que hay entre Derechos de autor y Plagio. Considerar los derechos de autor en el ámbito académico es valorar el origen de las fuentes de información que tenemos a nuestro alcance. El espacio virtual se ha vuelto una prioridad de consulta en la vida académica de profesores y estudiantes dadas las circunstancias, que la misma globalización ha generado. Una de las épocas más relevantes de mi vida fue la década de los 80`s y 90’s era común asistir a las bibliotecas para buscar en ficheros obras comenzando por el nombre del autor y titulo. El derecho de autor es un conjunto de atributos personales y económicos que proveen de derechos a quien aporto ideas, investigación, análisis, creatividad, enfoque a la divulgación de un conocimiento como bien se dice “es el reconocimiento que hace el Estado en favor de todo creador de obras literarias” (Ley Federal del Derecho de Autor, Titulo II, Cap. I, Art.11) para que otros puedan aprender y cultivarse de ellos. ¿Cuántos millones libros existen en el mundo? La manera de no perder tanto conocimiento es dejarlo plasmado en algún medio e identificarlo con el nombre de quién realizo tan valiosa aportación. Es obvio que el mundo y la sociedad deben regirse por leyes que protegen, defienden y castigan los intereses entre seres humanos. El firme objetivo del derecho de autor es dar valor a quien lo merece; la manera correcta de hacerlo académicamente es dando una descripción de donde se tomó la información ya sea hablado o por escrito, coloquialmente dicen “no tiene nada de malo, decir quien lo dijo”. Son los cimientos de formación para profesores y alumnos en una trayectoria de aprendizaje y estudio. Hablando profesionalmente, desde niños nos han enseñado a identificar los datos de un libro como son título, autor, año de edición, numero de páginas entre otros; datos que no son desconocidos y son fáciles de evadir a la hora de leer e investigar. La ética profesional esta relacionada con principios, por lo tanto, debemos ser fieles al origen de nuestro conocimiento y los beneficios que nos aporta reconocer el derecho de un autor a su obra son varios. Citar o referenciar un texto de medios impresos o digitales es argumento valido de una fuente que sustenta desde un comentario hasta una tesis por mencionar, abre las puertas para una nueva idea o debatir un tema específico, genera nuevas oportunidades de investigación y creación de libros. “El impacto de la citación en la construcción y difusión del conocimiento obligó a las comunidades de investigadores, profesores y académicos a proponer modelos adecuados no sólo para ordenar y presentar las fuentes consultadas, sino también para asumir un papel ético durante los procesos de búsqueda” (Recuperado: https://www.nsyp.aulapolivirtual.ipn.mx/pluginfile.php/280995/mod_resource/content/21/un idad_2/leccion_2.html) Las normas internacionales han determinado diversas formas de citar o referenciar textos según el tipo de fuente, el propósito “dar reconocimiento a las ideas de otros autores” la más común es el formato APA que hace mención del autor, año, título de la publicación y pagina de donde se extrajo la información. Como profesionales, somos practicantes del conocimiento y con la oportunidad de ser desarrolladores de ideas a través de las ideas de otros; esto, nos hace responsables del buen uso de la información. Investigadores, docentes y alumnos nos retroalimentamos mutuamente para volvernos críticos de la enseñanza y aprendizaje adquirido. Como bien se sabe la Ley Federal del Derecho de Autor, protege los derechos morales y patrimoniales de la “persona física” (Jaubert, Paul. Piratería universitaria III Distintas clases de derechos. Casa del tiempo, Vol. V No. 38, p. 34) que creo y realizo una obra, en el ámbito académico: una obra literaria o libro. Es sabido que toda aportación literaria es divulgada o publicada en cualquier medio de información para que cumpla su propósito que es: dar a conocer las ideas del autor. Mas sin embargo esto se ha convertido en el riesgo de la industria editorial, ya que existe el plagio o robo de información. Las consecuencias que se desencadenan, por actos ilícitos al robo de información protegida por la ley dependen del modo de plagio. Actualmente la acción más simple conocida como “copiar y pegar” (Jaubert, Paul. Piratería universitaria y derecho de autor. Casa del tiempo, Vol. IV No. 36, p. 24) se generó a razón de los nuevos modelos educacionales, que invitan a la búsqueda de información en la red, un método muy tentador para salir del paso, como dicen algunos practicantes. Miles de palabras en un orden diferente expresan millones de ideas, el atributo lo tiene aquel que reconoce su capacidad de investigación y análisis para enfocarlo en conclusiones que posteriormente son trampolín de críticas y nuevos sucesos. ¿Cuál es la capacidad que un profesor y alumno deben de tener para evitar el plagio?, respondiendo esta pregunta, todos tenemos habilidades, capacidades, aptitudes y actitudes; la diferencia radica en las circunstancias que se presentan para cumplir los objetivos académicos, uno de los más frecuentes el tiempo y falta de creatividad asertiva. Bien dice Paul Jaubert, “lo que por ignorancia los convierte en presuntos delincuentes” (Piratería universitaria y derecho de autor. Casa del tiempo, Vol. IV No. 36, p. 25). En conclusión, se han cometido demasiados actos ilícitos contra los derechos de autor, la realidad es que la ley no menciona una sanción clara por cada manera en la que se violan los derechos morales y patrimoniales de un autor. Mi postura ante el plagio es sancionar a quien incurra en dicha actividad, soy participe que profesores y alumnos debemos estimular la práctica de la redacción y comunicación escrita. Debemos de estimular la práctica de la cita y referencia bibliográfica mencionando al autor. Es importante reconocer quien nos aporta sus conocimientos y enriquece la vida académica.