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Para Bauman, la modernidad líquida es como si la posibilidad de una modernidad fructífera y

verdadera se nos escapara de entre las manos como agua entre los dedos. Este estado físico es
aplicado a esta teoría de modernidad en el sentido de que, posterior a la segunda guerra mundial,
nos encontramos con por lo menos tres décadas de continuo y próspero desarrollo, en el que el
ser humano encuentra tierra firme para ser y relacionarse con los demás.

Años más tarde, este mismo desarrollo, traducido en la ciencia y la tecnología, así como también
en lo político, económico, intercambio cultural, apertura de mercados, globalización, ha llevado al
ser humano a alejarse de aquello con lo que se mantenía unido, la sociedad. Es decir, de una
sociedad sólida pasa a una sociedad líquida, maleable, escurridiza, que fluye, en un capitalismo
liviano.

Bauman nos explica que ante la posibilidad de cambios reales, podemos reaccionar de una manera
favorable al sentirnos cada vez más independientes y rectores de nuestro destino, pero también
habrá quienes se sientan con miedo ante tales circunstancias. Ser independientes no es tan fácil, la
liberación-emancipación puede traer consecuencias a las que no estamos acostumbrados. Nos
consideramos modernos, pero no lo somos. Primero porque hay deficiencias que subsanar en
diferentes rubros; segundo porque dentro de algunos años, esta modernidad dará paso a otra,
pero necesariamente tendrá que dar paso a otra concepción.

Para Bauman, el hombre deja de lado esa sensación de satisfacción y bienestar, derivados de la
industrialización posterior a la segunda guerra mundial y busca su libertad. Considera que esa
libertad conseguida con su emancipación, ha hecho que el hombre se vaya guardando más para sí
mismo, despreocupándose aún más de lo que sucede a su alrededor. Señala que el hombre está
inmerso en una sociedad consumista, que cada vez más busca satisfacción y más rápido, dadas las
condiciones de expiración de los productos oferta-dos, y no necesariamente productos
alimenticios. Tales son los casos de las colecciones de la moda, lo último en tecnología, que hoy lo
es y mañana dejará de serlo. Considera que esa necesidad por las compras tiene como causa la
búsqueda desesperada de pertenencia al grupo que guía los rumbos de la sociedad capitalista-
consumista.

En Daños Colaterales: desigualdades en la era global, Bauman explica cómo la desigualdad, la


marginalidad, la externalidad y todo el sufrimiento humano inherente a los grupos sociales no
favorecidos por la fortuna social, a su vez relegados de la agenda política. La politicas publicas y las
agendas politicas en general impulsan la globalizacion de manera descoordinada, impulsan el
crecimiento económico entendido como capacidad adquisitiva y no por distribución de la riqueza.
En un sentido estricto un grupo poblacional se encuentra afectado por la desigualdad y por los
daños no consentidos e ignorados que implica estar inmerso en esta sociedad desigual e
inequitativa.
Niñas arañas, es la historia de tres adolescentes, las cuales viven en una toma en alguna comuna
de Santiago. Su condición social es de marginalidad, lo cual las lleva a robar en edificios del barrio
alto de la capital, con el fin de poder optar a ese mundo al cual no pertenecen porque son hijas de
la pobreza y la desigualdad del Chile neoliberal.

La obra comienza con una imagen poética, las niñas están en la azotea de un edificio que han
escalado para robar, allí es donde la trama comienza a tomar forma, la líder del grupo es Yasna, y
luego están Elizabeth y Nicole. Las tres se caracterizan por vivir en la precariedad, donde día a día
conviven/luchan con elementos que las sumergen cada vez más en la marginalidad: familias
numerosas las cuales suelen tener solo a la madre, viven hacinados y en casas de material ligero
como el cartón, embarazos a temprana edad, deserción del sistema escolar. Se evidencia una
conciencia de su mundo real, sin embargo, quieren acceder a los privilegios de los “otros”,
diferenciándose de su grupo con el anhelado arribismo con que las arañitas sueñan para sus vidas,
depositando en la materialidad y en el consumo de lujo la solución capaz de darle un giro a sus
vidas, acabando así con la precariedad. En la obra se cuestionan los ¿por qué? de sus vidas,
abordando de manera crítica y política temas de carácter religioso en una sociedad donde el rico
es el dueño de los privilegios de Dios, por ejemplo, o del costo del día a día para subsistir en los
suburbios; a fin de cuentas, nuestras protagonistas comienzan a desarrollar un sentimiento de
rabia y resentimiento que no se logra saciar solo con poder ser ricas y llevar una vida de patronas.
Y es desde ese lugar donde las arañas se empoderan y deciden hablar con la prensa, con el fin de
dar a conocer su historia, aquello que Elizabeth cree que el país no sabe, pero que Yasna le
asegura que sí lo saben: su condición de marginal.

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