Introducción: “Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos
triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas... Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad. Desde aquel día ya no duermo para descansar... ahora simplemente duermo para soñar”. (Walt Disney) “Soñar es opción de todos, luchar por hacerlos realidad es privilegio de pocos”. Moisés Pérez Desarrollo: Mircea Eliade – “Toda religión coincide en un aspecto, la religión es el espacio de realización de los sueños humanos más elevados”. Ap 21 – Los sueños del hombre tendrán su cabal cumplimiento, si pero no de los sueños humanos, sino de los de Dios, Y esto es posible porque Dios se atreve a soñar. Diríamos que Dios no puede soñar porque Él es Dios, ¿que los sueños no son la aspiración de lo que no se posee? Pues Él no necesita de nada, es su naturaleza, si Él quiere algo lo puede tener inmediatamente, pero No, esto no es así, hay algo que no puede tener si a mí no se me antoja dárselo, mi corazón, mi libertad, mi fe. Por eso Dios puede soñar, hay algo que a Él le falta, con todo su poder se ha puesto un límite: mi aceptación, mi libertad. El hombre es la única criatura del universo que puede rechazar a Dios, todas las criaturas le obedecen menos nosotros los humanos, el caballo nunca entra en crisis por ser caballo, obedece perfectamente a Dios, sigue su caballeidad, no le da por ser tigre a ratos, no. Nosotros somos los únicos que osamos decirle no me interesas, podemos pasárnosla muy bien sin ti, no me importan tus sueños. La fe cristiana no es el espacio de realización de mis sueños, porque nuestros sueños son demasiado enanos; la fe cristiana manifiesta los grandes sueños de Dios. Asomémonos a esos sueños. Ap 21, 1-5 Dios ansía desposarse con nosotros, sueña hacerlo. Ilust: Cuando era niño en la doctrina, me decían que Dios estaba muy lejos en el cielo y que para alcanzarlo habría que ser bueno. Pero Dios no está en el cielo, está conmigo, hace camino con nosotros (Gn 3). “A juzgar por los textos bíblicos pareciera que el cielo se ha quedado vacío, que Dios ha aceptado el exilio junto con los expulsados”. Carlo Maria Martini. Como si Dios no pudiera vivir sin el hombre, nosotros sí pero Él no. Él no puede estar sin nosotros, por eso permanentemente actúa, llama, seduce, atrae, manda señales; en eso sueña Él, poder volver a estar con nosotros (Adán, Adán, ¿dónde estás tú?) Él siempre está para el hombre pero el hombre no está para él. Dios sueña con desaparecer todos los sufrimientos del hombre Ap 21, 4. Dios nos creó para la felicidad y la dicha no para sufrir en este “valle de lágrimas”, ya no habrá muerte ni duelo. Este sueño de Dios se me antoja para mí también. El verso 5 dice que, “hace nuevas todas las cosas”. Ilust: Mel Gibson en la Pasión de Cristo donde Jesús le dice a María: “ya ves madre, cómo hago nuevas todas las cosas”. Dios con la pasión de Cristo hizo todo nuevo, Él es la única posibilidad que el sueño de Dios se cumpla. ¿Cuál es tu sueño? ¿Tener dinero, carrera, casa y carro? ¿Eso es todo, hasta ahí llegaste? Sal 73,21-26 - TLA Conclusión: Hay una religión que se atreve a presentar los sueños de Dios, el cristianismo. Hay una religión que sabe que Cristo hace las cosas nuevas, que hay esperanza, que nos acompaña siempre, que quiere tu corazón y te quiere dar la felicidad, que quiere la vida para ti. Abraham soñó que su recompensa sería muy grande; Jacob soñó con una escalera al cielo; José soñó que los astros le reverenciaban; y Jesús seguramente soñó la salvación del hombre, algo que se lo dijo al padre del muchacho endemoniado: Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible (Mc 9,23).