la gama de servicios del ecosistema proporcionados por
Natura 2000 y otras redes y espacios protegidos regionales y nacionales pertinentes,
a pesar de que satisfacen diversas necesidades humanas (p. ej., agua y aire limpios,
recreo, protección contra inundaciones).

Fuentes bibliográficas

 https://ec.europa.eu/environment/pubs/pdf/factsheets/Nature%20and
%20Climate%20Change/Nature%20and%20Climate
%20Change_ES.pdf
 amnesty.org/es/what-we-do/climate-change/?
utm_source=google&utm_medium=cpc&gclid=Cj0KCQjwh_eFBhDZ
ARIsALHjIKdiRDOIYp-
bTwu5XniEQ66yOIUhqqr0WUjiuv2NB6OllIXzC_Qruw8aAt4IEALw
_wcB
 https://ayudaenaccion.org/ong/blog/sostenibilidad/consecuencias-del-
cambio-climatico/

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