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Antologia Boaventura Vol1
Antologia Boaventura Vol1
Antología esencial
políticas públicas, impulsando acciones innovadoras,
creativas y viables ante los grandes desafíos sociales, cia entre Saberes: Epistemologías del Sur contra
educativos, culturales y ambientales de América Latina el Epistemicidio (2017).
y el Caribe.
• Apoyar la formación de redes de investigadores/as e
instituciones que actúan en el campo de las ciencias
sociales y las humanidades.
• Fortalecer los procesos de internacionalización aca-
démica en América Latina y el Caribe.
• Ampliar la cooperación y el diálogo académico
Sur-Sur y Norte-Sur.
• Estimular el desarrollo y la consolidación de las
ciencias sociales y del pensamiento crítico en los países
más pobres de América Latina y el Caribe.
• Intervenir en el debate público nacional y regional,
aportando las perspectivas y contribuciones de la
investigación social basada en resultados. Patrocinado por
• Colaborar con la formación de agentes gubernamen-
tales, activistas sociales y profesionales de la prensa en
temas sociales, educativos, culturales y ambientales,
acercándolos a problemáticas abordadas desde las cien-
Agencia Sueca de Desarrollo Internacional
Antología esencial
cias sociales y a las evidencias que la investigación
social aporta.
• Generar condiciones de acceso abierto a la producción
académica latinoamericana y caribeña, contribuyendo a
la democratización del acceso al conocimiento y per-
mitiendo su más activa utilización por parte de los
volumen i
gestores de políticas públicas, las organizaciones sociales
y ciudadanas, la prensa y el propio sistema universitario.
ISBN 978-987-722-363-7
ISBN 978-987-722-363-7
CDD 301
Volumen I
Creemos que el conocimiento es un bien público y común. Por eso, los libros de CLACSO están disponibles en acceso abierto y gratuito. Si
usted quiere comprar ejemplares de nuestras publicaciones en versión impresa, puede hacerlo en nuestra Librería Latinoamericana de Ciencias
Sociales.
Biblioteca Virtual de CLACSO www.biblioteca.clacso.edu.ar
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Primera edición
Construyendo las Epistemologías del Sur (Buenos Aires: CLACSO, julio de 2018)
CLACSO
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Esta publicación fue apoyada por la Fundación Rosa Luxemburgo con fondos del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alema-
nia (BMZ). El contenido de la publicación es responsabilidad exclusiva de los autores y no refleja necesariamente posiciones de la FRL.
Volumen I
Pablo Gentili
Inventar otras ciencias sociales................................................................................................ 13
Parte I
Pensando desde el Sur y con el Sur
Volumen II
Pablo Gentili
Inventar otras ciencias sociales................................................................................................ 13
Maria Paula Meneses, João Arriscado Nunes, Carlos Lema Añón,
Antoni Aguiló Bonet y Nilma Lino Gomes
Prólogo......................................................................................................................................... 17
Parte III
Derecho para otro mundo posible
Parte V
Educación para otro mundo posible
expresiones y formas de producción del cono- de las experiencias sea uno de los elementos
cimiento que cifran las Epistemologías del Sur más valorados.
(entre las que se destacan la realidad portugue- Los dos tomos que conforman esta inicia-
sa, los contextos latinoamericanos, africanos y tiva de CLACSO serán, sin lugar a dudas, un
asiáticos). Son los saberes nacidos y forjados material de consulta indispensable para todas
al calor de las luchas contra el capitalismo, el las y los lectores comprometidos con pensar
colonialismo y el patriarcado los que integran el mundo a través de una perspectiva original
el índice de su obra y se ponen de relieve a tra- construida a lo largo de 40 años de trabajo. Y
vés de sus textos (muchos de ellos, traducidos si bien los materiales que conforman estos dos
por primera vez al castellano). grandes volúmenes están potencialmente di-
Si la gran escuela de Boaventura es el Sur, su rigidos a todos y todas, en las vetas del texto
caja curricular está organizada sobre un prin- emerge y se percibe una predilección por las
cipio de convivialidad irreductible: la ecología izquierdas, a las que Boaventura caracteriza
de saberes. Miradas que no imponen, sino que como “los partidos y movimientos que luchan
solicitan otras perspectivas para cuestionar y contra el capitalismo, el colonialismo, el ra-
cuestionarse; perspectivas que buscan credibi- cismo, el sexismo y la homofobia y a toda la
lidad y reconocimiento para los conocimientos ciudadanía que, sin estar organizada, comparte
elaborados más allá de los espacios y las lógi- los objetivos y aspiraciones de quienes se or-
cas académicas, sin que ello conlleve a desa- ganizan para luchar contra estos fenómenos”.
creditar el conocimiento científico. También, Esta antología es un merecido homenaje
el término remite de un modo certero al indis- del Consejo Latinoamericano de Ciencias So-
pensable diálogo que debe producirse entre ciales a quien, con sus ideas y compromiso, ha
las ciencias de la vida y las ciencias sociales. contribuido de manera decisiva al desarrollo
Ningún cambio social puede promoverse des- de las ciencias sociales, un intelectual público
de las ciencias sociales sin tomar en cuenta la que ha peregrinado por el Sur global acompa-
devastación ecológica, la predación, el extrac- ñándonos en numerosos espacios y momentos,
tivismo, el epistemicidio y la eliminación física ayudándonos a pensar los problemas y desa-
a las que muchas veces ha contribuido la racio- fíos de nuestro tiempo. Y si bien es cierto que
nalidad moderna. De allí que la recuperación el temor más grande de un explorador consiste
16 Boaventura de Sousa Santos
en detenerse, ese sociólogo andariego que es por el pensamiento y por la lucha en defensa de
Boaventura de Sousa Santos nos deja en esta la dignidad humana, seguirá produciendo para
obra la grata sensación de que aquí falta lo que sorprendernos y ayudarnos a soñar.
mañana, en su recorrido creativo por la vida,
Prólogo
Maria Paula Meneses, João Arriscado Nunes, Carlos Lema Añón,
Antoni Aguiló Bonet y Nilma Lino Gomes
inglés, alemán, rumano y chino mandarín, en- colonialismo bajo nuevas formas que siguen
tre otros), abarca más de cuatro décadas de signando la vida de los que, en la práctica, no
análisis y reflexión. tienen derechos, de los que viven del “otro lado
En su conjunto, el trabajo de Boaventura de de la línea abisal”.
Sousa Santos aquí recogido se centra en algu- Desde el punto de vista metodológico, esta
nos de los principales temas y problemas del antología refleja también un cambio paradig-
mundo contemporáneo: movimientos socia- mático: de escribir sobre a escribir con, dando
les, globalización contrahegemónica, demo- voz a sujetos y a luchas a partir del reconoci-
cratización, pluralismo jurídico, reforma del miento de la validez de los saberes nacidos
Estado, epistemología, derechos humanos, en esas mismas luchas. Esta antología revela
interculturalidad y universidad. Su gran desa- asimismo que, desde temprano, Boaventura
fío ha estado centrado, en los últimos años, en de Sousa Santos manifestó incomodidad ante
la reconstrucción sociológica a partir de las la equivalencia epistemológica entre objetivi-
Epistemologías del Sur, concebidas como un dad y neutralidad, lo que lo llevó a optar por
pensamiento alternativo de alternativas, del un conocimiento anclado en las prácticas y en
que resultan nuevas propuestas conceptuales las luchas sociales. Tal como lo llamó en algún
como, por ejemplo, las articulaciones entre momento: conocimiento prudente para una
la dominación capitalista, colonial y patriar- vida decente.
cal; el pensamiento abisal; la sociología de las Ir al Sur, aprender con el Sur y desde el Sur
ausencias y de las emergencias; las ecologías es el lema que estructura esta antología, que
de saberes; la traducción intercultural y la ar- combina el trabajo teórico con el análisis em-
tesanía de las prácticas. Las semillas de esta pírico específico. El Sur con el que desea com-
innovación se inscriben en trabajos anteriores, partir la voz no es el Sur geográfico es, en cam-
donde conceptos como sociedad civil íntima, bio, el Sur epistémico.
sociedad civil extraña o fascismo social permi- A fin de una mejor organización, dado que
ten dar cuenta de las exclusiones radicales que los textos que integran cada sección han sido
tienen lugar en sociedades supuestamente de- objeto de una cuidadosa selección, hemos op-
mocráticas, donde impera la violencia, la apro- tado por presentar al principio de cada una de
piación, la persistencia del trabajo esclavo y el ellas una breve introducción. Allí se presenta
Prólogo19
Una Epistemología del Sur se basa en tres de esta diversidad tiene orígenes ontológicos,
orientaciones: una diversidad resultante de la heterogeneidad
aprender que existe el Sur; del mundo? ¿Cómo reconocer otras epistemo-
aprender a ir hacia el Sur; logías y generar diálogos entre ellas? ¿Cómo
aprender desde el Sur y con el Sur.1
resignificar el sentido de la utopía?
En esta parte de la antología, intento ca-
que enseña a vivir, promoviendo la rehabilita- atención sobre lo que puede ser creado, ima-
ción del sentido común y de sus virtualidades. ginado como alternativa a lo que la contempo-
En suma, el desafío es el de transformar el co- raneidad ofrece, proponiendo soluciones a los
nocimiento-como-emancipación en un sentido problemas contemporáneos; por otra, la utopía
común emancipatorio, tema que también será es desigualmente utópica, pues “su forma de
retomado en las presentaciones de otros textos imaginar lo nuevo está parcialmente constitui-
que integran esta antología. da por nuevas combinaciones y escalas de lo
En No disparen sobre el utopista, amplía que existe, y que son, en realidad, casi siempre
sus reflexiones sobre la transición paradigmá- meros detalles, pequeños y oscuros, de lo que
tica que caracteriza al mundo contemporáneo, realmente existe”. En este sentido, de acuerdo
destacando la existencia de vestigios de una con la propuesta de Boaventura, la utopía re-
modernidad inacabada, relacionados con la quiere, además de imaginación, un profundo
solidaridad y la participación en perspectiva conocimiento de la realidad. En tiempos de
utópica. Para pensar alternativas al tiempo de vértigo y desasosiego, fruto de la desorienta-
desencanto y a la actual autonomía aislacio- ción de los mapas en la contemporaneidad,
nista y derrotista, urge recurrir a un modo de Boaventura sugiere una utopía que rechaza el
pensamiento suprimido o marginado por las conformismo, construida a partir de otra lectu-
concepciones hegemónicas de la modernidad, ra de estos mapas, recurriendo a otras escalas
a saber, la utopía, como subraya Boaventura. y perspectivas, desde el centro hacia el margen.
En las palabras del autor, la utopía es imaginar Como explica “la finalidad del desplazamien-
futuros posibles, “la exploración, a través de la to es permitir una visión telescópica del centro
imaginación, de nuevas posibilidades humanas y una visión microscópica de todo lo rechazado
y nuevas formas de voluntad, y la oposición de por el centro para reproducir su credibilidad
la imaginación a la necesidad de lo existente, como tal. El objetivo es experimentar la fron-
solo porque existe, en nombre de él, algo radi- tera de la sociabilidad como forma de sociabili-
calmente mejor por lo que vale la pena luchar y dad”, es decir, vivir en un “entre espacios” que
a lo que la humanidad tiene derecho”. es la frontera, o sea, vivir fuera de cualquier for-
Para Boaventura, la utopía presenta dos taleza, abierto a aprender del mundo. En este
rasgos fundamentales: por un lado, llama la texto, es posible detectar ya las semillas de la
26 Boaventura de Sousa Santos
ecología de saberes, cuando apela a un agran- Aquí, la frontera constituye una metáfora,
damiento y amparo del emergente, de la utopía una figura que, si por un lado puede legitimar
como un proyecto “todavía no”, pero posible. la racionalidad dominante, por otro reconoce
La utopía realista que Boaventura propone re- la existencia de subjetividades y sociabilida-
chaza el “cierre del horizonte de expectativas y des alternativas que permiten la construcción
de posibilidades”. Esta perspectiva es un desa- de un nuevo paradigma basado en los princi-
fío epistemológico y ontológico, fundamental pios de solidaridad y comunidad, el horizonte
para luchar por nuevas formas de expectativas, utópico que el autor apunta. La decisión de ir
posibilidades y alternativas, una visión trágica, hacia el Sur implica un itinerario emancipato-
pero más optimista de la realidad. rio y una utopía del aquí y ahora. Retomando la
Consciente de la imposibilidad de respon- discusión que abre esta antología, Boaventura
der al paradigma dominante con otro, en par- profundiza el análisis de la crisis del paradigma
ticular, Boaventura nos propone, en El Norte, moderno, cuyo origen sitúa en la ruptura entre
el Sur y la Utopía, destronar la centralidad de los pilares fundamentales de la normativa y de
la racionalidad científica para posteriormente la emancipación. Bajo el velo del progreso, la
construir utopía(s). Su objetivo concuerda con experiencia social de los grandes grupos socia-
la creación de un nuevo sentido común que les ha dejado de responder a sus expectativas
permita transformar el orden o desorden exis- futuras. Esta ruptura entre el presente (expe-
tente. Esta tarea —que el autor advierte que no riencia) y el futuro (expectativa) es generadora
es fácil ni posible de ser realizada individual- de incomodidad y, también, alerta Boaventura,
mente— requiere perseverancia, lo que no es puede llevar al desperdicio de experiencia.
de admirar, pues, como afirma, “la paciencia de La constitución mutua del Norte y del Sur y
la utopía es infinita”. la naturaleza jerárquica de las relaciones Nor-
Aquí está el camino del Sur, donde la dico- te-Sur permanecen cautivas de la persistencia
tomía Norte-Sur expresa fronteras que son una de las relaciones capitalistas y coloniales. En
de las principales líneas abisales que legitiman el Norte global, los “otros” saberes, además
un pensamiento político imperial, sostenimien- de la ciencia y la técnica, han sido producidos
to de las desigualdades en que se apoya el sis- como no existentes o reducidos a datos loca-
tema mundial. les, siendo así radicalmente excluidos de la
Presentación27
híbridas son importantes, como subraya, para Pensar desde el Sur y con el Sur se asienta
favorecer interacciones y fortalecer alianzas en una capacidad de imaginar y de indignarse
entre los movimientos involucrados en luchas, con los males del mundo, condición “capaz de
en diferentes contextos culturales, contra el fundamentar una teoría nueva, inconformista,
capitalismo, el colonialismo y el patriarcado, desestabilizadora y, de hecho, rebelde y prác-
por la justicia social, y la dignidad. tica”. Boaventura de Sousa Santos, en un tex-
Para Boaventura, la traducción es un pro- to reciente, afirmó: “hace más de 40 años que
ceso vivo, concretado con argumentos y con enseño en universidades donde muchas veces
emociones derivadas de compartir y diferen- pasamos mucho tiempo entrenando incompe-
ciar bajo una axiología del cuidado. Por eso, tentes conformistas. Ahora es hora de entrenar
el trabajo de la traducción está lejos de ser un a los rebeldes competentes”.4
mero ejercicio intelectual. Es un instrumento En este bosquejo de los principales rasgos
pragmático de mediación y negociación. Su de las obras de esta primera parte, no quedan
objetivo es superar la fragmentación inhe- dudas: las luchas a las que Boaventura nos in-
rente a la extrema diversidad de experiencias vita, en sus distintas genealogías, prometen
sociales del mundo reveladas por las diferen- liberación, apuntan hacia proyectos utópicos
tes ecologías saberes. No es de extrañar que emancipadores, desafiando el inmovilismo su-
Boaventura dedique su tiempo, en igualdad, a puestamente esclarecido que fomenta razones
la actividad de investigación y al trabajo con indolentes. Esperamos que estos textos sirvan
grupos y movimientos sociales, aplicando la de inspiración, para ampliar y profundizar el co-
traducción en la búsqueda de mayor solidari- nocimiento del Sur global a partir del Sur global.
dad y apoyo entre luchas. Es así que se auto-
construye como intelectual de retaguardia,
un término acuñado por él. Las traducciones
interculturales deben ser convertidas en mo-
delos de alianzas para prácticas colectivas
transformadoras, como respuestas posibles y 4 Santos, B. de S. 2017 “The Resilience of Abyssal Ex-
clusions in Our Societies: Toward a Post-Abyssal Law”
adecuadas a las experiencias de epistemicidio
en Tilburg Law Review (Países Bajos: Tilburg Universi-
y pensamiento posabisal. ty) Nº 22, pp. 237-258
Un discurso sobre las ciencias*
* Este texto fue inicialmente publicado como un peque- dução a uma ciência pós-moderna (1989) [Aunque
ño libro en 1987 (Portugal, Afrontamento) y fue publicado, se dispone de una edición al castellano, está agotada
posteriormente, como artículo en 1988 Revista do Insti- hace tiempo: Santos, B. de Sousa 1996 “Introducción a
tuto de Estudos Avançados (Brasil: Universidad de Sao una ciencia posmoderna” (Caracas: CIPOST – FACES
Paulo) Vol. 2, Nº 2, 1988, pp. 46-71; y en 1992 Review of – UCV), Colección Estudios Avanzados 3, pp. 188 pp.
the Fernand Braudel Center (Estados Unidos) Vol. XV, Nº Nota del autor]; en 1995 Toward a New Common Sense
1, pp. 9-47. El libro conoció un éxito que me sorprendió, (Nueva York: Routledge); en 2003 Crítica de la Razón
siendo por años una lectura continuamente recomendada Indolente: contra el Desperdicio de la Experiencia
en los cursos de filosofía, bien de la enseñanza secundaria, (Bilbao; Descleé de Brouwer); en 2004 Conhecimento
bien del nivel superior. Está hoy en circulación la 14º edi- prudente para uma vida decente: Um discurso sobre
ción portuguesa. Esta es la primera edición en español. as ciências revisitado (Sao Paulo: Cortez); y en 2005
Las ideas desarrolladas en este texto fueron profundi- El Milenio Huérfano: ensayos para una nueva cultura
zadas en libros posteriores, destacadamente en Intro- política Madrid: Trotta).
32 Boaventura de Sousa Santos
el campo teórico en que todavía hoy nos move- percepción visual provoca rupturas en la sime-
mos vivieron o trabajaron entre el siglo XVIII y tría de lo que vemos. Así, mirando la misma fi-
los primeros veinte años del siglo XX, de Adam gura, o vemos un vaso griego blanco recorta-
Smith y Ricardo a Lavoisier y Darwin, de Marx do sobre un fondo negro, o vemos dos rostros
y Durkheim a Max Weber y Pareto, de Hum- griegos de perfil, frente a frente, recortados
boldt y Planck a Poincaré y Einstein. Y, de tal sobre un fondo blanco. ¿Cuál de las imágenes
modo es así que es posible decir que en térmi- es la verdadera? Ambas y ninguna. Es esta la
nos científicos vivimos todavía en el siglo XIX ambigüedad y la complejidad de la situación
y que el siglo XX todavía no comenzó, ni tal vez del tiempo presente, un tiempo de transición,
comience antes de terminar. Y sí, en vez de en en sincronía con muchas cosas que están más
el pasado, centramos nuestro mirar en el futu- allá o más acá de él, pero descompasado en re-
ro, del mismo modo dos imágenes contradicto- lación con todo lo que lo habita.
rias nos ocurren alternadamente. Por un lado, Tal como en otros períodos de transición,
las potencialidades de traducción tecnológica difíciles de entender y de explorar, es nece-
de los conocimientos acumulados nos hacen sario voltear a las cosas simples, a la capaci-
creer en el umbral de una sociedad de comu- dad de formular preguntas simples, preguntas
nicación e interactiva liberada de las carencias que, como Einstein acostumbraba decir, solo
e inseguridades que todavía hoy componen los un niño puede hacer pero que, después de
días de muchos de nosotros: El siglo XXI ha ini- hechas, son capaces de trazar una luz nueva
ciado antes de comenzar. Por otro lado, una re- a nuestra perplejidad. Tengo conmigo un niño
flexión cada vez más profunda sobre los límites que hace precisamente doscientos treinta y
del rigor científico combinada con los peligros cinco años hizo algunas preguntas simples
cada vez más verosímiles de catástrofe ecológi- sobre las ciencias y los científicos. Las hizo
ca o de guerra nuclear nos hacen temer que el al inicio de un ciclo de producción científica
siglo XXI termine antes de comenzar. que muchos de nosotros juzgamos está ahora
Recurriendo a la teoría sinergética del físi- llegando a su fin. Ese niño fue Jean-Jacques
co teórico Hermann Haken, podemos decir Rousseau. En su célebre Discurso sobre las
que vivimos en un sistema visual muy inesta- ciencias y las artes (1750) Rousseau formu-
ble en el que la mínima fluctuación de nuestra la varias cuestiones al tiempo que responde a
Un discurso sobre las ciencias 33
por muchos, de que estamos en una fase de están inscritas en el reverso de los conceptos
transición. De ahí, finalmente, la urgencia de que utilizamos para darles respuesta. Es nece-
dar respuesta a preguntas simples, elementa- sario un esfuerzo de des-encubrimiento con-
les, inteligibles. Una pregunta elemental es una ducido sobre el filo de una navaja entre la lu-
pregunta que llega al magma más profundo de cidez y la ininteligibilidad de la respuesta. Son
nuestra perplejidad individual y colectiva con igualmente diferentes y mucho más complejas
la limpieza técnica de un arpón. Fueron así las las condiciones sociológicas y psicológicas de
preguntas de Rousseau, tendrán que ser así nuestro cuestionar. Es muy diferente preguntar
las nuestras. Más que eso, doscientos y tantos por la utilidad o la felicidad que el automóvil
años después, nuestras preguntas continúan me puede proporcionar si la pregunta es hecha
siendo las de Rousseau. Estamos de nuevo cuando nadie de mis alrededores tiene auto-
colocados en la necesidad de preguntar por móvil, cuando toda la gente tiene excepto yo o
las relaciones entre la ciencia y la virtud, por cuando yo mismo tengo carro desde hace más
el valor del conocimiento llamado ordinario o de veinte años.
vulgar que nosotros, sujetos individuales o co- Tenemos forzosamente que ser más rous-
lectivos, creamos y usamos para dar sentido a seaunianos en el preguntar que en el respon-
nuestras prácticas y que la ciencia se obstina der. Comenzaré por caracterizar sucintamente
en considerar irrelevante, ilusorio y falso; y te- el orden científico hegemónico. Analizaré des-
nemos, finalmente, que preguntar por el papel pués las señales de crisis de esa hegemonía,
de todo el conocimiento científico acumula- distinguiendo entre las condiciones teóricas
do en el enriquecimiento o empobrecimiento y las condiciones sociológicas de la crisis. Fi-
práctico de nuestras vidas, o sea, por la con- nalmente especularé sobre el perfil del nuevo
tribución positiva o negativa de la ciencia a orden científico emergente distinguiendo de
nuestra felicidad. Nuestra diferencia existen- nuevo entre las condiciones teóricas y las con-
cial en relación a Rousseau es que, si nuestras diciones sociológicas de tal emergencia. Este
preguntas son simples, las respuestas lo son decurso analítico estará delimitado por las si-
mucho menos. Estamos en el fin de un ciclo de guientes hipótesis de trabajo: primero, comien-
hegemonía de un cierto orden científico. Las za a dejar de tener sentido la distinción entre
condiciones epistémicas de nuestras preguntas las ciencias naturales y las ciencias sociales;
Un discurso sobre las ciencias 35
segundo, la síntesis que habrá de operar entre de un modelo global de racionalidad cien-
ellas tiene como polo catalizador a las ciencias tífica que admite variedad interna pero que
sociales; tercero, para eso, las ciencias socia- se distingue y defiende, por vía de fronteras
les tendrán que rechazar todas las formas de palpables y ostensiblemente vigiladas, de dos
positivismo lógico o empírico o de mecanicis- formas de conocimiento no científico (y, por
mo materialista o idealista con la consecuente lo tanto, irracional) potencialmente perturba-
revalorización de lo que se convino en llamar doras e intrusas: el sentido común y las llama-
humanidades o estudios humanísticos; cuarto, das humanidades o estudios humanísticos (en
esta síntesis no se propone una ciencia unifi- los que se incluirán, entre otros, los estudios
cada, ni siquiera una teoría general, sino tan históricos, filológicos, jurídicos, literarios, fi-
solo un conjunto de pasajes temáticos donde losóficos y teológicos).
convergen caudales de agua que hasta ahora Siendo un modelo global, la nueva racionali-
concebimos como objetos teóricos estanca- dad científica es también un modelo totalitario,
dos; quinto, a medida que se diera esta sínte- en la medida en que niega el carácter racional
sis, la distinción jerárquica entre conocimiento a todas las formas de conocimiento que no se
científico y conocimiento vulgar tenderá a des- pautaran por sus principios epistemológicos y
aparecer y la práctica será el hacer y el decir de por sus reglas metodológicas. Es esta su carac-
la filosofía de la práctica. terística fundamental y la que mejor simboliza
la ruptura del nuevo paradigma científico con
El paradigma dominante los que lo preceden. Está identificada, con cre-
El modelo de racionalidad que preside la ciente definición, en la teoría heliocéntrica del
ciencia moderna se constituyó a partir de la movimiento de los planetas de Copérnico, en
revolución científica del siglo XVI y fue desa- las leyes de Kepler sobre las órbitas de los pla-
rrollado en los siglos siguientes básicamente netas, en las leyes de Galileo sobre la caída de
en el dominio de las ciencias naturales. Aun- los cuerpos, en la gran síntesis del orden cós-
que con algunos presagios en el siglo XVIII, es mico de Newton y finalmente en la conciencia
solo en el siglo XIX que este modelo de racio- filosófica que le confieren Bacon y, sobre todo,
nalidad se extiende a las emergentes ciencias Descartes. Esta preocupación en testimoniar
sociales. A partir de entonces puede hablarse una ruptura fundacional que posibilita una y
36 Boaventura de Sousa Santos
solo una forma de conocimiento verdadero dejo de percibir una extrema satisfacción con el
esta bien patente en la actitud mental de sus progreso que juzgo haber hecho en busca de la
protagonistas, en su asombro ante sus propios verdad y de concebir tales esperanzas para el fu-
descubrimientos y la extrema y al mismo tiem- turo que, si entre las ocupaciones de los hombres,
puramente hombres, alguna hay que sea sólida-
po serena arrogancia con que se miden con sus
mente buena e importante, oso creer que es aque-
contemporáneos. Para citar solo dos ejemplos,
lla que escogí (Descartes, 1984: 6).
Kepler escribe en su libro, publicado en 1619,
Armonía del mundo, a propósito de las armo- Para comprender esta confianza epistemoló-
nías naturales que descubrirá en los movimien- gica es necesario describir, aunque fuera sucin-
tos celestiales: “Perdóname, pero estoy feliz; si tamente, los principales trazos del nuevo pa-
os incomoda yo perseveraré; […] Mi libro pue- radigma científico. Conscientes de que lo que
de esperar muchos siglos por su lector. Pero los separa del saber aristotélico y medieval aún
Dios mismo tuvo que esperar seis mil años por dominante no es solo una mejor observación
aquellos que pudiesen contemplar su trabajo”.1 de los hechos sino sobre todo una nueva visión
Por otro lado, Descartes, en esa maravillosa del mundo y de la vida, los protagonistas del
autobiografía espiritual que es el Discurso del nuevo paradigma conducen una lucha apasio-
método y a la que volveré más adelante, dice, nada contra todas las formas de dogmatismo
refiriéndose al método por él descubierto: y de autoridad. El caso de Galileo es particu-
larmente ejemplar, y es nuevamente Descartes
Porque yo recogí de él tales frutos que aunque en
el juicio que hago de mí mismo, procuro siempre
el que afirma: “yo no podía escoger a ninguno
inclinarme más para el lado de la desconfianza cuyas opiniones me pareciesen deber ser pre-
que para el de la presunción, y aunque, mirando feridas a las de otros, y me encontraba como
con la mirada del filósofo las diversas acciones y que obligado a procurar conducirme por mí
emprendimientos de todos los hombres, no haya mismo” (1984: 16).
casi ninguna que no me parezca vana e inútil, no Esta nueva visión del mundo y de la vida
reconduce a dos distinciones fundamentales,
por un lado, entre conocimiento científico
1 Consultada la edición alemana (Introducción y tra- y conocimiento del sentido común y, por el
ducción de Max Caspar), Johannes Kepler (1939: 280).
Un discurso sobre las ciencias 37
otro, entre naturaleza y persona humana. Al Con base en estos supuestos el conocimien-
contrario de la ciencia aristotélica, la ciencia to científico avanza por la observación no com-
moderna desconfía sistemáticamente de las prometida y libre, sistemática y hasta donde sea
evidencias de nuestra experiencia inmediata. posible rigurosa de los fenómenos naturales. El
Tales evidencias, que están en la base del co- Novum Organum opone a la incertidumbre de
nocimiento vulgar, son ilusorias. Como bien lo la razón entregada a sí misma la certeza de la
resalta Einstein en el prefacio al Diálogo sobre experiencia ordenada (Koyré, 1981: 30). Al con-
los grandes sistemas del mundo, Galileo se trario de lo que piensa Bacon, la experiencia
esfuerza denodadamente por demostrar que la no dispensa a la teoría previa, el pensamiento
hipótesis de los movimientos de rotación y de deductivo o incluso a la especulación, pero
traslación de la tierra no están refutados por el fuerza a cualquiera de ellos a no dispensar, en
hecho de que no observemos cualesquier efec- tanto instancia de confirmación última, a la
to mecánico de esos movimientos, o sea, por el observación de los hechos. Galileo solo refuta
hecho que la tierra nos parece detenida y quie- las deducciones de Aristóteles en la medida en
ta (Einstein, 1970: 17). Por otro lado, es total la que las encuentra insostenibles y es Einstein,
separación entre la naturaleza y el ser humano. también, quien nos llama la atención sobre el
La naturaleza es tan solo extensión y movimien- hecho de que los métodos experimentales de
to, es pasiva, eterna y reversible, mecanismo cu- Galileo serán tan imperfectos que solo por vía
yos elementos se pueden desmontar y después de especulaciones osadas podrá llenar las lagu-
relacionar bajo la forma de leyes, sin tener otra nas entre los datos empíricos (basta recordar
cualidad o dignidad que nos impida revelar sus que no había mediciones de tiempo inferiores
misterios, develamiento que no es contemplati-
vo, más bien activo, ya que apunta a conocer la
naturaleza para dominarla y controlarla. Como da que conduce al hombre al poder y la que conduce a
dice Bacon, la ciencia hará de la persona huma- la ciencia están muy próximas, siendo casi la misma”
na “el señor y el poseedor de la naturaleza”.2 (1933: 110). Si el objetivo de la ciencia es dominar la
naturaleza no es menos verdad que “solo podemos ven-
cer a la naturaleza obedeciéndole” (1933: 6), lo que no
2 Consultada la edición española (preparada y tra- siempre ha sido debidamente resaltado en las interpre-
ducida por Gallach Palés). Para Francis Bacon “la sen- taciones de la teoría de Bacon sobre la ciencia.
38 Boaventura de Sousa Santos
al segundo) (Einstein, 1970: 19). Descartes, a de modo diferente.4 De este lugar central de la
su vez, va inequívocamente de las ideas a las matemática en la ciencia moderna derivan dos
cosas y no de las cosas a las ideas y establece la consecuencias principales. En primer lugar,
prioridad de la metafísica en tanto fundamento conocer significa cuantificar. El rigor cientí-
último de la ciencia. fico se calibra por el rigor de las mediciones.
Las ideas que presiden la observación y la Las cualidades intrínsecas del objeto son, por
experimentación son las ideas claras y simples así decir, descalificadas y en su lugar pasan a
a partir de las cuales se puede ascender a un imperar las cantidades en que eventualmente
conocimiento más profundo y riguroso de la se pueden traducir. Lo que no es cuantificable
naturaleza. Esas ideas son las ideas matemá- es científicamente irrelevante. En segundo lu-
ticas. La matemática proporciona a la ciencia gar, el método científico se basa en la reduc-
moderna, no solo el instrumento privilegiado ción de la complejidad. Conocer significa divi-
del análisis, sino también la lógica de la inves- dir y clasificar para después poder determinar
tigación, e incluso el modelo de representación relaciones sistemáticas entre lo que se separó.
de la propia estructura de la materia. Para Ga- Ya en Descartes una de las reglas del Método
lileo, el libro de la naturaleza está escrito en consiste precisamente en “dividir cada una de
caracteres geométricos3 y Einstein no piensa las dificultades [...] en tantas parcelas como
3 Entre muchos otros pasajes del Diálogo sobre los pecta a aquellas pocas que la inteligencia humana com-
Grandes Sistemas, confrontar el siguiente párrafo de prende, pienso que su conocimiento es igual, en certeza
Salviati: “En lo que respecta a la comprensión intensi- objetiva, al conocimiento Divino porque, en esos casos,
va y en la medida en que este término denota la com- consigue comprender la necesidad más allá de la cual
prensión perfecta de alguna proposición, digo que la no hay mayor certeza” (Galileo, 1970: 103).
inteligencia humana comprende algunas de ellas per- 4 La admiración de Einstein por Galileo está bien ex-
fectamente, y que, por lo tanto, al respecto de ellas tie- presada en el prefacio referido en la nota 6. El modo ra-
ne una certeza tan absoluta como la propia naturaleza. dical (e instintivo) como Einstein “ve” la naturaleza ma-
Tan solo las proposiciones de las ciencias matemáticas, temática de la estructura de la materia explica en parte
esto es, de la geometría y de la aritmética en las cuales su larga batalla sobre la interpretación de la mecánica
la inteligencia divina conoce infinitamente más propo- cuántica (especialmente contra la interpretación de Co-
siciones porque las conoce todas. Pero en lo que res- penhague). Véase B. Hoffmann (1973: 173).
Un discurso sobre las ciencias 39
sea posible y requerido para resolverlas mejor” del lugar y del tiempo en que se realizaran las
(1984: 17). La división primordial es la que dis- condiciones iniciales. En otras palabras, el des-
tingue entre “condiciones iniciales” y “leyes de cubrimiento de leyes de la naturaleza se basa
la naturaleza”. Las condiciones iniciales son el en el principio de que la posición absoluta y el
reino de la complicación, del accidente y don- tiempo absoluto nunca son condiciones inicia-
de es necesario seleccionar las que establecen les relevantes. Este principio es, según Wigner,
las condiciones relevantes de los hechos a ob- el más importante teorema de la invarianza en
servar; las leyes de la naturaleza son el reino la física clásica (1970: 226).
de la simplicidad y de la regularidad donde es Las leyes, en cuanto categorías de inteli-
posible observar y medir con rigor. Esta distin- gibilidad, reposan en un concepto de causa-
ción entre condiciones iniciales y leyes de la lidad escogido, no arbitrariamente, entre los
naturaleza nada tiene de “natural”. Como bien ofrecidos por la física aristotélica. Aristóteles
observa Eugene Wigner, la misma es completa- distingue cuatro tipos de causa: la causa ma-
mente arbitraria (1970: 3). Sin embargo, es en terial, la causa formal, la causa eficiente y la
ella en que se asienta toda la ciencia moderna. causa final. Las leyes de la ciencia moderna son
La naturaleza teórica del conocimiento cien- un tipo de causa formal que privilegia el cómo
tífico parte de los presupuestos epistemológi- funciona de las cosas en detrimento de cuál
cos y de las reglas metodológicas ya referidas. es el agente o cuál es el fin de las cosas. Es por
Es un conocimiento causal que aspira a la for- esta vía que el conocimiento científico rompe
mulación de leyes, a la luz de regularidades ob- con el conocimiento de sentido común. Es que,
servadas, con vista a prever el comportamiento mientras en el sentido común, y por lo tanto en
futuro de los fenómenos. El descubrimiento de el conocimiento práctico en que él se traduce,
leyes de la naturaleza descansa, por un lado, y la causa y la intención conviven sin problemas,
como ya fue referido, en el aislamiento de las en la ciencia la determinación de la causa for-
condiciones iniciales relevantes (por ejemplo, mal se obtiene con la expulsión de la intención.
en el caso de la caída de los cuerpos, la posi- Es este tipo de causa formal el que permite
ción inicial y la velocidad del cuerpo en caída) prever y, por lo tanto, intervenir en lo real y el
y, por otro lado, en el presupuesto de que el que, en última instancia, permite a la ciencia
resultado se producirá independientemente moderna responder a la pregunta sobre los
40 Boaventura de Sousa Santos
Vico sugiere la existencia de leyes que gobier- dos vertientes principales: la primera, sin duda
nan deterministamente la evolución de las so- dominante, consistió en aplicar, en la medida
ciedades y tornan posible prever los resultados de lo posible, al estudio de la sociedad todos
de las acciones colectivas. Con extraordinaria los principios epistemológicos y metodológi-
premonición Vico identifica y resuelve la con- cos que presidían al estudio de la naturaleza
tradicción entre la libertad y la imprevisibili- desde el siglo XVI; la segunda, durante mucho
dad de la acción humana individual y la deter- tiempo marginal pero hoy cada vez más practi-
minación y previsibilidad de la acción colectiva cada, consistió en reivindicar para las ciencias
(1953). Montesquieu puede ser considerado un sociales un estatuto epistemológico y metodo-
precursor de la sociología del derecho al esta- lógico propio, con base en la especificidad del
blecer la relación entre las leyes del sistema ser humano y su distinción polar en relación
jurídico, hechas por el hombre, y las leyes ines- con la naturaleza. Estas dos concepciones han
capables de la naturaleza (1950). sido consideradas antagónicas, la primera suje-
En el siglo XVIII este espíritu precursor es ta al yugo positivista, la segunda librada de él, y
ampliado y profundizado y el fermento intelec- cualquiera de ellas reivindicando el monopolio
tual que de ahí resulta, las luces, creará las con- del conocimiento científico social. Presenta-
diciones para la emergencia de las ciencias so- ré más adelante una interpretación diferente,
ciales en el siglo XIX. La conciencia filosófica pero ahora caracterizaré sucintamente cada
de la ciencia moderna, que tuviera en el racio- una de estas variantes.
nalismo cartesiano y en el empirismo baconia- La primera variante —cuyo compromiso
no sus primeras formulaciones, vino a conden- epistemológico está bien simbolizado en el
sarse en el positivismo ochocentista. Dado que, nombre de “física social” con que inicialmente
según este, solo hay dos formas de conocimien- se designara a los estudios científicos de la so-
to científico —las disciplinas formales de la ló- ciedad— parte del supuesto de que las ciencias
gica y de la matemática y las ciencias empíricas naturales son una aplicación o concretización
según el modelo mecanicista de las ciencias na- de un modelo de conocimiento universalmente
turales— las ciencias sociales nacerán para ser válido y, de sobra, el único válido. Por lo tanto,
empíricas. El modo como se asumió el modelo por mayores que sean las diferencias entre los
mecanicista fue, sin embargo, diverso. Distingo fenómenos naturales y los fenómenos sociales
42 Boaventura de Sousa Santos
es siempre posible estudiar estos últimos como de las ciencias naturales. Los obstáculos son
si se tratase de los primeros. Se reconoce que enormes, pero no son insuperables. Ernest
esas diferencias actúan contra los fenómenos Nagel, en The Structure of Science, simboliza
sociales, o sea, tornan más difícil el cumpli- bien el esfuerzo desarrollado en esta variante
miento del canon metodológico y menos rigu- para identificar los obstáculos y apuntar las
roso el conocimiento a que se llega, pero no hay vías para superarlos. Estos son algunos de los
diferencias cualitativas entre el proceso cientí- principales obstáculos: Las ciencias sociales
fico en este dominio y el que preside el estudio no disponen de teorías explicativas que les
de los fenómenos naturales. Para estudiar los permitan abstraerse de lo real para después
fenómenos sociales como si fuesen fenómenos buscar en él, de modo metodológicamente
naturales, o sea, para concebir los hechos socia- controlado, la prueba adecuada; las ciencias
les como cosas, tal como pretendía Durkheim sociales no pueden establecer leyes univer-
(1980), el fundador de la sociología académica, sales porque los fenómenos sociales son his-
es necesario reducir los hechos sociales a sus tóricamente condicionados y culturalmente
dimensiones externas, observables y mensura- determinados; las ciencias sociales no pueden
bles. Las causas del aumento de la tasa de sui- producir previsiones fiables porque los seres
cidio en la Europa del cambio de siglo no son humanos modifican su comportamiento en
buscadas en los motivos invocados por los sui- función del conocimiento que sobre él se ad-
cidas y dejados en cartas, como era costumbre, quiere; los fenómenos sociales son de naturale-
sino a través de la verificación de regularidades za subjetiva y como tal no se dejan captar por
en función de condiciones tales como el sexo, la objetividad del comportamiento; las ciencias
el estado civil, la existencia o no de hijos, la re- sociales no son objetivas porque el científico
ligión de los suicidas (Durkheim, 1973). social no puede liberarse, en el acto de la ob-
Porque esa reducción no siempre es fácil y servación, de los valores que forman su prácti-
no siempre se consigue sin distorsionar grose- ca en general y, por lo tanto, también su prácti-
ramente los hechos o sin reducirlos a la casi ca como científico (Nagel, 1961: 447).
irrelevancia, las ciencias sociales tienen un lar- En relación con cada uno de estos obstáculos,
go camino por recorrer en el sentido de com- Nagel intenta demostrar que la oposición entre
patibilizarse con los criterios de cientificidad las ciencias sociales y las ciencias naturales no
Un discurso sobre las ciencias 43
es tan lineal como se juzga y que, en la medida propio. Los obstáculos que hace poco enun-
en que hay diferencias, ellas son superables o cié son, según esta vertiente, infranqueables.
desdeñables. Reconoce, no obstante, que la su- Para algunos, es la propia idea de ciencia de la
peración de los obstáculos no siempre es fácil sociedad la que está en entredicho, para otros
y que ésa es la razón principal del atraso de las se trata tan solo de emprender una ciencia
ciencias sociales en relación a las ciencias natu- diferente. El argumento fundamental es que
rales. La idea del atraso de las ciencias sociales la acción humana es radicalmente subjetiva.
es la idea central de la argumentación metodo- El comportamiento humano, al contrario de
lógica en esta variante y, como ella, la idea de los fenómenos naturales, no puede ser descri-
que ese atraso, con tiempo y dinero, podrá ir to y mucho menos explicado con base en sus
siendo reducido o hasta eliminado. características exteriores y objetivables, toda
En la teoría de las revoluciones científicas vez que el mismo acto externo puede corres-
de Thomas Kuhn el atraso de las ciencias socia- ponder a sentidos de acción muy diferentes.
les está dado por el carácter pre-paradigmático La ciencia social será siempre una ciencia
de estas ciencias, al contrario de las ciencias subjetiva y no objetiva como las ciencias na-
naturales, ellas sí, paradigmáticas. Mientras, turales; tiene que comprender los fenómenos
en las ciencias naturales, el desarrollo del co- sociales a partir de las actitudes mentales y
nocimiento tornó posible la formulación de del sentido que los agentes les confieren a sus
un conjunto de principios y de teorías sobre acciones, para lo que es necesario utilizar mé-
la estructura de la materia que son aceptadas todos de investigación y hasta criterios episte-
sin discusión por toda la comunidad científica, mológicos diferentes de los existentes en las
conjunto ese que designa como paradigmático, ciencias naturales, métodos cualitativos en
por lo que el debate tiende a atravesar verti- vez de cuantitativos, con vista a la obtención
calmente toda la espesura del conocimiento de un conocimiento intersubjetivo, descripti-
adquirido. El esfuerzo y el desperdicio que eso vo y comprehensivo, en vez de un conocimien-
acarrea es simultáneamente causa y efecto del to objetivo, explicativo y nomotético.
atraso de las ciencias sociales. Esta concepción de ciencia social se re-
La segunda vertiente reivindica para las conoce en una postura anti-positivista y
ciencias sociales un estatuto metodológico se sustenta en la tradición filosófica de la
44 Boaventura de Sousa Santos
de la segunda condición teórica de la crisis del conocimiento, solo podemos aspirar a resulta-
paradigma dominante, la mecánica cuántica. dos aproximados y por eso las leyes de la física
Si Einstein relativizó el rigor de las leyes de son tan solo probabilísticas. Por otro lado, la
Newton en el dominio de la astrofísica, la me- hipótesis del determinismo mecanicista se tor-
cánica cuántica lo hace en el dominio de la mi- na inviable una vez que la totalidad de lo real
crofísica. Heisenberg y Bohr demuestran que no se reduce a la suma de las partes en que la
no es posible observar o medir un objeto sin dividimos para observar y medir. Por último,
interferir en él, sin alterarlo, y a tal punto que la distinción sujeto/objeto es mucho más com-
el objeto que sale de un proceso de medición pleja de lo que a primera vista puede parecer.
no es el mismo que entró en ella. Como ilustra La distinción pierde sus contornos dicotómi-
Wigner, “la medición de la curvatura del espa- cos y asume la forma de un continuum.
cio causada por una partícula no puede ser lle- El rigor de la medición puesto en duda por
vada a cabo sin crear nuevos campos que son la mecánica cuántica sería aún más profunda-
billones de veces mayores que el campo sobre mente sacudido si se cuestionara el rigor del
el que se investiga” (1970: 7). vehículo formal en que la medición se expresa,
La idea de que no conocemos de lo real sino o sea, el rigor de la matemática. Es eso lo que
lo que en él introducimos, o sea, que no cono- sucede con las investigaciones de Gödel y que
cemos de lo real sino nuestra intervención en por esa razón considero serán la tercera con-
él, está bien expresada en el principio de incer- dición de crisis del paradigma. El teorema de
tidumbre de Heisenberg: no se pueden deducir la incompletitud (o de la no realización) y los
simultáneamente los errores de la medición teoremas sobre la imposibilidad en ciertas cir-
de la velocidad y de la posición de las partícu- cunstancias, de encontrar, dentro de un sistema
las; lo que fuera hecho para reducir el error de formal la prueba de su consistencia vinieron a
una de las mediciones aumenta el error de la mostrar que, incluso siguiendo de cerca las re-
otra (1971). Este principio es, por lo tanto, la glas de la lógica matemática, es posible formu-
demostración de la interferencia estructural lar proposiciones indecidibles, proposiciones
del sujeto en el objeto observado, y tiene im- que no se pueden demostrar ni refutar, siendo
plicaciones importantes. Por un lado, siendo que una de esas proposiciones es precisamente
estructuralmente limitado el rigor de nuestro la que postula el carácter no-contradictorio del
Un discurso sobre las ciencias 47
La importancia de esta teoría está en la nueva Maturana y Varela,8 en la teoría de las catástro-
concepción de la materia y de la naturaleza que fes de Thom (1985: 85), en la teoría de la evo-
propone, una concepción difícilmente compati- lución de Jantsch (1980; 1981: 83), en la teoría
ble con la que heredamos de la física clásica. En del “orden implicado” de David Bhom (1988) o
vez de la eternidad, la historia; en vez del deter- en la teoría de la matriz-S de Geoffrey Chew
minismo, la imprevisibilidad; en vez del meca- y en la filosofía del “bootstrap” que le subya-
nicismo, la interpenetración, la espontaneidad ce (1968: 762; 1970; 1979: 11). Este movimiento
y la auto-organización; en vez de la reversibili- científico y las demás innovaciones teóricas
dad, la irreversibilidad y la evolución; en vez del que definí antes como otras tantas condiciones
orden, el desorden; en vez de la necesidad, la teóricas de la crisis del paradigma dominante
creatividad y el accidente. La teoría de Prigogi- han venido a propiciar una profunda reflexión
ne recupera, inclusive, conceptos aristotélicos, epistemológica sobre el conocimiento cientí-
tales como los de potencialidad y virtualidad fico, una reflexión de tal modo rica y diversi-
que la revolución científica del siglo XVI parecía ficada que, mejor que cualquier otra circuns-
haber tirado al basurero de la historia. tancia, caracteriza ejemplarmente la situación
Pero la importancia mayor de esta teoría intelectual del tiempo presente. Esta reflexión
está en que ella no es un fenómeno aislado. presenta dos facetas sociológicas importan-
Forma parte de un movimiento convergente, tes. En primer lugar, la reflexión es llevada
pujante sobre todo a partir de la última década, a cabo predominantemente por los propios
que atraviesa varias ciencias de la naturaleza y científicos, por científicos que adquirieron una
también las ciencias sociales, un movimiento competencia y un interés filosóficos para pro-
de vocación transdisciplinar que Jantsch de- blematizar su práctica científica. No es arries-
signa como paradigma de la auto-organización gado decir que nunca hubo tantos científicos-
y que aflora, entre otras, en la teoría de Prigo- filósofos como actualmente, y eso no se debe a
gine, en la sinergética de Haken (1977; 1985: una evolución arbitraria del interés intelectual.
205), en el concepto de hiperciclo y en la teoría
del origen de la vida de Eigen (Eigen & Schus-
8 Ver Humberto R. Maturana y F. Varela (1973); H.
ter, 1979), en el concepto de autopoiesis de
R. Maturana y F. Varela (1975); F. Benseler, P. Hejl y W.
(1980).
Un discurso sobre las ciencias 49
Después de la euforia científica del siglo XIX verificación de no interferencia de ciertos fac-
y de la consecuente aversión a la reflexión fi- tores es siempre producto de un cocimiento
losófica, bien simbolizada por el positivismo, imperfecto, por más perfecto que sea. Las le-
llegamos a fines del siglo XX poseídos por el yes tienen así un carácter probabilístico, apro-
deseo casi desesperado de complementar el ximado y provisorio, bien expresado en el prin-
conocimiento de las cosas con el conocimiento cipio de falseabilidad de Popper. Pero, encima
del conocimiento de las cosas, esto es, con el de todo, la simplicidad de las leyes constituye
conocimiento de nosotros mismos. La segunda una simplificación arbitraria de la realidad que
faceta de esta reflexión es que ella abarca cues- nos confina a un horizonte mínimo más allá
tiones que antes eran dejadas a los sociólogos. del cual otros conocimientos de la naturaleza,
El análisis de las condiciones sociales, de los probablemente más ricos y con más interés
contextos culturales, de los modelos organi- humano, quedan por conocer. En la biología,
zacionales de la investigación científica, antes donde las interacciones entre fenómenos y
arrinconada en un campo estanco y separado formas de auto-organización en totalidades no
de la sociología de la ciencia, pasó a ocupar un mecánicas son más visibles, pero también en
papel relevante en la reflexión epistemológica. las demás ciencias, la noción de ley ha venido
Del contenido de esta reflexión apuntaré, a a ser parcial y sucesivamente sustituida por las
título ilustrativo, algunos de los temas princi- nociones de sistema, estructura, modelo y, por
pales. En primer lugar, se cuestionan el con- último, por la noción de proceso. El declive de
cepto de ley y el concepto de causalidad que la hegemonía de la legalidad es concomitante
le está asociado. La formulación de las leyes al declive de la hegemonía de la causalidad.
de la naturaleza se funda en la idea de que los El cuestionamiento de la causalidad en los
fenómenos observados son independientes de tiempos modernos viene de lejos, por lo me-
todo, excepto de un conjunto razonablemen- nos desde David Hume y del positivismo lógi-
te pequeño de condiciones (las condiciones co. La reflexión crítica ha incidido tanto en el
iniciales) cuya interferencia es observada y problema ontológico de la causalidad (¿cuáles
medida. Esta idea, hoy se reconoce, obliga a son las características del nexo causal? ¿Ese
separaciones groseras que, de otro modo, son nexo existe en realidad?) como en el proble-
siempre provisorias y precarias una vez que la ma metodológico de la causalidad (¿Cuáles
50 Boaventura de Sousa Santos
son los criterios de causalidad? ¿cómo reco- El segundo gran tema de reflexión episte-
nocer un nexo causal o testear una hipótesis mológica versa más sobre el contenido del
causal?). Hoy, relativizar el concepto de causa conocimiento científico que sobre su forma.
parte sobre todo del reconocimiento de que el Siendo un conocimiento mínimo que cierra las
lugar central que había ocupado en la ciencia puertas a muchos otros saberes sobre el mun-
moderna se explica menos por razones onto- do, el conocimiento científico moderno es un
lógicas o metodológicas que por razones prag- conocimiento desencantado y triste que trans-
máticas. El concepto de causalidad se adecua forma la naturaleza en un autómata, o, como
bien a una ciencia que busca intervenir en lo dice Prigogine, en un interlocutor terriblemen-
real y que mide su éxito por el ámbito de esa te estúpido (Prigogine & Stengers, 1979: 13).
intervención. Al final, causa es todo aquello Este envilecimiento de la naturaleza acaba por
sobre lo que se puede actuar. Hasta los defen- envilecer al propio científico en la medida en
sores de la causalidad, como Mario Bunge, re- que reduce el supuesto diálogo experimental
conocen que ella es apenas una de las formas al ejercicio de una prepotencia sobre la natu-
de determinismo y que por eso tiene un lugar raleza. El rigor científico, al estar fundado en
limitado, aunque insustituible, en el conoci- un rigor matemático, es un rigor que cuantifica
miento científico.9 La verdad es que, sobre la y que, al cuantificar, lo que hace es descuali-
égida de la biología y también de la microfísica, ficar, se trata de un rigor que, al objetivar los
el causalismo, en cuanto categoría de inteligi- fenómenos, los objetualiza y los degrada, que,
bilidad de lo real, ha venido a perder terreno a al caracterizar los fenómenos, los caricaturiza.
favor del finalismo. Es, en suma y finalmente, una forma de rigor
que, al afirmar la personalidad del científico,
destruye la personalidad de la naturaleza. En
9 Ver Mario Bunge (1979: 353) [existe edición caste-
llana: 1997 (Buenos Aires: Sudamericana) nota del au- estos términos, el conocimiento gana en rigor,
tor]. “En resumen, el principio causal no es una panacea lo que pierde en riqueza y la resonancia de los
ni un mito: es una hipótesis general subsumida bajo el éxitos de la intervención tecnológica esconde
principio universal de la determinabilidad, y tiene una los límites de nuestra comprensión del mundo
validez aproximativa en su propio dominio”. En Portu-
y reprime la pregunta por el valor humano del
gal es justo resaltar en este punto la notable obra teórica
de Armando Castro (1975; 1978; 1980; 1982; 1987). afán científico así concebido. Esta pregunta
Un discurso sobre las ciencias 51
está, no obstante, inscrita en la propia relación por la vía de la progresiva parcelización del ob-
sujeto/objeto que preside la ciencia moderna, jeto, bien representada en las especializaciones
una relación que interioriza al sujeto a costa de de la ciencia, es exactamente por esa vía que
la exterioridad del objeto, tornándolos estan- mejor se confirma la irreductibilidad de las tota-
cos e incomunicables. lidades orgánicas o inorgánicas a las partes que
Los límites de este tipo de conocimiento son, las constituyen y, por lo tanto, el carácter distor-
así, cualitativos, no son superables con mayores sionado del conocimiento centrado en la obser-
cantidades de investigación o mayor precisión vación de estas últimas. Los hechos observados
de los instrumentos. De otro modo, la propia han venido a escapar al régimen de aislamiento
precisión cuantitativa del conocimiento es es- carcelario a que la ciencia los sujeta. Los objetos
tructuralmente limitada. Por ejemplo, en el do- tienen fronteras cada vez menos definidas; son
minio de las teorías de la información el teorema constituidos por anillos que se entrecruzan en
de Brillouin demuestra que la información no es tramas complejas con los demás objetos restan-
gratuita (1959).10 Cualquier observación efectua- tes, a tal punto que los objetos en sí son menos
da sobre un sistema físico aumenta la entropía reales que las relaciones entre ellos.
del sistema en el laboratorio. El rendimiento Fue dicho al inicio de esta parte que la crisis
de una experiencia dada debe así ser definido del paradigma de la ciencia moderna se explica
por la relación entre la información obtenida y por condiciones teóricas, que acabo de apun-
el aumento concomitante de la entropía. Aho- tar de manera ilustrativa, y por condiciones so-
ra, según Brillouin, ese rendimiento es siempre ciales. Estas últimas no pueden tener aquí un
inferior a la unidad y solo en casos raros está tratamiento detallado.11 Referiré tan solo que,
próximo a ella. En estos términos, la experien- cualesquiera que sean los límites estructurales
cia rigurosa es irrealizable puesto que exigiría del rigor científico, no quedan dudas de que lo
un dispendio infinito de actividades humanas. que la ciencia ganó en rigor en los últimos cua-
Por último, la precisión es limitada porque, si es renta o cincuenta años lo perdió en capacidad
verdad que el conocimiento solo sabe avanzar de auto-regulación. Las ideas de autonomía de
10 Véase también, Parain-Vial (1983: 122). 11 Sobre este tema, véase Santos (1978: 11).
52 Boaventura de Sousa Santos
el conocimiento vuelva a ser una aventura habla de la “nueva física” y del Taoísmo de la
encantada. La caracterización de la crisis del física (1976; 1979; 1983). Eugene Wigner, de
paradigma dominante trae consigo el perfil del “cambios de segundo tipo” (1970: 215). Erich
paradigma emergente. Es ese el perfil que pro- Jantsch, del paradigma de la auto-organización
curaré diseñar en lo que sigue. (1980; 1981), Daniel Bell de la sociedad posin-
dustrial (1976), Habermas de la sociedad co-
El paradigma emergente municativa (1982). Yo hablaré, por ahora, del
La configuración del paradigma que se anun- paradigma de un conocimiento prudente para
cia en el horizonte, solo se puede obtener por una vida decente. Con esta designación quie-
vía especulativa. Una especulación fundada en ro significar que la naturaleza de la revolución
las señales que la crisis del paradigma actual científica que atravesamos es estructuralmente
emite, pero nunca por ellas determinada. De diferente de la que ocurrió en el siglo XVI. Sien-
otro modo, como dice Rene Poirier, y antes de do una revolución científica que ocurre en una
él dijera Hegel y Heidegger, “la coherencia glo- sociedad, ella misma revolucionada por la cien-
bal de nuestras verdades físicas y metafísicas, cia, el paradigma que emerge de ella no puede
solo se conoce retrospectivamente”.12 Por eso ser solo un paradigma científico (el paradigma
cuando hablamos de futuro, así fuera de un fu- de un conocimiento prudente), sino que tiene
turo que ya sentimos estar recorriendo, lo que que ser también un paradigma social (el para-
de él decimos es siempre el producto de una digma de una vida decente). Presentaré el pa-
síntesis personal embebida en la imaginación, radigma emergente a través de un conjunto de
en mi caso en la imaginación sociológica. No es- tesis seguidas de su justificación.
panta, pues, que, aunque con algunos puntos de
convergencia, sean diferentes las síntesis hasta Todo el conocimiento científico natu-
ahora presentadas. Ilya Prigogine, por ejemplo, ral es científico social
habla de la “nueva alianza” y de la metamorfosis La distinción dicotómica entre ciencias na-
de la ciencia (1979; 1980; 1981). Fritjof Capra turales y ciencias sociales dejó de tener senti-
do y utilidad. Esta distinción descansa en una
concepción de la materia y de la naturaleza, a
12 Ver R. Poirier, prefacio a Parain-Vial (1983: 10). la que contrapone con presupuesta evidencia,
54 Boaventura de Sousa Santos
los conceptos de ser humano, cultura y socie- Es como si el hombre y la mujer se hubiesen
dad. Los avances recientes de la física y de lanzado en la aventura de conocer los objetos
la biología ponen en entredicho la distinción más distantes y diferentes de sí mismos para,
entre lo orgánico y lo inorgánico, entre seres una vez habiendo llegado ahí se descubrieran
vivos y materia inerte e incluso entre lo hu- reflejados como en un espejo. Ya al comien-
mano y lo no humano. Las características de zo de la década del sesenta y extrapolando a
la auto-organización del metabolismo y de la partir de la mecánica cuántica, Eugene Wigner
auto-reproducción, antes consideradas espe- consideraba que lo inanimado no era una cua-
cíficas de los seres vivos, son hoy atribuidas lidad diferente sino apenas un caso límite, que
a los sistemas pre-celulares de moléculas. la distinción cuerpo/alma, dejaría de tener sen-
Y, quiérase o no, en otros lados se reconocen tido y que la física y la psicología acabarían por
propiedades y comportamientos antes conside- fundirse en una única ciencia. Hoy es posible
rados específicos de los seres humanos y de las ir mucho más allá de la mecánica cuántica. En
relaciones sociales. La teoría de las estructuras cuanto esta introdujo a la conciencia en el acto
disipativas de Prigogine, o la teoría sinergética del conocimiento, nosotros tenemos hoy que
de Haken ya citadas, pero también la teoría del introducirla en el propio objeto de conocimien-
“orden implicado” de David Bohm, la teoría de to, sabiendo que, con eso, la distinción sujeto/
la matriz-S de Geoffrey Chew y la filosofía del objeto sufrirá una transformación radical. En
“bootstrap” que le subyace e incluso la teoría un cierto regreso al pan-psiquismo leibniziano,
del encuentro de la física contemporánea y empieza hoy a reconocerse una dimensión psí-
el misticismo oriental de Fritjof Capra; todas quica en la naturaleza, “la mente más amplia”
ellas de vocación holística y algunas específi- de que habla Bateson, de la cual la mente hu-
camente orientadas a superar las inconsisten- mana es apenas una parte, una mente inmanen-
cias entre la mecánica cuántica y la teoría de te al sistema social global y a la ecología plane-
la relatividad de Einstein, todas estas teorías taria que algunos llaman Dios (1985). Geoffrey
introducen en la materia los conceptos de his- Chew postula la existencia de la conciencia en
toricidad y de proceso, de libertad, de autode- la naturaleza como un elemento necesario a la
terminación y hasta de conciencia que antes el auto-conciencia de esta última y, si así fuera,
hombre y la mujer tenían reservados para sí. las futuras teorías de la materia tendrían que
Un discurso sobre las ciencias 55
Que los modelos explicativos de las ciencias las ciencias sociales, afirmada sin más, pue-
sociales han venido subyaciendo al desarrollo de revelarse ilusoria. Referí, con todo, que la
de las ciencias naturales en las últimas déca- constitución de las ciencias sociales tuvo lugar
das se prueba, más allá de lo anterior, por la según dos vertientes: una más directamente
facilidad con que las teorías físico-naturales, vinculada a la epistemología y a la metodología
una vez formuladas en su dominio específico positivista de las ciencias naturales, y otra, de
se aplican o aspiran a aplicarse en el dominio vocación anti-positivista, amalgamada en una
social. Así, por ejemplo, Peter Allen uno de tradición filosófica compleja, fenomenológica,
los más estrechos colaboradores de Prigogine interaccionista, mitosimbólica, hermenéutica,
ha venido aplicando la teoría de las estructu- existencialista, pragmática; reivindicando la
ras disipativas a los procesos económicos y a especificidad del estudio de la sociedad pero
la evolución de las ciudades y de las regiones teniendo que, para eso, presuponer una con-
(1981: 25). Y Haken resalta las posibilidades de cepción mecanicista de la naturaleza. La pujan-
la sinergética para explicar situaciones revolu- za de esta segunda vertiente en las dos últimas
cionarias en la sociedad (1985: 205). Es como décadas es indicativa de ser ella el modelo de
si lo dicho por Durkheim se hubiese invertido y las ciencias sociales que, en una época de revo-
en vez de que sean los fenómenos sociales es- lución científica carga con la marca posmoder-
tudiados como si fuesen fenómenos naturales, na del paradigma emergente. Se trata, como re-
son los fenómenos naturales estudiados como ferí también, de un modelo de transición, toda
si fuesen fenómenos sociales. vez que define la especificidad de lo humano
El hecho de que la superación de la dicoto- por contraposición a una concepción de la na-
mía ciencias naturales/ciencias sociales ocurre turaleza que las ciencias naturales hoy conside-
bajo la égida de las ciencias sociales no es, con ran rebasada, pero es un modelo en que aquello
todo, suficiente para caracterizar el modelo que lo prende al pasado es menos fuerte que
de conocimiento en el paradigma emergente. aquello que lo prende al futuro. En resumen,
Es que, como dije más atrás, las propias cien- a medida que las ciencias naturales se aproxi-
cias sociales se constituyeron en el siglo XIX man a las ciencias sociales, estas se aproximan
siguiendo los modelos de racionalidad de las a las humanidades. El sujeto, que la ciencia mo-
ciencias naturales clásicas y, así, la égida de derna lanzará en la diáspora del conocimiento
58 Boaventura de Sousa Santos
Solo para dar un ejemplo, el médico generalis- esparcimiento de las raíces en busca de nuevas
ta, cuya resurrección vino a compensar la hí- y más variadas interfaces.
per-especialización médica, corre el riesgo de Pero siendo local, el conocimiento posmoder-
ser convertido en un especialista al lado de los no es también total porque reconstruye también
demás. Este efecto perverso revela que no ha- los proyectos locales, resaltándoles su ejem-
brá solución para este problema en el seno del plaridad y por esa vía los transforma en pensa-
paradigma dominante y precisamente porque miento total ilustrado. La ciencia del paradigma
este último es el que constituye el verdadero emergente, siendo que, como dije más arriba,
problema del que parten todos los otros. se acepta como analógica es también asumida-
En el paradigma emergente el conocimien- mente traductora, o sea, incentiva los conceptos
to es total, tiene como horizonte la totalidad y las teorías desarrollados localmente a emigrar
universal de que hablara Wigner o la totalidad para otros lugares cognitivos a modo de poder
indivisa de la que habla Bohm. Pero siendo to- ser utilizados fuera de su contexto de origen.
tal, es también local. Se constituye alrededor Este procedimiento, que es reprimido por una
de temas que son adoptados por grupos socia- forma de conocimiento que concibe a través de
les concretos con proyectos de vidas locales, la operacionalización y generaliza a través de la
sean ellos reconstruir la historia de un lugar, cantidad y de la uniformización, será normal en
mantener un espacio verde, construir una com- una forma de conocimiento que concibe a tra-
putadora adecuada a las necesidades locales, vés de la imaginación y generaliza a través de la
hacer caer la tasa de mortalidad infantil, inven- cualidad y de la ejemplaridad.
tar un nuevo instrumento musical, erradicar El conocimiento posmoderno, siendo total,
una enfermedad, etcétera. La fragmentación no es determinístico, y siendo local, no es des-
posmoderna no es disciplinar y sí temática. criptivista. Es un conocimiento sobre las con-
Los temas son galerías por donde los conoci- diciones de posibilidad. Las condiciones de po-
mientos concurren al encuentro unos de otros. sibilidad de la acción humana proyectada en un
Al contrario de lo que sucede en el paradigma mundo a partir de un espacio-tiempo local. Un
actual, el conocimiento avanza a medida que conocimiento de este tipo es relativamente a-
su objeto se amplía, ampliación que, como en metódico, se constituye a partir de una plurali-
el árbol, procede por la diferenciación y por el dad metodológica. Cada método es un lenguaje
62 Boaventura de Sousa Santos
de la física moderna según Roger Jones— nos enmarañado de diligencias absurdas sin made-
sentimos incapaces de pensar, incluso siendo ja ni hilo. Sin embargo, este saber, sospechado
ya hoy capaces de pensarlas como categorías o insospechado, recorre hoy subterráneamen-
convencionales arbitrarias, metafóricas. Este te, clandestinamente, nuestros no-dichos de
proceso de naturalización fue lento y, en el ini- nuestros trabajos científicos.
cio, los protagonistas de la revolución científi- En el paradigma emergente, el carácter au-
ca tuvieron la noción clara de que la prueba ín- tobiográfico y auto-referencial de la ciencia
tima de sus convicciones personales procedía está plenamente asumido. La ciencia moderna
y daba coherencia a las pruebas externas que nos legó un conocimiento funcional del mun-
desarrollaban. Descartes muestra mejor que do que alargó extraordinariamente nuestras
ninguno el carácter autobiográfico de la cien- perspectivas de sobrevivencia. Hoy no se trata
cia. Dice, en El discurso del método: tanto de sobrevivir como de saber vivir. Para
eso es necesaria otra forma de conocimiento,
me gustaría mostrar en este discurso, qué cami- un conocimiento comprensivo e íntimo que no
nos seguí, y de él representar a mi vida como en nos separe y antes bien nos una personalmente
un cuadro para que cada cual lo pueda juzgar, y a lo que estudiamos. La incertidumbre del co-
para que, sabedor de las opiniones que sobre él
nocimiento, que la ciencia moderna siempre
fueron expresadas, como un nuevo medio de ins-
vio como limitación técnica destinada a suce-
truirme, vendría a juntar aquellas de las que acos-
tumbro servirme (1984: 6). sivas superaciones se transforma en la clave
del entendimiento de un mundo que más que
Hoy sabemos o sospechamos que nuestras controlado ha de ser contemplado. No se tra-
trayectorias de vida personal y colectivas (en ta del espanto medieval frente a una realidad
cuanto comunidades científicas) y los valo- hostil poseída del hálito de la divinidad, sino
res, las creencias y los prejuicios que acarrean antes bien de la prudencia frente a un mundo
son la prueba íntima de nuestro conocimien- que a pesar de la domesticación nos muestra
to, sin el cual nuestras investigaciones en el cada día la precariedad del sentido de nues-
laboratorio o de archivo, nuestros cálculos o tra vida por más segura que estuviera al nivel
nuestros trabajos de campo constituirían un de la sobrevivencia. La ciencia del paradigma
emergente es más contemplativa que activa.
66 Boaventura de Sousa Santos
La cualidad del conocimiento se mide menos punto de poderse hablar de una batalla por la
por lo que él controla o hace funcionar en el supremacía, trabada entre ambos. Pero porque
mundo exterior que por la satisfacción perso- se trata de una batalla, la relación es entre dos
nal que da a quien a él accede y de él participa. sujetos y no entre un sujeto y un objeto. Cada
La dimensión estética de la ciencia ha sido uno es la traducción del otro, ambos creadores
reconocida por científicos y filósofos de la de textos escritos en lenguas distintas, ambas
ciencia de Poincaré a Kuhn, de Polanyi a Pop- conocidas y necesarias para aprender a gustar
per. Roger Jones considera que el sistema de de las palabras y del mundo.
Newton es tanto una obra de arte como una Así, re-subjetivizado, el conocimiento cien-
obra de ciencia (1982: 41). La creación cien- tífico enseña a vivir y se traduce en un saber
tífica en el paradigma emergente se asume práctico. De ahí la cuarta y última característi-
como próxima a la creación literaria o artísti- ca de la ciencia posmoderna.
ca, porque a semejanza de estas pretende que
la dimensión activa de la transformación de lo Todo el conocimiento científico
real (el escultor al trabajar sobre la piedra) sea busca constituirse en sentido común
subordinada a la contemplación del resultado Ya tuve ocasión de referir que el fundamen-
(la obra de arte). A su vez, el discurso cientí- to del estatuto privilegiado de la racionalidad
fico se aproxima cada vez más al discurso de científica no es en sí mismo científico. Sabemos
la crítica literaria. De algún modo, la crítica hoy que la ciencia moderna nos enseña poco
literaria anuncia la subversión de la relación sobre nuestra manera de estar en el mundo y
sujeto/objeto que el paradigma emergente pre- que ese poco, por más que se amplíe, será siem-
tende operar. En la crítica literaria, el objeto pre exiguo porque la exigüidad está inscrita en
de estudio, como se diría en términos cientí- la forma de conocimiento que él constituye. La
ficos, siempre fue, de facto, un súper-sujeto ciencia moderna produce conocimientos y des-
(un poeta, un romántico, un dramaturgo) fren- conocimientos. Si hace del científico un igno-
te al cual el crítico no pasa de ser un sujeto rante especializado hace del ciudadano común
o actor secundario. Es cierto que, en tiempos un ignorante generalizado.
recientes, el crítico ha intentado sobresalir en Al contrario, la ciencia posmoderna sabe
la confrontación con el escritor estudiado al que ninguna forma de conocimiento es en sí
Un discurso sobre las ciencias 67
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No disparen sobre el utopista*
desde el colonialismo hacia la solidaridad y que política y, de este modo, diseñar nuevos cam-
sean relativamente tolerantes al caos, ya que pos analíticos más vastos y más incompletos, y,
este tiene potencialidades para crear un orden simultáneamente, menos occidental-céntricos
emancipador capaz de facilitar una resolución y menos norte-céntricos. He mostrado cómo
progresista de la transición paradigmática. los nuevos campos analíticos realzan las dife-
Sustenté también que deberíamos tomar rentes formas de opresión en las sociedades
como punto de partida de esa tarea algunas capitalistas, al mismo tiempo que abren nue-
representaciones inacabadas de la moder- vos espacios para una política cosmopolita,
nidad, subrayando particularmente dos de para diálogos interculturales, para la defensa
ellas: el principio de la comunidad, basado de la autodeterminación y de la emancipación,
en las ideas de solidaridad y participación, y espacios posibilitados por la globalización de
el principio estético-expresivo, basado en las las prácticas sociales. En el análisis de estas úl-
ideas de placer, de autoría y de artefactuali- timas, es crucial distinguir entre las prácticas
dad. Considero estos dos principios cruciales sociales que resultan directa o indirectamente
para definir los parámetros progresistas de la de la transnacionalización del capital (localis-
transición paradigmática, tanto en la vertiente mos globalizados y globalismos localizados) y
epistemológica como en la societal. Con res- aquellas que representan nuevas oportunida-
pecto a la transición paradigmática societal, des para luchas emancipadoras paradigmáti-
he insistido en que la excavación de algunas cas (cosmopolitismo y patrimonio común de la
de las representaciones inacabadas de la humanidad).
modernidad debería incluir también la sepa- El objetivo de este trabajo analítico fue for-
ración del derecho moderno en relación al mular un conjunto de interrogaciones radica-
Estado y su rearticulación con la política y la les sobre las sociedades capitalistas contem-
revolución, ambas entendidas de forma bien poráneas y el sistema mundial que las integra,
diferente a como lo han sido a lo largo de la de forma que se abra el camino para la doble
modernidad occidental. reinvención, exigida por la propia transición
Estos principios orientadores me permitie- paradigmática, de un nuevo sentido común
ron interrogar las concepciones hegemónicas emancipador y de una nueva subjetividad indi-
de conocimiento, de derecho, de poder y de vidual y colectiva con capacidad y voluntad de
76 Boaventura de Sousa Santos
emancipación. El presente texto está dedicado la atención sobre lo que no existe en tanto que
a esta doble reinvención. (contra) parte integrante, aunque silenciada, de
El tercer presupuesto, supone que la defi- aquello que existe, o sea, sobre aquello que per-
nición del paradigma emergente es una tarea tenece a una determinada época por el modo
tan importante como difícil. Es una tarea difícil como está excluido de ella. Por otro lado, la
porque la modernidad tiene una manera pecu- utopía siempre es desigualmente utópica, dado
liar de combinar la grandeza del futuro con su que su forma de imaginar lo nuevo está parcial-
miniaturización, es decir, de clasificar y frag- mente constituida por nuevas combinaciones
mentar los grandes objetivos del progreso in- y escalas de aquello que existe, y que son, en
finito en soluciones técnicas que se distinguen verdad, casi siempre meros pormenores, pe-
esencialmente por el hecho de su credibilidad queños y oscuros, de lo que realmente existe.
trascender aquello que la técnica puede garan- La utopía requiere, por consiguiente, un cono-
tizar. Las soluciones técnicas, que son parte cimiento abarcador y profundo de la realidad
integrante de la cultura instrumental de la mo- como medio para evitar que el radicalismo de
dernidad, gozan de un exceso de credibilidad la imaginación colisione con su realismo.
que oculta y neutraliza su déficit de capacidad. El cuarto presupuesto se basa en que, a pe-
De ahí que tales soluciones no nos incentiven sar de la urgencia con que es reclamado, el pen-
para pensar el futuro, ya que ellas mismas deja- samiento utópico es hoy un pensamiento desa-
ron de hacerlo hace mucho tiempo. creditado, incluso cuando se van multiplicando
Ante esto, el único camino para pensar el fu- en el mundo experiencias que, a la luz de las
turo parece ser la utopía. Y por utopía entiendo concepciones dominantes, surgen como “uto-
la exploración, a través de la imaginación, de pías realistas”. El despliegue de la racionalidad
nuevas posibilidades humanas y nuevas formas científica y de la ideología cientifista a partir
de voluntad, y la oposición de la imaginación a del siglo XIX y su expansión desde el estudio
la necesidad de lo que existe, solo porque exis- de la naturaleza hacia el estudio de la sociedad,
te, en nombre de algo radicalmente mejor por fueron creando un ambiente intelectual hos-
lo que vale la pena luchar y al que la humani- til al pensamiento utópico. De ahí que el siglo
dad tiene derecho. Mi versión de la utopía es, XX haya sido realmente pobre en pensamiento
pues, doblemente relativa. Por un lado, llama
No disparen sobre el utopista77
emergente incluye todas las formas alternati- se puedan experimentar formas alternativas
vas de sociabilidad doméstica y de sexualidad domésticas, tanto cuanto sea posible en igual-
basadas en la eliminación de los estereotipos dad de circunstancias. Por ejemplo, debe ser
de los papeles de cada sexo, en la autoridad garantizado, desde ya, igual acceso al derecho
compartida (tanto en las relaciones entre los social y, singularmente, a la seguridad social,
sexos, como entre generaciones) y en la demo- a las familias patriarcales y a las comunidades
cratización del derecho doméstico (conflictos domésticas cooperativas.
cooperativos, prestación mutua de cuidados,
vida compartida).5 El nuevo sentido común Producción eco-socialista
emancipador del espacio doméstico se basa en En el espacio de la producción, la contradic-
una tópica retórica orientada por los topoi de ción y la competición se dan entre el paradigma
la democracia, de la cooperación y de la comu- del expansionismo capitalista y el paradigma
nidad afectivas6 e, incluso, por lo menos en la eco-socialista, desplegándose a través de la con-
fase preliminar de la transición paradigmática, tradicción y competición entre unidades de pro-
por el topos de la liberación de la mujer. En el ducción capitalista y unidades de producción
espacio doméstico, la dimensión de providen- eco-socialistas. Estas últimas abarcan organiza-
cia social del Estado consiste en garantizar que ciones muy diferentes, en cierto modo semejan-
tes a algunas unidades productivas actualmente
existentes en las periferias de la producción ca-
5 Como más atrás afirmé, la concepción de formas pitalista, tales como las unidades de producción
alternativas en lo doméstico, que no sean las sexualmen-
cooperativa y autogestionadas, pequeña agricul-
te estereotipadas, han sido, en los tiempos recientes, un
dominio particularmente empobrecido del pensamiento tura, agricultura orgánica, producción controla-
utópico. Incluso así, en el siglo XX existe una corriente da por los trabajadores, unidades de producción
importante de utopismo feminista bajo la forma de ficción de utilidad social, redes de producción comuni-
científica, cubriendo no solo el espacio doméstico, sino to- taria.7 Estas organizaciones tienen en común el
dos los demás espacios estructurales. Ver Sargent (1974;
1976; 1978). Ver también Piercy (1976) y Moylan (1986).
6 En un sentido convergente, pero más amplio, Wolff 7 Podemos encontrar en Dahl (1985) una argumen-
se refiere a la comunidad afectiva como “la conciencia tación vigorosa a favor de la democracia en el espacio
recíproca de una cultura compartida” (1968: 187). de la producción. Ver también Bowles & Gintis (1986);
No disparen sobre el utopista83
hecho de ser asociaciones voluntarias de pro- El nuevo sentido común emancipador del
ductores dirigidas a la producción democrática espacio de la producción se basa en una tópica
de valores de uso, sin degradar la naturaleza retórica orientada por los topoi de la democra-
(sustituyendo la naturaleza capitalista por la na- cia y del socialismo, y del antiproductivismo
turaleza eco-socialista).8 ecológicos. En el espacio de la producción, la
dimensión de providencia social del Estado
consiste en garantizar la coexistencia de los
Bowles, Gordon & Weisskopf (1983; 1990). Roemer
(1992) presentó un modelo de socialismo de mercado dos modos de producción alternativos, como
partiendo de una reorganización radical de los derechos el ámbito necesario para evaluar los resultados
de propiedad de las empresas y de la igualación de la y las formas de sociabilidad que de ellos surjan.
distribución de los beneficios. La idea de democracia El fomento del sector privado no lucrativo, el
económica basada en la participación y en la autogestión
tiene, como es sabido, una larga tradición en el pensa-
llamado tercer sector (los otros sectores son el
miento socialista. A finales de los años veinte, Naphtali sector estatal y el sector privado lucrativo), en
concibió un modelo bastante sofisticado de democracia el área de la producción de bienes y servicios
económica para la Federación General de los Sindicatos constituye una de las primeras formas de pro-
Alemanes (Naphtali, 1977). Dentro de esta tradición, moción de la experimentación social a empren-
Széll (1988; 1990) es, actualmente, uno de los más consis-
tentes defensores de la democracia económica. Ver tam- der por el Estado-Providencia.
bién Lamers & Széll (1989); Greenberg (1986), sobre la
producción cooperativa (el caso de Mondragón); y Linn
(1987), a propósito de la “producción de utilidad social” 1980; 1987; 1990), O’Connor (1973; 1987; 1991a; 1991b)
(las experiencias del Gran Consejo de Londres). y del grupo de la revista Capitalism Nature Socialism.
8 La literatura sobre democracia económica (ver nota Ver también, Daly & Cobb (1989). De formas muy diver-
anterior) ha ignorado tradicionalmente la dimensión sas, todas estas propuestas ligan explícitamente el espa-
ecológica y anti-productivista del espacio de la produc- cio de la producción al espacio del mercado y al espacio
ción emergente. Esto se debe, en parte, a la orientación de la comunidad: las versiones alternativas abarcan la
productivista del marxismo clásico. Por ello, reciente- producción, el consumo y, en general, “le monde vécu”.
mente el pensamiento utópico eco-socialista ha florecido De hecho, “le front est partout”. En 1947, Goodman y
de varias formas. Las propuestas más sofisticadas deri- Goodman presentaron sus “modelos para pensar” la eli-
van de los trabajos de Illich (1970; 1971; 1973; 1976; 1977; minación de la diferencia entre producción y consumo
1978; 1981), Bahro (1978) y el movimiento alemán de los en la nueva comunidad (1960). Para una panorámica glo-
Verdes, Gorz (1980; 1981; 1992). Bookchin (1970; 1974; bal, ver Frankel (1987). Ver también Goodin (1992).
84 Boaventura de Sousa Santos
consumo (sobre todo alimentarios). Esta me- a generar fuertes jerarquizaciones internas,
dida implicará una nueva reforma agraria, la por lo que se vuelven excluyentes tanto a un
reestructuración del uso y posesión de la tie- nivel externo (intercomunitario), como interno
rra en los cinturones agrícolas de las grandes (intracomunitario).
ciudades. En el paradigma de las comunidades-ameba,
por el contrario, la identidad es siempre múlti-
Comunidades-Ameba ple, inacabada, siempre en proceso de recons-
En el espacio de la comunidad, la contradic- trucción y reinvención: una identificación en
ción y la competición se dan entre el paradigma curso. La comunidad es, en este paradigma,
de las comunidades-fortaleza y el paradigma vorazmente inclusiva y permeable, alimen-
de las comunidades-ameba. Las comunidades- tándose de los puentes que lanza hacia otras
fortaleza son comunidades exclusivas, esto es, comunidades y procurando comparaciones in-
comunidades que, agresiva o defensivamente, terculturales que confieran el significado más
basan su identificación interna en una clau- profundo a su propia concepción de la dignidad
sura en relación al exterior. Las comunidades humana, siempre ávida de encontrar formas de
agresivas-exclusivas, cuyo ejemplo arquetípico establecer coaliciones de dignidad humana con
es la “sociedad colonial”, están constituidas otras comunidades. Los movimientos popula-
por grupos sociales dominantes que se cierran res latinoamericanos, las comunidades eclesia-
en una pretendida superioridad para no ser les de base, los movimientos de defensa de los
corrompidos por comunidades supuestamen- derechos humanos en todo el sistema mundial,
te inferiores. Las comunidades defensivas-ex- tienden a estar más próximos del paradigma de
clusivas son el reverso de las anteriores, pero las comunidades-ameba que, por ejemplo, los
siguen el ejemplo de enclaustrarse para defen- sindicatos y los movimientos feministas de los
der los pocos resquicios de dignidad que con- países centrales.
siguieron al escapar del pillaje colonial. Aquí, El paradigma de las comunidades-ameba
el ejemplo arquetípico se encuentra en las co- plantea la construcción de un nuevo sentido
munidades indígenas. La consecuencia de este común emancipador orientado por una herme-
proceso de auto-enclaustramiento recíproco néutica democrática, cosmopolita, multicultu-
es la tendencia de las comunidades-fortaleza ral y diatópica. En el espacio de la comunidad,
86 Boaventura de Sousa Santos
la dimensión de providencia social del Esta- paradigmática consiste en las luchas por seis
do consiste en garantizar la proliferación de formas de sociabilidad democrática, seis formas
comunidades-ameba. Una de las primeras me- de democracia que se corresponden con los seis
didas de experimentación social en este domi- espacios estructurales.11
nio consiste en “plantar” el multiculturalismo La democratización del espacio de la ciudada-
como principio informador de toda la actividad nía será emancipadora solo articulándose con la
estatal (sistema educativo, salud pública, segu- democratización de todos los restantes espacios
ridad social, administración pública).10 estructurales, y la ciudadanía solo será susten-
table diseminándose más allá del espacio de la
Socialismo-como-democracia-sin-fin ciudadanía. Cada forma democrática representa
En el espacio de la ciudadanía, la contradic- una articulación específica entre la obligación
ción y la competición se dan entre el paradigma política vertical y la obligación política horizon-
de la democracia autoritaria y el paradigma de tal, teniendo cada una su propia concepción de
la democracia radical. A lo largo de mi trabajo, derechos y de ciudadanía, de representación
he analizado, con algún pormenor, las princi- y de participación. En todas ellas, por tanto, el
pales características del paradigma dominante proceso democrático se profundizará a través
desde una perspectiva crítica, resaltando los lí-
mites de la sociabilidad democrática que dicho
11 El espacio de la ciudadanía es, sin duda, el espa-
paradigma hizo posible. El paradigma emergen- cio estructural que inspiró el pensamiento utópico más
te es el paradigma de la democracia radical, es rico en el siglo XX. Partiendo de una tradición de la mo-
decir, de la democratización global de las rela- dernidad, excéntrica y no hegemónica que se remonta
ciones sociales basadas en una doble obligación a Rousseau, Wollstonecraft, Marx, Engels y J. Stuart
Mill, las ideas de democracia directa y de democracia
política: la obligación política vertical entre el
participativa fueron reelaboradas en una miríada de
ciudadano y el Estado, y la obligación política propuestas que incluyen la democracia radical (Mou-
horizontal entre ciudadanos y asociaciones. En ffe, 1992; Laclau & Mouffe, 1985), la democracia unita-
términos del paradigma emergente, la transición ria (Mansbridge, 1983), la democracia fuerte (Barber,
1984), la autonomía democrática y el socialismo liberal
(Held, 1987), la comunidad democrática (Berry, 1989),
10 Hay que distinguir entre multiculturalismo progresista la democracia asociativa (Cohen & Rogers, 1992) y el
y reaccionario. socialismo democrático (Cunningham, 1988).
No disparen sobre el utopista87
de la transformación de las relaciones de po- que ser ciudadano en el espacio del mercado,
der en relaciones de autoridad compartida, del mas es de la constelación de las diferentes
derecho despótico en derecho democrático, y ciudadanías que deriva el valor democrático
del sentido común regulador en sentido común de una sociedad determinada. La expansión
emancipador. de la democracia a la que el paradigma emer-
El paradigma emergente constituye, por tan- gente aspira debe, por ello, ser entendida en
to, una amplia expansión y dispersión del de- términos de estructura, escala y tiempo: en
recho democrático, de los derechos humanos12 términos de estructura, porque abarca todos
y de la ciudadanía. Por ejemplo, los derechos los espacios estructurales y no solo el de la ciu-
y los deberes consagrados por el derecho del dadanía; en términos de escala, porque abarca
espacio doméstico no se confunden con los de- los espacios-tiempo local, nacional y transna-
rechos y deberes consagrados por el derecho cional y no solo el espacio-tiempo nacional;
estatal de la familia, pero el potencial democrá- y, por fin, en términos temporales, porque la
tico de cada uno de los dos tipos de derechos democracia del presente depende, en parte,
y deberes resulta de su mutua articulación.13 de la garantía de una vida decente para las ge-
De la misma manera, ser ciudadano en el es- neraciones futuras. El sentido común emanci-
pacio de la producción no es la misma cosa pador de la ciudadanía se basa en el topos del
socialismo-como-democracia-sin-fin.
La dimensión de providencia social del Es-
12 En materia de derechos y de política de derechos, tado en el espacio de la ciudadanía es parti-
el paradigma emergente extiende y profundiza las con-
cularmente compleja, porque la contradicción
cepciones contrahegemónicas que en este campo fue-
ron propuestas por A. Hunt (1993) y P. Williams (1991). y la competición entre paradigmas si, por un
Ver, también, Laclau & Mouffe (1985). lado, deben ser aseguradas por el Estado, por
13 Sen llama nuestra atención sobre la especificidad otro, repercuten en el interior de este, vol-
de los “conflictos cooperativos” en el agregado familiar, viéndolo contradictorio. La experimentación
poniendo el acento en que las dificultades para eliminar paradigmática, que el Estado debe promover
las predisposiciones desfavorables a las mujeres se re- en la sociedad, transforma el Estado en un
lacionan con las “evidentes dificultades para extender
Estado experimental, en un Estado-piloto. En
el análisis de los derechos al problema de la distribu-
ción en el interior del agregado familiar” (1990: 140). el espacio de la ciudadanía, la dimensión de
88 Boaventura de Sousa Santos
providencia social reside en el modo como el permeable, por otro. Desde el punto de vista
Estado redistribuye sus recursos materiales del paradigma emergente, la jerarquía Norte-
y simbólicos para promover la experimenta- Sur y el desarrollo capitalista, expansionista
ción social con formas alternativas de demo- y desigual, en que dicha jerarquía se asienta,
cracia, de derecho y de ciudadanía. En otras constituyen la mayor y más implacable viola-
palabras, la dimensión de providencia social ción de los derechos humanos en el mundo de
se realiza, en parte, por la transferencia de las hoy. La principal función del sistema interes-
prerrogativas del Estado hacia las asociacio- tatal, en su forma presente, es hacer que dicha
nes e instituciones no estatales, siempre que violación sea, al mismo tiempo, posible y polí-
estas, dadas sus virtualidades democráticas y ticamente tolerable.
participativas, contribuyan a la proliferación De acuerdo con el paradigma emergente,
de espacios públicos no estatales. Esto signi- la jerarquía Norte-Sur solo puede ser abolida
fica que, en la transición paradigmática, el Es- en la medida en que se fuera imponiendo un
tado es un Estado dual, o sea, en cada dominio nuevo patrón de sociabilidad transnacional
social hay un conjunto de leyes y de institu- democrática y eco-socialista, el cual, a su vez,
ciones que garantizan la reproducción de las presupone un nuevo sistema de relaciones in-
formas de sociabilidad dominante, y otro con- ternacionales y transnacionales orientado por
junto de leyes e instituciones que garantizan los principios de la globalización contrahege-
la experimentación con formas emergentes de mónica: el cosmopolitismo y el patrimonio
sociabilidad. común de la humanidad. En el nuevo modelo,
la soberanía deja de ser exclusiva y absoluta,
Sustentabilidad democrática volviéndose recíproca y democráticamente
y soberanías dispersas permeable.14 En base a esta nueva noción de
Finalmente, en el espacio mundial, la con-
tradicción y la competición paradigmáticas se
dan entre el paradigma del desarrollo desigual 14 Las concepciones alternativas del espacio mundial
y de la soberanía exclusiva, por un lado, y el surgieron en el contexto de análisis de la crisis final
del sistema mundial y del sistema interestatal. Así,
paradigma de las alternativas democráticas al
Wallerstein (1991a) es el que ha promovido un debate
desarrollo y de la soberanía recíprocamente sobre el nuevo paradigma. Centrado específicamen-
No disparen sobre el utopista89
soberanía, se vuelve concebible que los Esta- paradigmática, deberá también privilegiarse
dos compartan entre sí su soberanía y lo hagan, una tópica del Sur no-imperial.15
asimismo, con nuevas instituciones no guber- En el espacio mundial, la dimensión de pro-
namentales transnacionales, democráticas y videncia social del Estado consiste en garan-
participativas, embriones de un espacio públi- tizar la experimentación con nuevas formas
co global ni estatal ni interestatal. de sociabilidad internacional y transnacional,
En el paradigma emergente, el principio de basadas en conceptos alternativos de sobera-
la autodeterminación interna es tan importan- nía que tiendan a la creación de instancias par-
te como el de la autodeterminación externa. ciales de gobierno transnacional (incluyendo
Tenderán a desaparecer las distinciones entre gobiernos locales transnacionalmente articula-
ciudadanos y no ciudadanos, entre emigrantes dos en red). También, en este caso, el Estado
y nacionales, y, además, las ciudadanías —tal asume en la transición paradigmática una na-
y como las nacionalidades— tenderán a ser turaleza dual: un número creciente de relacio-
plurales. La tópica retórica del espacio mun- nes que el paradigma dominante concibe como
dial está orientada hacia la hermenéutica dia- relaciones externas será reconceptualizado
tópica y el diálogo intercultural, y se asienta en como relaciones internas.
los topoi de la democracia, del cosmopolitis-
mo y del patrimonio común de la humanidad. Luchas paradigmáticas
Durante las primeras fases de la transición y subparadigmáticas
A la luz de la propuesta utópica aquí presen-
tada, las contradicciones y las competiciones
te en el sistema interestatal, Falk (1975; 1987; 1992a; paradigmáticas se traducen, en la transición
1992b; 1992c), junto a otros autores, es el que ha pro-
paradigmática, en un extenso campo de ex-
movido nuevos modelos de gobierno mundial. Los
nuevos movimientos sociales (ecológicos, pacifistas, perimentación social de formas alternativas
comunitarios, de defensa de alternativas al desarrollo) de sociabilidad. En vez de ser eliminadas por
han originado, en los últimos años, una profusión de un acto de ruptura revolucionaria, las formas
propuestas utópicas, centradas sobre la acción social
a escala mundial. Ver, por ejemplo, Pieterse (1989);
Walker (1988); Daly & Cobb (1989); Addo et. al. (1985). 15 Sobre la noción del Sur no-imperial, ver, más ade-
Ver también Stauffer (1990). lante, la discusión sobre la subjetividad del Sur.
90 Boaventura de Sousa Santos
dominantes de sociabilidad pueden continuar vez concluida, se hace más creíble para grupos
reproduciéndose, perdiendo, sin embargo, el sociales más amplios, conquista más adeptos
monopolio sobre las prácticas epistemológicas dispuestos a renovarla y ampliarla, en suma,
y sociales. Esto significa que tienen que com- extiende su auditorio relevante. Debe tenerse
petir con formas de sociabilidad alternativas, a siempre presente que la experimentación so-
las cuales hay que garantizar condiciones ade- cial no es llevada a cabo por vanguardias que
cuadas para florecer, y no solo para sobrevivir. representen algo que esté situado más allá de sí
Le compete al Estado asegurar la experimenta- mismas. Más bien, es realizada por grupos so-
ción, residiendo en dicha función su naturaleza ciales no conformes o inconformistas que, por
de providencia social. un lado, rechazan aceptar lo que existe solo por-
En la transición paradigmática, las luchas que existe y, por otro, están convencidos que lo
políticas en las que el blanco es el Estado se que no existe contiene un amplísimo campo de
vuelven extremadamente importantes. Mien- posibilidades. En la transición paradigmática,
tras que las luchas políticas subparadigmáticas el inconformismo es, en sí mismo, una mera
tienden a reproducir una forma dominante de semi-legitimidad que se va completando con la
sociabilidad, las luchas políticas paradigmá- ampliación del círculo del inconformismo.
ticas ansían experimentar socialmente con La lucha por la evaluación es tan crucial
formas de sociabilidad alternativas. En la con- como la lucha por las garantías de experimen-
cepción que aquí se propone, la evaluación de tación. Esto significa que, al contrario de lo que
la experimentación social está confiada a las sucede con la lucha política subparadigmática,
diferentes fuerzas sociales comprometidas en la lucha política paradigmática no puede elegir
formas alternativas de sociabilidad. La lucha entre luchar dentro y luchar fuera del Estado:
por la evaluación es, en parte, una lucha por tiene que trabarse dentro y fuera del Estado.
los criterios de evaluación. Por lo menos, en las Las garantías de experimentación son siempre
primeras fases de la transición paradigmática resultado de una lucha, dado que son conquis-
no puede excluirse, entre los diferentes crite- tadas dentro de un Estado constituido por el
rios, el criterio cuantitativo: la evaluación solo paradigma dominante, precisamente con el ob-
puede ser positiva en la medida en que la ex- jetivo de evitar la experimentación social. La
periencia con alternativas de sociabilidad, una lucha es, por ello, extremadamente difícil, las
No disparen sobre el utopista91
garantías son siempre precarias y tienen que exclusivamente del lado de lo viejo, ni que las
ser objeto de una vigilancia política constante. víctimas se encuentren necesaria y exclusiva-
La evaluación de la experimentación social mente del lado de lo emergente y de lo nuevo.
será efectuada por las fuerzas sociales en el La mayor parte de los opresores y de las víc-
interior de las comunidades interpretativas a timas estará, en el paradigma dominante, en
través de la retórica dialógica propuesta en el relaciones sociales que se concentran alrede-
mi texto “De la ciencia moderna al sentido co- dor de algunos espacios estructurales, y en el
mún” (Santos, 2000). Cada uno de los espacios paradigma emergente, en relaciones sociales
estructurales desarrolla su propia tópica retó- concentradas alrededor de otros espacios es-
rica. Sin embargo, el topos de la democracia es tructurales. Así, la experimentación social con
común a todos ellos. Al “constelarse” este topos formas alternativas de sociabilidad puede ser
en diferentes espacios estructurales con dife- rechazada por grupos sociales que, en teoría,
rentes topoi revela la variedad de democracias más se beneficiarían de ella. El derecho de re-
que la transición paradigmática generará para chazo es, por ello, uno de los derechos incondi-
corresponder a su potencial emancipador. Con cionales en la transición paradigmática.
todo, una de las características fundamentales En los términos presentes, la contradicción
del conocimiento argumentativo es su natura- y la competición paradigmática significan una
leza no fundacional, inacabada e irreversible, confrontación en el campo social entre regu-
no habiendo garantía de que los parámetros de lación y emancipación. Mientras que, en la
la retórica dialógica sean cumplidos, ni de que lucha política subparadigmática, la emanci-
los resultados de la argumentación y de la va- pación por la cual se lucha es la que es posi-
loración sean perdurables. De hecho, la expe- ble dentro del paradigma dominante —y que,
rimentación social es también una autoexperi- por tanto, no cuestiona fundamentalmente
mentación, residiendo ahí su auto-reflexividad. la regulación social instituida—, en la lucha
La lucha paradigmática es, en su conjunto, paradigmática, la confrontación se da entre
altamente arriesgada. Aunque asentada en la la regulación socialmente construida por el
contradicción y en la competición entre lo do- paradigma dominante y la emancipación ima-
minante y lo emergente, lo viejo y lo nuevo, ello ginada por el paradigma emergente. Entre
no significa que los opresores estén necesaria y las dos luchas, hay una inconmensurabilidad
92 Boaventura de Sousa Santos
alcanzó una influencia enorme, y aún hoy sigue Locke hizo preguntas y ofreció respuestas que
interesándonos. Son de Voltaire estas admira- hoy son para nosotros de poca utilidad, sobre
bles palabras sobre Locke: todo ahora que llegamos a la última fase del
paradigma que él ayudó a consolidar. Lo que
Después de que tantos y tan variados pensadores sí podrá ser de utilidad para nosotros es la ar-
hubiesen formado lo que podríamos llamar la no- queología de sus preguntas y de sus respuestas.
vela del alma, surge un sabio que modestamente Locke fue capaz de exigir radicalmente un tipo
nos presenta la historia de ella. Locke reveló la
de subjetividad cuya capacidad para crear —y
razón humana al hombre, tal y como un anatomis-
para querer crear— un nuevo conocimiento
ta competente explica los orígenes y la estructura
del cuerpo humano (Voltaire, 1950: 177). científico de posibilidades infinitas que asoma-
ban tras el horizonte, un tipo de subjetividad
El motivo de este entusiasmo residió en que que, de hecho, deseaba también reconocerse
Locke abrió una nueva perspectiva según la en sus propias creaciones. Entrevió la respues-
cual la investigación de la función de la expe- ta para su pregunta en una correspondencia
riencia debía preceder a cualquier determina- inestable entre dos extremos: un conocimiento
ción de su objeto, y el conocimiento exacto del que se colocaba en los inicios de un futuro más
carácter específico del entendimiento humano prometedor que todos los futuros pasados solo
no podría ser alcanzado a no ser que se tra- podía ser deseado por una subjetividad que re-
zase todo el recorrido de su desarrollo desde presentase la culminación de una larga evolu-
los primeros elementos hasta las formas más ción ascendente.
elevadas. Para Locke, el origen del problema Hoy, tal y como hizo Locke, también debe-
crítico era genético, por lo que la historia de la mos suscitar la cuestión de la subjetividad de
mente humana proporcionaba una explicación forma radical, aunque de una forma totalmente
adecuada del mismo.17 diferente, ya que dos diferencias bien marca-
Escribiendo en un momento crucial de la das nos separan de Locke. Por un lado, esta-
constitución del paradigma de la modernidad, mos entrando en una fase de transición para-
digmática en la que el paradigma emergente es
aún poco nítido y poco motivador, dado que
17 Ver también Cassirer (1960: 93-133). tiene que enfrentar la oposición de un amplio
94 Boaventura de Sousa Santos
dispositivo de fuerzas sociales, políticas y cul- por muy provisional y reversible que este sea.
turales interesadas en reproducir el paradigma Al contrario que Locke, preguntamos por una
dominante mucho más allá de los límites de su subjetividad que, en vez de culminar una evo-
propia creatividad regeneradora. Por otro lado, lución, tiene su génesis en el futuro. Ella es,
en cuanto al futuro, sabemos mucho mejor lo pues, intrínsecamente problemática. Su auto-
que no queremos que lo que queremos. Los reflexividad, por decirlo de algún modo, debe
mecanismos modernos de confianza centrados ser ejercida ex ante. Debe ser auto-reflexiva
en el Estado, que, como hoy sabemos, signi- particularmente con respecto a aquello que
ficaban confianza en el futuro, comenzaron a aún no es, lo que implica seguir muy de cerca
desvanecerse, dejándonos frente a frente con las consecuencias de sus actos. Tal es la pru-
un futuro del que desconfiamos. Por eso, nues- dencia subyacente al nuevo conocimiento.
tra Sorge es hoy una doble Sorge: el objeto de La subjetividad de la transición paradigmáti-
ella es el futuro que deseamos y, sobre todo, ca es aquella para quien el futuro es una cues-
el futuro que no deseamos. Así, el paradigma tión personal. De hecho, en un sentido muy
emergente se manifiesta como la “inquietud” literal, una cuestión de vida o muerte. Para la
de la que hablaba Condillac, esa inquietud que subjetividad paradigmática, el pasado es una
consideraba como el punto de partida, no solo metonimia de todo lo que fuimos y no fuimos.
de nuestros deseos y ansiedades, sino también El pasado que nunca fue exige una reflexión es-
de nuestro pensar y juzgar, de nuestro querer y pecial sobre las condiciones que le impedirán
obrar (Condillac, 1984: 288). serlo alguna vez. Cuanto más suprimido, más
En este contexto, el problema central es presente. La subjetividad emergente es tan ra-
cómo imaginar una subjetividad suficiente- dicalmente contemporánea de sí misma que,
mente apta para comprender y querer la tran- tratando el pasado como si él fuese presente,
sición paradigmática, para transformar la “in- llega a parecer anacrónica. Podemos hablar de
quietud” en energía emancipadora, o sea, una anacronismo virtual: el pasado que es transfor-
subjetividad que quiera empeñarse en las com- mado en presente es el pasado que no fue auto-
peticiones paradigmáticas, tanto a nivel epis- rizado a existir. Ahora bien, el pasado se vuelve
temológico como societal, que han de conferir presente no como una solución ya determi-
una credibilidad creciente al nuevo paradigma, nada, tal y como acontece en la subjetividad
No disparen sobre el utopista95
reaccionaria, sino como un problema creativo de sociabilidad. A medida se sienta más cómo-
susceptible de abrir nuevas posibilidades. El da en la frontera, mejor podrá la subjetividad
imperativo es, pues, desfamiliarizar la tradi- explorar el potencial emancipador de esta. De
ción canónica sin convertir tal tarea en un fin entre las principales características de la vida
en sí mismo, como si esa desfamiliarización en la frontera que son pertinentes para esta te-
fuese la única familiaridad posible o legítima. sis, distingo las siguientes: uso muy selectivo
En otras palabras, la subjetividad paradigmá- e instrumental de las tradiciones llevadas a la
tica no puede caer en los extremos de Nietzs- frontera por pioneros y emigrantes; invención
che cuando en Genealogía de la Moral, afirma: de nuevas formas de sociabilidad; jerarquías
“solo lo que no tiene historia puede ser defini- débiles; pluralidad de poderes y órdenes jurí-
do” (1973: 453). Solo a través de la arqueología dicos; fluidez de las relaciones sociales; pro-
virtual podrá empeñarse la subjetividad de la miscuidad entre extraños e íntimos; mezcla de
transición paradigmática en una crítica radical herencias e invenciones. Recurro a los historia-
de la política de lo posible sin caer en una polí- dores de la vida y de la sociabilidad fronteriza
tica imposible. para clarificar lo que entiendo por vivir en la
La construcción de una subjetividad indi- frontera.18 Utilizo sus conocimientos a la mane-
vidual y colectiva, suficientemente apta para ra de la vida en la frontera, o sea, de forma muy
enfrentar las futuras competiciones paradig- selectiva e instrumental. La exactitud o inexac-
máticas y dispuesta a explorar las posibilida- titud histórica de sus descripciones concretas
des emancipadoras por ellas abiertas, debe ser no es relevante para mi argumento. Me intere-
guiada, a mi entender, por tres grandes topoi: la sa solo construir el tipo ideal de la sociabilidad
frontera, el barroco y el Sur. Analizaré a conti- de frontera. Pasaré ahora a analizar, con algún
nuación cada uno de ellos por separado. detalle, cada una de las características de la
frontera.
La frontera El uso selectivo e instrumental de las
La subjetividad emergente se complace en tradiciones. Vivir en la frontera es vivir en
vivir en la frontera. En un período de tran-
sición y de competición paradigmáticas, la
18 Para el desarrollo del topos de la frontera, me inspi-
frontera surge como una forma privilegiada ré, sobre todo, en Cronon, Miles & Gitlin (1992).
96 Boaventura de Sousa Santos
suspensión, en un espacio vacío, en un tiempo o sustituirlos por otros nuevos. Las áreas donde
entre tiempos. La novedad de la situación sub- los euro-americanos solo habían entrado recien-
vierte todos los planos y previsiones; induce a temente poseían una fluidez peculiar que carac-
la creación y al oportunismo, como cuando la terizaba a las comunidades de frontera en todo el
mundo. Los recursos, la riqueza y el poder, aunque
desesperanza nos lleva a recurrir ansiosamen-
difícilmente al alcance de todos, eran, sin embar-
te a todo lo que nos puede salvar. La tradición
go, más fáciles de obtener ahí que en las socieda-
debe, por tanto, ser imaginada para convertirse des más rígidamente jerarquizadas que los invaso-
en aquello que precisamos, aunque la defini- res habían dejado atrás. Cuando los emigrantes
ción de aquello que precisamos sea, en parte, creaban hogares en áreas de frontera, intentaban
determinada por aquello que tenemos a mano. agarrarse al mundo familiar que recordaban del
Cronon, Miles y Gitlin, en su reciente reevalua- pasado, pero también procuraban cambiarlo y me-
ción crítica de los análisis críticos de Turner jorarlo. Su esfuerzo por elegir entre lo conocido y
sobre la frontera, sustentan que la coloniza- lo desconocido, a medida que moldeaban los nue-
ción del oeste norteamericano fue semejante vos poblados, fue uno de los rasgos más comunes
a otras formas de colonización generadas por de la vida en la frontera, y la experiencia de ser ca-
paz de elegir —para quien tenía esa oportunidad—
la expansión europea. Como sucedió en otras
pudo traer consigo una inesperada sensación de
partes del mundo, los euro-americanos, cuan-
poder (Cronon, Miles & Gitlin, 1992: 9-10).
do llegaban a la frontera, elegían de su pasado
aquello que deseaban retener y lo que deseaban La invención de nuevas formas de socia-
olvidar o modificar, se tratase del estilo de las bilidad. Vivir en la frontera significa tener que
casas, de la agricultura o de las formas de con- inventar todo, o casi todo, incluyendo el propio
vivencia y de religión: acto de inventar. Vivir en la frontera significa
convertir el mundo en una cuestión personal,
Contar la historia del Oeste sin tener en cuenta
estos lazos con el Viejo Mundo es olvidar una ver-
asumir una especie de responsabilidad perso-
dad simple pero poderosa: las relaciones son im- nal que crea una transparencia total entre los
portantes. De ellas provienen el gran dilema con actos y sus consecuencias. En la frontera, se
que se enfrentan todas las comunidades de fronte- vive de la sensación de estar participando en la
ra: reproducir los modos de vida del viejo mundo creación de un nuevo mundo. Las reservas de
No disparen sobre el utopista97
experiencia y de memoria, que cada persona o definir la sociedad local [...] Por más abiertos que
grupo social lleva consigo hacia la situación de los sistemas sociales pudiesen parecer, sus habi-
frontera, se transforman profundamente cuan- tantes nunca podían alcanzar un estatuto idénti-
do son aplicadas a un contexto completamente co al de las élites en la metrópolis.
nuevo, aunque la libertad casi incondicional
con que son transformadas la primera vez con- Asimismo, y por la misma razón, la gran dis-
diciona la libertad de futuras transformaciones. tancia en relación al centro contribuyó, a su
Al hacer elecciones sobre el tipo de comunidad vez, a minar la jerarquía:
en que pretenden vivir, los emigrantes están,
Vivir en el margen del imperio significaba, gene-
así, reduciendo el ámbito de libertad de elec- ralmente, vivir donde el poder del Estado central
ción que será posteriormente posible: “el acto era débil, donde la actividad económica estaba
de ejercer la libertad de transformar los viejos poco reglamentada y donde la innovación cultu-
modos de vida estableció los fundamentos para ral encontraba pocos obstáculos. (Cronon, Miles
la creación de nuevos viejos modos de vida que & Gitlin, 1992: 10)
acabarían por limitar la propia libertad que los
creó” (Cronon, Miles & Gitlin, 1992: 10). Pluralidad de poderes y de órdenes jurídi-
Jerarquías débiles. La construcción de las cos. Los pueblos de la frontera reparten su leal-
identidades de frontera es siempre lenta, pre- tad entre diferentes fuentes de poder y aplican
caria y difícil; depende de recursos muy esca- su energía en diferentes formas de lucha con-
sos, dada la gran distancia entre la frontera y el tra los poderes. Promueven así la existencia de
centro, sea el centro del poder, del derecho o múltiples fuentes de autoridad:
del conocimiento. Vuelvo aquí a citar a Cronon,
Miles y Gitlin: Las fronteras norteamericanas eran tradicional-
mente áreas donde la autoridad del Estado era
Las áreas de frontera eran lugares remotos, muy débil, donde el derecho era el resultado de prác-
distantes de los centros de riqueza y de poder. ticas consuetudinarias o de una invención clara.
Esto sugiere una manera importante de definir Las políticas indias eran, generalmente, menos
la comunidad de frontera: periferias cuya de- burocráticas e institucionalizadas que las de los
pendencia de la metrópolis imperialista ayudó a europeos, de modo que los encuentros de los in-
vasores con los nativos eran también encuentros
98 Boaventura de Sousa Santos
con nuevas formas de gobierno político (Cronon, Esas oportunidades facilitan nuevas relacio-
Miles & Gitlin, 1992: 16). nes, nuevas invenciones de sociabilidad que,
debido a su valor paradigmático, se convierten
Fluidez de las relaciones sociales. La fronte- instantáneamente en herencia. De ella se ali-
ra, en cuanto espacio, está mal delimitado, física mentan sucesivas identificaciones que, agrupa-
y mentalmente, y no está cartografiada de modo das por una memoria más o menos traicionera,
adecuado. Por ese motivo, la innovación y la constituyen lo que designamos por identidad.
inestabilidad son, en ella, las dos caras de las re- Una vez más me remito a la opinión de Cronon,
laciones sociales. Está claro que es también un Miles y Gitlin:
espacio provisional y temporal, donde las raíces
se descolocan tan naturalmente como el suelo Lejos de presentar la marca indeleble del impe-
que las sustenta: “en las áreas de frontera, pue- rio, muchas comunidades de frontera fomenta-
blos de culturas diferentes se enfrentaban como ron una verdadera mezcla, o, por lo menos, una
naciones políticamente independientes, pero coexistencia de tradiciones europeas y nativas
solo durante algún tiempo. Siempre que los pue- (y, posteriormente, también africanas y asiáticas)
blos nativos constataban que su libertad de ac- donde ninguno de los dos lados gozaba de una
clara superioridad cultural. Los emigrantes euro-
ción estaba efectivamente limitada por las leyes
peos no fueron, en modo alguno, los únicos res-
de otro Estado, su independencia de frontera ponsables de la mezcla de culturas. Los pueblos
daba lugar a la dependencia política” (Cronon, que iban encontrando a lo largo de sus viajes, y
Miles & Gitlin, 1992: 17). aquellos entre quienes acababan por quedarse,
fueron también responsables de haber alterado
Promiscuidad de extraños e íntimos, de sus propios mundos para acomodar a los nuevos
herencia e invención. Vivir en la frontera sig- vecinos [...] Tal y como los colonialistas recopila-
nifica vivir fuera de la fortaleza, en una dispo- ban informaciones sobre los “nuevos” territorios
nibilidad total para esperar a quien quiera que de la frontera y de sus habitantes, también los in-
sea, incluyendo a Godot. Significa prestar aten- dios percibieron rápidamente las oportunidades
ción a todos los que llegan y a sus diferentes y los peligros que los invasores representaban.
costumbres, y reconocer en la diferencia las [...] Llegó al fin un momento en el que la coer-
ción euro-americana les redujo drásticamente
oportunidades para el enriquecimiento mutuo.
las opciones, pero incluso ahí los pueblos indios
No disparen sobre el utopista99
Tomamos la casa y la lengua como algo garanti- en la ausencia de una demarcación nítida entre
zado. Ellas se convierten naturaleza y sus presu- ser y no ser miembro, y es en la base de esa mis-
puestos subyacentes degeneran en dogma y orto- ma ambigüedad que se esmera por ser una casa
doxia. El exilado sabe que, en un mundo secular y para los que en ella viven: un hogar confortable,
contingente, las casas son siempre provisionales.
aunque tal vez no muy duradero.
Las fronteras y las barreras, que nos cierran en
Al contrario del exilio, en la frontera la “casa
la seguridad del territorio familiar, pueden tam-
bién transformarse en prisiones y son muchas común” no es un lugar donde se haya sido ex-
veces definidas más allá de lo razonable y de lo pulsado o del cual se viva separado. La vida de
necesario. Los exilados atraviesan las fronteras frontera es, más bien, la tarea de un constante
y derrumban las barreras del pensamiento y de la hacer y deshacer. Por ello, la vida en la fron-
experiencia (Said, 1990: 365). tera obedece al precepto de Adorno, más lo
complementa con otro, que debe ser seguido
La vida en la frontera comparte con la vida de modo igualmente fiel: la otra parte de la mo-
en el exilio algunas características importantes: ralidad consiste en que una persona se sienta
tiende a ser una vida inestable y peligrosa, en la en casa en aquello que no es su propia casa.
cual nada o casi nada es cierto o está garantiza- La privación abisal de comunidad en la transi-
do; existe fuera de los esquemas convenciona- ción paradigmática es la fuerza impulsora que
les dominantes de la sociabilidad, volviéndose, empuja a la subjetividad de frontera a vivir del
por ello, particularmente vulnerable; se repro- deseo de comunidad y a aprovechar ávidamen-
duce siempre de forma provisional, atravesan- te cada fragmento de comunidad que consiga.
do fronteras y sobrepasando límites. En todo La subjetividad de frontera es conducida más
caso, la frontera no es, de forma alguna, exilio. por el ansia del falansterio de Fourier que por
En lo que respecta a la frontera, la presencia el ansia de exilio de Adorno.
del centro no es tan fuerte que permita distin- Para una caracterización adicional de la sub-
guir clara e indiscutiblemente entre “nosotros” jetividad de frontera, debemos distinguir, con
y “ellos”, como es típico de las situaciones de mayor precisión, entre centro y periferia, cen-
exilio. Por el contrario, la frontera es promis- tro y margen. La precisión aquí es importante
cua y abarcadora, y tiende a incluir los extraños porque la transición paradigmática podría ser
como miembros. De hecho, la frontera prospera entendida como una competición entre dos
102 Boaventura de Sousa Santos
Comprendíamos ambos. Este modo de mirar nos y oculta a través de estrategias hegemónicas.
recordaba la existencia de todo un universo, un Sin duda que el margen es, muchas veces, un
cuerpo principal hecho de márgenes y de centro. producto de marginalización operada por el
Nuestra supervivencia dependía de una constante centro, más, paradójicamente, al debilitar lo
conciencia pública de la separación entre el mar-
que lo rodea, el centro se hace, él mismo, más
gen y el centro y de un constante reconocimiento
débil. Al igual que hooks, tampoco mi intención
privado de ser una parte necesaria y vital de ese
todo. es romantizar el margen. Se trata tan solo de
Esta noción de totalidad, impresa en nuestras con- identificar en ella la voluntad de maximizar las
ciencias por la estructura de nuestras vidas dia- oportunidades de libertad y autonomía que se
rias, nos proporcionó una cosmovisión de oposi- obtienen a través de una observación telescópi-
ción, un modo de ver desconocido para la mayoría ca del centro y de su consecuente trivialización
de nuestros opresores, un modo que nos sustentó, y descanonización. La subjetividad de frontera
que nos ayudó en nuestra lucha por superar la po- florece en la base de esa voluntad.
breza y la desesperación, que reforzó el sentido El relativo acentrismo de la vida de frontera
de nuestra identidad y nuestra solidaridad (bell resulta de una constante definición y redefini-
hooks, 1990: 341).20
ción de los límites: experimentar los límites sin
sufrirlos. Aunque los límites puedan ser expe-
Al desplazar el centro, la subjetividad de rimentados de muchas formas diferentes, dos
frontera se coloca en mejor posición para com- de ellas me parecen particularmente relevantes
prender la opresión que el centro reproduce para la constitución de la subjetividad de fronte-
ra: el cabotaje y la hibridación. El cabotaje fue la
forma de navegación dominante desde tiempos
20 En un sentido semejante, Gilroy (1993) sacó de Du
inmemoriales hasta la expansión europea del
Bois el concepto de “doble conciencia” para expresar la
especificidad de la moderna experiencia cultural negra, siglo XV y, aún hoy, es la forma usual de nave-
la experiencia de “estar simultáneamente dentro y fuera gación de muchas poblaciones costeras en todo
de Occidente”, lo que conduce a las “inevitables plura- el mundo. Implica navegar fuera de los límites,
lidades envueltas en los movimientos negros de África estar más en contacto íntimo con ellos, e ir rea-
y del exilio”, y donde las reivindicaciones de identidad
lizando otras actividades a lo largo del trayecto,
nacional son ponderadas en comparación con otras va-
riedades contrastantes de subjetividad (1993: 30). como la pesca o el comercio. Cuanto más lejos
104 Boaventura de Sousa Santos
estuvieren y más pequeños, a causa de la distan- es decir, tal y como la subjetividad de frontera
cia, fueren los límites, mayores serán las opor- vive de los límites, los límites viven de la sub-
tunidades de autonomía. Pero un paso más que jetividad de frontera. De hecho, los límites solo
haga perder totalmente de vista dichos límites, existen en la medida en que la subjetividad de
puede transformar una autonomía estimulante frontera se deja guiar por ellos.
en un caos destructivo. La navegación de fronte- En la transición paradigmática, los paradig-
ra cabotea entre dos límites: uno a cada lado del mas en competición pierden la fijación sólida
barco. La trayectoria raramente es guiada por para hacerse líquidos y navegables. Más que
ambos al mismo tiempo: si, en un momento de- nunca, se convierten en el producto de las ac-
terminado, uno de los límites está más próximo ciones individuales y colectivas que dependen
y sirve de orientación, en el momento siguiente de ellos. Es este el gran privilegio de los límites
es el límite opuesto el que queda más cerca y el y los márgenes en la transición paradigmática.
que pasa a ser principio orientador. Los centros quedan enteramente dependientes
En la transición paradigmática, la subjetivi- de lo que sucede en los límites exteriores de
dad de frontera navega por cabotaje, guiándose su jurisdicción y, en verdad, se convierten ellos
bien por el paradigma dominante, bien por el mismos considerablemente acéntricos. Ese
paradigma emergente. Y si es verdad que su ob- acentrismo favorece la desjerarquización y la
jetivo último es aproximarse tanto cuanto fue- horizontalización de las prácticas de conoci-
se posible al paradigma emergente, ella sabe miento típicas de la transición paradigmática.
que solo zigzagueando podrá llegar allá y que, En períodos de transición paradigmática,
más de una vez, será el paradigma dominante son muchos los ejemplos de subjetividades de
el que continúe guiándola. Caboteando así a lo frontera que navegan a la vista. Fue lo que acon-
largo de la transición paradigmática, la subjeti- teció con Copérnico y Galileo, y también con
vidad de frontera sabe que navega en un vacío Montaigne y Paracelso. Unas breves palabras
cuyo significado es rellenado, pedazo a pedazo, sobre Paracelso, un médico y mago del siglo
por los límites que ella va vislumbrando, bien XVI a quien aún no me he referido. Su verdade-
sean próximos, bien lejanos. Avistados de ese ro nombre: Philippus Aureolus Theophrastus
modo por la subjetividad de frontera, los lími- Bombastus von Hoehenheim. Paracelso nació
tes son transformados de manera significativa, en Einsiedeln en 1493, y murió en Salzburgo
No disparen sobre el utopista105
el 21 de septiembre de 1541. Lo que me parece allá de ellos sin tener que superarlos. Consiste
notable en Paracelso es el hecho de haber re- en atraer los límites hacia un campo argumen-
conocido no una, sino dos fuentes de autoridad tativo que ninguno de ellos, por separado, pue-
—la Ecclesia y la Mater Natura—, y haber po- da definir exhaustivamente. Esta incompletud
dido cabotear con toda seguridad, ahora guiado hace los límites vulnerables a la idea de sus
por una y, luego, por otra. Como no conseguía propios límites, y abiertos a la posibilidad de
encontrar designaciones adecuadas para sus interpenetración y combinación con otros lími-
tremendos descubrimientos, Paracelso fue un tes. En el campo de la hibridación, cuantos más
prolífico creador de neologismos. Sin embargo, límites, menos límites.
para él no había conflicto entre, por un lado, la En la hibridación, contrariamente al cabo-
alquimia y la magia, y por otro, la experiencia de taje, el camino de la subjetividad de frontera
la naturaleza. Jung, también un hábil navegador se orienta a desorientar los límites, obligándo-
costero, observó una vez que Paracelso no tenía los a confrontarse recíprocamente fuera de su
escrúpulos en considerar que el conocimiento terreno propio y, por tanto, los hace vulnera-
de las enfermedades era pagano por tener su bles y fácilmente desfigurables. En la hibrida-
origen en la naturaleza y no en la revelación. El ción, los límites son transformados en retazos
cabotaje queda paradigmáticamente expresado arrancados de una manta en que ellos ya no se
en una confesión del propio Paracelso: “confie- reconocen. Entre muchos ejemplos de hibri-
so que escribo como un pagano y, sin embargo, dación, escojo uno cuyo protagonista es una
soy cristiano” (Jung, 1983: 113).21 notable subjetividad de frontera, el arquitecto
Otra forma de experimentar los límites en la americano Robert Venturi. Me refiero al “bill-
transición paradigmática es la hibridación. Se dingboard”, el famoso proyecto de Venturi —
trata de una actuación sobre los propios lími- que nunca llegó a ser construido— destinado al
tes, sean los límites del paradigma dominante, National Football Hall of Fame, parte edificio
sean los límites del paradigma emergente, des- (building) y parte “placard” (billboard), para
estabilizándolos hasta el punto de poder ir más fijar carteles (Merkel, 1987: 27).22
21 Ver el estudio de Jung (1983: 109) sobre Paracelso 22 Volveré al concepto de hibridación en la sección
como fenómeno espiritual. siguiente, al hablar del mestizaje.
106 Boaventura de Sousa Santos
Sea cual sea la forma que pueda asumir, la de artefactualidad más fuertes que podemos
experiencia de los límites es una experiencia imaginar.
existencial intensa. En la frontera, esa expe-
riencia, sea individual o colectiva, es vivida de El Barroco
un modo comunitario. Ni siquiera las grandes La subjetividad de la transición paradig-
individualidades, como Paracelso o Venturi, mática es también una subjetividad barroca.
experimentan los límites a no ser en relación Debido a los varios contextos semánticos en
con una comunidad particular, real o imagi- que el término barroco es usado en el discurso
naria (enfermos, censores, clientes, público) contemporáneo, debo precisar el sentido que
y en el contexto de ella. Lo que caracteriza la aquí le atribuyo. No uso el término “barroco”
subjetividad de frontera es conseguir combinar para designar un estilo posclásico en arte y en
la participación comunitaria con la autoría, so- arquitectura,23 ni para identificar una época
brepasando así la distinción entre sujeto y ob- histórica —el siglo XVII europeo—,24 ni tam-
jeto. Semejante combinación es intrínsecamen- poco para designar el ethos cultural que algu-
te problemática, dado que vive de los éxitos nos países latinoamericanos (México y Brasil)
difíciles con que las identificaciones dinámicas desarrollaron desde el siglo XVII en adelante.25
resisten la cristalización en identidades estáti- Del mismo modo que con el concepto de fron-
cas. La cristalización, en este caso, implica el tera, utilizo el barroco como metáfora cultural
regreso de la distinción entre sujeto y objeto, para designar una forma de subjetividad y de
emergiendo subrepticia y perversamente de la
distinción entre sujeto individual y colectivo.
En la frontera, esta combinación de comunidad 23 Ver, entre muchos otros, Wölfflin (1979); Manrique
y autoría, aunque sin duda problemática, es, a (1981); Tapié (1988). Para una panorámica más vasta
de la estética barroca, ver Buci-Glucksmann (1984);
pesar de todo, posible, porque el otro elemento
Hatherly et al. (1990); Roy & Tamen (1990).
del principio estético-expresivo —la artefac-
24 Maravall (1990); Roy & Tamen (1990); Sarduy
tualidad— también está presente. Construir
(1989); Mendes (1989).
un mundo nuevo, inventar nuevas formas de
25 Echeverría et al. (1991-1993); Pastor et al. (1993);
sociabilidad, atravesar tierras-de-nadie entre
Barrios (1993); Coutinho (1968; 1990); Ribeiro (1990);
límites variables —tales son las experiencias Kurnitzky & Echeverría (1993).
No disparen sobre el utopista107
sociabilidad, el tipo de subjetividad y sociabili- que nos desplazamos de las periferias internas
dad capaz de explorar y querer explorar las po- del poder europeo hacia sus periferias exter-
tencialidades emancipadoras de la transición nas en América Latina.
paradigmática. Con todo, para describir este Tanto Brasil como el resto de países lati-
tipo de subjetividad y de sociabilidad, recurro noamericanos fueron colonizados por centros
selectivamente a los tres sentidos del concepto débiles, respectivamente Portugal y España.
de barroco ya mencionados. Sea como estilo Portugal fue un centro hegemónico durante un
artístico, época histórica o ethos cultural, el breve período, entre los siglos XV y XVI, y Es-
barroco es esencialmente un fenómeno latino paña comenzó a declinar un siglo más tarde. A
y mediterráneo, una forma excéntrica de mo- partir del siglo XVII, las colonias quedaron más
dernidad, el Sur del Norte, por decirlo de algún o menos entregadas a sí mismas, una margina-
modo.26 Su excentricidad surge, en gran parte, lización que posibilitó una creatividad cultural
por haberse dado en países y en momentos his- y social específica, diversificadamente elabo-
tóricos en los que el centro del poder estaba rada en múltiples combinaciones, unas veces
debilitado e intentaba esconder su debilidad altamente codificadas, otras caóticas, eruditas,
dramatizando la sociabilidad conformista. populares, oficiales o ilegales. Tal mestizaje
La relativa ausencia de poder central confie- está tan profundamente enraizado en las prác-
re al barroco un carácter abierto e inacabado ticas sociales de esos países que acabó por ser
que permite la autonomía y la creatividad de considerado la base de un ethos cultural típi-
los márgenes y de las periferias. Debido a su camente latinoamericano y que ha prevalecido
excentricidad y exageración, el mismo centro desde el siglo XVII hasta hoy. Me intereso por
se reproduce como si fuese margen. Se trata de esta forma de barroco porque, al ser una mani-
una imaginación centrífuga que confiere cen- festación de un ejemplo extremo de debilidad
tralidad a los márgenes y se fortalece a medida del centro, constituye un campo privilegiado
para el desarrollo de una imaginación centrífu-
ga, subversiva y blasfema. Por formarse en los
26 Curiosamente, según Tapié (1988: 1-19), la palabra ba- márgenes más extremos, el barroco armoniza
rroco tiene origen en el término portugués utilizado para
sorprendentemente bien con la frontera. Si el
designar una perla imperfecta, por ejemplo, en los Coló-
quios dos Simples e Drogas da Índia de Garcia da Orta. barroco europeo es el Sur del Norte, es en el
108 Boaventura de Sousa Santos
Sur de ese Sur donde el barroco latinoamerica- Es, de hecho, una época de crisis, mas es tam-
no se despliega. bién una época de transición hacia nuevos
Como época en la historia de Europa, el ba- modos de sociabilidad, posibilitados por el
rroco es un período de crisis y de transición. capitalismo emergente y por el nuevo paradig-
Me refiero a la crisis económica, social y polí- ma científico, así como hacia nuevos modos
tica que es particularmente evidente en el caso de dominación política, basados no solo en la
de las potencias que promovieron la primera coerción, sino también en la integración cultu-
fase de la expansión europea. En el caso de ral e ideológica.
Portugal, la crisis llegó incluso a implicar la La cultura barroca es, en gran medida, uno
pérdida de la independencia, cuando, por ra- de esos instrumentos de consolidación y legi-
zones de sucesión dinástica, Portugal fue ane- timación del poder. Lo que, a pesar de eso, me
xado a España en 1580, para solo reconquistar parece inspirador en la cultura barroca es su
la independencia en 1640. La monarquía espa- lado de subversión y de excentricidad, la debi-
ñola, sobre todo bajo el reinado de Felipe IV lidad de los centros de poder que en ella bus-
(1621-1665), atravesó una grave crisis financie- can legitimación, el espacio de creatividad y de
ra que, en realidad, era también una crisis po- imaginación que abre, la sociabilidad turbulen-
lítica y cultural. Como dice Maravall, comien- ta que promueve en un período que, por ser de
za con una cierta consciencia de inquietud y transición, tiene alguna semejanza con nuestro
desasosiego, que “empeora a medida que el tiempo. La configuración de la subjetividad ba-
tejido social va quedando gravemente afec- rroca que aquí presento es un “collage” de diver-
tado” (1990: 57).27 Por ejemplo, los valores y sos materiales históricos y culturales, algunos
los comportamientos comienzan a discutirse, de los cuales no se pueden considerar técnica-
la estructura de clases se altera, el bandidis- mente pertenecientes al período barroco, sino
mo aumenta, como aumentan, en general, los a períodos que tienen solo algunas afinidades
comportamientos desviados y las revueltas y con él, como el Romanticismo. Propongo los
motines pasan a ser amenazas permanentes. topos del barroco como un metatopos para la
construcción de un nuevo sentido común esté-
tico, el sentido común reencantado que descri-
27 Ver, también, el notable ensayo de Fidelino Figuei-
redo sobre las dos Españas (1932). bo en mi texto “De la ciencia moderna al nuevo
No disparen sobre el utopista109
sentido común” (Santos, 2000) como parte in- permanencia y reposo en todo, el barroco tuvo,
tegrante de la tópica para la emancipación. desde sus inicios, un claro sentido de direc-
La subjetividad del barroco convive con- ción” (Wölfflin, 1979: 58). En lo que respecta a
fortablemente con la suspensión temporal del la subjetividad barroca, el sentido de dirección
orden y de los cánones. En tanto que subjetivi- se despliega desde dentro hacia fuera y parte
dad de transición, depende, al mismo tiempo, de lo que está más próximo hacia lo más lejano,
del agotamiento de los cánones y del deseo de sea lo trascendente, lo eterno o el infierno.
ellos. Su espacialidad privilegiada es la local, Por esa misma razón, la subjetividad barroca
su temporalidad privilegiada, lo inmediato. Su es contemporánea de todos los elementos que
experiencia de vida implica, con todo, alguna la integran y, por tanto, desdeña el evolucionis-
incomodidad, ya que carece de las certezas evi- mo modernista. Lejos de caer en el inmovilis-
dentes de las leyes universales —tal y como el mo, la temporalidad horizontal de la subjetivi-
estilo barroco carecía del universalismo clási- dad barroca es su modo propio de sobrepasar,
co del Renacimiento—. Al ser incapaz de pla- de viajar de un momento hacia el momento
nificar su propia repetición ad infinitum, la siguiente: cada momento es eterno mientras
subjetividad barroca invierte en lo local, en lo dura, como diría el poeta Vinícius de Morais.
particular, en lo momentáneo, en lo efímero y No siendo el gusto por lo provisional nada más
en lo transitorio. Mas lo local no es vivido de que el gusto por una sucesión de eternidades,
una forma localista, o sea, no es experimen- estas nunca duran tanto como para no poder
tado como ortotropía. Lo local aspira mejor a ser vividas intensamente. Así, podemos decir
inventar un “otro lugar”, una heterotopía, si no que la temporalidad barroca es la temporalidad
una misma utopía. Fruto de una profunda sen- de la interrupción. Siendo ella misma el resul-
sación de vacío y de desorientación, provocada tado de una interrupción inter-paradigmática,
por el agotamiento de los cánones dominantes, la temporalidad barroca se interrumpe a sí mis-
el confort que lo local ofrece no es el confort ma frecuentemente.
del descanso, sino un sentido de dirección. Una La interrupción es importante en dos ins-
vez más encontramos aquí un contraste con el tancias: permite la reflexividad y la sorpresa.
Renacimiento; como Wölfflin nos enseñó: “Al La reflexividad es la auto-reflexividad exigida
contrario del Renacimiento, que procuraba por la falta de mapas (sin mapas que nos guíen,
110 Boaventura de Sousa Santos
hemos de caminar con redoblado cuidado). Sin un estado perfecto, sino sugerir un proceso
auto-reflexividad, en un vacío de cánones, es el inacabado y un momento en dirección a su fi-
mismo vacío el que se torna canónico. El pa- nalización” (1979: 67). Al sentirse confortable-
radigma emergente produce vértigo, cada paso mente en casa en la transición paradigmática,
debe ser dado con prudencia. La sorpresa, a la subjetividad barroca saca el máximo partido
su vez, es realmente suspense: procede de la de la suspensión del orden. Sin embargo, sus-
suspensión que la interrupción produce. Sus- pensión del orden no significa mera suspensión
pendiéndose momentáneamente a sí misma, la de los cánones: implica también la suspensión
subjetividad barroca intensifica la voluntad y de las formas. La subjetividad barroca tiene
despierta la pasión. Según Maravall, “la técni- una relación muy especial con las formas. La
ca barroca [consiste] en suspender la solución geometría de la subjetividad barroca no es eu-
para impulsarla, después de ese provisional y clidiana: es fractal. La suspensión de las formas
transitorio momento de parada, a ir más lejos y resulta de sus usos extremos: la extremosidad
mejor con el auxilio de esas fuerzas contenidas de la que habla Maravall (1990: 412).
y concentradas” (1990: 445). La subjetividad barroca rechaza la distin-
La interrupción provoca admiración y nove- ción entre apariencia y realidad, sobre la cual
dad, e impide el cierre y la finalización. De ahí se asienta la ciencia moderna, principalmente
el carácter inacabado y abierto de la subjetivi- porque esa distinción esconde una jerarquiza-
dad y de la sociabilidad barrocas, y de ahí tam- ción. Teniendo en cuenta que, en el paradigma
bién su disponibilidad para luchar por una nue- dominante, la apariencia es lo opuesto de la
va finalización: el paradigma emergente que, en realidad, la forma epistemológica dominante
todo caso, solo como aspiración puede imagi- capaz de reconocer la realidad tiene también
narse. El paradigma emergente es un proceso poder para declarar como apariencia todo lo
hecho de continuidades y discontinuidades. La que no consigue o no quiere conocer. Contra
capacidad de admiración, de sorpresa y de no- este autoritarismo, que tiende a rotular como
vedad es la energía que promueve la lucha por apariencia todas las prácticas que no sean fa-
una aspiración tanto más convincente cuanto miliares, la subjetividad barroca privilegia la
nunca completamente realizada. El objetivo del apariencia en tanto que medida transitoria y
estilo barroco, dice Wölfflin, “no es representar compensatoria. En este aspecto, sigue de cerca
No disparen sobre el utopista111
veremos, la subjetividad barroca es también Bernini: “que nadie me hable de lo que es pe-
una subjetividad del Sur, la observación de queño” (Tapié, 1988: 11-188).
Schiller es aquí particularmente importante El extremismo puede ser ejercido de mu-
para comprender cuán hondo debemos ir y en chas maneras diferentes para hacer sobresalir
qué dirección deberá ser llevada la excavación la simplicidad, así como la exuberancia y la
estética. extravagancia, tal y como observó Maravall
En lo que concierne a la subjetividad barro- (1990: 426). El extremismo barroco es el dis-
ca, las formas son, por excelencia, el ejercicio positivo que permite crear rupturas a partir
de la libertad. La gran importancia del ejerci- de aparentes continuidades y mantener el de-
cio de la libertad justifica que las formas sean venir de las formas en estado de permanente
tratadas con una seriedad extrema, aunque el bifurcación prigoginiana. Uno de los ejem-
extremismo pueda redundar en la destrucción plos más elocuentes de este extremismo es
de las propias formas. Según Wölfflin, la razón el “Éxtasis Místico de Santa Teresa”. En esta
por la cual Miguel Ángel es considerado, muy escultura de Bernini, la expresión de Teresa
justamente, uno de los padres del barroco, es de Ávila está dramatizada de tal modo que la
“porque trató las formas con tanta violencia representación de una Santa en trance místico
y terrible seriedad que solo podría encontrar se transmuta en la representación de una mu-
expresión en la ausencia de forma” (1979: 82). jer gozando un profundo orgasmo. La repre-
A eso, los contemporáneos de Miguel Ángel lo sentación de lo sagrado se desliza subrepticia-
llamaron terribilitá. Este extremismo, basado mente hacia la representación de lo sacrílego.
en la voluntad de grandeza y en la intención de Esta mutación imprevista e imprevisible, al
maravillar, está bien expresado por el dicho de mismo tiempo que retira el descanso a las for-
mas, hace impensable la forma del descanso.
Solo el extremismo de las formas permite que
(Schiller como pequeño burgués, como revolucionario la subjetividad barroca mantenga la turbulen-
idealista) son sintomáticas del carácter subparadigmá- cia y la excitación necesarias para continuar
tico de la crítica marxista de la modernidad capitalis- la lucha por las causas emancipadoras, en un
ta. Ver una compilación de dicho análisis en Dahlke
mundo donde la emancipación ha sido subyu-
(1959). Para una perspectiva crítica, ver Witte (1955).
Ver también Lukács (1947). gada o absorbida por la regulación. Hablar de
No disparen sobre el utopista113
la dieta por el otro. Ya que corremos el riesgo de a ella, en el instinto, que no actuó a favor de ella
un engaño, más vale arriesgarnos por los caminos (1983: 49).
del placer. El mundo hace lo contrario y solo ha-
lla útil lo que es penoso: la facilidad levanta sos- Y el gran poeta alemán concluye más
pechas (1958: 370). adelante:
El ejercicio del gusto y del placer es esencial No basta, pues, que todo esclarecimiento de la ra-
para la subjetividad barroca, pues en él reside zón solo merezca respeto en la medida en que se
la pasión por la utopía. Lo increíble de las al- refleja en el carácter; en cierto modo, él brota tam-
ternativas es el reverso de la indolencia de la bién del carácter, porque el camino hacia la cabe-
voluntad. A este respecto, Schiller y Fourier za tiene que ser abierto a través del corazón. La
nos proporcionan instrumentos retóricos ines- exigencia más apremiante de nuestra época es la
formación de la capacidad de sentir, no solo por-
timables. Al final del siglo XVIII, el recelo de
que se transforme en un medio para un mejor co-
Schiller era que el ídolo de la utilidad acabase
nocimiento de la vida, sino también porque tienda
por matar la voluntad de realización, tanto a a una mejoría de ese conocimiento. (1983: 53)
nivel personal como colectivo. Leamos lo que
escribió en la Carta Octava: El “impulso” del que habla Schiller es lleva-
do al extremo por Fourier, cuando identifica
La razón realiza lo que le cabe realizar cuando
la atracción apasionada (l’attraction passion-
encuentra y formula la ley; ejecutarla es obra
de la voluntad valiente y del sentimiento vivo.
née) como el principio fundador del “nouveau
Si la verdad ha de alcanzar la victoria en la lu- monde amoureux” (Fourier, 1967: 79-114). Los
cha con fuerzas antagónicas, tendrá ella misma fantásticos y complicados “cálculos geométri-
que transformarse primero en fuerza e instituir cos” de Fourier al servicio de la utopía son un
un instinto como su representante el mundo de ejemplo brillante de la desproporción del ba-
los fenómenos; puesto que los instintos son las rroco. En la subjetividad barroca, la “atracción
únicas fuerzas motoras en el mundo sensible. Si apasionada” adquiere un sentido nuevo, el de
ella ha probado tan poco hasta ahora su fuerza una solidaridad que se entiende mejor a la luz
victoriosa, eso no está en la razón que no fue ca- del tercer aspecto de este tipo de subjetividad:
paz de revelarla, sino en el corazón, que se cerró el Sur.
120 Boaventura de Sousa Santos
no teniendo otra memoria de sí mismo que no universalidad que les es atribuida. De ahí que
sea imperial, el Norte es experimentado simul- la declaración de exclusión pueda ser hecha
táneamente como único y universal. simultáneamente con la máxima honestidad
Ilustro esta dificultad con el ejemplo de (“tengo conciencia del hecho de que esta es
Jürgen Habermas. Su teoría de la acción co- una visión limitada y eurocéntrica”) y con la
municativa como nuevo modelo universal de máxima ceguera en cuanto a su insustentabi-
racionalidad discursiva es bien conocida. Ha- lidad (o tal vez la ceguera no sea al final extre-
bermas entiende que esa teoría constituye un ma, si consideramos la salida estratégica que
telos de desarrollo para toda la humanidad, en es adoptada: “preferiría no tener que respon-
base al cual es posible rechazar el relativismo der”). Por tanto, vemos que el universalismo
y el eclecticismo. Sin embargo, interrogado so- de Habermas acaba siendo un universalismo
bre si su teoría, en particular su teoría crítica imperial, controlando plenamente la decisión
del capitalismo avanzado, podría tener alguna sobre sus propias limitaciones, imponiéndose
utilidad para las fuerzas socialistas del Tercer de forma ilimitada tanto lo que incluye como
Mundo y si, por otro lado, esas fuerzas podrían lo que excluye.
ser útiles a las luchas por el socialismo demo- En los países centrales, la desfamiliarización
crático en los países desarrollados, Habermas en relación al Norte imperial implica todo un
respondió: “estoy tentado, en ambos casos, a proceso de desaprendizaje de las ciencias so-
responder que no. Soy consciente del hecho ciales que constituyen el Sur como “lo otro”
de que esta es una visión limitada y eurocén- (principalmente la antropología y el orienta-
trica. Preferiría no tener que responder” (1985: lismo), así como las restantes ciencias socia-
104). Lo que esta respuesta significa es que la les que constituyen el Norte como “nosotros”.
racionalidad comunicativa de Habermas, a pe- Dada la naturaleza originaria de esta distinción
sar de su pretendida universalidad, comienza imperial realizada por las ciencias sociales mo-
a continuación excluyendo de la participación dernas entre “nosotros” y “ellos”, no es posible
en el discurso a cerca de cuatro quintos de la destruirla en sus propios términos, o en térmi-
población mundial. Ahora bien, esa exclusión nos de su crítica, sin correr el riesgo de repro-
es declarada en nombre de criterios de inclu- ducirla bajo otras formas. Como no hay memo-
sión/exclusión cuya legitimidad reside en la ria de una tradición no imperial representable
122 Boaventura de Sousa Santos
habrá ciertos tópicos que ellas tendrán gran reluc- la participación popular en áreas importantes
tancia en investigar. Habrá tabús sorprendentes de decisión, las capacidades cognitivas de los
en lo que ellas estudian. En particular, una de las ciudadanos comunes podrían, sin duda, ser
cosas que es muy improbable que estudien es la utilizadas de forma relevante. Regresando a su
forma como el poder es efectivamente ejercido en
metaejemplo —la guerra de Vietnam—, Chom-
su propia sociedad, o la propia relación que ellos
sky escribe:
tienen con ese poder. Son tópicos que no serán
entendidos y que no serán estudiados (1987: 30).
Cuando hablo, por ejemplo, de sentido común
cartesiano, lo que quiero decir es que no son pre-
La conclusión es que las ciencias sociales cisos conocimientos muy complejos o especiali-
modernas son de muy poca utilidad para la zados para percibir que los Estados Unidos esta-
construcción del conocimiento-emancipación. ban invadiendo Vietnam. Y, de hecho, desmontar
Chomsky propone, por tanto, la creación de el sistema de ilusiones y de logros que funciona
un nuevo sentido común al que llama “senti- para evitar que se comprenda la realidad contem-
do común cartesiano”. La idea de Chomsky es poránea no es una tarea que exija una capacidad o
que las personas comunes tienen una enorme un entendimiento extraordinario. Exige el tipo de
cantidad de conocimientos en muchas áreas escepticismo normal y de disponibilidad para apli-
diferentes. Su ejemplo particular son las con- car las capacidades analíticas que casi todas las
versaciones y las discusiones sobre deporte en personas tienen y que pueden ejercer (1987: 35).
nuestra sociedad. Después de observar que las
En la perspectiva de la subjetividad del Sur,
personas comunes aplican su inteligencia y sus
la propuesta de desteorización avanzada por
capacidades analíticas a acumular un conside-
Chomsky es una contribución importante para
rable conjunto de conocimientos en esta área
la creación de una tópica de emancipación,
específica, Chomsky prosigue el argumento
aunque presenta algunas limitaciones. En pri-
afirmando que esa destreza intelectual y esa
mer lugar, al admitir la separación total entre
capacidad de comprensión podían ser usadas
su actividad académica y su actividad política,
en áreas realmente importantes para la vida
Chomsky acepta acríticamente una de las dico-
humana en sociedad. Subraya incluso que, bajo
tomías básicas del paradigma de la ciencia mo-
otros sistemas de gobierno que promoviesen
derna: la dicotomía entre ciencia y política. La
No disparen sobre el utopista125
crítica radical de Chomsky a las ciencias socia- del anarquismo, Chomsky presta poca atención
les modernas no reconoce el hecho de que ellas a las tradiciones excéntricas y periféricas supri-
participan en un paradigma epistemológico más midas por la modernidad occidental, y ninguna
vasto que incluye toda la ciencia moderna y, por atención al conocimiento producido en el Sur a
consiguiente, también la lingüística. Así, no con- partir de una perspectiva no imperial. En otras
sigue ver que la dicotomía entre ciencia y políti- palabras, con Chomsky no observamos cómo
ca no es una cuestión académica, sino política aprender a partir del Sur y con el Sur.
y, por ello, constitutiva de la política del Norte Para aprender a partir del Sur, debemos des-
imperial.40 Aún más, Chomsky no parece tener de el principio dejar hablar al Sur, pues lo que
plena consciencia de la necesidad de una doble mejor identifica el Sur es el hecho de haber sido
ruptura epistemológica, o sea, la necesidad de silenciado. Como el epistemicidio perpetrado
explorar hasta el fin las contradicciones inter- por el Norte ha sido acompañado casi siempre
nas de la ciencia moderna, teniendo en mente por el lingüicidio, el Sur fue doblemente exclui-
la construcción de un nuevo sentido común do del discurso: porque se suponía que no tenía
emancipador. Si no lo hacemos, corremos el nada que decir y nada (ninguna lengua) con
riesgo del pirronismo, esto es, someter el cono- que decirlo.41 Frente las asimetrías del sistema
cimiento-regulación a una crítica tan radical que mundial, la construcción de la subjetividad del
acabamos por anular la voluntad de construir Sur, como ya dije, debe desarrollarse por pro-
el conocimiento-emancipación. Con excepción cesos parcialmente distintos en el centro y en
la periferia del sistema mundial.
Me detuve más arriba en las dificultades que
40 La aceptación acrítica, por parte de Chomsky, de ese proceso de construcción encuentra en el
la distinción moderna entre ciencia y política explica
alguna de las eventuales contradicciones entre su ac-
tivismo político antiimperialista y su política científica
y profesional. Una posición progresista, en el primer 41 Sobre el epistemicidio, ver Nencel & Pels (1991), y
caso, puede, así, coexistir con una posición conserva- sobre el lingüicidio, ver Phillipson (1993) y Skutnabb-
dora en el segundo. Sobre la política de la lingüística Kangas (1993). Sobre lenguas en vías de extinción, ver
y, en particular, sobre la política de la concepción de Language Nº 68 y, especialmente, Krauss (1992) y Craig
Chomsky de “lingüística autónoma”, ver Newmeyer (1992). Ver también el debate entre Ladefoged (1992) y
(1986). Dorian (1993).
126 Boaventura de Sousa Santos
Para resolver esta dificultad, hay que tener simboliza el rechazo más radical del Norte im-
en cuenta otra diferencia entre la constitución perial en el siglo XX. Cuando, en 1909, le pre-
de la subjetividad del Sur en el centro y en la guntaron qué diría a los británicos a propósito
periferia del sistema mundial. En la periferia es de la dominación colonial de la India, Gan-
posible reimaginar una tradición pre-imperial dhi respondió que, entre otras cosas, diría lo
de resistencia a la dominación imperial, tra- siguiente:
dición en base a la cual se podría reconstruir
un Sur no imperial o anti-imperial. Esa recons- Tomamos la civilización que apoyáis como lo
trucción puede no ser forzosamente progresis- opuesto a la civilización. Consideramos que
ta, pero tampoco tiene que ser reaccionaria.
Para ser progresista, tiene que asumir que la
plena afirmación de no-imperialismo o de anti- inspirado por una concepción del Sur no imperial que
imperialismo implica la propia eliminación del intenta desarrollar una política emancipadora fuera
de los moldes occidentales. Entre muchos ejemplos,
concepto de Sur. Aprender plenamente a partir véase Wamba dia Wamba, que apela a una nueva polí-
del Sur supone, pues, eliminar el Sur por com- tica emancipadora en África, informada por un nuevo
pleto. En la medida en que fuera posible al Sur paradigma filosófico capaz de refutar y de desalojar la
pensarse en otros términos que no sean los del “epistemología social de la dominación” (1991a; 1991b).
Sur, también será posible al Norte pensarse en Sobre el debate al que dio origen, ver, por ejemplo, Ra-
mose (1992). Con respecto a Asia, partiendo de la idea
otros términos que no sean los del Norte. de que un aspecto significativo de las estructuras pos-
Uno de los más ilustres maestros de este coloniales de conocimientos en el tercer mundo es una
proceso de aprendizaje con el Sur fue Gandhi, forma peculiar de “imperialismo de categorías”, Nandy
eminente dirigente del nacionalismo indio y comienza estableciendo una base para la tole rancia
étnica y religiosa que sea independiente del lenguaje
profeta visionario de la no violencia.44 Gandhi
hegemónico del secularismo popularizado por los in-
telectuales occidentalizados y por las clases medias
expuestas al lenguaje globalmente dominante del Es-
44 En lo que sigue me concentraré en Gandhi, sin tado-nación en el Sur de Asia (1988: 177). Ver, también,
olvidar, por ello, que, a medida que la crisis de la mo- Nandy (1987a). Por último, Gilroy (1993) defiende vigo-
dernidad se profundiza y que su carácter imperialista rosamente una “cultura negra atlántica” como contra
se hace más evidente, en el Sur ha ido emergiendo re- cultura de la modernidad, incitándonos a aprender con
cientemente un nuevo fermento intelectual y político, el Sur dentro del Norte imperial.
128 Boaventura de Sousa Santos
nuestra civilización es muy superior a la vuestra hombres, mitad animales, y en nuestra ignoran-
[...] Consideramos que vuestras escuelas y vues- cia y hasta arrogancia decimos que cumplimos
tros tribunales son inútiles. Queremos recuperar plenamente los designios de nuestra especie
nuestras antiguas escuelas y nuestros tribunales. siempre que a un ataque respondemos con otro
La lengua común de la India no es el inglés sino el
ataque y que, para tal, desarrollamos el grado
hindi. Por eso, deberíais aprenderlo. Podemos co-
necesario de agresividad” (1951: 78).
municarnos con vosotros solo en nuestra lengua
nacional (1956: 118).
Como se ve, para Gandhi, la desfamiliari-
Como Nandy, subraya acertadamente que: zación con respecto al Norte imperial es, del
mismo modo, una desfamiliarización con res-
la perspectiva de Gandhi desafía la tentación de pecto al Sur imperial. Refiriéndose en 1938 a
igualar al opresor en violencia y de recuperar la la práctica de la satyagraha, Gandhi advirtió:
autoestima compitiendo dentro del mismo siste- “la no cooperación, siendo un movimiento de
ma, la perspectiva se basa en una identificación purificación, traerá a la superficie todas nues-
con el oprimido que excluye la fantasía de la su- tras debilidades y también los excesos hasta de
perioridad del estilo de vida del opresor, tan pro- nuestros puntos fuertes” (1951: 80).
fundamente internalizada en las conciencias de
Para Gandhi, el marxismo y el comunismo
los que afirman hablar en nombre de las víctimas
europeos, aunque representando indiscutible-
de la historia (1987b: 35).
mente una crítica profunda del Norte imperial,
La idea y la práctica de la no violencia y de están aún demasiado comprometidos con él
la no cooperación, a la que Gandhi dedicó toda para funcionar como modelos para la construc-
su vida, son las características más notables de ción de un Sur no imperial:
la desfamiliarización política y cultural con res-
No quedemos obcecados con los lemas y las pa-
pecto al Norte imperial. El objetivo no es con- labras de orden seductoras importados de Occi-
quistar poder en un mundo corrupto, sino crear dente. ¿No tenemos nuestras propias tradiciones
un mundo alternativo donde sea posible recu- orientales? ¿No seremos capaces de encontrar
perar la humanidad de lo humano. Dice Gandhi nuestra propia solución para el problema del
que “en nuestra situación actual, somos mitad capital y del trabajo? [...] Estudiemos nuestras
No disparen sobre el utopista129
instituciones orientales con ese espíritu de inves- razón cuando afirma que “la satyagraha de Gan-
tigación científica y desarrollaremos un socialis- dhi es un modo integral de praxis política veda-
mo y un comunismo más genuinos que el mundo da al raciocinio crítico”. Y añade enérgicamente
jamás soñó. Es sin duda errado presumir que el que “la satyagraha de Gandhi comienza a partir
socialismo o el comunismo occidentales son la
del punto donde la argumentación racional y el
última palabra sobre la cuestión de la pobreza de
raciocionio crítico se detienen” (Pantham, 1988:
las masas. [...] La lucha de clases es extraña al
espíritu esencial de la India, que es capaz de de- 206).46 En segundo lugar, la “investigación cien-
sarrollar una forma de comunismo ampliamente tífica” de Gandhi no reivindica algún privilegio
basada en los derechos fundamentales de todos y epistemológico. Por decirlo de algún modo, el
en una justicia igual para todos.45 conocimiento ya estaba ahí; la única cosa a ha-
cer era “experimentar”:
La desfamiliarización con respecto al Norte y
al Sur imperiales no es, para Gandhi, un fin en Nada tengo que enseñar al mundo. La verdad y la
sí mismo, sino un medio para crear un mundo no violencia son tan antiguas como las montañas.
alternativo, una forma nueva de universalidad Todo lo que hice fue intentar realizar experiencias
en ambas en una escala tan vasta cuanto me fue
capaz de liberar, al mismo tiempo, la víctima y el
posible. Al hacerlo, erré a veces y aprendí de los
opresor. En este aspecto, el contraste flagrante
entre Gandhi y Habermas es nítidamente favo-
rable a Gandhi. Para comenzar, su concepto de 46 Las ideas y la política de Gandhi continúan sien-
racionalidad es mucho más abarcador que el de do objeto de un gran debate. Nandy (1987) seña la que,
Habermas. Gandhi rechaza distinguir entre ver- por haber escapado a la dominación cultural colonial,
dad, amor y alegría: “la fuerza del amor es igual Gandhi formuló un auténtico y efectivo socialismo in-
dio. Partiendo de un marco gramsciano, Chatterjee
a la fuerza del alma o de la verdad”, escribe en
considera que la ideología de Gandhi, subvirtiendo, en
un momento determinado (1956: 110). Y, en otra lo esencial, el pensamiento nacionalista de élite, propi-
ocasión, declara: “mi no violencia exige amor ció, al mismo tiempo, la oportunidad histórica para la
universal” (1956: 100). Por ello, Pantham tiene apropiación política de las clases populares dentro de
las formas en evolución del nuevo Estado indio (1984:
156). Fox (1987) acentúa los dilemas de la resistencia
cultural de Gandhi en un sistema mundial de domina-
45 Citado por Pantham (1988: 207-208). ción cultural.
130 Boaventura de Sousa Santos
errores. La vida y sus problemas se convirtieron, del conocimiento profesional hegemónico; una
para mí, en otras tantas experiencias en la práctica crítica que exige la desteorización de la reali-
de la verdad y de la no violencia.(1951: 240). dad como única forma de reinventarla. A esto
se añade que cada uno de ellos parte de una
La propuesta de Gandhi es una contribución interpelación radical de su propia cultura, a fin
decisiva para un nuevo sentido común emanci- de captar lo que la podrá aproximar a otras cul-
pador. La nueva universalidad de la aspiración turas, y está dispuesto a implicarse (diatópica-
de Gandhi se basaba explícitamente en una mente, por decirlo de algún modo) en diálogos
hermenéutica diatópica, es decir, en un cuestio- interculturales. Chomsky desentierra las raíces
namiento exigente de su propia cultura hindú, más profundas del liberalismo europeo y des-
dirigido a aprender como entrar en diálogo con cubre un nuevo comunitarismo y una nueva so-
otras culturas provisto de la máxima tolerancia lidaridad en la forma política del anarquismo.
discursiva, y a reconocer que las otras culturas En su opinión, la sociedad anarquista, basada
también tienen aspiraciones emancipadoras en la libre asociación de todas las fuerzas pro-
semejantes: “la no violencia, en su forma acti- ductivas y en el trabajo cooperativo, satisfaría
va, es, por tanto, buena voluntad para con toda las necesidades de todos sus miembros de una
la vida. Es puro amor. Lo leo en las escrituras forma adecuada y justa:
hindúes, en la Biblia, en el Corán” (1951: 77).
Si, por un lado, el contraste entre Gandhi y En dicha sociedad, no hay motivo para que las re-
Habermas es perfectamente obvio, por otro, compensas dependan de un determinado conjunto
hay una convergencia entre Gandhi y Chom- de atributos personales, por más seleccionados
sky que me parece importante resaltar. Aunque que estén. La desigualdad de dones es simplemente
Chomsky haga una distinción entre ciencia y la condición humana —hecho que debemos agra-
política inaceptable para Gandhi, ambos in- decer—; una visión del infierno es una sociedad
tentan fundamentar un nuevo sentido común compuesta de elementos intercambiables. Esto
nada implica en lo que respecta a las recompensas
emancipador en una práctica exigente y alta-
sociales. [...] Sin lazos de solidaridad, de simpatía
mente arriesgada. Cada uno, a su manera, tra- y de preocupación por los otros, una sociedad so-
ba un combate de vida o muerte contra la regi- cialista es impensable. Solo nos queda esperar que
mentación, empeñándose en una crítica radical la naturaleza humana sea constituida de tal forma
No disparen sobre el utopista131
que esos elementos de nuestra naturaleza esencial que quiera hacer tal cosa. En el otro socialismo no
puedan desarrollarse y enriquecer nuestras vidas, hay libertad individual. No se es dueño de nada, ni
una vez que las condiciones sociales que los supri- siquiera del propio cuerpo (1956: 327).
men hayan sido sobrepasadas. Los socialistas son
fieles a la convicción de que no estamos condena- El hecho de que la convergencia entre
dos a vivir en una sociedad basada en la ganancia, Chomsky y Gandhi parta de posiciones tan dis-
en la envidia o en el odio. No sé cómo probar que tantes es, en sí mismo, un hecho significativo.
ellos tienen razón, pero tampoco hay fundamentos Al excavar profundamente en su propia cultu-
para la convicción común que supone que deben
ra, cada uno de ellos llega diatópicamente a la
estar equivocados (1987: 192).
cultura del otro. Pero eso es aún más significa-
tivo si consideramos que el modelo político que
El elogio de la comunidad y de la solidaridad
parece captar mejor las afinidades de ambos es
hecho por Chomsky se ajusta perfectamente
el anarquismo. En verdad, lo que Gandhi dice
a las preocupaciones expresadas por Gandhi
sobre el anarquismo no difiere mucho de lo que
en la perspectiva de su cultura. Pero, curiosa-
hace poco leímos en Chomsky:
mente, en su interpelación radical del comuni-
tarismo hindú, Gandhi descubre el valor de la Poder político significa gobernar la vida nacional
autonomía y de la libertad del individuo. Poco a través de representantes nacionales. Si la vida
tiempo antes de morir, cuando alguien le pre- nacional se vuelve tan perfecta hasta el punto de
guntó lo que entendía por socialismo, dado que autogobernarse, ninguna representación será ne-
insistía en distinguir su noción de socialismo cesaria. Habrá, entonces, un Estado de anarquía
de su variante europea, Gandhi respondió: iluminada. En tal tipo de Estado, cada uno será
su propio gobernante. Y gobernarse a sí mismo de
No quiero caminar sobre las cenizas de los cie- una manera tal que nunca constituirá un obstácu-
gos, de los sordos, de los mudos. En el socialismo lo para su vecino. En el Estado ideal, por tanto,
de ellos [el europeo] es probable que estos no ten- no habrá poder político porque no habrá Estado.
gan lugar. Su único objetivo es el progreso material Mas el ideal nunca es totalmente realizado en la
[...] Yo quiero libertad para expresar totalmente mi vida. De ahí la afirmación clásica de Thoreau de
personalidad. Debo ser libre para construir una es- que el mejor gobierno es el que menos gobierne
calera hasta Sirius si me apetece. Esto no significa (1951: 244).
132 Boaventura de Sousa Santos
Tal vez no sea coincidencia que la conver- Lo que más aproxima a estos dos pensadores
gencia entre Chomsky y Gandhi encuentre y activistas es que, más allá de contribuir a la
en el anarquismo una de sus formulaciones. construcción de la subjetividad del Sur, ambos
En verdad, de todas las tradiciones políticas contribuyen también a la construcción de sub-
emancipadoras de la modernidad occidental, jetividades de frontera y del barroco. Ambos
el anarquismo es, sin duda, una de las más defienden la sociabilidad de frontera como un
desacreditadas y marginalizadas por el discur- medio de creatividad social capaz de resistir la
so político hegemónico, sea él convencional regimentación, la naturalización de las rutinas y
o crítico. Como representación relativamente la homogeneización de las diferencias. Por otro
inacabada, el anarquismo se muestra, así, más lado, el extremismo que ambos confieren a sus
disponible para la fertilización intercultural. ideas y prácticas evidencia también su subjeti-
Además, en tanto que práctica política, el anar- vidad barroca. Con respecto a Gandhi, puede
quismo solo floreció en el Sur del norte, y se parecer sorprendente considerar barroca una
realizó de un modo más pleno en la España subjetividad que aconseja la simplicidad y la
republicana de los años treinta. En otras pala- represión de las pasiones. Recordemos que el
bras, se desarrolló en los márgenes del sistema extremismo barroco (la extremosidad de Ma-
de dominación, donde las hegemonías se afir- ravall) se afirma tanto por la exaltación de la
maban con mayor fragilidad. Por último, como exuberancia, como por la exaltación de la sim-
Chomsky observa correctamente, el anarquis- plicidad. El extremismo de la simplicidad y del
mo es el único proyecto político emancipador autodespojamiento de Gandhi es barroco.
que no confiere un privilegio particular a los La subjetividad del Sur constituye el mo-
intelectuales y al conocimiento profesional, mento de solidaridad en la construcción de
representando, con ello, un eslabón débil en una tópica para la emancipación. El objetivo es
el paradigma de la modernidad por donde la construir un círculo de reciprocidad mucho más
hermenéutica diatópica se puede infiltrar. La vasto que el que propone la modernidad, o sea,
desteorización de la realidad como condición una Sorge que no puede dejar de ser simultánea-
previa para su reinvención, que tanto Chomsky mente local y transnacional, inmediata e inter-
como Gandhi desean, encuentra en el anarquis- generacional. La subjetividad del Sur significa la
mo un terreno apropiado. capacidad y la voluntad para un vasto ejercicio
No disparen sobre el utopista133
que Gandhi, cuando señaló claramente que liberar al opresor de la deshumanización solo
cualquier sistema de dominación embrutece es concebible como resultado de la lucha
simultáneamente a la víctima y al opresor, y emancipadora trabada por la víctima contra la
que también el opresor necesita ser liberado. opresión. Un prominente teórico de la teología
“Durante toda su vida”, escribe Nandy, “Gand- de la liberación, Gustavo Gutiérrez, expresa
hi procuró liberar a los británicos, tanto como elocuentemente esta aparente paradoja y asi-
a los indios, de las garras del imperialismo; metría: “amamos a los opresores, liberándolos
y procuró liberar a las castas hindúes, tanto de ellos mismos. Pero eso solo se puede conse-
como a los intocables, de la intocabilidad” guir optando decididamente por los oprimidos,
(1987b: 35). Gandhi creía que el sistema de o sea, combatiendo a las clases opresoras. Tie-
dominación impele a la víctima a interiorizar ne que ser un combate real y efectivo, no odio”
las reglas del sistema de tal manera que nada (Gutiérrez, 1991).
garantiza que, una vez derrotado el opresor,
la dominación no continúe siendo ejercida Constelaciones tópicas
por la antigua víctima, aunque de formas di- Los topoi de la frontera, del barroco y del Sur
ferentes. La víctima es un ser profundamente presiden la reinvención de una subjetividad con
dividido en cuanto a la identificación con el capacidad y voluntad de explorar las potencia-
opresor o a la diferenciación en relación a él. lidades emancipadoras de la transición para-
Vuelvo a citar a Nandy cuando dice que “el digmática. Ninguno de estos tres topoi garanti-
oprimido nunca es una pura víctima: una par- za por sí solo la creación de una tópica para la
te de él colabora, se compromete y se adap- emancipación o de una subjetividad capaz de
ta, y la otra desafía, ‘no coopera’, subvierte o traducirla en formas concretas de sociabilidad.
destruye, muchas veces en nombre de la cola- Por el contrario, cada topos, separadamente,
boración y bajo el ropaje de la obsequiosidad” puede sancionar formas excéntricas de regu-
(1987b: 43). lación que, a su vez, pueden contribuir a des-
Al descubrir los secretos del desafío a la acreditar los proyectos emancipadores y liqui-
opresión, la subjetividad del Sur lucha por dar la voluntad de emancipación. Abandonado
un mundo alternativo que no produzca el em- a sí mismo, el topos de la frontera puede dar
brutecimiento recíproco. En otras palabras, origen a una subjetividad y a una sociabilidad
136 Boaventura de Sousa Santos
libertinas que sean indulgentes con creativi- ellos tenga una presencia trivial o irrelevante.
dades destructivas: de ahí puede resultar una Constituidas de esta forma, la subjetividad y la
turbulencia que, en vez de posibilitar nuevas sociabilidad emergentes desembocan en prácti-
formas de solidaridad, abre nuevos espacios cas sociales y epistemológicas de contradicción
para el colonialismo. Del mismo modo, dejado y competición paradigmáticas en cada uno de
a sí mismo, el topos del barroco puede ser la los seis espacios estructurales. Es evidente que
fuente de formas manipuladoras de subjetivi- existen en la sociedad muchos otros campos
dad y de sociabilidad propensas a recurrir al sociales de contradicción y competición para-
artificio y al extremismo a fin de excitar las pa- digmáticas, mas creo que los seis espacios es-
siones y promover la adhesión acrítica a for- tructurales que identifiqué son particularmente
mas de caos disfrazadas de orden y a formas de relevantes: dado que se trata de campos socia-
colonialismo disfrazadas de solidaridad. Final- les privilegiados de regulación social, es en ellos
mente, el topos del sur, actuando aisladamente, donde las emancipaciones más importantes y
puede desembocar en subjetividades golpistas duraderas deben ser conquistadas.
y autoritarias que, en sus esfuerzos por abolir En cada uno de los seis espacios estructura-
el colonialismo, acaban por abolir también las les, la subjetividad emergente provoca la con-
posibilidades de solidaridad. tradicción y la competición paradigmáticas den-
La subjetividad y la sociabilidad emergentes tro de una unidad específica de práctica social:
son, por tanto, constelaciones de estos tres to- diferencia sexual y generaciones en el espacio
poi, aunque las constelaciones puedan variar de doméstico; clases y naturaleza capitalista en el
acuerdo con la intensidad variable de los tres espacio de la producción; consumo en el espa-
topoi intervinientes. Esto quiere decir que una cio del mercado; etnicidad, raza y pueblo en el
constelación dominada por el topos de la fronte- espacio de la comunidad; ciudadanía en el espa-
ra (con el topos de la frontera actuando en modo cio de la ciudadanía; Estado-nación en el espa-
de alta tensión y los restantes topoi en modo de cio mundial. Esto significa que, en el interior de
baja tensión) difiere de otra dominada por el to- cada uno de los seis espacios estructurales, la
pos del barroco, o de una tercera dominada por práctica social emergente está constituida por
el topos del Sur. Lo fundamental es que los tres una constelación específica de los topoi de la
topoi estén siempre presentes y que ninguno de frontera, del barroco y del Sur. En términos de
No disparen sobre el utopista137
prácticas sociales y epistemológicas concretas, adecuación de cada una de estas formas a las as-
la frontera, el barroco y el Sur significan cosas piraciones, capacidades y deseos de los grupos
diferentes en relación, por ejemplo, a las luchas sociales progresistas depende de condiciones
de sexos, de clases o de etnias. Pero, en cual- concretas. Pero sus potencialidades emancipa-
quier práctica de ese género, la marca y la fuerza doras dependen de la intensidad con que interio-
emancipadora de los grupos sociales que luchan ricen las constelaciones tópicas de la frontera,
por el paradigma emergente les son conferidas del barroco y del Sur: cuanto más intensa sea la
por la constelación de topoi específica que ali- interiorización, mayor será la proximidad entre
menta la subjetividad de dichos grupos. Es este las prácticas sociales y epistemológicas y el pa-
hecho el que da consistencia a la posición que radigma emergente.
asumí, en mi texto “Los modos de producción En el marco de esas prácticas, las subje-
del poder, del derecho y del sentido común” tividades individuales y colectivas nunca se
(Santos, 2000), con respecto a la determinación agotan en una única unidad de práctica o de
estructural. El potencial emancipador y la pri- organización social. Somos siempre configura-
macía de las luchas sociales no están determi- ciones de diferentes prácticas sociales y parti-
nados por su posición estructural —en términos cipamos en diferentes tipos de organizaciones.
estructurales, no es posible establecer alguna De acuerdo con el contexto, actuamos predo-
primacía entre sexo, clase, ciudadanía, etcé- minantemente como subjetividad de sexo, de
tera—, sino por la intensidad con que se dejan clase, de consumidor, étnica, de ciudadano o
guiar por las constelaciones tópicas de la fronte- nacional. Mas, en cualquier contexto, estamos
ra, del barroco y del Sur. constituidos por todas las restantes subjetivi-
De idéntica manera, la cuestión de las formas dades parciales. Dado que, en la transición para-
organizativas de la práctica social emancipado- digmática, la constelación tópica de la frontera,
ra es secundaria, aunque de ningún modo irre- del barroco y del Sur tiende a distribuirse des-
levante. En términos abstractos, y en lo que se igualmente por las diferentes formas de práctica
refiere a la eficacia emancipadora, no es posible social, resulta que nuestras configuraciones de
establecer primacías o jerarquías entre partidos subjetividad son internamente contradictorias
políticos, sindicatos, nuevos movimientos socia- y rivales. Si, en algunas de las subjetividades
les, movimientos populares, ONG, etcétera. La parciales, nos encontramos más próximos del
138 Boaventura de Sousa Santos
paradigma emergente, en otras, nos encontra- XX. Por el contrario, intenté desteorizar la reali-
mos más próximos del paradigma dominante. dad social para tornarla más flexible y receptiva
Las configuraciones de subjetividad son tanto al pensamiento y al deseo utópicos. Mi objetivo
más emancipadoras cuanto más organizadas principal no fue, por tanto, presentar el proyecto
estén por las subjetividades parciales consti- de un nuevo orden, sino tan solo mostrar que el
tuidas por la constelación tópica emergente. Lo colapso del orden o del desorden existente —que
mismo puede decirse de las formas de organiza- Fourier designó, significativamente, como “or-
ción social y política en que esas subjetividades den subversivo”— no implica, en modo alguno,
participan. En la transición paradigmática, es la barbarie. Significa, eso sí, la oportunidad de re-
imposible erradicar la contradicción y la com- inventar un compromiso con una emancipación
petición entre el paradigma dominante y el pa- auténtica, un compromiso que, además, en vez
radigma emergente, es decir, entre la regulación de ser el producto de un pensamiento vanguar-
y la emancipación. Ambas operan en el interior, dista iluminado, se revele como sentido común
tanto de las subjetividades individuales como de emancipador.
las colectivas, así como en el interior de los cam- Construir una utopía como esta —no en
pos sociales en que ellas intervienen. ningún lugar imaginario, y menos aún en un
irónico lugar ninguno,48 sino simplemente
Conclusión aquí, en un aquí heterotópico—, construir, en
En este texto, mi objetivo fue concentrarme verdad, una utopía tan pragmática como el pro-
en el paradigma emergente. De ahí que haya deci- pio sentido común, no es una tarea fácil, ni una
dido combinar dos tradiciones marginalizadas de tarea que pueda concluirse alguna vez. Este
la modernidad: la tópica retórica y la utopía. Des- reconocimiento, este punto de partida, de la
cribí sumariamente las tareas emancipadoras im- infinitud es lo que hace de esta tarea una tarea
plicadas en la transición paradigmática y esbocé verdaderamente digna de los humanos.
el perfil general de las subjetividades individuales
y colectivas con capacidad y voluntad de realizar-
las. Mi intención no fue, en modo alguno, formu-
48 Esta inversión entre “ningún lugar” (“nowhere”) y
lar una nueva teoría social de las sociedades ca-
“lugar ningún” (“erewhon”) está, obviamente, inspirada
pitalistas del sistema mundial a finales del siglo en Samuel Butler nowhere y erewhon (Butler: 1998).
No disparen sobre el utopista139
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No disparen sobre el utopista145
muy importante. Esta pérdida de confianza la que pequeñas alteraciones de estado pue-
epistemológica está ciertamente relacionada den dar origen a convulsiones incontrolables,
con procesos de transformación social que no en suma, una época de ruptura con cambios
solo dejaban de agravar los problemas funda- de escala imprevisibles e irregularidades difí-
mentales identificados por Fourier, sino que ciles de concebir dentro de nuestros paráme-
dieron origen a muchos otros cuya turbulencia tros aún euclidianos. Sin embargo, si bien es
en los procesos sociales es cada vez más senti- cierto que las formas de regulación social de
da y sufrida, si no por toda la humanidad, por lo la modernidad —sean ellas el derecho estatal,
menos por la inmensa mayoría de ella. el fordismo, el Estado-providencia, la familia
De esta convergencia entre dinámicas epis- heterosexual excluida de la producción, el
temológicas y sociales, resulta no solo una sistema educativo oficial, la democracia re-
mayor visibilidad de los problemas fundamen- presentativa, el sistema crimen-represión, la
tales sino también una mayor urgencia por en- religión institucional, los cánones literarios, la
contrarles solución. Es por esta razón que al- dualidad entre la cultura oficial baja y la cultu-
gunos, entre los cuales me incluyo, entienden ra oficial alta, la identidad nacional— parecen
que estamos entrando en un período de tran- hoy en día cada vez más precarias y cuestiona-
sición paradigmática, tanto en el plano epis- bles, no es menos cierto que están igualmen-
temológico —de la ciencia moderna hacia un te debilitadas y desacreditadas las formas de
conocimiento posmoderno— como en el pla- emancipación social que les correspondieron
no social de la sociedad capitalista hacia otra hasta ahora, sean ellas el socialismo y el comu-
forma social que puede ser tanto mejor como nismo, los partidos laboristas y los sindicatos,
peor. Para quien piense así, la época en que es- los derechos cívicos, políticos y sociales, la de-
tamos entrando es una época de gran turbulen- mocracia participativa, la cultura popular, la fi-
cia, de equilibrios particularmente inestables losofía crítica, los modos de vida alternativos,
y de regulaciones particularmente precarias; la cultura de resistencia y de protesta. Ante
una época de bifurcaciones prigoginianas1 en esto, se perfila una doble responsabilidad y
una doble urgencia. Por un lado, ir a las raíces
de la crisis de regulación social y, por el otro,
1 Del químico y epistemólogo belga de origen ruso,
Ilya Prigogine (nota del traductor). inventar o reinventar no solo el pensamiento
El Norte, el Sur y la utopía151
emancipador sino también la voluntad de últimos cien años, fue promovida por los mo-
emancipación. vimientos socialista y comunista. Concluyen
Es en esta posición que me propongo anali- que, sin embargo, la sociedad liberal moderna
zar en seguida algunos de los vectores de los no solo terminó por neutralizar esta oposición,
problemas que, en mi opinión, hoy en día ya sino que resolvió todos los grandes problemas
son fundamentales y lo serán, y mucho más, que le fueron planteados. Por esa razón, es legí-
en las próximas décadas, para luego, en la úl- timo admitir que estamos frente al fin de la his-
tima parte, trazar un mapa del terreno donde toria, una posición a la que Fukuyama (1992) le
pueden ser queridas y buscadas algunas de las dio recientemente gran notoriedad.
alternativas emancipadoras, en nada avergon- Según otra posición, si la sociedad contem-
zadas u ofendidas por el hecho de ser llamadas poránea sobre todo la capitalista avanzada, se
utópicas. enfrenta con algún problema fundamental, él
es, antes que todo, el problema de que no es
LOS PROBLEMAS FUNDAMENTALES posible pensar los problemas fundamentales.
EN LOS DIFERENTES ESPACIOS- La sociedad de consumo, la cultura de masas y
TIEMPO la revolución de la información y de las comu-
nicaciones, superficializó tanto las condiciones
El espacio-tiempo mundial de la existencia como los modos de pensar.
Entre los científicos sociales que no han es- Esto no es necesariamente malo. Es un hecho,
quivado el abordaje de los problemas funda- y hasta puede ser más favorable que lo contra-
mentales de la sociedad contemporánea, son rio. Muchas de las concepciones llamadas pos-
muchas las diferencias y, con algún riesgo de modernas, que yo designo como “posmoder-
simplificación, son discernibles las siguientes nismo reconfortante”, destacan esta posición;
posiciones principales presentadas sin ningún y en ella caben Baudrillard, Lyotard, Vattimo,
orden ni jerarquía. La primera es la de los que etcétera.
reconocen que la sociedad liberal moderna ha Un tercer grupo de científicos sociales ha
venido enfrentándose con algunos problemas venido prefiriendo el cuestionamiento de los
fundamentales, el más fundamental de los presupuestos epistemológicos de la moderni-
cuales ha sido la oposición radical que, en los dad, sosteniendo que fueron ellos —bien como
152 Boaventura de Sousa Santos
muchas y, en ocasiones, incómodas las sobrepo- advirtiendo, desde ahora, sin embargo, que la
siciones. Por otro lado, diferentes diagnósticos problemática del tiempo presente y de las próxi-
suscitan diferentes énfasis analíticos e intereses mas décadas (digamos, hasta el 2025) no provie-
prospectivos. Como se hará claro más adelante, ne de ninguno de esos problemas por separado
el análisis y la prospectiva que presentaré en se- sino de la conjunción entre ellos.
guida están cercanos de las dos últimas posicio- Empezaré por el espacio-tiempo mundial, el
nes, es decir, de la posición de los que proceden espacio-tiempo de las relaciones sociales entre
a una crítica epistemológica de la modernidad y sociedades territoriales, concretamente en-
de los que se centran en el bloqueo asociativo y tre el Estado-nación en el interior del sistema
en la búsqueda de alternativas. mundial y de la economía-mundo. La intensifi-
Parto de un modelo analítico que identifica cación de la globalización de la economía y de
los principales procesos de estructuración y de las interacciones transnacionales en general,
práctica social, constelaciones de relaciones so- en las dos últimas décadas, le ha conferido a
ciales que aseguran, en conjunto, el sentido y el este espacio-tiempo una relevancia creciente
ritmo de la transformación social o el bloqueo en virtud del poder conformador de sus vi-
de esta. Al contrario de otros modelos, como, braciones dentro de cada uno de los restantes
por ejemplo, el que hace la distinción entre Esta- espacios-tiempo. El problema fundamental
do y sociedad civil, este modelo se puede aplicar del espacio-tiempo mundial es la creciente y
tanto a las sociedades nacionales como a las so- presumiblemente irreversible polarización en-
ciedades subnacionales y a las sociedades trans- tre el Norte y el Sur, entre países centrales y
nacionales. Como mencioné en “El Estado y los países periféricos en el sistema mundial. Este
modos de producción del poder social”, distin- problema abarca una gran pluralidad de vecto-
go cuatro constelaciones de relaciones sociales res. Resaltaré solo tres de ellos: la explosión
que denomino como espacios-tiempo estructu- demográfica, la globalización de la economía y
rales: el espacio-tiempo doméstico, el espacio- la degradación ambiental.
tiempo de la producción, el espacio-tiempo de
la ciudadanía y el espacio-tiempo mundial. En La explosión demográfica
relación con cada uno de ellos, paso a identificar En primer lugar, el vector de la explosión
los problemas que me parecen fundamentales, demográfica. Entre 1825 y 1925, la población
154 Boaventura de Sousa Santos
mundial se duplicó de 1.000 a 2.000 millones de la violencia. Según las mejores proyecciones,
personas. En los cincuenta años siguientes se al final del siglo, 11 de las 20 ciudades mayores
volvió a duplicar a 4.000 millones y entre 1975 y del mundo (con 11 millones o más de habitan-
1990, pasó de 4.000 millones a 5.300 millones de tes) serán ciudades de los países periféricos
personas. Las proyecciones para las próximas o semiperiféricos: Ciudad de México con 24.4
décadas varían, pero para hacerle justicia a una millones, São Paulo con 23.6 millones, Calcuta
proyección moderada, en el 2025, la población con 16 millones, Shangai con 14.7 millones.
mundial será de 8.500 millones de personas. El La explosión demográfica se vuelve un pro-
hecho más decisivo de esta explosión es que blema cuando causa un desequilibrio entre la
ella tendrá lugar, en una abrumadora medida, población y los recursos naturales y sociales
en los países periféricos. El promedio del cre- para sustentarla adecuadamente, y es un pro-
cimiento poblacional mundial esconde diferen- blema tanto más serio cuanto más grave sea
cias abisales y es por eso que la población de ese desequilibrio. Siendo así, cabe preguntar si
África, que en 1985 era cerca de la mitad de la al hacer previsiones con esas tendencias desas-
de Europa, será, probablemente en el 2025, tres trosas no estaremos, al final del siglo XX, co-
veces mayor que la de Europa. En otras par- metiendo el mismo error que cometió Thomas
tes del Sur, el crecimiento poblacional será del Malthus al final del siglo XVIII al prever que la
mismo tenor. La India podrá pasar, en el mismo población de Inglaterra, Francia y América,
período, de los 853 millones actuales a 1.500 sería cada vez mayor que la capacidad de la
millones, una población semejante a la que en tierra para garantizar su subsistencia y que, en
ese entonces tendrá la China; México podrá consecuencia, la intervención de la naturaleza
pasar de 88 a 150 millones; Irán de 56 a 122 para reducir la población incluiría fatalmente
millones; el Brasil de 154 a 245 millones. Hay el hambre, la guerra y las enfermedades.
que agregar que más del 50% de esta población Se demostró que estaba equivocado: la
vivirá en ciudades congestionadas, sin vivien- población continuó aumentando, pero tam-
das ni saneamiento adecuados, sin servicios bién aumentaron los recursos para asegurar
sociales mínimos, de la mano con el hambre su subsistencia. ¿No se podrá volver a repe-
y el desempleo de vastas masas de población, tir hoy la historia? Todo lleva a creer que no.
con el colapso ecológico y, probablemente, con Según Paul Kennedy, tres factores principales
El Norte, el Sur y la utopía155
contribuyeron para falsear la previsión pesi- y el Sur. Dije arriba que, de las tres vías his-
mista de Malthus: la emigración en masa de tóricas de solución positiva de la explosión
ingleses y de europeos en general; el aumento demográfica, los países del Sur tienen a su
de la productividad de la tierra con la revo- disposición solo la emigración. La verdad es
lución agrícola; y el aumento de la producti- que, en la práctica, esa vía está casi totalmen-
vidad del trabajo con la revolución industrial te bloqueada. Entre 1820 y 1930, 50 millones
(1993: 6). Tal vez solo el primero de estos fac- de europeos emigraron hacia ultramar y casi
tores parece estar hoy al alcance de los países siempre, (con excepción de los Estados Uni-
periféricos. El aumento de la productividad de dos) hacia países menos desarrollados y suje-
la tierra o del trabajo parece estarles vedado tos al dominio colonial o poscolonial. Ningún
en gran medida y, en todo caso, todo indica movimiento de dimensión proporcional podrá
que este no podrá acompañar el aumento de suceder hoy. No olvidemos que el movimien-
la población. La diferencia entre el tiempo de to es ahora desde el sur hacia el norte, hacia
Malthus y el nuestro, reside en que en los si- Europa, América del Norte o Australia; y los
glos XVIII y XIX, la explosión demográfica y países centrales tienen medios eficaces para
la explosión tecnológica tuvieron lugar en la defenderse de la emigración en masa. Es cier-
misma región del sistema mundial, mientras to que hay millones de personas en proceso
que hoy, la primera ocurre en el Sur y la segun- de desplazamiento y cerca de 15 millones es-
da en el Norte. Además, la disparidad entre el peran en campos de refugiados o desplazados
Norte y el Sur es tan grande que, mientras el la oportunidad de poder rehacer sus vidas en
Sur se debate con el problema de la explosión otros lugares; pero el control de las fronteras,
demográfica, el Norte empieza a preocuparse el proteccionismo, el racismo y la xenofobia
con el crecimiento negativo de la población y serán obstáculos poderosos para la búsqueda
con su envejecimiento. de una vida mejor. Todo lleva pues, a creer que
Estas disparidades ilustran un extenso fe- los altos estándares de vida y de consumo vi-
nómeno que consiste en el hecho de que, en gentes en el Norte no serán compartidos con
el ámbito transnacional de algunos problemas el Sur.
emergentes no se elimina, sino que, al contra- Por otro lado, hoy en día está generalizado
rio, se agrava la polarización entre el Norte el consenso de que esos modelos no se pueden
156 Boaventura de Sousa Santos
De los rasgos de esta evolución, sobre todo (casi solo de Japón) y pasó al 58,2% en 1989;
en las dos últimas décadas, selecciono los más la de Norteamérica pasó, en el mismo período,
importantes para mi tesis. El primer rasgo es del 37,2% de la producción mundial, al 16,4%; y
el desplazamiento de la producción mundial la de Europa pasó del 34,5% al 16,1%.
hacia el Asia, consolidándose esta como una En el ámbito de la industria de tecnología
de las grandes regiones del sistema mundial, media como, por ejemplo, en la industria au-
constituida, como las demás regiones, por un tomotriz, el desplazamiento también fue signi-
centro (el Japón); una semiperiferia (los nue- ficativo: Asia, que producía el 14,2% de los au-
vos países industriales: Corea del Sur, Taiwán, tomóviles en 1965, pasó a producir el 28,6% en
Hong Kong y Singapur) y una periferia (Tailan- 1989, mientras que Norteamérica, que producía
dia, Vietnam, Malasia, Filipinas, etcétera). Este el 54,3% en 1965, pasó a producir apenas el
desplazamiento es tanto mayor cuanto más ele- 25,8% en 1989; y Europa se mantuvo igual e in-
vado es el contenido tecnológico de la produc- cluso mejoró ligeramente su participación (del
ción, medida por la inversión en investigación 39,5% en 1965 al 41,2% en 1989). La importancia
y desarrollo. Así, en el campo de la industria de estos desplazamientos no se puede subesti-
de alta tecnología, dos ejemplos son particu- mar. Por primera vez, después de cinco siglos,
larmente significativos: la producción de tran- el motor del capitalismo parece haber pasado
sistores y la producción de televisores (Irwan, del occidente al oriente. Las condiciones úni-
1992). En lo que se refiere a la producción de cas de occidente que, según Max Weber, expli-
transistores, incluidos los semiconductores, carían el surgimiento del capitalismo, dejaron
la distribución regional por porcentajes de la de tener gran importancia una vez consolidado
producción mundial, tuvo un cambio dramáti- este modo de producción y ahora solamen-
co entre 1965 y 1989. La participación de Asia, te habría que averiguar sobre las condiciones
que en 1965 era del 28,8%, pasó al 95% en 1989; únicas de oriente para el desarrollo pujante del
la participación de Norteamérica, pasó en las capitalismo en el final del siglo.
mismas fechas del 64,3% al 1,1%; y la participa- El segundo rasgo de la globalización de la
ción de Europa, que era del 6% pasó al 3,9%. En economía es el predominio total de las empre-
lo que respecta a la producción de televisores, sas multinacionales, como agentes del “mer-
la participación de Asia era en 1965 del 14,2% cado global”. La misma evolución del nombre
158 Boaventura de Sousa Santos
con que son conocidas señala la constante todo caso, es notable el grado de concentra-
expansión de las actividades de estas empre- ción que hace que el valor anual de las ventas
sas con actividades en más de un Estado na- de algunas de estas empresas sea superior al
cional: de empresas multinacionales a empre- producto nacional bruto de muchos países
sas transnacionales y, más recientemente, a periféricos. A manera de ejemplo, las 10 em-
empresas globales. Cualesquiera que sean los presas más grandes del sector químico fueron
indicadores utilizados —inversión de estas em- responsables del 21% del total de las ventas de
presas como porcentaje de la inversión total; productos químicos en 1990, y las 15 empresas
porcentaje de la producción mundial; porcen- más grandes del sector farmacéutico concen-
taje del comercio intrerempresarial del total traron cerca del 30% del comercio mundial de
del comercio mundial; número de filiales en el productos farmacéuticos (Ikeda, 1992).
extranjero— el aumento de la importancia de En concordancia con el predominio de las
las empresas multinacionales es evidente. En- multinacionales, otros dos rasgos de la globa-
tre las múltiples causas de este hecho se deben lización y de la economía se deben mencio-
resaltar dos: la desregulación de los mercados nar por la importancia que tienen en la pola-
financieros y la revolución de las comunica- rización de la desigualdad entre el Norte y el
ciones transcontinentales (Kennedy, 1993: 50). Sur. El primero es la erosión de la eficacia
Por vías diferentes, ambas funcionaron como del Estado en la gestión macroeconómica. La
un gran incentivo para la internacionalización transnacionalización de la economía significa,
de las empresas al mismo tiempo que contri- entre otras cosas, precisamente tal erosión y
buyeron a la separación entre flujos financie- no sería posible sin ella., La desregulación de
ros, por un lado, y comercio de mercancías y los mercados financieros y la revolución de las
servicios, por el otro. Se calcula, por ejemplo, comunicaciones redujeron, hace muy poco, el
que los flujos mundiales de moneda extranjera privilegio que hasta hace poco ejercía el Esta-
—transacciones, por lo demás, exclusivamente do sobre dos aspectos de la vida nacional —la
electrónicas— son alrededor de un billón de moneda y las comunicaciones— considerados
dólares diarios. Es difícil determinar el número como atributos de la soberanía nacional y vis-
exacto de empresas multinacionales, a pesar tos como piezas estratégicas de la seguridad
de que son ciertamente muchos millares. En nacional. Por otro lado, las multinacionales,
El Norte, el Sur y la utopía159
a producir réditos que funcionan como trans- del ingreso nacional per cápita en la década de
ferencias líquidas del Sur hacia el Norte, por los ochenta. En 14 países, el ingreso per cápita
otro lado, esas transferencias ocurren, desde cayó en cerca del 35% (Ihonvbere, 1992: 989).
luego, en la propia ingeniería de los productos, En trece años, la deuda externa de los países
pues, como bien lo hace notar Kloppenburg, del Sur pasó de 170.000 millones de dólares en
dado que la mayoría de los recursos genéticos 1975 a 1.200.000 millones de dólares en 1988.
se encuentra en los países del Sur, estos ya es- Frente a esto, no sorprende que el abismo
tán siendo expoliados por las grandes empre- global entre los ricos y los pobres se haya ahon-
sas multinacionales, lo que ya se designa como dado. Se calcula que mil millones de personas
“imperialismo biológico” (Kloppenburg, 1988). —más de 1/6 de la población mundial— vive en
Todos estos rasgos de la globalización de la la pobreza absoluta, es decir, disponiendo de
economía ayudan a comprender las razones un ingreso inferior de cerca de 365 dólares por
por las cuales en las últimas décadas las des- año. Al otro lado del abismo, el 15% de la po-
igualdades entre el Norte y el Sur aumentan blación mundial produjo y consumió cerca del
significativamente. Ya es un lugar común afir- 70% del ingreso mundial. Mientras que la ayuda
mar que la década de los ochenta fue una déca- externa de los países centrales a los países peri-
da negra para los países periféricos. Es menos féricos cayó del 0,37% del PNB en 1980 al 0,33%
conocido que las agencias internacionales no en 1989, las tasas de interés de la deuda exter-
esperan que la década de los noventa sea me- na de los países del Sur subieron el 172% entre
jor. Según la South Commission, “la década de 1970 (3,7%) y 1987 (10%), lo que lleva a algunos
los noventa traerá aún más privaciones para autores a calcular en 40.000 millones de dólares
los pueblos del Sur, aún más inestabilidad para el monto anual de las transferencias líquidas del
estos países” (Ihonvbere, 1992: 999). Los datos Sur hacia el Norte, siendo pues ese literalmente
son efectivamente alarmantes. Mientras que el el valor de la contribución de un Sur consumido
África está alcanzando un punto de colapso, en por el hambre para la abundancia del Norte. El
América Latina el nivel de vida a principios de aumento de la deuda externa, combinado con
la década de los noventa era más bajo que el de la caída del precio mundial de algunos de los
la década de los setenta. De los 84 países me- productos exportables del Sur, llevó a algunos
nos desarrollados, 54 sufrieron disminuciones países al colapso. Debido a la continua caída
162 Boaventura de Sousa Santos
del precio del cobre, el servicio de la deuda ex- Mundial y del FMI; en la perturbación interna,
terna de Zambia equivalía al 95% del total de las en la violencia urbana, en los motines de los
exportaciones (Ihonvbere, 1992: 994). hambrientos, en la desnutrición; y finalmente
El programa del Nuevo Orden Económico en la degradación del ambiente que, si no fue
Internacional, lanzado por la ONU en 1975, con originada por la deuda externa, fue casi siem-
miras a crear una mayor solidaridad entre el pre agravada por la necesidad de aumentar las
Norte y el Sur, resultó un total fracaso, sobre exportaciones para poder enfrentar los com-
todo después de que los países del Norte con- promisos de la deuda. El hambre y la desnutri-
siguieron reciclar los excedentes de los petro- ción aumentaron significativamente en las dos
dólares y, por ese camino, absorber la amenaza últimas décadas y la economía política interna-
impuesta inicialmente por la OPEP y también cional de la alimentación es tal vez, más que
después de que los gobiernos conservadores ninguna otra, reveladora de los intercambios
llegaron al poder en Estados Unidos, en Ingla- desiguales entre el Norte y el Sur.
terra y en Alemania, inflamados con el fuego Antes de 1945, el llamado Tercer Mundo ex-
neoliberal de la desregulación, del recorte de la portaba cereales y en los años cincuenta era
ayuda externa y de los subsidios, de la apertura autosuficiente en productos alimenticios, a pe-
de las economías del Sur impulsadas hacia la sar de las sequías y de otros factores que produ-
exportación, con el fin de cumplir con los com- jeron períodos de hambre, como por ejemplo
promisos de la deuda externa en que, mientras en la India, en los años cincuenta y sesenta y
tanto, estaban atrapados. en África (Pelizzon, 1992: 7). En 1954, Estados
Pero además de los pocos países del Sur que Unidos inició el programa de ventas subsidia-
en esta década consiguieron beneficiarse de las das de productos alimenticios llamado Food for
transformaciones de la economía mundial, la Peace —Alimento para la Paz—. Conocido por
inmensa mayoría perdió y una parte de ella lle- el público como un programa para combatir el
gó a una situación de colapso que se manifiesta hambre en el mundo, la verdad es que, en la ley
en múltiples formas: en la pérdida de la poca que lo estableció, ese objetivo fue mencionado
soberanía efectiva de los Estados periféricos en cuarto lugar, los tres primeros estaban vin-
que quedaron, cada vez más y más, sujetos a culados con los intereses económicos de Es-
los programas de ajuste estructural del Banco tados Unidos: aliviar los excedentes agrícolas,
El Norte, el Sur y la utopía163
desarrollar mercados de exportación para los revolución verde, aunque esta le haya permiti-
productos agrícolas americanos y expandir los do a la India transformarse en un país exporta-
mercados internacionales. No quedan dudas de dor de cereales.
que ese programa fue eficaz como mecanismo En las dos últimas décadas, la situación
para combatir el desempleo: entre 1954 y 1964, alimenticia de las masas empobrecidas del
la ayuda alimenticia constituyó el 34% del total Sur se agravó significativamente. La depen-
de las exportaciones de cereales de los Estados dencia alimenticia que Food for Peace creó en
Unidos y el 57% de las importaciones totales de los países periféricos reveló todo su carácter
cereales de los países del tercer mundo (Peliz- negativo cuando a partir de 1972, los Estados
zon, 1992: 8). Es mucho más dudoso que este Unidos eliminaron casi totalmente ese progra-
programa haya beneficiado efectivamente a los ma y lo substituyeron por ventas comerciales
países del Sur y muchos datos convergen en el (Pelizzon, 1992: 15). Este cambio de política
sentido de que al contrario los perjudicó, por surgió en un momento particularmente difícil
lo menos a largo plazo. Muchos de los cultivos para el tercer mundo. La India y los países del
tradicionales fueron descuidados o substitui- Norte de África atravesaron períodos de gran
dos y esos países pasaron a depender, cada vez sequía, la producción mundial de cereales de-
más, de la importación de cereales y, además, cayó y los precios de los fertilizantes subie-
sus poblaciones se tuvieron que reducir a una ron como resultado de las crisis del petróleo.
dieta menos variada y extraña en relación con Si, por un lado, los precios de los productos
sus hábitos alimenticios ancestrales. Este pro- alimenticios subieron, por otro lado, los paí-
ceso fue particularmente notorio en el África, ses del Sur se vieron forzados a continuar
pero ocurrió en otras regiones, como por ejem- abandonando los cultivos de subsistencia con
plo en Corea del Sur, que al final de la década el fin de dedicarse a los cultivos de exporta-
del sesenta pasó de ser un país consumidor ción, como solución parcial para la crisis pro-
de arroz a ser un país consumidor de trigo. El ducida por la deuda externa. El aumento de
mismo sesgamiento de objetivos en favor del los precios de los productos alimenticios fue
aumento del comercio internacional, y en de- provocado, además, por la expansión hacia el
trimento del consumo real de alimentos por tercer mundo del mercado de productos ali-
parte de los pobres, ocurrió en la India con la menticios procesados y enlatados, controlado
164 Boaventura de Sousa Santos
genéticos a partir de los cuales ellas produzcan constituye el tercer vector junto con la explo-
bioproductos a los que los agricultores del ter- sión demográfica y la globalización de la eco-
cer mundo solo tendrán acceso si tienen recur- nomía, del espacio-tiempo mundial. En seguida
sos para pagar los elevados precios que esas le haré una breve referencia.
empresas cobrarán por ellos. De todos los problemas que enfrenta el sis-
tema mundial, la degradación ambiental es tal
La degradación ambiental vez el más intrínsecamente transnacional y, por
Dije arriba que los factores de la transnacio- lo tanto, aquel que, de acuerdo con la manera
nalización del empobrecimiento, del hambre como se enfrente, puede redundar tanto en un
y de la desnutrición tuvieron, entre muchas conflicto global entre el Norte y el Sur, como
consecuencias adversas la de la degradación puede ser la plataforma para un ejercicio de la
ambiental. La presión hacia la intensificación solidaridad transnacional e intergeneracional.
de los cultivos de exportación, combinada con El futuro está, por así decirlo, abierto a ambas
técnicas deficientes de manejo de los suelos, posibilidades, aunque solo sea nuestro en la
llevaron a la desertización, a la salinización medida en que la segunda prevalezca sobre la
y a la erosión. La destrucción de los bosques primera. Las perspectivas no son, sin embargo,
tropicales, sobre todo en el Brasil y en el resto alentadoras. Por un lado, el Norte no parece dis-
de América Latina, pero también en Indonesia puesto a abandonar sus hábitos polucionistas y
y en las Filipinas, es solo el ejemplo más dra- mucho menos a contribuir, en la medida de sus
mático. En cada década, desde 1950, se perdie- recursos y responsabilidades, a un cambio de
ron 30 millones de hectáreas de bosques en el los hábitos polucionistas del Sur que son más
África tropical, 40 millones en América Latina una cuestión de necesidad que una cuestión de
y 25 millones en el Asia meridional (Pelizzon, opción. Por otro lado, los países del Sur tienden
1992: 2). En África se siembra solo un árbol a no ejercer a favor del equilibrio ecológico el
por cada 29 que se cortan (Kennedy, 1993: 115). poco espacio de maniobra que les queda en este
Pero la degradación ambiental provocada por ámbito. Pero, además de muchas otras razones,
este camino es apenas un aspecto muy parcial y por absurdo que parezca, después del colapso
de un fenómeno mucho más amplio —la cri- del comunismo, la capacidad de polución es tal
sis ecológica— tan amplio que, a mi entender, vez la única amenaza creíble con que los países
166 Boaventura de Sousa Santos
del Sur pueden enfrentar a los países del Norte tropicales de América Latina —que contiene el
y arrancarles algunas concesiones. 60% del total mundial de bosques tropicales—
Cerca de un tercio del suelo del planeta está habrán sido destruidas, y con ellas, el 50% de
constituido por desiertos y ciudades donde se especies perdidas para siempre. Entre muchos
genera poca actividad biológica; un tercio está otros efectos, la deforestación y la erosión del
constituido por bosques y sabanas y un tercio suelo trae consigo la escasez de agua potable,
por terrenos de agricultura y pastoreo. (Brown lo que ocurre tanto en los países centrales
et al., 1990: 5). Los dos últimos tercios han ve- como en los países periféricos. Se calcula que
nido, por así decir, disminuyendo y obviamente 40 millones de campesinos chinos sufren de
no solo por razones directamente relaciona- escasez de agua potable debido a la polución
das, en el caso de los países del Sur, con la deu- agrícola y, por otro lado, los residuos de ferti-
da externa. Entre 1950 y 1980 se perdió el 50% lizantes han sido detectados en las reservas de
de las reservas forestales del Himalaya debido agua de Francia, de Alemania, de Holanda, de
a la duplicación de la población y a la búsqueda Inglaterra y de Dinamarca (Pelizzon, 1992: 26).
que ella generó, a veces de terrenos agrícolas, En treinta años, el Mar de Aral se transformó
a veces de pastos y a veces de leña (Kennedy, en un mar fantasma con menos del 40% de área
1993: 99). La verdad, sin embargo, es que la y con menos del 60% de volumen y, en menos
destrucción intensiva de los bosques de las fal- de una década, Arabia Saudita redujo en 1/5
das del Himalaya comenzó con el colonialismo los estratos acuíferos acumulados en miles de
del final del siglo XIX y principios del siglo XX, años (World Resources, 1990: 171-177).
con el corte de madera para exportación y para Los países del Norte “se especializan” en la
la construcción de las vías férreas (Rao, 1991: polución industrial y, en tiempos más recien-
14). Se trata pues, de una agresión que, apoya- tes, han conseguido exportar parte de esa po-
da en diferentes cálculos económicos, durante lución hacia los países del Sur, bien sea bajo
décadas se ha mantenido sin interrupción. En la forma de venta de desechos tóxicos, bien
julio de 1991, en un llamado dirigido a los presi- sea por transferencia de algunas de las indus-
dentes de las repúblicas de América Latina, se trias más polucionantes, por ser allí menor la
denunciaba que, al ritmo de la actual destruc- conciencia ecológica y ser menos eficaces (si
ción, en el año 2000, 3/4 partes de los bosques acaso existen) los controles antipolución. De
El Norte, el Sur y la utopía167
todos los efectos de la polución y de la degra- de que solo unos saquen ventajas y otros des-
dación ambiental en general, los más amena- ventajas, por lo que sería “natural” la solidari-
zantes son hoy en día el efecto invernadero y dad internacional para enfrentarlo. En verdad,
la degradación de la capa de ozono, con con- nada parece más difícil que la construcción de
secuencias para el ecosistema de la tierra difí- la solidaridad en este ámbito. En primer lugar,
ciles de prever en toda su magnitud. Las emi- la gravedad del problema ambiental reside ante
siones de CO2, los clorofluorocarbonatos, la todo en el modo como afectará a las próximas
deforestación y acidificación de los bosques, la generaciones, por lo que su resolución se basa
contaminación de los ríos, todo eso ha contri- forzosamente en un principio de responsabili-
buido al efecto invernadero. En este siglo, la dad intergeneracional y en una temporalidad a
concentración atmosférica de CO2 aumentó de mediano y largo plazo. Sucede, sin embargo, que
70 ppm, a cerca de 350 ppm. Actualmente se tanto los procesos políticos nacionales, como
lanzan a la atmósfera 6.000 millones de tone- los procesos políticos internacionales están,
ladas de carbono. Estados Unidos es el mayor hoy en día, tal vez más que nunca en este siglo,
emisor mundial de gases que producen el efec- dominados por las exigencias a corto plazo. Hay
to invernadero, con un 17,6% del total de las que agregar que, en el Norte, la preponderancia
emisiones, seguidos por la ex Unión Soviética de los mercados financieros y de capitales ac-
con un 12% y el Brasil con el 10,5%, la China con túa en el mismo sentido, castigando cualquier
el 6,6%, la India y Japón con el 3,9% cada uno. estrategia empresarial asumida o impuesta,
Si no se introduce ninguna corrección —empe- que disminuya la lucratividad actual, incluso en
zando por los Estados Unidos, donde el 4% de nombre de una mayor lucratividad pero necesa-
la población mundial consume 1/4 del petróleo riamente incierta en el futuro. En los países del
mundial—, el ecosistema mundial difícilmente Sur, los procesos político-económicos son aún
podrá continuar renovándose en la forma que más complejos. Por un lado, la industrialización
fue conocida. de muchos países periféricos y semiperiféricos
¿Cuál es el impacto de la degradación am- en las dos últimas décadas ocurrió gracias a la
biental en las relaciones Norte/Sur? El hecho de existencia de una fuerza de trabajo abundante y
que ese impacto sea crecientemente global pa- barata y de una mayor tolerancia social y polí-
rece indicar que frente a él no hay la posibilidad tica frente a la polución. En estas condiciones,
168 Boaventura de Sousa Santos
Analizando a la luz de los tres sectores se- mundial y en realidad, parecen hoy menos dis-
leccionados —el aumento de población, la ponibles que antes. Por un lado, la globaliza-
globalización de la economía y la degradación ción de la economía le dio una preeminencia
ambiental— el espacio-tiempo mundial pare- sin precedentes a sujetos económicos podero-
ce enfrentarse con una situación dilemática a sísimos que no se sienten deudores de lealtad
diferentes niveles. En primer lugar, el modelo o de responsabilidad para con ningún país, re-
de desarrollo capitalista asume una hegemonía gión o localidad del sistema mundial. Lealtad
global en el momento en que se hace evidente y responsabilidad, solo las asumen ante los
que los beneficios que puede generar continua- accionistas e incluso dentro de ciertos lími-
rán confinados a una pequeña minoría de la po- tes. Por otro lado, los procesos políticos de los
blación mundial, mientras sus costos se distri- Estados que componen el sistema interestatal
buirán entre una mayoría siempre creciente. Si están cada vez más dominados por lógicas, cál-
bien la lógica y la ideología del consumismo se culos y compromisos a corto plazo, opuestos
globalizarán cada vez más, la práctica del con- por naturaleza a objetivos intergeneracionales
sumo continuará inaccesible para vastas masas a largo plazo. Hay que agregar que la propia
de la población. Las desigualdades sociales en- globalización de la economía y de los proble-
tre el centro y la periferia del sistema mundial mas que ella generó, minó la eficiencia de los
tenderán pues a agravarse. dispositivos institucionales que le podían ha-
En segundo lugar, y en aparente contradic- cer frente y en esto reside el tercer dilema del
ción con esto, los problemas más serios con espacio-tiempo mundial.
que se enfrenta el sistema mundial son globales La pérdida de centralidad institucional y de
y como tal, exigen soluciones globales, marca- eficacia reguladora de los Estados nacionales,
das no solo por la solidaridad de los ricos para reconocidas por todos, es hoy en día uno de
con los pobres del sistema mundial, sino tam- los obstáculos más resistentes para la búsque-
bién por la solidaridad de las generaciones pre- da de soluciones globales. Es que la erosión
sentes para con las generaciones futuras. Sin del poder de los Estados nacionales no fue
embargo, los recursos económicos, sociales, compensada por el aumento del poder de nin-
políticos y culturales que tales medidas presu- guna instancia transnacional con capacidad,
ponen, no parecen disponibles en el sistema vocación y cultura institucional orientadas
170 Boaventura de Sousa Santos
hacia la resolución solidaria de los problemas competencia entre las dos superpotencias, con
globales. De hecho, el carácter dilemático de lo que conquistaron un cierto poder de arbitra-
la situación reside precisamente en el hecho je y una cultura de imparcialidad, están hoy,
de que la pérdida de eficacia de los Estados en forma creciente, prisioneras de los intere-
nacionales se manifiesta ante todo en la inca- ses geoestratégicos de los Estados Unidos de
pacidad de estos para construir instituciones América (sin que, sin embargo, sean capaces
internacionales que llenen y compensen esa de servirlos de acuerdo con las “expectativas”
pérdida de eficacia. norteamericanas).
El cuarto y último dilema del espacio-tiempo Ante una situación múltiplemente dilemáti-
mundial reside en que, en el momento en que ca, hay quien no se cruce de brazos y busque
los países centrales y los organismos interna- salidas. No es fácil porque, como ya lo mencio-
cionales bajo su control le imponen a los países né, la reciente erosión de los procesos de regu-
periféricos y semiperiféricos la adopción de lación social, bien sea a nivel nacional, bien sea
regímenes de democracia representativa y de a nivel transnacional, trajo consigo la erosión
defensa de los derechos humanos, las relacio- —y no el fortalecimiento, como esperaban mu-
nes entre los Estados en el interior del sistema chos— de los proyectos emancipatorios y de
interestatal, son cada vez menos democráticas, la voluntad política de transformación social.
en la medida en que los países del Sur tienen Incluso así, estamos asistiendo al surgimiento
cada vez menos autonomía interna y están su- de luchas que pretenden ser como que la ne-
jetos a imposiciones externas de todo orden gación dialéctica de los dilemas mencionados
a veces indicadoras del inicio de un nuevo ci- arriba. Sociológicamente, sus promotores son
clo de colonialismo o, por lo menos, de neo- muy heterogéneos, tanto como lo son sus mo-
colonialismo. Paradójicamente, el colapso del dos de organización y sus objetivos. Son los
“gran enemigo” de la democracia occidental, movimientos ecológicos, los movimientos de
el comunismo, no se tradujo en mayor sino en derechos humanos, los movimientos de los
menor poder democrático internacional por pueblos indígenas, los movimientos feministas,
parte de los países periféricos y semiperiféri- los movimientos de los obreros de diferentes
cos. Las mismas Naciones Unidas, que durante países que trabajan en diferentes filiales de la
décadas fueron una de las plataformas de la misma empresa multinacional, etcétera. Lo que
El Norte, el Sur y la utopía171
estos grupos tienen en común, es el intento de explicación de los procesos sociales de nuestra
darle consistencia política transnacional a pro- contemporaneidad. Es, sin duda, un espacio-
blemas transnacionales por naturaleza (como, tiempo con creciente poder conformador; pero
por ejemplo, el agujero de la capa ozono) o a su eficacia depende, en última instancia, de las
problemas transnacionalizables por la vía de los articulaciones que se entretejen con los restan-
grandes enlaces entre sus múltiples manifesta- tes espacios-tiempo. A su vez, estos tienen una
ciones locales en diferentes partes del globo autonomía propia que proviene de las relacio-
(como, por ejemplo, los movimientos obreros nes sociales del ámbito local o nacional que los
de los diferentes países donde opera la misma constituyen. Me referiré en seguida, muy breve-
multinacional, o los movimientos de los pue- mente, a los problemas fundamentales con que
blos indígenas por el control de los recursos na- cada uno de estos espacios-tiempo se debate
turales existentes en sus territorios ancestrales, en el presente, y probablemente se debatirán
territorios de los que fueron expoliados en el en las próximas décadas, y el modo como tales
período colonial). Muchos de estos movimien- problemas se articulan con los problemas dile-
tos dieron origen o están enlazados con organi- máticos del espacio-tiempo mundial que acabo
zaciones no gubernamentales transnacionales. de mencionar.
Tampoco se pueden dejar de mencionar los
esfuerzos de la comunidad internacional en el El espacio-tiempo doméstico
sentido de darle una respuesta transnacional a El espacio-tiempo doméstico es el espacio-
algunos de los problemas del espacio-tiempo tiempo de las relaciones familiares, particular-
mundial, procurando renovar el derecho inter- mente entre cónyuges y entre padres e hijos.
nacional con doctrinas como la del patrimonio Las relaciones sociales familiares están domi-
común de la humanidad y tratados como la ley nadas por una forma de poder, el patriarcado,
del mar o el tratado de la Antártida. que está en el origen de la discriminación se-
Dije arriba que la práctica social está es- xual de la que son víctimas las mujeres. Obvia-
tructurada en cuatro espacios-tiempo. Has- mente, tal discriminación no existe solo en el
ta ahora, me asomé exclusivamente sobre el espacio-tiempo doméstico, sino que además es
espacio-tiempo mundial, pero no porque él visible en el espacio-tiempo de la producción
contenga alguna primacía apriorística para la y en el espacio-tiempo de la ciudadanía, como
172 Boaventura de Sousa Santos
tendré ocasión de mencionar. Pero el patriar- amor libre. La ideología patriarcal del espacio-
cado familiar es, a mi entender, la matriz de las tiempo doméstico tiende, de hecho, a influir
discriminaciones que sufren las mujeres aún sobre la subordinación de la mujer en el mer-
por fuera de la familia, aunque siempre actúe cado de trabajo, siendo adoptada tanto por el
articulada con otros factores. Ese carácter ma- capital en el espacio-tiempo de la producción,
triarcal se manifiesta, por ejemplo, en el hecho, como por el Estado en el espacio-tiempo de
frecuentemente observado de que la división la ciudadanía que la institucionaliza, concre-
sexual del trabajo en el espacio-tiempo domés- tamente en el campo del derecho penal, del
tico tiende a ser homogénea y relativamente derecho de familia y de la seguridad social.
estable en formaciones sociales con diferen- Como también en otros campos, la distinción
tes divisiones sexuales del trabajo en otros entre el espacio-tiempo doméstico y el espacio-
espacios-tiempo. tiempo de la producción, por ejemplo, es tan
Un poco en todas partes, la mujer tiene a su importante como las profundas articulaciones
cargo, además de la reproducción biológica, entre ellos. Por ejemplo, I. Wallerstein y otros
la preparación de los alimentos, las compras han llamado la atención sobre la importancia
para el consumo doméstico y el trabajo de or- decisiva del trabajo no remunerado realizado
ganización y de ejecución que permite la repro- por las mujeres en el espacio-tiempo domés-
ducción funcional de la unidad familiar. Des- tico, en la valoración capitalista de los costos
de una u otra perspectiva, esa homogeneidad del trabajo productivo y, por lo tanto, en la ren-
y estabilidad de la división sexual del trabajo tabilidad del capital (Wallerstein, 1983; Chase-
doméstico, fue sostenida recientemente por E. Dunn, 1991: 233). Se trata de una forma no sa-
O. Wright al demostrar que, entre las familias larial de explotación del trabajo femenino que
norteamericanas y suecas, el volumen de tra- indirectamente facilita la explotación salarial
bajo doméstico realizado por los hombres no del trabajo masculino. Este mecanismo fun-
variaba significativamente según la clase so- ciona ampliamente cuando la mujer entra en el
cial (Wright et al., 1992). Fourier era probable- mercado de trabajo, lo que ocurre cada vez con
mente, buen sociólogo cuando afirmaba que la más frecuencia en las últimas décadas.
igualdad de los sexos solo sería posible en una La articulación de las relaciones socia-
sociedad que aboliera la familia y permitiera el les del espacio-tiempo doméstico con el
El Norte, el Sur y la utopía173
Más importante aún es el hecho de que las Como en muchos países periféricos la globa-
mujeres sean sistemáticamente víctimas de la lización de la economía y la crisis de la deuda
discriminación salarial, siéndoles negada en la externa son dos fenómenos gemelos, la pro-
práctica el disfrute del principio de “a trabajo letarización de la familia corre a la par con la
igual salario igual”, consagrado en las legisla- caída de los ingresos reales de la familia y su
ciones de la mayor parte de los países. La seg- impacto negativo en el espacio-tiempo domés-
mentación del mercado del trabajo ocurre por tico tiende a ser soportado mayoritariamente
otros factores que no son el sexo, por ejemplo, por las mujeres. Las múltiples estrategias de
por la raza y por la etnicidad. Pero la segmen- sobrevivencia ejercidas por las mujeres tienen
tación por el sexo es tal vez uno de los factores un aire de imaginación desesperada y muchas
más universales y la globalización de la econo- veces trascienden del espacio-tiempo domés-
mía en nada ha contribuido para atenuarlo. Al tico hacia la comunidad, como sucede, por
contrario, la existencia de un extenso potencial ejemplo, en los “comedores populares” de los
de fuerza de trabajo femenino a nivel mundial barrios de lata de Lima en el Perú o en las “ollas
hace más fácil la práctica de la discriminación. comunes” de Bolivia (cocinas comunitarias si-
Además, la creciente internacionalización del tuadas en los vecindarios).
capital contribuye, por uno u otro camino, a Las transformaciones del espacio-tiempo
la transferencia hacia el espacio-tiempo de la doméstico bajo el impacto de la internaciona-
producción de la dominación patriarcal organi- lización de los procesos productivos pueden
zada en el espacio-tiempo doméstico. Se trata llegar a ser, en el futuro, aún más profundas,
de la prostitución y del llamado turismo sexual, tanto en el Norte como en el Sur. Como se sabe,
cuyo principal cliente es la clase ejecutiva in- una de las transformaciones históricas de la fa-
ternacional. En Filipinas, las “hospedadoras” milia por parte del capitalismo consistió en la
(hospitality girls) registradas en el Ministerio conversión de la familia en una unidad de re-
del Trabajo y del Empleo, ascienden a 100.000; producción social (vivienda, alimentación, so-
mientras que, para Bangkok, en 1977 los cál- cialización, reproducción biológica) separada
culos eran de 500.000 y para toda Tailandia de de la unidad de producción que, con la primera
700.000. Estas cifras no han dejado de crecer revolución industrial, pasó a ser la fábrica, un
en la última década. fenómeno analizado detalladamente por Max
176 Boaventura de Sousa Santos
Weber. Hoy en día las nuevas tecnologías de el espacio-tiempo de la producción y por ese
la información, de la comunicación, de la au- camino, no solo reproduce, sino incluso amplía
tomatización actúan en el sentido de superar la discriminación sexual contra las mujeres.
esta distinción y hacer convergir de nuevo en El impacto de la degradación ambiental en
la familia las funciones de producción y de re- el espacio-tiempo doméstico se hace sentir
producción. Bajo diferentes formas que más con más intensidad en el Sur, donde las tareas
de una vez tienden a reproducir las jerarquías domésticas se hacen en íntima relación con la
del sistema mundial, este fenómeno está ocu- naturaleza. Es sabido que la “modernización” y
rriendo tanto en el Norte como en el Sur de tal la comercialización de la agricultura en la pe-
modo que muchos miles de personas trabajan riferia y semiperiferia del sistema mundial fue
hoy en casa. En el Norte, se trata sobre todo hecha, en general, en perjuicio de los campesi-
de trabajadores altamente calificados que, pro- nos y en especial, de las mujeres campesinas.
vistos de su computador personal integrado en Pero además de la expulsión de los campesinos
múltiples redes, hacen en casa y con relativa de las tierras más fértiles, seleccionadas para
autonomía, el trabajo que antes los hacía des- cultivos comerciales y de exportación, los pro-
plazarse hasta la empresa, perder horas en las yectos de desarrollo agrícola (grandes repre-
congestiones del tránsito y trabajar según ho- sas, proyectos de irrigación) han venido a pro-
rarios mecánicos y estandarizados. En el Sur, ducir múltiples desequilibrios ecológicos, tales
el trabajo en casa lo hacen casi siempre las mu- como la desertización y la salinización, que ha-
jeres y los niños; es trabajo realizado a destajo, cen más difícil la sobrevivencia diaria y la vida
en general en las industrias trabajo-intensivas doméstica de los campesinos. La deforestación
del sector textil y del calzado. En conclusión, el y la comercialización del bosque, por ejemplo,
problema fundamental del espacio-tiempo do- produjeron la escasez de leña para cocinar los
méstico en las condiciones de la creciente glo- alimentos en los campos. Recoger la leña es,
balización de la economía, reside en que, por en casi todas partes del sistema mundial, una
un lado, la entrada al mercado les permite a las tarea femenina y los datos revelan que el tiem-
mujeres salirse de la dominación patriarcal del po que se gasta en esta tarea no ha dejado de
espacio-tiempo doméstico; por otro lado, esta aumentar (Rao, 1991: 13). Según Agarwal, en
dominación se traslada de este espacio hacia Gambia las mujeres gastan más de medio día
El Norte, el Sur y la utopía177
recogiendo leña (Agarwal, 1998). Por otro lado, por el contrario, ha mostrado el surgimiento
la explotación desordenada de los mantos de importantes movimientos femeninos que lu-
acuíferos y la desertización hacen más difícil la chan por mejores condiciones de igualdad y de
obtención de agua, otra tarea que, en general, dignidad, tanto en el espacio-tiempo doméstico
está a cargo de la mujer del tercer mundo. como en el espacio-tiempo de la producción.
En conclusión, se puede decir que el espacio- Nada más errado que transformar a las muje-
tiempo doméstico está pasando por profundas res en víctimas abstractas e irrecuperables,
transformaciones bajo el impacto del espacio- atrapadas en las redes que entretejen entre sí
tiempo mundial. Como mencioné atrás, el pro- la dominación sexual y la dominación de cla-
blema fundamental —en verdad dilemático— se. Los movimientos de las mujeres, bien sean
que suscitan tales transformaciones es que si, autónomos o bien estén integrados en otros
por un lado, ellas crean condiciones para una movimientos populares como, por ejemplo, el
mayor emancipación, por ejemplo, a través de movimiento obrero y el movimiento ecológico,
la entrada de la mujer en el mercado de trabajo dan testimonio de las posibilidades de recons-
lo cual en alguna medida la libera de la domina- trucción de la subjetividad, tanto individual
ción patriarcal doméstica, por otro lado, permi- como colectiva.
ten que la lógica de esta dominación se traslade
del espacio-tiempo doméstico hacia el espacio- El espacio-tiempo de la producción
tiempo de la producción, por caminos tan va- El espacio-tiempo de la producción es el es-
riados como la discriminación sexual y el aco- pacio-tiempo de las relaciones sociales a través
so sexual, reproduciendo e incluso ampliando, de las cuales se producen bienes y servicios
la discriminación contra las mujeres. Hay que que satisfacen las necesidades tal como ellas
agregar que debido a que al entrar en el espacio se manifiestan en el mercado como demanda
de la producción las mujeres no son aliviadas efectiva. Se caracteriza por una doble desigual-
de las labores del espacio-tiempo doméstico, dad de poder: entre capitalistas y trabajadores,
tienden a ser doblemente victimizadas con los por un lado, y entre ambos y la naturaleza, por
efectos negativos de la globalización de la eco- el otro. Esta doble desigualdad se apoya en una
nomía. La conciencia de este problema a pesar doble relación de explotación: del hombre por
de su naturaleza dilemática, no ha impedido, el hombre y de la naturaleza por el hombre. La
178 Boaventura de Sousa Santos
La autora contrasta la situación de los traba- aumentó la disciplina del trabajo. Hoy en día, si
jadores americanos con la de los trabajadores ampliáramos nuestro punto de vista hasta más
de algunos países de Europa, donde los aumen- allá de la comparación entre países del Norte y
tos de productividad llevaron de hecho a una tuviéramos en cuenta la duración de la jornada
disminución de la jornada de trabajo, hecho de trabajo en los países de la periferia y la se-
que ella le atribuye preponderantemente a la miperiferia del sistema mundial, donde ocurrió
fuerza del movimiento sindical. Me parece, sin la industrialización de las dos últimas décadas,
embargo, que este contraste resultaría atenua- estoy seguro de que, ahí también, la conclusión
do si analizamos la evolución de la jornada real será un significativo aumento de la jornada y
de trabajo desde 1987 para acá, y sobre todo, del control sobre el trabajo. Y a la luz de lo que
si incluimos en este cálculo a los países de la dije arriba sobre el espacio-tiempo doméstico,
semiperiferia europea como Portugal, España, este aumento fue, por cierto, especialmente
Grecia e Irlanda. Pero lo más importante que pronunciado en el caso del trabajo femenino.
hay que considerar es que las reducciones de la En vista de esto, la centralidad del trabajo
jornada de trabajo que se fueron consiguiendo y de la producción, en vez de disminuir, de he-
desde mediados del siglo XIX hasta la Segunda cho ha aumentado. Y la razón para esto reside
Guerra Mundial, son reducciones de larguísi- en la creciente mercantilización de la satisfac-
mas jornadas de trabajo impuestas, por prime- ción de las necesidades y en la cultura que le
ra vez, con la primera revolución industrial y está asociada y la legitima —el consumismo—.
que representan una ruptura total con la jorna- A través de ellas, el crecimiento infinito de la
da de trabajo y el descanso en las sociedades producción ocurre simétricamente con el cre-
precapitalistas donde, además, es bien difícil cimiento infinito del consumo y cada uno de
diferenciar entre trabajo y descanso. La inves- ellos se alimenta del otro. Tal vez por esto, el
tigación reciente sobre la época medieval euro- segundo argumento sobre la pérdida de la cen-
pea o sobre la época de las llamadas sociedades tralidad del espacio-tiempo de la producción
primitivas pone en entredicho la ideología de la tenga algo de verdad. La mayor presencia de la
liberación del trabajo pregonada por el capita- ejecución del trabajo en la vida de las personas
lismo. En verdad, no solo aumentaron el ritmo, puede, en ciertas condiciones, ocurrir a la par
el tiempo y la monotonía del trabajo, sino que con la inculcación de formas de socialización
182 Boaventura de Sousa Santos
y de universos culturales y éticos en los que el producción, es decir, la idea de que el prole-
trabajo y la experiencia de los obreros tienen tariado dejó de ser una fuerza preferente de
muy poca importancia o hasta son sustituidos transformación social. Hoy esta idea parece
por la cultura del consumo y de la ciudadanía. confirmada ampliamente. El colapso del régi-
Como ya lo mencioné en mi texto “Subjetivi- men soviético y de los partidos comunistas, el
dad, ciudadanía y emancipación”, la dispersión abandono de alternativas socialistas por parte
social del trabajo conseguida en la dos últimas de los partidos socialistas, la integración de los
décadas por procesos tan diferentes como la sindicatos en los sistemas neocorporativos de
transnacionalización de los sistemas producti- concentración social, la pérdida de los niveles
vos, la precarización e informalización de la re- de sindicalización y el debilitamiento global del
lación salarial, el aumento del trabajo autónomo movimiento sindical sobre el control efectivo
a domicilio, al mismo tiempo que dificulta la mo- de las condiciones de trabajo, todo eso apun-
vilización sindical, marginaliza la experiencia ta en el sentido de retirarle al obrero cualquier
del trabajo en los procesos de construcción de privilegio en los procesos de transformación
la subjetividad, ya sea del no trabajador como social. Sin embargo, a la luz de lo que dije atrás,
del trabajador. En lo que respecta a este último, de aquí no se puede deducir que el trabajo, la
tal marginalización corresponde a un proceso producción y las clases sociales que se gene-
de supresión y de silenciamiento ideológicos se- ran en ellos, hayan dejado de ser centrales para
mejante al que ocurre con la experiencia de cau- comprender y explicar la sociedad tal como
tiverio. Incluso me pregunto si para la inmensa ella existe. Por el contrario, lo que es necesario
mayoría de los trabajadores no calificados del es comprender o explicar por qué es que esta
sistema mundial, el reciente y creciente aumen- centralidad en las prácticas sociales dominan-
to del ritmo y control sobre el trabajo no aproxi- tes no se traduce en capacidad colectiva para
ma arquetípicamente, por su carácter penoso, el transformarlas. Este es para mí, uno de los pro-
tiempo productivo del tiempo de prisión. blemas fundamentales con que se enfrenta el
Estos procesos de dispersión social y de espacio-tiempo de la producción.
disyuntiva entre prácticas e ideologías, ayu- Desde una perspectiva del sistema mundial,
dan a situar el tercer argumento sobre la pér- las concesiones del capital ante la fuerza del
dida de importancia del espacio-tiempo de la movimiento sindical —designadas en general
El Norte, el Sur y la utopía183
como fordismo, compromiso histórico, Esta- asumen plenamente las condiciones posfordis-
do-providencia, social democracia, etcétera— tas. Por ejemplo, surgen redes de trabajadores
corresponden a un período relativamente limi- que laboran para la misma empresa multinacio-
tado del desarrollo del capitalismo y abarcan nal en diferentes países con el objetivo de ha-
un pequeño número de países y un pequeño cerle un frente común a problemas comunes.
porcentaje de la fuerza de trabajo global. Ta- Por otro lado, algunos sindicatos y movimien-
les concesiones fueron muy importantes y a la tos obreros empiezan a expandir el horizonte
luz de ellas, es comprensible, en retrospectiva, de sus expectativas, de sus exigencias y tam-
que ellas hayan conducido a la cooptación y a bién de sus solidaridades, más allá del espacio-
la desradicalización del movimiento sindical. tiempo de la producción, por el consumo y por
Lo que tal vez es menos comprensible, es que la calidad de vida, por la vivienda y por la de-
la erosión actual de esas concepciones resul- gradación ambiental, por el hambre y por los
tante de la crisis del fordismo, del Estado-pro- desempleados, por los sin abrigo, etcétera. Las
videncia y del debilitamiento de los sindicatos dificultades de estas iniciativas que tratan de
no haya provocado ninguna reanimación de la romper el bloqueo son enormes. Dos de ellas
capacidad emancipatoria del proletariado. De merecen una referencia especial. En primer
algún modo, la cooptación y la desradicaliza- lugar, si son muy diferentes las condiciones
ción continúan por inercia, mucho más allá de de producción de un país a otro, los son aún
los factores que las originaron. El dilema reside más las condiciones de vida, porque es difícil
en que, en un contexto ideológico saturado por de organizar, y mucho más de mantener, una
el consumismo, la erosión de las concesiones y acción concertada y transnacional. En segun-
el aumento de la disciplina y de los ritmos que do lugar, una de las ironías de este fin de siglo
lo acompañan, eliminan en vez de promover la es haber invertido las expectativas de interna-
voluntad de luchar por una vida diferente e in- cionalización formuladas en sus comienzos: en
cluso la capacidad de imaginarla. vez de la internacionalización del proletariado,
Inconformes con este problema dilemático, se dio la internacionalización del capital. A pe-
por todas partes surgen movimientos, organi- sar de alguna migración, el trabajo es hoy una
zaciones, redes obreras muy diferentes entre realidad confinada a órdenes de un capital que
sí, pero que comparten la característica de que circula global e incesantemente. La ecuación
184 Boaventura de Sousa Santos
abstracta entre trabajo y capital esconde una que no se hacen a través del mercado. Por un
profunda asimetría: es que mientras el trabajo lado, los bienes y servicios suministrados por
es una abstracción tan solo de personas físicas, el Estado en el ámbito de sus políticas redistri-
el capital es una abstracción de personas físi- butivas (el Estado-providencia); por otro lado,
cas y de títulos, decisiones y documentos. Si los bienes y servicios transnacionalizados en
los empresarios y sus representantes pasaron a las redes de solidaridad, de ayuda mutua, de re-
movilizarse mucho más fácilmente con el desa- ciprocidad, lo que en general designamos como
rrollo del transporte aéreo, los títulos, las deci- sociedad-providencia. En suma, caben en nues-
siones y los documentos pasaron a movilizarse tro campo analítico tan solo las relaciones so-
instantáneamente con la revolución electróni- ciales de consumo mercantilizado, es decir, las
ca. Dada esta asimetría estructural, mientras es relaciones intermediadas por el mercado.
más fácil para el capital organizar a su favor En las sociedades capitalistas, este espacio-
transnacionalmente el trabajo, es más difícil tiempo está habitado por una forma de poder,
para los trabajadores organizarse transnacio- el fetichismo de las mercancías de consumo
nalmente contra el capital. que establece una desigualdad estructural en-
El espacio-tiempo de la producción com- tre productores y distribuidores, por un lado, y
prende también, como una dimensión relativa- consumidores por el otro. Esta forma de poder
mente autónoma, el núcleo de las relaciones so- consiste en el proceso por el cual la satisfac-
ciales del intercambio mercantil.3 Abarca, por ción de las necesidades por la vía del mercado
lo tanto, las relaciones sociales de consumo; no se transforma en una dependencia en relación
todas, como bien lo vimos. Hay por lo menos con las necesidades que solo existen como an-
dos tipos de relaciones sociales de consumo ticipación del consumo mercantil y que, como
tal, son a un tiempo plenamente satisfechas
por este e infinitamente recreadas por él. Re-
3 El mercado constituye un conjunto de relaciones sulta de los análisis precedentes que el espacio-
sociales cuya autonomía en relación con el espacio- tiempo del mercado ha venido a adquirir una
tiempo de la producción no deja de aumentar. Es posi- importancia creciente. El problema de la satu-
ble que, en futuras revisiones de este modelo analítico,
ración del mercado con que el capitalismo se
el mercado pase a constituir un espacio-tiempo estruc-
tural específico. enfrenta periódicamente, ha sido resuelto por
El Norte, el Sur y la utopía185
el desarrollo de nuevos productos, por la aper- De algún modo ocurrió lo mismo con el consu-
tura de nuevos mercados, por la promoción del mo del té y de otros productos, hoy de consu-
consumo ligada con la publicidad y con el cré- mo corriente. En el ámbito de la producción de
dito del consumo. carnes, el aumento de la producción en Costa
Es discutible la medida en que la globali- Rica, estuvo acompañado de la disminución
zación de la economía de las últimas décadas del consumo interno de carne. Lo que parece
contribuyó a la expansión del consumo en la nuevo en este tema es el aumento exponencial
periferia del sistema mundial. El aumento de de la exportación de la cultura de masas pro-
la pobreza y la permanencia de formas de sub- ducidas desde el centro hacia la periferia y con
sistencia tradicional revelan que una gran ma- ella de las “estructuras de preferencias” por
yoría de la población mundial aún tiene muy las mercancías de consumo occidental. Se está
poco contacto con el consumo mercantilizado creando así una ideología global consumista
y que, por lo tanto, la mayor parte de la pro- que se propone con relativa independencia en
ducción multinacional en los países periféricos relación con las prácticas concretas de con-
obviamente no se destina al mercado interno. sumo en que continúan atrapadas las grandes
Es difícil generalizar en este ámbito, pero las masas de la población de la periferia. Estas son
disparidades de consumo entre el centro y la doblemente victimizadas por este dispositivo
periferia están ciertamente relacionadas con el ideológico: por la privación del consumo efec-
hecho de que la expansión del consumo de los tivo y por el aprisionamiento en el deseo de te-
trabajadores del centro se haya hecho a costa nerlo. Peor que reducir el deseo al consumo, es
de la explotación y de la contracción del con- reducir el consumo al deseo de consumo.
sumo de los trabajadores de la periferia. Sid- Esta doble victimización es también una do-
ney Mintz, en su trabajo sobre el consumo del ble trampa. Por un lado, ni el desarrollo des-
azúcar en el siglo XIX, muestra cómo el azúcar igual del capitalismo, ni los límites del ecosiste-
producido por el trabajo esclavo en las Antillas ma planetario permiten la generalización a toda
Menores les permitió a los trabajadores ingle- la población mundial de los patrones de consu-
ses el acceso a un producto alimenticio y fuen- mo que son típicos de los países centrales. Por
te de calorías que antes era considerado como eso, la globalización de la ideología consumista
un lujo y privilegio de las élites (Mintz, 1985). oculta el hecho de que el único consumo que
186 Boaventura de Sousa Santos
esa ideología hace posible es el consumo de sí productos tradicionales, todo esto con el obje-
misma. Por otro lado, esta ideología es verda- tivo de crear espacios de autonomía práctica
deramente una constelación de ideologías don- ideológica donde sea posible pensar formas de
de se incluyen la pérdida de la autoestima por transformación social alternativas a la del con-
la subjetividad no alienada por las mercancías, sumismo capitalista, basado en la desigualdad,
la deslegitimización de los productos y de los en el desperdicio y en la destrucción del medio
procesos tradicionales de satisfacción de las ambiente. Sin embargo, estas iniciativas y mo-
necesidades, la privatización y el desinterés por vimientos, para ser verdaderamente eficaces,
las formas de solidaridad y de ayuda mutua o deberían establecer un vínculo entre su ámbito
su uso instrumentalista. Por esta vía, la aliena- local y el ámbito global donde se desenvuelve la
ción capitalista puede llegar mucho más lejos ideología del consumismo. Este vínculo exigi-
que el fetichismo de las mercancías. Procesos ría, por un lado, la articulación con otras inicia-
de inculcación ideológica, aparentemente igua- tivas y movimientos locales en otras partes de
les y recurriendo a dispositivos semejantes — la periferia del sistema mundial y, por otro lado,
los mismos anuncios de Coca-Cola o de Pepsi la articulación con las iniciativas y movimientos
mostrados en toda la televisión del mundo, 600 de consumidores en los países centrales. Sin
millones, según los cálculos— pueden estar en embargo, si la primera articulación es difícil, la
contextos diferentes, al servicio de prácticas segunda lo es aún más. Esta última sería de par-
de dominación también diferentes. Esta doble ticular importancia porque, de todas las dispa-
trampa coloca a una gran parte de la población ridades entre el Norte y el Sur, las disparidades
mundial ante una situación dilemática: no está en el consumo son, sin duda, las más evidentes
dentro de la sociedad de consumo y tampoco y como tal, potencialmente las más adecuadas
está por fuera de ella. para traducirse en representaciones sociales de
Algunas iniciativas y movimientos populares injusticia y en energías solidarias. La verdad es
en los países periféricos han intentado romper que tal posibilidad se encuentra, en gran medi-
este dilema reinventando procesos y conoci- da, bloqueada por la propia lógica consumista
mientos locales para la satisfacción de necesi- que privatiza las energías de autorrealización y
dades, transformándolos y adaptándolos a nue- las desvía de las relaciones interpersonales ha-
vas necesidades, relegitimando solidaridades y cia relaciones entre personas y objetos.
El Norte, el Sur y la utopía187
Birmania, Tailandia, Sri Lanka, India, Afganis- condiciones que lo hacen urgente: la erosión de
tán, Líbano, el Chad, Uganda, Mozambique, la soberanía del Estado y la pérdida de centrali-
Angola, Somalia, Liberia, Sudán, Etiopía, Co- dad del Estado frente a las fuerzas subestatales
lombia, el Salvador, Guatemala, México; y en y supraestatales. Y si la democratización de las
Europa, los Estados que resultaron del colapso relaciones entre los Estados parece estar lejana,
de la Unión Soviética y de Yugoslavia. tampoco está cerca la democratización interna
Pero si en el plano interno el Estado está de los Estados, a pesar de las manifestaciones
siendo enfrentado, cada vez más, por fuerzas e imposiciones en sentido contrario. La pérdida
subestatales, en el plano internacional se en- de eficacia de los Estados, combinada con la ero-
frenta con las fuerzas supraestatales que ya sión de la soberanía en el interior de un sistema
señalé arriba al hablar de las transformaciones interestatal demasiado jerárquico y la ausencia
del espacio-tiempo mundial. La erosión de la de condiciones que hagan efectiva la democracia
soberanía, de que tanto se habla hoy, de hecho, en la gran mayoría de los países del sistema mun-
no es un fenómeno nuevo. Por el contrario, dial, no augura un futuro risueño para el sistema
desde siempre ha sido una característica de la interestatal tal como lo conocemos.
experiencia de los Estados periféricos y semi- El espacio-tiempo de la ciudadanía com-
periféricos en sus interacciones con los Esta- prende también, como una dimensión relati-
dos centrales. Lo nuevo es el hecho de que esa vamente autónoma, a la comunidad, o sea el
erosión y esa permeabilidad de la soberanía conjunto de las relaciones sociales por medio
están ocurriendo hoy en los Estados centrales. de las cuales se crean identidades colectivas
Este proceso de erosión de la soberanía, que de vecindad, de región, de raza, de etnia, de
hace que esta sea menos un valor absoluto que religión, que vinculan los individuos a territo-
un título negociable, a pesar de que ocurre global- rios físicos o simbólicos y a temporalidades
mente, no elimina y, por lo contrario, agrava las compartidas pasadas, presentes o futuras.4
disparidades y las jerarquías en el sistema mun-
dial. Como mencioné arriba, este hecho hace ur-
gente un nuevo orden transnacional adaptado a 4 La comunidad ha conquistado una creciente autono-
mía en relación con el espacio-tiempo de la ciudadanía. Es
nuevas condiciones el cual, sin embargo, parece
posible que, en futuros trabajos, la comunidad pase a cons-
que está siendo bloqueado precisamente por las tituir un espacio-tiempo estructural autónomo.
El Norte, el Sur y la utopía189
Las relaciones sociales que constituyen este destronar para siempre, tanto en Europa como
espacio-tiempo generan una forma de poder en el mundo colonizado por ella, las identida-
que designo como diferenciación desigual y des llamadas tradicionales, retrógradas, primi-
que produce desigualdades, tanto en el interior tivas que sustentan tales relaciones; y el Estado
del grupo o comunidad, como en las relaciones fue el dispositivo privilegiado para llevar a cabo
intergrupales o intercomunitarias. Tales des- esta tarea. Como Estado nacional, basado en
igualdades pueden ser enormes o mínimas; de un principio de ciudadanía, creaba una nueva
manera correspondiente el espacio-tiempo co- comunidad, la comunidad nacional que substi-
munitario puede ser despótico o convivencial. tuiría a la comunidad étnica; como Estado se-
Es enorme la diversidad de relaciones sociales cular, basado en el principio de la separación
que comprenden este espacio-tiempo. Tenien- entre la Iglesia y el Estado, creaba una cultura
do en cuenta la perspectiva analítica aquí adop- pública específica, el secularismo que después
tada que consiste en identificar los problemas haría obsoleta la identidad religiosa. Lo cierto
fundamentales de este espacio-tiempo a partir es que en las últimas décadas este proyecto
de las transformaciones por las que pasaron en modernista fue enjuiciado drásticamente cuan-
las dos últimas décadas, en articulación con las do, para sorpresa de muchos, las identidades y
transformaciones del espacio-tiempo mundial las lealtades primordiales de la etnia y de la re-
y, en especial, con la globalización de la eco- ligión ganaron nueva fuerza, al mismo tiempo
nomía, haré una mención breve sobre los tipos que entraban en crisis el carácter nacional del
de relaciones sociales —las relaciones étnicas Estado y el secularismo.
y las relaciones religiosas—. La reaparición de las identidades étnicas
Curiosamente, cualesquiera de estas relacio- está ocurriendo un poco por todas partes y es
nes sociales y en verdad, todas las que cons- ciertamente incorrecto atribuírsela a una sola
tituyen el espacio-tiempo comunitario, fueron causa. Sin embargo, una de las más importan-
declaradas en decadencia irreversible por la tes es, ciertamente, el propio proceso histórico
modernidad. El racionalismo iluminista, en co- de la constitución de muchos de los Estados
nexión con el capitalismo liberal e individua- modernos, tanto en Europa como en el con-
lista, por un lado, y el Estado moderno, demo- texto poscolonial. A pesar de estar basados en
crático, por otro lado, parecieran capaces de la ecuación entre Estado y Nación, muchos de
190 Boaventura de Sousa Santos
esos Estados son multiétnicos y se basan en muchas fronteras estatales. Además, algunos
la imposición de una etnia sobre las restantes de los Estados de la periferia mundial son casi
existentes en el mismo espacio geopolítico. En imperiales, en la medida en que incluyen gru-
un momento en que las promesas de progreso y pos poblacionales importantes con identidades
bienestar hechas por los Estados se incumplen diferentes de la que es reconocida oficialmente
más y más en la medida en que la globalización como, por ejemplo, India, Paquistán, China, Ni-
de la economía elimina todas las veleidades de geria o Etiopía. Pero además de ellos existen
autonomía por parte de los países periféricos, muchos otros y al respecto basta con ver la lis-
tal vez es de esperar que las masas populares ta de los Estados con “minorías muy amplias”
vuelvan a revalorizar y a recrear identidades organizada por Anthony Smith (1988).
ancestrales que, en últimas, fueron las que ase- La crisis del Estado y de las ideologías desa-
guraron la sobrevivencia y la dignidad colecti- rrollistas abre en este ámbito, una caja de Pan-
vas durante siglos, las “comunidades humanas, dora de donde pueden salir, codo con codo, y
naturales e inmediatas” de que habla Ernest a veces mezclados, el racismo, el chauvinismo
Wamba Dia Wamba (1991: 221). étnico y aún el etnocidio, por un lado; y la crea-
Si las fronteras nacionales tienen siempre tividad cultural, la autodeterminación, la tole-
algo de artificial, en algunos casos esa artificia- rancia de las diferencias y la solidaridad, por el
lidad está especialmente acentuada. Esto ocu- otro. La dificultad dilemática en este tema, re-
rre incluso en Europa, en el caso de Europa del side precisamente en que desde el principio es
Este, donde las fronteras fueron marcadas y difícil prever cuál de estos procesos prevalece-
desmarcadas periódicamente a lo largo de una rá o al menos, si cualquiera de ellos puede, en
historia muy trastornada. Los acontecimien- determinadas circunstancias, transformarse en
tos recientes y todavía en curso son indicati- el otro. Los términos en que se dio y continúa
vos de que solo ahora se le está poniendo fin dándose, la globalización del sistema mundial,
y de manera nuevamente dolorosa, a los tres originan periódicamente procesos de fragmen-
últimos imperios de Europa: el Otomano, el de tación y de localización. En las condiciones
los Habsburgo y el Ruso. Por fuera de Europa, actuales, la articulación entre ellos es funda-
el problema se acentúa aún más en virtud de mental para potenciar lo que hay en ellos de
la imposición colonial que está en la base de progresivo y emancipatorio y para neutralizar
El Norte, el Sur y la utopía191
lo que hay en ellos de retrógrado e incluso de Lo cierto es que, durante estos casi dos siglos,
reaccionario. Sin embargo, dado que tal articu- ninguna de las grandes religiones se colapsó y
lación implica en sí misma un proceso de glo- algunas de ellas se expandieron enormemente,
balización, ¿cómo es que se pueden globalizar como es el caso del Islam, cuya expansión, des-
las diferencias, sin aplastar algunas de ellas du- pués de recorrer el África y el Sudeste asiático,
rante el proceso? se hizo sentir en Europa y América del Norte.
Las identidades y lealtades religiosas resur- Hoy en día hay 1,5 millones de musulmanes en
gieron en paralelo con las identidades y leal- Inglaterra, más que los metodistas y baptistas
tades étnicas y en algunos casos, las dos se juntos; y en Francia, su número llega a cerca de
sobreponen. A partir de la Revolución Fran- 7 millones (Delurgian, 1992b: 7). Por otro lado,
cesa, el Estado moderno asumió gradualmen- las primeras décadas del siglo XX presencia-
te muchas de las tareas y posiciones sociales ron, tanto en el centro como en la periferia del
que estaban ocupadas antes por la Iglesia, un sistema mundial, un auge del fundamentalis-
proceso que se denominó, en general, como mo religioso. Movimientos evangélicos en los
secularización y que por su papel trascenden- Estados Unidos, el integralismo y el Opus Dei
tal pasó a ser considerado como uno de los en Europa, el culto de los milagros en Fátima y
rasgos principales de la modernidad. Si en el más tarde en Medjugorie, en Croacia, son ma-
espacio colonial la relación entre el Estado y nifestaciones del fundamentalismo en el centro
la religión fue más compleja debido a la coe- y en la semiperiferia que ocurren casi simultá-
xistencia de religiones europeas, no europeas neamente con movimientos paralelos e igual-
y de nuevas religiones sincréticas y debido mente fundamentalistas en la periferia, como
también a la relación de soporte mutuo entre por ejemplo, la Hermandad Islámica fundada
el Estado colonial y la religión europea, en el en Egipto en 1988 (Delurgian, 1992b: 11).
período poscolonial, los nuevos Estados asu- A pesar de esto, durante los años cincuenta
mieron el mismo papel de modernizadores y sesenta, el secularismo parecía haber triun-
colocando, también ellos, a la religión en una fado y parecía que el fundamentalismo había
posición defensiva de resistencia y de adapta- sido reducido a su mínima expresión. Sin em-
ción semejante a la que ella asumió en el pa- bargo, a partir de la década del sesenta el secu-
norama europeo. larismo empezó a retroceder o, por lo menos
192 Boaventura de Sousa Santos
así fue interpretado el resurgimiento religioso debe ser visto, en general, como una respuesta
que irrumpió entonces y que realmente ha ve- al fracaso del nacionalismo y del socialismo
nido creciendo hasta el presente bajo múltiples y como una alternativa que, al contrario de lo
formas: nuevas religiones, movimientos funda- que sucedió con estos dos últimos, no se basa
mentalistas dentro de las religiones históricas, en la imitación de occidente ni en la rendición
aumento de la práctica religiosa en camadas al imperialismo cultural de este sino más bien
sociales consideradas anteriormente como se- se basa en la posibilidad de un proyecto social,
cularizadas (por ejemplo, los jóvenes). Se trata político y cultural autónomo. En los países
de un fenómeno muy diferenciado internamen- centrales, algunos movimientos protagoniza-
te, en términos de la composición social y de la dos por minorías étnicas comparten algunos
orientación política. De un lado, la teología de de los rasgos de esta posición cultural con el
la liberación de los barrios de lata y de la sel- objetivo de denunciar el colonialismo interno
va indígena de América Latina y de otro lado, de que son víctimas, mientras que otros, con
la derecha religiosa en los Estados Unidos. En fuerte participación de la clase media, asumen
general, este renacimiento religioso ha provo- la posición de autonomía y separación a partir
cado cierta perturbación en el interior de las je- del polo opuesto, traduciendo esta posición en
rarquías de las religiones históricas, sobre todo retórica y prácticas racistas y xenofóbicas di-
cuando se traduce en prácticas y objetivos no rigidas, sobre todo, contra los inmigrantes del
sancionados por las instituciones religiosas. tercer mundo.
Lejos de significar un regreso al pasado, el Tal como sucede con las identidades y lealta-
nuevo surgimiento de la religiosidad expresa, des étnicas y, como vimos, muchas veces inter-
sobre todo, un resentimiento frente a las pro- penetradas por ellas, las identidades y lealta-
mesas modernizadoras y progresistas incum- des religiosas constituyen una caja de Pandora
plidas y, en consecuencia, una gran desconfian- de donde pueden brotar tanto energías des-
za frente a las instituciones que se proclamaron tructivas como energías constructivas. El dile-
como mensajeras de esas promesas, sobre ma reside en que la crítica radical que dirigen
todo el Estado y el mercado. En la periferia del los países periféricos hacia las promesas de la
sistema mundial, el resurgimiento fundamenta- modernidad y del capitalismo eurocéntricos,
lista, sobre todo del fundamentalismo islámico, ocurre en un momento de crisis profunda del
El Norte, el Sur y la utopía193
sujeto. En las condiciones actuales, los Esta- interés y capacidad. Es en esa esfera, donde
dos nacionales tendrán que ser forzosamente hoy los individuos identifican mejor sus intere-
un sujeto preferente, aunque complementado ses y las capacidades para darles satisfacción.
por movimientos sociales y organizaciones no La reducción a la esfera privada de esta ecua-
gubernamentales transnacionales y organiza- ción, hace que muchas de las desigualdades
ciones internacionales, etcétera. Vimos, sin y opresiones que ocurren en cada uno de los
embargo, que la crisis del Estado, que hace espacios-tiempo estructurales sean invisibles
imperiosa la urgencia de un nuevo orden inter- o, si son visibles, sean trivializados.
nacional, es a la postre, la crisis del sujeto en La segunda dificultad se refiere a la tempora-
ese orden. En el plano interno, parece que esa lidad propia de una solución fundamental. Esa
crisis se va a traducir, en los próximos años, en temporalidad es intergeneracional, por lo tanto,
el aumento de las convulsiones sociales, en el es de mediano y largo plazo. Pero, como vimos,
fundamentalismo religioso, en la criminalidad, todo parece conspirar contra tal temporalidad.
en los motines motivados por las iniquidades Durante décadas, el comunismo mantuvo viva
del consumo, en la guerra civil y, en algunos esa temporalidad, aunque en la práctica, los
casos, en la pérdida de control político sobre regímenes comunistas la negaran burdamente,
parte del territorio nacional. Esta crisis del su- sobre todo en el campo ecológico. Hoy, la clase
jeto significa que el sistema mundial capitalista política vive atrancada en los problemas y en
al mismo tiempo que transnacionaliza los pro- las soluciones a corto plazo, según la tempo-
blemas, localiza las soluciones y efectivamen- ralidad propia de los ciclos electorales, en los
te, dada la crisis del Estado, hace descender países centrales; o de los golpes y contragol-
el peldaño de localización hacia un nivel sub- pes, en los países periféricos. Por otro lado,
nacional. Además, es posible argumentar que, una parte significativa de la población de los
sobre todo en los países centrales, el horizonte países centrales vive dominada por la tempo-
social de las soluciones, más que localizado, ralidad, cada vez más corta y obsolescente, del
está privatizado. El capitalismo es hoy menos consumo, mientras que una gran mayoría de la
un modo de producción que un modo de vida. población de los países periféricos vive domi-
El individualismo y el consumismo transfirie- nada por el plazo inmediato o urgidos por el
ron hacia la esfera privada la ecuación entre diario sobrevivir. Las condiciones y los sujetos
El Norte, el Sur y la utopía195
del pensamiento estratégico, a largo plazo, pa- globaliza al enemigo y si el enemigo está en
recen cada vez menos presentes en el sistema todas partes, no está en ninguna parte. Esta
mundial. De hecho, hoy en día solo un sujeto es una dificultad verdaderamente dilemática,
tiene condiciones para pensar estratégicamen- porque las coaliciones revolucionarias o re-
te: un grupo reducido de empresas multilatera- formistas siempre fueron organizadas contra
les dominantes. Más que los Estados hegemó- un enemigo bien definido. Si, como dije arriba,
nicos, este grupo es el que amarra a los países hay ciertos problemas en relación con los cua-
periféricos y semiperiféricos a la urgencia de les, a la larga nadie podrá ganar con su falta
los ajustes estructurales (que tienen realmente de solución, parece imposible, por lo menos
muy poco de estructural) y amarra igualmen- en esos casos, determinar el enemigo contra el
te a las clases políticas al corto plazo político cual es preciso organizar una solución del pro-
que transcurre entre ellos. Más que los Estados blema. Es cierto que mencioné arriba el papel
hegemónicos, este grupo es el que amarra una de las empresas multinacionales en la creación
parte del mundo a la compulsión del consumo de nuestros problemas por el simple hecho de
inmediatista y a la otra al inmediatismo de la que hoy son ellas las únicas titulares del pen-
lucha por la sobrevivencia. samiento estratégico en el sistema mundial.
El problema de las soluciones interregiona- Pero es evidente que no son el único enemigo
les es que ellas tienen que ser ejecutadas in- identificable, ni tampoco me parece que el ene-
trageneracionalmente. Por eso, los problemas migo pueda ser identificado solo o sobre todo
que ellas crean en el presente en nombre del a nivel institucional. Nuestros problemas son
futuro, tienden a ser más visibles y ciertos que más profundos y las instituciones solo pueden
los problemas futuros que ellas pretenden re- resolverlos después de transformadas y rein-
solver en el presente. Esto me lleva a la tercera ventadas al nivel que ocurren los problemas.
y última dificultad de las soluciones fundamen- Cuatro axiomas fundamentales de la mo-
tales: la cuestión del enemigo. Por el contrario dernidad están, a mi entender, en la base de
de lo que se podría pensar, la globalización de los problemas con que nos enfrentamos. El
los problemas no torna a sus causantes más primero, se deriva de la hegemonía que la ra-
visibles o más fácilmente identificables. De al- cionalidad científica vino a asumir y consiste
gún modo, la globalización de los problemas en la transformación de los problemas éticos
196 Boaventura de Sousa Santos
y políticos en problemas técnicos. Siempre regulación social y a imagen de esta, una volun-
que tal transformación no es posible, se busca tad de desorden y de emancipación. De ahí que
una solución intermedia: la transformación de el enemigo de las soluciones fundamentales
los problemas éticos y políticos en problemas tenga que ser buscado en múltiples lugares, in-
jurídicos. El segundo axioma es el de la legiti- cluso en nosotros mismos. De ahí también que
midad de la propiedad privada independiente- la crisis del orden social dificulte, y no facilite,
mente de la legitimidad del uso de la propiedad. pensar el desorden verdaderamente emancipa-
Este axioma genera o promueve una posición dor. ¿Qué hacer frente a esto?
psicológica y ética —el individualismo posesi-
vo—, que articulada con la cultura consumista, LA UTOPÍA Y LOS CONFLICTOS
induce al desvío de las energías sociales de la PARADIGMÁTICOS
interacción con personas humanas hacia la in- “El futuro ya no es lo que era”, dice un gra-
teracción con objetos porque son más fáciles ffiti en una calle de Buenos Aires. El futuro
de apropiar que las personas humanas. El ter- prometido en la modernidad no tiene de hecho
cer axioma es el axioma de la soberanía de los futuro. Vencidos por los desafíos, la mayoría de
Estados y de la obligación política vertical de los pueblos de la periferia del sistema mundial,
los ciudadanos frente al Estado. Por el camino no creen en él porque en su nombre descuida-
de este axioma, tanto la seguridad internacio- ron o rechazaron otros futuros, quizás menos
nal, como la seguridad nacional adquieren “na- brillantes y más próximos de su pasado, pero
tural” precedencia sobre la democracia entre que al menos garantizaban la subsistencia co-
Estados y la democracia interna, respectiva- munitaria y una relación equilibrada con la na-
mente. El cuarto y último axioma es la creencia turaleza, que ahora les resultan tan precarias.
en el progreso entendido como un desarrollo Dudan de él amplios sectores de los pueblos
infinito alimentado por el crecimiento econó- del centro del sistema mundial, porque los
mico, por la ampliación de las relaciones y por riesgos que conlleva —sobre todo los ecológi-
el desarrollo tecnológico. cos— empiezan a ser más ilimitados que él mis-
Estos axiomas moldearon la sociedad y mo. No sorprende que, frente a esto, muchos
la subjetividad, crearon una epistemología hayan asumido una actitud futuricida; asumir
y una psicología, desarrollaron un orden de la muerte del futuro para finalmente celebrar
El Norte, el Sur y la utopía197
el presente, como sucede en cierto posmoder- soluciones técnicas, que es parte intrínseca de
nismo, o incluso para celebrar el pasado, como la cultura instrumental de la modernidad, ocul-
sucede con el pensamiento reaccionario. Lo ta y neutraliza su déficit del futuro. Por eso ta-
cierto es que, después de siglos de modernidad, les soluciones no dejan pensar el futuro, inclu-
el vacío del futuro no puede ser llenado ni por so cuando ellas mismas dejaron de pensarlo.
el pasado ni por el presente. El vacío del futuro ¿Cómo proceder frente a esto? Pienso que
es tan solo un futuro vacío. solo hay una solución: la utopía. La utopía es
Pienso pues que frente a esto solo hay una la explotación de nuevas posibilidades y vo-
salida: reinventar el futuro, abrir un nuevo luntades humanas, por el camino de la oposi-
horizonte de posibilidades cartografiado por ción de la imaginación a la necesidad de lo que
alternativas radicales. Con esto se asume que existe, solo porque existe, en nombre de algo
estamos entrando en una fase de crisis para- radicalmente mejor, que la humanidad tiene el
digmática y, por lo tanto, de transición entre derecho de desear y por lo que vale la pena
paradigmas epistemológicos, sociales, polí- luchar. La utopía es así, doblemente relativa.
ticos y culturales. Se asume también que no Por un lado, es una llamada de atención sobre
basta continuar criticando el paradigma aún lo que no existe como (contra) parte integran-
dominante, lo que por lo demás se ha hecho ya te, pero silenciada, de lo que existe. Pertenece
hasta la saciedad. Es necesario, además, defi- a la época por el modo como se aparta de ella.
nir el paradigma emergente. Esta última tarea Por otro lado, la utopía es siempre desigual-
que de lejos es la más importante, también es, mente utópica, en la medida en que la imagi-
de lejos, la más difícil. Lo es sobre todo porque nación de nuevo está compuesta, en parte, por
el paradigma dominante, la modernidad, tiene nuevas combinaciones y nuevas escalas de lo
un modo propio, aún hoy hegemónico, de com- que existe. Una comprensión profunda de la
binar la grandeza del futuro con su miniaturi- realidad es así esencial para el ejercicio de la
zación. Consiste en la clasificación y fragmen- utopía, condición para que la radicalidad de
tación de los grandes objetivos en soluciones la imaginación no choque con su realismo.
técnicas que tienen como característica ser En la frontera entre dentro y fuera, la utopía
creíbles hasta más allá de lo que técnicamente está tan poseída por el Zeitgeist como por la
es necesario. Este exceso de credibilidad de las Weltschmerz.
198 Boaventura de Sousa Santos
de lo que existe, destotaliza los sentidos, desu- todos sus rasgos. En Pasárgada 2, se estudia
niversaliza los universos, desorienta los mapas. con mucha atención el siglo XVII porque fue un
Todo esto con el único objetivo de destender siglo donde circularon diferentes paradigmas
la cama donde las subjetividades duermen un científicos. Por ejemplo, convivieron a la par
sueño injusto. el paradigma tolemaico y el paradigma coper-
Lo que propongo seguir no es una utopía. Es nicano-galileico. Tal vez por eso, en ese siglo,
tan solo una heterotopía. En vez de la inven- se aceptó la relativización del conocimiento, la
ción de un lugar totalmente otro, propongo una distancia lúdica en relación con las verdades
deslocalización radical dentro de un mismo adquiridas y se vivió la fascinación por otros
lugar, el nuestro. Una deslocalización de la or- mundos, otras formas de pensar y de proceder,
totopía hacia la heterotopía, del centro hacia el en fin, otras formas de vida.
margen. El objetivo de este desplazamiento es Fontenelle, ya citado, es un buen ejemplo
hacer posible una visión telescópica del centro de esto mismo. Su obra más conocida se titula
y, al mismo tiempo, una visión microscópica de significativamente Entretiens Sur la Plurali-
lo que él excluye para poder ser centro. Se trata té des Mondes y, en ella, el autor diserta sobre
también, de vivir la frontera de la sociabilidad la posibilidad de que la luna y otros planetas
como forma de sociabilidad. estén habitados. Según él, si la diferencia de
La heterotopía que propongo se llama Pa- costumbres y de apariencia física son tan gran-
sárgada 2. No es un lugar inventado; es un des entre Europa y la China, no nos debemos
nombre inventado de un lugar de nuestra so- sorprender que sean aún mayores entre los ha-
ciedad, de cualquier sociedad donde vivimos, a bitantes de la tierra y los habitantes de la luna.
una distancia subjetivamente variable del lugar Como ejercicio, nos invita a meternos en la piel
donde vivimos. En Pasárgada 2 se fortalece de los indígenas americanos quienes, al ver a
la idea de que estamos efectivamente en un Colón, debían haber tenido la misma sorpresa
período de transición paradigmática y que es que tendríamos nosotros si contactáramos a
preciso asumir todas las consecuencias de esa los habitantes de la luna. Y sobre nuestro co-
situación. Todas o algunas, pues también se re- nocimiento afirma que él tiene límites más allá
conoce que este período de transición está aún de los cuales nunca podrá conocer y que des-
en el comienzo y por lo tanto no presenta aún de otros planetas o perspectivas es posible ver
El Norte, el Sur y la utopía201
cosas que no vemos de nuestro planeta o de elegidos por la comunidad educativa. Conviene
nuestras perspectivas. Además, especula que decir una palabra sobre el origen de esta Cá-
nuestras peculiaridades no serán menores que mara. Convencida por los argumentos de algu-
las de los habitantes de la luna y concluye — nos filósofos, científicos y humanistas, de que
con la distancia lúdica que nos recomienda— el paradigma de la modernidad está entrando
que estamos reducidos a decir que los dioses en una crisis final y de que la competencia con
estaban embriagados cuando hicieron a los un paradigma emergente estaba abierta de he-
hombres y que cuando, ya sobrios, miraron su cho, la comunidad educativa de Pasárgada 2
obra, no pudieron dejar de reírse” (1955: 90). comprobó que sus instituciones educativas no
Inspirado en esta actitud, Pasárgada 2, deci- daban ninguna señal de que esa crisis existía
dió adoptar el principio de la transición paradig- y suprimieron de diferentes modos, unos más
mática. Ya Pasárgada 2 es solo una comunidad sutiles que otros, la idea de que un nuevo pa-
educativa: los estudiantes son todos los ciuda- radigma podría estar en el horizonte y de que
danos mientras trabajan, descansan y estudian. conocerlo era del interés de los ciudadanos-es-
Está delineada por un doble objetivo: ampliar tudiantes. La simple hipótesis de una alternati-
el conocimiento de los paradigmas presentes y va radical los dejaba nerviosos y escondían sus
promover la competencia entre ellos de modo nervios silenciando o ridiculizando a los que
que sea posible expandir las alternativas de las admitían tal hipótesis. Los nervios y su oculta-
prácticas sociales y personales y las posibilida- miento eran tanto mayores mientras mayores
des de luchar por ellas. Al contrario de las otras eran las responsabilidades profesionales de
utopías, Pasárgada 2 no está organizada en de- las instituciones. Por ejemplo, al nivel univer-
talle, por lo que aquí no cabe sino enunciar sus sitario, las Facultades de Economía, Derecho,
principios de organización y el perfil general de Medicina e Ingeniería eran particularmente no-
los paradigmas en competencia. torias por esta actitud.
En cuanto a la organización el principio ins- Frente a esto, la comunidad de ciudadanos-
titucional más importante es la constitución estudiantes, decidió formar una Cámara Para-
de una Cámara Paradigmática donde están digmática con el objetivo de crear un forum
igualmente representados los diferentes para- alternativo de discusión sobre los paradigmas.
digmas en competencia a través de sus adeptos Esta cámara no tiene ningún poder deliberante
202 Boaventura de Sousa Santos
sobre los procesos y contenidos de la enseñan- eso, desde el punto de vista de la Cámara Pa-
za en las instituciones, pero está en permanen- radigmática, significaría hablar como ignorante
te diálogo con ellos. La única deliberación que diplomado. Hablo como sociólogo miembro de
hizo fue suspender temporalmente la conce- la Cámara que defiende en ella el paradigma
sión de diplomas. Como las instituciones conti- emergente tal cual él y otros lo conciben. De
núan, por ahora, enseñando solo el paradigma ahí que, en lo que sigue analizo los términos de
hasta ahora vigente, la Cámara entendió que, la transición y de la competencia paradigmática
como los diplomas certifican conocimiento tal como yo los veo y, por lo tanto, sin que eso
solo de ese paradigma, desde el punto de vista vincule a la Cámara. Solo espero que los análi-
del paradigma emergente, los diplomas corres- sis y los argumentos que presento sean persua-
ponden a diplomas de ignorancia. Como sería sivos y en esa medida, conquisten adeptos.
embarazoso que en el futuro los ciudadanos-es- El diagnóstico de la condición actual que
tudiantes tuvieran un diploma de ignorancia, y presenté en la primera parte de este texto, da
como les serviría de poco un diploma que tanto suficientes indicaciones sobre el modo como
podía ser considerado de conocimiento como veo la transición paradigmática y sobre la con-
de ignorancia, la Cámara decidió suspenderlos cepción que tengo y la evaluación que hago del
temporalmente, admitiendo incluso, la posibi- paradigma todavía dominante, aunque deca-
lidad de abolirlos más tarde y para siempre. La dente: el paradigma de la modernidad. Ahora
suspensión de los diplomas les dio mucha más me concentraré en el paradigma emergente.
libertad a los ciudadanos-estudiantes y creó un En verdad, no hay un paradigma emergente.
incentivo para que las instituciones se abrieran Ante todo, hay un conjunto de “vibraciones as-
a la discusión paradigmática. Desprovistas de cendentes”, como diría Fourier, de fragmentos
la preeminencia de la certificación, si no se preparadigmáticos que tienen en común la idea
abren a la discusión, corren el riesgo de perder de que el paradigma de la modernidad dejó ex-
a los estudiantes. hausta su capacidad de regeneración y desa-
Trataré ahora de analizar, a grandes rasgos, rrollo y que al contrario de lo que él proclama
el contenido de las discusiones paradigmáticas —modernidad o barbarie— es posible (y urgen-
que promueve la Cámara Paradigmática. No te) imaginar alternativas progresistas. También
hablo como sociólogo independiente porque tienen en común el hecho de saber que solo es
El Norte, el Sur y la utopía203
entidad única, totalmente diferente de otras prácticas y grupos sociales que podrían consti-
disciplinas intelectuales, tales como las artes y tuir una amenaza para la expansión capitalista
las humanidades. o, durante buena parte de nuestro siglo, para
El nuevo paradigma constituye una alterna- la expansión comunista (en este tema, tan mo-
tiva para cada uno de estos rasgos. En primer derna como el capitalismo); y también porque
lugar, en sus términos no hay una forma única ocurrió tanto en el espacio periférico extra
de conocimiento válido. Hay muchas formas europeo y extra norteamericano del sistema
de conocimiento, tantas cuantas sean las prác- mundial, como en el espacio central europeo
ticas sociales que las generan y las sostienen. y norteamericano, contra los trabajadores, los
La ciencia moderna se apoya en una práctica indígenas, los negros, las mujeres y las mino-
de división técnica profesional y social del tra- rías en general (étnicas, religiosas, sexuales).
bajo y en el desarrollo tecnológico infinito de El nuevo paradigma considera el epistemici-
las fuerzas productivas de las que el capitalis- dio como uno de los grandes crímenes contra
mo es hoy el único ejemplar. Prácticas sociales la humanidad. Hasta más allá del sufrimiento y
alternativas generan formas alternativas del de la devastación indivisibles que produjo en
conocimiento. No reconocer estas formas del los pueblos, en los grupos y en las prácticas
conocimiento, implica deslegitimar las prácti- sociales que fueron puestos por él en la mira,
cas sociales que las apoyan y, en ese sentido, significó un empobrecimiento irresistible del
promover la exclusión social de los que las horizonte y de las posibilidades del conoci-
promueven. El genocidio que puntualizó tantas miento. Si hoy aparece un sentimiento de blo-
veces la expansión europea, fue también un queo por la ausencia de alternativas globales
epistemicidio: se eliminaron pueblos extraños al modo como está organizada la sociedad, es
porque tenían formas de conocimiento extraño porque durante siglos, sobre todo después de
y se eliminaron formas de conocimiento extra- que la modernidad se redujo a la modernidad
ñas porque se basaban en prácticas sociales capitalista, se procedió a la liquidación siste-
y en pueblos extraños. Pero el epistemicidio mática de las alternativas, cuando ellas, tanto
fue mucho más extenso que el genocidio por- en el plano epistemológico como en el plano
que ocurrió siempre que se pretendió subal- práctico, no eran compatibles con las prácticas
ternizar, subordinar, marginalizar o ilegalizar hegemónicas.
El Norte, el Sur y la utopía205
Contra el epistemicidio, el nuevo paradigma por lo tanto fuente de oscurantismo— toda ac-
se propone revalorizar los conocimientos y las titud epistemológica que se rehúse a reconocer
prácticas no hegemónicas que, a la postre, son el acceso privilegiado a la verdad que ella cree
la inmensa mayoría de las prácticas de vida poseer por derecho propio. La posibilidad de
y de conocimiento en el interior del sistema una relación horizontal entre conocimientos le
mundial. Como medida transitoria, propone es totalmente absurda. Ahora, el nuevo para-
que aprendamos con el Sur, siendo en este caso digma propone tal horizontalidad como punto
el Sur una metáfora para designar a los oprimi- de partida y, no necesariamente como punto
dos por las diferentes formas de poder, sobre de llegada. Entendida así, la horizontalidad es
todo por las que constituyen los espacios-tiem- la condición sine qua non de la competencia
po estructurales arriba descritos, tanto en las entre conocimientos. Solo habría relativismo si
sociedades periféricas como en las sociedades el resultado de la competencia fuera indiferen-
semiperiféricas y aún en las sociedades centra- te para la comparación de los conocimientos,
les. Esta opción por los conocimientos y prácti- lo que no es del caso, dado que hay un punto
cas oprimidos, marginalizados, subordinados, de llegada que no está totalmente determinado
no tienen ningún objetivo museológico. Por el por las condiciones del punto de partida.
contrario, es fundamental conocer el Sur para Este punto de llegada depende del proceso
conocer el Sur en sus propios términos, pero argumentativo en el interior de las comunida-
también para conocer el Norte. Es en los már- des interpretativas. El conocimiento del nuevo
genes donde se hace el centro y en el esclavo paradigma no es validable por principios de-
donde se hace el señor. mostrativos de verdades intemporales. Es, por
Lo que se pretende es pues, una competen- el contrario, un conocimiento retórico cuya
cia epistemológica leal entre conocimientos validez depende del poder de convicción de
como proceso para reinventar las alternativas los argumentos en que se traduce. De ahí que
de la práctica social de que carecemos o que, el nuevo paradigma preste particular atención
en últimas, solo ignoramos o no nos atrevemos a la constitución de las comunidades interpre-
a desear. Esta competencia no significa relati- tativas y considere su objetivo principal garan-
vismo en el sentido que tiene de él la epistemo- tizar y expandir la democracia interna de esas
logía moderna. Según ella, es relativismo —y comunidades, es decir la igualdad de acceso al
206 Boaventura de Sousa Santos
y los sujetos o grupos sociales que intervienen entre apariencia y realidad. En los términos en
en ellas. No hay primitivos ni subdesarrollados, que ella fue hecha por la ciencia moderna, se
pero sí opresores y oprimidos. Y porque el ejer- trata mucho más de una jerarquización que de
cicio del poder es siempre subordinante, todos una distinción. La apariencia es la no realidad,
somos contemporáneos. Para dar un ejemplo la ilusión que crea obstáculos para la inteligi-
casero, el conocimiento de los campesinos bilidad de lo real existente. De ahí que la cien-
portugueses no es menos desarrollado que el cia tenga como objetivo identificar-denunciar
de los ingenieros agrónomos del Ministerio de la apariencia y sobrepasarla para alcanzar la
Agricultura; es contemporáneo con él, aunque realidad, la verdad sobre la realidad. Esta pre-
subordinado. Del mismo modo que la agricultu- tensión de saber distinguir y jerarquizar entre
ra familiar portuguesa no es más primitiva que apariencia y realidad y el hecho de que la dis-
la agro-industria. Le es contemporánea pero tinción sea necesaria en todos los procesos de
subordinada. conocimiento hicieron posible el epistemici-
La intemporalidad de la verdad científica le dio de la desclasificación de todas las formas
permitió a la ciencia moderna autoproclamarse de conocimiento extrañas al paradigma de la
contemporánea de sí misma y, al mismo tiem- ciencia moderna bajo el pretexto de ser cono-
po, descontemporanizar todos los demás cono- cimiento tan solo de apariencias. La distribu-
cimientos, concretamente los que dominaron ción de la apariencia a los conocimientos del
en la periferia del sistema mundial en el mo- Sur y de la realidad al conocimiento científico
mento del contacto con la expansión europea. del Norte, está en la base del eurocentrismo. Y
Así nacieron los salvajes; por el mismo proce- dada la vinculación mutua de conocimientos y
so por el que hoy continúan reproduciéndose prácticas, esta misma distribución permitió eli-
comportamientos racistas y xenófobos. La idea minar o marginalizar, por ilusorias y mistifica-
de la superioridad biológica de la raza aria no doras las prácticas del Sur que discrepaban con
habría sido posible sin la idea de la superiori- las prácticas del Norte, llamadas estas reales
dad temporal de la actitud y del comportamien- por el hecho de coincidir, a los ojos de quien las
to racistas. observaba, con las apariencias familiares.
Con la misma prevención antitotalitaria, el Para el nuevo paradigma, la distribución
nuevo paradigma sospecha de la distinción entre apariencia y realidad no siempre tiene
208 Boaventura de Sousa Santos
sentido y cuando lo tiene, siempre es relativo de la apariencia” (Carta 27 § 8). Pero Schiller
y la apariencia no es necesariamente el lado in- está consciente de que la apariencia estética
ferior de la dupla. El nuevo paradigma se apo- solo será universal cuando la cultura vuelva
ya en Schiller y en su defensa de la apariencia imposible el abuso de esta apariencia. Porque
estética (das aesthetische Schein) en las Car- mientras, dice Schiller, “la mayoría de las per-
tas sobre la Educación Estética del Hombre, sonas humanas están demasiado cansadas y
publicadas en 1795 (Schiller, 1967). Además, exhaustas de la lucha por la existencia, para
Schiller representa, para el nuevo paradigma, poder involucrarse en una lucha nueva y más
una de las tradiciones suprimidas en la moder- dura contra el error” (Carta 8 § 6). Es por eso
nidad y como tal, puede contribuir a la configu- que, con tantas razones que él enumera, para
ración de la nueva inteligibilidad. Schiller hace que la sociedad se considere iluminada, tiene
una crítica radical de la ciencia y de la deshu- sentido preguntar: “¿por qué entonces, todavía
manización administrativa y especialización continuamos siendo bárbaros?”
profesional que ella promueve; una crítica que, La importancia de Schiller para el nuevo pa-
por lo demás, es bastante semejante a la hecha radigma es doble. En primer lugar, al afirmar la
por Rousseau. Y tal como acontece con Rous- centralidad de la forma estética como transfor-
seau, a Schiller no lo anima ninguna veleidad mación radical de la materia que, sin embargo,
nostálgica sino antes el deseo de reconstruir tiene una dimensión lúdica y no está sujeta al
la totalidad de la personalidad en las nuevas ídolo de la utilidad, Schiller propone una nueva
condiciones creadas por la modernidad. Tal relación entre la ciencia y el arte, una combi-
totalidad no se obtiene, ni por el dominio de nación dinámica de géneros en que la relación
las fuerzas de la naturaleza, que la ciencia hace plena de la ciencia es también su disolución en
posible, ni por las leyes o la moral que el Es- el reino más extenso del arte, del sentimiento
tado promulga, sino por una mediación entre estético y de la vivencia lúdica. De manera si-
ellos, por una tercera entidad, la forma estéti- milar, según el nuevo paradigma la ciencia es
ca, el Estado estético: “en medio del reino te- un conocimiento discursivo, cómplice de otros
rrible de las fuerzas de la naturaleza y del reino conocimientos discursivos, concretamente
sagrado de las leyes, el impulso estético de la literarios. La ciencia hace parte de las huma-
forma actúa para crear el reino de lo lúdico y nidades. Como narrativa no ficcional, tiene
El Norte, el Sur y la utopía209
un grado menor de creatividad pero, precisa- [La] razón realizó todo lo que pudo realizar al des-
mente es solo una cuestión de grado lo que la cubrir y al presentar la ley. Su ejecución presupo-
distingue de la ficción creativa. En estas con- ne una voluntad decidida y el ardor del sentimien-
diciones, está precluida cualquier posibilidad to. Para vencer verdaderamente las fuerzas que
entran en conflicto con ella, ella misma tiene que
de demarcaciones rígidas entre disciplinas o
volverse una fuerza […] pues los instintos son la
entre géneros, entre ciencias naturales, socia-
única fuerza motivadora del mundo sensible”.
les y humanidades, entre arte y literatura, entre
ciencia y ficción. Y concluye en el § 7 de la misma carta: “el
Pero Schiller tiene importancia para el nue- desarrollo de la capacidad del hombre para
vo paradigma por otra razón. Por el modo sentir es en consecuencia, la necesidad más ur-
como rehabilita los sentimientos y las pasiones gente de nuestra época”.
como fuerzas movilizadoras de la transforma- El nuevo paradigma entiende que el raciona-
ción social. Como vimos, una de las preocupa- lismo estrecho, mecanicista, utilitarista e instru-
ciones centrales del nuevo paradigma es crear mental de la ciencia moderna, combinado con la
alternativas y la competencia entre ellas. La expansión de la sociedad de consumo, obnubiló,
otra preocupación es la de crear una subjetivi- mucho más allá de lo previsto por Schiller, la ca-
dad que quiera luchar por ellas. Efectivamente, pacidad de revolución y de sorpresa, la voluntad
el síndrome de bloqueo global que hoy se vive, de transformación personal y colectiva y que, por
tal vez no se deba tanto a la falta de alternativas eso, la tarea de reconstrucción de esa capacidad
(porque ellas existen) sino también a la falta y de esa voluntad es, a fines del siglo XX, mucho
de voluntad individual y colectiva para luchar más urgente de lo que era a fines del siglo XVIII.
por ellas. Por demás, más allá de Schiller, otros creadores
La falta de credibilidad de las alternativas es culturales, cuyas ideas y utopías fueron aún más
el reverso de la indolencia de la voluntad. Es- suprimidas o marginalizadas que las de Schiller,
cribiendo al final del siglo XVIII, Schiller teme pueden ser convocados para llevar a cabo la ta-
que el ídolo de la utilidad venga a matar la vo- rea. Me refiero muy especialmente a Fourier,
luntad de realización personal y colectiva. Por al lugar central que las pasiones ocupan en su
eso afirma en el § 3 de la Carta 8: pensamiento —él que en la vida práctica fue,
210 Boaventura de Sousa Santos
tal como Fernando Pessoa, un fiel servidor de la subjetividad que sea capaz de ella. La multi-
monótona vida comercial— y al principio de la dimensionalidad de la subjetividad del nue-
atracción apasionada, concebido por él como el vo paradigma ya está indicada en el modelo
gran motor del movimiento universal. de los cuatro espacios-tiempo estructurales.
Como mencioné arriba, el nuevo paradigma Efectivamente, cada espacio-tiempo crea una
epistemológico aspira igualmente a una nueva forma o dimensión de subjetividad, por lo que
psicología para la construcción de una nueva los individuos y los grupos sociales son, de he-
subjetividad. No basta con crear un nuevo co- cho, constelaciones de subjetividades, articu-
nocimiento; es preciso que alguien se reconoz- laciones particulares, variables de contexto a
ca en él. De nada valdrá inventar alternativas de contexto, entre las diferentes formas o dimen-
realización personal y colectiva, si ellas no son siones. Esto significa que la construcción de la
apropiables por aquellos a quienes están des- voluntad de las alternativas y de la competen-
tinadas. Si el nuevo paradigma epistemológico cia entre ellas, tiene que hacerse en relación
aspira a un conocimiento complejo, permeable con cada una de las dimensiones y, en conse-
a otros conocimientos, local y articulable, en- cuencia, en cada uno de los espacios-tiempo
trelazado con otros conocimientos locales, la estructurales. No es pues tarea fácil, una vez
subjetividad que lo justifica debe tener caracte- que la fricción es igualmente multidimensio-
rísticas similares o compatibles. nal: los obstáculos para la construcción de
La subjetividad engendrada por el viejo pa- tal subjetividad, no están localizados en un
radigma es el individuo unidimensional, maxi- espacio-tiempo dado, sino diseminados por
mizador de la utilidad que escoge racional- todos ellos. Tales obstáculos constituyen cua-
mente, según el modelo arquetípico del homo tro habituses5 de regulación, subordinación y
economicus. Las alternativas creíbles frente conformismo a los cuales es necesario oponer
a tal subjetividad tienen que medirse por ella; cuatro habituses de emancipación, insubordi-
y por eso no sorprende que la ecuación entre nación y revolución.
interés y capacidad haya sido completamente
privatizada en la medida en que se ahondó el
5 Habituses es el plural de habitus, que es uno de los
enlace entre modernidad y capitalismo. Por
conceptos centrales de la sociología de Pierre Bourdieu
el contrario, el nuevo paradigma aspira a una (nota del traductor).
El Norte, el Sur y la utopía211
Esta multidimensionalidad exige que las emancipadora se sabe condensar en los actos
energías emancipatorias sean simultáneamen- concretos de emancipación protagonizados
te muy amplias y muy concretas. En el paradig- por individuos o grupos sociales. La descon-
ma de la modernidad fue, por el contrario, la fianza de las abstracciones es fundamental en
unidimensionalidad la que hizo posible tomar el nuevo paradigma. No es que ellas no puedan
amplitud por abstracción; el individuo abstrac- ser aceptadas, sino que solo lo sean cuando
to puede aspirar a una amplitud universal, pero los contextos de su realización les hagan justi-
obtenida a costa del vacío total de atributos cia. Por ejemplo, el concepto abstracto de los
contextuales. La amplitud del nuevo paradig- derechos humanos comienza hoy, dos siglos
ma significa, ante todo, la ampliación de las después de su formulación, a tener verdadero
razones con que se pueden justificar las con- sentido en la medida en que, por todo el siste-
ductas, una ampliación de la racionalidad cog- ma mundial, grupos sociales estén organizando
nitivo-instrumental hacia una racionalidad más luchas de emancipación guiadas por él.
amplia donde quepa, además de ella, la racio- Para la construcción de la amplitud concreta
nalidad moral-práctica y la racionalidad estéti- de la subjetividad, me parecen fundamentales
co-expresiva, una ampliación de la demostra- otros dos campos de excavación arqueológi-
ción racional hacia la argumentación racional, ca: Montaigne y Kropotkin, otros dos creado-
en suma una ampliación de la racionalidad ha- res culturales cuyas ideas fueron suprimidas o
cia la razonabilidad, del conocimiento demos- marginalizadas por la concepción hegemónica
trativo hacia la phronesis. Paradójicamente, de la modernidad capitalista. La importancia
mientras más amplia es la racionalidad conoce de Montaigne reside en haber desarrollado
mejor sus límites. En este tema, las pasiones un dispositivo intelectual que combinaba la
de Schiller y de los románticos y la atracción inteligibilidad más concreta —la de él mismo
apasionada de Fourier, son los dos campos pre- como ser humano— con la problematización
ferenciales de la excavación arqueológica de la más amplia del sentido de la vida y de la socie-
modernidad. dad. Montaigne escribió sobre sí mismo porque
Pero esta ampliación de las energías eman- como solía decir, ese era el tema sobre del que
cipatorias solo tiene sentido si su extensión tenía algún conocimiento seguro y concreto.
fuere igualada por su intensidad, si la energía Pero no lo hizo de modo narcisista, encerrado
212 Boaventura de Sousa Santos
los paradigmas. Son las diferencias no negocia- desarrollo tecnológico virtualmente infinitos;
bles que hacen el conflicto paradigmático. la discontinuidad entre la naturaleza y la socie-
La segunda nota es que el conflicto paradig- dad es total: la naturaleza es materia valoriza-
mático no está solo terciado a nivel intelectual, ble solo como condición de la producción; la
como ha sucedido por lo menos hasta ahora, producción que garantice la continuidad de la
con el conflicto epistemológico. Es además de transformación social, se basa en la propiedad
eso y cada vez más, un conflicto social y polí- privada y especialmente en la propiedad priva-
tico sustentado por grupos e intereses organi- da de los bienes de producción, la cual justifi-
zados, aunque con poder de organización muy ca que el control sobre la fuerza de trabajo no
desiguales. De alguna manera, este conflicto tenga que estar sujeto a reglas democráticas.
paradigmático funciona como bisagra entre El modelo de transformación social propuesto
los otros dos conflictos: porque se traduce en por Marx comparte las tres primeras caracte-
prácticas sociales alternativas, también aspira rísticas, por lo que se puede considerar como
a prácticas epistemológicas alternativas y por un modelo subparadigmático, situado en la
eso está profundamente entrelazado con el pa- zona gris, intermedia.
radigma epistemológico; porque esas prácticas El paradigma eco-socialista es el paradigma
sociales tienen lugar en un campo político y, de emergente y, tal como lo concibo, tiene las si-
hecho, aspiran a una redefinición global de ese guientes características: el desarrollo social se
campo, el conflicto entre el paradigma capital calibra por el modo como se satisfacen las ne-
expansionista y el paradigma eco-socialista tie- cesidades humanas fundamentales y es tanto
nen profundas vinculaciones con el conflicto mayor a nivel global, cuanto más variado y me-
paradigmático sobre el poder y la política, des- nos desigual es. La naturaleza es la segunda na-
crito brevemente a continuación. turaleza de la sociedad y como tal, sin confun-
El paradigma capital-expansionista es el dirse con ella, tampoco tiene discontinuidad;
paradigma dominante y tiene las siguientes debe haber un estricto equilibrio entre tres for-
características generales: el desarrollo social mas principales de propiedad: la individual, la
se mide esencialmente por el crecimiento comunitaria y la estatal. Cada una de ellas debe
económico; el crecimiento económico es con- actuar de modo que alcance sus objetivos con
tinuo y se basa en la industrialización y en el el mínimo de control del trabajo de los otros.
214 Boaventura de Sousa Santos
El paradigma eco-socialista como construc- moderno, capitalista, lo que hace proliferar los
ción intelectual, resulta de un diálogo intercul- márgenes y el Sur en la exacta medida de su
tural muy amplio y, tanto como sea posible ho- autoritarismo y de su carácter excluyente. Esta
rizontal. La base de ese diálogo, es doble. Por babel de raíces está convocada por una enorme
un lado, las necesidades humanas fundamenta- variedad, igualmente babélica, de movimientos
les no varían mucho en el sistema mundial; lo sociales y organizaciones no gubernamenta-
que varía son los medios para satisfacerlas (los les y transnacionales, ecológicas, feministas,
satisfactores). De ahí que se deba partir de una obreras, pacifistas, de defensa de los derechos
inteligibilidad intercultural de las necesidades humanos, de los derechos de los consumido-
para, a través de ella, alcanzar la inteligibilidad res y de los derechos históricos de los pueblos
intercultural de los satisfactores. Por otro lado, indígenas, de la lucha contra el ajuste estruc-
todas las culturas tienen un valor de dignidad tural o la violencia urbana, de la lucha por los
humana lo cual, siendo único, permite una her- derechos de los inmigrantes ilegales, de los re-
menéutica transvalorativa y multicultural. Tal fugiados, de las minorías, de las sexualidades
hermenéutica constituye el desafío central del alternativas, etcétera. Muchos de estos movi-
paradigma emergente. mientos tienen muy poco o incluso nada que
El paradigma eco-socialista se basa en tra- ver con las características que le atribuí arriba
diciones muy variadas. En lo que se refiere a al paradigma eco-socialista. Tienen en común
las tradiciones europeas, son de mencionar la ser un campo de experimentación social vas-
tradición comunitaria, el organicismo leibni- tísimo donde se van temperando las energías y
tziano, el movimiento romántico, el socialismo la subjetividad necesaria para una lucha civili-
utópico, el marxismo y en lo que respecta a zadora como aquella que propone el paradigma
las tradiciones no europeas, las culturas hin- emergente. La experimentación tiene que ser la
dú, china y africanas; la cultura islámica y las más extensa, tan extensa como la tradición en
culturas de los pueblos nativos americanos. que se basa, para que el paradigma, que solo
El paradigma eco-socialista se alimenta de los es emergente, se vaya construyendo sobre una
márgenes y del Sur y tal como se calcula, ellos base sólida, pero en rectificación permanen-
son muchos, muy plurales e incluso babélicos. te en la medida en que va siendo creíble para
Son como el otro del centro, eurocéntrico, grupos sociales cada vez más amplios. Por la
El Norte, el Sur y la utopía215
misma razón, el paradigma emergente busca la del ocio y de la convivencia con la naturaleza.
competencia y el concurso con el paradigma La seguridad social prestada por el Estado a
capital expansionista. El objetivo fundamental las familias, debe ser prestada en igualdad de
es, de hecho, diseñar varias formas de socia- circunstancias, a las dos organizaciones de la
bilidad en las que la competencia entre los pa- domesticidad.
radigmas sea práctica, controlable y evaluable. En el espacio-tiempo de la producción, el
En la transición paradigmática, el Estado conflicto y la competencia será entre unidades
será llamado como Estado-providencia, cuan- capitalistas de producción y unidades eco-so-
do asegure la competencia en igualdad de cialistas de producción. En estas últimas, ca-
condiciones entre los paradigmas rivales. La ben organizaciones de muy diferente tipo pero
competencia entre los paradigmas tiene una que comparten el hecho de no estar orientadas,
dimensión de contradicción y una dimensión ni exclusiva ni primordialmente hacia la obten-
de competencia. La primera tiene por objetivo ción de lucro: unidades de producción coope-
aclarar analítica y normativamente lo que sepa- rativa, pequeña agricultura familiar, servicios
ra los paradigmas; la segunda se dirige hacia la comunitarios, instituciones particulares de
articulación de los paradigmas con la experien- solidaridad social, organizaciones no guberna-
cia subjetiva de los individuos y de los grupos mentales producción por autogestión, etcétera.
y busca por eso, crear la subjetividad adecuada La segunda dimensión providencial del Estado
a cada uno de ellos, la energía y el entusiasmo reside en apoyar, en igualdad de circunstan-
necesarios para luchar por ellos. La competen- cias, unidades productivas de ambos tipos
cia entre los paradigmas tendrá lugar en el inte- para que puedan en igualdad de circunstancias,
rior de cada uno de los cuatro espacios-tiempo mostrar lo que valen, ya sea por el resultado de
estructurales y en cada uno de ellos, asume la producción, ya sea por los valores de la sub-
una forma particular. En el espacio-tiempo do- jetividad que la suscitan y la promueven.
méstico, el conflicto es entre la división sexual En este espacio-tiempo se promueve aún
patriarcal del trabajo y la comunidad eco-femi- otro conflicto: el conflicto entre el paradig-
nista doméstica, entre la familia reproductiva ma consumista, individualista y el paradigma
de la fuerza de trabajo y la familia productora de las necesidades humanas y del consumo
de satisfacciones de necesidades, organizadora solidarista. Es en este espacio-tiempo donde
216 Boaventura de Sousa Santos
verdaderamente se moldean los estilos y los vez que siendo el Estado la forma institucional
modos de vida porque es en él donde se decide de este espacio-tiempo, tiene que promover el
la ecuación entre necesidades y satisfactores. conflicto paradigmático en el interior de sí mis-
Mientras que, en el primer paradigma, las ne- mo y es por eso que, la cuarta dimensión pro-
cesidades están al servicio de los satisfacto- videncial del Estado en Pasárgada 2, es la au-
res, en el segundo paradigma los satisfactores toprovidencia del Estado para consigo mismo.
están al servicio de las necesidades. Mientras En este espacio-tiempo, el conflicto paradigmá-
que, en el primer paradigma, el mercado es la tico ocurre entre el paradigma de la obligación
única institución organizadora del consumo y política vertical y el paradigma de la obligación
las necesidades se convierten en preferencias política horizontal. El primero preside la cons-
objetivadas, en objetos, para el segundo, el titución del Estado liberal y tiene las siguientes
mercado es una institución entre otras; y las características: el Estado tiene el monopolio
necesidades son experiencias subjetivas que de la violencia legítima y del derecho, para lo
pueden expresarse de muchos modos diferen- que dispone de una organización burocrática
tes de acuerdo con los contextos y las culturas, de gran escala, centralizada y centralizadora; el
unas veces a través de objetos deseados, otras Estado atribuye la ciudadanía a los individuos
veces a través de deseos de intersubjetividad. nacionales; en principio, no hay ciudadanía sin
Finalmente, para el primer paradigma, las ne- nacionalidad y viceversa; los ciudadanos son
cesidades son una privación mientras que para formalmente iguales y todos están igualmente
el segundo son simultáneamente una privación sujetos al poder del imperio del Estado.
y un potencial. La tercera dimensión providen- El paradigma de la obligación horizontal le
cial del Estado consiste en promover y asegu- confiere al Estado el monopolio de la violencia
rar la conflictividad intelectual y social de estos legítima pero no el monopolio de la producción
dos paradigmas, dándoles a ambos iguales con- del derecho. Por el contrario, existe en la so-
diciones para que examinen sus potencialida- ciedad una pluralidad de órdenes jurídicos con
des y conquistar adeptos. diferentes centros de poder para sustentarlos
Al nivel del espacio-tiempo de la ciudadanía, y diferentes lógicas normativas. En la constitu-
la confrontación entre los paradigmas es parti- ción de la ciudadanía, es tan importante la obli-
cularmente crucial y difícil de mantener, toda gación vertical como la obligación horizontal;
El Norte, el Sur y la utopía217
y por esa razón la ciudadanía no tiene que ser constitución de comunidades identitarias ex-
ni individual ni nacional; puede ser individual cluyentes, ya sean excluyentes-agresivas, ya
o colectiva, nacional, local o transnacional. La sean excluyentes-defensivas. Las primeras,
eficacia interna del Estado reside en el modo las excluyentes-agresivas, de las que el ejem-
como negocia y pierde el poder de imperio in- plo arquetípico es la “sociedad colonial”, están
terno a favor de otras organizaciones sociales. constituidas por grupos sociales dominantes
Para esa negociación y ese reparto es funcio- que se encerraron en su superioridad para no
nal la gran escala y el centralismo organizativo ser contaminados por las comunidades infe-
del Estado, pero la función que desempeñan riores. Las segundas, excluyentes-defensivas,
consiste en la creación, en la promoción de es- son el reverso de las primeras. Históricamente,
tructuras organizativas de menor escala, des- surgieron del contacto con las comunidades
centralizadas, locales. El carácter providencial excluyentes-agresivas, encerrándose para de-
y redistributivo del Estado reside ante todo en fender lo poco de dignidad que pudo escapar
el modo como redistribuye sus propias prerro- al pillaje colonial. El ejemplo arquetípico de es-
gativas; y uno de los vehículos preferidos es, tas últimas son las comunidades indígenas. La
como lo he venido sosteniendo, la promoción consecuencia de este proceso de encerramien-
de la competencia entre los paradigmas en to recíproco es que las comunidades-fortaleza
cada uno de los espacios-tiempo estructurales. tienden a ser internamente muy jerárquicas,
Esta es la cuarta dimensión providencial del o sea, son excluyentes hacia el exterior, pero
Estado en la transición paradigmática. también hacia el interior.
En el espacio-tiempo de la ciudadanía, la Para el paradigma de las comunidades de
contradicción y la competencia paradigmáti- frontera la identidad es siempre multiforme,
cas ocurren a otro nivel, al nivel de la dimen- inconclusa, en proceso de reconstrucción y
sión comunitaria del espacio público. Aquí de reinversión; es en verdad un proceso de
la concurrencia es entre el paradigma de las identificación en curso. Por eso la comunidad
comunidades-fortaleza y el paradigma de las hacia donde apunta es vorazmente inclusiva,
comunidades de frontera. El paradigma ca- permeable, se alimenta de las fuentes que lan-
pital-expansionista siempre que no destruyó za hacia otras comunidades buscando en la
los espacios identitarios colectivos prefirió la comparación y en la traducción intercultural
218 Boaventura de Sousa Santos
sospecha sistemática pero, para ejercerlo cabal- soberanía externa, de modo que estas dispon-
mente, tiene que transformarse profundamente gan de un conjunto de prerrogativas de sobera-
a sí mismo. De ahí el principio de las soberanías nía que les permitan crear formas de gobierno
recíproca y democráticamente permeables. El transnacional para los temas y problemas que
principio de la soberanía exclusiva, tal como no pueden ser resueltos adecuadamente ni a ni-
fue desarrollado por el paradigma dominante, vel estatal, y ni siquiera a nivel interestatal.
hace posible, en la práctica, que los Estados más
fuertes, invocando intereses nacionales, concre- Poder y política
tamente de seguridad nacional, puedan ejercer La tercera gran área de contradicción y com-
sus prerrogativas de soberanía a costa de la petencia paradigmática, es el poder y la políti-
soberanía de los Estados más débiles. Efectiva- ca. Esta área es quizás, más importante que las
mente, la soberanía de los Estados periféricos demás en la medida en que en ella se conciben
y semiperiféricos ha sido tradicionalmente muy y se forjan las coaliciones capaces de conducir
permeable a las pretensiones de los Estados he- la transición paradigmática. La dificultad de tal
gemónicos. Lo que es necesario es asumir la per- tarea está en que la transición paradigmática
meabilidad como un proceso recíproco y demo- reclama, mucho más que una lucha de clases,
crático por vía del cual los Estados negocien la una lucha de civilizaciones y la reclama en un
pérdida de su soberanía a favor de organismos momento en que ni siquiera la lucha de clases
internacionales y de organizaciones no guberna- parece estar en la agenda política. Sin embargo,
mentales transnacionales mejor equipadas que desde el punto de vista del paradigma emergen-
el Estado para realizar las tareas ecosocialistas te, tal situación lejos de ser paradójica o dilemá-
transnacionales. Tal como en el espacio-tiempo tica, expresa a un nivel muy profundo las poten-
de la ciudadanía el Estado negocia democráti- cialidades paradigmáticas que la época actual
camente la pérdida de soberanía interna a favor encierra y que es preciso hacer que afloren.
de grupos y organizaciones que puedan, por En verdad, el agotamiento de la lucha de cla-
transferencia, ejercer algunas prerrogativas de ses o, para ser más exactos, la derrota global
auto-gobierno, en el espacio-tiempo mundial los del movimiento obrero organizado, significa,
Estados negocian entre sí y con organizaciones no que los objetivos de esta lucha se hayan
internacionales y transnacionales, la pérdida de cumplido —probablemente nunca estuvieron
220 Boaventura de Sousa Santos
tan lejos de estarlo— sino que ellos solo se El objetivo de un pensamiento heterotópico
pueden obtener dentro de un contexto más es exactamente el de volver a colocar, al final
amplio, civilizacional, en el que efectivamen- del siglo XX y en moldes radicalmente diferen-
te estuvieron integrados en su origen pero que tes, la lucha civilizadora por la que valió la pena
poco a poco, se fue perdiendo. Si analizamos luchar al principio del siglo XIX. Esta lucha
el movimiento obrero revolucionario desde el civilizatoria es, sin duda, una lucha epistemo-
inicio del siglo XIX hasta la Comuna de París, lógica y psicológica y una lucha por modelos
comprobamos que sus objetivos más que una alternativos de sociabilidad y de transforma-
lucha de clases, implicaban una lucha civiliza- ción social; pero es, por encima de todo, una
dora. Así, sus luchas no tenían como objetivo lucha entre paradigmas de poder y de política.
un simple cambio de las relaciones de pro- Las luchas están obviamente interrelacionadas
ducción. Aspiraban a una nueva sociabilidad, porque en cada una de ellas, tanto el paradig-
a la transformación radical de la educación y ma dominante como el paradigma emergente,
del consumo; a la eliminación de la familia, a reciben el apoyo cómplice de los paradigmas
la emancipación de la mujer y al amor libre. correspondientes en competencia en las otras
Es solo en el último cuarto del siglo XIX, y luchas. Es esta sobreposición de luchas la que
en buena medida debido a la ascendencia del confiere el ámbito y la intensidad específicos
marxismo en el movimiento obrero, que los de una lucha civilizatoria. Y si esta sobreposi-
objetivos civilizantes van a ceder el paso a me- ción crea el potencial de una transformación
ros objetivos de clase. Es en ese proceso que el radical, hace también particularmente difícil,
movimiento obrero pasa a integrarse en la mo- sobre todo en una fase inicial de transición pa-
dernidad capitalista, en el mismo proceso en radigmática, la creación y la consolidación de
que Marx diseña la estrategia para superarlo. las coaliciones y de las organizaciones porta-
Una estrategia que desde el principio estaba doras de una nueva ecuación entre intereses y
destinada al fracaso, toda vez que, en ese mo- capacidades.
mento la modernidad estaba ya reducida como Contra tales coaliciones y organizaciones,
proyecto social, a la modernidad capitalista y milita la eficacia multiplicadora de la sobrepo-
por eso no era posible eliminar a la última sal- sición de los paradigmas dominantes en cada
vaguardando a la primera. una de las áreas de sociabilidad. Esto explica
El Norte, el Sur y la utopía221
que, como anoté arriba, sean débiles, fragmen- lugar, en limitar este dispositivo democrático
tados y localizados, los grupos y las luchas que a un principio monoorganizativo, la democra-
por doquier intentan romper con los dilemas cia representativa, supuestamente el único
que describí e intentan proponer una salida isomórfico con la forma de poder que preten-
civilizatoria. Lo que les falta no es tanto la ca- de democratizar. Consiste, en tercer lugar, en
pacidad organizativa o los recursos —aunque conferirle al Estado el monopolio del poder po-
estos también escaseen— sino más bien legi- lítico a través del principio de la obligación po-
timidad y muchas veces autolegitimidad para, lítica vertical entre Estado y ciudadano. Con-
a partir de espacios sociales tan circunscritos, siste, finalmente, en que ese monopolio estatal
proponer transformaciones que solo serían sea ejercido bajo la dependencia financiera e
eficaces si fueran globales. El objetivo central ideológica de los intereses económicos hege-
de la Cámara Paradigmática de Pasárgada 2, mónicos que, en la sociedad capitalista son los
en el área del poder y de la política, consiste que se afirman como tal a la luz del principio
precisamente en elevar el nivel crítico de legiti- del mercado.
midad de los grupos en lucha por el paradigma Desde el punto de vista del paradigma de la
emergente, a través de la explicitación de las democracia eco-socialista, estas característi-
mediaciones entre lo local y lo global. cas son autoritarias porque su eficacia social le
El conflicto paradigmático en esta área es confiere a los poderosos, a los grupos y clases
entre el paradigma de la democracia autoritaria dominantes, una enorme legitimidad que no
y el paradigma de la democracia eco-socialista. solo se reproduce, sino que penetra en la je-
El paradigma de la democracia autoritaria está rarquía y la injusticia social. Así, al considerar
inscrito en la matriz del Estado moderno libe- como solo política una de las formas del poder,
ral y ya mencioné algunas de sus característi- la del espacio-tiempo de la ciudadanía, el pa-
cas. Ahora solo agregaré las que tienen que ver radigma dominante se exonera de la exigencia
directamente con su carácter autoritario. Tal de democratización de las restantes formas
carácter consiste, en primer lugar, en concebir de poder. En segundo lugar, esta exoneración
como política solo una de las formas de poder acarrea el cierre del potencial democrático en
que circulan en la sociedad y limitar a ella el un modelo institucional y organizativo (la de-
dispositivo democrático. Consiste, en segundo mocracia representativa) específicamente con
222 Boaventura de Sousa Santos
vocación para funcionar sectorial o profesio- El potencial autoritario del paradigma do-
nalmente sin perturbar el despotismo con que minante es enorme y los regímenes se distin-
otras formas de poder son ejercidas socialmen- guen por el mayor o menor grado con que lo
te y sin tampoco dejarse perturbar por ellas. realizan. De ahí que los llamados regímenes
En tercer lugar, la democracia representativa autoritarios o incluso totalitarios, no sean una
se basa en un desequilibrio estructural entre aberración total, extraña al paradigma. Por el
su eje vertical (la relación Estado-ciudadanos) contrario, le pertenecen genuinamente y solo
y su eje horizontal (la relación ciudadano-ciu- representan las formas externas que él puede
dadanos) en cuyos términos, la debilidad de asumir. El fascismo, por un lado, y el comunis-
este segundo eje potencia, en general, el auto- mo, por el otro, son cada uno a su modo for-
ritarismo del eje vertical; al mismo tiempo que mas extremas del Estado liberal moderno y de
permite que él ejerza desigualmente la relación la democracia autoritaria que le es constitutiva.
con diferentes grupos de ciudadanos, tanto Hoy este autoritarismo se reproduce bajo nue-
más autoritariamente cuanto más vulnerables vas formas menos visibles y por eso tal vez más
sean esos grupos. Por último y ligado con lo peligrosas y difíciles de erradicar, bajo la for-
que acabo de decir, el autoritarismo de este ma de la destrucción del medio ambiente, del
paradigma reside en que el Estado moderno, consumismo compulsivo, de la deuda externa
siendo el Estado que históricamente revela ma- y de la jerarquía del sistema mundial, del ajuste
yor exterioridad en relación con el poder eco- estructural y de las leyes de inmigración y del
nómico es, de hecho, mucho más dependiente imperialismo cultural.
de él, ya sea porque los gobernantes dejaron de El paradigma emergente, el paradigma de la
tener fortuna personal, ya sea porque el Estado democracia eco-socialista es radicalmente de-
asumió nuevas funciones que exigen la movili- mocrático, en el sentido de que tiene en mira
zación de extensos recursos. De ahí la necesi- instaurar la democracia a partir de las diferen-
dad de que el Estado tenga que mantener una tes raíces del autoritarismo y bajo las múltiples
relación de diálogo cómplice con el poder eco- formas por las que él se manifiesta. Para este
nómico o en casos extremos, tenga que romper paradigma, son cuatro las fuentes principa-
el diálogo para garantizar su sobrevivencia (las les de autoritarismo, en nuestra sociedad, co-
nacionalizaciones). rrespondientes a los cuatro espacios-tiempo
El Norte, el Sur y la utopía223
estructurales que he venido tratando. Como la democracia debe ser expandida desde el es-
anoté a su debido tiempo, las relaciones so- pacio-tiempo de la ciudadanía —donde, como
ciales de estos espacios-tiempo son relaciones vimos, tiene fuertes limitaciones— hacia los
de poder y de desigualdad y como tal, fuentes restantes espacios-tiempo estructurales. Esto
de autoritarismo. Para ser consecuente, el pro- significa que la democracia no es una especi-
yecto democrático tiene pues que poner en su ficidad normativa de la institución del Estado
mira cada una de estas formas de poder para nacional. Por el contrario, la democracia es por
democratizarlo. Y debe hacerlo de modo que así decirlo, específica de todos los espacios es-
se maximice el uso eficaz de los procesos de tructurales y de todos los niveles de sociabili-
democratización específicamente adecuados dad. La especificidad reside en el modo variado
a la forma de poder bajo juicio. Es decir que, como ella está institucionalizada. En cada uno
para el paradigma emergente, no hay una sino de los espacios-tiempo el paradigma emergen-
cuatro formas estructurales de democracia; y te está vinculado a la transformación de las
cada una de ellas permite variaciones internas. relaciones sociales, de relaciones de poder en
La concentración exclusiva del paradigma relaciones de autoridad compartida; pero tal
dominante apenas en una forma, la democra- transformación asume necesariamente formas
cia representativa, adecuada al espacio-tiempo diferentes en las unidades eco-socialistas de
de la ciudadanía, significó el empobrecimiento consumo y en las unidades eco-socialistas de
dramático del potencial democrático que la mo- producción, por ejemplo.
dernidad traía en su proyecto inicial. Es pues, La expansión estructural de la democracia
necesario reinventar ese potencial, lo que pre- involucra también una diversificación de esca-
supone inaugurar dispositivos institucionales la. El pensamiento democrático de la moderni-
adecuados para transformar las relaciones de dad concibió la escala nacional como la “escala
poder en relaciones de autoridad compartida. natural” de institucionalización de la democra-
En eso consiste el proceso global de democra- cia. Se trata efectivamente de una reducción
tización. Este paradigma envuelve una enorme arbitraria porque, por un lado, existió siempre
expansión del concepto de la democracia, y en una tradición de democracia local que la mo-
varias direcciones, una de ellas ya fue explica- dernidad tuvo que suprimir para poder instau-
da en lo que acabo de describir. Como vimos, rar su originalidad. Y porque, por otro lado, con
224 Boaventura de Sousa Santos
Mintz, S. 1985 Sweetness and Power: The Schiller, F. 1967 On the Aesthetic Education of
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Santos, B. de Sousa 1990 Introdução a en Journal of Historical Sociology (Wiley)
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Afrontamento) 2ª edición. World Resources 1990-1991 1990 (Nueva York:
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Carrilho, M. M. (org.) 1991b Dicionário do the Home: A Comparative Study of Sweden
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Quixote) pp. 23-44. (SAGE) Nº 6(2), pp. 252-282.
Las ecologías de saberes*
aprender conocimientos nuevos y menos fami- solo se basa en la idea de una distribución más
liares sin tener que olvidar necesariamente los equitativa del conocimiento científico. Más allá
antiguos ni los propios. Tal es la idea de pru- del hecho de que tal distribución es imposible
dencia que subyace en la ecología de saberes. en las condiciones del capitalismo global, el co-
Esta da por supuesto que todas las prácticas nocimiento científico tiene unos límites intrín-
racionales en que intervienen seres humanos, y secos en lo que se refiere a las intervenciones
seres humanos y naturaleza, conllevan más de que promueve en la práctica (Harding, 1996).
un tipo de saber y, por consiguiente, también En la ecología de saberes, buscar credibili-
más de un tipo de ignorancia. Desde este punto dad para los conocimientos no científicos no
de vista epistemológico, las sociedades capita- conlleva desacreditar el conocimiento científi-
listas modernas se caracterizan por favorecer co. Implica, más bien, utilizarlo en un contexto
las prácticas en las que prevalecen las formas más amplio de diálogo con otros conocimien-
de conocimiento científico. Esto significa que tos. En las condiciones actuales, dicho uso del
solo se considera descalificadora la ignorancia conocimiento científico es contrahegemónico.
de estas formas. Como consecuencia de este Se trata, por un lado, de explorar concepciones
estatus privilegiado que se otorga a las prácti- alternativas que estén en el interior del cono-
cas científicas, se favorece la intervención de cimiento científico y que se hayan hecho visi-
estas en la realidad humana y social. Cualquier bles a través de epistemologías pluralistas de
error o desastre que puedan provocar se acep- diversas prácticas científicas (en particular, las
tan socialmente y se consideran un coste in- epistemologías feministas) y, por otro lado, de
evitable que hay que superar o compensar con promover la interdependencia entre los sabe-
nuevas prácticas científicas. res científicos producidos por la modernidad
El conocimiento científico no está distribui- occidental y saberes distintos no científicos.
do de forma equitativa, por lo que sus inter- Este principio de la incompletitud de todos
venciones en la práctica tienden a servir a los los saberes es la condición previa de los diá-
grupos sociales que tienen mayor acceso a él. logos y debates epistemológicos entre diferen-
En última instancia, la injusticia social se basa tes conocimientos. Lo que cada conocimiento
en la injusticia cognitiva. Sin embargo, la lucha aporta a ese diálogo es cómo consigue que
por la justicia cognitiva nunca tendrá éxito si cierta práctica acabe con una determinada
Las ecologías de saberes231
igualmente válidos como conocimiento, todo la idea que tenga de “otro mundo posible”; el
proyecto de transformación social es igual- debate así concebido tiene poco que ver con
mente válido, o igualmente no válido. El objeti- medios alternativos para alcanzar los mismos
vo de la ecología de saberes es crear un nuevo fines; se trata de hablar de fines alternativos.
tipo de relación, una relación pragmática, en- La ecología de saberes se centra en las re-
tre el conocimiento científico y otros tipos de laciones concretas entre los saberes y en las
conocimiento. Consiste en asegurar la “igual- jerarquías y fuerzas que se generan entre ellos.
dad de oportunidades” a los distintos tipos de En realidad, ninguna práctica concreta sería
conocimiento que intervienen en las cada vez posible sin tales jerarquías. Lo que la ecología
más amplias discusiones epistemológicas, con de saberes cuestiona son las jerarquías y fuer-
la idea de maximizar sus respectivas aportacio- zas abstractas que la historia, a través de ellos,
nes a la construcción de “otro mundo posible”, ha naturalizado.
es decir, una sociedad más justa y democráti- Las jerarquías concretas deben emerger de
ca, y también una sociedad más equilibrada en la validación de una determinada interven-
sus relaciones con la naturaleza. No se trata de ción en la práctica respecto a otras interven-
otorgar la misma validez a todos los tipos de ciones alternativas. Entre los diferentes tipos
conocimiento, sino de hacer posible un debate de intervención puede haber complementa-
pragmático entre criterios alternativos válidos riedades o contradicciones; en todo caso, el
sin descalificar de forma inmediata todo lo que debate entre ellos debe estar presidido tanto
no encaje en el canon epistemológico de la por juicios cognitivos como por juicios éti-
ciencia moderna. La igualdad de oportunidades cos y políticos. La objetividad que preside el
que hay que garantizar a los diferentes tipos de juicio cognitivo de una determinada práctica
conocimiento no se debe tomar en sentido lite- no choca necesariamente con la evaluación
ral, es decir, como una igualdad de oportunida- ético-política de dicha práctica.
des para conseguir unos objetivos predetermi- El impulso que mueve a la ecología de sa-
nados. Tal como aquí se entiende, la igualdad beres está en el hecho de que las luchas so-
de oportunidades implica que cada tipo de co- ciales, particularmente en el Sur global, hacen
nocimiento que participe en la conversación de visibles realidades sociales y culturales en las
la humanidad, como dijo John Dewey, aporte que la fe en la ciencia moderna es débil, y son
Las ecologías de saberes233
más visibles los lazos entre la ciencia moder- si se abandona la concepción lineal del tiem-
na y los objetivos de la dominación colonial e po. Solo así será posible ir más allá de Hegel
imperial, al mismo tiempo que en las prácticas (1970), para quien ser miembro de la humani-
sociales de grandes sectores de la población dad histórica —es decir, ser griego y no bárba-
persisten otros tipos de conocimiento no cien- ro en el siglo V a.C., ciudadano romano y no
tífico y no occidental. Estas luchas no descar- griego en los primeros siglos de nuestra era,
tan necesariamente el conocimiento científico cristiano y no judío en la Edad Media, europeo
ni la cultura occidental hegemónica, sino que y no “salvaje” del Nuevo Mundo en el siglo XVI
los interrogan, generando así interpretaciones y, en el siglo XIX, europeo (incluido el europeo
posiblemente más ricas que las que ofrecen desplazado de Norteamérica) y no asiático,
las Epistemologías del Norte. A esto se refiere que está congelado en la historia, ni africano,
Roberto Retamar cuando dice que “no hay más que ni siquiera forma parte de la historia—. El
que un tipo de persona que conozca de veras, contexto cultural en que emerge la ecología
en su conjunto, la literatura europea: el colo- de saberes es ambiguo. Por un lado, la idea de
nial” (1989: 28). la diversidad sociocultural del mundo ha ido
En lo que sigue analizo con mayor detalle al- ganando aceptación en los movimientos socia-
gunas de las consideraciones anteriores. les en las tres últimas décadas, lo cual debería
favorecer el reconocimiento de la diversidad
La ecología de saberes y la pluralidad epistemológicas como una de
y la inagotable diversidad las dimensiones de esa pluralidad. Por otro
de la experiencia del mundo lado, si todas las epistemologías comparten
La ecología de saberes se asienta en la idea las premisas culturales de su tiempo, es posi-
de copresencia radical. Copresencia radical ble que una de las premisas más asentadas del
significa que las prácticas y los agentes de am- pensamiento abisal sea hoy la creencia en la
bos lados de la línea abisal son contemporá- ciencia como la única forma válida y exacta de
neos siempre y cuando haya más de un tipo conocimiento. Ortega y Gasset (1942) propone
de contemporaneidad. Copresencia radical una distinción radical entre creencias e ideas,
significa equiparar simultaneidad con contem- y las segundas significan ciencia o filosofía.
poraneidad, lo cual solo se puede conseguir La distinción se basa en el hecho de que las
234 Boaventura de Sousa Santos
mundo contra el acaparamiento de tierras y Todo esto invita a una reflexión más profun-
los monocultivos agroindustriales; o las lu- da sobre la diferencia entre la ciencia como
chas de los pueblos indígenas de toda Améri- conocimiento monopolista y la ciencia como
ca Latina contra megaproyectos como presas parte de la ecología de saberes.
y autopistas que cruzan los parques naciona-
les y los territorios en que viven, o contra la La ciencia moderna como parte
explotación minera a cielo abierto a una es- de la ecología de saberes
cala sin precedentes. Se enfrentan a menudo Como señalaba antes, el conocimiento cien-
a gobiernos progresistas u organizaciones de tífico como producto del pensamiento abisal
obreros y mineros para quienes los benefi- no está distribuido socialmente de forma equi-
cios que reporta tal “desarrollo de las fuerzas tativa, ni lo podría estar, porque en sus orígenes
productivas” pueden posibilitar una riqueza se diseñó para convertir este lado de la línea en
compartida y mejores servicios sociales. O las el sujeto del conocimiento, y el otro lado de la
nuevas presencias colectivas en la esfera pú- línea en objeto del conocimiento. Las interven-
blica, como la de los indignados de Europa ciones prácticas a las que favorece suelen ser
o las personas del movimiento okupa de Es- aquellas que sirven a los grupos sociales que
tados Unidos, que en sus luchas (muy diver- tienen mayor acceso al conocimiento científi-
sas) se enfrentan no solo a gobiernos conser- co. Mientras se sigan trazando líneas abisales,
vadores que están al servicio del gran capital, la lucha por la justicia cognitiva no triunfará si
sino también a partidos de izquierda y orga- se basa exclusivamente en la idea de una distri-
nizaciones sociales progresistas para quienes bución más equitativa del conocimiento cien-
esas luchas son utópicas, contraproducentes tífico. Aparte del hecho de que la distribución
y terminan por ser instrumento de las estruc- equitativa es imposible en las condiciones del
turas de poder dominantes. La globalización capitalismo y el colonialismo, el conocimiento
contrahegemónica destaca por la ausencia de científico tiene unas limitaciones intrínsecas
una única alternativa globalmente válida. La en lo que se refiere a los tipos de intervención
ecología de saberes pretende dar consisten- práctica que posibilita.
cia epistemológica al pensar y actuar plural y
proposicional.
236 Boaventura de Sousa Santos
imágenes y formas de debate; a través de la una pluralidad más bien inestable de culturas
investigación histórica y etnográfica, han es- científicas y epistémicas, y de configuraciones
tudiado las culturas materiales de las ciencias de los conocimientos.5
(Galison, 1997; Kohler, 2002; Keating & Cam- En los siglos XVI y XVII, ya había posturas
brosio, 2003), las diferentes formas en que los diferentes sobre lo que se entendía por ciencia
científicos se relacionan con los contextos ins- y hechos científicos.6 Sin embargo, curiosa-
tituciones, con sus iguales, con el Estado, con mente, las diversas formas de indagación que
las agencias y entidades que les financian, y se identificarían con la ciencia moderna no
con los intereses económicos o el interés pú- solo trataban de una amplia diversidad de te-
blico; han subrayado la importancia capital de mas y objetos aún no vinculados a disciplinas o
la idea de conocimiento como una construc- especialidades distintas, sino que también per-
ción, como la interacción, mediante prácticas mitían diferentes procedimientos: la observa-
socialmente organizadas, de actores humanos, ción naturalista, la descripción y clasificación
materiales, instrumentos, formas de hacer las de animales y minerales, la experimentación
cosas y habilidades, para crear algo que antes
no existía, con nuevos atributos, no reducibles
5 Para diferentes enfoques de este tema, véanse Ga-
a la suma de los heterogéneos elementos mo- lison & Stump (1996); Nunes (1998;1999; 2001); Wallers-
vilizados para su creación; y, por último, han tein (2007); Wagner (2007); Stengers (2007).
escudriñado las condiciones y los límites de la 6 Este tema ha atraído la atención de autores par-
autonomía de las actividades científicas, y con ticularmente interesados en la historiografía de la re-
ello han desvelado sus conexiones con los con- volución científica (por ejemplo, Shapin, 1996; Osler,
textos sociales y culturales en que se llevan a 2000). Tales historiadoras feministas de la ciencia
como Londa Schiebinger (1989) o Paula Findlen (1995)
cabo. Con sus análisis de la heterogeneidad de
han demostrado que la diversidad de temas, métodos y
las prácticas y de los relatos científicos, estos concepciones del conocimiento en los siglos XVI y XVII
planteamientos han reventado la supuesta uni- incluía el protagonismo de las mujeres. A medida que
dad epistemológica y praxiológica de la ciencia, las ciencias se institucionalizaron, muchos de los co-
y han convertido la oposición de las “dos cultu- nocimientos creados por las mujeres debían ser apro-
piados por una comunidad científica abrumadoramente
ras” (ciencias y humanidades) como elemento
masculina o simplemente descartados como formas de
estructurador del campo del conocimiento en conocimiento.
238 Boaventura de Sousa Santos
Insistir en las fronteras a menudo supuso decir, de varias formas de mirar y manipular el
impedir la consolidación de nuevas disciplinas mundo, aunque este sea en sí mismo único y
o campos científicos. Sin embargo, la realidad homogéneo (la hipótesis del universo)? ¿O tal
es que algunos de los avances más innovado- vez existen causas de tal diversidad, una diver-
res en el conocimiento científico en las últimas sidad que deriva de la propia heterogeneidad
décadas se produjeron precisamente “entre del mundo (la hipótesis del pluriverso)? Sea
fronteras”. No me refiero a la “interdisciplina- como fuere, la diversidad epistemológica no
riedad”, una especie de colaboración entre las es el simple reflejo o epifenómeno de la diver-
disciplinas que presupone respetar las fronte- sidad o heterogeneidad ontológica. No existe
ras. A diferencia de la vigilancia típica de la una forma esencial ni definitiva de describir,
interdisciplinariedad, el “trabajo de frontera” ordenar y clasificar los procesos, las entidades
a que me refiero puede, en el mejor de los ca- y las relaciones del mundo. La propia acción
sos, generar nuevos objetos, nuevas preguntas de conocer, como repetidamente nos recuer-
y nuevos problemas, y, en el peor, conducir a la dan los filósofos pragmáticos, es una interven-
“colonización” de nuevos espacios, presas del ción en el mundo, una intervención que nos
conocimiento sometido a los “viejos” modelos.9 sitúa dentro de él como partícipes activos en
¿Es posible que esta “desunidad” y diver- su producción. Diferentes modos de conoci-
sidad de la ciencia sea simplemente conse- miento, por ser irremediablemente parciales
cuencia de un pluralismo epistemológico, es y situados, tendrán diferentes consecuencias
para el mundo y lo afectarán de distinto modo.
La propia capacidad de las ciencias modernas
9 Un ejemplo particularmente interesante de este pro- de crear nuevas entidades y de este modo san-
ceso se refiere a la historia de la biología durante el siglo
cionar una política ontológica (Mol, 2002) —
pasado, sobre todo en lo que respecta a la genética, la
biología molecular y el desarrollo y la biología de la evo- cuyo efecto, intencionado o no, es aumentar la
lución. Sobre las implicaciones epistemológicas y teóri- heterogeneidad del mundo— parece que ava-
cas de esta historia, véase, por ejemplo, Lewontin (2000); la esta idea. Configura un realismo robusto y
Keller (1995; 2000); Oyama (2000); Oyama, Griffiths & una sólida objetividad, una clara conciencia de
Gray (2001); Nunes (2001); Singh (2001); Robert (2004).
la necesidad de identificar de forma exacta y
Sobre los desafíos teóricos y las prácticas científicas en
biología, véase Ramalho-Santos (2003; 2007). precisa las condiciones en que se produce el
240 Boaventura de Sousa Santos
conocimiento y cómo se evalúa sobre la base sentido. Lo que existe —el conocimiento, los
de sus consecuencias observadas o previstas. objetos tecnológicos, los edificios, las carre-
De este modo se puede dar una explicación ri- teras, los objetos culturales— existe porque
gurosa del carácter situado, parcial y construi- está construido mediante prácticas situadas.
do de todos los conocimientos, al tiempo que Como recuerda Latour, la distinción relevante
se rechaza el relativismo como postura episte- no es entre lo real y lo construido, sino entre lo
mológica y moral.10 que está bien construido, que resiste bien las
En este sentido, el concepto de construcción situaciones en que se ponen a prueba su con-
es fundamental como recurso para caracterizar sistencia, solidez y robustez, y lo que está mal
el proceso de formación tanto del conocimien- construido, y por consiguiente es vulnerable a
to como de los objetos tecnológicos. Desde la crítica o la erosión. Esta es la diferencia que
esta perspectiva, construir significa poner en permite distinguir entre factos (bien construi-
relación e interacción, en el marco de prácticas dos) y artefactos (mal construidos).11
organizadas socialmente, materiales, herra- Desde esta perspectiva, las prácticas de pro-
mientas, formas de hacer y competencias para ducción de conocimiento implican trabajar en
crear algo que no existía antes, algo que tenga los objetos, sea para transformarlos en objetos
propiedades nuevas y que no se pueda reducir del conocimiento reconocibles en el marco de
a la suma total de los heterogéneos elemen- lo que ya existe, o para redefinirlos como par-
tos movilizados para conseguir su creación. te de una redefinición más amplia del propio
Así pues, la oposición entre lo real y lo cons- conocimiento. Algunos objetos se transforman
truido, tan a menudo invocada para arreme- al colocarlos en situaciones nuevas, sea porque
ter contra los estudios sociales y culturales adquieren nuevas propiedades sin perder las
de la ciencia y la tecnología, no tiene ningún propias, o porque asumen nuevas identidades,
10 Véase, a este respecto, la propuesta de Dupré de 11 Sobre este tema, ver las contribuciones incluidas en
un “realismo promiscuo” (1993; 2003), que tiene fuer- Santos (2007a). En el concepto de construcción como se
tes afinidades con enfoques pragmatistas (el de John utiliza en los estudios sociales y culturales de la ciencia,
Dewey en particular) explorado anteriormente por hay abundante bibliografía. Para dos discusiones escla-
Santos (1989). recedoras, véase Taylor (1995) y Latour (1999).
Las ecologías de saberes241
que hacen posible su reapropiación en nuevas obligadas a tratar directamente de las dificulta-
condiciones. Otros objetos mantienen su pro- des relacionadas con la distinción entre sujetos
pia identidad y estabilidad, pero son apropia- y objetos. Desde la biomedicina a las ciencias
dos de forma diferente en situaciones y contex- sociales, e incluido el psicoanálisis, la defini-
tos distintos —como es el caso, por ejemplo, ción de los objetos del conocimiento no se dis-
de determinados objetos que la investigación tingue de una relación con los sujetos consti-
biomédica y la práctica clínica “comparten” tuidos como los objetos de aquel. De modo
—. Sin embargo, al tratar de lo desconocido y que trazar una frontera entre sujeto y objeto se
con ignorancia respecto a las propiedades y el convierte en un paso que nos lleva a trabajar
comportamiento futuro de los nuevos objetos simultáneamente sobre las diversas fronteras
—por ejemplo, los organismos modificados ge- que delimitan los territorios y la historia del
néticamente, los priones o los cambios climá- conocimiento. Si hay que constituir la “materia
ticos— la relación con lo desconocido y la ig- prima” para la producción de conocimiento, no
norancia implícita en lo que se sabe y se puede podemos descartar la relación intersubjetiva y
contar contrasta con el cauto respeto debido el uso “común” del lenguaje, ni las competen-
a lo que uno no sabe (Santos, 1989). Invocar cias interaccionales que científicos y legos com-
la precaución (de la que hablo más adelante) parten como miembros de colectivos o socie-
al ocuparse de fenómenos apenas conocidos dades. Las tensiones internas características de
no supone rechazar el conocimiento ni la in- la historia de las ciencias humanas —incluidas
tervención, sino asumir un determinado ries- la medicina y el psicoanálisis— también tienen
go: cuestionar nuestras propias convicciones que ver con la definición de la frontera entre
y nuestra ignorancia sin reducir lo que uno no sujetos y objetos. Otras oposiciones, como las
sabe a lo que ya sabe, y sin proclamar la irrele- de explicación/comprensión, intentan cimentar
vancia de lo que no se puede describir porque una dualidad epistemológica que, como hoy sa-
no lo conocemos. bemos, no concuerda bien con lo sujetos/obje-
La definición de lo que es un objeto y la dis- tos híbridos de las ciencias humanas.
tinción entre sujeto y objeto aparecen como un Por último, y siguiendo a Sandra Harding
factor más de la diferenciación interna entre (1998; 2006), dentro de la tercera vía entre
las ciencias. Algunas prácticas científicas están la epistemología convencional de la ciencia
242 Boaventura de Sousa Santos
moderna y otros sistemas alternativos de co- Estos dos enfoques conciben la ciencia de
nocimiento, son posibles dos enfoques del es- forma no esencialista, y reconocen que las
tudio de la ciencia y la tecnología: el enfoque fronteras que los separan de otros sistemas
poskuhniano, desarrollado en el Norte, y los de conocimiento son ambiguas; consideran
estudios poscoloniales, llevados a cabo sobre que todos los sistemas de conocimiento son
todo en el Sur. Los primeros se pueden carac- sistemas de conocimiento local; valoran la di-
terizar de acuerdo con los siguientes temas: los versidad cognitiva de la ciencia entendida más
postulados históricos y culturales han configu- en términos de virtualidad tecnológica que en
rado la historia de la ciencia occidental moder- términos representacionales; por último, creen
na; la ciencia avanza a través de discontinuida- que el sujeto del conocimiento científico, lejos
des conceptuales; el núcleo cognitivo y técnico de ser abstracto, homogéneo y culturalmente
de la ciencia moderna no se puede aislar de la indiferente, es un conjunto muy diversificado
cultura ni la política; las ciencias están desu- de sujetos, con distintas historias, trayectorias
nificadas, como debe ser; concebir la ciencia y culturas, y produce conocimiento científico
como una serie de representaciones oculta la teniendo objetivos igualmente diversificados
dinámica de intervención e interacción; todo (Harding, 1998: 104).
momento de la historia de la ciencia moderna Estos enfoques, que he designado como
comparte los postulados de la diferencia se- epistemologías plurales de las prácticas cientí-
xual de su tiempo. El enfoque poscolonial, a su ficas, están inmersos en el Weltanschauung de
vez, comparte las características poskuhnianas la diversidad y la pluralidad que caracteriza a
pero añade otras dos: en el Norte, se considera la transición paradigmática. Sin embargo, creo
que la ciencia producida en el Norte es toda la que se quedan cortos en el reconocimiento de
que se produce en el mundo; existe una rela- la diversidad y la pluralidad. Excepción hecha,
ción causal entre la expansión europea, el colo- en parte, de los enfoques poscoloniales, estas
nialismo y el desarrollo de la ciencia moderna. epistemologías se han confinado ellas mismas
La ciencia moderna, de la mano del derecho en las ciencias; cuando se refieren a otros sis-
moderno, fue la gran diseñadora de la línea temas de conocimiento, siempre lo hacen des-
abisal y la consiguiente invisibilidad de todo lo de el punto de vista de la ciencia moderna,
que estaba al otro lado de la línea. porque no se tiene debidamente en cuenta el
Las ecologías de saberes243
otro componente sociocultural de la transición de la idea). A finales del siglo XIX y principios
paradigmática: la globalización hegemónica. del siglo XX, la lucha contra el capitalismo en
Ahora bien, del mismo modo que en la ciencia el Norte se libraba aceptando acríticamente
clásica la unidad de la realidad y el conoci- la unidad de conocimiento y universalismo
miento iba de la mano del universalismo, hoy —como atestiguan Marx y Einstein— en cam-
la diversidad y la pluralidad van acompañadas bio, hoy las luchas contra el capitalismo y el co-
de la globalización hegemónica. lonialismo colocan en primer plano el debate
A diferencia del universalismo, que era la sobre el significado de la diversidad y sobre las
fuerza de una idea que se representa a sí misma contradicciones internas de la globalización.
como impuesta sin la idea de fuerza, la globali- Actualmente, las luchas contra el capitalismo
zación hegemónica es la fuerza de una idea que y el colonialismo avanzan en la medida en que
se reivindica a sí misma por la propia idea de cambian los términos del conflicto. Hay, pues,
fuerza, es decir, por imperativos del libre mer- una diversidad capitalista y colonialista, y una
cado tales como las agencias de clasificación, diversidad anticapitalista y descolonial, una
las condicionalidades impuestas por agencias globalización hegemónica y una contrahege-
financieras multilaterales como el Banco Mun- mónica. La marca de los conflictos entre ellas
dial o el Fondo Monetario Internacional (FMI), recorre todos los debates epistemológicos de
la deslocalización de las empresas, el acapa- nuestro tiempo. De ahí la importancia de ir de
ramiento de tierras, los talleres clandestinos la pluralidad interna a la pluralidad externa, de
repartidos por todo el Sur global, etcétera. En la diferenciación interna de las prácticas cien-
otras palabras, las relaciones de poder, la re- tíficas a la diferenciación entre conocimientos
sistencia, la dominación y las alternativas de científicos y no científicos.
hegemonía y contrahegemonía, son elemen-
tos constitutivos de la globalización. Y es así La pluralidad externa: la ecología
porque hoy la globalización es el marcador he- de saberes
gemónico de los términos del conflicto históri- Los enfoques intercultural y poscolonial han
co-social creado por el capitalismo. La globali- hecho posible el reconocimiento de la existen-
zación es simultáneamente conflicto (la idea de cia de sistemas plurales de conocimiento que
fuerza) y los términos del conflicto (la fuerza son alternativos a la ciencia moderna o que
244 Boaventura de Sousa Santos
con ella se dedican a nuevas configuraciones globalización, las gobernanzas)? Así pues, las
del conocimiento. La accesibilidad a diversas metamorfosis de la jerarquía relativa a lo que
formas de saber y nuevos tipos de relaciones es y no es científico han variado, e incluyen las
entre ellas lleva abierta cierto tiempo con férti- siguientes dicotomías: monocultural/multicul-
les resultados, sobre todo en el Sur global, don- tural, moderno/tradicional, global/local, desa-
de el encuentro entre los conocimientos hege- rrollado/subdesarrollado, avanzado/atrasado,
mónicos y no hegemónicos es más desigual, etcétera. Cada dicotomía revela cierta domi-
y son más evidentes los límites entre ambos. nación. Como señalaba antes, la dicotomía
Es en estas regiones donde los conocimientos entre conocimiento moderno y conocimiento
no hegemónicos, concebidos como formas de tradicional se basa en la idea de que el cono-
autoconocimiento, se movilizan para organizar cimiento tradicional es práctico y colectivo,
la resistencia contra las relaciones desiguales está profundamente arraigado en lo local y re-
provocadas por el capitalismo, el colonialismo fleja experiencias exóticas. Pero si se da por
y el patriarcado.12 supuesto que todo conocimiento es parcial y
Esta auto-reflexividad subalterna plantea situado, es más adecuado comparar todo tipo
una doble pregunta: ¿por qué todos los cono- de conocimiento (incluido el científico) en tér-
cimientos no científicos se consideran locales, minos de su capacidad para cumplir determi-
tradicionales, alternativos o periféricos?, ¿por nadas tareas en contextos sociales configura-
qué sigue la relación de dominación, aunque dos por lógicas particulares (incluidas las que
cambien las ideologías en que se asienta (el presiden el conocimiento científico). Esta es la
progreso, la civilización, la modernización, la perspectiva que desde finales del siglo XIX ha
informado a la filosofía pragmática, y que hoy
parece especialmente apropiado para el desa-
12 Los debates epistémicos alrededor de la produc- rrollo de aplicaciones constructoras de cono-
ción de conocimientos son extremadamente diversos cimiento, también de conocimiento científico.13
y fértiles. Véanse los análisis de Mudimbe (1988); Al-
vares (1992); Hountondji (1983; 2002); Dussel (2000;
2001); Vishvanathan (1997,;2007); Mignolo (2000; 2003); 13 Sobre esto, véase Santos (2009). En este ensayo,
Chakrabarty (2000); Lacey (2002); Meneses (2007); inspirado en el pragmatismo de William James y John
Xaba (2007). Dewey, defiendo una especie de ciencia orientada hacia
Las ecologías de saberes245
La diferencia epistemológica que no recono- A lo largo de los siglos, muy diversos cono-
ce la existencia de otros tipos de conocimiento cimientos han desarrollado formas de articula-
además del científico, contiene y oculta otras ción mutua. Hoy es más importante que nunca
diferencias, unas diferencias capitalistas, co- construir una auténtica articulación dialógica
loniales y sexistas. El pensamiento posabisal entre los conocimientos considerados occi-
y la razón cosmopolita subalterna rechazan la dentales, científicos y modernos, y los conoci-
mimesis —entendida como la imitación ser- mientos considerados tradicionales, nativos y
vil de la cultura metropolitana— como meca- locales. No se trata de volver a viejas tradicio-
nismo fundamental de la construcción de la nes, porque lo que está en juego es el hecho de
cultura (Said, 1978; 1980), al tiempo que pro- que cada tecnología lleva consigo el peso de un
mueve formas innovadoras y subversivas de modo de ver y ser en la naturaleza y con otros
saber, basadas en la reconstrucción permanen- seres humanos (Nandy, 1987). Por lo tanto, el
te tanto de los discursos de la identidad como futuro se puede encontrar en el cruce de dife-
de los repertorios de la emancipación social. rentes conocimientos y diferentes tecnologías.
La interculturalidad emancipadora presupone La diversidad epistémica del mundo es
el reconocimiento de una pluralidad de cono- abierta, porque todos los conocimientos son
cimientos y distintas concepciones del mundo situados. La afirmación del carácter universal
y la dignidad humana. Evidentemente, hay que de la ciencia moderna se muestra cada vez más
evaluar la validez de los diferentes conocimien- como tan solo una forma de particularismo,
tos y concepciones, pero no sobre la base de la cuya especificidad consiste en tener el poder
descalificación abstracta de algunos. de definir todos los conocimientos que son sus
rivales como particularistas, locales, contex-
tuales y situacionales.
aplicaciones edificantes, en oposición a técnicas (véase
también Toulmin, 2001; 2007). Pratt (2002) ha estado Para una ecología de saberes, la medida del
argumentando el origen multicultural y la capacidad de realismo es el conocimiento como interven-
incorporación de diferentes contribuciones culturales y ción en la realidad, no el conocimiento como
cognitivas como características de la filosofía pragmá- representación de la realidad. La credibilidad
tica. Este tipo de filosofía podría generar una gama más
de la construcción cognitiva se mide por el
amplia de reciprocidad en el pensamiento filosófico y
epistemológico occidental. tipo de intervención en el mundo que permite
246 Boaventura de Sousa Santos
o impide. Toda evaluación de esta intervención todo eso habría sido posible a través de ella?
combina siempre lo cognitivo con lo ético-po- Aquí radica el impulso de la copresencia y
lítico, por lo que la ecología de saberes esta- la incompletitud. No existe un único tipo de
blece una distinción entre objetividad analítica conocimiento que pueda explicar todas las in-
y neutralidad ético-política. Hoy en día, nadie tervenciones posibles en el mundo, por lo que
cuestiona el valor general de las intervencio- todos los tipos de conocimiento son incomple-
nes prácticas que la productividad tecnológica tos en diferentes formas. La incompletitud no
de la ciencia moderna ha hecho posibles. Pero se puede erradicar porque cualquier descrip-
esto no debe impedir que reconozcamos el va- ción completa de las variedades de conoci-
lor de otras intervenciones prácticas que otras miento necesariamente no incluiría el tipo de
formas de conocimiento permiten. En muchas conocimiento responsable de la descripción.
áreas de la vida social, la ciencia moderna ha No existe conocimiento que no sea conocido
demostrado una superioridad incuestionable por alguien con algún fin. Todas las formas de
en relación con otras formas de conocimiento. conocimiento sostienen prácticas y constitu-
Sin embargo, hay otras intervenciones en el yen sujetos. Todos los conocimientos son tes-
mundo real que hoy nos son muy valiosas en timoniales porque lo que saben de la realidad
las que la ciencia moderna no ha tomado parte. (su dimensión activa) siempre pasa a reflejarse
Está, por ejemplo, la preservación de la bio- en lo que revelan sobre el sujeto de este cono-
diversidad que las formas rurales e indígenas cimiento (su dimensión subjetiva).
de conocimiento hacen posible, unas formas En el ámbito de la ecología de saberes, la
de conocimiento que, paradójicamente, están búsqueda de la intersubjetividad es tan impor-
amenazadas por las crecientes intervenciones tante como compleja. Las distintas prácticas
impulsadas por la ciencia (Santos, Nunes & Me- del conocimiento tienen lugar a diferentes es-
neses, 2007). ¿Y no es sorprendente la cantidad calas espaciales y de acuerdo con duraciones
de conocimientos, formas de vida, universos y ritmos distintos, por lo que la intersubjeti-
simbólicos y saberes para sobrevivir en condi- vidad implica también la disposición a saber
ciones hostiles que se han conservado gracias y actuar a distintas escalas (interescala) y el
exclusivamente a la tradición oral? ¿Nada nos sometimiento a la articulación de tiempos y
dice sobre la ciencia el hecho de que nada de duraciones distintos (intertemporalidad).
Las ecologías de saberes247
Si observamos con mayor detenimiento la rea- cuya universalidad no queda deslustrada por
lidad, nos damos cuenta de que estas epistemo- el hecho de que hasta hoy se haya desarrolla-
logías, por muy diversas que sean, están confi- do principalmente en Occidente. Por lo tanto,
nadas en las prácticas científicas modernas y cualquier cosa que se pueda designar como
contemporáneas. Cuando las comparamos con filosofía africana no es, de hecho, filosofía, y
la ciencia china que estudió Joseph Needham solo se podría comparar con la filosofía sobre
(1954) o con la ciencia árabe o islámica de la la base de la pluralidad externa. En África, es
edad de oro del Islam (ca. 750 e.c.-ca. 1258 e.c.) la postura que asumen los denominados filóso-
que han estudiado Seyyed Hossein Nasr (1976) fos modernistas. Para otros filósofos africanos,
y tantos otros, o incluso con la ciencia ghan- los tradicionalistas, existe una filosofía africa-
diana o kahdi, ¿nos ocupamos de la pluralidad na que, al estar integrada en la cultura africa-
interna o de la externa? na, es incompatible con la filosofía occidental
Un ejemplo tomado de un campo diferente y, por lo tanto, debe seguir su particular línea
de conocimiento nos ayuda a ver que, para cap- de desarrollo.15 Según los segundos autores, la
tar la diversidad epistemológica del mundo, no comparación o el diálogo, en la medida en que
debemos atribuir un valor absoluto a la distin- sean posibles, implican una pluralidad externa,
ción entre pluralidad interna y externa de los porque con ellos estamos ante dos cuerpos de
conocimientos. Empecemos con una pregunta: conocimiento completamente distintos. Sin
¿un diálogo entre la filosofía occidental y la embargo, lo que queda por explicar es por qué,
filosofía africana es un caso de pluralidad in- a pesar de todas las distinciones hechas, a am-
terna o externa?14 Dado que están en cuestión bos se los llama filosofía.
las dos filosofías, parecería que estamos ante Una explicación es la que dan quienes de-
un caso de pluralidad interna. Sin embargo, fienden una tercera postura. Dicen que no
muchos filósofos, occidentales y africanos por hay una filosofía, sino muchas, y piensan que
igual, piensan que no se puede hablar de una son posibles el diálogo y el enriquecimiento
filosofía africana porque solo hay una filosofía,
15 Sobre este tema, véase Eze (1997); Karp & Maso-
14 El mismo argumento puede ser utilizado en rela- lo (2000); Hountondji (2002); Coetzee & Roux (2003);
ción con un diálogo entre religiones. Brown (2004).
Las ecologías de saberes249
mutuos. Son los que a menudo se han de en- Dos ejemplos lo ilustran. El filósofo ghanés
frentar a los problemas de la inconmensurabi- Kwasi Wiredu (1990; 1996) sostiene que la filo-
lidad, la incompatibilidad o la ininteligibilidad sofía y la lengua de los Akan, el grupo étnico
recíproca. No obstante, creen que la incon- al que él pertenece, no pueden traducir la idea
mensurabilidad no impide necesariamente la cartesiana de cogito ergo sum. La razón es que
comunicación, y que incluso puede conducir a no existen palabras para expresar esta idea.
formas insospechadas de complementariedad. “Pensar”, en akan, significa “medir algo”, lo cual
Todo depende del uso de adecuados procedi- no tiene sentido si se une a la idea de ser. Ade-
mientos de traducción intercultural. Mediante más, también es muy difícil explicar el “ser” de
la traducción es posible identificar preocupa- sum, porque el equivalente más cercano es algo
ciones comunes, enfoques complementarios y así como “estoy ahí”. Según Wiredu, el locativo
también, claro está, contradicciones inextrica- “ahí” “sería suicida desde el punto de vista tanto
bles.16 Según esta tercera posición, es posible de la epistemología como de la metafísica del
reconocer la pluralidad interna entre saberes cogito”. En otras palabras, la lengua permite que
que se distinguen por profundas diferencias, se expliquen ciertas palabras, pero no otras. Sin
el tipo de diferencias que normalmente exigen embargo, esto no significa que la relación entre
reconocer la pluralidad externa. Cuanto más la filosofía africana y la occidental deba termi-
amplio sea el ejercicio de traducción intercul- nar aquí. Como ha intentado demostrar Wiredu,
tural, más probable es que la comparación se es posible desarrollar argumentos autónomos
convierta en interna. asentados en la filosofía africana, no solo refe-
rentes a la razón de que no se pueda expresar el
cogito ergo sum, sino también referentes a mu-
16 En esta área, los problemas suelen estar asociados
chas ideas alternativas que la filosofía africana
con el lenguaje, y el lenguaje es, de hecho, un instru-
mento clave para lograr una ecología de saberes. Como puede expresar y la occidental no.17
resultado, la traducción debe operar en dos niveles, el El segundo ejemplo es el de Odera Oruka. Se
lingüístico y el cultural. La traducción cultural será una sitúa entre la filosofía occidental y el concepto
de las tareas más difíciles que enfrentan los filósofos,
los científicos sociales y los activistas sociales en el si-
glo XXI. 17 Véase Wiredu (1997) y una discusión de su trabajo
Trato con este tema con más detalle en Santos (2000; 2006). en Osha (1997).
250 Boaventura de Sousa Santos
africano de sagacidad filosófica. La segunda es por razones que hoy deben ser evidentes para
una aportación innovadora de la filosofía afri- todos. Es posible que algunas de estas personas
cana propuesta por Odera Oruka (1990; 1998) y hayan estado parcialmente influidas por la inevi-
otros.18 Reside en una reflexión crítica sobre el table cultura moral y tecnológica de Occidente.
mundo cuyos protagonistas son los que Odera No obstante, su actitud y su bienestar cultural
Oruka denomina sabios, sean poetas, curande- siguen siendo básicamente los del África rural
ros tradicionales, contadores de historias, músi- tradicional. Salvo un puñado de ellas, la mayoría
cos o autoridades tradicionales. Según el mismo de estas personas son “analfabetas” o “semia-
autor, la filosofía sagaz consiste en los pensa- nalfabetas” (Odera Oruka, 1990: 28).
mientos expresados de los hombres y mujeres En otras palabras, la idea de sagacidad filo-
sabios de una determinada comunidad, y es una sófica africana es una forma de conocimiento
forma de pensar y explicar el mundo que fluctúa tan diferente de la filosofía convencional, que
entre la sabiduría popular (máximas comuna- no podemos sino estar ante un caso de plurali-
les bien conocidas, aforismos y verdades gene- dad externa. Sin embargo, al reclamar una re-
rales de sentido común) y la sabiduría didác- definición de lo que entendemos por filosofía,
tica, una sabiduría expuesta y un pensamiento también se puede entender que apunta a una
racional de unos determinados individuos de pluralidad interna dentro del campo hoy extre-
una comunidad. La sabiduría popular suele ser madamente ampliado de la filosofía.
conformista, en cambio, la sabiduría didáctica
a veces es crítica sobre la disposición comu- La ecología de saberes,
nal y la sabiduría popular. Los pensamientos se la jerarquía y la pragmática
pueden expresar por escrito o como dichos y Una epistemología pragmática se justifica
argumentaciones no escritos relacionados con sobre todo porque a los oprimidos sus expe-
un(os) determinado(s) individuo(s). En el Áfri- riencias vitales se les hacen inteligibles princi-
ca tradicional, la mayor parte de lo que se con- palmente como una epistemología de las con-
sideraría filosofía sagaz sigue sin estar escrita secuencias. En su mundo vital, primero son las
consecuencias y, después, las causas.
La ecología de saberes se basa en la idea
18 Sobre la filosofía de la sabiduría, véase también
Oseghare (1992); Presbey (1997). pragmática de que es necesario reevaluar las
Las ecologías de saberes251
arrozales— era consecuencia de una evalua- nadie cuestiona la capacidad de la ciencia mo-
ción incorrecta de la situación provocada pre- derna de llevar a hombres y mujeres a la Luna,
cisamente por los juicios abstractos (basados aunque se pueda poner en cuestión el valor so-
en la validez universal de la ciencia moderna) cial de tal empresa. En este ámbito, la ciencia
sobre el valor relativo de los diferentes sabe- moderna demuestra una superioridad inape-
res. Años más tarde, los modelos computacio- lable respecto a otros tipos de conocimiento.
nales —uno de los campos de las ciencias de Sin embargo, hay otras formas de intervenir
la complejidad— demostraron que las secuen- en la realidad que para nosotros son hoy de
cias de agua gestionadas por los sacerdotes de sumo valor a las que la ciencia no contribuyó
Dewi-Danu eran muchísimo más eficaces que en modo alguno, y que son más bien resulta-
los sistemas científicos de regadío (Callicott, do de otros tipos de conocimiento. Es el caso,
2001: 94). como señalaba antes, de la preservación de la
El otro caso de intervenciones alternativas biodiversidad que los saberes de campesinos e
basadas en cuerpos diferentes de conocimien- indígenas hacen posible.
to es el de las que no tienen lugar en el mismo
ámbito social. En este caso, la decisión entre Orientaciones para el saber prudente
saberes diferentes y que estén en conflicto no La construcción epistemológica de una eco-
obliga necesariamente a sustituir un tipo de logía de saberes no es tarea fácil. Basta pensar
intervención por otra. Solo requiere decidir el en las muchas preguntas que plantea. ¿Cómo
ámbito social sobre el que hay que intervenir hay que distinguir el conocimiento científico
y el tipo de prioridad que hay que establecer. del conocimiento no científico? ¿Cómo se cons-
Como antes señalaba, no es razonable cuestio- truye el interconocimiento? ¿Cómo distinguir
nar hoy el valor general de las intervenciones entre muchos saberes no científicos? ¿Cuál es
en el mundo que han sido posibles gracias a la diferencia entre conocimiento occidental y
la productividad tecnológica de la ciencia. Se no occidental? Si hay varios saberes occidenta-
podrían cuestionar muchas de sus opciones les, ¿cómo distinguir entre ellos?
concretas, como las bombas lanzadas sobre ¿Desde qué perspectivas hay que identi-
Hiroshima y Nagasaki, o la explotación des- ficar a los diferentes saberes? ¿Cuáles son
tructiva de los recursos naturales. Por ejemplo, las posibilidades y los límites de reconocer
Las ecologías de saberes253
un determinado objetivo social. Todos los sobre la realidad interviene en ella y tiene
saberes sustentan prácticas y constituyen sus consecuencias. El conocimiento no es
sujetos. Todos los saberes son testimonia- representación; es intervención. El realis-
les porque lo que saben de la realidad social mo pragmático se centra en la intervención
(la dimensión activa de saberes) también re- más que en la representación. La credibi-
vela el tipo de sujetos del conocimiento que lidad de la construcción cognitiva se mide
actúan sobre la realidad social (su dimen- por el tipo de intervención en el mundo que
sión subjetiva). aporta, favorece o dificulta. La evaluación
4. Todos los saberes tienen límites internos de esta intervención siempre combina lo
y externos. Los límites internos afectan a lo cognitivo y lo ético-político, por lo que la
que un conocimiento dado no sabe aún de la ecología de saberes parte de la compatibili-
realidad social ni de su posible intervención dad entre los valores cognitivos y los ético-
en ella. Los límites externos afectan a las in- políticos. Ahí reside la distinción entre ob-
tervenciones en la realidad social que solo jetividad y neutralidad.
son posibles sobre la base de otros tipos de 6. La ecología de saberes se centra en las re-
conocimiento. Los saberes hegemónicos se laciones entre los saberes, en las jerarquías
caracterizan por conocer solo sus límites y fuerzas que emergen entre ellos. Iniciar la
internos. El uso contrahegemónico de la conversación entre los saberes sobre la pre-
ciencia moderna consiste en la exploración misa de garantizar la igualdad de oportuni-
paralela de los límites internos y externos. dades a todos ellos, no es incompatible con
5. La ecología de saberes es constructivista jerarquías concretas en el contexto de prác-
en lo que se refiere a la representación, y ticas concretas de conocimiento. La eco-
realista en lo que se refiere a la interven- logía de saberes solo combate la jerarquía
ción. No tenemos acceso directo a la reali- establecida por el poder cognitivo universal
dad porque realmente no la conocemos más y abstracto, naturalizado por la historia y
que a través de conceptos, teorías, valores justificado por epistemologías reduccionis-
y el lenguaje que empleamos. Pero, por tas. Las jerarquías concretas surgen de la
otro lado, el conocimiento que construimos evaluación de intervenciones alternativas en
la realidad social. Entre los distintos tipos de
Las ecologías de saberes255
intervención puede existir complementarie- ser una tarea muy compleja. Prismáticas
dad o contradicción. porque la relación entre los conocimientos
7. La ecología de saberes se rige por el prin- cambia según el tipo de prácticas sociales
cipio de precaución. Siempre que haya in- en que interviene.
tervenciones en la realidad que, en teoría, 9. El problema de la inconmensurabilidad
puedan ser llevadas a cabo por diferentes no solo es relevante cuando los saberes en
sistemas de conocimiento, las decisiones cuestión proceden de distintas culturas;
concretas sobre los tipos de conocimiento también es un problema dentro de la mis-
que hay que favorecer deben estar informa- ma cultura. En lo que se refiere a las cul-
das por el principio de la precaución. Dentro turas occidentales, uno de los temas más
de la ecología de saberes, la formulación de polémicos ha sido cómo la ciencia se auto-
este principio debe ser así: en igualdad de delimita respecto a otras formas de relacio-
circunstancias, hay que privilegiar al tipo narse con el mundo, unas formas considera-
de conocimiento que garantice más partici- das no científicas y hasta irracionales, como
pación a los grupos sociales implicados en las artes, las humanidades, la religión, etcé-
la concepción, la ejecución, el control y el tera. Incluso quienes critican la idea de que
disfrute de la intervención. el conocimiento científico se irá liberando
8. La diversidad del conocimiento no se limi- progresivamente de los elementos “irracio-
ta al contenido ni al tipo de su intervención nales” —como Thomas Kuhn (1970; 1977),
privilegiada en la realidad social. Tam- Gaston Bachelard (1971; 1972; 1975; 1981),
bién incluye las formas en que se formula, Georges Canguilhem (1988) o, en cierta me-
se expresa y se comunica. La ecología de dida, Michel Foucault (1980)— siempre ba-
saberes invita a epistemologías polifónicas san sus paradigmas o epistemes en discon-
y prismáticas. Polifónicas porque los dife- tinuidades entre la ciencia y otros saberes.
rentes conocimientos tienen desarrollos La afirmación de tales discontinuidades exi-
autónomos, distintas formas de producir y ge, como demuestra Thomas Gieryn (1999),
comunicar conocimiento. Esto explica por un constante trabajo de frontera que implica
qué determinar la relación entre ellos suele un permanente control de las lindes y una
persistente vigilancia epistemológica, para
256 Boaventura de Sousa Santos
contener y repeler los inminentes e insisten- 11. La historia de la relación entre diferentes
tes “ataques de irracionalidad”. saberes es fundamental en la ecología de
Podemos preguntar, por ejemplo, por las po- saberes. La larga duración histórica del ca-
sibles relaciones entre la poesía y la ciencia. pitalismo, el colonialismo y el patriarcado
No me refiero a la ciencia como poesía, sino explica un pasado de relaciones desiguales
al valor epistemológico de la poesía y una entre los saberes. En muchos casos, esas re-
posible epistemología polifónica en que in- laciones condujeron al epistemicidio. El no
tervengan la poesía y la ciencia. Asimismo, ejercicio de la ecología de saberes, por vasto
el conocimiento religioso tiene su propia y profundo que este fuera, pudo borrar el pa-
epistemología, que, en general, se considera sado. En cambio, en la ecología de saberes,
inconmensurable respecto al conocimiento la historia es una sólida parte constituyente
científico. El tema de la relación entre los del presente. Como afirma Banuri (1990), lo
saberes religiosos y los de otro tipo adquie- que más negativamente ha afectado al Sur
re relevancia cuando muchos movimientos desde el principio del colonialismo es tener
sociales que hoy luchan contra la opresión que concentrar sus energías en adaptarse y
basan su militancia en el conocimiento reli- oponerse a las imposiciones del Norte.19 En
gioso y en la espiritualidad (Santos, 2014). la misma línea, Tsenay Serequeberhan (1991:
22) identifica los dos retos a los que hoy se
10. La ecología de saberes pretende ser una lu-
enfrenta la filosofía africana. El primero es un
cha docta contra la ignorancia ignorante.
reto deconstructivo, y consiste en identificar
Una característica distintiva del conocimien-
to hegemónico es su capacidad de imponer
sus criterios de conocimiento e ignorancia al 19 Banuri sostiene que el desarrollo del “sur” ha sido
resto de saberes. La ecología de saberes nos desventajoso “no debido a malos consejos de política
permite tener una visión más amplia tanto o intención maliciosa de los asesores, ni por el desco-
nocimiento de la sabiduría neoclásica, sino porque el
de lo que sabemos, como de lo que no sa-
proyecto ha obligado constantemente a los indígenas
bemos. Lo que no sabemos es producto de a desviar sus energías desde la búsqueda positiva del
nuestra ignorancia, no de la ignorancia en cambio social definido por el pueblo, hasta el objetivo
general. negativo de resistir la dominación cultural, política y
económica por Occidente” (Banuri, 1990: 66).
Las ecologías de saberes257
los residuos eurocéntricos heredados del más profundo de las posibilidades humanas.
colonialismo y que están presentes en di- La ecología de saberes permite combinar
versos sectores de la vida colectiva, desde saberes que privilegian la fuerza interior
la educación a la política, desde el derecho de la natura naturans con conocimientos
a la cultura. El segundo es un reto construc- (como el científico) que privilegian la fuerza
tivo, y consiste en dar nueva vida a las po- exterior y la natura naturata.20 La ecología
sibilidades culturales e históricas del legado de saberes permite, pues, asentar una ima-
africano interrumpido por el colonialismo y ginación de la voluntad que es incomprensi-
el neocolonialismo. El trabajo de traducción ble para el entendimiento convencional de
intenta atrapar a estos dos movimientos: las la ciencia moderna.21
relaciones hegemónicas entre las experien- La ecología de saberes no se produce solo
cias y lo que hay más allá de esas relaciones. en el ámbito del logos. También se da en el
En este doble movimiento, se reconstruyen ámbito del mythos, el de las presuposicio-
las experiencias sociales desveladas por la nes tácitas que hacen posible el horizonte
sociología de las ausencias, para entregarse de posibilidades de cada conocimiento y
a relaciones de inteligibilidad mutua sin caer los diálogos entre ellas. En este sentido, es
en la canibalización recíproca. fundamental la idea de fermento —vincula-
12. La ecología de saberes pretende facilitar do al “élan vital”, el campo de fuerzas de la
la constitución de sujetos individuales y energía humana que William James y Henri
colectivos combinando la sobriedad en el Bergson llaman espontaneidad tecnológi-
análisis de los hechos con la intensifica- ca (Bloch, 1995: 683), o a la espiritualidad,
ción de la voluntad contra la opresión. Se como simplemente lo llaman los pueblos
reivindica la sobriedad por la multiplicidad originarios—. Con la naturaleza polifónica
de perspectivas cognitivas sobre la rea-
lidad de la opresión. Esta es siempre pro-
ducto de una multitud de saberes y fuerzas. 20 Sobre la tecnología de la voluntad, véase Bloch
Las jerarquías, también, actúan de acuerdo (1995: 675).
con redes. La intensificación de la voluntad, 21 Sobre la imaginación y la encrucijada de saberes,
a su vez, es resultado de un conocimiento véase Visvanathan (1997; 2007).
258 Boaventura de Sousa Santos
de la ecología de saberes se pretende fo- 13. La ecología del saber señala el paso de una
mentar subjetividades rebeldes competen- política de movimientos a una política de
tes. Lo que está en juego es la formación intermovimientos. Los intereses que moti-
de una espontaneidad que cimente una vo- van el ejercicio de la ecología de saberes de-
luntad constituyente sobre una actitud de ben ser compartidos por los diversos grupos
sospecha respecto a la realidad social ya que, en un determinado contexto, convergen
constituida. Se trata, en pocas palabras, en la idea de que solo pueden luchar con éxi-
de recuperar la armonía que Paracelso, en to por sus aspiraciones e intereses si cola-
el Renacimiento, señaló entre Arqueo, el boran con otros grupos, integrando formas
elemento de la voluntad de la semilla y el de conocer de otros grupos sociales. Los
cuerpo, y Vulcano, la fuerza natural de la tiempos y lugares de esta integración deben
materia. ser adecuados para los diferentes grupos o
La intensificación de la voluntad deriva de movimientos.
una potencialidad que solo se puede cono-
cer mediante la sociología de las emergen- En este sentido, acude a la mente otra de
cias. En la ecología de saberes, la voluntad las fructíferas enseñanzas de Nicolás De Cusa.
se orienta con diversas brújulas. No existen En 1450, el autor compuso tres diálogos —De
criterios absolutos ni monopolios de la ver- Sapientia, De Mente y De Staticis Experimen-
dad. En términos de Nicolás De Cusa, orien- tis— cuyo protagonista es el Idiota, un hombre
tarse con una sola brújula sería una manifes- sencillo e iletrado, un pobre artesano que hace
tación de ignorancia ignorante. Es necesario cucharas de madera. En sus diálogos con el
evaluar de forma regular la contribución de acreditado filósofo (el humanista, el orador), el
cada brújula. La distancia relativa respecto a Idiota se convierte en el sabio capaz de resolver
orientaciones y vanguardias exclusivistas es los más complejos problemas de la existencia
un factor de la consolidación de la voluntad. a partir de la experiencia de su vida activa, a
La existencia de muchas brújulas convierte la que se da prioridad sobre la vida contempla-
la vigilancia epistemológica en un profundo tiva. Como dice Leonel Santos (2002: 73): “se
acto de autorreflexividad. contrapone el Idiota al hombre leído y erudito,
que posee conocimientos basados en autores y
Las ecologías de saberes259
autoridades, de los que obtiene su competen- las escuelas de conocimiento erudito pierden
cia, pero que ha perdido el sentido del uso y importancia si no demuestran plenamente su
el cultivo autónomo de sus propias facultades”. relevancia para la vida y la experiencia prác-
El Orador provoca al Idiota: “¡Cuán presuntuo- ticas. Esta descentralización de las formas de
so sois, pobre Idiota, para así desechar el estu- saber tiene otra dimensión. El campo de las
dio de las letras, sin las cuales nadie progresa!” interacciones prácticas (es decir, las interac-
(2002: 78). El Idiota replica: ciones que tienen unos objetivos prácticos)
en que tiene lugar la ecología de saberes exige
No es presunción, gran Orador, lo que me impide que el lugar en que se interroga a las formas
permanecer callado, sino la caridad. En realidad, de saber y se las intercambia no sea un lugar
os veo entregado a la búsqueda de la sabiduría exclusivo para el conocimiento, por ejemplo,
con gran vano afán […] La opinión de la autori-
las universidades o los centros de investiga-
dad os convirtió, a vos que sois un hombre libre
ción. El lugar de la articulación de la ecología
por naturaleza, en algo más parecido a un caballo
atado al pesebre con el ronzal y comiendo solo lo de los conocimientos es todo aquel en que el
que le den. Vuestro conocimiento se alimenta de objetivo del conocimiento sea convertirse en
la autoridad de quienes escriben, está limitado a una experiencia transformadora. Es decir, es
un pastizal ajeno, no natural (2002: 79). todo lugar situado más allá del conocimiento
como actividad separada. Es significativo que
Y añade: “Pero os digo que la sabiduría gri- los diálogos de Nicolás De Cusa tengan lugar
ta en los mercados y su clamor resuena en las en la barbería o en el humilde taller del arte-
plazas” (2002: 79). La sabiduría se manifiesta en sano. Así se obliga al filósofo a que argumente
el mundo y en las tareas mundanas, especial- en un territorio que no le es familiar y para el
mente en aquellas que son el mundo de la ra- que no se formó: el territorio de la vida prác-
zón e implican operaciones de cálculo, medida tica. Este es el territorio donde se planifican
y peso (2002: 81). todas las relaciones prácticas, se evalúan las
En estos diálogos sumamente irónicos, el oportunidades, se miden los riesgos, se sope-
Idiota no es más que el postulante de la docta san los pros y contras. Es el territorio de la
ignorancia de Nicolás De Cusa. Los diálogos artesanía de las prácticas, el territorio de la
demuestran que los grandes argumentos de ecología de saberes.
260 Boaventura de Sousa Santos
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La traducción intercultural.
Diferir y compartir con passionalità*
y la opresión, ¿cómo podemos distinguir entre para reducir al mínimo los obstáculos a la ar-
alternativas al sistema de opresión y domina- ticulación política entre los diferentes grupos
ción, y alternativas dentro del sistema? O más sociales y movimientos que en todo el globo
en concreto, ¿cómo distinguimos entre alter- luchan por la justicia social y la dignidad hu-
nativas al capitalismo y alternativas dentro del mana, cuando dichos obstáculos se deben a la
capitalismo? En suma, ¿cómo combatimos las diferencia cultural y la ininteligibilidad mutua.
líneas abisales utilizando instrumentos con- Además de hablar distintas lenguas y proceder
ceptuales y políticos que no las reproduzcan? de distintas trayectorias históricas, esos gru-
¿Qué efecto tendría una concepción posabisal pos y movimientos formulan sus repertorios
del conocimiento o una razón cosmopolita sub- de lucha basándose no solo en los contextos
alterna tanto sobre las luchas sociales como sociales y políticos específicos en que operan,
sobre las instituciones educativas? sino también en diferentes premisas culturales
No pretendo responder todas estas pregun- y universos simbólicos. En el último caso, solo
tas en este texto. Me limitaré a poner algunos los significados compartidos convierten las de-
ejemplos de trabajo de traducción, porque mandas en objetivos por los que merece la pena
pueden arrojar cierta luz sobre las propias pre- luchar. Por lo tanto, la traducción intercultural,
guntas. Pero antes permítaseme que empiece como parte que es de un proyecto intercultural,
por explicar brevemente qué entiendo por tra- se ocupa de por qué es importante traducir y
ducción intercultural y por qué esta es impor- de las relaciones de poder que intervienen en
tante para reinventar la emancipación social y el trabajo de traducción. La traducción inter-
la imaginación política insurgente. Vista desde cultural, tal como la entiendo en este texto,
la perspectiva de las Epistemologías del Sur, no es un gesto de curiosidad intelectual o de
la traducción intercultural es también una tra- diletantismo cultural. Es un imperativo dicta-
ducción interpolítica, un procedimiento que do por la necesidad de ampliar la articulación
fomenta la política de intermovimientos como política más allá de los confines de un deter-
fuente de la globalización contrahegemónica. minado lugar o una cultura dada.2 Es posible
Forma parte de un proyecto político y se debe
dirigir de forma que maximice el éxito de este.
2 Como proyecto político, el trabajo de traducción
La traducción intercultural es una herramienta debe afrontar el tipo de preguntas políticas que, según
270 Boaventura de Sousa Santos
que, inicialmente, sea un determinado grupo ideal funciona como el estándar normativo con
o movimiento quien proclame esa necesidad, el que se deben evaluar las prácticas concre-
pero, para que esta lleve al trabajo concreto tas de traducción. El estudio de las relaciones
de traducción, la han de compartir otros gru- sociales en que se basa la traducción de inter-
pos o movimientos. Lo ideal es que solo unas movimientos, y la lucha por unas relaciones de
relaciones de poder iguales, es decir, unas re- poder menos desiguales, son —ambos—, ele-
laciones de autoridad compartida, encajen en mentos constitutivos de la traducción tal como
los fines de la traducción intercultural, ya que aquí se entiende. La traducción intercultural es
solo así se puede conseguir una reciprocidad un proceso vivo y, como tal, su objetivo es la
entre los grupos o movimientos sociales.3 Este reciprocidad, sin preocuparse por las culturas
de origen ni las culturas de destino, los tran-
Lydia Liu, están en el núcleo de la traducción intercultu-
sorígenes ni los transdestinos. Cuando, en este
ral: “¿Desde el punto de vista de quién, para qué público texto, hablo de interpretaciones más amplias
lingüístico, y en nombre de qué tipos de conocimiento de la traducción intercultural, lo hago para
o autoridad intelectual, se realizan actos de traducción ilustrar las condiciones para la traducción in-
entre las culturas?” (1995: 1). terpolítica y para destacar los obstáculos para
3 Aunque no se refiera al tipo de política de intermo- su consecución.
vimientos en la que me centro aquí, la idea de diálogo
transcultural de Tzvetan Todorov se acerca mucho al
tipo de traducción que tengo en mente. Todorov dice
que este diálogo descansa sobre una relación “en la que entre ellos las tradiciones religiosas (o espirituales), el
nadie tiene la última palabra” y donde “ninguna voz acervo de manifestaciones literarias y artísticas, y los
es reducida al estatus de simple objeto” o mera vícti- sufrimientos y aspiraciones existenciales”. Sin embar-
ma (1984: 247-251). Dallmayr (2006: 79) distingue tres go, existe una importante diferencia entre este enfoque
modalidades básicas de diálogo transcultural: 1) la co- y el mío. Lo que a mí me interesa no son la ética ni la her-
municación pragmática-estética; 2) el discurso moral- menéutica per se, sino la política de intermovimientos,
universal; y 3) el diálogo ético-hermenéutico; y una es decir, crear condiciones para alianzas más sólidas y
subcategoría: el diálogo agonal o contestación. El diá- sumas de intereses políticos. Esto explica también por
logo ético-hermenéutico es el que más se aproxima a mi qué prefiero la idea de traducción a la de diálogo. En la
idea de traducción cultural. Quienes intervienen en este traducción recíproca el objetivo es trabajar a través de
tipo de diálogo “se proponen comprender y apreciar las las diferencias para determinar el alcance y las limita-
historias vitales y los orígenes culturales de los demás, ciones de la construcción de alianzas.
La traducción intercultural. Diferir y compartir con passionalità271
dos situaciones. Además, las diferencias intra- el lugar de la lengua en la traducción intercul-
culturales a veces pueden conducir a más con- tural, ya que el trabajo de traducción depende
flictos intratables que las interculturales. Por lo también de formas no lingüísticas y paralingüís-
general, la traducción intercultural se concibe ticas de comunicación: el lenguaje corporal, los
como una metáfora,5 mientras que la traduc- gestos, la risa, las expresiones faciales, los si-
ción lingüística se refiere al sentido literal tra- lencios, la organización y la arquitectura del es-
dicional de traducir de una lengua a otra. Pero pacio, la gestión del tiempo y el ritmo, etcétera.
sabemos que, con el uso extensivo y repetido, El segundo tema se refiere a la traductibilidad,
las metáforas se hacen literales. Por otro lado, que Walter Benjamin (1999) consideraba “la ley
la traducción interlingüística implica necesa- que rige en la traducción”, y para Gramsci era
riamente la traducción cultural. No obstante, la diferencia que puede desdibujar la supuesta
la traducción intercultural abarca muchísimo contradicción universal de la dialéctica marxis-
más, porque incluye fenómenos extralingüís- ta, o simplemente interferir en ella. La traducti-
ticos. Enumeraré algunos de los temas de los bilidad es el reconocimiento de una diferencia
debates sobre la traducción cultural que son y la motivación para ocuparse de ella. Ignorar
más relevantes para el tipo de zona de contacto la traductibilidad equivale a hacer imposible la
traduccional de que aquí me ocupo. hegemonía. La hegemonía se basa en la apro-
La lengua es, evidentemente, el tema central. bación de ideas que trascienden de los confines
Para mis fines analíticos, dos son las principa- de la experiencia vital inmediata de la persona
les cuestiones que están en juego. La primera (y pueden ser completamente opuestas a ella).
se refiere a la diferencia lingüística, las compe- Sin embargo, esa aprobación solo es posible
tencias lingüísticas desiguales, y cómo afectan mediante un acto de apropiación cultural y exis-
al trabajo de traducción. La segunda cuestión es tencial que aproxime las ideas y las experien-
cias vitales, o haga más verosímil la ilusión de
cercanía. La apropiación es la activación de la
5 Como apunta Birgit Wagner (2011) basándose en diferencia en un movimiento de la extrañeza a
Gramsci. Ver <http://www.goethezeitportal.de/ filead- la familiaridad. La apropiación es la traductibili-
min/PDF/kk/df/postkoloniale_studien/wagner_cultu-
dad en acción. Nacido en Cerdeña, Gramsci era
ral-translation-gramsci.pdf> acceso 10 de noviembre
de 2012. muy consciente de la diferencia tanto lingüística
La traducción intercultural. Diferir y compartir con passionalità273
como cultural de su propio país, y le preocupaba incluso “escenificar una diferencia”, como di-
que sus lectores no entendieran debidamente el ría Homi Bhabha (1994), tiene unas dimensio-
pensamiento y el discurso políticos, que a me- nes de comunicación y de representación que
nudo dependen del conocimiento académico y afectan a la subjetividad del conjunto de los
de teorías universales como el marxismo. En traductores. Tanto el marcar como el desmar-
Cuadernos de la cárcel hay varias duras críticas car las diferencias se inscriben en el proceso
a los discursos esotéricos de la academia, a los de intersubjetivación e interidentificación.
que Gramsci (1975) llamaba “esperanto filosófi- A medida que cambian los sujetos de la traduc-
co y científico”. Lo que no se podía expresar en ción, cambian también las polaridades que los
este esperanto, decía, no era más que prejuicio separan. La reformulación y la interpretación
y superstición, cuando no pura ilusión (delirio). son traducción en acción. Un quinto tema, del
El tercer tema se refiere a las asimetrías que que en los estudios translacionales se habla
intervienen en el trabajo de traducción, y cómo menos pero que aquí es fundamental, es la mo-
se pueden reducir y hasta eliminar a medida tivación que hay detrás de la traducción. ¿De
que avanza este trabajo. ¿Cómo crear una co- dónde procede el pathos del que nace el impul-
municación no jerárquica y lograr significados so de entregarse a la traducción? ¿Cuán cálida
compartidos? Es un tema particularmente re- es la cálida corriente de la razón que une a ex-
levante para los tipos de traducción que aquí traños sin tener la certeza de que al concluir el
me interesan, por ejemplo, las traducciones trabajo de traducción se sentirán menos extra-
como proyectos políticos destinados al empo- ños entre sí, o quizás más extraños? La “filolo-
deramiento mutuo. La centralidad múltiple ra- gía viva” (filologia vivente) de Gramsci implica
ramente es un punto de partida. En el mejor de el esfuerzo colectivo de traducir mediante “una
los casos, será el de llegada. Un cuarto tema, participación activa y consciente”, es decir, con
igualmente relevante, es el de los cambios que passionalità (1977).6 Este concepto es de suma
experimenta la identidad de quienes participan
en la traducción a medida que avanza el trabajo.
Compartir significados implica compartir tam- 6 Según Wagner (2011), Joseph Buttigieg, editor de
los dos primeros volúmenes de la edición estadouni-
bién pasiones, sentimientos y emociones. Por
dense de Cuadernos de la cárcel, se propone usar la
el mismo principio, comunicar la diferencia o empatía para traducir con passionalità.
274 Boaventura de Sousa Santos
la negociación. El tercer espacio es lo que Vi- univocidad —la similitud esencial— entre lo que
veiros de Castro llama el espacio del equívoco. decimos el Otro y Nosotros. (2004: 10)
Según él:
Yo prefiero concebir el espacio intermedio
Traducir es situarse en el espacio del equívoco8 y en el que es posible la traducción como una
habitar en él. No es deshacer el equívoco (ya que, zona de contacto, la zona de contacto transla-
para empezar, supondría que este nunca existió), cional. En general, las zonas de contacto son
sino precisamente lo contrario. Traducir es en- campos sociales en que mundos culturales vi-
fatizar o potenciar el equívoco, es decir, abrir y vos se juntan, median, negocian y chocan.9 Por
ampliar el espacio imaginado para no existir en- lo tanto, las zonas de contacto son zonas en las
tre las lenguas conceptuales en contacto, un es-
que ideas normativas, saberes, formas de po-
pacio que precisamente el equívoco ocultaba. El
equívoco no es lo que impide la relación, sino lo
der, universos simbólicos y agencias opuestos
que la cimienta e impulsa: una diferencia en pers- se encuentran en condiciones normalmente
pectiva. Traducir es asumir que siempre existe
un equívoco; es comunicar mediante diferencias, 9 Pratt (1992: 4) define las zonas de contacto como
en vez de silenciar al Otro dando por supuesta la “espacios sociales donde culturas dispares se encuen-
tran, chocan y forcejean entre sí, a menudo en unas
relaciones altamente asimétricas de dominación y sub-
8 El equívoco no es simplemente la “incapacidad de ordinación —como el colonialismo, la esclavitud o sus
comprender”, sino la incapacidad de comprender que secuelas tal como se viven hoy en todo el mundo—”. En
los entendimientos necesariamente no son idénticos, y esta formulación, parece que las zonas de contacto im-
que no están relacionados con formas imaginarias de plican encuentros entre totalidades culturales. No tie-
“ver el mundo”, sino con los mundos reales que se ha- ne por qué ser así. La zona de contacto puede implicar
yan de ver […] El Otro de los Otros es siempre otro. Si diferencias culturales exclusivas y parciales, aquellas
el equívoco no es un error, una ilusión o una mentira, que, en un determinado espacio-tiempo se encuentran
sino la propia forma de la positividad relacional de la compitiendo por dar sentido a un particular curso de
diferencia, su opuesto no es la verdad, sino lo unívo- acción. Además, como vengo afirmando en este libro,
co, como la afirmación de la existencia de una única hoy los intercambios desiguales se extienden mucho
forma de significado trascendente. El error o la ilusión más allá del colonialismo y sus secuelas aunque, como
por excelencia consisten, precisamente, en imaginar los estudios poscoloniales demuestran, el colonialismo
que debajo de lo equívoco existe lo unívoco, y que el siga desempeñando un papel más importante del que
antropólogo es el ventrílocuo de este. está dispuesto a admitir.
276 Boaventura de Sousa Santos
desiguales, y se oponen, rechazan, imitan, tra- en los que la desigualdad de las relaciones
ducen y subvierten mutuamente, dando así ori- translacionales son el principal factor condi-
gen a constelaciones culturales híbridas en que cionante del trabajo de traducción. Este tra-
la desigualdad de los intercambios puede ser bajo procede mediante la reducción de esa
reforzada o reducida. La complejidad es intrín- desigualdad. Las constelaciones culturales
seca a la propia definición de zona de contacto. que emergen de la traducción intercultural
¿Quién define quién o qué pertenece a la zona pueden ser más o menos estables, provisiona-
de contacto y quién o qué no? ¿Cómo definir la les y reversibles.
línea que delimita la zona de contacto? ¿La di- Como parte de la política de intermovimien-
ferencia entre las culturas y los mundos vitales tos, el trabajo de traducción afecta por igual a
normativos es tan amplia como para hacerlos los saberes, las prácticas y a sus agentes. Hay
inconmensurables? ¿Cómo acercar los univer- diferentes tipos de trabajo de traducción. Unos
sos culturales y normativos para, por así decir- se centran específicamente en conceptos o
lo, ponerlos “en contacto visual”? visiones del mundo, otros, en formas alterna-
Paradójicamente, debido a la multiplicidad tivas de construir prácticas y agentes colecti-
de códigos culturales presentes, la zona de vos. Pero, en todos los casos, los saberes, las
contacto está relativamente descodificada o prácticas y los agentes trabajan de forma con-
por debajo de los estándares, es una zona para junta. Cuando el foco se pone específicamen-
la experimentación y la innovación normativa te en los conceptos y las visiones del mundo,
y cultural. Además, determinar la igualdad o basándome en Raymond Panikkar (1979: 9),
desigualdad de los intercambios en una zona llamo al trabajo de traducción hermenéutica
de contacto nunca es tarea sencilla, ya que diatópica. Consiste en un trabajo de traduc-
están presentes conceptos alternativos de la ción entre dos o más culturas para identificar
igualdad que muchas veces compiten entre sí. intereses isomorfos entre ellas y las diferentes
En las zonas de contacto, el ideal de igualdad respuestas que con ellos se dan. Por ejemplo, el
es el ideal de diferencias iguales. Las zonas interés por la dignidad humana y la aspiración
de contacto generadas por la traducción in- a ella parece que están presentes en las diferen-
tercultural, tal como aquí se entiende, son tes culturas, aunque sea de distintas formas.
espacio-tiempos de mediación y negociación La hermenéutica diatópica se basa en la idea
La traducción intercultural. Diferir y compartir con passionalità277
de que los topoi10 de una cultura particular, por básico. Lo que aquí está en juego es el horizonte
muy fuertes que puedan ser, son tan incomple- humano definitivo, y no solo contextos diferentes
tos como la propia cultura. Esta incompletitud (1979: 9).
no es visible desde el interior de la cultura, ya
que la aspiración a la totalidad induce a tomar En su propósito, entre otros, de romper el
pars pro toto. El objetivo de la hermenéutica círculo hermenéutico creado por los límites de
diatópica, por consiguiente, no es lograr la una única cultura, la hermenéutica diatópica
completitud —que es inalcanzable— sino, al intenta “poner en contacto horizontes huma-
contrario, despertar la máxima conciencia po- nos”, tradiciones o posiciones culturales (to-
sible de la incompletitud recíproca, entregán- poi) “radicalmente distintos”, para conseguir
dose para ello al diálogo, por decirlo de algún un auténtico diálogo dialógico que tenga en
modo, con un pie en una cultura y el otro en cuenta las diferencias culturales. Es el arte de
otra. Aquí reside el carácter diatópico. llegar al entendimiento “pasando a través de
Según Panikkar, en la hermenéutica estas diferentes posiciones” (dia-topos).
diatópica: Como antes señalaba, reconocer la relativi-
dad de las culturas no implica adoptar el rela-
La distancia que hay que salvar no es meramente tivismo como postura filosófica. Sí implica, sin
temporal, dentro de una tradición amplia, sino la embargo, concebir el universalismo abstracto
brecha que existe entre dos topoi humanos, “lu- como una peculiaridad occidental cuya idea
gares” de entendimiento y autoentendimiento, de supremacía no reside en sí misma, sino en
entre dos —o más— culturas que no han desarro- la supremacía de los intereses que sustenta.
llado sus patrones de inteligibilidad […] La her- La crítica del universalismo está relacionada
menéutica diatópica representa la consideración con la crítica de la posibilidad de una teoría
temática de entender al otro sin dar por supues-
general.11 Lo que la hermenéutica diatópica
to que el otro tiene el mismo autoentendimiento
10 Topos es un concepto fundamental de la retórica aris- 11 Recientemente se ha presentado una versión del uni-
totélica. Significa “lugar común”, idea sobre la que, por ser versalismo en forma de transversalismo. Palencia-Roth
autoevidente en un contexto cultural dado, no se discute. (2006) dice que los valores universales son antitéticos
Al contrario, actúa de premisa de la argumentación. de los valores transversales. En términos axiológicos,
278 Boaventura de Sousa Santos
presupone es lo que yo llamo universalismo a una especie de diálogo […] Buscamos respues-
negativo, la idea de la imposibilidad de com- tas a nuestras propias preguntas en “la cultura
pletitud cultural. En el período de transición extraña”, y “esta” nos responde desvelándonos
cultural en que nos encontramos, dominado sus aspectos nuevos y sus profundidades semán-
ticas nuevas […] Este encuentro dialógico de las
aún por la razón metonímica y proléptica, tal
dos culturas no se traduce en una fusión ni una
vez la mejor forma de formular el universalis-
mezcla. Cada una conserva su propia unidad y to-
mo negativo sea como una teoría general resi- talidad abierta, pero se enriquecen mutuamente
dual: una teoría general sobre la imposibilidad (1986: 7).
de una teoría general.
La idea y el sentimiento de necesidad e in- Para que sea fructífera, la traducción debe
completitud motivan para el trabajo de traduc- ser el cruce de motivaciones convergentes que
ción. En este sentido, recuerdan la definición tienen sus orígenes en culturas diferentes. ¿De
de diálogo transcultural de Mikhail Bakhtin. dónde procede la motivación? Es imperativo
Dice este: distinguir entre motivaciones intelectuales
y motivaciones políticas. En todo el período
Un significado solo desvela sus profundidades moderno hay múltiples ejemplos de intelec-
una vez que se encuentra y establece contacto
tuales, sabios, filósofos y científicos, tanto del
con otro significado extraño: los dos se entregan
Norte global como del Sur global, que intentan
contactar con otras culturas en busca de las
los valores transversales son aquellos que cruzan dos o respuestas que su cultura no les da. A veces
más culturas y les son comunes sin convertirse en va- es un ejercicio intelectual dirigido a desmen-
lores universales. Para que un valor transversal lo siga
tir verdades aceptadas sobre la singularidad
siendo, debe conservar su especificidad. En mi opinión,
todo esto no es más que una forma más elegante (y tam- o precedencia de una determinada cultura.
bién más insidiosa) de presentar la vieja pretensión de El ejemplo más brillante del siglo XX es sin
universalismo. No existen valores que, en sí mismos, duda el colosal esfuerzo de traducción intercul-
sean comunes a las diferentes culturas. Solo pueden tural de Joseph Needham (1954-2008), destina-
llegar a serlo mediante la traducción intercultural cos-
mopolita, es decir, por medio de procedimientos que,
do a demostrar el atraso y la poca originalidad
por su carácter recíproco y horizontal, impidan la im- de la ciencia moderna y la civilización occiden-
posición vertical y, en última instancia, el epistemicidio. tal respecto a la ciencia y la civilización chinas.
La traducción intercultural. Diferir y compartir con passionalità279
La búsqueda es con mayor frecuencia un acto irreductible componente intelectual está al ser-
de introspección, un ejercicio de profunda au- vicio de un propósito o proyecto político. ¿Qué
torreflexión existencial, embargado por toda la tipo de propósito o proyecto político genera un
angustia generada por tener que digerir12, des- deseo que por sí mismo motive para contactar
figurar y transfigurar lo que se pueda aprender con otra cultura? A nivel pragmático, durante
de otras culturas, para que encaje en nuevas los últimos diez años el Foro Social Mundial ha
constelaciones de significado. El sociólogo in- dado prueba inequívoca del carácter parcial,
dio Shiv Visvanathan formula elocuentemente local o provincial de proyectos políticos ante-
la idea de deseo y motivación que aquí llamo riormente considerados universales y suscepti-
trabajo de traducción. Dice: “mi problema es bles de formulaciones y validez universalmen-
cómo tomo lo mejor de la civilización india y al te inteligibles y aceptadas. El FSM, al mismo
mismo tiempo mantengo viva mi imaginación tiempo que ha desvelado la extrema diversidad
moderna y democrática” (2000: 12). Si pudiéra- (política, cultural, semántica y lingüística) de
mos imaginar un ejercicio de hermenéutica dia- los movimientos sociales que se oponen a la
tópica dirigido por Visvanathan y un científico globalización neoliberal en todo el mundo, ha
europeo o norteamericano, podríamos pensar subrayado la necesidad de articulación y agru-
en la motivación del segundo para un diálogo pamiento entre todos estos movimientos y or-
así formulada: ¿Cómo puedo mantener vivo en ganizaciones. Para ello, y en ausencia de un
mí lo mejor de la cultura occidental moderna y agrupamiento vertical impuesto por una gran
democrática, al mismo tiempo que reconozco teoría o un actor social privilegiado, sería ne-
el valor del mundo que esa cultura designó au- cesario un descomunal esfuerzo de traducción.
tocráticamente como no civilizado, ignorante, ¿Qué tienen en común el presupuesto partici-
residual, inferior o improductivo?” (2000: 12). pativo que se practica en muchas ciudades de
El segundo tipo de deseo y motivación América Latina, y la planificación democráti-
es político, y es el que aquí me interesa. Su ca participativa basada en los panchayats de
Kerala y Bengala Occidental en la India? ¿Qué
pueden aprender uno de otra? ¿A qué tipo
12 En este sentido, cabe recordar el movimiento an-
de actividades globales contrahegemónicas
tropófago de los intelectuales de Nuestra América.
Véase Santos (2003: 81-123). pueden contribuir? Las mismas preguntas se
280 Boaventura de Sousa Santos
Sur imperial. El Sur imperial es la forma que tie- Sin embargo, existe una diferencia que merece
ne el propio Sur de renunciar a la posibilidad de la pena señalar. En el Norte global, la aspira-
representarse a sí mismo de forma que no sea ción a una posición anti-imperial solo se puede
la de facilitar y desear la opresión por el Norte imaginar como una posición posimperial, ya
imperial. Como muy bien subraya Said (1978), que el imperialismo del período moderno fue
la epistemología imperial ha representado al una condición original para el Norte global.
otro como incapaz de representarse a sí mismo. En cambio, en el caso del Sur global es posible
También Tucker ha señalado que “escuelas de construir una posición anti-imperial imaginando
pensamiento como el orientalismo y disciplinas una condición precolonial y preimperial real o
como la antropología hablan con frecuencia en inventada. Como ocurre en otros contextos,16
nombre del ‘otro’ diciendo que conocen mejor a los movimientos indígenas de América Latina
quienes estudian que a sí mismas”. Y añade: “El ilustran el potencial anticolonial y anti-imperial
otro es reducido a un objeto sin voz” (1992: 20). para reivindicar una memoria precolonial. Es
Al ver a través de las lentes de solo el Norte im- posible que tal reconstrucción no sea necesaria-
perial, el Sur no pudo sino reconocerse a sí mis- mente progresista, pero tampoco tiene por qué
mo como el Sur imperial. Por esto hoy es mucho ser reaccionaria. Para ser progresista, debe con-
más fácil que el Sur global se reconozca como siderarse a sí misma provisional, en el sentido
víctima del Norte imperial que del Sur imperial.15 de que una plena afirmación de antiimperialis-
mo implica la propia eliminación tanto del Norte
imperial como del Sur imperial. En la medida en
15 Los novelistas y poetas del Sur han estado en pri- que sea posible que el Sur piense sobre sí desde
mera línea en la lucha por un Sur no imperial. Jameson una perspectiva que no sea la del Sur, también
sostiene que en la novela del Tercer Mundo las alego-
será posible que el Norte piense sobre sí desde
rías son más nacionales que individuales (como ocu-
rre en las novelas del Primer Mundo): “La historia del una perspectiva que no sea la del Norte.
destino individual privado siempre es una alegoría de la
situación de la cultura y la sociedad del Tercer Mundo”
(1986). Hay sin duda cierta verdad en esta observación, inmensa diversidad de las novelas del Sur global.
pero la expresión “cultura y sociedad del Tercer Mundo” 16 Sobre África, véase, por ejemplo, Dioup (1974;
es muy problemática por varias razones, entre ellas el 1996); Wa Thiong’O (1986); Mudimbe (1988; 1994);
intento reduccionista de reunir en una única historia la Diagne (2001; 2005).
La traducción intercultural. Diferir y compartir con passionalità283
Así pues, aprender del Sur es el proceso de El momento de la rebelión es cuando se sacu-
traducción intercultural con el que el Sur anti- de el orden imperial, al menos de forma tempo-
imperial se construye tanto en el Norte global ral. El momento de la rebelión de los oprimidos
como en el Sur global. Como he venido insis- representa la debilidad del vínculo de la domina-
tiendo, la construcción del Sur anti-imperial es ción imperial. Ante esto, no cabe extrañarse de
parte integrante de la globalización contrahege- que el análisis de este momento sea también un
mónica, de modo que el trabajo de traducción, débil vínculo de las ciencias sociales coloniza-
lejos de ser un ejercicio intelectual, es más doras convencionales que se constituyen sobre
bien un instrumento pragmático para la media- la relación imperial y prosperan gracias a ella.
ción y la negociación. Su finalidad es superar Para un análisis convincente de los momentos
la fragmentación inherente a la diversidad ex- de rebelión, debemos dirigirnos, por ejemplo, a
trema de la experiencia social del mundo des- la inmensa cantidad de estudios sobre la socie-
velada por las diferentes ecologías destacadas dad india reunidos por Ranajit Guha en los va-
en mis textos “Critica de la razón indolente. rios volúmenes de Subaltern Studies (Estudios
Contra el desperdicio de la experiência y hacia subalternos).18 Al hablar de este formidable logro
la sociologia de las ausencias” y también “Las de la erudición histórica, Veena Das afirma con
ecologias de saberes”. El objetivo general de toda exactitud que Subaltern Studies “hace la
las Epistemologías del Sur es construir un Sur importante aportación de situar la centralidad
anti-imperial sólido, coherente y competen- del momento histórico de la rebelión en la inter-
te. En este proceso, se pueden distinguir tres pretación de los subalternos como sujetos de sus
momentos. En cada uno de ellos, la traducción propias historias” (1989: 312).19 Aquí hablamos
intercultural intervendrá de forma específica:
la rebelión, el sufrimiento humano y la con-
tinuidad de la situación de víctima-agresor.17 18 Una serie de colecciones de ensayos sobre la histo-
En cada uno de ellos, la traducción intercultu- ria y la sociedad del Sur asiático compilados por Rana-
jit Guha y publicados en la década de 1980. Entre otros
ral intervendrá de manera específica. muchos estudios, véase un estudio del propio Guha so-
bre historiografía colonialista en India (1989).
17 No son fases, etapas ni pasos, porque pueden existir 19 Para una opinión distinta sobre el colectivo Sub-
de forma simultánea. Representan distintas perspectivas altern Studies de alguien que formó parte de él, véase
sobre la resistencia contra la opresión y la dominación. Chakrabarty (1992).
284 Boaventura de Sousa Santos
que también es necesario liberar al opresor. En años más recientes, las formulaciones
“Durante toda su vida”, dice Ashis Nandy, “Gan- de Frantz Fanon y Albert Memmi son las más
dhi quiso liberar a los británicos tanto como a elocuentes y de mayor fuerza en este sentido.
los indios de las garras del imperialismo; y tan- Según Fanon y Memmi, el vínculo entre el co-
to a la casta hindú como a los intocables, de la lonizador y el colonizado es dialécticamente
intocabilidad” (1987: 35). Gandhi creía que el destructivo y creativo. Destruye y recrea a los
sistema de dominación empuja a la víctima a dos partícipes de la colonización. La cadena
interiorizar las reglas del sistema de tal modo que ata al colonizador y el colonizado es el ra-
que no hay garantía de que, una vez vencido el cismo, una cadena, sin embargo, que para el
opresor, la dominación no la siga ejerciendo colonizador es una forma de agresión, y para
quien antes era la víctima, aunque lo haga de el colonizado, una forma de defensa21 (Memmi,
otras formas. La víctima es un ser muy dividido 1965: 131). La ambivalencia más evidente del
en lo que se refiere a la identificación o la dife- estereotipo del colonizado como salvaje es el
renciación respecto al opresor. Cito de nuevo a hecho de que también está compuesto por los
Nandy: “el oprimido nunca es una víctima pura. opuestos de sus elementos negativos: el negro
Una parte de él colabora, transige y se adap- es a la vez el salvaje y el criado más digno y
ta; otra parte desafía, ‘no coopera’, subvierte o obediente; la encarnación de la sexualidad des-
destruye, a menudo en nombre de la colabora- controlada, pero también inocente como un
ción y disfrazado de sumiso” (1987: 43).20 niño; enigmático, primitivo e ingenuo, y, al mis-
mo tiempo, ingenioso, mentiroso y manipula-
dor de las fuerzas sociales (Bhabha, 1994: 82).
20 Refiriéndose a Gandhi, Rudolph (1992: 42) demues- Al desvelar los secretos de la resistencia con-
tra que el encuentro colonial, pese a que en su esencia
tra la opresión, se abre la posibilidad de luchar
está quitarle el poder al colonizado, puede ser subverti-
do por este. El sujeto colonial, dice, demuestra a menu- por un mundo alternativo que no produzca un
do que es algo más que la masa que el cuchillo pastele- embrutecimiento recíproco. En otras palabras,
ro del colono corta para crear mentalidades rellenas de
categorías imperiales. Ese encuentro, cuando impulsa
al sujeto colonial a reformular las posibilidades cultura- 21 Sobre este tema, véase la interesante colección de
les de su contexto, puede actuar de estímulo, y hasta de ensayos de Fanon (1967b). Véase también Maldonado-
impulso, para la creatividad y la innovación culturales. Torres (2010) y Gordon (1995).
286 Boaventura de Sousa Santos
saberes y la traducción intercultural solo pue- sociales movilizan saberes y prácticas que ex-
den actuar y prosperar en zonas de contacto ceden mucho de los que se ponen en contacto.
cosmopolitas subalternas, es decir, en zonas En realidad, lo que se pone en comunicación
de contacto descoloniales. El impulso para la no es necesariamente lo más relevante ni fun-
creación de dichas zonas procede de los mo- damental. Al contrario, las zonas de contacto
vimientos y organizaciones sociales que, en un son zonas fronterizas, tierras de nadie, donde
contexto de globalización contrahegemónica, las periferias o los márgenes de los saberes
se entregan a la política de intermovimientos, y las prácticas son los primeros en emerger.
es decir, a la articulación política entre los dis- A medida que avanza el trabajo de traducción
tintos saberes, prácticas y agentes con el fin de y se intensifica la competencia intercultural, se
reforzar las luchas contra el capitalismo, el co- abre la posibilidad de llevar a las zonas de con-
lonialismo y el patriarcado. tacto dimensiones del saber y el actuar consi-
Como ya he dicho, el trabajo de traducción deradas más relevantes.
se basa en la idea de imposibilidad de una teo- En las zonas de contacto interculturales, la
ría general. Sin este universalismo negativo, la decisión sobre qué aspectos se han de selec-
traducción es un tipo de trabajo colonial, por cionar para la confrontación intercultural co-
muy poscolonial que diga ser. Las preguntas rresponde a cada práctica cultural. Todas las
clave son estas: ¿Qué traducir? ¿De qué a qué culturas tienen elementos considerados dema-
se traduce? ¿Quién traduce? ¿Cuándo se debe siado importantes para exponerlos en la zona
realizar la traducción? ¿Por qué se traduce? de contacto y someterlos a la confrontación,
o elementos considerados inherentemente in-
¿Qué traducir? traducibles a otra cultura. Estas decisiones son
La zona de contacto cosmopolita parte parte integrante del propio trabajo de traduc-
del supuesto de que decidir qué se pone en ción y son susceptibles de revisión a medida
contacto con quién depende de cada partici- que el proceso avanza. Si el trabajo de traduc-
pante, como poseedor que es tanto del cono- ción progresa, cabe esperar que se lleven a la
cimiento como de la práctica. Las zonas de zona de contacto más elementos, que a su vez
contacto translacionales siempre son selec- contribuirán a que la traducción siga progre-
tivas, porque los movimientos y otros grupos sando. En muchos países de América Latina,
288 Boaventura de Sousa Santos
trabajo de traducción entre las prácticas, exi- se podrá llevar a cabo a lo largo de varias ge-
gencias y aspiraciones obreras, y los objetivos neraciones, y lo mejor que se puede hacer en
de ciudadanía, protección del medio ambiente cualquier momento dado es tener plena con-
y eliminación de la discriminación de las muje- ciencia de ese pasado y vigilar sin pausa su
res y las minorías étnicas o migrantes. Poco a insidioso trabajo de neutralización de la vo-
poco, la traducción ha transformado el movi- luntad descolonial y de obstrucción a los pro-
miento obrero y los otros movimientos socia- yectos emancipadores. Vista tal realidad, es
les, con lo que ha hecho posible una multitud conveniente tener en cuenta las cuatro hipó-
de luchas que hasta hace pocos años hubieran tesis de Richard Jacquemond (2004) sobre “los
sido impensables. problemas de traducir entre diferenciales de
Sería imprudente dar por supuesto que la poder”: una cultura dominada invariablemente
voluntad recíproca de crear una zona transla- traducirá de la cultura hegemónica mucho más
cional cosmopolita conduce “naturalmente” a de lo que esta traduzca de la anterior; cuando
la horizontalidad y la reciprocidad en las for- la cultura hegemónica traduzca obras produci-
mas en que las culturas actúan a la vez de fuen- das por la cultura dominada, dichas obras se
te y destino. Aunque el trabajo de traducción presentarán y percibirán como difíciles, miste-
que aquí se postula es un trabajo descoloniza- riosas, inescrutables, esotéricas y necesitadas
dor, lleva sobre sus hombros un largo pasado de un pequeño cuadro de intelectuales que las
de relaciones brutalmente desiguales entre interprete, mientras que una cultura dominada
las culturas metropolitanas y las coloniales. traducirá las obras de una cultura hegemóni-
Como dice Palencia-Roth (2006: 38), la histo- ca intentado hacerlas accesibles a las masas;
ria comparativa de las civilizaciones a menudo una cultura hegemónica solo traducirá obras
es poco más que una historia de explotación, de autores de la cultura dominada que se ajus-
conquista, colonización y ejercicio del poder, ten a las ideas preconcebidas que la primera
una historia en la que la probabilidad de lo tenga sobre la segunda; los autores de una
“dialógico” —un diálogo transcultural que ni cultura dominada que sueñen en conseguir un
apunta a una hegemonía monológica de una público más amplio, tenderán a escribir sin
única voz ni acaba en ella— es relativamente dejar de pensar en su traducción a una lengua
rara. La tarea de desmontar este pasado solo hegemónica, lo cual exigirá cierto grado de
La traducción intercultural. Diferir y compartir con passionalità291
complicidad con los esterotipos.25 Jacquemond y las virtudes del multiculturalismo. Acos-
se centra en los textos escritos, pero sus hipó- tumbrada a la rutina de su propia hegemonía,
tesis se pueden entender perfectamente como daba por supuesto que, si fuera a abrirse al
marcadores de la vigilancia epistemológica en diálogo con culturas que anteriormente ha-
relaciones translacionales de otros tipos.26 bía oprimido, estas naturalmente estarían
dispuestas a participar en ese diálogo, y, en
¿Cuándo traducir? realidad, ansiosas por hacerlo. La consecuen-
En este caso, también, la zona de contacto cia de tal suposición han sido nuevas formas
cosmopolita debe ser resultado de una conju- de imperialismo cultural, muchas veces dis-
gación de tiempos, ritmos y oportunidades. Si frazado de multiculturalismo o tolerancia.
esta conjugación no existe, las zonas de con- Es lo que yo llamo multiculturalismo reac-
tacto se convierten en imperiales, y el trabajo cionario. Frente a él, señalo la emergencia
de traducción, en una forma de canibaliza- entre los movimientos sociales de un amplio
ción. En las tres últimas décadas, la moder- sentimiento recíprocamente vivido de que el
nidad occidental descubrió las posibilidades avance de las luchas contrahegemónicas se
basa en la posibilidad de compartir global y
transculturalmente las prácticas y los sabe-
25 Véase también Aveling (2006). res. Con esta experiencia compartida se abre
26 Jacquemond (2004: 118) se refiere a la cultura do- la posibilidad de construir la conjugación
minante como una cultura estable que “tiende a inte- horizontal de los tiempos de la que pueden
grar los textos importados imponiéndoles sus conven- emerger una zona de contacto cosmopolita y
ciones”. Tal cultura conduce a lo que Berman (1985: 3) el trabajo emancipatorio de traducción.
llama traducción etnocéntrica, basada en dos axiomas:
En cuanto a las zonas de contacto multicul-
“debemos traducir la obra extraña de modo que no ‘sin-
tamos’ la traducción, debemos traducir de forma que dé tural, hay que seguir teniendo en cuenta las
la impresión que esto es lo que el autor hubiera escrito diferentes temporalidades que se producen en
si lo hubiese hecho en la lengua de la traducción”. Es ellas. Como decía antes, uno de los principios
otra forma de hacer la otra cultura invisible, estática o, de la sociología de las ausencias es contrapo-
en suma, privada de su agencia. En tales casos, la tra-
ner a la lógica de la monocultura del tiempo
ducción cultural es más un monólogo que un diálogo,
más una conquista que una traducción. lineal una constelación pluralista de tiempos
292 Boaventura de Sousa Santos
académicos, y viceversa, y hacerlo con passio- cultura. En otras palabras, los topoi que cada
nalità, como diría Gramsci. En un futuro cer- conocimiento o práctica lleva a la zona de con-
cano, es probable que la decisión sobre quién tacto dejan de ser premisas de la argumenta-
traduce se convierta en la deliberación demo- ción y se convierten en argumentos. A medida
crática fundamental en la construcción de la que avanza, el trabajo de traducción construye
globalización contrahegemónica. topoi adecuados para la zona de contacto y la
situación de traducción. Es un trabajo exigente,
¿Cómo traducir? sin red de seguridad y siempre al borde del de-
El trabajo de traducción es básicamente un sastre. La capacidad de construir topoi es una
trabajo argumentativo, basado en la emoción de las marcas más distintivas de la calidad del
cosmopolita de compartir el mundo con quie- intelectual, o sabio, cosmopolita subalterno.
nes no comparten nuestros saberes o experien- La segunda dificultad es la relativa a la len-
cias. El trabajo de traducción se encuentra con gua que se emplea para dirigir la argumenta-
muchas dificultades. La primera se refiere a las ción. No es habitual que los saberes y prácticas
premisas de la argumentación. Esta se basa en presentes en las zonas de contacto tengan una
postulados, axiomas, normas e ideas que no lengua común o dominen con idéntica com-
son el objeto de la argumentación, porque to- petencia la lengua común. Además, cuando la
dos los que participan en el círculo argumen- zona de contacto cosmopolita es multicultu-
tativo los dan por supuestos. En general se los ral, una de las lenguas en cuestión suele ser
llama topoi o lugares comunes, y constituyen el la que dominó en la zona de contacto colonial
consenso básico que posibilita la disensión ar- o imperial.28 Así pues, este uso de la lengua
gumentativa27. El trabajo de traducción no tiene
topoi en sus inicios, porque los disponibles son
28 “Es verdad que el uso del inglés como lingua fran-
los adecuados a un conocimiento o una cultura ca en muchos encuentros y reuniones internacionales
determinados, y, por lo tanto, no son aceptados que se celebran en todo el mundo, puede que no signi-
como evidentes por otro conocimiento u otra fique más que la creación de un espacio ‘neutral’ de co-
municación, que cumpla la finalidad instrumental que
se observa en el lugar común de la lengua inglesa como
27 Sobre los topoi y la retórica en general, véase el esperanto de nuestro tiempo […] Pero el inglés es la
Santos (1995: 7-55). lingua franca de la globalización porque es la lengua
294 Boaventura de Sousa Santos
anteriormente dominante puede obstaculizar con que los diferentes conocimientos y prácti-
la sustitución de esa zona de contacto imperial cas sociales articulan las palabras y los silen-
por otra cosmopolita. El problema no es sim- cios, y la diferente elocuencia (o significado)
plemente que los diferentes participantes en que las distintas culturas atribuyen al silencio.
el discurso argumentativo tengan un dominio Gestionar y traducir el silencio es una de las
desigual de la lengua. El problema es que esta tareas más exigentes del trabajo de traducción.
lengua es responsable de la propia imposibi-
lidad de expresar algunas de las aspiraciones ¿Por qué traducir?
fundamentales de los saberes y las prácticas Esta última pregunta abarca todas las de-
que había en la zona de contacto colonial. más. Tanto las ecologías de saberes como la
Si no se cuestiona de forma explícita, la supre- traducción intercultural son instrumentos des-
macía lingüística puede conllevar la prevalen- tinados a consumar la idea fundamental de las
cia conceptual y normativa, y con ello boico- Epistemologías del Sur expuestas en este libro:
tear el trabajo de traducción.29 la justicia social global no es posible sin la jus-
La tercera dificultad es la de los silencios. ticia cognitiva global.
No lo inexpresable, sino los distintos ritmos El trabajo de traducción es el procedimien-
to que nos queda para dar sentido al mundo
después de que haya perdido el significado y la
del Imperio […] Y la lógica imperialista, la de un centro dirección automáticos que, según la moderni-
que lo abarque todo y se rija por el objetivo de la asimi- dad occidental, le habían conferido la defini-
lación total, es en esencia monolingüe y monológica.
ción de la historia como lineal, la planificación
Con esta perspectiva unificadora, donde la diferencia
no se debe reconocer o simplemente no existe, la tra- de la sociedad y el control de la naturaleza.
ducción es, de hecho, irrelevante” (Santos, 2006: 434). Si no sabemos si es posible otro mundo, ¿qué nos
29 Teniendo esto en cuenta, D. A. Masolo (2003) apun- legitima o motiva para actuar como si lo supié-
ta que el intelectual cuyas raíces están en lenguas y ramos? La necesidad de la traducción reside en
culturas subalternas puede verse obligado a recurrir a el hecho de que los problemas que la moderni-
lo que él llama “polirracionalidades”, es decir, la capa- dad occidental se propuso solucionar (libertad,
cidad de formular los mismos conceptos y argumentos
igualdad, fraternidad) siguen sin estar resueltos,
básicos de formas distintas y en lenguas diferentes, y
también en contextos culturales diversos. y que no se pueden resolver dentro de los límites
La traducción intercultural. Diferir y compartir con passionalità295
culturales y políticos de la modernidad occiden- sometimiento de ámbitos cada vez más amplios
tal. En otras palabras, en el período de transición de la interacción social a la lógica mercantil. El
en que nos encontramos, nos enfrentamos a pro- trabajo de traducción actúa sobre un presente
blemas modernos para los que no tenemos solu- que la sociología de las ausencias ha expandido
ciones modernas. y sobre un futuro que la sociología de las emer-
El trabajo de traducción basado en la sociolo- gencias ha reducido. Con la mejora del interco-
gía de las ausencias y la sociología de las emer- nocimiento, la mediación y la negociación, se ha
gencias es un trabajo de imaginación epistemo- agrandado el campo de las experiencias políti-
lógica y democrática, cuya finalidad es construir cas y sociales con las que hay que contar y so-
concepciones nuevas y plurales de la emancipa- bre las que hay que actuar, lo cual posibilita una
ción social sobre las ruinas de la emancipación visión más amplia y una evaluación más realista
social del proyecto modernista. No hay garantía de las alternativas hoy disponibles y posibles.
de que un mundo mejor sea posible, ni de que to- La posibilidad de un futuro mejor, por lo tanto,
dos los que no han abandonado la lucha por él lo no está en un futuro distante, sino en la reinven-
conciban del mismo modo. La oscilación entre la ción del presente tal como lo han ampliado la
banalidad y el horror, que tanto intrigaba a Max sociología de las ausencias y la sociología de las
Horkheimer y Theodor Adorno (1969), hoy ha pa- emergencias, y que el trabajo de traducción ha
sado a ser la banalidad del horror. Hoy empieza a hecho coherente. Mediante la traducción se re-
ser obvia la posibilidad del desastre. crea de forma no modernista la tensión entre las
La situación de bifurcación de que hablan experiencias y las expectativas, porque el pre-
Ilya Prigogine (1997) y Immanuel Wallerstein sente expandido ya contiene el futuro contraí-
(1999) es la situación estructural en que tie- do. Más que un presente orientado al futuro, un
ne lugar el trabajo de traducción. El objetivo futuro orientado al presente. La nueva discon-
de esta es crear constelaciones de saberes y formidad deriva de la verificación de que hoy
prácticas lo suficientemente sólidos como para sería posible vivir en un mundo mucho mejor.
ofrecer alternativas creíbles a la fase actual del El presente capitalista y colonialista está hecho
capitalismo global, que se caracteriza por poner de emergencias suprimidas y de ausencias pro-
en peligro en un grado sin precedentes los ci- ducidas de forma activa e invisible. De este este
clos de recuperación de la naturaleza, y por el modo el futuro se libera y está al alcance de las
296 Boaventura de Sousa Santos
imaginaciones catárticas de una sociedad mejor. traducción entre las prácticas y sus agentes es
La epistemología y el derecho abisales contro- crear las condiciones para la justicia social des-
lan las mentes y las instituciones para forzar el de el punto de vista de la imaginación democrá-
futuro a partir del presente. El trabajo de traduc- tica. El trabajo de traducción crea las condicio-
ción pone de claro manifiesto lo absurdo de este nes para emancipaciones sociales concretas de
artefacto modernista. Al igual que Ernst Bloch, grupos sociales concretos, en un presente cuya
quienes trabajan en la traducción se preguntan: injusticia se legitima sobre la base de un masi-
si solo vivimos en el presente, ¿por qué es tan vo desperdicio de experiencia. A medida que
huidizo? En las zonas de contacto intercultura- avanza y se expande el trabajo de traducción,
les, es posible entrar en contacto visual y exis- se hace más visible la magnitud de ese desper-
tencial con diferentes tipos de presente tal como dicio, se ve con mayor claridad lo absurdo que
lo viven distintos actores sociales. Para unos, el es, y se incita más aún a la revuelta.
pasado es lo que para otros es el futuro, y vice- Las nuevas constelaciones de significado que
versa. Y todos ellos trabajan en el presente en la el trabajo de traducción hace posibles serían en
construcción de un nuevo presente intercultural sí mismas un desperdicio de la experiencia si no
que dé fuerza y poder. Los cambios urgentes en se convirtieran en nuevas constelaciones de prác-
los que hay que trabajar en el presente son tam- ticas trasformadoras. La práctica de la traducción
bién cambios civilizacionales. El trabajo de tra- debe conducir a la práctica de los manifiestos.
ducción, al funcionar mediante el pensamiento Me refiero a proyectos de alianzas para la acción
posabisal, forma y empodera a quienes están en colectiva. Mejorados por el interconocimiento, la
la zona de contacto para que se conviertan en mediación y la negociación, los denominadores
competentes subjetividades desestabilizadoras comunes se convierten en energías movilizadoras
y actores posinstitucionales. renovadas derivadas de un mejor sentido de los
El trabajo de traducción permite crear sig- riesgos compartidos y las posibilidades compar-
nificados y direcciones que son precarios pero tidas sobre la base de identidades más mestizas,
concretos, de corto alcance, pero radicales pero no menos auténticas. Aquí reside la posibili-
en sus objetivos, inciertos pero compartidos. dad de una suma política de abajo-arriba, la alter-
El objetivo de la traducción entre saberes es nativa a una suma de arriba-abajo, impuesta por
generar justicia cognitiva. El objetivo de la una teoría general o un actor social privilegiado.
La traducción intercultural. Diferir y compartir con passionalità297
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Introducción a las Epistemologías
del Sur*
Solo pueden ser recuperadas por lo que deno- La soberanía está siendo erosionada mientras
mino la “sociología de las ausencias”. que los Estados poderosos y los actores no
Tomar distancia no significa descartar la rica estatales se unen para apoderarse del con-
tradición crítica eurocéntrica y arrojarla al basu- trol de los recursos naturales y la vida de las
rero de la historia, ignorando de ese modo las po- personas en los Estados menos poderosos.
sibilidades históricas de la emancipación social El contractualismo social es suplantado por el
en la modernidad eurocéntrica. Antes bien, sig- contractualismo individual entre partes cada
nifica incluirla en un panorama mucho más am- vez más desiguales, mientras que los derechos
plio de posibilidades epistemológicas y políticas. se están violando “legalmente” en nombre de
Significa el ejercicio de una hermenéutica de la los imperativos gemelos de la austeridad eco-
sospecha respecto de sus “verdades fundamen- nómica y la seguridad nacional, al tiempo que
tales” al develar lo que hay debajo de su “sentido es instrumentado un ataque global contra los
literal”. Significa prestar especial atención a las derechos sociales y económicos. El capitalis-
tradiciones más pequeñas suprimidas o mar- mo experimenta hoy uno de los momentos más
ginadas dentro de la gran tradición occidental. destructivos de su historia reciente, como lo
Significa, sobre todo, asumir que nuestro tiempo atestiguan las nuevas formas de acumulación
es un período de transición sin precedentes en primitiva por desposesión, la reedición de la
el que nos enfrentamos a problemas modernos rapiña colonial, que ahora se extiende por todo
para los cuales no existen soluciones modernas. el Sur global, desde la apropiación de tierras
Los problemas modernos son aquellos que al robo de salarios y los rescates bancarios;
resaltaron las revoluciones burguesas euro- sujetándose a la ley capitalista del valor de re-
peas del siglo XVIII: el problema de libertad, cursos y bienes comunes, provocando el des-
el problema de igualdad, el problema de frater- plazamiento de millones de campesinos pobres
nidad. Las “soluciones” burguesas a tales pro- y pueblos indígenas, la devastación ambiental
blemas están desacreditadas, definitivamente. y los desastres ecológicos; y la eterna reno-
Vivimos en un mundo “pos” o “neo” westfa- vación del colonialismo, que revela, en viejos
liano, en el cual el Estado nación comparte el y nuevos aspectos, el mismo impulso genoci-
campo de las relaciones internacionales con da, la sociabilidad racista, la sed de apropia-
actores no estatales cada vez más poderosos. ción y la violencia ejercida sobre los recursos
Introducción a las Epistemologías del Sur 305
considerados infinitos y sobre las personas el comienzo cuestionó tanto los problemas
consideradas inferiores y hasta no humanas. como las soluciones propuestas por la política
Entre las ruinas de la idea de nación cívica, burguesa y liberal; y el marxismo es el ejemplo
la supresión de las naciones étnico culturales más destacado de esa tradición. El problema es
y la diversidad cultural se ha vuelto más visi- que el marxismo comparte mucho con la mo-
ble y, con ella, el sufrimiento humano incon- dernidad eurocéntrica burguesa. Además, el
mensurable y la destrucción social producida. marxismo compartió no solo los fundamentos
La autonomía individual se convierte en un filosóficos y epistemológicos de la modernidad
eslogan cruel, dado que las condiciones para eurocéntrica burguesa, sino también algunas
garantizar el ejercicio efectivo de la autono- de sus soluciones propuestas, como la creencia
mía están siendo destruidas. Las diferencias en el progreso lineal o el uso ilimitado de los re-
ideológicas subyacentes de la democracia han cursos naturales como parte del desarrollo in-
sido sustituidas por el centrismo amorfo y la finito de las fuerzas de producción, o incluso la
corrupción institucionalizada. Puesto que los idea de que el colonialismo podría ser parte de
políticos se convierten en lavadores de dinero, la narrativa progresista del Norte global, aun-
secuestran la democracia y permiten que sea que con algunas reservas. Esto explica por qué
ocupada por la codicia de las empresas, y el la bancarrota del liberalismo, aunque confirma
pueblo se ve obligado a ocupar la democracia la precisión analítica del marxismo no hace que
por fuera de las instituciones democráticas. este sea más persuasivo, como cabría esperar.
La criminalización de la protesta social, el Por el contrario, a medida que se hace más evi-
paramilitarismo y las ejecuciones extrajudicia- dente que las “soluciones” liberales original-
les complementan la escena. Los conflictos so- mente fueron un fraude y que ostensiblemente
ciales dentro y entre los Estados son cada vez están agotadas, otra dimensión transitoria de
menos institucionalizados, los derechos huma- nuestro tiempo se revela: nos enfrentamos a
nos son violados en nombre de los derechos problemas marxistas para los cuales no hay so-
humanos y las vidas civiles son destruidas bajo luciones marxistas.
el pretexto de la defensa de las vidas de civiles. A la luz de esto, la necesidad de crear dis-
Por supuesto, la modernidad eurocéntrica tancia vis a vis la tradición eurocéntrica pa-
también produjo una tradición crítica que desde rece urgente, cada vez más. Esta necesidad,
306 Boaventura de Sousa Santos
sin embargo, no está determinada por una En mi opinión, esta es la característica prin-
conciencia intelectual o política repentina. cipal de nuestro tiempo; una condición que to-
Su formulación es, en sí, un proceso histórico davía no fue plenamente reconocida, teorizada
que deriva de las formas en que la modernidad y tenida en cuenta. Siendo este el caso, se de-
occidental, en sus versiones marxistas y bur- duce que el repertorio de los modos, modelos,
guesas, llegó a ser incorporada en los proce- medios y fines de la transformación social es
sos políticos de todo el mundo en los últimos potencialmente mucho más vasto que el for-
200 años. A medida que el capitalismo global mulado y reconocido por la modernidad euro-
y sus formas satelitales de opresión y domi- céntrica, incluso por sus versiones marxistas.
nación se expandieron, más y más panoramas En definitiva, mantener distancia vis a vis la
diversos de pueblos, culturas, repertorios de tradición eurocéntrica equivale a ser conscien-
la memoria y de las aspiraciones, universos te del hecho de que la diversidad de la expe-
simbólicos, formas de vida y estilos de vida, riencia mundial es inagotable y, por lo tanto,
concepciones de tiempo y espacio, y así suce- no puede ser explicada por una única teoría
sivamente, fueron incluidos dialécticamente general. Mantener distancia permite lo que de-
en la conversación de la humanidad a través nomino como la “sociología de las ausencias
del sufrimiento y la exclusión indecibles. Su y emergencias doblemente transgresora”. Tal
resistencia, a menudo a través de redes cos- sociología transgresora es, de hecho, un mo-
mopolitas insurgentes, subalternas y clandes- vimiento epistemológico que consiste en con-
tinas supo enfrentar la supresión pública im- trastar las Epistemologías del Sur con las epis-
plementada por diversas formas capitalistas temologías dominantes del Norte global.
y colonialistas de violencia física, simbólica, Las Epistemologías del Sur se refieren a la
epistemológica e, incluso, ontológica. El re- producción y validación de los conocimientos
sultado final de esta inclusión excluyente fue anclados en las experiencias de resistencia de
una tremenda expansión de las comunidades todos los grupos sociales que sistemáticamen-
hermenéuticas, algunas públicas, otras clan- te han sufrido la injusticia, la opresión y la des-
destinas, algunas mundiales, otras locales, al- trucción causada por el capitalismo, el colo-
gunas con base en el Norte global y otras en nialismo y el patriarcado. He designado como
el Sur global. “Sur antiimperial” al vasto, e inmensamente
Introducción a las Epistemologías del Sur 307
diversificado, campo de tales experiencias. Es Las Epistemologías del Sur se relacionan con
un Sur epistemológico, no geográfico, com- los saberes que emergen de las luchas sociales y
puesto por muchos sures epistemológicos que políticas y no pueden ser separados de esas lu-
tienen en común el hecho de que son saberes chas. Por lo tanto, no son epistemologías en el
nacidos en las luchas contra el capitalismo, sentido convencional de la palabra. Su objetivo
el colonialismo y el patriarcado. Se producen no es estudiar el conocimiento o la creencia jus-
dondequiera que ocurran tales luchas, tanto en tificada como tal, por no mencionar el contexto
el Norte como en el Sur geográficos. El objetivo histórico y social en el que ambos emergen (la
de las Epistemologías del Sur es posibilitar que epistemología social también es un concepto
los grupos sociales oprimidos representen al controvertido). Su objetivo, más bien, es iden-
mundo como propio y en sus propios términos, tificar y valorizar lo que a menudo ni siquiera
pues solo así podrán cambiarlo según sus pro- aparece como conocimiento a la luz de las epis-
pias aspiraciones. Dado el desarrollo desigual temologías dominantes, lo que en su lugar surge
del capitalismo y la persistencia del colonialis- como parte de las luchas de resistencia contra
mo céntrico occidental, el Sur epistemológico la opresión y contra el conocimiento que legiti-
y el Sur geográfico se solapan parcialmente, en ma esa opresión. Muchas de esas formas de co-
particular con respecto a aquellos países que nocimiento no son saberes abstractos sino em-
estuvieron sometidos al colonialismo históri- píricos. Las Epistemologías del Sur “ocupan” el
co. Pero la imbricación es únicamente parcial, concepto de epistemología, con el fin de resig-
no solo porque las Epistemologías del Norte nificarlo como un instrumento para interrumpir
también prosperan en el Sur geográfico (me re- las políticas dominantes del conocimiento. Son
fiero al Sur imperial, a las “pequeñas Europas” epistemologías experienciales.1 Hay Epistemo-
epistemológicas que se encuentran, y a me- logías del Sur solo porque y en la medida en que
nudo dominan, en América Latina, el Caribe, hay Epistemologías del Norte. Las Epistemolo-
África, Asia y Oceanía) pero además porque el gías del Sur existen en la actualidad ergo en el
Sur epistemológico también se encuentra en el futuro no serán necesarias.
Norte geográfico (Europa y Norteamérica) en
muchas de las luchas que se libran allí contra
1 Deben distinguirse de las epistemologías experimen-
el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado. tales introducidas por las neurociencias y la cibernética.
308 Boaventura de Sousa Santos
relación entre el sujeto que conoce y el objeto Esta distinción entre formas de saber y co-
de conocimiento. Estamos frente a procesos nocimiento fue señalada por Foucault (1969),
de lucha social y política en la que un tipo de pero aquí se entiende de manera diferente.
conocimiento, que no suele tener un sujeto in- Según Foucault, el saber implica un proceso
dividualizable, es vivido performativamente. anónimo, colectivo, algo no dicho, un a prio-
Los conocimientos redimidos por las Episte- ri histórico cultural solo accesible a través de
mologías del Sur son técnica y culturalmente la arqueología del saber. Sin embargo, el saber
intrínsecos a ciertas prácticas —las prácticas que atañe a las Epistemologías del Sur no es el
de resistencia contra la opresión—. Más que a priori cultural, esto es, lo no dicho de Fou-
conocimientos, son saberes.2 Existen inmer- cault. A lo sumo, es lo no dicho de esos no di-
sos en las prácticas sociales. En la mayoría chos, es decir, los no dichos que surgen de la
de los casos, surgen y circulan de una manera línea abisal que divide las sociedades y sociabi-
despersonalizada, aunque ciertos individuos lidades metropolitana y colonial en la moderni-
en el grupo tienen acceso privilegiado a ellos dad céntrica occidental. Tal línea abisal, el fiat
o a formularlos con más autoridad (esto se epistemológico fundamental de la modernidad
volverá a tratar más adelante). Mientras que céntrica occidental, fue ignorada por Foucault.
los conocimientos se apropian de la realidad, Las disciplinas de Foucault están tan basadas
los saberes encarnan la realidad. Es por eso en las experiencias de la franja metropolitana
que el know-how inglés se traduce a las len- de sociabilidad moderna como sus no dichos
guas romances como “saber hacer” (en fran- culturales foucaultianos. Las disciplinas son
cés, por ejemplo, savoir-faire). falsamente universales no solo porque “olvi-
dan” activamente sus no dichos culturales sino
porque, así como sus no dichos culturales, no
2 La distinción entre conocimiento y saber (en in- consideran las formas de sociabilidad existen-
glés: knowledge and ways-of-knowing; en portugues, te en el otro lado, colonial, de la línea. Así, el no
conhecimento e saber, en francés connaissance) es, en dicho foucaultiano es tan falsamente común a
sí misma, prueba fehaciente de los desafíos que enfren- la modernidad y tan eurocéntrico como la idea
ta la traducción intercultural, sobre la que volveremos
de Kant de la racionalidad como emancipación
luego. La cuestión es que esta distinción no existe en
inglés, y acaso tampoco en otras lenguas. vis a vis la naturaleza. Esta misma forma de
310 Boaventura de Sousa Santos
racionalidad vinculaba a la naturaleza a los El punto de vista de Dios era el otro lado de
pueblos y sociabilidades en el otro lado de la la visión desde la nada. Debiéndole mucho a
línea, en la zona colonial. Por supuesto, las Foucault, las epistemologías feministas, por
filosofías de Kant y de Foucault son avances el contrario, argumentaron en pos del cono-
importantes en relación a la tabula rasa de cimiento situado y contextualizado, así como
Locke, según la cual el conocimiento se inscri- por la implicancia recíproca entre el sujeto y
be a partir de la nada. Pero, en el lugar de la el objeto de conocimiento. Sin embargo, dicha
tabula rasa, ambos presentaron los a priori o ocupación fue solo parcial, ya que no cuestio-
presupuestos que, según ellos, condicionaban naron la primacía del conocimiento como una
toda experiencia humana contemporánea. No práctica separada. Las epistemologías feminis-
eran conscientes de que “toda esa experiencia” tas presionaron a las Epistemologías del Norte
era una experiencia intrínsecamente trunca, ya hasta sus últimos límites, aunque ellas perma-
que había sido construida para ignorar la expe- necieron dentro de tales límites.
riencia de aquellos que estaban en el otro lado
de la línea abisal: el pueblo colonial. Si quisié- El peligro de las imágenes espejadas
ramos formular las Epistemologías del Sur en Al contrastar las Epistemologías del Sur con
términos foucaultianos, que no es mi propósito las del Norte, podemos caer fácilmente en una
aquí, diríamos que su objetivo es la arqueología imagen reflejada, espejada, una tentación muy
de la arqueología del saber. similar a la estructura binaria, dualista de la
Durante el siglo pasado, las epistemologías imaginación occidental. Las corrientes domi-
feministas lograron una ocupación temprana nantes en las Epistemologías del Norte se han
de las Epistemologías del Norte. Demostraron centrado en la validez privilegiada de la ciencia
que la idea del conocimiento concebido como moderna que se ha desarrollado principalmen-
independiente de la experiencia del sujeto de te en el Norte global desde el siglo XVII. Estas
conocimiento, sobre cuya base, especialmente corrientes se basan en dos premisas fundamen-
después de Kant, se estableció la distinción en- tales. La primera es que la ciencia basada en la
tre epistemología, ética y política, era la traduc- observación sistemática y la experimentación
ción epistemológica y la consecuente naturali- controlada es una creación específica de la
zación del poder social y político masculino. modernidad céntrica occidental, radicalmente
Introducción a las Epistemologías del Sur 311
distinta de las otras “ciencias” que se origina- basadas en la experiencia directa” (Seamon &
ron en otras regiones y culturas del mundo. La Zajonc, 1998: 2).3
segunda premisa es que el conocimiento cientí- En otro lugar he analizado las diferentes
fico, en vista de su rigor y potencial instrumen- dimensiones de la crítica interna de la ciencia
tal, es radicalmente diferente de otros saberes, occidental moderna que se realizaron durante
ya sean laicos, populares, prácticos, de sentido el siglo pasado por las diferentes corrientes de
común, intuitivos o religiosos. Ambas premisas la epistemología crítica y por la sociología de la
contribuyeron a reforzar la excepcionalidad ciencia y los estudios de ciencia social (Santos,
del mundo occidental vis a vis el resto del 2007b). Las Epistemologías del Sur se mueven
mundo y, por la misma razón, a dibujar la línea más allá de la crítica interna. No están tan in-
abisal que separó, y aún separa, a las socieda- teresadas en formular una línea de crítica más,
des y sociabilidades metropolitana y colonial. como en formular alternativas epistemológicas
Ambas premisas han sido examinadas crí- que puedan fortalecer las luchas contra el ca-
ticamente; y esa crítica, de hecho, ha ido a la pitalismo, el colonialismo y el patriarcado. En
par del desarrollo científico desde el siglo XVII. este sentido, a la idea de que no hay justicia so-
En gran medida, ha sido una crítica interna lle- cial sin justicia cognitiva, como ya se ha men-
vada a cabo en el mundo cultural occidental y cionado, le sigue la idea de que no necesitamos
sus supuestos. Un caso temprano y notable es, alternativas; antes bien necesitamos un pensa-
sin duda, el de Goethe y sus teorías sobre la miento alternativo de las alternativas.
naturaleza y el color. Goethe estaba tan intere- Como en el caso de las Epistemologías del
sado en el desarrollo científico como sus con- Sur, no hay una sola Epistemología del Norte,
temporáneos, pero pensaba que las corrientes hay varias, aunque todas ellas tienden a com-
dominantes, con su origen en Newton, esta- partir algunos supuestos4 básicos: la prioridad
ban totalmente equivocadas. Goethe contras-
tó el empirismo artificial de los experimentos
3 Sobre Goethe y la ciencia moderna ver, en particu-
controlados con lo que él denominó delicado
lar, Uberoi (1984).
empirismo (zarte Empirie): “el esfuerzo para
4 Estas suposiciones se basan en un conjunto de
entender el significado de una cosa a través de
creencias y valores que definen lo que podría denomi-
la mirada y la visión empáticas prolongadas narse el canon de la filosofía occidental. Siguiendo a
312 Boaventura de Sousa Santos
seguro, cuando se supone que hay dos tipos dife- pensamiento que fomenta la descolonización,
rentes de teorías, las importadas y las heredadas, el criollismo (creolisation) o mestizaje a través
unidas de alguna manera, una para la ciencia y de la traducción intercultural.
otra para fines no científicos. Me parece que esto Las Epistemologías del Sur pretenden mos-
es meramente sustituir el problema del autoex-
trar que los criterios dominantes del conoci-
trañamiento intelectual por el de la mente subor-
miento válido en la modernidad occidental,
dinada; y no sé cuál es peor. A mi modo de ver,
este es el problema principal de toda la vida in- al no reconocer como válidos otros tipos de
telectual en la India moderna y en el mundo no conocimiento que no sean los producidos por
occidental (Uberoi, 1978: 14-15). la ciencia moderna, provocaron un epistemi-
cidio masivo, es decir, la destrucción de una
No obstante, el Sur antiimperial, el Sur de las variedad inmensa de saberes que prevalecían
Epistemologías del Sur, no es la imagen inver- principalmente del otro lado de la línea abisal,
tida del Norte de las Epistemologías de Norte. en las sociedades y sociabilidades coloniales.
Las Epistemologías del Sur no buscan reem- Tal destrucción desempoderó a estas socie-
plazar las Epistemologías del Norte y poner al dades, dejándolas incapaces de representar el
Sur en el lugar del Norte. Su objetivo es superar mundo como propio y en sus propios términos
la dicotomía jerárquica entre el Norte y el Sur. y, así, de considerar el mundo como susceptible
El Sur que se opone al Norte no es aquel Sur a ser transformado por sus propios medios y en
que el Norte constituyó como víctima, sino virtud de sus propios objetivos. En esta situa-
un Sur que se rebela para superar el dualismo ción, no es posible de promover la justicia so-
normativo existente. La cuestión no es borrar cial sin promover la justicia entre las diversas
las diferencias entre el Norte y el Sur, sino bo- formas de conocimiento. En otras palabras, hay
rrar las jerarquías de poder que los habitan. no justicia social global sin justicia cognitiva
Las Epistemologías del Sur, por tanto, afirman global. Esta tarea es tan importante hoy como
y valoran las diferencias que quedan después lo fue en el tiempo del colonialismo histórico,
de que las jerarquías han sido eliminadas. Su aunque la desaparición de este último no impli-
objetivo es el cosmopolitismo subalterno des- có el fin de colonialismo como forma de socia-
de abajo. Más que la universalidad abstrac- bilidad basada en la inferioridad etnocultural e
ta, promueven la pluriversalidad: un tipo de incluso ontológica del Otro, que Aníbal Quijano
Introducción a las Epistemologías del Sur 315
1. No tendríamos que esperar que el Sur episté- relaciones de dominación siempre implican
mico antiimperial imparta lecciones al Norte otras relaciones además que aquellas de do-
global. Después de cinco siglos de contactos minación. Las lecciones que deben aprender
asimétricos y mestizajes es más correcto de sus vidas tienen todo esto en considera-
pensar en maneras y sitios policéntricos de ción. Centrarse en la resistencia y la lucha
aprendizaje y desaprendizaje, de tal manera tiene como objetivo ampliar las posibilidades
que la resistencia contra la injusticia, la ex- para ese nuevo y tan necesario conocimiento
clusión y la discriminación forzadas al Sur de confrontación. La experiencia de las lu-
global por el Norte global capitalista, colo- chas de la libertad enriquecerá la perspectiva
nialista y patriarcal pueda ser concebida de global sobre luchas actuales y futuras.
como un aula global. La confiabilidad de cada 3. La idea de los modos y sitios policéntricos
saber será medida por su contribución a for- de desaprender y aprender no significa que
talecer la resistencia e impedir la dimisión. la profunda autorreflexividad a realizarse en
De esta manera, las experiencias sociales se- el Norte global y el Sur global será la misma.
rán recuperadas y valoradas de un modo tal A la luz del epistemicidio histórico, la auto-
que les permita fortalecer las luchas contra rreflexividad en el Norte global debe estar
las formas modernas de dominación. centrada en la idea y el valor de la diversi-
2. Situar la resistencia y la lucha en el centro de dad, el reconocimiento de las maneras dife-
las comunidades epistemológicas emergen- rentes de saber y de ser. Debe incluir la re-
tes de ningún modo implica que los grupos flexión sobre la experiencia no occidental de
sociales oprimidos solo son tenidos en cuen- la espiritualidad. Espiritualidad, no religión,
ta mientras luchan y resisten. Esto significa- más bien lo trascendente en lo inmanente.
ría un reduccionismo modernista inacepta- En el Sur global, la autorreflexividad debe
ble. Las personas hacen muchas otras cosas centrarse en la forma de representar al mun-
que solo resistir y luchar; disfrutan de la vida, do como propio y cómo transformarlo de
por más precarias que sean las condiciones, acuerdo a sus propias prioridades después
celebran y valoran la amistad y la coopera- de tanta expropiación y violencia. Debe in-
ción; y a veces también deciden no resistir y cluir la autoestima, ante tanta resistencia
aflojar o abandonar las luchas. Además, las frente a la adversidad.
Introducción a las Epistemologías del Sur 317
4. La línea abisal que divide al mundo en so- 6. Bajo las condiciones del capitalismo, el colo-
ciedades/sociabilidades metropolitanas y nialismo y el patriarcado, no es posible demo-
sociedades/sociabilidades coloniales es tan cracia de alta intensidad alguna. Democracia
frecuente hoy como durante el tiempo de es todo proceso social, económico, político o
colonialismo histórico. Guerras civiles, ra- cultural a través del cual las relaciones des-
cismo rampante, violencia contra las muje- iguales de poder se transforman en relacio-
res, vigilancia masiva, brutalidad policial y nes de autoridad compartida. Incluso una for-
refugiados entre Europa y África; son todos ma de la democracia de baja intensidad como
testimonios de la presencia multiforme de la la democracia liberal está siendo descalifica-
línea abisal. Aquellos en el otro lado de la da o simplemente dejada de lado cuando los
línea no son considerados verdadera o ple- imperativos de la acumulación capitalista lo
namente humanos y, por lo tanto, no tendrán requieren. En todo el mundo se están llevan-
que ser tratados como si lo fueran. Mientras do a cabo diversas formas de democracia que
no se confronte la línea abisal, no será posi- deben ser valoradas adecuadamente. No hay
ble la verdadera liberación. democracia, hay demodiversidad. Dada la
5. La mayoría del conocimiento que circula en prevalencia de la línea abisal que separa las
el mundo y es relevante para la vida de los formas de sociabilidad metropolitanas de las
pueblos es oral. Aun así, nuestras universi- coloniales, tendríamos que enseñar democra-
dades valoran casi exclusivamente los cono- cia desde la perspectiva de los esclavos y de
cimientos escritos. Los conocimientos escri- los trabajadores precarizados; tendríamos
tos (de ciencias y humanidades) pueden ser que enseñar ciudadanía desde la perspectiva
preciosos, una vez integrados a las ecologías de los no ciudadanos.
de saberes. Sin embargo, deben ser oraliza-
dos, desmonumentalizados, por así decirlo,
siempre que sea posible.8 inesperadas: llevando a Europa a una nueva manera
de compartir las experiencias mundiales, es una buena
manera de desmonumentalizar el conocimiento”. Pue-
8 He encontrado que “Conversaciones del Mundo” den acceder a las conversaciones en: <http://alice.ces.
con activistas, académicos y becarios, dentro del ám- uc.pt/en/index.php/globallearning/conversations-of-
bito del proyecto “ALICE - Espejos extraños, lecciones the-world/?lang=en>.
318 Boaventura de Sousa Santos
7. La centralidad de la resistencia y la lucha ur- de ser. Las Epistemologías del Sur reclaman
gen por concepciones nuevas de lo político. nuevas ontologías.
Las disciplinas y las categorías analíticas de-
sarrolladas por las ciencias modernas y las Los caminos hacia
humanidades nos impiden detectar y valorar las Epistemologías del Sur
la artesanía de las prácticas de resistencia. Las principales herramientas de las Epis-
En tales artesanías reside lo que llamamos temologías del Sur son las siguientes: la línea
la sociología de las emergencias, uno de los abisal y los diferentes tipos de exclusión so-
conceptos clave de las Epistemologías del cial que crea; la sociología de las ausencias y
Sur. ¿Cómo aprender y enseñar la sociolo- la sociología de las emergencias; la ecología de
gía de las ausencias (producida por la línea saberes y la traducción intercultural; y, la arte-
abisal) y la sociología de las emergencias (el sanía de las prácticas.
porvenir, el futuro bajo la forma del presen-
te)? ¿Cómo reconocer y valorar la narrativa Exclusiones abisales y no abisales
de los olvidados, la voz de los silenciados, la He argumentado que las ciencias modernas,
lengua intraducible, impronunciable? particularmente las ciencias sociales moder-
8. Las economías sociales solidarias que proli- nas, incluyendo las teorías críticas, nunca han
feraron por todo el Sur global antiimperial, reconocido la existencia de la línea abisal (San-
en la mayoría de los casos dirigidas por mu- tos, 2007a: 45-89; 2014). Las ciencias sociales
jeres, son almenaras del futuro más que re- modernas han concebido a la humanidad como
siduos del pasado, como son vistas por las un todo homogéneo que habita este lado de la
ideologías desarrollistas. Proclaman, aquí y línea y, por lo tanto, completamente sometida
ahora, posibilidades humanas más allá del a la tensión entre regulación y emancipación.
capitalismo, el colonialismo y el patriarca- Naturalmente, la ciencia moderna reconoció
do. Son utopías concretas, que ejemplifican la existencia del colonialismo histórico basa-
la artesanía de las prácticas de resistencia. do en la ocupación territorial extranjera, pero
9. Más allá de cierto umbral, diferentes mane- no ha reconocido al colonialismo como una
ras de saber requieren diferentes maneras forma de sociabilidad que es parte integral
de la dominación capitalista y patriarcal, y el
Introducción a las Epistemologías del Sur 319
cuál, por lo tanto, no terminó cuando el colo- Sobre este particular, Franz Fanon es una
nialismo histórico llegó a su fin. La teoría críti- presencia inevitable. Denunció elocuentemen-
ca moderna (que expresa el grado máximo de te la línea abisal entre metrópoli y colonia, así
consciencia posible de la modernidad occiden- como las clases de exclusiones que la línea abi-
tal) imaginó a la humanidad como algo dado, sal crea. También formuló, mejor que nadie, la
más que como una aspiración. Creyó que toda dimensión ontológica de la línea abisal, la zona
la humanidad se podría emancipar mediante de no-ser que crea, la “cosa” en la que el co-
los mismos mecanismos y de acuerdo a los lonizado es transformado, una cosa que solo
mismos principios, al reclamar derechos ante “deviene hombre durante el mismo proceso en
instituciones creíbles basándose en la idea de el cual se siente libre” (Fanon, 1968: 37). Inspi-
la igualdad formal ante de la ley. En el centro rado en Fanon, Maldonado-Torres propone el
de esta imaginación modernista está la idea de concepto de colonialidad conjuntamente con
la humanidad como una totalidad construida los conceptos de colonialidad del poder y colo-
en torno a un proyecto común: los derechos nialidad del saber. Según él:
humanos universales. Semejante imaginación
humanística, heredera del humanismo rena- las relaciones coloniales de poder dejan marcas
centista, fue incapaz de comprender que el profundas no solo en las áreas de la autoridad,
capitalismo, luego de combinarse con el co- la sexualidad, el conocimiento y la economía,
sino también en la comprensión general del ser”
lonialismo, sería inherentemente incapaz de
(Maldonado-Torres, 2007: 242).
renunciar al concepto de subhumano como
parte integral de la humanidad, es decir, la La invisibilidad y la deshumanización son las
idea de que hay algunos grupos sociales cuya principales expresiones de la colonialidad del
existencia social no puede ser gobernada por ser […]. La colonialidad del ser se concreta en la
la tensión entre regulación y emancipación, aparición de sujetos liminales, que marcan, por
simplemente porque no son plenamente hu- decirlo así, el límite del ser, esto es, el punto en
manos. En la modernidad occidental no existe el que el ser distorsiona el significado y eviden-
humanidad sin subhumanidades. En la raíz de cia al punto de deshumanización. La coloniali-
la diferencia epistemológica hay una diferen- dad del ser produce la diferencia colonial onto-
cia ontológica. lógica, al desplegar una serie de características
320 Boaventura de Sousa Santos
existenciales fundamentales y de realidades sim- regulación social actual con el objetivo de re-
bólicas (Maldonado-Torres, 2007: 257). emplazarla por una forma de regulación social
nueva y menos excluyente.
La línea abisal es la idea principal subyacen- Por la misma razón, el mundo colonial, el
te a las Epistemologías del Sur. Marca la divi- mundo de la sociabilidad colonial, es el mundo
sión radical entre las formas de sociabilidad de “ellos”, aquellos con quienes no es imagina-
metropolitanas y las formas de sociabilidad co- ble equivalencia o reciprocidad alguna pues no
loniales, que ha caracterizado al mundo moder- son plenamente humanos. Paradójicamente, su
no occidental desde el siglo XV. Esta división exclusión es tanto abisal como no existente, ya
crea dos mundos de dominación, el metropo- que es inimaginable que alguna vez puedan lle-
litano y el colonial, dos mundos que, a pesar gar a ser incluidos. Están en el otro lado de la
de las victorias, se presentan como inconmen- línea abisal. Las relaciones entre “nosotros” y
surables. El mundo metropolitano es el mun- “ellos” no pueden ser manejadas por la tensión
do de la equivalencia y la reciprocidad entre entre regulación social y emancipación social
“nosotros”, aquellos que son, como “nosotros”, como sucede en este lado de la línea, en el
plenamente humanos. Hay diferencias sociales mundo metropolitano, ni por los mecanismos
y desigualdades de poder entre “nosotros” que pertenecientes a él. Estos mecanismos, como
tienden a crear tensiones y exclusiones; aun el Estado liberal, el estado de derecho, los de-
así, en ningún caso se cuestiona la equivalencia rechos humanos y la democracia pueden ser
básica y la reciprocidad entre “nosotros”. Por invocados, pero solamente como una forma de
esta razón, las exclusiones son no abisales. Es- embuste. En el otro lado de la línea, las exclu-
tán manejadas por la tensión entre regulación siones son abisales y su gestión se lleva a cabo
social y emancipación social, así como por los a través de la dinámica de apropiación y violen-
mecanismos desarrollados por la modernidad cia; la apropiación de vidas y de recursos casi
occidental para gestionarlas, como el Estado siempre es violenta y la violencia apunta direc-
liberal, el estado de derecho, los derechos hu- tamente o indirectamente a la apropiación. Los
manos y la democracia. La lucha por la eman- mecanismos utilizados han evolucionado con
cipación social es siempre una lucha contra las el tiempo, pero siguen siendo estructuralmen-
exclusiones sociales generadas por la forma de te similares a los del colonialismo histórico, es
Introducción a las Epistemologías del Sur 321
decir, mecanismos que implican una regulación totalmente la línea abisal. Esto no quiere decir
violenta sin el contrapunto de la emancipación. que las exclusiones no abisales y las luchas en
Me refiero al Estado colonial y neocolonial, el su contra no sean igualmente importantes. Por
apartheid, al trabajo forzado y al trabajo escla- supuesto que lo son, y por ninguna otra razón
vo, a las ejecuciones extrajudiciales, la tortura, de que el éxito de la lucha global contra la do-
la guerra permanente, la acumulación primi- minación no puede lograrse si no se incluye
tiva de capital, los campos de internamiento la lucha contra las exclusiones no abisales. Si
para refugiados, la “dronización” del combate las Epistemologías del Sur no conceden nin-
militar, la vigilancia masiva, el racismo, la vio- gún tipo de privilegio epistemológico a las ex-
lencia familiar y el feminicidio. La lucha contra clusiones no abisales es solo porque estas se
la apropiación y la violencia es la lucha por la beneficiaron mucho de la inversión cognitiva
liberación total de la regulación social colonial. y porque las luchas en su contra durante los
Contrariamente a la lucha por la emancipación últimos quinientos años han sido mucho más
social del lado metropolitano de la línea abisal, visibles políticamente. Desde la perspectiva de
la lucha por la liberación no tiene como obje- las Epistemologías del Sur, cuando se reconoce
tivo una forma de regulación colonial mejor y la existencia de la línea abisal, las exclusiones
más inclusiva. Se propone su eliminación. La no abisales y las luchas contra estas cobran
prioridad epistemológica, dada a las exclusio- una nueva centralidad. La agenda política de
nes abisales y a las luchas en su contra por las los grupos que luchan contra la dominación ca-
Epistemologías del Sur, se debe al hecho de pitalista, colonial y patriarcal, entonces, debe
que el epistemicidio causado por las ciencias aceptar como principio vector la idea de que
modernas eurocéntricas fue mucho más devas- las exclusiones abisales y no abisales están ar-
tador del otro lado de la línea abisal, mientras ticuladas y que la lucha por la liberación tendrá
que la apropiación y la violencia coloniales se éxito solo si las diferentes luchas contra los di-
convirtieron en la forma de regulación social. ferentes tipos de exclusión están debidamente
Las teorías críticas modernas reconocieron los articuladas.
diferentes grados de exclusión, pero se nega- Una incursión en la vivencia de las exclu-
ron a considerar los tipos de exclusión cualita- siones abisales y no abisales puede ayudar a
tivamente diferentes y, por lo tanto, ignoraron clarificar lo que se ha enunciado. Luego del
322 Boaventura de Sousa Santos
fin de colonialismo histórico,9 la línea abisal Primer ejemplo. En una sociedad predomi-
persistió como colonialismo de poder, de co- nantemente blanca, un joven negro en la escue-
nocimiento, de ser, y continúa distinguiendo la secundaria está viviendo en un mundo de so-
la sociabilidad metropolitana de la sociabili- ciabilidad metropolitana. Se puede considerar
dad colonial.10 Estos dos mundos, aunque son realmente excluido, ya sea porque a menudo
radicalmente diferentes, conviven en nues- es evitado por sus compañeros de estudios o
tras sociedades “poscoloniales”, tanto en el porque el programa educativo trata con mate-
norte global geográfico como en el sur global riales que son insultantes hacia la cultura o la
geográfico. Algunos de los grupos sociales historia de las personas de ascendencia africa-
experimentan la línea abisal cuando atra- na. Empero, tales exclusiones no son abisales;
viesan los dos mundos en su vida cotidiana. él es parte de la misma comunidad estudiantil
En los párrafos que siguen, presento tres y, al menos en teoría, tiene acceso a mecanis-
ejemplos hipotéticos que son demasiado rea- mos que le permitirán argumentar contra la dis-
les para ser considerados como un mero pro- criminación. Por otro lado, si el mismo joven
ducto de la imaginación sociológica. cuando regresa a su casa es parado por la po-
licía, evidentemente debido a su perfil étnico,
y es golpeado aprensivamente; en ese momen-
9 A pesar del hecho de que algunas colonias aún existen. to el joven cruza la línea abisal y se desplaza
10 Aníbal Quijano acuñó el término “colonialidad” del mundo de la sociabilidad metropolitana al
para designar las formas de colonialismo que han so- mundo de la sociabilidad colonial. De ahí en
brevivido al fin del colonialismo histórico. También más, la exclusión deviene abisal y cualquier
he utilizado este término en ciertas ocasiones; sin em- apelación a los derechos es no más que una fa-
bargo, prefiero el término “colonialismo” puesto que
chada cruel.
no hay razón para reducir el colonialismo a un tipo
específico de colonialismo, es decir, el colonialismo Segundo ejemplo. En una sociedad suma-
histórico basado en la ocupación territorial por parte mente cristiana que tiene fuertes prejuicios isla-
de potencias extranjeras. Incluso aunque el capitalismo mofóbicos, un trabajador migrante con permiso
ha cambiado dramáticamente desde el siglo XVI o XVII, de trabajo habita el mundo de la sociabilidad
continuamos designando al capitalismo como el modo
metropolitana. Se puede sentir discriminado
de dominación basado en la explotación de la fuerza de
trabajo y la naturaleza. porque el trabajador junto a él gana un salario
Introducción a las Epistemologías del Sur 323
más alto, aun cuando ambos desempeñan las adolece de un capitis diminutio ontológico
mismas tareas. Como en el caso anterior, y por por no ser plenamente humano, más que un
razones similares, tal discriminación prefigura tipo de ser humano degradado fatalmente. Así,
una exclusión no abisal. Sin embargo, cuando es es considerado inaceptable o incluso inima-
atacado en la calle solo porque es musulmán y, ginable que dicha víctima u objetivo será tra-
por lo tanto, inmediatamente considerado ami- tado como un ser humano como “nosotros”.
go de terroristas, en ese momento particular el En consecuencia, la resistencia contra la exclu-
trabajador cruza la línea abisal y se desplaza del sión abisal comprende una dimensión ontológi-
mundo de la sociabilidad metropolitana al mun- ca. Está vinculada a una forma de re existencia.
do de la sociabilidad colonial. De este modo, la Puesto que los tres modos de dominación mo-
exclusión se torna radical porque se centra en derna (capitalismo, colonialismo y patriarcado)
quién es en lugar de lo que dice o hace. están vigentes y actúan en tándem, los grandes
Tercer ejemplo. En una sociedad profunda- grupos sociales experimentarán en sus vidas, y
mente sexista, una mujer con un trabajo en la de una manera sistemática —aunque de modo
economía formal habita el mundo de la sociabi- diferente en las distintas sociedades y contex-
lidad metropolitana. Es víctima de exclusión no tos— este cruce fatal de la línea abisal. La do-
abisal porque, en violación de las leyes labora- minación moderna es un modo de articulación
les, sus compañeros de trabajo varones reciben global entre exclusiones abisales y no abisales,
un salario más alto para realizar las mismas ta- una articulación que es desigual, ya que varía
reas. Por otro lado, si cuándo está regresando a según sociedades y contextos, y combinada a
su casa es víctima de violación por una pandilla nivel global. Después del colonialismo histó-
o de agresiones mortales solo porque es mujer rico, el carácter esquivo de la línea abisal y la
(feminicidio), en ese momento particular está consiguiente dificultad para reconocer estos
cruzando la línea abisal y se desplaza del mundo dos tipos de exclusión se deben al hecho de que
de la sociabilidad metropolitana al mundo de la la ideología de la metrópoli, así como todos los
sociabilidad colonial. aparatos jurídicos y políticos que conlleva, reco-
La diferencia crucial entre la exclusión abisal rre el mundo de la sociabilidad colonial como el
y no abisal es que solo la primera tiene como fantasma de un paraíso prometido y que no se
premisa la idea de que la víctima o el objetivo ha perdido aún. El fin de colonialismo histórico
324 Boaventura de Sousa Santos
ocurrían del lado colonial de la línea) eran Esta investigación no puede ser llevada a
ocultadas. En la actualidad, la sociología de cabo exitosamente hasta que el sociólogo de
las ausencias es la investigación de las ma- las ausencias se vuelva un sociólogo ausente
neras en que el colonialismo, en la forma de y, por cierto, ausente en un doble sentido. Por
colonialismo del poder, saber y ser, opera un lado, desde un punto de vista académico,
junto con el capitalismo y el patriarcado para sociológico, lo que no está allí (porque está
producir exclusiones abisales, esto es, para ausente) solo puede ser recuperado como una
producir ciertos grupos de personas y formas realidad pasada o como un artefacto de ima-
de vida social como no existentes, invisibles, ginación distópica o utópica. Nunca como una
radicalmente inferiores o peligrosos, en suma, realidad social realmente existente. Por otro
como descartables o amenazantes. Esta pes- lado, la investigación tiene que ser conducida
quisa se centra en las cinco monoculturas que contra la disciplina de la sociología, esto es,
han caracterizado el conocimiento eurocéntri- tiene que ser conducida de tal manera que con-
co moderno: la monocultura del conocimien- tradiga la formación, las teorías y las metodo-
to válido; la monocultura del tiempo lineal; la logías que componen la disciplina de la socio-
monocultura de la clasificación social; la mo- logía académica, ya sea convencional o crítica.
nocultura de la superioridad del universal y lo La sociología de las ausencias es una socio-
global; y la monocultura de la productividad logía transgresiva en un sentido muy radical.
(Santos, 2014: 172-5). Tales monoculturas han Para llevarla a cabo, se deben considerar tres
sido responsables de la producción masiva de momentos. El primero es una crítica laborio-
ausencias en las sociedades modernas, la au- sa y exacta del conocimiento científico social
sencia (invisibilidad, irrelevancia) de grupos que se produjo para establecer la hegemonía de
sociales y de formas de vida social, respecti- las cinco monoculturas mencionadas, durante
vamente clasificadas como ignorantes, pri- el período moderno y, particularmente, desde
mitivas, inferiores, locales o improductivas. el fin del siglo XIX. Dicha crítica es importan-
Tales etiquetas son atribuidas con diferentes te puesto que, al mostrar el pluralismo inter-
grados de intensidad. El grado más alto de no de la ciencia social moderna, contribuye a
intensidad genera exclusiones abisales y, por desmonumentalizar las monoculturas euro-
tanto, ausencias. céntricas. Además, cuestiona las concepciones
328 Boaventura de Sousa Santos
la ciencia social establecida crea una trans- monocultura de conocimiento válido plantea-
parencia falsa que impide una investigación do por las Epistemologías del Norte.No hay
más innovadora. La ciencia establecida siem- ninguna posibilidad de dar cuenta de otras ma-
pre está en el camino de la ciencia emergente. neras de saber que podrían corregir o superar
De este modo, Bourdieu concluyó que “se tiene los fracasos anteriores del conocimiento cien-
que practicar una ciencia —y, especialmente, la tífico previo o que podrían tratar con otros gru-
sociología— contra la propia formación cientí- pos temáticos. Por esta razón, el sociólogo au-
fica tanto como con la propia formación cientí- torreflexivo, más que ser un docto ignorante,13
fica” (Bourdieu, 1990: 178). es un soberbio conocedor seguro. Él y/o ella
Bourdieu ilustra brillantemente las posibi- saben que la investigación sobre los límites no
lidades pero, además, contra su propio pensa- es una investigación sin límites, pero creen que
miento, las limitaciones de la clase de socio- toda cosa que no pueda ser abordada por la
logía de las ausencias que puede ser realizada ciencia moderna no es digna de consideración.
dentro del marco de las Epistemologías del Por otra parte, la autorreflexión es un ejercicio
Norte.Para empezar, supone que las limitacio- intelectual que, para ser llevado a cabo de ma-
nes del conocimiento previo sobre la sociedad nera eficiente, debe reforzar la separación del
pueden ser superadas por un conocimiento científico vis a vis su objeto de investigación,
científico nuevo y mejor. Esto explica por qué, incluyendo su propio conocimiento socioló-
en su opinión, solo quienes dominan la ciencia gico previo. En las antípodas de esto, quienes
establecida pueden ser los verdaderos innova- practican una sociología de las ausencias pro-
dores. En el planteo de Bourdieu no hay lugar puesta por las Epistemologías del Sur, ya sea
para las limitaciones epistemológicas del co- un sujeto individual o uno colectivo, además
nocimiento científico moderno, aquellas limi- de abocarse a otras formas de saber, lo ha-
taciones que, por ser intrínsecas a las Episte- cen mientras participan en una lucha política
mologías del Norte, no pueden ser superadas y social que, precisamente, intenta no ser una
por nuevas indagaciones basadas en la misma mera competencia intelectual con uno mismo
clase de conocimiento. Siguiendo a Bourdieu,
un ejercicio exigente de autorreflexividad no
13 Sobre el concepto de docta ignorancia, ver Santos
puede más que fortalecer la creencia en la (2014: 99-115).
330 Boaventura de Sousa Santos
(autorreflexión) o con otros (la rivalidad aca- centra en el aspecto positivo de estas exclusio-
démica entre las escuelas de pensamiento). nes ya que percibe a las víctimas de la exclu-
La advertencia epistemológica de las notas sión en el proceso de dejar de lado la victimi-
mencionadas antes, en relación a la sociología zación y convertirse en personas que resisten y
de las ausencias, aplica íntegramente a la so- que llevan a la práctica maneras de ser y saber
ciología de las emergencias, y por las mismas en su lucha contra la dominación. Este pasaje
razones. La sociología de las emergencias se de la victimización a la resistencia es, después
ocupa de la valorización simbólica, analítica de todo, la tarea política principal de la sociolo-
y política de las formas de ser y de saber que gía de ausencias: desnaturalizar y deslegitimar
se presentan en el otro lado de la línea abisal los mecanismos específicos de la opresión.
por la sociología de las ausencias. El enfoque La sociología de las emergencias se inicia a
principal de la sociología de las ausencias y partir de ahí y se centra en las nuevas poten-
de la sociología de las emergencias estriba en cialidades y posibilidades para la transforma-
las exclusiones abisales y en la resistencia y ción social anticapitalista, anticolonialista y
las luchas que estas producen. Pero mientras antipatriarcal que emerge en el vasto campo de
que la sociología de las ausencias aborda el las experiencias sociales, que fueron descar-
aspecto negativo de estas exclusiones,14 en el tadas previamente y ahora son recuperadas.
sentido de que destaca y denuncia la supresión Con la resistencia y la lucha, emergen nuevas
de la realidad social provocada por el tipo de evaluaciones de las condiciones vividas y la
conocimiento validado por las Epistemologías experiencia que resignifican las subjetividades
del Norte, la sociología de las emergencias se colectivas e individuales. Estas nuevas carac-
terísticas, que aparecen como prácticas ma-
teriales o simbólicas, siempre se afirman a sí
14 En términos hegelianos, uno podría decir que esta mismas con una tónica holística, artesanal e hí-
es una negatividad dialéctica, la negación de una nega- brida reconociendo, de este modo, la presencia
ción, la identificación de las realidades que se tornaron multidimensional de la exclusión y la opresión.
ausentes, invisibles o totalmente irrelevantes para que La sociología de las emergencias las evalúa de
el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado puedan
acuerdo a las premisas que amplifican su po-
ser legitimados como las únicas realidades válidas por
la única forma válida de conocimiento. tencial simbólico y material. Aquí radica su
Introducción a las Epistemologías del Sur 331
presencian que sus danzas y juegos centena- es experimentada de un modo anti nostálgico,
rios son protegidos como patrimonio mundial como mera orientación hacia un futuro que
inmaterial, mientras sus comunidades siguen se escapa al colapso de las alternativas euro-
abandonadas, plagadas de racismo, atrapadas céntricas, precisamente porque siempre ha
en la materialidad de la exclusión social, la estado fuera de tales alternativas. De hecho,
vida precaria, la falta de acceso a servicios de podría consistir en la invocación de un mundo
salud y educación, y corren el riesgo de ser premoderno, pero tal invocación es moderna,
expulsadas de sus tierras por la falta de escri- porque significa que aspiran a otra moderni-
turas legales “apropiadas”. dad, una distinta. Estamos, pues, ante unas
Distingo tres tipos de emergencias: ruinas ruinas que están vivas, no porque son “visita-
semillas, apropiaciones contrahegemónicas das” por personas vivientes, sino porque son
y zonas liberadas. Las ruinas semillas son “vividas” por personas que están muy vivas
un presente ausente, son memoria y futuro al- en sus prácticas de resistencia y lucha por un
ternativo al mismo tiempo. Representan todo futuro alternativo. Son, por lo tanto, ruinas y
lo que los grupos sociales reconocen como semillas al mismo tiempo. Representan la pa-
concepciones, filosofías y prácticas originales radoja existencial de todos aquellos grupos
y auténticas que, a pesar de haber sido histó- sociales que fueron víctimas de la cartografía
ricamente derrotadas por el colonialismo y del pensamiento abisal moderno al ser “locali-
el capitalismo modernos, siguen vivas en su zados” del otro lado de la línea abisal, el lado
memoria y en los más recónditos recovecos de la sociabilidad colonial. Para responder a
de sus alienadas vidas cotidianas. Estas son la pregunta: ¿Podemos construir espacios co-
las fuentes de su dignidad y la esperanza de munes ampliados sobre la base de otros? Ne-
un futuro poscapitalista y poscolonial. Como cesitamos conceptos no eurocéntricos como
sucede con las ruinas, en general, también aquellos mencionados en la introducción:
aquí hay cierta nostalgia por un pasado ante- ubuntu, sumak kawsay, pachamama.
rior al sufrimiento injusto y a la destrucción Tal como lo conciben las Epistemologías del
causada por el capitalismo y el colonialismo, Sur, las ruinas semillas están en las antípodas
así como por el patriarcado como reconfigu- de una atracción nostálgica a las ruinas que
ración de los otros dos. Aun así, esta nostalgia han sido típicas de la modernidad occidental
Introducción a las Epistemologías del Sur 333
desde el siglo XVIII, y que todavía nos rodean. Mientras que en el mundo del colonizador la
En un escrito de 2006, Andreas Huyssen llama nostalgia por las ruinas es, en el mejor de los
la atención sobre el hecho de que casos, un recuerdo inquietante del “lado oscu-
ro de la modernidad”, en el mundo de los colo-
durante la última década y media, una extraña nizados, además de ser el inquietante recuerdo
obsesión con las ruinas se ha desarrollado en los de una destrucción, la nostalgia por las ruinas
países del Norte transatlántico como parte de un también es una señal auspiciosa de que la des-
discurso más amplio sobre la memoria y el trau-
trucción no fue total, y que aquello que puede
ma, el genocidio y la guerra. Esta obsesión con-
ser redimido como energía de resistencia aquí
temporánea con las ruinas esconde una nostalgia
por una época anterior que aún no ha perdido su y ahora es una vocación única y original para
poder para imaginar otros futuros. Lo que está en un futuro alternativo.
juego es una nostalgia por la modernidad, que no Las apropiaciones contrahegemónicas
se atreve a decir su nombre después de recono- constituyen otra clase de emergencia. Por
cer las catástrofes del siglo XX y las persisten- apropiaciones contrahegemónicas me refiero
tes lesiones de la colonización interna y externa a las filosofías, los conceptos y las prácticas de-
(Huyssen, 2006: 7). sarrolladas por los grupos sociales dominantes
para reproducir la dominación, pero que son
Más abajo, Huyssen especifica que tal imagi- apropiadas por los grupos sociales oprimidos
nación de ruinas, por contradecir el optimismo y, acto seguido, resignificadas, reconfiguradas,
de la Ilustración, “sigue siendo consciente del refundadas, subvertidas y transformadas selec-
lado oscuro de la modernidad, el que Diderot tiva y creativamente para luego convertirlas en
describió como las inevitables ‘devastaciones herramientas para las luchas contra la domina-
del tiempo’ visibles en las ruinas” (Huyssen, ción. Ejemplos de tales apropiaciones incluyen
2006: 13).16 a: la ley, los derechos humanos, la democracia,
la Constitución. En mi investigación anterior
sobre sociología crítica del derecho he tratado
16 Sobre el tema de las ruinas ver, entre otros, Apel
(2015); Dawdy (2010: 761-93); Hui (2016) y Zucker
(1961: 119-30).
334 Boaventura de Sousa Santos
estas apropiaciones en gran detalle.17 Más es- sociedad, una sociedad liberada de las formas
pecíficamente, he abordado dos cuestiones: de dominación que hoy prevalecen. Las zonas
¿Puede el derecho ser emancipatorio?18 y ¿Hay liberadas pueden emerger en el contexto de
un constitucionalismo transformador?19 Vol- procesos de lucha más amplios o como resul-
veré sobre este tema.20 tado de iniciativas aisladas diseñadas para ex-
La tercera clase de emergencia consiste perimentar con formas alternativas de cons-
en las zonas liberadas. Estos son espacios trucción de colectividades. Tales alternativas
autoorganizados según los principios y re- pueden ser experimentadas según una lógica
gulaciones radicalmente opuestos a los que de confrontación o una lógica de existencia
prevalecen en las sociedades capitalistas, co- paralela. Vistas desde el exterior, las zonas
lonialistas y patriarcales. Las zonas liberadas liberadas parecen combinar la experiencia
son comunidades consensuales, basadas en la social con la experimentación social. Por eso
participación de todos sus miembros. Son de las caracteriza la dimensión educativa: se con-
naturaleza performativa, prefigurativa y edu- ciben como procesos de autoeducación. Hoy,
cativa. Se consideran como utopías realistas, tanto en las áreas rurales y como urbanas, hay
o mejor aún, heterotopías.21 Su propósito es muchas zonas liberadas, la mayoría son de di-
lograr, aquí y ahora, un tipo diferente de mensiones pequeñas, algunas son de larga du-
ración, otras son relativamente efímeras. Las
comunidades neozapatistas de la Sierra La-
17 Para una síntesis de mi enfoque y una reflexión so-
candona en el sur de México, que se hicieron
bre esto ver, Twining (2000: 194-243) y Santos (2015a:
115-42). famosas internacionalmente después de 1994,
pueden ser consideradas zonas liberadas y, por
18 Este es el título del último capítulo de mi libro
Toward a New Legal Common Sense (2002: 439-96). lo tanto, ofrecen un campo vasto para la so-
ciología de las emergencias.22 El movimiento
19 Ver Santos (2010).
20 En mi trabajo anterior ofrezco un análisis detalla-
do de las concepciones contrahegemónicas de los dere-
chos humanos. Ver Santos (2005: 1-26; 2007b: 3-40). 22 La especificidad notable de la experiencia neozapa-
21 Inspirado en Foucault, trato con heterotopías en tista es que constituye una zona liberada también en el
Santos (1995: 479-82). nivel epistemológico. Ver Santos, 2018.
Introducción a las Epistemologías del Sur 335
de indignados23 que ocurrió después 2011, por pequeños grupos se organizan para vivir expe-
momentos dio lugar a la constitución de zonas rimentalmente, es decir, para vivir hoy como
liberadas, algunas de las cuales subsistieron si hoy fuera el futuro al que aspiran y porque
como formas de vida asociativa y cooperati- ya no quieren esperar más. Aquí radica su ca-
va mucho después de finalizado el movimien- rácter prefigurativo. Cuando no son meros ac-
to. Rojava, las comunidades autónomas en el tos de diletantismo social, o sea, cuando son
Kurdistán sirio, también pueden considerarse genuinas e implican riesgos y costos, las zonas
como una zona liberada organizada según los liberadas son particularmente prefigurativas y
principios anarquistas, autonomistas, antiau- promueven la cultura autodidacta. En un mo-
toritarios y feministas.24 La gran mayoría de mento en que la ideología del neoliberalismo
las zonas liberadas, en particular las compues- proclama que el capitalismo, el colonialismo
tas por población urbana joven, derivan de un y el patriarcado son la manera natural de la
sentimiento de impaciencia histórica.25 Cansa- vida, las zonas liberadas lo refutan, aún desde
dos de esperar por una sociedad más justa, las áreas restringidas en las que ocurren. La
emergencia se encuentra en la naturaleza per-
formativa y prefigurativa de la rebelión.
23 Analicé este movimiento en Santos (2015a: 115-42;
2015b). La ecología de saberes
24 Ver Dirk et al. (2016). y la traducción intercultural
25 Muchas iniciativas de vida social autónoma, supues- La ecología de saberes y la traducción inter-
tamente libres de la dominación capitalista, colonialista cultural son las herramientas que convierten
y patriarcal han tenido lugar en Europa desde los años se- a la diversidad de conocimientos visibilizados
tenta, a partir de los movimientos autonomistas en Italia,
por la sociología de las ausencias y la sociolo-
los movimientos de ocupas o tomas en Alemania, Espa-
ña, los Países Bajos y Polonia, y el movimiento de centros gía de las emergencias en un recurso poderoso
sociales en el Reino Unido. Ver Martínez (2006: 379-98); que, al hacer posible la inteligibilidad ampliada
Hodkinson & Chatterton (2006: 305-15); Polanska & Pio- de los contextos de opresión y resistencia, per-
trowski (2015: 274-96). Estas iniciativas deben ser ana- mite articulaciones más amplias y profundas
lizadas de acuerdo a una hermenéutica de la sospecha,
entre las luchas que combinan las diversas di-
ya que a menudo hay una discrepancia entre lo que los
promotores dicen y lo que hacen. mensiones o tipos de dominación de diferentes
336 Boaventura de Sousa Santos
maneras. La ecología de saberes comprende luchas tengan una base sólida y para definir
dos momentos. El primero consiste en identi- iniciativas concretas respecto de sus posibili-
ficar los principales corpus de conocimiento dades y sus límites.
que, si son debatidos en una lucha social dada,
podrían destacar dimensiones importantes de Dos clases de traducción intercultural
una lucha o resistencia concreta: contexto, En la medida que permite la articulación
reclamos, grupos sociales implicados o afec- entre diferentes movimientos sociales y lu-
tados, riesgos y oportunidades, etcétera. Tal chas, la traducción intercultural contribuye a
diversidad es mucho menos glamorosa en el convertir la diversidad epistemológica y cul-
terreno de la lucha que en la teoría. De hecho, tural del mundo en un factor de capacitación
puede ser paralizadora. Puede provocar una favorable que fomenta la articulación entre las
cacofonía de ideas y perspectivas que son ab- luchas contra el capitalismo, el colonialismo y
solutamente incomprensibles para algunos de el patriarcado. La traducción intercultural no
los grupos implicados, realzando así la opa- es un ejercicio intelectual independiente de la
cidad de: “qué está en juego” y “qué hay que lucha social, ni es activada por alguna direc-
hacer”. También puede llevar a un análisis ción cosmopolita diletante. Antes bien es una
teórico, político y cultural recargado que está herramienta que, bajo la premisa del reconocer
acorralado entre una excesiva lucidez intelec- las diferencias, se enfoca en promover el sufi-
tual y una extremada precaución e ineficiencia. ciente consenso básico para permitir que tanto
Considerando esto, la ecología de saberes tie- luchas como riesgos sean compartidos. Puesto
ne que ser complementada con la traducción que no es un ejercicio intelectual, no necesita
intercultural e interpolítica. Esta última espe- ser realizado por militantes con “perfil inte-
cíficamente pretende realzar la inteligibilidad lectual” o por “intelectuales orgánicos,” como
recíproca sin disolver la identidad, por lo tan- Antonio Gramsci denominó a los miembros
to, ayuda a identificar complementariedades y conscientes o politizados de la clase trabaja-
contradicciones, puntos en común y visiones dora durante los años veinte europeos. Mucho
alternativas. Tales aclaraciones son importan- del trabajo de traducción intercultural ocurre
tes para que las decisiones sobre alianzas entre en las reuniones o los talleres militantes dedi-
los grupos sociales y las articulaciones de las cados a la formación, la educación popular y
Introducción a las Epistemologías del Sur 337
el empoderamiento, y se realiza con interven- modo bastante informal y como una dimensión
ciones de los diferentes participantes pero sin del trabajo cognitivo colectivo. Se caracteriza
ningún protagonismo especial. Por esta razón, por su fluidez, anonimato y oralidad. Esta es
respecto a construir resistencia y luchas so- la clase de traducción intercultural que ocurre
ciales, la traducción intercultural tampoco es en los talleres de la Universidad Popular de los
una actividad particularmente individualizada. Movimientos Sociales (Universidade Popular
Es una dimensión de trabajo cognitivo siempre dos Movimentos Sociais, UPMS). La segunda
que estén presentes las ecologías de saberes, clase es la traducción intercultural didáctica.
los intercambios de experiencias, la valoración Tiene lugar cuando se combinan, por un lado,
de las luchas (propias y ajenas) y un examen lo individual y lo colectivo y, por el otro, la ora-
prudente del conocimiento que los grupos lidad y la escritura. Se trata de situaciones en
sociales dominantes movilizan para aislar o las que los líderes de movimientos u organiza-
desarticular a los oprimidos. El trabajo de tra- ciones se destacan por su trabajo de traduc-
ducción intercultural tiene una dimensión de ción para fortalecer las luchas sociales en que
curiosidad, es decir, fomenta la apertura a nue- están comprometidos. Su individualidad no es
vas experiencias; sin embargo esa curiosidad individualista; expresa una voluntad colectiva
no nace de una curiosidad diletante, sino de la y está dirigida a fortalecer la lucha contra la do-
necesidad. En la gran mayoría de los casos, el minación económica, social, cultural y política.
trabajo de traducción intercultural es llevado Por el mismo motivo, la oralidad, aunque pre-
a cabo anónimamente por grupos y en interac- valece en la práctica de la lucha y organización
ciones orales informales. políticas, es complementada por la reflexión
Es posible de distinguir varias clases de escrita y publicada.
traducción intercultural, tanto respecto a los Según el criterio de conocimientos o cultu-
procesos de traducción como a los tipos de ras partícipes en la traducción, es particular-
saberes o culturas que componen los objetos mente relevante distinguir dos clases de tra-
de traducción. Según el criterio anterior, la ducción: traducciones Sur-Norte o Norte-Sur
traducción intercultural puede ser difusa o di- y traducciones Sur-Sur. Las primeras ocurren
dáctica. La traducción intercultural difusa es la entre los saberes o culturas del Norte global
más frecuente; ocurre, como mencioné, de un (eurocéntrico, céntrico occidental) y el Sur
338 Boaventura de Sousa Santos
global, incluido el este; las segundas ocurren resistencia llevadas a cabo según las premisas
entre las diferentes culturas o saberes del Sur de las Epistemologías del Sur. Debido a las for-
global. Situar los saberes y culturas de acuerdo mas desiguales e interrelacionadas en que los
a las diferentes regiones epistémicas del mun- tres modos de dominación modernos se articu-
do no significa en absoluto que nos enfrenta- lan, ninguna lucha social, por muy fuerte que
mos a mónadas leibnizianas, es decir, estructu- sea, puede tener éxito si se concentra solo en
ras completamente autónomas y disímiles que uno de los modos de dominación. No importa
por lo tanto están dotadas de “razón suficien- cuán fuerte sea la lucha de las mujeres contra
te”. Después de tantos siglos de intercambios el patriarcado, nunca conseguirá un éxito sig-
y movimientos transnacionales de pueblos e nificativo si únicamente lucha contra este, sin
ideas, exponencialmente ampliadas en las úl- tener en cuenta que el patriarcado, así como el
timas décadas por las tecnologías de la infor- colonialismo, hoy es un componente intrínse-
mación y la comunicación, ya no hay entidades co de la dominación capitalista. Por otra parte,
cognitivas o culturales que puedan ser entendi- así concebida, tal lucha puede eventualmente
das sin tener en cuenta influencias, mestizajes reclamar el éxito o la victoria por un resulta-
e hibridaciones. Hablamos de regiones cultu- do que, de hecho, implica mayor opresión de
rales o epistémicas como conjuntos de estilos, otros grupos sociales, en particular de aquellos
problemáticas, prioridades de pensamiento y que son víctimas de la dominación capitalista
acción, regiones que detentan alguna identidad o colonialista. Esto vale también para la lucha
en comparación con otras. llevada a cabo por los trabajadores que se cen-
La ecología de saberes y la traducción in- tran solo en su lucha contra el capitalismo; o la
tercultural fueron objeto de análisis detallado lucha de las víctimas de racismo que se centran
en las Epistemologías del Sur I (Santos, 2014: exclusivamente en el colonialismo.
188-235). De ahí la necesidad de construir articula-
ciones entre los diferentes tipos de luchas y
La artesanía de las prácticas resistencias. Hay muchas clases de articulacio-
La artesanía de las prácticas es la cima del nes posibles, pero las tres principales que de-
trabajo de las Epistemologías del Sur. Consis- ben tenerse en cuenta se distinguen según la
te en diseñar y validar las prácticas de lucha y naturaleza abisal o no abisal de la exclusión:
Introducción a las Epistemologías del Sur 339
en cuenta las determinaciones, pero no el de- Fanon, F. 1967 Toward the African Revolution
terminismo; a menudo el caos es el contexto (Nueva York: Grove Press).
operativo; se aborrecen los partidos y otras Fanon, F. 1968 The Wretched of the Earth
formas de burocracia por atar las mentes y (Nueva York: Grove Press).
las manos (pensamiento y discurso) y por di- Foucault, M. 1969 L’Archéologie du Savoir
ficultar la improvisación y la innovación. Nos (Paris: Gallimard).
referimos a un trabajo extremadamente espe- Hodkinson, S.; Chatterton, P. 2006 “Autonomy
cífico que mantiene al universalismo a raya. in the city? Reflections on the social centres
Su objetivo principal es la lucha por la libe- movement in the UK” en City: analysis
ración contra el capitalismo, el colonialismo of urban trends, culture, theory, policy,
y el patriarcado, mientras se asegura de que action (Reino Unido: Routledge) N° 10(3),
misma la lucha política opere como testimo- pp. 305-15.
nio de dicho objetivo y se convierta así en una Hui, A. 2016 The Poetics of Ruins in
zona liberada. Renaissance Literature (Nueva York:
Fordham University).
Bibliografía: Huyssen, A. 2006 “Nostalgia for Ruins” en
Apel, D. 2015 Beautiful Terrible Ruins: Grey Room (Estados Unidos: The MIT
Detroit and the Anxiety of Decline (New Press) N° 23, pp. 6-1, primavera.
Brunswick: Rutgers University Press). Maldonado-Torres, N. 2007 “On the Coloniality
Bourdieu, P. 1990 In Other Words: Essays of Being: Contributions to the Development
towards a Reflexive Sociology (Cambridge: of a Concept” en Cultural Studies
Polity Press) traducción M. Adamson. (Londres: Taylor & Francis) N° 21(2-3),
Dawdy, S. 2010 “Clockpunk Anthropology pp. 240-70.
and the Ruins of Modernity” en Current Martínez, M. 2007 “’The Squatters’
Anthropology (Chicago: University of Movement: Urban Counter-Culture and
Chicago Press) N° 51(6), pp. 761-793. Alter-Globalization Dynamics” en South
Dirk, D. et al. 2016 To Dare Imagining: European Society and Politics (Reino
Rojava Revolution (Nueva York: Unido: Taylor & Francis) N° 12(3),
Autonomedia). pp. 379-98.
Introducción a las Epistemologías del Sur 341
diálogos con las situaciones, las luchas y las los límites de disciplinas centradas en las con-
experiencias que las alimentan, siempre re- cepciones epistemológicas, políticas y normati-
novadas por un compromiso continuo y soli- vas occidentales y eurocéntricas, y convirtién-
dario con aquellos y aquellas que sufren; los dolas en contribuciones a un saber a reinventar
habitantes de ese Sur que, tal como nos dice a través de sus encuentros con la diversidad de
el autor, además de una expresión geográfica, los saberes, prácticas sociales y concepciones
es también una metáfora acerca del sufrimien- de justicia existentes en el mundo diversificado
to global, innecesario e injusto; pero también y desigual de hoy, pero también con la expe-
una fuente inagotable de experiencias, saberes riencia de los pasados de sufrimiento y de lu-
y prácticas que buscan resistir, enfrentar y ven- cha a rescatar. Los conceptos innovadores que
cer opresiones impuestas por el capitalismo, el Boaventura propone emergen de un diálogo
colonialismo y el patriarcado, en las diferentes permanente con las diferentes manifestacio-
manifestaciones y formas que han asumido a lo nes de lo que designa como problemas funda-
largo de su historia. La invocación de la neutra- mentales, y de una sostenida explicitación de
lidad como condición de un conocimiento ob- esas manifestaciones. Este diálogo continuo
jetivo es una justificación para la complicidad alimenta preguntas incómodas a las ciencias
con la violencia y la opresión. Por eso, la cien- sociales: ¿estarán preparadas para lidiar con
cia social que defiende y practica Boaventura esos problemas, o habrán perdido el rumbo?
es un ejercicio solidario, de compromiso con la ¿Podrán reconocer que no hay respuestas mo-
producción de saberes que rescatan las expe- dernas a problemas modernos? En otras pala-
riencias de quien es oprimido, de aquellos y de bras, ¿pueden las ciencias sociales contribuir a
aquellas a quienes se niega el reconocimiento la búsqueda de soluciones a los problemas de
de su humanidad y de su dignidad, y que tome hoy, o serán parte de estos problemas?
como criterio de validación y de objetividad Estado e Sociedade na Semiperiferia do
sus consecuencias para las poblaciones, comu- Sistema Mundial (1985), Entre Próspero e Ca-
nidades, grupos sociales y personas que sufren. liban (2001) y As identidades das crises (2011)
La respuesta a este desafío pasa por el pro- muestran ejemplarmente el modo de recons-
ceso de descanonización y desmonumentali- trucción de categorías, conceptos y cuadros
zación de las ciencias sociales, rompiendo con teóricos canónicos a partir de la densidad y la
Presentación349
ejemplaridad de casos como el de Portugal y la los modelos canónicos, sea de las sociedades
especificidad de su posición y trayectoria en la consideradas desarrolladas, sea de las socie-
semiperiferia del sistema mundo moderno, en- dades consideradas subdesarrollados o en vías
tre su condición de sede de un imperio colonial de desarrollo. Caracterizar una sociedad, una
—que aparece como una anomalía ante las ex- comunidad o un pueblo a través de lo que no es
periencias de otras potencias coloniales, y que o de sus carencias en relación a las sociedades
ahora forma parte de las historias dominantes consideradas desarrolladas o centrales niega la
de colonialismo europeo— hasta la de miem- importancia de la historia y de las experiencias
bro de un bloque regional central del sistema, y luchas que atraviesan y marcan esa sociedad,
la Unión Europea. Estos ejercicios de una so- esa comunidad, ese pueblo. El reconocimiento
ciología atenta a la historia y a las experiencias y el respeto por esas experiencias y luchas es
de Portugal y del colonialismo portugués, como central en la reconstrucción del pensar y ac-
de la experiencia de la crisis financiera, econó- tuar sociológico de Boaventura.
mica, social y política de la última década, de- El rescate y reinvención del concepto de
muestran cómo las unidades de análisis canó- globalización (Los procesos de globalización,
nicas consagradas por la disciplina sociológica 1995) —que en las últimas décadas se ha con-
—como el Estado-nación— y los cuadros teóri- vertido para las ciencias sociales en una espe-
cos y conceptuales que esta privilegia, más que cie de clave maestra para la comprensión de la
inadecuados, silencian e invisibilizan la especi- transformación social en el viraje hacia el siglo
ficidad de experiencias históricas que divergen XXI— aparece como otro importante ejemplo
de las dominantes —por ejemplo, el fenómeno del modo en que Boaventura repiensa y pone a
de la sociedad—providencia como modo de prueba las herramientas de la sociología canó-
responder a las insuficiencias de la provisión nica. La exploración de experiencias de enfren-
de servicios por el Estado y la importancia que tamiento de los procesos de globalización por
en ella asume la pequeña agricultura. A partir las sociedades locales permite problematizar la
de estos marcos teóricos y analíticos y de sus idea de un proceso lineal, amplio e irresistible,
herramientas metodológicas, la caracteriza- caracterizado por la expansión y dominación
ción de Portugal trató de dilucidar las supues- planetaria del capitalismo neoliberal y del mo-
tas carencias o desviaciones en relación con delo de orden global plasmado en el llamado
350 Boaventura de Sousa Santos
las diferentes manifestaciones expresadas en rescate del pasado y para mantener abierto el
las ciencias sociales modernas, de la ecuación futuro, contra el conformismo de las proclama-
raíces-opciones, de su juego y de cómo se dis- ciones del fin de la historia y del orden neoli-
tribuyen de manera distinta en los dos lados beral. Aquí se encuentra una importante pista
de la línea abisal, como “gran narrativa de la para entender desarrollos posteriores sobre
inteligibilidad social”. Manifiesta tanto en sus la globalización y sobre la diversidad de expe-
conceptos (las dualidades estructura-acción, riencias y su desperdicio. Portugal es, pues, un
consciente-inconsciente, significante-signifi- lugar único en la reinvención de la imaginación
cado, etcétera), como en sus objetos (Estado- sociológica que llegará a tener en la caída del
nación, derecho positivo, por ejemplo). A esta Angelus Novus (1996) una de sus formulacio-
gran narrativa se contrapone hoy, en un perío- nes más potentes.
do de bifurcación que se aparta de la linealidad La contraposición con el ethos barroco que
de la idea de progreso, una dinámica marcada impregna la globalización contrahegemónica,
por la turbulencia de escalas, la explosión de pensada a partir de la “otra” América, Nuestra
raíces y opciones, y la trivialización de la ecua- América de José Martí — contrapuesta a la
ción entre raíces y opciones. hegemonía de América como expresión última
El proceso de descanonización de las cien- de Europa, como afirmaba Hegel—, confiere a
cias sociales (incluyendo la sociología), de las América Latina un lugar central, simultánea-
concepciones epistemológicas, políticas y nor- mente en permanente descentramiento y pro-
mativas occidentales y eurocéntricas, conduce liferación. Pero Nuestra América es parte de
a la propuesta de su transformación como par- un mundo de la contrahegemonía, que piensa y
te de un saber a reinventar a través de sus en- actúa a partir de otras historias, espacios y ex-
cuentros con esos problemas fundamentales, periencias. La idea de una emancipación social
y con la diversidad de los saberes, prácticas basada en el meta-derecho de tener derechos
sociales y concepciones de justicia existentes y en el equilibrio dinámico entre el reconoci-
en el mundo que busca, con él lidiar, sea en un miento y la redistribución, condiciones mutuas
mundo diversificado y desigual de hoy y en los del éxito de una estrategia de emancipación,
pasados a rescatar. Él contribuye a la ampli- nace del encuentro con esas experiencias.
ficación y densificación del presente, para el La subjetividad y las formas de sociabilidad
352 Boaventura de Sousa Santos
Esas transformaciones son tan flagrantes aún más, dando origen a formas de exclusión
que algunas expresan a las claras la aparición social más crueles y a un creciente número de
de una nueva economía política internacional países semiperiféricos intermedios muy dife-
de interdependencia global, una red desorga- renciados en términos de patrones nacionales
nizada y casi caótica de flujos desterritoriali- de desarrollo, de acuerdo con la región del glo-
zados de capitales, servicios y personas en un bo en que se localizan.
mundo sin centro, que se reproduce en una Conviene tener en cuenta, además, la inten-
miríada de relaciones verticales y horizontales, sidad que las interacciones globales han adqui-
inestables e indeterminadas.2 Como veremos rido recientemente y que van de la transnacio-
seguidamente, no comparto esta idea, pero la nalización de los sistemas de producción a la
verdad es que estas tendencias, que la sociolo- difusión mundial de información e imágenes a
gía comparada tendrá aún que captar, señalan través de los medios de comunicación social
algunas transformaciones importantes en el y los desplazamientos masivos de personas
sistema mundial. Por un lado, con los Estados como turistas, trabajadores emigrantes o re-
Unidos de América obligados a compartir la fugiados. De ahí que la realidad social parezca
hegemonía con Europa y Japón, el mundo se transformarse tanto o más rápidamente que los
ha vuelto más policéntrico, con varias regiones fundamentos epistemológicos del conocimien-
gravitando en torno a diversos centros. Por to o conocimientos que sobre ella desarrolla-
otro, la periferia mundial se ha fragmentado mos. Con la intensificación de la interdepen-
dencia y de la interacción global, las relaciones
sociales parecen, de modo general, cada vez
sociología del desarrollo solo serían defendibles como
disciplinas científicas si fuesen aplicadas tanto a los más desterritorializadas, sobrepasando las
países desarrollados como a los menos desarrollados. fronteras hasta ahora vigiladas por las costum-
Véase Mateus (1987: 45). bres, el nacionalismo, la lengua, la ideología y,
2 Esta idea ha sido defendida también en el campo muchas veces, por todo esto. En este proceso,
cultural. Recientemente, Arjun Appadurai afirmó que el Estado-nación, cuya principal característica
“la nueva economía cultural global ha de ser encara- es, probablemente, la territorialidad, se con-
da como un orden complejo, con yuxtaposiciones y
vierte en una unidad de interacción relativa-
disyunciones, que ya no puede ser explicado por los
modelos tradicionales de centro y periferia” (1990: 6). mente obsoleta o, por lo menos, relativamente
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués355
descentrada. Por otro lado, sin embargo, y en los países de desarrollo intermedio. Ahí —
aparentemente en contradicción con esta ten- se trate de Portugal, Irlanda, España y Grecia,
dencia, se asiste a un florecimiento de nue- o de México y Brasil—, la excesiva tensión a
vas identidades regionales y locales basadas que la dialéctica entre territorialización y des-
en una revalorización del derecho a las raí- territorialización está sujeta confiere un cuño
ces (en contraposición al derecho a escoger). particularmente inestable a la combinación
Este localismo, simultáneamente nuevo y an- de las características paradigmáticas. Y esto,
tiguo, otrora considerado premoderno y hoy muy particularmente, es lo que sucede en los
en día reclasificado como posmoderno, es con países intermedios de Europa, ya que su com-
frecuencia adoptado por grupos de individuos posición está siendo doblemente reconstrui-
“translocalizados”, no pudiendo por eso ser da: como países periféricos de una de las más
explicado por un genius loci o un sentido de importantes regiones del sistema mundial (la
lugar único. A pesar de ello, se asienta siem- periferia europea) y como miembros de ple-
pre en la idea del territorio, sea este imaginario no derecho dentro de esa región (la CEE, hoy
o simbólico, real o hiperreal.3 La dialéctica se UE). Entre todos esos países, Portugal es, tal
establece, por tanto, entre territorialización y vez, el ejemplo más ilustrativo de una compleja
desterritorialización. combinación de características sociales para-
Las nuevas condiciones para una investi- digmáticamente opuestas, una configuración
gación sociológica comparada que acabo de hecha y rehecha en el cortocircuito histórico
enunciar parecen ser especialmente evidentes de los últimos quince años, en que convergie-
ron y se fundieron temporalidades sociales
muy distintas: cinco siglos de expansión euro-
3 Esta reterritorialización ocurre, generalmente, en
pea, dos siglos de revoluciones democráticas,
un plano infraestatal, pero puede también ocurrir en
uno supraestatal. Ejemplo de este último caso es la Co- un siglo de movimiento socialista y cuarenta
munidad Económica Europea, que está desterritoriali- años de Estado de bienestar. A inicios de 1974,
zando las relaciones sociales en el plano del Estado na- Portugal era uno de los países menos desarro-
cional para reterritorializarlas en un plano supraestatal llados de Europa y el más antiguo imperio co-
(por el modo como afirma la identidad europea y la de-
lonial europeo. El régimen autoritario de más
fiende en relación a terceros, sean ellos otros bloques
regionales o simplemente los refugiados). larga duración en el continente fue derribado
356 Boaventura de Sousa Santos
referidas han sido reguladas por el Estado. 6. Los antiguos y recientes equilibrios de una
La posición central del Estado en la regula- estructura social y política tan compleja
ción social durante los últimos quince años como esta han sido conmovidos, recombi-
justifica que se dé alguna prioridad analítica nados, reinventados a través del proceso
a los aspectos sociopolíticos. Por la regula- de integración en la CEE. En esta fase, la
ción estatal a la que han estado sujetas, esas centralidad de la actuación de Estado en la
contradicciones y discrepancias han venido regulación social se debió, en gran medida,
a inscribirse en la matriz institucional del al papel que este protagonizó en las nego-
Estado, dando origen a un fenómeno del que ciaciones que condujeron a la adhesión.
daré cuenta mediante los conceptos de Es- El Estado regula la dialéctica de la identidad
tado paralelo y Estado heterogéneo. y de la diferencia entre Portugal y los países
5. Como no fue posible institucionalizar una centrales europeos, asumiendo una forma
regulación fordista de la relación salarial, política a la que llamo Estado como imagi-
tampoco fue posible institucionalizar un nación del centro. La autonomía interna del
Estado de bienestar. En este aspecto, el Estado, que durante gran parte del período
Estado portugués es un semi o un cuasi autoritario se asentó en un modo de desarro-
Estado de bienestar. Sin embargo, el défi- llo (o, antes, de subdesarrollo) autárquico,
cit del bienestar estatal está parcialmente hipernacionalista y aislacionista, se asienta
cubierto por una sociedad del bienestar ahora en el proceso de integración en la CEE
fuerte. Esta sociedad del bienestar, aunque y, por ello, en un contexto de constante re-
con origen en relaciones sociales y uni- ducción de la soberanía nacional.
versos simbólicos vulgarmente llamados 7. El futuro de la Comunidad Económica Euro-
premodernos, tiene semejanzas con aque- pea es una cuestión por resolver. En el plano
lla sociedad del bienestar que Rosanvallon político, es aún muy temprano para intentar
(1981; 1988), Lipietz (1989) y Aglietta y siquiera esbozar la configuración política del
Brender (1984), entre otros, han intentado futuro Euroestado. En el plano económico, la
resucitar y que algunos llamarían sociedad actual prioridad concedida a la creación del
del bienestar posmoderna. mercado interno no garantiza que este ven-
ga a ser un mercado unificado. En el plano
358 Boaventura de Sousa Santos
social, la poca importancia atribuida en la países centrales, en otros parece más próxima
actualidad a la denominada dimensión so- de las características del tercer mundo.
cial lleva a suponer que Europa se desarro- En términos de indicadores socioeconómi-
llará, durante mucho tiempo, a dos velocida- cos, Portugal ocupa una posición intermedia
des. El período de transición de la sociedad en el sistema mundial. Aunque poco preciso,
portuguesa se yuxtapone, así, al período de el PNB per cápita es uno de esos indicadores.
transición de la propia Europa. Cualquier En un estudio efectuado por Arrighi y Drangel
previsión es, por tanto, doblemente arries- (1986) sobre la evolución mundial del PNB per
gada. Con todo, sin olvidar esta precaución, cápita en los últimos cincuenta años, Portugal
osaría afirmar que, en el caso de Portugal, es ocupa una sólida posición intermedia. Otro
probable que un nuevo modo de regulación indicador más ilustrativo es el grado de ho-
semiperiférico se configure y establezca mogeneidad entre la estructura sectorial de la
poco a poco. producción (agricultura, industria y servicios)
y la estructura del empleo. Basada en este indi-
La semiperiferia en la intersección cador, la comparación entre varios países, en
de lo hiperlocal y lo trasnacional: el período de 1960 a 1983, hecha por Augusto
la conjugación de la teoría del Mateus (1987: 5), revela la situación intermedia
sistema mundial con la perspectiva de la sociedad portuguesa.4
de la regulación Según la teoría del sistema mundial, la exis-
Si pasamos revista al conocimiento que, en tencia de sociedades con grados intermedios
los últimos cuarenta años, las ciencias socia- de desarrollo es una característica relacional,
les acumularon sobre los países centrales, de-
sarrollados o del primer mundo, y los países
periféricos, menos desarrollados o del tercer 4 Las cifras indican también la longevidad de esta
mundo, verificamos que ese conocimiento no situación en países como Portugal, España e Irlanda.
consigue proporcionar un marco de análisis Así, los valores obtenidos en 1983 para los países re-
cientemente industrializados, como Brasil (38) y Corea
adecuado a la sociedad portuguesa. Si, en cier- del Sur (40), corresponden grosso modo a los valores
tos aspectos, dicha sociedad se aproxima a las obtenidos en 1983 para los países europeos: Irlanda
características generalmente atribuidas a los (28), Portugal (38) y España (42) (Mateus, 1987: 54).
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués359
estructural y permanente del sistema mundial confiere una especial capacidad de maniobra
(Fortuna, 1993). La primera formulación del institucional y política dentro del sistema inter-
concepto de semiperiferia en la obra de Wa- estatal (1987: 180). Pero, como subraya William
llerstein titulada El sistema mundial moderno Martin, “reconocer la persistencia de la semi-
(1974) es bastante esclarecedora al respecto. periferia plantea muchos más problemas que
Más tarde, este autor subrayará el contenido aquellos que resuelve”; seguidamente apunta
político de la semiperiferia. Los países semipe- las dudas que considera más importantes:
riféricos, debido exactamente a su carácter in-
termedio, desempeñan una función de interme- Si los Estados semiperiféricos están a medio ca-
diación entre el centro y la periferia del sistema mino entre las redes centrales y las redes peri-
mundial y, un poco como las clases medias lo féricas, ¿cómo es que se alcanza y se mantiene
esa posición ante fuerzas tan fuertemente polari-
hacen en las sociedades nacionales, contribu-
zadas como las de la economía-mundo? Si la pe-
yen a atenuar los conflictos y las tensiones entre
riferia es más que un simple problema estadístico
el centro y la periferia. En las propias palabras de índices de desarrollo, ¿cómo es que esa zona
de Wallerstein: “En momentos de expansión de funcionó, a lo largo de los años, como parte de
la economía-mundo, los Estados [semiperiféri- un mundo capitalista en desarrollo? ¿Cómo y por
cos] se unen, como satélites, a una determinada qué razón la periferia, por lo menos en el siglo XX,
potencia central y sirven, hasta cierto punto, de funcionó como terreno preferente de movimien-
correas de transmisión y de agentes políticos de tos sociales, sindicales, nacionalistas y antisisté-
un poder imperial” (1984: 7). micos? (Martin, 1990: 4).
En los últimos años, el intenso estudio al que
los países semiperiféricos fueron sometidos No cabe aquí examinar pormenorizadamen-
llevó a la mudanza en el concepto de semiperi- te el concepto de semiperiferia, y menos aún el
feria. Basado en la investigación realizada en el de sistema mundial, del cual forma parte. Me
Centro Fernand Braudel, Carlos Fortuna con- limitaré a destacar dos aspectos. El primero
cluye que los Estados semiperiféricos se carac- se refiere a la regionalización de la situación
terizan por una red de actividades productivas semiperiférica. De acuerdo con la teoría del
con un relativo equilibrio entre las produccio- sistema mundial, una de las características es-
nes del centro y las de la periferia, lo que les tructurales de la economía-mundo capitalista
360 Boaventura de Sousa Santos
es la competencia entre los países del centro. y consumo de los países centrales europeos
De ello resulta una división del sistema mun- (Mateus, 1987: 55). Por otro lado, con la inte-
dial en regiones, en zonas de influencia, forma- gración en la CEE, Portugal podrá acabar de
das por un conjunto de países con fuertes lazos desempeñar una nueva función central en re-
económicos, sociales, políticos y culturales, en lación con sus excolonias africanas. En ambos
el centro de los cuales está uno o más de uno casos, no obstante, las funciones de interme-
de ellos (actualmente Estados Unidos, Japón, diación son específicas de la historia de Europa
Europa occidental). A mi entender, aunque el y son parte integrante del desarrollo social de
tipo de intermediación generalmente desempe- Portugal como país europeo.
ñada por las sociedades intermedias sea defini- El otro aspecto que pretendo destacar se
do globalmente en el propio sistema mundial, refiere a la caracterización de las sociedades
las intermediaciones específicas son determi- semiperiféricas simultáneamente intermedias,
nadas por la región del sistema mundial a la en términos de grados de desarrollo, e inter-
que esa sociedad pertenece y dependen, en mediarias, en términos de las funciones que
gran parte, de la trayectoria histórica de esta desempeñan en el sistema mundial. Estas dos
región y de la de cada una de las sociedades características están, evidentemente, interrela-
nacionales que la componen. cionadas, ya que la función de intermediación
La función de intermediación implica que presupone un nivel intermedio de desarrollo
un determinado país actúe como país periféri- que, a su vez, se reproduce, por lo menos en
co en relación a un país central y como país parte, a través de la función de intermediación.
central en relación a la periferia. Por ejemplo, Pero no solo ambas son conceptualmente au-
a partir del siglo XVIII, Portugal funcionó como tónomas, como sería errado aceptar que exis-
correa de transmisión en el sistema mundial, te entre ellas una relación lineal y automática.
actuando como centro para sus colonias y La naturaleza intermedia de una determinada
como periferia para Inglaterra. Hoy, y para dar sociedad se traduce en características socia-
un ejemplo, la hipertrofia del turismo y de la les que son específicas de esa sociedad y, en
emigración en Portugal constituye una señal cierto sentido, únicas. Esa naturaleza resulta
inequívoca de la función periférica de este del desarrollo histórico nacional y de la mul-
país en relación a los patrones de producción tiplicidad de formas que sus contactos con
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués361
este heredaron. Ambas se centran en las rela- centralidad específica de la regulación del
ciones sociales del desarrollo capitalista, es- Estado en un período de transición entre los
pecialmente en las relaciones de intercambio modos de regulación social en una formación
y en las salariales. Ambas son, por naturaleza, social semiperiférica de la región europea del
globalizantes y ambas privilegian el análisis de sistema mundial. Además, analizaré también
la consolidación y la transformación de la co- los moldes en los que el proceso de regula-
hesión social de la historia: la perspectiva de ción social transitoria se inscribe en la matriz
la regulación privilegia la cohesión social de institucional del Estado, identificando las di-
los diferentes Estados-nación; el sistema mun- ferentes formas políticas parceladas que, en
dial, la cohesión social de la economía mundial conjunto, constituyen la totalidad fragmenta-
capitalista. da del Estado en la transición de un modo de
Puede decirse que, en términos teóricos, la regulación social a otro.
perspectiva de la regulación es muy vaga. La
versión que aquí se adoptó es, a mi modo de La crisis del modo de regulación
ver, la más adecuada para captar la dinámica social: patrones de producción
del desarrollo social portugués en los últimos y patrones de consumo
quince años. Es una opinión casi unánime que en un período de transición
uno de los puntos débiles de la perspectiva de Puede haber coincidencia, pero es intere-
la regulación es la ausencia de una teoría del sante percibir que la caída del régimen fascista
Estado que explique sus múltiples y decisivas en Portugal ocurrió en un momento en que los
funciones en el proceso de creación y desarro- países centrales entraban en un período de cri-
llo de los modos de regulación social (Boyer, sis del modo de regulación que, según Aglietta
1986: 52: Jessop, 1990: 196). Junto a la teoría (1976), Boyer (1986) y otros, fue el dominante,
del sistema mundial y en la línea de las prime- sobre todo después de la Segunda Guerra Mun-
ras afirmaciones de Wallerstein, se ha subraya- dial. Este modo de regulación social se carac-
do en los últimos tiempos que esas funciones terizaba, genéricamente, por una acumulación
son particularmente decisivas en las socieda- intensiva del capital, una indexación de los sa-
des semiperiféricas (Martin, 1990: 7). En este larios a la productividad y un acceso genera-
texto, abordaré esta cuestión, analizando la lizado de las clases trabajadoras al consumo:
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués363
del régimen, el período de Marcelo Caetano. Las transformaciones cualitativas del proce-
A esa altura, era vital establecer compromi- so político surgieron a partir de marzo de 1975,
sos, no solo para reducir al mínimo las po- el verdadero inicio de la crisis revolucionaria:
sibilidades de resistencia de alguna unidad nacionalización masiva de la industria, nacio-
militar leal al antiguo régimen, pero también nalización total de los bancos y de las asegura-
para evitar cualquier intento de declaración doras, ocupación, seguida de expropiación, de
unilateral de independencia por parte de las tierras en el Alentejo, ocupación de casas en las
poblaciones blancas de las colonias, particu- grandes ciudades, comisiones de trabajadores,
larmente de Angola. autogestión de fábricas y empresas comerciales
Los intereses del capital monopolista en- abandonadas por los propietarios, creación de
contraron indiscutiblemente en Spínola su cooperativas en los sectores comercial, indus-
representante, mientras los jóvenes oficiales trial y agrícola, comisiones de vecinos, clínicas
del MFA tuvieron, desde el inicio, un sorpren- del pueblo, dinamización cultural en las regio-
dente apoyo popular de los trabajadores y de nes más atrasadas del país. Ninguna de estas
la pequeña burguesía. Fue esta movilización medidas, por sí misma, constituía una amenaza
popular (por todo el país surgieron huelgas para la sociedad capitalista o para la naturale-
políticas y económicas) que llevó a la derrota za clasista del poder del Estado. En conjunto,
de Spínola, así como a la neutralización de los no obstante —y contando aún con la dinámica
miembros del MFA más a la derecha y a la radi- interna de la movilización de los trabajadores
calización de sus miembros más a la izquierda. y de la iniciativa popular, la paralización ge-
Este hecho, y el inquebrantable rechazo por neral del aparato del Estado y sus crecientes
parte de los principales movimientos africanos conflictos en el seno de las fuerzas armadas—,
de liberación, de cualquier solución semejante estas medidas originaron, a mi entender, una
a la propuesta por Spínola para el problema crisis revolucionaria. Pero nunca, en momento
colonial, estuvieron en la base de aquel que alguno, se estuvo ante una situación de duali-
podía haber sido el más notable proceso de dad de poder susceptible de ser considerada
descolonización de los tiempos modernos, una una “confrontación total” de “dos dictaduras”
descolonización prácticamente sin caracterís- (Lenin, 1960: 50; Trotsky, 1963: 101). Aunque
ticas neocolonialistas. el análisis de este hecho esté aún por hacer,
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués365
me parece que una de las explicaciones más del MFA, no fue necesario desmantelarla, ni
plausibles reside en la propia naturaleza de los siquiera reestructurarla, sustituyéndose solo
acontecimientos que estuvieron en el origen las jefaturas. Las fuerzas armadas, no obstante,
de la crisis revolucionaria. Todo comenzó con se vieron violentamente sacudidas. Pero justa-
una revuelta militar, es decir, una revuelta des- mente porque la revuelta nació en sus filas y el
de arriba, venida del propio aparato del Esta- proceso político se mantuvo sujeto al ejército,
do. El objetivo era destruir el Estado fascista, las fuerzas armadas se sintieron globalmente
pero, en el fondo, solo fueron destruidas sus legitimadas nuevamente y aplazaron una rees-
características más explícitamente fascistas: tructuración interna profunda.
la policía política, los tribunales políticos, las En suma, el aparato estatal, después de ser
prisiones políticas, el sistema de partido único purgado de sus características marcadamen-
y las milicias paramilitares fascistas. Fuera de te fascistas, no sucumbió, solo sufrió una pa-
esto, el aparato del Estado, con sus cincuenta rálisis general. Dado que los acontecimientos
años de ideología, reclutamiento, formación y políticos tuvieron inicio en ese mismo aparato,
comportamiento autoritarios, se mantuvo casi en su seno, fue “relativamente fácil” paralizar
intacto. A pesar de que la presión política más el poder del Estado. En el ámbito de la teoría
radical hubiera exigido algunas purgas en la del poder dual puede, por tanto, decirse que
administración pública, estas fueron escasas, no hubo una “dominación burguesa”, pero por
oportunistas incluso y, en algunos sectores fun- las mismas razones tampoco puede hablarse
damentales del aparato del Estado, como la ad- de “dominación proletaria”. En este contexto,
ministración de justicia, prácticamente inexis- cabe tal vez hacer una breve referencia al pa-
tentes. De cualquier forma, esas purgas —los pel desempeñado por los partidos socialista y
saneamientos— tuvieron siempre un carácter comunista. Después de haberse granjeado una
individual, nunca alcanzaron las estructuras de influencia destacable en el aparato del Estado
poder del Estado. En relación a los dos secto- y en las fuerzas armadas, desde 1975, el Partido
res represivos del aparato estatal —la policía Comunista Portugués (PCP), la única organiza-
(PSP y GNR) y las fuerzas armadas—, la situa- ción política a la altura de merecer esa designa-
ción fue aún más significativa. Como la policía ción, miraba con desconfianza la movilización
no ofreció resistencia a los jóvenes oficiales espontánea y las organizaciones creativas de
366 Boaventura de Sousa Santos
la clase obrera, tanto en la producción como Se trató más de una dualidad de impotencias
en el consumo. Con el argumento falaz de que que de una dualidad de poderes, una situación
el enemigo había sido destruido con la nacio- que vendría a resolverse a favor del “orden
nalización del capital monopolista y de que el burgués” en noviembre de 1975. Una de las
sector del MFA entonces en el poder protege- principales características de la Revolución
ría los intereses del proletariado siempre que portuguesa es probar que el Estado capitalista
fuera apoyado, el PCP defendió en todo mo- puede estar afectado por una parálisis general
mento que las estrategias políticas debían ser durante un largo período sin, no obstante, des-
dictadas por el aparato del estado y rechazó, aparecer. Por el contrario, se mantiene intacto
como aventurera, la idea de la legalidad revolu- como un Estado de reserva, listo para ser reac-
cionaria y del poder popular. El Partido Socia- tivado inmediatamente si la relación de fuerzas
lista (PS), de creación reciente y composición se altera a su favor.
heterogénea, procuró contrariar la influencia El fin de la crisis revolucionaria y la instaura-
de los comunistas en dicho aparato del estado ción del primer gobierno constitucional demo-
y recusó, por considerar autoritaria, cualquier crático después de casi cincuenta años no pu-
forma política que no fuese la democracia sieron término a la crisis social, aunque hayan
parlamentaria. Apoyado por la burguesía, la alterado su esencia. En términos de regulación
pequeña burguesía y los trabajadores descon- social, puede decirse que la crisis comenzó an-
tentos con la política de poder y la arrogancia tes de 1974 (en 1969, si no antes) y que conti-
de los comunistas, el PS en breve acabaría sien- nuó desde 1976 hasta hoy. El análisis de la crisis
do el partido de la oposición por excelencia. que presento incide sobre todo en tres factores
Tal como en Alemania en 1918, los socialistas estratégicos: la acumulación de capital, la rela-
se convirtieron en el principal partido de una ción salarial y la actuación del Estado.
amplia coalición de fuerzas políticas.
Puede decirse que el mismo proceso que De la crisis revolucionaria
rápidamente consiguiera la suspensión o neu- a la emergencia del Estado paralelo
tralización del “orden burgués” también ha- La regulación social de las relaciones de in-
bía impedido simultáneamente que el “orden tercambio y de las relaciones salariales es un
proletario” emergiese en su propio nombre. proceso complejo constituido, esencialmente,
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués367
Así, paralelamente a la intensificación de era el control del Estado, y las fuerzas socia-
los conflictos sociales, se asistió al enflaque- les y políticas interesadas en el relanzamiento
cimiento, fragmentación y parálisis creciente del capital intentaron varias veces obtener ese
del Estado. Todo esto, sin embargo, en vez de control para contener la radicalización crecien-
impedirla, favoreció la promulgación de una te del movimiento popular. Estos intentos, que
importante legislación en el ámbito laboral y fallaron consecutivamente, fueron generando
social bajo la fuerte presión de los movimien- nuevas ofensivas populares que, a su vez, fue-
tos obreros, cada vez más radicalizados, y de ron alimentando los sectores más radicales del
las múltiples formas de movilización popular. MFA. La fase más espectacular de este proce-
Esa legislación siguió el modelo utilizado en so fue la normalización del capital monopolis-
las socialdemocracias occidentales, llegando a ta (industria, banca y seguros) y la ocupación
veces a superarlo. La defensa de los intereses de los grandes latifundios por los trabajadores
de los trabajadores asumió variadas formas: agrícolas y los arrendatarios. Hubo, en ese mo-
reconocimiento de la autonomía de las organi- mento, una transformación cualitativa de la cri-
zaciones sindicales, derecho de huelga, prohi- sis. En términos de regulación social, se pasó
bición del lock-out, beneficios sociales o sala- de una mera crisis del modo de regulación a
rios indirectos, estabilidad de empleo, salario una crisis del régimen de acumulación.
mínimo, contratación colectiva, restricciones Las nacionalizaciones hicieron sobresalir el
a los despidos. El efecto de esta legislación hecho de que las leyes y las instituciones crea-
irá rápidamente a reflejarse en el peso relati- das durante la crisis revolucionaria, aunque en
vo del rendimiento salarial en el rendimiento términos formales fuesen muy semejantes a las
nacional: mientras que en 1973 los salarios y del modo de regulación fordista de los países
retribuciones representaban el 43,7% de PNB, centrales, tenían una base material muy dife-
en 1974 pasaron a representar el 48,9% y, en rente y hasta contradictoria con estas últimas.
1975, de 57,6%. En vez de garantizar y estabilizar una acumu-
La radicalización del movimiento sindical lación intensiva del capital monopolista, esas
colocó a la defensiva al capital en el sentido leyes y esas instituciones eran parte integran-
más amplio, no solo a sus sectores más anticua- te de un movimiento social y político que des-
dos. El principal objetivo de la lucha política manteló el capital monopolista, provocó fugas
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués369
masivas de capitales para Brasil, Sudáfrica y un Estado socialista fue sustituido por el de la
otros lugares, y desorganizó la producción, creación de un Estado democrático según el
tanto en las industrias nacionalizadas como en modelo europeo occidental y, en ulterior aná-
las que se habían convertido en cooperativas o lisis, por el de la restauración del orden capi-
en empresas autogestionadas tras ser abando- talista. Pero la solución de la crisis representó
nadas por los antiguos propietarios. El capital un compromiso complejo entre las diferentes
privado que se mantuvo vio reducirse sus be- facciones militares y entre ellas y los partidos
neficios drásticamente como consecuencia del políticos. La ambigüedad de esa solución polí-
aumento de los salarios. De modo general poco tica iría a reproducir, aunque en otros moldes,
propenso a invertir en la innovación tecnoló- la discrepancia, iniciada durante la crisis revo-
gica y asustado por la inestabilidad social ge- lucionaria, entre el marco jurídico-institucional
neralizada, ese sector del capital no consiguió y la práctica social.
compensar la subida de los costes de mano de En abril de 1976, la Asamblea Constituyente
obra con aumentos de la productividad y, por el aprobó la nueva Constitución de la República.
contrario, la tasa de productividad disminuyó Con un estilo muy programático, además de
drásticamente durante la crisis revoluciona- confirmar todos los derechos civiles, políticos,
ria. El desajuste entre, por un lado, el marco sociales y culturales de cualquier democracia
jurídico e institucional y, por otro, la práctica avanzada, determinaba que la forma política
social no podía ser más flagrante; un desajuste del Estado fuese una democracia representati-
tan amplio y profundo que, aunque en grados y va, conjugada con alguna de las características
modos distintos, continúa siendo, aún hoy, a mi de la democracia directa o participativa, bajo
modo de ver, un factor estructural del desarro- la fiscalización constitucional del Consejo de
llo social y político de la sociedad portuguesa. la Revolución. Prescribía aún la irreversibili-
Con el fin de la crisis revolucionaria, el 25 de dad de las nacionalizaciones y de la reforma
noviembre de 1975 —alejamiento de las faccio- agraria, además de establecer, como objetivo
nes de extrema izquierda del MFA, contención final del desarrollo político nacional, la cons-
del ímpetu institucional del PCP y creciente trucción del socialismo, entendido no en una
desmovilización popular—, se hizo patente versión moderada, socialdemócrata, sino en
que el objetivo político de la construcción de una versión maximalista: la construcción de
370 Boaventura de Sousa Santos
una sociedad sin clases y sin explotación del bienes duraderos, principalmente equipamien-
hombre por el hombre. to doméstico, por las clases trabajadoras —una
Con una Constitución de este tipo, la distan- característica de la relación salarial fordista en
cia entre el marco institucional y las prácticas los países centrales en la posguerra— solo fue
sociales y políticas tenía que ser forzosamente accesible a la clase obrera portuguesa con la
enorme. De hecho, a la Constitución le faltaba el Revolución de 1974. En los años siguientes, el
Estado que pudiese cumplir su programa. Ello consumo de aparatos de televisión y de lavado-
se hizo evidente con el primer gobierno consti- ras en Portugal presentó la tasa de crecimiento
tucional, ya que, en términos políticos concre- más rápida de toda Europa. Las importaciones
tos, el objetivo del Estado era restablecer la se multiplicaron y, con ellas, aumentó la deuda
acumulación de capital y construir una socialde- externa. En 1978, se firmó el primer programa
mocracia de tipo europeo. En esto reside la pri- de estabilización con el FMI, que imponía la ha-
mera característica, de carácter constitucional, bitual receta: restricciones al consumo interno
de aquello que llamo Estado paralelo: un Estado y promoción de las exportaciones.
constitucional preocupado por la construcción Esta política conllevaba la desvalorización
de una democracia capitalista moderna cuando de la mano de obra portuguesa, ya de por sí de-
su Constitución preveía una sociedad socialista pauperada por la inflación y por la desvaloriza-
sin clases. Esta característica del Estado parale- ción del escudo, la degradación y la flexibiliza-
lo duró hasta 1989, momento en que la segunda ción de la relación salarial. La legislación y las
revisión constitucional eliminó los últimos ves- instituciones laborales, producto del período
tigios del programa socialista. 1974-1977, constituían, no obstante, un fuerte
Pero las características más importantes del obstáculo. Al contrario de otras leyes e institu-
Estado paralelo surgieron, y continúan surgien- ciones de este momento que, por su naturaleza,
do, en otro plano, no constitucional, La restau- se relacionaban específicamente con el carác-
ración del régimen de acumulación y su conso- ter de excepción de las condiciones sociales
lidación en un nuevo modo de regulación social de la crisis revolucionaria (por ejemplo, la ley
no eran tareas fáciles. El aumento espectacular de ocupación de casas deshabitadas), la legis-
de las retribuciones salariales tuvo un efecto lación y las instituciones que regulaban la rela-
fatal en la balanza comercial. El consumo de ción salarial eran semejantes a las de los países
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués371
de Europa occidental que pasaron a construir Una cierta discrepancia entre la ley escrita
el modelo a seguir, y a veces hasta más avan- y su aplicación, entre la law in books y la law
zadas. Rechazar esas leyes implicaba desacre- in action, es una característica del Estado mo-
ditar el discurso político dominante y el propio derno, abundantemente demostrada por la so-
Estado. Además de esto, cualquier intento de ciología del derecho. Lo que es específico del
rechazo habría de confrontarse con la reacción caso portugués es el alto grado, la naturaleza y
inmediata de los sindicatos, para los cuales es- la difusión de esa discrepancia en los organis-
tas leyes e instituciones representaban una im- mos del Estado, los cuales pasaron a actuar, a
portante conquista que no cederían fácilmente. partir de entonces, autónomamente como mi-
Aunque a la defensiva, el movimiento sindical, cro-Estados dotados de una concepción propia
bajo la dirección agresiva del PCP, tenía aún del grado de aplicación de la ley recomenda-
mucha fuerza. ble en su esfera de acción. Este fenómeno es,
A pesar de que las leyes e instituciones for- precisamente, lo que llamo Estado paralelo: un
distas se mantuvieron en vigor, les faltaba, no Estado formal que existe paralelamente a un
obstante, la necesaria base material econó- Estado informal; un Estado centralizado, que
mica. Ante el foso abierto entre la regulación aprueba las actitudes contradictorias de los
institucional y la acumulación, y ante la impo- múltiples micro-Estados existentes en su seno;
sibilidad de alterar la ley, el Estado comenzó un Estado oficial maximalista que coexiste,
por adoptar, informalmente, una política de hombro con hombro, con un Estado no oficial
distanciamiento en relación a sus propias le- minimalista.5
yes e instituciones, no aplicando las leyes, o A causa del Estado paralelo, el capital pri-
haciéndolo solo de modo extremadamente se- vado, relativamente liberado de la rígida regu-
lectivo; no castigando las violaciones de la ley lación institucional de la relación salarial, fue
y llegando incluso a fomentarlas, posponiendo gradualmente restableciendo las condiciones
la entrada en vigor de medidas ya creadas por de acumulación. Si en 1976 el rendimiento sa-
ley; cortando los presupuestos de instituciones larial representaba el 56,6% del rendimiento
en funcionamiento y permitiendo que de otras
se apropiasen los grupos sociales cuyas activi-
dades debían controlar, etcétera, etcétera. 5 Véanse Ruivo (1993) y Namorado (1993).
372 Boaventura de Sousa Santos
nacional, en 1978 ese porcentaje bajó al 44% y, absentismo del Estado. Uno de nuestros entre-
en 1983, al 42,3%. El Estado paralelo hizo po- vistados afirmó, por ejemplo, que, si en el norte
sibles formas de explotación típicas de la fase del país los tribunales laborales hubiesen fun-
de acumulación primitiva, en un país con le- cionado eficazmente a finales de los años seten-
yes e instituciones fordistas. En enero de 1986, ta y principios de los ochenta, en el sentido de
cerca de 120.000 obreros de 874 empresas y restablecer la legalidad frente a las violaciones
fábricas con salarios atrasados —hasta de me- de las leyes laborales, muchas de las empresas
ses en algunos casos— continuaban trabajan- que alimentaron el espectacular crecimiento
do por miedo al desempleo. Según los sindi- de las exportaciones habrían quebrado, con
catos, los patrones debían a los trabajadores consecuencias drásticas en términos de em-
más de dos millones y medio de escudos. En pleo y de balanza comercial. El Estado paralelo
el norte del país, donde se concentraba la ma- es, por tanto, la configuración política de una
yor parte del sector de la exportación, la uti- disyunción o discrepancia en el modo de regu-
lización ilegal de la mano de obra infantil y la lación social, en razón de la cual a las leyes y
contratación de mano de obra (principalmente las instituciones del modo de regulación fordis-
femenina) con salarios por debajo del salario ta no corresponde, en la práctica, una relación
mínimo eran (y son aún) prácticas frecuentes. salarial fordista. Es también una política muy
Pasó también a ser común que los empresa- inestable porque depende de circunstancias
rios, más allá de no pagar sus prestaciones a la que no pueden reproducirse de manera estable.
Seguridad Social, decomisaran las retenciones Resulta de una situación política en la que, por
de los trabajadores.6 un lado, el capital es demasiado endeble para
El Estado paralelo es una forma del mis- imponer el rechazo a una legislación fordista,
mo muy ambigua, pues uno de sus modos de pero suficientemente fuerte para evitar que sea
intervención más activos es justamente el puesta en práctica, y en la que, por otro, los
trabajadores son suficientemente fuertes para
impedir el rechazo de esas leyes, pero débiles
6 Aún más increíble fue la creación del hábito de no para imponer su aplicación.
entregar a los sindicatos las cuotas que los trabajadores
Además de ello, hay también razones de
sindicalizados pagan a través del descuento automático
en sus salarios. Estado, propiamente dichas, contra el Estado
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués373
paralelo. Con un patrón de actuación semejante social estable, entre relaciones de producción
al de un Estado periférico, o del tercer mundo, el y relaciones de intercambio extremamen-
Estado paralelo vio aumentar los riesgos de su te heterogéneas y entre mercados de trabajo
deslegitimación con la entrada de Portugal en la profundamente segmentados y discontinuos.
CEE. De hecho, 1986 marca el inicio del declive La identificación del Estado heterogéneo exige
del Estado paralelo, un declive que, aunque len- un análisis más atento de la estructura social y
to, se ha acelerado en los últimos años debido a de los actores sociales en los últimos veinte años.
la estabilidad del gobierno, a los primeros efec- Como ya afirmé, tanto el Estado Novo auto-
tos significativos de la integración en la comu- ritario como la crisis revolucionaria de 1974-
nidad, a la segunda revisión constitucional en 1975, aunque por razones muy diferentes, se
1989 y, finalmente, al tipo de relaciones de inter- caracterizan por la hipertrofia de la norma-
cambio y de relaciones salariales que acabaron lización del Estado en detrimento de la nor-
por imponerse y que analizamos a continuación. malización contractual. Mientras en el primer
período fue el trabajo el que tenía autonomía
La difícil transición hacia un para organizarse y negociar, en el segundo fue
nuevo modo de regulación social: el capital. Pretendo ahora mostrar que las dos
el Estado heterogéneo últimas décadas fueron dominadas por una
El declive del Estado paralelo como orienta- profunda evolución social y política, aún hoy
ción estratégica de largo alcance proporcionó en curso, tendente a crear, o a incentivar, la
la aparición de otra orientación estratégica a la creación de actores sociales capaces de acep-
que llamaré Estado heterogéneo. Esta estrate- tar y reproducir un modo de regulación social
gia incluye un conjunto de medidas tendentes semiperiférico, en cuyos términos la regula-
a reducir la distancia y la discrepancia entre ción institucional y la práctica socioeconómica
el marco institucional y las relaciones socioe- se conjuguen en un plano más realista, aunque
conómicas, actuando a partir de estas últimas, menos brillante que el anunciado por la legisla-
a través de iniciativas del Estado que presupo- ción fordista. Este proceso, que envuelve a las
nen una participación activa de las organiza- principales fuerzas y actores sociales, ha sido
ciones y de las fuerzas sociales. El objetivo es regulado por el Estado, que en él ha alimentado
desarrollar una cierta conexión, una regulación su centralidad a lo largo de todo este período.
374 Boaventura de Sousa Santos
(por ejemplo, las reivindicaciones respecto a comunistas sobre la unidad sindical (ilega-
las indemnizaciones por las nacionalizaciones). lidad de la existencia de más de una central
La intervención estatal en este campo consistió, sindical), el PS decidió que otra confederación
por ejemplo, en incentivar la creación de organi- controlada por él, o al menos en sintonía con
zaciones o desarrollar las ya existentes, conce- su programa político, era una exigencia de la
der auxilio financiero e institucional a sus inicia- reconstrucción democrática de la economía y
tivas, utilizar los medios de comunicación para de la sociedad, tal como, por lo demás, suce-
difundir mensajes del capital, crear organismos dió en otros países europeos (Francia, Italia
oficiales con fuerte peso de las organizaciones y España). En 1978 fue creada la Unión Gene-
del capital o reclutar miembros del gobierno en- ral de Trabajadores (UGT). Constituida, en su
tre la clase empresarial y sus representantes. gran mayoría, por sindicatos del sector de los
En lo referido al trabajo, la estrategia fue, servicios, tenía un liderazgo muy decidido, con
sobre todo, la de intentar aislar a la confedera- un agresivo discurso anticomunista, que pro-
ción sindical comunista, la CGTP, rechazando metía un nuevo activismo sindical, autónomo
dialogar con ella, utilizando continuamente un y democrático. Desde su creación, el gobierno
discurso hostil contra el discurso y la práctica no escondió su preferencia en negociar con
de la confederación, minimizando sus victo- la UGT, intentando siempre, a propósito o no,
rias y exagerando sus derrotas, incentivando a contrastar la ideología y la práctica de las dos
los sindicatos a abandonar la confederación y, centrales sindicales.
principalmente, alentando la creación de otra No bastaba, sin embargo, crear actores socia-
confederación, con un nuevo estilo y una nue- les interesados en el diálogo social; era aún ne-
va práctica sindical democrática asentada en cesario crear las instituciones en que ese diálogo
el diálogo, la negociación y la concertación. pudiese ser llevado a cabo de modo recurrente y
En este aspecto, el PS, que estuvo en el go- con visibilidad política. Siguiendo el ejemplo eu-
bierno, inmediatamente después del período ropeo, se creó, en 1984, el Consejo Permanente
posrevolucionario, tuvo un papel fundamen- de Concertación Social. Con amplias funciones
tal. Considerándose un partido de clase obre- consultivas en las esferas económica, financie-
ra y habiendo liderado, durante la revolución, ra y monetaria, ese Consejo estaba compuesto
la lucha contra la posición defendida por los por seis representantes del gobierno, seis de
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués377
los sindicatos (tres de cada confederación) y Este fenómeno exige un análisis más pro-
seis del capital industrial, comercial y agrícola. fundo del proceso de acumulación y de las rela-
Al inicio, la CGTP rechazó integrarlo, y solo des- ciones salariales y, por consiguiente, del papel
pués de 1987 aceptó formar parte. del Estado en la creación de las condiciones
La creación social de los actores sociales y estructurales de la acumulación y en el patrón
de la normalización contractual fue un proce- de especialización productiva.
so muy ambiguo. Al mismo tiempo que eran
reconocidas como actores sociales nacionales, El Estado heterogéneo y la emergencia
las organizaciones sindicales fueron perdiendo de un nuevo régimen de acumulación
fuerza e influencia en la acción cotidiana de Un aspecto importante de la intervención
la defensa de los intereses de los trabajado- del Estado en este campo fue la creación y con-
res en los lugares de trabajo. Formas variadas solidación de un nuevo sector de capital mo-
de arrogancia patronal, muchas veces deudo- nopolista destinado a sustituir al sector mono-
ras de la cultura empresarial anterior al 25 de polista destruido por la revolución. Conviene
abril, se fueron insinuando de nuevo, a medi- aquí distinguir entre capital agrario, industrial
da que el Estado paralelo fue permitiendo la y financiero. La extinción de la reforma agraria,
precarización informal de la relación salarial. que comenzó en 1977, está prácticamente con-
Por ejemplo, muchos empresarios se sintieron cluida y la inmensa mayoría de las tierras fue
lo suficientemente fuertes para prohibir la en- devuelta a los anteriores propietarios o a sus
trada de delegados sindicales en las fábricas. descendientes. La reconstitución de la burgue-
Y, a pesar del aumento de la productividad, los sía agraria fue mucho más simple, en términos
salarios reales disminuyeron. Si tomamos 1972 sociales y políticos, que la del capital monopo-
como base (100), en 1982 la productividad me- lista industrial y financiero. Entre muchas razo-
dia alcanzó el 145,8, mientras el coste de los nes, destaco las siguientes. En primer lugar, la
salarios reales había descendido hasta el 75,2. reforma agraria ocupó un relativamente peque-
El alarmante descenso de sindicados, sobre ño porcentaje (según algunos, 18%) del área de
todo a partir de mediados de la década de los cultivo del país. En segundo lugar, las coopera-
ochenta, refleja, entre otras cosas, la débil ac- tivas y las unidades colectivas de producción
tuación de los sindicatos en el período anterior. creadas tras la ocupación de los latifundios
378 Boaventura de Sousa Santos
fueron, en su gran mayoría, dominadas por el tercer lugar, ante las nuevas condiciones de
PCP y sufrieron, por arrastre, el aislamiento la economía-mundo y ante los nuevos marcos
social y político a que este partido fue someti- de acumulación capitalista internacional, el
do progresivamente. En tercer lugar, el propio sector monopolista a ser reconstruido tendría
PCP admitió en cierto momento —en la prácti- que integrar grupos con una cultura empre-
ca política, que no en el discurso— “dejar caer” sarial con proyección de futuro, sin actitudes
la reforma agraria para consolidar posiciones revanchistas y con vínculos más profundos
en el sector industrial, lo que se comprende so- con el capital trasnacional. El sector empre-
ciológicamente si se tiene en mente que el pro- sarial del Estado, al tiempo que absorbió los
letariado rural siempre fue un reducido sector cuadros técnicos venidos de las grandes em-
de la fuerza de trabajo, muy poco organizado y presas —exonerándolos del sambenito de su
también muy poco influyente en la CGTP, don- implicación con el gran capital del antiguo
de el proletariado industrial siempre dominó. régimen—, funcionó como “centro de forma-
Inversamente, la reconstitución del capital ción profesional” de nuevos cuadros prepara-
industrial y financiero fue, de lejos, un proce- dos para servir más tarde al sector público o
so económico y político mucho más complejo privado indistintamente y pasar de uno a otro
que la reconstitución del capital agrario. En- sin sobresalto funcional alguno. En cuarto
tre muchas razones, destaco las siguientes: lugar, el sector empresarial del Estado incor-
en primer lugar, al contrario de lo que suce- poró algunos sectores productivos ya desva-
dió con la reforma agraria, las industrias, los lorizados internacionalmente o en dificultades
bancos y las aseguradoras pasaron a formar por la entonces reciente primera crisis del pe-
parte del llamado sector empresarial del Es- tróleo (la construcción naval) e hizo posible
tado y, con esto, se volvieron una fuente de transferir al presupuesto general del Estado
reproducción del propio Estado, creando fon- las pérdidas de productividad y de rentabili-
dos y nuevas oportunidades para el ejercicio dad y los costes de reconversión. Finalmente,
del clientelismo y el populismo estatal. En en quinto lugar, las privatizaciones tenían que
segundo lugar, las nacionalizaciones fueron ser planeadas y preparadas para aliviar las fi-
defendidas por las dos centrales sindicales y, nanzas del Estado. A partir de 1986, momen-
durante mucho tiempo, por el propio PS. En to en que el Partido Social Demócrata (PSD)
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués379
formó gobierno, las privatizaciones pasaron a al Estado-empresa las facilidades ilegales que
ser uno de los objetivos centrales de su pro- el Estado paralelo concedió al capital privado.
grama. Tras complejas negociaciones con el Fuera de este, el patrón de acumulación y regu-
PS, en 1989 fueron finalmente eliminados los lación característico de los países centrales fue
obstáculos constitucionales a las privatizacio- postergado a favor de patrones de acumulación
nes, todavía en marcha. y regulación característicos de la periferia, ya
La consolidación por parte del Estado por- fueran nuevos o conocidos. La existencia de
tugués del nuevo sector monopolista industrial patrones contradictorios, apoyados en anti-
y financiero, paralelo al sector empresarial del guos y en nuevos factores estructurales, volvió
Estado y con capacidad para poder absorberlo la estructura económica portuguesa muy hete-
más tarde, puede ser considerada, a primera rogénea y discontinua en términos de lógica y
vista, una estrategia típica de países centrales, de organizaciones de producción, de relaciones
o sea, una estrategia para promover un sector salarias y mercados de trabajo, y de relaciones
moderno de acumulación intensiva interesado de intercambio. Esta es, tal vez, la característi-
en mejorar el patrón nacional de especializa- ca fundamental de la economía portuguesa, y la
ción productiva y de integración internacional, principal función del Estado ha sido disciplinar
un sector para el cual la relación salarial era esa heterogeneidad y discontinuidad, promo-
un factor de realización del capital (consu- viendo la articulación entre ellas y procurando
mo generalizado) y no solo un factor de valo- que los conflictos resultantes se mantuvieran en
rización del capital (costos de producción). niveles políticos y sociales manejables.
En suma, un sector que, en el caso portugués, Después de 1978, año del primer programa
promoviera una conjugación más perfecta en- de estabilización impuesto por el FMI, la políti-
tre la relación salarial real y la regulación for- ca económica dejó a un lado todos los objetivos
dista formalmente en práctica. estructurales y se concentró en la coyuntura.
En realidad, sin embargo, durante los últi- A partir de ahí, las políticas nacionales se pre-
mos quince años, el sector nacionalizado fue el ocuparon sobre todo por el control de la deuda
único en el que esa conjugación tuvo una rea- externa y de la deuda pública, de la inflación
lización significativa, ya que, por razones ob- y la promoción de las exportaciones. En esa
vias, el Estado-administración tendió a negar época, la tasa media de crecimiento de estas
380 Boaventura de Sousa Santos
últimas fue superior a la tasa de crecimiento baja formación profesional y limitadas posibi-
anual del PNB y muy superior a la tasa media lidades de promoción.
de crecimiento de las importaciones. Debido a En un análisis pormenorizado de los merca-
la importancia que los bajos costes salariales dos de trabajo, Maria João Rodrigues identificó
representaban, el sector de la exportación que once subsistemas de empleo y los clasificó se-
más se benefició de estas políticas fue el tra- gún la cualidad relativa de la relación salarial
dicional de los textiles, la confección y el cal- (1988: 248). En la cima de la lista está la produc-
zado, un sector de trabajo intensivo. Su creci- ción de bienes intermedios y de equipamiento,
miento fue más rápido que el de cualquier otro, dominada por las empresas públicas (las que
pero el bajo soporte tecnológico y su desvalo- están siendo privatizadas hoy o ya lo fueron),
rización en términos de mercado internacional y en la base está el ya mencionado sector de
condujeron a una degradación de la posición bienes de exportación y de gran consumo. En
del sistema productivo nacional en el contexto cada categoría hay una enorme diferenciación
internacional. Entre 1973 y 1989, ese valor dis- no solo intersectorial sino también intrasecto-
minuyó un 3,4%. En España aumentó un 2,3% rial. Esto provoca, más allá de una segmenta-
y, como término de comparación, en Corea del ción del mercado de trabajo, una acentuada
Sur un 10% (Reis, 1992: 155). discontinuidad (Rodrigues, 1988: 259). Estas
En términos de calidad de la relación sa- discontinuidades se han reproducido recien-
larial, este sector, junto al de la construcción temente de diversas maneras. Referiré algunas
civil, ocupa la base de la pirámide. Los dos que, además, también surgieron en otros paí-
constituyen la mayor parte del empleo y en ses, sobre todo en el sur de Europa.
ellos se dan las peores relaciones salarias: En primer lugar, el trabajo clandestino.
bajos salarios y sujetos a ciclos salariales con En nítido crecimiento y asumiendo diversas
atrasos, elevadas tasas de contratos por obra, características, unas más manifiestamente
trabajo clandestino, semiproletariado profun- ilegales que otras, su papel en la consolida-
damente ligado a la pequeña agricultura y a ción de un nuevo modo de regulación social
la vida rural, elevadas tasas de mano de obra es objeto de debate. Aunque sea difícil evaluar
infantil y femenina generalmente con salarios su peso en el sistema de empleo, a pesar de
inferiores a los de la mano de obra masculina, todo ha sido posible calcular el porcentaje de
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués381
del Estado presenta, en determinado momen- de los niveles europeos en términos cuantita-
to, una composición geológica con diversas tivos, el consumo en Portugal está cada vez
capas, diferentemente sedimentadas, unas an- más próximo a ellos en términos cualitativos.
tiguas, otras recientes, cada cual con su pro- Los dos bienes que estructuran el gran consu-
pia lógica y respectiva orientación estratégica. mo de la clase obrera en el modo de regulación
En esto consiste el Estado heterogéneo. fordista, la casa y el automóvil, han constitui-
do, cada vez más, las prioridades de los pro-
El desfase entre la producción yectos y planes de gasto de las familias de los
capitalista y la reproducción trabajadores. El consumo de equipamiento
social: el papel de la pequeña doméstico, como ya referí, aumentó también
agricultura espectacularmente en los últimos veinte años.
El marco de la sociedad portuguesa presen- Estas características ilustran el intrigante
tado hasta aquí contempla principalmente las hecho por el que, en Portugal, la crisis social
relaciones salariales y de intercambio prota- ha sido siempre menos grave que la crisis eco-
gonizadas por el Estado. Como cuadro parcial nómica. Pasaré a analizar la cuestión del con-
que es, no capta otros aspectos igualmente re- sumo. Como vengo defendiendo desde hace
levantes para la comprensión de la sociedad. ya algunos años, una de las características
A pesar de ser heterogénea, en términos de centrales de la sociedad portuguesa es la dis-
acumulación y de relaciones salariales, la so- crepancia, o discordancia, entre la producción
ciedad portuguesa presenta trazos que apun- capitalista y la reproducción social, o entre el
tan a una significativa cohesión social al ser patrón dominante de producción y el patrón
evaluada, por ejemplo, a la luz de la tasa de dominante de consumo: el patrón de produc-
criminalidad o de la de conflictividad social. ción capitalista se encuentra menos desarro-
Aunque periférica, si consideramos los índices llado que el patrón de consumo, estando, por
del reciente desarrollo económico, la sociedad eso, este último más próximo a los patrones
portuguesa presenta otras características en de los países centrales que el primero. Ello
las que predomina el modelo de los países cen- resulta de una relación salario/rendimiento
trales, por ejemplo, en las prácticas familiares muy particular, en la que los rendimientos no
y en los patrones de consumo. Aún distante salariales desempeñan un importante papel
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués385
un crecimiento industrial muy dinámico, ese agricultura se extiende mucho más allá de las
vínculo con la agricultura alcanzase valores actividades productivas e influencia, por ejem-
entre el 18% y el 69%.8 plo, los universos simbólicos, los patrones de
La pequeña agricultura, sin duda un com- voto, la actividad sindical, las formas de socia-
ponente que estructura el proceso de industria- bilidad. Este último aspecto será analizado a
lización, es, no obstante, bastante ambigua en continuación de forma resumida, en el epígrafe
términos sociales. Por un lado, ha funcionado sobre el bienestar social.
como un importante mecanismo de compensa- La discordancia entre el patrón de produc-
ción en períodos de crisis, pero, por otro, ha ción y el patrón de consumo significa, por tanto,
aliviado la presión sobre los salarios, contri- que la heterogeneidad de la sociedad portugue-
buyendo así a la degradación de la especiali- sa no se limita a las discontinuidades del mer-
zación industrial. Pero la fuerza de la pequeña cado de trabajo. Se origina también por la co-
existencia y articulación de diferentes modos
8 Es, así, evidente que el modelo portugués de agri-
de producción: producción capitalista privada,
cultura es muy diferente del de la Europa de posguerra. producción empresarial del Estado, produc-
Como ha observado José Reis, este se caracterizó por ción cooperativa, producción para autoconsu-
un súbito y constante éxodo del campo a los diversos mo y producción mercantil simple. La hetero-
ramos de la industria que ofrecían salarios elevados, lo geneidad del Estado reside en el modo estatal
que tuvo como consecuencias la disminución de la po-
blación rural activa y del número de explotaciones agrí- de gestionar estas formas de heterogeneidad.
colas, un aumento del tamaño medio de las explotacio-
nes agrícolas, la mecanización de la agricultura familiar Un Estado de bienestar débil
a través del crédito y la intensificación de la producción en una sociedad de bienestar fuerte
y el comercio. El modelo portugués, por el contrario, se
Como mencioné antes, la compleja combi-
caracterizó por un menor abandono de la agricultura y,
en cualquier caso, sin éxodo rural, migraciones pendu- nación de heterogeneidad social y de cohesión
lares, semiproletarización, ruralización de la industria, social de la sociedad portuguesa es también
persistencia del autoconsumo o producción mercantil muy importante para entender los patrones de
simple, un constante número elevado de explotaciones bienestar social.
agrícolas de pequeña dimensión durante los últimos
He defendido que el Estado portugués no es
treinta años y bajos salarios industriales (Reis, 1985).
Véase también Hespanha (1994). un Estado de bienestar en el propio sentido del
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués387
término, aunque en ciertos aspectos se aproxi- ningún pacto social y la hipertrofia de la nor-
me a esa forma política, y que el déficit de la malización estatal en detrimento de la norma-
actuación del Estado portugués como Estado lización contractual y cultural es tan evidente
de bienestar es parcialmente compensado por en las políticas sociales como en las relaciones
la actuación de una sociedad suficientemente salariales. Durante la crisis revolucionaria y en
rica en relaciones de comunidad, conocimien- los años siguientes hubo un intento de creación
to interno y ayuda mutua, un fenómeno al que de un Estado de bienestar avanzado, no solo
llamo sociedad de bienestar. en términos de la extensión de la cobertura de
El Estado de bienestar es la forma política riesgos y de la cualidad de los servicios, sino
dominante en los países centrales en la fase de también en términos de participación demo-
“capitalismo organizado”, constituyendo, por crática de grupos de ciudadanos en la organi-
eso, parte integrante del modo de regulación zación de esos servicios. En ese período, los
fordista. Se basa en cuatro elementos estructu- gastos sociales tuvieron un aumento especta-
rales: un pacto entre el capital y el trabajo bajo cular. Por ejemplo, en el ámbito de la salud, pa-
la égida del Estado, con el objetivo fundamen- saron del 1,9% del PNB en 1971-1973 a un 2,9%
tal de compatibilizar capitalismo y democracia; en 1973-1976. Como es sabido, este período,
una relación constante, aunque tensa, entre que se caracterizó por un exceso de tareas de
acumulación y legitimación; un elevado nivel de legitimación en relación a las de acumulación,
gastos en inversiones y consumo social, y una fue seguido de otro en el que estas prioridades
estructura administrativa consciente de que los se invirtieron. Consecuentemente, en los años
derechos sociales son derechos de los ciudada- siguientes, los gastos sociales crecieron a un
nos y no productos de benevolencia estatal. ritmo mucho más lento, estancándose en algu-
A la luz de estos atributos, el Estado portu- nos casos. Actualmente, se encuentran bastan-
gués está muy lejos de ser un Estado de bien- te por detrás de los valores medios europeos.
estar, es un semi-Estado de bienestar y, en Como sería de esperar de una sociedad in-
algunas de sus dimensiones más deficientes termedia, el Estado portugués se aproxima al
o retrógradas, puede incluso considerarse un Estado de bienestar de los países europeos
lumpen-Estado de bienestar. Por los motivos más en unos aspectos que en otros. Los Esta-
que ya he referido, no llegó a establecerse dos de bienestar europeos son muy diferentes
388 Boaventura de Sousa Santos
entre sí, siendo habitual distinguir el modelo de los servicios sociales, ese autoritarismo se
continental y el modelo escandinavo y anglo- tradujo en un comportamiento discrecional y
sajón (Alber, 1988: 452). El Estado portugués clientelista. Los ciudadanos son atendidos en
parece asemejarse más al segundo. En térmi- función de la capacidad para movilizar en su
nos generales, está formalmente más próximo provecho sus influencias, conocimientos y fa-
a este en relación a la variedad de servicios, las vores recíprocos. En cierto modo, son clientes
formas de proporcionarlos y los mecanismos del Estado por doble partida: del Estado que
que los financian, pero sustantivamente muy proporciona los servicios y de los funcionarios
alejado, tanto en la extensión como en la ca- que los prestan.
lidad de los servicios, es decir, en lo relativo a La degradación del bienestar estatal es pa-
los dos aspectos que, junto con la variedad, de- ralela a la degradación de la relación salarial
terminan directamente la calidad de consumo analizada antes. En el campo del bienestar so-
del bienestar. cial, las medidas adoptadas para disminuir el
A pesar de esto, tal vez lo que más inequí- contenido del papel social del Estado fueron
vocamente distinga al Estado portugués de un muy semejantes a las adoptadas en los países
Estado de bienestar sea el hecho de que la ad- centrales tras la crisis del Estado de bienestar.
ministración pública aún no haya interiorizado Fue como si Portugal hubiese pasado por una
por completo la seguridad social como un dere- crisis del Estado de bienestar sin haberlo sido
cho, considerando todavía en algunos aspectos nunca. El trabajo de investigación que realicé
que se trata de un favor concedido por el Esta- con la colaboración de Pedro Hespanha sobre
do, tal como se pensaba durante el régimen au- los servicios de salud nos permite observar el
toritario del Estado Novo. La Revolución del 25 verdadero alcance de esas medidas, que ade-
de abril, a pesar de haber incrementado la ad- más fueron adoptadas también en otros ám-
ministración pública, en términos de personal, bitos sociales (Santos, 1993: 193). El Servicio
en más del 100%, dejó intacta la lógica adminis- Nacional de Salud (SNS), creado a finales de
trativa, por lo que la ideología autoritaria de la los años setenta, se asentaba en un concepto
administración del Estado Novo pudo reprodu- de salud avanzado —salud como salud de la co-
cirse como pez en el agua en la nueva adminis- munidad— y seguía de cerca el modelo inglés.
tración del Estado democrático. En el campo Como servicio prácticamente universal que
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués389
pretendía ser, daba total prioridad a la medici- bienestar producido por la iniciativa privada,
na pública y a los servicios de salud públicos; sea en el ámbito del mercado, sea en el ámbito
por eso fue violentamente atacado por el Cole- de la solidaridad social (Campos, 1986b; Ca-
gio de Médicos (Ordem dos Médicos). En parte rapinheiro & Pinto, 1987). En 1975, el sector
debido a esta oposición y también en parte a privado representaba solo un 2,8% del total de
los cambios de gobierno a inicios de los años la inversión en salud, pero en 1980 represen-
ochenta, el SNS nunca fue llevado totalmen- taba ya el 17,2%, un porcentaje que ha venido
te a la práctica y lo que llegó a funcionar de aumentando en los últimos diez años. La pro-
este no tardó en ser objeto de críticas severas. ducción de los cuidados de salud fue parcial-
Las medidas restrictivas ganaron nueva fuerza mente transferida del Estado al sector privado.
y mayor eficacia en los últimos seis años con el Hoy, más del 30% de los gastos de salud son
gobierno del PSD. pagos al sector privado. Esta transferencia si-
Esas medidas, más allá de los recortes pre- gue un patrón característico: se transfieren al
supuestarios que llevaron a la degradación de sector privado los servicios rentables, los de
los servicios —la cual, a su vez, llevó a las fami- gran intensidad de capital con elevado conte-
lias con más rendimientos a recurrir al sector nido tecnológico y corto tiempo de hospitaliza-
privado y a absorber los costes de la salud en el ción —por ejemplo, medios de diagnóstico de
presupuesto familiar—, incluyeron otras como, alta tecnología, diálisis y cirugía facultativa—,
por ejemplo, nuevas orientaciones administra- mientras el Estado reserva para sí los servicios
tivas que limitaron el acceso, aumentando así menos productivos, con gran intensidad de
el carácter selectivo de un servicio otrora uni- mano de obra y largo tiempo de hospitaliza-
versal, y varias formas de coparticipación en ción. Este modelo llevó a aquello que llamaré,
los gastos (tasas moderadoras), transfiriendo parafraseando a O’Connor (1973), el complejo
de este modo a las familias parte de los cos- socioindustrial.
tos. Pero, más allá de todo esto, sobresalió una La transferencia de servicios públicos al
estrategia de privatización gradual del SNS en sector privado asumió aún otra forma. En la
la que el Estado dejó de ser en parte un pro- última década, el Estado ha apoyado, finan-
ductor de bienestar y de protección social para ciado, promovido y hasta creado instituciones
transformarse en una entidad financiadora del sin ánimo de lucro que, a través de contratos
390 Boaventura de Sousa Santos
con el Estado, proporcionan servicios socia- A semejanza de lo que sucedió con las naciona-
les anteriormente a cargo de este, sobre todo lizaciones, en el ámbito de la acumulación, tam-
en el campo de la asistencia a personas con bién la degradación del sector social del Estado
diversidad funcional y a mayores. Estas ins- ha sido campo de luchas sociales y políticas. Al
tituciones filantrópicas, de gran tradición en constituir los beneficiarios del bienestar estatal
Portugal, que proporcionan servicios bajo la un vasto segmento de la población socialmente
supervisión del Estado, funcionan práctica- identificable, es probable que los defensores del
mente como instituciones semipúblicas. A pe- Estado de bienestar tengan más éxito político
sar de ser instituciones privadas, la presencia que los defensores de las nacionalizaciones.
del Estado, tanto en su regulación como en su La degradación de la calidad del bienestar
funcionamiento, es tan fuerte que las he lla- estatal tiene algunas semejanzas con lo sucedi-
mado sociedad civil secundaria para resaltar do en los Estados de bienestar europeos en los
que, a través de ellas, el Estado se reproduce últimos diez años, pero su importancia social y
a sí mismo en instituciones no estatales. Este política es, a pesar de todo, diferente, ya que el
proceso tiene, en cierto modo, semejanzas con límite o punto de partida del proceso de degra-
el papel desempeñado por el Estado en la pro- dación es más bajo en Portugal de lo que en la
moción de actores sociales en el campo de las Europa desarrollada. Sin embargo, en Portugal,
relaciones salariales, aunque en el caso de la el déficit del bienestar estatal no se manifiesta
sociedad civil secundaria las instituciones de- en formas de ruptura social o política tan gra-
pendan mucho más del Estado y deban funcio- ves como sería de esperar, teniendo en cuenta
nar como instituciones semipúblicas. las proporciones que alcanza. En mi opinión,
Al disminuir la calidad y aumentar el carácter esto se debe al hecho de que parte de ese dé-
selectivo, el Estado limitó el alcance del bien- ficit es compensado, en parte, por el bienestar
estar estatal. A través del sistema de copartici- producido socialmente. En otras palabras, en
pación, los servicios prestados fueron transfe- Portugal, un Estado de bienestar débil coexiste
ridos al mercado. A través de la privatización, con una sociedad de bienestar fuerte.
el Estado creó nuevas áreas de acumulación Entiendo por sociedad de bienestar las re-
de capital, mercados cautivos o protegidos de des de relaciones de conocimiento recíproco,
los cuales él es, a veces, el único consumidor. de reconocimiento mutuo y de ayuda interna
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués391
bienestar y que incluye un vasto conjunto de y medicina popular. Las relaciones entre Es-
bienes y servicios: autoterapia tradicional, in- tado de bienestar y sociedad de bienestar se
tercambio gratuito de bienes y servicios natu- articulan en la dinámica de esa conjugación.
rales y sobrenaturales, tales como asistencia La heterogeneidad resultante del funciona-
domiciliaria a los enfermos, suministro de miento de un conjunto de lógicas de bienestar
hierbas medicinales y preparación de infusio- diferentes, y a veces contradictorias, es re-
nes, intercambio de productos farmacéuticos, gulada por el Estado, tanto por sus acciones
peregrinaciones a Fátima u otros santuarios como por sus omisiones en la reglamentación.
bajo promesa de curaciones milagrosas, inter- En el ámbito social, el Estado heterogéneo se
cambios monetarios como limosnas y exvotos, presenta como un semi-Estado de bienestar
preparación y comercialización de determina- que cuenta con la sociedad de bienestar para
dos bienes y servicios como hierbas y ungüen- compensar sus deficiencias, reduciendo así la
tos, servicios pagados de parteras, curanderos, crisis de legitimación que estas podrían desen-
videntes y brujas. Estos bienes y servicios son cadenar. Algunos sociólogos de los países cen-
ofrecidos tanto por especialistas, por ejemplo, trales de la Europa comunitaria han incluido el
santos y parteras, como por los propios veci- concepto de sociedad de bienestar en la discu-
nos y parientes. sión sobre la crisis del Estado de bienestar y
La medicina popular y tradicional tiene una las posibles soluciones. Es en ese sentido que
concepción de la salud del cuerpo y del espí- Rosanvallon habla de la necesidad de:
ritu mucho más diversa que la de la medicina
alopática (Hespanha, 1987) y ofrece sus pro- una forma más descentralizada y más diversifi-
ductos y servicios a través de relaciones so- cada de producción de bienestar social que, en
ciales también diferentes. En suma, la medici- varios aspectos, se asemeje a la flexibilidad que
caracterizaba a la familia” y sugiere la reexpan-
na popular constituye un modo específico de
sión de la política social, asentada tanto en “gru-
la producción de la salud. A mi modo de ver,
pos incentivados por los poderes públicos, pero
los servicios de salud, en Portugal, resultan de de organización privada (como las instituciones
una combinación de tres modos distintos de de beneficencia), como en la propia familia tradi-
producción de servicios médicos y de salud: cional. (1988: 539)
medicina pública, medicina privada capitalista
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués393
son, no obstante, más flagrantes. En quinto lu- débil, y en las perspectivas de análisis ahora
gar, la sociedad de bienestar tiene tendencia abiertas por las nuevas alternativas de solución
a crear rigidez espacial. Y, last but not least, a la crisis del Estado de bienestar. En otras pa-
los costes más pesados del bienestar propor- labras, lo que está en juego son los desafíos que
cionado por la sociedad de bienestar recaen las experiencias nacionales, cada vez más pe-
inevitablemente en las mujeres mientras los netradas por experiencias trasnacionales, han
hábitos familiares dominantes no se alteren. de afrontar.
Teniendo en cuenta estas características, He afirmado que la sociedad portuguesa es
el ámbito de la discusión sobre las posibles una formación social muy compleja con un pa-
combinaciones del Estado de bienestar con trón de cohesión social y de desarrollo que pre-
la sociedad de bienestar debe ampliarse sus- supone una reproducción de equilibrios ines-
tancialmente. En términos analíticos y polí- tables entre procesos sociales, económicos,
ticos es fundamental distinguir entre combi- políticos y culturales altamente heterogéneos,
naciones regresivas y progresivas, entre las muchos de los cuales están presentes en toda
combinaciones que captan la solidaridad para la historia del país. En estas circunstancias,
mercantilizarla o incluso para maximizar su sería ilícito preguntar qué efectos provocó en
potencial conservador paternalista y hasta esos equilibrios la integración en la CEE, sin
autoritario y las combinaciones que expanden olvidar que, de acuerdo con los objetivos ofi-
la solidaridad a comunidades más vastas y de- cialmente proclamados, se trata de una integra-
mocratizan sus presupuestos. ción económica, política y social.
Una de las características más relevantes del
El Estado como imaginación proceso de integración de Portugal en la CEE
del centro y la integración fue la prioridad inicial concedida a los aspec-
en la CEE tos políticos. Cuando, a finales de la década
La dialéctica de la territorialización y la des- de los setenta, el PS adoptó la frase “Europa
territorialización del sistema mundial está pa- con nosotros”, el objetivo era que la entra-
tente en el análisis de la sociedad portuguesa da en la CEE llevase a Portugal a construir y
como sociedad de bienestar fuerte, coexisten- consolidar una sociedad democrática estable,
te y complementaria de un Estado de bienestar una sociedad como las de Europa occidental.
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués395
saque provecho de todos los beneficios resul- papel colonial de intermediación o de correa
tantes de la integración, relegando eventuales de transmisión: Portugal como mediador entre
costes para un futuro determinado. En tercer el centro y la periferia. Esta reconstitución, que
lugar, deslegitima cualquier especificidad del liga el período colonial al período poscolonial,
desarrollo nacional que no se encuadre en los es, en mi opinión, un ingrediente importante de
actuales objetivos del Estado (por ejemplo, la autonomía del Estado en el contexto de la
el sector empresarial del Estado o la pequeña integración en la CEE. Diría incluso que, para
agricultura familiar), alegando que contrarían la autonomía del Estado —que durante el pe-
los patrones de desarrollo europeo, no siendo, ríodo del fascismo se asentó, en buena medida,
por eso, políticamente justificables. En cuarto en el Imperio colonial y que ahora se asienta
lugar, despolitiza el proceso político interno, en la integración europea—, las relaciones
invocando la inevitabilidad técnica de la adop- con el África lusófona pueden llegar a ser en
ción de determinadas medidas en nombre de el futuro un elemento importante. El período
las exigencias de la integración europea. poscolonial todavía está en sus inicios, y no ol-
A pesar de esta productividad variada, el videmos que uno de sus momentos decisivos
Estado como imaginación del centro posee un podría ocurrir: las rupturas políticas en África
soporte material muy específico, en concreto del Sur y el eventual retorno de cientos de mi-
las relaciones políticas y económicas que Por- les de emigrantes portugueses.
tugal ha desarrollado con las antiguas colonias Al igual que las otras formas políticas del
africanas. A la luz de estas relaciones, Portu- Estado portugués, el Estado como imaginación
gal surge como un país central, un miembro de del centro es una entidad transitoria que, de
la CEE que, efectivamente, compite con otros acuerdo con el desarrollo futuro de Europa, o
Estados miembros, principalmente con Fran- dejará de ser “centro”, o dejará de ser “imagi-
cia, España e Italia. En el plano simbólico, es- nación”. Es difícil prever el perfil de ese desa-
tas relaciones “desplazan” a Portugal hacia el rrollo, por lo que me limitaré, a continuación,
centro y, a partir de este, organizan los inter- a señalar algunos datos y tendencias que me
cambios políticos y económicos. Sin embargo, parecen particularmente sugerentes.
en un plano más profundo, es posible adivinar El futuro de la CEE, sobre todo en el aspecto
aquí la reconstitución, en nuevos moldes, del político y social, continúa siendo una incógnita.
398 Boaventura de Sousa Santos
Desde 1985 se ha asistido a una nítida y decisi- trabajo. Las transformaciones resultantes de
va revitalización de la Comunidad Europea, su- los acuerdos de Maastricht (1991) todavía no
bordinada al principio de un desarrollo armó- están disponibles.
nico de la comunidad en todos sus aspectos: La comisión ha reclamado una política social
económico, político y social. En la práctica, sin más dirigista, pero sin éxito. Además, la historia
embargo, las políticas y las medidas concreta- de la CEE nos lleva a ser pesimistas en cuanto
mente aplicadas revelan una clara prioridad de a la posibilidad de concreción de este objetivo.
la dimensión económica: la relación del merca- Si observamos la evolución del rendimiento real
do único. Además, aunque el discurso político (PNB per cápita en términos de paridad de po-
acentúe el compromiso con la cohesión eco- der de compra) entre 1960 y 1987 en los doce
nómica y social y, por consiguiente, con la cre- países entonces miembros de la CEE, se sacan
ciente homogeneización del espacio europeo, tres conclusiones (Mateus, 1987: 1989). La pri-
las políticas económicas practicadas tienen un mera es que el grupo formado por la mayoría de
fuerte cariz neoliberal y se rebelan poco sensi- los países centrales presenta un nivel próximo
bles, si no hostiles, al objetivo de la cohesión y a la media comunitaria, tan solo con leves os-
la homogeneización social. cilaciones: un aumento en el caso de Alemania
La prueba está en las interminables discu- y una disminución de la fuerza de trabajo en
siones y los sucesivos impasses en el ámbito el caso de Reino Unido y Holanda. La segunda
de la política social (Streeck, 1989; Teague, es que el grupo constituido por Portugal, Gre-
1989). Más allá de la determinación legal de cia, España e Irlanda presenta un nivel de ren-
la igualdad de oportunidades, poco más se ha dimiento real entre el 26% y el 46% inferior a
hecho. Los encuentros de Val Duchesse sobre la media comunitaria. La tercera es que estas
el diálogo social fueron un fracaso. En los disparidades se atenúan en el subperíodo de
términos del Acta Única, todas las cuestiones expansión económica (1970-1975), para volver
relacionadas con el mercado interno pueden a acentuarse en el período de crisis y de rees-
ser decididas por mayoría de votos, pero las tructuración económica (1975-1987). Más reve-
que se relacionan con la política social exi- lador, sin embargo, es el hecho de que solo se
gen unanimidad, excepto en lo que respec- hayan manifestado posibilidades de homogenei-
ta a las normas de seguridad e higiene en el zación social en la fase inicial de la Comunidad,
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués399
es decir, en el período de 1958 a 1973, cuando Se concluye, de este modo, que la homoge-
la CEE incluía seis países. Las posteriores am- neización, incluso parcial, es una meta muy
pliaciones no dejan traslucir dinámica alguna difícil de alcanzar. Solo podrá hacerse con po-
de homogeneización. Analizando la evolución líticas estructurales osadas, de ámbito comu-
de la dispersión entre los niveles máximo y nitario y de ámbito nacional, que concilien la
mínimo del rendimiento nacional entre 1960 y creación del mercado interno con la cohesión
1987, se obtienen resultados esclarecedores social de manera efectiva y la construcción de
(Cuadro 1). un nuevo Estado europeo. Hasta ahora, nada
de eso se vislumbra. Por un lado, el grado de
discrepancia entre las políticas estructurales
Cuadro 1. CEE 1960-1987. Dispersión entre los nacionales y las comunitarias se manifiesta a
niveles máximo y mínimo del rendimiento na- través de una regresión nacionalista (es el caso
cional por grupos de Estados miembros
de Gran Bretaña y, en cierta medida, de Portu-
Europa gal que, menos coherentemente, oscila entre el
1960 1973 1981 1985 1987
de los:
hipernacionalismo y el hipereuropeísmo). Por
6 1,32 1,15 otro, los países menos desarrollados, aquellos
9 1,89 1,84 que más necesitan profundas políticas estruc-
turales, son los que en el contexto europeo
10 1,97 2,15
menor capacidad tienen para desarrollarlas y
12 2,21 2,15 ponerlas en práctica. El peligro, en este aspec-
to, puede residir en el hecho de que Europa
Fuente: Mateus (1989)
intente ser competitiva, en el plano internacio-
nal, a costa de su periferia.
Excepto en lo referido al último valor, proba- Como afirma Aglietta, Europa es la cuna de la
blemente debido a las transferencias de fondos protección social, una experiencia social nota-
estructurales, los últimos diez años evidencian ble de economía mixta que combina sabiamente
señales de homogeneización. Si en lugar de la intervención del Estado con una amplia con-
países comparásemos regiones, obtendríamos certación social. Aunque los antecedentes sean
resultados idénticos. recomendables, es alarmante verificar que no es
400 Boaventura de Sousa Santos
coincidencia que el discurso de cohesión social En cada uno de los ámbitos de vida de la
europeo coexista con la quiebra del Estado de sociedad portuguesa, el Estado asumió dife-
bienestar y el aumento de las desigualdades so- rentes formas políticas parceladas: en el cam-
ciales en los Estados miembros. po de las relaciones de intercambio y de las
relaciones salariales, la forma de Estado pa-
Conclusión ralelo, seguida de la forma de Estado hetero-
La integración en la CEE acabó, gradual- géneo; en lo referente a la forma de bienestar
mente, por volverse el principal factor estruc- social, la forma de semi-Estado de bienestar;
turante del período de transición que la socie- en el ámbito de la integración europea y de
dad portuguesa vive desde 1974, o, mejor aún, los valores que le son inherentes, la forma de
desde 1969. Se trata de una doble transición Estado como imaginación del centro. Estas
que procede en dos planos —el nacional y el formas, todas ellas transitorias, son el testi-
europeo— que, día tras día, se interrelacionan monio de las tensiones existentes entre una
cada vez más. La sociedad portuguesa es alta- orientación central y una orientación perifé-
mente heterogénea, no solo en términos eco- rica, entre la promoción o la relegación inter-
nómicos y sociales sino también políticos y nacional, entre la integración o la exclusión
culturales. El cruzamiento y la neutralización social. Representan la manera portuguesa de
recíproca de esa diversidad y heterogeneidad vivir la transformación dinámica del sistema
permitieron, hasta ahora, que Portugal —uno mundial en los últimos veinte años.
de los más antiguos Estados-nación de Europa Esta transición aún está lejos de su fin. Sin
e indiscutiblemente aquel que más tiempo ha embargo, las diferentes formas políticas parce-
mantenido inalterables sus fronteras, más allá ladas del Estado y su evolución parecen apun-
de ser también el de mayor homogeneidad étni- tar a un nuevo modo semiperiférico de regula-
ca— conjugue esa gran heterogeneidad y diver- ción social.
sidad con un elevado grado de cohesión social.
Este complejo proceso ha sido regulado por el
Estado, que inscribió en su matriz institucional Bibliografía
esa transición y la propia heterogeneidad so- Aglietta, M. 1976 Régulation et crises du
cial que es objeto de su regulación. capitalisme (París: Calmann-Levy).
El Estado y la sociedad en la semiperiferia del sistema mundial: el caso portugués401
Trotsky, L. 1963 The Basic Writings of Trotsky Wallerstein, I. 1984 The Politics of the World-
(Nueva York: Free Press). Economy. The States, the Movements, and
Wallerstein, I. 1974 The Modern World-System the Civilizations: Essays (Cambridge:
(Nueva York: Academic Press). Cambridge University Press).
Los procesos de globalización*
la globalización durante las dos últimas déca- del trabajo,4 basada en la globalización de la
das, en lugar de encajar en el patrón moder- producción llevada a cabo por las empresas
nista de globalización como homogeneización transnacionales (ETN), que son hoy más que
o uniformización, proclamado recurrente- nunca los agentes clave de la nueva economía
mente desde Leibniz hasta Marx y las elites mundial. Las principales características de esta
desarrollistas, parece combinar la producción nueva economía mundial son: obtención de re-
mundial y la ausencia de límites con la diver- cursos en cualquier lugar del mundo; sistemas
sidad local, la identidad nacional y étnica, la de producción flexibles y costes de transporte
inclusión popular y el arraigo comunitario. bajos, que permiten la elaboración de produc-
Además, debido a su complejidad, variedad tos industriales en la periferia y su exportación
y amplitud, el proceso de globalización está hacia el centro; y, por último, el surgimiento
conectado con otras transformaciones en el de tres grandes bloques comerciales, Estados
sistema mundo que, sin embargo, no pueden Unidos, Japón y Europa. El bloque de Estados
conducirse directamente a él, tales como la Unidos se basaría en las relaciones privilegia-
creciente desigualdad mundial, la explosión das de este país con Canadá, México y América
demográfica, la catástrofe ambiental, la proli- Latina; el de Japón, se mantendría por sus re-
feración de armas de destrucción masiva, la laciones privilegiadas con los cuatro pequeños
democracia formal como condición de asis- Tigres Asiáticos y el resto de Asia Oriental; el
tencia internacional a países periféricos y se- de Europa tendría como núcleo la Unión Euro-
miperiféricos, etcétera. pea y sus relaciones privilegiadas con Europa
Antes de intentar una interpretación de la Central y Oriental y África Septentrional.
globalización contemporánea, describiré bre-
vemente sus rasgos principales, vistos desde
4 Walton (1985) habla de tres formas sucesivas de
las perspectivas económica, política y cultural, “nuevas divisiones internacionales del trabajo”, la úl-
y presentaré los debates más significativos que tima y más actual de las cuales se caracteriza por la
ha generado. En el campo de las relaciones globalización de la producción, efectuada por las em-
económicas, Fröbel, Heinrichs y Kreye (1980) presas transnacionales. Una revisión de las diferentes
aproximaciones a la “nueva división internacional del
hablan de una nueva división internacional
trabajo” se encuentra en Jenkins (1984); véase también
Gordon (1988) y Castells (1996).
408 Boaventura de Sousa Santos
empresas privadas. Esta nueva clase está com- local. El mantenimiento del delicado balance en-
puesta por un ala local y un ala internacional. tre los tres socios milita en contra de cualquier
El ala local, la burguesía nacional, es una cate- posibilidad de enfrentar seriamente cuestiones
goría socialmente amplia en la que se incluiría de redistribución del ingreso, aun si los miem-
bros de la elite expresan, en principio, su respal-
la elite empresarial, los gerentes de compañías,
do a dicha redistribución (Evans, 1979: 288).
los altos funcionarios estatales, los líderes po-
líticos y los miembros de profesiones liberales.
En comparaciones esclarecedoras entre los
A pesar de su heterogeneidad, estos diferentes
modelos de desarrollo y los patrones de des-
grupos constituyen una clase, de acuerdo con
igualdad social de Latinoamérica y Asia Orien-
los autores, “porque sus miembros, no obstan-
tal, Evans ha añadido otros factores (la auto-
te la diversidad de sus intereses particulares,
nomía del Estado, la eficiencia de la burocracia
comparten una situación común de privilegio
estatal, la reforma de la distribución de la tierra,
socioeconómico y un interés de clase común
el papel de las ETN, la existencia de una fase
en las relaciones entre poder político y control
inicial de independencia del capital metropolita-
social intrínsecas en un modo de producción
no) que pueden explicar el impactante contraste
capitalista”. El ala internacional, la burguesía
entre el modelo de desarrollo brasileño y el asiá-
societaria internacional, está compuesta por
tico oriental (Evans, 1987; 1995). Por otra parte,
nacionales residentes en el extranjero que ma-
Becker y Sklar enfatizan los aspectos positivos
nejan las ETN y las instituciones financieras
de la operación de las ETN:
internacionales (IFI) (Becker & Sklar, 1987: 7).
Sobre el tema de la desigualdad mundial, las [las ETN] ofrecen a los “países del tercer mundo”
opiniones varían ampliamente. Para Evans, el acceso a recursos de capital, mercados fiables,
modelo de industrialización y crecimiento ba- tecnologías esenciales y otros servicios […] Más
sado en la “triple alianza” es inherentemente allá de las diferencias usuales relacionadas con
inequitativo y únicamente capaz de una clase la distribución de los beneficios, yace un interés
de redistribución: mutuo entre países políticamente autónomos que
se encuentran en diferentes etapas de desarrollo
desde la masa de la población hacia la burgue- económico. En el nivel más profundo, sus intere-
sía estatal, las multinacionales y el capital estatal ses no son antagónicos en lo fundamental y no
Los procesos de globalización411
cultural. Desde otra perspectiva, la teoría de los su relevancia, estos procesos están lejos de
regímenes internacionales ha llamado nuestra conducir a una cultura global.
atención hacia los procesos de formación de La cultura es, por definición, un proceso
consenso a nivel mundial y hacia la aparición social construido en la intersección entre lo
de un orden normativo global (Keohane & Nye, universal y lo particular. Como Wallerstein su-
1977; Keohane, 1985; Krasner, 1983; Haggard & braya, “definir una cultura es una cuestión de
Simmons, 1987). Y, desde otra perspectiva, la definir fronteras” (1991b: 187). Podemos in-
teoría de la estructura institucional ha enfati- cluso decir que la cultura es, si finalmente es
zado el grado en el que la cultura occidental ha algo, una lucha contra la uniformidad. Los po-
creado actores sociales y significados cultura- derosos y expansivos procesos de difusión, im-
les en todo el mundo (Thomas et al., 1987). posición e imperialismo del reciente (y no tan
La idea de una cultura global es, por su- reciente) pasado han sido confrontados a lo
puesto, uno de los principales proyectos de ancho de todo el sistema mundo por múltiples
la modernidad. Como Stephen Toulmin lo ha y ricos procesos de resistencia cultural, identi-
demostrado brillantemente, puede ser ras- ficación e indigenización. Sin embargo, la cues-
treada desde Leibniz hasta Hegel y desde el tión de la cultura global ha tenido el mérito de
siglo XVII hasta el nuestro (Toulmin, 1990). mostrar que la lucha política entablada alrede-
La atención sociológica dada a esta idea en dor de la homogeneización y la uniformidad ha
las dos últimas décadas tiene, sin embargo, transcendido el molde territorial en el que tuvo
una base empírica específica. Se cree que la lugar desde el siglo XIX hasta tiempos muy re-
enorme intensificación de los flujos trans- cientes, esto es, el molde del Estado-nación.
fronterizos de mercancías, capital, trabajo, En este sentido, los Estados-nación han teni-
gente, ideas e información, ha aumentado do un papel más bien ambiguo. Mientras que
las convergencias, isomorfismos y mezclas externamente han sido los adalides de la diver-
híbridas entre culturas nacionales diferen- sidad cultural, de la autenticidad y de la cul-
tes, se refieran estas a los estilos arquitec- tura nacional, internamente lo han sido de la
tónicos, la moda, los hábitos alimenticios o homogeneización y la uniformidad, aplastando
el consumo cultural masivo. No obstante, la la rica variedad de culturas locales que coexis-
mayoría de los autores afirma que, a pesar de ten en el territorio nacional, ya sea mediante
414 Boaventura de Sousa Santos
En mi opinión, hay dos interpretaciones al- capitalismo. En las páginas que siguen carac-
ternativas que merecen especial atención: la terizo estas dos interpretaciones alternativas
interpretación paradigmática y la interpre- principalmente a partir de cómo afectan a las
tación subparadigmática. Aunque defiendo posibilidades de un futuro socioeconómico.
la primera, los méritos relativos de las dos Ofrezco algunas consideraciones sobre su au-
interpretaciones son hoy un tema de intenso diencia retórica y sus programas políticos.
debate en todo el mundo. Los argumentos que La interpretación paradigmática afirma
han generado se derivan de diferentes audien- que los últimos años de los sesenta y los prime-
cias retóricas que persiguen programas polí- ros de los setenta inauguraron un período de
ticos alternativos. Tales audiencias y progra- transición paradigmática en el sistema mun-
mas están asociados con las diferentes formas do, un período de crisis final y de creatividad
de globalización y de acción transnacional social y política radicalmente nueva. Como
que analizaremos a continuación. El contraste se podría esperar, esta interpretación incluye
entre estas dos interpretaciones puede iden- varias interpretaciones diferentes. Una que es
tificarse en tres áreas o niveles distintos: el particularmente sugestiva ha sido propuesta
epistemológico, el sociocultural y el socioe- por Wallerstein y sus colaboradores (1991b).
conómico. En el nivel epistemológico, el con- Según Wallerstein, el sistema mundo moderno
traste se refiere a la naturaleza y la magnitud ha entrado en un período de crisis sistémica
de los cambios actuales en la ciencia y en su que se extendería de 1967 a la mitad o el fi-
relación con conocimientos competidores. He nal del siglo XXI. De acuerdo con su narrativa,
tratado ya este tema y no lo desarrollaré más el período entre 1967 y 1973 es un comienzo
aquí (Santos, 1995). El nivel sociocultural es crucial, porque marca la triple conjunción de
en el que los modernistas y posmodernistas varios puntos de ruptura (paso de la fase A,
chocan más a menudo. Finalmente, en el ni- a la fase B) en el sistema mundo: a) el pun-
vel socioeconómico el contraste se sitúa en- to de ruptura en un ciclo largo de Kondratieff
tre aquellos que contemplan posibilidades de (1945-¿1995?); b) el punto de ruptura de la he-
futuro más allá del capitalismo y aquellos que gemonía de los Estados Unidos en el sistema
conciben el futuro como un campo de juego mundo (1873-¿2025?); c) el punto de ruptura
de las metamorfosis virtualmente infinitas del en el sistema mundo moderno (1450-¿2100?).
Los procesos de globalización417
Wallerstein advierte que es más fácil encon- de Estados y la guerra que en el pasado per-
trar pruebas que respalden la ocurrencia de la mitieron la reproducción multiplicada del capi-
ruptura que se afirma en el punto “a” que la tal (1994: 355). En un tono bastante pesimista,
que se hace en “b”, y lo mismo comparando el Arrighi ofrece algunos panoramas alternativos
punto “b” con el “c”, en parte porque el punto sobre cómo terminará el capitalismo. En el
final supuesto de cada ciclo está sucesivamen- peor de los panoramas, “si ello significará el fin
te más alejado en el futuro. En cualquier caso, de la historia capitalista o el fin de toda la histo-
se sugiere que podemos haber entrado en un ria humana, es imposible de decir” (1994: 356).
período de bifurcación en el sentido descrito Por otra parte, la interpretación subpara-
por Prigogine. La expansión económica mun- digmática ve el período actual como un gran
dial se está acercando a las asíntotas del total proceso de ajuste estructural dentro de los
acomodamiento y de la total polarización (no confines del capitalismo; proceso para cuyo
solo cuantitativa sino también socialmente) y, éxito el capitalismo no parece carecer ni de los
en consecuencia, está usando su último mar- recursos e imaginación necesarios, ni del tiem-
gen de rectificación y pronto agotará “su ca- po y el espacio sociales. El ajuste es grande,
pacidad de mantener los movimientos cíclicos porque involucra la transición de un régimen
que son el latido de su corazón” (Wallerstein, de acumulación a otro, de un modo de regu-
1991b: 134). El derrumbamiento de los me- lación a otro, como han sostenido las teorías
canismos de ajuste estructural abre un vasto de la regulación (Aglietta, 1979; Boyer, 1986;
terreno a la experimentación social y a las 1990).9 Desde un punto de vista muy diferen-
opciones históricas reales, que por naturaleza te, que celebra la llegada de una “sociedad de
son muy difíciles de predecir. redes” capitalista y que, frente a la pobreza y
Proveniente de la misma escuela, pero con la desigualdad crecientes, presenta ingenua-
un enfoque diferente, Arrighi defiende que la mente los supuestos efectos progresistas del
trayectoria de la historia del capitalismo se po- capitalismo global, Castells también ha diag-
dría bloquear si tenemos en cuenta la crisis del nosticado una transformación estructural de
capitalismo en Occidente y la imposibilidad del
capital de Asia del Este de beneficiarse de la
9 Véase también Jessop (1990a; 1990b); Kotz (1990);
creación de las capacidades para la creación Mahnkopf (1988); Noel (1987); Vroey (1984).
418 Boaventura de Sousa Santos
la acumulación capitalista en todo el mundo decisivo en crisis “de” que en crisis “en”, pero
(Castells, 1996).10 la manera en que actúa el Estado depende en
Dentro de la interpretación subparadigmáti- gran medida del ambiente internacional, de la
ca del período actual del desarrollo capitalista inserción de la economía nacional en la divi-
hay, sin embargo, cierto consenso alrededor de sión internacional del trabajo y de las capaci-
los siguientes temas. Dada la naturaleza anta- dades y recursos institucionales específicos
gónica de las relaciones sociales en el capita- del Estado para unir, bajo condiciones críticas
lismo, la reproducción rutinaria y la expansión hostiles, estrategias de acumulación con estra-
sostenida de la acumulación de capital son in- tegias hegemónicas y estrategias de creación
herentemente problemáticas. Para que puedan de confianza.11
conseguirse, hay que presuponer: a) una co- Mi tesis en esta sección es que la coexistencia
rrespondencia dinámica entre un patrón dado de las interpretaciones paradigmática y subpa-
de reproducción y un patrón dado de consumo radigmática apunta a los dilemas interpreta
(esto es, un régimen de acumulación); y b) un tivos cruciales de nuestro tiempo. Reconocerlo
conjunto institucional de normas, institucio- nos ayudará a entender la amplia variedad de
nes, organizaciones y pactos sociales, que ga- prácticas y discursos adaptativos y transforma-
rantice la reproducción de toda una gama de tivos a medida que van apareciendo, extendién-
relaciones sociales sobre las cuales está ba- dose y colapsando en todo el globo terrestre,
sado el régimen de acumulación (esto es, un como también la espectacular transformación
modo de regulación). Puede haber crisis en el del campo jurídico que analizaremos después.
régimen de acumulación y crisis del régimen
de acumulación. Desde los últimos años de la
11 Traduzco trust strategies como “estrategias de
década de los sesenta, los países centrales han
creación de confianza”, para mantener el sentido que
vivido una crisis tanto del régimen de acumu- el autor quiere dar a la expresión. Para Santos, estas
lación como del modo de regulación. El papel estrategias estatales buscan suscitar un sentimiento de
regulatorio del Estado-nación tiende a ser más confianza o seguridad en los ciudadanos, a través de
medidas que contrarresten la incertidumbre personal
derivada, por ejemplo, del riesgo de desempleo; en este
10 Una visión contrastante por un seguidor de esta caso, la estrategia del Estado consiste en establecer un
perspectiva puede verse en Stiglitz (2002). seguro de desempleo (nota del traductor).
Los procesos de globalización419
La interpretación paradigmática es mucho más Estos son tipos ideales de audiencia. Algunos
amplia que la subparadigmática en sus afirma- actores sociales (individuos, grupos, clases, or-
ciones sustanciales y en su alcance espacio- ganizaciones) participan solo en una de ellas,
temporal. De acuerdo con esta interpretación pero muchos participan en ambas, según el
paradigmática, las crisis del régimen de acu- momento o el problema, yendo y viniendo de
mulación y del modo de regulación son meros una a otra sin prometer una alianza exclusiva a
síntomas de una crisis más profunda, como se- ninguna. Aunque ambas audiencias están cons-
ría la crisis de una época o de una civilización. tituidas por bases sociales heterogéneas y en
Las “soluciones” a las crisis subparadigmáticas conflicto, los conflictos (de clase, de etnia, de
son el producto de los mecanismos de ajuste género) se producen de manera diferente en
estructural del sistema, y, puesto que el sistema cada una de ellas.
se está debilitando irreversiblemente, tales “so- La audiencia transformativa es probable-
luciones” serán crecientemente provisionales e mente más apocalíptica en la evaluación de los
insatisfactorias. Por otra parte, la interpreta- temores, riesgos, peligros y colapsos que se ob-
ción subparadigmática es, a lo sumo, agnóstica servan en nuestro tiempo, pero también tende-
en relación con las afirmaciones paradigmáti- ría a ser más ambiciosa en relación con la gama
cas. No se preocupa por los cambios a largo de posibilidades y opciones históricas que se
plazo o desecha sus bases cognitivas, por con- están abriendo. De acuerdo con los temas y
siderar que no son científicas. Alega que si el con las circunstancias, el proceso de globali-
pasado tiene alguna lección que enseñamos es zación puede entonces verse como algo alta-
la de que hasta el momento el capitalismo ha mente destructivo de identidades y de equili-
solucionado con éxito sus crisis y siempre den- brios irreemplazables, o como la inauguración
tro de un marco de tiempo relativamente corto. de una nueva era de igualdad solidaria a nivel
Mi propuesta es que estas dos interpretacio- global o aun cósmica. Por el contrario, para la
nes son, de hecho, dos tesis centrales acerca de audiencia adaptativa, las transformaciones glo-
nuestra época, formuladas para dos grandes au bales actuales en la economía, la política y la
diencias: la audiencia transformativa, en el caso cultura deben rechazarse o alentarse, según las
de la interpretación paradigmática, y la audien- circunstancias. Sin embargo, a pesar de su in-
cia adaptativa, en el de la subparadigmática. dudable relevancia, las circunstancias no están
420 Boaventura de Sousa Santos
forjando ni una distopía del tipo de Un mundo como un cambio paradigmático, al mismo
feliz de Aldous Huxley, ni una utopía. Expre- tiempo que observan los cambios culturales
san simplemente la turbulencia transitoria y como variaciones de la cultura modernista. Ese
el caos parcial que acompañan usualmente a parece ser el caso de Wallerstein, para quien no
cualquier cambio en sistemas que han caído en habrá un cambio cultural radical mientras que
la rutina. el capitalismo siga siendo el modo dominante
Desde un punto de vista discursivo y fenome- de producción.
nológico, las interpretaciones paradigmática y Pero lo que es más importante, algunos acto-
subparadigmática son, por tanto, dos experien res pueden concebir como económicos proce-
cias vividas, dos modos de praxis social. Dife- sos de globalización que otros conciben como
rentes actores sociales en tiempos y espacios culturales o políticos. Este es el lado fenome-
diferentes construyen sus experiencias socia- nológico de los cambios epistémicos en curso.
les como constelaciones de praxis, en las cua- Las distinciones usadas tradicionalmente para
les los elementos de las dos interpretaciones identificar sectores diferentes de la vida social,
arquetípicas de nuestro tiempo se combinan en tales como la economía, la política, la cultura,
distintas formas y grados. Algunos actores pue- se han vuelto progresivamente problemáticas,
den experimentar la globalización de la econo- por cuanto las prácticas transnacionales están
mía de modo subparadigmático, y la globaliza- insertas en un número infinito de totalidades
ción de la cultura de modo paradigmático. Este en las que las dimensiones económica, políti-
es el caso de la mayoría de los teóricos pos- ca y cultural están inextricablemente entrela-
modernos y de los antropólogos culturales. Por zadas. Por ejemplo, la ideología cultural del
ejemplo, los Comaroff hablan de un capitalis- consumismo es simultáneamente cultural (se
mo del milenio como indicador de la aparición refiere a símbolos, valores o modos de vida),
de una nueva forma política y cultural (Coma- económica (no habría consumismo sin la po-
roff & Comaroff, 2001). A su vez, Appadurai sibilidad de las producción y el consumo masi
ve en la aparición de “etnoespacios” una nue- vos) y política (la cantidad, la calidad y la
va forma de imaginación y de subjetividad en distribución social del consumo masivo es un
desarrollo (Appadurai, 1996; 2001). Otros, por conflicto político crucial en cualquiera de los
el contrario, sienten los cambios económicos Estados-nación de hoy, y el consumismo es
Los procesos de globalización421
local nuevas o renovadas. En verdad, a medida sociales en el nivel estatal solo para reterrito-
que la interdependencia e interacción globales rializarlas en el nivel supraestatal (la Unión
se intensifican, las relaciones sociales parecen Europea es un territorio fortificado frente al
volverse, en general, paulatinamente desterri- mundo exterior).
torializadas, abriendo el camino hacia nuevos El proceso de globalización es, por tanto,
derechos a las opciones disponibles y cruzan- selectivo, dispar y cargado de tensiones y con-
do fronteras que hasta hace poco estaban cus- tradicciones. Pero no es anárquico. Reproduce
todiadas por las aduanas, el nacionalismo, el la jerarquía del sistema mundo y las asimetrías
lenguaje y la ideología, y a menudo por todos a entre las sociedades centrales, periféricas y se-
la vez. Pero, por otra parte, y en aparente con- miperiféricas. No existe, entonces, un globalis-
tradicción con esta tendencia, emergen nuevas mo genuino. Bajo las condiciones del sistema
identidades regionales, nacionales y locales, mundo moderno, el globalismo es la globaliza-
construidas alrededor de una nueva relevan- ción exitosa de un localismo dado.
cia del derecho a las raíces. Estos localismos, Comenzaré especificando qué quiero decir
nuevos y viejos a la vez, son adoptados con cuando me refiero a la globalización. La glo-
frecuencia por grupos translocalizados de per- balización es muy difícil de definir. La mayoría
sonas, tan diversos como los fundamentalistas de las definiciones se basan en la economía, es
islámicos en París o Londres, los trabajadores decir, en la nueva economía mundial que se ha
inmigrantes turcos en Alemania y los latinoa- creado en las últimas tres décadas como con-
mericanos en los Estados Unidos. Por lo tan- secuencia de la globalización de bienes y servi-
to, no pueden ser rastreados hasta un sentido cios, al igual que de los mercados financieros.
de lugar específico. Se articulan, sin embargo, Durante este proceso, las ETN han consegui-
siempre alrededor de la idea de territorio, sea do una preeminencia nueva y sin precedentes
este imaginado o simbólico, real o hiperreal. como actores internacionales. Para mis objeti-
Esta reterritorialización ocurre usualmente en vos de análisis, prefiero una definición de glo-
un nivel infraestatal, pero también puede ocu- balización que sea más receptiva a las dimen-
rrir en un nivel supraestatal. Un buen ejemplo siones culturales, políticas y sociales. Como ya
de esto último es la Unión Europea, que está dije, comienzo partiendo del presupuesto de
en proceso de desterritorializar las relaciones lo que normalmente llamamos globalización
Los procesos de globalización423
consiste en conjuntos de relaciones sociales. podamos encontrar una raíz local, una fuente
Según cambian estos conjuntos de relaciones específica de arraigo cultural. De hecho, no
sociales, cambia también la globalización. No puedo pensar en ninguna entidad que no tenga
hay estrictamente una única entidad que se lla- ese entorno local.
me globalización. Cualquier concepto exhaus- La segunda de las consecuencias es que la
tivo debería ser siempre procedimental, más globalización conlleva localización. De hecho,
que sustantivo. Por otro lado, si la globaliza- vivimos en un mundo de localización, tanto
ción son bloques de relaciones sociales, estás como vivimos en un mundo de globalización.
últimas necesariamente implican conflictos y, Por lo tanto, sería igualmente correcto en tér-
por lo tanto, vencedores y perdedores. La gran minos analíticos si definiéramos la situación
mayoría de las veces, el discurso de la globa- actual y nuestros temas de investigación en
lización es el discurso de los vencedores tal y términos de localización. La razón por la cual
como es descrito por ellos mismos. Realmente, se prefiere el término globalización es porque
la victoria es aparentemente tan total que los el discurso científico hegemónico tiende a pre-
derrotados terminan por desaparecer total- ferir la historia contada por los vencedores.
mente de la imagen. Se pueden dar muchos ejemplos de cómo la
Esta es mi definición de globalización: es globalización conlleva localización. Por ejem-
un proceso a través del cual una determinada plo, la lengua inglesa, como lingua franca,
condición o entidad local amplía su ámbito a es uno de esos ejemplos. Su expansión como
todo el globo y, al hacerlo, adquiere la capaci- lengua global conllevo la localización de otras
dad de designar como locales las condiciones lenguas potencialmente globales, en concreto,
o entidades rivales. Las consecuencias más la del francés.
importantes de esta definición son las que si- Una vez que un proceso de globalización es
guen. Primero, en las circunstancias del siste- identificado, su significado y explicación plenos
ma mundo capitalista occidental no hay una no pueden ser obtenidos sin considerar proce-
globalización genuina. Lo que llamamos globa- sos adyacentes de relocalización que ocurren
lización es siempre la globalización exitosa de en conjunción y entrelazados con ese proceso.
un localismo dado. En otras palabras, no hay La globalización del sistema de estrellas de Ho-
ninguna circunstancia global para la que no llywood podría implicar la conversión étnica
424 Boaventura de Sousa Santos
del sistema de estrellas del cine de la India, que como puedan ser los trabajadores inmigrantes
produce la que una vez fue una poderosa indus- o refugiados, cuyos desplazamientos físicos
tria del cine en ese país. Igualmente, los acto- son numerosísimos, pero que no que controlan
res franceses o italianos de los sesenta, como en absoluto la compresión espacio-temporal.
Brigitte Bardot y Alain Delon, o Marcello Mas- Y tenemos aquellos que contribuyen a la glo-
troniani y Sofía Loren, que simbolizaron en un balización, pero quienes, sin embargo, perma-
tiempo la manera universal de actuar, parecen necen prisioneros de su espacio-tiempo local.
hoy, al ver sus películas nuevamente, bastante Los campesinos de Bolivia, Perú y Colombia
exóticos o tremendamente europeos, puebleri- contribuyen decisivamente, con el cultivo de la
nos. Entre aquel entonces y nuestro ahora, la hoja de coca, a la cultura mundial de la droga,
forma hollywoodesca de actuar ha conseguido pero permanecen tan “localizados” como siem-
hacerse global. pre, igual que los residentes de las favelas de
Una de las transformaciones asociadas más Río, que permanecen prisioneros de la vida en
comúnmente con la globalización es la com- los asentamientos ilegales, mientras que sus
presión espacio-temporal, esto es, el proceso canciones y danzas hacen parte de una cultura
social mediante el cual los acontecimientos se musical globalizada.
aceleran y se extienden alrededor del mundo Con el fin de explicar estas asimetrías, dis-
(Giddens, 1991b). Aunque en apariencia mo- tingo cuatro formas de globalización, que se
nolítico, este proceso combina situaciones y pueden aplicar a fenómenos diferentes, pero
condiciones muy diferenciadas, y por esa razón que también pueden ser dos dimensiones dis-
no puede analizarse con independencia de las tintas de los mismos fenómenos. Llamaré a la
relaciones de poder que explican las diferentes primera localismo globalizado. Consiste en el
formas de movilidad espacial y temporal. De un proceso por el cual un fenómeno local dado se
lado se encuentra la clase capitalista transna- globaliza con éxito, ya se trate del funciona-
cional, que en realidad controla la compresión miento mundial de las ETN, de la transforma-
espacio-temporal y es capaz de utilizarla para ción de la lengua inglesa en lingua franca, de
su beneficio, y sobre la que Leslie Sklair (1998) la globalización de la comida rápida o de la mú-
ha escrito de manera incisiva. Del otro lado, sica popular norteamericanas, o de la adopción
tenemos las clases y grupos subordinados, mundial de las leyes de propiedad intelectual
Los procesos de globalización425
el sistema mundo. Tal organización está des- (Porto Alegre), 2006 (policéntrico en Caracas,
tinada a contrarrestar los efectos dañinos de Bamako y Karachi) y 2007 (Nairobi) reunió
las formas hegemónicas de globalización y se más de 100.000 personas.
desarrolla a partir de la conciencia de las nue- Incluso en su forma de cosmopolitismo sub-
vas oportunidades de creatividad y solidaridad alterno e insurgente, el uso del término “cosmo-
transnacionales, creadas por la intensifica politismo” para describir prácticas y discursos
ción de las interacciones globales. Las acti- contrahegemónicos puede parecer inadecuado
vidades cosmopolitas in cluyen, entre otros, a la luz de su origen modernista y occidental,
los diálogos y las organizaciones Sur-Sur; las descrito de manera tan elocuente por Toul
organizaciones laborales mundiales (la Fede- min (1990), como también a la luz de su uso
ración Mundial de Sindicatos y la Confedera- común en la descripción de prácticas que he
ción Internacional de Sindicatos de Libre Co- considerado localismos globalizados o como
mercio); la filantropía solidaria Norte-Sur; las globalismos localizados (para no mencionar
redes interna cionales de servicios jurídicos su utilización en la descripción de las opera-
alternativos; las organizaciones de derechos ciones mundiales de la ETN, como lo muestra
humanos; las ONG con agendas transformati- el significativo término “cosmocorp”).12 La idea
vas; los movimientos literarios y artísticos en del cosmopolitismo, como el universalismo, la
la periferia del sistema mundo que buscan va- ciudadanía mundial y el rechazo de las fronte-
lores culturales alternativos, no imperialistas, ras políticas y territoriales, tiene realmente una
etcétera. El cosmopolitismo se ha convertido larga tradición en la cultura occidental, desde
en un componente fundamental de la agenda el “derecho cósmico” de Pitágoras y la phila-
política global, como atestigua la creciente llelia de Demócrito al “Homo sum, humani
visibilidad de las protestas contra las institu- nihil a me alienum puto” de Terence, desde
ciones que promueven la globalización neoli-
beral, tal y como pudo contemplarse en Seattle
en 1999, en Nueva York a principios de 2002, 12 Abreviatura de cosmocorporation, término que
el Foro Social Mundial, que en el 2002 reunió puede ser traducido como “cosmosociedad”, siempre
que se le dé a “sociedad” el significado que tiene en de-
a casi 60.000 personas en Porto Alegre y que
recho comercial (esto es, una persona jurídica dedica-
en 2003 (Porto Alegre), 2004 (Bombay), 2005 da a actividades mercantiles). Nota del traductor.
Los procesos de globalización427
la res publica christiana medieval a los huma- explotadas por el capital. Se dirige a unir gru-
nistas del Renacimiento, y desde Voltaire, para pos sociales en base a la clase y a la no-clase, a
quien “para ser buen patriota se tiene que ser las victimas de la explotación y a las victimas
enemigo del resto del mundo”, hasta el inter- de la exclusión social, de la discriminación
nacionalismo de la clase trabajadora. Esta tra- por razón de sexo, étnica, racista y religiosa.
dición ideológica se ha puesto con frecuencia Por esta razón, el cosmopolitismo insurgente
al servicio del expansionismo europeo, el colo- no significa uniformidad, una teoría general de
nialismo e imperialismo, los mismos procesos emancipación social y el colapso de las diferen-
históricos que hoy en día generan localismos cias, autonomías e identidades locales. Propor-
globalizados y globalismos localizados. El cos- cionando la misma importancia al principio de
mopolitismo subalterno e insurgente, por el igualdad y al principio del reconocimiento de la
contrario, se refiere a la aspiración de grupos diferencia, el cosmopolitismo insurgente no es
oprimidos de organizar su resistencia y conso- más que una emergencia global resultante de
lidar coaliciones políticas en la misma escala la fusión de luchas locales, progresistas, con el
que la utilizada por los opresores para victi- objetivo de maximizar su potencial emancipa-
mizarlos, es decir, la escala global. El cospo- torio in loco (comoquiera que se defina) a tra-
molitismo subalterno e insurgente es también vés de vínculos translocales/locales.
diferente al invocado por Marx, encarnando la Este talante es la fortaleza y la debilidad del
universalidad de aquellos que, bajo el capita- cosmopolitismo subalterno e insurgente. El ca-
lismo, no tienen nada que perder excepto sus rácter progresista o contrahegemónico de las
cadenas —la clase trabajadora—. Además de la coaliciones cosmopolitas no se puede dar por
clase trabajadora descrita por Marx, las clases sentado. Por el contrario, es intrínsecamente
oprimidas del mundo actual no pueden incluir- inestable y problemático. Requiere una cons-
se en la categoría de “clases-que-solamente- tante autorreflexión por parte de aquellos que
pueden-perder-sus-cadenas”. El cosmopolitis- comparten sus objetivos. Las iniciativas cosmo-
mo insurgente incluye enormes poblaciones en politas concebidas y creadas con un carácter
el mundo que no son lo suficientemente útiles contrahegemónico pueden más adelante asu-
o lo bastante cualificadas como para “tener mir características hegemónicas, aun corrien-
cadenas”, es decir, para estar directamente do el riesgo de transformarse en localismos
428 Boaventura de Sousa Santos
acuerdo con la cual tanto la burguesía como el así como las grandes oficinas norteamericanas
proletariado fueron constituidos por una única de abogados. Como Sassen nos ha mostrado en
división transnacional del trabajo. De acuerdo su estudio de los despachos que prestan ser-
con ella, el papel de los Estados en el sistema vicios a las ETN en las “ciudades globales”, y
interestatal y el desarrollo dispar del sistema Dezalay y Garth han argumentado en su análi-
mundo explicaban el surgimiento y la relevan- sis de los despachos de abogados globalizados,
cia política de las luchas de clase nacionales, la red que constituyen esas ETN y estas otras
pero la comprensión plena de estas no sería instituciones son el motor de las transacciones
posible sin la consideración de la dinámica del económicas globales (Sassen, 2001; Dezalay &
sistema mundo como un todo. Garth, 1997; Crotty et al., 1998).
En las últimas tres décadas, y sobre todo Pero la cuestión de la agencia transnacional
debido a la globalización de los sistemas de no puede reducirse a la burguesía transnacio-
producción, la existencia de una clase capita- nal. El capital mundial no existe sin el trabajo
lista mundial in sich (en sí) ha sido amplia- mundial. Como es bien conocido, el llamado de
mente aceptada, y la pregunta se ha converti- Marx al establecimiento de una clase mundial
do a su vez en si esta clase se ha vuelto una trabajadora für sich ha encontrado poco eco:
clase für sich (para sí). A través de su forma por el contrario, el capital ha sido mucho más
institucional privilegiada, las ETN, la burgue- exitoso que el trabajo asalariado en la unión
sía empresarial transnacional que mencioné de sus fuerzas a escala global. En nuestro si-
antes, se ha convertido en el principal actor glo, y particularmente en países centrales, las
de la globalización de la economía. De hecho, organizaciones de la clase trabajadora se han
la acción transnacional de esta clase no tiene vuelto cada vez más dependientes del Estado-
lugar simplemente mediante su forma institu- nación, y sus condiciones institucionales, sus
cional, la ETN, sino más bien a través de una luchas y su cultura proletaria han tomado el
red de instituciones aglutinadas alrededor de territorio nacional como su unidad de referen-
las ETN. Entre tales instituciones sobresalen, cia y su universo simbólico. En consecuencia,
aunque por diferentes razones, las institucio- la fortaleza relativa de estas organizaciones
nes financieras internacionales como el Fondo en los países centrales ha sido de poca utili-
Monetario Internacional y el Banco Mundial, dad en la promoción de la globalización de la
432 Boaventura de Sousa Santos
militancia sindical. Las organizaciones obreras transformadora. Me estoy refiriendo a los mo-
de los países de la Unión Europea ilustran esta vimientos populares o a los nuevos movimien-
afirmación impresionantemente. Hasta ahora, tos sociales que tienen novedosos programas
no han sido capaces de generar, colectivamen- políticos o ideológicos, en algunas ocasiones
te y al nivel de la Unión Europea, la misma fuer- llamados “posmaterialistas”, tales como la
za organizativa y la capacidad de movilización ecología, la paz, el antirracismo, el antisexis-
que cada una de ellas tiene en su propio espa- mo, o a los movimientos presentes sobre todo
cio nacional. Sin embargo, la globalización de en países periféricos, con viejos programas
las organizaciones y las movilizaciones obre- “materialistas” relacionados con la supervi-
ras tiene alguna tradición, a pesar de todas las vencia económica, la vivienda, la tierra, la se-
dificultades. Así como las organizaciones obre- guridad social y la educación. En cualquiera
ras son parte de la globalización cosmopolita de los dos casos, se adoptan formas de orga-
que ya mencioné, también lo es la cooperación nización y movilización muy diferentes a las
de diferentes sindicatos nacionales en las ne- típicas del movimiento obrero (sindicatos y
gociaciones con las mismas ETN que operan en partidos políticos). Estos movimientos han
sus respectivos países y en las huelgas contra venido haciendo énfasis en el poder democrá-
estas. Además, el concepto de la “relación sala- tico (derechos humanos, derechos colectivos
rial global” aunque problemático, puede apun- o de grupo, democracia participativa), la auto-
tar a una realidad futura que ya está aparecien- nomía institucional y la igualdad, la identidad
do en los acuerdos transnacionales regionales, cultural, la expansión de la libertad contra el
como la Unión Europea y el NAFTA. autoritarismo estatal o la dominación cultu-
A la luz de la amplia perspectiva de la glo- ral masiva. La mayoría de estos movimientos
balización que he venido proponiendo en cuenta con una base local, pero ha desarro-
este libro, se hace evidente que el tema de llado lazos transnacionales de índole diversa
la acción transnacional no puede ser reduci- con movimientos en otras partes del mundo.
do a los actores sociales que se concentran De hecho, constituyen la columna vertebral
en torno a las relaciones capital-trabajo. En de la acción transnacional relacionada con las
las últimas dos décadas se observan en todo preocupaciones por el cosmopolitismo y por
el mundo nuevas formas de acción social la herencia común de la humanidad.
Los procesos de globalización433
en la ONU en el período 1975-1995 (Cohen & Comunicación, las Redes y Medios Informa-
Rai, 2000: 8). El número de participantes y la tivos; Tratado sobre el Consumo y el Estilo
variedad de temas abordados en el foro glo- de Vida; Tratado de las ONG sobre la Deuda;
bal de las ONG, durante la Conferencia sobre Carta de la Tierra; Foro Global de 1992; Tra-
el Medio Ambiente de la Organización de las tado de las ONG sobre la Energía; Tratado
Naciones Unidas (la Cumbre de la Tierra), en sobre la Educación Ambiental para Socieda-
Río de Janeiro en junio de 1992, son una de- des Sostenibles y la Responsabilidad Global;
mostración elocuente del dinamismo transna- Tratado sobre las Zonas de Pesca; Tratado de
cional de las ONG. Una simple enumeración de las ONG sobre la Seguridad Alimenticia; Tra-
los tratados alternativos elaborados por estas tado sobre el Agua Potable; Tratado Marco de
muestra cómo se están constituyendo en una Río de Janeiro sobre la Toma de Decisiones
audiencia transformativa global que tiene a su de las ONG; Tratado de las ONG sobre el Mi-
cargo los programas del cosmopolitismo y de litarismo, el Medio Ambiente y el Desarrollo;
la herencia común de la humanidad: Tratado Tratado sobre Cooperación y Préstamo de Re-
sobre Modelos Económicos Alternativos; Com cursos de las ONG; Tratado sobre los Pueblos
promiso Ciudadano con la Biodiversidad; Tra- de las Américas; Tratado sobre la Población,
tado sobre “Cerrados”;14 Tratado de las ONG el Medio Ambiente y el Desarrollo; Tratado
sobre el Cambio Climático; Tratado sobre la contra el Racismo; Tratado de las ONG sobre
Agricultura Sostenible; Tratado sobre Banca
Tecnológica; Tratado de las ONG sobre las
14 El dominio de los “cerrados” corresponde a 25% Empresas Transnacionales (ETN); Regulación
del territorio de Brasil, localizados principalmente en Democrática de la Conducta de las ETN; Tra-
el altiplano central del país, abarcando, total o parcial-
tado Alternativo sobre el Comercio y el Desa-
mente, los estados de Goiás, Tocantins, Mato Grosso,
Mato Grosso do Sul, Minas Gerais, Bahia, Distrito Fe- rrollo Sostenible; Tratado sobre la Urbaniza-
deral, Maranhão, Piauí, São Paulo y Roraima, además ción; Tratado sobre Residuos.15
de algunas regiones del Nordeste. Se encuadran en la
categoría internacional de “sabanas” y, fisonómicamen-
te, poseen gran semejanza con las formaciones de ese 15 Tratados Alternativos de la Conferencia sobre el
tipo encontradas en otras regiones del mundo (tomado Medio Ambiente de la Organización de las Naciones
del Tratado sobre “Cerrados”) (nota del traductor). Unidas (1992).
Los procesos de globalización435
La prominencia creciente de las ONG trans- jurídico, etcétera) que les permite ser recep-
nacionales ha dado lugar a investigaciones toras de financiación internacional. Una de las
tanto sobre sus causas como sobre el rumbo consecuencias del espectacular crecimiento
que tomarán. La nueva relevancia de las ONG de las ONG es su enorme heterogeneidad. No
activistas transnacionales está conectada con todas las ONG transnacionales son progre-
tendencias recientes en el sistema mundo, en sistas, transformativas y orientadas hacia el
particular con el colapso de los regímenes co- cambio paradigmático. Algunas de ellas son
munistas, el agotamiento de los modelos de de- conservadoras, adaptativas y orientadas hacia
sarrollo de las economías dirigidas, la ideología el cambio subparadigmático y, ciertamente, se
antiestatal asociada con la política económica ven ellas mismas (y así son vistas y utilizadas
neoliberal, la política cultural del neocomuni- por las agencias internacionales) como alter-
tarismo y los nuevos sistemas de comunica nativas neoliberales frente al Estado. Efectiva-
ción e información (Hunter & Trubek, 1992).16 mente, Stiles (2000: 42) argumenta que este es
De hecho, como ha defendido Kaldor (1999), el caso a menudo cuando las ONG pretenden
especialmente desde que los procesos gemelos sustituir a los Estados, en lugar de promover
de los ochenta de erosión del poder del estado su reforma o la creación de una relación simbó-
e interconexión transnacional creciente dieran lica con ellos. Como lo expresa Kaldor, en esas
lugar a una “sociedad civil transnacional”, cu- circunstancias las ONG terminan representan-
yos actores privilegiados son las ONG, estas, do “una especie de doctrina del laissez-faire
a diferencia de los movimientos sociales, tie- político-social” (1999: 202). También se han
nen capacidades organizativas (personal de vuelto problemáticas las relaciones entre las
tiempo completo, oficinas, reconocimiento ONG transnacionales, de un lado, y las ONG y
los movimientos sociales locales, del otro. Por
ejemplo, un informe elaborado por una ONG
16 Una bibliografía sobre las ONG de abogacía africana regional, la Organización para la In-
transnacional se encuentra en Hunter (1992). Véase vestigación Energética de Zimbabwe, en el que
también Elkins (1992); Slater (1991); Boulding (1991); se evalúa la importancia de las ONG regionales
Korten (1990); Alger (1990); Chekki (1988); Drabek
en el proceso de desarrollo, suscita en este sen-
(1987); Berg (1987); Keck & Sikkink (1998); Cohen &
Rai (2000) y Brecher et al. (2000). tido algunos problemas importantes. Se afirma
436 Boaventura de Sousa Santos
que la aceptación incuestionable de las ONG alternativos fruto del Foro Global de las ONG
como la panacea para el desarrollo rural debe en Río de Janeiro en 1992, el tratado sobre la
revisarse; que las ONG tienen poca influencia regulación democrática de las ETN, represente
en el diseño de las políticas para el desarrollo; una confrontación directa entre dos modelos
que la dependencia de las ONG en relación con alternativos de desarrollo global, apoyados por
agencias donantes internacionales ha desembo- dos instituciones transnacionales alternativas.
cado en una crisis de identidad, porque se han Sin perjuicio del hecho de que muchas ONG
estado enfrentando el dilema de escoger entre promueven hoy activamente la globalización
tener relaciones cómodas con los donantes, hegemónica, trabajando a veces en colabora-
de un lado, y aumentar la contribución nativa ción con agencias como el Banco Mundial,17
y la participación en el desarrollo, de otro. El podemos decir todavía que mientras que la
informe concluye que el papel de las ONG como globalización hegemónica es impulsada por
agentes de cambio desde las bases sociales ha las ETN, la globalización contrahegemónica es
sido sobreestimado y algunas veces supuesto impulsada por las ONG. Ello se evidencia por
románticamente (Moyo & Katerere, 1991). dos foros que se han convertido en la represen-
Las ONG transnacionales se han converti- tación de uno y otro tipo de globalización. Por
do, por tanto, en un terreno de confrontación. un lado, el Foro Económico Mundial, que se ce-
Pero la confrontación muestra también lo exi- lebra actualmente en Nueva York, y que reúne
toso que ha sido el intento de crear una acción a los legisladores y políticos más importantes
transnacional alternativa frente a las ETN y de los países centrales y a los altos ejecutivos
sus instituciones de soporte. Sin llevar dema- de las ETN. Por otro, el Foro Social Mundial,
siado lejos simetrías arriesgadas, se puede de- que se ha reunido normalmente en Porto Ale-
cir que hay alguna evidencia de que las ONG gre, pero que irá a la India y a otros lugares, y
transnacionales representan para los progra- que se ha convertido en un punto de reunión
mas del cosmopolitismo y la herencia común
de la humanidad lo que las ETN representan
para los programas del globalismo localizado 17 Sobre las recientes colaboraciones entre el Banco
Mundial y ONG de todo el mundo, que ha sido un tipo
y del localismo globalizado. En consecuencia,
de alianza que el Banco Mundial ha buscado activamen-
no es sorprendente que uno de los tratados te en los últimos años, véase Banco Mundial (1996).
Los procesos de globalización437
para las ONG progresistas y también para los Balibar, E.; Wallerstein, I. 1991 Race, Nation, Class:
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todo el mundo.18 Bauman, Z. 1992 Intimations of
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La caída del Angelus Novus:
más allá de la ecuación moderna
entre raíces y opciones*
E n 1841, Charles Fourier lanzó un ataque en la sociedad actual no es posible pero sin el
cual todos los demás derechos no sirven de nada
contra los científicos sociales —a los que
(1967: 86-129).
llamaba “los filósofos de las ciencias incier-
tas”— por olvidarse sistemáticamente de pro-
La conclusión de Fourier es que los científi-
blemas fundamentales de las ciencias de las
cos sociales sufren de étourderie méthodique,
que se ocupaban.
de irreflexión metódica, la “rara cualidad” de ol-
Cuando hablan de economía industrial, se olvi-
vidar precisamente los problemas fundamenta-
dan de estudiar las relaciones de las personas, les, las cuestiones primordiales. Hoy, 170 años
que son la base de la propia economía […] Cuan- después, las razones y ejemplos invocados por
do hablan de la administración, no consideran Fourier siguen siendo tan convincentes, que
los medios para lograr la unidad administrativa parece adecuado preguntar si la situación real-
del globo, sin la cual los imperios nunca tendrán mente ha cambiado de forma significativa. ¿Las
un orden permanente ni garantía de futuro […] ciencias sociales están hoy mejor preparadas
Cuando hablan de ética, se olvidan de recono- para ocuparse de los problemas fundamentales
cer y reivindicar los derechos de las mujeres, o, por el contrario, los siguen olvidando siste-
cuya opresión socava la base de la justicia […] máticamente? Y si este olvido continúa, ¿qué
Cuando hablan de los derechos humanos, se
conviene hacer en las próximas décadas para
acabar con él?
* Extraído de Santos, B. de Sousa 2017 Justicia entre Empezaré por señalar el problema, en mi opi-
Saberes: Epistemologías del Sur contra el Epistemici- nión, más importante al que nos enfrentamos
dio (Madrid: Ediciones Morata) pp. 103-135.
444 Boaventura de Sousa Santos
en las primeras décadas del siglo XXI. Es la emancipación social, lo cual, a su vez, daría
incapacidad de reconocer la permanencia de origen a formas más progresistas de regulación
una línea divisoria abisal entre las sociedades social, y así sucesivamente (Santos, 1995).1 Así
metropolitanas y las coloniales, muchos años pues, la emancipación se concibe como la otra
después del final del colonialismo histórico. regulación, y la voluntad y la energía emanci-
Esta línea divide tan profundamente la realidad padoras son la fuerza impulsora del desarrollo
social que todo lo que queda al otro lado de la histórico. A la racionalidad cognitivo-instru-
línea permanece invisible o irrelevante. Todas mental de la ciencia y la tecnología, se le han
las generalizaciones de las ciencias sociales ido encargando progresivamente los instru-
occidentales, incluidas las teorías de Fourier, mentos de la ingeniería social exigidos por esta
comparten el defecto de que solo tienen en teoría de la historia. La sociología y las ciencias
cuenta la realidad social de las sociedades me- sociales se han desarrollado como parte y te-
tropolitanas, es decir, la realidad social de este rreno de este proyecto histórico.
lado de la línea. El universalismo europeo tan En los inicios de la segunda década del siglo
celebrado por la Escuela de Frankfurt se basa XXI, no es difícil concluir que, en la práctica
en esta visión truncada que deja fuera a la rea- histórica, la relación entre la regulación y la
lidad social del otro lado de la línea, un espacio emancipación nunca ha sido en modo alguno
que en los años veinte comprendía la mayor una tensión dialéctica. Con más frecuencia
parte de la población mundial. Me centro en que menos, los proyectos y las fuerzas eman-
los problemas que esta línea abisal plantea hoy cipadoras han llevado a formas de regulación
para las condiciones sociales dominantes en social que, por nuevas que fueran, difícilmente
este lado de la línea. El problema más impor- se podían considerar más progresistas que las
tante es el sometimiento de la emancipación
social a la regulación social.
El paradigma de la modernidad occiden- 1 La doctrina positivista del orden y el progre-
tal postula una tensión dialéctica entre la re- so es una versión decadente de esta dialéctica. En
gulación social y la emancipación social, se- otros textos muestro que, al otro lado de la línea, la
tensión dialéctica no es entre la regulación social y
gún la cual cada crisis de regulación social
la emancipación social, sino entre la apropiación y
conduce supuestamente a nuevas formas de la violencia.
La caída del Angelus Novus: más allá de la ecuación moderna entre raíces y opciones 445
existentes anteriormente. En la actualidad, si tal como las conocemos, son parte y terre-
de algún modo se puede hablar de agotamiento no del proyecto de modernidad occidental,
del paradigma de la modernidad occidental, es por lo que forman parte más del problema al
en el sentido de que, a pesar de la crisis gene- que nos enfrentamos que de la solución que
ralizada de las formas actuales de regulación buscamos. Como mucho, nos pueden ayudar
social, con estridentes llamadas a la “desregu- a dilucidar y precisar analíticamente las di-
lación”, no emergen nuevos proyectos emanci- ferentes dimensiones de nuestro problema.
padores, y mucho menos la energía para luchar Sin embargo, sin una transformación episte-
por ellos. La emancipación social, más que ser mológica, poco nos podrán ayudar a resol-
el otro de la regulación social, se ha converti- verlo. Por consiguiente, la transformación
do en su doble. Cuando el sometimiento de la paradigmática se debe entender en términos
emancipación a la regulación pasa a ser algo de tanto epistemológicos como societales.2 No
sentido común, la regulación social no necesita solo hacen falta una nueva epistemología y
ser efectiva para prosperar; prospera simple- una nueva política, sino una nueva relación
mente porque a los individuos y a los grupos entre la epistemología y la política. Además,
les es muy difícil situar sus deseos más allá de como bien ha demostrado Ernst Cassirer
la regulación. respecto del Renacimiento y la Ilustración,
En mi opinión, nuestro problema funda- una epistemología nueva siempre conlleva
mental es cómo reinventar la emancipación o va acompañada de una subjetividad nue-
como el otro de la regulación, de modo que va, y, por lo tanto, de una psicología nueva
no sea probable que se produzca la fusión (1960, 1963). Así pues, es necesaria también
degenerativa de ambas. A la luz de la expe- una nueva relación entre la epistemología y
riencia social de los últimos doscientos años, la subjetividad.
esto significa que estamos ante un problema Por lo tanto, nos enfrentamos a un doble
moderno que, sin embargo, no se puede resol- reto: por un lado, la necesidad de reinventar un
ver en términos modernos. En este sentido, mapa emancipatorio que, como en los dibujos
podemos considerar que estamos entrando
en un período de transición paradigmática.
2 En la segunda parte, me ocupo con detalle de los
La ciencia y, por tanto, las ciencias sociales problemas epistemológicos.
446 Boaventura de Sousa Santos
de Escher, no se convierta gradual e insidio- moderna no se puede concebir sin las ideas
samente en el mismo mapa de la regulación; de progreso y universalismo. Como muestro
por otro, la necesidad de reinventar una sub- en la segunda parte, el descrédito de ambas
jetividad individual y colectiva capaz de usar ideas está en el fondo de nuestra actual difi-
este mapa y dispuesta a hacerla. Este reto cultad para conceptualizar la emancipación,
cuestiona de forma fundamental a la sociolo- y más aún para dar credibilidad política a
gía y las ciencias sociales. Para que nos ayu- los proyectos emancipatorios. En efecto, en
den a afrontar esta difícil situación, las cien- las dos últimas décadas, la contingencia y el
cias sociales deben cambiar radicalmente. En relativismo se han aducido a menudo como
este texto me ocupo de una dimensión de este prueba de la imposibilidad de la emancipa-
cambio: la teoría de la historia que subyace ción. La contingencia y el relativismo nacen
en el conocimiento científico social y en las de la crítica más fuerte de la teoría moderna
formas hegemónicas de sociabilidad que este de la historia: la idea de Friedrich Nietzsche
conocimiento ha contribuido a consolidar. La de la eterna recurrencia de lo mismo. Sin em-
idea de progreso está en el núcleo de la teoría bargo, como trato de demostrar en lo que si-
de la historia de la modernidad. El significado gue, después de dos siglos de hegemonía de la
de la experiencia social, que antes dependía idea de progreso, la repetición o circularidad
de su nexo con el pasado, hubo que buscarlo histórica no puede sino implicar un determi-
en un nuevo nexo entre la experiencia pre- nado tipo de regresión, vulnerable, por tanto,
sente y las expectativas sobre el futuro. La a la melancolía y la negación y, por ello, a la
idea de progreso aportaba ese nexo. Como retirada: en otras palabras, a una voluntad
sostiene Reinhart Koselleck: “el progreso es de poder a punto de “degenerar” en voluntad
el primer concepto genuinamente histórico de impotencia.
que reduce la diferencia temporal entre la ex- En este texto, expongo los prolegóme-
periencia y la expectativa a un único concep- nos de una aportación científica social a la
to” (1985: 282). La idea de progreso se aplica construcción de un proyecto emancipato-
al desarrollo tanto científico como societal, rio libre de la idea tanto de progreso como
y es la base de una concepción universalista de universalismo.
de la verdad y de la ética. La emancipación
La caída del Angelus Novus: más allá de la ecuación moderna entre raíces y opciones 447
de la burguesía, el espacio del presente como que la victoria se haya consumado. Para lograr-
repetición se fue ampliando, si bien tal amplia- lo, construye enemigos externos, tan podero-
ción nunca alcanzó la idea de futuro entendido sos como incomprensibles, una especie de an-
como progreso. A partir de la crisis de la idea cient regime externo. Tal es el caso de Samuel
de revolución en los años veinte, se refuerza el Huntington (1993; 1997) y la amenaza que ve en
reformismo como modelo de transformación las civilizaciones no occidentales, en especial
social y emancipación, modelo asentado en la la del Islam.
coexistencia de la repetición y de la mejora4 Por otro lado, los grandes vencidos de este
cuya forma política más acabada se convirtió proceso histórico, los trabajadores y los pue-
en el Estado de bienestar. blos del Sur global, tampoco son de interés
En la actualidad, la dificultad reconocida para el futuro en cuanto progreso, toda vez
por nosotros de pensar en la transformación que fue en su seno donde se generó su propia
social y la emancipación reside en el colapso derrota. Incluso, en la versión más tenue del
de la teoría de la historia que nos ha llevado futuro, el modelo de repetición/mejoría carac-
hasta este momento, provocado por la ero- terístico del reformismo —que aun así solo se
sión total de los supuestos que le confirieron hizo posible para una pequeña fracción de ven-
credibilidad en el pasado. Como mencioné, la cidos del llamado “mundo desarrollado”— si
burguesía siente que su victoria histórica se ha bien es deseado, aparece en la actualidad como
consumado y el vencedor solo está interesado insostenible, en virtud de la fatalidad con que
en la repetición del presente; el futuro como se propaga el desmoronamiento del Estado de
progreso puede, en realidad, significar una bienestar. Si la repetición del presente es into-
amenaza peligrosa. En estas condiciones, para- lerable, más lo es la perspectiva de su abando-
dójicamente, la conciencia más conservadora no. De repente, la repetición y el empeoramien-
es la que intenta rescatar el pensamiento del to aparecen como el menor de los males.
progreso, pero solo porque se resiste a aceptar Pero si, por un lado, el futuro parece vacío
y sin sentido, por el otro, el pasado es tan in-
transferible como siempre. La capacidad de
4 Sobre los conceptos de mejora y repetición como
resplandor, de irrupción, explosión, revela-
movimientos articulados del Estado moderno, véase
Santos (1995: 96-107). ción, en suma, la capacidad mesiánica, como
La caída del Angelus Novus: más allá de la ecuación moderna entre raíces y opciones 449
diría Walter Benjamin (1968: 225), fue traslada- ruinas frente a sí va creciendo hasta llegar al cie-
da al futuro por la modernidad occidental. La lo. La tempestad es lo que llamamos “progreso”
inutilización del futuro no abre espacios para (Benjamin, 1968: 257).
utilizar el pasado. Simplemente dejamos de ob-
servar el pasado de modo utilizable. El Ángel de la historia contempla, impoten-
En mi opinión, no podemos pensar en la te, la acumulación de ruinas y de sufrimiento
transformación social y la emancipación si no a sus pies. Le gustaría quedarse, echar raíces
reinventamos el pasado. Me involucro en tal re- en la catástrofe para, a partir de ella, despertar
invención en las siguientes secciones. a los muertos y reunir a los vencidos, pero la
fuerza de la voluntad cede frente a la fuerza que
La parábola del Angelus Novus lo obliga a escoger el futuro, al cual da la espal-
Comienzo con la alegoría de la historia de da. Su exceso de lucidez se une a la falta de efi-
Walter Benjamin. Dice así: cacia. Lo que conoce bien y que podía transfor-
mar se le vuelve algo extraño y, por el contrario,
Hay un cuadro de Klee llamado Angelus Novus. se entrega sin condiciones a lo desconocido.
Representa un ángel que parece estar alejado Las raíces no tienen sustento y las alternativas
de algo que mira fijamente. Tiene los ojos muy son ciegas. Así, el pasado es un relato y nun-
abiertos, la boca abierta y las alas extendidas. ca un recurso, una fuerza capaz de irrumpir
Es, sin duda, el aspecto del Ángel de la historia. en un momento de peligro para auxiliar a los
Vuelve el rostro hacia el pasado. Donde vemos vencidos. Lo mismo dice Benjamin en otra te-
ante nosotros una cadena de acontecimientos, sis sobre la filosofía de la historia: “articular
él observa una catástrofe perenne que amontona
el pasado históricamente no significa recono-
sin cesar ruinas sobre ruinas y las va arrojando
a sus pies. De seguro le gustaría quedarse ahí,
cerlo ‘como fue en realidad’. Significa apode-
despertar a los muertos y volver a unir lo que fue rarnos de una memoria tal como ella relampa-
destrozado. Sin embargo, del Paraíso arranca una guea en un momento de peligro” (1968: 225).
tempestad que le levanta las alas, y es tan fuer- La capacidad de redención del pasado radica
te que el ángel no puede cerrarlas. La tempestad en la posibilidad de surgir inesperadamente
lo arrastra al futuro irremediablemente, al que le en un momento de peligro, como fuente de
ha dado la espalda, mientras que el montón de inconformismo.
450 Boaventura de Sousa Santos
Según dice Benjamin, el inconformismo de que sopla del Paraíso sigue sintiéndose, pero
los vivos no existe sin el inconformismo de los con menos intensidad. El ángel continúa en la
muertos, ya que “ni estos estarán a salvo del misma posición, pero la fuerza que lo susten-
enemigo, si es este el vencedor”. Y añade: “Este ta va desvaneciéndose. Hasta es posible que
enemigo no ha dejado de ganar” (1968: 255). la posición sea producto de la inercia y que
Trágico es, pues, el hecho de que el Ángel de la el ángel de Klee haya dejado de ser un ángel
historia moderna cobije en el pasado su capa- trágico para convertirse en una marioneta en
cidad de explosión y redención. Imposible es posición de descanso. Es una sospecha la que
el inconformismo de los muertos, como impo- me permite continuar con este texto. Comen-
sible el inconformismo de los vivos.5 zaré por proponer un relato de la modernidad
¿Cuáles son las consecuencias de esta tra- occidental para, enseguida, presentar el prefa-
gedia? Al igual que Benjamin, atravesamos un cio de otro relato.
momento de peligro. Y, como tal, pienso cuán
importante es colocar al Ángel de la historia Raíces y opciones
en otra posición, reinventar el pasado para La construcción social de la identidad y de
restituirle la capacidad de explosión y reden- la transformación en el mundo moderno de
ción. La partida parece una tarea imposible en Occidente se basa en una ecuación entre raí-
la medida en que, después de siglos de hege- ces y opciones. Esta ecuación confiere al pen-
monía de la teoría modernista de la historia, samiento moderno un carácter doble: por un
no tenemos otra posición para observar el pa- lado, pensamiento de raíces, por el otro, pen-
sado, solo la que nos ofrece el ángel. Me atre- samiento de opciones. El pensamiento de las
vo, entonces, a pensar que este comienzo del raíces es el pensamiento de todo lo profundo,
nuevo milenio nos da la oportunidad de abor- permanente, único y singular, todo aquello que
dar este dilema creativamente. La tempestad da seguridad y consistencia; el pensamiento de
las opciones es el pensamiento de todo aquello
que es variable, efímero, sustituible, posible e
5 Un análisis reciente de la teoría de la historia indeterminado a partir de las raíces. La diferen-
de Walter Benjamin véase Echeverría (1996; 2011);
cia fundamental entre las raíces y las opciones
Steinberg (1996); Ribeiro (1995); Callinicos (1995: 150);
Löwy (2005a); Gandler (2010).
La caída del Angelus Novus: más allá de la ecuación moderna entre raíces y opciones 451
es de escala (Santos, 2002b: 426-434).6 Las raí- tanto como desorienta. Por el contrario, las
ces son entidades de gran escala. Como suce- entidades de pequeña escala cubren territorios
de en la cartografía, cubren vastos territorios confinados y períodos cortos, pero lo hacen
simbólicos y largos períodos históricos, pero con el suficiente detalle como para permitir
las características del terreno no permiten calcular el riesgo de selección entre opciones.
levantar cartas topográficas en detalle y sin Tal diferencia de escala permite que las raíces
ambigüedades. Es, pues, un mapa que orienta sean únicas y la selección múltiple, y que, a pe-
sar de ello, la ecuación entre ellas sea viable,
sin llegar a ser trivial. La dualidad de las raíces
6 Las raíces y las opciones también se distinguen y opciones es fundadora y constituyente, es de-
según el tiempo. Las sociedades, como las interaccio- cir, no está sometida al juego que se establece
nes sociales, se construyen sobre una multiplicidad de entre raíces y opciones. En otras palabras, no
tiempos sociales y difieren según las combinaciones y existe la opción si no se piensa en términos de
jerarquías específicas de los tiempos sociales que privi-
legian. Dibujando libremente la tipología de los tiempos
raíces y opciones. La eficacia de esta ecuación
sociales de Georges Gurvitch (1969: 340), sugiero que se asienta en una doble estratagema. En primer
las raíces se caracterizan por una combinación de: 1) lugar, la estratagema del equilibrio entre el pa-
tiempo y tiempo de larga duración y al ralentí (temps sado y el futuro. El pensamiento de las raíces
de longue durée et au ralenti); 2) tiempo cíclico (temps se presenta como un pensamiento del pasado
cyclique), el tiempo que baila en su lugar (que danse
Sur place); y 3) tiempo tardío (temps en retard Sur lui en contraposición con el pensamiento de las
même), tiempo cuyo despliegue se mantiene en espera. opciones, el pensamiento del futuro. Se trata
Las opciones, por otra parte, se caracterizan por una de una estratagema porque, de hecho, tanto el
combinación de 1) tiempo acelerado (temps en avan- pensamiento de las raíces como el de las opcio-
ce Sur lui même), el tiempo de contingencia y discon-
nes son pensamientos del futuro, orientados al
tinuidad; y 2) tiempo explosivo (temps explosive), el
tiempo sin pasado o presente y solo con futuro. En un futuro. El pasado, en esta ecuación, es tan solo
continuo entre el tiempo glacial y el tiempo instantá- una manera específica de construir el futuro.
neo, las raíces modernas tienden a agruparse alrededor La segunda estratagema es la del equilibrio
del tiempo glacial, mientras que las opciones modernas entre raíces y opciones. La ecuación se pre-
tienden a agruparse alrededor del tiempo instantáneo.
Si en las raíces el tiempo tiende a ser lento, en las opcio-
senta como simetría, como un equilibrio entre
nes tiende a ser rápido. raíces y alternativas, y como un equilibrio en la
452 Boaventura de Sousa Santos
que los asuntos del hombre no le preocupan” Este juego de movimiento y de posición
(1964: 11-13).7 A partir de esta raíz tan pasmosa, entre raíces y opciones alcanza su desarrollo
pueden ser posibles las opciones más dispares. pleno con la Ilustración. Dentro de un vasto
Por esta razón, y no por las que invoca, Tuck campo cultural —que va de la ciencia a la
acierta cuando afirma que el tratado de Gro- política, de la religión al arte—, las raíces se
tius “posee el rostro de Jano y sus dos bocas asumen claramente como el otro, radicaliza-
hablan tanto el lenguaje del absolutismo como do, de las opciones, tanto de las que son posi-
el lenguaje de la libertad” (1979: 79). Esto es bles como de las que pueden ser imposibles.
lo que pretende Grotius. Sustentado por la raíz De esta forma, la razón, transformada en raíz
del derecho natural, el derecho puede decidir última de la vida individual y colectiva, no
promover la jerarquía (el jus rectorium, como tiene otro fundamento que el de generar op-
lo llama) o la igualdad (el jus equatorium). ciones; aquí es donde la razón se distingue, en
En el mismo proceso histórico en que la reli- cuanto raíz, de las raíces de la sociedad del
gión transita del estatus de raíz al de opción, la ancient regime (la religión y la tradición). Se
ciencia transita, por el contrario, del estatus de trata de una raíz que, al radicalizarse, abre el
opción al de raíz. La propuesta de Giambattista campo a enormes opciones.
Vico de la “nueva ciencia” (1961) se refiere a De cualquier forma, las opciones no son
un marco decisivo en esta transición que dio infinitas. Ello es particularmente evidente en
inicio con Descartes y se consumó en el siglo la otra gran raíz de la Ilustración: el contrato
XIX. La ciencia, al contrario de la religión, es social y la voluntad general que lo sustenta
una raíz que nace en el futuro, es una opción (Santos, 1995: 63-71). El contrato social es la
que, al radicalizarse, se transforma en raíz y, a metáfora que origina una opción radical —la
partir de entonces, genera un inmenso campo de dejar el estado de naturaleza para formar
de posibilidades y de imposibilidades, es decir, la sociedad civil— que se transforma en una
de opciones. raíz a partir de la cual casi todo es posible,
todo excepto volver al estado de naturaleza.8
7 En otro trabajo analizo con más detalle las teorías
de Grotius y las teorías racionalistas del derecho natu- 8 Como muchas otras matrices de la modernidad
ral (Santos, 1995: 60-63). occidental, el contrato social excluye a los pueblos co-
454 Boaventura de Sousa Santos
La contractualización de las raíces es irrever- Entonces puede afirmarse que, con la Ilustra-
sible, y este es el límite de reversibilidad de ción, la ecuación raíces/opciones se convierte
las opciones. La voluntad general, según Rous- en una forma hegemónica de pensar la transfor-
seau, no puede ser puesta en duda por los hom- mación social y el lugar de los individuos y los
bres libres que genera. En El contrato social grupos sociales en esa transformación. Una de
dice: “quien se niegue a obedecer la voluntad las manifestaciones más elocuentes de este pa-
general será obligado a ello por la sociedad en radigma es el motivo del viaje como metáfora
su conjunto: lo que apenas significa que será central del modo de estar en el mundo moder-
forzado a ser libre” (1973: 174). no. De los viajes reales de la expansión europea
La contractualización de las raíces es un pro- a los viajes reales e imaginarios de Descartes,
ceso histórico largo y accidentado. Por ejem- Montaigne, Montesquieu, Voltaire o Rousseau,
plo, el Romanticismo es, fundamentalmente, el viaje tiene una carga simbólica doble: por un
una reacción contra la contractualización de lado, es el símbolo del progreso y enriquecimien-
las raíces y la reivindicación de su carácter to material o cultural; por otro, es el símbolo del
inapropiable y singular.9 Sin embargo, las raí- peligro, de la inseguridad y de la pérdida. Una
ces románticas están tan orientadas al futuro faceta doble que hace que el viaje contenga en
como las del contrato social. En ambos casos, sí mismo a su contrario, la idea de una posición
se intenta abrir un campo de posibilidades que fija, la casa (oikos o domus) que da sentido al
permita distinguir entre las opciones posibles viaje, le confiere un punto de partida y un punto
y las imposibles, entre las opciones legítimas y de llegada. Van Der Abeele dice: “[el oikos] actúa
las ilegítimas. como un punto trascendental de referencia que
organiza y domestica una cierta área mediante la
definición de todos los demás puntos en relación
lonizados. En realidad, las condiciones materiales para a sí mismo” (1992: 18). Del mismo modo, Gaston
la construcción de la sociedad civil residen en gran Bachelard habla de la “plenitud original del ser
medida en el estado de naturaleza que se impone a los
de la casa”, que es el hecho de que “muchos de
pueblos colonizados.
nuestros recuerdos están alojados” (1969: 8), lo
9 De ahí el rostro del romanticismo de Janus, aho-
que le lleva a sugerir que el psicoanálisis debe
ra reaccionario, ahora revolucionario. Véase Gouldner
(1970); Brunkhorst (1987); Löwy (2005a). complementarse con el topoanálisis.
La caída del Angelus Novus: más allá de la ecuación moderna entre raíces y opciones 455
En suma, el oikos es un fragmento del viaje sin duda al tráfico de esclavos. Por otro lado, el
que no viaja, con el fin de lograr que ese viaje motivo del viaje es falocéntrico. El viaje presu-
tenga sentido. El oikos es la raíz que sustenta pone, como ya mencioné, la fijeza del punto de
y limita las opciones de vida o de conocimien- partida y de llegada, la casa (el oikos o domus),
to que el viaje hace posible. A su vez, el viaje y la casa es el lugar de la mujer. La mujer no
refuerza la raíz de origen en la medida en que, viaja, con lo que hace posible el viaje. Además,
por vía del exotismo de los lugares que permi- esta división sexual del trabajo dentro del moti-
te visitar, hace más profunda la familiaridad de vo del viaje es uno de los topoi más resistentes
la casa de donde se parte. El relativismo cul- en la cultura occidental, y tal vez lo es también
tural que surge de la actitud comparativa de en otras culturas. La versión arquetípica del
los viajeros imaginarios de la Ilustración tiene viaje en la cultura occidental es La Odisea. La
como límite la afirmación de la identidad y, en Penélope doméstica se hace cargo de la casa
casi todos ellos, otorga superioridad a la cultu- mientras Ulises viaja. La larga espera de Pené-
ra europea. De hecho, Montaigne nunca viajó lope es la metáfora de la solidez del punto de
a América, como tampoco lo hicieron Montes- partida y de llegada que garantiza la posibili-
quieu a Persia, ni Rousseau a Oceanía, pero dad y aleatoriedad de las peripecias por las que
la realidad es que todos ellos viajaron a Italia pasa el viajero Ulises.
en busca de las raíces de la cultura europea, El interés del motivo del viaje en este con-
raíces veneradas cuanto más brutal era el con- texto radica en que, a través de este, es posible
traste con la degradación de Italia en la época identificar las determinaciones sexistas, racis-
de esos viajes. tas y clasistas de la ecuación moderna entre
El motivo del viaje es lo que mejor muestra raíces y opciones. El campo de posibilidades
la discriminación y desigualdad que la ecua- que abre la ecuación no es igual para todos. Al-
ción moderna raíces/opciones oculta e intenta gunos, quizá la mayoría, son excluidos de este
justificar. Por un lado, el viaje a esos lugares campo. Para ellos, las raíces, lejos de ofrecer
exóticos para muchos no fue voluntario ni per- nuevas opciones, significan el dispositivo, nue-
seguía profundizar cierta identidad cultural. Al vo o viejo, que se las niega. Las raíces que otor-
contrario, se trató de un viaje forzado y su ob- gan opciones a los hombres, a los blancos y a
jetivo era destruir la identidad. Esto se aplica los capitalistas, son las mismas que las niegan
456 Boaventura de Sousa Santos
a las mujeres, a los negros, a los trabajadores. El factor común entre la revolución comunis-
A finales del siglo XIX el juego de espejos entre ta y la revolución introspectiva10 es que ambas
raíces y opciones se consolida, y se convierte son respuestas creativas a la profunda desorga-
en la idéologie savante de las ciencias sociales. nización social e individual de una sociedad que
Los dos ejemplos más brillantes son, sin duda, está experimentando la pérdida de los ideales,
Marx y Freud. símbolos y modos de vida que han constituido
En Marx, la base es la raíz y la superestruc- su herencia común. La orientación al futuro
tura son las opciones. No se trata de una vulgar en la ecuación raíces/opciones está presente
metáfora como algunos marxistas no vulgares tanto en Marx como en Freud. Si para Marx
quieren hacer creer. Se trata de un principio ló- la base es la llave de la transformación social,
gico de racionalidad social que impregna toda para Freud o Jung no tiene sentido investigar el
la obra de Marx y, de hecho, la de muchos otros inconsciente fuera de un contexto terapéutico.
científicos sociales que discrepaban. Baste men- Así, el materialismo histórico y la psicología de
cionar el caso de Durkheim, para quien la con- las profundidades se proponen ir a las raíces
ciencia colectiva es la raíz siempre amenazada de la sociedad moderna —del capitalismo y de
en una sociedad que se basa en la división del la cultura occidental, respectivamente— para
trabajo social y en las opciones que esta mul- abrir opciones nuevas y más amplias. El éxito
tiplica indefinidamente. El mismo pensamiento de su teoría, para cualquiera de ellos, radica en
está presente en Freud y Jung. La importancia que pueda transformarse en fundamento e ins-
del inconsciente en la psicología de las profun- trumento de tal transformación.
didades radica precisamente en el hecho de que En un mundo que perdió hace mucho el “pa-
este es la raíz profunda donde se edifican las sado profundo”, la raíz de la religión, la ciencia
opciones del ego o su limitación neurótica. Del es tanto para Marx como para Freud la única
mismo modo, en el nivel más amplio del Freud
cultural y de Jung, tal como los analiza Peter
Homans, “la interpretación distingue la infraes- 10 Sobre la revolución introspectiva como un cambio
tructura inconsciente de la cultura para así li- de valor radical que tiene lugar a comienzos del siglo
XX y que implica, aparte de Freud, escritores como
berar al intérprete de los poderes opresivos y
Proust, Joyce y Kafka, y filósofos como Bergson, véase
coercitivos de esta” (1993: 20). Weinstein & Platt (1969: 137).
La caída del Angelus Novus: más allá de la ecuación moderna entre raíces y opciones 457
raíz capaz de sustentar un nuevo comienzo Anthony Giddens, concepto de habitus de Pie-
en la sociedad moderna occidental. A partir rre Bourdieu), sus afirmaciones analíticas si-
de ella, las buenas opciones son las legitima- guieron siendo presa de la ecuación por las for-
das científicamente. Ello implica, para Marx, mas específicas en que se distanciaban de ella.
la distinción entre realidad e ideología y, para En lo que respecta al campo político moder-
Freud, la distinción entre realidad y fantasía. no, el equivalente político liberal de esta nueva
En esta distinción reside también la posibili- ecuación de raíces y opciones es el Estado-na-
dad de la teoría crítica de la actualidad. Como ción y el derecho positivo, ahora convertidos en
dijo Nietzsche, si desaparecieran las realidades las raíces que crean la amplia gama de opcio-
también desaparecerían las apariencias. Y lo nes en el mercado y en la sociedad civil. Para
contrario también es cierto.11 funcionar como raíz, la ley debe ser autónoma,
En nuestro siglo, la sociología y las ciencias significativa y científica. Hubo cierta resistencia
sociales en general se han desarrollado como a esta transformación. En Alemania, por ejem-
disciplinas sobre la base de la nueva ecuación plo, la escuela histórica reivindicó para la ley
raíces/opciones, convertida en la narrativa la vieja ecuación raíz/opción: el derecho como
maestra de la inteligibilidad social: estructura una emanación del Volksgeist. Pero lo que pre-
y agencia en sociología y antropología, la lon- valecía era la nueva ecuación: la raíz jurídica
gue durée y l’évenement en historia y langue y constituida por la codificación y el positivismo
parole o estructura profunda y estructura su- y propensa a transformar la ley en una herra-
perficial en lingüística son versiones diferentes mienta de ingeniería social (Santos, 1995: 73).
de la misma ecuación. Incluso cuando algunas El Estado liberal, a su vez, se constituyó como
corrientes teóricas en las diferentes disciplinas una raíz imaginando una nacionalidad homogé-
se posicionaban contra este esquema (corrien- nea y una cultura nacional (Anderson, 1983). El
tes fenomenológicas y posestructuralistas) Estado se convierte, pues, en el guardián de una
o buscaban mediaciones entre los términos raíz que no existe más allá del Estado.
de la ecuación (teoría de la estructuración de
El fin de la ecuación
Estamos a punto de llegar a un momento
11 Dada su obsesión anti-kantiana, esta idea se repite
en Nietzsche. Véase, por ejemplo, Nietzsche (1973). peligroso, en el sentido que le atribuyó Walter
458 Boaventura de Sousa Santos
Benjamin. Creo que dicho momento radica en que parece trivial y sin consecuencias, se co-
buena medida en el hecho de que la ecuación loca en ecuación con otro trascendental y de
moderna entre raíces y opciones, con la que consecuencias fatales. Este cambio abrupto e
aprendemos a pensar la transformación social, imprevisible de la escala de los fenómenos ocu-
está a punto de pasar por un proceso de pro- rre en la actualidad con los más diversos domi-
funda desestabilización al parecer irreversible. nios de la práctica social, por lo que me atrevo
Esta se presenta bajo tres formas principales: a considerarlo como una de las características
turbulencia de las escalas, explosión de raíces fundamentales de nuestro tiempo.
y opciones, y trivialización de la ecuación entre Basándome en la obra de Prigogine (1980;
raíces y opciones. 1997; Prigogine & Stengers, 1979), pienso que
nuestras sociedades atraviesan por un período
La turbulencia de las escalas de bifurcación. Como es sabido, esta condición
Por lo que respecta a la turbulencia de las es- se da en sistemas inestables cuando un cam-
calas, es importante recordar lo que mencioné bio mínimo puede producir transformaciones
con anterioridad sobre la diferencia de escalas cualitativas de modo imprevisible y caótico.
entre las raíces (a gran escala) y las opciones (a Dicha explosión abrupta de escala genera una
pequeña escala). La ecuación raíces/opciones enorme turbulencia y coloca al sistema en una
se asienta en esa diferencia y en la estabilidad situación de vulnerabilidad irreversible. Pienso
de tal diferencia. En la actualidad vivimos tiem- que la turbulencia de nuestro tiempo es de tal
pos turbulentos que se manifiestan a través de tipo, y en ella reside la enorme vulnerabilidad
una confusión caótica de escalas entre fenóme- a que están sujetas las formas de subjetividad
nos. La violencia urbana es paradigmática en y de sociabilidad: del trabajo a la vida sexual,
este sentido. Cuando un niño de la calle busca de la ciudadanía al ecosistema. Esta situación
abrigo para pasar la noche, y por esa misma de bifurcación repercute en una ecuación raí-
razón es asesinado por un policía, o cuando ces/opciones, lo que origina que la diferencia
una persona es abordada por un mendigo en de escala entre raíces y opciones sea caótica y
la calle y al negarse a dar limosna es asesinada reversible. La inestabilidad política de nuestro
por este, lo que ocurre es una explosión impre- tiempo se debe, en gran medida, a los repenti-
visible en la escala del conflicto: un fenómeno nos cambios de escala, tanto en lo que respecta
La caída del Angelus Novus: más allá de la ecuación moderna entre raíces y opciones 459
a las raíces como a las opciones: desde el co- vecinos. Un ataque contra una ciudad se con-
lapso de la Unión Soviética hasta la limpieza ét- vierte en un fenómeno global del más alto ni-
nica en los Balcanes; desde la ocupación cada vel. Mientras que la mayoría de los cristianos
vez más brutal e inmoral de Palestina hasta la sudaneses del sur alcanzan el status y la escala
Primavera Árabe; desde la partición de Sudán de un Estado-nación, lo mismo se le niega a los
hasta la intervención imperialista en Irak, Afga- palestinos. Los conflictos nacionales en Libia,
nistán y Libia por los Estados Unidos y sus alia- Egipto, Siria, Túnez y Yemen se vuelven regio-
dos, y la intervención imperialista francesa en nales o globales, o permanecen nacionales sin
Costa de Marfil; desde el horrendo ataque con- razones claras. No son nuevos estos cambios
tra las Torres Gemelas y el Pentágono en los de escala, toda vez que ya ocurrieron en la pos-
Estados Unidos hasta la guerra global contra el guerra con el proceso de descolonización y el
terror que se desarrolló a partir de ahí; Desde surgimiento de nuevos estados poscoloniales,
la ejecución extrajudicial de los líderes rivales llamados “nacionales”. Lo nuevo en estos cam-
(Osama bin Laden, Mu’ammar Gadhafi) como bios es precisamente el hecho de que se lle-
una nueva doctrina del derecho internacional varon a cabo sobre las ruinas de Estados que
a la disciplina neocolonial del pueblo martiri- habían reclamado para sí la titularidad de las
zado de Haití bajo la supuesta benevolencia raíces de identidad.
de la administración de las Naciones Unidas. La misma explosión en apariencia errática de
Cuando se desmoronó la Unión Soviética, los las escalas se da en el campo de las opciones.
casi 25 millones de rusos que vivían fuera de En el campo de la economía, la fatalidad con
Rusia en las diversas repúblicas que conforma- que se imponen ciertas opciones, como, por
ban la Unión vieron de repente que su raíz, su ejemplo, los ajustes estructurales y las drásti-
identidad nacional, era minimizada y reducida cas consecuencias que estos producen, hacen
al estatus de identidad local, propia de una mi- que la pequeña escala se amplíe hasta conver-
noría étnica. Por el contrario, los serbios de tirse en una gran escala y que el corto plazo se
la antigua Yugoslavia procuraron, con el apo- transforme en una larga duración instantánea.
yo inicial de los países occidentales, ampliar El ajuste estructural para los países del Sur, le-
la escala de sus raíces nacionales hasta llegar jos de ser una opción, es una raíz transnacional
al canibalismo de las raíces nacionales de sus que envuelve y asfixia las raíces nacionales y
460 Boaventura de Sousa Santos
las reduce a protuberancias locales. Por otro y la población pobre (el “Tercer Mundo inter-
lado, el contrato social, la metáfora de la con- no”) de los países del Norte, todo ello nos hace
tractualización de las raíces políticas de la creer que estamos ante la opción de excluir del
modernidad, en la actualidad está sujeto a una contrato social a un fragmento significativo de
gran turbulencia, si no totalmente desmantela- la población del mundo, tanto en la periferia
do. El contrato social es un contrato-raíz que como en el núcleo del sistema mundial, forzán-
se basa en la opción, compartida por todos, de dola a volver al estado de naturaleza.
abandonar el estado natural. Doscientos años
después, el desempleo estructural, el recru- La explosión de las raíces
decimiento de las ideologías reaccionarias, el y de las opciones
trabajo precario, el trabajo sin derechos y el La segunda manifestación de la desestabili-
trabajo esclavista, junto con los escandalosos zación de la ecuación es la explosión simultá-
salarios en el sector financiero, y el rescate que nea de las raíces y de las opciones. De hecho, lo
se realice a los bancos, mientras que, en el otro que comúnmente se llama “globalización”, una
lado se le niega ese apoyo a las personas que se articulación de la sociedad de consumo con la
encuentran incapaces de pagar sus hipotecas sociedad de información, ha dado origen a la
o las deudas de los préstamos que solicitaron multiplicidad infinita, en apariencia, de opcio-
para continuar sus estudios; el retorno de ideo- nes. El campo de posibilidades se ha expandi-
logías reaccionarias que sustituyen el principio do enormemente, legitimado por las propias
de culpabilidad individual por el principio de fuerzas que hacen posible tal expansión, sean
responsabilidad social y llenar la agenda polí- estas la tecnología, la economía de mercado, la
tica de convocatorias para que los enfermos, cultura global de la publicidad y el consumis-
pobres o ancianos mueran rápidamente y así mo o la democracia. Si se amplían las opciones,
disminuir el gasto público en salud; el aumento estas se transforman de manera automática en
exagerado de las desigualdades socioeconómi- un derecho a tal ampliación. Sin embargo, en
cas entre los países que componen el sistema aparente contradicción con esto, vivimos una
mundial y en el interior de cada uno de ellos, época de localismos y territorialidades, de
el hambre, la miseria y la enfermedad a las que identidades y singularidades, de genealogías y
está sometida la población de los países del Sur memorias. Estos se han vuelto aún más visibles
La caída del Angelus Novus: más allá de la ecuación moderna entre raíces y opciones 461
con las luchas de los pueblos indígenas y de del universalismo eurocéntrico. El carácter he-
los afrodescendientes en defensa de sus terri- gemónico de esta última forma de fundamenta-
torios, de los campesinos en defensa de sus lismo es señalado por su capacidad de designar
tierras y contra la ocupación de tierras, de los las versiones extremas de la política de identi-
pueblos tribales contra los megaproyectos y de dad como las únicas formas del fundamentalis-
los movimientos por el derecho a la memoria mo: no hay fundamentalismo en el Norte global
después de las atrocidades del apartheid y la excepto el de los grupos sociales no occiden-
dictadura o los movimientos por la identidad tales de Occidente que viven allí. Contra esta
cultural y el derecho a hablar el propio idioma. ideología egoísta, sugiero que, de todos los fun-
En suma, una época de multiplicación, otra vez damentalismos, el fundamentalismo neoliberal
sin límites, de las raíces. es indudablemente el más intenso. Ahora que
La explosión de raíces y opciones no se da el marxismo acaba de comenzar a recuperar-
solo por la multiplicación indefinida de unas y se de una profunda crisis, el capitalismo se ha
otras. Surge, también, por la búsqueda de raí- vuelto verdaderamente marxista. En el curso
ces más profundas y fuertes que sustenten op- de las últimas décadas, la ideología de los mer-
ciones particularmente dramáticas y radicales. cados libres y la privatización se ha converti-
El campo de las posibilidades se reduce en este do en una especie de nuevo contrato social, es
caso de manera drástica, pero las opciones res- decir, la base o raíz económica universal que
tantes son dramáticas y están cargadas de con- obliga a la mayoría de los países, individuos y
secuencias. Los dos ejemplos más elocuentes comunidades a opciones radicales, que muy a
de esta explosión de raíces y opciones genera- menudo se reducen a elegir entre el caos de la
da por el aumento excesivo de unas y otras son exclusión y el caos de la inclusión.
los fundamentalismos y la investigación sobre Por otro lado, la investigación sobre el ADN,
el ADN. El fundamentalismo religioso o políti- llevada a cabo en el ámbito del proyecto sobre
co se entiende generalmente como cualquier el genoma humano, significa, en términos cul-
versión extrema de la política de identidad en turales, la transformación del cuerpo en la últi-
Occidente que se considera, explícita o implí- ma raíz a partir de la cual se abren las opciones
citamente, no occidental. De hecho, su forma dramáticas de la ingeniería genética. La eclo-
más común deriva de las versiones extremas sión de la investigación de las neurociencias
462 Boaventura de Sousa Santos
sobre el cerebro en los últimos años, la llama- de bienestar analizada por Linda Gordon (1991;
da década del cerebro, y la medicación biotec- 2007); de la opción denunciada por Cheikh
nológica personalizada, se puede interpretar Anta Dioup (1967) y Martín Bernal (1987) de
como otro medio de convertir el cuerpo en la eliminar las raíces africanas de la Black Athe-
raíz última. Comenzamos el siglo XX con la re- na (Atenas Negra) con el fin de intensificar su
volución socialista y la revolución introspecti- pureza como raíz de la cultura europea a la
va, y ahora estamos comenzando el nuevo siglo opción de blanquear el Black Atlantic (Atlán-
con la revolución corporal. El papel central que tico Negro) para ocultar los sincretismos de la
en su momento asumieron la clase y la psique, modernidad, como mostró Paul Gilroy (1993),
en la actualidad lo ha asumido el cuerpo, con- observamos que las raíces de nuestra sociabi-
vertido, al igual que la razón ilustrada, en la raíz lidad y racionalidad son, de hecho, optativas,
de todas las opciones. dirigidas más bien a una idea hegemónica de
futuro que les dio sentido, y no hacia el pasado
La intercambiabilidad de raíces que, al final, solo existió para funcionar como
y opciones espejo anticipado del futuro.
La explosión extensiva e intensiva de raíces Sin embargo, paradójicamente, este des-
y de opciones puede desestabilizar realmente cubrimiento y la denuncia que lleva consigo
la ecuación entre raíces y opciones solo en la se trivializan a medida que se profundizan.
medida en que se articula con su intercambia- Como el capitán Ahab descubrió por propia
bilidad. Vivimos una época de descubrimiento experiencia que, detrás de la máscara, solo
y deconstrucción. Observamos que muchas de existe otra máscara. El saber que las raíces
las raíces a las que volvimos la mirada eran, al hegemónicas de la modernidad occidental
final, opciones disfrazadas. Las teorías y las son opciones disfrazadas otorga a la cultura
epistemologías feministas, las teorías críticas hegemónica la oportunidad de imponer, ahora
de la raza, los estudios poscoloniales y la nueva sin necesidad de disfraces y con gran arrogan-
historia significan una contribución decisiva en cia, sus opciones como raíces. El caso más
este campo. De la opción occidental/oriental de elocuente tal vez sea The Western Canon (El
la primatología, estudiada por Donna Haraway canon de Occidente), de Harold Bloom (1994).
(1989), a la opción sexista y racista del Estado Ahí explica que las raíces son un mero efecto
La caída del Angelus Novus: más allá de la ecuación moderna entre raíces y opciones 463
del derecho a las raíces y, este, un mero efecto ha sido cuestionada por la política de “adop-
del derecho a las opciones. ción abierta” en la que los padres biológicos se
En sociología, la explosión de raíces y op- encuentran con padres adoptivos, participan
ciones en los últimos tiempos ha adoptado la en el proceso de separación y traslado, y con-
forma, entre otros, de la proliferación del revi- servan el derecho a un contacto continuo y al
sionismo sobre los fundadores de la disciplina, conocimiento del paradero y el bienestar del
su identificación y sus contribuciones (Alexan- niño (Yngvesson, 1996: 14). La interdependen-
der, 1982a; 1982b; 1987; Thompson, 2008; Coll- cia entre el nacimiento y las madres adoptivas
ins, 1994; 2008; Cuin & Gresle, 1992; Hedström, le da al niño adoptado la posibilidad de optar
2005; Giddens, 1993; 1995; Karsenti, 2005; Joas entre raíces genéticas biológicas y socialmen-
& Knöbl, 2009; Rawls, 2004; Ritzer, 1990; 1992; te construidas o incluso optar por mantenerlas
2010; C. Turner, 2010; J. Turner, 2010a; 2010b; P. como una especie de contingencia de vida de
Wagner, 2012; S. Wagner, 1992). raíz acotada. En la nueva constelación de sen-
La intercambiabilidad de raíces y opciones tido, raíces y opciones dejan de ser entidades
no es exclusiva de los campos culturales y cualitativamente distintas. Ser raíz o ser opción
científicos. Se está produciendo en todos los es un efecto de escala y de intensidad. Las raí-
niveles de sociabilidad y de la vida cotidiana. ces son la continuación de las opciones a una
Incluso, se ha convertido en un constitutivo escala y con una intensidad diferentes, y lo mis-
de nuestras trayectorias de la vida e historias. mo ocurre con las opciones. Esta circularidad
Los debates sobre adopción y sobre la nego- permite que el derecho a las raíces y el derecho
ciación de la maternidad son probablemente a las opciones sean mutuamente traducibles.
uno de los mejores ejemplos.12 El secretismo Son isomorfos y se formulan en lenguas y dis-
que durante muchos años separó a la madre cursos diferentes. Todo se transforma en una
biológica (raíz) de la madre adoptiva (opción) cuestión de estilo.
El juego de espejos entre raíces y opciones
alcanza la exacerbación en el ciberespacio.
12 Un buen análisis de la maternidad negociada, en- En Internet, las identidades son doblemente
trelazando el análisis científico y la trayectoria de la
imaginadas: como imaginaciones y como imá-
vida personal, puede leerse en Yngvesson (1996). Véase
también Mandell (2007) y Sales (2012). genes. Cada quien es libre de crear las raíces
464 Boaventura de Sousa Santos
que desee y, a partir de ellas, reproducir sus La condición de nuestro tiempo es que pa-
opciones hasta el infinito. Así, la misma ima- samos por un período de transición. Las matri-
gen puede observarse como una raíz sin op- ces coexisten con las mediatrices; el espacio
ciones o como una opción sin raíces y, en esa y el tiempo, con los instantes de velocidad; la
medida, pensar en los términos de la ecuación inteligibilidad del discurso de la autenticidad,
raíces/opciones deja de tener sentido. De he- con su ininteligibilidad. La ecuación entre raí-
cho, esta ecuación solo parece tener sentido ces y opciones ora hace que todo tenga senti-
en una cultura conceptual, logocéntrica, que do, ora hace que nada tenga sentido. Estamos
discurre sobre matrices sociales y territoria- frente a una situación más compleja que la
les (espacio y tiempo) y las somete a criterios de Nietzsche porque, en nuestro caso, tanto
de autenticidad. A medida que transitamos ha- se acumulan realidades y apariencias como
cia una cultura centrada en imágenes, el espa- desaparecen unas y otras. Estas oscilaciones
cio y el tiempo van siendo sustituidos por los drásticas de sentido son, tal vez, la causa úl-
instantes de la velocidad, las matrices socia- tima de la trivialización de la ecuación entre
les van siendo sustituidas por mediatrices y, raíces y opciones.
en el mismo nivel, el discurso de la autentici- Aquí reside nuestra dificultad de pensar la
dad se transforma en una jerga indescifrable. transformación social en este lado de la línea
No existe más profundidad que la sucesión de abisal. Es que el pathos de la distinción entre
imágenes. Todo lo que está por debajo y por raíces y opciones es inherente al modo moder-
detrás, también está por encima y enfrente. no de pensar la transformación social. Cuanto
En esta tesitura, tal vez el análisis de Gilles más intenso sea ese pathos, más se evapora el
Deleuze (1968) sobre el rizoma adquiere una presente y se transforma en un momento efí-
nueva actualidad. En efecto, Mark Taylor y mero entre el pasado y el futuro.13 Y, al con-
Esa Saarinen, dos filósofos de los medios, afir- trario, en ausencia de ese pathos, el presente
man que “el registro imaginario transforma tiende a eternizarse y a devorar de igual forma
raíces en rizomas. Una cultura rizomática no
está ni enraizada ni desenraizada. Nunca sa-
13 Este pathos fue en gran parte responsable de la
bremos por dónde irán a irrumpir los rizomas”
irrelevancia de las realidades sociales al otro lado de la
(1994: 9). línea, las sociedades coloniales.
La caída del Angelus Novus: más allá de la ecuación moderna entre raíces y opciones 465
el pasado y el futuro. Tal es nuestra condición selectivos que definen lo que cuenta como re-
actual en este lado de la línea. Vivimos un tiem- levante presente en cualquier momento histó-
po de repetición, y si se acelera esta repetición, rico dado. En otras palabras, es el resultado
se produce una sensación de vértigo y de es- del funcionamiento de la línea abisal que di-
tancamiento a la vez. Debido a su aceleración vide la realidad social en dos campos recípro-
y tratamiento mediático, la repetición termina camente ininteligibles. En cambio, hay quien
sometiendo incluso a aquellos grupos que se observa en la eternización del presente una
afirman por el pathos de las raíces. Es tan fácil nueva tempestad del Paraíso que sustenta el
e irrelevante caer en la ilusión retrospectiva de Angelus Novus. Según Taylor y Saarinen, en la
proyectar el futuro en el pasado como caer en red telecomunicacional global de realidades
la ilusión prospectiva de proyectar el pasado digitalizadas, el espacio parece sucumbir en
en el futuro.14 El presente eterno conforma la una presencia que no conoce la ausencia, y el
equivalencia entre las dos ilusiones y a la vez tiempo parece estar condensado en un presen-
las neutraliza. Con ello, nuestra condición asu- te que ni el pasado ni el futuro perturban. Que
me una dimensión kafkiana: lo que existe no se llegara a alcanzar el gozo de esa presencia
tiene explicación, ni por el pasado ni por el fu- en el presente significaría la cristalización de
turo. Existe apenas en un mar de indefinición y los sueños más antiguos y más profundos de
de contingencia. la imaginación religioso-filosófica occidental
Si la modernidad le quita al pasado su capa- (1994: 4).
cidad de irrupción y revelación para entregar- A mi entender, la tempestad digital en las
la al futuro, el presente kafkiano se la quita al alas del ángel es virtual y puede ser ligada o
futuro. Lo que irrumpe en el presente kafkiano desligada a voluntad. Por esta misma razón
es errático, arbitrario, fortuito y hasta absur- nuestra condición es mucho menos heroica
do. De hecho, la eternalización del presente y promisoria de lo que la tempestad propone.
va unida a la operación de criterios altamente La presencia, cuya posesión es imaginada por
la religión y la filosofía, es la fulguración única
e irrepetible de una relación sustantiva, pro-
14 La resistencia contra la trivialización del pathos
ducto de una interrogación permanente, sea
de las raíces inspira movimientos indígenas en todo el
mundo. esta el acto místico, la superación dialéctica,
466 Boaventura de Sousa Santos
la realización de Geist, del Selbstsein, el acto la primavera de 1940, escribió una advertencia
existencial o el comunismo. La presencia digi- que mantiene su actualidad:
tal es, por el contrario, la fulguración de una
relación de estilo, repetible una y otra vez; una El espanto por el hecho de que las cosas que esta-
respuesta permanente a todos los posibles in- mos viviendo [se refiere desde luego al nazismo]
terrogantes. Se opone a la historia sin tener la ‘todavía’ sean posibles no es un espanto filosófi-
co. No se sitúa en el umbral de la comprensión,
conciencia de que es histórica. Por eso imagina
a no ser que se entienda que la concepción de la
el fin de la historia sin tener que imaginarse su
historia de la cual proviene es insostenible. (1980:
propio fin. 257)
el pasado quedó subrepresentado y subcodi- Es preciso, pues, luchar por otra concepción
ficado. El dilema de nuestro tiempo reside en del pasado, en la que este se convierta en razón
que a pesar de que el futuro esté desacredita- anticipada de nuestra rabia y de nuestro incon-
do, aún es posible, en el ámbito de esta teoría, formismo. En vez de un pasado neutralizado,
reanimar el pasado. Para la teoría de la histo- un pasado como pérdida irreparable resultan-
ria, el pasado es una acumulación fatalista de te de iniciativas humanas que pudieron elegir
catástrofes que el Angelus Novus observa de entre alternativas. Un pasado reanimado en
manera impotente y ausente. nuestra dirección por el sufrimiento y por la
Nuestra tarea consiste en reinventar el pasa- opresión que fueron causados por la presencia
do para que asuma la capacidad de fulguración, de alternativas que se podían haber evitado. En
irrupción y redención que Benjamin imaginó nombre de una concepción del pasado, seme-
con clarividencia: “para el materialismo histó- jante a esta Benjamin critica la socialdemocra-
rico de lo que se trata es de retener una imagen cia alemana y dice:
del pasado tal como esta aparece ante el sujeto
histórico, súbitamente, en el momento de peli- [La socialdemocracia] se dio el gusto de trasladar
gro” (1980: 255). Esta capacidad de fulguración a la clase trabajadora el papel de libertadora de
solo se podrá desarrollar si el pasado deja de las generaciones futuras. Así le cortó el nervio de
la mejor fuerza que tenía. En esta escuela, la clase
ser la acumulación fatalista de catástrofes para
trabajadora olvidó tanto el odio como el espíritu
ser tan solo la anticipación de nuestra indigna-
de sacrificio. Porque estos se nutren de la imagen
ción y de nuestro inconformismo. El fatalismo de los antepasados esclavizados y no del ideal de
es, en la concepción modernista, el otro lado los nietos liberados. (1968: 260)
de la confianza en el futuro. El pasado queda
así neutralizado en dos niveles: porque sucedió Tal vez más que en la época de Benjamin,
lo que tenía que suceder y porque lo que haya perdemos la capacidad de enfurecernos y es-
acontecido en un momento dado ya sucedió, y pantarnos frente al realismo grotesco que se
puede llegar a superarse con posterioridad. En acepta solo porque existe, perdemos la volun-
esta constelación de ilusiones retrospectivas tad de sacrificio. Para recuperar una y otra es
y de ilusiones prospectivas del pasado solo se importante reinventar el pasado como nega-
aprende a confiar en el futuro. tividad, producto de la iniciativa humana y, a
468 Boaventura de Sousa Santos
partir de él, construir interrogantes poderosos ser diferente y mejor. Así pues, la iniciativa
y adoptar posiciones apasionadas que tengan del ser humano, y no cualquier idea abstracta
la capacidad de despertar sentidos fecundos. de progreso, puede fundamentar el principio
Entonces es conveniente identificar el sen- de esperanza de Ernst Bloch. El inconformis-
tido de los interrogantes en un momento de mo es la utopía de la voluntad. Como dice
peligro como el que estamos atravesando. Benjamin: “la chispa de la esperanza solo po-
Tal identificación se da en dos momentos. El see el don de deslumbrar en el pasado a aquel
primero es el de la pretendida eficacia de los historiador que está convencido de que ni si-
interrogantes poderosos. Recurro a una ex- quiera los muertos estarán a salvo del enemi-
presión un tanto idealista de Merleau-Ponty go, si este es el vencedor” (1968: 255).
(1968: 44) y pienso que para que los interro- Las imágenes desestabilizadoras serán efi-
gantes poderosos sean eficaces deben ser mo- caces solo si son ampliamente compartidas.
nogramas del espíritu sobre las cosas. Deben Esto me conduce al segundo momento del sen-
irrumpir por la intensidad y por la concentra- tido de los interrogantes poderosos. ¿Cómo lo-
ción de energía interior que transportan. Tal grar que el interrogante esté más distribuido
irrupción, en las condiciones actuales, solo que las respuestas que le fueron dadas? Juzgo
ocurre si los interrogantes poderosos se tra- que, en el interior de la cultura occidental, en
ducen en imágenes desestabilizadoras. Son el momento actual de peligro, el interrogante
esas imágenes las únicas que pueden restituir poderoso, para ser ampliamente distribuido,
la capacidad de espanto y de indignación. En suele incidir más sobre lo que nos une que so-
la medida en que el pasado deje de ser auto- bre lo que nos separa. Porque uno de los ardi-
máticamente redimido por el futuro, el sufri- des de la ecuación raíces/opciones fue ocultar,
miento humano, la explotación y la opresión bajo la capa del equilibrio entre una y otra, el
que lo habitan se convertirán en un comenta- predominio total de las opciones, por lo cual
rio cruel sobre el tiempo presente, inadmisi- tenemos en la actualidad múltiples teorías
ble porque aún sucede y porque la iniciativa y prácticas de separación y de varios grados
del ser humano pudo evitarlo. Las imágenes de separación. En cambio, carecemos de teo-
son desestabilizadoras solo en la medida en rías de la unión, y esta carencia resulta grave
que todo depende de nosotros y todo podría en extremo en un momento de peligro. Pero
La caída del Angelus Novus: más allá de la ecuación moderna entre raíces y opciones 469
como he dicho, la unión solo puede lograrse a coaliciones y las alianzas han sido poco efica-
partir de una investigación radical de las con- ces para superar las teorías de la separación,
diciones epistemológicas, políticas, culturales aunque lo han sido más para superar las sepa-
e históricas que fundamentan y promueven la raciones territoriales que para superar las se-
separación. Solo así se logrará un equilibrio paraciones que provocan las diferentes formas
necesario entre las teorías de la separación y de discriminación y opresión. Las coaliciones
las teorías de la unión. transnacionales han sido más fáciles entre gru-
Los poderes hegemónicos que rigen la socie- pos feministas y entre ecologistas o indígenas
dad de consumo y la sociedad de información que entre unos y otros grupos. Esto se debe
han promovido teorías e imágenes que apelan al desequilibrio entre las teorías de la separa-
a una totalidad —sea de la especie, del mundo ción y las de la unión. Estas últimas, entonces,
y hasta del universo— que existe por encima deben reforzarse para que se vuelva visible lo
de las divisiones entre las partes que la com- que hay de común entre las diferentes formas
ponen. Sabemos que se trata de teorías e imá- de discriminación y de opresión: el sufrimien-
genes manipuladoras que ignoran las diversas to humano.
circunstancias y aspiraciones de los pueblos, La globalización contrahegemónica, que yo
clases, géneros, regiones, etcétera, así como denomino “cosmopolitismo insurgente”, está
las relaciones de desigualdad, explotación inserta en el carácter global y multidimensional
y victimización que han unido las partes que del sufrimiento humano. La idea del totus or-
componen esa pseudototalidad. Sin embargo, bis, formulada por Francisco de Vitoria, uno de
el grado de credibilidad de estas teorías e imá- los fundadores del derecho internacional mo-
genes consiste en apelar, aunque de manera derno, debe ser reconstituida como globaliza-
manipuladora, a una comunidad imaginada de ción contrahegemónica, como cosmopolitismo
la humanidad en su conjunto. El sufrimiento insurgente. El respeto por la diferencia no pue-
ocurre en todas partes; los individuos son los de impedir la comunicación y complicidad que
que sufren, no las sociedades. hace posible la lucha contra la indiferencia. El
A su vez, las fuerzas contrahegemónicas momento de peligro por el que estamos atrave-
han contribuido a ampliar las arenas de en- sando exige que profundicemos en la comuni-
tendimiento político; pero, en general, las cación y la complicidad. Debemos hacerlo, no
470 Boaventura de Sousa Santos
en nombre de una communitas abstracta, sino a ellas. Defiendo la posición de que no hay
movidos por la imagen desestabilizadora del conocimiento en general ni ignorancia en ge-
sufrimiento multiforme causado por la iniciati- neral. Cada forma de conocimiento conoce
va humana, tan avasallador como innecesario. en relación con un cierto tipo de ignorancia
Las teorías de la separación, en este momento y, viceversa, cada forma de ignorancia es ig-
de peligro, deben formularse sin perder de vis- norancia de un cierto tipo de conocimiento.
ta lo que nos une; y, viceversa, las teorías de la Cada forma de conocimiento implica así una
unión deben formularse tomando en cuenta lo trayectoria de un punto “A”, designado por la
que nos divide. Las fronteras divisoras deben ignorancia, a un punto “B”, designado por el
construirse con numerosas entradas y salidas. saber. Las formas de conocimiento se distin-
Al mismo tiempo, es importante mantener en guen por el modo en que caracterizan los dos
mente que lo que une solo une a posteriori. No puntos y las trayectorias entre ellos. Esta tra-
es la naturaleza humana, sino la iniciativa hu- yectoria, en la modernidad de Occidente, es,
mana la que nos une. simultáneamente, una secuencia lógica y una
La comunicación y la complicidad deben secuencia temporal. El movimiento de la igno-
darse con apoyo y en varios niveles para que rancia al saber es también el movimiento del
haya un equilibrio dinámico entre las teorías pasado al futuro.
de la separación y las teorías de la unión. A Creo que el paradigma de la modernidad
cada nivel le corresponde un potencial de in- contiene dos formas importantes de cono-
dignación e inconformismo, alimentado por cimiento: conocimiento-regulación y cono-
una imagen desestabilizadora. Propongo que cimiento-emancipación. El conocimiento-
distingamos tres niveles: el cultural, el político regulación consiste en una trayectoria entre
y el jurídico. un punto de ignorancia, denominado caos, y
La comunicación y la complicidad episte- un punto de conocimiento, denominado or-
mológicas se asientan en la idea de que no den. El conocimiento-emancipación consiste
existe solo una forma de conocimiento, sino en una trayectoria entre un punto de igno-
varias, y que es preciso optar por la que fa- rancia, denominado colonialismo, y un punto
vorece la creación de imágenes desestabiliza- de conocimiento, denominado solidaridad. Si
doras y una actitud de inconformismo frente bien estas dos formas de conocimiento están
La caída del Angelus Novus: más allá de la ecuación moderna entre raíces y opciones 471
es posible gracias a la simultaneidad temporal entre las culturas han implicado siempre la
de dos o más contemporaneidades diferentes. muerte del conocimiento de la cultura subordi-
Los interlocutores del diálogo son superficial- nada, de ahí la muerte de los grupos sociales
mente contemporáneos; de hecho, se sienten que la poseían. En los casos más extremos,
contemporáneos solo con la tradición his- como el de la expansión europea, el epistemi-
tórica de su respectiva cultura. Esto es muy cidio fue una de las condiciones del genocidio.
probable cuando las diferentes culturas invo- La pérdida de la confianza epistemológica que
lucradas en el diálogo comparten un pasado aflige actualmente a la ciencia moderna ha faci-
de intercambios desiguales interconectados. litado la identificación del alcance y la gravedad
¿Cuáles son las posibilidades de un diálogo de los epistemicidios perpetrados por la moder-
transcultural cuando una de las culturas en nidad eurocéntrica hegemónica. Cuanto más
presencia ha sido moldeada por violaciones consistente sea la práctica de la hermenéutica
masivas y duraderas de los derechos huma- diatópica, más desestabilizadora será la imagen
nos perpetradas en nombre de la otra cultura? de tales epistemicidas. La segunda orientación
Cuando las culturas comparten ese pasado, para lograr un equilibrio dinámico entre las teo-
el presente que comparten en el momento en rías de la separación y las teorías de la unión
que inician el diálogo es, en el mejor de los es política, y la he denominado, siguiendo a Ri-
casos, un quid pro quo y, en el peor, un frau- chard Falk, “gobernanza humana” (human go-
de. El dilema cultural es el siguiente: Ya que vernance). Las teorías hegemónicas de la unión,
en el pasado la cultura dominante hizo impro- comenzando por la economía de mercado y por
nunciables algunas de las aspiraciones de la la democracia liberal, están generando formas
cultura subordinada a la dignidad humana, de barbarie, de exclusión y de destitución que
¿es posible ahora pronunciarlas en el diálogo se traducen en prácticas de neofeudalismo. A
transcultural sin justificar e incluso reforzar su vez, las teorías contrahegemónicas de sepa-
su impronunciabilidad? ración, por ejemplo, las que subyacen en mu-
La energía que impulsa la hermenéutica dia- chos movimientos y políticas de identidad, han
tópica proviene de una imagen desestabilizado- redundado en ciertas ocasiones en prácticas
ra que denomino epistemicidio, el asesinato fundamentalistas o neotribales porque no cuen-
del conocimiento. Los intercambios desiguales tan con el contrapeso de las teorías de la unión.
474 Boaventura de Sousa Santos
Es por estas dos vías opuestas, pero con- de cualquier versión de pretensión de verdad
vergentes entre sí, que estamos viviendo una en cuanto fundamento para el extremismo y la
época de exceso de separatismo y de segrega- violencia política” (1995: 242). El principio de
cionismo. Es necesario construir una imagen gobernanza humana, impulsado por una ima-
desestabilizadora, la imagen del apartheid glo- gen desestabilizadora —el apartheid global—
bal, un mundo de guetos sin entrada ni salida, poderosa porque está asociada a la guerra, a las
que anda errante en un mar de corrientes colo- desigualdades abisales y al colapso ecológico,
nialistas y fascistas. Esta imagen desestabiliza- tiene un potencial de oposición muy elevado.
dora constituirá la energía de la orientación po- Tal vez, más que las orientaciones restantes,
lítica de la gobernanza humana. En la línea de tiene un carácter eurocéntrico por su aspira-
Falk, entiendo dicho gobierno como todo cri- ción de totalidad. Representa, así, el máximo
terio normativo que “facilite la comunicación a de conciencia centrífuga del eurocentrismo al
través de divisiones de civilización, nacionalis- comprometerse con sus víctimas y al aspirar
tas, étnicas, clasistas, generacionales, cogniti- a una totalidad emancipatoria que tenga como
vas y sexuales”, pero que lo hace con “respeto centro el sufrimiento de las víctimas.
y celebración de la diferencia y una actitud de Para terminar, la orientación jurídica para
extremo escepticismo para con los sobresaltos el momento de peligro que estamos atravesan-
exclusivistas que niegan los espacios de expre- do proviene del derecho internacional. Se tra-
sión y descubrimiento de los otros, así como ta de la doctrina del “patrimonio común de la
para las variantes del universalismo que ignoran humanidad”,17 sin duda la doctrina sustantiva
las circunstancias desiguales y las aspiraciones más innovadora, también la más vilipendiada,
de los pueblos, clases y regiones” (1995: 242).
En otras palabras, la gobernanza humana es
17 El concepto de patrimonio común de la humanidad
un proyecto normativo que, “en todos y en significa que la lucha de los grupos sociales oprimidos
cualquier contexto, identifica y restablece por una vida digna, bajo las nuevas condiciones de
constantemente las diversas intersecciones en- globalización promovidas por el capitalismo, solo ten-
tre lo específico y lo general, y mantiene sus drá éxito en términos de un nuevo patrón de desarrollo
y sociabilidad, que necesariamente incluirá un nuevo
fronteras mentales y espaciales abiertas como
contrato social con la tierra, con la naturaleza y con las
entradas y salidas, aunque sigue desconfiando generaciones futuras.
La caída del Angelus Novus: más allá de la ecuación moderna entre raíces y opciones 475
del derecho internacional en la segunda mitad que estas entidades naturales pertenecen a la
del siglo XX y hoy prácticamente abandonada humanidad en su totalidad y que todas las per-
debido a la dominación abrumadora del neoli- sonas tienen derecho a tener voz y participa-
beralismo y los nuevos imperialistas a los que ción en la gestión y asignación de sus recursos.
ha dado lugar, como el imperialismo minero. Cinco elementos suelen estar asociados con el
El concepto de patrimonio común de la concepto de patrimonio común de la humani-
humanidad fue formulado por primera vez en dad: la no apropiación; la gestión de todos los
1967 por el embajador de Malta ante las Nacio- pueblos; el intercambio internacional de los
nes Unidas, Arvid Pardo, en relación con las beneficios obtenidos de la explotación de los
negociaciones de la ONU sobre la regulación recursos naturales; el uso pacífico, incluida la
internacional de los océanos y los fondos mari- libertad de investigación científica en beneficio
nos profundos. El propósito de Pardo fue de todos los pueblos; y su conservación para
las generaciones futuras.18
proporcionar una base sólida para la futura coo- Aunque formulado por abogados interna-
peración mundial [...] mediante la aceptación cionales, el concepto de patrimonio común de
por parte de la comunidad internacional de un la humanidad trasciende de lejos el ámbito del
nuevo principio de derecho internacional [...]
derecho internacional tradicional. El derecho
que el lecho marino y el fondo oceánico y su
internacional se ocupa tradicionalmente de las
subsuelo gozan de un estatuto especial como
patrimonio común de la humanidad y que, como relaciones internacionales entre los Estados-
tales, deben reservarse exclusivamente para fi- nación, que se supone que son los principales
nes pacíficos y administrados por una autoridad beneficiarios de la reglamentación acordada.
internacional en beneficio de todos los pueblos Estas relaciones se basan principalmente en
(1968: 225-226). la reciprocidad, es decir, otorgando ventajas
a otro estado o estados a cambio de ventajas
Desde entonces, el concepto de patrimonio
común de la humanidad se ha aplicado no solo
al fondo marino sino también a otras “áreas co- 18 Pureza (1998; 2009); Payoyo (1997); Baslar (1998);
Zieck (1992: 177-197); Pacem in Maribus XX (1992);
munes”, como la Luna y el espacio ultraterres- Blaser (1990); Weiss (1989); Joyner (1986); Kiss (1985);
tre. La idea que hay detrás de este concepto es White (1982); Dupuy (1974).
476 Boaventura de Sousa Santos
equivalentes para sí mismo (Kiss, 1985: 426). El reconocimiento de los campos socia-
El concepto de patrimonio común de la hu- les, ya sean físicos o simbólicos, que sean
manidad es diferente del derecho internacio- res municipales y que solo puedan ser admi-
nal tradicional por dos razones: por un lado, nistrados en interés de todos, es una condi-
en lo que respecta al patrimonio común de la ción sine qua non de la comunicación y la
humanidad, no se trata de reciprocidad; y por complicidad entre parte y todo para lograr un
otro, los intereses que deben salvaguardarse mayor equilibrio entre las teorías de separa-
son los intereses de la humanidad en su con- ción y de unión. Si el todo, ya sea la especie,
junto, más que los intereses de los estados. el mundo o el universo, no tiene un espacio
Como señala Alexandra Kiss, desde el siglo jurídico propio, estará sujeto a los dos crite-
XIX los estados han firmado convenciones rios básicos de separación de la modernidad:
que no contienen implicación de reciprocidad la propiedad que fundamenta el capitalismo
(prohibición de la trata de esclavos, libertad mundial y la soberanía que fundamenta el sis-
de navegación, regulación de las condiciones tema interestatal.
laborales, etcétera) y cuya preocupación es El monopolio jurídico de estos dos criterios
salvaguardar “un beneficio para toda la huma- ha destruido o ha amenazado la destrucción
nidad que solo puede obtenerse mediante la de los recursos naturales y culturales de suma
cooperación internacional y la aceptación de importancia para la sostenibilidad y calidad de
las obligaciones por parte de todos los gobier- vida en la tierra. Los fondos marinos profun-
nos, aunque no reciban retorno inmediato” dos, la Antártida, la Luna y otros cuerpos ce-
(1985: 426-427). Pero el concepto del patrimo- lestes, el espacio ultraterrestre, la esfera global
nio común de la humanidad llega mucho más y la biodiversidad son algunos de los recursos
allá, ya que tanto su objeto como su objeto de que, si no son gobernados por los fideicomisa-
regulación trascienden al Estado. La humani- rios de la comunidad internacional en nombre
dad surge, de hecho, como sujeto de derecho de las generaciones presentes y futuras, serán
internacional, con derecho a su propio patri- dañados hasta tal punto que la vida en la tie-
monio y la prerrogativa autónoma de adminis- rra se volverá intolerable, incluso dentro de los
trar los espacios y recursos incluidos en los guetos de lujo que conforman el apartheid glo-
bienes comunes globales (Pureza, 1998). bal (Santos, 1995: 365-373).
La caída del Angelus Novus: más allá de la ecuación moderna entre raíces y opciones 477
A estos recursos también debemos añadir que genera la energía de la orientación del pa-
el patrimonio cultural que la UNESCO ha ve- trimonio común de la humanidad.
nido proponiendo como patrimonio común La dimensión arquetípica del patrimonio
de la humanidad. En este caso, sin embargo, común de la humanidad reside en que, mucho
es el patrimonio mismo y no su degradación antes de haber sido formulada expresamente,
lo que, en mi opinión, debe constituir una esta idea representa la dialéctica de la comu-
imagen desestabilizadora: la imagen de las nicación entre las partes y el todo que estuvo
condiciones bárbaras en las que se han pro- en el origen del derecho internacional moder-
ducido los tesoros culturales. Por lo tanto, el no de la Escuela Ibérica del siglo XVI y su con-
patrimonio cultural solo puede considerarse ciencia de que dividir el mundo en “este lado
el patrimonio común de la humanidad en el de la línea” y “el otro lado de la línea” traería la
sentido de la afirmación de Walter Benjamin destrucción bárbara.
de que “no hay documento de civilización que La distinción de Francisco de Vitoria entre
no sea al mismo tiempo un documento de bar- el jus inter omnes gentes y el totus orbis, y
barie” (1968: 256). la distinción de Francisco Suárez entre el jus
La imagen desestabilizadora que surge de gentium inter gentes y el bonnun commune
aquí es la parábola de la tragedia de los co- humanitatis son los arquetipos del equilibrio
munes enunciada por Garrett Hardin (1968), a matricial entre las teorías de la separación y las
pesar de que la moral que se extrae de ella di- teorías de la unión. El hecho de que se haya
fiere de la de Hardin.19 Como los costos del uso perdido este equilibrio en favor de las teorías
individual de los bienes comunes son siempre de la separación confiere a la doctrina del pa-
inferiores a sus beneficios, los recursos comu- trimonio común de la humanidad un carácter
nes, al ser agotables, se encuentran irremedia- utópico, mesiánico en el sentido de Benjamin.
blemente al borde de una tragedia. Esta imagen Baste enumerar sus atributos principales: no
será más desestabilizadora cuanto más elevada apropiación, gestión de todos los pueblos, re-
sea la conciencia ecológica global. Y es esta la parto internacional de los beneficios obtenidos
por la explotación de los recursos naturales;
utilización pacífica de la investigación científi-
19 Un análisis importante de esta parábola puede leer-
se en Pureza (1995: 281). ca para beneficio de todos los pueblos, incluida
478 Boaventura de Sousa Santos
la libertad, conservación para las generaciones preocupa aquí. La gran influencia ejercida por
futuras (Santos, 1995: 366). Para que este ca- el concepto de John Locke (1956) de acción y
rácter utópico se desarrolle, es necesario que comprensión humana se debió al hecho de que
la idea del patrimonio común de la humanidad su afinidad electiva con la nueva constelación
salga del discurso y las prácticas jurídicas del de significado era tan fuerte que lo que decía
derecho internacional —donde siempre será acerca de la acción humana se entendía no
vencido por los principios de propiedad y de como especulación sino como descubrimiento
soberanía— y se transforme en un nuevo senti- o revelación. Voltaire lo reconoce claramente
do común jurídico emancipatorio que alimente cuando escribe con admiración de Locke:
la acción de los movimientos sociales contra-
hegemónicos y de las organizaciones no guber- Después de que tantos razonadores aleatorios
namentales de activismo transnacional. hubieran formado así lo que se podría llamar el
romance del alma, aparece un sabio que modes-
tamente nos ha presentado la historia de la mis-
Subjetividades desestabilizadoras
ma. Locke ha desarrollado la razón humana para
Las imágenes desestabilizadoras no se deses-
el hombre, tal como un hábil anatomista explica
tabilizan por esencia. Simplemente contienen los resortes y la estructura del cuerpo humano
un potencial desestabilizador, que puede con- (1950: 177).
cretarse solo en la medida en que las imágenes
son capturadas por subjetividades individuales La razón del entusiasmo de Voltaire es que
o colectivas que entienden correctamente los Locke abrió una nueva perspectiva que pos-
signos que emiten, se sienten indignados por tulaba que la investigación de la función de la
los mensajes que llevan y convierten su indig- experiencia debía preceder a cualquier deter-
nación en energía emancipadora. Como ya he minación de su objeto, y que la comprensión
mencionado, la estrecha relación entre el cono- exacta del carácter específico de la compren-
cimiento y la subjetividad ha sido ampliamen- sión humana no podría alcanzarse de otro
te reconocida hoy en las grandes transiciones modo sino trazando todo el curso de su desa-
paradigmáticas del Renacimiento y la Ilus- rrollo, desde sus primeros elementos, hasta sus
tración (Cassirer, 1960; 1963; Toulmin, 1990). formas más elevadas. Según Locke, el origen
La Ilustración es la transición que más nos del problema crítico era genético, la historia de
La caída del Angelus Novus: más allá de la ecuación moderna entre raíces y opciones 479
la mente humana proporcionaba una explica- Locke, nos preguntamos acerca de una subje-
ción adecuada de ello.20 tividad que no culmina con una evolución, una
Escribiendo en un momento crucial de la subjetividad cuya autorreflexividad se centra
constitución del paradigma de la modernidad en un pasado que nunca fue y en las condicio-
occidental, Locke hizo preguntas y proporcio- nes que le impidieron ser. Una sociología de las
nó respuestas que nos son de poco uso hoy, ausencias es tan importante como la sociología
ahora que probablemente hemos llegado a la de las presencias en la construcción social de
última fase del paradigma que él ayudó a con- la subjetividad desestabilizadora. Esa socio-
solidar. Lo que puede ser útil para nosotros, sin logía dual, a la que todavía le falta mucho por
embargo, es la arqueología de las preguntas hacer. Está en el núcleo de la voluntad eman-
de Locke y sus respuestas. Locke fue capaz de cipadora de la subjetividad emergente. Tal vo-
plantear radicalmente una especie de subjetivi- luntad se remonta a la “inquietud” de Étienne
dad capaz y dispuesta a crear un nuevo conoci- Bonnor de Condillac (1984: 288), ese tipo de
miento científico, cuyas infinitas posibilidades inquietud que él consideraba el punto de par-
se vislumbraban en el horizonte, una especie tida no solo de nuestros deseos y deseos, sino
de subjetividad, de hecho, dispuesta a recono- también de nuestro pensar y juzgar, querer y
cerse también en sus propias creaciones. Vio actuar. En una época de explosión de raíces y
la respuesta a su pregunta en una correspon- opciones, así como de intercambiabilidad de
dencia inestable entre dos extremos: un cono- raíces y opciones, esta inquietud se traduce
cimiento que se colocaba al borde de un futuro en una capacidad de desenmascaramiento y
emocionante solo podía ser deseado por una de significado: por un lado, el desenmascara-
subjetividad que representaba la culminación miento de las opciones de poder que han sido
de una evolución ascendente larga. ocultados durante tanto tiempo por las poten-
Hoy, como Locke, debemos plantear la cues- cias dominantes que definen y limitan las op-
tión de la subjetividad de una manera radical, ciones; por otra, el significado de las nuevas
aunque radicalmente diferente. A diferencia de posibilidades abiertas por la autorreflexividad
así realzada. La cuestión es, entonces, desfami-
liarizar la tradición canónica (la sociología de
20 Véase también Cassirer (1960: 93-133). las ausencias) sin detenerse allí, como si esa
480 Boaventura de Sousa Santos
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486 Boaventura de Sousa Santos
Universal. En cada era, un pueblo asume la acto fallido, fueron las Cruzadas,1 que dieron
responsabilidad de conducir la Idea Univer- inicio al segundo milenio de la era cristiana;
sal, convirtiéndose así en el pueblo universal el segundo acto, iniciado a mitad del segundo
histórico, un privilegio que por turnos ha pa- milenio, fueron los descubrimientos y la sub-
sado de los pueblos asiáticos a los griegos, secuente expansión europea. En esta concep-
luego a los romanos y, finalmente, a los ger- ción milenarista, el siglo europeo-americano
manos. América, o más bien Norteamérica, conlleva poca novedad; no es sino otro siglo
conlleva para Hegel un futuro ambiguo, en europeo, el último del milenio. Después de
tanto no choque con el cumplimiento último todo, Europa ha contenido siempre muchas
de la historia universal en Europa. El futuro Europas, algunas dominantes, otras domina-
de (Norte) América es aún un futuro euro- das. Estados Unidos de América es la última
peo, conformado por la población europea Europa dominante; como las previas, ejerce
excedente. su poder incuestionado sobre las Europas do-
Esta idea hegeliana subyace en la idea do- minadas. Los señores feudales de la Europa
minante de que el siglo XX fue el siglo ame- del siglo XI desearon y tuvieron tan poca auto-
ricano: el siglo europeo-americano. Implícita nomía respecto del papa Urbano II, aquel que
queda la idea de que la americanización del los reclutó para las Cruzadas, como los paí-
mundo, empezando por la americanización de ses de la Unión Europea actuales la tuvieron
Europa misma, no es sino un efecto del ardid respecto de Estados Unidos, como ilustran las
universal de la razón, propio de Europa, que, múltiples misiones de la OTAN en los Balca-
al llegar al Extremo Occidente, y sin reconci- nes, Afganistán y Libia.
liarse con el exilio al que Hegel lo ha condena- En estas condiciones es difícil imaginar al-
do, es forzado a desandar sus huellas y trazar ternativa alguna al régimen actual de relacio-
de nuevo el camino de su hegemonía sobre nes internacionales que se ha convertido en
Oriente. La americanización, como forma he- elemento central de lo que llamo “globalización
gemónica de globalización, es entonces el ter-
cer acto del drama milenario de la supremacía
1 Sobre las relaciones entre el Papa y los señores
occidental. El primer acto, en gran medida un
feudales concernientes a las Cruzadas, véase Gibbon
(1928: 31).
Nuestra América. Reinventando un paradigma subalterno de reconocimiento y redistribución 489
hegemónica” (Santos, 1995). No obstante, tal social. Son rechazados, excluidos y arrojados
alternativa no es solo necesaria sino urgente, a una suerte de estado de naturaleza hobbe-
dado que el régimen actual se torna más vio- siana, sea bien porque nunca han formado
lento e impredecible a medida que pierde cohe- parte de contrato social alguno y probable-
rencia, agravando así la vulnerabilidad de los mente nunca lo hagan (me refiero a los des-
grupos sociales, las regiones o las naciones su- castados precontractuales de cualquier parte
bordinadas. El peligro real, tanto en las relacio- del mundo y el mejor ejemplo es tal vez la ju-
nes intranacionales como en las internaciona- ventud de los guetos urbanos, los indignados
les, es la emergencia de lo que llamo “fascismo y el movimiento okupa), o porque fueron ex-
societario”. Al huir de Alemania pocos meses cluidos o expulsados de algún contrato social
antes de su muerte, Walter Benjamin (1968) es- del que eran parte (estos son los desclasados
cribió sus Tesis sobre la teoría de la Historia, poscontractuales, los millones de obreros del
impulsado por la idea de que la sociedad eu- posfordismo, los campesinos después del co-
ropea vivía entonces un momento de peligro. lapso de los proyectos de reforma agraria u
Pienso que hoy vivimos también un momento otros proyectos de desarrollo).
así. En tiempos de Benjamin, el peligro era el En tanto régimen societario, el fascismo se
surgimiento del fascismo como régimen polí- manifiesta como el colapso de las más triviales
tico. En nuestro tiempo, el peligro es el surgi- expectativas de la gente que vive bajo su domi-
miento del fascismo como régimen societario. nio. Lo que llamamos sociedad es un manojo
A diferencia del fascismo político, el fascismo de expectativas estabilizadas, que van de los
societario es pluralista, coexiste con facilidad horarios del metro al salario a fin de mes, o un
con el Estado democrático y su tiempo-espacio empleo al terminar la educación superior. Las
preferido; en vez de ser nacional, es a la vez expectativas se estabilizan mediante una serie
local y global. de escalas y equivalencias compartidas: a un
El fascismo societario está formado por trabajo dado le corresponde una paga dada, a
una serie de procesos sociales mediante los un delito particular le corresponde un castigo
cuales grandes segmentos de la población particular, para un riesgo hay un seguro previs-
son expulsados o mantenidos irreversible- to. La gente que vive en un fascismo societario
mente fuera de cualquier tipo de contrato está privada de estas escalas y equivalencias
490 Boaventura de Sousa Santos
compartidas y, por ello, no tiene expectativas permite que la lógica del mercado se extienda
estabilizadas. Vive en un constante caos de ex- de la economía a todos los campos de la vida
pectativas donde los actos más triviales tienen social y se convierta en el único criterio para
las mayores consecuencias. Afrontan muchos establecer interacciones sociales y políticas, la
riesgos sin seguridad alguna. Galdino Jesús sociedad se tornará ingobernable y éticamente
dos Santos, un pataxó del noreste brasileño, repugnante. El resultado será que cualquier or-
simboliza la naturaleza de tales riesgos. Ha- den que se logre será de tipo fascista, como ya
bía llegado a Brasilia a participar en la marcha lo predijeran hace décadas Schumpeter (1962
de los Sin Tierra. La noche era tibia y decidió [1942]) y Polanyi (1957 [1944]).
dormir en un banco, en la parada del autobús.
En las primeras horas de la mañana fue asesi- El siglo de Nuestra América
nado quemado vivo por tres jóvenes de clase En los márgenes del siglo europeo-america-
media; uno, hijo de un juez, otro, de un oficial no, arguyo, emergió otro siglo, uno en verdad
del ejército. Cuando los jóvenes confesaron a nuevo y americano. Lo llamo el “siglo america-
la policía, dijeron que mataron al indígena por no de Nuestra América”. Mientras el primero
divertirse. “Ni siquiera sabían que era un indio, entraña una globalización hegemónica, este
suponiendo que era un vagabundo sin hogar.” último contiene en sí mismo el potencial para
En otra parte distingo cinco formas principales globalizaciones contrahegemónicas.
de fascismo societal:2 el fascismo del apar- En la sección siguiente analizo el ethos ba-
theid social, el fascismo contractual, el fascis- rroco, concebido como el arquetipo cultural
mo territorial, el fascismo de la inseguridad y el de la subjetividad y la sociabilidad de Nuestra
fascismo financiero. América. Mi análisis resalta aspectos del po-
La expansión del fascismo societario es, tencial emancipador de la nueva ley “natural”
pues, un futuro factible. Existen muchos barroca, concebida como una ley cosmopolita,
signos de que esta posibilidad es real. Si se una ley que no se basa en Dios ni en la natura-
leza abstracta, sino en la cultura social y polí-
tica de grupos sociales cuya vida cotidiana re-
2 Analizo en detalle el surgimiento del fascismo so-
cibe su energía de la necesidad de transformar
cial como consecuencia de la ruptura de la lógica del
contrato social en Santos (2002a: 447-458). sus estrategias de supervivencia en fuente de
Nuestra América. Reinventando un paradigma subalterno de reconocimiento y redistribución 491
Se pregunta Martí: “¿No es acaso evidente que crear así una identidad compleja, una nueva y
América fue paralizada por el mismo golpe que constantemente cambiante identidad:
paralizó a los indios?” Y se responde: “hasta
que los indios no caminen, América misma no Solo aquello que no es mío me interesa. La ley de
comenzará a caminar bien” (1963-1966: 336- los hombres. La ley del antropófago [...] Contra
337). Aunque en Nuestra América Martí abor- todos los importadores de conciencia enlatada.
La palpable existencia de la vida. La mentalidad
da principalmente el racismo antiindio, en otro
prelógica para estudio del señor Levy-Bruhl [...]
pasaje se refiere también a los negros: “un ser
He preguntado a un hombre qué es la ley. Me
humano es más que blanco, más que mulato, dijo que es la garantía de ejercer la posibilidad.
más que negro [...] Las dos clases de racistas Su nombre era Galli Mathias. Me lo tragué. An-
son igualmente culpables: el racista blanco y el tropofagia. La absorción del enemigo sagrado.
racista negro” (1963-1966: 299). Convertirlo en tótem. La aventura humana. La
La segunda idea en torno a Nuestra América finalidad terrena. Empero, solo las élites puras
es que en sus raíces mezcladas reside su infinita han conseguido la antropofagia carnal, aquella
complejidad, su nueva forma de universalismo que guarda en sí misma el más alto sentido de
que enriqueció al mundo. Dice Martí: “no exis- la vida y que evita los males identificados por
te el odio de raza porque no hay razas” (1963- Freud, los demonios catequéticos (Andrade,
1990: 47-51).
1966: 22). En esta frase reverbera el mismo li-
beralismo radical que había animado a Simón
Este concepto de antropofagia, irónico en
Bolívar a proclamar que América Latina era
relación con la representación europea del
“una pequeña humanidad”, una “humanidad en
“instinto caribe”, se acerca mucho al concepto
miniatura”. Esta suerte de universalismo ubica-
de transculturación desarrollado en Cuba por
do y contextualizado habría de convertirse en
Fernando Ortiz algunos años después, en los
una de las consignas más perdurables de Nues-
años cuarenta (Ortiz, 1973). Buscando un ejem-
tra América.
plo más reciente, cito al antropólogo brasileño
En 1928, el poeta brasileño Oswald de An-
Darcy Ribeiro, que en un arranque de brillante
drade publicó el Manifiesto antropófago. Por
humor dijo:
antropofagia entendía la capacidad americana
para devorar todo lo ajeno e incorporarlo para
Nuestra América. Reinventando un paradigma subalterno de reconocimiento y redistribución 493
Es bastante fácil hacer una Australia: tómese a a una Grecia que no sea nuestra. Tenemos más
unos cuantos franceses, ingleses, irlandeses e necesidad de ella. Los políticos nacionales deben
italianos, láncenlos a una isla desierta, maten remplazar a los políticos extranjeros y exóticos.
entonces a los indios y hagan una Inglaterra de Injértese el mundo en nuestras repúblicas, pero
segunda, maldita sea, o de tercera, qué mierda. el tronco debe ser aquel de nuestras repúblicas.
Brasil debe percatarse que eso es una mierda, Y dejemos en silencio al pedante conquistado: no
que Canadá es una mierda, porque solo repite hay patria de la cual un individuo pueda estar más
Europa. Esto solo para mostrar que la nuestra es orgulloso que nuestras desdichadas repúblicas
una aventura en pos de una nueva humanidad, el americanas. (1963-1966: 18)
mestizaje en cuerpo y alma. Mestizo es lo que está
bien. (1996: 104) Este conocimiento ubicado, que demanda una
atención continua a la identidad, a la conducta
La tercera idea fundadora de Nuestra Amé- y a la implicación en la vida pública, es lo que
rica es que para poder construirla sobre fun- en verdad distingue a un país, no las atribucio-
damentos genuinos debe conferírsele conoci- nes imperiales de niveles de civilización. Martí
miento genuino. Martí de nuevo: “valen más distingue al intelectual del hombre cuya expe-
las trincheras de las ideas que las trincheras de riencia de vida lo ha hecho sabio. Y dice: “no hay
piedra” (1963-1966: 16). Pero para lograr esto, pugna entre civilización y barbarie sino entre fal-
las ideas deben estar enraizadas en las aspira- sa erudición y naturaleza” (1963-1966: 17).
ciones de los pueblos oprimidos. “Así como el Nuestra América conlleva así un fuerte
mestizo auténtico conquistó al exótico criollo, componente epistemológico. En vez de im-
el libro importado fue conquistado en América portar ideas extranjeras, hay que buscar las
por el hombre natural” (1963-1966: 17). Por eso realidades específicas del continente desde
Martí argumenta: una perspectiva latinoamericana. Ignorarlas
o menospreciarlas ha ayudado a los tiranos a
La universidad europea debe rendirse ante la acceder al poder, y ha dado pie a la arrogan-
universidad americana. La historia de Améri-
cia estadounidense ante el resto del conti-
ca, de los incas al presente, debe enseñarse a la
nente. “El desprecio del vecino poderoso que
perfección, aun si no enseñamos los argonautas
de Grecia. Nuestra propia Grecia es preferible no la conoce es la mayor amenaza a Nuestra
América, y con urgencia debe conocerla para
494 Boaventura de Sousa Santos
dejar de despreciarla. Siendo ignorante, tal el Norte, pero habita también en el Sur entre
vez la codicie. Una vez que la conozca, debe- aquellas élites intelectuales y políticas que re-
rá, respetándola, quitarle las manos de encima” chazan las raíces indias y negras y miran hacia
(1963-1966: 22). Europa y Estados Unidos como modelos a imi-
Por lo tanto, un conocimiento situado es tar en sus propios países, con persianas etno-
condición para un gobierno situado. Como lo céntricas que distinguen civilización de barba-
expresa Martí en otra parte: rie. En particular, Martí tiene presente una de
las más tempranas formulaciones sureñas de la
[uno no puede] gobernar nuevos pueblos con América de Próspero, el trabajo del argentino
arreglos singulares y violentos, con leyes here- Domingo Sarmiento titulado Facundo. Civili-
dadas de cuatro siglos de prácticas liberales en zación y barbarie publicado en 1845 (Sarmien-
Estados Unidos y diecinueve siglos de monarquía
to, 1966). Contra este mundo de Próspero diri-
en Francia. Uno no detiene un golpe en el pecho
ge Andrade su “instinto caribe”:
del caballo del hombre común con alguno de los
decretos de Hamilton. Uno no hace fluir la sangre
Sin embargo no fueron los cruzados los que vi-
coagulada de la raza india con un aforismo de Sie-
nieron sino los evadidos de una civilización que
yes (Martí, 1963-1966).
ahora nos tragamos, porque somos fuertes y ven-
gativos como los jabuti [...]4 No teníamos espe-
Y Martí añade: “En una república de indios, culación, pero teníamos adivinación. Teníamos
los gobernadores aprenden el idioma” (1963- política, que es la ciencia de la distribución. Es
1966: 16-17). un sistema social-planetario [...] Antes de que los
Una cuarta idea fundadora de Nuestra Amé- portugueses descubrieran Brasil, Brasil había
rica es que es la América de Calibán, no la de descubierto la felicidad (Andrade, 1990: 47-51).
Próspero.3 La América de Próspero se halla en
La quinta idea básica de Nuestra América
es que su pensamiento político, lejos de ser
3 En este texto utilizo los nombres de Próspero
y Calibán, de La Tempestad de Shakespeare (1611),
para significar que la zona de contacto colonial emer- 4 La tortuga de tamaño mediano descrita en los
gió como una zona de contacto entre el “civilizado” y cuentos folklóricos de Brasil como muy fuerte, pacien-
el “salvaje”. te y resistente.
Nuestra América. Reinventando un paradigma subalterno de reconocimiento y redistribución 495
nacionalista, es internacionalista, y está forta- resto del mundo. América se las arregló para li-
lecido por una actitud anticolonialista y antiim- brarse de la tiranía de España; ahora, habiendo
perialista, dirigida contra Europa en el pasado escrutado con ojos juiciosos las causas y factores
y ahora contra Estados Unidos. Aquellos que antecedentes de tal invitación, es imperativo de-
clarar, porque es cierto, que ha llegado el momen-
piensan que la globalización neoliberal del Tra-
to de que la América hispana declare su segunda
tado de Libre Comercio de América del Norte
independencia (1963-1966: 4-6).
a la Iniciativa de las Américas5 y de la Orga-
nización Mundial de Comercio es algo nuevo, Según Martí, las concepciones dominantes
deberían leer los escritos de Martí acerca del en Estados Unidos respecto de América Lati-
Congreso Panamericano de 1889-1890 y de la na debían incitar a esta última a desconfiar de
Comisión Monetaria Internacional Americana todos los propósitos provenientes del Norte.
de 1891. He aquí los comentarios de Martí so- Enfurecido, Martí acusa:
bre el Congreso Panamericano:
Ellos creen en la necesidad, el derecho bárbaro,
Nunca en América, desde la independencia, hubo como único derecho, de que “esto es nuestro por-
asunto que demandase más sabiduría, que requi- que lo necesitamos”. Ellos creen en la incompa-
riese más vigilancia o llamado a una atención más rable superioridad de “la raza anglosajona contra
clara y detallada, que la invitación que el pode- la raza latina”. Creen en la vileza de la raza negra
roso Estados Unidos, pleno de productos inven- que ellos esclavizaron en el pasado y que ahora
dibles y determinado a expandir su dominación humillan, y en la de la raza india que exterminan.
sobre América, dirige a las naciones americanas Ellos creen que los pueblos de la América hispa-
con menos poder, vinculadas por un libre y ami- na están constituidos sobre todo por indios y ne-
gable comercio con Europa, para formar una gros (1963-1966: 160).
alianza contra ella y cortar sus contactos con el
El hecho de que Nuestra América y la Amé-
rica europea estén geográficamente cerca, y
5 El North America Free Trade Agreement (NAFTA),
tratado de libre comercio entre Estados Unidos, Cana-
la conciencia de los peligros que devienen del
dá y México, entró en vigor en 1994, la misma fecha que desequilibrio entre ambas, pronto forzaron a
el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nuestra América a exigir su autonomía desde
Nacional de Chiapas.
496 Boaventura de Sousa Santos
Maravall, consiste en “suspender la resolución razón por la que Miguel Ángel es considerado
como para darle aliento, después de un momen- con justicia uno de los padres del barroco es,
to transitorio y provisional, y así empujar, con según Wölfflin, que “abordó las formas con
más eficacia, auxiliados por dichas fuerzas re- una violencia y una seriedad terribles que solo
tenidas y concentradas” (Maravall, 1990: 445). pueden encontrar expresión en lo informe”
La interrupción provoca deslumbramiento y (Wölfflin, 1979: 82). Es lo que los contemporá-
novedad, e impide el cierre y la consumación. neos de Miguel Ángel denominaron terribili-
De aquí surge el carácter inacabado y abierto tà. El extremismo en el uso de las formas se
de la sociabilidad barroca. La capacidad de fundamenta en un deseo de grandiosidad que
deslumbramiento, sorpresa y novedad es la es también el deseo de sorprender, tan bien
energía que facilita una lucha en pos de una expresado por Bernini: “que nadie me hable de
aspiración tanto más convincente cuanto nun- lo pequeño” (Tapié, 1988: 188). El extremismo
ca podría cumplirse en su plenitud. El fin del se puede ejercer de muchas maneras distintas,
estilo barroco, dice Wölfflin, “no es represen- para resaltar la simplicidad y hasta el ascetis-
tar un estado perfecto, sino sugerir un proceso mo, o la exuberancia y la extravagancia, como
incompleto y un momento hacia la consuma- ya apuntó Maravall. El extremismo del barroco
ción” (Wölfflin, 1979: 67). permite que emerjan rupturas de las continui-
La subjetividad barroca mantiene una rela- dades aparentes, y mantiene las formas en un
ción muy especial con las formas. La geometría estado inestable de bifurcación permanente,
de la subjetividad barroca no es euclidiana; es para ponerlo en términos de Prigogine (1997).
fractal. La suspensión de las formas resulta de Uno de los ejemplos más elocuentes es El éxta-
los usos extremos a los que recurre: es la ex- sis místico de santa Teresa. En esta escultura,
tremosidad de Maravall (Maravall, 1990: 421). la expresión de santa Teresa está dramatizada
Para la subjetividad barroca, las formas son el de tal suerte que la representación más inten-
ejercicio de la libertad par excellence. La gran samente religiosa de la santa es la imagen pro-
importancia del ejercicio de la libertad justifi- fana de una mujer que disfruta de un orgasmo
ca que las formas sean tratadas con seriedad profundo. La representación de lo sagrado se
extrema, pese a que el extremismo pueda con- desliza subrepticiamente hacia la representa-
ducir a la destrucción de las propias formas. La ción de lo sacrílego.
Nuestra América. Reinventando un paradigma subalterno de reconocimiento y redistribución 501
barroca.8 La crítica poscolonial del mestiza- neolíticos les siguieron muchas otras después
je permite nuevas y potenciadoras formas de del “huracán” entre las diversas culturas de
mestizaje (más adelante). Europa, y entre aquellas y las varias culturas
El sfumato y el mestizaje son los dos ele- africanas y asiáticas. Según Ortiz, lo que desde
mentos constitutivos de lo que yo llamo, si- el siglo XVI distingue a Cuba es el hecho de que
guiendo a Fernando Ortiz, “transculturación”. todas sus culturas y pueblos fueron igualmente
En su famoso libro Contrapunteo cubano, pu- invasores, exógenos, todos ellos desgarrados
blicado originalmente en 1940, Ortiz propone de su cuna original, perseguidos por la separa-
el concepto de transculturación para definir ción y el trasplante a una nueva cultura en for-
la síntesis de procesos de aculturación y neo- mación (1973: 132). Este desajuste y esta tran-
culturación, en extremo intrincados, que han sitoriedad permanentes permitieron nuevas
caracterizado siempre a la sociedad cubana. constelaciones culturales que son algo más que
Según su pensamiento, los choques y descu- la suma de los diferentes fragmentos que con-
brimientos culturales recíprocos, que en Eu- tribuyeron a ellas. El carácter positivo de este
ropa ocurrieron lentamente a lo largo de más constante proceso de transición entre culturas
de cuatro milenios, en Cuba se produjeron es lo que Ortiz denomina “transculturación”.9
como saltos repentinos en menos de cuatro Para reforzar este nuevo carácter positivo, pre-
siglos (Ortiz, 1973: 131). A las transculturacio- fiero hablar de sfumato y no de aculturación,
nes precolombinas entre indios paleolíticos y de mestizaje y no de neoculturación. La trans-
culturación designa, por tanto, la voracidad y
el extremismo con los que la sociabilidad ba-
8 Ver, entre otros, Pastor (1993) y Alberro (1992). En rroca procesa formas culturales. Esta misma
referencia al barroco brasileño, Coutinho (1990: 16) ha-
voracidad y este mismo extremismo están muy
bla de un complejo “mestiçajem barroco”. Véase tam-
bién el concepto del “Atlántico Negro” (Gilroy, 1993)
como manera de expresar el mestizaje que caracteriza
la experiencia cultural negra, una experiencia que no es 9 Desde una perspectiva poscolonial, el concepto de
específicamente africana, americana, caribeña o británi- transculturación es altamente cuestionable, ya que no
ca, sino todas ellas al mismo tiempo. En el mundo de ha- valora debidamente la pretensión de la diferencia. Los
bla portuguesa, el Manifiesto antropófago de Oswald de movimientos negros emergentes cubanos, por ejemplo,
Andrade es el ejemplo más contundente de mestiçagem. plantean muchas cuestiones a este respecto.
Nuestra América. Reinventando un paradigma subalterno de reconocimiento y redistribución 503
presentes en el concepto de antropofagia pro- masas. Sin embargo, mediante sus tres compo-
pio de Oswald de Andrade. nentes básicos —la desproporción, la risa y la
El extremismo con el que la subjetividad ba- subversión— la fiesta barroca está investida de
rroca vive las formas, subraya la calidad de arte- un potencial de emancipación.
facto retórico de prácticas, discursos y modos La fiesta barroca es desproporcionada:
de la inteligibilidad. El artificio (artificium) es requiere una inversión extrema que, no obs-
el fundamento de una subjetividad suspendida tante, se consume en un momento y en un es-
entre los fragmentos. El artificio permite a la pacio extremadamente limitados. Maravall lo
subjetividad barroca reinventarse a sí misma dice así: “se hace uso de medios abundantes y
cuando las sociabilidades que conduce tienden caros, se ejerce un esfuerzo considerable, las
a transformarse en micrortodoxias. Mediante preparaciones son amplias, se echa a andar un
el artificio, la subjetividad barroca es lúdica y aparato complicado y todo para obtener efec-
subversiva a la vez, como bien ilustra la fiesta tos en extremo efímeros, tanto en la forma del
barroca. La importancia de la fiesta en la cul- placer como en la sorpresa” (Maravall, 1990:
tura barroca, tanto en Europa como en Amé- 448). Sin embargo, la desproporción genera
rica Latina, está bien documentada.10 La fiesta una intensificación especial que, a su vez, da
hizo de la cultura barroca la primera instancia pie a la voluntad de moverse, a la tolerancia
de cultura de masas de la modernidad. Los del caos y al gusto por la turbulencia, sin los
poderes políticos y eclesiásticos usaron su ca- cuales no se puede librar la lucha por una
rácter ostentoso y celebratorio para reafirmar transición paradigmática.
su grandeza y consolidar su control sobre las La desproporción hace posibles el deslum-
bramiento, la sorpresa, el artificio y la novedad.
Pero, sobre todo, posibilita la distancia lúdica
10 Véase García de León (1993) para el caso de Mé- y la risa. Dado que no es fácil codificar la risa,
xico, y Ávila (1994) para el caso de Minas Gerais, en la modernidad capitalista le declaró la guerra
Brasil. La relación entre la fiesta, particularmente la al gozo, y así la risa fue considerada frívola, im-
barroca, y el pensamiento utopista permanece aún propia, excéntrica, si no blasfema. Únicamen-
inexplorada. Véase Desroche (1975), para una aproxi-
te en los contextos codificados de la industria
mación a la relación entre el fouriérisme y la société
festive. del entretenimiento se podía admitir la risa.
504 Boaventura de Sousa Santos
El mismo fenómeno se puede observar en los misma manera, una actividad subversiva que
movimientos sociales anticapitalistas moder- no sabe cómo subvertirse cae fácilmente en ru-
nos (en los partidos obreros, en los sindicatos tina reguladora.
e incluso en los nuevos movimientos sociales) Y, por último, el tercer rasgo emancipador
que han prohibido la risa y el juego, para no de la fiesta barroca: la subversión. Al carna-
subvertir la seriedad de la resistencia. Es par- valizar las prácticas sociales, la fiesta barroca
ticularmente interesante el caso de los sindi- despliega un potencial subversivo que aumenta
catos, cuyas actividades tenían al principio a medida que la fiesta se distancia de los cen-
un fuerte elemento lúdico y festivo (las fiestas tros del poder, pero que está siempre ahí, aun
obreras) que, no obstante, fue sofocado gra- cuando los centros del poder sean los promo-
dualmente, hasta que las actividades sindicales tores de la fiesta. Es asombroso entonces que
se hicieron demasiado serias y profundamente este rasgo subversivo sea mucho más notorio
antieróticas. La prohibición de la risa y el juego en las colonias. Escribiendo en 1920 sobre el
es parte de lo que Max Weber llama la Enzäu- carnaval, el gran intelectual peruano Mariáte-
berung del mundo moderno. gui afirmaba que, pese a que la burguesía se
La reinvención de la emancipación social, lo había apropiado, el carnaval era de hecho
que sugiero que se puede alcanzar sumergién- revolucionario porque, al ubicar al burgués
donos en la sociabilidad barroca, apunta al en un disfraz, lo convertía en una parodia in-
reencantamiento del sentido común, que en misericorde del poder y el pasado (Mariátegui,
sí mismo presupone la carnavalización de las 1974: 127). García de León describe también la
prácticas sociales y el erotismo de la risa y el dimensión subversiva de las fiestas y procesio-
juego. Como dice Oswald de Andrade: “el gozo nes religiosas barrocas en el puerto mexicano
es una prueba en contrario” (1990: 51). La car- de Veracruz durante el siglo XVII. Al frente
navalización de la práctica social emancipado- marchaban los más altos dignatarios del virrei-
ra tiene una dimensión importante de autorre- nato de plena gala (los políticos, los clérigos y
flexión: hace posible la descanonización y la los militares); a la cola de la procesión venía
subversión de dichas prácticas. Una práctica el populacho, imitando a los señores en gesto
descanonizante que no sabe cómo descano- y atuendo, provocando así la risa y el jolgorio
nizarse cae fácilmente en la ortodoxia. De la entre los espectadores (García de León, 1993).
Nuestra América. Reinventando un paradigma subalterno de reconocimiento y redistribución 505
La inversión simétrica del principio y el final de fiesta y sociabilidad cotidiana. En las perife-
la procesión es una metáfora social del mundo rias, la transgresión es casi una necesidad. Es
al revés, algo que era típico de la sociabilidad transgresión porque no sabe cómo ser orden,
veracruzana de aquel entonces: las “mulatas” aunque sepa que ese orden existe. Por ello, la
se vestían de reinas, los esclavos con prendas subjetividad barroca privilegia los márgenes y
de seda, las putas pretendían ser mujeres ho- las periferias como campos para reconstruir
nestas y las mujeres honestas fingían ser putas; las energías emancipadoras.
portugueses africanizados y españoles india- Todas esas características hacen de la socia-
nizados.11 Ese mismo mundo al revés es cele- bilidad generada por la subjetividad barroca
brado por Oswald de Andrade en su Manifiesto una sociabilidad subcodificada: algo caótica,
antropófago: “Pero nunca hemos admitido el inspirada en una imaginación centrífuga, posi-
nacimiento de la lógica entre nosotros [...] solo cionada entre la inquietud y el vértigo, esta es
que donde hay misterio no hay determinismo. una clase de sociabilidad que celebra la revuel-
¿Pero qué hacemos con esto? Nunca hemos ta y revoluciona la celebración. Tal sociabilidad
sido catequizados. Vivimos bajo una ley sonám- no puede sino ser emocional y apasionada, ras-
bula. Hicimos que Cristo naciera en Bahía. O en go que más distingue a la subjetividad barroca
Belén-Pará” (Andrade, 1990: 48). de la alta modernidad o primera modernidad,
En la fiesta, la subversión está codificada — como la llama Lash (1999). La alta racionalidad
en tanto transgrede el orden aunque conozca el moderna, particularmente después de Descar-
lugar de este y no lo cuestione—, pero el propio tes, condena las emociones y las pasiones como
código es subvertido por los sfumatos entre obstáculos para progreso del conocimiento y
la verdad. La racionalidad cartesiana, apunta
Toulmin, dice ser “intelectualmente perfeccio-
11 Conviene Ávila, subrayando la mezcla de motivos nista, moralmente rigurosa y humanamente
religiosos y del páramo: “entre las hordas de negros que inexorable” (Toulmin, 1990: 198). Casi nada de
tocaban gaitas, tambores, pífanos y trompetas, podía la vida humana y la práctica social encaja bien
estar, por ejemplo, un excelente intérprete alemán ‘que en esta concepción de la racionalidad y, sin em-
rompía el silencio del aire con el profundo sonido del
bargo, resulta bastante atractiva para aquellos
clarinete’, mientras los creyentes cargaban, devotos,
banderas e imágenes religiosas” (1994: 56). que atesoran la estabilidad y la jerarquía de
506 Boaventura de Sousa Santos
y sociabilidad capaz e interesada en confron- nueva ley, una política y una ley desde abajo
tar las formas hegemónicas de globalización, que hallaremos en las calles, y en la que la su-
abriéndoles espacios a las posibilidades con- pervivencia y la transgresión creativa se fun-
trahegemónicas. Tales posibilidades no están dan en tendencia cotidiana.
plenamente desarrolladas y no pueden, por sí
mismas, prometer una nueva era. Pero son lo Los límites de Nuestra América
suficientemente consistentes como para abrir El siglo americano de Nuestra América
paso a la idea de que entramos en un período estuvo cargado de posibilidades contrahege-
de transición paradigmática, un interregno, y mónicas, muchas de las cuales venían de una
como tal una era ansiosa de seguir el impulso tradición que arranca en siglo XIX a partir de la
del mestizaje, del sfumato, la hibridación y to- independencia de Haití en 1804. Entre ellas, po-
dos los otros rasgos que he atribuido al ethos demos contar la revolución mexicana de 1910;
barroco y, por lo tanto, a Nuestra América. La el movimiento indígena encabezado por Quin-
credibilidad creciente alcanzada por las formas tín Lamé en Colombia en 1914; el movimiento
de subjetividad y sociabilidad alimentadas por sandinista en Nicaragua en los años veinte y
dicho ethos se traducirá gradualmente en nue- treinta, y su triunfo en los ochenta; la democra-
vas normatividades intersticiales. Tanto Martí tización radical en Guatemala en 1944; el surgi-
como Andrade toman en cuenta un nuevo tipo miento del peronismo en 1946; la revolución in-
de ley y una nueva clase de derechos. Para dígena, campesina y minera de 1952 en Bolivia,
ellos, el derecho a ser iguales implica el dere- seguida de la elección del primer presidente in-
cho a ser diferentes, y viceversa. dígena Evo Morales; el triunfo de la revolución
La metáfora de la antropofagia en Andrade cubana en 1959; la llegada al poder de Allende
es una llamada a una compleja interlegalidad. en 1970; el movimiento Sin Tierra en Brasil des-
Está formulada desde la perspectiva de la di- de los ochenta; el surgimiento del movimiento
ferencia subalterna, el único “otro” reconocido indígena en Ecuador en 1990 y el largo cami-
por la alta modernidad eurocéntrica. Los frag- no hacia la constitución Montecristi en 2008; el
mentos normativos intersticiales que reunimos movimiento zapatista a partir 1994; el Foro So-
en Nuestra América serán las semillas de una cial Mundial nacido en Porto Alegre, Brasil, en
nueva política cosmopolita insurgente y una 2001; y los gobiernos progresistas de la primera
508 Boaventura de Sousa Santos
década del nuevo siglo en Brasil, Venezuela, Ar- de vista, Nuestra América ha estado viviendo
gentina, Bolivia y Ecuador, entre otros. en las entrañas del monstruo dos veces: porque
Sin embargo, la lista de las derrotas de los comparte con la América europea el continen-
movimientos populares causadas por las oli- te que esta última considera su espacio vital
garquías internas y las potencias imperiales es y su zona de influencia privilegiada, y porque,
mucho mayor e incluye las dictaduras civiles como dice Martí, “Nuestra América es la Amé-
y militares, las intervenciones extranjeras, la rica que trabaja” (1963-1966: 23). Por tanto, en
guerra contra el comunismo, las violaciones sus relaciones con la América europea compar-
masivas de los derechos humanos y las ejecu- te todas las tensiones y penas que plagan las
ciones extrajudiciales de las milicias paramili- relaciones entre trabajadores y capitalistas. En
tares. Como resultado, a lo largo del siglo XX, este último sentido, Nuestra América no ha
Nuestra América se convirtió en un campo fértil fracasado más, ni menos, que los trabajadores
para todo tipo de experiencias emancipadoras, del mundo en su lucha contra el capital.
cosmopolitas, contrahegemónicas, tan exhila- Un segundo pensamiento es que Nuestra
rantes como dolorosas, tan radiantes como sus América no ha tenido que luchar únicamente
promesas y tan frustrantes como sus logros. contra las visitas imperiales de su vecino del
¿Qué falló, y por qué, en el siglo americano Norte. Este último tomó el control y se instaló
de Nuestra América? No tendría sentido pro- en el Sur no solo socializando con los nativos
poner un inventario a las puertas de un futuro sino asumiendo la forma de élites locales que
abierto como el nuestro. No obstante, arriesgo mantienen alianzas transnacionales con los in-
algunos pensamientos que, en realidad, preten- tereses estadounidenses. El Próspero sureño
den dar más cuenta del futuro que del pasa- estaba presente en el proyecto cultural de Sar-
do. En primer lugar, vivir en las “entrañas del miento, en los intereses de la burguesía agraria
monstruo” no es tarea fácil. Permite un pro- e industrial, especialmente después de la Se-
fundo entendimiento de la bestia, como lo de- gunda Guerra Mundial, en las dictaduras mili-
muestra Martí; pero, por otra parte, hace muy tares de los sesenta y setenta, en la lucha en
difícil salir con vida, incluso haciendo caso de contra de la amenaza comunista y en los drásti-
la advertencia de Martí: “El Norte debe quedar cos ajustes estructurales neoliberales. En este
atrás” (Martí, 1963-1966: 368). Desde mi punto sentido, Nuestra América ha tenido que vivir
Nuestra América. Reinventando un paradigma subalterno de reconocimiento y redistribución 509
Occidente. Si revisamos las ideas fundadoras de de múltiples pequeñas humanidades como las
Nuestra América, observamos que en las últi- invocadas por Bolívar, donde las razas se cru-
mas décadas se han creado las condiciones para zan e interpenetran en los márgenes de la re-
que estas ideas florezcan en otras partes del presión y la discriminación. Del mismo modo
mundo. Examinemos algunas de ellas. que el cubano, en voz de Martí, podía procla-
Primero, el incremento exponencial de in- mar que era más que negro, mulato o blanco,
teracciones transfronterizas —de emigrantes, el sudafricano, el mozambiqueño, el neoyor-
estudiantes, refugiados, ejecutivos y turistas— quino, el parisino o el londinense pueden pro-
está propiciando nuevas formas de mestizaje, clamar que son más que negro, blanco, mulato,
antropofagia y transculturación por todo el indio, kurdo, árabe, etcétera.12
mundo. Este mundo se vuelve cada vez más Tercero, la exigencia de producir o mante-
un mundo de invasores escindidos de un ori- ner un conocimiento situado o contextualizado
gen que nunca tuvieron, o de uno en el cual es hoy un reclamo global en contra de la igno-
su experiencia era estar invadidos. Al distan- rancia y el silenciamiento producidos por la
ciarnos del primer siglo de Nuestra América, ciencia moderna tal como la utiliza la globaliza-
con su posmodernismo celebratorio, debemos ción hegemónica. Este aspecto epistemológico
prestar más atención al poder que ejerce cada cobró enorme relevancia en tiempos recientes
uno de los participantes en el proceso de mes- con los nuevos desarrollos de la biotecnología
tizaje. Las iniquidades subyacentes muestran y la ingeniería genética, y la consecuente lucha
que ocurrieron perversiones en la política de por defender la biodiversidad de la piratería.
la diferencia (el reconocimiento se tornó una En este ámbito, América Latina, uno de los
forma de desconocimiento) y en la política de
la equidad (la redistribución acabó por conver-
tirse en una forma de paliativo para los pobres, 12 Según Martí y Bolívar, y en sintonía con los postu-
como el que promueven el Banco Mundial y el lados ilustrados, el paso crucial hacia la emancipación
Fondo Monetario Internacional). fue eliminar la diferencia, en lugar de tomarla como
Segundo, el vergonzoso resurgimiento del una constelación de diferencias iguales. Más tarde, los
pan-africanistas asumieron la negritud como condición
racismo en el Norte parece preparar una agre-
para adquirir la igualdad, es decir, la diferencia que no
siva defensa contra la construcción imparable borra la historia, la herida colonial.
512 Boaventura de Sousa Santos
fue posible gracias a la interpretación simbóli- habló de la necesidad de defender la vieja civi-
ca de Nuestra América permitió ubicar a esta lización europea y latinoamericana en contra
como programa para la nueva política trans- del “yanqui calibanesco” (1989: 10). Por otra
nacional necesaria en los nuevos siglo y mile- parte, la ambigua figura de Ariel ha inspirado
nio. Los reclamos normativos de esta cultura varias interpretaciones. En 1900, el escritor
política hunden sus raíces en las experiencias José Enrique Rodó publicó su propio Ariel,
de la gente por la que habla Nuestra América. donde identifica a América Latina con Ariel,
Tales reclamos, apuntan a una nueva clase de mientras Estados Unidos queda caracterizado
cultura, política y cultura situacional, insur- implícitamente como Calibán. En 1935, el ar-
gente, decolonial, intercultural, de abajo hacia gentino Aníbal Ponce ve en Ariel al intelectual,
arriba y cosmopolita. Sin embargo, para no atado a Próspero de manera menos brutal que
repetir las frustraciones del último siglo, esta Calibán, pero no obstante a su servicio, más
expansión simbólica debe ir un paso más allá, de acuerdo con el modo en que el humanismo
para incluir al tropo más negado de la mitolo- renacentista concebía a los intelectuales: una
gía de Nuestra América: Ariel, el espíritu del mezcla de esclavo y mercenario, indiferente
aire en La tempestad, de Shakespeare. Como a la acción y conformista ante el orden esta-
Calibán, Ariel es el esclavo de Próspero. Sin blecido (1989: 12). Este es el intelectual Ariel,
embargo, además de no ser deforme como Ca- reinventado por Aimé Césaire en su obra de
libán, recibe mucho mejor trato por parte de fines de los sesenta: Une tempête: Adaptation
Próspero, quien le promete la libertad si lo sir- de La tempête de Shakespeare pour un théâtre
ve fielmente. Hemos visto que Nuestra Améri- nègre. Convertido en mulato, Ariel es el inte-
ca se ha considerado a sí misma casi siempre lectual que está permanentemente en crisis.
como Calibán, manteniendo una constante y Dicho esto, sugiero que es el momento de
desigual lucha contra su amo. Así es como la darle una nueva identificación simbólica a Ariel
ven Andrade, Aimé Césaire, Edward Brathwai- y valorar en qué medida se puede utilizar en la
te, George Lamming, Retamar y muchos otros exaltación del ideal emancipador de Nuestra
(Retamar, 1989: 13). Esta es la visión dominan- América. Concluiré, por tanto, presentando
te, pero no es la única. Por ejemplo, en 1898 a Ariel como un ángel barroco que sufre tres
el escritor franco-argentino, Paul Groussac, transfiguraciones.
514 Boaventura de Sousa Santos
Andrade, O. 1990 A utopia antropofágica (São García de León, A. 1993 “Contrapunto entre
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516 Boaventura de Sousa Santos
diferentes, una diferencia que, con todo, no configuraciones de poder social, político y cul-
puede ser captada en sus propios términos. tural, no solo en las colonias sino en el seno
La segunda hipótesis de trabajo es que esta de la propia sociedad portuguesa. Si el poder
compleja condición semiperiférica se repro- capitalista moderno fue siempre colonial, en
dujo hasta muy recientemente con base en el Portugal y sus colonias este fue siempre más
sistema colonial y se reproduce, desde hace colonial que capitalista. Esta impregnación co-
dos décadas, en el modo como Portugal está lonial del poder, lejos de haber terminado con
inserto en la Unión Europea (UE). De esta hi- el colonialismo, continuó y continúa reprodu-
pótesis se desprenden tres sub-hipótesis. La ciéndose. En otras palabras, tal vez más de lo
primera es que el colonialismo portugués, sien- que en cualquier otro colonialismo europeo, el
do protagonizado por un país semiperiférico, fin del colonialismo político no determinó el fin
fue el mismo semiperiférico, un colonialismo del colonialismo social, ni en las ex-colonias
con características subalternas, lo que provocó ni en la ex-potencia colonial. La tercera sub-
que las colonias fuesen colonias inciertas de un hipótesis es que el proceso de integración en la
colonialismo cierto. Esta incerteza partió tanto Unión Europea, a pesar de su cortísima dura-
de un déficit de colonización —la incapacidad ción, comparado con el período colonial, pare-
de Portugal para colonizar según los criterios ce destinado a tener un impacto tan dramático
de los países centrales— como de un exceso en la sociedad portuguesa como la que tuvo el
de colonización, el hecho de que las colonias propio colonialismo. Está abierta la cuestión
hayan estado sometidas, especialmente a par- del sentido y contenido de ese impacto. Por
tir del siglo XVIII, a una doble colonización: por ahora, parece ir en el sentido de la reproduc-
parte de Portugal e, indirectamente, por parte ción, en nuevos términos, de la condición semi-
de los países centrales (sobre todo Inglaterra) periférica, lo que significa que, durante muchas
de la que Portugal fue dependiente (en ocasio- décadas, Portugal acompañará el desarrollo
nes de modo casi colonial). medio europeo a alguna distancia. Los proble-
La segunda sub-hipótesis es que, por sus mas teóricos y analíticos son, en este campo,
características y duración histórica, la rela- muy complejos. ¿Es legítimo continuar desig-
ción colonial protagonizada por Portugal im- nando como semiperiférico a un país que se
pregnó de modo muy particular e intenso las integra de pleno derecho en un bloque regional
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad519
de los países centrales? ¿En qué medida y bajo hegemónica. Según ellos, la teoría del sistema
qué condiciones es que tal integración puede mundial presuponía la coherencia interna de
reproducir la condición semiperiférica al tiem- las economías y sociedades nacionales inte-
po que la injerta de características centrales? grantes del sistema en una gran estabilidad,
¿Puede Portugal, en lo sucesivo, ser considera- si no es que incluso rigidez, de las relaciones
do para ciertos efectos semiperiférico y, para de jerarquía entre ellas (centro, periferia y
otros, central o, por el contrario, periférico? semiperiferia). De acuerdo con estos auto-
¿La ampliación y profundización de la Unión res, la globalización destruyó la coherencia
Europea hará que las relaciones en su interior interna de las economías nacionales y es tan
sean más importantes para los países integran- dinámica, en los flujos de interdependencia
tes de lo que la posición de ellos en el sistema que crea, que deja de haber jerarquías rígidas,
mundial? Y si tales relaciones produjeran jerar- mucho menos entre países. Contra esta po-
quías del tipo de las que se alientan en el siste- sición, defiendo, como hipótesis de trabajo,
ma mundial (centro, semiperiferia y periferia) que nos encontramos en una fase inestable
¿cuál será la posición de Portugal en ellas? caracterizada por la sobreposición entre dos
La tercera hipótesis general que, en tiempos formas de jerarquización: una, más rígida, que
más recientes, viene informando a mi investi- constituye al sistema mundial desde su inicio,
gación, tiene algo que decir respecto a estas entre el centro, la periferia y la semiperiferia;
últimas preguntas y, específicamente, respecto y otra, más flexible, entre lo que en el siste-
al valor analítico de la teoría del sistema mun- ma mundial es producido o definido como
dial en las condiciones de globalización en que local y lo que es producido o definido como
hoy vivimos. Este tema fue tratado por mí en global (Appadurai, 1997). Mientras que la pri-
otro lugar (Santos, 2002a), por lo que aquí me mera jerarquía continúa fortaleciéndose en
limito a enunciar la hipótesis de trabajo que las relaciones entre sociedades o economías
sobre él desarrollé. nacionales, la segunda jerarquía ocurre entre
Varios autores como, por ejemplo, Manuel campos de actividad, prácticas, conocimien-
Castells (1996), han cuestionado la exis- tos, narrativas, sean ellos económicos, polí-
tencia de un sistema mundial en las nuevas ticos y culturales. La sobreposición de estas
condiciones establecidas por la globalización dos formas de jerarquía y las interferencias
520 Boaventura de Sousa Santos
recíprocas que generan explican la condi- estos papeles, por lo que, como consecuen-
ción paradojal en que nos encontramos: las cia, la cultura portuguesa tuvo siempre una
desigualdades dentro del sistema mundial (y gran dificultad en diferenciarse de las otras
dentro de cada una de las sociedades que lo culturas nacionales o, si preferimos, una gran
componen) se agravan y, no obstante, los fac- capacidad para no diferenciarse de otras cul-
tores que las causan y las acciones que pue- turas nacionales y, por otro lado, mantener
den eventualmente reducirlas son cada vez hasta hoy una fuerte heterogeneidad interna
más difíciles de identificar. (Santos, 1995a: 150-153).
Finalmente, la cuarta hipótesis general En este texto, pretendo definir un progra-
de trabajo es que la cultura portuguesa es ma de investigación en un campo analítico
una cultura de frontera. No tiene conteni- específico: las prácticas y los discursos que
do. Tiene, sobre todo, forma y esa forma es caracterizan al colonialismo portugués y el
la frontera, la zona fronteriza. Las culturas modo como estos impregnaron los regíme-
nacionales, en cuanto substancias, son una nes identitarios en las sociedades que de él
creación del siglo XIX, el producto histórico participaron, tanto durante el período colo-
de una tensión entre universalismo y particu- nial como después de la independencia de
larismo generado por el Estado. El papel del las colonias, con especial incidencia en Áfri-
Estado fue difícil: por un lado, diferenció la ca y en América.3 Este programa de investi-
cultura del territorio nacional relativamente gación se traduce en el deslinde analítico de
al exterior, por otro lado, promovió la homo- una serie de proposiciones que presento a
geneidad cultural en el interior del territorio continuación.
nacional, muchas veces a costa de la destruc-
ción de culturas más refractarias a la homo-
geneización. Mi hipótesis de trabajo es que, 3 Los territorios de la llamada India Portuguesa
en el espacio europeo de Portugal,2 el Estado (Goa, Damán y Diu) fueron incorporados a la India
nunca desempeñó cabalmente ninguno de en 1962. Timor del Este fue ocupado por Indonesia en
1975, cuando el proceso de descolonización estaba por
comenzar y solo se tornó independiente en 2002. Macao
2 Esta cuestión no se ubica en el espacio no europeo, donde los portugueses se establecieron en 1557 fue de-
colonial. vuelto a la China el 31 de diciembre de 1999.
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad521
no confirmen la posición de subalternidad que colonial? ¿O será que, por el contrario, el pro-
la representación colonial le atribuyó. El carác- blema de auto-representación del colonizador
ter casi dilemático de este problema está en que portugués crea una disyunción caótica entre
la inversión de esa posición puede subrepticia- el sujeto y el objeto de representación colonial
mente confirmar la subalternidad en el propio que, a su vez, crea un campo aparentemente
proceso de superarla. Así habrá, quizá, aconte- vacío de representaciones (pero, de hecho,
cido con el movimiento de la negritud, lanzado repleto de representaciones subcodificadas)
por Leopold Senghor y Aimé Césaire, que las que, desde el punto de vista del colonizado,
connotaciones racistas negativas de lo “negro” constituyen un espacio de maniobra adicional
contrastan con la celebración del orgullo y de la para intentar su auto-representación más allá
dignidad y la exhaltación de los orígenes africa- o afuera de la representación de su subalterni-
nos de la raza negra. dad? En otras palabras, la cuestión es saber si
Aplicado al colonizador portugués, este el colonizado por un colonialismo subalterno
problema se traduce en la necesidad de defi- es subcolonizado o sobre colonizado.
nir el colonialismo portugués en términos de La especificidad del colonialismo portugués
especificidad en relación al colonialismo he- se basa, pues, básicamente en razones de eco-
gemónimo, lo que significa la imposibilidad o nomía política —su propia condición semiperi-
dificultad en definirlo en términos que no re- férica—,5 lo que no significa que esta se haya
flejan esa perifericidad o subalternidad, o sea, manifestado solo en el plano económico. Por el
en términos de lo que fue y no en términos de contrario, se manifestó igualmente en los pla-
lo que no fue. Un tema de investigación parti- nos social, político, jurídico, cultural, en el pla-
cularmente complejo es el de saber en qué me- no de las prácticas cotidianas de convivencia y
dida este problema del colonizador portugués de sobrevivencia, de opresión y de resistencia,
repercute en el colonizado por Portugal. ¿Será de proximidad y de distancia, en el plano de los
que el colonizado por Portugal tiene un doble discursos y narrativas, en el plano del sentido
problema de auto-representación, en relación
al colonizador que lo colonizó y en relación al
5 Sobre la inserción de Portugal en el ciclo colonial
colonizador que, no habiéndolo colonizado, es-
africano ver, por ejemplo, Boxer (1963), Alexandre
cribió, no obstante, la historia de su sujeción (1979; 2000); Fortuna (1993); Chabal (2002).
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad523
común y de los otros haberes, de las emocio- ciencia racista, el progreso y “la carga del hom-
nes y de los afectos, de los sentimientos y de bre blanco”, etcétera —7 y el colonialismo por-
las ideologías. Cada uno de estos planos creó tugués las adoptó según modos y grados que en
su materialidad propia, una institucionalidad y buena medida están por investigarse.
una lógica de desarrollo propias, y estas actúan La verdad es que, por ejemplo, en el caso
sobre la condición semiperiférica, confiriéndo- del colonialismo portugués (tal como en el
le la espesura sociológica que ella no tenía en del colonialismo español) había una realidad
cuanto referida solo a una posición en el siste- multisecular precedente, la cual, al estar suje-
ma mundial. Con esto, la semiperiferia dejó de ta retrospectivamente a los nuevos criterios de
ser el eslabón de una jerarquía global para tor- análisis y evaluación, fue reducida a un parti-
narse un modo de ser y estar en la Europa y en cularismo desviante (colonialismo predador,
ultramar. La captación de esta realidad socioló-
gica, sicológica, intersubjetiva, emocional y de
las escalas en que se cristalizó (local, nacional,
global) está por hacerse. La dificultad, como re- contrastaba, a mediados del siglo XIX, con la ocupación
ferí, está en estudiarla a modo de captar lo que agresiva del continente africano por las potencias euro-
peas imperiales. En 1890 y en el auge de una crisis de
ella fue y no lo que ella no fue. Pero, más allá de disputa de espacios coloniales en la región oriental de
las razones que aduje más arriba, hay todavía África, Inglaterra formuló un ultimátum a Portugal. Re-
otra, el hecho de que el ciclo colonial portugués conociendo la fragilidad de su situación periférica, Por-
haya sido, de todos los colonialismos europeos, tugal, frente a las presiones inglesas, retiró su preten-
sión sobre varios territorios. Esta decisión del gobierno
el más largo, habiendo precedido en tres siglos
de Portugal fue muy contestada en el país, suscitando
al colonialismo capitalista central del siglo XIX. un fuerte movimiento nacionalista.
Este último, una vez consolidado, definió las re-
7 Alusión al poema de Kipling “La carga del hombre
glas de la práctica colonial —dramáticamente blanco” publicado en 1899. Esta obra constituyó un
afirmadas en la Conferencia de Berlín (1884) y llamado a la intervención imperial de Occidente en el
en el ultimátum—6 y del discurso colonial —la mundo. Para Kipling la expansión de las conquistas de
la civilización occidental era una misión moral que to-
dos los hombres blancos debían asumir como una car-
6 El concepto colonial basado en la historicidad de ga, una obligación para con las regiones y los pueblos
una “larga” presencia en África, defendido por Portugal, del mundo considerados salvajes o bárbaros.
524 Boaventura de Sousa Santos
las relaciones entre los portugueses y las po- el sistema colonial, las relaciones con la ex
blaciones locales no pudieron, en términos potencia colonial y la cuestión del neocolo-
prácticos, reivindicarse respecto a cualquier nialismo, las alianzas regionales, etcétera. En
vínculo jurídico-político exterior a ellas o a los la segunda acepción, el poscolonialismo tiene
encuentros que las originaran o que de ellas re- un corte culturalista, se inserta en los estudios
sultaran; más allá del vínculo político jurídico culturales, lingüísticos y literarios y usa privile-
colonial, porque la colonialidad de las relacio- giadamente la exégesis textual y las prácticas
nes no terminó con el fin del colonialismo de performativas para analizar los sistemas de
las relaciones. Esta cuestión suscita, todavía, representación y los procesos identitarios. El
otra más amplia, sobre la naturaleza del bino- poscolonialismo en la segunda acepción, sin
mio colonialismo/poscolonialismo en el espa- todavía excluir muchos de los motivos de la
cio de la lengua oficial portuguesa. primera acepción, contiene una crítica, implí-
cita o explícita, a los silencios de los análisis
El poscolonialismo poscoloniales que la primera acepción normal-
El poscolonialismo debe ser entendido en mente contiene. Por centrarme en este texto en
dos acepciones principales. La primera es la de los sistemas de representación y los procesos
un período histórico, el que sucede a la inde- identitarios, me dirijo al poscolonialismo en la
pendencia de las colonias. La segunda es la de segunda acepción, aunque los análisis propios
un conjunto de prácticas (predominantemente del poscolonialismo en la primera acepción
preformativas) y de discursos que deconstru- sean traídos recurrentemente a colación.
yen la narrativa colonial, escrita por el colo- La hipótesis de trabajo en este dominio es
nizador, y procuran sustituirla por narrativas que la diferencia de colonialismo portugués
escritas desde el punto de vista del colonizado. no puede dejar de inducir la diferencia del
En la primera acepción, el poscolonialismo se poscolonialismo en el espacio de la lengua
traduce en un conjunto de análisis económi- oficial portuguesa. El poscolonialismo toma,
cos, sociológicos y políticos sobre la construc- inicialmente, como realidad fundadora, el co-
ción de los nuevos Estados, su base social, su lonialismo británico. Pretende crear el espacio
institucionalidad y su inserción en el sistema intelectual para el crítico poscolonial, sin em-
mundial, las rupturas y las continuidades con bargo, el modo como lo hace diverge de autor
526 Boaventura de Sousa Santos
a autor, siendo, pues, identificables posiciones los Subaltern Studies dirigidos por Ranajit
muy distintas en el campo de los análisis que Guha (Santos, 1995b: 506-518; 2000: 367-383)
se reclaman del poscolonialismo. Me limito no siempre son debidamente acreditados por
aquí a identificar lo que de común puede exis- los críticos poscoloniales.
tir entre ellos, ya que solo eso interesa para la La idea central del poscolonialismo cultu-
tesis que presento. ral es, precisamente, reclamar la presencia y
El poscolonialismo es un producto del “vi- la voz del crítico poscolonial, las cuales, se-
raje cultural” de las ciencias sociales en la gún Bhabha, fueron usurpadas por los críti-
década de los ochenta, teniendo como pre- cos occidentales (1994: 26). Aunque corrien-
cursores a Frantz Fanon (1961; 1971) y Albert do el riesgo de simplificar en exceso, juzgo
Memmi (1965). Inspirado en los trabajos pio- que de los debates poscoloniales pueden ex-
neros de Edward Said sobre el Orientalismo traerse las siguientes orientaciones temáticas
(1978), de Richard Werbner (1996) y de Stuart y analíticas.
Hall (1996a; 1996b) sobre las culturas diaspó- El intelectual poscolonial. Es necesario
ricas, vino a consolidarse a través de los tra- repensar la posición del intelectual y de la
bajos de Partha Chatterjee (1986), Paul Gilroy crítica: los discursos poscoloniales procuran
(1993), Homi Bhabha (1994) y Gayatri Spivak superar la distinción entre crítica y política.
(1996), así como de los debates que ellos sus- El lugar del crítico poscolonial tiende a ser
citaron. Si inicialmente fue considerada una construido de modo que pueda interrumpir
corriente animada fundamentalmente por eficazmente los discursos hegemónicos oc-
intelectuales diaspóricos, con raíces en los cidentales que, a través del discurso de la
países colonizados por el imperio británico y modernidad, racionalizaron o normalizaron
por trabajar en occidente, hoy en día la pers- el desarrollo desigual y diferencial de las his-
pectiva poscolonial está presente en muchos torias, de las naciones, razas, comunidades o
de los análisis que inciden sobre el impacto pueblos (Bhabha, 1994: 171). Esta mezcla de
de las relaciones imperiales modernas. Las crítica y política revelará una práctica y una
contribuciones decisivas de los estudios rea- temporalidad discursivas marcadas por la
lizados en estos países en el período poste- negociación, traducción y articulación de ele-
rior a la independencia como, por ejemplo, mentos antagónicos y contradictorios. Aquí
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad527
reside la “tercera vía” o el “tercer espacio” pensables uno sin el otro.9 La influencia de Fa-
ocupados por el crítico poscolonial, la vía o non y Memmi es decisiva en este punto. Según
el espacio de la cultura. Spivak considera que Memmi, así como el propio Fanon, influencia-
la función del crítico poscolonial consiste en do por Freud,10 el vínculo entre colonizador y
contribuir a destruir la subalternidad del colo- colonizado es dialécticamente destructivo y
nizado. Dado que la condición del subalterno creativo. Destruye y recrea las dos partes de la
es el silencio, el habla es la subversión de la colonización en el colonizador y en el coloni-
subalternidad. Tornar posible el habla exige, zado. El primero es desfigurado, convertido en
por ejemplo, un trabajo político que va más un ser opresivo tan solo preocupado por sus
allá de la discursividad académica. Así, según privilegios y la defensa de estos. El segundo es
Spivak, la responsabilidad del crítico posco- desfigurado, convertido en una criatura opri-
lonial para con los subalternos es muy clara: mida cuyo desarrollo es interrumpido y cuya
derrota se manifiesta en los compromisos que
trabajar en pro de los subalternos consiste en acepta (Memmi, 1965: 89). La corriente que une
traerlos hacia adentro del circuito de la demo- al colonizador y al colonizado es el racismo,
cracia parlamentaria, no a través de la benevo- aunque este sea para el colonizador una forma
lencia cultural, sino más bien a través del trabajo
de agresión y para el colonizado una forma de
extra académico. […] Trabajar en pro del subal-
terno contemporáneo significa invertir tiempo y
capacidades […] para que el subalterno sea inte-
9 Uso en este texto los nombres de Próspero y Ca-
grado en la ciudadanía, independientemente de
libán de la pieza La tempestad de Shakespeare (1611)
lo que esta signifique, deshaciendo así el espacio para significar que la zona de contacto colonial se cons-
subalterno (Spivak: 1996: 307). tituyó como una zona de contacto entre el “civilizado” y
el “salvaje”. La idea de hibridación entre el colonizador
Hibridación en los regímenes identitarios. y el colonizado no es original de los estudios poscolo-
En tanto el discurso colonial construyó la po- niales. Fue formulada, tal vez por primera ocasión, por
Gandhi, que en muchos textos llamó la atención acerca
laridad entre el colonizador (Próspero) y el co- de la continuidad entre el opresor y la víctima. Sobre
lonizado (Calibán), el poscolonialismo resalta esta cuestión, ver Santos (1995b: 506-518; 2000: 367-
la ambivalencia y la hibridez entre ambos ya 383).
que no son independientes uno del otro ni son 10 Véase, por ejemplo, Freud (1984a; 1984b).
528 Boaventura de Sousa Santos
defensa (1965: 131). La construcción de la dife- el salvaje y el criado más digno y obediente, es
rencia exigió la creación de un estereotipo del la encarnación de la sexualidad descontrolada,
colonizado como salvaje, animal. Como escri- pero es también inocente como un niño, es un
be Fanon, acerca de la situación colonial: místico, primitivo y pobre de espíritu, y al mis-
mo tiempo es ingenioso, mentiroso y manipula-
A veces este maniqueísmo lleva su lógica hasta el dor de fuerzas sociales (Bhabha, 1994: 82).
punto de deshumanizar al colonizado. Más pro-
piamente, lo deshumaniza. Con un efecto, cuando La traducción, que posibilita la comunica-
se refiere al colonizado el lenguaje del coloniza-
ción cultural, mina toda la idea de esencia-
dor recurre a la zoología. Se hace alusión al ras-
lismo de una cultura original y pura, y es por
treo de lo pálido, a las emanaciones de la aldea
indígena, a las hordas, a los olores fétidos, a las eso que el concepto de hibridez inspirado en
pululaciones, a los alaridos, a las gesticulaciones. Bajtín, asume una posición tan central. Lo mis-
Cuando pretende la palabra adecuada para así mo acontece con el concepto de imitación. La
mismo describir, el colonizador se socorre cons- ambivalencia de la imitación está en que ella
tantemente del bestiario (1961: 54). afirma la diferencia en el proceso de identifica-
ción del otro. En el contexto colonial, la raza
Para Bhabha, la ambigüedad de las repre- es el símbolo de esa diferencia y, en el fondo,
sentaciones colonizador/colonizado se eviden- la causa del fracaso de la imitación, ya que
cia también en el estereotipo. La construcción no permite más que una presencia incomple-
de las diferencias, sobre todo de la diferencia ta. Como dice Bhabha, refiriéndose a la India,
racial y sexual, encuentra en el estereotipo la “ser anglicizado significa enfáticamente no ser
estrategia discursiva colonialista más destaca- inglés” (1994: 87). En el contexto portugués,
da, una forma profundamente ambivalente de podría igualmente decirse que ser asimilado
conocimiento y representación que engloba significa enfáticamente no ser portugués. De
elementos de fobia, miedo y deseo (Bhabha, todos modos, al subvertir los esencialismos,
1994: 67). La ambivalencia más notoria del es- la hibridez puede alterar las relaciones de po-
tereotipo es el hecho de que los reversos de sus der entre los sentidos dominantes y los senti-
elementos negativos sean también sus elemen- dos dominados. El espacio híbrido crea una
tos constitutivos: el negro es simultáneamente abertura por el modo como descredibiliza las
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad529
sean enseñados con total desconocimiento de Partha Chatterjee (1986) muestra también
los contextos históricos y políticos en que fue- el carácter contradictorio y ambivalente del
ron producidos (1996: 237-366). En el fondo, nacionalismo en los países orientales que estu-
tanto la diversidad cultural, como la diferencia vieran sujetos subrayadamente al colonialismo
cultural, se confrontan con los límites de la am- británico. Es que estos países son forzados a
bivalencia ante la posibilidad de la inconmen- adoptar una “forma nacional” hostil a sus cul-
surabilidad y, por tanto, de la intraducibilidad turas para luchar contra el nacionalismo oc-
entre culturas. cidental de las potencias coloniales. En este
Nacionalismo y poscolonialismos. La cues- contexto, el conocimiento del “atraso” o del
tión del nacionalismo asume varias dimensio- “subdesarrollo” de los pueblos colonizados es
nes en el discurso poscolonial. La más impor- siempre amenazador en la medida en que su-
tante es la de la resistencia anticolonial. Los perar ese atraso o ese subdesarrollo significa
estudios poscoloniales contemporáneos se necesariamente tener que adoptar una cultura
distancian de la concepción del estereotipo ce- extraña. De otro modo, Chatterjee ve esa am-
rrado que subyace al Orientalismo de Said. Si bivalencia en el interior de la propia idea occi-
el otro es tan profunda y completamente cons- dental de nacionalismo y la formula a través de
truido como un objeto descualificado, no le es lo que designa como dilema liberal del naciona-
dejada ninguna posibilidad de ser recualificado lismo: el nacionalismo como historia de libera-
por la resistencia. Bhabha y otros muestran que ción y de progreso, conduce al mismo tiempo
la filtración del estereotipo a lo “nativo” nunca a los regímenes más opresivos e irracionales
es completa, que la ambivalencia está precisa- (Chatterjee, 1986: 2). Esta cuestión es impor-
mente en las disyunciones, zonas de sombra, tante y apunta hacia otra todavía más amplia:
que crean espacios de maniobra para contes- ¿Qué es lo que distingue al nacionalismo oc-
tar las relaciones hegemónicas en nombre de cidental de los nacionalismos anti-coloniales?
otras más justas. La resistencia poscolonial ¿En qué medida la distinción puede ofrecer
reside sobre todo en la “descolonización de la pistas para una concepción progresista del
imaginación imperial” de la que habla Ngäugäi nacionalismo, tanto en occidente como fuera
wa Thiong’o (1986), Valetin Mudimbe (1988) y de él? La verdad es que en el mundo no euro-
Achille Mbembe (2000). peo, la cuestión nacional está históricamente
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad531
en las diferencias. Fue este el desafío que en- tentación endémica en el Occidente (Balibar &
frentaran intelectuales como Leopold Senghor Wallerstein, 1991), pero igualmente presente
(1964; 1977), Aimé Cesaire (1955; 1983), Frantz en otras regiones del globo. Solo así el naciona-
Fanon (1961), Kwame Nkrumah (1961; 1965), lismo evita proyectar la identidad de un grupo
Julius Nyerere (1966), Eduardo Mondlane étnico como identidad nacional, produciendo
(1969), Amílcar Cabral (1974; 1976), aposta- situaciones de colonización interna (Cornell &
dos en la construcción de una cultura nacio- Hartmann, 1998). Solo así también, el naciona-
nal entendida como derecho del colonizado a lismo puede evitar la tentación de la discrimi-
la auto-significación. La literatura es, tal vez, nación sexual. De hecho, como muestra Nira
de entre las creaciones culturales, aquella en Yuval-Davis, el discurso nacionalista tiende a
que mejor puede obtenerse el equilibrio diná- reproducir las representaciones tradicionales
mico entre homogeneidad y fragmentación. No de la mujer: la mujer como reproductora bio-
sorprende que algunos de estos intelectuales lógica de los miembros de la comunidad étni-
y, sobre todo, Fanon hayan atribuido a la lite- ca; reproductora de las fronteras entre grupos
ratura el estatuto de instrumento privilegiado étnicos; transmisora de la cultura; significante
en la construcción de la “conciencia nacional”. de las diferencias étnicas y nacionales. Solo
Y aquí el papel de los estudios poscoloniales excepcionalmente la mujer surge como partici-
puede ser decisivo en el sentido de debatir y pante activa en las luchas nacionales, políticas,
ampliar esa “conciencia nacional”, colmándola militares y económicas (1989: 116-117).13
de múltiples voces que las élites nacionalistas Poscolonialismo y diáspora. El tema de las
(para ya no hablar del poder colonial) oculta- migraciones y de la diáspora ha venido a ganar
ron o excluyeron. El Grupo de Estudios Sub- creciente actualidad y ubica nuevos desafíos a
alternos, fue constituido exactamente para dar la problemática de las identidades culturales y
voz a las clases populares y al papel de estas en de los procesos de auto-representación. Robin
la construcción de la nación.12 Solo así el na-
cionalismo evita la tentación del racismo, una
13 Debe, sin embargo, tenerse en cuenta que las mu-
jeres fueron a veces importantes actores económicos
12 Sobre el Grupo de Estudios Subalternos, ver San- y políticos. Es este el caso de las mujeres de Zambézia
tos (1995b: 515; 2000: 377-378). (Capela, 1995). Ver también McClintock (1995; 1997).
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad533
Cohen define la diáspora como el acto de vivir John McLeod habla de las diásporas como
en un país y en el seno de una colectividad, “comunidades compuestas”, espacios diná-
pero con la vista siempre perforando el tiem- micos de construcción y reconstrucción de
po y el espacio a la búsqueda del otro país o identidades que desafían, tanto el modelo de
lugar (1997). Las diásporas son casi siempre el identidad nacional, como la noción de raíces
resultado de migraciones que ya ocurrían hace (McLeod, 2000: 211). Identidades de diáspora
algún tiempo y cuya violencia continúa dolo- caracterizan igualmente aquello que Stuart Hall
rosamente marcada en el imaginario social designa por “nuevas etnias” (1996a, 1996b). Se
(Anderson, 1983; Harris, 1993; Lovejoy, 2000). trata de grupos diaspóricos que se oponen a
Este elemento de transnacionalidad en las co- la rigidez de las representaciones que le son
munidades diaspóricas es el tema central del impuestas (por ejemplo, negros), en nombre
análisis del tránsito atlántico de los negros a de sus diferentes experiencias sociales y posi-
partir de la esclavitud, “a middle passage” y ciones subjetivas, y buscan formas propias de
su impacto, tanto en las representaciones de organización alternativas a las comunidades ét-
las comunidades negras como en la idea de nicas apadrinadas por la sociedad dominante,
la hegemoneidad étnica y racial de occidente más para su legitimación que para resolver los
(Gilroy, 1993). Para Gilroy, el Atlántico Negro problemas reales de los inmigrantes.15
y la metáfora del navío que lo complementa En verdad, la celebración de la condición hí-
dan cuenta de comunidades negras, móviles, brida diaspórica como condición que permite
transnacionales, dentro y fuera de Occidente una infinita creatividad ha sido frecuentemente
siempre en contacto con comunidades dife-
rentes, modernas, capaces de “solidaridad en
15 En un trabajo reciente, Gilroy (2000) propone un
la diferencia”, forjada en posiciones diferentes
abordaje más abarcante de la cuestión de la diáspora.
que, sin embargo, rebaten formas de opresión Para este autor, la identidad de la diáspora tiene en las
común (discursos colonialistas, nacionalistas migraciones una dimensión crucial, responsable de la
y racistas).14 producción de una “conciencia doble” que resulta del
hecho de que la nueva identidad no asimila totalmente
la cultura del país de inmigración, ni consigue preser-
14 Un buen análisis crítico de la perspectiva de Gilroy var en la totalidad los referenciales culturales de ori-
puede leerse en Almeida (2000: 234-237). gen.
534 Boaventura de Sousa Santos
utilizada para ocultar las realidades inmedia- dominante, que designo como posmodernismo
tas, económicas, sociales, políticas y culturales celebratorio, reside en el hecho de retirar del
de los inmigrantes o de las comunidades dias- diagnóstico de crisis del paradigma de la mo-
póricas. El aura poscolonial, la celebración de dernidad, que yo comparto, la conclusión de
la diáspora y el enaltecimiento de la estética que las aspiraciones de transformación social
de la hibridez tienden a ocultar los conflictos modernas (libertad, igualdad, solidaridad, dig-
sociales reales en que los grupos inmigrantes nidad), deben dejar de ser un problema central
o diaspóricos están envueltos, y siempre en de las ciencias sociales. De esta conclusión
posiciones de poder que le son desfavorables, arranca una serie de orientaciones teóricas y
como es el caso tangencial de la diáspora mu- epistemológicas: total desinterés por las cues-
sulmana en occidente.16 tiones del poder, por las desigualdades estruc-
Esta enumeración selectiva de las ideas cen- turales y por la exclusión social en las socieda-
trales del poscolonialismo permite una evalua- des capitalistas contemporáneas; reducción de
ción crítica de esta corriente de estudios acerca la realidad social a su discursividad, dejando
del tema del que me ocupo en este trabajo. En de lado las prácticas no discursivas, subraya-
publicaciones anteriores, exploré la relación damente las prácticas de silenciamiento de la
entre lo que designo como posmodernismo de discursividad de las clases populares y de los
oposición y poscolonialismo (Santos, 1999). grupos sociales oprimidos y silenciados; recur-
De hecho, algunas perspectivas poscoloniales so obsesivo a la desconstrucción textual, de lo
—con énfasis en la textualidad o discursividad, que resulta la imposibilidad de formulación de
en la hibridación, en la fragmentación, en la per- la resistencia por estar ella misma también en-
formatividad—, tienen afinidades significativas trampada en la desconstrucción del poder que
con un cierto tipo de posmodernismo, y son los constituye en cuanto a resistencia al poder.
mismos autores que sirven de inspiración a am- De algún modo, me sirvo del poscolonialis-
bos (Nietzche, Bajtín, Lacan, Barthes, Derrida). mo para criticar al posmodernismo celebrato-
Mi crítica al posmodernismo en su acepción rio y ofrecer una alternativa: el posmodernismo
de oposición. El recurso al poscolonialismo se
justifica por que coloca en el centro del campo
16 Sobre este asunto, ver, por ejemplo, Dirlik (1997). analítico una relación de poder particularmente
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad535
asimétrica —la relación colonial—. Siendo así, e invención.18 En suma, vivir en la frontera y vi-
sus análisis podrían ser relevantes para otros ti- vir en los márgenes sin vivir una vida marginal
pos de relaciones sociales asimétricas y para su (Santos, 1995b: 496; 2000: 352).
análisis fuera del canon analítico modernista. El El concepto de barroco, más allá de otras vir-
cruce que intento en este texto con la perspecti- tualidades analíticas respecto al espacio colonial
va poscolonial busca precisamente fundar prác- ibérico, me permite profundizar el concepto de
ticas y subjetividades emancipatorias utópicas mestizaje, con un significado semejante al de hi-
fuera del canon modernista. Usando un recurso bridación, entendido como la “creación de nue-
caro tanto al posmodernismo como al poscolo- vas constelaciones de sentido que, a la luz de sus
nialismo, fundar las utopías emancipatorias en fragmentos constitutivos, son verdaderamente
tres metáforas: la frontera, el barroco y el Sur irreconocibles y blasfemas” (Santos, 1995b: 503;
(Santos, 1995b: 475-519; 2000: 329-383). 2000: 362). La metáfora de lo barroco me permi-
Uso el concepto de frontera más en el sen- te, además, discutir la construcción de la sub-
tido de extremidad (frontier) que en el senti- jetividad utópica a partir de la “extremosidad”
do de zona de contacto (borderland), pero, en barroca, sobre todo el extremismo de la fiesta
todo caso, procuro con el concepto de frontera barroca basada en la desproporción, en la risa y
significar la des-locación del discurso y de las en la subversión (Maravall, 1990: 421). Finalmen-
prácticas del centro hacia los márgenes. Pro- te, recurro a la metáfora del Sur como metáfora
pongo una fenomenología de la marginalidad del sufrimiento humano sistémico causado por
basada en el uso selectivo e instrumental de las el capitalismo global. Con esta metáfora quiero
tradiciones;17 en la invención de nuevas formas significar, por un lado, la dimensión y el carác-
de sociabilidad; en las jerarquías débiles; en la ter multifacético de la opresión en las socieda-
pluralidad de poderes y órdenes jurídicos; en la des contemporáneas y, por otro, la capacidad de
fluidez de las relaciones sociales; en la promis-
cuidad entre extraños e íntimos; entre herencia
18 Uso, sin embargo, el concepto de frontera en el
sentido de zona de contacto o borderland cuando defi-
17 El carácter instrumental de la tradición ha sido ob- no la cultura portuguesa como una cultura de frontera.
jeto de varios estudios. A título de ejemplo, véase Nan- Para un análisis de esta forma cultural, véase Santos
dy (1987), Ranger (1988; 1993) y Bazin (1990). (1995a: 150-155).
536 Boaventura de Sousa Santos
creación, innovación y resistencia de los oprimi- McClintock (1995), una de las autoras que se
dos cuando se liberan del estatuto de víctimas. han distinguido en la reflexión sobre el sentido
En esa capacidad están latentes posibilidades in- del poscolonialismo, llama la atención acer-
sospechadas de emancipación. De ahí que haya ca de las aporías del concepto. Distinguiendo
propuesto una Epistemología del Sur basada en entre la teoría poscolonial y el término que la
tres orientaciones: aprender que existe el Sur, designa (poscolonial), McClintock advierte
aprender a ir hacia el Sur, aprender a partir del acerca del hecho de que no obstante “la teoría
Sur y con el Sur (Santos, 1995b: 508; 2000: 369). poscolonial haya procurado poner en cuestión
Mi relación crítica con el poscolonialismo la gran marcha del historicismo occidental y sus
está pautada por tres ideas. Por un lado, con- oposiciones binarias (nosotros/otros; metrópo-
cibo la relación colonial como una de las rela- li/colonia; centro/periferia), el término posco-
ciones de poder desigual fundantes del capita- lonialismo continúa reorientando el globo a la
lismo moderno, pero no como la única, no es vuelta de una única oposición binaria: colonial/
posible tener una comprensión posible de ella poscolonial”. El término “poscolonial”, insiste
sin articularla con otras relaciones de poder, McClintock, si bien es concebido para oponer-
tales como la explotación de clase, el sexismo se a la noción de tiempo lineal, está a final de
y el racismo (lo que el poscolonialismo apenas cuentas, “ensombrecido” por ella, y confiere al
en parte ha considerado). Por otro lado, pre- colonialismo el prestigio de marca predomi-
tendo reforzar la idea de que el análisis de la nante de la historia. Para la definición histórica
cultura o del discurso no dispensa del análisis de los colonizados, queda solo una concepción
de la economía política.19 En la segunda mitad “preposicional” o pre o poscolonial. (McClin-
de la década de los noventa, los silencios del tock, 1995: 10-12). También Stuart Hall, que fue
poscolonialismo se tornaron más estridentes. uno de los inspiradores del poscolonialismo,
teme que el prefijo “pos” pueda inducir la idea
de ruptura con el colonialismo en detrimento
19 En este mismo sentido, consúltese la interpelación de la idea de continuidad que, sin embargo,
que Miguel Vale de Almeida hace al poscolonialismo a parece merecedora de atención subrayada,
partir de la antropología (2000: 230). Desde mi punto de
dada la notoria persistencia de los efectos de la
vista, la interpelación no sería diferente si fuese hecha
a partir de la sociología. colonización y la difícil deslocalización de las
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad537
representaciones en que ella cristalizó (Hall, estructura contingente y relativa de nuestra exis-
1996b). Del mismo modo, McLeod problemati- tencia contemporánea. […] Miramos hacia el
za las confusiones a que el prefijo puede con- África no tanto porque nos interese comprender
ducir: después del colonialismo; después de el África sino porque mirar hacia África es una de
las formas en que nos definimos a nosotros mis-
la independencia; después del fin del imperio
mos (Chabal, 1997).
(McLeod, 2000: 5). Otros autores cuestionan el
verdadero sentido de la experiencia vivida por
Como ya referí, omitir la economía política, el
innumerables países en África. Patrick Chabal,
poder económico y clasista es endémico en los
por ejemplo, habla recurriendo a la metáfora
estudios culturalistas. Como dice Ahmad, el pos-
de los espejos:
colonialismo carece de una posición sobre el ca-
Si es verdad que las palabras que empleamos
pitalismo mundial y por eso no se detiene en las
[nosotros, los occidentales] para describir el transformaciones recientes del capitalismo que
atraso de África recuerdan a las usadas hace ya vienen a profundizar o crear nuevas situaciones
cien años, el significado que les atribuimos hoy de neocolonialismo. Según él, la escandalosa
es completamente diferente. El entendimiento ausencia de los problemas de clase en la crítica
de que la gran “oscuridad” de África es recono- poscolonial deriva del hecho de que los estudios
cidamente exótica, otra y distante desapareció poscoloniales son producto de una clase inte-
hoy en el mundo globalizado. Las “tinieblas” de lectual y académica que ignora los problemas
África están hoy aquí expuestas todos los días sociales reales y no está interesada en ellos (Ah-
en nuestras televisiones. Ella es también nues- mad, 1995). A mi entender, el descuido respecto
tra “oscuridad” y alimenta muchas de nuestras
del neocolonialismo es una de las limitaciones
indecibles pesadillas –de la misma forma que
alimenta la llamada amenaza islámica. Del mis-
más incapacitantes del poscolonialismo.
mo modo, nuestras certezas imperiales y nuestra Finalmente, mi relación crítica con el posco-
presunción de superioridad fueron gravemente lonialismo se basa en la idea de que el posco-
afectadas por los acontecimientos del siglo XX. lonialismo, a pesar de su adepción a la crítica
El debate sobre lo posmoderno y lo poscolonial de la homogeneización y su apología de la frag-
es, de este modo, una de las múltiples maneras mentación y de la diferencia, acabó por homo-
que tenemos para buscar ajustar cuentas con la geneizar la relación colonial, esto fue a causa
538 Boaventura de Sousa Santos
los estudios poscoloniales, el colonizador surge colonizado fue, en algunos períodos, por lo
siempre como un sujeto soberano, la encarna- menos, construida a partir de un doble otro,
ción metafórica del Imperio. Ahora, en el colo- el otro del colonizador directo portugués y el
nialismo portugués, esto no puede presuponer- otro del colonizador indirecto británico. Esta
se sin más. Solo durante un corto período —en duplicidad se transformó incluso en elemento
África, a partir del siglo XX— es que el coloni- constitutivo del mito de los orígenes y de las
zador encarna al imperio, e incluso así solo en posibilidades de desarrollo del Brasil, como ve-
circunstancias muy selectivas. Fuera de eso, el remos más adelante. Esta duplicidad instauró
colonizador apenas se representa a sí mismo. Es una fractura que hasta hoy es tema de debate y
auto-Imperio y, como tal, tan libre para el máxi- divide a los brasileños entre los que se sienten
mo exceso como para el máximo defecto de la orgullosos por el exceso de pasado y los que se
colonización. Más precisamente porque esta sienten orgullosos por el exceso de futuro.
identidad imperial no le es otorgada por ningu- El colonialismo portugués acarrea consigo el
no más allá de él, es de hecho él mismo un suje- estigma de una indecidibilidad que debe ser ob-
to tan desprovisto de soberanía como el propio jeto primordial del poscolonialismo portugués.
colonizado. Por eso, la autoridad no existe más ¿La colonización por parte de un Próspero in-
allá de la fuerza o de la negociación que es posi- competente, reluctante, originariamente híbri-
ble movilizar en la zona de encuentro.20 do, redundó en subcolonización o en hiperco-
Esta doble ambivalencia de las representa- lonización? ¿Una colonización particularmente
ciones afecta no solo la identidad del coloni- capacitante o incapacitante para el colonizado?
zador sino también la del colonizado. Es posi- ¿Un Próspero caótico y absentista no habrá
ble que el exceso de alteridad que identifiqué abierto el espacio para la emergencia de Próspe-
en el colonizador portugués, sea igualmente ros de sustitución en el seno de los Calibanes?
identificable en el colonizado por el colonialis- ¿No será por eso que, en el contexto del poscolo-
mo portugués. Sobre todo en Brasil es posible, nialismo portugués, la cuestión del neocolonia-
como hipótesis, imaginar que la identidad del lismo es menos importante que la del colonia-
lismo interno? No deja de ser significativo que
las independencias tanto del Brasil como de los
20 Ver el proyecto sobre los juegos identitarios entre
Portugal y Mozambique referido en la nota 1. países africanos, hayan ocurrido en el contexto
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad543
de transformaciones políticas importantes y de monarquía. Con ella estaban creadas las con-
signo progresista en la metrópoli colonial: la diciones para que al colonialismo externo le
Revolución liberal de 1820 y la Revolución del sucediera el colonialismo interno, para que al
25 de abril de 1974. Este hecho, combinado con poder colonial le sucediera la colonialidad del
la posición semiperiférica del país en el sistema poder. En el caso de Angola y Mozambique, por
mundial, contribuyó a que el neocolonialismo el contrario, el desvío de la norma fue en el sen-
no siguiese de modo significativo las huellas tido de que los nuevos países independientes
dejadas por el colonialismo, al contrario de lo adoptaran regímenes revolucionarios que, en
que sucedió, específicamente, con el colonialis- el contexto de la Guerra Fría, los colocaban del
mo británico o francés. Esto no significa que no lado opuesto a aquel en que Portugal los había
haya habido (o vaya a haber) neocolonialismo. mantenido en cuanto colonias. Las vicisitudes
Pero parece que hasta hoy él solo existe en re- por las que atravesaron estos países en los últi-
lación a los países en que es viable un neocolo- mos treinta años (fin de la Guerra Fría, guerra
nialismo a la medida de las insuficiencias del ex civil, procesos de paz) no nos permiten evaluar
colonizador, los pequeños países de Cabo Verde, en qué medida el colonialismo interno irá a ca-
Guinea-Bissau, Sao Tomé y Príncipe y Timor. El racterizar a los nuevos países.
exceso poscolonial de las grandes ex colonias La indecidibilidad y la fuga hacia los patro-
no deja de estar relacionado con el déficit de co- nes que caracterizan al colonialismo portugués
lonialismo del que se liberaron. suscitan todavía otra cuestión que debe ser
Ese déficit de colonialismo y de neocolo- fuente de reflexión para un poscolonialismo
nialismo ayuda a explicar la especificidad de situado. La pregunta es: ¿por qué duró tanto,
las formas políticas que emergieron con la in- mucho más allá que el colonialismo hegemóni-
dependencia de las grandes colonias. En sen- co, y por qué razón, en el caso de las colonias
tidos opuestos, esas formas divergirán de la más importantes, su fin exigió una prolongada
norma de descolonización establecida por el guerra de liberación? Mi hipótesis de trabajo es
colonialismo hegemónico. En el caso del Bra- que aquí también operó el otro colonizador, el
sil, tuvo lugar una de las independencias más colonialismo central que, a partir del siglo XIX,
conservadoras y oligárquicas del continente acompañó de cerca al colonizador portugués.
Latinoamericano, y la única bajo la forma de la Tanto en la conferencia de Berlín como en el fin
544 Boaventura de Sousa Santos
de la Segunda Guerra Mundial, fueron los con- diferencias del colonialismo portugués en re-
flictos y las conveniencias recíprocas entre los lación al colonialismo hegemónico. Caso con-
países capitalistas centrales los que dictaron trario, unos apenas verán semejanzas y otros,
la continuidad del Imperio colonial portugués. diferencias, y entre unos y otros la indecidibili-
En el último caso, el de la posguerra, la Gue- dad se les escapará como un inferior objeto in-
rra Fría, combinada con el hecho de que África conmensurable, invisible para sí mismo como
haya sido un Continente no repartido por los el mirar. En el actual contexto, el poscolonia-
acuerdos de Yalta, permitió a los países capita- lismo situado presupone cuidadosos análisis
listas centrales usar el colonialismo portugués históricos y comparados de los colonialismos
como dique contra el peligro soviético. Dadas y de lo que les siguió. Es crucial responder a
las debilidades del Próspero portugués, pudie- la pregunta sobre quién descoloniza y cómo.
ron usarlo para controlar al África y sobre todo Solo así el discurso poscolonial puede hacer
protegieron al África del Sur del apartheid sin justicia a la diseminación que Bhabha propo-
la carga del colonialismo. Así, bajo nueva for- ne, un discurso que se mueve entre diferentes
ma, la identidad colonizador-colonizado pudo formaciones culturales y procesos sociales sin
reproducirse hasta el final del Imperio. El pro- una causa lógica central (1990a: 293). Sin tal es-
blema es ahora el de saber si y bajo qué bases o pecificación histórica y comparativa, el posco-
formas esa identidad continúa reproduciéndo- lonialismo será más una forma de imperialismo
se, ahora que Portugal paso a ser de pleno dere- cultural, y una forma particularmente insidiosa
cho la periferia de Europa, o sea, una periferia por creerse anti-imperialista.
con el derecho a la imaginación del centro.21
La indecidibilidad del colonialismo portu- Juegos de espejos, I:
gués constituye una fuente de investigación un Calibán en Europa
para el poscolonialismo situado, contextualiza- Las identidades son el producto de juegos
do, o sea, para un poscolonialismo que no se de espejos entre entidades que, por razones
deja entrampar por el juego de semejanzas y contingentes, definen las relaciones entre sí
como relaciones de diferencia y atribuyen re-
levancia a tales relaciones. Las identidades
21 Sobre el concepto de imaginación del centro, ver
Santos (1995a: 53). son siempre relaciones, pero raramente son
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad545
antiguas, en la antigüedad clásica y en la edad la unidad que los europeos habían perdido y
media, y esta presente en la propia teología que, a sus ojos, los indios conservaban.
cristiana donde la eucaristía representa la Sobre los juegos de identidad en el espa-
unión de principios irreconciliables: “Mientras cio-tiempo portugués adelanto las siguientes
los caníbales devoran a los extraños para rees- hipótesis. En primer lugar, estos juegos son
tablecer la unidad del sujeto y del objeto, los particularmente complejos por el hecho de que
cristianos comen el “cuerpo” de Jesús en cuan- los portugueses hayan estado a lo largo de la
to unidad utópica entre los hombres y su Dios” historia de los dos lados del espejo, en cuan-
(Klarer, 1999: 395). to Próspero visto en el espejo de Calibán, y en
En su ensayo De los caníbales de 1580, Mon- cuanto Calibán visto en el espejo de Próspero.
taigne (1965) fue el primero en analizar estas La segunda hipótesis, que se desprende de la
dos imágenes, la de la utopía y la del caniba- anterior, es que la ambivalencia es potenciada
lismo, aparentemente contradictorias, como en este espacio-tiempo por el hecho de que el
mecanismos interdependientes. A partir de sujeto de deseo haya sido también objeto de
Bajtín, es posible ver la articulación entre los deseo. La tercera hipótesis es que la identidad
juegos de contradicciones e inversiones y la dominante en este espacio-tiempo produjo
celebración del cuerpo en el carnaval europeo solo muy tardíamente (y nunca de modo conse-
medieval, por un lado, y la imaginería del nue- cuente), la negación total del otro y, tal vez, por
vo continente, por el otro (Klarer, 1999: 401). eso tampoco supo confrontarse políticamente
El “realismo grotesco” que Bajtín identificó con las identidades subalternas. En esta sec-
en el carnaval medieval —las desfiguraciones ción y en las siguientes aduciré alguna prueba
físicas y la verdad carnavalesca como poten- de estas hipótesis.
cialidad de un mundo acogedor y una edad de Las características con que los portugueses
oro— está también visible en la inversión utó- fueron construyendo, a partir del siglo XV, la
pica de lo social y de lo político en la América imagen de los pueblos primitivos y salvajes de
de la antropofagia. El nuevo continente es el sus colonias son muy semejantes a las que le
carnaval diaspórico de los europeos. Por eso, son atribuidas a partir de la misma altura por
la repulsión del canibalismo es el otro lado del viajeros, comerciantes y religiosos venidos de
deseo de unidad con la naturaleza y el cosmos,
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad547
la Europa del Norte:22 Del subdesarrollo a la Esta ciudad densamente poblada es un antro de
precariedad de las condiciones de vida, de la judíos, alimento de una muchedumbre de indios,
indolencia a la sensualidad, de la violencia a la una mazmorra de los hijos de Agar, un reservorio
afabilidad, de la falta de higiene a la ignorancia, de mercancías, una hornaza de agiotistas, un es-
tablo de lujuria, un caos de avaricia, una montaña
de la superstición a la irracionalidad. El con-
de orgullo, un refugio para fugitivos, un puerto
traste entre la Europa del Norte y Portugal está
para franceses del catastro (Bronseval, 1970a:
también patente en el relato del fraile Claude 329).
de Bronseval, secretario del abad de Clairvaux,
sobre el viaje que hicieran a Portugal y a Espa- Castelo Branco Chaves reunió en “Portugal
ña entre 1531 y 1533. Se quejan recurrentemen- de D. Joao V visto por tres forasteros” tres re-
te de los pésimos caminos, del carácter rústico latos de extranjeros escritos entre 1720 y 1730.
de las personas, del alojamiento y del trata- Según él:
miento paupérrimos tan “a la manera del país”
(Bronceval, 1970b: 577). De los hábitos extra- el aspecto general del país que se aprende es el
ños como, por ejemplo, el de que los nobles u de una tierra fértil, rica pero desaprovechada,
hombres honrados reservaran para albergar a viviendo casi exclusivamente del oro de Brasil.
los extranjeros las casas más miserables para Parte de lo que comía, de lo que vestía, las ma-
no ser vistos como estrafalarios (Bronseval, deras para sus construcciones urbanas y navales,
1970a: 431). En cuanto a la educación de los la mayoría de lo necesario para vivir, todo venía
de afuera, de Inglaterra y de Holanda, particular-
frailes, “son pocos los que en estos reinos his-
mente comprado con el oro brasileño. El portu-
pánicos gustan del latín. Ellos no gustan sino
gués es ocioso, nada industrioso, no aprovecha
de su lengua vulgar” (Bronseval, 1970a: 461). las riquezas de su tierra, ni sabe hacer vender las
La descripción de Lisboa no podría ser más sig- de sus colonias (Chaves, 1983: 20).
nificativa de la actitud general de los viajeros:
Con excepción de la referencia final a las co-
lonias, esta caracterización corresponde punto
22 Por “Europa del Norte” se entiende aquí a los paí-
ses de la Europa considerada “civilizada” —Inglaterra,
por punto a lo que entonces y desde hace dos
Francia y Alemania— que más tarde van a tener un pa- siglos se decía de los pueblos indígenas o nati-
pel decisivo en la colonización. vos de América y del África. Los portugueses
548 Boaventura de Sousa Santos
son celosos hasta las mayores crueldades, ven- que ella es simétrica de la que fue atribuida a
gativos, disimulados, motejadores, frívolos y los negros africanos a partir del siglo XIX como
tontos. Crueldad, espíritu de venganza, disimu- siendo señal de una pretensión de asimilación
lación, frivolidad y torpeza son parte constitu- inconsecuente y tonta.
tiva del estereotipo de los europeos al respecto Pero como afirma Castelo Branco Chaves,
de los africanos o de los pueblos amerindios. es a partir de la segunda mitad del siglo XVIII,
Esta asimilación está muchas veces implícita y por invención sobre todo de los ingleses, que
en los propios relatos cuando el color de la piel la “leyenda negra” de Portugal y de los portu-
de los portugueses es invocado para confirmar gueses como pueblo decaído, degenerado, im-
la veracidad del estereotipo. Según uno de los becilizado, se profundiza más. En diciembre de
relatos, los portugueses son “altos, bien pareci- 1780, Richard Crocker, capitán inglés, escribe
dos y robustos, en su mayor parte muy more- de Lisboa:
nos, lo que resulta del clima y aun más del cru-
zamiento con los negros” (Chaves, 1983: 24). Al Los hombres portugueses son, sin duda, la raza
mismo tiempo que los portugueses proclama- más fea de la Europa. Bien pueden ellos consi-
ran al mestizaje como un triunfo humanista o derar la denominación de “ombre blanco” (sic)
—hombre blanco— con una distinción. Los por-
un expediente colonialista ingenioso, el mismo
tugueses descienden de una mixtura de judíos,
mestizaje les era inscrito en la piel como una
moros, negros y franceses, por su apariencia y
carga por el mirar del Próspero europeo. cualidad parecen haber reservado para sí las
En este juego de espejos, es aun relevante peores partes de cada uno de estos pueblos. Tal
recordar que en muchos relatos de la época como los judíos son mezquinos, engañadores y
se nota la profusión de miradas sobre el Por- avaros. Tal como los Moros son celosos, crueles
tugal que hacen mofa de él: “la nación parece y vengativos. Tal como los pueblos de color, son
faltar en la vista [...] los padres benedictinos en serviles, poco dóciles y falsos y se parecen a los
Coimbra se consideran reparables, pues nin- franceses en la vanidad, artificio y arrogancia
guno deja de traer anteojos propter farsolam” (Pires, 1981: 112).
(Chaves, 1983: 112-113). La relevancia de esta
característica en la composición del estereoti- En el mismo tono escribía de Lisboa a un
po sobre los portugueses está en el hecho de amigo, el 11 de septiembre de 1808, el oficial de
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad549
la Marina inglesa, Charles Adam: “voy a hacer distancia que va de él al esclavo portugués, el
lo posible por disponer de tus libros españoles, último de los esclavos” (1881: 37).
me dicen que no hay libros portugueses que Al final del siglo XVII, el reverendo anglicano
valga la pena leer” (Pires, 1981: 85). John Colbatch, que ocupó el puesto de capellán
En el estudio que hizo sobre las impresiones de la British Factory en Lisboa, dejará una opi-
recogidas por el comisario alemán alistado en nión en general más favorable de los portugue-
el ejército inglés, August Schaumann, durante ses (pueblo poco “dado a la embriaguez”), no
su estadía en Portugal entre 1808 y 1814, Maria dejando al mismo tiempo de denunciar el “odio
Teresa Byrne describe como los portugueses mortal” que “[alimentaban] hacia los extranje-
son en general descritos como campesinos, ros” y de lamentar su poca gratitud para con
algo primitivos. “De todo mi corazón tengo los ingleses que tantas veces fueron sus “sal-
pena por estos pobres diablos”, escribe Schau- vadores” (Macaulay, 1946: 224-225). Un siglo
mann, al lamentar la situación de un pueblo que y medio más tarde, el reverendo J. M. Neale,
se ve invadido, no por uno, sino por dos países, que viajó ampliamente por el país, da una ima-
uno que lo ataca (Francia) y otro que lo defien- gen angustiosa de las miserables condiciones
de (Inglaterra) (Byrne, 1998: 108). Por la misma de vida en Portugal y desde arriba apunta que:
época, Lord Byron visita Portugal (1809) y es- “cuando exaltados, los portugueses se tornan
cribe su famoso poema Peregrinación de Chil- peligrosos” (Macaulay, 1946: 207-208). Robert
de Harold: “Nación desbordante de ignorancia Southey, que Zulmira Castanheira considera es
y orgullo [...] Palacio y cabaña son igualmente el primer lusófilo inglés, visito Portugal por pri-
inmundos; sus morenos habitantes educados mera vez en 1796 y, a pesar de pretender mos-
sin aseo; y ninguno, hidalgo o plebeyo, cuida trar admiración por los portugueses, no deja de
de la limpieza del calzado o de la camisa [...] los hilvanarlos como pueblo retrógrado, supers-
cabellos sin peinar, mal aseados, indiferentes” ticioso, sucio, prejuicioso, celoso, vanidoso,
(Byron, 1881: 30-31). ignorante, deshonesto, atontado por la tiranía
Y para no dejar dudas, está la comparación del Estado y de la Iglesia, ambos corruptos e
que hace Byron con respecto a los españoles: ignorantes y servido por instituciones insólitas
“por cuanto al campesino español es tan sober- y chocantes como, por ejemplo, la justicia, “ge-
bio como el duque, pero noble y conoce bien la neralmente ignorante o precipitada, que dejaba
550 Boaventura de Sousa Santos
los animales del continente americano y de dialéctica tiene igualmente paralelo en las re-
la relación de los indios con ellos, es también presentaciones de los extranjeros al respecto
identificable en los relatos de los viajeros ex- de los portugueses. Al lado de las representa-
tranjeros en Portugal. Es lo que escribe una ciones “negativas”, que ilustré arriba, hay igual-
viajera inglesa en la década de 1890: mente representaciones “positivas”. De otro
modo, tal como aconteció con las narrativas
No obstante nuestro puerco mascota fuese un coloniales al respecto del colonizado, la disputa
puerco muy bonito —un chino extranjero— los sobre “el perfil del portugués” fue en ocasiones
puercos de esta región son terriblemente feos. acalorada entre los observadores extranjeros.
Son unos animales enormes con grandes orejas
Los estereotipos negativos pasan a dominar en
alargadas, lomos inmensos, irguiéndose en el
la segunda mitad del siglo XVIII a medida que
centro como un arco, costados hoscos y cubier-
tos de una especie de pelos cortos y macizos pero se profundiza el dominio de Inglaterra sobre
tan ralos que se ve diferente al pelo negro de aba- Portugal, pero a lo largo de toda la época mo-
jo. A pesar de eso, los aldeanos consideran estas derna, son frecuentes las narrativas que procu-
criaturas como animales domésticos que respon- ran poner en cuestión y ofrecer alternativas a
den a los nombres que les ponen y vienen cuando las narrativas anteriores consideradas falsas.
los llaman, como los perros, y gustan mucho que Algunos adeptos de la representación buscan,
les hablen y los acaricien (Pires, 1981: 40). incluso, reconstruir la historia de las represen-
taciones de los portugueses al modo de subra-
La dialéctica de la representación del co- yar su lado positivo, como es el caso de Rose
lonizado hace de este, como vimos, un ser si- Macaulay en dos libros sobre relatos de viaje
multáneamente atractivo y repulsivo, un ser a Portugal (1946 y 1990). El estereotipo de las
dócil y amenazador, leal y traicionero, un ser bondadosas costumbres es, tal vez, el más con-
utópico y diabólico. De ahí que los estereotipos sistente de todos los estereotipos positivos, a
no sean unívocos ni consistentes. Acorde con pesar de ser muy reciente. Esta en la base de
las necesidades de la representación del colo- otro aun más reciente, el de luso-tropicalismo.
nizador, predominan estereotipos negativos, o, Lo que pretendo mostrar es que tanto la car-
por el contrario, estereotipos positivos, aunque ga positiva como la carga negativa de los este-
unos y otros se pertenezcan mutuamente. Esta reotipos tienen paralelos a veces sorprendentes
552 Boaventura de Sousa Santos
con los estereotipos coloniales. En un trabajo las narrativas colonialistas, incluso las portu-
importante sobre el sistema de representacio- guesas atribuían al negro africano, al esclavo
nes sociales identitarias de los portugueses, americano o al indio americano.
Pereira Bastos reconstruyó así el perfil de los
portugueses salido de los estudios del sociólo- Juegos de espejos II:
go francés Paul Descamps, que hizo investiga- un Próspero calibanizado
ción en Portugal en los años de 1930 a invita- Mostré en la sección anterior que los portu-
ción de Salazar: predominio del amor sobre los gueses nunca pudieron instalarse cómodamen-
intereses materiales; sadoquismo y propensión te en el espacio-tiempo originario del Próspe-
para la melancolía; exagerada molestia de ca- ro europeo. Vivieron en ese espacio-tiempo
rácter; desvirilización e hipersensibilidad; tem- como internamente dislocados en regiones
peramento nervioso, emotividad y compasión; simbólicas que no les pertenecían y donde no
espíritu poético, amabilidad y docilidad; “alma se sentían a voluntad. Fueron objeto de humi-
femenina”, amabilidad y simpatía; propensión llación y de celebración, de estigmatización y
para la simulación; deseos ilimitados, ilusión y de complacencia, pero siempre con la distancia
apego a lo irreal; espíritu aventurero; falta de de quien no es plenamente contemporáneo del
perseverancia, de capacidad empresarial y de espacio-tiempo que ocupa. Forzados a jugar el
conducción; ausencia de la noción de impor- juego de los binarismos modernos, tuvieron
tancia del tiempo y de la puntualidad; incom- dificultades en saber de qué lado estaban. Ni
prensión de las consecuencias sociales de las Próspero ni Calibán, les correspondió la limi-
acciones (Bastos, 1995a: 144-147).23 En esta lis- naridad y la frontera, la inter-identidad como
ta, es importante la compleja ambivalencia de identidad originaria.
la atracción y repulsión. Pero más importante Acontece que, en aparente contradicción
aún es que, en pleno siglo XX, muchas de las con todo esto, Portugal fue la primera potencia
características atribuidas a los portugueses europea occidental en lanzarse hacia la expan-
tienen semejanzas sorprendentes con las que sión ultramarina y fue la que mantuvo por más
tiempo su Imperio. Si el colonialismo jugó un
papel central en el sistema de representaciones
23 Ver Descamps (1935). de la modernidad occidental, Portugal tuvo una
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad553
participación pionera en la construcción de ese crear una realidad nueva. Dos construcciones
sistema y, por lo tanto, en el juego de espejos creíbles a la luz del desconcierto y del caos de
fundador entre Próspero y Calibán. El enigma las prácticas a que quisieron poner orden. Esta
es pues: ¿cómo es que el Calibán europeo pudo indecidibilidad es la señal de vigencia reiterada
ser un próspero de ultramar? ¿O será que, por- de un régimen de inter-identidades. Los portu-
que nunca asumió ninguna de esas identidades gueses, siempre en tránsito entre Próspero y
en pleno y exclusivamente, pudo asumir las Calibán (y, por lo tanto, inmovilizados en ese
dos simultáneamente? La hegemonía de Portu- transcurrir), tanto fueron racistas, violentos y
gal en el sistema mundial moderno fue de corta corruptos, más dados al pillaje que al desarro-
duración y al final del siglo XVI los significan- llo, como fueron mestizadores natos, literal-
tes de Próspero y Calibán circulaban por fuera mente país de la democracia racial, de lo que
del control de los portugueses. Las inscripcio- esta revela y de lo que esta esconde, mejores
nes de esos significantes en los sistemas de que ningún otro pueblo europeo en la adapta-
representación de los portugueses fueron de ción a los trópicos.
tal modo complejas y se hicieron durante un En África, en Asia y en Brasil, ese régimen de
período tan largo que acabaron por dar origen inter-identidades, tuvo infinitas manifestacio-
a estereotipos y mitos contradictorios, cada nes. Entre ellas sobresalen la “cafrealización”
uno de ellos sobrecargado de medias verda- y la “miscigenación”. Los dos fenómenos están
des. Hasta hoy, la construcción histórica de los ligados, pero se refieren a procesos sociales
descubrimientos y del colonialismo portugue- distintos. La cafrealización es una designación
ses está ensombrecida por mitos que se perte- ochocentista utilizada para caracterizar de una
necen y se anulan mutuamente. De un lado, la manera estigmatizante a los portugueses que,
construcción de Charles Boxer (1963, 1969): los sobre todo en el África oriental, se desvincu-
portugueses como un Próspero incompetente laban de su cultura y de su estatuto civilizado
con todos los defectos de Próspero y con pocas para adoptar los modos de vivir y pensar de los
de sus virtudes. De otro lado, la construcción “cafres”, los negros ahora transformados en pri-
de Gilberto Freyre (1940; 1947; 1953; 1958): mitivos y salvajes. Se trata, pues, de portugue-
los portugueses como un Próspero benevolente ses atrapados en las redes de Calibán y de he-
y cosmopolita capaz de aliarse a Calibán para cho calibanizados, viviendo con mujeres e hijos
554 Boaventura de Sousa Santos
calibanes, según las costumbres y lenguas loca- cafreal. La designación “cafre”,24 no tenía, has-
les y en total ruptura con su cultura de origen. ta los siglos XVIII-XIX, la connotación negativa
Esta designación surge con esta connota- que pasó a tener después de esa fecha. Servía
ción en un momento preciso de la historia del apenas para distinguir los negros (cafres) de
colonialismo portugués, un momento que más los negros que hablaban árabe y estaban, por
adelante designaré como “momento de Próspe- eso, envueltos en el comercio que los pueblos
ro”. La relevancia de esta designación para la de tradición islámica y swahili mantenían des-
argumentación desarrollada en esta sección es de hacía siglos en esos parajes. Esta inmersión
que, con ella, el discurso colonial pretende re- en las redes sociales locales, esta interacción
significar una práctica anterior que se difundió fácil entre los portugueses y las poblaciones lo-
entre el siglo XVI y el siglo XIX, sobre todo en cales y las prácticas cultural híbridas a que dio
la costa oriental de África. Consistió en la inte- lugar están documentadas desde el siglo XVII
racción prolongada de los portugueses con las (Prestholdt, 2001). Los relatos, muchas veces
culturas y los poderes locales, una interacción de religiosos, critican estas prácticas, aunque a
en que los intereses de comercio no podían ser veces muestren comprensión hacia las dificul-
respaldados por cualquier poder imperial dig- tades enfrentadas en aquellas tierras por aque-
no de nombre y que, por eso, tendía a ser carac- llos que no tenían el poder colonial para su de-
terizada por la reciprocidad y por la horizonta- fensa. Escribe Fray Joao dos Santos en 1609 en
lidad, cuando no incluso por la subordinación la Etiopía Oriental.
y el cumplimiento de vasallaje respecto a los
reyes y autoridades locales. La reiteración de
esas interacciones llevó a que ellas sobre lle- 24 El término “cafre” deriva del árabe kafir, término
que designa al no-musulmán, al no creyente en Allah.
varan la actividad comercial hacia esferas de
“En Melinde [antiguo puerto de la costa oriental de Áfri-
relacionamiento más profundo que envolvían ca] son los moros más amigos de los portugueses y no
frecuentemente la constitución de la familia, el difieren nada en las condiciones y la filiación de nues-
aprendizaje de las lenguas y de las costumbres tros rostros y hablan mucho muy bien el portugués por
locales, en suma, la adopción de la práctica ser aquí el principal trato nuestro con ellos, y el asiento
de la capitanía. Los Moros de aquí se confinaron hacia
tierra adentro, una tierra de los Cafres extraña de los
otros y de toda la costa” (Monclaro, 1899: 167).
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad555
Un portugués llamado Rodrigo Lobo, era señor vida hasta que la muerte llega la cual ignoran que
de la principal de estas islas.25 De la cual le hizo existía por falta de memoria (Miranda, 1954: 64).
donación el Quiteve [rey], por ser muy su amigo,
y junto a ello le dio el título de su mujer, nombre En 1844, João Julião da Silva escribió en su
con que el Rey llamaba a la capitanía de Mozam- Memoria sobre Sofalla, donde refiere:
bique, y a la de Sofala, y a los demás portugueses
que mucho estimaba, significando con tal nombre La Civilización en esta Villa (Sofala) en nada se ha
que los ama, y que quiere que todos le brinden separado de su primitivo estado por lo que desde
cortesía, como a su mujer, y realmente es así, que aquellos tiempos en que tuvo la denominación de
todos los cafres veneran mucho a los portugue- Presidio, sus habitantes eran en cantidad de los
ses que tienen títulos de mujeres del Rey (Santos, mayores criminales, e inmorales, que eran remi-
1999: 139). tidos para cumplir sus sentencias de por vida, y
aquí se establecieron y, como el país era próspero
En 1766 escribe Antonio Pinto Miranda: adquiriendo haciendas, eran de los primeros so-
lamente en representación: estos tales individuos
[Los europeos en Mozambique] despreciaron a luego buscaban familiarizarse, en todo y por todo
sus oficiales cuando con ellos podían pasar ale- con las costumbres, y el modo de proceder de los
gremente la vida; Casaron con algunas Señoras cafres, que los rodeaban y para allanarse el apo-
naturales y otras que de Goa descendían. [...] yo de estos, y obtener un mayor espacio para sus
También se olvidaron mucho de la Creación Cris- perversidades, se casaban cafrialmente con las
tiana que en sus principios tuvieron, razón por negras de los cercamientos y generaban mulatos:
la que ni sus propios hijos acostumbraron a dar, estos criados en la misma libertad y costumbres
por la que fijaron a estos con los pésimos proce- cafriales, seguirán el mismo modo de proceder
dimientos que de los Patricios relaté. [...] Más allá de sus padres y hasta el presente son raros los
de las propias mujeres no dejaron de procurarse que saben leer y escribir: esta es la causa prin-
otras. [...] Caminan siempre en “manxilas” que cipal por la que las supersticiones, los prejuicios
tienen semejanza con las hamacas de América y costumbres bárbaras están arraigados en ellos,
[...] De esta suerte Ociosos pasan los días de la que les es imposible abandonarlas ignorando
hasta los primeros rudimentos de nuestra Santa
Religión, el idioma portugués y las costumbres
25 Localizada en la actual región de Sofala, al centro europeas (Da Silva, Felicia & Nicoalu, 1998: 36).
de Mozambique.
556 Boaventura de Sousa Santos
Del mismo tenor es el lamento de Ignacio origen de los portugueses que poblaron los te-
Caetano Xavier a mediados del siglo XVIII: rritorios. Como dice Marc Ferro, “los portugue-
ses fueron los primeros que quisieron librarse
Hablando en general puedo decir sin faltar a la de los criminales, de los delincuentes, mandán-
verdad, que parecen más [los moradores sujetos dolos a cumplir pena muy lejos —ejemplo que
a la corona] fieras que hombres, por estar opues- la Inglaterra imitó en escala gigantesca con los
tos a la vida civil y a la sujeción política, sin ha-
convictos que a partir de 1797 fueron a poblar
blar en el caso de la Religión, porque teniendo el
Australia—” (1996: 179). A partir de 1415, cada
nombre de cristianos parece que todavía están
por escoger la Ley (Xavier, 1954: 174). navío que partía a explorar la costa de África
llevaba su contingente de deportados. Muchos
La descalificación de los indígenas como de los portugueses de que hablan los relatos,
primitivos y salvajes es una constante de es- eran desterrados. Al referirse a ellos de modo
tos relatos y, como ella, la descalificación de tan despreciativo, Xavier denuncia en su relato
los portugueses que se mezclaron con ellos de 1758-1762:
y adoptaron sus modos de vida. A lo largo de
Llega todavía más allá la insolencia de estos mo-
un vasto período el estereotipo portugués que
radores [...] porque después de atropellar las con-
domina no es el de Próspero es, antes bien, el sideraciones humanas, también se han atrevido
de un proto-Calibán, un cafrealizado. A medi- muchas veces a perder el decoro de las Casas de
da que se vayan conociendo las narrativas de Dios con sacrílegos insultos, de muerte, heridas,
estos portugueses cafrealizados, será posible bullas, etcétera. llegando al extremo su bárbara
obtener una idea más compleja de los proce- ceguera de cometer los mismos desacatos delan-
sos de hibridación y ciertamente diferente de te de los Sacramentos expuestos, como sucedió
la que nos es dada por las narrativas de los que hace pocos años en la Iglesia de los dominicanos
los visitaran en apariciones meteóricas del po- en Senna, que hoy está reducida a cenizas. Y ahí
der imperial, de la Iglesia y de la Corona, por lo parece que se halla el motivo por el que han sido
demás siempre ausentes. castigados y lo son repetidas veces desde el cie-
lo, pues, por medio de los cafres que dominaban
Para la descalificación y estigmatización del
y podían dominar han visto restringida su orgu-
Próspero cafrealizado contribuyó también el
llosa vanidad, pues más allá de haber perdido en
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad557
muchas ocasiones el crédito vidas y haciendas, África durante este período. El hecho de que
perdieron [...] ricas poblaciones [...] y hasta sus el colonialismo portugués en África, haya es-
hijos sirvieron de esclavos de dicho Rey (Changa- tado durante varios siglos más interesado en
mira), y estos son tal vez nuestros mayores ene- controlar el comercio marítimo que en ocupar
migos en la guerra y en la paz (1954: 175-176).26
territorios, combinado con la debilidad político-
administrativa del Estado colonial, provocó que
El subtexto de estos relatos es que el origen
los portugueses que comerciaban en esas tierras
social de los portugueses en África reclamaba
fuesen colonizadores sin Estado colonial, y por
una presencia más fuerte y estructurada de la
eso fuesen forzados a practicar una forma de
autoridad colonial. Ahora, como vimos, esta era
autogestión colonial. Esta autogestión colonial
tan débil y tan inconsistente que mejor podría
si, por un lado, permitía la identificación discre-
caracterizarse como un poder aparicional.27
cional de cada uno con el poder del Imperio,
El carácter aparicional del poder colonial
por otro lado, no les facultaba dicho Imperio
es, a mi entender, fundamental para que enten-
sino con el poder para que pudiesen movilizar
damos los caminos de las inter-identidades en
sus medios propios. Como esos medios eran
exiguos, el portugués tuvo que negociarlo todo,
26 En el mismo sentido, Marc Ferro afirma que el Go- no solo su comercio si no también su propia so-
bernador de Angola tenía tal desconfianza en relación brevivencia. Fue un “colonizador” que se vio fre-
a los deportados que “no [les] quería confiar armas en cuentemente en la contingencia de prestarse al
caso de guerra con los indígenas –al punto de preferir vasallaje como cualquier nativo a las estructuras
servirse de tropas africanas, tanto para dar combate a
políticas (reinos) locales. Como el colonialismo
las tribus insumisas, como para, eventualmente, mante-
ner a buena distancia a los delincuentes. De cualquier casi no existía como relación institucional,28 la
modo, estos desertaban tan pronto como se aprovisio- disyunción entre colono, por un lado, y Estado
naban con armas” (1996: 179). colonial e Imperio, por otro, era total. Es todavía
27 Un aparato administrativo colonial, bajo la forma Xavier quien relata a este respecto:
de Estado, surgiría tan solo a finales del siglo XIX, ini-
cios del siglo XX, en los espacios coloniales de Portugal
en África, situación que contrasta con la presencia de 28 En las regiones costeras había cuando mucho un
estructuras estatales organizadas en el Brasil y en la In- régimen de soberanía compartida entre la administra-
dia Portuguesa. ción portuguesa y los reinos locales.
558 Boaventura de Sousa Santos
[Los habitantes de la zona mozambiqueña que- “Noticias de las islas de Cabo Delgado”,29 del
rían] hallar el modo como obstruir al gobierno, siglo XVIII: “quedando estas tierras solamente
y dominarlo sobre manera. [...] Son todos enemi- habitadas por los moros nacionales que viven
gos del Gobernador. Está tan envilecida la cos- en la mayor obediencia, y son toda la fuerza
tumbre en ellos, que aún los primeros habitantes
que defendió nuestras fronteras de los insultos
portugueses, por no querer vivir dominados por
de los Cafres de Macao, siendo para Mozambi-
ningún gobierno, y sujetos a la justicia nunca
quisieron estar encerrados en lugares, ni consin- que imposible en aquel tiempo el mandar auxi-
tieron que se hicieran Plazas o se amurallaran lios por la falta de tropa que experimentaba”
las poblaciones, para que así a rienda suelta, pu- (Portugal, 1954: 276).
dieran continuar con sus atrocidades, morando También la legalidad colonial, no disponien-
dispersos en lugares abiertos, no fue fácil conte- do de un Estado colonial fuerte para imponerla,
nerlos por parte del gobierno y hacerles conocer quedó menos en las manos de quien la emitía
la justicia como hasta ahora sucede. Esta vida que en las manos de quien le debía obediencia.
disoluta y sin subordinación que ellos tuvieron La autogestión colonial llevó a la constitución
por libertad, y tienen los que hasta el presente de una legalidad paralela que combinaba la apli-
habitan estas tierras por felicidad, han concurri-
cación altamente selectiva, y solo cuando fuera
do antes y la conducen ahora hacia su total ruina
conveniente, de la legalidad oficial con otras le-
porque solo se encuentra en la isla de Mozambi-
que cuatro moradores que pudieran alcanzar el galidades locales o adaptadas a las condiciones
nombre de ricos y de la misma manera en los ríos locales. Habrá sido este, el primer ejemplo mo-
de Senna, Sofala, Inhambane y las islas Quirimba derno de pluralismo jurídico.30 Desde el punto
(Xavier, 1954: 174-175). de vista de los portugueses en las colonias, la
condición jurídica de sus actividades no era ni
La misma ausencia del Estado colonial hizo legal ni ilegal, era “alegal”. Desde el punto de
que las tareas de soberanía como, por ejemplo,
que la defensa de las fronteras fuese frecuen-
29 Estas islas, situadas en el extremo Norte de Mo-
temente “subcontratada” a las poblaciones zambique, son hoy geográficamente conocidas como
locales. Es esto mismo lo que es narrado en “Archipiélago de las Quirimbas”.
30 Sobre el pluralismo jurídico, véase Santos (1995b:
112-122; 2002b; 2006).
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad559
—la asimilación—.31 Ella es un doble no-dicho. siglo XVIII a quienes la porosidad de las prácti-
Es un no-dicho de la asimilación porque es una cas identitarias de los portugueses no les pasó
asimilación invertida, asimilación de Próspero desapercibida.
por Calibán. Pero es también lo no dicho de la El Capitán Costigan, irlandés, que estuvo en
imposición cultural que caracteriza a la colo- Portugal en 1778-1779 y para quien, como nota
nización, sea ella asimilacionista o no, porque Rose Macaulay, la perversidad de los portugue-
es una identidad negociada. Curiosamente, en ses era una obsesión, se declaraba espantado
más de un juego de espejos, esta lectura es con la familiaridad agradable de los portugue-
consonante con algunas de las lecturas de los ses hacia sus criados, algo inimaginable en In-
viajeros extranjeros en Portugal a partir del glaterra (Macaulay, 1990: 193).
Por el contrario, la lectura de la necesidad
tiende a ver en la cafrealización la debilidad y
31 En Mozambique, la política de asimilación está la incompetencia de un Próspero que no pudo
asociada al sistema de administración colonial efectiva
desde inicios del siglo XX. A partir de entonces, la di-
o no supo escapar a ella. La estigmatización de
visión entre nativos y no nativos será reforzada. Como la cafrealización —cuando es asumida como
ciudadanos de estatuto inferior, los asimilados —aque- incapacidad colonial— es expresión de la de-
llos que deseaban “asimilar” los valores de la civiliza- generación que arrastró en su atraso el atraso
ción portuguesa (negros, asiáticos, mixtos), y ser con- de los colonizados. Es esta, en buena medida,
siderados ciudadanos—, tenían cartillas de identidad
que los diferenciaban de la masa de los trabajadores la lectura de Charles Boxer. Es también la lec-
no asimilados, los indígenas. Estos últimos, la mayoría tura que subyace a las políticas coloniales de
de la población, no poseían ciudadanía, no tenían de- finales del siglo XIX en adelante, no obstante,
recho alguno, eran mal pagados, explotados, sujetos a en este caso la lectura buscase exclusivamen-
una enseñanza rudimentaria, al trabajo forzado, a regí-
te justificar la ruptura con las políticas colo-
menes penales de deportación, etcétera. Por ejemplo,
cuando, en 1950, Eduardo Mondlane llegó a Lisboa para niales anteriores, a que haré referencia en la
matricularse en la universidad, la aceptación de su can- próxima sección.
didatura no fue inmediata. Su gran problema consistía El mestizaje es la otra manifestación de la
en el hecho de que, siendo “indígena” natural de Mo- porosidad de los regímenes identitarios de los
zambique, no tenía el estatuto de asimilado, lo que lo
portugueses. Se trata de un fenómeno diferen-
imposibilitaba para su identificación como ciudadano
portugués (Manghezi, 1999). te de la cafrealización y puede ocurrir sin esta.
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad561
Pero la verdad es que, en los momentos de in- opresión y se dispuso a luchar contra ella, la
tensificación de los discursos colonialistas y connotación social de los mulatos bajó. Y, por
racistas, los momentos de Próspero, que men- el contrario, subió en los momentos, inmensa-
cionaré más adelante, la estigmatización de la mente más duraderos, en que ni Próspero ni
cafrealización arrastró consigo la del mestizaje Calibán sintieron necesidad o tuvieron la posi-
(la “miscigenación” como cafrealización del bilidad de afirmarse como tales. Expresión de
cuerpo). No es posible tratar esta cuestión en la “democracia racial”, los mulatos contribui-
el ámbito de este texto. Que la miscigenación rán, sin querer y contra sus propios intereses,
fue la “excepción portuguesa” en el colonia- a legitimar la desigualdad social racista. Al des-
lismo europeo (Ferro, 1996: 177) tiende hoy a racializar las relaciones sociales, permitirán
tener consenso, no obstante, también lo sea el al colonialismo des-culpabilizarse de su modo
hecho de no haber sido el colonialismo portu- propio de producir inequidades sociales. “Es
gués el único en practicarla. negro porque es pobre”, pasó a ser la coartada
La porosidad de las fronteras entre Próspe- creíble para quien actuaba en el presupuesto
ro y Calibán atingió a su expresión identitaria de que “es pobre porque es negro”.
máxima en las figuras del mulato y la mulata. Puede, pues, concluirse que el debate so-
La ambivalencia de las representaciones a este bre el valor sociológico político y cultural de
respecto es bien ilustrativa de la naturaleza el mestizaje es indecidible en sus propios tér-
de un pacto colonial tan abierto como despro- minos, ya que él es uno de los debates-ersatz
visto de garantías. Ahora vistos como seres del ajuste de cuentas histórico entre Próspero
degradados genéticamente, expresión viva de y Calibán, entre el colonialismo europeo y los
una traición a Calibán, ahora vistos como se- colonizados por él, que por mucho tiempo aún
res superiores combinando lo que mejor había se verá aplazado.
en Próspero y Calibán, los mulatos fueron, a lo En este contexto, solo quiero registrar una
largo de los siglos, una mercadería simbólica más de las astucias del régimen identitario de
cuya connotación varió con las vicisitudes de los portugueses, una trampa adicional para
los pactos y de las luchas coloniales. En mo- los que piensan que los juegos de espejos re-
mentos en que Próspero se quiso afirmar como flejan algo que se encuentra más allá de ellos.
tal y en que Calibán tomó conciencia de su Se trata de la posibilidad de que el portugués
562 Boaventura de Sousa Santos
incido sobre la primera posibilidad, el momen- Para garantizar su presencia en África, Portu-
to de Próspero. gal se vio obligado a actuar como las restan-
Distingo dos momentos de Próspero: al final tes potencias imperiales, como si el desarrollo
del siglo XIX, primeras décadas del siglo XX y interno del capitalismo portugués colocase
el 25 de abril y la adhesión a la Unión Euro- exigencias comparables, lo que no era el caso.
pea. En cualquiera de estos momentos, la as- Este hecho no escapa a la historiografía ingle-
censión de Próspero en el magma identitario sa, al servicio del imperialismo británico y, por
portugués, se hace bajo la presión de factores lo tanto, hostil al imperialismo portugués. Tho-
externos, siempre bajo la forma de la Europa mas Pakenham, en su libro The Scramble for
capitalista desarrollada. El primer momento de Africa, 1876-1912, es ejemplar a este respec-
Próspero ocurre en el período pos-Conferencia to: “y estaba Portugal medio senil y aún más
de Berlín, en que la ocupación efectiva de los arruinado, agarrado a sus posiciones en África,
territorios bajo dominio colonial se torna una Angola y Mozambique, más por soberbia que
condición para el sostenimiento de ese domi- por la esperanza de lucro (Furtado, 1997: 77).
nio.34 Hecha la repartición de África, los países No es mi pretensión analizar aquí este pe-
industrializados dan a la empresa colonial una ríodo.35 Pretendo apenas apuntar las metamor-
forma imperial que vincula estrechamente a las fosis identitarias que en él ocurren. La más
colonias al desarrollo capitalista. La explota- importante de ellas, es la polarización entre
ción capitalista de las colonias, que presupone Próspero y Calibán. Es verdaderamente en
un estrecho control político y administrativo, ese momento que surge lo indígena primitivo
se torna el otro lado de la misión civilizadora. y, en contrapunto, lo portugués colonizador,
representante o metáfora del Estado colonial.
El proceso que hace descender lo indígena al
34 Entre otras disposiciones, la Conferencia de Berlín estatuto que justifica su colonización es el mis-
decidió que un Estado-nación solo podría tener dere- mo que hace subir lo portugués al estatuto de
cho a determinada parcela ultramarina desde que la colonizador europeo. La dicotomía entre los
ocupase efectivamente y la administrase en forma y
garantizara en ella los derechos individuales, la libertad
de comercio y de religión y el establecimiento de esta-
ciones civilizadoras. 35 Véase la nota 1 y el proyecto allí citado.
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad567
de la tierra africana [...] Es una afirmación de vive; no tiene enraizada en el alma el amor de la
presencia necesaria” (Júnior, 1955: 19). Una familia y de sus semejantes (Barradas, 1992: 124).
tarea ingente dado el carácter despreciable de
la materia prima. El negro surge ahora animali- Pero la demonización del colonizado atinge
zado y apenas susceptible de ser domesticado al paroxismo cuando está referida a la mujer.
por vía del gesto imperial. La violencia de este Es que esta es considerada responsable por
gesto, la brutalidad del trabajo forzado es el el mestizaje que ahora es estigmatizada como
otro lado de la animalidad del negro y es esta siendo el gran factor de degeneración de la
última que justifica a la primera.37 Sobre las difi- raza. En 1873, Antonio Ennes escribe:
cultades de llevar a los negros a trabajar, se lee
El África encargó a la negra el vengarse de los
en una publicación oficial del Ministerio de las
europeos, y ella, la hedionda negra, —porque no
Colonias de 1912:
hay negra que no sea hedionda— conquista la
sensualidad de los macacos, los celos feroces de
Es el indígena dado a la embriaguez por atavis-
los tigres, las costumbres torpes e inhumanas de
mo de muchas generaciones; es rebelde al traba-
los esclavistas, los delirios del alcoholismo, to-
jo manual, al cual esclaviza a la mujer; es cruel y
dos los embrutecimientos de las razas inferiores,
sanguinario porque, así lo educó el medio en que
y hasta los dientes de las quizumbas [hienas] que
excavan los cementerios, los altivos conquistado-
res del Continente Negro (Ennes, 1946: 192).
37 Según Santos Júnior, “no hay duda de que el blanco
no puede ejercer, en África, determinadas funciones.
Su resistencia física no soporta, por ejemplo, la vio- Entre el hombre blanco y el hombre negro se
lencia del trabajo de la azada” (1955: 22-23). Citando erige una barrera intraspasable que es al mis-
a Marcelo Caetano, el autor afirma que “lo negro tiene mo tiempo el trazo de la unión entre ambos. En
condiciones de resistencia natural y una adaptación al este juego de espejos, el negro es salvaje y por-
medio que le permiten trabajar en los climas tropicales
en ciertas actividades en mucho mejores condiciones que es salvaje tiende a pensar que “nosotros”
que los europeos [...] Es necesario forzar [al negro] a la es que somos salvajes. En 1911, escribe José
contribución que tiene que dar para el desarrollo de la Firmino Santa Anna, un médico que trabajaba
riqueza pública; es preciso obligarlo a producir [...] Se en el valle del río Zambeze:
trata de proteger al negro, de integrarlo en el sistema
económico de Mozambique (1955: 22-23).
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad569
Su carácter del indígena desconfiado y egoísta no los pueblos que estudió, la siguiente narrativa
le permite comprender el interés que el europeo acerca del canibalismo de los portugueses:
tiene en cuidar de su salud sin hacerle cualquier
exigencia, y entonces avienta a este respecto las La Gungunhana (Nghunghunyane) murió. Los
hipótesis más inverosímiles. Nosotros para ellos portugueses comiéronla.
somos los salvajes, nos atribuyen los peores ins- ¿Qué es lo que tú dices?
tintos y tratan de acautelar, tanto cuanto les sea Con certeza. Los portugueses comen carne huma-
posible su estupidez peligrosa, ávida, mujeres y na. Toda la gente lo sabe. No tienen piernas, son
haberes. Estos prejuicios sobre el carácter de lo peces. Tienen cola, en vez de piernas. Y viven en
europeo son la principal razón de la desconfianza el agua.
con que acogen al médico. El indígena no com- Entonces, si ellos son peces y no tienen pier-
prende los motivos de orden abstracto ni las ra- nas ¿cómo es que pueden combatir con usted y
zones altruistas; así, no pudiendo explicar de otra vencerlos?
forma la colecta de muestras de sangre destinadas ¡Oh! Los que combaten reconozco que son nue-
a examen, supone que es para comer. El médico vos, ellos tienen piernas. Nosotros los agarramos
que procede a este servicio es mirado por la ma- y los metemos en un navío a vapor que va lejos,
yoría como antropófago y es curioso que hasta los muy lejos. Este navío acaba por llegar a un pe-
individuos que de cerca me servían, suponían que ñasco todo cercado de agua. Es el país de ellos.
la sangre era el vino que yo consumía (1911: 22). Nosotros tiramos del navío y los metemos en una
isla, en cuanto los soldados disparan los arcabu-
El canibalismo es un tema recurrente en ces, para anunciar a los grandes blancos peces
momentos de espejos polarizados entre Prós- que llegamos. Escogen a uno de nosotros y le dan
pero y Calibán. Y también aquí el vínculo que un golpe en el dedo mínimo, para ver si está bas-
separa abismalmente es también lo que permi- tante gordo. Si no, lo encierran en un gran cesto
te la más íntima reciprocidad. Por eso, la atri- lleno de almendras y le dan orden de comerlas,
bución de canibalismo a los africanos surge para engordar; cuando gane bastante gordura, lo
encierran en una gran olla alargada del tamaño
frecuentemente articulada con la atribución
de un hombre y preparada para el propósito. Co-
de canibalismo a los colonizadores por parte nocemos estos pormenores, porque uno de noso-
de los africanos. A inicios del siglo XX, Henry tros, Ngomogomo, nos explicó todo esto. Había
Junod recoge en el Sur de Mozambique, entre sido hecho prisionero, pero durante el viaje, sus
570 Boaventura de Sousa Santos
antepasados fueron en su auxilio: él se cubrió de Por eso, la colonización constituye para los
una erupción de burbujas tan repugnantes que lo Estados civilizados un deber de intervención.
dejaron en la isla y lo trajeron de nuevo para acá. Es también en estos términos que Ruy Ennes
El vio todo. Al principio no queríamos acreditar- Ulrich la justifica en 1909:
lo. Ahora sabemos que es la verdad (Junod, 1996:
299-300). La colonización constituye para los Estados civi-
lizados un deber de intervención. No les es licito
En camino de la polarización, la coloniza- acumular en un espacio exiguo todas las maravi-
ción efectiva es un derecho-deber. Para Hegel, llas de la civilización dejando tal vez a la mitad
el África no es una parte histórica del mundo: del mundo entregada a poblaciones salvajes o
abandonadas de los hombres. La propia natura-
Tanto como podamos remontar en la historia, el leza impone a los pueblos superiores la función
África propiamente dicha permaneció cerrada a de guiarle e instruirle a los pueblos atrasados, en
todas las relaciones con el resto del mundo; ella que la civilización parece no poder brotar espon-
es la tierra del oro y descansa sobre sí misma, la táneamente y que, por lo tanto, entregados a sí
tierra de la infancia, oculta en la oscuridad de la mismos, quedarían eternamente en su estado na-
noche lejos del día de la historia consciente de sí tural (Ulrich, 1909: 698).
misma (1970: 120).
En el mismo espíritu, afirma Henry Junod:
En otro pasaje, Hegel concluye: “pertenezco a aquel grupo de hombres que,
como los administradores y los colonos de es-
Dejamos así el África y no volveremos a mencio- píritu largo, sienten que tienen un deber que
narla. Es que ella no es parte del mundo históri-
cumplir para con las razas más débiles” (1946:
co, no revela ningún movimiento o evolución, y
18). Sin embargo, para los administradores co-
lo que en ella, esto es, en su parte norte, pueda
haber acontecido pertenece al mundo asiático loniales, este deber no debe ser cumplido sin
o europeo [...]. Lo que verdaderamente entende- violencia. Escribe Alberto d’Almeida Teixeira
mos por África es lo a-histórico y lo cerrado, aun en un Relatorio de las operaciones realizadas
preso por entero en el espíritu de la naturaleza con el fin de prolongar la ocupación hasta el
(1970: 129). río Cuilo, datado de 1907:
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad571
Es convicción mía que, siendo la idea de la in- Indigenato)38 y pasa a ser regulada por leyes
terdependencia intuitiva en los pueblos salvajes, generales del Estado colonial. El asimilado es,
como es innato en ellos el odio a la raza superior, así, el prototipo de la identidad bloqueada, una
los procesos de persuasión y de catequesis serán identidad entre las raíces africanas a que deja
de principio casi siempre estériles y necesitarán
de tener acceso directo y las opciones de vida
del apoyo y de la manifestación previa de la fuer-
europea a que solo tienen un acceso muy res-
za para producir frutos (Barradas, 1992: 128).
tringido. La asimilación es, así, una identidad
A partir de la polarización dicotómica en- construida sobre una doble desidentificación.
tre el hombre blanco y el negro salvaje, esta El aislacionismo, combinado con el mesti-
misión civilizadora impone al colonizado una zaje, es lo que confiere a la sociedad africana
doble dinámica identitaria: la antropología co- su distinta heterogeneidad. En 1952, cuestiona
lonial y el asimilacionismo. La antropología Alexandre Lobato:
colonial busca conocer los usos y costumbres
¿Y qué se observa en la población de Mozambi-
de los pueblos indígenas de modo a controlar- que? Unos millones de negros en estado primiti-
los mejor políticamente, administrándoles y vo, unos millares de blancos civilizados y euro-
extrayéndoles impuestos y trabajos forzados. peos, algunos millares de mulatos semi-europeos
Las diferentes formas de “gobierno indirecto” y semi-indígenas en su mayoría; unos millares de
que fueron adoptadas al final del siglo XIX en indianos divididos en dos grupos muy diferencia-
África se sustentaban en la antropología colo- dos por motivos ancestrales y unos cuantos ne-
nial. El asimilacionismo es una construcción gros asimilados, civilizados, europeizados [...] no
identitaria basada en un juego de distancia y
de proximidad del colonizado en relación al
colonizador en los términos del cual el coloni- 38 Ver el Estatuto Político, Civil y Criminal de los
zado —mediante procedimientos que tienen al- Indígenas de Angola, Mozambique y Guinea (pro-
guna semejanza con los de la naturalización— mulgado por el Decreto Nº 12.533, del 23 de octubre de
1926) y el Estatuto Político, Civil y Criminal de los
abandona el estadio salvaje. Su subordinación Indígenas de las colonias Portuguesas de África (De-
deja de estar inscrita en un estatuto jurídico creto Nº 16.473, del 6 de febrero de 1929), que extendía
especial (como, por ejemplo, el Estatuto del el régimen segregacionista del indigenato a todo el es-
pacio africano del Imperio Portugués.
572 Boaventura de Sousa Santos
hay pueblo mozambiqueño en el sentido en que retiran y se disuelven dejando aquí y más allá un
se habla del pueblo portugués. No hay en Mozam- pequeño fuerte mal pertrechado y peor guarne-
bique un pensar colectivo (1952: 116-17). cido, que el gentío en breve considera como in-
ofensivo. La ocupación militar intensa durante un
El máximo de conciencia posible del pen- largo período (cinco años por lo menos) seguirá
samiento colonial es lamentar que los pueblos a la acción violenta indispensable del combate,
colonizados sean aquello en que las políticas de la destrucción de culturas y poblaciones, del
coloniales los transformaron. aprisionamiento y del fusilamiento de los jefes
indígenas, teniendo por fin la elección y el man-
El momento de Próspero de los portugueses
tenimiento de jefes nuevos que sepamos trans-
en el cambio del siglo XIX al siglo XX fue un
formar en criaturas absolutamente nuestras, el
momento excesivo en relación a sus condicio- desarmamiento general, la obligación de trabajos
nes de posibilidad. Fuertemente condicionado remunerados en obras del Estado, la facilitación
por las presiones internacionales del reparto del reclutamiento de trabajadores, bien pagados,
de África, el colonizador portugués no podía, para trabajos particulares y el reclutamiento mili-
con todo, romper internamente con la larga tar, el desarrollo agrícola y comercial de la región
duración histórica de la inter-identidad entre ocupada, la cobranza de impuestos por estable-
Próspero y Calibán. Se reveló, así, un Próspero cerse y la transformación necesaria del régimen
inconsecuente y subdesarrollado. Escalofrian- de administración militar o de capitanía —en un
te fiereza colonialista, escribe Norton de Ma- régimen de circunscripción civil—, constituye un
sistema racional de ocupación apenas iniciado en
tos, entonces gobernador general destituido,
los últimos años (Barradas, 1992: 132).
en un relatorio confidencial, fechado el 6 de
marzo de 1915:
Algunos años antes, Oliveira Martins mani-
No hemos sabido ocupar y dominar Angola.
festó la misma preocupación, señalando que
Nuestras compañías se han limitado aquí a la “con libertad, con humanidad, jamás se hicie-
organización de columnas que infligen al gentío ron haciendas coloniales” (1904: 234). El des-
revelado, al que se quiere ocupar, castigo más o ánimo de Oliveira Martins frente a la falta de
menos severo y que, terminada su misión militar, condiciones del colonizador portugués para
ganados algunos combates, tomados algunos pri- colonizar con competencia es notorio en otro
sioneros, muertos o fusilados algunos indígenas, pasaje:
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad573
Estar de arma —sin gatillo— al hombro, sobre los disponer del sustento para sí mismo (Tomkinson,
muros de una fortaleza arruinada, con una adua- 1964: 4-5).
na y un palacio donde vegetan malos empleados
mal pagados, el asistir de brazos cruzados al co- Otro testimonio interesante en el mismo
mercio que los extraños hacen y nosotros no po- sentido surge, unos años más tarde, en 1823, en
demos hacer; esperar todos los días los ataques una carta del Capitán W. F. W. Owen al respecto
de los negros y escuchar el escarnio y el desdén de los portugueses presentes a lo largo de la
con que hablan de nosotros todos los que via-
costa de Mozambique. Después de estigmatizar
jan al África —no vale, sinceramente, la pena—
a los portugueses con la indolencia, Owen con-
(1904: 286).
cluye: “que la decadencia persiga a los portu-
Esta incapacidad de Próspero para asumirse gueses por donde quiera que van es consecuen-
como tal, es testimoniada, no solo por los ad- cia natural de su política estrecha y mezquina,
ministradores coloniales, sino también por los sus mercaderes armados de autoridad militar y
extranjeros y por los asimilados. En 1809, el arbitraria, los extranjeros con que ellos desean
capitán Tomkinson informa al Vice-almirante comerciar sujetos a toda especie de grosera in-
Albermarble Bertie sobre los portugueses de dignidad e impertinencia” (1964: 34).
Mozambique: Por la misma época, en 1815, los naturalis-
tas alemanes Spix y Martius, en visita al Brasil,
Subí hasta el continente por un tramo marítimo contrastan a los europeos con los portugueses,
de cerca de diez millas al noroeste de la isla Mo- estos más vulnerables a la “degeneración mo-
zambique. El suelo parecía fértil, con abundante ral” del colono en los trópicos, revelando “falta
fruta tropical. [...] Las casas bien construidas y de diligencia e indisposición para el trabajo” y
bien adaptadas al clima, pero las plantaciones manifestando una decadencia general, muestra
más parecen pertenecer a pobres nativos no civi- de la “falta de educación y respeto en el trato
lizados que a europeos. No obstante, la tierra sea de los esclavos de la casa, no estando habitua-
buena para el cultivo del azúcar, del café y del al-
dos a ellos en Europa” (Lisboa, 1995: 182-183).
godón, ellos solo se ocupan de la fruta y cultivan
mijo y arroz suficiente para su sustento. [Cada]
plantación tiene un número increíble de esclavos Igualmente cáustica es la evaluación del co-
tan mal vigilados que su principal actividad es el lonizador en el momento de Próspero hecha
574 Boaventura de Sousa Santos
por los asimilados. João Albasini escribe en coloniales, casi tres décadas antes. El fin del
1913 sobre el blanco de los suburbios: colonialismo europeo fue un momento de
Próspero en la medida en que las potencias
Un caserío oscuro y mal oloroso, un balcón se- coloniales, frente a los costos políticos excesi-
boso, algunos barriles semejantes, latas de sar- vos del mantenimiento de las colonias, busca-
dina, bancos sebosos, moscas viajando y basura, ron en el reconocimiento de la independencia
mucha basura. Para el lado del balcón, un ser
de estas, una nueva y más eficiente forma de
cabelludo y barbado se mece con alguna dificul-
reproducir la dominación sobre ellas, que fue
tad, dando aquí y más allá una mirada distraída a
la sordidez de las cosas que le garantizan a él la conocida como neocolonialismo. El Calibán
bienaventuranza, la pasta, el dinero. Es el mulun- colonizado se transmutó en el país subdesa-
go [blanco]; es el alma gentil de la colonización rrollado y en desarrollo. Con esto, el régimen
(Albasini, 1913). identitario se alteró significativamente, pero
la economía política subyacente casi nunca se
Como una maldición, el Calibán portugués alteró con igual intensidad. Por el contrario, la
persigue al Próspero portugués, le sigue las pi- vinculación económico-política a las antiguas
sadas, carnavalizando su postura como hacien- potencias coloniales continúo siendo decisiva
do una imitación grosera de lo que pretende ser. para los países ahora independientes. Parado-
El segundo momento de Próspero ocurre jalmente dejo de haber Calibán para que Prós-
en el contexto de la revolución del 25 de abril pero sobreviviese.
con el fin de la guerra colonial, el reconoci- Mas de una vez, el momento de Próspero
miento de los movimientos de liberación y la descolonizador portugués se distingue en as-
independencia de las colonias y se prolonga pectos significativos del equivalente momento
en el establecimiento de relaciones de coope- de Próspero europeo. Antes que nada, los dos
ración con los nuevos países de lengua oficial procesos históricos de descolonización, la in-
portuguesa y con la creación de la Comunidad dependencia del Brasil y la independencia de
de los Países de Lengua Portuguesa (CPLP) las colonias africanas, tuvieron lugar conco-
en 1996. Se trata del momento de Próspero mitantemente con profundas transformacio-
anti-colonial o descolonizador, un momento nes de señal progresista en la sociedad portu-
semejante al de las otras potencias europeas guesa, la revolución liberal, en el primer caso,
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad575
y la revolución del 25 de abril, en el segundo dominan está en las manos de los extranjeros”
caso. Esto significa que habrá en ambos pro- (Ferro, 1996: 180).39
cesos de descolonización un sentido compar- La debilidad e incompetencia del Próspero
tido de liberación, tanto para el colonizador, colonial portugués, si, por un lado, hiciera in-
como para el colonizado. Esta comunión de viable el neocolonialismo, por otro, facilitaba,
sentido creó alguna complicidad entre la nue-
va clase política portuguesa y la clase política
de los nuevos países, sobre todo en el caso de 39 A su vez, Mozambique era, hasta el siglo XVIII, de-
pendiente del Vice-Rey de la India. Como consecuencia,
las independencias africanas. el sistema económico era largamente dominado por
La consecuencia más decisiva de las rup- hindúes, por conforme reclama Antonio Lobo da Silva
turas simultáneas fue que, combinadas con en 1679: “Estos canarins (Portugués de Goa, nota del
la posición semiperiférica de Portugal en el autor) de la India han sido causa de muchas ruinas en
sistema mundial, ellas permitirán minimizar estas tierras, y en arriendo, porque, a donde llegan todo
dañan y tienen dañado y no supieron más que robarnos
las secuelas neocolonialistas en el período nuestras haciendas que les dábamos fiados y manda-
pos-independencia. En el caso del Brasil, la ban el dinero hacia la India; Yo, Señor, era del parecer,
incapacidad neocolonialista del Próspero pues no son de préstamo ninguno, salvo mejor juicio,
portugués se manifiesta en el pánico ante las que los mandase Vuestra Excelencia hacia afuera de los
consecuencias de la pérdida de Brasil. De otro Ríos, porque aquello que les agencian, y adquieren en
contrato, lo agenciaron y adquirieron los portugueses
modo, el Brasil desempeño el papel de “colo- que el Príncipe nuestro señor manda para poblar estas
nia colonizadora” como lo llama Marc Ferro, tierras de su real corona y de sus conquistas, porque
al enviar hacia Angola fuertes contingentes quiso Dios que el príncipe nuestro Señor se allegase de
de inmigrantes blancos (1996: 179). Angola, ellas, sin mandar, a vuestra excelencia, a ver el mise-
rable estado en que ellas están y permita el mismo Se-
por lo demás, estaba desde hacía mucho en
ñor conservarle a Vuestra Excelencia la vida y salud y
dependencia económica de los brasileños. traerlo con muy buen viaje a salvo a los Ríos para que le
Como refiere también Marc Ferro, el minis- sea presentado el miserable estado en que ellas están, y
tro portugués Martinho de Melo e Castro, se aún cuando esto no fuese posible entiendo que en poco
quejaba ya en 1781 que el comercio y la na- tiempo acabarán por estallarlo todo” (Carta de Antonio
Lobo da Silva para el Vice-Rey de la India, escrita en
vegación estaban por escapar internamen- Zimbaboé el 15 de diciembre de 1679, Lisboa, Archivo
te a Portugal “pues lo que los brasileños no Histórico Ultramarino, Caixa 3, Documento 77).
576 Boaventura de Sousa Santos
sobre todo, en el caso del Brasil, la reproduc- que de la especificidad de las relaciones socia-
ción de relaciones de tipo colonial después del les prevalecientes en el mundo agrario, donde
fin del colonialismo, el colonialismo interno. una clase aristocrática rural funcionaba como
Al hacerlo, suscitó entre las élites, que conti- un poder agregador particular (Vianna, 1997:
nuaban ejerciendo la dominación en nombre 162). Por el contrario, Tavares Bastos veía en
propio, una división sobre sus responsabilida- la herencia de la cultura política ibérica y de su
des históricas y el modo como las compartían atávico anti-individualismo el fundamento del
con el colonizador, entre tanto, salido de esce- oscurantismo, autoritarismo y burocratismo
na. Fue, en el fondo, una división sobre si la del Estado brasileño, siendo preciso romper
incompetencia de las élites para desarrollar el con ella y crear un modelo social nuevo yankee
país era o no un producto de la incompetencia hispano-americano, teniendo como referencia
de Próspero del que se habían liberado. ¿Se- la sociedad norteamericana, la industria y la
ría la incompetencia de Próspero una pesada educación. En otras palabras, la incompetencia
herencia, un constreñimiento incontrolable del Próspero ibérico es explicitada por Tavares
de las posibilidades de desarrollo poscolonial, Bastos cuando afirma que, por no detentar la
o, por el contrario, constituiría una oportuni- fuerza característica de los países del Norte,
dad insospechada para formas de desarrollo Portugal permitió que “la general depravación
alternativo? y bárbara aspereza de las costumbres brasile-
Así debe ser leída la polémica entre iberis- ñas [acabasen] por vengarse de cara a la impo-
tas y americanistas en el Brasil (por ejemplo, sición cultural portuguesa” (Vianna 1997: 157).
entre Oliveira Vianna y Tavares Bastos). Para En otras palabras, fueron las deficiencias de
los iberistas, el atraso de Brasil podría ser con- Próspero las que tornaron posibles los excesos
vertido en una ventaja, en la posibilidad de un de Calibán.
desarrollo no individualista y no utilitarista ba- En el caso de África, está por hacerse el
sado en una ética comunitaria de la que el mun- juicio histórico del Próspero colonial por-
do rural podía dar testimonio. Según Oliveira tugués. Por otro lado, no es todavía posible
Vianna, en el análisis de Luis Werneck Vianna enjuiciar la fuerza y persistencia de las secue-
(1977), la singularidad brasileña era menos las neocolonialistas, sobre todo después de
un producto de la historicidad de la metrópoli la adhesión de Portugal a la Unión Europea.
Entre Próspero y Calibán: colonialismo, poscolonialismo e inter-identidad577
Las vicisitudes por las que ha pasado la Co- Albasini, J. 1913 “Amor e Vinho (idílio pagão)”
munidad de los Países de lengua portuguesa en O Africano (Lourenço Marques) 11 de
son ilustrativas de las debilidades del Próspe- junio.
ro colonial portugués. De hecho, este último Alexandre, V. 1979 Origens do Colonialismo
no ha conseguido imponer su hegemonía, al Português Moderno (Lisboa: Sá da Costa).
contrario del Próspero inglés y francés en sus Alexandre, V. 2000 Velho Brasil, Novas
respectivas commonwealths. No solo tiene Áfricas. Portugal e o Império (1808-1975)
en disputa la hegemonía con su ex-colonia, (Porto: Afrontamento).
el Brasil, tampoco ha podido impedir que Anderson, B. 1983 Imagined Communities.
algunos países integren otras comunidades Reflections on the Origin and Spread of
“rivales” como es el caso de Mozambique, en Nationalism (Londres: Verso).
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en relación a Francia. Como la hegemonía en Cultural Dimensions of Globalization
este tipo de comunidades ha significado la le- (Minneapolis: University of Minnesota
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Africa (Londres: Zed Books) pp. 1-25.
Más allá del pensamiento abisal:
de las líneas globales a las ecologías
de saberes*
los conflictos modernos, tanto desde el punto estructuran la realidad social en este lado de la
de vista de los problemas sustantivos como del línea se asientan en la invisibilidad de la distin-
de los procedimientos. Pero debajo de esta dis- ción entre este y el otro lado de la línea.
tinción hay otra, una distinción invisible, sobre El conocimiento y el derecho modernos re-
la que se levanta la anterior. Tal distinción invi- presentan las manifestaciones más logradas
sible es la distinción entre sociedades metro- del pensamiento abisal. Explican las dos prin-
politanas y territorios coloniales. En realidad, cipales líneas globales de los tiempos moder-
la dicotomía regulación/emancipación solo se nos, unas líneas que, aunque sean diferentes y
daba en las sociedades metropolitanas. Era im- funcionen de distinta forma, son mutuamente
pensable aplicarla a los territorios coloniales. interdependientes. Cada una crea un subsis-
En estos territorios era inconcebible un lugar tema de distinciones visibles e invisibles de
para la dicotomía regulación/emancipación. En forma que las invisibles pasan a ser la base de
ellos se daba otra dicotomía, la de apropiación/ las visibles. En el campo del conocimiento,
violencia, cuya aplicación, a su vez, era incon- el pensamiento abisal consiste en asegurar a
cebible en este lado de la línea. No se podía la ciencia moderna el monopolio de la distin-
pensar en los territorios coloniales como sitios ción universal entre lo verdadero y lo falso, en
para el desarrollo del paradigma de la regula- detrimento de dos cuerpos de conocimiento
ción/emancipación, por lo que el hecho de que alternativos: la filosofía y la teología. El ca-
este no se aplicara a ellos no ponía en entredi- rácter excluyente de este monopolio centra
cho la universalidad del paradigma. las disputas epistemológicas modernas entre
El pensamiento abisal moderno sobresale las formas científicas y no científicas de ver-
en establecer distinciones y radicalizarlas. Sin dad. Dado que la validez universal de la verdad
embargo, estas distinciones, por muy radicales científica siempre es ciertamente muy relativa,
que sean y por categóricas que sean las conse- por el hecho de que solo se puede afirmar en
cuencias de estar en uno u otro lado de la línea, relación con determinados tipos de objetos,
tienen en común el hecho de que pertenecen en determinadas circunstancias y establecida
a este lado de la línea y se juntan para hacer con determinados métodos, ¿cómo se relacio-
invisible la línea abisal en la que se asientan. na con las otras posibles verdades que pueden
Las intensamente visibles distinciones que revindicar un estatus incluso superior pero que
Más allá del pensamiento abisal: de las líneas globales a las ecologías de saberes587
no se pueden establecer de acuerdo con mé- casos, se pueden convertir en objeto o materia
todos científicos, como la razón como verdad prima de la indagación científica. Así pues, la lí-
filosófica o la fe como verdad religiosa?2 Así nea invisible que separa la ciencia de sus otros
pues, estas tensiones entre ciencia, filosofía y modernos se asienta en la línea abisal invisible
teología se han hecho muy visibles pero, como que separa la ciencia, la filosofía y la teología,
sostengo, todas tienen lugar en este lado de la por un lado, de, por el otro, los saberes hechos
línea. Su visibilidad parte de la premisa de la in- inconmensurables e incomprensibles para co-
visibilidad de las formas de conocimiento que rresponderse con los métodos científicos de
no pueden encajar en ninguna de estas formas verdad y sus competidores reconocidos del rei-
de saber. Me refiero a los saberes populares, no de la filosofía y la teología.
laicos, plebeyos, campesinos o indígenas del En el campo del derecho moderno, este lado
otro lado de la línea. Se esfuman como saberes de la línea está determinado por lo que cuenta
relevantes o conmensurables porque están más como legal o ilegal de acuerdo con el estado
allá de la verdad o la falsedad. Es inimaginable oficial o el derecho internacional. Lo legal y lo
aplicarles no solo la distinción científica entre ilegal son las dos únicas formas de existir ante
verdadero y falso, sino también las verdades la ley y, por esta razón, la distinción entre am-
científicamente inverificables de la filosofía y la bos es una distinción universal. Esta dicotomía
teología que constituyen todo el conocimiento fundamental excluye todo un territorio social
aceptable de este lado de la línea. Al otro lado donde la dicotomía sería impensable como
de la línea no existe verdadero conocimien- principio organizador, es decir, el territorio de
to; hay creencias, opiniones, interpretaciones lo sin ley, lo a-legal, lo no-legal e incluso lo legal
intuitivas o subjetivas que, en el mejor de los o ilegal según el derecho no reconocido oficial-
mente.3 De modo que la línea abisal que separa
el reino de la ley del reino de la no ley es la base
2 Pascal, Kierkegaard y Nietzsche, aunque de formas
muy distintas, fueron los filósofos que más profunda-
mente analizaron, y vivieron, las antinomias que esta 3 En Santos (2002b), analizo con sumo detalle la na-
pregunta contiene. Más recientemente, hay que men- turaleza del derecho moderno y el tema del pluralismo
cionar a Karl Jaspers (1952; 1986; 1995) y a Stephen legal (la coexistencia de más de un sistema legal en el
Toulmin (2001). mismo espacio geopolítico).
588 Boaventura de Sousa Santos
de la dicotomía visible entre lo legal y lo ilegal zona colonial. En este sentido, el derecho mo-
que organiza, en este lado de la línea, el reino derno parece tener cierta superioridad sobre la
de la ley. ciencia en la creación del pensamiento abisal.
En cada uno de los dos grandes ámbitos — En realidad, contrariamente a la idea legal con-
el de la ciencia y el de la ley— las divisiones vencional, fue la línea legal global que separa el
marcadas por las líneas globales son abisales Viejo Mundo del Nuevo Mundo la que hizo po-
en la medida en que eliminan efectivamente sible la emergencia del derecho moderno y, en
cualquier realidad que haya al otro lado de la particular, del derecho internacional moderno
línea. Esta negación radical de la copresencia en el Viejo Mundo, en este lado de la línea.5 La
cimienta la afirmación de la diferencia radical primera línea global moderna probablemente
que, a este lado de la línea, separa lo verdadero fue el Tratado de Tordesillas entre Portugal y
de lo falso, lo legal de lo ilegal. El otro lado de la España (1494),6 pero las líneas verdaderamente
línea abarca un vasto conjunto de experiencias
descartadas, hechas invisibles como agencias
y como agentes, y sin una ubicación territorial 5 El imperialismo, pues, es constitutivo del Estado
fija. En realidad, como apuntaba, originaria- moderno. Contrariamente a lo que afirman las teorías
convencionales sobre el derecho internacional, este
mente hubo una ubicación territorial que histó- no es producto del Estado moderno preexistente. El
ricamente coincidió con un territorio específi- Estado moderno y el derecho moderno, el constitucio-
co: la zona colonial.4 Cualquier cosa que no se nalismo nacional y el constitucionalismo global, son
pudiera pensar como verdadera o falsa, legal o producto del mismo proceso imperial histórico. Véase
Koskenniemi (2002); Anghie (2005); Tully (2007).
ilegal, se producía con la mayor distinción en la
6 La definición de las líneas abisales se produce de
forma gradual. Según Carl Schmitt (2003: 91), las líneas
cartográficas del siglo XV (las rayas, Tordesillas) toda-
4 En este texto doy por supuesta la estrecha relación vía presuponían un orden espiritual global en bloque a
entre capitalismo y colonialismo. Véanse, entre otros, ambos lados de la división: la republica christiana sim-
Williams (1994) (publicado originariamente en 1944); bolizada por el papa. Esto explica las dificultades con
Arendt (1951); Fanon (1967ª); Horkheimer & Ador- que se encontraba Francisco de Vitoria, el gran teólogo
no (1972); Wallerstein (1974); Dussel (1992); Mignolo y jurista español del siglo XVI, para justificar la ocupa-
(1995); Quijano (2000); Grosfoguel (2005); Maldonado ción de la tierra en las Américas. Vitoria pregunta si el
Torres (2007). descubrimiento es título suficiente para la posesión
Más allá del pensamiento abisal: de las líneas globales a las ecologías de saberes589
abisales emergen a mediados del siglo XVI con líneas se manifiesta en el minucioso trabajo
las líneas de amistad.7 El carácter abisal de las cartográfico invertido en su definición, en la
extrema precisión exigida a los cartógrafos,
los constructores del globo y los pilotos, y en
jurídica de la tierra. Su respuesta es muy compleja, no el vigilante control y el duro castigo de las vio-
solo porque se formula al estilo del difunto aristotelis- laciones. En su constitución moderna, lo colo-
mo, sino principalmente porque Vitoria no ve ninguna
respuesta convincente que no parta de la premisa del
nial representa no lo legal o ilegal, sino mejor la
poder superior de los europeos. Sin embargo, este he- ausencia de ley. La máxima que ello populariza
cho no confiere ningún derecho moral ni estatutario —“Más allá del ecuador no existe el pecado”—
sobre la tierra ocupada. Según Vitoria, ni siquiera la ci- resuena en el famoso pasaje de los Pensées de
vilización superior de los europeos es suficiente como Pascal escritos a mediados del siglo XVII: “tres
base fundamental de un derecho moral. Para él, la con-
quista solo podría ser base suficiente para un derecho
grados de latitud alteran toda la jurisprudencia
reversible a la tierra, unos jura contraria, como él dice. y un meridiano determina lo que es verdad…
Es decir, la cuestión de la relación entre conquista y el Es una curiosa forma de justicia cuyos límites
derecho a la tierra se debe hacer al revés: si los indios están marcados por un río, y lo que a este lado
hubieran descubierto y conquistado a los europeos, de los Pirineos es verdadero, al otro es falso”
¿hubiesen tenido derecho también a ocupar la tierra?
La justificación que Vitoria hace de la ocupación de la (1966: 46).
tierra está aún integrada en la idea medieval del orden
cristiano, en la misión encargada por el papa a los re-
yes españoles y portugueses, y en la idea de guerra jus- entre los territorios de este lado de la línea y los del
ta. Véase Carl Schmitt (2003: 101-105). Véase también otro lado. A este lado están el armisticio, la paz y la
Anghie (2005: 13-31). La minuciosa argumentación de amistad; al otro, la ley del más fuerte, la violencia y el
Vitoria refleja en qué medida la corona estaba por en- expolio. Todo lo que ocurra al otro lado de la línea no
tonces más preocupada por legitimar los derechos de está sometido a los mismos principios éticos ni jurídi-
propiedad que por la soberanía sobre el Nuevo Mundo. cos que rigen a este lado de la línea. Por consiguiente,
Véase Padgen (1990: 15). no puede dar lugar a los tipos de conflictos que origina
7 A partir del siglo XVI, las líneas cartográficas, las la violación de esos principios. Esa dualidad hizo posi-
llamadas “líneas de amistad” —la primera de las cuales ble, por ejemplo, que el rey católico de Francia estuvie-
pudo ser consecuencia del Tratado de Cateu-Cambrésis ra aliado con el rey católico de España a este lado de la
entre España y Francia— mermaron la idea de un or- línea y, al mismo tiempo, se aliara con los piratas que
den global común y establecieron una dualidad abisal atacaban a los barcos españoles al otro lado de la línea.
590 Boaventura de Sousa Santos
A partir de mediados del siglo XVI, el debate abandonados sin ninguna posibilidad de esca-
entre los Estados europeos sobre lo legal y lo par mediante la creación de una sociedad civil.
político en lo referente al Nuevo Mundo se cen- La modernidad occidental es, más que el
tra en la línea legal global, es decir, en la deter- abandono del estado de naturaleza y el paso a
minación de lo colonial, no en el ordenamiento la sociedad civil, la coexistencia de la sociedad
interno de lo colonial. Al contrario, lo colonial civil y el estado de naturaleza, separados por
es el estado de naturaleza en que no tienen una línea abisal por la que el ojo hegemónico,
cabida las instituciones de la sociedad civil. situado en la sociedad civil, deja de ver y real-
Hobbes se refiere explícitamente a “las gentes mente declara la no existencia del estado de
salvajes de muchos lugares de América” como naturaleza. El ser actual creado al otro lado de
ejemplares del estado de naturaleza (1985 la línea se hace visible al ser reconceptualiza-
[1651]: 187) y lo mismo piensa Locke cuando do como el pasado irreversible de este lado de
en Del gobierno civil escribe: “en el principio, la línea. El contacto hegemónico convierte la
todo el mundo era América” (1946 [1690]: 49). simultaneidad en no-contemporaneidad. Fabri-
Así pues, lo colonial es el punto ciego sobre el ca pasados para dejar sitio a un único futuro
que se construyen las ideas modernas de co- posible. Por consiguiente, el hecho de que los
nocimiento. Las teorías del contrato social de principios legales vigentes en la sociedad civil,
los siglos XVI y XVII son tan importantes por lo a este lado de la línea, no sean de aplicación al
que dicen como por lo que callan. Lo que dicen otro lado de la línea, no compromete en modo
es que los individuos modernos, es decir, los alguno su universalidad.
hombres metropolitanos, participan en el con- La misma cartografía abisal es parte funda-
trato social para abandonar el estado de natu- mental del conocimiento moderno. Una vez
raleza y formar la sociedad civil.8 Lo que callan más, la zona colonial es, par excellence, el reino
es que de este modo se crea una inmensa zona de creencias y conductas incomprensibles que
del mundo entregada al estado de naturaleza, de ningún modo se pueden considerar conoci-
en el que millones de seres son condenados y miento, ni verdadero ni falso. El otro lado de la
línea solo alberga prácticas mágicas o idólatras
incomprensibles. La absoluta rareza de esas
8 Sobre las diferentes concepciones del contrato so-
cial, véase Santos (2002a: 30-39). prácticas condujo a la negación de la propia
Más allá del pensamiento abisal: de las líneas globales a las ecologías de saberes591
naturaleza humana de sus agentes. Basándose están densamente entrelazadas. En el reino del
en sus refinadas ideas de humanidad y dignidad conocimiento, la apropiación va desde el uso
humana, los humanistas llegaron a la conclu- de las gentes locales como guías10 y el uso de
sión de que los salvajes eran subhumanos. La los mitos y ceremonias locales como instru-
pregunta era: ¿tienen alma los indios? Cuando mentos de conversión, hasta el pillaje de los
el papa Pablo III respondió afirmativamente en saberes indígenas de la biodiversidad, mien-
su bula Sublimis Deus de 1537, lo hizo con la tras que la violencia va desde la prohibición
idea del alma de las gentes indígenas como un de las lenguas nativas en espacios públicos y
receptáculo vacío, un anima nullius, algo muy la adopción obligatoria de nombres cristianos,
similar a la terra nullius.9 hasta la conversión y destrucción de enclaves
Sobre la base de estas ideas legales y epis- y símbolos ceremoniales, y todas las formas
temológicas, la tensión entre apropiación y de discriminación racial y cultural. En cuanto
violencia del otro lado de la línea no contradi- al derecho, la tensión entre la apropiación y la
ce la universalidad de la tensión entre regula- violencia es particularmente compleja debido
ción y emancipación de este lado de la línea. a la relación directa de aquél con la extracción
La apropiación y la violencia adquieren for- de valor: el comercio de esclavos y los traba-
mas distintas en la línea legal abisal y en la lí- jos forzados, el uso instrumental del derecho
nea epistemológica abisal. Pero, en general, la y la autoridad consuetudinarios en el gobierno
apropiación implica incorporación, cooptación indirecto, el pillaje de los recursos naturales,
y asimilación, mientras que la violencia implica el desplazamiento masivo de poblaciones, las
destrucción física, material, cultural y humana. guerras y tratados desiguales, las diferentes
Huelga decir que la apropiación y la violencia formas de apartheid y asimilación forzosa,
etcétera. La lógica de la regulación/emancipa-
ción es impensable sin la distinción matricial
9 Según la bula: “Los indios son verdaderos hombres
y… no solo son capaces de comprender la Fe Católi-
ca, sino, según nuestra información, ansían recibirla”. 10 Como en el famoso caso de Ibn Majid, un experto
Se puede encontrar Sublimis Deus en <htpp://www. piloto que enseñó a Vasco de Gama la ruta marítima de
papalencyclicals.net/Paul03/p3subli.htm> acceso 25 de Mombasa a la India (Ahmad, 1971). En Burnett (2002),
enero de 2015. se pueden encontrar otros ejemplos.
592 Boaventura de Sousa Santos
entre el derecho de las personas y el derecho ya que no se puede concebir que los subhu-
de las cosas, en cambio, la lógica de la apro- manos sean candidatos a la inclusión social.13
piación/violencia solo reconoce el derecho de La humanidad moderna es inconcebible sin la
las cosas, tanto de las humanas como de las no subhumanidad moderna.14 La negación de una
humanas. La versión típica casi ideal de tal de- parte de la humanidad es sacrificial en el sen-
recho es el del “Estado Libre del Congo” bajo el tido de que es la condición de la afirmación de
rey Leopoldo II de Bélgica.11 la otra parte de la humanidad que se considera
Así pues, hay una doble cartografía mo- universal.
derna: una cartografía legal y una cartografía Mi tesis en este texto es que todo esto es tan
epistemológica. El otro lado de la línea abisal cierto hoy como lo era en la época colonial. El
es el reino que está más allá de la legalidad y la pensamiento occidental moderno sigue ope-
ilegalidad (la ausencia de ley), más allá de la rando a través de líneas abisales que separan
verdad y la falsedad (las creencias idólatras y lo humano de lo subhumano, de tal forma que
mágicas incomprensibles).12 Estas formas de los principios humanos no quedan comprome-
negación radical tienen como consecuencia tidos por las prácticas inhumanas. Las colonias
una ausencia radical, la ausencia de humani-
dad, la subhumanidad moderna. De este modo,
la exclusión es a la vez radical y no existente, 13 La supuesta externalidad del otro lado de la línea
es, en efecto, la consecuencia de su doble pertenencia
al pensamiento abisal: como fundamento y como nega-
11 En Emerson (1979); Hochschild (1999); Dumoulin ción del fundamento.
(2005); Hasian (2002: 89-112), se pueden encontrar di- 14 Fanon denunció con incomparable lucidez esta ne-
versas visiones sobre la “colonia privada”. gación de la humanidad (Fanon, 1963; 1967a). El radica-
12 La profunda dualidad del pensamiento abisal y la lismo de la negación es la base de la defensa que Fanon
inconmensurabilidad entre los términos de la dualidad hace de la violencia como dimensión intrínseca de la re-
fue impuesta por monopolios de saberes perfectamen- vuelta anticolonial. En este sentido, el contraste entre
te vigilados y leyes de robusta base institucional — Fanon y Gandhi, aunque ambos compartieron la misma
universidades, centros de investigación, comunidades lucha, debe ser objeto de detenida reflexión, sobre todo
científicas, facultades de derecho y profesiones jurídi- porque son dos de los activistas-pensadores más impor-
cas— y la sofisticada tecnología lingüística de la cien- tantes del siglo pasado. Véase Federici (1994) y Kebede
cia y la jurisprudencia. (2001).
Más allá del pensamiento abisal: de las líneas globales a las ecologías de saberes593
proporcionaron un modelo de exclusión radi- privado, en las zonas salvajes de las megaciu-
cal que hoy prevalece en el pensamiento y la dades, en los guetos, en los talleres clandes-
práctica occidentales modernos como lo hizo tinos, en las cárceles, en las nuevas formas
durante el ciclo colonial. Hoy, como entonces, de esclavitud, en el mercado negro de órga-
tanto la creación como la negación del otro nos humanos, en el trabajo y la prostitución
lado de la línea es un elemento constitutivo infantiles.
de los principios y las prácticas hegemónicos. Sostengo, en primer lugar, que la tensión
Hoy, es máxima la imposibilidad de la copre- entre regulación y emancipación sigue coe-
sencia entre los dos lados de la línea. Además, xistiendo con la tensión entre apropiación y
la civilidad legal y política de este lado de la violencia, hasta el punto de que la existencia
línea se usa de premisa para demostrar la de la segunda tensión no contradice la univer-
absoluta incivilidad del otro lado de la línea. salidad de la primera; en segundo lugar, que
Guantánamo es hoy una de las manifestacio- las líneas abisales continúan estructurando
nes más grotescas del pensamiento legal abi- el conocimiento y el derecho modernos; y, en
sal, la creación del otro lado de la línea como tercer lugar, que estas dos líneas abisales son
una no-área en términos legales y políticos, un elementos constitutivos de las relaciones e in-
terreno impensable donde rijan la ley, los dere- teracciones políticas y culturales de base occi-
chos humanos y la democracia.15 Pero sería un dental en el sistema del mundo moderno. Digo,
error pensar que se trata de algo excepcional. en suma, que la cartografía metafórica de las
Hay otros muchos guantánamos, de Irak a Pa- líneas globales ha sobrevivido a la cartografía
lestina y Darfur. Y, más aún, hay millones de de las líneas de amistad que separaron el Vie-
guantánamos en las discriminaciones sexuales jo Mundo del Nuevo Mundo. Por consiguiente,
y raciales en los ámbitos tanto público como la injusticia social global está estrechamente
unida a la injusticia cognitiva global. Y, así,
la lucha por la justicia social global ha de ser
15 Sobre Guantánamo y problemas afines, véanse, también una lucha por la justicia cognitiva glo-
entre otros, McCormack (2004); Amann (2004a; 2004b); bal. Para conseguirlo, esta lucha requiere un
Human Rights Watch (2004); Sadat (2005); Steyn (2004);
nuevo tipo de pensamiento, un pensamiento
Borelli (2005); Dickinson (2005); Van Bergen & Valenti-
ne (2006). posabisal.
594 Boaventura de Sousa Santos
La división abisal entre hecho la división abisal entre este y el otro lado
regulación/emancipación de la línea. Parecía que cada una de las dos lí-
y apropiación/violencia neas globales (la epistemológica y la jurídica)
La permanencia de las líneas abisales glo- se movía siguiendo su propia lógica, aunque las
bales a lo largo del período moderno no sig- dos en la misma dirección: se diría que el punto
nifica que hayan estado fijas. Históricamente, de convergencia de ambas era la contracción y,
las líneas globales que dividen los dos lados en última instancia, la eliminación del otro lado
han ido cambiando. Pero en cualquier mo- de la línea. Sin embargo, no es esto lo que su-
mento histórico están fijas, y su posición se cedió, como demuestran la teoría de la depen-
mide y se protege con fuerza, de forma muy dencia, la teoría del sistema mundial moderno,
parecida a la de las líneas de amistad. En y los estudios poscoloniales.17
los últimos sesenta años, las líneas globales En este texto me centro en la segunda sa-
experimentaron dos sacudidas tectónicas. cudida tectónica de las líneas globales abisa-
La primera se produjo con las luchas antico- les. Ha estado activa desde los años setenta
loniales y los procesos de independencia.16 El y ochenta, y va en sentido opuesto. Esta vez,
otro lado de la línea se levantó contra la ex- las líneas globales se mueven de nuevo, pero
clusión social cuando los pueblos que habían de forma que parece que se expande el otro
estado sometidos al paradigma de apropia- lado de la línea, al tiempo que se encoge este
ción/violencia se organizaron y exigieron el lado. La lógica de la apropiación/violencia ha
derecho a ser incluidos en el paradigma de re- ido ganando fuerza en detrimento de la lógica
gulación/emancipación (Cabral, 1979; Fanon,
1963; 1967a; Gandhi, 1951; 1956; Nkrumah,
17 En Memmi (1965); Dos Santos (1971); Cardoso
1965a). Durante un tiempo, parecía que el pa- & Faletto (1969); Frank (1969); Rodney (1972); Wa-
radigma de apropiación/violencia había llega- llerstein (1974; 2004); Bambirra (1978); Dussel (1995);
do a su fin, como parecía que también lo había Escobar (1995); Chew & Denemark (1996); Spivak
(1999); Césaire (2000); Mignolo (2000); Grosfoguel
(2000); Afkal-Khan & Sheshadri-Crooks (2000); Mbem-
16 En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, las co- be (2001); Dean & Levi (2003), se pueden rastrear los
lonias y ex colonias cubrían casi el 85% de la superficie múltiples orígenes y las consiguientes variaciones de
terrestre del globo. estos debates.
Más allá del pensamiento abisal: de las líneas globales a las ecologías de saberes595
necesariamente que esa lógica esté presente de inmensamente superior a la de los esclavos
forma física en las sociedades metropolitanas. fugitivos.22 En estas circunstancias, el metro-
Basta con que tenga una conexión relevante politano abisal se ve atrapado en un espacio
con ellas. En el caso del terrorista, dicha co- menguante, y su reacción es trazar de nuevo
nexión la pueden establecer los servicios se- la línea abisal. Desde su perspectiva, la nueva
cretos. En el del trabajador migrante indocu- resistencia colonial no se puede abordar con la
mentado, bastará que sea contratado por uno lógica ordenadora de la apropiación/violencia.
de los cientos de miles de talleres clandestinos Se acabó el tiempo de una división clara entre
que funcionan en el Sur global subcontratados el Viejo Mundo y el Nuevo Mundo, entre lo me-
por las corporaciones multinacionales metro- tropolitano y lo colonial. Hay que trazar la línea
politanas. En el caso de los refugiados, la cone- con la precisión que sea necesaria para garan-
xión relevante la establece su solicitud de esta- tizar la seguridad. Lo que antes era inequívoca-
tus de refugiado en una determinada sociedad mente este lado de la línea, hoy es un territorio
metropolitana. confuso delimitado por una serpenteante línea
Lo colonial que retorna es, en realidad, co- abisal. El muro de segregación israelí de Pales-
lonial abisal. Esta vez, lo colonial no solo re- tina (International Court of Justice, 2005) y la
gresa a los antiguos territorios coloniales, sino categoría del “combatiente enemigo ilegal”23
también a las sociedades metropolitanas. Hoy son probablemente las imágenes más adecua-
invade o viola los espacios metropolitanos que, das de la nueva línea abisal y la confusa carto-
desde el principio de la modernidad occiden- grafía a la que conduce.
tal, estaban marcados como este lado de la lí- Una cartografía confusa no puede sino con-
nea, y, además, muestra un grado de movilidad ducir a prácticas confusas. El paradigma de la
regulación/emancipación se va desfigurando
a este lado de la línea. De modo que se violan El otro punto de apoyo del principal movi-
los derechos humanos para defenderlos, se miento actual es el retorno del colonizador.
destruye la democracia para salvaguardarla, se Implica la resurrección de formas de ordena-
elimina la vida para preservarla. Se están tra- miento colonial tanto en las sociedades metro-
zando las líneas abisales tanto en sentido lite- politanas, que esta vez gobiernan la vida del
ral como metafórico. En sentido literal, son las ciudadano común, como en las sociedades que
líneas que definen las fronteras como vallas27 en su día estuvieron sometidas al colonialismo
y campos de exterminio, dividen las ciudades europeo. El caso más evidente es el del que yo
entre zonas civilizadas28 y zonas salvajes, y las llamo nuevo gobierno indirecto,30 que emerge
cárceles, entre lugares legales de confinamien- cuando el Estado se retira de la regulación so-
to y lugares de destrucción brutal de la vida sin cial y se privatizan los servicios públicos. De
respeto a ley alguna.29 este modo, poderosos actores ajenos al Estado
se hacen con el control de la vida y el bienes-
tar de vastas poblaciones, sea el control de la
27 En Glon (2005), se puede encontrar un buen ejem-
plo de la lógica abisal legal que subyace en la defensa sanidad, la tierra, el agua potable, las semillas,
de la construcción de una valla que separa la frontera los bosques o la calidad del medio ambiente. La
sur de Estados Unidos de México. obligación política que vincula al sujeto legal
28 Véase Blakely & Snyder (1999); Low (2003); Atkin- al Rechsstaat, el Estado constitucional moder-
son & Blandy (2005); Coy (2006). no, que es el que ha prevalecido a este lado de
29 Véase Amann (2004a; 2004b); Brown (2005). Un la línea, es reemplazado por obligaciones con-
informe de la Comisión Provisional del Parlamento Eu- tractuales privatizadas y despolitizadas por las
ropeo sobre la actividad ilegal de la CIA en Europa (no-
viembre, 2006), muestra cómo los gobiernos europeos
actuaron de prestos facilitadores de los abusos de la 30 El gobierno indirecto fue una forma de política
CIA, como la detención secreta y las torturas. Este cam- colonial europea que se practicó en gran medida en
po de investigación al margen de la ley incluyó 1.245 las antiguas colonias británicas, donde la estructura
sobrevuelos y escalas de aviones de la CIA en Europa tradicional del poder local, o al menos parte de ella,
(algunos de ellos con transporte de prisioneros) y la fue incorporada a la administración colonial del Es-
creación de centros de detención secretos en Polonia, tado. Véase Lugard (1929); Perham (1934); Malinows-
Rumanía y seguramente también en Bulgaria, Ucrania, ki (1945); Furniwall (1948); Morris & Read (1972);
Macedonia y Kosovo. Mamdani (1996; 1999).
Más allá del pensamiento abisal: de las líneas globales a las ecologías de saberes599
que la parte más débil queda más o menos a fortificados característicos de las nuevas formas
merced de la parte más fuerte. Esta última for- de segregación urbana: las ciudades privadas,
ma de ordenamiento tiene algunas alarmantes las urbanizaciones cerradas y las comunida-
semejanzas con el ordenamiento de la apro- des valladas. La división entre zonas salvajes
piación/violencia que prevaleció al otro lado y civilizadas en las ciudades de todo el mundo
de la línea. He descrito esta situación como el —incluso en “ciudades globales” como Nueva
auge del fascismo societal, un régimen social York o Londres que, como se ha demostrado
de unas relaciones de poder extremadamente (Sassen, 1999), son los nodos de la economía
desiguales que garantizan a la parte más fuerte global— se está convirtiendo en criterio general
el poder de veto sobre la vida y los medios de de sociabilidad, un nuevo espacio-tiempo hege-
vida de la parte más débil. mónico que atraviesa todas las relaciones so-
En otro libro distingo cinco formas de fascis- ciales, económicas, políticas y culturales y, por
mo societal.31 En este me refiero a ellas breve- consiguiente, es común a la acción de Estado y
mente porque reflejan con claridad la presión de no Estado. Por lo que al Estado se refiere, la
de la lógica de la apropiación/violencia sobre la división equivale a un doble criterio de acción de
lógica de la regulación/emancipación. La prime- Estado en las zonas salvajes y en las civilizadas.
ra es la del fascismo del apartheid social. Me En las civilizadas, el Estado actúa democrática-
refiero a la segregación social de los excluidos mente, como Estado protector, aunque a veces
mediante la división de las ciudades en zonas sea de forma ineficiente y poco fiable. En las zo-
salvajes y zonas civilizadas. Las salvajes son las nas salvajes, el Estado actúa de forma fascista,
zonas del estado de naturaleza de Hobbes. Las como Estado depredador, sin el mínimo asomo,
civilizadas son las zonas del contrato social, y ni siquiera aparente, de imperio de la ley.32 Los
están bajo la permanente amenaza de las zonas mismos agentes de la policía, todos formados en
salvajes. Para defenderse, las zonas civilizadas las mismas academias y siguiendo las mismas re-
se erigen en castillos neofeudales, los enclaves glas, ayudan solícitamente a los niños a cruzar la
31 En Santos (2002b: 447-448), hago un minucioso aná- 32 Un buen ejemplo de esta dinámica es el estudio de
lisis de la emergencia del fascismo societal como conse- Caldeira (2000) sobre las escisiones geográficas y so-
cuencia de la ruptura de la lógica del contrato social. ciales de São Paulo.
600 Boaventura de Sousa Santos
calle en las zonas civilizadas, mientras asesinan En estos casos, el contrato social que presidió
a los jóvenes en los puntos negros de las zonas la producción de los servicios públicos en el
salvajes, supuestamente en defensa propia. Estado de bienestar y el Estado desarrollista,
La segunda forma es la del fascismo con- se reduce al contrato individual entre consumi-
tractual. Se produce en las situaciones en que dores y prestadores de servicios privatizados.
las desigualdades de poder entre las partes del A la luz de las a menudo flagrantes deficiencias
contrato civil es tal que la parte más débil, con- de la regulación pública, esta reducción conlle-
vertida en vulnerable por no tener alternativa, va la eliminación en el ámbito contractual de
acepta las condiciones impuestas por la par- aspectos decisivos de la protección de los con-
te más fuerte, por onerosas y despóticas que sumidores, unos aspectos que, por este motivo,
puedan ser. El proyecto neoliberal de convertir se convierten en extracontractuales. Al exigir
el contrato laboral en un contrato de derecho prerrogativas extracontractuales, las agencias
civil como cualquier otro augura una situación de los servicios privatizados arrebatan funcio-
de fascismo contractual. Como señalábamos nes de regulación social que antes ejercía el
antes, esta forma de fascismo se produce hoy Estado. Este, de forma implícita o explícita,
con frecuencia en las situaciones de privatiza- subcontrata a estas agencias para que lleven a
ción de los servicios públicos, como la sanidad, cabo estas funciones y, al hacerlo sin la partici-
el bienestar, las empresas públicas, etcétera.33 pación efectiva o el control de los ciudadanos,
se convierte en cómplice de la producción del
fascismo contractual.
33 Uno de los ejemplos más claros es la privatización La tercera forma de fascismo societal es la
del agua y las consecuencias sociales que de ella se de- del fascismo territorial. Se da siempre que ac-
rivan. Véase Bond (2000) y Buhlungu et al. (2006) (so-
tores sociales con fuerte capital patrimonial o
bre el caso de Sudáfrica); Oliveira Filho (2002) (sobre el
caso de Brasil); Olivera (2005); Flores (2005) (sobre el militar disputan el control del Estado sobre los
caso de Bolivia); Bauer (1998) (sobre el caso de Chile); territorios en que actúan, o neutralizan dicho
Trawick (2003) (sobre el caso de Perú); Castro (2006) control mediante la apropiación o la coerción
(sobre el caso de México). Donahue & Johnston (1998); de las instituciones del Estado, y el ejercicio
Balanyá et al. (2005); Conca (2005); Lopes (2005), tra-
de la regulación social sobre los habitantes
tan de dos o más casos. Véase también Klare (2001);
Hall, Lobina, & De La Motte (2005). del territorio, sin la participación de estos y
Más allá del pensamiento abisal: de las líneas globales a las ecologías de saberes601
en contra de sus intereses.34 En la mayoría de de personas, que de este modo ven reducidas
los casos, estos son los nuevos territorios colo- radicalmente sus expectativas, y están dispues-
niales del interior de Estados que casi siempre tas a asumir pesadas cargas para conseguir la
estuvieron sometidos en su día al colonialismo mínima reducción del riesgo y la inseguridad.
europeo. De distintas formas, el acaparamien- En lo que a esta forma de fascismo se refiere, el
to original de tierras como prerrogativa de la Lebensraum —el “espacio vital” que Hitler re-
conquista, y la consiguiente “privatización” de clamaba para el pueblo alemán y con el que jus-
las colonias, están presentes en la reproduc- tificaba las anexiones— de los nuevos Führers
ción del fascismo territorial y, de forma más es la intimidad de las personas y su angustia e
general, en las relaciones entre terratenientes inseguridad ante el presente y el futuro. Para
y campesinos sin tierras. También están some- funcionar pone en marcha el doble juego de las
tidas al fascismo territorial las poblaciones ci- ilusiones retrospectivas y prospectivas, y hoy
viles que viven en zonas de conflicto armado.35 se es particularmente evidente en el ámbito de
La cuarta forma de fascismo societal es el la privatización de los servicios públicos, como
fascismo de la inseguridad. Consiste en la la sanidad, el bienestar, la educación y la vi-
manipulación discrecional del sentimiento de vienda. Las ilusiones retrospectivas consisten
inseguridad de las personas y los grupos so- en subrayar el recuerdo de la inseguridad en
ciales a quienes la precariedad del empleo o este sentido, y la ineficiencia de la burocracia
accidentes o sucesos desestabilizadores, han del Estado para garantizar el bienestar social.
hecho vulnerables. La consecuencia es una an- Las ilusiones prospectivas, a su vez, pretenden
siedad y una incertidumbre crónicas respecto crear las expectativas de protección y seguri-
al presente y el futuro para una gran cantidad dad conseguidas en el sector privado, y exa-
geradas con la ocultación de algunos de los
riesgos y las condiciones de la prestación de
34 Este es el caso, por ejemplo, de las milicias popula- servicios. Estas ilusiones prospectivas prolife-
res de Medellín (Colombia), y de los grupos extractores
ran hoy sobre todo en forma de seguros médi-
de esmeraldas de la parte occidental de Boyacá, Colom-
bia. Véase Gutiérrez & Jaramillo (2003). cos y fondos de pensiones privados.
La quinta forma de fascismo societal es el
35 Sobre el caso de Colombia, véase Santos & García
Villegas (2001). fascismo financiero. Tal vez sea esta la forma
602 Boaventura de Sousa Santos
más despiadada de sociabilidad fascista y, por modelo y criterio operativo de las institucio-
lo tanto, requiere un análisis más minucioso. nes de la regulación mundial. Voy a mencionar
Es el tipo de fascismo que controla los merca- solo algunas: las agencias de calificación, las
dos financieros y su economía de casino. Es el agencias que están certificadas internacional-
más pluralista porque los flujos de capital son mente para evaluar la situación económica de
resultado de las decisiones de inversores parti- los diferentes Estados y los riesgos o las opor-
culares o institucionales repartidos por todo el tunidades que puedan ofrecer a los inversores
mundo y que no tienen nada en común, salvo el extranjeros. Los títulos que se les otorgan son
deseo de maximizar sus activos. Precisamente decisivos para las condiciones en que un país
porque es el más pluralista, también es la forma o una empresa de ese país pueden optar al cré-
más feroz de fascismo, porque su tiempo-es- dito internacional. Cuanto mayor es la nota,
pacio es el más contrario a cualquier forma de mejores son las condiciones. Estas empresas
intervención y deliberación democráticas. En tienen un extraordinario poder. Según Thomas
este sentido, es muy significativa la respuesta Friedman: “el mundo posterior a la guerra fría
del corredor de bolsa cuando se le preguntó qué tiene dos superpotencias: Estados Unidos y
consideraba que significaba largo plazo: “para Moody’s”.36 Para justificar tal afirmación, aña-
mí, largo plazo son los próximos diez minutos”. de: “si es verdad que Estados Unidos de Amé-
Este tiempo-espacio prácticamente instantáneo rica puede aniquilar al enemigo utilizando su
y global, unido a la lógica especulativa del be- arsenal militar, la agencia de calificación eco-
neficio en que se asienta, confiere un enorme nómica Moody’s tiene el poder de estrangu-
poder discrecional al capital financiero, con lar financieramente a un país poniéndole una
fuerza suficiente para hacer tambalear, en cues- mala nota” (Warde, 1997: 10-11). El poder dis-
tión de segundos, la economía real o la estabi- crecional de estas agencias es mucho mayor
lidad política de cualquier país. El ejercicio del debido a que tienen la prerrogativa de hacer
poder financiero es totalmente discrecional, y
las consecuencias para los afectados —a veces,
naciones enteras— pueden ser angustiosas. 36 Moody’s es una de las cuatro agencias de califica-
ción certificadas por la Comisión de Valores y Cam-
La perversidad del fascismo financiero radi-
bio; las otras son Standard and Poor’s, Fitch Ratings,
ca en el hecho de que se ha convertido en el Duff y Phelps.
Más allá del pensamiento abisal: de las líneas globales a las ecologías de saberes603
evaluaciones que los países o las empresas en guetos de las megaciudades del Norte global y
cuestión no han solicitado. del Sur global.37
En todas sus formas, el fascismo societal es Como régimen social, el fascismo societal
un régimen que se caracteriza por unas rela- puede coexistir con la democracia política li-
ciones sociales y unas experiencias de vida so- beral. Más que sacrificar la democracia a las
metidas a relaciones e intercambios de poder exigencias del capitalismo global, la trivializa
extremadamente desiguales, que conducen a de tal modo que deja de ser necesario, o inclu-
formas de exclusión particularmente severas so conveniente, sacrificar la democracia para
y potencialmente irreversibles. Estas formas promover el capitalismo. Por consiguiente, es
de exclusión existen tanto dentro de las socie- un fascismo pluralista, es decir, una forma de
dades nacionales como en las relaciones entre fascismo que nunca existió. En realidad, mi te-
los países. El fascismo societal es una nueva sis es que posiblemente estemos entrando en
forma de estado de naturaleza, y prolifera a la un período en que las sociedades son política-
sombra del contrato social de dos formas: el mente democráticas y socialmente fascistas.
poscontractualismo y el precontractualismo. Las nuevas formas de gobierno indirecto
El poscontractualismo es el proceso por el también incluyen la segunda gran transfor-
que los grupos sociales y los intereses sociales mación de la propiedad y del derecho de pro-
hasta hoy incluidos en el contrato social que- piedad de la era moderna. La propiedad, y en
dan excluidos de este sin ninguna perspecti- concreto la propiedad de los territorios del
va de volver a él: los trabajadores y las clases Nuevo Mundo, fue, como señalaba al principio,
populares son expulsados del contrato social el problema fundamental del establecimiento
mediante la eliminación de los derechos socia- de las líneas abisales globales modernas. La
les y económicos, con lo que se convierten en primera transformación tuvo lugar cuando,
poblaciones desechables. El precontractualis- con el capitalismo, la propiedad sobre las co-
mo consiste en bloquear el acceso a la ciuda- sas se amplió a la propiedad sobre los medios
danía a los grupos sociales que anteriormen- de producción. Como muy bien explica Karl
te se consideraban candidatos a ella y tenían
la razonable esperanza de acceder a ella: por
37 En Wilson (1987) se puede ver una análisis tempra-
ejemplo, los jóvenes urbanos que viven en los no y elocuente de este fenómeno.
604 Boaventura de Sousa Santos
Renner (1965), el propietario de las máquinas violencia, cambia el propio concepto de dere-
se convirtió en el propietario del trabajo de los cho moderno —la norma universalmente válida
obreros que las manejaban. El control sobre las que emana del Estado y que este, si es necesa-
cosas pasó a ser el control sobre las personas. rio, impone de forma coercitiva—. Como ejem-
Evidentemente, Renner pasó por alto el hecho plo de los cambios conceptuales que están en
de que en las colonias esta transformación no marcha, emerge un nuevo tipo de derecho al
se produjo, ya que el control de las personas que de forma eufemística se llama derecho blan-
fue la forma original de control de las cosas, do.38 Presentado como la manifestación más
un control que incluía las cosas humanas y no benevolente de un ordenamiento de la regula-
humanas. La segunda gran transformación de ción/emancipación, lleva consigo la lógica de la
la propiedad se produce, mucho más allá de la
producción, cuando la propiedad de los servi-
cios se convierte en una forma de control de 38 En los últimos pocos años ha aparecido una gran
cantidad de literatura que teoriza y estudia empírica-
las personas que los necesitan para sobrevivir. mente las nuevas formas de gobernar la economía que
El nuevo gobierno indirecto da lugar a una se basan en la colaboración entre actores que no son
forma de despotismo descentralizado, para de- del Estado (empresas, organizaciones civiles, ONG,
finirlo en los términos con que Mahmood Ma- sindicatos, etcétera), más que en la regulación vertical
mdani se refiere al gobierno colonial africano por parte de este. Son muy diversas las etiquetas que
científicos sociales y estudiosos del derecho han colga-
(1996). El despotismo descentralizado no cho- do a ese enfoque, pero el énfasis se pone en lo blando
ca con la democracia liberal, sino que la hace más que en lo duro, en el cumplimiento voluntario más
progresivamente irrelevante para la calidad de que en la imposición: “regulación receptiva” (Ayres &
vida de poblaciones cada vez mayores. Braithwaite, 1992), “derecho posregularorio” (Teubner,
1986), “derecho blando” (Snyder, 1993; 2002); Trubek &
En las condiciones del nuevo gobierno indi-
Mosher (2003); Trubek & Trubek (2005); Mörth (2004),
recto, se apela al pensamiento abisal moderno, “experimentalismo democrático” (Dorf & Sabel, 1998;
más que para regular el conflicto social entre los Unger, 1996), “gobernanza colaborativa” (Freeman,
ciudadanos, para eliminar el conflicto social y 1997), “regulación externalizada” (O’Rourke, 2003) o
ratificar la ausencia de ley a este lado de la línea, simplemente “gobernanza” (Mac Neil, Sargent & Swan,
2000; Nye & Donahue, 2000). Para una crítica, véase
como siempre ocurrió al otro lado de la línea.
Santos & Rodríguez-Garavito (2005: 1-26); Santos (2005:
Bajo la presión de la lógica de la apropiación/ 29-63); Rodríguez-Garavito (2005: 64-91).
Más allá del pensamiento abisal: de las líneas globales a las ecologías de saberes605
apropiación/ violencia siempre que intervienen ordenar las relaciones entre los ciudadanos y
relaciones de poder desiguales. Consiste en el entre ellos y el Estado, hoy, en los ámbitos so-
derecho cuyo acatamiento es voluntario. No es ciales que sufren mayor presión de la lógica de
extraño que se utilice, entre otros muchos, en el la apropiación/violencia, se alega para tratar a
área de las relaciones entre el capital y la mano los ciudadanos como no ciudadanos, y a los no
de obra,39 y su versión más lograda son los có- ciudadanos como peligrosos salvajes colonia-
digos de conducta cuya adopción se recomien- les. Del mismo modo que el fascismo coexis-
da a las multinacionales metropolitanas que te con la democracia, el estado de excepción
participan en contratos de externalización con coexiste con la normalidad constitucional, la
“sus” fábricas clandestinas de todo el mundo.40 sociedad civil coexiste con el estado de natu-
La plasticidad del derecho blando tiene intere- raleza, el gobierno indirecto coexiste con el
santes semejanzas con el derecho colonial, cuya gobierno de la ley. Lejos de ser una perversión
aplicación dependía de los caprichos del colo- de algún derecho normal original, este es el di-
nizador más que de cualquier otras cosa.41 Las seño original de la epistemología y la legalidad
relaciones que regulan no son, sino un nuevo modernas, aunque se haya desplazado la línea
estado de naturaleza, una zona gris entre este y abisal que desde el mismo principio ha distin-
la sociedad civil, en el que prolifera y prospera guido lo metropolitano de lo colonial, convir-
el fascismo social. tiendo lo colonial en una dimensión interna de
En suma, el pensamiento abisal moderno, lo metropolitano.
al que se ha apelado a este lado de línea para
Conclusión: hacia el pensamiento
posabisal
39 La otra área es la protección del medio ambiente. Visto lo que acabo de decir, parece que el
40 Véase Rodríguez-Garavito (2005) y la bibliografía pensamiento abisal, si no encuentra una re-
que allí se cita. sistencia activa, continuará reproduciéndo-
41 Eufemísticamente se llama blando a este tipo de se, por muy excluyentes y destructivas que
derecho porque es blando con aquellos cuya conducta sean las prácticas que genera. La resistencia
empresarial se supone que regula (los empresarios) y
política debe partir de una ruptura episte-
duro con quienes sufren las consecuencias del no cum-
plimiento (los trabajadores). mológica: no existe justicia social global sin
606 Boaventura de Sousa Santos
justicia cognitiva global. Esto significa que la de los trabajadores a la vez que, por la emanci-
tarea fundamental que hay por delante no se pación de todas las poblaciones descartables
puede limitar a generar alternativas. En reali- del Sur global, que están oprimidas pero no
dad, requiere un pensamiento alternativo de directamente explotadas por el capitalismo
las alternativas. Se postula, pues, un nuevo global. También debe establecer que los dere-
pensamiento posabisal. ¿Es posible este? chos de los ciudadanos no están asegurados
¿Existe algún tipo de condiciones que, si se mientras se siga tratando a los no ciudadanos
las valora adecuadamente, puedan darle una como subhumanos.42
oportunidad? Esta indagación explica por Así pues, el reconocimiento de la persis-
qué presto especial atención al contramovi- tencia del pensamiento abisal es conditio
miento del que antes hablaba, derivado del sine qua non para empezar a pensar y ac-
cambio de las líneas abisales globales a par- tuar más allá de él. Sin ese reconocimien-
tir de los pasados años setenta y ochenta. El to, el pensamiento crítico seguirá siendo
pensamiento abisal parte del reconocimiento un pensamiento derivativo que continuará
de que la exclusión social en su sentido más
amplio adopta formas muy distintas según
esté determinado por una línea abisal o por 42 Gandhi es seguramente el activista-pensador de
una no abisal, y de que, mientras persista una los tiempos modernos que pensó y actuó con mayor
coherencia en términos no abisales. Después de haber
exclusión definida abisalmente, no es posible vivido y sufrido con extrema intensidad las exclusio-
ninguna alternativa poscapitalista realmente nes radicales típicas del pensamiento abisal, Gandhi se
progresista. Durante un período de transición alejará de su objetivo de construir una nueva forma de
probablemente largo, enfrentarse a la exclu- universalidad capaz de liberar tanto al opresor como a
la víctima. Como muy bien subraya Ashis Nandy: “La
sión abisal será condición previa para abor-
visión gandhiana desafía la tentación de igualar al opre-
dar de forma efectiva las muchas formas de sor en la violencia y recuperar la autoestima de uno
exclusión no abisal que han dividido el mundo como competidor dentro del mismo sistema. La idea
moderno a este lado de la línea. Una concep- se asienta en una identificación con los oprimidos que
ción posabisal del marxismo (buen ejemplo, excluye la fantasía de la superioridad del modo vida del
opresor, tan profundamente arraigada en la conciencia
en sí mismo, de pensamiento abisal) ha de dis-
de quienes dicen hablar en nombre de las víctimas de la
poner que hay que luchar por la emancipación historia” (1987: 35).
Más allá del pensamiento abisal: de las líneas globales a las ecologías de saberes607
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Más allá del pensamiento abisal: de las líneas globales a las ecologías de saberes619
colonizadoras se reproduce ahora en la faci- distinto en las diversas regiones del mundo.
lidad con la que asumen la condición de élites Por ejemplo, Japón vive hoy una grave cri-
colonizadas por la Europa desarrollada). sis energética y ambiental, tan profunda que
Las crisis también tienen diferentes hori- apunta a convertirse en una crisis civilizacio-
zontes espaciales o escalas para su definición nal que lo supera en mucho, mientras en Áfri-
y para su superación: escalas nacionales, re- ca se vive intensamente la crisis ambiental y
gionales y globales. El caso portugués ilustra alimentaria, y una crisis política estremece
ejemplarmente el modo como una crisis na- profundamente a Túnez, Egipto y Libia. Den-
cional, que aparentemente se está resolviendo tro de cada país las crisis son vividas de modo
a nivel regional (europeo), puede, de hecho, distinto por las diferentes clases o grupos so-
estar agravando una crisis regional que, por ciales. En África, en India y en América Lati-
su parte, solo será solucionable a nivel global. na los campesinos están viviendo una nueva
En la medida en que las crisis financieras se dimensión de la crisis causada por el nuevo
extiendan a más países europeos será claro interés del capitalismo global en la compra de
que la crisis es europea y que deriva en buena tierras. Se trata de la adquisición masiva de
parte de un sistema financiero desregulado, tierras por parte de empresas multinacionales,
controlado por los intereses del capital finan- agentes financieros e incluso Estados extran-
ciero norteamericano. Solo una regulación jeros que hacen tabula rasa de los derechos
global, regional y nacional puede poner fin a ancestrales de los campesinos y los expulsan
una depredación financiera tan masiva y a una de su mundo rural. Por su parte, los pueblos
distribución de sus costos tan injusta. indígenas de América Latina han contribuido
Si tomamos el mundo como unidad de decisivamente en las dos últimas décadas a
análisis, constatamos que las crisis están glo- darle visibilidad a la dimensión civilizacional
balmente relacionadas, aunque presenten di- de la crisis, o sea, a la concepción de la cri-
ferentes facetas e intensidades en diferentes sis global del capitalismo, no solo como crisis
países. Las facetas son tal vez más numerosas de un modo de producción sino, sobre todo,
hoy que antes —crisis financiera, económi- como crisis de un modo de vida, de conviven-
ca, política, ambiental, energética, alimenta- cia y de relación con la naturaleza. También
ria, civilizacional— y se presentan de modo debemos tener presente que la eclosión o la
Las identidades de las crisis623
intensificación de una cierta faceta de la cri- mundo mucho más transparente para sí mismo.
sis puede producir el ocultamiento de otras. La revolución de las tecnologías de la informa-
Por ejemplo, en la última década, Europa fue ción y de la comunicación hace posible un ni-
la parte del mundo desarrollado que más aten- vel de interconocimiento global que permite
ción le dio a la crisis ambiental; en el momen- comparar experiencias y mostrar la relativi-
to en que estalló la crisis financiera nunca más dad de las soluciones adoptadas para resolver
se habló de crisis ambiental, y las propuestas las crisis. Así, las soluciones que se presentan
de crecimiento económico que se hacen hoy como pretendidamente únicas en un país o en
contradicen lo que hace pocos años parecía una región pueden ser puestas en duda por so-
evidente: que este tipo de crecimiento condu- luciones opuestas que, para crisis afines, son
ce a corto plazo (según la ONU, 2015) a un ca- propuestas en otro país o región, y algunas
lentamiento global irreversible. A ello se suma veces igualmente presentadas como únicas.
que, en cada país, la solución de la crisis para Un ejemplo: mientras en el Brasil de hoy los
unos puede significar su agudización para gastos en políticas sociales (educación, salud,
otros. Debido a que la crisis es causada por el protección social) son considerados como una
capital financiero, la transparencia en la dis- inversión que propicia el crecimiento,1 en Eu-
tribución de los costos y de los beneficios de ropa tales gastos son sentidos como un costo
una solución determinada se hace particular- que impide el crecimiento, y como tal deben
mente evidente. Por ejemplo, el día siguiente ser reducidos a lo mínimo. Frente a esta pa-
al del pedido de ayuda financiera externa por radoja podemos preguntarnos si estamos ante
parte del gobierno portugués, las cotizaciones dos mundos diferentes o si la social-democra-
de la bolsa de los bancos portugueses subie- cia desertó de Europa y emigró a Brasil. ¿Quién
ron, y con ellas las expectativas de ganancias está equivocado? ¿Pueden los dos estar en lo
del sector bancario. Esto ocurrió en el preci-
so momento en que se decretó el empobreci-
miento de la gran mayoría de los portugueses. 1 El comunicado 75 del prestigioso IPEA (Instituto
La diversidad de las experiencias de crisis y de Investigación Económica Aplicada) del 3 de febrero
de 2011 muestra de modo convincente que la inversión
de las soluciones propuestas se combina hoy
en políticas sociales ha sido una palanca para el creci-
con el hecho de que estamos viviendo en un miento con distribución del ingreso.
624 Boaventura de Sousa Santos
cierto? Pero, en ese caso, ¿por qué no escoger de las soluciones, pero la determinación es
la solución que crea bienestar para las grandes compleja. Por ejemplo, la crisis ambiental,
mayorías en lugar de la que crea malestar? que es global y de largo plazo, es vivida a
Esta diversidad muestra que todas las solu- nivel local; y es a ese nivel que van surgien-
ciones tienen alternativas y que toda ausencia do soluciones innovadoras para resolverla,
de alternativa es producto de una decisión po- aunque sepamos que acabarán por ser inefi-
lítica. Además, la misma relatividad de las so- caces si entre tanto no se toman medidas de
luciones se evidencia si, en vez de ensanchar ámbito global. Por otro lado, la crisis am-
el espacio de análisis, alargamos el tiempo biental, una crisis de largo plazo, que apun-
de análisis. Ejemplo: a partir de la década de ta a transformaciones civilizacionales, hoy
1930, el Estado aumentó exponencialmente su es vivida con un carácter de urgencia cuya
intervención en la economía para garantizar la solución implica medidas inmediatas, como
eficiencia y la estabilidad que los mercados por son las que reducen las emisiones de dióxido
sí mismos no lograban garantizar, como que- de carbono. Cuando eclosiona una crisis, ni
dó demostrado en la Gran Depresión de 1929. el momento ni los términos de la crisis son
Cincuenta años después, con el surgimiento fortuitos. En las sociedades capitalistas con-
del neoliberalismo, pasó a fortalecerse, con el temporáneas, atravesadas por profundas asi-
mismo grado de evidencia, la ortodoxia opues- metrías y contradicciones, quien causa una
ta de que son los mercados los que garantizan crisis dada tiene normalmente poder para de-
la eficiencia y la estabilidad y es el Estado el finir sus términos y consecuentemente para
que las impide. ¿El Estado y los mercados pue- identificar, como únicas posibles, las solucio-
den ser simultáneamente los causantes de las nes que le permitan sobrevivir a la crisis y
crisis y de sus soluciones? a fin de cuentas, perpetuar su poder. Fue esto lo que sucedió
¿crisis de qué y de quién, soluciones para qué cuando en 2008 explotó la crisis financiera
y para quién? en Estados Unidos, cuyas repercusiones con-
Estas mismas precisiones analíticas se de- tinuamos viviendo. Al contrario de los que
ben hacer con respecto a las soluciones de vieron en la crisis el fin del neoliberalismo
las crisis. Las escalas y los tiempos de las y de la supremacía del capital financiero so-
crisis determinan las escalas y los tiempos bre el capital productivo, esta ha venido a ser
Las identidades de las crisis625
“resuelta” por el mismo capital financiero que los economistas y sociólogos políticos que el
la provocó, y su motor principal, Wall Street, capitalismo necesita adversarios creíbles que
es hoy más fuerte y arrogante que antes. actúen como correctivos de su tendencia a la
La lucha política de los próximos años será irracionalidad y a la autodestrucción, la cual le
una lucha por la redefinición de los térmi- adviene de la pulsión para instrumentalizar o
nos de la crisis, y solo en la medida en que destruir todo lo que puede interponerse en su
esta ocurra será posible castigar, en vez de inexorable camino hacia la acumulación infini-
recompensar, a quien la provocó, y encontrar ta de riqueza, por más antisociales e injustas que
soluciones que efectivamente la superen. sean las consecuencias. Durante el siglo XX,
Se trata de una lucha de contornos imprevi- ese correctivo fue la amenaza del comunismo,
sibles; cuando mucho, es posible identificar y fue a partir de ella que en Europa se cons-
sus horizontes de posibilidades y sus con- truyó la socialdemocracia (el modelo social
diciones. Tal lucha ocurrirá en dos niveles: europeo, el Estado de Bienestar y el derecho
en la definición de los contenidos e implica- laboral). Curiosamente, la corrección del capi-
ciones sociales de las soluciones y en la de- talismo fue posible debido a la existencia, en
finición de las dinámicas e instrumentos de el horizonte de posibilidades, de un paradigma
intervención que serán movilizados. alternativo de sociedad, el del comunismo y el
En lo que respecta a los contenidos y signifi- socialismo. La amenaza creíble de que aquel
cados políticos, las crisis pueden ser resueltas pudiese venir a suplantar al capitalismo obligó
mediante correctivos eficaces que, sin poner en a mantener algún nivel de racionalidad, sobre
duda la lógica del sistema que provocó la cri- todo en el centro del sistema mundial. Extin-
sis, consiguen minimizar los ritmos y los costos guida esa amenaza, no ha sido posible hasta
sociales de esta; o por vía de transformaciones hoy construir otro adversario creíble a nivel
profundas que pretenden cambiar la lógica del global. En Europa, la socialdemocracia comen-
sistema y crear un nuevo paradigma de orga- zó a desmoronarse el día en que cayó el Muro
nización social y política. A partir de la obra de Berlín.
fundamental de Marx y de las contribuciones, En los últimos treinta años, el FMI, el Banco
tan diversas entre sí, de Schumpeter (1942) y Mundial, las agencias de rating y la desregula-
de Karl Polanyi (1944), hoy es consensual entre ción de los mercados financieros han sido las
626 Boaventura de Sousa Santos
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ISBN 978-987-722-363-7